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Ciudadano (a):
JUEZ DEL TRIBUNAL SUPERIOR DEL TRABAJO DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL
ESTADO ARAGUA
Su Despacho.-

Quienes suscriben, Zuleima Guzmán Camero y Yivis Josefina Peral Narváez, mayores de edad,
titulares de las cédulas de identidad números V- 4.230.863 y V- 6.052.608 respectivamente,
abogadas, inscritas en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo los números 16.322 y
170.549 respectivamente, en nuestra condición de sustitutos de la ciudadana Procuradora
General del Estado Bolivariano de Aragua, Abg. Clelia Iraima Pérez Vásquez según consta en
instrumento poder que presentamos en original, Ad Effectum Videndi y anexamos copia
marcada con la letra “A”, en ejercicio y representación de los derechos e intereses del Estado
Bolivariano de Aragua, y del Instituto de la Policía del Estado Bolivariano de Aragua (en lo
adelante “INPO ARAGUA”), acudimos ante su competente autoridad a los fines de interponer
Recurso de Nulidad con solicitud de amparo cautelar de suspensión de los efectos del acto
administrativo, de conformidad con el procedimiento establecido en la Ley Orgánica de la
Jurisdicción Contencioso Administrativa, contra la Certificación N° 0162-15 (Expediente N°
ARA-07-IE-13-0297) de fecha 1º de Abril de 2015, (anexo original marcado con la letra “B”)
emanada del Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales/Geresat
Aragua, notificado el 15 de Junio de 2015, por la presunta Enfermedad Ocupacional Agravada
por el trabajo de la ciudadana ELENA GUEDEZ CASTRO, titular de la Cédula de Identidad N° V-
5.521.349, quien mantiene relación laboral activa con INPO Aragua desempeñándose
actualmente con el cargo de Obrera, en atención a las consideraciones de hecho y de derecho
que a continuación se detallan:

I
DE LA COMPETENCIA DEL TRIBUNAL LABORAL

La Disposición Transitoria Séptima de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio


Ambiente de Trabajo, prevé que la competencia para conocer los recursos de nulidad contra
los actos administrativos dictados por el Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad
Laborales (INPSASEL), corresponde a los Tribunales del Trabajo, en tal sentido, establece:
“Disposición Transitoria Séptima. Mientras se crea la Jurisdicción Especial del
Sistema de Seguridad Social, son competentes para decidir los recursos
contenciosos administrativos contenidos en la presente Ley, los Tribunales
Superiores con competencia en materia de trabajo de la circunscripción judicial
en donde se encuentre el ente que haya dictado el acto administrativo que dio
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origen al recurso inicial. De estas decisiones se oirá recurso ante la Sala de


Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia”.

Al respecto, la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia Nº 27 de fecha 26 de


julio de 2011 con ponencia del Magistrado Arcadio Delgado Rosales (Caso AGROPECUARIA
CUBACANA C.A.), procedió a aplicar el criterio sentado por la Sala Constitucional en
sentencia N° 955 del 23 de septiembre de 2010, ratificado en sentencia N° 108 del 25 de
febrero de 2011, donde se pronunció en relación con la competencia para el juzgamiento de
las demandas, de cualquier naturaleza, que se interpongan contra los actos administrativos
que dicten las Inspectorías del Trabajo y estableció que corresponde a los tribunales
laborales conocer de los recursos de nulidad de las resoluciones emanadas de las
Inspectorías del Trabajo, por cuanto los mismos tienen como fuente la relación laboral y, en
tal sentido, cambió la doctrina que había establecido la misma Sala en sentencia N° 1318 del
2 de agosto de 2001, donde los órganos de la jurisdicción contencioso administrativa eran
competentes para conocer y decidir los juicios de nulidad contra los actos administrativos
que emanaran de las Inspectorías del Trabajo.

Ahora bien, la Sala Plena en la referida sentencia se pronunció sobre la competencia de las
acciones de nulidad ejercidas contra las decisiones administrativas dictadas por el Instituto
Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales (INPSASEL) y, fundamentado en las
decisiones de la Sala Constitucional indicadas supra, procedió a otorgar dicha competencia a
los órganos que integran la jurisdicción laboral, con lo cual se aparta del criterio que se venía
aplicando establecido por la Sala Constitucional en sentencia N° 29 de fecha 19 de enero de
2007 con ponencia del Magistrado Francisco Antonio Carrasqueño López, por el cual se
atribuyó dicha competencia a los Juzgados Superiores en lo Contencioso Administrativo. Se
lee de la referida decisión de la Sala Plena:

“Ahora bien, en el caso bajo estudio, la demanda fue propuesta contra el acto administrativo
emanado del Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales (INPSASEL),
dictado con ocasión del procedimiento administrativo instruido contra la empresa
Agropecuaria Cubacana C.A., que determinó la imposición de una sanción pecuniaria por el
accidente laboral sufrido por el ciudadano José Rafael Castrillo, como consecuencia de la
violación de la normativa legal en materia de seguridad y salud en el trabajo, supuesto de
hecho previsto en el artículo 129 la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio
Ambiente de Trabajo.

Al respecto, se advierte que el referido dispositivo legal prevé, expresamente, que las
acciones derivadas “(…) de lo regulado por este artículo conocerán los tribunales de la
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jurisdicción especial del trabajo, con excepción de las responsabilidades penales a que
hubiera lugar (…)”; asimismo, la Disposición Transitoria Séptima eiusdem, establece que “(…)
son competentes para decidir los recursos contenciosos administrativos contenidos en la
presente Ley, los Tribunales Superiores con competencia en materia de trabajo de la
Circunscripción Judicial en donde se encuentre el ente que haya dictado el acto
administrativo que dio origen al recurso inicial. De estas decisiones se oirá recurso ante la
Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia (…)”.

En este mismo orden de ideas, debe acotarse que la Ley Orgánica de la Jurisdicción
Contencioso Administrativa no incluyó dentro de los asuntos que deben conocer los órganos
de la jurisdicción contencioso administrativa, las acciones de nulidad contra los actos
administrativos emanados del Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales
(INPSASEL) o de los órganos adscritos al mismo, con ocasión de la aplicación de la Ley
Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo.

No hay duda pues de que la voluntad del legislador, en absoluta concordancia con las
disposiciones constitucionales sobre la protección del hecho social trabajo y el entramado de
relaciones jurídicas que del mismo deriva, tal como el régimen de seguridad y salud en el
trabajo y las condiciones idóneas para el desempeño del mismo en protección de las
condiciones físicas y mentales del trabajador, atribuyen –de forma expresa y exclusiva- a los
órganos que integran la jurisdicción laboral, la competencia relativa al conocimiento de las
acciones de nulidad ejercidas contra las decisiones administrativas dictadas por el Instituto
Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales (INPSASEL), pues lo relevante para
determinar cuál es el juez natural que ha de conocer este tipo de pretensiones no es la
naturaleza del órgano del cual emana sino la naturaleza jurídica de la relación.

En consecuencia, conforme a los razonamientos expuestos, el tribunal competente para


conocer de la presente causa es el Juzgado Superior del Trabajo del Circuito Judicial Laboral
de la Circunscripción Judicial del Estado Aragua.

II
DE LOS HECHOS

Es el caso Ciudadano (a) Juez (a) que en fecha 1º de Abril de 2015, el Instituto Nacional de
Prevención, Salud y Seguridad Laborales (INPSASEL), a través de la Gerencia Estadal de Salud
de los Trabajadores de Aragua (GERESAT), emitió Oficio de Certificación N° 0162-15
(Expediente N° ARA-07-IE-13-1126), notificado al Instituto de la Policía del Estado Bolivariano
de Aragua, mediante Boleta de Notificación alfanumérica SSL/NC/0171-15 del 14 de Abril de
2015, recibida por la Consultoría Jurídica el 15 de Junio de 2015, (Anexo Original marcada
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con la letra “C”), relacionado con la ciudadana ELENA GUEDEZ CASTRO, arriba identificada,
por el cual certificó Discapacidad Parcial Permanente por presunta Enfermedad Ocupacional
Agravada por el trabajo, bajo diagnostico de Síndrome del Túnel del Carpo Bilateral, para un
porcentaje de discapacidad -a su decir- de Cuarenta y Seis por ciento (46%), según los
artículos 78 y 80 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio ambiente de Trabajo
-LOPCYMAT-.

En tal sentido, deviene necesario esgrimir que la trabajadora antes identificada ingresó al
Instituto de la Policía del Estado Aragua el día 16 de Junio de 2004, desempeñando en el área
de mantenimiento, y a partir del 26 de Febrero del año 2007, hasta la presente fecha, se ha
encontrado de reposo médico continuo.

Al respecto, es de hacer notar que no existen medios de prueba para que INPSASEL a través
de la GERESAT ARAGUA determinara que presuntamente se había suscitado la enfermedad
ocupacional agravada a raíz de las labores desempeñadas por la ciudadana dentro de la
Institución en su condición de Obrera, menos aun, cuando cabe tomar en cuenta que la
ciudadana en cuestión se ha mantenido por más de Cinco (5) años en situación de reposo sin
que inste diligentemente el criterio de incapacidad total o parcial, temporal o permanente,
por parte del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (I.V.S.S.), lo cual deja en entredicho
la Certificación suscrita por la Doctora Carmen Zambrano, Médica Ocupacional del Servicio de
Salud Laboral, GERESAT ARAGUA, máxime si se toma en consideración que la presunta causa
de enfermedad agravada que aqueja a la funcionaria no son más que funciones inherentes y
consustanciales -per se- al servicio por el cual inicialmente se configura la relación de empleo.

III
DEL DERECHO

Así, los hechos descritos no dejan duda que la ciudadana ELENA GUEDEZ CASTRO, supra
identificada, mantiene activa relación laboral con INPO ARAGUA y que si bien INPSASEL la
certifica con Enfermedad Ocupacional Agravada, no es menos cierto que la misma se ha
mantenido presentando reiteradamente, por más de Cinco (5) años, reposos médicos sin
contar en realidad con un respaldo y antecedentes médicos serios y convincentes, motivo por
el cual se solicita formalmente su nulidad absoluta, con fundamento en los vicios de Falso
Supuesto de Hecho y de Derecho.

En este sentido, cabe señalar que la Administración debe determinar efectivamente, la


relación de causalidad que existe entre la enfermedad padecida por la trabajadora y la
actividad que la misma desempeña, a los efectos de que pueda certificarse que la condición
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que padece es de origen ocupacional, o en su defecto, de origen común, ya sea por las
condiciones físicas del trabajador, las condiciones genéticas, entre otras. Debiendo analizar el
Ente Administrativo, la relación de causa efecto entre: las tareas desempeñadas por los
trabajadores; el ambiente laboral; el diagnóstico de la enfermedad; las condiciones
personales del trabajador (edad, sexo, constitución anatómica, predisposición a
enfermedades y aptitud física), para demostrar que la enfermedad es de origen ocupacional.
Resulta oportuno mencionar, que en el caso que nos ocupa el órgano certificador, no
determina la relación de causalidad entre la presunta enfermedad agravada por el trabajo y
las condiciones de trabajo para establecer el origen ocupacional o no de la misma, siendo
esto requisito sine qua non, a los efectos de Certificar una Enfermedad como de origen
Ocupacional. En consecuencia, resulta claro que el acto recurrido adolece de vicio de falso
supuesto de hecho, al no establecer un nexo de causalidad entre la enfermedad padecida por
la ciudadana ELENA GUEDEZ CASTRO y las labores desempeñadas.

En razón de lo anterior, la Dirección Estadal de Salud de los trabajadores del Estado Aragua,
incurrió en el vicio de falso supuesto de hecho en atención a la omisión de una correcta
determinación del nexo de causalidad que existe entre las labores que desempeña la
ciudadana ELENA GUEDEZ CASTRO para INPO, y la enfermedad que padece, a los efectos de
determinar que la enfermedad es generada con ocasión al trabajo.
Asimismo, tal certificación no atribuye forma alguna las razones técnicas por las cuales la
autoridad administrativa llega a la conclusión que llega y en forma arbitraria imputa a mi
representada la existencia y agravamiento de una lesión no ocupacional (a la que califica sin
razonamiento alguno como ocupacional. De manera, la Certificación N° 0162-15 (Expediente
N° ARA-07-IE-13-0297) de fecha 1º de Abril de 2015, emanada del Instituto Nacional de
Prevención, Salud y Seguridad Laborales/Geresat Aragua, afecta los derechos e intereses de
mi representada, pues, falsamente indica que durante la relación de trabajo que mantuvo la
ciudadana ELENA GUEDEZ CASTRO, con mi representada, ésta sufrió agravamiento de una
enfermedad, en donde no existe una constancia técnica de cuándo surgió y desde cuándo la
padece.

A este respecto, solicitamos formalmente la nulidad absoluta de la Certificación N° 0162-15


de fecha 1º de Abril de 2015, emanada del Instituto Nacional de Prevención, Salud y
Seguridad Laborales/Geresat Aragua, con fundamento en los siguientes vicios:
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Vicios en el Procedimiento

El acto administrativo recurrido se encuentra inficionado de nulidad absoluta toda vez que la
Administración prescindió total y absolutamente de procedimiento, trasgrediendo así los
derechos fundamentales se mi representada a la defensa y al debido proceso.

De conformidad con lo establecido en los artículos 75 y 76 de la Ley Orgánica de Prevención,


Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, el Instituto Nacional de Prevención, Salud y
Seguridad Laborales puede iniciar de oficio la investigación de una enfermedad o accidente
con el objeto de comprobar, calificar y certificar una enfermedad o accidente.

Todo procedimiento administrativo consta de una serie de actos de trámite que concluyen en
un acto definitivo. Dichos actos se encuentran englobados en tres fases; iniciación,
sustanciación y terminación. Así como el procedimiento administrativo tiene por objeto
proteger el interés general, éste también sirve para resguardar el derecho a la defensa de los
interesados; razón por la cual la fase de sustanciación resulta fundamental para que el
interesado pueda merecer la oportunidad de presentar los alegatos y promover las pruebas
que estime convenientes para la mejor defensa y promoción de sus derechos e intereses.

Con respecto a este punto, la Sala Político Administrativa en Sentencia Nº 01996, Expediente
signado con el Nº 13822 de fecha veinticinco (25) de septiembre de dos mil uno (2001),
estableció lo siguiente:

“…La procedencia de la sanción jurídica de nulidad absoluta impuesta a un acto que


adolece del vicio consagrado en el ordinal 4º del artículo 19 de la citada ley, está
condicionada a la inexistencia de un procedimiento administrativo legalmente establecido, es
decir, a su ausencia total y absoluta. La doctrina y la jurisprudencia contenciosa
administrativa progresivamente han delineado el contenido y alcance del referido vicio de
procedimiento administrativo, al permitir una valoración distinta de este vicio que afecta al
acto administrativo en atención a la trascendencia de las infracciones del procedimiento. En
tal sentido, se ha establecido que el acto administrativo adoptado estaría viciado de nulidad
absoluta, cuando: a) ocurra la carencia total y absoluta de los trámites procedimentales
legalmente establecidos; b) se aplique un procedimiento distinto al previsto por la ley
correspondiente, es decir, cuando por una errónea calificación previa del procedimiento a
seguir, se desvíe la actuación administrativa del iter procedimental que debía aplicarse de
conformidad con el texto legal correspondiente (desviación de procedimiento); o c) cuando
se prescinden de principios y reglas esenciales para la formación de la voluntad
administrativa o se transgredan fases del procedimiento que constituyan garantías esenciales
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del administrado (principio de esencialidad). Cuando el vicio de procedimiento no produce


una disminución efectiva, real, y transcendente de las garantías del administrado, sino que
representa sólo fallas o irregularidades parciales, derivadas del incumplimiento de un trámite
del procedimiento, la jurisprudencia ha considerado que el vicio es sancionado con
anulabilidad, ya que sólo constituyen vicios de ilegalidad aquellos que tengan relevancia y
provoquen una lesión grave al derecho de defensa…

Igualmente, la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia ha señalado que,
“…la prescindencia total y absoluta del procedimiento legal establecido, conforme al numeral
4 del artículo 19 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, no se refiere a la
violación de un trámite, requisito o formalidad, o de varios de ellos. El vicio denunciado sólo
se justifica en los casos en los que no ha habido procedimiento alguno o han sido violadas
fases del mismo que constituyen garantías esenciales del administrado…” (Vid., sentencias
Nros. 00092, 02780 y 00382 de fechas 19 de enero y 7 de diciembre de 2006 y 27 de marzo
de 2008, respectivamente).

Cabe advertir que la legislación vigente no establece un procedimiento especial a los fines de
la certificación del origen ocupacional de un accidente, razón por la cual resulta imperativo
observar lo previsto al respecto en la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos.

En el caso que nos ocupa, cabe destacar que la Certificación N° 0162-15 de fecha 1º de Abril
de 2015, emanada del Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales/Geresat
Aragua, fue dictada sin garantizarse el derecho a la defensa previsto en el artículo 49 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, pues no brindó a mi representada la
oportunidad de ser oída y exponer las razones por las cuales considera que lo certificado no
se corresponde con la realidad; incurriéndose así en grosera trasgresión del derecho
fundamental de la defensa y al debido proceso que consagran los artículos 25 y 49 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Vicios en la causa del acto administrativo impugnado

Uno de los elementos configuradores y constitutivos de los actos administrativos es la


llamada causa, la cual está conformada por las razones de hecho y de derecho que provocan
la actuación de la Administración, esto es, los motivos que justifican la actuación del órgano
administrativo y que, al mismo tiempo, sirven de fundamento tanto desde el punto de vista
fáctico como jurídico, garantizando así la legalidad de sus actos, el cual se erige en principio
rector de la actividad administrativa.
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En tal sentido, el falso supuesto o vicio en la causa tiene lugar, entonces, cuando la
Administración Pública, para dar cumplimiento al elemento causa o motivo del acto
administrativo a ser dictado, incurre en error de hecho o de derecho al apreciar de manera
falsa, incompleta o inexacta tanto los hechos como la normativa aplicable al supuesto
particularmente considerado.

Ahora bien, procedemos a determinar los graves vicios detectados en la Certificación N°


0162-15 de fecha 1º de Abril de 2015, emanada del Instituto Nacional de Prevención, Salud y
Seguridad Laborales/Geresat Aragua, dictada por la Dirección Estadal de Salud de los
Trabajadores Aragua, adscrita al Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad
Laborales.

1. Violación del principio de legalidad previsto en la Ley Orgánica de la Administración Pública


y la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y Falso supuesto de hecho por
inexistencia de investigación que incluye evaluación integral de conformidad con la NT-2008-
02: el artículo 76 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo
establece que el Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales, previa
investigación, mediante informe, calificará el origen del accidente de trabajo o de la
enfermedad ocupacional, asimismo, a los fines de emitir la certificación de una enfermedad,
el trabajador debe acudir al INPSASEL para que se le realicen las evaluaciones necesarias para
la comprobación, calificación y certificación del origen de la enfermedad. Ahora bien, la
certificación hoy recurrida establece, sin haber realizado la investigación correspondiente.

En tal sentido, la ley asigna al patrono la carga de declarar los accidentes y enfermedades de
los trabajadores que tiene bajo su dependencia y, de la misma manera, extiende al Instituto
Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales la posibilidad de iniciar de oficio la
investigación de una enfermedad, tal como lo dispone el artículo 74 de la Ley Orgánica de
Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo.

Los criterios que van a servir como base para que el ente certifique el origen ocupacional o
no de la enfermedad, es decir, para que señale si las mismas derivan o no con ocasión al
trabajo, se encuentran acoplados en la Norma Técnica para la Declaración de Enfermedad
Ocupacional (NT-02-2008), aprobada por el Ministerio del Poder Popular para el Trabajo y
Seguridad Social en diciembre del año 2008. Así las cosas, la NT-02-2008 establece los
siguientes criterios integrales a los fines de llevar a cabo la investigación correspondiente:

a) Criterio Clínico,
b) Criterio Paraclínico,
c) Criterio Higiénico Ocupacional,
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d) Criterio Epidemiológico, y
e) Criterio Legal.

Aunado a lo anterior, la administración pública debe dictar sus decisiones dentro del marco
del principio de globalidad de la decisión, previsto en los artículos 62 y 89 de la Ley Orgánica
de Procedimientos Administrativos. Este principio consagra el deber de la Administración de
analizar y pronunciarse sobre todo lo que surja del expediente, mucho más, si es la propia
Administración la que está alegando dichos hechos.
De esta manera, resulta imposible razonar por qué se considera que las supuestas
enfermedades son producidas –a decir de la administración- la Certificación N° 0162-15
(Expediente N° ARA-07-IE-13-0297) de fecha 1º de Abril de 2015 26/11/214, si no se explica
de qué manera se generaron las enfermedades señaladas en la certificación y cuál es el nexo
causal con la enfermedad. ni tampoco la fundamentación clínica y legal que la ciudadana
YOISET TERESA GUERRERO PINTO, tenga una discapacidad del 37%, pues no se evidencia que
esto haya sido determinado por la comisión Nacional de Evaluación de Incapacidad Residual
adscrita al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, elementos esenciales para poder
subsumir el supuesto de hecho dentro de las previsiones legales o supuestos de derecho
establecidas en los artículos 78 y 81 de la Ley Orgánica de Prevención Condiciones y Medio
Ambiente de trabajo.

2.- Falso supuesto de hecho por inexistencia del análisis referido a la discapacidad derivada
de la supuesta enfermedad objeto de certificación: el diagnóstico de una lesión o de alguna
alteración en el cuerpo humano puede o no acompañarse con la pérdida de funciones.

En este sentido, cuando el médico ocupacional declara que existe una discapacidad parcial o
permanente, sin efectuar su respectivo diagnóstico clínico sin apoyo de exámenes
paraclínicos, incurre en un falso supuesto de hecho, pues no cuenta con la información
necesaria para poder certificar la pérdida o alteración de funciones.

3. Falso supuesto de hecho por considerar que la enfermedad señalada en la certificación fue
producida con ocasión al trabajo. Siendo, que el síndrome del Túnel Carpiano es un cuadro
clínico provocado por una combinación de factores que incluyen el uso repetitivo de los
músculos flexores superficial y profundo de los dedos, la inflamación de las vainas sinoviales
de estos músculos, los movimientos y posturas forzadas de mano en flexión y extensión o
microtraumatismos (golpes) en la zona palmar de la muñeca y retención de líquidos en el
intersticio. Otras causas que favorecen su aparición son las enfermedades reumáticas y
metabólicas, el embarazo, y con menor frecuencia, tumores e infecciones, además de una
predisposición congénita a presentar este síndrome; esto último es un factor que contribuye
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a la prevalencia de este síndrome más en mujeres que en hombres. Y no por actividades que
impliquen: Bipedestación prolongada, flexión – extensión, rotación, laterización de cuello y
tronco, movimiento repetitivo de miembros superiores. Ello pone en evidencia que la
Geresat Aragua deja constancia en la certificación hoy recurrida de unos hechos falsos.

Siendo así, esta representación considera pertinente señalar que el Instituto Nacional de
Prevención, Salud y Seguridad Laboral, es un instituto autónomo con personalidad jurídica y
patrimonio propio e independiente del Fisco Nacional, que tiene como finalidad garantizar a
la población sujeta al campo de aplicación del Régimen Prestacional de Seguridad y Salud en
el Trabajo, las prestaciones establecidas en la Ley Orgánica del Sistema de Seguridad Social y
el cumplimiento del objeto de la presente Ley, salvo las conferidas al Instituto Nacional de
Capacitación y Recreación de los Trabajadores, dentro de cuyas competencias se observa las
de investigar y calificar el origen ocupacional de los accidentes. (Vid. Artículos 15 y siguientes
de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo). De igual forma,
del Capítulo III, del Título VI, de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio
Ambiente de Trabajo, referido a la calificación del origen ocupacional de los accidentes y
enfermedades, se desprende que el legislador ha establecido que el Instituto Nacional de
Prevención, Salud y Seguridad Laboral, es el encargado de calificar el origen de la enfermedad
ocupacional, previa investigación y mediante informe, el cual tendrá el carácter de
documento público, siendo que los interesados en solicitar la revisión de la calificación
podrán ejercer los recursos administrativos y judiciales contra las decisiones del Instituto.

Conforme con lo expuesto debe este Órgano Jurisdiccional analizar el procedimiento


legalmente establecido para la expedición de las certificaciones emanadas de los médicos
especiales en salud ocupacional de INPSASEL, calificando el origen ocupacional de la
enfermedad o del accidente, según la atribución conferida a este Instituto en el artículo 18
numeral 15 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, que
dispone: “el Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales tendrá las
siguientes competencias: 15. Calificar el origen ocupacional de la enfermedad o del
accidente”.

Ello así, esta Alzada considera necesario traer a los autos lo dispuesto en los artículos 76 y 77
de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, los cuales
disponen:

…Artículo 76: El Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales, previa


investigación, mediante informe, calificará el origen del accidente de trabajo o de la
enfermedad ocupacional. Dicho informe tendrá el carácter de documento público. Todo
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trabajador o trabajadora al que se la haya diagnosticado una enfermedad ocupacional,


deberá acudir al Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales para que se
realicen las evaluaciones necesarias para la comprobación, calificación y certificación del
origen de la misma.

Artículo 77: Podrán ejercer los recursos administrativos y judiciales contra las decisiones del
Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales:

1. El trabajador o la trabajadora afectado.


2. El empleador o empleadora del trabajador o de la trabajadora afiliada.
3. Los familiares calificados del trabajador o de la trabajadora establecidos en el artículo 86
de la presente Ley.
4. La Tesorería de Seguridad Social.

De los artículos antes transcritos, se observa que el Instituto Nacional de Prevención, Salud y
Seguridad Laborales, tienen entre sus funciones calificar y certificar el origen de los
accidentes laborales así como las enfermedades ocupacionales que pueden afectar a los
trabajadores, y que dicha certificación constituye una manifestación de voluntad por parte
del referido Instituto, la cual es impugnable tanto en vía administrativa como judicial.

IV
DE LA MEDIDA CAUTELAR SOLICITADA

A los efectos de garantizar las resultas del presente juicio, solicito que se ordene la
suspensión de los efectos del acto administrativo todo conforme a lo dispuesto en los
artículos 585 y 588 del Código de Procedimiento Civil, con el objeto igualmente de suspender
mientras dure el juicio, los efectos del acto administrativo derivados de la CERTIFICACIÓN DE
ENFERMEDAD emitida por la Dirección Estadal de Salud de los Trabajadores (DIRESAT)
Aragua, de fecha 1º de Abril de 2015, por lo que, procedemos a fundamentar con respecto al
FUMUS BONI IURIS o la presunción del buen derecho que se reclama, se deriva de las normas
constitucionales y legales que demuestran que le asiste la razón en el presente caso. Ello por
si solo amerita la procedencia inmediata de una cautela que suspenda provisoriamente,
mientras dure el presente proceso. Con respecto al PERICULUM IN MORA, su fundamento
radica en si no se dicta la medida cautelar, pudiera quedar ilusoria la ejecución del fallo que
decida el recurso contencioso administrativo de nulidad ejercido, pues la recurrente estará
obligada a cumplir con los actos administrativos ilegales e inconstitucional que han sido
dictados por el INPSASEL.
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En este sentido, el correcto análisis acerca de la procedencia de la medida cautelar solicitada


requiere además de la verificación del periculum in mora, la determinación del fumus boni
iuris, pues mientras aquél es exigido como supuesto de procedencia en el caso concreto, ésta,
la presunción grave de buen derecho, es el fundamento mismo de la protección cautelar,
dado que en definitiva, sólo a la parte que posee la razón en juicio puede causársele
perjuicios irreparables que deben ser evitados, bien que emanen de la contraparte o sean
efecto de la tardanza del proceso.

Por ello, el poder cautelar debe ejercerse con sujeción estricta a las disposiciones legales que
lo confieren, y la providencia cautelar sólo se concede cuando se verifiquen
concurrentemente los requisitos exigidos en los artículos 585 y 588 del Código de
Procedimiento Civil, los cuales evidentemente se encuentran en el caso de marras. Estos
requerimientos se refieren a la presunción grave del derecho que se reclama (fumus boni
iuris), el peligro grave de que resulte ilusoria la ejecución de la decisión definitiva (periculum
in mora) y en algunos casos, se impone una condición adicional que es el fundado temor de
que una de las partes pueda causar lesiones graves o de difícil reparación a la otra (periculum
in damni).

Con respecto al primero de los requisitos, fumus boni iuris, su confirmación consiste en la
existencia de apariencia de buen derecho, pues cuando se acuerda la tutela cautelar no
puede prejuzgarse sobre el fondo del asunto planteado. Se entiende entonces como un
cálculo preventivo o juicio de probabilidad y verosimilitud sobre la pretensión del
demandante; correspondiéndole al Juez analizar los recaudos o elementos presentados junto
con el libelo de la demanda, a los fines de indagar sobre la existencia del derecho que se
reclama. En cuanto al segundo de los requisitos mencionados periculum in mora, ha sido
reiterado por la doctrina y la jurisprudencia, que su verificación no se limita a la mera
hipótesis o suposición, sino a la presunción grave del temor al daño por violación o
desconocimiento del derecho si éste existiese, bien por la tardanza de la tramitación del
juicio, bien por los hechos del demandado durante ese tiempo, tendentes a burlar o
desmejorar la efectividad de la sentencia esperada. Respecto al periculum in damni, éste se
constituye en el fundamento de la medida cautelar innominada para que el Tribunal pueda
actuar, autorizando o prohibiendo la ejecución de determinados actos y adoptar las
providencias necesarias para evitar las lesiones que una de las partes pueda ocasionar a la
otra.

Finalmente, solicitamos se declare procedente la medida cautelar solicitada, considerando


que puede verse afectado derechos e interese patrimoniales del Estado Bolivariano de
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Aragua, y por consiguiente, derechos e intereses colectivo y difusos, aunado a los


razonamientos supra señalados, que eventualmente pueda afectar el patrimonio del
Ejecutivo.

V
PETITORIO

En atención a las consideraciones expresadas supra, se solicita que el presente Recurso de


Nulidad sea admitido, sustanciado conforme a Derecho, y declarado CON LUGAR en la
Sentencia Definitiva. En consecuencia, se pide sea declarada la NULIDAD ABSOLUTA del acto
administrativo contenido en él: Oficio de Certificación N° 0162-15 (Expediente N° ARA-07-IE-
13-0297) de fecha 1º de Abril de 2015, emanado del Instituto Nacional de Prevención, Salud y
Seguridad Laborales/Geresat Aragua, que por presunta Enfermedad Ocupacional Agravada,
declarando la incapacidad en un Cuarenta y Seis por ciento (46%) de la ciudadana ELENA
GUEDEZ CASTRO, plenamente identificada, quien mantiene relación laboral con el Instituto
de la Policía del Estado Bolivariano de Aragua.

VI
DOMICILIO PROCESAL

A tenor de lo dispuesto en el Artículo 49, numeral 3 de la Ley Orgánica de Procedimientos


Administrativos, indico como domicilio procesal de mí representada la siguiente dirección:
Avenida las Delicias, edificio Gobernación, piso 5, Procuraduría del Estado Aragua, Maracay
estado Aragua.

A los fines de la notificación del recurrido, ciudadano(a) Director (a) de la Gerencia Estadal de
Salud de los Trabajadores del Estado Aragua, señalo como dirección procesal la siguiente:
Urbanización Residencial la Romana, Avenida Miranda, Quinta B-12, Maracay, Estado Aragua.

A los efectos de la Notificación del Tercero Interesado indico como domicilio Procesal de la
ciudadana ELENA GUEDEZ CASTRO, titular de la Cédula de Identidad N° V- 5.521.349, según
consta en expediente personal que reposa en el Instituto de la Policía del Estado Bolivariano
de Aragua es: Barrio El Carmen, calle Paraíso, Callejón G, casa Nº 1, Maracay, estado Aragua.

Igualmente Ciudadano(a) Juez, de conformidad con lo establecido en el artículo 78 numeral 3


de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, solicito se sirva Notificar del
presente Recurso de Nulidad de acto Administrativo con solicitud de amparo cautelar de
suspensión de los efectos del acto administrativo, al Ciudadano Fiscal Superior del Estado
Aragua y al Procurador General de la República.

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