Sunteți pe pagina 1din 13

Alimentación

Complementaria

Baby Led-Weaning (BLW) o


Alimentación Guiada por el Bebé
(AGB)
Dra. Elisa Gaona Jiménez
Pediatra y Gastroenteróloga pediatra
¡Bienvenid@ a esta aventura de
aprender a comer con tu bebé!

En esta guía, encontrarás varias recomendaciones para que tanto tu bebé como toda la familia disfruten de esta nueva etapa.

Dos aspectos que sugiero tengas en mente cada vez que se sienten a la mesa son los siguientes:

1. Aprendiendo a comer. Toma en cuenta que tu meta, desde el primer bocado que descubra, no es que coma sino que
aprenda a comer y a disfrutar de los alimentos en el contexto social que estos confieren. Recuerda que lo estás
preparando para comer como lo hará el resto de su vida. Las buenas bases que establezcas hoy lo acompañarán
siempre. Es tu legado de amor y salud.
2. Confía en tu cachorro humano. Los bebés vienen equipados con una gran inteligencia y buenos reflejos que los
protegen ante situaciones de peligro. No en balde hemos sobrevivido tantos siglos como especie. No tengas miedo.
Darle de comer en enteros no es peligroso, es como hemos comido siempre. Las papillas son realmente la novedad.
Los bebés humanos están preparados con todo lo necesario para comer, sin dientes, alimentos distintos a la leche.
Como todo lo nuevo, aprender a comer es un proceso y tiene una curva de crecimiento. Aunque pareciera que en un
inicio no quiere comer y se lleva todo a la boca menos los alimentos, no desesperes. Confía en tu cachorro. Comerá. No
lo obligues ni presiones. No te angusties. También confía en la sabiduría de su cuerpo. Cuando haya días que coma
muy poco o aparentemente, nada en lo absoluto, no te preocupes. La auto-regulación de tu bebé le permite comer lo
que necesita y la cantidad precisa para sus requerimientos energéticos. La naturaleza no se equivoca. Además, al
confiar en él y permitirle descubrir por si mismo la comida en forma, sabor y textura; cada vez que lo dejas tomar de un
vaso normal (de plástico por si lo tira) así como incursionar con la cuchara y el tenedor le estás diciendo a través de tu
actitud: “creo en ti, ¡eres capaz de hacerlo!”. Estás criando a un bebé que
llegará a ser un adulto seguro de si mismo y de todo lo que es capaz de
hacer. Un adulto que entenderá, porque lo ha vivido, que se aprende poco a
poco y a través de ensayo y error. Que no pasa nada si se equivoca y tira la
sopa, porque siempre habrá una nueva oportunidad. Además, sabrá que
cuenta con el apoyo de personas con quienes ha establecido un vínculo de
amor y seguridad (padres, abuelos, cuidadores) que confían en sus
capacidades y que lo encaminan a lograr sus metas y no a resolverle la vida.

Una vez dicho lo importante, vámonos a las recomendaciones. Recuerda, son solo
eso, sugerencias. Cada niño y cada familia es diferente. Nunca dudes en seguir tu
instinto y sentido común. Nadie conoce mejor a tu hijo que tu.

Como diría mi papá: ¡vayamos al encuentro!


Alimentación Complementaria

LA LECHE ES EL PRINCIPAL ALIMENTO HASTA EL AÑO DE EDAD


Esta certeza nos permite, con toda tranquilidad, darle un espacio seguro a nuestro peque para
que aprenda a comer sin sentirnos ansiosos porque no se ha terminado todo lo que le servimos
para comer. Los alimentos sólidos complementan a la leche (idealmente, leche materna) no al
revés. En lo que único en que se vuelve deficiente la leche materna a partir de los 6 meses de
edad es hierro y zinc. Por eso, la importancia de presentarle de manera temprana alimentos
ricos en estos nutrientes como proteínas de origen animal.

EL MÉTODO BABY LED WEANING ES SEGURO

Todos los seres humanos nacemos y conservamos a lo largo de nuestra vida reflejos que nos permiten proteger nuestra
integridad física y salvar la vida. Los reflejos no se aprenden. Son respuestas involuntarias
que nos permiten reaccionar de manera rápida y eficaz ante un hecho imprevisto. El
reflejo que nos permite proteger la vía aérea y evitar que nos ahoguemos es el reflejo
nauseoso. Los primeros meses de vida, este reflejo nauseoso se localiza en la parte
anterior de la boca y se conoce como reflejo de extrusión de la lengua. Este reflejo
permite que los bebés expulsen todo aquello diferente a un pezón o al chupón del
biberón, evitando que se degluta y se ahogue con alimentos diferentes a la leche. Este
reflejo desaparece entre los 4 y 6 meses de edad, por lo que el niño a partir de esa edad
puede comer alimentos sólidos y no solamente líquidos o en papillas. El reflejo nauseoso
no desaparece sino se vuelve más posterior, protegiendo al niño contra ahogamiento al
impedir que degluta alimentos que potencialmente pueden obstruir la vía aérea. Al
estimular este reflejo el peque vomita o presenta arcadas (gagging en inglés), regresando el alimento y permitiendo una mejor
masticación (aún sin dientes) antes de volver a tragar. Solo lo presentará en un inicio, entre 2 a 4 semanas después de iniciar la
alimentación. La manera de reconocer que se tratan de arcadas y no de un verdadero ahogamiento es porque:

 El bebé hace ruidos o tose mientras presenta las arcadas


 Nunca cambia la coloración de su piel a azul o morado
 No se observa desesperado o angustiado.

Reconocer a una persona que se está ahogando es evidente. Pareciera “un grito en silencio”: intenta tomar aire o toser de
manera desesperada y sin emitir ruido alguno. Ante esta circunstancia, se debe actuar de inmediato aplicando la maniobra para
desatragantar, la cual es diferente dependiendo de la edad de la persona. Coma papillas o sólidos enteros, todo aquel que tenga
a su cargo el cuidado de niños debe haber tomado uno o varios cursos de primeros auxilios para contar con el conocimiento de
cómo actuar de manera inmediata y adecuada ante una situación de emergencia.
¿CUÁNDO COMENZAR?
La edad recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Academia Americana de Pediatría para que un bebé
empiece la alimentación complementaria es entre las 17 a 26 semanas de edad (4
a 6.5 meses). Pero para que la AGB o BLW sea un éxito, nuestro peque debería
contar con los siguientes puntos clave, que nos indican que ya está listo para
comer:

1. Es capaz de mantenerse sentado por si mismo


2. Ha perdido el reflejo de extrusión de la lengua
3. Muestra interés por los alimentos que otros comen
4. Sostiene objetos con las manos que se lleva a la boca

¿QUÉ SUCEDE CON LAS ALERGIAS?

La evidencia científica refiere que no hay ninguna razón para retrasar después del año de edad la introducción de alimentos
potencialmente alergenos, es decir, con mayor riesgo para generar una alergia. De hecho, se ha observado que el efecto es
contrario al que se creía. Entre más tiempo pase antes de presentar un alimento alergeno por primera vez, mayor es el riesgo de
desarrollar alergia. Se recomienda no iniciar alimentos antes de los 4 meses de edad pero tampoco ofrecerlos por primera vez
después de los 12 meses de edad. Quién va a presentar una alergia alimentaria la presentará en cuanto esté en contacto con el
alimento en cuestión. Entonces, no vale la pena perder los beneficios que cierto alimento puede proporcionar por miedo a una
potencial alergia. Este argumento no es una cuestión de opinión. Está validado por sociedades y academias europeas y
americanas tanto de pediatría como de inmunología y alergias pediátricas.

Los datos clínicos sugestivos de alergia pueden presentarse inmediatamente o 48 horas después de la exposición al alimento y
son:

1. Dermatológicos (piel): urticaria (ronchas o manchas rojas palpables) o inflamación de los labios y cara
(ANGIOEDEMA).
2. Respiratorios: mocos transparentes, tos, congestión nasal, sibilancias (silbido del pecho).
3. Gastrointestinales: diarrea, vómito, cólicos, evacuaciones con sangre, estreñimiento (bolas duras y secas
estreñimiento de difícil control, es decir, que no mejoran con ofrecerle más leche o alimentos que lo laxen como
papaya o ciruela pasa).

En caso de presentar alguno de los síntomas antes mencionados, se sugiere consultar inmediatamente a su pediatra de
cabecera, suspender el alimento que aparentemente provocó esta reacción y, salvo otra consideración médica, volverlo a
presentar de 2 a 3 semanas después de la reacción.

La frecuencia de las reacciones de alergia varia de persona a persona y depende del riesgo familiar o personal que se tenga. Si
familiares de primer grado (padres, hermanos) tienen historia de alergias es más probable que el niño las presente. Pero no es
una condición absoluta. Depende de muchos factores. Por eso, se recomienda continuar con la lactancia materna después de
los 6 meses de edad, ya que se ha comprobado que confiere una mejor tolerancia a nuevos alimentos.

La recomendación es ofrecer un alimento nuevo a la vez. Esto con la finalidad de poder reconocer si el niño tolera
adecuadamente dicho alimento, así como permitirle degustar, explorar y conocer los alimentos, uno por uno. La frecuencia en
la introducción de los alimentos nuevos puede ir desde un alimento por día a un alimento nuevo cada tercer día.
Dependerá del niño, pues cada quien es diferente. Lo importante es no tener miedo al ofrecer alimentos, recordando que si
presentará una alergia, la hará cuando se exponga.

¡Manos a la obra!

INCLUIR TODOS LOS GRUPOS DE ALIMENTOS EN 24


HORAS

Para garantizar una nutrición equilibrada y balanceada, se recomienda ofrecer


todos los grupos de comidas (plato del bien comer) en 24 horas. Para
lograrlo de una manera más efectiva, se sugiere incluirlos en todos los tiempos de comida: desayuno- comida y cena. La
excepción es incluir hidratos de carbono simples (fruta, alimentos azucarados) en la cena. Esto debido a que al absorberse de
manera rápida, producen un incremento también rápido y no duradero del nivel de azúcar (glucosa) en sangre. De esta manera,
se despiertan pronto y no logran conciliar tan fácil un sueño
durante toda la noche. En la cena, se recomienda ofrecer
verduras, proteínas y cereales ricos en almidón (pasta, papa,
arroz, tortilla, pan) que al ser hidratos de carbono complejos
se absorben más lento, permitiendo una elevación constante
del azúcar en sangre. Con esto, lograremos un sueño más
efectivo durante la noche.

Frutas y Verduras
Se recomienda incluir todas las verduras y frutas de la creación. Tomando en cuenta que el jitomate se considera una fruta, así
como el aguacate aunque este es más bien rico en grasa. Empieza primero con frutas suaves y conforme veas progreso en tu
peque, continúa con frutas más duras. Por ejemplo, prefieres iniciar con pera que es más suave que una manzana, plátano que
es más suave que un durazno, papaya en lugar de melón. En cuanto a las verduras, idealmente, deben darse al vapor, que es la
manera en que se vuelven suaves sin dejar sus vitaminas y minerales en el caldo al hervirlas. De igual manera, quieres ofrecerle
trozos grandes antes que pequeños: un dedito de papaya en lugar de uvas partidas en cachitos; un brócoli en lugar de
chícharos. Se vale ofrecer alimentos pequeños cuando nuestro bebé haya logrado la pinza fina, que por lo general lo hará entre
los 8 y 10 meses de edad.
Proteínas de Origen Animal y de Origen Vegetal
Recordemos que no solo de frutas y verduras vive el hombre, sino también de proteínas de origen animal y vegetal.

Las proteínas de origen animal (POAs) son necesarias para el buen desarrollo y funcionamiento del niño. Estas primeras
etapas no son ideales para hacer restricciones alimenticias.

 Carne de res.- se sugieren cortes suaves como chamberete, filete, carne molida.
 Pescado.- de todo tipo, con predilección de aquellos de aguas frías como salmón, atún y sardinas frescos.
 Pollo
 Hígado de pollo o res.- cuando sea de res procuremos comprarlo en un lugar confiable para evitar esté contaminado
con clembuterol.
 Cerdo.- con la precaución de que esté bien cocinado.
 Cordero.- como barbacoa.
 Huevo.- el huevo se considera como dos alimentos diferentes: yema y clara. Se sugiere ofrecer primero la yema y sin lo
toleró sin problema, después la clara. La mejor manera de separar los componentes del huevo es cociéndolo para que
quede duro. Al ofrecer la yema, combínala con un poco de su leche (materna o fórmula) para que no quede tan seca y
la acepte mejor.
 Lácteos.- deben estar procesado pues la leche entera se recomienda hasta después del año de edad porque la proteína
no es fácil de digerir por el intestino del bebé. Pero puede comer sin problema queso (de cualquier tipo), mantequilla,
crema, yogurt (idealmente, búlgaros), jocoque, etc.
 Mariscos.- siempre y cuando sea temporada y su preparación higiénica.
 Embutidos.- recomiendo jamón de pechuga de pavo. La preparación de las salchichas no es la ideal, ya que se combina
no solo carne de pavo o cerdo sino harinas. A menos que conozcamos quién elabora los embutidos o sean
francamente, confiables, es mejor dejarlos para más tarde. Además,
de que contienen mucha sal.

Las proteínas de origen vegetal son todas las leguminosas: frijoles,


garbanzos, lentejas, habas, etc.

Cereales
No me refiero a cereales comerciales (Nestum, Zucaritas, etc.) porque tienen una cantidad de azúcar innecesaria y no deseable
para nuestro bebé. Los cereales son avena, arroz blanco o integral, papa, amaranto, quinoa, tortillas de maíz, elote, chía, yuca,
tapioca, camote, bolillo, pasta, salvado de trigo, linaza, galletas (solo cuidado con no abusar de ellas), trigo.

Cabe mencionar que cuando combinas un cereal con una leguminosa (por ejemplo:
arroz con frijoles o fideos con lentejas), ofreces un aporte proteico similar a un
pedazo de carne.
Oleoginosas
Las oleaginosas tienen una gran cantidad de calcio y grasas que favorecen el desarrollo integral del niño. Sugerimos ofrecerlas
como lechadas o bien, hacerlas “mantequilla”. Para hacer crema o mantequilla de alguna oleaginosa, lo único que debemos
hacer es poner en remojo en agua toda la noche anterior a la oleaginosa en cuestión, a la mañana siguiente secarla, dorarla o
tostarla en el sartén o bien en el horno (para que saque la mayor cantidad de grasa y se aproveche mejor). Después, en un
procesador de alimentos (licuadora, Easy Bullet, etc) triturar hasta que el polvo se convierta en una crema, lista para ser
embarrada y disfrutada en un pedazo de pan, galleta, verdura o lo que tu creatividad te indique. No se ofrecen enteras por el
riesgo físico de atragantar al niño.

TODOS LOS ALIMENTOS DESDE EL PRINCIPIO, NO HAY ALIMENTO PROHIBIDOS


En base a todo lo anterior, podemos concluir que no hay realmente ningún alimento prohibido. Solo se recomienda evitar antes
del año de edad:

 Leche entera.- Al no digerirse fácilmente puede ocasionar sangrados intestinales.


 Miel de abeja.- Sobretodo la “orgánica” o no empaquetada comercialmente, puede contener toxina botulínica,
pudiendo generar parálisis de los músculos respiratorios. Aunque el riesgo es mínimo, se sugiere no ofrecerla antes del
año de edad.
 Embutidos, enlatados, dulces, alimentos hipercalóricos, jugos naturales y
comerciales.- Por su alto contenido de sal y azúcar es preferible que no formen parte del menú
cotidiano de los niños. De vez en cuando, no hay problema. Pero no mal acostumbrar al paladar
a esos sabores. La razón de los jugos naturales es porque prefieres ofrecerle a un peque una
naranja en gajos que un jugo hecho con 3-4 naranjas, que nunca se comería de una sola
sentada. ¡Es demasiada azúcar! Lo mismo sucede con los arándanos secos y las galletas María.
Ofrecerle 3-4 arándanos o 2 galletas María es una buena y generosa ración. Pero por la cantidad
de azúcar, se recomienda no ofrecer más de esa cantidad.
¡MANOS A LA OBRA!

Todo en la vida es un proceso. De igual manera, presentar los alimentos es un proceso que va desde ofrecer alimentos
SUAVES a aquellos con mayor consistencia; de lo GRANDE que fácilmente puede agarrar con sus manos a lo pequeñito. Cada
bebé es diferente y como padres debemos ser sensibles y estar atentos a la progresión en su desarrollo psicomotor. Más
temprano que tarde va a comer de todo y estará integrado a la dieta familiar. Pero debemos ser pacientes y ofrecer uno por uno
los alimentos para después combinarlos. Claro, si se “roba” tu sándwich, ¡déjaselo! Si todos los ingredientes del sándwich los
tolera se habrá ahorrado una semana de experiencia. No pasa nada. Si algún alimento le cayera mal, solo es cuestión de
“disecar” el sándwich en cada uno de sus ingredientes y probarlos por separado. Lo más importante es entrarle a esta nueva
etapa con gusto, confianza y total convicción de que es lo correcto.

Recuerda, en esta etapa lo más importante es lo que el bebé aprende, no lo que coma. Pero ya que está comiendo, ¡que lo
disfrute!

Los aspectos que debemos considerar para ofrecer los alimentos son:

Agarrables.- de tal manera que puedan sujetarlos con las manos, en trozos (evitar trozos pequeñitos antes de que manejen
la pinza fina) o finger foods (del tamaño de un dedo). Es importante que los alimentos estén a la altura de sus manitas y que su
espalda esté recta. Esta postura va a facilitar su alimentación. Cuando observemos que nuestro bebé empieza a sujetar con sus
dedo pulgar e índice objetos (pinza fina) es momento de ofrecerle alimentos más pequeños (chícharos, uvas en trocitos, etc).

Suaves.- Lo ideal es cocinar al vapor en lugar de hervido. De esta forma, los nutrientes permanecen en el alimento y no en el
caldo. Aunque habrá algunos que valdrá la pena cocinarlos al vapor como el pollo para que queden bien suaves. También se
pueden asar o cocinarlos a la plancha, como por ejemplo, la carne o el pescado. Lo que debemos tener en mente es que su
consistencia sea lo suficientemente suave para que se deshaga en su boca pero no tanto que se deshaga en sus manos. Las
frutas prefieres ofrecerlas crudas, de las más suaves a las más consistentes: pera antes que manzana, papaya antes que melón,
plátano antes que piña.

Saludables.- El aceite es importante para una buena nutrición, obviamente, con moderación. Vale cocinar con aceite de
cártamo y/o canola. Los aceites de oliva y aguacate fácilmente se queman a temperaturas altas, por lo que es preferible
comerlos “crudos”. De hecho vale la pena agregarlos a los alimentos salados como verduras, cereales y proteínas (una gotitas)
para no solo ofrecer unas calorías extra a nuestro peque sino evitar que se estriña. Lo que no se recomienda de acuerdo a
estudios científicos recientes es cocinar con aceite de coco. Los riesgos para la salud son más altos que los beneficios que
aporta.
Se vale cocinar con sal pero utilizando poca cantidad. Una forma práctica de dar buen sazón a la comida es utilizando sal de
grano –y ojalá marina- porque con poca cantidad, ¡da un muy buen sabor! La razón principal para no usar demasiada sal en la
cocina es porque sus riñones no están preparados para procesar mucha cantidad de sal antes del año de edad. Por eso y porque
queremos que su paladar se acostumbre a no comer tan salado, justamente para evitar problemas futuros como hipertensión
arterial, sugerimos no añadir sal a los alimentos ya preparados. De igual forma, azúcar o sucedáneos como miel de maíz. Es
importante que los niños aprendan a degustar y disfrutar el sabor real de los alimentos. De la misma manera, recomendamos
evitar alimentos muy salados (enlatados, embutidos, caldos de pollo preparados, salsas pre-elaboradas) y muy azucarados
(jugos, empaquetados en general incluidos aquellos alimentos para bebés, galletas, cereales comerciales).

Sabrosos.- El amor empieza por el estómago. ¡Cocinemos sabroso! ¡Digamos no a las comidas insípidas! En este punto,
cabe mencionar que la sazón es diferente en cada casa y es importante que nuestro peque aprenda a comer cómo todos en
casa. Finalmente, ya está familiarizado con estos sabores desde el vientre. Utilicemos ajo, cebolla, cilantro, perejil, chile,
jengibre, pimienta, hierbas finas, etc.

TU DECIDES CUÁL ALIMENTO PRESENTAR PRIMERO pero …

Recuerda incluir todos los grupos de alimentos (verdura, fruta, proteína y cereal) en cada tiempo de comida: DESAYUNO –
COMIDA y CENA. El orden de los factores no altera el producto. Puedes empezar con el grupo de alimentos que prefieras.
El orden que te sugiero es iniciar con verduras, luego frutas, proteínas y cereales. Pero no ofrezcas toda una semana
únicamente verduras y luego toda una semana solamente frutas. Sino cada dos o tres días agrega un nuevo grupo de alimentos.
Esto con la finalidad de ofrecerle a tu pequeño desde el principio una dieta
equilibrada y variada. El tiempo de presentación entre un alimento nuevo y otro
no está realmente establecido. Mi recomendación es darle un alimento nuevo
cada dos días si no tiene antecedentes personales o familiares de alergia. En caso
de contar con ellos, cada tercer día, ya que sabemos que las reacciones de alergia
por lo general se presentar o de manera inmediata o dentro de las primeras 48
horas. Para faciltarte la vida, te recomiendo incluir los alimentos por ciclos. Cada
ciclo incluye todos los grupos de alimentos y puede durar entre 8 y 12 días, dependiendo si ofreces un alimento nuevo cada dos
o tres días. Ten en mente qué comen en tu casa para que sean esos los alimentos que le ofrezcas a tu hijo. Por ejemplo, en mi
casa nos encanta comer salmón con verduras y papa al horno. Entonces, esos serán los alimentos que ofreceremos primero.
Veamos un ejemplo de un primer ciclo.

En desayuno,
comida y cena
Durante la cena ofrece solamente verdura, proteína y cereales ricos en almidón (pasta, arroz, papa, tortilla, pan) y EVITA LA
FRUTA, ya que debido al contenido de azucares simples la mayoría de los niños no logran conciliar bien un sueño duradero. ¡Y
tu quieres que duerma toda la noche!

Después de éstos 8 días comenzaremos con el CICLO 2, donde agregaremos nuevos alimentos SIN quitar los que ya teníamos:

Al termino de 16 días (2 ciclos) tendremos entonces: 2 verduras, 2 frutas , 2 proteínas y 2 cereales los cuales podremos ir
combinando para ofrecer menús diferentes en cada tiempo de comida. Habrá días que no quiera comer verduras en el
desayuno y solo en la comida. Otros en los que preferirá comerlas en la cena y no en la comida. Por eso, es tan importante
incluir todos los grupos de alimentos en cada tiempo de comida. Para garantizar que en 24 horas comerá todos los grupos de
alimentos.

Ya que haya probado cada alimento por separado, siéntete en la libertad de hacer las combinaciones que tu prefieras. No te
limites con menús, ¡seamos creativos! El chiste es incluir todos los grupos de alimentos en cada tiempo y podrás crear comidas
deliciosas. Solo es cuestión de abrir el refrigerador, agarrar un alimento de cada grupo y ¡manos a la obra!

Algunos ejemplos:

Desayuno.- Huevos revueltos (proteína) con


brócoli (verdura) + un taco (cereal) de aguacate
(fruta). Papaya (fruta) con zanahoria (verdura) +
yogurt (proteína) y amaranto (cereal).

Comida.- Sopa de verduras (verdura) con


hígaditos de pollo (proteína) y arroz (cereal) +
agua de limón (fruta) con chía (cereal).

Cena.- Salmón al vapor (proteína) + papa al


horno con mantequilla (cereal rico en almidón) + verduras . Pasta (cereal rico en almidón) a la boloñesa (carne molida con
verduras).

¿QUÉ HAY DEL AGUA?

El principal líquido, hasta el año de edad, es la leche. Aún así, vale la pena darle agua sin sabor o de frutas naturales (sin
endulzar) si se le antoja a nuestro cachorro humano. Las recomendaciones son:

 Procurar que sea después de los alimentos sólidos, para que el agua no ocupe un espacio en su pancita que le haga
sentir satisfecho y ya no acepte más comida.

 Ofrecerle el agua en vaso, no entrenador ni biberón, en vaso normal de plástico. Ojalá con agarraderas para que se
apoye y fácilmente lo domine. Después, podemos ser más creativos y darle con popote, que por cierto, ¡les encanta!

 El agua le va a ayudar para que no se estriña, dado que nuestro bebé estará comiendo más sólidos de los que su
intestino estaba acostumbrado. Todo es un proceso. Este intestino irá acostumbrándose poco a poco. Paciencia :D

 En cuanto a cantidad, se recomienda no más de dos onzas por tiempo de comida. Para no desplazar a la leche, que es
alimento e hidratación.

CONSTRUIR BUENOS
HÁBITOS

Los hábitos se aprenden en familia y a través de la repetición. Optemos por


buenas opciones para criar a nuestros hijos. A continuación algunas recomendaciones para toda una vida.

Comer en familia.- La familia que come unida permanece unida. Puede que por situaciones laborales solo podamos
coordinar nuestros horarios para hacer un tiempo de comida juntos. ¡Vale la pena buscar esos espacios! Cuando los niños
aprenden a convivir en familia, el día de mañana no buscarán fuera de casa un sentido de pertenencia y los riesgos de que
participen en situaciones de riesgo disminuyen (drogas, alcohol, tabaquismo, grupos banda). Además, comer en familia le
permite aprender y compartir con los demás miembros. Aislar a los niños solo genera malos hábitos y una pobre vinculación
familiar. Por eso, también recomiendo evitar dispositivos electrónicos (tabletas, teléfonos, televisión) o juguetes a la hora de
comer. Es deseable que nuestro hijo nos vea a los ojos y aprenda el valor de la conversación e incluso, del silencio en familia.
Hay momentos para todo: para jugar, para ir al baño, para comer. Todo en su tiempo y lugar. Vivamos en el aquí y el ahora.

Comer sentados a la mesa y con horarios bien definidos.- Así como hay momentos para todo, también hay
lugares para todo. Los niños aman la rutina y los elementos constantes en su vida. Les da seguridad y tranquilidad, además de
que les ofrecemos una estructura para siempre. Si un día comemos en la sala, otro en su cuarto y otro más en el comedor
nuestro pequeño, que apenas está aprendiendo el orden de las cosas, no comprenderá que hay un lugar determinado para
comer y más adelante, se le hará fácil correr y jugar mientras come o no será deseable sentarse en su sillita para compartir una
comida. Es valioso que nuestro hijo forme asociaciones entre comer, la mesa, su silla y el babero.

En cuanto a los horarios, los niños se benefician de tener una rutina bien definida para los tiempos principales de alimentos:

Por ejemplo, se desayuna a las 8 AM; se come a las 2:30 PM y se cena a las 7 PM. En caso de que no haya querido hacer estos
tiempo de comida, no lo obligamos. De los 6 a los 12 meses de edad tenemos sus “colaciones” en forma de leche que sabemos
que lo nutre, al seguir siendo su alimento principal. A partir del año y hasta los dos años de edad, en lugar de leche podemos
ofrecer colaciones. Las colaciones tienen horarios variables, no fijos. Y se ofrece una cantidad suficiente para quitarle el hambre
pero no tan vasta que ya no haga el siguiente tiempo de comida. Como ya había comentado, todo es un proceso. La meta es
que a partir del año de edad haga solo 3 tomas de leche al día, con 4 tiempos de alimentos (desayuno-colación-comida-cena) y
una siesta (nunca después de las 6PM). A partir de los dos años, solo 2 tomas de leche al día, 5 tiempos de alimentos (desayuno-
colación-comida-colación-cena) y ojalá todavía -y por el resto de su vida- una mini siesta vespertina. La recomendación de la
cantidad de leche no aplica en caso de leche materna. Dado que su función no solo es nutricional sino también de apego,
mientras el cachorro humano esté creciendo y aumentado de peso adecuadamente de acuerdo a sus curvas de peso/talla y
talla/edad, no nos preocupa que tome más de dos o tres veces leche materna al día.

Nunca se obliga a comer.-


 Paciencia. Muchos niños en un principio no muestran mucho interés por comer, pero si tenemos paciencia y somos
constantes en ofrecerle comida y convivir con él, tarde que temprano, comerá y lo que es mejor, ¡lo disfrutará!

 La cuchara no va al niño.
El niño va a la chuchara. De esa
manera, estamos permitiendo que
nuestro pequeño libremente se
acerque al alimento y no lo vea
como una agresión o afrenta. El
intentar meterla la cuchara a fuerza solo ocasiona funestos resultados, en donde el niño será siempre el ganador,
rechazando la comida y el ser obligado a alimentarse. Recordemos que comer es un placer.

 El niño define la cantidad que desea comer. Las necesidades energéticas son diferentes en cada edad del pequeño.
Incluso, en una misma semana o un mismo día. Esto se llama auto-regulación. Esta maravillosa cualidad -que
tendemos a olvidar en la vida adulta- la tenemos desde el nacimiento. Los bebés que toman pecho se auto-regulan en
la cantidad de leche que tomarán en cada toma. También sucede con los niños de fórmula, pero en nuestro afán de
que se acabe toooda la mamila, los orillamos a no hacerle caso a su cuerpo y sus señales de saciedad. Debemos
aprender a confiar en la sabiduría del cuerpo de nuestros hijos y comprender que ellos saben la cantidad de alimentos
que necesitan y cuáles. Por eso, nuestra misión como padres y cuidadores es ofrecerle todos los grupos de alimentos
en cada tiempo de comida y poco de todo. Habrá días muy buenos y días malos; días de grandes comilonas y días de
huelga de hambre. ¡No desesperemos! De igual manera, los amores de ayer son los odios de hoy viceversa. No porque
a los 7 meses detestó la calabaza significa que ya nunca se la vamos a ofrecer. Puede que más adelante ¡le encante! De
igual manera, que no nos sorprenda si el plátano que le gustaba muchísimo hoy no lo puede ver ni en pintura. No
dejemos de ofrecerle los alimentos. Cada día es una nueva oportunidad.

 No hay menús especiales ni catafixias. La meta es que los niños se incluyan a la dieta familiar y coman lo que todos
en casa comemos. Eso empieza desde el principio. No hace ningún sentido darle menús especiales. En cuanto a las
catafixias, me refiero que si no quiere comer no digan “¡pobrecito, morirá de hambre! Vamos a darle una gelatina”. Se
vale ofrecerle alternativas y preguntarle: “tenemos huevitos revueltos o yogurt con fruta para desayunar; ¿qué se te
antoja”. Pero no hacer bufets para cada miembro de la familia. Recordemos que la libertad se goza bien con buenos y
saludables límites.

Esperamos esta guía te sea de gran utilidad para la nueva aventura que emprendes con tu bebé.

Agradezco tu atención y tiempo.

Si tienes preguntas, no dudes en contactarme a través de aprendiendoentribu@outlook.com

S-ar putea să vă placă și