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INSTITUCION EDUCATIVA EL PÓRTICO

RIONEGRO SANTANDER
REPUBLICA DE COLOMBIA
RESOLUCION 021720 DEL 09 DE NOVIEMBRE DE 2015
DANE 268615000941

TALLER # 1
ÁREA: Ciencias Sociales PERIODO 1º
ESTUDIANTE: _______________________________ GRADO: 11º
Consolidación de las economías exportadoras.
UNIDAD 1: Historia Económica Latinoamericana
Desempeño: Comprende la relación entre el contexto socio político y la economía Latinoamericana, reconociendo la
situación económica de Colombia en este ámbito.

Documento de apoyo: -Las sociedades agrarias mesoamericanas -La economía colonial -Las reformas borbónicas-Los
efectos económicos de la independencia - Consolidación de las economías exportadoras.
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Consolidación de las economías exportadoras

El crecimiento y la diversificación de la demanda de materias primas, insumos y alimentos en los mercados de las naciones más
industrializadas y el descenso que habían sufrido los precios relativos de algunas manufacturas, como consecuencia de los avances
tecnológicos y la creciente mecanización, aumentó la importancia del comercio internacional desde mediados del siglo XIX. De modo
que América Latina incrementó las exportaciones de sus materias primas y productos alimenticios y también las importaciones de
manufacturas, insumos y bienes de capital. Hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial vemos como en el mercado mundial las
exportaciones de manufacturas crecieron mucho más rápido que las exportaciones de materias primas (un 4,5 por ciento anual frente
a un 3 por ciento), en un movimiento inverso al ocurrido en la segunda mitad del siglo XIX. Al contrario de lo que se suele argumentar,
el aumento en las importaciones latinoamericanas de manufacturas estaría indicando la vitalidad de sus economías, ya que el volumen
de las importaciones era una variable directamente dependiente de las exportaciones y del tamaño del mercado interior. La enorme
diversidad de los productos primarios exportados por los países latinoamericanos llevó a Carlos Díaz Alejandro a hablar de la "lotería
de mercancías", ya que el comportamiento de las mismas en los mercados internacionales era sumamente heterogéneo. Por ello, es
imposible hacer generalizaciones sobre la evolución de sus precios o sobre las tendencias de su comercialización. Sin embargo, en
líneas generales se puede afirmar que las economías exportadoras crecieron a un buen ritmo hasta comienzos del siglo XX, e
inclusive hasta la Primera Guerra Mundial. Las crisis internacionales, como las de 1873 o la de 1890, afectaron seriamente las
balanzas de pagos de los países latinoamericanos, pero tras una breve caída, el crecimiento solía continuar. Así, por ejemplo, entre
1872 y 1878 las exportaciones latinoamericanas a Gran Bretaña descendieron un 37 por ciento, el mismo porcentaje en que se
contrajeron las importaciones entre 1872 y 1876. El estallido de la Primera Guerra y los ataques alemanes contra el tráfico marítimo en
el Atlántico también afectaron a algunas exportaciones latinoamericanas. En Argentina, entre 1914 y 1918, las recaudaciones
aduaneras se redujeron en un 30 por ciento. No ocurrió lo mismo con las exportaciones dirigidas al mercado norteamericano, sobre
todo con aquellas que utilizaban la ruta del Océano Pacífico. Tras la recuperación de los años 20 se produjo la Gran Depresión, en
1929, que supondría importantes transformaciones para las economías latinoamericanas. Si en el siglo XIX la evolución de los
términos de intercambio fue favorable para las materias primas, a lo largo del siglo XX el signo comenzó a cambiar, ante el deterioro
más acelerado de los precios relativos de algunas materias primas y el encarecimiento de ciertas manufacturas, especialmente bienes
de equipo. La mayor demanda de bienes de capital de unas economías en franco crecimiento también influyó en los movimientos
relativos de los precios. El ascenso de los Estados Unidos como primera potencia mundial, que necesitaba en un grado menor que
Europa a los mercados internacionales como el lugar más idóneo para colocar sus excedentes, y el hecho de que su producción
primaria compitiera directamente con algunos productos latinoamericanos (carne, cereales, minerales, etc.) provocó un ascenso del
proteccionismo, que sin embargo no alcanzó en esta época las elevadas cotas a las que llegaría después de la crisis de 1929. Los
productos exportados por las economías latinoamericanas se pueden agrupar en tres grupos bien diferenciados: 1) productos
agrícolas y ganaderos de clima templado, como los cereales (maíz, trigo), la carne ovina y vacuna, lanas y otros derivados del ganado;
2) productos agrícolas tropicales, producidos generalmente en régimen de plantación, aunque no de forma exclusiva; entre los más
importantes se podrían citar el café, el azúcar, el algodón, el tabaco, el cacao, los plátanos, el caucho y el henequén y 3) metales y
minerales, como la plata, el oro y las esmeraldas (en menor medida), el cobre, el estaño, el salitre o el petróleo. La opción por la
explotación de un determinado producto se realizaba en función de las ventajas comparativas (tipo y fertilidad del suelo, clima,
disponibilidad de mano de obra, yacimientos minerales, proximidad de los centros productores a los puertos exportadores, etc.)
existentes en cada país. Es frecuente hablar de una especialización mono exportadora de las economías latinoamericanas, como
ocurrió en Brasil con el café o en Cuba con el azúcar, pero en ciertos casos vemos a algunos países exportar productos de dos o tres
de los grupos indicados, en proporciones variables, como ocurrió con México, Colombia o Perú.

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