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La “fuerza vital”: una larga discusión
A principios del siglo XIX, los científicos comenzaron a usar los términos “Química orgánica” para referirse al
estudio de las sustancias presentes en los seres vivos. Estas sustancias diferían considerablemente de las que
formaban los seres inanimados y, además poseían cualidades especiales que no podían ser reproducidas en
los laboratorios; ningún científico lograba sintetizarlas.
Surgieron así los postulados del vitalismo. Uno de los más fervientes
defensores de esta teoría fue el famoso químico
sueco John Jacob Berzelius (1779-1848). Este científico era
una autoridad reconocida en esa época, ya que realizó
importantes contribuciones a la química.
Paradójicamente, fue un discípulo de Berzelius, el químico alemán Friedrich Wöler, quien derribó la teoría
vitalista. Wöler era un joven muy entusiasta y algo rebelde y no estaba convencido de esta teoría.
En 1824 concluyó sus estudios en Estocolmo con Berzelius y cuatro años más tarde, en Berlín, logró sintetizar
en el laboratorio un producto elaborado por organismos vivos, la urea. Con esta síntesis derrumbó los
principales argumentos de los vitalistas, y en particular los de su profesor, que en un principio se negó a
aceptar el hecho científico.
2. Después de que se comprendieran los principios de la combustión otro debate de gran importancia se
apoderó de la química. El vitalismo y la distinción esencial entre la materia orgánica e inorgánica. Esta
teoría asumía que la materia orgánica sólo pudo ser producida por los seres vivos atribuyendo este
hecho a una vis vitalis inherente en la propia vida. Base de esta asunción era la dificultad de obtener
materia orgánica a partir de precursores inorgánicos.
Este debate fue revolucionado cuando Friedrich Wöhler descubrió accidentalmente como se podía
sintetizar la urea a partir de cianato de amonio en 1828 mostrando que la materia orgánica podía
crearse de manera química. Sin embargo aún hoy en día se mantiene la clasificación en química
orgánica e inorgánica, ocupándose la primera esencialmente de los compuestos del carbono y la
segunda de los compuestos de los demás elementos.
Los motores para el desarrollo de la química orgánica era en el principio la curiosidad sobre los
productos presentes en los seres vivos (con probablemente la esperanza de encontrar nuevos
fármacos) y la síntesis de los colorantes o tintes. La última surgió tras el descubrimiento de la anilina
por Runge y la primara síntesis de un colorante artificial por Perkin.
Luego se añadieron los nuevos materiales como los plásticos, los adhesivos, los cristales líquidos, los
fitosanitarios etc.
Hasta la segunda guerra mundial la principal materia prima de la industria química orgánica era el
carbón dada la gran importancia de Europa en el desarrollo de esta parte de la ciencia y el hecho que
el carbón en Europa no hay grandes yacimientos de alternativas como el petróleo. Con el final de la
segunda guerra mundial y el creciente peso de los estados unidos en el sector químico la química
orgánica clásica se convierte cada vez más en la petroquímica que conocemos hoy en día.
3. Jons Jacob von Berzelius, científico sueco, fue quien descubrió los elementos cerio, selenio y torio, además
consiguió aislar el silicio, el circonio y el titanio. Así mismo corrigió la tabla de los pesos atómicos
perfeccionándola y corrigiendo sus errores. En Suecia es considerado el padre de la química sueca. Uno de
los primeros en publicar con exactitud admisible de las masas moleculares y atómicas fue Berzelius. En el
campo de la biología también hizo su aporte ya que fue pionero en distinguir los compuestos orgánicos de
los inorgánicos.
4.
5. Aunque muchos de nuestros lectores quizá no lo sepan, en 1807 aún se creía que los compuestos
relacionados con la vida poseían una fuerza vital que les hacía distintos a los compuestos inorgánicos.
Asimismo, se consideraba imposible la preparación en el laboratorio de un compuesto orgánico, pues se
habría logrado con compuestos inorgánicos.
Fue entonces cuando, a principios del siglo XIX, científicos como Jöns Jacob Berzelius comenzaron a usar el
término “química orgánica” para referirse al estudio de las sustancias presentes en los seres vivos y
estudiar los compuestos derivados de recursos naturales.
El padre de la fuerza vital
Uno de los más fervientes defensores de esta teoría fue el famoso químico sueco Jöns Jacob Berzelius
(1779 – 1848). Este científico era una autoridad reconocida en esa época, ya que realizó importantes
contribuciones a la Química, como la creación del sistema de representación de los elementos
mediante símbolos y de las sustancias por medio de fórmulas químicas. Berzelius fue el creador del
término “isómero” y descubrió varios elementos químicos.
Precursor en el campo de la química orgánica, Wöhler es famoso por su síntesis del compuesto
orgánico denominado urea, que no fue el primero que sintetizó, ya que el primero fue el oxalato de
amonio.
Wohler era un joven muy entusiasta y algo rebelde, que no estaba convencido de la existencia de la
“fuerza vital”. En 1824 concluyó sus estudios en Estocolmo con Berzelius y cuatro años después, en
Berlín, logró sintetizar en el laboratorio un producto elaborado por los organismos vivos, la urea.
8. Wöhler también era conocido por ser codescubridor del berilio, del silicio y del nitruro de silicio, así como
la síntesis de carburo de calcio, entre otros. En 1834, Wöhler y Justus Liebig publicaron una investigación
sobre el aceite de almendras amargas. Demostraron por sus experimentos que un grupo de carbono,
hidrógeno y átomos de oxígeno pueden comportarse como un elemento, tomar el lugar de un elemento, y
se pueden cambiar por otros elementos en compuestos químicos. Así se sentaron las bases de la doctrina
de radicales compuestos, una doctrina que tuvo una profunda influencia en el desarrollo de la química.1
El aislamiento de los cuerpos elementales y la investigación de sus propiedades fue una de sus
actividades favoritas. En 1827 obtuvo aluminio metálico como un polvo fino, y en 1845 los métodos
mejorados le permitieron obtenerlo en glóbulos completamente metálicos. Nueve años después Henri
Étienne Sainte-Claire Deville, que desconocía los trabajos de Wöhler, adoptó los mismos métodos en
sus esfuerzos por preparar el metal a escala industrial; el resultado de la reivindicación de prioridad de
Wöhler fue que los dos científicos se hicieron buenos amigos y se unieron en una investigación,
publicada en 1856-1857, que arrojó "boro adamantino". Por el mismo método que había tenido éxito
con el aluminio (reducción del cloruro por potasio) Wöhler en 1828 obtuvo berilio metálico e itrio.
2 NH3 + CO2 está en equilibrio con H2N-COONH4 (ΔH= -117kJ/mol a 110 atm y 160°C) 5
La segunda reacción es la conversión a urea : la descomposición endotérmica, más lenta, del
carbamato de amonio en urea y agua:
H2N-COONH4 está en equilibrio con (NH2)2CO + H2O (ΔH= +15.5 kJ/mol a 160-180°C) 5
La conversión total del NH3 y CO2 a urea es exotérmica,6 y el calor de reacción de la primera reacción
dirige a la segunda.
Usos:
Fertilizante ׃El 91 % de la urea producida se emplea como fertilizante. Se aplica al suelo y
provee nitrógeno a la planta. También se utiliza la urea de bajo contenido de biuret (menor al
0.03 %) como fertilizante de uso foliar. Se disuelve en agua y se aplica a las hojas de las plantas,
sobre todo frutales, cítricos.
La urea como fertilizante presenta la ventaja de proporcionar un alto contenido de nitrógeno,
esencial en el metabolismo de la planta ya que se relaciona directamente con la cantidad de
tallos y hojas, quienes absorben la luz para la fotosíntesis. Además el nitrógeno está presente
en las vitaminas y proteínas, y se relaciona con el contenido proteico de los cereales.
La urea se adapta a diferentes tipos de cultivos. Es necesario fertilizar, ya que con la cosecha se
pierde una gran cantidad de nitrógeno. El grano se aplica al suelo, el cual debe estar bien
trabajado y ser rico en bacterias. La aplicación puede hacerse en el momento de la siembra o
antes. Luego el grano se hidroliza y se descompone.
Debe tenerse mucho cuidado en la correcta aplicación de la urea al suelo. Si ésta es aplicada en
la superficie, o si no se incorpora al suelo, ya sea por correcta aplicación, lluvia o riego, el
amoníaco se vaporiza y las pérdidas son muy importantes. La carencia de nitrógeno en la planta
se manifiesta en una disminución del área foliar y una caída de la actividad fotosintética.
Fertilización foliar ׃La fertilización foliar es una antigua práctica, pero en general se aplican
cantidades relativamente exiguas con relación a las de suelo, en particular de macronutrientes.
Sin embargo varios antecedentes internacionales demuestran que el empleo de urea bajo de
biuret permite reducir las dosis de fertilizantes aplicados al suelo, sin pérdida de rendimiento,
tamaño y calidad de fruta.[cita requerida] Estudios realizados en Tucumán demuestran que las
aplicaciones foliares de urea en bajas cantidades resultan tan efectivas como las aplicaciones al
suelo.[cita requerida] Esto convalida la práctica de aplicar fertilizantes junto con las aplicaciones
de otros agroquímicos como complemento de un programa de fertilización eficiente.
Industria química y de los plásticos ׃Se encuentra presente en adhesivos, plásticos, resinas,
tintas, productos farmacéuticos y acabados para productos textiles, papel, metales y tabaco.
Como por ejemplo la resina urea-formaldehído . Estas resinas tienen varias aplicaciones en la
industria, como la producción de madera aglomerada. También se usa en la producción de
cosméticos y pinturas.
Suplemento alimenticio para el ganado: Se mezcla en el alimento del ganado y aporta
nitrógeno, que es vital en la formación de las proteínas.
Producción de drogas ׃Se usa como adulterante para la fabricación de drogas como la
metanfetamina.
Componente del aditivo Adblue o urea AUS32, aditivo que se utiliza para reducir las emisiones
de óxidos de nitrógeno (NOx) causadas por los escapes de los motores diésel, mediante un
proceso denominado reducción catalítica selectiva (RCA).