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1.

Introducción al estudio del Pentateuco


Bibliografía mínima y de profundización:
CAZELLES, HENRI; “La Torah o Pentateuco”, en CAZELLES, H. (ed.), Introducción Crítica al Antiguo
Testamento, Herder, Barcelona 1989, p. 118-120.
Biblia de América, “Pentateuco”, La Casa de la Biblia, Madrid, Salamanca, Estella, 1994; p. 17.
Para profundizar:
JENNI, ERNST y WESTERMANN, KLAUS; Diccionario Teológico Manual del Antiguo Testamento, 2 vols.,
Cristiandad, Madrid 1978, II, 1292-1306.
SKA, J. L.; “El Pentateuco”, Introducción, en FARMER, W. (ed.), Comentario Bíblico Internacional,
Verbo Divino, Estella 1999, p.307.

El objeto del curso está constituido por el conjunto de cinco libros con los que comienza la escritura
hebreo-cristiana: el Pentateuco 1. El nombre actual deriva del griego: h` pentateu,coj (bi,bloj),
de pe,nta, pe,ntaj: cinco; y de teu/coj, teuce,oj, teucou,j, to,: instrumento; vaso, cántaro;
urna cineraria; recipiente, o bien estuche para los rollos de papiro o pergamino, de donde, por
metonimia, finalmente, el mismo rollo contenido y de allí, “libro”. De eso resulta entonces que
Pentateuco es el ‘libro de los cinco rollos’ o, simplemente, ‘los cinco rollos’ o ‘los cinco libros’. Este
nombre deriva de la costumbre antigua de escribir los libros en rollos de papiro o piel y de conservarlos
en estuches o vasijas.
La tradición hebrea se refiere a estos libros como la tôrâh (hr'AT), de la raíz yrh, hry III,
de la cual es un sustantivo verbal femenino con prefijo t, raíz que en hifil –forma causativa del verbo,
que en un caso como este cambia la «y» por «o»– significa enseñar, dirigir, instruir, de donde se deriva
un participio substantivado more, hr,moo, maestro 2. La palabra tôrâh, de origen ‘profano’, tiene
varios usos que es necesario distinguir. No siempre que se habla de tôrâh en el Antiguo Testamento se
está aludiendo al Pentateuco, los autores más antiguos simplemente no lo conocieron.
En un sentido no teológico, tôrâh tiene a veces un sentido sapiencial, de enseñanza, guía,
consejo del maestro de sabiduría para acertar en el comportamiento de la vida 3, papel que en su
origen, tal vez, correspondió al padre 4 y a la madre 5.
En sentido teológico, se distingue la tôrâh sacerdotal, la tôrâh de YHWH y la tôrâh de
Moisés. Es indiscutible que la instrucción en la tôrâh es originalmente una exclusividad de los
sacerdotes, y los caracteriza, como la palabra (dabar), por su parte, caracteriza al profeta 6. El

1 La escritura hebrea comprende la mayor parte de lo que los cristianos–católicos incluimos en el Antiguo
Testamento, y la totalidad de lo que los cristianos protestantes incluyen en él.
2 WELLHAUSEN sostuvo en su momento que hry III, ‘enseñar’, procedia de ‘echar suertes’, en el sentido de
que el sacerdote arroja los urim y tummim para determinar el contenido de un oráculo y dar así su enseñanza
o tôrâh (hry I; único testimonio, Jos 186). Actualmente esa propuesta de explicación es rechazada por la
generalidad de los autores. Otra posibilidad de derivar hry III de hry I es “extender la mano para indicar
el camino”, y la tôrâh en este caso es, como se ha indicado, la enseñanza del sacerdote sobre la voluntad a
seguir para un caso concreto. JENNI-WESTERMANN, II, 1296a.
3 Por ejemplo, Pr 1314: “La lección (tôrâh) del sabio es fuente de vida, para sortear las trampas de la muerte”.
4 Cf. Pr 412: “Escuchad, hijos, la instrucción del padre, estad atentos para aprender inteligencia, 2 porque
es buena la doctrina que os enseño; no abandonéis mi lección (tôrâh)”.
5 Cf. Pr 18: “Escucha, hijo mío, la instrucción de tu padre y no desprecies la lección (tôrâh) de tu madre”.
6 Por ejemplo, Jr 1818: Entonces dijeron: «Venid y tramemos algo contra Jeremías, porque no va a faltarle
la tôrâh al sacerdote, el consejo al sabio, ni al profeta la palabra.» La palabra tôrâh es traducida en la BP,
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sacerdote instruye al lego, ignorante, la distinción adecuada entre sagrado y profano, puro e
impuro 7, la observancia de prescripciones rituales o de pureza (de manera que el significado de
tôrâh terminó incluyendo otros sectores de la actividad sacerdotal, adquiriendo la tôrâh
sacerdotal un aspecto legal que en un primer momento no tenía, y referido cada vez más a leyes
cultuales, aunque sin excluir los demás aspectos).
En segundo lugar, está la tôrâh de YHWH. En contraposición a la tôrâh de los sacerdotes, al
monopolio y la falsificación que podían hacer –y de hecho hacían– de ella, en los profetas se
habla de la tôrâh de YHWH como el conjunto de la enseñanza y la instrucción que viene de Dios
8
. Puede ser que esta comprensión de la tôrâh de YHWH como enseñanza divina derive del
lenguaje de instrucción de los padres hacia los hijos, ya referido. No extraña, entonces, que se
hable de Dios como de un maestro (moreh, de la misma raíz yrh 9). En los llamados salmos de
la tôrâh (1, 19b, 119), se la entiende como la manifestación vivificante de la voluntad de YHWH,
en la que cada persona (ahora en sentido individual y no colectivo) encuentra alegría y
satisfacción. Este sentido no apunta, entonces, al valor legal que más tarde adquiriría el
término, traducido al griego como no,moj, sino que debe interpretarse más genéricamente
como lo que hoy entendemos por “Palabra de Dios” en el sentido de Escritura Sagrada 10.
Finalmente, también la tôrâh está referida a Moisés. Esta relación, más tardía que las
anteriores, es típica de la literatura deuteronomista y cronística del Antiguo Testamento. El
marco deuteronomista del Deuteronomio (Dt 1—4; 27—32) entiende el término no
inmediatamente como “ley”, sino de manera más global como el conjunto de la manifestación
de la voluntad de YHWH a Israel, en la misma línea planteada por los profetas, fijada ahora por
escrito y mediada por Moisés 11. Abarca, por tanto, los decretos y normas de Dios, como

DHH, BA por ‘instrucción’, mientras que en BJ y BL es traducida por ‘ley’ (lo que seguramente no
corresponde al sentido que en tiempos y el uso de Jeremías tenía esa palabra).
7 Cf. Ag 21113: “Así dice YHWH (a) Sebaot: Pregunta a los sacerdotes sobre la tôrâh. Di: 12 «Si alguien lleva
carne sagrada en el halda de su vestido, y toca con su halda pan, guiso, vino, aceite o cualquier otra comida,
¿quedará ésta santificada?» Respondieron los sacerdotes y dijeron: «No.» Continuó Ageo: «Si alguien, que se
ha hecho impuro por el contacto de un cadáver, toca alguna de esas cosas, ¿queda ella impura?»
Respondieron los sacerdotes y dijeron: «Sí, queda impura».” Cf. Sof 34; Ez 2226; 4423; Lv 1146s; 127s.
(a) [El tetragrama YHWH corresponde a la transliteración de las letras hebreas del nombre de Dios, y según la
antigua tradición hebrea, sólo era pronunciado por el Sumo Sacerdote en el Sancta Sanctorum del Templo
para la fiesta del yom kippur. Cuando se aludía –y se alude– al nombre de Dios en otra circunstancia, o en
la lectura de tetragrama en la Sagrada Escritura, se pronunciaba la palabra adonay, ‘Señor’, como ya
atestigua la versión griega que traduce uniformemente ku,rioj y que consecuentemente san Jerónimo
tradujo por Dominus. Para los hebreos es ofensivo leer el nombre de Dios, que consideran
impronunciable. Por lo mismo, la palabra YHWH, en cualquiera de sus formas, se lee sencillamente
‘Señor’, ‘el Señor’. Cuando el tetragrama YHWH aparece junto a ‘Señor’, se lee en cambio ‘Dios’].
8 Cf. Os 46: “Perece mi pueblo por falta de conocimiento. Ya que tú has rechazado el conocimiento, yo te
rechazaré de mi sacerdocio; ya que tú has olvidado la tôrâh de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos”;
Is 524b: “Pues recusaron la tôrâh de YHWH Sebaot y despreciaron el dicho del Santo de Israel”; Je 313133: He
aquí que días vienen –oráculo de YHWH– en que yo pactaré con la casa de Israel (y con la casa de Judá) una
nueva alianza; 32 no como la alianza que pacté con sus padres, cuando les tomé de la mano para sacarles de
Egipto; que ellos rompieron mi alianza, y yo hice estrago en ellos –oráculo de YHWH–. 33 Sino que esta será
la alianza que yo pacte con la casa de Israel, después de aquellos días –oráculo de YHWH–: pondré mi tôrâh
en su interior y sobre sus corazones la escribiré, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.”
9 Is 3020: “Os dará el Señor pan de asedio y aguas de opresión, y después no será ya ocultado el–que–te–
enseña (moreh); con tus ojos verás al–que–te–enseña (moreh)”.
10 J. ALBERTO SOGGIN, Nueva Historia de Israel, DDB, Bilbao 2 1999, p. 389.
11 cf. Dt 319: “Moisés puso esta Ley (tôrâh) por escrito y se la dio a los sacerdotes, hijos de Leví, que llevaban
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TES 031 PENTATEUCO .
también las maldiciones. Esta obra escrita, considerada en conjunto como tôrâh de Moisés, es
el criterio de juicio y valoración de la acción de los reyes posteriores de Israel en la historia que
sigue (Jos—2Re). Según el Deuteronomista12, un punto importante de la historia de Israel lo
constituye el (re)descubrimiento de la tôrâh de Moisés en tiempos de Josías, tôrâh que
identifica con el contenido del libro del Deuteronomio. El Cronista, menos preocupado del
papel de Moisés, también la refiere a él como autor. Esta expresión, tôrâh de Moisés, se
yuxtapone a la de tôrâh de YHWH/de Dios, como sinónimos. Considera la tôrâh como unidad
(expresión del conjunto de la voluntad divina) y, más frecuentemente, como norma de
referencia para el rito, los actos cultuales, disolviéndola en preceptos individuales que se
desarrollarán en la casuística rabínica.
Probablemente, sólo muy tardíamente, cuando en tiempos de Esdras se promulgó la tôrâh
como ley de la comunidad que giraba en torno al Templo, con valor también civil ante las
autoridades imperiales persas, el término tôrâh, que ya se identificaba con la enseñanza de Dios
dada a través de Moisés pasó a entenderse como Ley y con este nombre fue traducida al griego.

En algunas lenguas modernas, para hablar del Pentateuco, encontramos la denominación “Los
Libros de Moisés”, que aparece ya en los estratos más recientes del Antiguo Testamento: 2Cr 3016 13;
Esd 32 14; Ne 81ss 15, que probablemente no corresponde a la totalidad de nuestro actual Pentateuco. En
el N.T. aparece con cierta frecuencia la expresión “La Ley y los Profetas”, signo evidente de que “La
Ley”, en griego o` no,moj, se había convertido en sinónimo de “Pentateuco”. De la misma manera,
cuando en Pablo encontramos referencias a la Ley, la justicia según la Ley (en contraposición a Cristo,
a la gracia, a la justicia que nace de la fe), la referencia que subyace no es sólo el tema de las obras
como medio para agradar a Dios, sino, más ampliamente, el régimen de justificación del Pentateuco, la
tôrâh de Israel. Ese conflicto entre ‘ley’ y ‘evangelio’ de Pablo, fue resuelto en el judaísmo en el
sentido de que la tôrâh es ‘evangelio’, en la medida que permite realizar sobre la tierra la voluntad de
Dios 16.

1.a. Breve repaso de la Historia de Israel


Bibliografía mínima:
ASURMENDI, Jesús y GARCÍA MARTÍNEZ, Florentino; “Historia e instituciones del pueblo bíblico”, en
SÁNCHEZ CARO, José Manuel; La Biblia en su entorno, Verbo Divino, Estella 1992, 119-240,
el arca de la alianza de YHWH, así como a todos los ancianos de Israel.”
12 Deuteronomista designa a la(s) (hipotética)(s) personas(s) responsable(s) de la redacción de los libros
que van desde el Deuteronomio hasta el Libro Segundo de los Reyes (la llamada “historia deuteronomista”).
Según su visión teológica, el drama del exilio fue consecuencia de los pecados de los hombres, la
desobediencia a las leyes contenidas particularmente en el Deuteronomio. Así, esa dura experiencia quedaba
justificada en el pasado, por los pecados cometidos, y en el presente, como llamado a la conversión. No hay
consenso entre los especialistas sobre la relación entre el autor del Deuteronomio y el autor de la obra
Deuteronomista. Cf. KENT HAROLD RICHARDS, “Deuteronomist”, en PAUL J. ACHTEMIER, Harper’s Bible
Dictionary, Harper and Row, San Francisco, 1985.
13 2Cr 3016: “Ocuparon sus puestos según su reglamento, conforme a la Ley (tôrâh) de Moisés, hombre de
Dios; y los sacerdotes rociaban con la sangre que recibían de mano de los levitas.”
14 Esd 32: “Josué, hijo de Yosadaq, con sus hermanos los sacerdotes, y Zorobabel, hijo de Sealtiel, con sus
hermanos, se pusieron a reconstruir el altar del Dios de Israel, para ofrecer en él holocaustos, como está
escrito en la Ley (tôrâh) de Moisés, hombre de Dios.”
15 Ne 81: “Todo el pueblo se congregó como un solo hombre en la plaza que está delante de la puerta del
Agua. Dijeron al escriba Esdras que trajera el libro de la Ley (tôrâh) de Moisés que YHWH había prescrito a
Israel.”
16 Cf. SOGGIN, Historia, p. 387.
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especialmente 183-196 (fin de la monarquía en Judá) y 221-240 (exilio y restauración).
La Biblia de América, “El marco histórico del Antiguo Testamento”, La Casa de la Biblia, Madrid,
Salamanca, Estella, 1994, p. 3-9.
La Biblia de Estudio, “Antiguo Testamento”, Introducción, §27-70, SBU, Bogotá 1994; p. 1318.

Para profundizar y consultar:


BIBLIA DE JERUSALÉN; Sinopsis Cronológica, p. 1847-1868.
CAZELLES, H. (ed.), Introducción Crítica al Antiguo Testamento, Herder, Barcelona 1989, p. 53-96.
TREBOLLE BARRERA, JULIO; “¿Cuándo surgieron Israel y el yahvismo?”, RñB 15 (1997) 5-14.
TREBOLLE BARRERA, JULIO; “Procedencia de los primeros israelitas”, RñB 15 (1997) 15-24.

Antes de iniciar el estudio del Pentateuco, es necesario tener una ubicación en el contexto en el
cual surgió y fue redactado como lo conocemos hoy. Contra la opinión generalizada 17, hay que partir
diciendo que el Pentateuco, la ‘Ley de Moisés’, no es propiamente una Ley (en el sentido con el que
nosotros usamos la palabra) ni tampoco es de Moisés, si con eso se está aludiendo al autor de los
textos 18. Según el estado actual de la investigación, el Pentateuco sería fruto del trabajo realizado por
judíos de Jerusalén a la vuelta del exilio de Babilonia, durante el periodo llamado del ‘Segundo
Templo’. En qué medida ellos son verdaderos autores o fundamentalmente recopiladores de
tradiciones precedentes, es materia de discusión. Pero hoy no es posible sostener que Moisés haya
redactado el conjunto de los primeros cinco libros de la Biblia, ni probablemente sus partes.

Para comprender mejor el significado salvífico de esta gran unidad del Antiguo Testamento,
daremos una rápida mirada a la historia de Israel, y a la historia de su religión. Sólo así podremos
entrar con correcta comprensión al objeto de nuestro estudio.
Aceptado el hecho de que no se trata de libros escritos por Moisés, queda la pregunta sobre el
valor histórico del contenido de los mismos: si la redacción es posterior a los hechos (entre 300 años
como mínimo y 1200 como máximo), ¿podemos fiarnos de que los relatos dan cuenta de los
acontecimientos tal como ellos sucedieron?
La respuesta a esta pregunta tiene considerar que, como los escritores de la antigüedad, los
autores de Pentateuco no siguen las mismas reglas que los modernos a la hora de escribir historia 19.
Por eso, los acontecimientos que están en el origen de Israel, los eventos fundadores de la nación del
Antiguo Testamento (según la versión que la Biblia nos ofrece), son difícilmente accesibles a nosotros.
Los datos que la misma Escritura nos entrega, en lo que se refieren al periodo premonárquico, no
constituyen aisladamente una fuente válida para el trabajo de reconstrucción de los hechos de ese
periodo. Más frutos deberá dar la investigación arqueológica en relación con los mismos textos. Esto
no quiere decir, como si fuera un a priori, que en el Pentateuco no encontremos ningún tipo de
‘recuerdo histórico’, sino más bien que en el estado actual de la investigación no podemos distinguir en
cada texto lo que podría ser histórico de lo elaborado posteriormente, no hay modo de verificar la
historicidad del material. Despojados de todo lo que aparezca contradictorio con los datos externos

17 Que en otro tiempo llegó a formar parte, casi, del depósito de la fe, cf. la respuesta de la Pontificia
Comisión Bíblica sobre la autenticidad mosaica del Pentateuco, 27 de junio de 1906, Enchiridion Biblicum
181-184.
18 En este sentido, no hay que confundir a quien, de hecho, redactó y escribió el texto que estudiamos, con
quien, según el mismo relato, sería el autor (por ejemplo, según la novela de Mario Vargas Llosa, La Tía
Julia y el Escribidor, el autor de las historias del radioteatro es Pedro Camacho, “boliviano y artista”, lo que
no agrega ni quita nada al hecho de que el autor de esas historias es el mismo Vargas Llosa, Marito en la
novela.
19 Cf. JEAN LOUIS SKA, Introducción a la lectura del Pentateuco, Verbo Divino, Estella 2001, capítulo 8:
“Las características fundamentales de la literatura antigua”, p. 225-250.
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(arqueológicos o de cualquier tipo), los textos siguen siendo ‘posible’ o ‘verosímilmente’ históricos, sin
posibilidad de ir más allá. Por ahora, contentémonos con alguna aproximación somera a lo que habría
sucedido.
Leyendo el texto bíblico, es posible establecer una cronología de la historia de Israel, que
incluye los eventos contenidos en el Pentateuco, como sigue (basada en las fechas y genealogías del
TM 20) (a la derecha, las fechas, precisas o aproximadas de esos acontecimientos):
Gn 12627 Creación de Adán año 1
Gn 53 Nacimiento de Set 130
Gn 528 Nacimiento de Noé 1056
Gn 532 Nacimiento de Sem 1556
Gn 76.11 Comienzo del Diluvio 1656
Gn 813 Fin del Diluvio 1657
Gn 1110 Nacimiento de Arpakšad, hijo de Sem 1658
Gn 1124 Nacimiento de Téraj 1876
Gn 1126 Nacimiento de Abram 1946
Gn 124 Migración de Abram 2021
Gn 479 Jacob y sus hijos en Egipto 2236 4
Ex 124041 Éxodo desde Egipto 2666 3
Ex 4012 .17 Instalación del tabernáculo 2667 0
Nm 1011 Partida desde el Sinaí 2667
Dt 13; 347 Muerte de Moisés, entrada en Canaán 2706 4
1Re 61 Comienzo de la construcción del Templo de 3146 8 c. 960 a.C.
Salomón 0
Fin de la monarquía y destrucción del templo 3576 587 a.C.
(Esd 113) Regreso del exilio, decisión de reconstruir el Templo 3626 4 538 a.C.
Rededicación del Templo por los Macabeos 4000 8 164 a.C.
0
Es bastante claro que la cronología bíblica responde a un esquema coherente y comprehensivo.
El año del Éxodo, 2.666 desde la creación del mundo corresponde a dos terceras partes de 4.000, que
se consideraba que constituían un ‘gran año’ astronómico, una ‘era’ del mundo. Los 430 años de
permanencia en Egipto 21 coinciden, ¿casualmente? ¿providencialmente? ¿redaccionalmente?, con el
lapso que va desde el cuarto año del reinado de Salomón, cuando se comenzó la construcción del
Templo, hasta el fin de la monarquía, según la cronología de los profetas anteriores. La construcción
del Templo ocurre, a su vez, 480 años [430 + 50] después del fin del Éxodo 22. Si al año de la
20 JOSEPH BLENKINSOPP, The Pentateuch An Introduction to de First Five Books of the Bible, ABRL,
Doubleday, 1992, 48.
21 Según una de las estimaciones, Ex 124041: “Los israelitas estuvieron en Egipto 430 años. 41 El mismo día que
se cumplían los 430 años, salieron de la tierra de Egipto todos los ejércitos de YHWH”, que, por lo demás, no
concuerda con Gn 1513: “YHWH dijo a Abram: «Has de saber que tus descendientes serán forasteros en tierra
extraña. Los esclavizarán y oprimirán durante cuatrocientos años» .”
22 1Re 61: “En el año 480 de la salida de los israelitas de la tierra de Egipto, el año cuarto del reinado de
Salomón sobre Israel, en el mes de Ziv, que es el segundo mes, emprendió la construcción de la Casa de
YHWH.” Hay que recordar que 50 años corresponden a un año sabático. La distancia entre el primer Templo
y el segundo resulta ser la misma de la esclavitud en Egipto más el tiempo del exilio, interpretado en círculos
sacerdotales como el tiempo sabático de descanso de la tierra, (cf. Lv 2634-36: “Entonces pagará la tierra sus
sábados, durante todos los días que esté desolada mientras vosotros estéis en el país de vuestros enemigos;
entonces sí que descansará la tierra y pagará sus sábados. 35 Durante todo el tiempo de la desolación
descansará, por lo que no pudo descansar en vuestros sábados cuando habitabais en ella. 36 A los que quedaren
de vosotros, les infundiré pánico en sus corazones, en el país de sus enemigos; el ruido de una hoja caída los
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TES 031 PENTATEUCO .
deportación se le suman los cincuenta años del Exilio, se llega nuevamente a 480 años, contando
desde la construcción del templo de Salomón. Si se sigue, el ciclo de 4.000 años se completa con la
rededicación del templo por los Macabeos en 164 a.C. Todas estas coincidencias indican que la
formulación final de la cronología del Antiguo Testamento tiene un sentido teológico, es por lo mismo
bastante tardía, y que la del Pentateuco en particular forma parte de ella.
Es decir, la cronología bíblica, al menos en lo que respecta al tiempo previo a la monarquía (y
allí ocurren los hechos narrados por el Pentateuco), no es en absoluto confiable desde el punto de vista
historiográfico.
Lo mismo ocurre con el contenido de los relatos referidos a la antigüedad. Su carácter
teológico prima por sobre la precisión de los datos, el género literario del que hablamos no es ‘historia’
(en el sentido de ‘crónica’), sino ‘historias’ (en el sentido de narraciones o relatos, con mayor o menor
fondo histórico).
El Pentateuco nos presenta una síntesis de lo ocurrido en los siguientes términos: Abraham
emigró desde Mesopotamia hacia Canaán, hacia el 1.800 a.C.; la familia de su nieto Jacob bajó a
Egipto, donde sus descendientes fueron esclavizados por 400/430 años; al cabo de ese tiempo, éstos
lograron liberarse de esa situación y, después de pasar 40 años en el desierto, entraron desde el Oriente
en la tierra de Canaán y en poco tiempo la conquistaron, arrasando con los pueblos y culturas que allí
encontraron. Este esquema sucesivo, con esas fechas aproximadas, es seguido por numerosas
publicaciones 23, pero ha sido mostrado que como conjunto no es anterior al comienzo del periodo
postexílico 24.
(Es sabido que el interés de muchos lectores actuales de la Biblia está puesto en cuestiones
históricas. Como si la verdad revelada 25 en ella fundara su valor en la certeza de que los relatos
contenidos en ella refieren con exactitud a acontecimientos externos, científicamente comprobables.
De partida, hay que recordar que para los autores de la Biblia, esa preocupación no tenía la importancia
que algunos le dan hoy 26. Una parte importante de las investigaciones arqueológicas en Palestina ha

ahuyentará, huirán como quien huye de la espada, y caerán sin que nadie los persiga”. Y también 2Cr 3621:
“Para que se cumpliese la palabra de YHWH, por boca de Jeremías: «Hasta que el país haya pagado sus
sábados, descansará todos los días de la desolación, hasta que se cumplan los setenta años»”). Es decir, hay
(en esta interpretación que algunos grupos al interior de Israel hacen de la historia pasada) una valoración
fuertemente crítica del tiempo de la monarquía, sólo equiparable a la esclavitud en Egipto.
23 Ver, por ejemplo, BIBLIA DE AMÉRICA, p. 6-7; BIBLIA DE JERUSALÉN, “Sinopsis cronológica”, p. 1847ss.
24 REINER ALBERTZ, Historia de la religión de Israel en tiempos del Antiguo Testamento, Trotta, Madrid
1999, p. 56. SKA, en Introducción al Pentateuco (261-275), muestra que no hay textos antiguos que
relacionen el Éxodo con la época de los patriarcas ni como secuencia sucesiva ni, menos, como cumplimiento
de una promesa: “resulta más verosímil [pensar] que la unión entre las tradiciones patriarcales y las
tradiciones del éxodo sea una creación deuteronómica y no pueda remontarse al periodo precedente” (275).
Antes del Deuteronomio, las tradiciones aparecen sólo yuxtapuestas o incluso opuestas.
25 ‘Revelada’, es decir, ‘para la salvación’, accesible desde la fe.
26 Pongamos dos ejemplos. El libro de Job es aceptado sin problemas como un poema ficticio que
pretende examinar la relación entre la justicia de las obras y el éxito mundano. ¿Cambiaría algo su
contenido, su mensaje, el hecho de que el personaje, Job, hubiera existido efectivamente? Pensemos también
en la parábola del Buen Samaritano. Dentro del relato, Jesús no dice en ningún momento que se trate de una
parábola, él lo cuenta simplemente como una historia. A ninguno de los oyentes se le ocurre preguntar si ese
samaritano es un personaje ‘real’, porque es evidente que la verdad de lo que Jesús está diciendo no se juega
en que la historia haya ocurrido en algún lugar y momento. Por otra parte, el evangelista no se hace ningún
problema en decir que esa historia no ha ocurrido, sino que es una parábola. Al negar su historicidad no está
atacando la verdad de la revelación ni acusando a Jesús de mentiroso, por contar cosas que no sucedieron.
Simplemente se da cuenta de que para transmitir una verdad hay muchas maneras, una de las cuales (aunque
no la única) es la crónica histórica. Una historia ficticia es también una manera de comunicar una verdad. En
7
TES 031 PENTATEUCO .
tenido y tiene el objeto, más o menos declarado, de demostrar que la Biblia es palabra para la salvación
porque es también un libro de historia.)
Contra lo que la Biblia afirma, los relatos de Gn 12—50 sobre los patriarcas (que tendrían que
haber vivido hacia el 1.800 a.C.), suponen, al menos, los progresos alcanzados por la civilización
circundante hacia el 1200 a.C. (Edad del Bronce I). Situarlos en una época muy anterior al éxodo es
fruto del ordenamiento que más tarde se hizo de las tradiciones, con objetivos no historiográficos sino
teológicos 27. Los mismos patriarcas, que en el relato resultan miembros de una misma familia a lo
largo de varias generaciones, pero localizados geográficamente en lugares diferentes, podrían haber
sido contemporáneos o, si se quiere ser más crítico, no haber existido y ser sólo los ‘epónimos’ de las
tribus que llevan sus nombres y reflejan sus propias costumbres en la elaboración de la vida del
‘fundador’. 28.
Esta visión del pasado, que nos ofrece la Biblia, sostiene, en síntesis, que:
-Todo Israel desciende de un solo hombre, Abraham. Hay, por lo tanto, homogeneidad racial,
cultura, religiosa al interior del pueblo.
-Todo Israel estuvo en Egipto y vivió el Éxodo, con autoconciencia de ser ‘Israel’, pueblo de
YHWH.
-Al final del Éxodo, según relata Josué, hubo una conquista militar avasalladora de Canaán
(esta afirmación encuentra contradicciones incluso dentro de la Biblia: según el libro de los
Jueces, después de la entrada en Canaán, hubo una larga y no siempre conflictiva relación con
el mundo cananeo circundante 29).
-Queda así claro que, según los textos, Israel se percibe a sí mismo como extranjero en Canaán,
que viene de fuera (sea de Mesopotamia como de Egipto), que su cultura, su religión, etc., no
tienen nada que ver con el mundo que allí le rodea.
Si la versión de la Biblia no puede considerarse histórica, ¿cuál sería en realidad el origen de
Israel? La verdad es que poco se sabe de esto. Sobre lo dicho, la autoconciencia de Israel respecto de
sus orígenes, hay que precisar algunas cosas: a pesar de la negación que Israel hace de todo vínculo con
Canaán, es indudable que, sin obviar las evidentes diferencias, hay también continuidad entre los dos
pueblos, con sus respectivas culturas (modo de vida, idioma, costumbres) y religión. Esto no es
impedimento para seguir afirmando sin dificultad que algún grupo, llamado en la Biblia ‘la Casa de
José’, haya estado efectivamente en Egipto y se haya liberado de la esclavitud, y que esa experiencia
político–social y también religiosa haya permeado la identidad de todo el conjunto. La separación total
respecto de los pueblos vecinos, el ‘venir de fuera’, en particular desde Mesopotamia, más parecen ser
una retroproyección de las condiciones que a la vuelta del exilio aparecían como condición de
posibilidad de la sobrevivencia de la comunidad en un contexto cultural adverso que el recuerdo de
algún hecho histórico.

este caso, finalmente, para saber quién es mi prójimo, lo que tengo que hacer es ponerme en el lugar del
samaritano (personaje de un relato), adquirir, en mi vida real, su punto de vista, y sólo entonces la historia
comienza a ser palabra de salvación para mí, porque sólo así se alcanza la vida eterna (“anda y haz tú lo
mismo”, dirá Jesús).
27 ALBERTZ, p. 29-30.
28 SOGGIN, Historia 143.
29 Señalo esto, ‘pretendidamente bíblica’, porque la síntesis propuesta en el párrafo anterior, aceptada
acríticamente por muchos, no es en realidad fiel al texto en su conjunto: supone silenciar otras versiones,
también bíblicas, del pasado. En otras palabras, sostenerla no es consecuencia de una ‘obediencia de fe’ a la
revelación, sino de ciertos prejuicios que llevan a dar a algunas versiones bíblicas (la de Josué, en este caso)
más valor que a otras (la de los Jueces, por ejemplo), sin explicitar los criterios usados para considerar
algunos textos con más valor histórico que otros.
8
TES 031 PENTATEUCO .
Descontada la versión pretendidamente bíblica de la conquista armada y fulminante 30, los
principales modelos que se han propuesto para responder a esta pregunta, se pueden sintetizar de la
siguiente forma:
a. Infiltración pacífica (ALBRECHT ALT): El territorio cananeo, dominado por las ciudades–estado,
ubicadas en los lugares elevados, fue invadido pacíficamente por grupos seminómades que se
establecieron y sedentarizaron (muy lentamente) en las zonas bajas. Sólo hacia el final (en tiempos
de Saúl y David) pudieron darse conflictos entre los dos grupos.
Este teoría explica bien las semejanzas entre Israel y su contexto, pero no los elementos que tan
claramente los diferencian.
b. Anfictionía (MARTIN NOTH): basándose en las agrupaciones existentes en Grecia e Italia, se
propone que diversas tribus autónomas e independientes se relacionaban entre sí por la común
referencia a un mismo santuario. Al reunirse allí, iban elaborando un derecho común, un modo de
comportarse, desarrollando un sentido de pertenencia y adquirir una identidad. Salvo excepciones,
no realizaban acciones políticas o militares en común. Según esta teoría, el texto de Jos 24, la
asamblea de Siquem, con renovación de la Alianza, reflejaría el momento en el cual la «casa de
José» habría propuesto a los demás grupos el culto a su dios YHWH, originando la liga con su
santuario central en ese santuario.
Esta teoría tiene la debilidad de que el sistema de doce tribus es artificial (las listas no son
iguales 31), la aplicación de un modelo extranjero aparece forzada, no está demostrada la existencia
de un santuario central como se postula.
c. Rebelión campesina (G. E. MENDENHALL, N. K. GOTTWALD): el origen de Israel estaría en una
revuelta al interior de la sociedad cananea, muy jerarquizada y estratificada. Tanto en Egipto,
Ugarit como Mesopotamia está atestiguada la presencia de grupos de personas desclasadas,
marginadas, privados de todo derecho, llamados hapiru (‘bandolero’). Estos hapiru se habrían
organizado en clanes y tribus, formando una sociedad más igualitaria, sin gobierno central y sin
clases. En esta condición, los hapiru fueron factor de desorden y desestabilización de la
sociedades en las que se hallaban. Sometidos a esclavitud, los (futuros) israelitas se habrían
concebido a sí mismos como hapiru (hebreos), pobre y marginado (o delincuente, desde la
perspectiva de quien lo margina), sin sentido étnico, sino sólo social 32. Llegados de Egipto,
habrían promovido una fe crítica y libertaria entre los hapiru cananeos, hasta establecer alianza
entre ellos y con un dios común, el dios del grupo que había vivido el éxodo. Así habría surgido
Israel.
Esta hipótesis tiene a su favor la continuidad que existe entre la cultura israelita y la de Canaán en
muchos aspectos, la ausencia de datos arqueológicos que avalen la imagen de la campaña militar,
ciertos elementos bíblicos, como el rechazo a la monarquía y toda centralización. Pero la imagen
de una sociedad igualitaria surge de prejuicios de los autores (un modelo marxista de evolución
social) más que de datos ciertos.
En conclusión, poco sabemos sobre el origen histórico de Israel como pueblo. La historicidad
del texto no es verificable ni refutable del todo, aunque es claro que es en gran medida reflejo de una
visión posterior de esa época, y da cuenta más de la teología de los redactores que del fruto de alguna

30 Que no deja de encontrar seguidores, todavía hoy, incluso entre estudiosos de la Biblia y de la
arqueología, a pesar de las incuestionables evidencias en contra. En este caso nos encontramos con una
actitud apologética que no admite otro punto de vista que el de los textos, sin reconocer la existencia de
géneros literarios diversos para comunicar la verdad revelada.
31 Como tampoco son iguales todas las listas de los doce apóstoles en el Nuevo Testamento.
32 Y en algunos casos, el término hebreo parece corresponder a este sentido social, diverso del étnico, cf. la
legislación de Ex 2126 y Dt 151218, sobre un hapiru que se ofrece como esclavo para pode sobrevivir.
9
TES 031 PENTATEUCO .
investigación histórica que evidentemente no realizaron.
JULIO TREBOLLE BARRERA ofrece la siguiente síntesis del estado actual de los estudios sobre el
origen de Israel 33:
a. Puntos de acuerdo posible
a. En el origen de Israel estaría la situación de Palestina hacia fines del Bronce Reciente (s. XIV
a.C.) cuando los hapiru amenazaban el sistema cananeo de ciudad–estado. No habría una
‘época patriarcal’, sino tradiciones sueltas de esa época o posteriores.
b. La perspectiva panisraelita del Éxodo, la Conquista y el periodo de los Jueces, es una
retroproyección de tiempos de la monarquía.
c. El grupo que vivió el Éxodo constituye un elemento nuclear y característico de la confederación
que se formó más tarde.
d. Los demás grupos entraron en contacto con el grupo egipcio, y adoptaron la fe yahvista.
e. Las tribus del Sur (Judá y Simeón) se incorporaron a la confederación poco antes de la
monarquía davídica.
b. Ensayo de reconstrucción siglo a siglo
a. Durante el siglo XIV a.C. se produce la desintegración de la sociedad cananea, por presión de
los hapiru y de las migraciones arameas. En torno a Siquem se instaló un grupo de Bene
Yacob, procedente de Transjordania.
b. En el s. XIII, a fines del reinado de Ramsés II, un grupo de hapiru o bien de shoshu (pastores
nómades) salen de Egipto, liderados por Moisés. En el desierto este grupo se organiza y se
adhiere a la fe yahvista. Entra a Canaán con Josué y se instalan en Efraim, estableciendo pactos
con la población autóctona (tetrápolis gabanonita).
c. Durante el s. XII se funden las tribus en una primera confederación. La alianza entre Bene–
Israel y Bene–Yacob tiene a YHWH como garante 34. Por el norte, grupos de hapiru de Galilea
se incorporan al grupo (Neftalí y Zabulón), al este, se extiende por el Norte de Transjordania, al
sur, se incorporan los ‘hijos del Sur’ (derecha), Ben–jaminitas.
d. La llegada de los pueblos del mar (filisteos) en la primera mitad del s. XII mueve a la
confederación a buscar un sistema monárquico de gobierno, centralizado y más seguro. Hacia
el año 1000 se consuma, mediante la monarquía, la unidad de las tribus.
Descontada esa época inicial, no por inexistente, sino por inaccesible, partimos la siguiente
cronología con la monarquía unificada, bajo David–Salomón, hasta el regreso del exilio, que es el
periodo de gestación y redacción del Pentateuco, lo que nos interesa:
1010 a.C. Monarquía unificada. David, rey de Israel y luego de Judá.
931 a.C. División del Reino: Jeroboam I en Israel y Roboam en Judá.
722 a.C. Toma de Samaría, fin del reino del Norte (Israel)
701 a.C. Asedio de Jerusalén por Senaquerib
622 a.C. Hallazgo en el Templo del «libro de la Ley». Refuerza la reforma de Josías
(606 a.C. Fin del imperio Asirio)
597 a.C. Deportación de Jeconías a Babilonia
587/6 a.C. Toma de Jerusalén. Exilio. Captura de Sedecías. Destrucción del Templo.
538 a.C. Regreso de los desterrados. Edicto de Ciro. Zorobabel y Josías
520-51 a.C. Edificación del Segundo Templo.
445-443 a.C. Primera misión de Nehemías.
c. 423 a.C. Segunda misión de Nehemías.

33 Julio Trebolle Barrera; “¿Cuándo surgieron Israel y el yahvismo?”, RñB 15 (1997) 5-14.
34 Es decir, que este dios, YHWH, castigue con maldiciones a quien no cumpla su parte en esta alianza.
10
TES 031 PENTATEUCO .
398 a.C. Misión de Esdras.
332 a.C. Alejandro Magno.
Para el objeto del curso, nos vamos a concentrar en el final de la monarquía y en la época persa,
hasta la época de Esdras.
FIN DEL REINO DE JUDÁ
(Leer 2Re 22—25 y 2Cr 34—36).
Hacia fines del s. VII a.C. se produjeron muchos cambios en la situación de Israel en relación
con los grandes reinos que lo rodeaban. Mientras que Asiria, el gran imperio, entraba en decadencia, y
Egipto, por el sur, buscaba obtener ganancias de esa debilidad de su enemigo tradicional, surgía en
Mesopotamia una nueva potencia, Babilonia, que desplazaría a Asiria.
Aprovechando la debilidad del reino soberano, el rey Josías promovió una reforma en el reino
de Judá, con la intención de ganar independencia y recuperar territorios del antiguo Reino de Israel.
Durante el desarrollo de estas reformas se descubre, con ocasión de reparaciones en el Templo de
Jerusalén, ‘el libro de la Ley’ (relacionado con el Deuteronomio, aunque no se lo puede identificar con
él, seguramente contenía los estratos más antiguos de Dt 12—26). Según la versión de 2Re 22—23,
éste fue el motor de toda la reforma. Pero está más cerca de la verdad lo que relata 2Cr 341—3519, que
sitúa el comienzo de la reforma varios años antes (de hecho los trabajos en el Templo tienen que haber
sido previos al descubrimiento). Diversos indicios apuntan a que el origen del libro está entre los
refugiados del reino del Norte que, a partir de la caída de Samaría, se fueron estableciendo en el Sur.
Dando ahora respaldo legal, ‘revelado’, a un dato de la realidad (la progresiva centralización del culto
en Jerusalén, la única ciudad que se salvó de la invasión de Senaquerib en 701 a.C., reforzada con la
destrucción de todo lugar de culto pagano o incluso yahvista, diferente del Templo, en todo el país), el
hallazgo motivó la renovación de la Alianza y la celebración solemne de la Pascua, “como no se había
celebrado desde los días de los Jueces que habían juzgado a Israel” (2Re 2322).
La muerte de Josías en 609 en Meguido (tratando de impedir el avance egipcio contra Asiria)
fue el comienzo del fin. Sometidos a Babilonia en 605, en 601 apoyaron a Egipto en su campaña,
siendo ambos derrotados. En 598 se produce una primera deportación, el rey Joaquín (Jeconías), su
corte y algunas personas importantes son llevados a Babilonia. No fue una gran deportación (las cifras
no coinciden: 2Re 2413s habla de diez mil, 2Re 2426 de ocho mil; Jer 5228 de 3.023). Sin título de rey,
porque parece que Joaquín, deportado, era reconocido como legítimo sucesor del trono davídico,
Mattanías/Sedecías quedó gobernando en Jerusalén. Progresivamente se fue comprometiendo con el
partido anti-babilonio. Este partido basaba sus planes en una confianza casi mágica en la inviolabilidad
del Templo –a partir del frustrado asedio de Senaquerib en 701– y en las expectativas que surgían de
una conspiración, movida desde Egipto, de los pequeños reinos locales contra Babilonia. Son los que
Jeremías acusa de falsos profetas (Jer 512; 1413).

LA DEPORTACIÓN A BABILONIA
En 587, tras el fracaso de una rebelión egipcia contra Babilonia a la que Sedecías se había unido, los
ejércitos del emperador saquean y destruyen Jerusalén. Se produce una segunda deportación: del
regente, tratado como traidor, y de quienes lo habían apoyado. En su lugar se colocó a un hebreo,
Godolías, pro–babilonio. Aunque los relatos posteriores (Esd y Neh) dan la impresión de una exilio
total y un regreso, también total, a un territorio vacío, la verdad de lo ocurrido es otra, porque un grupo
importante permaneció en el lugar (Je 3910; 2Re 2512). Los invasores distribuyeron las tierras y
propiedades de los deportados a los pobres de la ciudad y el campo, logrando apoyo de esos grupos,
pequeños minifundistas, ahora privilegiados. La destrucción, entonces, no fue total, ni para la ciudad ni
para el Templo (un sacerdocio, diverso del oficial –el que había partido al exilio–, realizaba allí actos
de culto, cf. Lam 14). El Templo se mantenía como centro religioso, político, social y espiritual de los
11
TES 031 PENTATEUCO .
hebreos del territorio. Los deportados, por su parte, pudieron vivir todos juntos, en villorrios situados
en la parte meridional de Babilonia, manteniendo así su identidad; como conjunto, lograron una buena
posición económica.
La comunidad nacional quedó dividida en dos grupos fundamentales, opuestos entre sí. Por una
parte, un grupo que podríamos llamar ‘probabilonio’, formado por el rey Joaquín y su pequeña corte en
Babilonia, y los que habían permanecido en Judá y mejorado su situación, sus súbditos. Tanto en la
corte imperial como en Jerusalén, se consideraba a Joaquín como legítimo descendiente de David. El
segundo grupo de deportados en cambio, era visto como culpable de los hechos, unos delincuentes que
cumplían su castigo. Durante el tiempo de la deportación, en Judea se consideraba que YHWH seguía
en Jerusalén: la historia condenaba a los exiliados, que estaban sufriendo el castigo divino por sus
acciones, y absolvía a los que se habían quedado.
El punto de vista contrario a ese tenían los deportados. Ellos veían al rey como un traidor a
Israel (reinaba sobre Judea como gobernador babilónico, según la organización y los criterios dictados
por el Imperio). Aceptarlo les habría significado una renuncia a sus derechos sacerdotales (en favor del
grupo, ‘advenedizo’, que ejercía el sacerdocio en el Templo) y a sus derechos de propiedad en
Jerusalén. Los sacerdotes, incluso sin Templo, estuvieron activos. Ezequiel refleja la noción de que el
verdadero yahvismo pertenece al grupo deportado: lo gloria ya no habita en el Templo, ha partido, con
ellos, hacia Oriente (Ez 112225). Aunque el profeta reconoce que Joaquín es verdadero rey (Ez12), su
visión del futuro no incluye a la casa de David como fundamento (el rey no será su descendiente, sino
sólo pastor como él, cf. Ez 342324; 372425). Durante el exilio el sacerdocio se fue estructurando de modo
rígidamente jerárquico (las plenas funciones correspondían ahora solamente al pequeño grupo
descendiente de SADOQ, a quien los demás quedaron subordinados cf. Ez 4415) y probablemente
tomaron valor para este grupo la práctica de la circuncisión, la observancia sabática y el sistema de las
reglas alimentarias, como signos de identidad judía visibles incluso para los extranjeros. Quizá (se
discute) la sinagoga surge también en Babilonia.
Una diferencia importante, ya sugerida, entre ambos grupos, es el fundamento que ponían para
la Alianza. Mientras el círculo sacerdotal en torno a Ezequiel insistía en la observancia de la Ley para
la salvación del pueblo, el círculo cortesano subrayaba, en cambio, la importancia de la eterna promesa
divina a la dinastía davídica (2Sa 7).
EL REGRESO Y LA RESTAURACIÓN NACIONAL
En 539, el persa Ciro conquista Babilonia y permite el regreso de los deportados y el restablecimiento
del culto.
Un descendiente de David, Sesbasar, pudo retornar y hacerse de la autoridad en Jerusalén. Su
sobrino Zorobabel lo sucedió, era simultáneamente rey de los territorios y gobernador a nombre del
imperio caldeo, además de ‘gobernador de los hebreos en exilio’, con sus propias costumbres y
teología. Esta decisión cambió la situación de los exiliados: de simples deportados, pasaron a ser
hebreos como los demás, con reconocimiento imperial incluso del sacerdocio que habían tenido. La
relación que no habían tenido durante el exilio ahora fue impuesta desde el poder. Esa misma relación
era además la única posibilidad de retornar a la patria y recuperar los derechos perdidos, sobre bienes y
sobre el templo y el culto allí ejercido: el sacerdocio ya no estaría subordinado al rey, sino al Sumo
Sacerdote, oficio hereditario (hasta 175 a.C.) elegido entre los Sadocitas. El primero fue JOSUÉ. Se
produjo así una situación inédita: una bi–arquía formada por un Gobernador (davídida) y un Sumo
Sacerdote, ambos ungidos (Zac 41114 35)

35 Zac 41114: “Entonces tomé la palabra y le dije: «¿Qué son esos dos olivos a derecha e izquierda del
candelabro?» 12 (Añadí de nuevo y le dije: «¿Qué son las dos ramas de olivo que por los dos tubos de oro
vierten de sí aceite dorado?») 13 El me habló y dijo: «¿No sabes qué es esto?» Dije: «No, mi señor.» 14 Y él me
dijo: «Estos son los dos Ungidos [Zorobabel y Josué] que están en pie junto al Señor de toda la tierra».”
12
TES 031 PENTATEUCO .
El grupo de retornados tuvo fuertes conflictos con los que habían permanecido, hasta el borde
de una guerra civil (cf. Zac 3 y 12). La muerte del rey parece haber resuelto la situación (Zac 129ss,
que aludiría al asesinato del rey 36), a favor de los repatriados. Los vencedores reconstruyeron la clase
dominante de antes, pero sin el rey. La pequeña burguesía y el proletariado, beneficiarios de la
distribución hecha por Babilonia, perdieron sus ventajas.
Con la desaparición de la monarquía (garantía de salvación), fue necesario reelaborar una
ideología que diera fundamento a la esperanza en la salvación, mediante un compromiso entre las
diversas tendencias (radicalizadas en sus posturas). De este compromiso surgirá, más tarde, el
Pentateuco como texto fundante común para todos.
Desde la reconstrucción del Templo, entre 520–515, hasta c. 450 a.C., comienzo de la misión de
Nehemías, hay muy poca información. Informado de la mala situación que se vivía en Judea (gran
división social, con explotación muy injusta dentro de la misma comunidad hebrea), hizo un
reordenamiento social (condonación de deudas que conducían a deudores a la esclavitud) y también
religioso. La noción de que la ruina de Jerusalén había venido por el contacto con pueblos extraños, lo
llevó a promover la ‘pureza’ de los integrantes de la comunidad y a evitar cualquier infiltración. La
pureza se aseguraba mediante la elaboración de genealogías y el fin de los matrimonios con extranjeras
(o la disolución de los existentes). Todo esto significó la degradación de los hebreos no exiliados: la
ciudadanía hebrea no tenía que ver con el suelo que se habitaba, sino con la pureza de la sangre. La
unidad y también el apoyo de los judíos de la diáspora se lograba en torno a la ideología de los
repatriados y a costa del contacto con grupos extraños (concepto que, sorprendentemente, ahora incluye
también ¡a hebreos!). Se pasó de un estado territorial a una sociedad más familiar y tribal, fundada en
la sangre, sobre todo de los exiliados.
Estas reformas fueron reforzadas por la labor de Esdras, quien habría actuado en Jerusalén a
comienzos del s. III a.C. (las fechas que proporciona la Biblia no son confiables, nuevamente la
teología parece primar por sobre la crónica objetiva). La ciudad con el Templo se convirtió en centro
espiritual de los hebreos de todo el mundo, que ya no se definen por habitar ese suelo sino por su
adhesión a la ley de YHWH (como Zorobabel había sido rey del mismo ámbito étnico). Esdras va a
Jerusalén con el mandato de hacer de la tôrâh la ley que rigiera a los hebreos de todo el mundo (salvo
los que estaban en Babilonia), reconocida como tal y promulgada por las autoridades imperiales (no
hay que pensar todavía en nuestro actual Pentateuco). También comenzó con la costumbre de traducir
el texto sagrado, oralmente, al arameo, y explicarlo (que originó más tarde los targumim). Por eso, será
más recordado como escriba que como sacerdote. La evolución posterior del judaísmo, más centrado
en la Ley que en la alianza, volvió retrospectivamente sobre Esdras y su obra y lo consideró el escriba
fundador del judaísmo.

1.b. Esquema de la historia de la religión de Israel.


La secuencia que la Biblia propone para la religión de Israel sería más o menos la siguiente:
● Promesa a los patriarcas: tierra, descendencia y gran nombre.
● Liberación de la esclavitud en Egipto, en atención a la promesa.
● Moisés, líder de la liberación, “funda” el yahvismo como religión monoteísta del pueblo del
éxodo, en el Sinaí. Primera etapa de la religión: fidelidad.
● Entrada en Canaán. Desobedeciendo lo mandado, Israel no erradica a los demás pueblos, se
produce contaminación de la religión, apostasía.

36 Así opina Paolo Sacchi, Storia del Secondo Tempio, Israele tra VI secolo a.C. e I secolo d.C., SEI,
Torino 1994, p. 42.
13
TES 031 PENTATEUCO .
● El profetismo promueve la vuelta a los orígenes, la “edad de oro” del desierto. Pero los
profetas no son escuchados y la apostasía creciente lleva a la ruina a Samaría y al exilio en
Babilonia.
Esta idea de la historia de la religión israelita obedece exclusivamente a una concepción
religiosa y no corresponde a lo que efectivamente aconteció.
Los patriarcas, quienes hayan sido (los antepasados de Israel que no provienen de Egipto, sino
que descienden de los arameos emigrantes a fines del Bronce Tardío), muy probablemente adoraban a
’el, dios patrón del panteón cananeo, y también a algunos otros dioses, como Ba‘al, Astarté, etc.
Los datos bíblicos sometidos a crítica y los resultados de la investigación nos llevan a pensar
que YHWH era un dios adorado por los Madianitas y fue conocido allí por el grupo que vivió el Éxodo,
la “Casa de José”. Esta experiencia tan singular marcó para siempre el desarrollo de la fe yahvista, al
dotarla de rasgos propios particularmente novedosos respecto del ambiente coetáneo circundante:
La vivencia es la de una liberación que supera toda expectativa, es más, la contradice. En
Egipto había dioses patrones de faraón y todo su sistema de vida (para los hebreos, su sistema de
muerte), con sacerdocio y su culto. La experiencia de haber podido escapar de poder de esos dioses,
tan fuertes, sólo es explicable por la presencia de otro dios, que, a diferencia de todo lo conocido,
escucha el clamor de los esclavos y, sin mediar ofrendas ni sacrificios, ni culto ni sacerdocio, los ayuda
a liberarse, les devuelve la dignidad que la historia les negaba.
- Un dios así no está ligado al ciclo de las estaciones, no es primariamente el garante de la
marcha de la naturaleza, sino de la dignidad de las personas.
- Se trata de un dios que hace historia, en el sentido de que a través de la libertad de las
personas, provoca cambios reales, novedosos y radicales, en la marcha habitual de las cosas.
De esta percepción surgirá más adelante la idea de Alianza como codificación de esa
experiencia, y la idea de pecado como origen del mal.
- Este dios no está ligado tampoco a un lugar, es capaz de actuar en el territorio de otros
dioses 37.
- No depende, para actuar en la historia, del culto que se le da, el culto es consecuencia y no
causa ni condición de su intervención. En otros términos, para este dios, la mediación
fundamental entre los hombres y dios no es la religión, sino la vida, la vida digna.

37 Algunos han visto aquí un reflejo del nomadismo original de los patriarcas, que en lugar de adorar al dios de
un determinado santuario, adoraban al ‘dios del padre’, un dios que caminaba con el grupo en sus marchas, o
un reflejo del periodo ‘nómade’ de Israel, los cuarenta años por el desierto.
Pero esto no es posible afirmarlo, porque la relación entre el tema del ‘dios del padre’ (o ‘de los padres’) y el
supuesto nomadismo de los patriarcas ha sido refutada:
- Si se refiere a los patriarcas, no es claro que los antepasados de Israel hayan sido efectivamente nómades,
- Si se refiere al ‘nomadismo’ por el Sinaí, tampoco parece posible que una experiencia tan breve en la vida
de un pueblo –cuarenta años– haya podido dejar una huella tan definitiva en la historia (más marcas habría
dejado la larga estancia en Egipto y la experiencia, también prolongada de esclavitud).
- además, esa forma de hablar de Dios también se da entre grupos sedentarios. Es decir, no es reflejo
necesariamente de nomadismo.
Aunque fuera verdadera la relación con un pasado nómade, la afirmación supone además una secuencia
continua entre la religión de los patriarcas y la del grupo del éxodo. Sería lo mismo que decir que luego de
400 años de vida sedentaria en Egipto, los hebreos seguían viviendo y habiéndoselas con el mundo como si
no hubiesen dejado de ser nómades (y esto sí que necesitaría ser demostrado). Los patriarcas no fueron
nómades (el nomadismo propiamente tal data de la misma época del éxodo –la domesticación del camello se
produjo hacia el 1200 a.C.-, no de 600 años antes), sino semi–nómades y contemporáneos del éxodo, por lo
que la imagen del dios–nómade estaría reflejando la experiencia religiosa de un grupo diferente, con el cual el
grupo del éxodo sólo habría entrado en contacto más tarde.
14
TES 031 PENTATEUCO .
- La actuación histórica de este dios pone en cuestión las estructuras sociales, las jerarquías
dadas, la religión, etc.

Cómo era la concepción del cosmos para el yahvismo más antiguo?


Tal vez, salvo los rasgos ya descritos, YHWH no se diferenciaba mucho de la concepción cananea
(aunque sin depender totalmente de ella). Si podemos proponer la hipótesis de que era el dios patrono
del grupo del éxodo, sí es seguro que fue el dios patrono de la monarquía de Jerusalén (de la misma
manera que otros grupos tenían sus propios patronos). El panteón cananeo estaba presidido por el dios
el, al cual los dioses locales estaban subordinados, como refleja el texto de Dt 3289 (“Cuando el
Altísimo el elyôn– repartió las naciones, cuando distribuyó a los hijos de Adán, fijó las fronteras de
los pueblos, según el número de los hijos de Dios; 9 mas la porción de YHWH fue su pueblo, Jacob su
parte de heredad”). Israel acepta que cada pueblo tenga su propia divinidad; cf. Miq 45 38, Jue 1124 39)
Los rasgos de YHWH son semejantes a los de Baal o de Marduk:
● dios de la tormenta (así, por ejemplo, el canto de Débora 40; Sal 29310 41; Sal 9334 42)
● que tenía que luchar contra las fuerzas del caos (Sal 7414 43; Job 4025 44) (mucho más tarde la
creación será a través de la palabra, Gn 1)
● dios de la guerra, que debía luchar contra los dioses de los otros pueblos, restablecer el orden
desde el cielo (cf. Eze 2935 45).
Así, junto con otros dioses, YHWH era adorado en Jerusalén y en el Reino de David.
La evolución hacia el monoteísmo comenzó, al parecer, en el Reino del Norte, con el movimiento
‘sólo YHWH’. En el s. IX aparece Elías luchando por una exclusividad de adoración. No se discute la
existencia de otros dioses, ni sobre su poder en determinadas circunstancias o sobre determinados
grupos de personas o ciertos lugares. Elías muestra preocupación por el dios de Israel, el dueño del
territorio, el autor de la fertilidad de la tierra, el garante de la justicia. No hay aún monoteísmo, sino
monolatría.

38 Miq 45: “Pues todos los pueblos caminan cada uno en el nombre de sus dioses, pero nosotros caminamos
en el nombre de YHWH nuestro Dios, para siempre jamás”.
39 Jue 1124: “¿No posees ya todo lo que tu dios Kemós ha quitado para ti a sus poseedores? Igualmente
nosotros poseemos todo lo que YHWH nuestro Dios ha quitado para nosotros a sus poseedores.”
40 Jue 545: “Cuando saliste de Seír, YHWH, cuando avanzaste por los campos de Edom, tembló la tierra,
gotearon los cielos, las nubes en agua se fundieron. 5 Los montes se licuaron delante de YHWH, el del Sinaí,
delante de YHWH, el Dios de Israel”.
41 Sal 29310: “Voz de YHWH sobre las aguas; el Dios de gloria truena, ¡es YHWH, sobre las muchas aguas! 4 Voz
de YHWH con fuerza, voz de YHWH con majestad. 5 Voz de YHWH que desgaja los cedros, YHWH desgaja los
cedros del Líbano, 6 hace brincar como un novillo al Líbano, y al Sarión como cría de búfalo. 7 Voz de YHWH
que afila llamaradas. 8 Voz de YHWH, que sacude el desierto, sacude YHWH el desierto de Cadés. 9 Voz de
YHWH, que estremece las encinas, y las selvas descuaja, mientras todo en su Templo dice: ¡Gloria! 10 YHWH
se sentó para el diluvio, YHWH se sienta como rey eterno”.
42 Sal 9334: “Levantan los ríos, YHWH, levantan los ríos su voz, los ríos levantan su bramido; 4 más que la voz
de muchas aguas más imponente que las ondas del mar, es imponente YHWH en las alturas.”
43 Sal 7414: “Tú machacaste las cabezas de Leviatán y las hiciste pasto de las fieras.”
44 Job 4025: “Y a Leviatán, ¿le pescarás tú a anzuelo, sujetarás con un cordel su lengua?”
45 Ez 2935: “Habla y di: Así dice el Señor YHWH: Aquí estoy contra ti, Faraón, rey de Egipto, gran cocodrilo,
recostado en medio de sus Nilos, tú que has dicho: «Mi Nilo es mío. yo mismo lo he hecho.» 4 Voy a ponerte
garfios en las quijadas, pegaré a tus escamas los peces de tus Nilos, te sacaré fuera de tus Nilos, con todos los
peces de tus Nilos, pegados a tus escamas. 5 Te arrojaré al desierto, a ti y a todos los peces de tus Nilos. En la
haz del campo caerás, no serás recogido ni enterrado. A las bestias de la tierra y a las aves del cielo te
entregaré como pasto”.
15
TES 031 PENTATEUCO .
En el s. VIII, también en el Norte, el profeta OSEAS da una lucha similar: la religión yahvista es
excluyente: pueden existir muchos dioses, pero sólo uno salva de Egipto (Os 134 46).
El primero registro de ‘sólo YHWH’ en el Sur sería la reforma de EZEQUÍAS, poco después de la
caída de Samaría.
La reforma de JOSÍAS y el Deuteronomio no pueden considerarse aún monoteístas. El šema
Israel es todavía monolátrico, aunque pueda leerse en clave monoteísta; Dt 645: “Escucha, Israel: YHWH
nuestro–Dios, YHWH ‘uno’ 47. 5 Amarás a YHWH tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con
toda tu fuerza.
Fue la experiencia del exilio la que llevó, por influencias externas y, sobre todo, desde dentro de
la misma fe de Israel, a la exclusión de cualquier otro dios, no sólo para Israel, sino para el mundo
entero. Las primeras afirmaciones claras, explícitas, inequívocas de monoteísmo, que niegan la
existencia de otros dioses, las encontramos en el Déutero–ISAÍAS: 431011; 4468 48.
Desde fuera, se discute entre los especialistas el influjo que el contacto, en Babilonia, con el
Zoroastrismo pudo ejercer sobre el yahvismo. Pasaremos de largo por ese tema, ajeno a lo que más
directamente interesa a nuestro curso.
Desde dentro, la necesidad de dar cuenta del fracaso vivido y al mismo tiempo mantener la fe,
lleva al monoteísmo.
NORMAN COHN señala 49:
“El hecho de que los efectos del ocaso político se dejaran sentir con cada vez mayor intensidad y de que
la derrota y la humillación definitivas acecharan a todo el país requería una explicación. La idea de
«sólo YHWH» sugería una explicación. ¿Y si el Dios patrón YHWH estuviera castigando a su pueblo por
no consagrarse a él de forma exclusiva? Para algunos, la idea resultaba irresistiblemente convincente, y
de hecho dio paso a una nueva teodicea. YHWH era un Dios tan grandioso que podía forjar el destino de
las naciones, y estaba empleando su poder para castigar a su pueblo. Los reyes de Asiria y Babilonia,
que parecían abrumadoramente poderosos, no eran más que instrumentos que YHWH utilizaba para
castigara los israelitas. Además, los israelitas lo tenían bien merecido; cualquiera que fuese la catástrofe
que les sobreviniera, siempre se presentaba como una prueba más de la justicia y el poder de YHWH. he
aquí un concepto nuevo. El castigo divino repetido una y otra vez e infligido de forma bien explícita a
causa de la reincidente apostasía nacional. Semejante interpretación de los acontecimientos políticos y
del curso de la historia no tienen parangón en ninguna otra cultura de la Antigüedad.
Tal como se retrata en la Biblia, la categoría de YHWH difiere en gran medida de la de cualquier otro
dios de Oriente Próximo. En otras sociedades de esta región los infortunios políticos podían
interpretarse como signos del descontento divino, pero no sucedía lo mismo con las desgracias que se

46 Os 134: “Pero yo soy YHWH, tu Dios, desde el país de Egipto. No conoces otro Dios fuera de mí, ni hay más
salvador que yo.”
47 ‘YHWH uno’ puede leerse como ‘es el único Señor’, en el sentido de que para Israel no hay otro Señor, o
bien ‘YHWH [es el] único [dios]’, en el sentido de que no existe otro dios en el cielo, fuera del Dios de Israel.
El contexto más inmediato del Deuteronomio es más bien monolátrico, cf. pocos versículos adelante, 614: “No
vayáis en pos de otros dioses, de los dioses de los pueblos que os rodean”, aceptando el dato de que los
pueblos vecinos tienen de hecho otros dioses.
48 Is 431011: “Vosotros sois mis testigos –oráculo de YHWH– y mi siervo a quien elegí, para que me
conozcáis y me creáis a mí mismo, y entendáis que YO SOY: Antes de mí no fue formado otro dios, ni después
de mí lo habrá. 11 Yo, YO SOY YHWH, y fuera de mí no hay salvador”.
Is 4468: “Así dice YHWH el rey de Israel, y su redentor, YHWH Sebaot: «Yo soy el primero y el último, fuera
de mí, no hay ningún dios. 7 ¿Quién como yo? Que se levante y hable. Que lo anuncie y argumente contra mí;
desde que fundé un pueblo eterno, cuanto sucede, que lo diga, y las cosas del futuro, que las revele. 8 No
tembléis ni temáis; ¿no lo he dicho y anunciado desde hace tiempo? Vosotros sois testigos; ¿ hay otro dios
fuera de mí? ¡No hay otra Roca, yo no la conozco!»”
49 NORMAN COHN, El cosmos, el caos y el mundo venidero, Las antiguas raíces de la fe apocalíptica,
Grijalbo-Mondadori, Barcelona 1995, p. 160s.
16
TES 031 PENTATEUCO .
cernieron sobre el pueblo de Israel en la época de la dominación asiria. Cuando un pueblo sufría
derrotas militares tan estrepitosas y una subyugación política tan absoluta, se extraía la conclusión obvia,
es decir, se colegía que el dios patrón propio era más débil que el dios patrón del conquistador. Y una
vez desacreditado, el dios o la diosa en cuestión no tardaban en caer en el olvido. Sin embargo, nada
parecido sucedió con YHWH. Por el contrario, la propia magnitud de las catástrofes se convertía en
prueba fehaciente de la justicia y el poder de YHWH.”
En esta circunstancia tan adversa, se vuelve a Egipto (‘de allí nos sacó Dios, él mismo nos
volverá a sacar, ahora, de acá’). Allí, en el éxodo (que el Déutero–Isaías retoma con fuerza) está la
razón de la confianza en YHWH, la noción de que lo ocurrido no es una derrota a manos de dioses más
poderosos (‘si pudo vencer a los dioses de faraón, no podemos decir que ahora ha sido derrotado, la
explicación tiene que ser otra’).
Pero el paso dado hacia el monoteísmo no se explica, creo, sólo en virtud de la esperanza de
salvación. Si se trataba de salir adelante en esa situación, habría bastado con comenzar a adorar otros
dioses, como algunos sin duda hicieron. En otras palabras, la razón no es solamente soteriológica (en
quién confiar para que nos salve). Es necesario explicar también la necesidad de mantener la identidad
que se dio entre los exiliados. Como hemos leído en Déutero–Isaías, entre ellos se hace fuerte la
noción de que Israel tiene como misión el ser testigo de YHWH en el mundo: la alianza significa
elección, no sólo para ser salvados en la hora de la desgracia, sino para proclamar algún rasgo
distintivo de este dios, rasgo que no aparece en otras religiones y que es fuente de identidad a ese
grupo. Tengo la impresión de que ese rasgo tiene que ver con la preocupación, distintiva, de YHWH por
la suerte de los pobres, los ‘hapiru’ de Egipto.
Se podría decir que si mantienen la identidad es por algún sentido nacionalista exacerbado, es
decir, por una especie de narcisismo no elaborado. Pero esa explicación no resiste análisis: la reacción
de Israel ante su desgracia es todo lo contrario de narcisista, es sumamente madura, pues
reconociéndose culpable, busca los medios para reparar el daño causado. En otras palabras, no hay
egocentrismo, ni autoafirmación, sino afirmación permanente de la bondad de YHWH a pesar de la
maldad de su pueblo, de la fidelidad del Señor con un pueblo sistemáticamente infiel. El monoteísmo
de Israel no es el de un triunfador que proyecta su poder en sus propios dioses, sino el de un fracasado
que sigue creyendo en un dios fiel que no abandona a quienes ha elegido, no se trata de la derrota de
nuestro dios, sino de nuestra derrota, para que nos convirtamos. Para poder mantener una fe así, sólo
queda rechazar la idea de otros dioses semejantes. En adelante, ser yahvista exige ser monoteísta. Si
YHWH no es el único dios, no tiene sentido seguir creyendo en Él, confiando en Él.

1.c. Una Hipótesis (actual) sobre la formación del Pentateuco


cf. JEAN LOUIS SKA, Introducción a la lectura del Pentateuco, Verbo Divino, Estella 2001,
Capítulo 10: “El Pentateuco y el Israel postexílico” (p. 295-310).
¿Cómo se formó el Pentateuco actual? ¿Cómo se unieron y organizaron los materiales
narrativos y legislativos? ¿Por qué se unieron materiales tan diferentes y hasta contradictorios, sin
disimular las tensiones?
Veremos más adelante el desarrollo de algunas teorías. Una síntesis de estas hipótesis, que
dominaron la historia de la exégesis por alrededor de un siglo (y que, sin dominar, todavía encuentran
seguidores) está en la introducción de la BJ y, más desarrollada, en un artículo de M.A. PRIOTTO
(“Esquema histórico de la literatura hebrea”) 50.
Algunos autores han propuesto, desde antiguo (con diversos matices y acentos) que el “motor”
de la redacción final del Pentateuco fue la llamada ‘autorización imperial persa’. En lugar de unificar
todo el imperio con una sola legislación, común a pueblos tan diferentes, los persas admitían sistemas
jurídicos locales en las diferentes regiones del imperio. Cuando la comunidad judaica se vio en la
50 Que está en la página web del curso.
17
TES 031 PENTATEUCO .
necesidad de presentar una legislación que los rigiera a todos por igual, los grupos existentes fundieron
sus relatos con las leyes y tradiciones antiguas, ajustándolos, para dar así origen al Pentateuco, casi
como lo conocemos hoy. Estos grupos habrían sido básicamente dos: los sacerdotes y los laicos
poderosos de Jerusalén, continuadores de la tradición, la reflexión, la teología de los grupos sacerdotal
y cortesano durante el exilio, respectivamente).
Ese documento, ‘ley de Dios’ para Israel, se habría convertido en ‘ley del rey’, la legislación
propia de Israel válida ante la administración imperial.
Cf. Esd 712-14.24-26: “«Artajerjes, rey de reyes, al sacerdote Esdras, secretario de la Ley del Dios del
cielo, paz perfecta, etc. 13 «Estas son mis órdenes: Todo aquel que en mi reino pertenezca al
pueblo de Israel, a sus sacerdotes o a sus levitas, y quiera volver a Jerusalén, puede partir
contigo, 14 ya que tú eres enviado por el rey y sus siete consejeros para inspeccionar a Judá y
Jerusalén en lo referente a la Ley de tu Dios que está en tus manos, … 25 «Y tú, Esdras, conforme
a la sabiduría de tu Dios, que posees, establece escribas y jueces que administren la justicia a
todo el pueblo de Transeufratina, a todos los que conocen la Ley de tu Dios. A quienes la
ignoran, habréis de enseñársela. 26 Y a todo aquel que no cumpla la Ley de tu Dios y la ley del
rey, aplíquesele una rigurosa justicia: muerte, destierro, multa en dinero o cárcel».”
Algunos autores consideran que la ley que Esdras lleva desde Babilonia (el decreto del rey) es
el Pentateuco. Es decir, el texto habla siempre de la misma ley, aunque con dos nombres diversos.
Otros ven diferencias: en el decreto real de Esdras se manda obedecer a la Ley de Dios. Y esa ‘Ley’
presentada a los persas sólo se refería a cuestiones relativas al Templo (es decir, el culto y los derechos
económicos para sostener ese culto). La verdad es que los relatos del Pentateuco poco tendrían que ver
aquí.
El judaísmo más tardío quiso ver en Esdras a su fundador y por eso lo relacionó con la
promulgación del Pentateuco al regreso del exilio.

Otra propuesta diferente a la anterior plantea lo siguiente: al mirar la función que puede haber
cumplido el Pentateuco en la comunidad postexílica, aparece la necesidad de definir las condiciones de
pertenencia al pueblo, a la comunidad en torno al Templo de Jerusalén. Y se propusieron
fundamentalmente dos condiciones: los vínculos de sangre (y así se explican las genealogías, tanto en
el Pentateuco como en otros libros de la Biblia, hasta llegar a la generación postexílica) y el contrato
social (que se manifiesta en la Alianza, con derechos y deberes).
Habría sido la comunidad en torno al Templo la ‘autora’ de esta ‘carta de identidad’, que define al
pueblo a partir precisamente del Templo y también de la Ley, dos instituciones que se hacen provenir
de Moisés (en el Sinaí, Israel recibe tanto la legislación como las instrucciones para el culto). Según el
Pentateuco, Moisés habría confiado todo esto a ancianos y sacerdotes, los dos grupos importantes en la
comunidad postexílica. Al mirar atrás, la comunidad refunda su identidad en las llamadas instituciones
mosaicas, en la pertenencia al pueblo de los patriarcas (quienes, como ellos, emigraron desde Babilonia
hasta Canaán).
Moisés está antes de la monarquía (por lo tanto, la desaparición de la monarquía no invalida la
fe en el dios que le había prometido eternidad, si las instituciones moisaicas son más antiguas,
tienen más valor).
Moisés está antes de la tierra (no entró en ella, y se puede pertenecer a la comunidad sin habitar
en Israel).
Moisés es el mayor de los profetas (con lo cual se recogen las tradiciones proféticas, pero
subordinadas al Pentateuco, texto fundamental).
Junto a Moisés está Aarón (fundador del sacerdocio) y están los ancianos (que representan el
‘laicado’ de la comunidad judía).
18
TES 031 PENTATEUCO .
El Pentateuco expresa lo que es esencial y común a todo Israel: la elección en medio de las naciones, la
liberación, la habitación de Dios en medio de ellos, la Alianza que se vive a través de la observancia de
la Ley. El Pentateuco nació, así, como fundamento de la identidad y la pertenencia a Israel.

1.d. Estructura global de la tôrâh (credo y tôledôt). Sentido teológico.


El esquema del «Pequeño Credo»
El periodo histórico comprendido en los relatos del Pentateuco se puede dividir grosso modo en
cinco fases principales 51: Historia Primitiva (Gn 1—11), Patriarcas (Gn 12—50), Egipto y Éxodo (Ex
1—1521), Conducción por el desierto (Ex 1522—Dt 34) y Sinaí (intercalado en la marcha por el
desierto, Ex 19—Nm 1010). La presencia del tema de la Entrada a la Tierra está presente en todos
ellos y algunos exégetas consideran que debe incluirse en el esquema de la historia de la salvación
como sexta fase.
¿De dónde surge este esquema? El análisis de algunos pasajes del Antiguo Testamento revela
que este esquema de cinco (o seis) secciones forma parte de la organización con la que el mismo Israel
entendió y estructuró su propia historia, la que está contenida en el material presente en el Pentateuco.
Estos pasajes, que se analizan a continuación, corresponderían, según algunos, a un mismo género
literario, que ha sido llamado ‘Credo histórico’, que contienen brevemente el conjunto de la historia
relatada en el Pentateuco (o Hexateuco).
Un sumario de la historia de la salvación, el más extenso, se encuentra en Ne 9, un texto
reconocidamente tardío (incluye la narración de acontecimientos que datan de mediados del s. V a.C.).
Otros sumarios, según algunos más antiguos 52, según otros no menos recientes que el anterior 53, se
encuentran en Jos 24, Dt 26 y Dt 6.
Nehemías 9
1. Creación e Historia primitiva (Gn 1—11; Ne 96b)
“6b Tú hiciste los cielos el cielo de los cielos y toda su mesnada la tierra y todo cuanto abarca los mares y todo
cuanto encierran. Todo esto tú lo animas y la mesnada de los cielos ante ti se prosterna.”
2. Patriarcas (Gn 12—50; Ne 978)
“7 Tú YHWH eres el Dios que elegiste a Abram le sacaste de Ur de Caldea y le diste el nombre de Abraham. 8
Hallaste su corazón fiel ante ti con él hiciste alianza para darle el país del cananeo del hitita y del amorreo del
perizita del jebuseo y del guirgasita a él y a su posteridad. Y has mantenido tu palabra porque eres justo.”
3. Egipto y Éxodo (Ex 1—1521; Ne 9911)
“9 Tú viste la aflicción de nuestros padres en Egipto y escuchaste su clamor junto al mar de Suf. 10 Contra
Faraón obraste señales y prodigios contra sus siervos y todo el pueblo de su país pues supiste que eran altivos
con ellos. ¡Te hiciste un nombre hasta el día de hoy! 11 Tú hendiste el mar ante ellos: por medio del mar
pasaron a pie enjuto. Hundiste en los abismos a sus perseguidores como una piedra en aguas poderosas.”
4. Conducción por el Desierto I (Ex 1522—18; Ne 912)
“12 Con columna de nube los guiaste de día con columna de fuego por la noche para alumbrar ante ellos el
camino por donde habían de marchar.”

51 J. BLENKINSOPP The Pentateuch, An Introduction to de First Five Books of the Bible, ABRL,
Doubleday, 1992, p. 138); W. SCHMIDT, Introducción al Antiguo Testamento, Sígueme, Salamanca 1983, p.
63-64.
52 Por ejemplo, G. VON RAD piensa que en Dt 26 nos encontramos quizá con el credo más antiguo que
conocemos. Cf. G. VON RAD; “El problema morfogenético del Hexateuco”, en Estudios sobre el Antiguo
Testamento, Sígueme, Salamanca 1976 (11-80), traducción de un artículo de 1938.
53 Así lo afirma, sin más explicaciones, N. LOHFINK: “Por lo que respecta al «pequeño Credo histórico» –que
VON RAD consideraba la célula original de todo el Pentateuco, aunque esta hipótesis ha sido abandonada
hace mucho–…” en N. LOHFINK; Las tradiciones del Pentateuco en la época del exilio, CB 97, Verbo Divino,
Estella 1999 (39).
19
TES 031 PENTATEUCO .
5. Sinaí (Ex 191—Nm 1010; Ne 91314)
“13 Bajaste sobre el monte Sinaí y del cielo les hablaste; les diste normas justas leyes verdaderas preceptos y
mandamientos excelentes; 14 les diste a conocer tu santo sábado; les ordenaste mandamientos preceptos y Ley
por mano de Moisés tu siervo.”
4b. Conducción por el Desierto II (Nm 1011—Dt 34; Ne 91523)
“15 Del cielo les mandaste el pan para su hambre, para su sed hiciste brotar el agua de la roca. Y les mandaste
ir a apoderarse de la tierra que tú juraste darles mano en alto. 16 Altivos se volvieron nuestros padres su cerviz
endurecieron y desoyeron tus mandatos. 17 No quisieron oír no recordaron los prodigios que con ellos hiciste;
endurecieron la cerviz y se obstinaron en volver a Egipto y a su servidumbre. Pero tú eres el Dios de los
perdones clemente y entrañable tardo a la cólera y rico en bondad. ¡No los desamparaste! 18 Ni siquiera
cuando se fabricaron un becerro de metal fundido y exclamaron: «¡Este es tu dios que te sacó de Egipto!»
(grandes desprecios te hicieron). 19 Tú en tu inmensa ternura no los abandonaste en el desierto: la columna de
unbe no se apartó de ellos para guiarles de día por la ruta ni la columna de fuego por la noche para alumbrar
ante ellos el camino por donde habían de marchar. 20 Tu Espíritu bueno les diste para instruirles el maná no
retiraste de su boca y para su sed les diste agua. 21 Cuarenta años los sustentaste en el desierto y nada les
faltó: ni sus vestidos se gastaron ni se hincharon sus pies. 22 Reinos y pueblos les donaste y las tierras vecinas
repartiste: se apoderaron del país de Sijón rey de Jesbón y del país de Og rey de Basán. 23 Y multiplicaste sus
hijos como estrellas del cielo los llevaste a la tierra que a sus padres dijiste que entrarían a poseer.”
[6. Entrada en la tierra prometida (Jos; Ne 92425)]
“24 Llegaron los hijos y tomaron el país y tú ante ellos aplastaste a los habitantes del país los cananeos los
pusiste en sus manos con sus reyes y las gentes del país para que los trataran a merced de su capricho. 25
Ciudades fuertes conquistaron y una tierra generosa; y heredaron casas de toda suerte de bienes rebosantes
cisternas ya excavadas viñas y olivares árboles frutales sin medida: comieron se saciaron engordaron se
deleitaron en tus inmensos bienes.”

En este sumario se presenta toda la historia relatada por el Pentateuco, en el mismo orden que
allí aparece. Parece tratarse de un resumen de un texto mayor (el Pentateuco) ya conocido.
Otro sumario, también extenso, está en Josué 24:
Josué 24
1. Creación e Historia primitiva (Gn 1—11)
2. Patriarcas (Gn 12—50; Jos 242b4)
“2b Al otro lado del Río habitaban antaño vuestros padres, Téraj, padre de Abraham y de Najor, y servían a
otros dioses. 3 Yo tomé a vuestro padre Abraham del otro lado del Río y le hice recorrer toda la tierra de
Canaán, multipliqué su descendencia y le di por hijo a Isaac. 4 A Isaac le di por hijos a Jacob y Esaú. A Esaú
le di en propiedad la montaña de Seír. Jacob y sus hijos bajaron a Egipto.”
3. Egipto y Éxodo (Ex 1—1521; Jos 2457a)
“5 Envié después a Moisés y Aarón y herí a Egipto con los prodigios que obré en medio de él. Luego os saqué
de allí. 6 Saqué a vuestros padres de Egipto y llegasteis al mar; los egipcios persiguieron a vuestros padres
con los carros y sus guerreros hasta el mar de Suf. 7 Clamaron entonces a YHWH, el cual tendió unas densas
nieblas entre vosotros y los egipcios, e hizo volver sobre ellos el mar, que los cubrió. Visteis con vuestros
propios ojos lo que hice con Egipto”
4. Conducción por el Desierto I (Ex 1522—18; Jos 247b)
“7b luego habitasteis largo tiempo en el desierto.”
5. Sinaí (Ex 191—Nm 1010)
4b. Conducción por el Desierto II (Nm 1011—Dt 34; Jos 24810)
“8 Os introduje después en la tierra de los amorreos, que habitaban al otro lado del Jordán; ellos os declararon
la guerra y yo los entregué en vuestras manos; y así pudisteis poseer su tierra, porque yo los exterminé
delante de vosotros. 9 Después se levantó Balaq, hijo de Sippor, rey de Moab, para pelear contra Israel, y
mandó llamar a Balaam, hijo de Beor, para que os maldijera. 10 Pero no quise escuchar a Balaam, y hasta tuvo
que bendeciros; así os salvé yo de su mano.”
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TES 031 PENTATEUCO .
[6. Entrada en la tierra prometida (Jos; Jos 241113)]
“11 «Pasasteis el Jordán y llegasteis a Jericó; pero las gentes de Jericó os hicieron la guerra, igual que los
amorreos, los perizitas, los cananeos, los hititas, los guirgasitas, los jivitas y los jebuseos, pero yo los
entregué en vuestras manos. 12 Mandé delante de vosotros avispas que expulsaron, antes que llegarais, a los
dos reyes de los amorreos; no fue con tu espada ni con tu arco. 13 Os he dado una tierra que no os ha costado
fatiga, unas ciudades que no habéis construido y en las que sin embargo habitáis, viñas y olivares que no
habéis plantado y de las que os alimentáis.”
En este sumario faltan dos elementos importantes: no hay alusiones a la creación ni a la historia
primitiva y no hay referencia alguna al encuentro con Dios en el Sinaí ni a la entrega de la Ley para
Israel, cosa curiosa, si se piensa que el Pentateuco, la tôrâh, es precisamente Ley para el pueblo. Se
comienza la historia hablando directamente de Israel, sin relación con la historia del mundo, de la
humanidad. La omisión del Sinaí no se puede explicar por la brevedad del resumen, porque la
conducción por el desierto es relatada incluso con detalles. Se puede pensar que, en una versión más
sintética o más primitiva de la formulación de la fe, esos dos temas, aquí ausentes, aparecen como
menos relevantes.
Un tercer sumario está en Dt 26:
Deuteronomio 26
1. Creación e Historia primitiva (Gn 1—11)
2. Patriarcas (Gn 12—50; Dt 265b)
“5b «Mi padre era un arameo errante que bajó a Egipto y residió allí como inmigrante siendo pocos aún, pero
se hizo una nación grande, fuerte y numerosa.”
3. Egipto y Éxodo (Ex 1—1521; Dt 2668)
“6 Los egipcios nos maltrataron, nos oprimieron y nos impusieron dura servidumbre. 7 Nosotros clamamos a
YHWH Dios de nuestros padres, y YHWH escuchó nuestra voz; vio nuestra miseria, nuestras penalidades y
nuestra opresión, 8 y YHWH nos sacó de Egipto con mano fuerte y tenso brazo en medio de gran terror,
señales y prodigios.”
4. Conducción por el Desierto I (Ex 1522—18; Dt 269a)
“9a Nos trajo aquí”
5. Sinaí (Ex 191—Nm 1010)
4b. Conducción por el Desierto II (Nm 1011—Dt 34)
[6. Entrada en la tierra prometida (Jos; Dt 269b10a)]
“9b y nos dio esta tierra, tierra que mana leche y miel 10a Y ahora yo traigo las primicias de los productos del
suelo que tú, YHWH, me has dado.”
La formulación de la fe se ha reducido en este sumario casi a tres elementos: (1) los patriarcas que
bajan a Egipto, (2) el Éxodo desde Egipto y (3) la entrada en la tierra prometida, en un esquema de
salir-entrar (ser sacados de la esclavitud, ser introducidos en la tierra). No hay referencias ni a la
creación ni al Sinaí y la conducción por el desierto está reducida al mínimo (‘nos trajo...).
Finalmente, el sumario más breve está en Dt 6:
Deuteronomio 6
1. Creación e Historia primitiva (Gn 1—11)
2. Patriarcas (Gn 12—50)
3. Egipto y Éxodo (Ex 1—1521; Dt 621b23a)
“21b «Éramos esclavos de Faraón en Egipto, y YHWH nos sacó de Egipto con mano fuerte. 22 YHWH realizó a
nuestros propios ojos señales y prodigios grandes y terribles en Egipto, contra Faraón y toda su casa. 23a Y a
nosotros nos sacó de allí”
4. Conducción por el Desierto I (Ex 1522—18; Dt 623b)
“23b para conducirnos”
5. Sinaí (Ex 191—Nm 1010)
4b. Conducción por el Desierto II (Nm 1011—Dt 34)
[6. Entrada en la tierra prometida (Jos; Dt 623c)]
21
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“23c y entregarnos la tierra que había prometido bajo juramento a nuestros padres.”
Aquí desaparecen incluso los patriarcas, el punto de partida de la historia de Israel es la esclavitud,
Dios que oye el clamor y baja a liberarlos. Los saca de la tierra de Egipto para llevarlos a la tierra
prometida. La ausencia de toda mención a los patriarcas quita claridad a la alusión a los ‘padres’: ¿a
quién se refiere? ¿A los patriarcas, Abraham, Isaac, Jacob, con sus doce hijos, o a los ‘padres’ que
estuvieron en Egipto y fueron sacados de allí con la promesa de heredar otra tierra?

Estos sumarios que hemos analizado, que manifiestan una estructura que de hecho existe en el
Pentateuco y según la cual Israel ordenaba también la sucesión de acontecimientos, tienen el defecto
indiscutible de que presentan una estructura que mantiene su validez sólo si en lugar de considerar el
Pentateuco como un conjunto ampliamos el contenido hasta el libro de Josué. Esto es posible y no
podemos negar los lazos entre los seis primeros libros de la Biblia. Pero esto sólo es posible sobre la
base de negar un hecho fundamental: la unidad del Pentateuco como un todo, con un valor diferente al
resto de la Escritura. Es perfectamente posible postular la hipótesis de que en algún momento Israel
entendió así su historia, a partir de la tradición histórico–teológica de éxodo–conquista. Hoy, sin
embargo, no podemos cimentar un análisis en esa hipótesis, dado que los hechos que observamos
refutan su validez (y en ciencia, no hay que olvidar, los hechos son más importantes que las hipótesis).
¿Existirá alguna manera de estructurar el Pentateuco que de cuenta del conjunto, sin alterarlo,
sin corregirlo para hacer calzar el material literario con los prejuicios de un determinado comentarista
del mismo?

El esquema de las “diez generaciones”


Según CROATTO 54, la estructura global de Pentateuco se descubre en la alternancia de narraciones y
genealogías a lo largo del texto. Se pueden distinguir tres grandes etapas en el relato: Los Orígenes,
Canaán y Egipto, en cada una de las cuales se repite este ritmo, como se muestra a continuación:
Narración Genealogías
Orígenes Gn 1—4 (creación del mundo y el hombre) Gn 5 (Adán)
Gn 6—9 (Diluvio) Gn 10 (Lista de los pueblos)
Gn 11,1-9 (Babel) Gn 11,10-26 (Lista de los semitas)
Canaán Gn 11,27—25,11 (Abraham) Gn 25,12-18
Gn 25,19—35,29 (Isaac) Gn 36,1—37,1 (Esaú)
Gn 37,2—46,7 (Jacob) Gn 46,8-27 (Descendientes)
Egipto Gn 46,28—Ex 6,13 (Egipto) Ex 6,14-27 (Leví)
Ex 6,28—Nm 2,34 (Éxodo) Nm 3,1-3 (Aarón)
Nm 3,5—36,13 (Desierto)
Cada genealogía sirve de confirmación del cumplimiento de la promesa de bendición, tanto a Adán (en
Gn 128ss) como principalmente a Abraham (Gn 1213). Además, cada genealogía va seleccionando lo
particular dentro de lo universal, el ángulo se va estrechando para centrarse en la historia de Israel y,
dentro de ella, en la estirpe de Leví, el sacerdocio aaronita.
Esto es notorio al analizar las dos últimas genealogías. En la penúltima, la descendencia de
Leví desemboca en la de Aarón y Moisés. Apenas presentado el proyecto para Israel, de liberación, se
asocia a Aarón (cf. v. 26), sacerdote, a la acción típica de Moisés, que es la salida de Egipto (ver 310ss y
610ss, con la misma asociación de 613). En la genealogía del Éxodo 6 se retoma la genealogía anterior de
Gn 468b11, pero se interrumpe con la descendencia de Leví. El mensaje es claro: lo único que importa
aquí es la estirpe sacerdotal. Si el sacerdocio está asegurado, todo Israel está asegurado.

54 Cf. para esta parte, JOSÉ SEVERINO CROATTO, “Éxodo 1—15: Algunas claves literarias y teológicas para
entender el Pentateuco”, Estudios Bíblicos 52 (1994) 167-194.
22
TES 031 PENTATEUCO .
Gn 46827: “Estos son los nombres de los hijos de Israel Ex 61427: “Estos son los jefes de sus casas paternas:
que entraron en Egipto: Jacob y sus hijos.
El primogénito de Jacob: Rubén,
9 y los hijos de Rubén: Henoc, Pallú, Jesrón y Karmí; Hijos de Rubén, primogénito de Israel: Henoc, Pallú,
Jesrón y Karmí, éstas son las familias de Rubén.
10los hijos de Simeón: Yemuel, Yamín, Ohad, Yakín, 15 Hijos de Simeón: Yemuel, Yamín, Ohad, Yakín, Sójar
Sójar y Saúl, hijo de la cananea; y Saúl, hijo de la cananea; éstas son las familias de
Simeón.
los hijos de Leví:
11 16 Y éstos son los nombres de los hijos de Leví por sus
Guersón, Quehat y Merarí; linajes: Guerson, Quehat, Merarí.
Los años de la vida de Leví fueron 137.
17 Hijos de Guerson: Libní y Simei según sus familias.
18 Hijos de Quehat: Amram, Yishar, Hebrón y Uzziel.
Los años de la vida de Quehat fueron 133 años.
19 Hijos de Merarí: Majlí y Musí. Estas son las familias
de los levitas, por sus linajes.
20 Amram tomó por mujer a Yokébed, su tía, de la cual
nacieron Aarón y Moisés. Y los años de la vida de
Amram fueron 137.
21 Hijos de Yishar: Coré, Néfeg y Zikrí.
22 Hijos de Uzziel: Missael, Elsafán y Sitrí.
23 Aarón tomó por mujer a Isabel, hija de Amminadab,
hermana de Najsón; de la cual le nacieron Nadab,
Abihú, Eleazar e Itamar.
24 Hijos de Coré: Assir, Elcaná y Abiasaf. Estas son la
familias de los coreítas.
25 Eleazar, hijo de Aarón, tomó por mujer a una de las
hijas de Putiel y de ella nació Pinjás. Estos son los jefes
de las casas paternas de los levitas, según sus familias.
26 Estos son, pues, aquel Aarón y aquel Moisés a
quienes dijo YHWH: «Sacad a los israelitas de la
tierra de Egipto en orden de campaña.»
27 Estos son los que hablaron a Faraón, rey de
Egipto, para sacar de Egipto a los israelitas. Estos
son Moisés y Aarón.
12 los hijos de Judá: Er, Onán, Selá, Peres y Zéraj,
¡pero Er y Onán ya habían muerto en Canaán!) y los
hijos de Peres: Jesrón y Jamul; 13 los hijos de Isacar:
Tolá, Puvá, Yasub y Simrón; 14 los hijos de Zabulón:
Séred, Elón, Yajleel. 15 Estos fueron los hijos que Lía
había dado a Jacob en Paddán Aram, y también su hija
Dina. Sus hijos y sus hijas eran en total 33 personas…
16 Los hijos de Gad: Sefón, Jagguí, Suní, Esbón, Erí,
Arodí y Arelí. 17 Los hijos de Aser: Yimná, Yisvá,
23
TES 031 PENTATEUCO .
Yisví, Beriá y Séraj, hermana de ellos. Hijos de Beriá:
Jéber y Malkiel. 18 Estos son los hijos de Zilpá, la que
Labán diera a su hija Lía; ella engendró para Jacob
estas dieciséis personas. 19 Los hijos de Raquel, mujer
de Jacob: José y Benjamín. 20 A José le nacieron en
Egipto Manasés y Efraím, de Asnat, hija de Poti Fera,
sacerdote de On. 21 Los hijos de Benjamín: Belá, Béker,
Asbel, Guerá, Naamán, Ejí, Ros, Muppim, Juppim y
Ard. 22 Estos son los hijos que Raquel dio a Jacob. En
total catorce personas. 23 Los hijos de Dan: Jusim. 24
Los hijos de Neftalí: Yajseel, Guní, Yéser y Sillem. 25
Estos son los hijos de Bilhá, la que Labán diera a su
hija Raquel, y que aquélla engendró para Jacob: en
total siete personas. 26 Todas las personas que entraron
con Jacob en Egipto, nacidas de sus entrañas, salvo las
mujeres de los hijos de Jacob hacían un total de 66
personas. 27 Los hijos de José, que le habían nacido en
Egipto, eran dos. Todas las personas de la casa de
Jacob que entraron en Egipto eran setenta.

Ya sabemos, entonces, el sentido de la genealogía de Éxodo 6: no se trata de mostrar la relación


entre las tribus, no es una genealogía de la familia de Jacob, sino más bien una presentación del papel
fundamental de la tribu sacerdotal de Leví en la historia de Israel y, por lo tanto, en la vida posterior del
mismo pueblo. Las demás tribus pueden ser dejadas de lado cuando ya se ha llegado a los personajes
importantes. En un rasgo típicamente post–exílico, Aarón aparece como liberador de Israel, equiparado
casi con Moisés, quien, por su parte, también aparece aquí como descendiente de Leví. En una palabra,
la salvación de Israel viene por el sacerdocio y el cumplimiento de las funciones sacerdotales.
Si miramos ahora la última genealogía, Nm 313 55, notamos que en este texto se habla de la
descendencia de Aarón y a continuación, hasta el final del capítulo 4, de los derechos sacerdotales de su
progenie y luego el censo de los levitas.
En resumen, con lo visto hasta aquí, el Pentateuco, entre otras cosas, está estructurado de
manera de mostrar la importancia del sacerdocio en Israel, en el Israel del tiempo de la redacción final,
el periodo llamado ‘del Segundo Templo’.

Otro aspecto interesante de esta última genealogía, Nm 3, es el uso de un término, una fórmula
para ser más exactos, típico del Génesis: “Esta era la descendencia de Aarón”, en hebreo, “tôl edôt
Aarón”. Esta palabra, tôl edôt aparece diez veces en el Génesis.
Un criterio que los exégetas usan con bastante acuerdo al momento de estructurar la lectura del Génesis
es la presencia, luego del primer capítulo –que relata esquemáticamente la creación del universo y del hombre y
la mujer– de diez secciones, cada una de las cuales está encabezada por la palabra hebrea tôledôt, ‘estas son las
generaciones…’ (Gn 24; 51; 69; 101; 1110; 1127; 2512; 2519; 361.9; 372), que deriva de la raíz yld, que quiere decir
‘engendrar’. El sentido con que la palabra viene usada no es tanto el de ‘generación’, o ‘genealogía’ 56, sino más

55 Nm 313: ”Esta era la descendencia de Aarón y de Moisés, el día en que YHWH habló a Moisés en el
monte Sinaí. 2 Estos eran los nombres de los hijos de Aarón: Nadab, el primogénito, Abihú, Eleazar e Itamar.
3 Estos eran los nombres de los hijos de Aarón, que fueron ungidos sacerdotes, y cuyas manos fueron
consagradas para ejercer el sacerdocio”.
56 Como traduce  (Gn 24a: “Este es el libro de las generaciones [ gene,sewj] de cielo y tierra”),
traducción que recoge Mateo para comenzar su Evangelio (Mt 11: Libro de las generaciones [ gene,sewj]
de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham), a la manera de un nuevo Génesis, de una nueva
tôrâhdonde Jesús aparece como el nuevo Moisés.
24
TES 031 PENTATEUCO .
bien ‘esto es lo que llegó a ser N.’, ‘esto es lo que pasó con N.’, entendiendo que se trata de la persona y su
descendencia. Siempre se refiere a alguien o algo que ya ha aparecido en el relato precedente y, a través de la
introducción de esta fórmula, pasa a describir, relatar, a continuación, el devenir de lo que ha enunciado en el
encabezamiento, sea a través de un elenco genealógico, sea a través de una larga narración. Con lo observado
por CROATTO, podemos aceptar que esta fórmula no estructura solamente el Génesis (como la mayoría de los
exégetas piensa), sino el conjunto del Pentateuco, hasta la instauración del sacerdocio y sus funciones en el libro
de Números.
Aquí se hace necesaria una breve explicación acerca del sentido de esta ‘marca’ textual. Antiguamente
los capítulos de los libros no se anunciaban tan explícitamente como hoy. Pero esto no quiere decir que no
existiera una cierta estructuración que guiara la lectura. Una manera de hacerla consistía en incluir, en lugares
clave, una fórmula, que indicaba sea el fin de una unidad o bien el comienzo de otra. Esa sería la función de la
palabra tôl edôt, que se repite a lo largo del Génesis (y reaparece, hemos visto, en Nm 31).
Dos observaciones acerca del material en cada sección.
Primero, como ya observamos a propósito de las genealogías, hay un proceso de constante
estrechamiento en las sucesiones que se van narrando. Así, con Noé hay un nuevo comienzo, el autor
entrega las tôledôt de Sem, Cam y Jafet, pero inmediatamente selecciona las tôledôt de Sem. La
siguiente sección comienza con las tôledôt de Téraj, descendiente de Sem. En esta parte el relato se
centra en la vida de Abraham. La línea se estrecha entonces a Isaac, hijo de Abraham, pero antes se
dan las tôledôt de Ismael, la descendencia no elegida. Lo mismo ocurre en la generación siguiente:
primero se dan las tôledôt de Esaú, luego las de Jacob, que continuarán.
Segundo: en cada una de las secciones hay un desarrollo del doble tema de las bendiciones y
maldiciones. Cinco veces antes de la generación de Abraham, la generación de la promesa, en Gn 12, y cinco
veces después, la fórmula aparece igualmente distribuidas en las secciones narrativas y genealógicas del Génesis.
A través de las genealogías y narraciones que comienzan con esta fórmula, se verifica el cumplimiento de la
bendición prometida por Dios, bendición que contrarresta la maldición que desde el Paraíso lleva la muerte a la
vida del Hombre.
Esquemáticamente, la fórmula tôl edôt se distribuye de la siguiente manera:
NARRACIÓN tôl edôt GENEALOGÍAS tôl edôt
Orígenes Gn 1—4 (creación) Gn 2,4 Gn 5 (Adán) Gn 5,1 (Adán)
Gn 6—9 (Diluvio) Gn 6,9 (Noé) Gn 10 (Lista de los pueblos) Gn 10,1 (Noé)
Gn 11,1-9 (Babel) Gn 11,10-26 (Los semitas) Gn 11,10 (Sem)
Canaán Gn 11,27—25,11 (Abraham) Gn 11,27 (Téraj) Gn 25,12-18 Gn 25,12 (Ismael)
Gn 25,19—35,29 (Isaac) Gn 25,19 (Isaac) Gn 36,1—37,1 (Esaú) Gn 36,1.9 (Esaú)
Gn 37,2—46,7 (Jacob) Gn 37,2 (Jacob) Gn 46,8-27 (Descendencia)
Egipto Gn 46,28—Ex 6,13 (Egipto) Ex 6,14-27 (Leví)
Ex 6,28—Nm 2,34 (Éxodo) Nm 3,1-3 (Aarón) Nm 3,1 (Aarón y Moisés)
Nm 3,5—36,13 (Desierto)

¿Qué conclusión sacar del aburrido trabajo de buscar y rebuscar fórmulas a lo largo del texto y
de proponerlas ordenadas en el esquema precedente? Se nota, a través es esta estructuración, un
esfuerzo deliberado por establecer una periodización de la historia en diez bloques, desde el comienzo
hasta la generación que vivió el Éxodo de Egipto. Tal vez el esquema de diez se inspira en las listas de
diez reyes mesopotámicos anteriores al diluvio (en su versión mesopotámica), que ciertamente el autor
bíblico conocía. Es un hecho que las tôl edôt de Adán en Gn 5 proponen, como en Mesopotamia, que
entre la creación del mundo y Noé, que marca un nuevo comienzo del mundo y de la historia, hubo
diez generaciones, cf. Gn 5132 57, elemento que se repite en Gn 111026, tôl edôt de Sem, hijo de Noé, cuya
décima generación, Abraham, marca un nuevo comienzo, a través de la promesa.

57 Gn 51: Adán (1); 53: Set (2); 56: Enóš (3); 59: Quenán (4); 512: Mahalalel (5); 515: Yéred (6); 518: Henoc (7);
521: Matusalén (8); 525: Lámek (9); 529: Noé (10).
25
TES 031 PENTATEUCO .
Esta manera de presentar las cosas aparece aquí como un signo de resistencia a la dominación
caldea sobre los exiliados. Si para Mesopotamia la historia actual comenzaba con el diluvio, que había
acabado con la era precedente y dado origen al mundo que ahora conocemos (gobernado por
Mesopotamia), para Israel el verdadero comienzo está en el Éxodo. De hecho, la historia (tôl edôt) de
Jacob no termina en el Éxodo, sino que se extiende hasta Números, con la presentación de los
sacerdotes y su descendencia.
Si la redacción final del Pentateuco es del exilio o posterior, como se acepta hoy entre los
especialistas, resulta evidente que con la introducción de este esquema, además de lo dicho sobre el rol
del sacerdocio al interior de Israel, se está también combatiendo la ideología de la religión verdadera y
triunfante: la verdadera historia no comenzó con los sacrificios post–diluvianos del héroe
mesopotámico, sino con la salida de Egipto. Y así como el Diluvio marca, también en la versión
israelita, un nuevo comienzo en la historia, al igual que la promesa de Dios a Abraham y la partida de
éste hacia el lugar prometido por Dios, la partida desde Egipto ha de ser considerada el comienzo
definitivo de la historia de Israel en el mundo, de la historia de todo el mundo, en cuyo centro está
Israel, pueblo de Dios.
Retrospectivamente, Israel del exilio y post–exilio mira a Jacob quien, habiendo vivido en la
tierra prometida, murió finalmente en el extranjero, y saca fuerza de lo vivido por su descendencia, que
fue rescatada por Dios para dar comienzo nuevamente a la verdadera historia, la de la liberación de los
pobres y humillados, la de la nueva marcha hacia la tierra de la libertad, como la marcha que ellos
mismos, exiliados, tuvieron que emprender.
¿Qué sentido tiene la genealogía de Nm 313, con el uso de la fórmula tôl edôt? La alusión que
allí hay al Sinaí indica que, por una parte, la nueva y definitiva historia está marcada por la revelación
hecha por Dios a Moisés. Y la presencia de Aarón señala que el sacerdocio es la institución que
garantiza la permanencia de Israel en la historia 58. El parecido formal entre Gn 24, 51 y Nm 31 59
permite ordenar la historia del mundo en tres grandes etapas, al menos desde la perspectiva del autor
final del Pentateuco: la creación (Gn 24), la aparición del hombre, Adán (Gn 51) e Israel como pueblo
que ha recibido la palabra de Dios.
A la luz de todo lo visto en este apartado, ¿cómo entender el sentido global del Pentateuco? El
anuncio de la salida de Egipto es un anuncio de esperanza para quienes vivieron el exilio o bien,
dispersos por el mundo antiguo, no poseían la tierra prometida. El Pentateuco habla de una promesa al
mismo tiempo cumplida (liberación de la esclavitud, entrega de la Ley en el Sinaí, existencia
ininterrumpida del sacerdocio como garantía de sobrevivencia) como por cumplir (la tierra como
posesión futura).

La tôrâh en el canon hebreo (el Pentateuco en el conjunto de la Sagrada Escritura)


La tôrâh constituye uno de los conjuntos que forman la Biblia hebrea (tôrâh, nebîim, ketubim: Ley,

58 No hay que olvidar que las demás instituciones político–religiosas que aparecen en el Pentateuco, como
la monarquía y el profetismo, fueron desapareciendo, mientras el sacerdocio podía mostrar la continuidad
ininterrumpida de su sucesión desde el mismo Leví y Aarón hasta los sacerdotes del tiempo del regreso de
Babilonia.
59 Gn 24: “Esos fueron los orígenes de los cielos y la tierra, cuando fueron creados. El día en que hizo
YHWH Dios la tierra y los cielos”
Gn 51 “Esta es la lista de los descendientes de Adán. El día en que Dios creó a Adán, le hizo a imagen de
Dios”.
Nm 313: ”Esta era la descendencia de Aarón y de Moisés. El día en que YHWH habló a Moisés en el monte
Sinaí”.
26
TES 031 PENTATEUCO .
Profetas, Escritos 60), según la describe el nieto de Ben Sirá en el prólogo a su obra, hacia el 130 a.C. 61.
En la misma Escritura hay indicios textuales de esta división tripartita. Aunque, hay que reconocer,
esta división no es universalmente aceptada.
“En tiempos modernos, algunos estudiosos han cuestionado si este modo
tradicional de dividir los libros del A.T. es apropiado. Se ha argumentado [v.g.
GERHARD VON RAD], por una parte, que la verdadera conclusión de la historia del
Pentateuco se encuentra en realidad en el libro de Josué, con el relato del
asentamiento en la Tierra Prometida (estos estudiosos hablan del “Hexateuco”,
dando a entender un grupo de seis libros). Otros incluso afirman que esa
historia concluye de verdad aun más adelante, con la historia de la monarquía,
en los libros de Samuel o Reyes [de donde deriva el nombre de “Eneateuco”,
nueve libros]. Por otra parte, hay biblistas [v.g. MARTIN NOTH] que hablan de un
“Tetrateuco” (cuatro libros), basándose en que el Deuteronomio no pertenece
propiamente al grupo de los libros que lo preceden (Gn, Ex, Lv, Nm), sino que
marca el comienzo de un trabajo historiográfico mayor, la llamada ‘Historia
Deuteronomística’, que comprende Deuteronomio, Josué, Jueces, Samuel y
Reyes.
Cada una de esas proposiciones tiene su mérito. Es verdad que la promesa
de Dios a Abraham de que su descendencia poseería y ocuparía la tierra de
Canaán un tema que de alguna manera domina el conjunto de acontecimientos
que le siguen- queda incompleta, sin realizarse, en el relato del Pentateuco, y
que sólo alcanza su realización en el libro de Josué. Por otra parte, también es
cierto que el Deuteronomio, que mira hacia adelante, hacia la ocupación de la
tierra como cumplimiento de la promesa original, es un punto de partida
apropiado para los acontecimientos narrados en los libros que le siguen.
Además, el lenguaje, estilo y las ideas teológicas del Deuteronomio tienen mayor
afinidad con los libros posteriores que con los precedentes.
A pesar de todo lo anterior, hay buenas razones para mantener la noción de
un Pentateuco y la división tradicional del texto. El antiguo título de ‘los cinco
libros de Moisés’, aunque inaceptable para los estudiosos modernos en cuanto
afirmación acerca de su autor, no es del todo inapropiado como una afirmación
acerca del contenido de la historia. Reconocidamente, el libro del Génesis trata
enteramente acerca de personas que vivieron y eventos que tuvieron lugar
antes de que naciera Moisés. Sin embargo, los cuatro libros siguientes están
totalmente dominados, desde el punto de vista humano, por la figura de Moisés,
de quien se recuerda el nacimiento en el mismo comienzo de los libros (Ex 22) y
la muerte al final (Dt 345). Que esa muerte marca el ‘fin de una era’ es
enfatizado por el pasaje final (Dt 341012), que sostiene la importancia única de la
figura de Moisés. El libro de Josué, que comienza con una referencia a la muerte
de Moisés y continúa inmediatamente con la misión divina a Josué, su sucesor,
de guiar al pueblo hacia la tierra, indica claramente el comienzo de una nueva
etapa. El judaísmo tardío miró hacia atrás, a Moisés, como la persona que,

60 Cf. p.e. Lc 2444: “Después les dijo: «Estas son aquellas palabras mías que os hablé cuando todavía estaba
con vosotros: -Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en
los Salmos acerca de mí.»”
61 Cf. Prólogo del traductor griego: Pollw/n kai. mega,lwn h`mi/n dia. tou/ no,mou kai.
tw/n profhtw/n kai. tw/n a;llw/n… tw/n kat”V auvtou.j hvkolouqhko,twn
dedome,nwn; “Muchas e importantes lecciones se nos han transmitido por la Ley, los Profetas y los
otros que les han seguido”. Cf. nota BJ a Sir Pról 2.
27
TES 031 PENTATEUCO .
guiada por Dios, no sólo puso los fundamentos de la vida ulterior de Israel sino
que lo equipó tan bien que no se necesitó nada más para sostenerlo y guiarlo
como el único pueblo elegido de Dios. Visto de esta manera, el Génesis puede
considerarse como una introducción a o preparación para esta era única.” 62
¿Cuáles son, entonces, las marcas que indican esta división tripartita de la Biblia
hebrea?
a) El mismo Pentateuco, al final del Deuteronomio, presenta un texto que hace de división entre los
primeros cinco libros, lo que precede al texto en cuestión, y lo que sigue:
Dt 3410-12: “No ha vuelto a surgir en Israel un profeta como Moisés, a quien YHWH trataba cara a
cara, 11 nadie como él en todas las señales y prodigios que YHWH le envió a realizar en el país de
Egipto, contra Faraón, todos sus siervos y todo su país, 12 y en la mano tan fuerte y el gran terror
que Moisés puso por obra a los ojos de todo Israel.”
Aquí se dicen tres cosas importantes:
1. Moisés es el más grande de los profetas. Por lo tanto, su Ley es superior a toda otra forma de
revelación. Su tôrâh es insuperable y su valor permanecerá para siempre. La autoridad que
se atribuye al Pentateuco depende, finalmente, de la autoridad de Moisés.
2. Esta superioridad mosaica deriva de su particular relación con YHWH63, sin intermediarios (ni
ángeles, ni sueños, etc.)
3. El Éxodo es el acontecimiento fundamental de la historia de Israel, ningún otro
acontecimiento se le puede comparar.
b) Los profetas también se relacionan con la obra de Moisés:
i. Comienzo de los Profetas Anteriores: Josué
Jos 11-8: “Sucedió después de la muerte de Moisés, siervo de YHWH, que habló YHWH a Josué, hijo de
Nun, y ayudante de Moisés, y le dijo: 2 «Moisés, mi siervo, ha muerto; arriba, pues; pasa ese Jordán,
tú con todo este pueblo, hacia la tierra que yo les doy (a los israelitas). 3 Os doy todo lugar que sea
hollado por la planta de vuestros pies, según declaré a Moisés. 4 Desde el desierto y el Líbano hasta
el Río grande, el Éufrates, (toda la tierra de los hititas) y hasta el mar Grande de poniente, será
vuestro territorio. 5 Nadie podrá mantenerse delante de ti en todos los días de tu vida: lo mismo que
estuve con Moisés estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré. 6 «Sé valiente y firme, porque tú vas
a dar a este pueblo la posesión del país que juré dar a sus padres. 7 Sé, pues, valiente y muy firme,
teniendo cuidado de cumplir toda la Ley (tôrâh) que te dio mi siervo Moisés. No te apartes de ella ni
a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito dondequiera que vayas. 8 No se aparte el libro
de esta Ley (tôrâh) de tus labios: medítalo día y noche; así procurarás obrar en todo conforme a lo
que en él está escrito, y tendrás suerte y éxito en tus empresas.”
Se dicen aquí al menos cuatro cosas sobre Josué y los libros proféticos:
1. Josué es sucesor de Moisés, su misión es conquistar la tierra prometida a los padres y
distribuirla.

62 WHYBRAY, Introduction to the Pentateuch, Williams B. Eerdmans Publishing Company, Grand Rapids,
Michigan 1995, p. 1-2.
63 cf. Ex 3311: “YHWH hablaba con Moisés cara a cara, como habla un hombre con su amigo. Luego volvía
Moisés al campamento, pero su ayudante, el joven Josué, hijo de Nun, no se apartaba del interior de la
Tienda.”; Nm 126-8: “Dijo YHWH: «Escuchad mis palabras: Si hay entre vosotros un profeta, en visión me
revelo a él, y hablo con él en sueños. 7 No así con mi siervo Moisés: él es de toda confianza en mi casa; 8 boca
a boca hablo con él, abiertamente y no enigmas, y contempla la imagen de YHWH. ¿Por qué, pues, habéis
osado hablar contra mi siervo Moisés?».” Cf. también Jn 118: “A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único,
que está en el seno del Padre, él lo ha contado.”; Jn 311: “En verdad, en verdad te digo: nosotros hablamos de
lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero vosotros no aceptáis nuestro testimonio.”
28
TES 031 PENTATEUCO .
2. Moisés es siervo de YHWH, Josué es ‘ministro de Moisés’, se ha producido un cambio. Josué
sucede a Moisés, pero no adquiere el mismo título. Moisés es único, con su muerte ha
cambiado el modo de la relación del guía del pueblo con YHWH, se ha pasado así también a
una nueva etapa de la Revelación.
3. Hay continuidad entre la obra de Josué y Moisés: como estuvo con éste, YHWH estará con su
sucesor (15); YHWH cumplirá la promesa hecha a Moisés de dar la tierra (13). Es decir, el
comienzo de la historia está en Moisés, no en Josué.
4. El éxito de Josué depende de su fidelidad a la ‘Ley de Moisés’ (17), ley escrita en un libro
(18). Esta Ley (tôrâh) es el criterio que permitirá juzgar la historia de Israel de aquí en
adelante64.
ii. Final de los Profetas Posteriores: Malaquías
Mal 322-24: ”Acordaos de la Ley (tôrâh) de Moisés, mi siervo, a quien yo prescribí en el Horeb
preceptos y normas para todo Israel. 23 He aquí que yo os envío al profeta Elías antes que llegue el
Día de YHWH, grande y terrible. 24 El hará volver el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de
los hijos a los padres; no sea que venga yo a herir la tierra de anatema.”
Aquí se afirma, respecto de la Ley de Moisés:
1. La lectura de los profetas es un modo de recordar la ley de Moisés, de actualizarla.
2. Se trata de una ley divina, su origen no es humano.
3. Se trata sobre todo del Deuteronomio, donde se usa la expresión ‘decretos y normas’ y donde
se hace referencia al Horeb y no al Sinaí 65.
4. Se habla de Elías entre los profetas, por su parecido con Moisés: ambos fueron al Horeb
(1Re 19), escucharon a Dios en la caverna (cf. Ex 34), tuvieron experiencias que duraron
‘cuarenta días y cuarenta noches’ 66.
iii. Otras relaciones entre estos textos
Se observa, además, la continuidad entre el final del Pentateuco y el comienzo de los profetas: en Dt
349 se alude a la obediencia de los israelitas a Josué, “cumpliendo la orden que YHWH había dado a
Moisés”, lo cual se retoma en Jos 17: “Sé, pues, valiente y muy firme, teniendo cuidado de cumplir
toda la Ley que te dio mi siervo Moisés“.
Del mismo modo, hay relación entre el comienzo y el final de los Profetas. Jos 113a: “Recordad
la orden que os dio Moisés, siervo de YHWH”, relacionado con Mal 322: “Acordaos de la Ley de Moisés,
mi siervo, a quien yo prescribí en el Horeb preceptos y normas para todo Israel.”
Estos textos muestras suficientemente que la Biblia hebrea considera el conjunto de los libros
proféticos (Josué-Malaquías) como un conjunto subordinado a la Ley de Moisés, con la función de
interpretarla y actualizarla.

64 cf. 2Re 1713-16: “YHWH advertía a Israel y Judá por boca de todos los profetas y de todos los videntes
diciendo: «Volveos de vuestros malos caminos y guardad mis mandamientos y mis preceptos conforme a la
Ley (tôrâh) que ordené a vuestros padres y que les envié por mano de mis siervos los profetas.» 14 Pero ellos
no escucharon y endurecieron sus cervices como la cerviz de sus padres, que no creyeron en YHWH su Dios.
15 Despreciaron sus decretos y la alianza que hizo con sus padres y las advertencias que les hizo, caminando
en pos de vanidades, haciéndose ellos mismos vanidad, en pos de las naciones que les rodeaban, acerca de las
que YHWH les había ordenado: «No haréis como ellas.» 16 Abandonaron todos los mandamientos de YHWH su
Dios, y se hicieron ídolos fundidos, los dos becerros; se hicieron cipos y se postraron ante todo el ejército de
los cielos y dieron culto a Baal.”
65 cf. Dt 52: “YHWH nuestro Dios ha concluido con nosotros una alianza en el Horeb”, mientras que
Ex 191: “Al tercer mes después de la salida de Egipto, ese mismo día, llegaron los hijos de Israel al desierto
de Sinaí”.
66 Por eso se aparecen a Jesús en la Transfiguración, Mt 173 y paralelos.
29
TES 031 PENTATEUCO .
c) Los escritos
i. Comienzan con el Sal 1:
Sal 11-3: “¡Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos,
ni en la senda de los pecadores se detiene,
ni en el banco de los burlones se sienta,
2 mas se complace en la ley (tôrâh) de YHWH,
su ley (tôrâh) susurra día y noche!
3 Es como un árbol plantado junto a corrientes de agua,
que da a su tiempo el fruto,
y jamás se amustia su follaje;
todo lo que hace sale bien.
el cual:
1. Alude a la Ley como criterio de distinción entre justo e injusto, es decir, aplica al individuo
los que los profetas aplicaban al pueblo.
2. La tôrâh (Ley de Moisés) es aquí tôrâh de YHWH, ‘Enseñanza, Ley de YHWH’
3. Invita a leer todos los salmos y escritos como una meditación acerca de la Palabra de YHWH.
ii. Terminan actualmente con 2Cr 362223.
2Cr 3622: “En el año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento de la palabra de YHWH, por
boca de Jeremías, movió YHWH el espíritu de Ciro, rey de Persia, que mandó publicar de palabra y
por escrito en todo su reino: 23 «Así habla Ciro, rey de Persia: YHWH, el Dios de los cielos, me ha
dado todos los reinos de la tierra. Él me ha encargado que le edifique una Casa en Jerusalén, en
Judá. Quien de entre vosotros pertenezca a su pueblo, ¡sea su Dios con él y suba!»” 67
1. Ya no se habla más de Moisés y la Ley, sino de la palabra de YHWH anunciada por Jeremías y de
Jerusalén. Materialmente, estos son los últimos versículos de la Biblia hebrea, que termina
entonces con una invitación a subir, que podría aludir a la misma acción con la que se habla, a
veces, del Éxodo (cf. Ex 38a: “He bajado para librarle de la mano de los egipcios y para subirle
hacerle subir de esta tierra a una tierra buena y espaciosa …).
2. Con este final, el conjunto del canon hebreo termina en una situación similar a la que se vive en
el libro del Deuteronomio, con el que termina el Pentateuco: el pueblo, que está al Oriente, es
invitado a entrar a la tierra prometida como YHWH ha mandado.
3. Es verdad que el templo de Jerusalén como tal no es nunca mencionado en el Pentateuco, puesto
que su construcción es posterior a la entrada a la tierra y se relaciona con la instauración de la
dinastía davídica. Sin embargo, textos como Ex 25—31; 35—40, las prescripciones rituales del
Levítico, la ley sobre la centralización del culto en Dt 12, deben ser leídas en relación con el
Templo, cuya existencia suponen.
4. Finalmente, con seguridad, en un estadio anterior, la Escritura hebrea terminaba con el libro de
Esdras-Nehemías (que originalmente formaban un solo libro) (cf. nota 67), cuyo punto culminante
resulta ser la proclamación solemne de la Ley de Moisés delante de todo el pueblo (Neh 8, cf.
Neh 81: “Todo el pueblo se congregó como un solo hombre en la plaza que está delante de la
puerta del Agua. Dijeron al escriba Esdras que trajera el libro de la Ley tôrâh- de Moisés que
YHWH había prescrito a Israel”). Esta Ley de Moisés se convierte así en el fundamento de la
comunidad postexílica (de hecho, Esd 72526 68 establece la Ley de Moisés como ley ‘civil’ para los
repatriados, criterio de juicio en tribunales, junto con la ley del rey).

67 Hay que notar que estos dos versículos reproducen, casi textualmente, el comienzo del libro de Esdras
(114), lo que indica que, probablemente, en un estadio anterior del canon, 1–2Cro precedían inmediatamente a
Esdras–Nehemías.
68 Cf. el texto de Esd 725-26 en la página .
30
TES 031 PENTATEUCO .
iii. Relaciones entre los textos:
Hay paralelismo entre Jos 17-8 y Sal 1: el justo del Salmo es el que actúa como Josué.
CONCLUSIÓN
1. Estos textos, que enmarcan las tres partes principales de la Biblia hebrea, son importantes tanto por
su contenido como por la ubicación estratégica que tienen dentro del conjunto. La división tripartita
de la Biblia hebrea destaca el carácter único de la Ley, la tôrâh que, según la tradición, tiene el sello
único de Moisés, el más grande conductor que haya tenido Israel.
2. Los cinco libros del Pentateuco tienen así un carácter normativo, que los demás no poseen. Sólo
estos ‘fundan’ a Israel como comunidad de YHWH.
3. Además, el Pentateuco se presenta, en gran parte, como la ‘vida de Moisés’, sobre todo de su vida al
servicio de YHWH. El Génesis contiene un gran prólogo a esa vida, relatando el origen del mundo
(Gn 1—11) y el origen del pueblo de Israel (Gn 12—50),
4. Desde el punto de vista del Canon, de la redacción final, esta agrupación tripartita de los libros es
más importante que otras. Por ejemplo, la relación del Deuteronomio con Moisés es más importante
que los lazos entre el Deuteronomio y la historia deuteronomista (Josué-Reyes). Este hecho crea un
problema: la conquista de la tierra prometida queda fuera del Pentateuco. Y se puede pensar, de
acuerdo con esto, que la promesa de la tierra –y no necesariamente su posesión– es lo que forma
parte de la esencia de la fe de Israel. Es decir, según el Pentateuco es posible ser el pueblo de Dios
sin habitar la tierra prometida. Una afirmación como ésta sólo se entiende bien después de la
experiencia del Exilio o en el contexto del post-exilio y la diáspora 69.
Por otra parte, en el contexto de la dominación persa, podía resultar peligroso que los relatos de la
conquista de la tierra quedaran incluidos en el texto fundamental, la Ley de Israel. Esta otra razón
contribuyó también a fijar los límites del Pentateuco.
“Así, pues, el Pentateuco se estructuró poco a poco, partiendo de los orígenes hasta la
muerte de Moisés. Que la tôrâh se acabe precisamente ahí, no deja de ser muy significativo. Esto
quiere decir sencillamente, que después de la caída de Samaría y de Jerusalén, en 722 y 587,
respectivamente, Israel tomó conciencia de volver a la experiencia original que determinaba, en
cierta medida, el acto de nacimiento del pueblo: la salida de Egipto y el acontecimiento del
Sinaí/Horeb. En los momentos en que su propia tierra era desgarrada poco a poco por unos y por
otros, algunos israelitas sintieron la necesidad de concentrar su reflexión y la del pueblo en la acción
decisiva de Dios por Moisés, antes de la conquista de la tierra prometida. La liturgia recordaba
constantemente la forma en que Dios se había dado a conocer a Israel: «Yo, el Señor tu Dios, soy el
que te sacó de la tierra de Egipto» (Ex 202 ). Por encima de todas las ilusiones que los israelitas
podían tener en relación a la manera como Dios conducía a su pueblo, de una cosa por lo menos
estaban seguros: en el pasado, Dios actuó en favor de su pueblo y puede continuar haciéndolo en el
presente. Si la tierra ya no les pertenece, vuelve a ser de nuevo objeto de esperanza, incluso para
aquellos que están en tierra extranjera y después del exilio continúan esperando un porvenir mejor.
La tôrâh termina con la muerte de Moisés: esto quiere decir que, en adelante, el pueblo no debe
contentarse con lo que tiene, sino que debe estar siempre dispuesto a una acción de Dios imprevista
y salvífica. La tensión entre lo que se vive y lo que se espera adquiere categoría de fundamental” 70.

69 Ver B. CHILDS; Introduction to the Old Testament as Scripture, Fortress Press, Philadelphia 1979, p.131-
132.
70 J. BRIEND. El Pentateuco, Cuadernos Bíblicos 13, Verbo Divino, Estella 1976, p. 57.

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