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Clasificación de

las obligaciones
con relación al
objeto

Derecho
Privado II
Clasificación de las
obligaciones con relación
al objeto

Clasificación de las obligaciones con


relación al objeto
Las obligaciones según el objeto pueden ser clasificadas según:

Naturaleza de la prestación: dar (entregar una cosa o bien), hacer


(realizar una actividad) y no hacer (abstenerse de realizar algo).

Naturaleza y determinación de los bienes: dar cosas (ciertas, inciertas


no fungibles o género), de dar sumas de dinero, de valor.

Complejidad de objeto: simple o plural (conjuntivas-disyuntivas:


alternativas y facultativas).

El interés comprometido: de medios o de resultado.

El comportamiento del deudor: positivas o negativas

Aptitud del objeto para ser fraccionado: divisibles o no divisibles

Obligaciones de dar cosas ciertas


Definición. Clasificación según la finalidad
“La obligación es de dar cosas ciertas cuando el objeto consiste en la entrega de
una cosa que se encuentra determinada en su individualidad, y en consecuencia
el deudor sólo cumple entregando esa cosa y no otra”. (Pizarro y Vallespinos,
2014. p. 237).

La obligación de dar, si bien en todos los casos tiene como acto la entrega de
una cosa, puede tener tres finalidades, y cada una de ellas tiene un régimen
jurídico distinto:

 Constituir derechos reales: por ejemplo, entrega de una


computadora para transferir el derecho de propiedad sobre esta.
2
 Transferir sólo el uso o la tenencia: por ejemplo, préstamo de cochera
para su uso nocturno, locación de inmueble.

 Restituirlas a su dueño: por ejemplo, entrega del inmueble al final de la


locación.

Disposiciones generales del C.C.C. y principios que rigen


el cumplimiento
En los arts. 746 a 749, el Código estipula disposiciones generales para este tipo
de obligaciones de dar, antes de regular las cuestiones específicas según la
finalidad del “dar”, las que se resumen en las siguientes:

1. Deber del deudor de conservación de la cosa a entregar en el estado en


que se encontraba al contraer la obligación (art. 746).

2. Deber del deudor de entregar la cosa con sus accesorios (art. 746).

3. Derecho de las partes a inspeccionar la cosa en el acto de la entrega. La


recepción por el acreedor hace presumir la inexistencia de vicios
aparentes y la calidad adecuada de la cosa, sin perjuicio de la obligación
de saneamiento (art. 747).

4. Derecho del acreedor a reclamar por defectos de cantidad, calidad o


vicios aparentes en cosas muebles cerradas o bajo cubierta, dentro del
plazo de 3 días desde que la recibió (art. 748).

5. En las obligaciones de dar con el fin de transmitir el uso o la tenencia, se


aplican las reglas específicas de los títulos especiales (derechos reales)
(art. 749).

Pizarro y Vallespinos (2014) enseñan que los principios que rigen el


cumplimiento de las obligaciones de dar, en general, son los siguientes:

1. Las cosas mejoran, se pierden o deterioran para su dueño. Es decir,


como regla, salvo en las obligaciones de dar para restituir, en las que el
dueño es el acreedor, se rigen por lo dispuesto sobre la imposibilidad de
cumplimiento (art. 755 C.C.C.).
2. Antes de la tradición el acreedor no adquiere ningún derecho real
(art. 750 C.C.C.). Excepto, derechos reales de garantía; prenda e
hipoteca.

3. Los frutos son cosas muebles, entonces su posesión vale por título, salvo
que sean robados o perdidos (arts. 233 y 754 del C.C.C.).

4. En transmisión de derechos, rige el principio del nemo plus iuris, es


decir: “nadie puede transmitir a otro un derecho mejor o más extenso
del que goza”1.

1
Art. 399 - Ley Nº 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
3
5. Para que exista indemnización es imprescindible que se den los cuatro
presupuestos de la responsabilidad civil: daño, antijuridicidad, factor de
atribución y relación de causalidad (arts. 1716 y siguientes del C.C.C.).

6. El género nunca perece.

7. En las obligaciones de género, efectuada la elección, opera la


concentración, y la obligación se rige por las reglas de las obligaciones
de dar cosas ciertas (art. 762 C.C.C.).

Obligaciones de dar cosas ciertas para transferir o


constituir derechos reales
En este supuesto, la entrega de la cosa se realiza a fin de constituir un derecho
real: dominio, condominio, uso, habitación, etc. El deudor es el dueño de la
cosa, quien debe entregarla con tal fin.

A los fines de la constitución de los derechos reales existen tres sistemas en el


derecho comparado:

1. Romanista: título (acto jurídico de instrumentación de voluntades;


contrato) y modo (tradición, acto material de entrega de la cosa que
otro recibe).

2. Francés: consensualista (el derecho se transmite con el mero acuerdo de


voluntades; consentimiento).

3. Alemán: distingue para muebles, tradición; inmuebles, registral, efectos


entre partes y respecto a terceros desde la inscripción de la transmisión
en el Registro correspondiente.

En nuestro sistema jurídico se consagra el régimen de la tradición para la


constitución del derecho real, tanto para muebles como para inmuebles, por lo
que resulta insuficiente la mera declaración verbal de uno o ambos sujetos, art.
1892 párrafo 3º y art. 1924 C.C.C. (Campagnucci de Caso, 2014).

Sin embargo, para la oponibilidad a terceros, en algunos supuestos se exige la


inscripción. Por ello, hay que distinguir según el tipo de cosa cuyo derecho real
se transmita:

 Inmuebles: sistema del título y modo (para tener efectos entre partes) y
registro (para oponibilidad frente a terceros). Arts. 1892 y 1893 C.C.C.

 Muebles No registrables: título y modo, art. 1895 C.C.C.

Registrable: efecto Declarativo: para oponibilidad a terceros: buques,


aeronaves y semovientes.

Constitutivo: consolida el derecho entre partes y


frente a terceros (automotores).

4
La cuestión reviste importancia, pues desde el nacimiento de la obligación y
hasta la efectiva tradición o entrega de la cosa, esta puede sufrir diversas
vicisitudes que la afectan, y es necesario saber quién se beneficia o carga con
estas, según el caso.

Las reglas específicas que el Código brinda para la obligación de dar para
constituir derechos reales se encuentran en los arts. 750 a 758, que regulan los
efectos de esta entre partes –vicisitudes que la cosa puede sufrir desde el
nacimiento de la obligación y hasta la entrega de la cosa: mejora, frutos,
riesgos– y cuando hay conflicto con otros acreedores, es decir, con terceros
ajenos a la obligación con los que el deudor también se obligó.

Los efectos entre partes, de conformidad con los arts. 750 a 755, son:

1. Antes de la tradición no se adquiere ningún derecho real, art. 750.

2. Mejoras: es el aumento del valor intrínseco de la cosa, art. 751. Son:

a) Naturales: por efecto de la naturaleza, son las que el Código de


Vélez denominaba aumentos (Ejemplo, aluvión -art. 1959- que hace
aumentar la dimensión del terreno). Autorizan al deudor a exigir un
mayor valor, y si el acreedor no acepta, se extingue la obligación sin
responsabilidad para ninguna de las partes, art. 752. De tal modo, se
concilian los intereses de ambas partes sin que ninguno se
perjudique.
b) Artificiales: provienen del hecho del hombre, art. 751. (Ej.:
construcción de habitación o pileta, reparación de inmueble,
colocar llantas a un automotor). Se clasifican en:

o Necesarias: son esenciales para la conservación de la cosa; el


deudor está obligado a realizarlas –art. 746–, sin derecho a
percibir su valor, art. 753 (Ej.: mantenimiento de instalaciones de
gas, luz, agua en un inmueble).

o Útiles: generan un provecho o benefician a cualquier poseedor de


la cosa (Ej.: instalación de aires acondicionados, conexión al
servicio de teléfono, colocación de alarma en inmueble o
automotor).

No hay obligación de pago para el acreedor, y el deudor puede


retirarlas siempre que no deteriore la cosa, art. 753.

o De mero lujo, recreo o suntuarias: en principio, beneficia a quien


la realiza, pues implican un lujo u ornamentación (Ej.: instalación
de puertas internas con vitraux, marcos de puertas dorados a la
hoja, colocación de llantas o techo descapotable en un
automotor).

Rige la misma regla de las útiles: no hay obligación de pago por el


acreedor y el deudor puede retirarlas, art. 753.

5
3. Frutos: conforme el art. 233 del C.C.C., son los objetos que un bien
produce, de modo renovable, sin que se altere o disminuya su sustancia.
Se clasifican en: civiles (rentas que produce la cosa), naturales
(espontáneos de la naturaleza), industriales (se producen por la industria
del hombre o el cultivo de la tierra).

Hasta el día de la entrega de la cosa, los frutos percibidos pertenecen al


deudor, después de esa fecha, los devengados y no percibidos, y los
futuros le corresponden al acreedor (art. 754).

4. Riesgo de la cosa: es la contingencia o probabilidad de daño de la cosa


(por pérdida o deterioro) o del contrato (Pizarro y Vallespinos, 1999).

o La pérdida: puede consistir en la destrucción material total o


parcial de la cosa, la destrucción jurídica (es sacada del comercio)
o la desaparición sin que se sepa de su existencia. Ej.: choque
–destrucción– o robo del camión objeto de venta.

o El deterioro: es la alteración de la estructura de la cosa, no de su


esencia, y provoca la disminución de su precio. Depende del
interés del acreedor. Ej.: desgaste de las cubiertas del camión por
utilización en caminos inapropiados.

De acuerdo con el art. 755, el propietario, es decir, el deudor, soporta


los riesgos de la cosa. La pérdida o deterioro se rigen por lo dispuesto
para la imposibilidad de cumplimiento, estipulada en los arts. 955 y
siguientes –según haya sido con o sin culpa del deudor–.

En caso de conflicto entre acreedores por la promesa del deudor de entregar la


cosa a más de un acreedor, si todos son de buena fe y a título oneroso, se debe
resolver según las siguientes reglas que brindan los arts. 756 a 758:

1. Bienes inmuebles:

a. El que tiene emplazamiento registral y tradición.

b. El que ha recibido la tradición.

c. El que tiene emplazamiento registral precedente.

d. En los demás supuestos, el que tiene título de fecha cierta anterior.

2. Bienes muebles:

a. El que tiene emplazamiento registral precedente, si se trata de bienes


muebles registrables.

b. El que ha recibido la tradición, si fuese no registrable.

c. En los demás supuestos, el que tiene título de fecha cierta anterior.

Por último, cabe destacar que el resto de los acreedores de buena fe que no
consigan la entrega de la cosa tienen acción de daños y perjuicios contra el
deudor (art. 758).

6
Obligaciones de dar cosas ciertas para restituirlas a su
dueño
En este supuesto, la prestación también consiste en la conducta del deudor de
dar una cosa cierta, pero con la finalidad de restituir la cosa a su dueño, que
es el acreedor. Ej.: devolución del automotor por parte del mecánico luego de la
reparación, del inmueble objeto de la locación al vencimiento del plazo del
contrato.

Entre partes, se aplican las mismas reglas generales analizadas en los apartados
anteriores, teniendo en cuenta que los roles de acreedor y deudor se invierten.
En especial, que las cosas mejoran, disminuyen y se pierden para su dueño
(acreedor). El nuevo Código eliminó la doble regulación que existía en el de
Vélez y unificó los supuestos.

Por su parte, el conflicto entre acreedores para este supuesto se rige por las
reglas de los arts. 759 a 761 del C.C.C.

El primer artículo establece la regla general, que impone que si quien debe
restituir se obligó a entregar la cosa a más de un acreedor, el deudor debe
entregarla al dueño, previa citación fehaciente a los otros que la hayan
pretendido, a fin de que tengan conocimiento de la situación e inicien las
acciones que estimen pertinentes.

Luego, el Código distingue según el tipo de cosa que deba restituirse:

Bien mueble no registrable: prevalece el derecho de quien recibió la tradición,


si la recibió a título oneroso y de buena fe, pues el dueño tendrá acción en su
contra, salvo que la cosa haya sido robada o perdida.

En definitiva, el dueño tiene acción para reclamar la cosa en tres supuestos:


cuando el tercero es de mala fe, cuando recibió a título gratuito o cuando la
cosa fue robada o perdida, vía acción real reivindicatoria del art. 2259 y ss.
(Danesi, 2014).

Bienes inmuebles y muebles registrables: el acreedor –dueño con inscripción


registral– tiene acción real reivindicatoria contra terceros que sobre ella
aparentemente adquirieron derechos reales, o que la tengan en su posesión por
cualquier contrato hecho con el deudor.

De tal modo, se consagra el principio del nemo plus iuris del art. 399.

Obligaciones de dar cosas ciertas para transferir el uso o


la tenencia de la cosa.
El último supuesto es el de la obligación de dar con la finalidad específica de
transferir sólo el uso o la tenencia de la cosa. En este supuesto, el art. 749
dispone que se aplican las normas de los títulos especiales de modo genérico,
sin expresar los tipos contractuales específicos como lo hacía el Código de
Vélez, atento las críticas recibidas en tal sentido.
7
Obligaciones de género
Definición y caracteres
Las obligaciones de género son aquellas cuyo objeto está designado por un
grupo o categoría de cosas y por el número de individuos pertenecientes a
dicha especie que deben entregarse. El art. 762 brinda una definición precisa:
“la obligación de dar es de género si recae sobre cosas determinadas sólo por
su especie y cantidad”2.

En estas, el objeto se encuentra inicialmente indeterminado, provisoria y


relativamente, el que luego, y antes del pago, deberá determinarse mediante la
individualización.

“Género es cualquier categoría de cosas, integrada por una


pluralidad de objetos que reúnen determinadas características y
condiciones que son homogéneas. Representa un concepto
abstracto, que permite contener un número ilimitado de casos
individuales”. (Pizarro y Vallespinos, 2014, p. 273).

Tal como ya lo señalaba la doctrina, el Código incluye dentro de las obligaciones


de género a aquellas cuyo objeto (cosa/s a dar) es determinado por:

Su pertenencia a un género o número de individuos de una especie: cosas


inciertas no fungibles. Ej.: dos Códigos Civil y Comercial 2014 de la editorial “m”;
una heladera marca “x”, modelo “y” de color gris; cinco raquetas de tenis
de mujer marca “w”.

La cantidad, peso o medida: denominadas obligación de dar cantidades de


cosas, en el Código de Vélez, que también eran genéricas. Ej.: 100 quintales
de soja, 20 kilos de cemento, 5 metros de seda, 20 litros de agua mineral.

La relevancia de este tipo de obligaciones deriva de su función económica, pues


posibilita la producción en masa de bienes y servicios seriados, en los que uno
puede ser sustituido o reemplazado por otro, cuestión que expresamente prevé
la Ley de Defensa del Consumidor, cuando en el art. 10 bis habilita que ante
incumplimiento se pueda solicitar otro producto o prestación equivalente.

Los caracteres de las obligaciones de género son:

1. El objeto es sólo determinado por el género.

2. El objeto son cosas fungibles: “aquellas en que todo individuo de la


especie equivale a otro individuo de la misma especie, y pueden
sustituirse por otras de la misma calidad y en igual cantidad”3.

2
Art. 762 - Ley Nº 26.994 (2014). Op. cit.
3
Art. 232 - Ley Nº 26.994 (2014). Op. cit.
8
3. Antes de la individualización rige el principio el género nunca perece,
lo que implica que no se puede alegar incumplimiento si la cosa se
pierde o destruye, pues puede ser reemplazada por otro individuo de la
especie.

4. Después de la individualización, la obligación se rige por las normas de


las obligaciones de dar cosas ciertas, por el principio de concentración.

La individualización. A quién responde. Principio de la


calidad media. Forma de realización
En las obligaciones de género, al momento de cumplir habrá que determinar la
cosa debida (Borda, 2008). El Código señala que: “las cosas debidas en una
obligación de género deben ser individualizadas”4.

Pizarro y Vallespinos (2014) explican que la elección es “el acto por el cual se
individualiza y determina el objeto de la obligación” (p. 276), el que puede
consistir en elegir y separar las cosas, pesarlas, medirlas o contarlas, según el
caso.

Con respecto de cuál de las partes debe realizar la elección, la misma norma
establece como regla general que corresponde al deudor, y excepcionalmente,
a quien resulte del acuerdo de partes –sobre la base del principio de la
autonomía de la voluntad–.

La facultad de elección del deudor –o del sujeto al que corresponda– no es


arbitraria, sino que tiene como límite el principio de la calidad media, derivado
del principio de buena fe, en virtud del cual no se puede escoger la cosa de
mejor calidad ni la de peor dentro de la especie.

El art. 762 del Código señala que la individualización puede ser realizada
mediante manifestación de voluntad expresa o tácita.

En relación con el momento en que se realiza, el Código nada dice, se entiende


que debe ser en el previsto por las partes, o en cualquier tiempo antes del
cumplimiento o pago de la obligación. Pizarro y Vallespinos (2014) entienden
que la individualización se produce en el momento mismo en que llega la
notificación al domicilio de la otra parte, sin requerir el conocimiento ni la
conformidad para producir efectos.

Efectos de las obligaciones de género antes y después de


producirse la individualización
El art. 763 del Código regula la cuestión, y concretamente distingue dos
momentos con respecto a la individualización de la cosa debida, que tendrá
diversas consecuencias en la relación entre las partes:

4
Art. 762 - Ley Nº 26.994 (2014). Op. cit.
9
 Antes: el caso fortuito no libera al deudor, pues rige la regla el género
nunca perece, y como las cosas se pierden y destruyen para su dueño,
el deudor no puede alegar la ocurrencia del caso fortuito para liberarse,
sino que deberá entregar otro individuo de la especie para no incurrir
en mora.

 Después: se aplican las reglas de las obligaciones de dar cosas


ciertas, pues el objeto de la obligación ya fue determinado, se produjo la
concentración.

Obligaciones relativas a bienes que no


son cosas
El Código Unificado de 2014 incorporó la regulación de las obligaciones que
tengan por objeto transmitir o poner a disposición del acreedor bienes que no
son cosas, en el art. 764.

Campagnucci de Caso (2014) aclara que la norma hace extensivas las reglas de
las obligaciones de dar cosas ciertas y de género a toda obligación que tenga
por objeto transferir objetos incorporales.

Los bienes y las cosas están expresamente reguladas en los arts. 15 a 17 del
C.C.C., y luego en los arts. 225 a 256 de manera específica.

El art. 16 del Código distingue entre bienes y cosas. En consecuencia, el


patrimonio de una persona está constituido por los “bienes susceptibles de
valor económico”5, y dentro de estos, los bienes materiales, que se denominan
cosas; y por los bienes que no reportan utilidad económica, sino alguna otra,
como terapéutica, artística, científica o cultural. Ej.: bienes del art. 17 del C.C.C.
(cuerpo humano), que están fuera del comercio, y por ello no pueden ser
objeto de obligaciones.

En síntesis, se establece que las obligaciones que tengan por objeto bienes que
no sean cosas se rigen por las reglas de dar cosas ciertas y las de género,
brindando reglas claras y llenando el vacío que existía en este sentido.

5
Art. 16 - Ley Nº 26.994 (2014). Op. cit.
10
Clasificación de las obligaciones
con relación al objeto.
Obligaciones dinerarias y de
valor. La prestación de intereses
Obligaciones de dar sumas de dinero

El dinero. Definición. Funciones económicas y jurídicas.


Caracteres
Dentro de las clasificaciones de las obligaciones, con respecto a su objeto, las
obligaciones de dar incluyen la opción de la entrega de sumas de dinero.

En esta categoría se ubican las obligaciones dinerarias, que son aquellas cuyo
objeto es la entrega de una suma de dinero, cuya cantidad o suma se encuentra
determinada desde el origen (ej.: entregar $ 2.000), y las obligaciones de valor,
en las que lo que se debe es un valor abstracto o una utilidad constituida por
bienes, que habrá de medirse necesariamente en dinero al momento del pago
(ej.: indemnización por daños y perjuicios derivados de un accidente de tránsito
o laboral). (Pizarro y Vallespinos, 2014).

Borda (2008) señala que “el dinero es el medio normal de que se sirve el
hombre para procurar otros bienes” (p. 389), y explica que “a la inversa de lo
que sucede con las demás cosas, no le proporciona ningún placer por sí mismo”
(p. 389).

El dinero es la moneda que autoriza y emite el Estado, con la finalidad primordial


de: servir como unidad de medida del valor de todos los bienes, como
instrumento de cambio y como medio de pago de las obligaciones
patrimoniales. (Pizarro y Vallespinos, 2014).

Los caracteres del dinero en nuestro país son:

1. Cosa mueble: arts. 16 y 1883 del C.C.C.

2. Fungible: art. 232 del C.C.C.

3. Consumible: gastable, se extingue con su utilización.

4. Divisible: puede ser fraccionado.

5. Genérico: su existencia se indica por su importe o suma, de modo


cuantitativo.

6. Tiene curso legal: es sancionado y proclamado por el Estado, por lo que


11
no se puede rechazar como instrumento de pago. En Argentina, sólo el
“peso” tiene esta calidad.

7. Tiene curso forzoso: es inconvertible, hace a la relación poseedor del


dinero-emisor, y dispensa a este último de efectuar reembolso alguno de
los billetes por oro o divisas. Rige en Argentina desde el fin de la
convertibilidad.

Las funciones del dinero, según Pizarro y Vallespinos (2014), se distinguen en:

1. Económicas

o Unidad de medida o valor: permite apreciar el valor de todos los


bienes patrimoniales y aspectos económicos de la actividad humana
(trabajo).

o Instrumento de cambio: permite a quien lo dispone adquirir bienes o


servicio con él.

2. Jurídicas: constituye un instrumento de pago porque siempre es apto para


solventar la obligación que lo tiene por objeto, e incluso cuando no lo
tuviere, por vía del equivalente en dinero.

Distintas clases de moneda. La moneda en nuestro país


A lo largo de la historia y en las diversas sociedades se utilizaron distintos
objetos para el intercambio de bienes y servicios, hasta llegar a la moneda que
conocemos en la actualidad. Borda (2004) enseña que se la clasifica en:

Metálica: es la confeccionada con metales como oro o plata, que tiene un


valor en sí mismo. El valor intrínseco se corresponde con el valor
representativo.

Moneda de papel: consiste en el papel emitido por el Estado con respaldo en


oro, o algún otro valor o divisa, de modo que el propio Estado se obliga a
canjear dicho papel por su equivalente en el metal o valor que se establezca, a
su presentación ante un banco oficial donde se encuentra el encaje. Tiene curso
legal, no forzoso.

Papel moneda: es emitido sin respaldo en oro ni otro valor. El tenedor carece
de derecho a canjearlo, tiene curso forzoso. Es el sistema que rige
universalmente, pues la firmeza del signo monetario no depende ya del canje
por oro, sino de la confianza que merece en la comunidad el Estado que lo
emite, por la seriedad con que se manejen las finanzas públicas, la solidez de
la economía, etc. Tiene curso legal y forzoso. Este es el tipo de moneda que rige
en nuestro país (peso).

12
La inflación y el papel moneda
Uno de los inconvenientes que puede afectar a las obligaciones de dar sumas
de dinero es la inflación, definida por Samuelson (citado por Pizarro y
Vallespinos, 2014) como “el aumento sostenido del nivel general de los precios”
(p. 295), es decir, la media ponderada de los bienes y servicios de una
economía. La principal característica es la abundancia general y excesiva del
circulante monetario.

Las causas de la inflación, que pueden darse de modo unívoco o conjunto,


pueden sintetizarse en:

1. Emisión de moneda por el Estado para financiar un gasto público


descontrolado.

2. Aumento excesivo de demanda y sin oferta correlativa que equilibre los


valores.

3. Aumento de los costos de producción.

4. Expectativas inflacionarias, como componente psicológico que aumenta


la escalada de precios.

Los efectos de la inflación son:

1. Económicos:

o Decrece la demanda de dinero.

o Inestabilidad de precios.

o Redistribuye la riqueza de los acreedores a favor de los deudores


(que no pagarán porque no podrán hacerlo).

o Distorsión de los precios.

2. Jurídicos

o No sirve como unidad de medida y capacidad de cambio de bienes y


servicios, por la inestabilidad y falta de confianza en ella.

o No sirve como instrumento de cambio.

o Se producen los fenómenos de la depreciación (fenómeno


económico: pérdida del poder adquisitivo de la moneda) y
desvalorización (producto del acto legislativo que establece la relación
de cambio entre las divisas extranjeras y la unidad monetaria en un nivel
inferior).

13
Nominalismo y valorismo. La cuestión en las leyes de
convertibilidad, emergencia, en el Código Civil y en el
Código Civil y Comercial
Pizarro y Vallespinos (2014) explican que la cuestión de la inflación y las
obligaciones de dar sumas de dinero, impone el análisis de la extensión de la
deuda cuando se altera el valor adquisitivo de la moneda desde el nacimiento
de la obligación y hasta que se hace exigible, lo que tendrá implicancias en
cumplimiento o pago de la prestación. Existen dos posiciones:

Nominalismo: otorga relevancia al valor nominal del dinero –fijado por el


Estado– y prescinde del verdadero valor adquisitivo de la moneda. El deudor
de la suma de dinero debe $ 1.000 y se libera pagando $ 1.000, cualquiera sea
la fluctuación del poder adquisitivo de la moneda.

El riesgo de pérdida del valor o beneficio de su incremento pesa sobre el


acreedor.

Ventaja: seguridad jurídica, acreedor y deudor saben cuánto se debe. Además,


permite al Estado influir en la inflación.

Desventaja: cuando la moneda pierde valor adquisitivo es injusta y perjudica a


los acreedores.

El valorismo: la extensión de la obligación no se determina por su valor


nominal, sino en función del poder adquisitivo de la moneda.

Ventaja: ante inflación es más justa que el nominalismo.

Desventaja: es más complicada que el nominalismo y no se justifica en épocas


no inflacionarias.

En nuestro país, desde la sanción del Código Civil de Vélez rigió el principio
nominalista, el que se mantuvo a pesar de las diversas leyes que modificaron la
regulación de las obligaciones dinerarias, las que pueden sintetizarse en los
siguientes puntos:

1. Código Civil argentino (1869): “El deudor cumple dando la especie


designada”6; se debatía qué doctrina se adoptaba, si el nominalismo o el
valorismo, opinando la mayoría de los especialistas a favor del primero,
pero por la nota al artículo se dejaba abierta la opción al valorismo en caso
de cambio de valor adquisitivo de la moneda.

2. Ley N˚ 23.928 de Convertibilidad (1991): fin del debate, consagra el


principio nominalista a ultranza, rígido e inequívoco. “El deudor (…) cumple
con su obligación dando (…) la cantidad nominalmente expresada”7.
Modificó el art. 619 del C.C. Además, prohíbe la actualización monetaria.
Con respecto a la moneda extranjera, estableció la equiparación de un peso
a un dólar.

6
Art. 619 - Ley Nº 340 (1869). Código Civil de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
7
Art. 7 - Ley Nº 23. 928 (1991). Ley de Convertibilidad del Austral. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
14
3. Ley N˚ 25.561 de Emergencia económica (2002): mantiene el principio

nominalista y la prohibición de indexar, pero determina especie de


obligaciones dinerarias según la fecha de su creación (antes o después del 6
de enero de 2002), y según la naturaleza del dinero a entregar (moneda
nacional o extranjera), y estableció reglas diferenciadas para cada caso.
Con respecto a la moneda extranjera, se mantiene el criterio de la ley de
convertibilidad, y se definió que no tiene curso legal, que no puede ser
utilizada como cláusula de estabilización, y dejó el valor del dólar a su
determinación por el mercado y ya no por ley.

4. Código Civil y Comercial (2014): principio nominalista, “la obligación es


de dar dinero si el deudor debe cierta cantidad de moneda, determinada o
determinable…”8; el art. 766 define la obligación del deudor, al señalar que:
“debe entregar la cantidad correspondiente a la especie designada”9.

Obligaciones dinerarias y obligaciones de valor.


(Definición. Régimen legal de cada una. Carácter de la
distinción. Las deudas de valor: Código Civil, leyes de
Convertibilidad y Emergencia y Código Civil y Comercial).

Entre las obligaciones de dar sumas de dinero, se pueden distinguir dos


supuestos:

Obligaciones dinerarias: “Son aquellas cuyo objeto es la entrega de una suma


de dinero, y desde su nacimiento el monto es determinado. Se debe dinero y
se paga dinero” (Pizarro y Vallespinos, 2014. p. 303). Ej.: cuota de $ 1.000 por el
seguro del auto, $ 5.000 por la compra de un televisor.

Estas obligaciones están reguladas en los arts. 765 del C.C.C., tal como
analizamos en los puntos anteriores.

Obligaciones de valor: “Son aquellas que tienen por objeto un valor abstracto
o una utilidad constituida por bienes, que habrá de medirse necesariamente
en dinero al momento del pago” (Pizarro y Vallespinos, 2014, p. 303). Se debe
un valor, se paga en dinero. Ej.: indemnización por daños y perjuicios de una
mala praxis médica en el que se requiere cuantificar el grado de incapacidad
física o de la lesión ocasionada; o la determinación del daño por incumplimiento
de un contrato.

El objeto es determinable, luego del nacimiento de la obligación y antes del


pago, no se rige por el nominalismo pues se debe un valor, que luego de su
cuantificación se rige por las reglas de las obligaciones de dar sumas de dinero.

Las obligaciones de valor están previstas en el art. 772 del Código:

8
Art. 765 - Ley Nº 26.994 (2014). Op. cit.
9
Art. 766 - Ley Nº 26.994 (2014). Op. cit.
15
Cuantificación de un valor. Si la deuda consiste en cierto valor, el monto
resultante debe referirse al valor real al momento que corresponda tomar en

cuenta para la evaluación de la deuda. Puede ser expresada en una moneda


sin curso legal que sea usada habitualmente en el tráfico. Una vez que el valor
es cuantificado en dinero se aplican las disposiciones de esta Sección.

En estas obligaciones lo importante es el momento de su determinación, pues


como el monto no está fijado al origen, si existió una variación del valor
adquisitivo de la moneda entre el nacimiento de la obligación y su
cumplimiento, puede habilitarse la actualización del valor –que se realiza al
cuantificarlo–. Ej.: en un juicio por daños y perjuicios, la obligación nació el
día del hecho ilícito –rotura de caño de agua que provocó el hundimiento de
la casa–, pero el juez deberá realizar la cuantificación del daño al dictar la
sentencia.

La norma establece como límite que la determinación no puede exceder el valor


real que corresponda a la cosa, para evitar la indexación en casos de
actualización que desvirtúen el objeto de la prestación –por exceso–, lo que
impide la aplicación de índices de reajuste (Campagnucci de Caso, 2014).

Pizarro y Vallespinos (2014) destacan que la distinción entre las obligaciones


dinerarias y de valor funciona como una válvula de escape al sistema
nominalista, pues mientras las dinerarias son insensibles a las oscilaciones del
poder adquisitivo de la moneda –el deudor debe pagar idéntica suma a la
obligada–, en las de valor permanece al margen del nominalismo, pues lo que
se debe es un valor y no dinero, lo que permite su actualización al momento del
pago.

Obligaciones en moneda extranjera. Régimen legal:


Código Civil, Leyes de Convertibilidad y Emergencia, art.
765 Código Civil y Comercial. Críticas. Relevancia de la
calificación como “cosa” o como “dinero”. Reglas
aplicables. Problemas de la cotización

Ossola (2015) explica que antes del Código Unificado, si bien la moneda
extranjera no tenía curso legal, le era aplicable el régimen de las obligaciones
de dar sumas de dinero, pero esto se modificó, tal como analizaremos en este
apartado.

La calificación del dinero extranjero tiene importantes consecuencias prácticas,


pues no será lo mismo si se lo equipara a la moneda de curso legal, que si se
lo equipara a cantidades de cosas o género. Por ejemplo, en lo que respecta
a la facultad del deudor de pagar en moneda de curso legal –equivalente–, las
consecuencias del incumplimiento, intereses, facultad del deudor de realizar
el pago por consignación, etc.

16
1) Código Civil argentino (1869): “El deudor cumple dando la especie
designada”10. Las obligaciones de dar sumas de dinero en moneda
extranjera se consideraban como de dar cantidades de cosas y no
dinerarias.

2) Ley N˚ 23.928 de Convertibilidad (1991): con respecto a la moneda


extranjera, estableció la equiparación de un peso a un dólar.

Las obligaciones de dar sumas de dinero en moneda extranjera son de dar


sumas de dinero, y deben pagarse y ser cumplidas en esa especie y calidad
de dinero, no pudiendo el deudor sustituirla por otra.

3) Ley N˚ 25.561 de Emergencia económica (2002): con respecto a la


moneda extranjera, se mantiene el criterio de la Ley de Convertibilidad, y
se definió que no tiene curso legal, que no puede ser utilizada como
cláusula de estabilización, y dejó el valor del dólar a su determinación
por el mercado y ya no por ley.

4) Código Civil y Comercial (2014): el art. 766 define la obligación del


deudor, al señalar que: “debe entregar la cantidad correspondiente a la
especie designada”11.

La obligación en moneda extranjera se regula en el art. 765, cuya redacción no


es la originaria de la Comisión Redactora, sino que se alteró por el Poder
Ejecutivo, produciéndose un retroceso en la materia, pues se asume la postura
del Código originario: “Si por el acto por el que se constituyó la obligación se
estipuló dar moneda que no sea de curso legal”12, y establece dos reglas:

o La obligación se considera como de dar cosas ciertas: pero como esta


categoría se eliminó del Código, debe entenderse que remite a las reglas
de las obligaciones de género, en las que aquellas quedan
comprendidas. Esto genera un cambio de régimen jurídico, pues a las
obligaciones de dar sumas de dinero que no sea moneda de curso legal
no se les aplican las normas de las obligaciones dinerarias sino las de
género.

o El deudor puede liberarse dando el equivalente en moneda de curso


legal: se lo autoriza a pagar en pesos, a pesar de haberse obligado en
dólares, euros, yens, etc. El problema se genera ante la restricción de
venta de moneda extranjera por el denominado “cepo cambiario” –
establecido por diversas Comunicaciones del Banco Central de la
República Argentina y Resoluciones de AFIP– que rige en nuestro país en
la actualidad, lo que complica la cotización del cambio al que se
pagará, que no puede ser otro que el oficial, pues cualquier otro es
ilegal.

Esto afectaría el derecho del acreedor, pues podría verse afectado su derecho
de propiedad, lo que habilitaría a que solicitara, por ejemplo, la teoría del

10
Art. 619 - Ley Nº 340 (1869). Op. cit.
11
Art. 766 - Ley Nº 26.994 (2014). Op. cit.
12
Art. 765 - Ley Nº 26.994 (2014). Op. cit.
17
esfuerzo compartido (Funes, 2015).

Ossola (2015) sostiene que se consagró una obligación facultativa de origen


legal (arts. 786 a 789), pues el deudor debe la moneda extranjera bajo el
régimen de las obligaciones de género, pero si quiere puede liberarse de otra
manera, pagando en el equivalente en moneda nacional, sin que el acreedor
pueda oponerse.

La cuestión central radicará en definir si estas normas son de orden público, o


por el contrario, se trata de normas supletorias, disponibles por las partes, que
pueden pactar el pago en moneda extranjera –sin curso legal– como condición
esencial del contrato –renunciando a la facultad de conversión al peso– en
virtud del art. 962 del Código que establece que: “Las normas legales relativas a
los contratos son supletorias de la voluntad de las partes, a menos que de su
modo de expresión, de su contenido, o de su contexto, resulten de carácter
indisponible”13.

Cláusulas de estabilización. Nociones. Régimen jurídico


actual
Las cláusulas de estabilización o indexación son las que introducen las partes en
los contratos “a fin de prevenir los efectos de la inflación sobre la moneda
utilizada” (Moisset de Espanés, 2004, p. 286). Se utilizan en contratos que
deben ser pagados a mediano o largo plazo, en los que las oscilaciones del valor
de la moneda de curso legal pueden aparejar perjuicios para el acreedor –por la
desvalorización–. Ej.: canon locativo, cuota de crédito hipotecario o prendario.

En general, se utilizan “con la finalidad de preservar, en forma progresiva y real,


el valor de las prestaciones de dar dinero, que se proyectan en el tiempo, y de
sustraerlas del rigor del principio nominalista” (Pizarro y Vallespinos, 2014, p.
315).

En nuestro país, desde la sanción de la Ley de Convertibilidad, en 1991,


modificada por la Ley N˚ 25.561 (arts. 7 y 10), se encuentran prohibidas por la
adopción de un sistema nominalista absoluto y rígido que no admite
mecanismos de ajuste o repotenciación de deudas dinerarias.

Son cláusulas de ajuste, a modo de ejemplo, las siguientes:

- Ajuste en función de la evolución de la cotización de una moneda


extranjera. Ej.: Precio de la locación según la cotización del dólar.

- De escala móvil, según índices estadísticos elaborados por entes públicos o


privados. Ej.: precio de un departamento según el índice de la construcción.

- Las que toman en cuenta la evolución en el precio de un determinado


producto. Ej.: precio de la tarjeta de una fiesta según el valor del kilo de
lomo.

13
Art. 962 - Ley Nº 26.994 (2014). Op. cit.
18
- De pago en oro.

El Código, en el art. 772, rechaza la indexación al señalar que los índices de


precios no podrán usarse exclusivamente para la cuantificación de la
obligación. Además, en los Fundamentos del Anteproyecto se explica que: “Esta
norma es importante para evitar distorsiones derivadas de la aplicación de
índices, tema sobre el cual hubo una extensa experiencia en la historia
argentina. El valor real es el que tiene prioridad”. (2015,
http://www.nuevocodigocivil.com/wp-content/uploads/2015/02/5-
Fundamentos-del-Proyecto.pdf).

La deuda de los intereses


Definición de interés y caracteres
Los intereses son la ganancia o beneficio que produce un capital dinerario de
modo paulatino por su importe y el transcurso del tiempo. Son el fruto civil que
produce un capital y se traduce en el rendimiento financiero que genera
(Pizarro y Vallespinos, 2014).

Los caracteres de los intereses son:

Pecuniarios: tal como lo es la obligación dineraria principal.

Porcentuales: relación con el monto de la obligación principal y el tiempo


transcurrido.

Periódicos: dependen del tiempo, mientras más transcurre, mayor será el


interés.

Accesorios: de la deuda principal.

Diversas clases de interés (convencional, legal y judicial.


Compensatorio, moratorio, punitorio y sancionatorio). La
tasa de interés (concepto y clasificación). Facultad judicial

Los intereses pueden clasificarse sobre la base de diversos parámetros, según:

1. Su origen Voluntarios: pactados por las partes (contrato).

y quién Legales: impuestos por ley.

determina la tasa Judiciales: fijados por el juez en la sentencia.

19
2. La función económica Compensatorios: se adeudan como
contraprestación o precio por la utilización del
dinero ajeno. No se relacionan con la
responsabilidad alguna. Sólo para obligaciones de
dar sumas de dinero. Ej.: préstamo o mutuo.
Moratorios: se deben en caso de mora del
deudor en el cumplimiento de la obligación,
para reparar el daño causado. Requiere
incumplimiento imputable al deudor.

Punitorios: son una pena privada, sanción ante la


mora que agrava, aumenta el monto a pagar por
intereses. Son un “plus económico”. Pueden ser
convencionales o legales.

La tasa de interés es “el rendimiento de la unidad de capital en una


determinada unidad de tiempo” (Pizarro y Vallespinos, 1999, p. 414), y es de
fundamental importancia para determinar la deuda de intereses, pues su monto
se mide por una tasa que se expresa en un porcentaje. Ej.: en un contrato de
tarjeta de crédito, se pacta que la compra en doce cuotas llevará un interés
del 2%; en un contrato de mutuo, se acuerda una tasa del 12% anual.

Con respecto a la tasa de interés, si bien en principio las partes son libres en su
determinación, el art. 771 del Código, aplicable a todas las clases de interés,
determina que los jueces pueden reducir los intereses cuando la tasa o el
resultado de su aplicación exceda injustificada y desproporcionalmente el costo
medio del dinero para deudores y operaciones similares en el lugar donde se
contrajo la obligación. También ordena que los intereses pagados en exceso se
imputarán al capital, y una vez extinguido estos son repetibles.

Régimen legal de los intereses compensatorios en el


C.C.C.
El art. 767 del Código dispone que las partes pueden, sobre la base del principio
de la autonomía de la voluntad, pactar intereses compensatorios y la tasa
sobre la base de la cual estos se calcularán.

Este tipo de interés no se presume, sino que debe surgir de la voluntad de las
partes –contrato– o incluso de la propia ley –como ocurre en el caso del
contrato de mutuo, que en el art. 1527 el Código consagra expresamente,
incluso definiendo la forma de pago de los intereses; o del interés que puede
exigir en el reembolso el fiador que pagó la deuda (art. 1592)–.

En cuanto a la tasa, la norma aclara que, si no fue pactada por las partes, ni
surge de la ley, ni resulta de los usos, entonces el juez tiene facultad para
determinarla. En consecuencia, si del contrato surge que las partes pactaron el

20
interés compensatorio, sin definir la tasa, habrá que estar a las opciones que da
el Código o podrá finalmente el juez establecerla.

Régimen legal de los intereses moratorios. Los intereses


moratorios como límite de la responsabilidad del deudor.
Resarcimiento del daño mayor. Régimen legal de los
intereses punitorios: remisión.
Los intereses moratorios están legislados en el art. 768 del Código, que señala
que se deben a partir de la mora del deudor, que por el art. 886 es por regla
automática, por el mero transcurso del tiempo, salvo los supuestos del art. 887.

Pizarro y Vallespinos (2014) aclaran que el acreedor puede reclamar todo daño
que se invoque y acredite derivado del incumplimiento dinerario, y que el
interés moratorio es sólo el piso mínimo.

Con respecto a la tasa de este interés, la norma expresamente consagra que se


determina en el siguiente orden:

a. Por lo que acuerden las partes;

b. Por lo que dispongan las leyes especiales;

c. En subsidio, por tasas que se fijen según las reglamentaciones del Banco
Central.

Este último punto genera controversias por la remisión que realiza a las
reglamentaciones del Banco Central. Campagnucci de Caso (2014) explica que
existen diferentes tasas fijadas por la entidad, por lo que, a su juicio, ante
ausencia de previsión convencional y legal, la determinación quedará como
tarea para los jueces. Por otro lado, Ossola (2014) entiende que desaparece la
facultad judicial de fijarlos, pero aclara que la validez de la norma dependerá de
que la tasa fijada por el BCRA se ajuste a la realidad económica imperante.

Intereses punitorios. Remisión. Régimen legal


Campagnucci de Caso (2014) señala que los intereses punitorios son los
moratorios pactados por los contratantes, y por ello se justifica el reenvío que
la norma del art. 769 realiza a la cláusula penal, y así se recepta la postura
doctrinaria mayoritaria en nuestro país, que así lo entendía.

De acuerdo con el art. 790, la cláusula penal “es aquella por la cual una persona,
para asegurar el cumplimiento de una obligación, se sujeta a una pena o multa
en caso de retardar o no ejecutar la obligación”14.

En definitiva, cuando las partes pacten un interés punitorio, que será aplicable

14
Art. 790 - Ley Nº 26.994 (2014). Op. cit.
21
en caso de mora, y que se adiciona a los moratorios propiamente dichos, se
aplican las normas de la cláusula penal, arts. 790 a 803 del Código.

Curso de los intereses: reglas aplicables según los


distintos tipos de intereses. La deuda de valor y los
intereses. La deuda en moneda extranjera y los intereses

El tema es relevante, pues importa determinar cuándo nacen los intereses y


desde cuándo son exigibles, lo que puede ocurrir o no en el mismo momento,
según el tipo de interés de que se trate, tal como explican Pizarro y Vallespinos
(2014):

1. Compensatorios

a) Convencionales: se distinguen los dos momentos. Se devengan desde


la fecha pactada, luego van generando en forma gradual y sucesiva a lo
largo del tiempo, y el acreedor puede exigirlos según lo acordado en el
contrato.

b) Legales: se devengan y son plenamente exigibles desde que se hizo


la erogación, de pleno derecho, pues así lo dispone la ley.

2. Moratorios y punitorios: tanto de origen convencional como legal, se


devengan y son exigibles en el mismo momento, desde la mora del deudor
(arts. 768, 886 y 887 del C.C.C.). Si la causa fuente de la obligación es un
hecho ilícito, se devengan y son exigibles desde el mismo día del hecho.

Un supuesto particular ocurre en caso de concurso o quiebra del deudor, pues


la Ley N˚ 24.522 dispone en los arts. 19 y 129, respectivamente, que la
apertura del concurso y/o la declaración de la quiebra producen la suspensión
de todos los intereses anteriores a dichas declaraciones.

Por otro lado, cabe aclarar que la liquidez no es un requisito para que opere la
mora del deudor, por lo que los intereses corren aun cuando la deuda fuera
ilíquida.

Con respecto a las deudas de valor, Pizarro y Vallespinos (2014) explican que
pueden llevar intereses, pues la actualización de la deuda de valor obedece al
mantenimiento del poder adquisitivo de la moneda, en tanto los intereses
hacen a la productividad que se ha frustrado a raíz de permanecer impago el
capital adeudado, y afirman que el curso de los intereses se sigue por las reglas
generales.

La usura (caracterización. Represión en el derecho


privado y penal. La cuestión en la Ley de Defensa del
Consumidor)
22
La usura es una palabra cuyo significado ha variado a través del tiempo, hace
siglos era sinónimo de interés, pero luego adoptó un calificativo peyorativo al
aplicarse a los “intereses excesivos” (Moisset de Espanés, 2004, p. 299).

El origen de esta práctica se fundamenta en la libertad con que cuentan las


partes para determinar los intereses que regirán su negocio, lo que puede
llevar a que se impongan cláusulas con intereses abusivos, exorbitantes,
desproporcionales con respecto al capital.

Tal como ya estudiamos, en el art. 771 del C.C.C. se les conceden facultades a
los jueces para reducir los intereses cuando la tasa o el resultado que provoque
la capitalización de intereses exceda, injustificada y desproporcionalmente, el
costo medio del dinero para deudores y operaciones similares en el lugar donde
la obligación debía cumplirse.

En consecuencia, ya no será un requisito probar que existe lesión subjetiva


como vicio de la voluntad (art. 332) para que proceda la declaración de nulidad
de la cláusula, sino que el juez puede aun de oficio morigerar el interés cuando
sea usurero.

Por su parte, cuando la obligación de la que surgen los intereses usureros


derive de una relación de consumo, que torna aplicable las previsiones
especiales del C.C.C.: arts. 1117 a 1122 y la Ley N˚ 24.240, la cláusula que lo
imponga deberá ser analizada a la luz estas reglas, y en especial del art. 36 de la
L.D.C., que le exige al proveedor el deber de información específico en
operaciones de venta a crédito, bajo pena de nulidad del contrato o de una o
más cláusulas, y el art. 37, que habilita la declaración de abusividad de la
cláusula (se tiene por no escrita). En ambos supuestos, declarada la nulidad
parcial de una o más cláusulas el juez debe integrar el contrato.

El anatocismo: definición. Régimen legal y facultades


judiciales, arts. 770 y 771 del Código Civil y Comercial

El anatocismo es la capitalización de los intereses que se acumulan con el


capital, constituyendo una unidad productiva de nuevos intereses; también se
los denomina “interés compuesto” o “interés del interés” (Pizarro y Vallespinos,
2014, p. 339).

Colmo (1920) explica que la capitalización de intereses es demasiado onerosa,


sobre todo cuando se produce al cabo de períodos breves (cada tres meses,
cada mes), en los que se parte de acumularlos al capital al fin de cada período,
para convertirse en capital y producir a su turno, con el capital primitivo, nuevos
intereses.

En nuestro derecho, el Código Civil prohibía el anatocismo –desde la Ley de


Convertibilidad– salvo excepciones previstas en el art. 623, y, por el contrario, el
Código de Comercio lo autorizaba expresamente en distintos supuestos como
el mutuo, la cuenta corriente bancaria o comercial.

El Código Unificado regula el anatocismo en el art. 770 y establece como regla


23
general que “No se deben intereses de los intereses”15, a lo que agrega cuatro
excepciones, a saber:

a. Una cláusula expresa autorice la acumulación de los intereses al capital


con una periodicidad no inferior a seis meses.

b. La obligación se demande judicialmente; en este caso, la acumulación


opera desde la fecha de la notificación de la demanda.

c. La obligación se liquide judicialmente; en este caso, la capitalización se


produce desde que el juez manda pagar la suma resultante y el deudor es
moroso en hacerlo.

d. Otras disposiciones legales prevean la acumulación. (Ej.: 1950 y 2030).

En definitiva, en todos estos supuestos, y del modo en que se regula cada caso,
se permite el anatocismo, pero siempre con el límite del art. 771 al que ya
hemos referido, es decir, con las facultades del juez de morigerar el resultado
de la capitalización de intereses si resulta desproporcionada e injustificada.

Extinción de los intereses


Una de las características de los intereses es que son accesorios del crédito
principal al que acceden, por lo que rige el principio lo accesorio sigue la
suerte de lo principal, art. 857 del C.C.C., que impone que la extinción de la
obligación principal conlleva la de los intereses.

En este sentido, el art. 869 del C.C.C. impone que el objeto del pago de la
prestación debe cumplir con el principio de integridad, que importa que el
acreedor no está obligado a recibir pagos parciales, y que el deudor debe la
prestación principal con más los accesorios, incluidos los intereses.

Específicamente, el art. 870 del C.C.C. indica que “si la obligación es de dar
sumas de dinero con intereses, el pago sólo es íntegro si se incluye el capital
más los intereses”16.

Además, en las presunciones del recibo de pago que establece el art. 889, en el
inc. “c”, se incluye: “si se extiende recibo por el pago de la prestación principal,
sin los accesorios del crédito, y no se hace reserva, éstos quedan extinguidos”17,
la que constituirá una presunción iuris tantum.

En definitiva, los intereses pueden extinguirse de manera directa por cualquiera


de los modos extintivos de las obligaciones –y siempre que el acreedor acepte
el pago parcial–, o indirectamente por la extinción de la obligación principal.

15
Art. 770 - Ley Nº 26.994 (2014). Op. cit.
16
Art. 870 - Ley Nº 26.994 (2014). Op. cit.
17
Art. 889 - Ley Nº 26.994 (2014). Op. cit.
24
Clasificación de las obligaciones.
Obligaciones de hacer, no hacer,
alternativas y facultativas.
Obligaciones divisibles e
indivisibles
Obligaciones de hacer
Definición. La prestación de un servicio. La realización de
un hecho. Diferencias con las obligaciones de dar

Las obligaciones con relación al objeto, según la naturaleza de la prestación, se


clasifican en de dar, hacer o no hacer.

La obligación de hacer es la que se traduce en un compromiso positivo de


energía de trabajo físico o moral del deudor, orientada a satisfacer el interés
del acreedor, que puede o no garantizarse, como ocurre en los contratos de
locación de obra, locación de servicios, concesión, distribución, franquicia,
agencia, cuenta corriente, consultoría, seguros, etc. (Pizarro, Vallespinos, 2014).

El art. 773 del Código la define como aquella cuyo objeto consiste en la:

1) Prestación de un servicio: interesa la actividad en sí misma, en la que


asegure o no un resultado, es un compromiso de energía de trabajo
físico o moral del deudor. Puede consistir en cualquiera de las opciones
del art. 774 del Código. Ej.: brindar asesoramiento legal, atención médica
especializada a un paciente enfermo, asegurar una vivienda por robo o
incendios, mantenimiento del software de una empresa, turismo, agua, luz,
gas, etc.

2) Realización de un hecho: la energía de trabajo está orientada a un


resultado concreto. Ej.: la realización de una joya, de una escultura, la
construcción de un barco, de una vivienda, el músico que canta en un acto
público o fiesta.

La norma aclara, en concordancia con el art. 775, que el hacer debe cumplirse
en el tiempo, lugar y modo acordados por las partes, o en los que surjan de la
índole de la obligación.

La diferencia entre estas obligaciones y las de dar se sintetizan en el siguiente


esquema:

25
Tabla 1
Dar Hacer

Prestación Entregar una cosa. Prestar un servicio o


realizar un hecho.

Facultades Amplias: art. 730. Amplias: arts. 776 y 777.


acreedor Límite: no violencia
sobre la persona del
deudor.

Persona del deudor En general es irrelevante. Es importante, máxime


en las intuitu personae.

Fuente: elaboración propia.

En la práctica, existía cierta controversia con respecto al régimen jurídico


aplicable a las obligaciones de hacer, que concluían con la entrega de una cosa,
por ejemplo, realizar un mueble a medida y entregarlo, confeccionar un traje
por un sastre o un vestido por una diseñadora y entregarlo. Se decía que eran
obligaciones “mixtas” en las que había un hacer y un dar. El Código define esta
cuestión en el art. 774 in fine que manda: “Si el resultado de la actividad del
deudor consiste en una cosa, para su entrega se aplican las reglas de las
obligaciones de dar cosas ciertas para constituir derechos reales”18.

Obligaciones de medios y de resultado


El Código Civil de Vélez no contenía esta clasificación de las obligaciones, sino
que se trata de una creación doctrinaria y jurisprudencial que tiene vigencia en
nuestro país hace años, y que el Código Unificado recepta expresamente en el
art. 774.

Esta clasificación tiene gran importancia con la responsabilidad civil, pues según
el tipo de obligación comprometida será el factor de atribución de aquella, y
también definirá la carga de la prueba.

Para que exista responsabilidad, los presupuestos son: daño, antijuridicidad,


factor de atribución y relación de causalidad.

El criterio de la clasificación se funda en los deberes que tiene que cumplir el


deudor para satisfacer el interés del acreedor, de acuerdo con lo que se
comprometió.

En las obligaciones de resultado el deudor se compromete a obtener un


resultado, un opus, y en caso de no lograrse, habrá incumplimiento con
presunción de responsabilidad para el deudor por el hecho de no haberlo
alcanzado. Ej.: obligación de seguridad en un parque de diversiones, el realizar

18
Art. 774 - Ley Nº 26.994 (2014). Op. cit.
26
los balances de una sociedad, la construcción de una vivienda.

El factor de atribución de la responsabilidad es objetivo (se presume el


incumplimiento) y será el deudor quien deba probar su “no culpa” mediante la
acreditación de la existencia de caso fortuito o fuerza mayor, o la
responsabilidad de la víctima o de un tercero por quien no debe responder. Art.
1723 del C.C.C.: “Responsabilidad objetiva. Cuando de las circunstancias de la
obligación, o de lo convenido por las partes, surge que el deudor debe obtener
un resultado determinado, su responsabilidad es objetiva”19.

En las obligaciones de medios el deudor no se compromete a obtener un


resultado, sino a realizar todo lo necesario y poner los medios idóneos para
alcanzarlo, sin garantizarlo. Ej.: asesoramiento legal, diagnóstico médico.

El factor de atribución es subjetivo, y el deudor sólo será responsable si el


acreedor demuestra que obró con culpa o dolo. Art. 1724:

Factores subjetivos. Son factores subjetivos de atribución la culpa


y el dolo. La culpa consiste en la omisión de la diligencia debida
según la naturaleza de la obligación y las circunstancias de las
personas, el tiempo y el lugar. Comprende la imprudencia, la
negligencia y la impericia en el arte o profesión. El dolo se
configura por la producción de un daño de manera intencional o
con manifiesta indiferencia por los intereses ajenos.20

Analicemos ahora la recepción legal de esta clasificación en el Código. Vázquez


Ferreyra (2015) resume las consecuencias de esta clasificación y su relación con
el derecho de daños del siguiente modo:

El Código Civil y Comercial recoge expresamente el distingo de las


obligaciones según sean de medios o de resultado. En las
obligaciones de medios el factor de atribución es subjetivo y en
las de resultado es objetivo. La prueba de los factores de
atribución como regla general está en cabeza del acreedor
víctima del daño. En situaciones excepcionales los jueces pueden
aplicar la teoría de las cargas probatorias dinámicas a los efectos
de tener por comprobado el factor de atribución.

De conformidad con el art. 774, de acuerdo con el contenido de la prestación,


la obligación de hacer puede consistir en:

a) Realizar cierta tarea con la diligencia apropiada, independientemente


de su éxito. Ej.: Cláusulas que comprometen buenos oficios, o aplicar los
mejores esfuerzos. Son las obligaciones de medios propiamente dichas.
Como restaurar la obra de arte al mejor estado posible y fiel a la obra de su
autor, el asesoramiento de un abogado en juicio.

b) Procurar al acreedor cierto resultado concreto, con independencia de


19
Art. 1723 - Ley Nº 26.994 (2014). Op. cit.
20
Art. 1724 - Ley Nº 26.994 (2014). Op. cit.
27
su eficacia: se trata de una obligación intermedia entre las de medios y de
resultado. Ej.: para algunos podría ser la cirugía plástica. Esta
subclasificación resulta extraña a la mayoría de las previstas en la doctrina
y jurisprudencia nacional que sólo refieren a de medios y resultados.
Campagnucci de Caso (2014) expresó que se trata de una obligación de
garantía o seguridad intermedia y a su entender es una cuestión un poco
ajena a nuestras tradiciones jurídicas que puede traer alguna dificultad
interpretativa.

c) Procurar al acreedor el resultado eficaz prometido. La cláusula “llave


en mano” está comprendida en este caso. Es la típica obligación de
resultado propiamente dicha. Ej.: el abogado, de redactar un contrato de
locación; el arquitecto, realizar un plano de una casa de tres dormitorios y
dos baños; el ingeniero, de calcular la estructura de la casa, etc.

Esta clasificación se relaciona con los contratos de servicio y de obra que se


definen en el art. 1252 del C.C., del que se deriva que el primero conlleva una
obligación de medios, mientras que el segundo una de resultado.

Pizarro (2012) explica que recepta, de tal modo, con ligeros matices y variantes,
la distinción entre obligaciones de medios y de resultado, cuya importancia se
proyecta claramente para la determinación del factor de imputación de la
responsabilidad. También destaca que, tratándose de obligaciones de resultado,
en cualquiera de sus posibles manifestaciones (en virtud de las dos opciones
que consagra en art. 774), o sea de aquellas en las que el deudor “debe obtener
un resultado determinado, su responsabilidad es objetiva”21.

En síntesis, la diferencia entre ambos tipos de obligación de hacer radica en:

Tabla 2
Obligación de resultado Obligación de medios

El deudor se Resultado/ opus. Obrar diligentemente en


compromete a miras al resultado.

Incumplimiento No obtención del resultado. No realización de la


conducta diligente.

Responsabilidad Se presume ante Sólo si se prueba su culpa o


del deudor incumplimiento. dolo.

Factor de Objetivo. Sólo se libera con Subjetivo: culpa o dolo.


atribución prueba de la causa ajena.

Prueba Si el acreedor alega y prueba El acreedor debe probar la


la existencia de la obligación culpa o dolo del deudor en
y su incumplimiento. Se la no diligencia de su obrar.
presume la responsabilidad
del deudor.
Fuente: elaboración propia.

21
Art. 1723 - Ley Nº 26.994 (2014). Op. cit.
28
Clasificación de las obligaciones de hacer
1. Según importe o no la persona del deudor (art. 766):

a) Fungibles: el interés del acreedor se satisface con la realización de la


actividad, sin importar la persona del deudor. Ej.: mantenimiento de la vía
pública, pago de impuestos por administrador, acompañar prueba
documental al expediente. Existe posibilidad de cumplimiento por un
tercero para el cumplimiento de la obligación.

b) No fungibles: son las prestaciones intuitu personae, el interés del


acreedor sólo se satisface si el propio deudor realiza la prestación, por lo
que no hay posibilidad de cumplimiento por un tercero. Ej.: cirugía plástica
con el Dr. “X”, música para la fiesta de casamiento por el DJ “M”,
defensa en juicio por el abogado al que consulté y quien me asesoró en su
estudio. El carácter infungible puede ser expreso, por convenio de partes, o
presunto: surge de la naturaleza y/o circunstancias de la obligación.

2. Según el tipo de prestación:

a) De servicio: importa un compromiso de energía de trabajo física o moral,


independiente del resultado. Ej.: asesoramiento jurídico.

c) De obra: actividad orientada a un resultado sin el cual no se tiene


por cumplida la prestación. Ej.: confección de balances, realización
de escritura por contador.

3. Según el resultado esperado (estudiadas en el punto anterior):

a) De medios

b) De resultado

4. Según su duración:

a) Instantáneas: se consuman en un sólo momento, no hay tiempo entre el


comienzo del acto y su cumplimiento. Ej.: pago al abogado, certificación de
firma por escribano.

b) Permanentes: se prolongan a lo largo del tiempo, pues la prestación


requiere de cierto tiempo para su cumplimiento. Ej.: construcción de un
edificio, servicio de tarjeta de crédito, asesoramiento anual a empresa.

Cumplimiento específico: tiempo y modo de ejecución.


Sanciones por el mal cumplimiento de las obligaciones
del hacer

29
La obligación de hacer debe ser cumplida por el deudor en el tiempo, lugar y
modo acordado entre las partes o de acuerdo con la índole de la obligación, tal
como expresamente lo exigen los arts. 773 y 775 del Código.

Con respecto al tiempo, habrá que determinar si la obligación es a plazo, y en


su caso, de qué tipo se trata.

El modo de cumplimiento comprende todas las particularidades sustanciales y


circunstanciales de la ejecución de la prestación, que debe serlo de conformidad
al principio de buena fe, a lo convenido, a la intención de las partes, a los usos y
costumbres (Pizarro y Vallespinos, 2014).

El art. 775 señala que, si el obligado no cumple en el tiempo y modo previsto la


prestación, se tiene por incumplida, y le concede al acreedor la facultad de
exigir la destrucción de lo mal hecho, siempre con el límite de no incurrir en
abuso del derecho, principio general del Código receptado en el art. 10. En
consecuencia, para el ejercicio de este derecho debe tratarse de casos de
gravedad que lo justifiquen. Ej.: se contrató para construir una cochera, pero el
deudor realizó una habitación, cerrando las cuatro paredes, impidiendo el
ingreso del automotor, lo que justifica el derecho a exigir que derribe la pared.

Por otro lado, si la obligación emana de una relación de consumo, la Ley N˚


24.240 brinda principios que rigen el modo de cumplimiento:

a) Interpretación más favorable para el consumidor (art. 3 de la Ley y 1094


y 1095 del C.C.C.).

b) Obligación de seguridad en la prestación del servicio, de modo tal que


no presenten riesgos para la vida y salud del consumidor (art. 5).

c) La oferta es vinculante (art. 7).

d) Respeto a los términos de la negociación (art. 19).


e) Regulación especial de los servicios públicos domiciliarios (art. 25 y ss.).

Facultades del acreedor ante incumplimiento imputable


al deudor. Ejecución forzada: límite. La ejecución por otro.
Daños y perjuicios
Si el deudor no cumple con la prestación a su cargo, siempre que la conducta le
sea reprochable (de modo subjetivo u objetivo), el acreedor tiene derecho a
ejercer las opciones del art. 730, que específicamente reitera en las obligaciones
de hacer el art. 777, es decir:

a) Exigir el cumplimiento específico: si bien el código no reitera la previsión de


Vélez, debe mantenerse la limitación que establecía que, en esta facultad del
acreedor, no puede ejercer violencia sobre la persona del deudor. Lo dicho
encuentra fundamento en que el sujeto pasivo responde con su patrimonio y no
con su persona, tal como ya estudiamos, por lo que, el poder de agresión del
acreedor está enfocado a aquél y no puede obligar físicamente al deudor a
30
realizar la actividad o hecho comprometido contra su voluntad.

b) Hacerlo cumplir por terceros a costa del deudor: también surge del art. 776,
salvo la obligación fuere intuitu personae. El acreedor podrá hacer ejecutar la
prestación por otro, y luego reclamar al deudor el reembolso de los gastos que
hubiera efectuado. Pizarro y Vallespinos (2014) enseñan que se requieren tres
requisitos para ellos: a) mora del deudor (imputabilidad), b) interés del acreedor
(prestación fungible), c) autorización judicial que el acreedor debe obtener como
regla antes de efectivizar la realización de la prestación por el tercero, salvo
casos de urgencia. Si bien esta última exigencia no está prevista en el Código, se
recomienda a los fines de facilitar la obtención del reembolso, cuyo monto habrá
autorizado de antemano el juez.

c) Reclamar los daños y perjuicios: la doctrina (Colmo, 1920; Pizarro y


Vallespinos, 2014; Campagnucci de Caso, 2014, etc.) entiende que el reclamo es
subsidiario, luego de fracasada las opciones anteriores. Se rige por las reglas de
la responsabilidad civil. En este supuesto, para Pizarro y Vallespinos (2014), se
produce una modificación del objeto de la obligación, que pasa de ser una
prestación de hacer a una de dar una suma de dinero, pero no hay novación.

Pago por un tercero


Esta es una alternativa que se deriva del art. 776, que habilita la incorporación
de terceros a la obligación. En este supuesto, a diferencia del caso anterior del
inc. b, es el deudor o el propio tercero quien ofrece la satisfacción del interés
del acreedor por el tercero.

En consecuencia, si la prestación es fungible, el deudor podrá imponer al


acreedor ese pago por un tercero, pero si es intuitu personae, el acreedor
puede oponerse al pago por un tercero.

Incumplimiento no imputable al deudor


Ante incumplimiento de la obligación de hacer no imputable al deudor, la
obligación se extingue, tal como lo establece el art. 955, por imposibilidad de
cumplimiento. Ej.: caso fortuito o fuerza mayor; o en las obligaciones intuitu
personae, ante la muerte, enfermedad o incapacidad del deudor.

La obligación de escriturar. Régimen legal en Código Civil


y Comercial. Nociones
Una de las principales obligaciones de hacer surge –tiene por causa fuente– del
boleto de compraventa, previsto en los arts. 1170 y 1171 del Código. Se trata
del contrato consensual de compraventa por el cual las partes se comprometen
a realizar la escritura traslativa de dominio requerida para la transmisión del
derecho real de dominio sobre bienes inmuebles.

31
En este sentido, existen dos normas que consagran esta obligación: el art. 969 y
el 1018 del Código.

Obligaciones de no hacer
Definición. Clasificación
La obligación de no hacer se encuentra conceptualizada en el art. 778 del
Código como “aquella que tiene por objeto una abstención del deudor o tolerar
una actividad ajena”22. Ej.: no hacer competencia en un determinado espacio
geográfico, no hacer mejores suntuarias en un inmueble, no hacer ruidos
molestos, dejar pasar por mi terreno a quien tiene una servidumbre de paso a
su favor.

Las obligaciones de no hacer se clasifican según los siguientes parámetros:

1. Según su duración:

a) Instantáneas: o tracto único, pues se cumplen mediante un solo hecho.


Ej.: participar en un sorteo.

b) Duraderas o tracto continuado: el cumplimiento se proyecta en el


tiempo, sin interrupciones. Ej.: no hacer competencia por 2 años.

c) Periódicas: el cumplimiento se fracciona en el tiempo. Ej.: tolerar el paso


por mi terreno los fines de semana o en verano.

2. Según la entidad del hecho comprometido:

a) Abstención: el deudor no debe realizar determinados actos materiales,


que normalmente podría hacer de no existir la obligación. Ej.: no realizar
ruidos molestos pasadas las 22 horas por reglamento de copropiedad
del edificio.

b) De tolerancia: el deudor debe soportar que otro realice algo que hubiera
podido impedir. Ej.: servidumbre de paso.

3. Según su fuente:

a) Legal: surgen de la ley. Ej.: art. 2151 en el usufructo.

b) Convencional: emanan de la voluntad de las partes. Ej.: el deber de no


competencia impuesto a los socios de una sociedad.

Facultades del acreedor. Remisión


Las prerrogativas del acreedor surgen por aplicación de las reglas generales de
los arts. 730, y en particular de los arts. 774, 775 y 776 del Código, siempre que

22
Art. 778 - Ley Nº 26.994 (2014). Op. cit.
32
ello fuera posible.

En la ejecución forzada, se mantiene el límite de la no violencia sobre la persona


del deudor.

La ejecución por otro, en principio, no es posible, pues no resulta lógico que el


acreedor se beneficie de una abstención de un tercero en lugar del deudor
(Pizarro y Vallespinos, 2014).

Incumplimiento y mora en las obligaciones de no hacer

El incumplimiento de la obligación de no hacer imputable al deudor legitima al


acreedor a reclamar la destrucción física de lo hecho, y los daños y perjuicios
(art. 778 C.C.C.).

En ambos supuestos se aplican las reglas ya analizadas en las obligaciones de


hacer: la destrucción es limitada al no abuso del derecho y los daños y perjuicios
son subsidiarios y se rigen por las reglas de la responsabilidad civil.

Se debate si puede existir mora en las obligaciones de no hacer. Pizarro y


Vallespinos (2014) distinguen dos supuestos: si la prestación es inmediata,
habrá directamente incumplimiento; pero si es duradera o continua, puede
haber mora si el acreedor mantiene el interés en que el deudor cumpla la
obligación de no hacer.

Obligaciones alternativas
Ahora ingresamos al estudio de las obligaciones de objeto plural o compuesto,

las que se clasifican en:

1) Conjunto: llevan la conjunción “y”. Debo $ 1000 y una moto.

2) Disyunto: llevan la conjunción “o”. Debo $ 1.000 o una moto. A su vez, estas
obligaciones se subclasifican en:

a) Alternativas.

b) Facultativas.

Definición. Modalidades
El art. 779 del Código brinda la definición de la obligación alternativa, al
expresar que es aquella que tiene por objeto una prestación entre varias que
son independientes y distintas entre sí, pero el deudor está obligado a cumplir
una sola de ellas. Ej.: pagar $ 30.000 o brindar asesoramiento jurídico durante
un año.
33
Además, el art. 784 aclara que las opciones o contenido de cada prestación no
sólo pueden diferenciarse por la heterogeneidad, una de dar y otra de hacer,
sino que pueden hacer referencia a modalidades o circunstancias de
cumplimiento de la obligación (Campagnucci de Caso, 2014), al que se le aplican
iguales reglas. Ej.: pagar $ 30.000 en efectivo o en 12 cuotas con tarjeta de
crédito.

La alternatividad, que puede surgir de la ley o de la voluntad de las partes,


favorece a ambas partes pues el deudor puede liberarse con mayor facilidad al
tener opciones, y el acreedor tiene mayor seguridad respecto al cobro.

Pizarro y Vallespinos (2014) señalan que la importancia de estas obligaciones es


la función económica y social, pues:

1. Son instrumento para crear vínculos dejando un margen de libertad al


titular de la elección.

2. Tienen una función asegurativa, pues el acreedor tiene más posibilidades que
el deudor cumpla.

3. Muy utilizadas en la contratación moderna, entre empresas y entre estas y


consumidores.

4. Permiten crear negocios jurídicos cuando todavía hay resoluciones


pendientes.

Naturaleza Jurídica
Existen diversas teorías que justifican el vínculo jurídico en las obligaciones
alternativas.

Pizarro y Vallespinos (2014) explican que en las obligaciones alternativas se

trata de un vínculo único, disyunto, y que hay que distinguir dos momentos:

a) Nacimiento de la obligación: hay pluralidad de prestaciones


indeterminadas (todas integran el objeto hasta la elección). Pluralidad in
obligatione.

b) Cumplimiento de la obligación: hay unidad de prestación determinada.


Unidad in solutione.

Caracteres
Unidad de vínculo: es una obligación con una causa fuente.

Objeto plural in obligatione: son distintas las unas y las otras e independientes,
no subordinadas entre sí.

Cumplimiento: ejecución de una sola de las prestaciones.

Las prestaciones son independientes entre sí: ya sea por el objeto, ya sea por
las circunstancias de cumplimiento (modo, tiempo, lugar).
34
Elección: concreta el objeto una entre las prestaciones debidas in obligatione.

Determinación definitiva: esa es la prestación exigible y se descarta el resto.

La elección

La elección es la declaración unilateral recepticia, expresa o


tácita, emitida por quien está facultado para practicarla, por la
que se determina cuál de las prestaciones que integran
alternativamente el objeto habrá de ser cumplida, y al mismo
tiempo, se descartan las que queden al margen de dicha elección.
(Pizarro y Vallespinos, 2014, p. 385).

Con respecto a la persona quien tiene a su cargo la elección, el art. 780 brinda
algunas reglas:

- En principio, es el deudor quien tiene la facultad de elegir la prestación con la


que cumplirá la obligación, sobre la base del principio del favor debitoris.
Excepción: pacto en contrario a favor del acreedor o un tercero.

- La opción que corresponde a varias personas: exige la unanimidad de todas.

- Mora en la elección: la falta de elección en tiempo oportuno (antes del


pago) produce que luego de la intimación y constitución en mora, la facultad
de elegir pasa a la contraparte. Si debía elegir un tercero, pasa al deudor.

- En las obligaciones periódicas: en cada período renace el derecho de


elegir.

Los principales efectos de la elección se prevén en el mismo art. 780 del Código
que establece:
1) “La elección es irrevocable desde que se la comunica a la contraparte, o
desde que el deudor ejecuta alguna de las prestaciones, aunque sea
parcialmente”23.

2) Realizada la elección, “la prestación escogida se considera única desde


su origen, y se aplican las reglas de las obligaciones de dar, hacer o no hacer
según corresponda”24. Esto impone que la elección produce efectos
retroactivos al día del nacimiento de la obligación por expresa manda legal
(Campagnucci de Caso, 2014).

Imposibilidad de cumplimiento
Desde el nacimiento de la obligación y hasta la elección, pueden ocurrir diversos

23
Art. 780 - Ley Nº 26.994 (2014). Op. cit.
24
Art. 780 - Ley Nº 26.994 (2014). Op. cit.
35
hechos –sobrevenidos– que determinen la imposibilidad de cumplimiento de
una o más de las prestaciones originariamente previstas, o su deterioro, lo que
es analizado en la teoría de los riesgos, que el Código regula detalladamente en
los arts. 781 y 782.

El art. 783 aclara que la facultad de elegir del deudor y del acreedor también
puede ser ejercida por un tercero a favor de aquellos, sobre la base del principio
de la autonomía de la voluntad.

A tal fin, las obligaciones alternativas se clasifican en regulares, cuando es el


deudor el que realiza la elección; y en irregulares, cuando lo hace el acreedor, y
siguiendo a Campagnucci de Caso (2014) las consecuencias en cada caso son
cuando existan dos prestaciones como opciones:

Alternativas regulares (art. 781):

1. Imposibilidad de una de las prestaciones:

a) Por caso fortuito o responsabilidad del deudor: principio de


concentración, debe la otra que queda.

b) Por responsabilidad del acreedor: el deudor puede elegir cumplir


señalando la ya extinta, o con la otra que queda, y reclamar los daños que
le causa si es de “mayor onerosidad”.

2. Imposibilidad de ambas prestaciones, de modo sucesivo:

a) Por responsabilidad del deudor o caso fortuito o fuerza mayor:


concentración en la última.

b) Por responsabilidad del acreedor en alguna de ellas: el deudor elige con


cuál queda liberado.

3. Imposibilidad de ambas de modo simultáneo:

a) Por responsabilidad del deudor: se libera entregando el valor de


cualquier de ellas.

b) Por responsabilidad del acreedor: el deudor tiene derecho a dar por


cumplida la obligación con una y reclamar los daños y perjuicios
emergentes de la mayor onerosidad que le ocasione el pago realizado con
relación a la que resultó imposible.

4. Imposibilidad de ambas por caso fortuito o fuerza mayor: la obligación se


extingue.

Alternativas irregulares (art. 782)

1. Imposibilidad de una de las prestaciones:

a) Por responsabilidad del acreedor: concentración en la segunda.

b) Por responsabilidad del deudor: el acreedor puede optar por reclamar la


que quedó o el valor de la que se hizo imposible.
36
2. Imposibilidad de ambas, de modo sucesivo:

a) Sin responsabilidad del deudor: concentración y debe cumplir con la


última.

b) Con responsabilidad del deudor por la imposibilidad de la primera


prestación: el acreedor puede reclamar el valor de cualquiera de las
prestaciones.

3. Imposibilidad de ambas, de modo simultáneo:

a) Responsabilidad del acreedor: este elige con cuál define el cumplimiento,


pero debe indemnizar al deudor los perjuicios que le cause por la mayor
onerosidad de la otra.

b) Responsabilidad del deudor: el acreedor elige ya no la prestación


específica sino su valor. También puede exigir daños y perjuicios.

4. Imposibilidad de ambas por caso fortuito o fuerza mayor: se extingue la


obligación.

Obligaciones de género limitado. Definición. Reglas


aplicables
Las obligaciones de género limitado son aquellas en las cuales la posibilidad de
elección de los individuos que integran una misma especie se circunscribe a un
determinado ámbito o a un número reducido de cosas (Pizarro y Vallespinos,
2014). Ej.: entregar dos automotores de los expuestos en la concesionaria, el
género está limitado por los que posee el concesionario, entre los cuales deberá
elegir y entregar dos unidades.

Para Pizarro y Vallespinos (2014), estas obligaciones no son de género, pues lo

genérico debe ser siempre una categoría ideal con aptitud de comprender un
número ilimitado de casos particulares, sino que se tratan de obligaciones
alternativas, pues hay indeterminación de la cosa dentro de un grupo de cosas
determinadas.

El art. 785 del Código las define como “las obligaciones en las que el deudor
debe entregar una cosa incierta pero comprendida dentro de un número de
cosas ciertas de la misma especie”25. Además, dispone que se les aplican las
mismas reglas de las obligaciones alternativas.

25
Art. 785 - Ley Nº 26.994 (2014). Op. cit.
37
Obligaciones facultativas
Definición. Diferencia con las obligaciones alternativas:
regla en caso de duda

La obligación facultativa tiene por objeto una sola prestación, pero permite al
deudor facultativamente sustituirla por otra distinta (Pizarro y Vallespinos,
2014). Es decir que hay dos prestaciones: una principal, que es la que puede
exigir el acreedor, y una accesoria, con la que puede –si quiere– cumplir el
deudor. Ej.: Te donaré $ 500.000 o la casa de campo de mis abuelos.

El objeto de la prestación en facultad de pago puede ser una de dar, hacer o no


hacer, y, además, el art. 789 expresamente autoriza a que la opción recaiga
respecto de modalidades o circunstancias de la obligación principal.

En cuanto a la naturaleza jurídica de estas obligaciones, Pizarro y Vallespinos


(2014) señalan que son de objeto único: la prestación principal adeudada. Pero,
distinguen dos momentos: al nacimiento hay unidad de prestaciones in
obligatione, mientras que al cumplimiento hay pluralidad in solutione.

Los caracteres de estas obligaciones son:

Unidad de objeto, vínculo, causa y sujetos.

Sólo el deudor puede sustituir la prestación por otra, el acreedor no tiene


facultad de exigir sino sólo la principal.

La prestación debida y la accesoria no están en el mismo plano, se rigen por


las reglas de las principales y accesorias.

Resulta relevante distinguir este tipo de obligaciones con las alternativas


estudiadas anteriormente, a cuyo fin se presenta el siguiente cuadro
comparativo:

38
Tabla 3
Alternativas Facultativas
Objeto Pluralidad in obligatione, Prestación única, pluralidad
unidad in solutione. in facultate solution.
Plano de las Igualdad. Disparidad: principal-
prestaciones accesoria.

Naturaleza Según la prestación elegida. Según la prestación


jurídica de la principal.
obligación

Facultad de Deudor, acreedor o tercero. Sólo al deudor.


elección

Nulidad de una No afecta la otra. De la principal acarrea toda


la obligación.

Derecho del Sólo puede exigir el Sólo puede exigir la


acreedor cumplimiento de alguna de prestación
las previstas en el objeto. principal.

Extinción Si todas las prestaciones Por imposibilidad de pago


perecen. de la principal, no
imputable al deudor, aun
cuando pueda cumplir la
accesoria

Fuente: elaboración propia.

El Código Único incorporó una norma expresa que resuelve el problema ante
duda respecto de si la obligación es alternativa o facultativa, haciendo
prevalecer la primera en el art. 788.

La opción: titular del derecho. Tiempo de efectuarla


Tal como se señaló, en las obligaciones facultativas sólo el deudor tiene el
derecho a elegir si sustituye la prestación principal por la accesoria. De acuerdo
con el art. 786 del Código, este derecho puede ejercerlo al tiempo del pago.
Según Campagnucci de Caso (2014), el fundamento de dicha solución se
encuentra en la protección del acreedor, ante la eventualidad que trae una
elección previa por la accesoria y su extinción ante caso fortuito.

Efectos de las obligaciones facultativas


El art. 787 del Código manda que la “obligación facultativa se extingue si la
prestación principal resulta imposible, sin perjuicio de la responsabilidad que

39
pueda corresponder”26.

En este sentido, cabe recordar que la obligación tiene una única prestación
exigible por el acreedor: la principal, por ello su imposibilidad de cumplimiento
extingue la relación jurídica.

De cualquier modo, habrá que analizar si existió o no responsabilidad del


deudor respecto del incumplimiento, y en caso afirmativo, este deberá
responder por los daños y perjuicios causados.

Campagnucci de Caso (2014) aclara que, en caso de incumplimiento


imputable al deudor, el acreedor mantiene las facultades de exigir el
cumplimiento por un tercero, un bien que subrogue lo prometido, o los daños y
perjuicios.

26
Art. 787 - Ley Nº 26.994 (2014). Op. cit.
40
Clasificación de las obligaciones
con relación al objeto.
Obligaciones divisibles e
indivisibles, obligaciones de
medios y de resultado
Obligaciones divisibles
Definición. El criterio de divisibilidad
Ahora estudiaremos la clasificación de las obligaciones según la aptitud del
objeto para ser fraccionado (faz estática) y la manera en que la obligación debe
ser cumplida (faz dinámica), que importa la distinción entre obligaciones
divisibles e indivisibles, receptadas en el Código en los arts. 805 a 824.

El Código, tal como lo hacía el de Vélez, reglamenta la divisibilidad e


indivisibilidad con relación a las obligaciones (art. 805 y ss.) y con relación a las
cosas materiales (art. 228), lo que impone realizar una aclaración al respecto.

La divisibilidad de las cosas materiales está reglada en el art. 228:

Son cosas divisibles las que pueden ser divididas en porciones


reales sin ser destruidas, cada una de las cuales forma un todo
homogéneo y análogo tanto a las otras partes como a la cosa
misma.

Las cosas no pueden ser divididas si su fraccionamiento convierte


en antieconómico su uso y aprovechamiento. En materia de
inmuebles, la reglamentación del fraccionamiento parcelario
corresponde a las autoridades locales27.

Este criterio es uno de los que se tienen en cuenta para determinar si una
obligación es o no divisible, pero no el único, tal como analizaremos (art. 806).

La terminología adecuada, conforme Busso (1951), no es “obligaciones divisibles


e indivisibles”, sino que lo exacto hubiera sido referirse a obligaciones “de
prestación divisible o indivisible”, que comprende ambas fases: estática y
dinámica.

También hay que distinguir la divisibilidad con la división. La divisibilidad es la

27
Art. 228 - Ley Nº 26.994 (2014). Op. cit.
41
simple aptitud de la prestación de ser dividido, mientras que la división importa
ya el fraccionamiento.

El art. 805 del Código define a la obligación divisible como “la que tiene por
objeto prestaciones susceptibles de cumplimiento parcial”28.

Esta conceptualización debe ser relacionada con el art. 806, que establece los
requisitos de las obligaciones divisibles, y con el 807, que impone que las
obligaciones de sujetos singulares (un acreedor y un deudor) son siempre
indivisibles.

Desde ya, cabe adelantar que el criterio que sigue el Código para determinar la
divisibilidad o indivisibilidad se proyecta sobre la base de dos parámetros
(Pizarro y Vallespinos, 1999):

El objeto de la prestación: su aptitud para ser fraccionado, si admite o no


cumplimiento parcial

Los sujetos: para que sea divisible se requiere pluralidad, de lo contrario, la


obligación será siempre indivisible (art. 807), pues el acreedor no está obligado
a recibir pagos parciales (art. 869), aun cuando la prestación sea divisible.

En síntesis, siguiendo a los autores citados, y de acuerdo con las normas


del Código, hay que distinguir obligaciones:

Divisibles: depende exclusivamente de la naturaleza de la prestación, y su


aptitud para ser fraccionada materialmente, pues no hay otra divisibilidad
que la natural, y se descarta la ideal o intelectual (art. 805 y 806). Ej.: entregar
100 Códigos Civil y Comercial de la Nación, pagar $ 10.000, trabajar 6 horas
diarias en la programación de un software.

Indivisibles: puede surgir de la naturaleza de la prestación o de la voluntad de


las partes o la ley, que pueden determinar que una prestación que
naturalmente es fraccionable por convenio o ley no lo sea (art. 813 y 814). Ej.:
entregar un perro Beagle recién nacido o un horno eléctrico marca “Z”, pagar
$ 10.000 en efectivo en una cuota, cantar en un show internacional, prestar
servicio de catering para un evento, no hacer competencia desleal.

Requisitos de la divisibilidad
Los requisitos que deben concurrir para que exista una obligación divisible son
sintetizados en el art. 806 del Código:

1. Ser materialmente fraccionable: que cada una de sus partes tenga la


misma calidad del todo. Es la aptitud física o material de la cosa o del hecho
para ser dividido.

2. Inalterabilidad económica: que el fraccionamiento no altere el valor de la


cosa, ni haga antieconómico su uso y goce.

28
Art. 805 - Ley Nº 26.994 (2014). Op. cit.
42
Pizarro y Vallespinos (2014) agregan otros requisitos que, si bien no fueron
expresamente consagrados en el Código, merecen atención para facilitar la
comprensión de la identificación de este tipo de obligaciones, a saber:

Homogeneidad: que cada parte sea homogénea a otra, tenga la misma calidad,
que puedan juntarse y volver a formarla.

Inalterabilidad del objeto: que el fraccionamiento no transforme a cada parte


en una cosa distinta a la debida.

Utilidad: que la división sea útil social o familiarmente.

Por otro lado, la ley exige que en la obligación haya pluralidad de sujetos, pues
si hay sólo un acreedor y un deudor la obligación es indivisible (art. 807).

La divisibilidad e indivisibilidad en las obligaciones de dar,


hacer, no hacer, alternativas y facultativas
El Código se ocupa de clasificar obligaciones en divisibles e indivisibles según la
naturaleza de la prestación adeudada en el art. 815, cuadro que es completado
por la doctrina.

Obligaciones de dar cosa cierta: es por regla indivisible, salvo pacto en


contrario. Ej.: entregar un automotor, un electrodoméstico.

Obligación de dar sumas de dinero: la regla en este caso es la divisibilidad,


pues el dinero es fungible y divisible. Ej.: se puede fraccionar los cien pesos en
diez pagos de diez.

Obligaciones de valor: son por regla divisibles. Ej.: indemnización de daños y


perjuicios se termina pagando en dinero, y en consecuencia se aplica el caso
anterior.

Obligaciones de género: por regla son indivisibles. Serán divisibles cuando el


número de cosas que se deben entregar sea igual o múltiplo exacto al número
de acreedores y deudores. Ej.: dos deudores deben dar 100 kilos de cemento a
cuatro acreedores.

Obligaciones de hacer: son por regla indivisibles, salvo las convenidas por
unidad de medidas, como puede ser por días o metros cuadrados.

Obligaciones de no hacer: por regla son indivisibles. Hay que distinguir el tipo
de obligación de no hacer, y tener presente el interés del acreedor. En principio,
no se acepta un no hacer parcial o a medias, por lo que son indivisibles, salvo
que al acreedor igualmente le interese que a pesar del incumplimiento le
sirva que siga cumpliendo.

Obligaciones alternativas: según la prestación elegida.

Obligaciones facultativas: según la prestación principal.


43
Obligaciones accesorias: es indivisible si así lo es la principal.

Efectos de la divisibilidad en las relaciones entre


acreedores y deudores. El principio de división. Límite
En las obligaciones divisibles rige el principio del fraccionamiento o de división,
en virtud del cual se fracciona en tantos créditos o deudas iguales, como
acreedores y deudores haya (art. 808 del Código).

La excepción a la regla es el acuerdo de partes en sentido contrario, autorizado


por el principio de la autonomía de la voluntad de las partes. Esto significa que
las partes pueden, de común acuerdo, establecer cuotas partes no iguales.

El art. 809 prevé el caso del codeudor que se hace cargo de pagar la totalidad
de la deuda, y aclara que no puede invocar la divisibilidad, en consecuencia, se
trata de una excepción al fraccionamiento del pago.

En relación con la exigibilidad, cada una de las partes equivale a una prestación
diversa e independiente, y cada acreedor sólo tiene derecho a exigir y cobrar la
parte que le corresponde en el crédito, y recíprocamente, cada deudor sólo
debe cumplir con la parte que le toca (art. 808).

Como consecuencia del principio de división, las vicisitudes que puedan afectar
a una de las relaciones en principio no afecta a las demás, no hay efecto
expansivo sino personal (Pizarro y Vallespinos, 2014) lo que se proyecta en las
siguientes cuestiones:

- La extinción de cualquiera de las relaciones no produce efecto con respecto


a las demás.

- La insolvencia de un codeudor debe ser soportada por el acreedor, quien no


puede reclamar más a los codeudores por la parte del insolvente.

- La interrupción y suspensión de la prescripción.

- Cosa juzgada. Culpa y dolo. - Cláusula penal.

Efectos de la divisibilidad en las relaciones internas


El primer supuesto que cabe analizar es el pago en exceso. Si uno de los
deudores paga más de lo que le corresponde, tendrá derecho al reintegro, pero
tal como lo hace el art. 810, habrá que distinguir según el caso las reglas
aplicables a tal fin:

a) Si lo hace sabiendo que paga una deuda ajena: reglas de la subrogación por
cumplimiento por un tercero (arts. 914 y ss. del Código).

b) Si lo hace creyendo ser deudor del todo, paga sin causa, entonces se rige
por las reglas del pago indebido (arts. 1796 y ss.).

44
Por su parte, el art. 811 del Código dispone que, si uno de los acreedores recibe
más de lo que le correspondía, se determina según las reglas del art. 841, es
decir, de acuerdo con las reglas de la solidaridad. La norma aludida señala que
la cuota se determina según la autonomía privada, según la fuente y finalidad
de la obligación, según las relaciones de los interesados entre sí, o según demás
circunstancias, si de todo ello no fuera posible determinarlo, entonces será en
partes iguales.

Finalmente, el Código prevé en el art. 812 un supuesto particular, cuando la


obligación divisible es además solidaria, en cuyo caso manda a aplicar
directamente las reglas de las obligaciones solidarias, pasiva o activa, según el
caso.

Obligaciones indivisibles
Definición. Indivisibilidad material e ideal
La obligación es indivisible cuando no es susceptible de cumplimiento parcial,
sino que sólo puede ser cumplida por entero (art. 813 del Código).

Negri (2014) explica que el criterio no radica solamente en el objeto (el bien
debido) sino también en la posibilidad de cumplimiento parcial o no de la
prestación (contenido de la prestación).

Casos de indivisibilidad: de acuerdo con el criterio para definirla, el art. 814


dispone las siguientes opciones:

Material: objetiva u ontológica, responde a un criterio fáctico; si la prestación


no puede ser materialmente dividida, según su naturaleza. Ej.: redacción de
un contrato de locación, la entrega de una cámara de fotos.

Ideal: intencional o voluntaria, prescinde de la naturaleza de la prestación, es


determinada por la voluntad de las partes. Ej.: entrega de $ 2.000 en un solo
pago, dar 10 notebooks el 1 de agosto de 2020.

Legal: surge de una disposición expresa de la ley que determina que una
obligación es indivisible, independientemente de que la prestación pueda ser
divisible o no. Ej.: entrega de una cosa cierta (art. 815).

Efectos en la indivisibilidad en las relaciones entre


acreedores y deudores
En las obligaciones indivisibles se establece un comportamiento colectivo de
cada uno de los polos de la obligación, que impone la vigencia del principio de
propagación o concentración de efectos.

45
Pizarro y Vallespinos (2014) señalan que la propagación de efectos es el
principio en virtud del cual ciertos hechos ocurridos entre un coacreedor y un
codeudor proyectan sus consecuencias a los restantes, como consecuencia del
carácter compacto y no divisible de la prestación. Los autores aclaran que, en
cambio, no propagan los efectos los hechos independientes de la prestación
ocurridos entre el coacreedor y el codeudor, que solo producen efectos
personales.

Los arts. 816 y 817 del Código disponen que cualquiera de los acreedores tiene
derecho a exigir la totalidad del pago a cualquiera de los codeudores o a todos,
simultánea o sucesivamente, y recíprocamente, cada uno de los codeudores
tiene derecho a pagar la totalidad de la deuda a cualquiera de los coacreedores.

De igual modo, la prescripción extintiva cumplida propaga sus efectos y puede


ser invocada por cualquiera de los deudores contra cualquiera de los acreedores
(art. 822 del Código).

Con respecto a otros modos extintivos que no hagan al pago propiamente


dicho, el art. 818 exige la unanimidad de los acreedores para extinguir el crédito
por transacción, novación, dación en pago, remisión y cesión de crédito, no así
la compensación.

El fundamento de dicha exigencia se encuentra, conforme Negri (2014), en que


los coacreedores no son individualmente dueños del crédito; en consecuencia,
si uno hubiera perfeccionado alguno de estos modos extintivos, los demás
conservan su derecho para reclamar el pago íntegro del crédito, siendo
inoponible el acto al acreedor que no prestó su consentimiento.

Por el contrario, con respecto a la responsabilidad de los codeudores, rige el


principio de la personalidad en la mora, culpa y dolo, es decir, no se produce la
propagación de efectos (art. 819 del Código).

Efectos de la indivisibilidad en las relaciones internas


Los efectos internos en cada uno de los polos de la obligación indivisible se rige
por las reglas de los arts. 820 y 821, que consagran los principios de
contribución y de participación, recíprocamente.

En primer lugar, si uno de los deudores paga la totalidad de la deuda, o repara


la totalidad de los daños, o realiza gastos en interés común, tiene derecho a
reclamar a los demás la contribución del valor de lo que invirtió a favor de
todos, de conformidad a las reglas de las obligaciones solidarias, art. 841, a los
fines de definir la cuota de cada uno.

En segundo lugar, si uno de los acreedores recibe la totalidad del crédito, o de


la reparación de los daños, o más que su cuota, los demás tienen derecho a
que les pague el valor de lo que le corresponde a cada uno, con igual criterio del
art. 841.

46
Régimen jurídico aplicable subsidiariamente
Dada la estrecha relación entre los efectos de las obligaciones indivisibles y las
solidarias que estudiaremos más adelante, el art. 823 del Código expresamente
dispone que las normas de las obligaciones solidarias son subsidiariamente
aplicables a las indivisibles.

El fundamento de la remisión se justifica en la necesidad de no reiterar reglas


que son aplicables a ambos tipos de obligaciones, lo que justifica su estudio en
conjunto a fin de comprender adecuadamente los efectos de ambos tipos de
obligaciones, distinguiendo las diferencias entre cada una de ellas.

Las obligaciones indivisibles impropias. Definición.


Régimen jurídico. Efectos
Las obligaciones indivisibles impropias son aquellas “cuyo cumplimiento sólo
puede ser exigido por todos los acreedores en conjunto, o realizado por todos
los deudores en conjunto”29, de conformidad al art. 824 del Código Civil.

La norma prevé que excepcionalmente se puede otorgar a cada uno el derecho


de cobrar o pagar individualmente.

El típico ejemplo es la obligación de escriturar, que pesa sobre varios


condóminos de un inmueble. La venta traslativa de dominio no puede ser
otorgada, sino por todos los dueños del inmueble, ya que uno solo no puede
traspasar el dominio de la cosa en común. También puede mencionarse la
obligación del equipo médico ante una cirugía, o la de la banda musical en un
recital.

El efecto de estas obligaciones es que tanto los deudores como los acreedores
deben actuar de manera conjunta, los primeros para cumplir con la prestación,
y los segundos para recibir el crédito.

29
Art. 824 - Ley Nº 26.994 (2014). Op. cit.
47
Referencias
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