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EL SIMBOLO

EL SIMBOLO

El ser humano ha sido definido como animal simbólico. La definición no puede ser más

certera, pues uno de los rasgos que lo definen y le diferencian del resto de los animales es su

capacidad de simbolización, que empieza con el lenguaje y culmina con la simbolización de

la relación de la persona con el mundo y las cosas

Juan José Tamayo-Acosta

Para entender porque el símbolo hace parte de la estructura del ser humano, se debe tener

claro que está compuesto por la antropología y la ontología, y esto lo hace ser fundamental en

el pensamiento humano. Además, cabe resaltar, que, el ser humano interactúa cotidianamente

de manera simbólica en un mundo de símbolos, por esta razón, es tan fácil que el ser humano

pueda conectar su mundo interior con el mundo exterior.

Partiendo desde el conocimiento de sí mismo, es posible entender el mundo en el que se

vive, y este estudio es lo que prima en la Antropología Filosófica, que muestra un enfoque

fundamental de las estructuras de las actividades humanas para llegar a comprenderlas como

complementos esenciales de un todo. Es decir, el axioma de esta corriente filosófica es la

clásica frase atribuida a tantos grandes pensadores “Conócete a ti mismo”.

Reconociendo que el conocimiento de sí mismo y el conocimiento del mundo están ligados

de manera bidireccional. Por esta misma razón, muchos filósofos como, por ejemplo: Platón,

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Sócrates, Pitágoras hasta Kant, son unánimes al considerar que el punto de partida de cualquier

conocimiento empieza por uno mismo y en medida que este va acrecentado, va exigiendo al

individuo a buscar la verdad absoluta propia y de su entorno. En la antropología filosófica se

invita a hacer una reflexión holística del ser humano, considerando que cada perspectiva del

ser tiene predominancia en el conjunto del individuo, deja de verse como un ser natural y con

la aparición de nuevas ciencias que también se basan en la investigación del ser humano desde

puntos distantes, sin relación aparente, es lo que motiva a Cassirer para elaborar un estudio del

ser humano desde una perspectiva más global, reconociendo cuales son los mecanismos que

pueden unir todo estos conocimientos sobre el ser humano e intenta explicar también las

analogías funcionales de la conducta humana.

El observar al hombre desde diferentes puntos de vista que se basan en la homogeneidad y

unidad del ser humano, como lo hacen, por ejemplo: la concepción antropológica clásica griega

y también la materialista y la mecanicista, le generar las nociones del Animal Simbólico que

según definición de Cassirer “el hombre es un animal simbólico, que puede construir

potencialmente infinitos mundos simbólicos alternativos”. Todo esto ayuda a crear el sistema

simbólico y las similitudes en la conducta humana, por ejemplo: el lenguaje, el arte, la historia,

la ciencia, la cultura, la religión y el mito forman parte de este sistema, haciendo que coincidan

en la conformidad de la función fundamental y no en la identidad de la naturaleza.

Aunque no se tiene claridad en la antigüedad y en el origen del lenguaje, la teoría Socrática

considera al ser humano como animal simbólico y racional, lo que genera una nueva alianza

en el estudio, pues declara que el pensamiento y el lenguaje tienen un mismo origen, el que se

cree que es la naturaleza y la especie humana, pues la capacidad del individuo por simbolizar

se convierte en la máxima expresión de lenguaje. Pues las palabras son símbolos que

representan el mundo externo (objetos reales) y el mundo interno (sentimientos). Para esto se

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apoya en Demócrito quien propone la tesis que el lenguaje humano se origina en sonidos

simplemente emotivos.

Continuando con el análisis de los estudios de Pávlov se concluye que el animal posee

imaginación e inteligencia y solo el hombre ha desarrollado inteligencia e imaginación

simbólica. A pesar de todos estos estudios no se ha logrado determinar el origen exacto de

cuando el hombre empieza a comunicarse con sus semejantes por el conjunto de signos

lingüísticos. A esto, Jean Piaget sostiene que el lenguaje es en su mayoría, producto del

desarrollo y la acción del pensamiento, basándose en sus teorías cognitivas.

La formación de la realidad simbólica del hombre se genera desde el arte, siendo la técnica

de comunicación o de dialogo que utiliza elementos de la naturaleza sin perfeccionarla, solo es

modificada desde la subjetividad del artista. Kant, el primero en reconocer la autonomía del

arte, afirma que el arte no tiene la misma dignidad que el intelecto racional, que es un sistema

que representa la realidad, teniendo dos polos opuestos, el objetivo y el subjetivo. Por lo que,

el arte es la imitación de imágenes exteriores. Más claramente lo define Croce, quien plantea

la existencia de una estrecha relación entre el lenguaje y el arte, un binomio que forma una

identidad completa.

La imitación es un hecho innato de cada individuo, así lo dice Aristóteles, quien considera

el hombre como la criatura más mimética del mundo y eso nos hace superiores a los otros

animales. El arte también suele ser comparado con la cultura, y aunque son muchas las

similitudes, el arte es solo un pequeño componente de la cultura.

Cassirer hace un análisis a otras formas de cultura como lo es el mito y la religión, los dos

tienen relevancia en la organización de la sociedad tanto antigua como moderna, él las

considera lógicas y racionales, contrario a lo que la mayoría defiende, que el pensamiento

mítico y religioso se contrapone al pensamiento racional; la ciencia ha intentado en reiteradas

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ocasiones atacar a la religión buscando que sus seguidores cambien esta forma de pensamiento,

aun no lo ha conseguido. Cassier considera que la ciencia no ha logrado cambios significativos

porque, el pensamiento en general está formado por una parte lógica y otra mítica, inseparables

e imprescindibles tanto una como la otra.

Aunque la percepción mítica tiene cualidades emotivas que están formadas por signos y

símbolos, el pensamiento mítico tiene gran importancia en el valor antropológico. Por otra

parte, la religión paso de ser un aspecto moral, a una herramienta de control social. Según

Cassirer, el sistema del tabú del pensamiento primitivo, era lo que infundía más temor en las

personas, con la consecuencia de la imposición de innumerables obligaciones y deberes.

En cuanto a la historia se considera algo tardío, y así mismo lo interpreta Cassirer, la

concepción de la historia empieza cuando el hombre empieza a darse cuenta del paso del

tiempo. Y en su labor el historiador analiza documentos y monumentos, desde los símbolos

que los componen. Estos símbolos son los que intervienen para dar a conocer datos sensibles

del pasado, pero que no son objetivos, sino simbólicos. Podemos decir que la principal función

de la historia es ayudar a conocer la vida humana, la vida de la humanidad, su evolución y

como ha llegado hasta el presente, analizando no solo aquellos aspectos universales, sino

también los personales, más subjetivos.

A diferencia de la historia, la ciencia tiene un orden y declara que no es posible conocer la

realidad si el hombre solo analiza las experiencias más cercanas. Al inicio los científicos

utilizaron el sistema del lenguaje para nombras las cosas, pero gracias escuela pitagórica se

desarrolló un nuevo sistema simbólico, el número, primeramente, considerado como el orden

real de la naturaleza. La ciencia logra a través de su sistema simbólico reducir una formula a

ley “natural”. El método científico logra reducir lo general a una formula numérica, mientras

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que por medio del lenguaje común los seres humanos somos capaces de sintetizar y describir

la realidad y para llegar en la creación de conceptos generales.

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