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Editorial 21 febrero 2019.

Arrojar basura genera mayor desempeño en servidores de limpieza

“Es mucho mejor no ensuciar, que limpiar mil veces”, es lo que resaltamos en esta
oportunidad, pues luego de haber visitado Haquira, y ver cómo es que, en lluvia, trueno o
intenso calor, existen decenas de trabajadores del servicio de limpieza pública que,
literalmente, se sacan el ancho, debido a que su labor en medio de enormes problemas
tanto logísticos, como de seguro presupuestales, esta gente se ve cómo es que se esmera
en que la ciudad del Cusco no tenga la suciedad que muchos de nosotros venimos dándole
a la ciudad, pues esa mala costumbre de ensuciar nunca se cortará, ya que no conocemos
de cerca la labor que hacen estas personas.

No nos referimos específicamente a lo que hacen los servidores que encada calle, cada
cuadra y cada madrugada, vienen limpiando nuestras avenidas y calles, todos porque no
existe conciencia ciudadana para no ensuciar, como ensuciamos la ciudad, pero ellos,
además de esa labor de madrugada, están dispuestos a limpiar y dejar una ciudad como
todos vemos a las 7 u 8 de la mañana.

Pero ellos son parte de ese eslabón de trabajo, llegar a Haquira en estos tiempos de lluvia
es atroz, literalmente, pues la ruta que cubre aproximadamente unos 10 kilómetros y 20 o
más entre ida y vuelta, están realizadas por expertos conductores de las denominadas
pichanas, vehículos que llevan toda esa carga de basura por una ruta absolutamente
temeraria y peligrosa, si no se conoce, pues es evidente que estos señores que conducen
estas unidades, están ciento por ciento atentos a lo que realizan, pues, cada curva, cada
recta y más el trabajo que realiza Copesco en determinadas zonas, hace que la vía se
convierta en absolutamente peligrosa.

No desmerecemos su labor, por el contrario, saludamos cada tarea que hacen, cada paso
que dan, cada esfuerzo que realizan, pues parece que nadie les dice lo sacrificado de su
labor, y en verdad luego de haber visto cada momento que desarrollan esa cuesta arriba
hacia Haquira y luego el retorno, es simplemente plausible esa tarea que se desempeñan,
a más de cuidar las máquinas, herramientas propias de trabajo y que la colectividad les
debe agradecer.

Ensuciar la ciudad no es grato, pensar que hay gente que lo debe hacer, es peor, pues no
necesitamos que haya gente inconsciente que simplemente piensa que otros tienen esa
tarea, es pensar que no les tenemos respeto a la labor que realizan, pensemos bien antes
de ensuciar la ciudad, pero también piensen en cada uno de esos ciudadanos que, sin temor
a trabajar en las peores condiciones, lo hacen, muchas veces arriesgando su integridad, que
ya dice mucho de su valor por su labor.

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