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INFECCIÓN DEL VIRUS DEL NILO OCCIDENTAL

Reservorios: Aves silvestres

Mosquitos: Culex, Aedes, Ochlerotatus, y Psorophora

El virus del Nilo Occidental se mantiene en la naturaleza mediante un ciclo de transmisión


mosquito-ave-mosquito. Generalmente, se considera que los vectores principales son los
mosquitos del género Culex., en particular Culex pipiens. El virus se mantiene en las
poblaciones de mosquitos gracias a la transmisión vertical (de los adultos a los huevecillos).

Transmisión

La infección del ser humano suele ser el resultado de las picaduras de mosquitos que se
infectan cuando pican a aves infectadas, en cuya sangre circula el virus durante algunos días. El
virus pasa a las glándulas salivales del mosquito, que cuando pica puede inyectar el virus a los
seres humanos y los animales, en los que luego se multiplica y puede causar enfermedad.

El virus se transmite también por el contacto con otros animales infectados o con su sangre u
otros tejidos.

Se han producido unos pocos casos de infección en seres humanos por trasplantes de órganos,
transfusiones sanguíneas y la leche materna. Se ha notificado un caso de transmisión
transplacentaria de la madre al hijo.

Hasta la fecha no se ha confirmado ningún caso de transmisión de persona a persona por el


contacto social ordinario; tampoco se ha producido la transmisión del virus al personal
sanitario cuando se toman las precauciones ordinarias de control de infecciones.

Se conocen casos de transmisión del virus a personal de laboratorio.

Cuadro clínico

La infección por el virus del Nilo Occidental es asintomática en aproximadamente un 80% de


las personas infectadas; en las demás puede causar la fiebre del Nilo Occidental o una afección
grave.

Aproximadamente un 20% de las personas infectadas por este agente patógeno presentan la
fiebre del Nilo Occidental, que se caracteriza por fiebre, dolores de cabeza, cansancio, dolores
corporales, náuseas, vómitos y, a veces, erupción cutánea (del tronco) y agrandamiento de
ganglios linfáticos.

Los síntomas de afección grave (también llamada enfermedad neuroinvasora, como la


encefalitis o meningitis del Nilo Occidental o poliomielitis del Nilo Occidental) son dolores de
cabeza, fiebre elevada, rigidez de nuca, estupor, desorientación, coma, temblores,
convulsiones, debilidad muscular y parálisis. Se calcula que aproximadamente 1 de cada 150
personas infectadas llegan a padecer una afección más grave. Esta puede presentarse en
personas de cualquier edad, si bien los mayores de 50 años y las personas con
inmunodeficiencia (por ejemplo, pacientes que han recibido trasplantes) tienen el mayor
riesgo al respecto.

El periodo de incubación suele durar entre 3 y 14 días.


Síndromes neurológicos causados por el virus del Nilo Occidental son:

-Meningitis: Inflamación de las meninges (las membranas que rodean el cerebro) es a menudo
precedida por fiebre y dolor de cabeza y progresa a rigidez en el cuello, irritabilidad y
sensibilidad extrema a la luz.

-Encefalitis:. Inflamación del propio tejido cerebral, encefalitis se caracteriza por cambios en el
estado mental (confusión, demencia, delirio, etc) La encefalitis puede estar acompañada de
síntomas de la meningitis, los casos graves pueden progresar a convulsiones y coma.

-Parálisis flácida: Los pacientes con parálisis inducida por el virus del Nilo Occidental por lo
general

Como prevenir?

 Reducir el riesgo de transmisión por los mosquitos. Las medidas para prevenir la
transmisión deben centrarse inicialmente en la protección personal y comunitaria
contra las picaduras de mosquitos mediante el uso de mosquiteros, repelente de
insectos, uso de ropas de color claro (camisa de manga larga y pantalón) y evitar las
actividades al aire libre en horas en que los mosquitos pican más. Además, los
programas comunitarios deben alentar a las comunidades a destruir los criaderos de
mosquitos en las zonas residenciales.
 Reducir el riesgo de transmisión de los animales a los seres humanos. Hay que usar
guantes y otras ropas protectoras cuando se manipulan animales enfermos o sus
tejidos y durante las operaciones de matanza de animales.
 Reducir el riesgo de transmisión por transfusión sanguínea o trasplante de órganos.
Las restricciones a la donación de sangre y órganos y las pruebas de laboratorio para el
tamizaje se deben considerar cuando hay brotes epidémicos en las zonas afectadas,
una vez que se haya evaluado la situación epidemiológica local o regional.

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