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DERECHOS FUNDAMENTALES

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LECCIÓN PRIMERA
-¿QUÉ SON LOS DERECHOS?-
CAPÍTULO 1. APROXIMACIÓN CONCEPTUAL.

1.1. Derechos Humanos.

El término "derechos humanos" es uno de los más usados en la cultura jurídica y


política actual, tanto por los científicos y filósofos que se ocupan del hombre, del
Estado y del Derecho, como por los ciudadanos.

En el S. XVII y XVIII la idea de DDHH se equiparaba a la de Derecho natural, debido a


su función reguladora de la legitimidad de los sistemas políticos y de los ordenamientos
jurídicos, y por la convicción de muchos seres humanos de que constituían una garantía
para su dignidad y un cauce para su libertad y su igualdad.
También es un término emotivo que suscita sentimientos entre sus destinatarios, por
ejemplo democracia, comunismo, libertad...etc.

Y si atendemos a la praxis lingüística, nos encontramos con que existen distintas


palabras que expresan el concepto de DDHH, como derechos naturales, derechos
públicos, subjetivos, libertades públicas, derechos morales o derechos fundamentales,
derechos individuales, derechos del ciudadano.

Dentro de estos conceptos, el término más común es el de DDHH, con dicho concepto
se alude a 2 cosas diferentes: por un lado una pretensión moral fuerte que debe ser
atendida para hacer posible una vida humana digna y por otro se utiliza el término parta
identificar un sistema de Derecho positivo. Estos 2 conceptos de DDHH es muy
importante, puesto que en la historia del pensamiento jurídico han expresado un
enfrentamiento permanente entre el punto de vista iusnaturalista y el positivista.

1.2. Derechos naturales.


Se identifica con una posición iusnaturalista. Dicho concepto es anticuado y esta en
relativo desuso.

Cuando nos referimos a estos derechos, hablamos de derechos:


-previos al poder y al derecho positivo.
- descubiertos por la razón en la naturaleza humana
-impuestas a todas las normas del derecho creado por el soberano siendo un límite de
acción.
Asimismo representan una concepción racionalista abstracta que prescinde de la historia
y de la realidad social para la identificación de los derechos.
Es utilizado por posiciones ideológicas conservadoras que los enfrentan al Poder del
Estado y a su Derecho.

1.3. Derechos públicos subjetivos.

Es un término más moderno y técnico.


El término se creó en la escuela del Derecho público alemán en el S. XIX, como
especificación del concepto más genérico de derecho subjetivo.= individualismo en el

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pensamiento positivista.

Dicho término considera a los derechos como límites al poder sólo esgrimibles, es decir
límite frente a los poderes, autoridades y funcionarios, pero no en las relaciones entre
particulares. Es por ello que los derechos aparecen vinculados a un determinado tipo de
Estado, el LIBERAL y los fundamentales en el ESTADO SOCIAL, los que difícilmente
se pueden encuadrar en la categoría de los derechos públicos subjetivos.

1.4 Libertades públicas.

Este término se sitúa en la doctrina francesa y también en una dimensión positivista


como reacción frente a la ambigüedad del término derechos del hombre, la cual
pretende identificarse con unos derechos, reconocidos en el sistema jurídico, eficaces y
protegidos por jueces. En cambio las libertades públicas expresan un espíritu, una
moralidad apoyada por la fuerza del Derecho positivo.
Ventajas:
• La difusión.
Inconvenientes:
• No abarca todas las facetas de DDFF, sino que se identifica con una categoría,
con la de derechos de autonomía, que suponen la creación, por el derecho, de un
ámbito exento para la libre acción de la voluntad.
No se pueden acomodar a esta terminología los derechos de participación, ni los
derechos de prestación.
Se trata de un concepto situado en la filosofía liberal y que refleja los derechos civiles
individuales.

1.5. Derechos fundamentales.

Esta es la expresión más adecuada para hablar de derechos.


Por las siguientes razones:
• Es más precisa que DDHH y no es tan ambigua.
• Puede abarcar las dos dimensiones en las que aparecen los derechos (tanto una
moralidad básica como una juricidad básica), sin incurrir en los reduccionismos
iusnaturalista o positivista.
c) Es más adecuado que los términos derechos naturales o derechos morales que
no tienen en cuenta su dimensión jurídico positiva.
• Es más adecuado que derechos públicos subjetivos o libertades públicas que
pueden perder la dimensión moral y ceñirse a la faceta de la pertenencia al
ordenamiento.

2. Fundamento y concepto: una visión integral y sus criterios.

En los DDFF el espíritu y la fuerza, la moral y el derecho están entrelazados y la


separación los mutila, los hace incomprensibles. Los DDFF son una forma de integrar
justicia y fuerza.

La moral y derecho aparecen conectados por el poder en la compresión de los DDFF, es


decir los DDFF que se originan y se fundan en la moralidad y que desembocan en el
Derecho, lo hacen a través del Estado. En este sentido el apoyo del Estado es muy

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importante, puesto que si no hubiera apoyo los valores morales no se convertirían en
derecho positivo y por lo tanto carecerían de fuerza parta orientar la vida social.

El fundamento de los derechos pertenece a esa dimensión que pretende la realización


integral de la persona humana en la vida social, a través de sus fines últimos, de la
búsqueda de la felicidad, de su independencia, es decir objetivos de la moralidad, desde
una cultura moderna influida por los pensamientos liberal, democrático y socialista.
Su análisis histórico confirma que el desarrollo de la dignidad humana parte de 4
valores: libertad, igualdad, seguridad y solidaridad.

Estos 4 valores que se prolongan en la vida social, a través de DDFF, no actúan de


manera homogénea, sino que se orientan a dimensiones materiales, formales y
relacionales, aunque no de manera pura, sino integrados o mezclados entre ellos.
• 1º valor libertad.
Este derecho es importante, puesto que con el se alcanza la libertad moral, sinónimos de
autonomía y de independencia en la realidad social, cultural, económica y política es el
fin de la vida humana. En los orígenes de los derechos, la tolerancia tiende a proteger la
libertad de la conciencia, así como también las garantías procesales.
Desde la libertad se justifica la igualdad, ya que si la libertad no es igualitaria no es
libertad, que desde el punto de vista del autor es un complemento de la libertad.
Así pues una consideración abstracta de la libertad que no tenga en cuenta que existen
necesidades básicas que si no se cubren impiden al ser humano concurrir en la carrera
de libertad.
• 2º valor la igualdad.
La igualdad material representa asimismo un valor que incide en los contenidos de
Derecho y no sólo en los procedimientos y, en la fundamentación integral de los
derechos, realiza como todas las aproximaciones históricas intuyen, una función de
apoyo al valor de libertad, para que sea lo más profunda posible y pueda abarcar al
mayor número de personas.
Dicha igualdad aparece en el S.XIX, como consecuencia de la desigualdad y de la
discriminación que impide a muchos participar de la libertad social, política y jurídica,
que pretende alcanzar la libertad y la autonomía moral, y exige una acción positiva a
los poderes públicos.
No es un fin en sí misma, sino un medio para alcanzar la libertad.
• 3º valor la seguridad jurídica.
Es el valor moral prioritario. En muchos casos, es el motivo central del pacto que
justifica la aparición de la sociedad y del poder. También es el instrumento necesario
para otros valores menos accesorios como la libertad sean posibles. Además se la
reconoce como una condición de la convivencia. Así pues, no es posible el desarrollo de
la moral de la persona sin la existencia de las condiciones seguras.
La seguridad es un valor formal o procedimental, la cual incluye a la igualdad formal.
• 4º valor la solidaridad.
Este valor está en la raíz de algunos de los derechos económicos, sociales y culturales.
La visión moderna y secularizada incorpora a la seguridad como valor moral al
fundamento de los derechos.

Este valor aparece en el S.XIX, con precedentes en el S.XVIII. desde posiciones


democráticas radicales o socialistas. Se presenta como antítesis de un liberalismo
individualista que pretende arraigar unos derechos en una sociedad capitalista de
mercado, donde los seres humanos sólo se comunican a través del contrato.

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También es un valor relacional, pues pretende facilitar la comunicación social,
superando el aislacionismo egoísta y vivificar a la libertad, a la igualdad y a la
seguridad. El hombre libre, igual y seguro, puede vivir aislado y l a solidaridad
impulsa relaciones de integración, más allá de la mera coordinación, y dota a la
condición humana de unas dimensiones comunitarias.

¿Para qué sirven los derechos?

Según BOBBIO, no cree que las funciones de los derechos sean sólo dos: limitar al
poder y reclamar beneficios al poder, es decir como no interferencia y como
prestación.

Además de limitar al Poder, el análisis histórico nos muestra cómo el objetivo de


algunos derechos es el compartir el Poder. Dicha función se da en relación con el
político, en el que nos encontramos con el dº de participación política, sufragio
universal, pero éste se extiende al Poder económico y cultural, con los dº económicos,
sociales y culturales.

Así, en el ámbito jurídico, el concepto de los derechos puede expresarse desde dos
puntos de vista, el objetivo, que coincide con su función como normas que forman
parte del sistema de identificación del Ordenamiento y el subjetivo que coincide con su
función de derechos cuya titularidad se atribuye por el derecho positivo a las personas y
a los grupos en que estas personas estén, y que son elementos esenciales para conseguir
en la vida social la libre elección de planes de vida.
Subjetivo

DDFF- aquellos derechos subjetivos, libertades, potestades o inmunidades que el


Ordenamiento positivo establece, de protección a la persona en lo referente a su vida, a
su libertad…etc. que exige el respeto o la actividad positiva de los poderes públicos o
de las personas individuales o grupos sociales, con posibilidad de reclamar su
cumplimiento coactivo en caso de desconocimiento o violación.

LOS REDUCCIONIMOS Y LAS NEGACIONES DE LOS DERECHOS.

I. LOS MODELOS REDUCCIONITAS DE LOS DERECHOS:

El modelo de derechos fundamentales que nos parece correcto supone aceptar una
moralidad de la libertad y de la igualdad que se formando en la historia del mundo
moderno, con aportaciones liberales, democráticas y socialistas. Supone aceptar que la
eficacia social de esas pretendiociones morales necesita de su incorporación al Derecho
positivo. Supone igualmente que la relación entre moralidad y Derecho positivo
necesita de la mediación de un Poder que asuma esos valores del Dº.
Así el análisis de los ddff debe hacerse desde la combinación de tres puntos de vista:
1. Desde el punto de vista ético los derechos como un camino para hacer posible
dignidad humana y la consideración de cada uno como persona moral.
2. Desde el punto de vista jco.
3. Desde la incidencia social.

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Denominamos modelos reduccionista a aquellos enfoques que prescinden de algunos de
estos puntos de vista. Los dos relevantes son: el iusnaturalista y el positivista
ideológico.

CLASES:

I.1 EL REDUCCIONISMO IUNATURALISTA:

Así distinguir el reduccionismo iunaturalista moderno, el reduccionismo del Dº


natural clásico y el reduccionismo iunaturalista impropio.
La diferencia central entre ambos modelos, será que l primero permite hablar de un
sistema de dº natulares y el segundo situara el núcleo en el problema, en el caso
concreto.

A) EL REDUCCIONISMO IUNATURALISTA MODERNO:

El reduccionismo iusnaturalista moderno, concibe a los derechos como derechos de


los seres humanos en el estado de naturaleza y consiguientemente previos al Dº
positivo. Son producto de la razón y descubribles en la naturaleza humana. Tiene
carácter abstracto, afectan al ser humano genérico y al ciudadano y parten de la
superioridad del Dº Natural sobre el positivo.

B) EL REDUCCIONISMO EN LA RECONSTRUCCION DEL Dº NATURAL


CLASICO:

La reconstrucción del Dº Natural clásico no lleva al reduccionismo iusnaturalista sino a


al negación del concepto de dd ff.
El punto de partida de esas posiciones es la crítica al sistema, o al normativismo y al
legalismo. El objetivo será un replanteamiento de la doctrina iunaturalista, del Dº
Natural clásico. Situar es ese campo, ajeno a la cultura jca en que apareció, la idea de
los ddff a partir del transito de la modernidad, exige unos equilibrios difíciles de
compartir.

Buscar los derechos, tal y como pretende este reduccionismo, en el ajuste de


situaciones, de las relaciones concretas, donde aflora lo que es justo, es intentar
construir una teoría de los dºs de espaldas a la realidad histórica de la cultura jca en que
éstos nacieron.

1.2 EL REDUCCIONISMO POSITIVISTA:

Puede ser:
a) Teórico o propio
b) Practico o impropio.

El R. práctico:
Se busca la utilidad de los dºs, el servicio que pueden prestar en las sociedades
democráticas estatales y en la comunidad internacional para la protección de los
individuos.
El R. positivista teórico cuando sostiene que los dºs solo existen por su creación por
el Nº positivo, y es el opuesto al iusnaturalismo.

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CAPÍTULO 2. LOS DERECHOS EN LA HISTORIA.

EL ORIGEN HISTÓRICO DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES.

1. LOS RASGOS DE LA SOCIEDAD EN EL TRÁNSITO A LA


MODERNIDAD.

Las características identificadoras del paso de la edad Media a la Moderna son la


consecuencia de un largo proceso de evolución que a veces dura varios siglos.

El sistema económico y el protagonismo de la burguesía.

El profundo cambio en la situación económica y social, y con la afirmación del gran


papel de la burguesía, son los principales elementos a considerar.

El cambio del el Poder político: la aparición del Estado.

El nuevo tipo de poder político que se configura en el tránsito del Antiguo Régimen a la
Modernidad, es otro elemento imprescindible para entender la aparición de la idea de
los Derechos fundamentales y es, consecuencia de influencias económicas, culturales o
sociales.

Para afrontar los retos producidos por la extensión del comercio, el predominio de una
economía dineraria y de mercado o el descubrimiento de nuevas fuentes de riqueza, se
hará necesaria la unificación del poder frente al localismo feudal y frente a las
pretensiones del dominio de la Iglesia Católica. Igualmente esta necesidad de
unificación del poder para garantizar el orden y la seguridad, imprescindibles para que
la burguesía pueda desarrollar su actividad mercantil.

Los intentos de construcción de esta unidad nacional favorecerá igualmente la aparición


del Estado, que se configurará en dos modelos:

 El continental: supone la destrucción de las bases de la organización política


medieval.
 El inglés: supone la transformación, sin rupturas totales, de la organización
jurídico-política medieval en el Estado moderno.

Estos dos modelos darán lugar a dos tipos históricos de Derechos Fundamentales; los
vinculados al modelo continental: mas racionalistas, mas ahistóricos y fundados en la
idea de los derechos naturales del iusnaturalismo racionalista y la Ilustración; y los del
modelo Inglés, más pragmáticos, mas históricos.

El cambio de mentalidad.

Impulsada principalmente por el humanismo y por la reforma, una nueva mentalidad


cristalizará en una nueva cultura, con rasgos que apoyarán el nacimiento del concepto
de derecho fundamental.

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El humanismo y la reforma serán dos movimientos que se influyen entre sí. Los
humanistas y la reforma representan lo moderno, frente a lo que será lo antimoderno, en
gran parte como la Iglesia Católica y el llamado pensamiento reaccionario, negadores de
los derechos fundamentales.

Los rasgos de la cultura: la secularización, el naturalismo, el racionalismo y el


individualismo.

 La secularización.

Se produce frente a las características de la sociedad medieval y supondrá la


mundanización de la cultura. Se trata de una ruptura de la unidad religiosa y abarcará a
todos los órdenes de la vida, desde el arte, la pintura, la literatura... los temas religiosos
son sustituidos por problemas humanos.

 El naturalismo.

El interés por la naturaleza aumentará con los descubrimientos que darán noticia de
otras tierras y de otros seres humanos; se trata de descubrir las leyes racionales que
rigen los fenómenos naturales el éxito es tal que se piensa encontrar una realidad
estable en el hombre, su naturaleza, capaz igualmente de albergar a las leyes que rigen
la conducta humana.

 El racionalismo.

Se trata de concebir al Derecho como leyes aplicables por el ser humano (Derecho
Natural) a través de la razón.

 El individualismo.

Es la característica más definitoria del tiempo moderno. Representará la forma propia de


actuación del hombre burgués que quiere protagonizar la historia, frente a la disolución
del individuo en las realidades comunitarias o corporativas medievales.

Este individualismo supondrá un interés por el ser humano en todos los aspectos: se
encuentra en él, el origen de lo que llamamos “ciencias de la naturaleza”.

Todo ese movimiento fortalecerá la confianza en la razón y su consecuencia, el


racionalismo. Todo ello creará la construcción de un gigantesco sistema descubrible por
la razón en la naturaleza humana: el iusnaturalismo racionalista.

Se acrecentarán también las exigencias de la formación de los juristas; así el jurista será
cada vez más un instrumento decisivo, primero para la formación del Estado moderno y
más tarde para la organización del Estado liberal.

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2. LOS MODELOS INICIALES DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES.

Modelo inglés

Características:

• Son los Derechos de los ingleses, que arrancan de los viejos privilegios
medievales, desde la Carta Magna en adelante.
• Son derechos en consecuencia de la preocupación por limitar la prerrogativa
regia.
• El common law, que realiza en Inglaterra la tarea doble: construcción
iusnaturalista moderna y la lucha parlamentaria contra el Poder del monarca,
construyen el constitucionalismo, en especial relación con el ejercicio del Poder.
• La inicial filosofía de los derechos fundamentales pretende garantizar el
pensamiento y la imprenta, la seguridad personal, las garantías procesales y la
participación política.
• La libertad religiosa no forma parte de los derechos de los ingleses.

Modelo americano.

Su origen aparece muy influido por el modelo británico y en su evolución posterior


asumirá rasgos con el francés.

Características:

• En su origen, antes de la independencia está formado por Cartas, Acuerdos,


Privilegios constitutivos de Compañías para la explotación de un territorio, otras
de Colonias Reales y otras como concesión a personas individuales que incluyen
normas del viejo y buen Derecho de los ingleses sobre libertades y privilegios.
• Los textos de derechos fundamentales harán compatibles esa idea de las
libertades de los ingleses con una influencia progresiva del iusnaturalismo
racionalista, y con una identificación de los derechos como derechos naturales.
• Importante influencia religiosa derivada de la presencia entre los primeros
colonos de personas que huían de la metrópoli por la persecución religiosa.
Pertenecían a sectores puritanos, contrarios al anglicanismo de la Iglesia oficial.
La influencia religiosa se concreta en una orientación pactista en la explicación
del origen del Poder, por analogía del pacto de Dios con su pueblo en su
interpretación de la Biblia. Se concreta además su influencia religiosa en las
referencias de los textos a Dios, y al deber de adoración y de honor que merece.
• Los contenidos de los derechos propugnados desde la filosofía primero, y
recogidos después en los textos de Derecho positivo, pertenecen a la aportación
liberal y se refieren a la libertad de pensamiento y de conciencia, alas garantías
procesales, a la soberanía del pueblo y a su participación política.
• En algunos textos de las Colonias está presente la idea de la supremacía de la
Constitución sobre la legislación y el recazo de la idea británica de la autoridad
suprema del Parlamento.

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El modelo francés.

En su origen se diferencia del inglés porque es producto de una ruptura, de una


situación revolucionaria y no de una reforma, y del americano porque éste se solapa con
el nacimiento de un nuevo Estado independiente, mientras que en Francia tiene una
vieja tradición política unitaria que arranca del tránsito a la modernidad.

Características:

• Es un ejemplo puro de formulación racionalista y abstracta de los derechos,


como derechos naturales, en ruptura total con la tradición histórica de las Leyes
fundamentales de la monarquía francesa.
• Destaca la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano que está
influida y condicionada por la situación histórica en que se produjo. Reacciona
frente a las dimensiones de la Monarquía francesa.
• Esta Declaración es un texto único que sufre varias redacciones.
• Ésta es un paradigma de la influencia liberal al recoger los derechos de opinión
y de pensamiento, las garantías procesales, el derecho de participación política y
el derecho de propiedad.
• Es más que una declaración de derechos y significa el meollo del moderno
constitucionalismo.
• Reconoce la vinculación de los derechos con la Constitución.
• Las influencias intelectuales, plurales y complejas de la Declaración se sitúan en
el clima general del iusnaturalismo racionalista y abarcan desde el pensamiento
crítico, los libertinos, Locke...
• La diferencia laica, frente al americano, se concreta en que las ideas religiosas se
sitúan como una dimensión más del pensamiento y de la opinión.
• Establece la Declaración una nueva legitimidad, la que expresa la
fundamentación del nacimiento del Estado liberal. Responde a las preguntas,
¿quién manda? : sustituye al monarca por la soberanía popular; ¿Cómo se
manda? : estableciendo el imperio de la Ley; ¿qué se manda? : señalando unos
contenidos materiales, que son los derechos que el ser humano considera como
fundamentales.
• Representa una vocación de trascender su origen histórico, los problemas de la
Francia que quiere salir del Antiguo régimen y ofrecerse como modelo para toda
la humanidad.

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EVOLUCIÓN HISTÓRICA E INFLUENCIAS IDEOLÓGICAS DE LOS
DERECHOS FUNDAMENTALES.

1. LAS LÍNEAS DE EVOLUCIÓN DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES.

Los modelos iniciales de los derechos han seguido hasta nuestros días un proceso de
evolución, cuya descripción debe ser tenida en cuenta para la búsqueda del por qué de
los derechos.

Proceso de positivación (incorporación desde la moral al ordenamiento jurídico)

El paso de Hobbes a Locke es el que representa el modelo de positivación de los


derechos, desde la moralidad al Derecho positivo a través de la Ley de un legislativo. Se
ve aquí la conexión entre constitucionalismo, el gobierno de las leyes y derechos
fundamentales.

Caracteres de la positivación:

• Supone la progresiva toma de conciencia de la necesidad de dotar a la idea de


los derechos de un estatuto jurídico que permita su aplicación eficaz, y la
protección real de las personas titulares de los mismos.
• La positivación se apoya en dos ideas: una, del concepto moderno del Poder y
del Derecho, la idea de que el derecho es expresión del soberano; otra, que será
la fundamentación pactista del Poder, que sitúa la soberanía como expresión del
consenso del pueblo.
• La idea de la positivación se encuentra en textos de las Colonias inglesas de
Norteamérica y en el art. 16 de la Declaración francesa de 1789.
• Todas las inclusiones de la idea de los derechos en textos jurídicos suponen una
expresión implícita de dicho proceso. No se conocen supuestos históricos de
intentos de aplicar directamente la idea de derechos naturales sin la mediación
de una incorporación al derecho positivo. Es una prueba histórica incuestionable
de que los derechos que conocemos siempre se han completado al aplicarse
desde una norma positiva.
• A partir del Siglo XIX esa positivación se considera una condición esencial para
la existencia de los derechos con eficacia social y no se concibe una
implantación de ellos al margen de la positivación.
• Con la evolución del sentido del derecho, en el Siglo XIX y sobre todo en el XX
crece el protagonismo del Derecho judicial en la positivación de los derechos
fundamentales.
• Los contenidos de la positivación están influidas y dependen por tanto del
proceso de reflexión paralelo en que consiste la filosofía de los derechos
fundamentales. De tal modo, se reflejarán los matices que las aportaciones
liberal, democrática y socialista suponen, así como los derivados de la forma de
concebir a los derechos, las obligaciones y comportamiento de los poderes
públicos.
• La positivación de los derechos fundamentales producirá un interés de la
filosofía jurídica y de las distintas ramas de la ciencia del Derecho por el estudio

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del fenómeno. Se irá formando una teoría jurídica de los derechos
fundamentales.

Proceso de generalización.

La generalización consistirá en el progresivo ajuste entre las afirmaciones de que los


derechos son naturales (corresponden a todos los seres humanos) y una práctica
restrictiva que ajustaba su disfrute a una clase social, la burguesía.

Orígenes de la generalización:

Las primeras formulaciones históricas de los derechos como derechos naturales partían
de la igualdad natural de todos los seres humanos y de la consideración de todos como
titulares, por influencia del iusnaturalismo.

Sin embargo, esta generalidad de los destinatarios titulares de los derechos no se


correspondía con la realidad, ni tampoco el carácter abstracto de los contenidos, como
en el caso de la propiedad, que es, de imposible contenido igualitario. Por otra parte,
derechos claves no se consideraban, y estaban excluidos del elenco de los recogidos en
las Declaraciones. Es el caso del derecho de asociación o el derecho de sufragio (del que
no todas las personas son titulares).

Este desajuste entre unas declaraciones de igualdad natural de los hombres en la


titularidad de los derechos, y una realidad que negaba el derecho de sufragio a una parte
de la población, y también el derecho de asociación política y sindical, será la base y la
razón que explica el proceso de generalización. En el seno de este vasto movimiento, y
desde una mentalidad de igualación efectiva en el ejercicio de los derechos, se debe
también situar la aparición de los derechos económicos, sociales y culturales.

Impulso de la generalización:

El esfuerzo para superar las contradicciones, se hará desde sectores progresistas del
pensamiento liberal, que se abren a posiciones democráticas, y desde sectores
socialistas.

La democracia será el punto de encuentro de corrientes como el liberalismo o el


socialismo. Para esos liberales democráticos, el socialismo no es una realidad a destruir
sino un fenómeno positivo a integrar; para los socialistas democráticos, el Estado de
Derecho, el sistema parlamentario y los derechos fundamentales, no son instituciones
esencialmente burguesas, sino de origen histórico burgués, y son adecuadas para
realizar desde ellas los ideales socialistas.

Los resultados del proceso de generalización.

El inventario del proceso de generalización tiene tres grandes dimensiones que se


refieren: la puesta en marcha de derechos que garantizan o hacen posible una
participación política igualitaria; la configuración de una nueva generación de derechos
fundamentales; la desfundamentalización del derecho de propiedad.

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Los derechos nuevos relativos a la participación son el Derecho de Asociación y el
Sufragio Universal.

Como consecuencia de la acción del derecho de asociación y del sufragio universal por
esos grupos sociales democráticos, radicales o socialistas, se incorporarán al Parlamento
representantes de los partidos obreros que defenderán sus intereses y que plantearán
problemas ajenos a los que tradicionalmente interesaban a la burguesía. Esta dinámica
incidirá en el constitucionalismo con una actuación positiva de los poderes públicos y
con una nueva función atribuida al Derecho, la promocional, sobre todo a través del
incremento de la acción del Derecho Administrativo y del Laboral.

La influencia de esa situación consistirá en la formulación de unos nuevos derechos, los


llamados derechos económicos, sociales y culturales, a la educación, a las condiciones
de trabajo o a la protección de la salud y la sanidad, por ejemplo.

Nuevas dimensiones de la generalización.

Una serie de amenazas nuevas pesan sobre los derechos fundamentales, que necesitan
de una nueva reflexión que puede conducir a nuevas dimensiones del proceso de
generalización.

Enumeraremos tres: el nuevo corporativismo, las nuevas tecnologías y el imperialismo


de la economía.

Proceso de internacionalización.

Los derechos fundamentales también tienen una dimensión internacional con la que se
presentan. Se trata de un proceso incompleto y que se sitúa también en un ámbito
jurídico, el de la comunidad internacional, que carece de un Poder político que garantice
plenamente la eficacia de ese ordenamiento. Aún con todo, hoy en día es innegable la
existencia del Derecho internacional.

El proceso de internacionalización de los Derechos tiene una vida corta que arranca en
el Siglo XX. En el origen, quizá el primero de los signos de esa cooperación
internacional sea la lucha contra la esclavitud. Una evolución similar se producirá en
relación con el Derecho Humanitario, sobre todo a partir del impulso que el suizo
Dunant dará a la Cruz Roja.

El bajo desarrollo de los controles internacionales para verificar y sancionar los


incumplimientos de las obligaciones de los Estados, no debe empañar la vista ante el
avance que los tratados han supuesto para la protección de los derechos fundamentales.

Junto a estos textos referidos a derechos concretos, los más necesitados de protección, el
proceso de internacionalización supondrá un intento de afrontar una protección integral
con textos equiparables en sus contenidos a las declaraciones liberales, aunque
ampliados por los nuevos derechos producto del proceso de generalización.

Entre las causas generales del proceso, se puede señalar la influencia de la realidad
social, abierta cada vez más y superadora de las fronteras nacionales, en el ámbito
económico, cultural, educativo, etc. Entre las más inmediatas aparecen la existencia de

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adversarios de los derechos fundamentales que se sitúan en más de un Estado, por
ejemplo las multinacionales, en relación con los derechos de los trabajadores o de los
consumidores.
Otra causa que se destaca en este proceso es la mayor importancia del ser humano en el
Derecho internacional contemporáneo.

El Derecho Internacional de los derechos fundamentales necesita de nuevos desarrollos


desde la perspectiva de la solidaridad y de consideraciones elementales de humanidad,
fundamentalmente en el ámbito de las garantías, así como en el reconocimiento de
algunos derechos colectivos: el proceso está aún en gran parte en el nivel de la filosofía
de los derechos, pero no en un Derecho positivo generalizado (se tiene conciencia pero
no se ha hecho nada de momento al respecto)

El proceso de internacionalización se produce desde diversas dimensiones


complementarias:

• La primera supone la utilización de formas técnicas del Derecho Internacional


clásico por los Estados, sin ruptura de la soberanía estatal y como cooperación
interestatal.

• La segunda, parte de la toma de conciencia de la insuficiencia de la protección


estatal, en la razón de Estado. La soberanía es un obstáculo para la organización
y protección de los derechos y se buscan instancias, más allá de la interestatal,
para vencerla.

Esta segunda forma de afrontar la internacionalización de los derechos pone en cuestión


el principio de soberanía, convierte a la persona individual en sujeto de Derecho
internacional y propone la existencia de una cierta autoridad supranacional que se
impone a la estatal.

Proceso de especificación.

Para entender la evolución histórica de los derechos fundamentales hasta hoy, hay que
añadir un cuarto fenómeno que produce serias mutaciones en el modelo occidental
inicial; se trata del proceso de especificación que supone no sólo la selección y
matización de lo ya existente, sino aportación de nuevos elementos que enriquecen y
completan lo anterior.

Relación con los titulares.

En el consenso sobre los derechos fundamentales, los titulares de los derechos eran los
genéricos hombres o ciudadanos.

Los primeros son los Derechos del Hombre, y los segundos del ciudadano: parte de la
idea de considerar a los derechos más vinculados a las personas concretas de sus
titulares.

Se juzgan como relevantes algunas situaciones del genérico hombre y ciudadano. Son
circunstancias o situaciones cuya relevancia deriva:

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 De una condición social o cultural de personas que se encuentran en situación
de inferioridad en las relaciones sociales y que necesitan una protección
especial, una garantía o una promoción para superar la discriminación, el
desequilibrio o la desigualdad. El modelo más claro es el de los derechos de la
mujer.
 De una condición física de personas que por alguna razón se encuentran en una
situación de inferioridad en las relaciones sociales. Obligan a una protección
especial. Pueden a su vez ser de dos tipos: genéricos que afectan a todas las
personas durante algún tiempo; o específicas que afectan a algunas durante todo
el tiempo, en algunos casos, o sólo algún tiempo en otros casos. Como ejemplos
tenemos a los derechos del niño o la discapacidad.
 De la situación en unas determinadas relaciones sociales. Se refieren a los
genéricos hombres o ciudadanos cuando se encuentran en una circunstancia
concreta, son derechos del individuo situado que se justifican cuando la otra
parte de la relación tiene un papel preponderante, hegemónico o de superioridad
que exige equilibrar a sus correlativos por medio de una protección reforzada.
Como ejemplos los derechos del consumidor situado frente a monopolios.

En las tres situaciones estamos ante estatus sociales que por razones culturales, físicas o
psicológicas llevan supuesta una debilidad que el Derecho intenta paliar o corregir.

En relación con los contenidos.

Los contenidos de los derechos se forman en nuestros días a través de tres aportaciones
y que suponen puntos de vista ideológicos, éticos y políticos globales. Son las sucesivas
aportaciones liberal, democrática y socialista.

Así como los derechos de las generaciones anteriores responden a los valores superiores
de la libertad, de la igualdad o en caso de fórmulas de síntesis a la libertad igualitaria, en
este caso el fundamento se encuentre en el valor solidaridad o fraternidad, o en el valor
seguridad jurídica.

Pueden señalarse tres dimensiones diferentes de estos derechos: los referidos al medio
ambiente o la protección del entorno natural, el derecho al desarrollo y el Derecho a la
paz.

 Los relativos al medio ambiente expresan una solidaridad no sólo entre los
contemporáneos, sino también en relación con las generaciones futuras, para
evitar legarles un mundo deteriorado a causa, tanto de la explosión demográfica,
como de la explotación inmoderada de los recursos naturales, que produce la
destrucción de los elementos que mantienen el equilibrio de la naturaleza.

La convicción creciente de esos daños y la repercusión en cadena y multiplicada de la


influencia de unos daños para producir otros, ha construido un consenso ético cada vez
más amplio sobre la necesidad de unos nuevos derechos fundamentales por su
contenido y también porque en parte los titulares son, además de los seres humanos que
viven hoy, los que vivirán en el futuro.

15
CAPÍTULO 3. EL FUNDAMENTO DE LOS DERECHOS. VALORES Y
NECESIDADES.

LA LIBERTAD SOCIAL. POLÍTICA Y JURÍDICA

1. Concepto y modalidades
1.1 La libertad como fundamento de derechos

La libertad como fundamento de los derechos fundamentales es consecuencia de la


existencia de mecanismos de organización de la vida social que permitan buscar y en su
caso alcanzar la autonomía, la independencia o la libertad moral, conseguir la
comunicación que se desee a través, del lenguaje y reflexionar sin trabas en la
construcción de conceptos generales. Como el concepto de libertad es polivalente,
llamaremos a esta libertad social, política y jurídica, para diferenciarla de la libertad
psicológica y moral.

La libertad es el referente central para fundamentar los derechos, como la igualdad,


seguridad y solidaridad que se identifican y definen con relación a la libertad. La
libertad como forma de convivencia social se diversifica en principios de organización y
en derechos fundamentales. Los principios de organización expresan la influencia de o
son consecuencia, de la libertad, en la estructura del Poder del estado y de la
Administración, y de los derechos fundamentales en las atribuciones de éstos a sujetos
de derecho, con el fin de que puedan realizar por si mismos los compromisos, en la vida
social y en relación con el Poder, que les conduzca a la moralidad.

A través de los derechos fundamentales las personas podrán controlar libremente su


comportamiento, decidir por su propia elección y con un consentimiento libre, con
conocimiento de las circunstancias relevantes, sin que existan obstáculos, por
necesidades básicas no satisfechas, para si acción y para la comprensión y el
conocimiento de esas circunstancias relevantes, y con mecanismos que hagan posible la
participación en la formación de los criterios de organización del derecho y de los
mismos derechos fundamentales, por tanto generalizables.

Por ultimo, decir que la libertad sin su dimensión moral carecería de legitimidad, sin su
dimensión política no podría imponerse y arraigar en la vida social y sin su dimensión
jurídica carecería de validez y de eficacia para organizar la convivencia. Los derechos
fundamentales son producto de la libertad, y sólo son explicables si desarrollan el ciclo
en las tres perspectivas o son susceptibles de desarrollarlo, naturalmente respetando el
orden lógico de sus génesis 1º la dimensión moral 2º la social y 3º la jurídica. Por lo que
la libertad social política y jurídica, tiene un sentido amplio e integral para hacer posible
ese control libre informado del comportamiento.

1.2 Las modalidades de libertad

La libertad es libertad para hacer lo que se quiera, es decir para actuar y decidir
libremente el propio comportamiento en todos los casos, sin obstáculos, barreras o

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coacciones, de los poderes públicos, y de grupos sociales y de los particulares. Esta es
la libertad como no interferencia o protectora, que crea un ámbito de libertad para el
individuo y en el que nadie puede entrar, ni si quiera con acuerdo del titular. Protege al
grupo que más directamente a la capacidad de elección y de decisión y a la búsqueda
sosegada tranquila y sin interferencias de una información relevante para la
manifestación de voluntad y la toma de decisiones. Fundamenta a los derechos
individuales y civiles más vinculados a la propia persona, vida, honor, pensamiento,
conciencia, expresión, garantías procesales, etc., y a derechos civiles como la libertad de
expresión o la inviolabilidad del domicilio o de las comunicaciones. Estos derechos nos
protegen por medio del derecho penal. En algunos supuestos aparecen estos derechos
con una fundamentación concurrente de la libertad y de la seguridad jurídica. En el caso
de la igualdad ante la ley, de las garantías procesales, de la imparcialidad de los
procedimientos o de la proporcionalidad de las penas, podemos denominar a la libertad
como protectora, pero la libertad es también libertad para poder hacer lo que se quiera.

• La libertad de participación es la libertad para intervenir en la formación de


los criterios de decisión política, contribuye al proceso de producción normativa,
a las manifestaciones de voluntad del Estado, y al establecimiento de fines,
objetivos y valores de su actividad. Son los llamados derechos políticos, como
el derecho de asociación política, con el reconocimiento constitucional de los
partidos. En esta dimensión de libertad como fundamento de los derechos se
produce una mayor conexión con el principio de organización porque los
derechos contribuyen a facilitar una estructura de los poderes basada en el valor
de la libertad.

Con todo lo anterior, podemos definir a la libertad como una condición imprescindible
para la acción del ser humano, el la vida social, a través del Derecho que permite
alcanzar a cada individuo los objetivos y fines morales que persiga, y que son expresión
de la dignidad humana.

• La libertad psicológica, es un dato de la condición humana, presente en el


pensamiento e imprescindible para explicar muchas dimensiones de la cultura e
incluso de la propia historia. Es la libertad de elección que nos permite escoger
entre diversas posibilidades y que es por consiguiente la base de la moralidad.
La idea de conexión de esta libertad con la libertad social, política y jurídica,
fundamento de los derechos, puesto que ésta surge para garantizar en la vida
social la libertad de elección.

• La libertad moral, o de autonomía moral es una meta, un ideal a alcanzar,


como la elección libre de los fines morales.

• La Seguridad Jurídica. La seguridad supone la creación de un ámbito de


certeza, de saber a que atenerse, que pretende eliminar el miedo y favorecer un
clima de confianza en las relaciones sociales. Es por tanto el mínimo existencial
que permite el desarrollo de la dignidad humana y hace posible la vida con
garantías y la posibilidad de una comunicación con los demás.
Para que la seguridad sea considerada un valor que fundamente el derecho, tiene que
pasar por un proceso que va desde la moralidad y con la mediación de la política llega
al Derecho.
La seguridad es un valor procedimental, que pretende crear las condiciones mínimas

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para la existencia de la libertad moral.

La relación jurídica en relación con el Poder.


Desde de un punto de vista externo vemos la relación Derecho-poder. Se trata de
considerar las condiciones que debe reunir el poder para producir un sistema jurídico,
que pueda alcanzar los objetivos que pretende la seguridad jurídica, supone también
evitar aquellos aspectos del poder que pueden dañar a la seguridad del ordenamiento.
Desde un punto de vista del individuo se generan derechos muy importantes.
Dicho modelo teórico es difícil de separar de la realidad.

En el ejercicio del poder.


Este es el supuesto de la juridificación de la legitimidad de ejercicio y desarrolla la
respuesta ¿cómo se manda? la exigencia de procedimientos generales y previos,
establecidos por la Constitución y la ley.
La seguridad no deriva sólo de identificar al órgano con poder para crear normas, sino
también de los cauces o reglas de procedimientos necesarios para que esas normas sean
válidas o para que las actuaciones de los operadores jurídicos se sujeten a un
procedimiento preestablecido que garantice el igual tratamiento de ciudadanos y otros,
sometidos a un determinado ordenamiento jurídico.
La garantía central de la seguridad jurídica es el imperio de la ley, es decir el Estado de
derecho, donde se regula y se racionaliza el uso de la fuerza por el poder. Es por ello
que tiene importante dimensión subjetiva que se organiza como derechos
fundamentales y respecto al ejercicio del poder, lo limita.
El principal derecho, que aparece en este ámbito, vinculado a la seguridad jurídica, es el
derecho a la seguridad que se engarza al derecho genérico a la libertad.
También están las llamadas garantías procesales y garantías penales, que las
encontramos en Declaraciones de Derechos. Entre las primeras están, el derecho a un
proceso justo e imparcial, el derecho de defensa, derecho a un procedimiento y a un juez
preestablecido, y entre las segundas los derechos a la legalidad penal al "non bis in
idem".
Montesquieu "Espíritu de leyes" sitúa a las garantías procesales= libertad política en
relación con el ciudadano. En dicho texto vincula esa libertad con la bondad de las leyes
criminales.

• La solidaridad.
Se trata de considerarla como un valor superior que fundamenta a los derechos y que al
final de su recorrido, forma parte del Derecho positivo. Esto aparece plenamente en el
S.XIX.
Por otro lado, la solidaridad como valor relacional, incide también en la libertad y en la
igualdad, las vivifica y completa; pero tiene su ámbito de acción propio que explica
derechos como los referidos al medio ambiente y también actitudes ante los derechos.

• La igualdad.
Consiste en concretar los criterios materiales para llevar a cabo el valor solidaridad, en

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crear las condiciones materiales para una libertad posible para todos. Se comunica con
los 3 valores y lo hace como principio de organización y como fundamento de los
derechos.
La idea de igualdad puede referirse al Derecho, es decir, ser igualdad ante la ley =
igualdad formal, igualdad en el ámbito del sistema jurídico, o igualdad en la vida
social, en la realidad de las relaciones entre los seres humanos = igualdad material.

La igualdad ante la ley.


Es como igualdad reguladora del Ordenamiento, una dimensión del valor seguridad
jurídica y pretende crear ámbitos de certeza. Se articula en lo que nos concierne, como
DDFF a la seguridad jurídica y como otros derechos reconocidos por garantías
procésales.
Este tipo de igualdad es la igualdad como generalización, que expresa la superación del
privilegio otorgado a un sector de ciudadanos y la construcción de las normas jurídicas
como dirigidas a un abstracto, ser humano.
Una segunda dimensión de la igualdad es la igualdad de procedimiento o igualdad
procesal, que supone la existencia de un mismo procedimiento para todos, de unas
reglas generales, previas e imparciales para resolver los conflictos.
La tercera dimensión de la igualdad ante la ley es la igualdad de trato formal, esto
supone una igualdad como equiparación y como diferenciación. Y dicha igualdad de
carácter general supone que un mismo órgano no puede modificar arbitrariamente el
sentido de sus decisiones en casos sustancialmente iguales.

La igualdad material.
Esta se identifica con el valor de seguridad jurídica. Dicha igualdad no sólo se sitúa en
el ámbito jurídico sino también en el real de la sociedad, en el que entran en juego
dimensiones económicas y sociales, que obligan a plantearse el tema de los derechos
fundados en la igualdad material no sólo desde el punto de vista de su justicia y de su
validez, sino de su eficacia.
La igualdad material, como fundamento derechos, no puede ser el igualitarismo que
disuelve al individuo en la comunidad, porque desconoce la autonomía.
Si lo planteamos como libertad social, política y jurídica para alcanzar la libertad
moral ,la igualdad material supondría el criterio adecuado para que todos pudiesen
llegar en igualdad de condiciones a ese ejercicio de la libertad protectora y de la libertad
participación, y sería el criterio material para realizar la libertad promocional.
La igualdad material no es tanto una igualdad en el punto de llegada sino que es una
igualdad para poder llegar a la meta, es decir facilita el esfuerzo de cada uno haciéndolo
posible, pero sin sustituirlo. Pretende dar igual peso a todos para poder alcanzar el
objetivo.
La igualdad material debe situarse en el ámbito de la consideración de las circunstancias
de la realidad como relevante o irrelevantes para conseguir un igual peso, es decir para
llegar a la meta de la independencia y de la libertad moral.
Dentro de los criterios relevantes se encuentran las necesidades básicas, que hemos
identificado al analizar la libertad promocional, frente a los criterios como el de la
capacidad, el mérito o el trabajo que dependen menos del sujeto.

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El objetivo de la igualdad material como fundamento de los derechos de contribuir al
mejor uso de la libertad para facilitar el dinamismo hacia la autonomía o la libertad
moral, orienta razonablemente hacia la satisfacción de las necesidades básicas.
LECCIÓN SEGUNDA
-LA CLASIFICACIÓN DE LOS DERECHOS-

CAPÍTULO 1. DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS

1. Fuentes y garantías de los derechos fundamentales

Entre los tipos de derechos fundamentales tenemos:


a) Derechos de la Sección primera del Capítulo segundo, artículos 15 a 29 (con
exclusión del 26). Estos derechos tienen que ser desarrollados por ley orgánica,
deberán respetar su contenido esencial que se desprende de su regulación
constitucional. Asimismo, estos derechos estarán garantizados ante los Tribunales
Ordinarios y en su caso a través del recurso de amparo ante el Tribunal
Constitucional,

b) Derechos a la igualdad y a la no discriminación del artículo 14 y derecho a la


objeción de conciencia al servicio militar, y a aquellas otras que se equiparen por el
Tribunal Constitucional, en base a la libertad ideológica del artículo 16.1, que de-
berán, en caso necesario regularse por ley, aunque no por ley orgánica. En lo que se
refiere al derecho a la objeción de conciencia de los médicos, no se plantea su
desarrollo; legal, porque ha sido reconocido por el Tribunal Constitucional
vinculándolo directamente a la Constitución.

c) Derechos de la sección segunda del Capítulo segundo, artículos 30 a 38. Estos


derechos deberán en caso necesario regularse por ley pero no por ley orgánica. Los
titulares de estos derechos podrán reclamar ante los Tribunales por los
recursos generales que establecen las leyes pero no por el recurso de amparo ante el
Tribunal Constitucional, ni por el preferente y sumario artículo 53.2.

d) Derechos del Capítulo tercero, que no están plenamente desarrollados, sino que
necesitan para alcanzar esa condición una ley de desarrollo de acuerdo con el
artículo 53.3. Son normas jurídicas cuyos destinatarios son los poderes públicos,
llamados principios rectores. No son pues plenamente derechos, aunque si son
normas jurídicas inspiradas en los valores que fundamentan los derechos, y además
de tener rango constitucional, son protegidas por el recurso de
inconstitucionalidad.

2. El contenido de los derechos

Desde ese punto de vista se toma en consideración el objeto o bien protegido y la


finalidad que se persigue con la protección, en relación con la razón última de los
derechos que es la dignidad humana. Así los derechos se dividen en personalísimos, de
sociedad, comunicación y participación, derechos políticos y derechos de seguridad
jurídica, y derechos económicos, sociales y culturales.

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Los derechos personalísimos, lo que se protege con ellos es la persona en sí, con
independencia de la vida social y de sus relaciones con los demás aquí sólo tenemos
en cuenta ámbitos individuales aislados.
El más radical es el derecho a la vida, condición de existencia, que no es un derecho
de disposición, pero que se refiere a una vida humana digna. Junto al derecho a la
vida y a la integridad física y moral, encontramos a la libertad ideológica y religiosa,
el derecho al honor y a la propia imagen, y el derecho a la objeción de conciencia.

Los derechos de sociedad, comunicación y participación, son aquellos que


protegen a la persona en el ámbito de la sociedad civil, favoreciendo el libre tráfico
entre todos sus miembros y su intervención en las relaciones sociales. Se trata de
derechos que facilitan la sociabilidad, condición esencial de la moralidad. Son
pues dimensiones de moralidad pública juridificada, que facilitan la libre elección de
los planes de vida a cada uno, a través de una modelación adecuada de las formas
de vida social.

Entre esos derechos se encuentran el derecho a la igualdad y a la no


discriminación, la libertad de cultos, la inviolabilidad del domicilio, el secreto de
las comunicaciones, la libertad de residencia y de circulación, la libertad de
expresión y de información, el derecho a la creación literaria, científica, artística y
técnica, la libertad de cátedra, la libertad de enseñanza, el derecho de reunión y de
manifestación y el derecho de asociación. Antes se les denominaba derechos civiles.

Los derechos políticos, son aquellos que favorecen la participación de sus titulares
en la formación de la voluntad estatal, y en la configuración de los poderes y de los
órganos públicos, del Estado, de las comunidades locales o autonómicas, en los
poderes políticos y no sólo administrativos que se organizan en ese nivel. Sin
embargo, no lo estaban en el pasado con la amplitud y la generalidad con la que
actualmente se configuran, porque la habilitación para participar no se situaba en
todos los ciudadanos, sino sólo en aquellos varones autónomos desde el punto de
vista económico y cultural. Su ampliación a todos los ciudadanos a lo largo de más de
un siglo de luchas. Junto a este derecho a intervenir en los asuntos públicos, los
derechos políticos comprenden el derecho a acceder en condiciones de igualdad a las
funciones y cargos públicos.

Los derechos políticos abren cauces de participación a través de algunas


instituciones muy relevantes como son el derecho de sufragio activo y pasivo, que
es un principio de organización que guía, el sentido del ejercicio de un derecho
fundamental. Asimismo para el segundo grupo de estos derechos, la oposición o el
concurso son las formas modernas de acceso a la función pública que garantiza la
igualdad. La igualdad en el acceso a los cargos públicos debe entenderse en el
sentido de no discriminar a nadie, aunque en los supuestos de nombramiento
libre, la discrecionalidad, es inevitable.

Los derechos de seguridad jurídica, tienen una autonomía propia que exige
tratarlos como categoría diferente por varias razones. Son el ejemplo más patente de
derechos fundados en el valor de la seguridad jurídica, más que en el de libertad,
aunque su consecuencia consista en un reforzamiento de la libertad. Se diferencian
de la categoría de los derechos personalísimos en que trascienden del ámbito

21
exclusiva y aisladamente privado, por su importancia social y de los derechos de
sociedad, comunicación y participación porque el referente comunitario se realiza
al alcanzar el objetivo de la protección individual. A través de las garantías
procesales, que benefician al individuo, producen la tranquilidad, la certeza y tienen
importante trascendencia social. El signo de ese carácter propio a la vez individual y
social, es que su finalidad y objetivo principal, de asegurar al individuo frente a las
leyes criminales permite alcanzar, la paz y la seguridad. No son tampoco derechos
políticos porque no pretenden participar en el Poder, sino defenderse y protegerse de
una de las funciones de ese Poder que es el titular del «ius puniendi», el derecho a
castigar.

Entre estos derechos se encuentran el derecho a la libertad y la seguridad, las


garantías en caso de detención, el derecho de asistencia letrada, el derecho a obtener
la tutela efectiva de los jueces y tribunales.

Los derechos económicos, sociales y culturales, protegen determinadas


dimensiones en el ámbito privado con contenido económico o cultural, o permiten
crear condiciones en esas dimensiones, en ambos casos para favorecer y hacer posible
el libre desarrollo de la personalidad. Protegen los beneficios de los que se goza, o
pretenden crear nuevos beneficios (educación, sanidad, seguridad social, vivienda).

Esta categoría no forma parte del catálogo clásico de los derechos, y se incorpora
a éstos, a partir de 1848, por influencia del liberalismo radical y progresista y del
socialismo democrático. Desde nuestro punto de vista integran el catálogo de los
derechos y sus contenidos contribuyen a favorecer los ámbitos sociales de
humanización, que son el fin último de éstos, aunque los sectores más
conservadores de la doctrina les niegan ese status de derechos fundamentales.

Lo que distingue a estos derechos de los anteriores es que son inseparables de


dimensiones económicas de escasez que los condicionan y que incluso los pueden
hacer desaparecer. Son el signo de la necesidad de una aproximación realista que
completa el análisis de origen iusnaturalista (la moralidad de los derechos) y el de
origen positivista (la validez o positividad de los derechos).

Características y forma de su ejercicio

De acuerdo con este criterio, lo que se tiene en cuenta es el tipo de comportamiento que
el titular del derecho debe realizar y también la reacción que ese comportamiento
genera en su entorno, obligados concretos, ciudadanos en general y poderes públicos.
Desde este criterio podríamos distinguir entre derechos de no interferencia, derechos
participación, derechos prestación y derechos deber.

Los derechos de no interferencia, suponen una protección del individuo frente a


acciones externas de los poderes públicos, de otros grupos y de personas
individuales que podrían impedir o dificultar su libertad de elección, y
consiguientemente el dinamismo que lleva desde ésta a la libertad moral. Los
efectos consisten en crear un ámbito para el individuo titular, donde nadie está
autorizado para realizar una intervención, o en su caso sólo puede hacerlo a través
de un procedimiento lleno de garantías. Los grandes valores que informan a estos
derechos son la libertad y la seguridad jurídica principalmente, la libertad de

22
pensamiento o la libertad religiosa, la inviolabilidad del domicilio y secreto de las
comunicaciones, algunas garantías procesales, el derecho de propiedad. La finalidad
genérica de favorecer la autonomía moral, la libre elección de planes de vida se hace
en este caso desde la abstención de comportamientos.

Los derechos participación, son los derechos políticos y suponen una acción
positiva de sus titulares que tiene que ser amparada y promocionada por los poderes
públicos y por las instituciones. A través de la participación contribuyen a la
formación de la voluntad política y a la toma de decisiones de éstos y también
pueden acceder a la Administración para formar parte de ella como funcionarios.
Estamos ante derechos fundamentales directos y claros como el que en la
Constitución española desarrolla el artículo 23, y también ante derechos de los
administrados (arts. 105 y 51.2) que necesitan desarrollo legal. La finalidad genérica
de todos los derechos de favorecer la autonomía moral se produce con la actuación en
las instituciones.

Los derechos prestación, suponen una acción positiva, normalmente de los poderes
públicos, aunque también puede ser de los particulares más excepcionalmente, para
ayudar a la satisfacción de necesidades básicas, que no pueden ser resueltas por la
propia y exclusiva fuerza del afectado. La justificación de la intervención se basa en
la convicción de que la carencia de esas necesidades básicas, impide el desarrollo
moral y la libre elección de planes de vida de quien se encuentra en esa situación.
Las necesidades pueden ser económicas, culturales, educativas e incluso jurídicas,
pero siempre el trasfondo es económico.

Entre los derechos comprendidos en este grupo están: el derecho a la seguridad


social, a la salud, o a la asistencia letrada, heterogéneo con los anteriores y que supone
una obligación del Estado de proporcionar abogado a quien no lo tiene. No se
proporciona letrado sólo a quien carece de medios, sino a quien no quiere, aunque
tenga medios. Así no es propiamente una necesidad con trasfondo económico por
parte del titular del derecho, sino que estamos ante una necesidad estructural del
propio sistema garantista que tiene que ser satisfecha para que éste funcione.

Se habla igualmente de derechos de crédito, en el sentido de que sus titulares


pueden reclamar una acción positiva de los poderes públicos o de otros particulares.

Los derechos-deber, son aquellos en los cuales su titular lo es asimismo de un deber


en relación con el mismo objeto. Es un derecho prestacional, que supone una acción
positiva de los poderes públicos, por ejemplo a través de la creación de un servicio
público de la enseñanza, que permita la satisfacción del derecho a la educación.
Pero la importancia es igualmente para la colectividad y para la satisfacción del
interés general, con lo cual si el tema se ve desde el punto de vista del Poder, en este
caso del ejemplo, de la administración educativa, se construye una obligación del
titular del derecho. Este no será libre de ejercer el derecho, sino que tendrá la
obligación de hacerlo. Es un derecho que necesariamente debe ejercerse, que no son
disponibles, como el derecho de sufragio.

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CAPÍTULO 2. DERECHOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y CULTURALES
(LECTURA: LOS DERECHOS SOCIALES COMO DDFF).
CAPÍTULO 3. LA NUEVA GENERACIÓN DE DERECHOS HUMANOS
(LECTURA: EL DERECHO A LA PAZ: UN CAMBIO DE PARADIGMA)

LECCIÓN TERCERA
-¿QUIÉNES SON TITULARES DE LOS DERECHOS?-
CAPÍTULO 1. EL TITULAR DE LOS DERECHOS. LAS FRONTERAS DE LOS
DERECHOS.

1. Algunas precisiones de significado: universalidad racional, temporal y espacial

Cuando se habla de universalidad hay que tener en cuenta tres planos diferentes:
El plano racional hace referencia a una titularidad de los derechos que se adscriben a
todos los seres humanos. Sus rasgos son la racionalidad y la abstracción, congruentes
con esa titularidad de todos y con la pretensión de validez general de los criterios de
moralidad, contenidos en los derechos. En el plano temporal tienen un carácter
racional y abstracto al margen del tiempo y válidos para cualquier momento de la
historia. Y en el plano espacial la extensión de la cultura de los DF a todas las políticas
sin excepción.

1.1 La universalidad y los derechos extranjeros

Uno de los problemas complejos que afectan al tema de la universalidad es la condición


de ciudadano y de extranjero y la atribución o no de la titularidad.
A finales del siglo XVIII, se distinguía entre hombre y ciudadano. El primero es el ser
humano natural, convertido en ser social. Sus derechos naturales pasan a ser derechos
de la persona en sociedad, y son derechos de todos no afectados por consiguiente por la
distinción entre nacional y extranjero. El ciudadano, tal y como se expresa en la
“Enciclopedia” es el miembro de una sociedad libre que...participa de los derechos de
esa sociedad”. Así los derechos que cumplen una función de participación política están
normalmente reservados a los ciudadanos.
Por tener en su raíz la dignidad humana, fuente de la moralidad pública en los derechos,
todos afectan a las dimensiones básicas del libre desarrollo de la personalidad y todos
son derechos del ser humano y no sólo del ciudadano. Las limitaciones derivadas de
soberanía o de representación excluye a los extranjeros como si su dignidad se limitase
a entrar en el ámbito de la organización del Poder político. Cuanto menos central sea en
cultura política el concepto de soberanía se difuminará progresivamente la distinción
entre nacionales y extranjeros. En este sentido es relevante el concepto de ciudadanía
europea aunque sea en una disminución cuantitativa de a diferencia, por que se
mantiene la condición de extranjero para las naciones de los estados miembros de la
UE. Estos se puede estancar, e incluso involucionar, por razones económicas de escasez
y de mala distribución de la riqueza entre naciones, o de la sanciones, cuando procesos
migratorios muy fuertes hacia los países ricos, conducen a un control de fronteras para
los inmigrantes de países pobres. Se tiende a reforzar las distinciónes entre nacionales y
extranjeros, negando a este tipo de emigrantes que escapan del hambre y de la pobreza

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no solo esos derechos de participación política sino la libertad de circulación y de
residencia o algunos derechos sociales.
Aquí la filosofía de los DF toma una serie de precauciones y de reservas basadas en la
razón del estado. A veces en los países de origen de los emigrantes se produce
paradójicamente un nacionalismo al revés. Así este supone que se establece una barrera
hacia los derechos o hacia parte de ellos en nombre de las particularidades ideológicas o
religiosas.
Por otra parte la consideración para rechazar a los extranjeros como titulares de
derechos se argumenta pero al revés. Será desde un país con arraigo y tradición en
materia de derecho desde donde se rechace la participación plena en esos derechos de
los no nacionales.
Ambas situaciones tienen como consecuencia la no extensión de derechos a los
extranjeros o la no apertura de los derechos a los nacionales. Entra juego la idea de
universalidad de los derechos e un ámbito de aplicación.
Desde le punto de vista doctrinal la distinción entre nacionales y extranjeros a efectos de
titularidad de derechos se justifica en las teorías de las soberanía de la razón del Estado.
El nacionalismo y el relativismo cultural, que tiende a justificar como extranjeros a
ciudadanos de Estados que se proclaman ajenos a esa cultura, vienen a coincidir con las
doctrinas negadoras de los derechos.
Estas posiciones no se justifican en ellas y desde luego en ellas no puede fundarse una
doctrina de los derechos.

CAPÍTULO 2. LA CUESTIÓN DE LOS DERECHOS COLECTIVOS


(LECTURA: SOBRE ALGUNAS DIFICULTADES DE LA NOCIÓN DE
DERECHOS COLECTIVOS)

25
LECCIÓN 4. RETOS A LOS DERECHOS HUMANOS EN
UN MUNDO GLOBAL.

CAPÍTULO 1. MULTICULTURALISMO Y CONFLICTOS DE IDENTIDAD.

26

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