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Divinos

señores de
El Tajín

Foto: Raúl Rocha


El surgimiento
de los primeros Los primeros núcleos urba- pos, mucho más antiguos y concurrentes con los ini- te significativa de la población vivía en la ciudad, el
nos de la región se estable- cios de nuestra era. Para entonces, se estarían resto lo hacía en el campo –en territorio bajo con-
estados en cieron en lo alto de las coli-
nas, lugar donde adquirieron
formando en los bosques tropicales del norte de Ve- trol del Estado–, ya sea en asentamientos dispersos
sustento material las mani- racruz los primeros estados de la región (defino aquí o en poblados relativamente nucleados. La pobla-
la llanura costera festaciones simbólicas del
Estado. En el centro de la
el Estado como el control sobre la población y el te-
rritorio ejercido desde un centro a través de apara-
ción urbana involucraba un mayor grado de especia-
lización en funciones y una división del trabajo mu-
fotografía está la elevación tos especializados de poder –Maisels, 2010, p. 3). Si- cho más marcada. Era en la ciudad donde residían
del Golfo de México que sirvió para el estableci-
miento de las más antiguas
tios como Morgadal Grande, Vista Hermosa, Cerro los estratos privilegiados de la sociedad, los gober-
plazas y edificios de La Grande, La Concha, Corralillos y el propio Tajín, nantes, y donde tomaron forma los mercados para
Arturo Pascual Soto Concha. ubicados en las cuencas de los ríos Tecolutla y Ca- satisfacer los requerimientos diarios de una pobla-
zones, pronto se convirtieron en los centros de gobier- ción que no participaba directamente en la produc-
no de las más tempranas organizaciones sociopolíti- ción de alimentos (Hansen, 2000, p. 19).
cas de carácter estatal. Todos ellos habrían de surgir Estas prístinas ciudades habrían de ejercer tal
Una época todavía desconocida enmarcados por territorios bien definidos y sobre atracción sobre el territorio que no sería imposible
de la antigua civilización de El Ta- las bases de una sociedad altamente estratificada. El suponer que la ganancia real de habitantes que ex-
centro de gobierno –el Estado en sí mismo (Yofee, 2005, perimentaban se debiera mayormente a su inédita
jín es la de sus orígenes. Tras va- p. 17)– se encontraba constituido por la ciudad –al- prosperidad comercial, y que fuera esta nueva con-
rios años de investigaciones ar- tamente institucionalizada y centralizada– y el terri- dición la que favoreciera una marcada movilidad po-
torio sobre el cual ejercía control. El territorio po- blacional a lo largo de la costa. El comercio había ju-
queológicas de la Universidad día ser tan pequeño que el centro urbano se gado un papel decisivo en la conformación de estos
Nacional Autónoma de México encontraba a no más de un día de camino. Una par- nuevos núcleos políticos y continuaría siendo el eje
de su posterior desarrollo. Aunque es de suponerse
en la región, comienzan a revelar- que irían evolucionando a partir de formas de orga-
se las primeras fases de su desa- nización social mucho más simples hasta convertir-
se en típicos estados tempranos, su emplazamiento
rrollo y la identidad de sus más en lo alto de las colinas advierte del grado de com-
Corralillos La Concha
tempranos gobernantes. Papantla
plejidad social que había alcanzado su población. Su
de Olarte fundación debió estar precedida por tareas formida-
En 300 d.C., los centros de Tajín bles de nivelación del terreno, las cuales sólo pueden
gobierno se distribuían de explicarse en el seno de una sociedad jerárquica que
Los primeros centros de gobierno manera uniforme en el terri- daba forma, por primera vez en su historia, a una
Mucho antes que la ciudad de El Tajín alcanzara su torio de la región. El foco or-
verdadera arquitectura ceremonial caracterizada por
máximo florecimiento, lo que ocurrió después de denador de esta nueva rela-
ción jerárquica fue el núcleo la construcción de grandes pirámides de tierra, alta-
600 d.C., hubo otros asentamientos que rivalizaron Morgadal
res y edificaciones consagradas al juego ritual de la
urbano, un asentamiento Grande Agua
con ella por el control político y económico de la lla- central en torno al cual se
dulce

pelota. Obras como éstas sólo pudieron llevarse a

Dibujo: Zamira Medina Moreno


nura costera del Golfo de México. Fueron otros tiem- distribuye su área de in- cabo hasta que se reunieron un mínimo de condicio-
Vista Hermosa
fluencia. El arreglo espacial Golfo de
México nes. Tuvieron que conjuntarse varios factores, como
tiene la forma de un hexágo-
no, lo que minimiza el movi- Veracruz el reconocimiento social de un liderazgo, el control
En esta estela de piedra se representó a un gobernante de las primeros años
de la ciudad de La Concha, Veracruz (ca. 350-600 d.C.). miento desde y hacia los Papantla de Olarte sobre un territorio específico y una economía capaz
Foto: Zamira Medina Moreno centros. de generar excedentes.

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La configuración política del territorio Es probable que esta estela
Para el tercer siglo de nuestra era puede observarse de piedra –resguardada en
el Museo de Antropología de
El culto al soberano continuó siendo
cierta tendencia de los centros de gobierno a distri- Xalapa, Veracruz– con la re- el mecanismo fundamental de con-
buirse de manera uniforme en el territorio. El foco presentación de un sobe-
ordenador de esta nueva relación jerárquica será el rano proceda de Morgadal trol político y social. Es un hecho que
núcleo urbano, un asentamiento central en torno al Grande, Veracruz, y que hu-
siguieron esculpiéndose estelas y
cual se distribuye su área de influencia. El arreglo es- biera sido labrada hacia 500

pacial del conjunto puede expresarse en la forma de


d.C., puesto que la solución que la representación del gobernan-
formal del rostro guarda se-

Foto: Arturo Pascual Soto


un hexágono que minimiza el movimiento desde y mejanzas extraordinarias te fue acercándose a los cánones es-
hacia los centros. En la distribución de los asenta- con los modelados de barro
mientos queda implícita la influencia de factores eco- de la época teotihuacana. tilísticos del arte teotihuacano y a
nómicos. Es decir, los sitios no se encuentran loca-
Foto: Jesús Galindo
sus símbolos de autoridad.
lizados al azar, existe un principio de orden que
revela la integración económica de la región y que
permanecerá vigente hasta el final de la civilización
de El Tajín. La Plaza Central de Cerro todo acto orientado a alcanzar este ideal (Kemp, cados. El culto al gobernante apareció justo en esta
La competencia por el poder en realidad define Grande, una ciudad tempra- 2006, p. 61). Es en la esfera de la ideología donde re- época. Las estelas de piedra que los retratan no po-
na de la región, ha perma-
las relaciones políticas de los estados tempranos. No necido hasta nuestros días
side todo principio de autoridad y donde encuentra drían ilustrar de mejor manera el carácter sagrado
hay que olvidar que se trata de sistemas territoriales prácticamente intacta. La legitimidad. Tanto la elite gobernante como los es- que se les confería de antiguo y el extraordinario po-
con gobiernos totalitarios que ejercen un control ab- En las plazas de las ciuda- apariencia de las primeras tratos más bajos de la sociedad creían por igual en der que se concentraba en su persona. Los nuevos
soluto sobre el mercado y la oferta de servicios. Es des, junto a los basamentos urbes quedó sepultada por los poderes sobrenaturales del soberano. La elite pro- centros de gobierno no sólo perpetuaban en la pie-
decir, sus fronteras se oponen a las de sus vecinos y piramidales de mayor signi- las reformas arquitectóni- mulgaba su propio sistema de creencias a través de dra la representación del soberano, sino que la mos-
ficado social, se construye- cas del Clásico, y si bien en
se encuentran en permanente configuración. En el Cerro Grande hubo un pro-
un conjunto de símbolos y de complejos rituales que traban erguida en los espacios públicos del asenta-
ron las primeras cachas del
litoral del golfo, el dominio del territorio se fraccio- fundo reajuste en cuanto a enfatizaban el carácter sagrado de la figura del go- miento. En el lugar más alto de las ciudades se
juego ritual de la pelota. Los
nó en una verdadera constelación de pequeños es- muros de éstas se levanta- sus funciones y un conse- bernante. El soberano ocupaba el centro mismo del hallaba el núcleo político-religioso, lugar donde ad-
tados. Sólo los caminos y los grandes ríos abriéndo- ron sobreponiendo pesados cuente cambio en su antiguo culto y su innegable posición de autoridad se soste- quirieron sustento material las manifestaciones sim-
se paso hacia el mar constituían verdaderos puntos sillares de piedra arenisca. orden jerárquico, las refor- nía mediante argumentos tanto mitológicos como bólicas de las instituciones políticas del Estado.
En algunos de esos bloques mas de consideración que
de referencia en un paisaje dominado por los suaves se efectuaron en el sitio fue-
genealógicos que lo conectaban directamente con
se tallaron serpientes entre-
lomeríos de la llanura costera. El ámbito que con- manos de la clase dominante y donde un sistema de ron relativamente pocas. los dioses y lo hacían descender de ancestros deifi- De estelas y hombres divinizados
lazadas, personajes diver-
trolaba cada uno de ellos podría sorprender hoy por creencias haría aceptable al grueso de la población sos y las más antiguas re-
Es este momento singular de la civilización, mismo
su reducido tamaño, algo más de 40 km2 en prome- nuevas formas de autoridad que ahora se despren- presentaciones de Tláloc que en nuestras excavaciones se manifiesta en los de-
dio, pero esta pequeña parte del territorio no sólo dían de estructuras de gobierno altamente centrali- (ca. 350-600 d.C.). En el im- pósitos arqueológicos del Protoclásico (ca. 1-350
ofrecía un sustento adecuado a la población, sino zadas. La ideología surge con el Estado como un ponente juego de pelota de d.C.), constituye no sólo el antecedente directo sino
Vista Hermosa, Veracruz,
que la colocaba de lleno en el centro de las activida- cuerpo de pensamiento que complementa a la enti- la materia prima de la que habría de valerse la cultu-
se labró, en el cuerpo exten-
des comerciales de la época. dad política (Kemp, 2006, p. 73). Ningún estado pudo dido de uno de los persona-
ra de El Tajín en el Clásico (ca. 600-900 d.C.). De he-
surgir sin una ideología apropiada (Claessen y Oos- jes, el rostro de esa deidad, cho, el modelo cultural teotihuacano que tanto ha-
La construcción ideológica del Estado ten, 1996, p. 15), sin una imagen idealizada de sí mis- en el que se ven los ojos, for- bría de difundirse en Mesoamérica durante el Clásico
Por otro lado, el factor ideológico no fue menos im- mo que le confiriera una identidad única. La ideología mados por círculos concén- Temprano (ca. 350-600 d.C.), impactará a nivel local
tricos, la nariz, bigotera y
portante en el surgimiento de esos estados. Así, la es un filtro a través del cual la sociedad se ve a sí mis- sobre elites que jamás renunciaron al ritual del juego
dos grandes dientes aserra-
gente habría creado los centros de gobierno de una ma, un conjunto de conceptos y de símbolos que la dos en el lugar de la boca.
de la pelota y que en todo caso aceptaron cierto gra-
civilización cuya producción ideológica estaría en explican, que definen su forma ideal y que justifican Foto: Gerardo Vázquez do de transformación pero sin nunca apartarse del
sustrato cultural originario. Dicho sustrato es el mis-
mo al que debemos los primeros basamentos pira-
midales, las más antiguas edificaciones dedicadas pre-
cisamente al juego de la pelota y las estelas labradas.
Cuando las caravanas comerciales teotihuacanas
alcanzaron las playas del Golfo de México, las más
Estela de un gobernante de tempranas organizaciones sociales de tipo estatal ha-
Cerro Grande, Veracruz.
Sólo se conserva la mitad in-
brían ido migrando hacia formas de gobierno cada
ferior, pues se le fragmentó vez más complejas. Los tiempos teotihuacanos –esto
deliberadamente. Los tro- hay que subrayarlo– no fueron de modo alguno el
zos se reutilizaron en las re- escenario de un cambio significativo en lo que toca
formas constructivas que se al desarrollo del Estado, por más que la vecina cuen-
hicieran, hacia 600 d.C., en
el Edificio 14 del sitio.
ca del río Nautla encaminara ahora la mayor parte
Foto: Arturo Pascual Soto del tráfico comercial de la época y que la inmensa

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ciudad de El Pital, Veracruz, consolidara su impor-
tancia regional. Aún tratándose de un Estado inmen-
so para la costa y ciertamente dueño de un poder sin El culto al gobernante, sin nunca ex-
precedentes en términos de la experiencia política tinguirse, fue dando paso a un mo-
del litoral norte del Golfo, no pareciera que seme-
jantes transformaciones amenazaran la vigencia de delo político que iría otorgando cada
las instituciones tradicionales del Estado. El culto al vez mayor peso a las instituciones
soberano continuó siendo el mecanismo fundamen-
del Estado y que se mantendría
tal de control político y social. Es un hecho que si-
guieron esculpiéndose estelas y que la representación –aunque no sin cambios– hasta el fi-
del gobernante fue acercándose –cada vez más– a nal de los tiempos de El Tajín.
los cánones estilísticos del arte teotihuacano y a sus
símbolos de autoridad: el bastón de mando y la bol-
sa ritual. La solución plástica de la imagen erguida
del soberano terminó por adoptar los modelos de la
gran metrópoli del Centro de México, la que cierta- región cuando cesó el auge comercial de Teotihua- todo, entre los siglos vi y vii de nuestra era dejaron
mente influía en el estilo cultural de las elites locales, Los inicios de la larga histo-
can. A pesar de sus muchas rivalidades, los sobera- de labrarse estelas en la región. Las demás ciudades,
no sólo en la representación de estos hombres divi- ria ocupacional de El Tajín nos y con ellos las más altas jerarquías de la sociedad ahora incorporadas a la gestión provincial del Esta-
nizados, sino en la producción local del utillaje cerá- transcurrieron en lo alto del habrían hecho de lo teotihuacano parte del propio do, no volvieron a plasmar en piedra la imagen del
Cerro
mico indispensable para la celebración del culto. del Oeste
Cerro del Oeste, donde se modelo de vida civilizada. No sólo terminarían por soberano, por lo menos no a partir de la integración
construyeron las plazas y
Muy pronto aparecieron en el contexto de las cla- adoptar aspectos de la conducta ritual de las elites política del territorio. Sin embargo, El Tajín no se
edificios más tempranos.
ses dirigentes las primeras imágenes del dios Tláloc, Abajo, en los mismos terre-
del Centro de México, y hasta capítulos enteros de deshizo de un sistema de creencias que claramente
deidad originaria del Altiplano Central que terminó nos que servirían a las mag- su ideología, sino que construyeron toda una civili- favorecía la concentración del poder en la figura del
por convertirse en numen y arranque inmemorial del níficas construcciones del zación sobre estas bases. El Tajín logró formar un gobernante. Las estelas de piedra, entendidas como
Dibujo: Amanda Solís Espinoza

linaje de los gobernantes locales. Su representación Clásico, estaban las tierras Estado de grandes proporciones al unificar el terri- el único vehículo autorizado para revelar su identi-
Simbología de labranza. El Tajín invadió
se trasladó a los vasos rituales y, como ocurre en Ce- torio bajo una misma figura de autoridad. Si algo dad simbólica, fueron perdiendo presencia frente a
esos terrenos de cultivo pri-
rro Grande, Veracruz, a los muros de piedra de los inicios de la historia ocupacional de El Tajín
migenios en 600 d.C, cuan-
puede decirse de los procesos sociales que se daban formas surgidas de una experimentación plástica im-
juegos de pelota. En ellos se le representó con gran- terrenos de cultivo de la ocupación temprana
do se convirtió en un Estado cita en esta época es nuevamente su marcada ten- puesta por la inédita dimensión política de los nue-
des ojos formados por círculos concéntricos, con de grandes proporciones. dencia a la centralización del poder político. Con vos soberanos de El Tajín, misma que ahora los mos-
una nariz humana adornada por una barra rectangu- traba en contextos simbólicos mucho más ricos y
lar y con tres dientes aserrados en el lugar de la boca. complejos. El culto al gobernante, sin nunca extin-
La elite actualizaba su sistema de creencias adaptán- guirse, fue dando paso a un modelo político que iría
dolo a una Mesoamérica mucho más integrada –en otorgando cada vez mayor peso a las instituciones
realidad globalizada si es que hacemos valer aquí el del Estado y que se mantendría –aunque no sin cam-
término– y ahora construida a la medida de la civi- bios– hasta el final de los tiempos de El Tajín.
lización teotihuacana. El culto a esta deidad del agua,
al agua que da vida o que la arrasa cuando se mani- Arturo Pascual Soto. Arqueólogo. Investigador del Instituto de
fiesta sin control, se equilibraba localmente en el ri- Investigaciones Estéticas, unam. Doctor en antropología y en
tual inmemorial del sacrificio humano y en la figura historia del arte. Durante los últimos 30 años ha sido responsable
Aunque son varios los frag- de proyectos arqueológicos en la región de El Tajín, Veracruz.
del propio gobernante. No hay que olvidar que a este mentos de estelas de piedra
último se le consideraba como el responsable de la que representan la imagen
La efigie de varios gober-
idealizada de los primitivos Para leer más…
prosperidad del Estado y –por su carácter sagrado– nantes tempranos fue plas-
gobernantes de El Tajín, Claessen, Henri J.M., y Jarich G. Oosten, Ideology and the Formation of
como el mediador de su pueblo ante los dioses. El mada en las vasijas ritua- Early States, Studies in Human Society, 11, E.J. Brill, Leiden, 1996.
sólo ésta ha llegado comple-
pueblo proveía al gobernante de bienes y servicios les. En los soportes de los Hansen, M., A Comparative Study of Thirty City-State, Det Kongelige
ta hasta nosotros y es posi-
grandes vasos trípodes ci- Danske Videnskabernes Selskab Historisk-filosofiske Skrifter, 21,
en tanto que este último velaba por la seguridad del ble que hubiera sido reutili- Copenague, 2000.
líndricos se les representó
Estado y la benevolencia divina. zada como cualquier piedra
adoptando actitudes distin-
Kemp, Barry J., Ancient Egypt: Anatomy of a Civilization, Routledge,
en alguna de las reformas Londres-Nueva York, 2006.
tas. Estos ejemplos, recu- Maisels, Charles, The Archaeology of Politics and Power, Oxbow Books,
constructivas de los edifi-
La unificación política del territorio perados en las excavacio- Oxford, Reino Unido, 2010.
cios de la Plaza del Arroyo. Pascual Soto, Arturo, El Tajín: en busca de los orígenes de una civilización,
El reto que enfrentaba El Tajín en esta época era nes en Morgadal Grande,
El soberano aparece de pie, Instituto de Investigaciones Estéticas, unam/inah, México, 2006.
Veracruz, proceden de uni-
ciertamente mayúsculo. La realidad política mostra- vestido con las rodilleras _____ , El Tajín, arte y poder, Instituto de Investigaciones Estéticas,
dades residenciales muy unam/inah, México, 2009.
ba un escenario poblado de micro estados, cada uno que lo identifican como juga-
antiguas, dispuestas junto Wilkerson, S. Jeffrey K., “The Garden City of El Pital: The Genesis
de ellos con un territorio tan reducido que el centro dor de pelota y llevando en of Classic Civilization in Eastern Mesoamerica”, National Geographic
a las áreas públicas del pri-
las manos un bastón de Research & Exploration, 10 (1), 1994, pp. 56-71.
de gobierno nunca estaría más allá de un día de ca- mitivo asentamiento, ca. Yofee, Norman, Myths of the Archaic State. Evolution of the Earliest Cities,
mando y una bolsa ritual, ca.
mino. Serían decenas los estados independientes que 350-600 d.C. States, and Civilizations, Cambridge University Press, Reino Unido,
350-600 d.C. Foto: Zamira Medina Moreno 2005.
competirían por el poder político y económico de la Foto: Gerardo Vázquez

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