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Resultan destacables en este caso, los argumentos empleados al resolver el Amparo Directo en
Revisión 4729/2014:
«…los actos relativos al aviso recibo por suministro de energía eléctrica, no son impugnables mediante el
recurso de revisión o en el juicio contencioso administrativo ante el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y
Administrativa, ya que aquéllos no tienen la naturaleza de constituir “actos de autoridad”, pues la
relación jurídica entre los particulares usuarios del servicio de energía eléctrica y la Comisión Federal de
Electricidad no corresponde a la de una autoridad y un gobernado (de supra a subordinación), sino a una
relación de coordinación entre aquéllos, originada mediante un acuerdo de voluntades donde ambas
partes adquieren derechos y obligaciones recíprocos.--- En este sentido, si bien lo impugnado en el juicio
contencioso fue la resolución configurada por negativa ficta, lo cierto es que ese acto proviene de la falta
de respuesta al escrito que presentó la parte quejosa ante la autoridad demandada el veintidós de marzo
de dos mil trece, donde solicitó la devolución de cantidades que aduce pagó indebidamente a la
Comisión Federal de Electricidad por el concepto “demanda facturable”; acto que no constituye un acto
de autoridad, pues la relación jurídica entre los particulares usuarios del servicio de energía eléctrica y la
Comisión Federal de Electricidad no corresponde a la de una autoridad y un gobernado (de supra a
subordinación) sino, a una relación de coordinación entre aquéllos, originada mediante un acuerdo de
voluntades donde ambas partes adquieren derechos y obligaciones recíprocos; y que por lo mismo, el
juicio contencioso administrativo promovido en su contra resulta improcedente.
[…] si la intención del legislador al emitir el artículo 14 de la Ley Orgánica del Tribunal Federal de
Justicia Fiscal y Administrativa, fue limitar la procedencia del juicio contencioso administrativo a
determinadas hipótesis, tal situación por sí sola, de ninguna manera puede estimarse violatoria de los
principios previstos por el artículo 17 de la Constitución Federal, ya que el legislador únicamente está
ejerciendo la facultad que le fue conferida constitucionalmente.
Así es, de acuerdo a la interpretación armónica de lo previsto en el artículo 1049, en relación con el 75,
fracciones V y XXV, ambos del Código de Comercio, en el caso del suministro de energía eléctrica que
proporciona la Comisión Federal de Electricidad a los particulares debe entenderse que el mismo es de
naturaleza comercial y, en consecuencia, las controversias que se susciten entre las partes derivadas de los
derechos y obligaciones que se generan en el marco del contrato de suministro de energía eléctrica o con
motivo de éste, deben ventilarse y decidirse en la vía ordinaria mercantil, circunstancia que corrobora el
por qué el artículo 14 de la Ley Orgánica del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa no
resulta violatorio de lo previsto en el artículo 17 constitucional.
Virtud de esta nueva reflexión respecto del tema, anteriormente desarrollado, la actual integración de esta
Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, interrumpe el criterio que se contiene en la
tesis de rubro: “COMISIÓN FEDERAL DE ELECTRICIDAD. LOS CONTRATOS DE
SUMINISTRO DE ENERGÍA ELÉCTRICA NO DEBEN CONSIDERARSE COMO
CELEBRADOS ENTRE PARTICULARES, SINO COMO VERDADEROS CONTRATOS
ADMINISTRATIVOS.»
Para determinar si los criterios citados, son también aplicables a los actos relacionados con el
suministro de agua; se realiza el siguiente estudio:
ARTÍCULO 136. El acto administrativo es toda declaración unilateral de voluntad, emanada de una
autoridad administrativa del Estado o de sus municipios en el ejercicio de potestades públicas derivadas de
los ordenamientos jurídicos, que tiene por objeto crear, declarar, reconocer, transmitir, modificar o extinguir
una situación jurídica individual y concreta, o bien de carácter general, con la finalidad de satisfacer intereses
generales.
Por lo anterior, en muchos casos para dilucidar un asunto de estos, se requerirá el análisis de
las cláusulas de un contrato que fue celebrado entre partes.
I. Todas las adquisiciones, enajenaciones y alquileres verificados con propósito de especulación comercial, de
mantenimientos, artículos, muebles o mercaderías, sea en estado natural, sea después de trabajados o
labrados;
II. Las compras y ventas de bienes inmuebles, cuando se hagan con dicho propósito de especulación
comercial;
III. Las compras y ventas de porciones, acciones y obligaciones de las sociedades mercantiles;
IV. Los contratos relativos a obligaciones del Estado u otros títulos de crédito corrientes en el comercio;
VIII.- Las empresas de transportes de personas o cosas, por tierra o por agua; y las empresas de turismo;
XV. Todos los contratos relativos al comercio marítimo y a la navegación interior y exterior;
XVIII. Los depósitos en los almacenes generales y todas las operaciones hechas sobre los certificados de
depósito y bonos de prenda librados por los mismos;
XIX. Los cheques, letras de cambio o remesas de dinero de una plaza á otra, entre toda clase de personas;
XX. Los vales u otros títulos a la orden o al portador, y las obligaciones de los comerciantes, á no ser que se
pruebe que se derivan de una causa extraña al comercio;
XXI. Las obligaciones entre comerciantes y banqueros, si no son de naturaleza esencialmente civil;
XXII. Los contratos y obligaciones de los empleados de los comerciantes en lo que concierne al comercio del
negociante que los tiene á su servicio;
XXIII. La enajenación que el propietario o el cultivador hagan de los productos de su finca ó de su cultivo;
XXV. Cualesquiera otros actos de naturaleza análoga a los expresados en este código.
En caso de duda, la naturaleza comercial del acto será fijada por arbitrio judicial.
En el caso de los contratos que suscriben los organismos operadores de servicios de agua
potable, drenaje…; una de las partes se subroga a las obligaciones del Estado para suministrar
un servicio a otra persona que a su vez se obliga a un pago. Las cláusulas de ese contrato, en
general son de naturaleza mercantil.