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El documento describe la revista Flora, fundada en 1937 por Augusto N. Martinez como la publicación más representativa de ciencias naturales y biología en Ecuador. La revista tenía como objetivo difundir el conocimiento de la rica biodiversidad de Ecuador y sus aplicaciones en agricultura, industria y medicina. Los primeros artículos se centraron en la descripción botánica de plantas de interés económico y sus usos potenciales.
Descriere originală:
Documento donde se encuentra un resumen breve de Misalen Acosta Solis sobre sus Investigaciones y sus trabajos con la revista flora
El documento describe la revista Flora, fundada en 1937 por Augusto N. Martinez como la publicación más representativa de ciencias naturales y biología en Ecuador. La revista tenía como objetivo difundir el conocimiento de la rica biodiversidad de Ecuador y sus aplicaciones en agricultura, industria y medicina. Los primeros artículos se centraron en la descripción botánica de plantas de interés económico y sus usos potenciales.
El documento describe la revista Flora, fundada en 1937 por Augusto N. Martinez como la publicación más representativa de ciencias naturales y biología en Ecuador. La revista tenía como objetivo difundir el conocimiento de la rica biodiversidad de Ecuador y sus aplicaciones en agricultura, industria y medicina. Los primeros artículos se centraron en la descripción botánica de plantas de interés económico y sus usos potenciales.
Martinez; es el fundador del instituto Ecuatoriano de Ciencias, bajo
cuyos auspicios y dirección se publica. “Flora”, sin duda alguna la más representativa publicación de ciencias naturales y biologías que aparece en estos territorios. Una revista sobre botánica y farmacognosia En mayo de 1937 apareció el primer número de Flora. Revista de Botánica y Farmacognosia, Órgano oficial del Instituto Botánico, nombre que respondía a las materias que impartía Acosta Solís, que aparece como Director del Instituto y la revista. Desde el editorial revela sus intenciones: dada la riqueza natural del Ecuador y su profundo desconocimiento, interesa difundirla en el extranjero, en el sentido puramente Botánico, por una parte, y por otra sus aplicaciones e importancia en la agricultura, industrias, la medicina, etc.; Aparecen tres artículos de Acosta Solís y cuatro de otros autores. Es difícil deducir si tal protagonismo en los contenidos respondía a una falta de colaboradores o a un deseo de protagonizar y hacer las cosas a su manera. Lo que sí es evidente es la orientación de la investigación en las facultades de Ciencias y de Farmacia: agricultura y descripción botánica de plantas de interés económico. Los artículos son de fitogeografía, botánica, agronomía y edafología, además de comentarios bibliográficos y una miscelánea. Las naciones latinoamericanas estaban abocadas a desarrollar industrias propias, y a encontrar nuevas materias primas para exportar a las metrópolis, en un panorama mundial afectado aun por la crisis de 1929. Un artículo de Acosta Solís es sobre la quina roja, corta exposición de las razones por las cuales esa planta representa fitológicamente al Ecuador y debía ser considerada la flor nacional. Escribió este artículo porque en 1936, desde la ciudad de La Plata, se pidió a la Cancillería del Ecuador que nombrara la flor nacional para incluirla en una iniciativa denominada Jardín de la Paz. Los diplomáticos preguntaron entonces en el Instituto Botánico y Acosta Solís sugirió la quina. Y para enviar plantas vivas a La Plata organizó la que fue su primera expedición cinchonera en marzo de 1937, desde Riobamba a Balzapamba, pasando por Guaranda, con el fin de estudiar la distribución altitudinal de la flora en general y específicamente el hábitat agrícola de la cinchona en la localidad final, donde colectó los especímenes enviados Otro artículo fue firmado con Ernesto Pastor, doctorando en farmacia. Se trata de un estudio botánico-químico de la planta escobilla, estrictamente técnico y con el objetivo de evidenciar su provecho económico. También están presentes ideas que Acosta Solís desarrollaría luego, unas más otras menos, como la riqueza potencial mal aprovechada o la necesidad de mejorar la producción con el uso de pesticidas y abonos químicos. El segundo número de Flora no difiere del primero en cuanto a objetivos y alcance: las plantas de importancia económica. Aparece una larga lista de colaboradores internacionales, seguramente quienes respondieron positivamente al envío de la revista y ofrecieron su ayuda. Publicó otro estudio botánico-químico y médico-aplicativo, esta vez sobre la planta poleo y Excursión botánica al páramo del Ángel, donde narra la salida y explicita la importancia de estudiar el frailejón7 pues la especie ha llamado la atención desde Europa, desde donde le han solicitado datos como área de dispersión y extensión; posibilidades de industrializarla, posibilidades de cultivo y reforestación. La primera alusión a la destrucción de los bosques apareció en el segundo número de Flora. Es un extracto del Boletín de la Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales donde se menciona las tres principales causas de la destrucción de los bosques y esterilización del suelo: sistema de desmonte (tala), incendio de las sabanas, y libre recorrido de las cabras. En diciembre de 1939 apareció Factores agrícolas, para divulgar, entre agricultores, estudiantes, profesores, hacendados, etc., los factores agrícolas que influyen en el desarrollo, crecimiento y propagación de las especies; en su rendimiento agrícola y económico. En diciembre de 1942 apareció el siguiente número de Flora, en el cual Acosta Solís publicó el editorial conservacionista Por la reforestación de la sierra ecuatoriana, que hizo eco particular en el director de la revista colombiana Tertulia politécnica, Ernesto Vélez, quien resaltó la necesidad de la reforestación y la cultura del árbol con frases como debe pasar el forestador como el fundador y sostenedor de una República, que como el gran navegante que guía su barco, lo enrumba por la vía segura que llevan las naciones poderosas. También mantenía una muy leída columna en El Comercio de Quito sobre asuntos científicos. En su artículo publicado de forma póstuma, La ciencia en América Latina durante la conquista y la colonia, señala directamente a dictaduras y militares como causantes del atraso científico de nuestros países. En 1948 continuaba escribiendo en el periódico El Comercio, con temas como La educación sobre la conservación en Estados Unidos. A poco tiempo de su regreso definitivo se convirtió en Profesor de la Escuela Politécnica Nacional, cargo que mantuvo hasta 1964, siendo catedrático de botánica económica. En 1949 apareció El eucalipto en el Ecuador, del cual hubo varias ediciones. Tambien se puede mencionar varias obras que fueron de igual y gran relevancia a continuacion. La vegetación del norte de Quito”, “Los climas de las regiones naturales del Ecuador ‘La tagua o marfil vegetal”, “Términos geográficos y biogeográficos mal empleados en el Ecuador”, “Las tierras agrícolas de la provincia de Tungurahua”, “Chinchonas del Ecuador”, “Primera lista numerada de maderas y leñosas del Ecuador”, “Clasificación de geobotánica de los bosques y las otras formaciones vegetales del Ecuador”, “Maderas económicas del Ecuador y sus usos”, “ Los recursos naturales del Ecuador y sus conservaciones”, “ Ecología y Fito ecología”. Referencias Nieto-Galan, D. A. (Enero de 2005). Universitat Autònoma de Barcelona. Obtenido de Universitat Autònoma de Barcelona: https://ddd.uab.cat/pub/trerecpro/2005/hdl_2072_5282/TR_Nicolas_Cuvi.pdf
PROCESOS, R. (Diciembre de 2005). PROCESOS Revista Ecuatoriana de Historia. Obtenido de
PROCESOS Revista Ecuatoriana de Historia: http://revistaprocesos.ec/ojs/index.php/ojs/article/view/230