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CONSTRUYENDO INDICADORES SOCIALES DE PREVENCIÓN DE LA

ENFERMEDAD Y PROMOCIÓN DE LA SALUD MENTAL

Juan Carlos Ocampo Ortiz1


Fardy Adrian Mesa Villa2
Billy Santamaría Mondragon3

RESUMEN

Hablar de indicadores sociales desde un enfoque de la clínica comunitaria, es la oportunidad


para promover la participación comunitaria y social en los procesos de fortalecimiento de
prevención de la enfermedad y la promoción de la salud mental. En este artículo se presenta
una reflexión y análisis personal del ejercicio investigativo desarrollado desde y con la
comunidad: niños, adolescentes, adultos, docentes, adultos mayores. El resultado, dieciocho
indicadores sociales de prevención de la enfermedad y promoción de la salud mental,
construidos desde los conocimientos, saberes y prácticas de cada uno de los participantes.

Palabras clave: Indicadores sociales, salud mental, prevención, promoción.

INTRODUCCIÓN

“No está en el cuerpo sino en la cabeza”

“No está en el cuerpo sino en la cabeza” fue la expresión de una niña de tan solo cinco años
de edad, durante el desarrollo de la entrevista a un grupo de niño/as del grado transición del
centro educativo infantil arlequín, ubicado en el barrio Simón Bolívar de Itagüí-Antioquia.

A la pregunta del entrevistador ¿Qué quiere decir que la enfermedad-mental- del papá de
Fufú este en su cabeza? la niña acentuó que en el cerebro del papá de Fufú 4, “se le metió una

1
Docente investigador Fundación universitaria Luis Amigó.
2
Estudiante del programa de psicología de la Fundación universitaria Luis Amigó.
3
Estudiante del programa de psicología de la Fundación universitaria Luis Amigó.
cosa rara que lo hace actuar como un “loco”, o que el saco (traje verde) tiene magia
invisible que se le mete a la cabeza y no puede salir de ahí”.

Este tipo de relatos desde la óptica del sentido común no dice mucho en sí mismo, sin
embargo, hay que tener en cuenta que dicha óptica no opera en los niño/as, lo que quiere
decir que la fantasía es el hilo conductor que atraviesa cada uno de sus patrones de
comportamiento y permite que ellos ´puedan “contemplar el mundo desde otras perspectivas”
(Montoya, 2001. Pág. 2).

Perspectiva, que no difiere en casi nada a la de los adultos, quienes en el momento de ser
confrontados sobre asuntos de su salud mental, crean formas distintas para tratar de
comprender aquello que genera tantas dudas y porque no temores.

Aquella “magia invisible que se le mete a la cabeza”, no es más que una forma de decir, que
existe algo fuera de las leyes naturales, que al tratar de explicarlo nos introducimos en un
juego supersticioso y encantado que distorsiona la realidad, y esa realidad tiene que ver con
que desconocemos cómo tratar asuntos relacionados con nuestra propia salud mental, qué
mecanismos debemos activar para afrontar distintas situaciones que tengan que ver con su
deterioro, que factores son determinantes para la protección de nuestra salud mental y que la
podría amenazar, cuales son nuestras concepciones sobre salud mental y cómo estas influyen
en nuestras vidas cotidianas.

Lo anterior suscita un interrogante, ¿que hacer para expulsar esa magia invisible de nuestras
cabezas, que no permite que abordemos con prontitud y claridad todo lo que concierne por la
prevención de la enfermedad y promoción de nuestra salud mental? Si bien, no es posible
responder con exactitud a dicho interrogante, el ejercicio investigativo titulado “indicadores
sociales de prevención de la enfermedad y promoción de la salud mental”, desarrollado con
distintos actores del barrio Simón Bolívar del municipio de Itagüí; posibilitó identificar desde
los saberes, experiencias y prácticas de los actores, aquellos elementos que dan cuenta de las
formas de abordar y afrontar los asuntos de la salud mental. Lo que sugirió entonces que
dicha investigación buscará consolidar la información recogida con la intención de construir

4
El cuento infantil titulado “Fufú y el abrigo verde”(Eggermann & Janggen, 2007) , fue una de las técnicas definidas para
tratar de identificar en los discursos de los niño/as las concepciones sobre salud mental y los factores que la fortalecen y la
amenazan.
indicadores sociales que permitan monitorear las prácticas de prevención de la enfermedad y
promoción de la salud mental.

Así pues, desde un enfoque de la clínica comunitaria, esta investigación intentó integrar la
praxis psicológica, en la cual se busca generar espacios para que los individuos indaguen
sobre el saber o el no-saber sobre sí mismos, sobre el mundo y sobre los demás y de su hacer
en sociedad (Baró, 1998 Citado OMS, 2013). La construcción de indicadores sociales sobre
prevención de la enfermedad y promoción de la salud mental, se planteó como una estrategia
transicional que busca “superar la dicotomía entre la unidad personal o comunitaria”
(Rodríguez, 2003. Citado OMS, 2013), en la cual históricamente el psicólogo ha proyectado
su quehacer en uno de los dos ámbitos con distintas propuestas de intervención.

Los indicadores sociales, no pueden ser vistos como una intervención ex post facto, debe ser
catalogado como un proceso social, que en palabras de Martín Baró (1998), “devuelva la
palabra a las personas no solo como indivíduos, sino como parte de una comunidad”. Desde
esta perspectiva, la palabra giró en torno a que los individuos de dicha comunidad, pudieran
alcanzar altos niveles de concientización que les permitiera reflexionar y re-evaluar de qué
maneras las condiciones de su hábitat, sus modos de vida y las concepciones de sí mismos
(Montero, 2010), amenazaban o fortalecían su salud mental.

Esa por eso, que esta investigación planteó desde el principio:


● Deconstruir con la comunidad los componentes teóricos y metodológicos de los
indicadores sociales que sustenten el ejercicio de la Prevención de la Enfermedad y
Promoción de la Salud Mental.
● Analizar con la comunidad los factores psicosociales, económicos y políticos que
fortalezcan sus capacidades frente al proceso de la prevención de la enfermedad
mental.
● Estructurar desde los saberes y prácticas de la comunidad los componentes que
sustentan el proceso de la promoción de la salud mental.
● Descomponer con la comunidad las distintas concepciones sobre salud mental.

El propósito de este artículo, es ante todo, tratar de mostrar de manera sintética y clara las
categorías interpretativas y explicativas, resultado de un proceso de análisis de información,
teniendo en cuenta las fases de análisis de la teoría fundada. Para ello fue necesario utilizar
como técnica de recolección de información la entrevista en profundidad, la cual se ajustó
teniendo en cuenta las características propias de la población objeto de investigación.

Después de una serie de entrevista a distintos actores de la comunidad, la muestra quedó


delimitada de la siguiente manera: seis adultos de ambos géneros y distintos oficios y
profesiones, dos adultos mayores, un adolescente y cuatro niños menores de 6 años.

Es importante mencionar, que dichas categorías fueron ajustadas al objetivo principal de la


investigación, el cual consistía en construir indicadores sociales de prevención de la
enfermedad y promoción de la salud mental. El lector entonces, encontrará un listado de
indicadores sociales que tratarán de ser analizados a la luz de los discursos de los propios
participantes de este ejercicio investigativo, elementos teóricos que fundamenten dichos
indicadores sociales y los aportes propios de los investigadores. Plantear entonces que, “no
está en el cuerpo sino en la cabeza”, es una manera de acercar al lector a una reflexiòn sobre
todo lo que surgió en la cabeza de los investigadores mientras penetraban el mundo personal
de aquellos que posibilitaron este trabajo.

INDICADORES SOCIALES DE PREVENCIÓN DE LA ENFERMEDAD


Y PROMOCIÓN DE LA SALUD MENTAL

Percepción real del rol de mujer sobre la percepción definida por la sociedad.

Al preguntar a un grupo de mujeres participantes de la investigaciòn ¿para ustedes que


significa ser mujeres?, muchas respondieron con insulsez “Tiene las mismas ventajas que el
hombre, podemos tener más, porque podemos ser madres,” “el hecho de que uno sea mujer
genera más confianza”; “qué bueno ser hombre para poder responderle igual”. Este tipo de
relatos, dan cuenta que aún muchas mujeres perciben que en muchas situaciones sociales son
discriminadas y subvaloradas, sin importar que muchas de ellas cuentan con condiciones
sociales y económicas, que supuestamente debería ponerlas al “mismo nivel” que los
hombres.

Establecer como indicador social la percepciòn real del rol de mujer sobre la percepciòn
definida por la sociedad, es una manera de conceptualizar y operacionalizar la realidad actual
de las mujeres, la cual es cada vez más evidente, su necesidad de que la sociedad, les permita
tomar sus propias decisiones, con respecto a tener o no hijos, las formas de vivir su
sexualidad y definir por sí mismas las oportunidades y prácticas a nivel profesional (Valverde
& Cubero, 2014). Además será importante tener una ruta para monitorear y evaluar de qué
manera las condiciones sociales actuales vividas por las mujeres, son determinantes para la
protección o amenaza de su salud mental.

Otro aspecto importante a considerar para el abordaje de este indicador, tiene que ver con los
roles múltiples que desempeña la mujer en la sociedad actual; desempeñándose en labores
remuneradas y manteniendo sus funciones tradicionales de cuidado del hogar y crianza de los
hijos (Feldman & Saputi, 2007. Pág. 2). La importancia en este asunto radica en que,
múltiples funciones en la sociedad actual podrían ser un elemento sustancial para configurar
otro tipo de percepciones sobre las mujeres, sin embargo es evidente, que se mantienen
posturas conservadoras sobre su posición en la sociedad, posibilitando cuestionamientos
sobre el verdadero rol de la mujer y lo que la sociedad les impone y como dicha dicotomía
puede generar situaciones que degeneren su salud mental.

Nivel de relación entre la pobreza y las experiencias vividas en el seno familiar

“Primero la familia, por ejemplo por problemas psicológicos, maltrato, abuso sexual”.
Muchos de los participantes coincidieron en que existe una relación tangible entre las
experiencias vividas al interior de la familia y la condición de pobreza. Para ellos, la pobreza
es un asunto que está encadenado a traumatismos o situaciones negativas representado en
violencia intrafamiliar, haciendo de los sujetos que son expuestos a dichas situaciones
vulnerables y con menor capacidad para afrontar las demandas sociales. En una investigación
realizada por Ximena & et. al, 2015 sobre psicología comunitaria y expresiones psicosociales
de la pobreza, identificaron en los discursos de los participantes la importancia del apoyo
familiar para la resolución de problemas y conflictos. Siendo coincidente lo anterior con los
relatos de los participantes de nuestra investigación, los cuales expresan que: “me encuentro
en un estrato socioeconómico medio, en el que mi familia se ha superado y quiere que la
familia también se supere, nos han educado para ser alguien, para no quedarnos en lo de
siempre, sino superarnos económicamente y laboralmente”.

En efecto, los discursos de nuestros participantes dan cuenta de que la familia es el estrato
que consolida las habilidades para que el sujeto tenga la capacidad para acceder al mundo,
para transformarlo y moldearlo a su antojo. Sin embargo, también puede ser el lugar donde se
coartan muchas de esas posibilidades, y es la violencia intrafamiliar en todas sus formas de
expresión, la que da lugar a distintos comportamientos nocivos que impiden que el sujeto
interactúe de manera eficaz y eficiente en su contexto. Según la OMS (2014. Pág, 16),), la
violencia expone a que las personas asuman comportamientos depresivos, suicidas, estrés,
hiperactividad, entre otras; traduciéndose en menores oportunidades para competir en el
mercado laboral y profesional, lo que que quiere decir, menores ingresos económicos, menor
calidad de vida.

Nivel de relación entre la pobreza y las actitudes o pensamientos de la persona.

A la pregunta: ¿que se le viene a la mente cuando escucha la palabra pobreza? Muchos de los
participantes coincidieron: “Que es falta de actitud, más que nada pobreza mental”. “La
persona es pobre de pensamientos”. Tal vez querían decir que la pobreza no solo está
determinada por el no éxito en la implementación por parte del gobierno de políticas
económicas, que posibilitan el acceso a bienes y servicios por parte de todas las personas.
Sino que, hay otros asuntos que desbordan dicha mirada, y tiene que ver con elementos
subjetivos, que según los participantes reducen aún más las posibilidades para que una
persona pueda obtener lo necesario para su bienestar.

Al respecto, Del Castillo (citado por Szakely, 2005), analiza el índice de individuación de un
grupo de personas, para tratar de identificar cómo dichas personas: “crean las condiciones
para aumentar la autoridad y el poder sobre los recursos y las decisiones que afectan la vida
de cada persona” (Ibídem, pág. 25). Lo anterior sugiere entonces dos cuestiones
fundamentales: ¿qué soy capaz de hacer y de ser? ¿cuáles son mis opciones reales? De
acuerdo a lo anterior, es preciso argumentar que las condiciones de desventaja social,
económica y política de las personas no se deben a factores extrínsecos que motivan la
escasez o ausencia de una determinada necesidad esencial (alimento, salud, vivienda, entre
otras) en las personas, sino que se debe a una falla de las capacidades básicas de las personas
(Sen, 1996, citado por Nussbaum, 2012, pág. 172).

En este orden de ideas, una mayor individuación implica una mayor capacidad para mejorar
las condiciones de vida por el propio esfuerzo en interacción con las oportunidades u
obstáculo del medio ambiente. (Ibidem 2, pág. 25). Ahora bien, en el contexto de la
prevención de la enfermedad y promoción de la salud mental, al hablar de una relación entre
la pobreza y las actitudes o pensamientos de la persona, estamos subrayando que el sujeto
como ser reflexivo y autónomo tiene en sus manos la posibilidad de tomar decisiones
efectivas que lo ayuden a superar las condiciones que lo mantienen en una posición de
sometimiento y alienación perpetua, representado en menores oportunidades sociales y
económicas.

Nivel de trascendencia del estrato socioeconómico sobre la posición social

“Es una injusticia, un estrato alto define la posición social. “Mi estrato si interfiere en mi
estilo de vida”. “Para clasificar, solo clasificación, para hacer sentir a los pobres más
pobres y a los ricos más ricos.” “Sí, porque el que está en una buena posición social no
tiene que lucharla tanto.” Los anteriores relatos es una manera de responder a la pregunta
hecha por Bourdieu durante su conferencia: Acerca de la existencia teórica y práctica de los
grupos, pronunciada en la universidad de Chicago en 1987. En la misma se preguntó: "¿Son
las clases apenas una construcción científica o ellas existen en la realidad?". Desde la
perspectiva de nuestros participantes el estrato socioeconómico (clase social) es una
construcción subjetiva atravesada por cuestiones políticas, económicas y sociales,
estableciendo una forma de clasificación homogénea que determina en qué posición social se
ubica un determinado grupo o individuo.

Sugerir como indicador social el impacto que tienen la clase social sobre la posición social,
no es más que una forma de advertir las consecuencias que tiene ese tipo de clasificación
social en la salud mental de las personas. Al respecto Pearlin (1989) y Turner, Wheaton y
Lloyd (1995) (Citado por Barrón & Sánchez, 2011, pág, 18) “las experiencias estresantes no
ocurren en un vacío sino que se relacionan con la estructura social y con los sistemas de
estratificación, tales como la clase social y económica, la raza, el sexo, la edad. Estos
sistemas producen una distribución desigual de los recursos, de las oportunidades y por ello
un bajo estatus en cualquiera de ellos puede ser en sí mismo origen de condiciones vitales
estresantes.”

En definitiva, un sistema de estratificación social da como resultado que “los pobres sientan
que son más pobres y que los ricos sientan que son más ricos.”, lo que sugiere una mirada
desde el campo psicológico, bajo un enfoque de la clínica comunitaria, para abordar las
distintas fuentes socio-ambientales que deterioran su salud mental, pero también los
elementos individuales (autoestima, la sensación de seguridad, la percepción de apoyo social,
entre otros).

Influencia del nivel educativo alcanzado sobre la forma de relacionarse con los demás

A la pregunta: ¿En qué aspectos del ser humano puede llegar a incidir el nivel educativo de
una persona?, muchos de los participantes expresaron que: “Los sueldos son diferentes, en el
aspecto, en la forma de hablar, en el trato que le dan al otro, en el entendimiento de las
normas, de los límites, en la forma de pensar.” “Desenvolverse ante la sociedad, el
conocimiento intelectual para comunicarse con las personas.” “Implica pérdida de
seguridad, riesgos peligros, miedos. la forma de la persona hablar, o de enfrentarse a la
EPS.”

Descifrar estos relatos y traducirlos en un indicador social para la prevención de la


enfermedad y promoción de la salud mental, es una oportunidad para comprender cómo el
nivel educativo alcanzado por una persona desarrolla actitudes favorables para desenvolverse
de manera asertiva y efectiva ante los demás y las instituciones. Lo que sugiere entonces que,
a mayor nivel educativo mayores recursos para relacionarse de manera asertiva y efectiva con
los demás y las instituciones y se podría decir lo mismo a la inversa.

Analizando este patrón desde el contexto de la salud mental, es posible señalar que el nivel
educativo podría establecer relaciones de poder distintas entre las personas que tienen un
mayor nivel educativo y las que tienen poco o ningún tipo de formación académica. Este tipo
de relaciones es posible que traiga diversas consecuencias patológicas en las que se destaca la
legitimación o como lo plantea Montero (2006, pág. 34) la Naturalización de las formas
asimétricas del poder, gestándose una distorsión en las formas de relación, donde una de las
partes se presenta de manera dominante y opresora. De esta manera, Montero (2006, pág. 34)
señala que “estas formas de relación asimétrica afecta incluso al propio autoconcepto, pues
lleva a las personas a definirse con prescindencia de rasgos o capacidades y que podrían
desarrollar para beneficio propio y de quienes las rodean.”

Sintetizando, los participantes señalan que en definitiva el nivel educativo de una persona
tiene una alta influencia en las formas de relacionarse con los demás y con las instituciones,
según ellos, dicho factor tiene una carga sustancial que les permite enfrentarse con
argumentos, solvencia y seguridad. Para afianzar lo anterior, es preciso subrayar un relato de
uno de nuestros participantes: “las personas con bajo nivel educativo no se saben expresar
de manera adecuada, no conocen leyes, no saben como los ampara la ley.”

Nivel de satisfacción con el proyecto de vida en pareja y la salud mental

Una de las variables analizadas durante este ejercicio investigativo fue la estabilidad en el
tiempo de las relaciones de pareja, reconociendo que mucha de la bibliografía establece como
factor protector para la salud mental la conservación de una misma relación, lo que genera en
dichas personas la sensación de tranquilidad y seguridad.

Cuando planteamos a nuestros participantes la pregunta: ¿Por qué es importante para usted
mantener una relación estable? sus respuestas fueron concisas: “Me brinda mucha
tranquilidad de saber que puede estar mucho tiempo con la misma persona y estar bien.”
“Ya está uno acompañado por la otra persona, puede uno compartir muchas cosas, si le
pasa algo ya sabe con quien compartir eso.” Al determinar que la pareja posibilita compartir
“eso”, es decir lo positivo y lo negativo, es una manera de decir que se habla de un vínculo
cuyo fundamento es lo emocional, el sentimiento amoroso se privilegia; el asunto hoy no es
la supervivencia ni necesariamente la seguridad, el asunto es que al quedar conectada al
amor, la relación conyugal afronta sus propios dilemas entre los yoes y el deseo de amar
(Acevedo y et.al, 2007, pág. 87). Al plantear la vida en pareja como proyecto de vida, se
quiere indicar que sigue existiendo una individualidad, una subjetividad que no va en
contraposición de los ideales comunes, ya no se habla de un yo sino que se habla de un
nosotros y se hace necesario sobrepasar las dificultades y adversidades conjuntamente.

Precisamente, la descripción del indicador social nivel de satisfacción con el proyecto de vida
en pareja y la salud mental, busca que los profesionales interesados en esta área, focalicen su
atención en los determinantes individuales y vinculares que generan satisfacción o no con el
proyecto de vida en pareja y como estos fortalecen o amenazan la salud mental de la pareja.

Influencia del juego y la fantasía en los niños como factor protector de la salud mental

“Ella es mi mejor amiga y me gusta porque hace las mismas cosas que yo y juega conmigo.”
No está en el cuerpo, sino en la cabeza, que en el cerebro se le metió una cosa rara que lo
hizo actuar así. O el saco (traje verde) tiene magia invisible que se le mete a la cabeza y no
puede salir de ahí. No estamos transcribiendo un cuento infantil, son algunas expresiones de
niños en edad preescolar que tuvieron origen durante el ejercicio investigativo desarrollado.
Lo importante de dichas expresiones es que evidencian las maneras como los niños abordan
el mundo, el tipo de pensamiento involucrado para tratar de entender distintas situaciones
complejas, en este caso particular el proceso salud-enfermedad desde un enfoque de la salud
mental. Fufú y el abrigo verde, es la historia de un niño en edad escolar que busca entender
las causas que producen los comportamientos extraños de su papá, Fufú entonces, transita por
un estado donde todo es tranquilidad y juegos a un estado de tristeza., miedo y confusión por
los repentinos cambios de su padre.

Avanzando en nuestro razonamiento, los relatos de los niños deben ser analizados desde dos
perspectivas, la primera desde el juego como dispositivo esencial utilizado por los niños para
acceder al otro y como mecanismo adaptativo al entorno y el segundo proceso analitico tiene
que ver con la utilización de la fantasía para interpretar una determinada situación que resulta
compleja o difícil de manejar para ellos. Las distintas preguntas trabajadas con los niños iban
dirigidas a establecer la importancia que tenía para ellos las relaciones con sus pares y los
instrumentos utilizados para fortalecer sus vínculos; sus respuestas mostraron semejanzas
debido a que nombraron el juego y la fantasía como el vehículo para alcanzar mejores
respuestas de proximidad afectiva con sus pares.

Para el propósito que nos convoca, este tipo de respuestas en los niños, nos muestra que el
juego y la fantasía además de favorecer el desarrollo de funciones psicológicas superiores,
como son la inteligencia el lenguaje, el pensamiento, la capacidad de reconocer y establecer
relaciones afectivas, para asimilar y apropiarse del conocimiento del mundo (Díaz, 2007, pág.
135), crea las condiciones de autoprotección de su salud mental, dado que desde el juego el
niño se autopercibe como un ser en el mundo, importante para el otro, con posibilidad de
crear sus propias normas y de consolidarse como ser independiente con respecto a los
adultos. Analizar esta variable desde un enfoque de la salud mental, es la oportunidad para
que los profesionales interesados en esta área, consoliden propuestas de intervención desde
los intereses de los niños encaminadas a la prevención de la enfermedad y promoción de la
salud mental, distanciandose de las propuestas tradicionales que plantean propuestas sin tener
en cuenta lo que ellos realmente quieren “jugar y adentrarse en sus fantasías”, este sería el
punto de partida para los procesos de intervención con niños.

Relación de las metas personales alcanzadas y el nivel socioeconómico al que


pertenecen.

Durante las entrevistas a uno de los participantes se le preguntó: ¿El hecho de estar en un
estrato medio es lo que le ha ampliado la visión y lo ha motivado a superarse? a lo que
respondió: Para mí sí, porque mi mamá es estudiada y es educadora y nos ha inculcado ser
alguien y superarnos cada día más, este participante relaciona el nivel socioeconómico con
ser alguien en la vida y además señaló de manera implícita como esto puede estar ligado al
hecho de haber estudiado, por otra parte a los participantes se les indago: ¿Siente satisfacción
con su nivel educativo actual?, para esta pregunta las respuestas dadas por los participantes
dieron evidencia de la inconformidad que muchos tienen por no haber podido estudiar mas,
por no haber podido alcanzar metas que más jóvenes se habían propuesto, las respuestas
fueron las siguientes: “yo si hubiera querido estudiar más”, “yo me siento insatisfecha”, “yo
quería ser azafata”, “tuve que dejar de estudiar, por problemas economicos” , “yo toda mi
vida quise ser odontóloga, lastimosamente mis padres no tenían los ingresos para yo estudiar
eso”.
Es así que, una vez analizados los relatos de los participantes podemos indicar que para estos
existe una estrecha relación entre las condiciones socioeconómicas y las metas personales
alcanzadas, lo cual alude al concepto de realización personal, que guarda correspondencia
con la definición de felicidad que supone la orientación del individuo hacia metas que
considera valiosas para su vida. (Alarcón, 2006. p 74), sin embargo varios autores
(Csikszentmihalyi, 2008; Cuadra & Florenzano, 2003; Lyubomirsky, 2008; Rodríguez,
1988), coinciden en que la felicidad es un estado mental que las personas pueden llegar a
controlar cognoscitivamente, una manera de percibir y de concebirse a sí mismos y al mundo,
una experiencia de alegría, satisfacción o bienestar positivo, combinada con la sensación de
que la vida tiene sentido.

Lo anterior reafirma como indicador la relación entre las metas personales alcanzadas y el
nivel socioeconómico, ya que si bien nuestra muestra poblacional pertenece al estrato
socioeconómico medio y aun así se manifestaron inconformes frente a las metas personales
alcanzadas, todo esto se hace aún más evidente en estratos socioeconómicos más bajos,
donde hay evidencias que los miembros de los sectores deprivados presentan, con mayor
frecuencia, pesimismo, depresión y tristeza cuando se les compara con individuos de sectores
medio y alto (Alarcón, 1986).

Relación entre apoyo familiar percibido y la salud mental.

Para los participantes de esta investigación no había lugar a dudas de que en cualquier
momento de dificultad que pudieran enfrentar podían contar con su familia para superar dicha
situación, a la pregunta: ¿Cuál es su concepción de la familia?, algunos respondieron: “la
familia nunca a uno le da la espalda. siempre lo están apoyando, me puedo dar el lujo de
decir que tengo una familia maravillosa, todos sufren por todos, todos nos apoyamos”, “la
familia es tu apoyo, te ayudan cuando mas lo necesites”.

De la misma manera se pudo verificar por medio de la pregunta: ¿Considera que la salud
mental es sólo asunto de los psicólogos?, que los participantes respondieron lo siguiente: “es
algo de la familia también, de un psiquiatra, la familia debe apoyar, dar cariño, que no se
sienta alejada o señalada”, “de las personas que tienes alrededor, por ejemplo la familia
podría apoyar”, es claro que los participantes consideran una estrecha relación entre el apoyo
familiar percibido y la salud mental, en este punto es necesario aclarar que no se trata solo de
prevención de la enfermedad sino también de la promoción de la salud, lo cual pone en
consideración que los participantes se sienten protegidos por su familia, para apoyarse en
momentos en que sus condiciones de salud están alteradas y para blindar y propiciar
condiciones de salud favorables.

Castell señala al respecto que “estar protegido” significa cosas distintas dependiendo de cada
nación. En los llamados países industrializados, donde el Estado se ha hecho cargo de un gran
número de servicios sociales, estar protegido significa contar con el Estado; mientras que en
los llamados países en desarrollo son las redes informales, y entre ellas las familias, las que
suplen la ausencia de tales servicios sociales; así, estar protegido significa contar con dichas
redes.

En conclusión, el indicador de apoyo familiar percibido y su relación con salud mental es


importante porque nos permite dilucidar la manera en que se protege o afecta la salud mental
dependiendo de la calidad de las relaciones familiares.

Relación entre el rol de ser madre y la salud mental

Los siguientes relatos se dieron cuando preguntamos ¿qué es para usted ser mujer?
“Tiene las mismas ventajas que el hombre, podemos tener más, porque podemos ser
madres”, “es ser uno madre y eso es una bendición, uno se siente muy bien”, “Yo vivo feliz
de ser mujer, porque pude tener un hijo”.

De acuerdo a estas respuestas se puede dilucidar que las mujeres entrevistadas suelen asociar
la maternidad con ser mujer, a manera de fatalismo biológico y como una confirmación de
que es verdaderamente una mujer, en este sentido sin embargo nos hace pensar, ¿que sucede
cuando la mujer no es elegida o cuando no puede materializarse en medio de la esterilidad? y
¿cuando a nivel intrapsíquico la maternidad es consumada sólo para postergar la soledad o se
elige como un modo de anticiparse a las restricciones que deben asumirse en la vejez?.
(Rangel, 2001).
Por lo anterior podemos decir que la maternidad es una construcción históricamente
idealizada, por eso Thomas (1997), sugiere que la feminidad debe ser repensada, que se
piense fuera de los estereotipos y esquemas de género tradicionalmente concebidos como lo
sano, lo propio, lo normal y dentro de un contexto cultural específico.

Por esta razón hemos configurado este indicador, para verificar la visión que se tiene sobre la
relación entre el rol de ser madre y la salud mental, entonces ese repensar la feminidad desde
lo que se considera como propio, normal y sano permite que además se analice la posición
que asumen las mujeres frente a el rol de madre y como dicha posición es protectora de la
salud mental o un factor que condiciona la enfermedad mental.

Nivel de satisfacción con las condiciones laborales que le brinda la empresa para la que
labora.

Con respecto a las condiciones laborales se encontraron respuestas que orientaron la creación
de este indicador, se preguntó por ejemplo, ¿Para usted cuáles son las condiciones más
importantes que debe tener un empleo?, a lo que algunos participantes respondieron: “Sueldo
razonable, horario, el compañerismo, el ambiente laboral, la calidad humana”, “que haya
un ambiente de trabajo tranquilo, que haya sentido de pertenencia de los empleados hacia la
institución y hacia el trabajo, que haya compañerismo, sinceridad, justicia, comprensión.
Que haya esa actitud siempre de estar escuchando y buscar una solución”. También se
preguntó: ¿Para usted qué tipo de personas padecen mayores trastornos mentales? uno de los
participantes respondió: “Las personas relacionadas con trabajos duros y sin descanso”.

Sobre lo anterior se ha observado que en los últimos años se ha evidenciado la importancia


que representan las condiciones laborales en el desarrollo saludable de las personas, al
aumentar la eficacia, o como un factor de riesgo psicopatológico que al aumentar el estrés
hasta un rango patológico puede contribuir a que desarrolle diferentes trastornos mentales y
adictivos, ambas posibilidades dependen de las características de las condiciones de trabajo,
(Mur de Viu & Masqueda. 2011).

Este indicador permite verificar como las condiciones laborales se sitúan como un
determinante de la salud mental; como pueden afectar la salud mental o ser un protector de
esta, en estos términos es también importante mencionar la resolución 002646 de 2008 en la
que MinSalud establece disposiciones y define responsabilidades para la identificación,
evaluación, prevención, intervención y monitoreo permanente de la exposición a factores de
riesgo psicosocial en el trabajo y para la determinación del origen de las patologías causadas
por el estrés ocupacional.

Esta resolución respalda la relación que contemplamos dentro de nuestra investigación como
un criterio efectivo para indicar cómo las condiciones laborales pueden incidir en la
formación de situaciones que pueden ser potencialmente patológicas, o como la atención del
entorno laboral puede beneficiar o proteger la salud mental.

Influencia de la calidad de las relaciones interpersonales sobre la capacidad para


resolver problemas personales

En el hombre existe una tendencia a establecer relaciones con otros seres humanos. Por tanto
es fundamental que la persona posea la capacidad de establecer relaciones interpersonales
satisfactorias. La Organización Mundial de la Salud (1951, citado en Organización Mundial
de la Salud, 1961, pág. 15) define la salud mental como la capacidad para establecer
relaciones interpersonales armoniosas.

Por otra parte Bowlby (1958) con la teoría del apego, propone que la búsqueda del apego
interpersonal es el primer objetivo del ser humano en su desarrollo. Es un impulso innato del
sistema de apego que tiene el propósito de mantener la proximidad del niño con su cuidador
en condiciones amenazantes y proveer un sentido de seguridad en situaciones menos
amenazantes en las que la exploración del niño es facilitada. “La conducta de apego del niño
es activada especialmente por el dolor, la fatiga y cualquier cosa atemorizante y también por
el hecho de que la madre sea o parezca inaccesible (Bowlby, 1989, citado en Diagnóstico y
evaluación de las relaciones interpersonales por Maristany pág. 20).

Ante esto, es importante señalar que es nuestra intención presentar un paralelismo entre la
situación experimentada por el infante por su necesidad de tener un apego interpersonal que
le asista en situaciones amenazantes; por eso proponemos con respecto a las relaciones
interpersonales, y una vez encontrados los siguientes relatos: “mi mamá por ejemplo siempre
me ha brindado mucha estabilidad”, “mi familia está pendiente de mi”, “mi esposo y mi
hijo, mi mamá, mi hermana y mi suegra, son mi apoyo”, “mis hijos me ayudan y me siento
mejor”, “me siento segura por mi familia”, que existe una gran relación entre la calidad de
las relaciones interpersonales y la capacidad para resolver problemas personales, es así
entonces que se establece como un indicador.

Relación entre estrategias de afrontamiento y efectividad para la protección de la salud


mental

Las estrategias de afrontamiento son recursos personales para hacer frente a diversas
situaciones, sirven para generar, evitar o disminuir conflictos en los seres humanos,
atribuyéndose beneficios personales y contribuyendo a su fortalecimiento, McCubbin, Cauble
y Patterson (1982) advierten que dichos procesos de afrontamiento no sólo se dan de manera
individual, también aparecen como mediadores en el ámbito social.

Sin embargo cada sujeto por medio de sus recursos comportamentales y cognitivos manejan
situaciones estresantes, si bien reciben influencia de lo social, es el sujeto mismo quien define
su propia orientación para manejar los problemas de su vida cotidiana y con ello entonces
concreta el tipo de estrategia que utiliza al afrontar los eventos críticos o estresantes en su
realidad.

En este sentido a los participantes se les preguntó por sus estrategias o procedimientos para
preservar su salud mental, a lo que respondieron: “Evitar, tratar de tranquilizarme, no hablar
hasta no calmarme”, “tener una vida sana, si se siente un dolor acudir al médico, sano es
que si sientes un dolor acudas al médico, que no tengas problemas con los demás”, jugar con
mis nietos”, “estar muy ocupada, buscar siempre mejoras”, “tratar de afrontar las cosas,
llevar una buena alimentación, hacer ejercicio, son cosas sencillas de la vida que pueden
ayudar en tu salud mental”.

Influencia de los estilos de crianza sobre la génesis de los problemas de salud mental

Ante la pregunta, ¿Cuál considera que es el origen de los problemas de salud mental?,
algunos participantes respondieron: por maltrato en el hogar, porque la hacen a un lado, la
aíslan, mala alimentación, falta de cariño. todo lo que se vive en casa, dicen que es por
herencia, otros por traumas, vacíos emocionales, el ambiente en el que una persona se cría,
desde como uno viva en la niñez, sino te crian como una persona segura, que respete a los
demás, que se quiere a sí mismo y quiere a los demás.
Sobre las respuestas de los participantes encontramos que existen diversos factores
biopsicosociales relacionados con la salud mental de los padres y cuidadores que generan
estrés, depresión, agresividad u otras alteraciones que a su vez afectan los estilos de crianza y
las relaciones con los hijos, por lo que es importante identificar estos factores de riesgo y
generar factores protectores para la salud mental, tanto de los cuidadores como de los niños y
adolescentes en sus familias.

‘La crianza entonces está afectada por las relaciones agresivas, la deprivación afectiva y otras
problemáticas de la familia, Bradly (2000) citado por Ezpeleta (2005), plantea que la falta de
afecto, el afecto negativo o la desaprobación a toda acción o comportamiento de los padres,
se relaciona con problemas externalizantes y con baja autoestima en niños, y, además, la
vinculación insegura con los cuidadores como un factor de mayor vulnerabilidad para
psicopatologia infantil’.

De la misma manera Ezpeleta (2005) pone atención en la psicopatologías de los padres y los
trastornos emocionales, entre otros, como factores de riesgo de problemas comportamentales
y emocionales en la infancia.

Por lo anterior, se podría concluir que hay una fuerte influencia de las pautas de crianza en la
constitución de las condiciones de la salud mental de las personas, es por eso que definimos
este indicador, para verificar de qué manera las pautas de crianza influyen como factor
protector o amenazante de la salud mental.

Nivel de relación entre expresar sentimientos personales y la salud mental.

La salud mental no se reduce a grandes trastornos o a grandes crisis, la mayoría de las veces
son pequeñas molestias, ansiedad, insomnio, tristeza, miedo o dificultades emocionales que
limitan la capacidad de vivir y que pueden prolongarse en el tiempo, entonces la capacidad de
las personas para atender las situaciones diarias, manteniendo relaciones afectuosas consigo
mismas, con los demás y con el medio que los rodea, es vital para poder sobrellevar estas
situaciones menores y conseguir que no se conviertan en algo peor.

Es como Montero (1997) afirma tres ejes de la salud mental: biológico, psicoevolutivo y
contextual. “Desde esta perspectiva la salud mental de una persona se aprecia en la capacidad
de utilizar sus emociones de manera apropiada en sus acciones (afectividad), de establecer
razonamientos que le permitirán adaptar su gestos a las circunstancias (cognición) y de
arreglarse de manera significativa con su medio ambiente (relacional).

Partiendo de lo expuesto, se puede visualizar que el estado de la salud mental del ser humano
tiene una serie de indicadores, como lo son: su percepción de la vida, la importancia que
otorgue a los acontecimientos de la misma, la criticidad y responsabilidad con que los asuma,
la asertividad en la comunicación y en la toma de decisiones, la capacidad de establecer
relaciones maduras, el manejo del estrés, establecimiento del proyecto de vida, seguridad en
sí mismo, expresión y manejo de sus sentimientos, entre otros.

Con respecto a esto, queremos poner atencion sobre la expresion y manejo de los
sentimientos que como ya lo vimos es una variable importante y un indicador de la salud
mental, es por eso que dentro de nuestra investigación se encontraron los siguientes relatos:
“no tengo personas con las que pueda compartir mis sentimientos íntimos y la verdad me
hace falta”, “hay personas que no pueden expresar bien sus sentimientos y eso les genera
desequilibrio”, “el psicólogo ayuda a expresar los sentimientos y eso es muy
importante”,”esta persona está mal en cuanto a salud porque no tiene quien comparta con
ella sobre sentimientos”.

Relación entre la falta de información sobre la salud mental y la capacidad para


afrontar los trastornos mentales.

Se preguntó a los participantes sobre lo que sabían acerca de los trastornos mentales, las
siguientes fueron sus respuestas: “por sus comportamientos, se que se deben medicar”, “son
personas que tienen una personalidad muy cambiante”, “hay esquizofrenia, bipolaridad, el
estrés”.

Ahora bien, con respecto a salud mental los participantes respondieron lo siguiente: “Son
personas con discapacidades, con personalidades diferentes, son personas diferentes”.
“estar bien conmigo misma para estar bien con los demás”, “es estar tranquila, estar feliz”,
“es tener una base para que uno se mantenga siempre bien con las personas que lo rodean,
estar compartiendo”, “caracterizarme que lo que hago lo hago bien, sin hacer daño a los
demás”, “tener la cabeza bien puesta, uno saber lo que hace, piensa y quiere”.

También se indago sobre los conocimientos que tiene la comunidad con respecto a la forma
de actuar frente a los trastornos mentales, para lo cual se encontró que los participantes: “Que
haya un conocimiento del caso, un apoyo familiar, una persona idónea que se encargue, un
especialista”, “buscar hacer lo que uno quiere y no dejar que el otro no haga de uno lo que
él quiera”, “considero que deberían ser tratados más que nada por los psicólogos”.

Con respecto a lo anterior, es importante señalar que los planes de intervención orientados a
aumentar la información de la comunidad en lo referente a la salud mental reduce las
creencias y actitudes negativas hacia personas con una enfermedad mental grave.

Estos planes de educación en salud mental no solo destacan como medio para acabar con el
estigma que se tiene frente al trastorno mental, sino también para propiciar el reconocimiento
temprano de los síntomas de las diversas enfermedades mentales y para inducir a una
búsqueda más oportuna de atención, ya que el acceso a los servicios de salud dependen
también de la educación para la salud mental.

Para finalizar hay que destacar el hecho de que es importante poner atención en la mejora de
la información proporcionada no sólo a la familia, sino también a la comunidad en general y
al manejo que se da a este tema en los diferentes medios de comunicación, esto entonces,
acentúa la importancia de este indicador para verificar las creencias que la comunidad tiene
con respecto a los trastornos mentales y cómo estas condicionan el accionar comunitario para
enfrentar dichos problemas.
Percepción real del enfermo mental frente a la percepción que tiene la comunidad.

Con respecto al concepto que la comunidad tiene sobre la enfermedad mental pudimos
constatar lo siguiente: “Yo les llamo diferente o raro”, “normalmente todos los llamamos
loco”, “que está loco, yo las llamo personas vacías, vacías de pensamiento”, “se les ve la
tristeza, locos, casi siempre, se le corrió la teja”.

Por lo anterior podemos observar que con bastante frecuencia se relaciona al enfermo mental
con atributos profundamente desacreditadores, o desvalorizadores, lo que tiene como
resultado un estereotipo negativo hacia la persona que lo posee, esto puede deberse a las
generalizaciones erróneas, los juicios de valor, la burla o menosprecio de aquello que se
aparta de lo normal, miedo hacia lo impredecible o desconocido y escasez de información.

En este sentido, se pudo constatar que las personas reciben información sobre la salud mental
de los medios de comunicación, en estos, las personas con enfermedad mental son retratadas
como “maníacas”, poco confiables y son presentadas por lo general como criminales,
delincuentes violentos, asesinos y violadores.

Entonces, con esta información fragmentada y parcializada las personas realizan juicios de
valor en los que definen lo que consideran es la enfermedad mental, dichas valoraciones se
perpetúan por la identificación de la persona con la enfermedad, “el esquizofrénico”, “la
maníaco-depresiva”, etc, el uso de imágenes o ilustraciones donde las personas con
enfermedad mental, son representadas en actitudes pasivas, sin interacción social,
transmitiendo lastima, soledad, aislamiento, etc, y la falta de información desde una fuente
directa, desde las personas que padecen el trastorno, los profesionales en salud y en general,
de fuentes bien informadas.
Para finalizar es importante decir que para esta investigación el establecimiento de un
indicador que permite determinar las percepciones que la comunidad tiene sobre la
enfermedad mental, porque nos permite verificar los estigmas que pueden tener al respecto.

Relación entre factores prevalentes de la enfermedad mental y factores relevantes para


la comunidad.
Se ha señalado que la prevalencia de las alteraciones de salud mental son el resultado de
múltiples factores sociales, culturales, económicos y ambientales. Al respecto se han hecho
diversos estudios sobre los factores de riesgo para los desajustes emocionales y mentales, uno
de los más relevantes es el de los estresores (Giráldez, 2003; Serrano, 2008).

Por esta misma línea, la American Psychiatric Association (2002) en la evaluación multiaxial
en el eje IV, identifican estresores psicosociales y ambientales como: problemas relativos al
grupo primario, al ambiente social, educativo, laboral, legales y de acceso a los servicios de
salud, entre otros.

Sobre factores de riesgo se ha observado por ejemplo que la depresión se ha relacionado con
problemas familiares, especialmente de pareja (Kessler, Sonnega, Bromet, Hughes & Nelson,
1995; Latorre, Contreras Pezzotti, García Rueda & Arteaga Medina, 2006; Rueda, Díaz &
Rueda, 2008). De la misma manera conflictos con el grupo primario en la infancia, ausencia
de cobertura de salud y la economía insuficiente, en los trastornos mentales.

Para seguir con los factores de riesgo es importante señalar que las condiciones propias de
nuestra sociedad son también fuente importante de factores que desencadenan problemas de
salud mental, violencia, desplazamiento forzado, entre otros.

Por otra parte, el maltrato en sus formas de violencia física, sexual y psicológica, la
negligencia y el abandono, la disfunción familiar caracterizada por patrones negativos de
educación y crianza, actitud negativa hacia la familia, un sistema familiar en crisis, son de
igual manera factores que pueden desencadenar problemas de salud mental.
Sin embargo, esto es lo que se ha encontrado a nivel general y específico, de acuerdo a las
investigaciones que se han hecho con respecto a este asunto, pero de la misma forma en
medio de la comunidad hay muchos otros factores que son considerados relevantes, y aunque
estén en concordancia con los ya descritos, es importante evaluar desde las concepciones
comunitarias cuales son esos factores que ellos señalan como detonantes de la enfermedad
mental.

En este sentido, con respecto a estos factores, dentro de la investigación se consultó: ¿Para
usted qué tipo de personas padecen mayores trastornos mentales?, los participantes
respondieron: “Las personas maltratadas, que no sean queridas o comprendidas dentro de su
grupo familiar”, “una persona que consuma drogas, una persona sola, que no duerma”,
“Cambio de sentimientos, todos podemos tener un trastorno mental en cualquier momento de
nuestra vida”, “los inseguros en sí mismos, en las personas que tienen a alrededor”, “la
inestabilidad, la falta de amor propio”, “el trastorno mental también es por genética”, “las
personas relacionadas con trabajos duros y sin descanso”, “las personas que tienen vicios,
por ejemplo la marihuana, la coca, porque llega un momento en que ellos no tienen con qué
consumir y se vuelven locos”, “las personas drogadictas”.

CONCLUSIONES

● Desde hace mucho tiempo se ha presentado una dicotomía del quehacer del psicólogo
en la comunidad, la pregunta es entre lo personal y lo comunitario, el psicólogo
entonces inmerso en el proceso social devuelve la palabra a las personas, no solo
como indivíduos sino como parte de una comunidad, en esta investigación la tarea es
generar altos niveles de concientización sobre la manera en la que las condiciones del
hábitat, los modos de vida y las concepciones de sí mismos, amenazan o fortalecen la
salud mental, todo esto por supuesto sin olvidar que la palabra la tiene la comunidad.
● Las mujeres por lo general sienten que son discriminadas y subvaloradas, es
importante por tanto, monitorear y evaluar de qué manera las condiciones sociales
actuales vividas por las mujeres son determinantes para la protección o amenaza la
salud mental.
● La familia es el lugar en el que se consolidan las habilidades para que el sujeto tenga
la capacidad para acceder al mundo, para transformarlo y moldearlo a su antojo, sin
embargo dichas habilidades son también coartadas por comportamientos nocivos que
impiden que el sujeto interactúe de manera eficaz y eficiente en su contexto.
● El sujeto tiene en sus manos la posibilidad de tomar decisiones efectivas que lo
ayuden a superar las condiciones que lo mantienen en una posición de sometimiento y
alienación perpetua, esto quiere decir que las condiciones contrarias a las que se ven
sometidos, por ejemplo la pobreza, no es excusa o razón de los pensamientos o
actitudes negativas que puedan experimentar.
● El indicador que establece la relación entre el nivel educativo alcanzado sobre las
formas de relacionarse nos permite entre otras cosas, comprender cómo el nivel
educativo puede establecer relaciones de poder distintas entre las personas que tienen
un mayor nivel educativo y las que tienen poco o ningún tipo de formación
académica.
● Es necesario atender los determinantes individuales y vinculares que generan
satisfacción o no, con el proyecto de vida en pareja y como estas fortalecen o
amenazan a salud mental de la pareja.
● En cuanto a la promoción de la salud mental y la prevención de la enfermedad mental
es necesario orientar la intervención en los niños desde sus intereses, tomando en
consideración que ellos realmente quieren jugar y adentrarse en sus fantasías, lo cual
constituye el punto de partida para dichos procesos de intervención.
● De acuerdo a los relatos de los participantes se pudo determinar que para estos existe
una estrecha relación entre las condiciones socioeconómicas y las metas personales
alcanzadas, lo cual se relaciona con el concepto de felicidad que supone la orientación
del individuo hacia metas valiosas para su vida, de tal manera que asiste al individuo,
por ser un estado mental que puede llegar a controlarse, una manera de percibir y
percibirse, una manera de estar en el mundo, todo lo anterior sugiere que esta relación
debe ser valorada como indicador para la promoción de la salud mental y la
prevención de la enfermedad mental.
● Los participantes de esta investigación relacionaron las situaciones dificultosas con la
protección que percibían recibir de su familia, en cuanto a la relación que este apoyo
familiar tiene con la salud mental se pudo verificar que para los participantes guarda
relación como elemento protector de la salud mental.
● Es necesario repensar la feminidad desde lo que se considera como propio, normal y
sano, esto permite que se analice la posición que asumen las mujeres frente al rol de
madre y determinar cómo dicha posición puede ser protector o amenazante de la salud
mental.
● Es evidente la importancia que representan las condiciones laborales en el desarrollo
saludable de las personas al aumentar su eficacia, o puede llegar a ser un factor de
riesgo psicopatológico, lo que puede incidir en el desarrollo del trastorno mental, por
lo anterior estas posibilidades dependen de las condiciones del trabajo, es necesario
prestar atención a la manera en que las condiciones laborales pueden llegar a impactar
sobre la salud mental.
● La Organización Panamericana de la Salud define la salud mental como la capacidad
para establecer relaciones interpersonales armoniosas, de los relatos de los
participantes se puede percibir que para ellos existe una gran relación entre la calidad
de las relaciones interpersonales y su capacidad para resolver problemas personales,
según Bowlby el apego tiene el propósito de mantener la proximidad del niño con su
cuidador ante situaciones amenazantes, de la misma manera en la etapa adulta, las
situaciones amenazantes propenden por el mantenimiento de las relaciones
interpersonales de calidad que le asisten ante situaciones amenazantes.
● Cada sujeto define su propia orientación para manejar sus situaciones estresantes, al
respecto se consultó a los participantes sobre la manera en que preservan su salud
mental, por las respuestas dadas se pudo determinar que dichas estrategias aunque son
muy variadas entre uno y otro, se presentan como un recurso necesario para la
prevención de la salud mental.
● Hay una fuerte influencia de las pautas de crianza en la constitución de las
condiciones de la salud mental de la persona, se ha determinado que la crianza está
afectada por relaciones agresivas, deprivación afectiva y otras problemáticas
familiares, lo cual puede generar en los niños baja autoestima y una vinculación
insegura con el cuidador, siendo importante como factor de vulnerabilidad para la
psicopatología infantil.
● La salud mental de una persona se aprecia en la capacidad de utilizar sus emociones
de manera adecuada, por tanto, es necesario prestar atención en la expresión y manejo
de los sentimientos de las personas.
● Los planes de intervención orientados a aumentar la información de la comunidad en
lo referente a salud mental reduce las creencias y actitudes negativas hacia personas
con una enfermedad mental grave.
● Por lo general se relaciona al enfermo mental con atributos profundamente
desacreditadores o desvalorizadores, lo que tiene como resultado un estereotipo
negativo hacia la persona que lo poseen, las personas realizan juicios de valor en los
que definen lo que consideran que es enfermedad mental, “loco”, “le falta un
tornillo”, “se le corrió la teja”, estas identificaciones se perpetúan por la relación que
se hace de la persona con la enfermedad. “el esquizofrénico”, “la maníaco-depresiva”,
y la representación pintoresca que se hace de las personas con enfermedad mental en
los diferentes medios de comunicación.
● La comunidad comenta como factores relevantes detonantes de la enfermedad mental,
el maltrato, el consumo de drogas, las personas inseguras, la falta de amor propio, la
genética, entre otros, estos factores conservan concordancia con los factores
identificados en diversas investigaciones, sin embargo lo realmente importante aquí es
que se pueda evaluar las concepciones comunitarias al respecto.

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