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LOS JUECES DEL PUEBLO DE ISRAEL Sansón Juez de Israel

Después de vencer a los filisteos, la


Los Jueces sed se apoderó de Sansón por lo que
clamó al Señor: “Tu eres el que ha
El pueblo de Israel fue acercándose lentamente hacia la tierra salvado y concedido siervo tan gran
prometida Canáan.. Se sabe que algunas tribus de Israel entraron en victoria; pero he aquí que me muero
Canaán guiados por Josué, el sucesor de Moisés. de sed...”. Al oírlo, Dios hizo brotar
Por otra parte, por influencia de la diversidad de dioses que tenían los agua de la quijada del asno, con lo
cananeos, los israelitas cayeron muchas veces en la infidelidad a Dios. que el campeón bebió hasta saciarse.
Y fue así que gobernó Israel por
Los jueces espacio de veinte años

Las tribus israelitas, situadas ya en Canaán, disfrutaban de autonomía,


pero se reunían para celebrar ciertas fiestas religiosas y para
defenderse de sus enemigos. Débora juez de Israel
En este momento surge la figura de los jueces. Estos eran líderes que se
pusieron al frente de las tribus y dirigieron las luchas comunes. A En aquel tiempo, Débora, una profetisa,
través de ellos, los israelitas sintieron de nuevo la presencia de Dios mujer de Lappidot, era juez en Israel. Se
que les ayudaba y les salvaba. sentaba bajo la palmera de Débora, entre
Ramá y Betel, en la montaña de Efraím; y
Los jueces más conocidos fueron: los israelitas subían donde ella en busca
de justicia
1º Otoniel,
2º Aod, Samuel
3ºSamgar,
4ª Débora, Entonces los hijos de Israel quitaron a los
5º Gedeón, baales y a Astarot, y sirvieron sólo a Dios .Y
6º Abimelec, Samuel dijo: Reúnan a todo Israel en Mizpa,
7º Tola, y yo oraré por vosotros a Dios. Y juzgó
8º Jair, Samuel a Israel todo el tiempo que vivió.
9º Jefté, Después volvía a Ramá, porque allí estaba
10º Ibzán, su casa, y allí juzgaba a Israel; y edificó allí
11º Elón, un altar a Jehová.
12º Abdón,
13º Sansón.
Algunas personas piensan que Dios sólo llama a los adultos. Es por eso que
me gusta la historia de Samuel. Samuel era un jovencito cuando Dios lo
LA HISTORIA DE SAMUEL llamó. Dios sabe tu nombre tal como sabía el nombre de Samuel. Dios, aún
ahora llama a niños y niñas diciendo: "Ven, sígueme". Así que escucha la
llamada de Dios y contéstale tal como lo hizo Samuel: "Aquí estoy".
Una de mis historias favoritas
de la Biblia es la historia de un
niño llamado Samuel. Puede
ser que te acuerdes que la
mamá de Samuel era una
mujer llamada Ana. Ella
deseaba, más que nada, un
hijo, así que oraba y le pedía a
Dios que le diera uno. Ana le
prometió a Dios que si le daba
un hijo, ella se lo daría al
Señor para que le sirviera todos los días de su vida. Dios le dio a Ana el hijo
que pidió y ella cumplió la promesa hecha a Dios. Cuando el niño fue
suficiente grande, ella lo llevó al templo y se lo presentó a Elí el sacerdote.
Así que Samuel sirvió en el templo bajo el cuidado de Elí.

Una noche Samuel estaba durmiendo cuando escuchó que alguien lo


llamaba. Se levantó y corrió a donde Elí. "Aquí estoy; me llamaste" le dijo a
Elí.

"No te llamé" dijo Elí, "regresa a la cama". Samuel fue a acostarse.

Nuevamente el Señor llamó: "¡Samuel!" Samuel saltó de la cama y fue donde


Elí.

"Aquí estoy; me llamaste".

"No te llamé, regresa a la cama", le dijo Elí por segunda vez.

Por tercera vez Dios llamó a Samuel y éste se levantó y fue a Elí. "Aquí
estoy; me llamaste", dijo.

Al fin Elí se percató que era Dios quien estaba llamando a Samuel. Le dijo a
Samuel: "Regresa y acuéstate y si te llama otra vez dile: 'Habla Señor, que tu
siervo escucha' ".

Samuel se acostó y nuevamente escuchó la voz de Dios llamándole:


"¡Samuel! ¡Samuel!" Esta vez Samuel contestó como Elí le había dicho,
"Habla Señor, que tu siervo escucha".
El inicio de la Monarquía

La historia del Reino de Israel comienza en tiempos de Saúl y David. Hacia el año
1030 a.C. En aquella época, la relación de Israel con Mesopotamia y Egipto era
tensa y hostil, lo que provoca la necesidad de crear un reino unido. Para ellos se
necesitaba la presencia de un rey que fortaleciera la organización del pueblo. El
primero de estos reyes fue Saúl, ungido por Samuel, el último de los jueces. El
sucesor de Saúl fue David. ( 1 Sm 16, 10-13).

David se convirtió en el rey de las tribus del Reino del Sur. Luego poco a poco, se
unieron en trono a él también las del Reino del Norte. Así nació Israel como reino,
reconocido por todos los países e imperios del entorno.

Muerto David, le sucedió su hijo Salomón. El reinado de Salomón marcó una


etapa de gran florecimiento cultural y político. Durante su reinado, Salomón hizo
construir el Templo de Jerusalén y organizó con sabiduría la corte.

División del Reino: el cisma.

El Reino construido por Saúl y David sólo permaneció unido 70 años. Las
injusticias cometidas al final del reinado de Salomón y el mal gobierno de su hijo
Roboán provocaron el descontento del pueblo, lo que ocasionó una división. Esta
división se conoce con el nombre de cisma. Que significa ruptura.

A raíz del cisma, se crearon dos reinos: el Reino del Norte, cuya capital fue
Samaría, y el Reino del sur, con capital en Jerusalén.

Reino del Sur

El Reino del Sur estaba constituido por dos tribus. Sus reyes eran descendientes
del rey David. Por lo tanto, se les consideraba como los transmisores de la Alianza
y los descendientes del pueblo de la promesa.
Su capital era Jerusalén. Esta ciudad, y sobre todo el Templo, se convirtió en el
centro espiritual de toda la nación judía.
El Reino del Sur estableció alianzas políticas con otros para librarse de las
potencias que le amenazaban. Esta política les llevó al desastre, en esta
situación, Dios se hace presente a través de los profetas, que animaban al pueblo
a mantener viva la fe en Dios. Algunos de los profetas fueron: Jeremías, Isaías,
Sofonías y Ezequiel.

Reino del Norte

Estaba formado por diez tribus, mandadas por Jeroboán. Era el reino más
poderoso, pero también el más dividido. La primera capital fue Tirsa, pero con el
tiempo fu sustituida por Samaría. En este Reino predicaron los profetas: Elías,
Eliseo, Amós y Oseas. Estos profetas ayudaron al pueblo a mantener la fe y la
esperanza, a la vez que les animaban a la conversión.

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