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Por tercera vez Dios llamó a Samuel y éste se levantó y fue a Elí. "Aquí
estoy; me llamaste", dijo.
Al fin Elí se percató que era Dios quien estaba llamando a Samuel. Le dijo a
Samuel: "Regresa y acuéstate y si te llama otra vez dile: 'Habla Señor, que tu
siervo escucha' ".
La historia del Reino de Israel comienza en tiempos de Saúl y David. Hacia el año
1030 a.C. En aquella época, la relación de Israel con Mesopotamia y Egipto era
tensa y hostil, lo que provoca la necesidad de crear un reino unido. Para ellos se
necesitaba la presencia de un rey que fortaleciera la organización del pueblo. El
primero de estos reyes fue Saúl, ungido por Samuel, el último de los jueces. El
sucesor de Saúl fue David. ( 1 Sm 16, 10-13).
David se convirtió en el rey de las tribus del Reino del Sur. Luego poco a poco, se
unieron en trono a él también las del Reino del Norte. Así nació Israel como reino,
reconocido por todos los países e imperios del entorno.
El Reino construido por Saúl y David sólo permaneció unido 70 años. Las
injusticias cometidas al final del reinado de Salomón y el mal gobierno de su hijo
Roboán provocaron el descontento del pueblo, lo que ocasionó una división. Esta
división se conoce con el nombre de cisma. Que significa ruptura.
A raíz del cisma, se crearon dos reinos: el Reino del Norte, cuya capital fue
Samaría, y el Reino del sur, con capital en Jerusalén.
El Reino del Sur estaba constituido por dos tribus. Sus reyes eran descendientes
del rey David. Por lo tanto, se les consideraba como los transmisores de la Alianza
y los descendientes del pueblo de la promesa.
Su capital era Jerusalén. Esta ciudad, y sobre todo el Templo, se convirtió en el
centro espiritual de toda la nación judía.
El Reino del Sur estableció alianzas políticas con otros para librarse de las
potencias que le amenazaban. Esta política les llevó al desastre, en esta
situación, Dios se hace presente a través de los profetas, que animaban al pueblo
a mantener viva la fe en Dios. Algunos de los profetas fueron: Jeremías, Isaías,
Sofonías y Ezequiel.
Estaba formado por diez tribus, mandadas por Jeroboán. Era el reino más
poderoso, pero también el más dividido. La primera capital fue Tirsa, pero con el
tiempo fu sustituida por Samaría. En este Reino predicaron los profetas: Elías,
Eliseo, Amós y Oseas. Estos profetas ayudaron al pueblo a mantener la fe y la
esperanza, a la vez que les animaban a la conversión.