DESARROLLO

Al iniciar el discurso del Papa Francisco pone en ejemplo a San José, describiendo
toda su fe, disponibilidad y obediencia hacia Dios, el cual el Papa tenía como
objetivo hablar y crearnos conciencia sobre una responsabilidad enorme al tener
una custodia que tenía San José sobre María y su hijo Jesús. Y así empieza su
discurso poniendo como gran ejemplo la reacción de José ante una orden divina de
Dios.
Posteriormente habla sobre la misión que tenía José con Dios y que le compete ser
el centro de toda su homilía el cual es tratar de cuidar o proteger su entorno. Nos
habla que cuando uno tiene la responsabilidad de custodiar, que lo haga con ánimos
y ternura, que no debemos destruir todo lo que Dios creo para nosotros, inclusive
también saber custodiarnos a nosotros mismos y quienes nos rodean, pero lo más
importante es saber custodiar a los niños y ancianos porque ellos son los más
frágiles y últimamente olvidados.
En este discurso el Papa hace un llamado de atención a todas las personas, en
especial a los grandes gobernantes y líderes de todos los ámbitos, sea política,
económica o social a quienes les pidió que custodien la creación, con esto se refiere
a las personas que más lo necesitan, a los animales y el medio ambiente haciendo
hincapié que el odio, la envidia y la soberbia ensucian la vida.
Con todo esto también no debemos descuidar la custodia hacia nosotros mismos,
vigilando nuestros sentimientos y nuestro corazón porque desde ahí nacen las
buenas y malas ideas, las que construyen y destruyen. También nos hace mención
que no debemos tener miedo de la bondad, de la ternura, pues frecuentemente se
piensa influenciados por algunos filósofos que destacan que la bondad y la ternura
es sinónimo de debilidad, pues esto no es cierto; es todo lo contrario; solo los
valientes y fuertes de corazón son los que poseen este don. Y cuando el hombre
hace caso omiso a esta gran responsabilidad que conlleva acaece la destrucción y
el caos, pues como se sabe de historia antiguamente seguirán existiendo hombres
de mala voluntad, llenos de rencor y envidia que busquen constantemente la maldad
y la muerte.
Finalizando con las últimas palabras del Papa hace mención de una frase poderosa:
“Nunca olvidemos que el verdadero poder es el servicio” haciendo referencia como
ejemplo a sí mismo, pues menciona que su nueva misión se debe de basar de
predicar en los monasterios de la fe cristiana y del mundo, tratando de enviar el
mensaje a todos aquellos que tengan el deseo de escuchar y ponerlo en la práctica.