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Las nuevas tecnologías.

Su aplicación al Servicio de la Justicia


Material de apoyo para la clase del día 19 y 20 de noviembre de 2010 de Carlos A.
Parellada.

Alegria, Héctor

Informática y concursos....................................................................................................................3

Altamira, Matías

Mesa de entradas virtual..................................................................................................................99

DELITOS INFORMATICOS

Ley 26.388....................................................................................................................................201

Farrés, Pablo

Domicilio fiscal.............................................................................................................................112

Firma electrónica...........................................................................................................................104

Notificación ficta...........................................................................................................................118

FIRMA DIGITAL

Decreto 2628/2002 Reglamentario de la Ley 25.506....................................................................147

Ley 25.506....................................................................................................................................132

Guzzo, L. Víctor

En el C.P.C.San Juan.......................................................................................................................39

LEONCIO ARIZU S.A. EN J° 9.834/76.626 LEONCIO ARIZU S.A. S.A.A.I.C. C/ ODERZO BEINAT
S.A. P/ ORD. S/ INC

Valor de la sentencia publicada en Internet (Diferente a la obrante en el expediente)...................124

NOTIFICACIÓN ELECTRÓNICA

Acordada 21.149 Reglamento.......................................................................................................246

Acordada 21.376 extiende a los Procuradores...............................................................................249

Acordada 22.944 (con traslado).....................................................................................................251

Rodríguez, Genaro Camilo p/Concurso Preventivo.......................................................................253

Parellada, Ariel Parellada, Carlos A.

Mejoras al servicio de justicia. Notificación electrónica.................................................................43

Parellada, Carlos Alberto

© Thomson La Ley 1
Comercio electrónico y derecho de consumo................................................................................205

PROTECCIÓN DE DATOS PERSONALES

25.326............................................................................................................................................182

PROTECCIÓN JURÍDICA DEL SOFTWARE

Ley 25.036....................................................................................................................................199

Resolución 51/162 de la Asamblea General de las Naciones Unidas.................................................211

Suprema Corte de Justicia Mendoza

CGT c/Provincia de Mendoza.........................................................................................................70

SUPREMA CORTE DE JUSTICIA MENDOZA

Acordada 19.458...........................................................................................................................166

Acordada 21.322...........................................................................................................................181

Vanoli, Francisco

Domicilio fiscal...............................................................................................................................63

© Thomson La Ley 2
Voces: CONCURSOS Y QUIEBRAS ~ INFORMATICA ~ PROCEDIMIENTO
CONCURSAL ~ NOTIFICACION ~ FORMA DE NOTIFICACION ~ DOMICILIO
ELECTRONICO ~ PROVINCIA DE BUENOS AIRES ~ PROVINCIA DE MENDOZA ~
DERECHO COMPARADO ~ COMUNICACION ELECTRONICA DE DATOS ~
INTERNET ~ CORREO ELECTRONICO ~ ADMINISTRACION FEDERAL DE
INGRESOS PUBLICOS ~ DOMICILIO FISCAL ELECTRONICO ~ REGISTROS
PUBLICOS ~ PUBLICACIONES OFICIALES ~ INFORMATICA JURIDICA ~
OBLIGACIONES DEL SINDICO ~ COMITE DE ACREEDORES ~ AUDIENCIA ~
DEBER DE INFORMACION ~ CONTRATO ~ DOCUMENTO DIGITAL ~ FIRMA
DIGITAL ~ AUTENTICIDAD DE FIRMA ~ PRUEBA ~ CARGA DE LA PRUEBA ~
SOPORTE MAGNETICO ~ PRINCIPIO DE PRUEBA POR ESCRITO ~ VENTA POR
INTERNET ~ SITIO WEB ~ QUIEBRA ~ CONCURSO PREVENTIVO ~ LUGAR DE
CELEBRACION DEL CONTRATO ~ LEY APLICABLE ~ CUMPLIMIENTO DEL
CONTRATO ~ LUGAR DE CUMPLIMIENTO DE LA OBLIGACION ~ CONSUMIDOR ~
DEFENSA DEL CONSUMIDOR ~ LEY DE DEFENSA DEL CONSUMIDOR ~ VENTA
DOMICILIARIA ~ VENTA POR CORRESPONDENCIA ~ ACEPTACION DE LA
OFERTA ~ LOCACION ~ LOCACION DE INMUEBLE ~ HARDWARE ~ SOFTWARE ~
COMERCIO ELECTRONICO ~ NOMBRE DE DOMINIO ~ PROPIEDAD
INTELECTUAL ~ DAÑOS Y PERJUICIOS ~ CONVENIO INTERJURISDICCIONAL ~
FIRMA DEL JUEZ ~ DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO ~ CONCURSO
DECLARADO EN EL EXTRANJERO ~ NOTIFICACION ELECTRONICA
Título: Informática y concursos (Primeras ideas para un temario)
Autor: Alegria, Héctor
Publicado en: Sup. CyQ 2010 (abril), 22/04/2010, 1 - LA LEY2010-C, 770
I. Presentación. II. Aspectos referidos al proceso concursal. III. Algunos aspectos de
fondo (documentos y contratos informáticos). IV. Cooperación informática
interjurisdiccional. V. Final.
I. Presentación
Parece superfluo resaltar el importante papel de la informática (1) en los distintos aspectos
de la vida moderna. El derecho no está ajeno a esa realidad y refleja sus impactos en todas
sus ramas.
En particular el derecho concursal, que contempla la totalidad de las relaciones
económicas de los patrimonios insolventes, recepta el fenómeno de la informática en todas
ellas y debe enfocarlo desde el punto de vista de la concurrencia universal y colectiva.
Por lo tanto, los campos en los que teóricamente podríamos extender este análisis
coincidirían con la totalidad de las relaciones jurídicas consideradas en los concursos y
alcanzadas por el fenómeno de la informática.
Sin embargo consideraremos solamente algunos, no exhaustivamente, al efecto de
presentar el tema y sugerir el estudio de soluciones, algunas de las cuales podrán adoptarse
con las leyes vigentes (de lege data) y otras requerirán posibles reformas legales (de lege
ferenda).
II. Aspectos referidos al proceso concursal
El innegable costado procesal del concurso y la particularidad de sus distintas
instituciones, hacen que el proceso concursal admita conceptualmente varios campos en los
cuales se destaque la influencia de las nuevas formas de tratamiento de la información.
1. Notificaciones
Los medios para comunicar actos del juicio a las partes están regulados, en algunos casos,

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en la ley concursal. (2) Sin embargo, ante la ausencia de una normativa completa sobre las
formas, se aplican complementariamente las normas procesales locales en tanto sean
compatibles con la rapidez y economía del trámite concursal (art. 278 de la Ley de Concursos
y Quiebras, en adelante LCQ).
La ley concursal no prevé específicamente notificaciones y otros actos procesales por vía
informática. La mayoría de los códigos procesales locales tampoco recepta en forma expresa
esta forma de notificación. (3)
Aun en estas condiciones una parte de la doctrina se inclina por admitir notificaciones por
medios informáticos, con algunos condicionantes. (4)
Merece destacarse, sin embargo, por su posición de avanzada, el régimen de notificaciones
por vía informática que rige en la provincia de Mendoza. (5) Allí, en primer lugar y mediante
la ley 7195, se agregó, en su art. 1°, un inciso al art. 34 del Código Procesal Laboral de la
Provincia de Mendoza (ley 2144), que dice: “ Inc. 4) Notificación a domicilio legal
electrónico o informático: se practicará por vía de correo electrónico, fax o cualquier otro
método que en el futuro se implemente para los casos que determine la Suprema Corte de
Justicia de la provincia mediante Acordada, dejándose constancia impresa en el expediente
del envío de la notificación realizada por el Tribunal con indicación de fecha y hora, la que
sustituirá toda otra forma de notificación al domicilio legal. Hasta tanto se disponga la
obligatoriedad de esta forma de notificación, las partes voluntariamente podrán consentir la
misma, a cuyo efecto deberán denunciar su domicilio electrónico” . Esta ley fue reglamentada
posteriormente por una Acordada de la Sala III de la Suprema Corte de Mendoza. (6) Esta
novedad motivó una cuestión de inconstitucionalidad de esta forma de notificación, la que fue
rechazada con muy importantes fundamentos por la Sala II de la Suprema Corte de Justicia
de Mendoza. (7) Posteriormente la ley 7855, promulgada el 23/05/2008 por Decreto
1197/2008, introdujo reformas al Código Procesal Civil de Mendoza (ley 22.069) admitiendo
la sustitución del domicilio legal por un domicilio o casilla de carácter electrónico (art. 1°); la
presentación de escritos de la misma manera, firmados digitalmente (art. 2°), así como sus
copias (art. 3°) y, finalmente, las notificaciones por medios electrónicos e informáticos (art.
4°), previéndose tanto su reglamentación por la Suprema Corte de Justicia de la provincia
como la actuación interinal mientras no existan certificadores licenciados (art. 5°). Esta ley
fue reglamentada para las notificaciones electrónicas por la Acordada 21149 dictada por la
Sala III de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza el 11/07/2008, que contuvo un
cronograma de aplicación de este sistema y un reglamento. Finalmente la Acordada 21236 del
08/08/2008, modifica las reglamentaciones anteriores en orden a la experiencia recogida con
la aplicación hasta ese instante y las sugerencias del Colegio de Abogados y Procuradores. (8)
En otras jurisdicciones ha habido avances por vía de decisiones de Superintendencia
judicial, algunas específicas sobre notificaciones por medios electrónicos. Así en la Provincia
de Buenos Aires; (9) en la Cámara de Apelaciones en lo Civil de la Capital Federal, con un
plan piloto que preveía un compromiso entre los letrados intervinientes, (10) sobre la base de
un “ Sistema de notificaciones electrónicas voluntario” , (11) referenciándose también un
acuerdo entre la Corte Suprema y el Colegio de Abogados de Tucumán. (12)
En el derecho comparado una cantidad importante de legislaciones admite la utilización de
“ medios telemáticos” , (13) por ejemplo: en España, la Ley de Enjuiciamiento Civil N°
1/2000, en su art. 162 se refiere a los “ Actos de comunicación por medios electrónicos,
informáticos y similares” , requiriendo garantía de autenticidad respecto de la comunicación
y su contenido y constancia fehaciente de la remisión y recepción íntegras y del momento en
que se hicieron. Asimismo prevé que se constituya en el Ministerio de Justicia un Registro de
los medios de comunicación indicados accesibles electrónicamente y de las direcciones
correspondientes a los organismos públicos. En el mismo país, en materia concursal, el Real

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Decreto-ley 3/2009, modificatorio de la ley 22/2003, contempla que determinados actos del
proceso se cumplan preferentemente por medios telemáticos, informáticos y electrónicos.
(14)
En Italia, la ley 2005/80 modificó algunas disposiciones del Código Procesal Civil,
respecto del procedimiento de casación y arbitraje, en el sentido que la notificación de
determinados actos del proceso a las partes puede realizarse por fax o correo electrónico (15)
respetando la normativa específica en la materia. Respecto del proceso civil en general, y del
proceso penal, el decreto-ley n° 193 del 29 de diciembre de 2009, denominado “ Interventi
urgenti en materia di funzionalitá del sistema giudiziario” , (16) incorpora modificaciones a
los Códigos Procesales Civil y Penal con relación a la forma en que se realizarán, en lo
sucesivo, las notificaciones de los actos del proceso, (17) todo esto sujeto a la reglamentación
específica en la materia. (18) El gobierno italiano tiene en marcha un proyecto para lograr la
digitalización de la administración pública para el año 2012. (19) Dentro de los objetivos
territoriales del proyecto, se contempla como número 3 la Administración de Justicia. Otros
países europeos que contemplan la notificación por medios electrónicos son: (20) República
Checa; (21) Austria, bajo ciertas circunstancias; Portugal, respecto del envío o recepción de
cartas rogatorias y para actos urgentes, (22) e Inglaterra y Gales, de acuerdo a los respectivos
reglamentos de procedimientos y orientaciones prácticas.
En la Unión Europea (en adelante UE), se dictó el Reglamento (CE) 1393/2007, del
13/11/2007, (23) el que, en sus considerandos, dice: “ la rapidez de la transmisión justifica la
utilización de cualquier medio que sea adecuado siempre que se respeten determinadas
condiciones en cuanto a la legibilidad y fidelidad del documento recibido…” (considerando
7), lo que se refleja en el texto al considerar la notificación o traslado de documentos
judiciales, donde establece que: “ la transmisión de documentos, demandas, certificaciones,
resguardos, fes públicas y de cualquier otro documento entre los organismos trasmisores y los
organismos receptores podrá realizarse por cualquier medio adecuado siempre que el
contenido del documento recibido sea fiel y conforme al del documento expedido y que todas
las indicaciones que contenga sean legibles sin dificultad” (24) (el resaltado es nuestro).
En el derecho nacional existen otras áreas en las cuales se recurre a medios informáticos
de comunicación. Por ejemplo, con base normativa, respecto de la Administración Federal de
Ingresos Públicos (en adelante AFIP), el texto ordenado de la ley 11.683, de Procedimientos
Fiscales (t.o. 1998) (Adla, LVIII-C, 2969), contempla el “ Domicilio Fiscal Electrónico”
como el sitio informático seguro, personalizado, válido y optativo, registrado por los
contribuyentes y responsables (artículo sin número incorporado después del art. 3, por el art.
1.II de la ley 26.044). (25) El mismo cuerpo normativo, al considerar las “ Formas de
Notificación” , contempla la “ Comunicación Informática del Acto Administrativo” (artículo
100.g), inciso incorporado por el art. 1.XXVIII de la ley 26.044). (26) La misma norma
prevé, incluso, la posibilidad de efectuar otros importantes actos por vía de medios
electrónicos o magnéticos (artículo sin número incorporado a continuación del art. 32 por el
art. 1.IX de la ley 26.044). (27) La AFIP ha reglamentado estos preceptos a través de la
Resolución General 1995/2006. (28)
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) utilizó, con cierta frecuencia, los
llamados “ comunicados telefónicos” , que después serán volcados en comunicaciones
escritas, y utiliza también medios electrónicos para distintas comunicaciones a las entidades
financieras.
La Comisión Nacional de Valores (en adelante CNV) creó la llamada “ Autopista de la
Información Financiera” (AIF) con el objeto de sustituir la recepción de documentos en
soporte papel por documentos digitalizados (capítulo XXVI de las Normas de la Comisión
Nacional de Valores). Asimismo, en materia de notificaciones, admite las realizadas “ vía

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telefacsímil” , incluso las de los administrados hacia la CNV. (29)
La Secretaría de Turismo dictó la resolución 257/2000 (B.O. 5/7/2000), por la que se
reglamenta la comercialización de servicios turísticos por medios informáticos. En igual
sentido, existen otras disposiciones en el ámbito administrativo, que se refieren a
notificaciones por esa clase de medios. (30)
En materia arbitral es común que los Reglamentos se refieran a las notificaciones por
medios electrónicos, entre ellos, por ejemplo podemos señalar: el Reglamento de la Corte
Internacional de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional (CCI) que menciona,
entre los medios utilizados para notificaciones o comunicaciones, el telefacsímil, el télex, el
telegrama, o cualquier otro medio de telecomunicación que provea prueba del envío; (31) la
Ley Española de Arbitraje N° 60/2003 establece que será válida la notificación o
comunicación dirigida al domicilio, residencia habitual, establecimiento, o dirección del
destinatario, realizada por télex, fax u otro medio de telecomunicación electrónico, telemático
o de otra clase que permita dejar constancia de la recepción y envío del acto correspondiente
y haya sido además designado por el interesado; (32) el Reglamento de Arbitraje de la
Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) menciona, entre los medios para
realizar notificaciones, el fax, el correo electrónico o cualquier medio de telecomunicación
que deje constancia de su envío; (33) la Ley Modelo sobre Arbitraje Internacional de la
Comisión de Naciones Unidad para el Derecho Mercantil Internacional (CNUDMI), al
referirse al acuerdo de arbitraje, establece que se considerará que el acuerdo consta por
escrito si surge de un intercambio de cartas, telegramas, télex, u otros medios de
telecomunicación que dejen constancia del acuerdo; (34) y por último, pero sin pretender dar
una enumeración exhaustiva, pueden mencionarse: las Reglas de Arbitraje Comercial de la
American Asociation Arbitration (AAA) (35) y el Reglamento Modelo de Arbitraje
Comercial Internacional para las Instituciones Arbitrales del Mercosur, Bolivia y Chile. (36)
La práctica en arbitrajes concretos, indica que en general el Tribunal sugiere a las partes la
notificación y comunicación de documentos por vía de e-mail, lo que se practica en gran
cantidad de casos sin observaciones significativas.
Todo ello nos muestra un universo dentro del cual las notificaciones por medios
electrónicos han adquirido carta de ciudadanía como manera válida de hacer conocer actos
administrativos o procesales. La adopción de normas específicas en este sentido — en
especial en notificaciones judiciales— depende del trasfondo cultural y de costumbres de
cada país. En Argentina hemos visto ámbitos importantes en los que se adopta la
comunicación electrónica, la que, sin embargo, no ha sido incorporada en forma expresa a la
generalidad de los Códigos de Procedimientos ni a la LCQ.
La primera reflexión consistiría en la urgente necesidad de analizar si, en las actuales
circunstancias, podrían incorporarse normativamente reglas que admitan la comunicación por
vía informática en la legislación concursal. Anticipamos que nuestra opinión es favorable.
(37)
En segundo lugar, sin perjuicio de esta iniciativa y con el actual contexto normativo
pensamos que, además de cumplirse las formalidades que en cada caso prescribe la LCQ y,
subsidiaria y complementariamente los Códigos de Procedimientos, de todas maneras,
podrían adoptarse en la práctica ciertas aperturas hacia esos modos de comunicación. Por
ejemplo, requiriendo del concursado, de los síndicos, de los demás funcionarios concursales y
de los acreedores que se presenten (y eventualmente de los terceros que actúen en el proceso),
además de un domicilio procesal, la identificación de una dirección de correo electrónico.
Esta dirección podría utilizarse para integrar ciertos actos del proceso: por ejemplo la
comunicación de los informes individual y general (arts. 35 y 39 LCQ). (38) También podría
servir dicho correo para complementar la comunicación de algunos actos significativos del

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concurso, como por ejemplo, la presentación de los informes finales y proyectos de
distribución, de las distribuciones complementarias y de la puesta a disposición de los
acreedores de los dividendos concursales que les correspondan. (39) La compilación de las
direcciones de correo electrónico de los acreedores puede ser fácilmente realizada por la
sindicatura, a quien se le podría encomendar también las notificaciones adicionales sugeridas.
La proposición tiene en cuenta la mejor defensa de los interesados y evitar situaciones
sorpresivas, por actos realizados mucho tiempo después de que han tomado una participación
episódica en el proceso, a través de la verificación.
Lo dicho no empece a que los jueces podrían disponer notificaciones por medios
informáticos en otras situaciones especiales, como, por ejemplo, ciertos procedimientos de
investigación, las comunicaciones a la sindicatura, etc.
2. Comunicaciones a los Registros y a los diarios de publicaciones oficiales
Como dijimos más arriba, la legislación española, por ejemplo, ordena que las
comunicaciones a los Registros y las órdenes de publicidad en los diarios oficiales, sean
cursadas directamente por los juzgados a las oficinas respectivas. (40) Entre nosotros no
deberían existir inconvenientes para que se utilice tal procedimiento respecto de las
comunicaciones a los Registros de la Propiedad Inmueble, de la Propiedad Automotor, de la
Propiedad Intelectual, de Marcas y Patentes, de Nombres de Dominio de Internet (NIC), etc.,
para lo cual sería necesaria la coordinación entre los juzgados y esas oficinas y,
eventualmente, la autorización al síndico para que proceda de igual manera. Con relación a
las publicaciones, también referidas en los precedentes de la reforma española, sería aplicable
a los edictos necesarios para los casos de quiebra, sobre todo los referidos a la publicidad
inmediata de su declaración. (41)
3. Informatización del proceso
La antigua y generalmente incumplida disposición sobre la conservación del llamado “
Legajo de Copias” (art. 279 LCQ) (42) podría ser cumplimentada siquiera en parte por la
inserción en un sitio determinado de Internet de los documentos principales del proceso. Un
paso significativo en esa dirección ha sido la adopción del “ Instructivo para la publicación de
informes concursales y otros documentos relacionados al trámite de juicios universales” ,
(43) que forma parte del Reglamento para la Justicia en lo Comercial de la Capital Federal,
puesto en vigencia con carácter experimental a partir del 1 de noviembre de 2007, (44) y con
carácter definitivo a partir del 1 de noviembre de 2008 para la totalidad de los juzgados. Por
ese Instructivo se impone a los síndicos descargar en la página del Consejo Profesional de
Ciencias Económicas (www.consejo.org.ar) y en el link “ síndico virtual” , los informes
previstos en los arts. 35 y 39 LCQ en formato PDF, reglamentando sus condiciones y
disponiendo que el juzgado dispondrá también su publicación en la página de la Cámara
(www.cncom.gov.ar). (45) También se prevé que el Presidente del Tribunal podrá ampliar la
obligatoriedad de descarga a otros documentos que podrán ser calificados como relevantes.
(46)
Estimamos que esta acertada previsión debería extenderse a la misma presentación de
concurso preventivo, los fallos sobre verificaciones de crédito, las propuestas de acuerdo, las
sentencias de homologación o no homologación de acuerdos, las decisiones sobre extensión
de quiebra, las referidas a los distintos pasos mencionados en el art. 48 LCQ, la orden de
venta de activos significativos, la disposición que ordena la continuación de la actividad de la
empresa, los proyectos de distribución, la puesta a disposición de los dividendos concursales,
las distribuciones complementarias, la clausura del procedimiento y otros similares. (47)
En muchas jurisdicciones se ha procedido a establecer un sistema para conocer sentencias
y proveídos judiciales a través de un sitio web, lo que importa un avance notable, pero que,

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en general, no comprende escritos de las partes ni notificaciones. (48) Se han suscitado
algunas controversias sobre la prevalencia y eficacia del asiento electrónico frente a las
constancias en soporte papel del expediente. (49) En el fuero de la Seguridad Social de la
Capital Federal, por decisión de la CSJN y de la Cámara del Fuero, se puso en vigencia un
nuevo sistema, en octubre de 2009, también como prueba piloto, tendente a facilitar la
compulsa de actuaciones vía web. (50)
4. Informatización de los Registros
Si bien el panorama de los Registros Nacionales y Provinciales es de una amplitud que
supera con mucho este trabajo, siguiendo antecedentes extranjeros podría irse paulatinamente
informatizando los Registros, de manera de permitir su acceso directo por los interesados.
(51) En nuestro país la puesta en práctica del demorado Registro Nacional de Concursos y
Quiebras (art. 295 LCQ) permitiría el acceso a la información de las personas que estén
ubicadas en diferentes jurisdicciones. (52)
5. Audiencias
El art. 65 del decreto 677/2001 (Adla, LXI-C, 2718) admite las reuniones a distancia del
órgano de administración de las entidades emisoras de títulos valores en oferta pública y
también, sujeto al Reglamento de la CNV, de las reuniones de asamblea. (53) Esta normativa
marca una impronta de innovación en nuestro derecho.
Cuando en circunstancias que así lo hacen necesario (por ejemplo: audiencias con
acreedores, entidades financieras, fiduciarios o testigos radicados en el exterior) podría
resultar muy útil la utilización de la llamada videoconferencia en casos de concurso. Por este
método interactúan en distintos lugares, pero con efecto presencial, personas que participan
en los diferentes espacios. Esto es especialmente eficaz para los jueces concursales, que así
podrán intervenir personalmente en tales actos, sin necesidad de actuar por vía de exhortos u
otras rogatorias en las que se pierde la inmediación. Paralelamente sería útil para escuchar a
personas que se domicilian fuera de un área razonable cerca del juzgado, a fin de evitar su
traslado al mismo o la delegación a otros jueces.
Los medios técnicos utilizables y las prevenciones respecto de su regularidad son
similares a las de las reuniones a distancia de órganos de administración y asambleas
societarias. (54)
6. Actuación de los órganos concursales e informática
Ya hemos ido analizando algunas circunstancias en las cuales los órganos concursales
(sindicatura y comité de acreedores, principalmente) podrían utilizar medios informáticos
adicionales para la inserción de sus informes y serles encomendado el relevamiento de las
direcciones electrónicas de los participantes, a los fines de ciertas notificaciones por medios
informáticos. Nos referimos ahora a los deberes de información, especialmente de la
sindicatura pero también de los comités de acreedores, que se reflejan en facultades para su
debido cumplimiento. Por lo tanto las actuaciones de todo tipo que el deudor hubiera
efectuado por vía informática (por ejemplo las dirigidas a los organismos que antes
señalamos: AFIP, CNV, BCRA, etc., y las relaciones patrimoniales entabladas digitalmente
con terceros) deberán estar disponibles para esos órganos, los que podrán a tal fin realizar las
investigaciones que fueren menester, incluso recurriendo al análisis de los archivos de
computación del deudor.
Igualmente podrán ser compulsados los registros digitales que se refieran a transferencia
electrónica de fondos (con entidades financieras o a través de ellas, con otras personas) y los
registros que lleven por vía de computación la constancia de la titularidad, circulación y
derechos reales sobre acciones u otros títulos de propia emisión de la concursada o de

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operaciones en las que ésta haya intervenido en cualquier carácter, (55) esto último a través
de la entidad que lleve tal registro.
Los registros o bases de datos que lleve el deudor en los que consten las operaciones antes
mencionadas deberán, en su caso, ser intervenidas en razón de las facultades del síndico y
asentadas las anotaciones adecuadas según los artículos 15 y, por analogía, 14 inciso 5 LCQ,
en caso de concurso preventivo. En caso de quiebra, tales bases de datos deberán ser puestas
a disposición de la sindicatura, con las anotaciones digitales pertinentes de acuerdo al art. 88
incisos 3, 5 y 6 LCQ.
Un caso especial, como el que analizaremos más adelante, se refiere a los sitios de Internet
mediante los cuales el concursado concurre al mercado del e-commerce. (56) En especial
ahora debemos referirnos a una preocupación que se ha manifestado en otro derecho relativa
a la conveniencia o inconveniencia de publicar en los sitios comerciales digitales la
recurrencia del deudor a soluciones preventivas de la crisis, habiéndose sostenido que, en
general, tales constancias pueden impedir de hecho la continuación de los negocios del
deudor. (57) Queda claro que el síndico, en caso de quiebra, deberá intervenir y ponerse a
cargo de estos sitios, lo que en caso de continuación de la actividad de la empresa podrá ser
extensivo a los coadministradores (art. 191 inciso 5 LCQ). (58)
III. Algunos aspectos de fondo (documentos y contratos informáticos)
La problemática a la que dan lugar los fenómenos informáticos es muy amplia y presenta
variados matices, habiendo sido tratada por una doctrina ya extensa. (59) Hemos
seleccionado dos temas troncales, con algunos subtemas incluidos, como los de principal
impacto en el derecho concursal.
1. Documento informático y firma digital
Aun antes de la sanción de la ley 25.506 (Adla, LXII-A, 6), llamada de “ Firma digital” ,
(60) la doctrina había discurrido extensamente sobre el concepto de “ documento
informático” (o denominaciones similares) y su validez como forma y como prueba de las
relaciones jurídicas. (61) Alguna jurisprudencia también se había presentado entre nosotros
antes de aquella sanción (62) y el tema había sido considerado también en jornadas y
seminarios jurídicos. (63)
La ley 25.506 contempló la firma electrónica y la firma digital y también el concepto de
documento digital. Reproducimos solamente algunos artículos legales a los fines de
identificar los distintos conceptos contenidos en la citada ley: “ Artículo 1° — Objeto. Se
reconoce el empleo de la firma electrónica y de la firma digital y su eficacia jurídica en las
condiciones que establece la presente ley. Artículo 2º — Firma Digital. Se entiende por firma
digital al resultado de aplicar a un documento digital un procedimiento matemático que
requiere información de exclusivo conocimiento del firmante, encontrándose ésta bajo su
absoluto control. La firma digital debe ser susceptible de verificación por terceras partes, tal
que dicha verificación simultáneamente permita identificar al firmante y detectar cualquier
alteración del documento digital posterior a su firma. Los procedimientos de firma y
verificación a ser utilizados para tales fines serán los determinados por la Autoridad de
Aplicación en consonancia con estándares tecnológicos internacionales vigentes. Artículo 3º
— Del requerimiento de firma. Cuando la ley requiera una firma manuscrita, esa exigencia
también queda satisfecha por una firma digital. Este principio es aplicable a los casos en que
la ley establece la obligación de firmar o prescribe consecuencias para su ausencia. Artículo
5º — Firma electrónica. Se entiende por firma electrónica al conjunto de datos electrónicos
integrados, ligados o asociados de manera lógica a otros datos electrónicos, utilizado por el
signatario como su medio de identificación, que carezca de alguno de los requisitos legales
para ser considerada firma digital. En caso de ser desconocida la firma electrónica

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corresponde a quien la invoca acreditar su validez. Artículo 6º — Documento digital. Se
entiende por documento digital a la representación digital de actos o hechos, con
independencia del soporte utilizado para su fijación, almacenamiento o archivo. Un
documento digital también satisface el requerimiento de escritura” .
Altmark, quien se ha ocupado con autoridad de estos temas afirma, en el prólogo a un
libro sobre la materia: “ Pareciera importante destacar que la ley otorga plena eficacia jurídica
tanto a la firma electrónica como a la digital, a pesar de otorgarles en algunos aspectos
efectos diferentes. En relación a dichos efectos, debemos tener presente que la ley establece
una presunción de validez de la firma digital, es decir, quien intenta impugnarla tendrá la
carga de la prueba, mientras que en el caso de la firma electrónica, si ella o su autenticidad es
desconocida por un tercero, la carga de la prueba es obligación del signatario. Al referirse al
documento digital en sentido genérico, la ley introduce en el art. 6° una extensión al concepto
de soporte, que aporta a la construcción del moderno concepto sustancial de documento que
incorpore la ley… Como vemos, a medida que avanzamos en esta breve reflexión, al art. 6°
tiene la trascendencia de que no sólo incorpora o extiende el concepto de soporte, sino que
además extiende también el concepto tradicional de escritura a otros medios de expresión de
la voluntad diferentes de la grafía clásica” (64) (los resaltados son nuestros). Estos conceptos
han sido seguidos también por la doctrina. (65)
El decreto reglamentario 2628/2008 se refiere diferenciadamente a la firma electrónica, a
la firma electrónica basada en certificados digitales emitidos por certificadores no
licenciados; a la firma digital basada en certificados digitales emitidos por certificadores
licenciados y finalmente a la firma digital basada en certificados digitales emitidos por
certificadores extranjeros. (66)
Estos principios se aplican plenamente a los procesos concursales y, por lo tanto:
a. Los documentos digitales (sin firma digital) serán considerados equivalentes a los
escritos (67) y, en caso de desconocimiento, quedarán sometidos a la prueba a cargo del
interesado, (68) como los “ instrumentos particulares no firmados” (artículo 978 Código
Civil).
b. Los documentos digitales aun no firmados, sujetos a la prueba respectiva, constituyen
principio de prueba por escrito (artículo 1192 2da. parte Código Civil y 209 in fine Código de
Comercio).
c. Los documentos con firma digital tendrán los plenos efectos que surgen de la ley
25.506, especialmente artículos 7 a 12.
d. Los principios anteriores se aplican también en materia concursal y eventualmente
corresponderán al síndico las medidas de investigación necesarias para establecer la
existencia, validez y autenticidad de los documentos a los que nos hemos referido.
Nos parece que el síndico y otros órganos concursales que pueden compulsar o tienen a su
disposición los registros y archivos electrónicos del concursado, deberían analizarlos y
manifestar al juez lo que surja de esas constancias como documentos electrónicos, en relación
con los aspectos concretos de la causa para las cuales han de ser utilizados.
2. E-commerce y contratos por medios informáticos
2.1. Presentación
“ A través de medios electrónicos en general, y en especial a través de Internet, pueden
establecerse relaciones jurídicas de diversa índole, tanto de derecho público como de derecho
privado… Las relaciones de derecho privado pueden ser situaciones en las cuales todos los
sujetos participantes son profesionales — están desarrollando actividades que realizan en

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forma habitual y constituyen su modo de vida— , lo cual se conoce como relaciones BtoB
(Business to business); o pueden vincular a un profesional con alguien que no lo es: BtoC
(business to consumer); o trabarse entre sujetos que no son profesionales: CtoC (consumer to
consumer)” . (69)
2.2. Las redes y puntos de venta digitales
2.2.1. Redes digitales
El primer tema que hemos de mencionar a los fines de su consideración respecto de los
concursos se refiere a las redes y puntos de venta digitales. Las primeras llamadas también “
e-market place” (también traducido como “ shopping virtual” ), (70) consisten en la
participación de distintos operadores en un espacio virtual o sitio de la red, en el que ofrecen
variados contratos sobre cosas o servicios. Este tema parte de la base de una negociación de
base contractual entre los oferentes para coordinar las actividades del sitio. En materia
concursal ese contrato, como contrato continuado o de duración estará sujeto, en el concurso
preventivo, a la posibilidad de su continuación o resolución (art. 20 de la LCQ). (71) En la
quiebra, dependerá de la continuación de la explotación y la decisión sobre los contratos (art.
191 inc. 6, LCQ).
Los contratos celebrados mediante tales redes con terceros quedarán sometidos a la regla
que enunciaremos más adelante para los contratos informáticos en general.
2.2.2. Puntos de venta digitales y sitios de información o publicidad
Debemos diferenciar inicialmente los puntos de venta digitales de los sitios de publicidad
o de información de productos. (72) Los primeros importan una oferta por vía digital para la
realización de operaciones que se han de concretar de igual manera. Los segundos son
solamente “ pasivos” , brindan información pero no sirven para concretar operaciones por
medio de ellos.
De estos últimos (sitios pasivos, de información o propaganda) sólo diremos que, dirigidos
a consumidores (y aun respecto de cualquier destinatario), deben contener información
suficiente y veraz. Si pueden fundar una relación de consumo, debe recordarse que la ley
24.240 (Adla, LIII-D, 4125) (modificada por la ley 26.361) exige, en su artículo: “
Información. El proveedor está obligado a suministrar al consumidor en forma cierta, clara y
detallada todo lo relacionado con las características esenciales de los bienes y servicios que
provee, y las condiciones de su comercialización. La información debe ser siempre gratuita
para el consumidor y proporcionada con claridad necesaria que permita su comprensión” .
(73)
En el concurso preventivo, el síndico concursal deberá conocer el contenido de estos
sitios, y si fuere inadecuado a la ley, hacerlo saber al concursado y, en su caso, al Juez. Si se
trata de una quiebra, deberá analizar los contenidos para su información y, como
administrador de la masa activa, hacer cesar la aparición de estos sitios cuando no se continúe
la explotación empresaria o, en caso de continuarse, supervisar la publicidad así efectuada en
su administración o por el coadministrador, si se ha nombrado. (74) En consecuencia, sobre
estos sitios informativos o de propaganda, el síndico deberá informarse de sus contenidos, a
los fines de conocerlos para eventuales responsabilidades que puedan sostenerse por terceros,
corregir los defectos que tuvieren y, en caso de quiebra, cerrarlos si no se continúa con la
explotación empresaria.
En cuanto a los puntos de venta propiamente dichos, además de los aspectos informativos,
en los que se seguirán iguales pautas a las reseñadas más arriba, se presentan otros temas de
interés para el concurso.

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Antes de adentrarnos en ellos, diremos que la doctrina ha señalado que cuando el contrato
se celebra estando las dos partes on line, debe reputarse como contrato entre presentes,
mientras que si la aceptación es diferida se aplican las reglas de los contratos entre ausentes.
(75) Estas modalidades servirán para establecer el momento de perfeccionamiento del
contrato. (76) Este aspecto es fundamental en materia de concursos, en primer lugar para
establecer si el contrato quedó perfeccionado antes o después de la presentación de concurso
preventivo o decreto de quiebra, a los fines de aplicar a su respecto las reglas concursales
relativas a los contratos. (77) En concreto, el contrato perfeccionado después de la
presentación del concurso preventivo puede dar lugar a: una relación postconcursal si fuera
del curso ordinario de los negocios del concursado (art. 16 parte final LCQ), o bien requerir
autorización judicial para su realización si excediera de tal calidad, sin la cual el contrato
sería ineficaz (art. 17 primer párrafo LCQ) y podría dar lugar a sanciones previstas en el
mismo artículo, segundo párrafo y siguientes. En caso de quiebra los contratos con el fallido,
no perfeccionados antes de la declaración de falencia, serían ineficaces en razón del
desapoderamiento (artículos 106 y 109 LCQ).
2.3. Lugar de concertación
En materia concursal será fundamental establecer el lugar de concertación de los
contratos.
Es cierto que en los contratos llamados discrecionales las partes pueden elegir libremente
el lugar que asignan a tal convención. (78)
En los contratos de consumo la elección de un lugar de concertación no puede ser
arbitraria y una buena parte de la doctrina afirma que debe reputarse como tal, aun en los
contratos informáticos, el domicilio del consumidor. (79)
En los demás contratos, si no ha habido elección por las partes, existen distintas
posiciones doctrinarias. Por un lado se ha sostenido que es el lugar que corresponde según el
domicilio al que corresponda el nombre de dominio del oferente (quien es el que recibe la
conformidad que concluye el contrato); (80) en este mismo sentido se refiere a la sede que
corresponde al lugar en el que está colocada la computadora que recibe la aceptación,
hablándose en tal sentido, de domicilio informático. (81) Otros sostienen que debe estarse al
establecimiento desde donde el oferente realiza las operaciones objeto del contrato. (82)
También se ha sugerido como lugar de celebración del contrato aquel donde está ubicado el
servidor del oferente al que se remitió la aceptación. (83) Un problema especial lo constituye
el de la oferta lanzada por una laptop o mecanismo similar en la que, en general, se siguen las
reglas indicadas más arriba. (84) Algunos autores señalan que, por esas razones, los contratos
concluidos por Internet deben entenderse como deslocalizados. (85)
Será importante la determinación del lugar de celebración del contrato por lo que diremos
posteriormente respecto de la ley aplicable.
2.4. Ley aplicable
Por aplicación de las reglas del derecho internacional privado de fuente interna en la
República Argentina, (86) si bien, por el art. 1205 del Código Civil “ los contratos hechos
fuera del territorio de la República, serán juzgados, en cuanto a su validez o nulidad, su
naturaleza y obligaciones que produzcan, por las leyes del lugar donde hubieran sido
celebrados” , por el art. 1209 se establece que, sean los contratos celebrados dentro de la
República o fuera de ella, si son ejecutados en el territorio del Estado, serán juzgados por las
leyes argentinas, cualquiera sea la nacionalidad de los contratantes. (87) La determinación
concursal de la ley aplicable será cuestión esencial, tanto en cuanto a la prueba, como a la
decisión sobre la relación en análisis.

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2.5. Contratos de cumplimiento instantáneo por medios informáticos o de cumplimiento
fuera de la red
Otra distinción importante, con efectos concursales, es la del contrato celebrado por
medios informáticos cuyo cumplimiento — generalmente instantáneo— es susceptible de ser
efectuado también por medios informáticos (por ejemplo, el suministro de música, películas,
visitas virtuales, archivos, etc.); (88) de aquéllos en los que la prestación ofertada y a la que
tiene derecho el aceptante, es una prestación material y aun inmaterial o de servicios, pero
que se concreta fuera de la red. En este último caso podremos encontrarnos con cualquiera de
las situaciones del art. 20 LCQ en caso de concurso preventivo (contratos con prestaciones
recíprocas pendientes al momento de la presentación en concurso), o de los arts. 143 y
siguientes en caso de quiebra. (89)
2.6. Protección del consumidor y contrato informático
Una arista actual que no puede perderse de vista es la incidencia de la Ley de Defensa del
Consumidor (LDC) (90) sobre los contratos celebrados por medios informáticos. (91)
No puede caber duda que, cuando el consumidor reside en Argentina y allí está su
dirección electrónica, y es en el país donde deben ser ejecutadas las prestaciones, la LDC
resulta de cumplimiento ineludible.
Un análisis completo de esta ley excedería de este trabajo, sin embargo, sólo nos
referiremos a algunos puntos en especial:
a) Los deberes de información a los que se refiere el art. 4 LDC, que ya hemos enunciado,
son importantes no sólo cuando el proveedor contactado por Internet se domicilia en el país,
sino cuando tiene ese domicilio en el extranjero. En proveedores que se dirigen o surten a
multiplicidad de países, esta conclusión de aplicación legislativa puede originarles
dificultades o requisitos ajenos a los de su propia práctica. No obstante, creemos que si
pretende colocar los bienes o servicios que provea a personas residentes en nuestro país, no
puede eludir la aplicación de la LDC. En todo caso, si no desea tal aplicación, deberá indicar
claramente que su oferta no es válida sino respecto de compradores de determinados países o
excluyendo a determinados países.
b) En cuanto a la venta domiciliaria, por correspondencia y otras, (92) en estos casos rigen
precisiones particulares para el contrato y además existe la posibilidad de revocar la
aceptación dentro de los diez días contados a partir de la fecha que se entrega el bien o se
celebra el contrato, lo último que ocurra. (93) Esta facultad del consumidor no se altera por
tratarse de un contrato celebrado por medios informáticos.
A nuestro juicio su aplicación se hace imposible en los contratos, a los que nos referimos
más arriba, en los cuales la aceptación implica inmediatamente la provisión por medios
informáticos del bien prometido (música, películas, visitas virtuales, archivos, etc.), en cuyo
caso la posibilidad de restituir el bien recibido se hace técnicamente imposible. Por tanto,
ante la consunción del objeto, será imposible la aplicación del derecho de arrepentimiento (lo
que también se ha llamado receso del contrato). (94) En este último caso, ante perjuicios
causados por dolo o culpa del proveedor, por indebida formación de la voluntad del
consumidor o por sorpresa, (95) cabrá una acción de daños respecto del proveedor ante la
imposibilidad de ejercicio de la facultad de resolución del contrato y restitución de los bienes.
c) Aun cuando se considere consumidor al usuario de servicios financieros (96) debe
contemplarse la situación de quienes realizan operaciones en los mercados de valores
autorizados. En estos, en la actualidad la mayoría de las operaciones se cursa a través de
órdenes informáticas. Por esa razón la doctrina admite que esas operaciones no serían aptas
para la aplicación del derecho de arrepentimiento. Además este derecho importaría la

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posibilidad de alterar retroactivamente el curso de los mercados, perjudicándose un interés
superior en su transparencia. (97) Hacemos notar, finalmente, que en estos mercados la
posibilidad de cumplimiento efectivo de las operaciones ha dado lugar a una modalidad de
cumplimiento denominada DVP (Delivery versus Payment), según la cual en el mismo
momento y mediante anotaciones informáticas se hace el intercambio en tiempo real de las
prestaciones de ambas partes.
d) La responsabilidad por daños y las sanciones previstas por la LDC, podrán ser aplicadas
al proveedor cuando el consumidor sea residente en el país, y la provisión se realice a su
dirección informática (en caso de ser instantánea) o a su domicilio o a otro lugar en el país, en
caso de ser diferida.
2.7. Reglas concursales
Finalmente recordaremos que las reglas legales sobre continuación de contratos se aplican
también a los contratos celebrados por medios informáticos. En materia de concurso
preventivo se trata del art. 20 de la LCQ, que ya hemos mencionado, que confiere una
facultad excepcional al deudor de resolver los contratos anteriores con prestaciones
recíprocas pendientes, sujeto a condiciones de tiempo y autorización judicial, con
intervención del síndico. En la quiebra, en caso de continuación de la explotación de la
empresa, el juez puede decidir autorizar ciertos contratos en curso de ejecución, quedando los
demás resueltos. (98) Si no se continúa la explotación la continuación del contrato es
excepcional, en los términos del art. 144 LCQ, sin perjuicio de las reglas especiales para
ciertos contratos o situaciones (art. 145 y siguientes LCQ). (99)
En particular, respecto del contrato de locación, ya nos hemos referido a su situación en
caso de concurso preventivo. (100) En la quiebra, y respecto de la locación de inmuebles, el
art. 157 LCQ prevé soluciones particulares según se trate de la quiebra del locador o del
locatario y el destino del arriendo (exclusivamente para vivienda del locatario, para
explotación comercial o destino mixto). (101)
Como conclusión podemos decir que los contratos por medios informáticos se rigen, en
caso de concurso, por las reglas generales de los contratos, teniendo particularidades propias
en cuanto al consentimiento, las formas, el lugar de concertación, los medios de ejecución y
la prueba.
Al actuar en un proceso concursal respecto de estos temas, las partes no pueden ignorar las
soluciones propuestas por la doctrina y los efectos de la situación de insolvencia sobre los
distintos aspectos de la relación contractual y de su prueba. Los síndicos deberán extremar su
diligencia para fijar la posición que mejor convenga a los intereses que están llamados a
defender, mediante una investigación precisa sobre los elementos generales de la relación que
se le ponga de manifiesto, pero en especial de sus improntas informáticas y su impacto sobre
el derecho aplicable. Como hemos dicho, su situación es en cierta manera privilegiada, pues
al poder compulsar libremente los registros informáticos del deudor y, en caso de quiebra, al
tenerlos a su disposición, por lo que sus investigaciones para establecer las circunstancias y
condiciones de los contratos deben ser más profundas y pueden llegar a establecer en mayor
grado la realidad de las operaciones.
3. Contratos sobre bienes o servicios informáticos
Esta nueva categoría contractual se refiere a las relaciones relativas a la provisión de
equipos, programas, servicios y demás bienes vinculados a esas provisiones. Paradójicamente
estos contratos pueden celebrarse por medios informáticos o por medios “ ordinarios” .
Los contratos troncales en este campo se refieren a la provisión de “ hardware” y “
software” , alrededor de los cuales se han identificado una serie importante de otros contratos

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de provisión de bienes o servicios (incluyendo tecnología, redes y sistemas). Altmark cita, en
una enumeración que identifica como no taxativa, los siguientes:
Contrato de provisión de acceso
Contrato de servicio y operación de servidor
Contrato de provisión de contenidos
Contrato de edición en Internet
Contrato de locación de espacio en Internet
Contrato de publicidad
Contrato electrónico de intermediación comercial
Contrato de desarrollo de productos multimedia en Internet
Contrato de sondeo
Contrato de distribución en Internet
Contrato de producción y mantenimiento web
Contrato de investigación en Internet
Contrato de participación en eventos
Contrato de acceso a banco de datos
Contrato con autoridad de participación. (102)
Más recientemente este mismo autor ha desarrollado un estudio sobre el “ Contrato de
outsorcing de sistemas de información” . (103) En realidad en esta última obra se establecen
los principios básicos de los contratos a los que nos estamos refiriendo, sobre todo a los
elementos específicos que surgen de la especial técnica sobre la que se aplica la convención.
Así la información particular respecto de las características y prestaciones de los bienes y
servicios ofrecidos, el deber de asesoramiento y consejo de acuerdo a las necesidades del
adquirente, paralelamente con el deber del usuario de informar con precisión sus necesidades,
en lo que el autor llama “ el juego equilibrado de las obligaciones de las partes” . (104)
El tratamiento particularizado de cada uno de estos contratos excede de este trabajo. Su
mención es importante pues es probable que muchos de ellos tengan la siguiente impronta
concursal:
a) En el concurso preventivo pueden estar concluidos y en curso de ejecución, en cuyo
caso deberá establecerse si han de continuarse o no y la suerte concursal de las prestaciones
no cumplidas por el concursado. Es importante destacar que muchos de ellos pueden ser
fundamentales para una debida continuación empresaria y otros, susceptibles de interrupción
en atención a la situación económica de la empresa (art. 20 LCQ). Para ambos supuestos la
función de la sindicatura es fundamental, pues no es indiferente a su misión establecer la
existencia y vigencia de estos contratos y sobre todo su eventual continuación. (105)
Debemos recordar que si bien pueden estar regidos por ley distinta a la del foro, ésta, como “
lex concursus” (106) se aplicará a las posibilidades de continuación o resolución contractual.
b) En caso de quiebra se dan las situaciones previstas en general por el art. 143 LCQ, que
ya hemos analizado. (107)
Agregamos que, si bien es una nota común para los contratos “ ordinarios” y los contratos
sobre bienes y servicios informáticos, en estos últimos se presenta con frecuencia el

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fenómeno de la “ conexidad contractual” . (108) Por esa razón es probable que estas
situaciones deban ventilarse tomando un conjunto de contratos vinculados que se apoyen o
justifiquen unos con otros (y de cuya separación pueda resultar perjuicio para el tercero
contratante o para el propio concursado y sus acreedores).
Debe destacarse especialmente que en supuestos concursales la continuación de algunos
de estos contratos resulta de sumo interés a los fines del concurso. En algunos casos, para
soportar el mantenimiento de la explotación en concurso preventivo o quiebra (dado que
resulta poco imaginable una actividad económica, aun no comercial, que no cuente con el
auxilio de infraestructura y conexión a redes informáticas). (109) En otros supuestos, la
sindicatura deberá tener en cuenta que continuar con algunos contratos — al menos por cierto
tiempo— , le servirá para una debida fuente de información y, eventualmente, para detectar
relaciones patrimoniales de interés para el concurso y para sus informes.
4. Miscelánea
Si bien anunciamos limitar nuestro análisis a los puntos hasta aquí desarrollados, no
podemos sino dejar anotados otros vinculados que serán de interés incluso para casos
concursales.
4.1. Un capítulo especial se refiere a los “ nombres de dominio” . El tema es muy amplio y
ha sido regulado, en nuestro país, igual que el régimen de Internet, por diversas disposiciones.
(110) Actualmente rige, sobre el particular, la Resolución 654/2009 del Ministerio de
Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, del 19/11/2009. Sobre este tópico se
ha estudiado la incidencia de los nombres comerciales y de las marcas de productos sobre los
nombres de dominio de Internet. (111) Si bien NIC Argentina (112) no interviene en los
conflictos que se susciten “ entre entidades registrantes y/o solicitantes y/o terceros relativos
al Registro y/u uso de dominio” , (113) actualmente el punto 11 del Anexo I de la Resolución
que hemos mencionado establece un cierto procedimiento en caso de solicitud de revocación
de un nombre de dominio por terceros, caso en el cual, de no poder determinar a quien asiste
mejor derecho, deja en libertad a las partes para resolver la disputa, la que seguramente
deberá ser entablada por vía judicial. Ya se han resuelto una serie de cuestiones a este
respecto. (114)
En materia concursal es importante tener en cuenta que el nombre de dominio es una
propiedad del registrante y, como tal, debe ser considerado dentro de su patrimonio. Por lo
tanto, entendemos que en el concurso preventivo el concursado no podría disponer de él sin
autorización judicial expresa (art. 15, cuarta parte, LCQ) y, en caso de quiebra, el síndico
debería tomar las medidas adecuadas para su protección, renovación y, en su caso, su
inclusión como activo a enajenar, si lo considerara con valor agregado. Debe tenerse presente,
además, que ese nombre puede tener elementos que lo identifiquen con la actividad del
deudor, su nombre comercial, sus marcas y patentes, por lo cual su cuidado es de especial
atención tanto de las partes, del síndico y aun de los magistrados. La corta duración de la
inscripción (un año) exigirá medidas tempestivas y adecuadas para la tutela eficiente.
Oportunamente dijimos también que la apertura del concurso y de la quiebra deberían
comunicarse a NIC Argentina (lo que podría ampliarse a notificar que no podrán efectuarse
modificaciones sin autorización judicial).
4.2. Comentarios similares merece el problema vinculado a la propiedad intelectual de
aquello que se carga en un sitio de Internet, como así también, el cuidado que, con el
contenido de estos sitios, no se afecte la propiedad intelectual de terceros. (115)
4.3. Con frase utilizada por el inolvidable maestro Morello, concluimos diciendo
solamente que se abre una ancha avenida de cuestiones respecto de los daños que puede

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causarse por medio de Internet, (116) lo que naturalmente puede llegar a tener reflejos en
reclamos concursales por parte de terceros, o bien por el concursado o el síndico en caso de
quiebra, respecto de otras personas.
IV. Cooperación informática interjurisdiccional
La cooperación entre tribunales y órganos de los concursos es una temática de gran
preocupación actual, máxime ante la innegable realidad de la globalización y la propia del
progreso de los medios de comunicación. Sin embargo, una rápida y eficaz cooperación se ve
dificultada, en muchas ocasiones, por las particularidades de cada país en relación con las
formas dispuestas por la legislación (generalmente sobre la base de usos y tradiciones
propias). Por ello resulta de significativa importancia poder establecer los adelantos
realizados en estos campos y establecer bases para un mejoramiento y profundización en lo
futuro. El uso de la informática puede dar apoyo para lograr optimizar estos resultados.
1. Ambito nacional
Los representantes de los poderes judiciales provinciales, junto con la Procuración
General de la Nación, la Defensoría General de la Nación, la Jefatura de Gabinete y el
Ministerio de Justicia, celebraron en la Ciudad de Buenos Aires en setiembre de 2001, el “
Convenio de comunicación electrónica interjurisdiccional” , complementario de la Ley
22.172 (Adla, XL-A, 70), (117) habiendo considerado la necesidad de “ realizar esfuerzos
comunes para contribuir al desarrollo de un sistema judicial ágil y eficiente, aprovechando los
beneficios que ofrece el empleo de las nuevas tecnologías…” . (118)
El convenio incluye, entre sus normas generales, un compromiso de cooperación, según el
cual las partes se comprometen a homogeneizar los nombres de dominio utilizados y sus
correos electrónicos a fin de hacer posible un uso racional y adecuado de las nuevas
tecnologías informáticas, todo sujeto a las normas establecidas en el “ Protocolo Técnico de
Comunicación Electrónica Interjurisdiccional” . Por correo electrónico podrán realizarse las
comunicaciones directas entre organismos judiciales y ministerios públicos de distinta
jurisdicción, exceptuando los casos en que elementos y/o documentos probatorios requieran
ser remitidos imprescindiblemente en forma anexa en distinto soporte. El correo impreso e
incorporado al expediente será prueba suficiente de la comunicación. Los correos serán
firmados digitalmente por el juez o funcionario competente, para garantizar, su autenticidad,
integridad e inalterabilidad. (119) El Convenio queda abierto a la adhesión de otros Poderes
Judiciales, Ministerios Públicos, registros, órganos extrapoder y órganos de los Poderes
Ejecutivos Nacional, Provinciales y de la Ciudad de Buenos Aires. (120)
Esta iniciativa tiene la importancia de marcar una dirección, aun cuando el uso de la firma
digital no se ha generalizado en nuestros Tribunales. (121) Quizá pueda sugerirse la
posibilidad de admitir también la suficiencia de documentos digitales mediante firma
electrónica, con ciertos resguardos de autenticidad y aviso de recepción, al menos para ciertas
comunicaciones y para la transcripción de decisiones judiciales o del estado de expedientes.
Si bien este convenio no se aplica a las sindicaturas y otros órganos, la comunicación entre
ellos no necesariamente ha de tener — aun en diversas jurisdicciones— la formalidad del
oficio (ley 22.172) o el mensaje con firma digital. De hecho, estos órganos frecuentemente se
comunican información y hasta actuaciones y peticiones, sin esas formalidades.
Dos casos interesantes pueden mencionarse, en la práctica de los Tribunales comerciales
concursales de la Capital Federal, como prueba de una marcha hacia prácticas de mayor
flexibilidad. Así, por ejemplo, en un caso se admitió que antes de dictar una sentencia la
Exma. Cámara Comercial, el secretario obtuviera informes — incluso por vía telefónica—
de otras causas con alguna conexidad. (122)

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En otro caso, el Tribunal, ante la necesidad de contar con información sobre una causa
tramitante en el extranjero, accedió a ella por vías informáticas, si bien dejó en claro el efecto
de esas constancias sobre la decisión de la causa. (123)
2. Ambito Internacional. La quiebra transfronteriza
El “ American Law Institute” adoptó las “ Guidelines Applicable to Court-to-Court
Communications in Cross-Border Cases” , en cuyos fundamentos se lee, entre otros
razonamientos de interés: “ Uno de los elementos más esenciales de la cooperación en los
casos transfronterizos, es la comunicación entre las autoridades que administran los procesos
de los países involucrados. Dada la importancia de los tribunales en los procedimientos de
insolvencia y reorganización, es todavía más esencial que los tribunales supervisores puedan
coordinar sus actividades para asegurar que las personas que tengan intereses en las empresas
en dificultades económicas reciban el beneficio máximo… El objetivo de estas Pautas es
mejorar la coordinación y armonización de los procedimientos de insolvencia que involucran
a más de un país, mediante el uso de la comunicación entre las jurisdicciones…” . (124)
Las Pautas citadas funcionan como guía u orientación práctica para las comunicaciones
entre los jueces y órganos que intervienen en una quiebra o concurso transfronterizo. Las
Pautas alientan la comunicación directa entre los tribunales, siempre en consonancia con las
formas que éstos consideren apropiadas. Una de las maneras en que pueden efectuarse tales
comunicaciones es la participación bilateral o multilateral en teleconferencias, con o sin
video, o a través de otros medios electrónicos. (125) En estos casos, los abogados de las
partes podrán participar personalmente y deberá notificarse a todos los interesados con
anticipación. (126)
Este tipo de lineamientos, sobre todo en lo que respecta a la disponibilidad y publicidad de
la información entre tribunales, también pueden observarse en el “ Cross-border insolvency
concordat” de la Internacional Bar Association (1995-1996), donde se intenta contribuir a la
negociación de protocolos que podrían ser adoptados por los tribunales para superar los
obstáculos y remediar los problemas prácticos que resultan de los procesos internacionales.
Siguiendo el mismo criterio de cooperación interjurisdiccional, la “ Ley Modelo de
UNCITRAL sobre Insolvencia Transfronteriza” , en su art. 14 sobre notificación a los
acreedores en el extranjero, (127) no requiere formalidades específicas; y el art. 27 sobre
formas de cooperación, establece que: “ la cooperación de la que se trata en los arts. 25 y 26
podrá ser puesta en práctica por cualquier medio apropiado, y en particular mediante: … b) la
comunicación de la información por cualquier medio que el tribunal considere oportuno…” .
En las notas explicativas de la “ Guía para la incorporación al derecho interno” , respecto de
las notificación a los acreedores en el extranjero, se señala que los preceptos del derecho
interno suelen traer trámites un tanto engorrosos, como por ejemplo si se recurre a la vía
diplomática, desaconsejables para un proceso de insolvencia. Es por ello que se sugiere que el
tribunal disponga efectuar la notificación por la vía que considere oportuna dadas la
circunstancias del caso, sin requerirse carta rogatoria ni ninguna otra similar. En los
comentarios al capítulo IV: “ Cooperación con tribunales y representantes extranjeros” , la
Guía menciona, entre los medios de comunicación utilizables, el teléfono, el fax, el correo
electrónico y el video. El apartado “ f” de este art. 27 deja a criterio de los Estados que
incorporen el nuevo régimen, la indicación de otras formas o ejemplos de cooperación.
Se han promulgado leyes basadas en esta Ley Modelo en los siguientes países: Australia
(2008), Canadá (2009), Colombia (2006), Eritrea (1998), Eslovenia (2007), los Estados
Unidos de América (2005), Gran Bretaña (2006), (128) Japón (2000), Mauricio (2009),
México (2000), Polonia (2003), Montenegro (2002), Nueva Zelandia (2006), República de
Corea (2006), Rumania (2003), (129) Serbia (2004), Sudáfrica (2000) y Territorio de ultramar

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del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte: Islas Vírgenes Británicas (2003). (130)
En Argentina se ha propuesto reiteradamente la adopción de ese régimen, hasta ahora sin
éxito. (131)
Con posterioridad al dictado de estos documentos que venimos analizando, en julio de
2009, UNCITRAL adoptó la Guía de Prácticas de Cooperación en la Insolvencia
Transfronteriza, documento de mucha importancia para conocer el estado actual de aplicación
de los convenios y concordatos que los tribunales y las partes han celebrado para resolver las
cuestiones prácticas que se presentan en los casos transfronterizos. (132)
En el ámbito de la Unión Europea se adoptó el Reglamento (CE) N° 1346/2000 del
Consejo de 29 de mayo de 2000 sobre procedimientos de insolvencia (133) que también
prevé el deber de cooperación e información entre el síndico del procedimiento principal y
los síndicos de los procedimientos secundarios, indicando que toda comunicación que pueda
ser útil al otro procedimiento deberá darse sin demora. (134)
Como conclusión de este capítulo se impone recomendar la adopción de la Ley Modelo de
UNCITRAL, sin perjuicio de la flexibilización de las normas, procedimientos y la operatoria
cotidiana de los tribunales y de los órganos concursales a los fines de aligerar el proceso y
beneficiar el tránsito de información, todo para la mejor solución en caso de insolvencia.
V. Final
Como mejor reflexión final a las consideraciones que hemos efectuado hasta ahora,
podemos remitirnos a una publicación distribuida con motivo de la “ Conferencia de las
Supremas Cortes de las Américas” (Buenos Aires 3 y 4 de septiembre de 2009), impreso por
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, conteniendo dos trabajos de su presidente Ricardo
Luis Lorenzetti, bajo el título “ The Rule of Law” . En el primero de ellos, “ States policies
for the Judiciary” , dice: “ Ahora debemos mirar hacia delante, mientras tenemos presente que
el desarrollo sólo puede sostenerse a mediano plazo, con un apropiado marco institucional
que asegure reglas claras, previsibilidad y equidad, lo que subraya la importancia
fundamental del papel del Juez en el diseño estratégico de la Nación…” , y entre las
conclusiones respecto de la mejora en la Administración de Justicia agrega: “ Diferentes
tribunales deberían compartir áreas comunes y tecnología para servicios no específicos: La
inversión requerida para equipar los edificios es muy alta, pero lejos está de utilizarse el
equipamiento al máximo de sus posibilidades. Si debe existir un juzgado por cada juez, y por
lo tanto cada uno necesita una oficina, sala de audiencias, computadoras, etc., mucho dinero
se requerirá y menos tribunales de los que se necesitan serán eventualmente creados. Este
obstáculo podría superarse, en parte, si se identificaran áreas comunes. El juez debe, por
supuesto, tener una oficina, pero podría haber una única mesa de entradas para varios
tribunales y se podrían compartir las salas de audiencias; también, equipos específicos de
personas podrían trabajar con los casos complicados y algunos jueces podrían ayudar a otros
para evitar retardos” .
En el segundo, “ A new judicial management” , expresa, entre otras consideraciones: “
XII. Uso de la tecnología. La información tecnológica y las comunicaciones son poderosas
herramientas, cuando son adecuadamente utilizadas, para organizar el trabajo, evitar
repeticiones y optimizar el desempeño de los tribunales. Obviamente, la tecnología por sí sola
no es suficiente para administrar justicia, ya que no es más que un instrumento para ser usado
de acuerdo con un plan de administración cuidadosamente diseñado (y no a la inversa). Por lo
tanto, la unión entre tecnología y administración de justicia, será positiva si esta última es
capaz de proporcionar criterios racionales y un buen desempeño, de acuerdo a las necesidades
de los miembros del sistema” , y respecto de las “ páginas web” y “ notificaciones” razona:
“ Páginas Web. El trabajo de los abogados y la comparación interna de documentos puede ser

© Thomson La Ley 19
facilitada a través del “ posteo” electrónico de versiones de ciertos documentos estándar
(notificaciones, providencias, etc.) en las páginas Web. Este es otro instrumento capaz de
simplificar el trabajo judicial tanto interno como externo, en la medida que provee ciertas
pautas a los usuarios respecto de ciertos tipos de documentos que deben ser preparados por
las partes. Es importante mencionar que este será el primer paso del proceso. En el futuro se
espera que estos documentos sean preparados por los mismos tribunales, eliminándose de
este modo, la necesidad de compulsar cada documento presentado por las partes.
Notificaciones. Las comunicaciones demandan una importante cantidad de tiempo en los
procesos judiciales. La introducción gradual de nueva tecnología para las comunicaciones
electrónicas es de una importancia capital en este campo, a fin de que la justicia llegue a las
personas de un manera más rápida y, por esa misma razón, mejor” .
En definitiva, esperamos que, siguiendo los antecedentes ya compulsados, pero acelerando
notablemente el paso, podamos centrar nuestro debate en cuestiones vinculadas a la
modernización de la ley y de sus procedimientos de aplicación, para ponerlos a tono con el
mundo de hoy. (135)
Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723)
(1) En general se utilizan diversas denominaciones para este fenómeno, como
informática, empleada en el texto, telemática, cibernética y, en menor medida, sistema de
procesamiento de datos, computación, digitalización, etc. Ver por ejemplo: BRAVO, Fabio, “
Contrattazione telematica e contrattazione cibernetica” , Giuffré, Milán, 2007, p. 170 y ss.,
quien dice: “ cuando se habla de ‘ informática’ se refiere a un sistema que consiente ‘ el
tratamiento de la información de manera automática a través del uso de instrumentos
electrónicos’ ” y, citando a CARIDI, señala que “ la informática, término derivado del
acrónimo de las palabras información y automática, es la disciplina que estudia la recolección
y tratamiento automático de la información” o bien “ la ciencia que estudia la elaboración
racional, sobre todo por medio de máquinas automáticas, de la información considerada como
el soporte del conocimiento y de las comunicaciones, en campo técnico, económico y
social” . D’ ELIA Isabella, CIAMPI, Constantino, “ Informatica, telematica e nuove
tecnologie dell’ informazione” , tomos 1 y 2, Cedam, Padua, 1990. Sobre informática jurídica
es siempre recordada la obra de GIANNANTONIO, Ettore, “ Introduzione all’ informatica
jurídica” , Giuffré, Milán, 1984; y también su trabajo posterior “ Manuale di diritto dell’
informatica” , Cedam, Padua, 1994, especialmente p. 8 y ss. En lo sucesivo, en el texto, nos
referiremos sólo a informática, aun cuando con ello incurramos en abundantes repeticiones.
De todas maneras, las distintas formas de designar el fenómeno han motivado debates y
distinciones entre ellas en los diversos autores y en los diferentes sistemas de derecho.
(2) Por ejemplo la publicación de edictos al abrirse el concurso preventivo, artículos 14,
inc. 4, 27 y 28 de la LCQ; el artículo 74, en caso de acuerdo preventivo extrajudicial, y en
caso de quiebra el artículo 89, entre otros; la regla general del artículo 26 referido a las
notificaciones por ministerio de la ley (llamada comúnmente por nota). En algunos casos se
requiere específicamente la notificación por cédula: artículo 281 respecto de los incidentes,
mientras que el artículo 273, inc. 5 resume principios desarrollados a lo largo de toda la ley
cuando dice: “ la citación a las partes se efectúa por cédula, por nota o tácitamente las
restantes notificaciones” . También se prevé el uso de la carta certificada (artículo 29).
(3) La doctrina destaca, por un lado, que el Código Procesal Civil y Comercial de la
Nación (CPCCN) prevé la notificación mediante telegrama con copia certificada y aviso de
entrega y carta documento con aviso de entrega (art. 136 CPCCN). Sin embargo, reserva para
la notificación por cédula o mediante acta notarial, la notificación del traslado de la demanda,
reconvención, citación de personas extrañas al juicio, la sentencia definitiva y todas aquéllas
que deban efectuarse con entrega de copias. Esta circunstancia se repite en otros códigos

© Thomson La Ley 20
procesales locales. En el texto nos referimos a normativas infralegales adoptadas en diversas
jurisdicciones.
(4) SOSA, Toribio E., “ Medios informáticos y el proceso que viene. Validez probatoria y
eficacia procesal” , LLBA 1999, 649; del mismo autor: “ Dos códigos procesales en uno (O la
reingeniería judicial del proceso a través de su “ inmunización” contra las nulidades
procesales)” , JA, 1999-III-822; MAURINO, Alberto Luis, “ Notificaciones procesales” , 2ª
ed., Astrea, Buenos Aires, 2000, p. 158, donde se refiere a la notificación telefónica y por fax
y a un trabajo de LABRADA, Pelayo Ariel, “ Diez claves para la celeridad procesal sin
reformas legislativas” , Pergamino, edición del autor, 1998; véase también del mismo autor, “
Las notificaciones electrónicas en la justicia argentina” , disponible en
www.gestionjudicial.net/documentos/documentos/ArielLabrada/notifelectr/notifelectr.htm.
GOZAINI, Osvaldo, “ Código Procesal Civil y Comercial de la Nación” , LA LEY, Buenos
Aires, 2002, tomo I, p. 359, donde solamente dice: “ restando por esclarecer si las constancias
emitidas a través de la impresora provenientes de la impresión del texto informado por
Internet, tendrá o no efectos legales (arts. 140 y 144)” .
(5) Agradezco muy especialmente a los Dres. Walter R. TON y Fernando PEREZ
HUALDE la inestimable colaboración de remitirme antecedentes sobre este tema.
(6) Acordada 20.112, del 26 de marzo de 2007, con el apoyo de la base de datos existente
en el servidor del Poder Judicial, según Acordada 21.236, publicada en el Boletín Oficial el
15/08/2008.
(7) Autos “ C.G.T. y otros c. Provincia de Mendoza s/Acción de Inconstitucionalidad” ,
de 13/03/2008, con primer voto del Dr. Herman A. Salvini y adhesiones del Dr. Pedro J.
Llorente y Aída Kemelmajer de Carlucci. Véase LIVELLARA, Carlos, “ Procedimiento
laboral” , Revista de Derecho Laboral y de la Seguridad Social, Abeledo Perrot (RDLSS
2008-14-1281).
(8) Boletín Oficial del 15/08/2008.
(9) Acuerdo n° 3399 de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, del
5 de noviembre de 2008, que, con muy interesantes fundamentos, aprobó un Reglamento y lo
puso en práctica en diversos juzgados como “ prueba piloto” ; véase SANUCCI, Edgardo, “
Notificaciones por vía electrónica. La Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires
promueve un importante avance tecnológico para dinamizar los procesos judiciales” , LLBA,
marzo 2009, 125; AGUILAR, Rosana I., “ Nueva gestión judicial: Hacia un servicio cada vez
más eficaz” (segunda parte), LA LEY, Sup. Act. 05/11/2009, I.
(10) Véase PEREZ Tognola, María V., DIAZ SOLIMINE, Omar L., “ Una experiencia
judicial de jueces argentinos en Washington D. C., con especial referencia a la aplicación de
los recursos tecnológicos” , LA LEY Sup. Act., 18/09/2007, 1; AGUILAR, Rosana I., “
Nueva gestión judicial: hacia un servicio cada vez más eficaz” , LA LEY Online, primera
entrega, donde se refiere al sistema de notificaciones electrónicas desarrollado por la “
Comisión Nacional de Gestión” , presidida por el Dr. Ricardo L. LORENZETTI, Acordada
37/2007 CSJN. (11) Que puede verse en www.pjn.gov.ar: Sistema de notificaciones
electrónicas voluntario.
(12) Véase AGUILAR, Rosana I., op. cit.
(13) Son las expresiones del Real Decreto-Ley 3/2009 de España.
(14) Capítulo III del Real Decreto-Ley 3/2009: “ Medidas en materia concursal” .
Artículo 6: “ Publicidad del concurso” . Este artículo, en sus apartados cinco y seis, que
modifican los arts. 23 y 24 de la ley 22/2003, determina que se realizarán preferentemente

© Thomson La Ley 21
por medios telemáticos, informáticos y electrónicos los siguientes actos: la publicidad de la
declaración del concurso así como de las restantes notificaciones, comunicaciones y trámites
del procedimiento; el traslado de los oficios con los edictos; inscripción en el Registro Civil,
Mercantil o el Registro Público que corresponda a la persona del deudor, de la declaración de
concurso, intervención y suspensión de facultades de administración y disposición, así como
el nombramiento de los administradores concursales. El cambio de las situaciones de
intervención o de suspensión y la consiguiente modificación de las facultades de
administración concursal se someterán al mismo régimen de publicidad. El apartado once del
mismo artículo establece que el Registro Público Concursal será accesible de forma gratuita
en Internet y publicará todas aquellas resoluciones concursales que requieran serlo conforme
a las disposiciones de la ley.
(15) Los actos a los que se refiere la mencionada ley son: comunicación a cargo del
secretario de la realización del depósito y del fallo de la sentencia, los autos dictados por el
juez fuera de la vista y todas las providencias del juez instructor (artículos 133, 134 y 176
cpc). http://ec.europa.eu/civiljustice/index_es.htm (consultar allí el sitio de Italia para
notificaciones y traslados de documentos).
(16) Gazzetta Ufficiale (GU) n° 302 del 30/12/2009.
(17) Decreto-ley n° 193 de 29/12/2009, artículo 4: “ Medidas urgentes para la
digitalización de la justicia” . Todas las notificaciones y comunicaciones del proceso civil y el
penal, en los casos consentidos, se realizarán por vía telemática (Posta Elettronica Certificata
o PEC). Se realizaron jornadas de análisis del presente decreto en Roma, el 14 de enero de
2010, organizadas por: “ Avvocati per l’ Europa” y “ ForoEuropeo” en “ Auditorium Cassa
Forense” denominadas “ La digitalizzazione (urgente) della giustizia. Decreto Legge
193/2009” , cuyas conclusiones fueron elaboradas, en forma sintética, por el abogado Marco
Scialdone en un trabajo accesible por Internet (http://scialdone.blogspot.com/2010/01/la-
digitalizzazione-urgente-della.html). Respecto de la legislación anterior, véase la importante
obra coordinada por CHIARLONI, Sergio, “ Trasmissione vía fax e notificazioni ad opera
degli avvocati” , Cedam, Padua, 1996, donde se comentan las leyes n° 183 de 7 de junio de
1993 y n° 53 de 21 de enero de 1994.
(18) La reglamentación sobre el uso de instrumentos informáticos en el proceso fue
adoptada por el decreto del Ministerio de Justicia n° 123 de 13 de febrero de 2001. GU n. 089
del 17/04/2001. Las reglas técnico-operativas para el uso de instrumentos informáticos y
telemáticos en el proceso civil están dadas por el decreto ministerial de 17/07/2008, G.U. de
2/08/2008 n. 180; dictándose luego, el 29/09/2008 el decreto ministerial que establece la
nueva estructuración del modelo informático relativo al uso de los instrumentos informáticos
y telemáticos en el proceso civil (G.U. de 25/10/2009 n. 251, Suppl. Ordinario n. 235). Por su
parte, en el ámbito de la administración pública rige el “ Códice dell’ amministrazione
digitale” , decreto legislativo de 7 de marzo de 2008 n. 82 (G.U. de 16/05/2005 n. 112, Suppl.
Ordinario n. 93).
(19) El estado actual del proyecto puede consultarse en:
http://www.e2012.gov.it/egov2012/index.php, donde se identifica un área específica para las
notificaciones telemáticas dentro del objetivo territorial n° 3: “ Justicia” .
(20) La información relativa a cada uno de los países indicados puede consultarse en la
Red Judicial Europea en materia Civil y Mercantil:
http://ec.europa.eu/civiljustice/index_es.htm. (examinar allí el sitio de cada país para
notificaciones y traslado de documentos).
(21) En este país, la notificación mediante una red pública de datos es posible si el
destinatario tiene una firma electrónica avanzada, está dispuesto a comunicar por Internet y

© Thomson La Ley 22
ha aceptado ese tipo de notificación. En ese caso, el tribunal pedirá al destinatario que
confirme la recepción del documento, en el plazo de los tres días siguientes al envío del
mismo, con un mensaje acompañado de su firma electrónica. De lo contrario la notificación
no será válida.
(22) En la transmisión de mensajes y el envío o devolución de cartas rogatorias, los
servicios judiciales también pueden utilizar, además del correo, el fax y los medios
telemáticos. Si se trata de actos urgentes, puede utilizarse el telegrama, la llamada telefónica
o cualquier otro medio análogo de telecomunicación. Las llamadas telefónicas se registran
siempre en el expediente y se confirman por cualquier medio escrito. En lo que respecta a las
partes, la comunicación telefónica sólo es válida para transmitir o cancelar citaciones a actos
procesales.
(23) “ Relativo a la notificación y al traslado en los Estados Miembros de documentos
judiciales y extrajudiciales en materia civil o mercantil (“ Notificación y traslado de
documentos” ) y por el que se deroga el Reglamento (CE) n° 1348/2000 del Consejo” .
Publicado en el Diario Oficial de la UE del 10/12/2007.
(24) Art. 4 inciso 2, de la Sección 1, Capítulo II: “ Documentos Judiciales” .
(25) “ Se considera domicilio fiscal electrónico al sitio informático seguro, personalizado,
válido y optativo registrado por los contribuyentes y responsables para el cumplimiento de
sus obligaciones fiscales y para la entrega o recepción de comunicaciones de cualquier
naturaleza. Su constitución, implementación y cambio se efectuará conforme a las formas,
requisitos y condiciones que establezca la Administración Federal de Ingresos Públicos, quien
deberá evaluar que se cumplan las condiciones antes expuestas y la viabilidad de su
implementación tecnológica con relación a los contribuyentes y responsables. Dicho
domicilio producirá en el ámbito administrativo los efectos del domicilio fiscal constituido,
siendo válidas y plenamente eficaces todas las notificaciones, emplazamientos y
comunicaciones que allí se practiquen por esta vía” .
(26) “ Por la comunicación informática del acto administrativo de que se trate en las
formas, requisitos y condiciones que establezca la Administración Federal de Ingresos
Públicos. Dicha notificación se considerará perfeccionada mediante la puesta a disposición
del archivo o registro que lo contiene, en el domicilio fiscal electrónico constituido por los
responsables siempre que hayan ejercido la opción de registrar el mismo en los términos del
articulo sin número incorporado a continuación del artículo 3º” .
(27) “ La constitución, ampliación, modificación, sustitución, cancelación y extinción de
garantías en seguridad de obligaciones fiscales de cualquier naturaleza y de sus intereses,
multas y restantes accesorios, como también de los demás actos u operaciones que así lo
exijan, podrá efectivizarse por medios electrónicos o magnéticos que aseguren
razonablemente la autoría e inalterabilidad de las mismas, en las formas, requisitos y
condiciones que a tal efecto establezca la Administración Federal de Ingresos Públicos” .
(28) B.O. del 27/01/2006.
(29) “ NOTIFICACIONES. XXX.2.1 Principio general. ARTICULO 2º. Las
notificaciones de los actos administrativos emitidos por la Comisión se rigen por lo dispuesto
en la Reglamentación de la Ley de Procedimientos Administrativos (Decreto Nº 1759/72 —
Adla, XXXII-B, 2125— y Decreto Nº 1883/91 — Adla, LI-D, 3946— ). XXX.2.2
Notificaciones vía telefacsímil. ARTICULO 3º. Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo
anterior, las notificaciones de actos administrativos emitidos por la Comisión podrán
realizarse por telefacsímil, conforme las siguientes reglas: a) Domicilio especial telefónico: A
los fines de recibir notificaciones por este medio, los interesados deberán constituir un

© Thomson La Ley 23
domicilio especial telefónico mediante la denuncia de un número de telefacsímil. Dicho
número deberá corresponder al área de llamadas locales de la Comisión. b) Validez de la
notificación vía telefacsímil: Se tendrán por válidas las notificaciones efectuadas mediante la
transmisión al número de telefacsímil denunciado, con la constancia emitida por la máquina
mediante la cual se efectuó la transmisión al administrado, de donde surja la recepción en
condiciones normales. c) Las notificaciones se tendrán por realizadas en la fecha que surja de
la constancia de transmisión y recepción en condiciones normales del telefacsímil. d) El
agente a cargo de realizar la notificación, deberá dejar constancia en el expediente respectivo
del medio empleado, fecha y horario, agregando la constancia de transmisión del telefacsímil
y el documento transmitido. En cada una de las fojas de este último deberá obrar el sello con
la leyenda “ transmitido por telefacsímil” y la firma del agente notificador. e) El documento,
con los requisitos del inciso anterior, constituirá la prueba del contenido del acto notificado.
XXX.2.3 Comunicaciones de los administrados vía telefacsímil. ARTICULO 4º. Se tendrán
por válidas las comunicaciones efectuadas por los administrados por telefacsímil. A esos
efectos esta Comisión constituye como domicilio especial telefónico de telefacsímil el
correspondiente a la mesa de entradas de la Comisión: (011) 4349-4784. ARTICULO 5º. Las
comunicaciones a través de este medio, deberán efectuarse dentro del horario de atención al
público de la mesa de entradas de la Comisión. Aquellas que se realicen fuera de dicho
horario se tendrán por efectuadas el día siguiente al de recepción en el horario de inicio de
atención al público” .
(30) Por ejemplo la Resolución 654/2009 del Ministerio de Relaciones Exteriores,
Comercio Internacional y Culto sobre Registración de Nombres de Dominio en Internet, en
cuyo artículo 19 se legisla sobre el Formulario Electrónico de Transferencia; y en el Anexo II
(Glosario) voz: dirección de correo electrónico, se dice: “ es uno de los medios por el cual los
usuarios de Internet pueden comunicarse con NIC Argentina. Es utilizado también para
realizar solicitudes sobre dominios y diversos trámites respecto de éstos” . La ley 25.922 “
Ley de promoción de la industria del software” , en su art. 22 establece que la Secretaría de
Industria, Comercio y de la Pequeña y Mediana Empresa, deberá publicar en su respectiva
página de Internet el registro de los beneficiarios del presente régimen, así como los montos
de beneficio fiscal otorgados a los mismos. Y el decreto reglamentario 1594/2004 dispone
incluir en esa misma página, además, los plazos de otorgamiento así como la prórroga de los
beneficios (art. 22). También la Resolución 293/1997 de la Superintendencia de
Administradoras de Jubilaciones y Pensiones; Resolución 155/1997 del Ministerio de Trabajo
y Seguridad Social; Decreto 1023/2001 sobre contratación bajo firma digital en la
Administración Pública Nacional, lo que comprende el envío de ofertas, la presentación de
informes, documentos, comunicaciones, impugnaciones y recursos relativos a los
procedimientos; Disposición 74/2002 de la AFIP sobre contrataciones de bienes servicios y
obras públicas, en la que se admiten que todas las comunicaciones e intercambio de
informaciones se harán por carta, facsímil con aviso de recibo o correo electrónico;
Resolución 68/2002 del Ministerio de Economía en la que se admite el correo electrónico
para invitaciones a participar y para ofertas en licitaciones de monto inferior a $30.000;
Resolución 513/2002 de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo en la que también se
admite la realización de trámites por correo electrónico, etc. Sobre iniciativas respecto del
uso e Internet y la creación de un sitio web para cada ciudadano, véase DEVOTO, Mauricio,
“ Comercio electrónico y firma digital. La regulación del ciberespacio y las estrategias
globales” , LA LEY, Buenos Aires, 2001, especialmente p. 47 y ss., y p. 429 y siguientes.
(31) Artículo 3 del Reglamento de la Corte Internacional de Arbitraje de la CCI (vigente a
partir del 1/01/1998).
(32) Artículo 5 literal a) de la Ley de Arbitraje 60/2003. Véase también el comentario a
este artículo en: MANTILLA-SERRANO, Fernando, “ Ley de Arbitraje. Una perspectiva

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internacional” , Iustel, Madrid, 2005, p. 62 a 66 donde, en nota 67, explica que la expresión “
dirección” utilizada por la ley es genérica, pudiendo ser la dirección postal, electrónica o de
cualquier otro tipo.
(33) Artículo 4 a) del Reglamento de Arbitraje de la OMPI.
(34) Capítulo II, artículo 7, de La Ley Modelo de Arbitraje de la CNUDMI.
(35) El artículo R-39 denominado “ Serving of Notice” , permite el uso de E-mail u otros
medios de comunicación si todas las partes y el árbitro están de acuerdo (apartado (b) del
artículo citado).
(36) El artículo 7, sobre Comunicaciones, Notificaciones y Cómputo de plazos, permite
las notificaciones por fax, correo electrónico u otros medios equivalentes, siempre que
provean constancia de su recepción y no haya habido acuerdo en contrario de las partes.
(37) Compárese GRAZIABILE, Darío, “ Derecho Procesal Concursal” , Abeledo Perrot,
Buenos Aires, 2009, p. 213 donde dice: “ Con el avance de los sistemas de comunicación,
existe una tendencia procesal que procura la agilidad y la rapidez del proceso, a los fines de
darle validez a otros medios de notificación no convencionales. De esta manera, se propone la
notificación telefónica para cuestiones que no produzcan consecuencias graves, debiendo ser
realizada directamente por el secretario del juzgado como fedatario de dicha comunicación. Y
cuando exista domicilio constituido, en su caso complementando con una línea telefónica con
recepción de fax o con denuncia de dirección de correo electrónico, en casos excepcionales,
los cuales deberán ser reglados por ley, podrá practicarse la notificación a través de facsímil
por telefax o por mail, ya sea con firma digital o no” . VITOLO, Daniel R., en RIVERA-
ROITMAN-VITOLO, “ Ley de Concursos y Quiebras” , 4° edición, tomo II, Rubinzal-
Culzoni, Santa Fe, 2009, p. 304, como crítica al art. 45 bis de la LCQ (voto en caso de títulos
emitidos en serie), incorporado por la ley 25.589 (Adla, LXII-C, 2862), opina que — en una
reforma— sería más adecuado dejar que en esos casos el régimen de voto se rija por los
contratos y “ flexibilizar la forma de emisión del voto de obligacionistas aceptando los
medios de comunicación modernos” .
(38) En este caso, nos referimos a una notificación directa, cuando menos al concursado o
a cada acreedor, de tales informes, sin perjuicio de lo que diremos infra (punto 3) respecto de
la existencia de una mayor informatización del proceso en general.
(39) Artículos 218 a 224 de la LCQ. Como se advierte se trata de supuestos en los cuales
la ley prevé formas especiales de publicidad (art. 218 tercer párrafo y 219 LCQ), o bien no
prevé ninguna (art. 221 y 222 LCQ). Particularmente es motivo de debate el referido a la
caducidad del dividendo concursal al año desde su fecha de aprobación, circunstancia ésta
que ocurre, por lo general, mucho tiempo después del comienzo del proceso y de la época en
que los acreedores se presentaron a verificar, y sin publicidad edictal ni notificación expresa.
La aplicación estricta de estas normas ha dado lugar a muchas decisiones judiciales y
opiniones críticas de la doctrina: BARREIRO, Marcelo, “ Otra vez sobre la
constitucionalidad del segundo párrafo del artículo 224 de la LCQ” , LA LEY, 2007-E, 426;
CASADIO MARTINEZ, Claudio A., “ Caducidad del dividendo concursal:
constitucionalidad del artículo 224 de la ley 24.522” , LA LEY, 2007-A, 212; LORENTE,
Javier y TRUFFAT, Edgardo, “ La llamada caducidad del dividendo concursal” , LA LEY,
2007-E, 170; PIOSSEK, Carlos R., “ Problemática jurídica del artículo 224 de la ley
24.522” , RDCO 1997, Año 30, p. 487; RICCIUTI, Sergio, “ El artículo 224 de la Ley de
Concursos y Quiebras. ¿Es constitucional?” , LA LEY, 2007-B, 39; HEREDIA, Pablo D., “
Caducidad del derecho al cobro del dividendo de liquidación falencial (constitucionalidad del
art. 224, “ in fine” , LCQ)” , en TRUFFAT, Edgardo, MOLINA SANDOVAL, Carlos, “
Dinámica judicial y acciones en las sociedades y concursos” , Advocatus, Córdoba, 2007, p.

© Thomson La Ley 25
662; MORO, Carlos E., “ Ley de Concursos” , tomo III, Ad Hoc, Buenos Aires, 2005, p.
2084.
(40) Art. 6 punto cinco del Real Decreto-Ley 3/2009 modificatorio del art. 23 de la Ley
22/2003; también art. 6 punto seis del mismo Decreto-Ley modificatorio del art. 24 de la Ley
22/2003. Los dres. Walter R. TON y Fernando PEREZ HUALDE han tenido la gentileza de
enviarme antecedentes de los que surge que el Dr. Héctor Ricardo FRAGAPANE, prestigioso
juez mendocino, ordena librar oficios en forma electrónica en los concursos, con base en la
Acordada 19.741 de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza del 6 de setiembre de 2005.
(41) En materia de concurso preventivo, la ley los encomienda al concursado (art. 27
LCQ), al igual que en el acuerdo preventivo extrajudicial (art. 74 LCQ). Como en estos casos
la notificación debe ser gestionada y pagada por el concursado, se mantendría esa modalidad
fuera del ámbito informático.
(42) “ Art. 279: Legajo de copias: Con copia de todas las actuaciones fundamentales del
juicio y las previstas especialmente por esta ley, se forma un legajo que debe estar
permanentemente a disposición de los interesados en secretaría. Constituye falta grave del
secretario la omisión de mantenerlo actualizado. Todas las copias glosadas en él deben llevar
la firma de las personas que intervinieron. Cuando se trate de actuaciones judiciales,
consisten en testimonios extendidos por el secretario. Las citas, remisiones y constancias que
deban hacerse de piezas del juicio, deben corresponder siempre a las del original” . Véase la
reflexión crítica de GEBHARDT, Marcelo, “ Ley de Concursos y Quiebras. 24.522 y
modificatorias” , tomo 2, Astrea, Buenos Aires, 2008, p. 280.
(43) Aprobado por Acuerdo de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial del
12 de diciembre de 2007.
(44) Acordada 53/2007 de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial.
(45) El art. 108 bis del Reglamento para la Justicia en lo Comercial de la Capital Federal
dice: “ (Informes arts. 35 y 39. Presentación). En la oportunidad de presentar los informes
que establecen los arts. 35 y 39 de la Ley 24.522 (Adla, LV-D, 4381), los síndicos deberán
remitirlos por Internet a la dirección de correo electrónico que la Cámara determine, y serán
publicados en la página web de este Tribunal para ser consultados. La presentación por medio
del sistema indicado en el párrafo anterior, no releva a los síndicos de la que les incumbe
efectuar en forma escrita y que por ley corresponde en cada uno de los concursos que
intervienen” que, sin embargo, ha sido temporariamente suspendido (Informe del Consejo
Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires del
18/11/2008).
(46) Artículo 4 del Instructivo (antes referido).
(47) Lo sugerido comprende el requisito de que también se centralice y se suban a un sitio
de Internet los escritos de las partes y de la sindicatura, además de otros órganos concursales
(por ejemplo Fiscalía de Cámara, cuyos dictámenes suelen ser relevantes). Todo ello mientras
se llegue, a su tiempo, a la adopción del “ expediente virtual” . Véase VAZ FLORES,
Hortensia y DALL’ AGLIO, Edgardo J., “ Informática y administración de justicia” , LEP, La
Plata, 1986; PIAGGI, Ana I., “ E-commerce. Tribunales y abogados” , Revista del Colegio
Público de Abogados de la Capital Federal N° 29, p. 29 y ss.; ALTIERI, Domingo L., “
Acerca de los aportes de la tecnología informática a una mayor eficiencia en la actividad
judicial” , LA LEY, Sup. Actualidad 1/01/2000, 1; BIELSA, Rafael, “ La informática en un
modelo alternativo de administración de justicia” , LA LEY, 1991-E, 1344; BIELSA, Rafael
y BRENNA, Ramón, “ Organización, tecnología informática e independencia de los jueces” ,
en Revista “ Informática y Derecho” , volumen 4, Depalma, Buenos Aires, 1993, p. 121 y ss.,

© Thomson La Ley 26
especialmente capítulo V donde se mencionan ciertas aplicaciones en el fuero laboral. Al
respecto, la Comisión de Gestión Judicial, que funciona en el ámbito de la Cámara Nacional
de Apelaciones en lo Civil, se encuentra efectuando una “ prueba piloto” con distintos
Juzgados de Primera Instancia del fuero, a fin que las partes, existiendo acuerdo, puedan
presentar escritos de trámite por medio de correo electrónico.
(48) MOLINA QUIROGA, Eduardo, “ La consulta pública de expedientes judiciales por
Internet” , LA LEY, 2006-F, 131 y ss., donde menciona los casos de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación, Cámaras Comercial, Civil y Contencioso Administrativo de la Capital
Federal, y en las provincias de Chubut, Río Negro, Chaco, San Juan, Salta, Tucumán,
Santiago del Estero, Santa Fe, Misiones, San Luis, Neuquén, La Pampa, Jujuy, Entre Ríos,
Corrientes, Mendoza y Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
(49) Corte Suprema de Justicia de la Nación, 6/2/04, en “ Micheloud de Irace, Nilda B. y
otros v. Obra Social del Personal de la Industria de la Alimentación” , Fallos, 327:16 y JA
2004-III-666 (revocó una caducidad de instancia decretada, por haberse consignado
erróneamente un trámite en el sistema informático del Tribunal); Suprema Corte de Justicia
de Mendoza, sala I, “ Leoncio Arizu S.A., en J°0.834/76.626 Leoncio Arizu SAAIC c.
Oderzo Beinat S.A.” , 1/6/07, LLGran Cuyo setiembre 2007.820 (declaró la nulidad de una
resolución asentada en el expediente, que sustituyó otra diferente, ya publicada en el sistema
informático); CNCom., sala E, “ Poveda, Gonzalo A. c. Ledesma, Dardo R.” , 4/4/06, LA
LEY, 2006-F, 131, con nota de Eduardo MOLINA QUIROGA, denegó la caducidad de la
instancia al admitirse que “ la parte…pudo razonablemente confiar en la información
publicada en Internet” que consignaba erróneamente que se había dictado sentencia. En otro
caso la CNCom., sala D, 5/8/03, “ Alba Compañía Argentina de Seguros c. Galván, José A. y
otros” (JA, 2004-I-416), rechazó una recusación fundada en un pronunciamiento atribuido al
magistrado, cuando en realidad no se lo había dictado y la errónea inserción en Internet de un
proyecto no firmado, mientras que la sala B de esa misma CNCom., 29/6/06 en autos “
Bodegas Esmeralda S.A. c. Supermercados Tanti S.A. s/queja” , denegó una apelación
interpuesta fuera de término, respecto de la cual se había sostenido que la resolución
recurrida no había aparecido en los registros de Internet (se refiere a un caso de notificación
automática: elDial.com. AA3742).
(50) En el sitio del Poder Judicial de la Nación (www.pjn.gov.ar) se puede acceder al “
Sistema de ingreso de demandas y poderes vía web” de la Cámara Federal de la Seguridad
Social, y al “ Sistema de ingreso de poderes vía web” de la Cámara de Apelaciones del
Trabajo.
(51) En nuestro país, el “ Registro de Nombres de Dominio de Internet” es llevado por el
Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto (Resolución 654/2009)
y se encuentra informatizado.
(52) ROUILLON, Adolfo A. N., ALONSO, Daniel F., y TELLECHEA, Delinda Solange,
en, “ Código de Comercio Comentado y Anotado” , dirigido por ROUILLON, Adolfo y
coordinado por ALONSO, Daniel, tomo IV-B, LA LEY, Buenos Aires, 2007, p. 874, donde
también se refieren al decreto 367/1996, por el que se previó que hasta que se reglamentara el
referido Registro, se cumplimentaban los arts. 88 inc. 2 y 295 LCQ a través de las normas
locales.
(53) “ Art. 65. Reuniones a distancia. El órgano de administración de las entidades
emisoras podrá funcionar con los miembros presentes, o comunicados entre sí por otros
medios de trasmisión simultánea de sonido, imágenes o palabras, cuando así lo prevea el
estatuto social. El órgano de fiscalización dejará constancia de la regularidad de las
decisiones adoptadas. Se entenderá que solo se computarán a los efectos del quórum a los

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miembros presentes, salvo que el estatuto establezca lo contrario. Asimismo el estatuto
deberá establecer la forma en que se hará constar en las actas la participación de miembros a
distancia. Las actas serán confeccionadas y firmadas dentro de los CINCO (5) días de
celebrada la reunión por los miembros presentes y el representante del órgano de
fiscalización. El estatuto podrá prever que las asambleas se puedan también celebrar a
distancia, a cuyo efecto la Comisión Nacional de Valores reglamentará los medios y
condiciones necesarios para otorgar seguridad y transparencia al acto” . Sobre este tema
puede consultarse el importante libro de CARLINO, Bernardo P., “ Firma digital y derecho
societario electrónico” , Rubinzal Culzoni, Buenos Aires, 1998, especialmente p. 179 y ss.; y
el trabajo de JELONCHE, Edgar I., “ Participación telemática en reuniones societarias” ,
RDPC 2003-2, p. 245 y especialmente sus remisiones a los trabajos indicados en su nota 7.
(54) En algunos procesos podría resultar de interés también para la audiencia informativa
(art. 14 inciso 10, 45 y 48 inciso 5 LCQ) y para las asambleas del art. 45 bis LCQ,
incorporado por ley 25.589. En el capítulo IV infra, desarrollaremos lo referido a la
comunicación entre tribunales y entre síndicos de distintas jurisdicciones, en las cuales puede
ser útil la videoconferencia.
(55) Artículos 208, 238 y 335 de la Ley de Sociedades Comerciales (LSC), leyes 23.697
(Adla, XLIX-C, 2458), 24.587 (Adla, LV-E, 5917) y decreto 259/1996, y ley 23.962, respecto
de las obligaciones negociables.
(56) LORENZETTI, Ricardo L., “ Comercio electrónico” , Abeledo Perrot, Buenos Aires,
2001; LORENZETTI, Ricardo L., SOTO COAGUILA, Carlos, “ Comercio electrónico” ,
Vol. 3, Ara Editores-Temis, Lima-Bogotá, 2003; BRAVO, Fabio, “ Contrattazione telematica
e contrattazione cibernetica” , Giuffré, Milán, 2007; AA.VV, “ Comercio electrónico. Análisis
jurídico multidisciplinario” , editorial B de F - Euros, Montevideo – Buenos Aires, 2003 (con
trabajos de Daniel Hargain, Juan Piaggio, Gerardo Caffera, Carlos Delpiazzo, Marcelo
Bauzá, Pablo Balarini, Ismael Creimer, Siegbert Rippe, Vivién Mateo, Ricardo Merlinski y
Nilo Pérez); CABANELLAS, Guillermo (dir.) y MONTES de OCA, Angel (coord.), “
Derecho de Internet” , Heliasta, Buenos Aires, 2004 (con trabajos de Henry Perritt (h), Keith
Aoki, Bill Maurer, Kory D. Christensen, José Massaguer y Cristian Elbert); IEZZI, María V.,
“ El conflicto jurisdiccional en Internet” , Abaco, Buenos Aires, 2005; SANTOSUOSSO,
Giovanni, “ Il codice internet e del commercio elettronico” , Cedam, Padua, 2001; VIBES,
Federico y DELUPI, Javier E., “ El comercio electrónico frente al derecho positivo
argentino” , LA LEY, 2000-E, 1079.
(57) LE FORUM DE DROITS SUR L’ INTERNET, “ Recommandation. Commerce
électronique et procédure collective” , París, 15 de Julio 2009, que en p. 13 dice: “ aparece
que la información en el sitio del cybermarchand según la cual éste es objeto de un
procedimiento de salvaguardia (sauvergarde) no es deseable en este estado y podría ser
contraproducente, y desincentivar a las empresas, conociendo sus primeras dificultades,
respecto de utilizar ese procedimiento. De todas maneras esta cuestión es objeto de vivos
debates entre ciertos representantes de los consumidores y los otros representantes en el
grupo de trabajo” . Las anotaciones sobre otros procedimientos concursales de mayor
envergadura (rédressement judiciare y liquidation judiciare) son recomendadas por este
mismo grupo de trabajo, p. 14 y siguientes.
(58) Nos remitimos a lo desarrollado infra (punto II.3), sobre los contratos informáticos
(relativos a bienes y servicios informáticos), con relación a la posible continuidad o
resolución de los contratos relativos al uso de tales sitios.
(59) Parafraseando a Raúl Aníbal ETCHEVERRY al encabezar una ponencia en un
congreso, podemos referenciar que en Google se encuentran bajo el giro “ Derecho

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Informático” , aproximadamente 6.200.000 resultados, sin perjuicio de las que surgen por
vocablos o giros similares, como por ejemplo: definición derecho informático; derecho
informático monografía; delito informático; informática jurídica; informática; legislación
informática.
(60) Promulgada el 11 de diciembre de 2001 y reglamentada por decreto 2628/2002 del
19 de diciembre de 2002.
(61) Nos permitidos remitir al lector para un tratamiento “ in extenso” (a la época de su
elaboración), a nuestro trabajo “ Valor probatorio de los documentos en el moderno derecho
argentino” , en Revista de Derecho Privado y Comunitario (RDPC) N° 13, Buenos Aires,
1997, p. 237 a 318 y a las fuentes allí citadas, y su antecedente ALEGRIA, Héctor, “ Nuevas
fronteras de la documentación, la forma y la prueba de las relaciones comerciales” , LA LEY,
1985-E, 660.
(62) ALTERINI, Juan Martín, “ Prueba. Responsabilidad y Derecho Informático” , LA
LEY, 2003-E, 1155 y los fallos referidos en sus notas 12, 13 y 14.
(63) XI JORNADAS NACIONALES DE DERECHO CIVIL, Buenos Aires 1987,
Comisión 1: La forma instrumental pública y privada en el tráfico moderno y Comisión 2:
Responsabilidad civil emergente de la informática; XVIII JORNADAS NACIONALES DE
DERECHO CIVIL, UCES, Buenos Aires 2001, Comisión 3: El consentimiento y los medios
informáticos, donde se dijo, entre otras conclusiones: “ 5. Los documentos denominados
informáticos, electrónicos o digitales, deben considerarse como “ instrumentos particulares
no firmados” . 6. Los documentos electrónicos, digitales o informáticos constituyen principio
de prueba por escrito conforme al art. 1192, segunda parte y al art. 209 in fine del Código de
Comercio. 7. En la labor judicial debe primar la amplitud de criterio para valorar la fuerza
probatoria de la prueba informática. El valor probatorio de los documentos electrónicos,
informáticos o digitales debe ser apreciado por el tribunal ponderando, entre otras pautas, los
usos del tráfico, la conducta precedente y posterior de las partes, y la razonable convicción
que pueda alcanzarse sobre su autoría, legibilidad e inalterabilidad de acuerdo a los métodos
utilizados para su creación y transmisión a terceros” ; y las V JORNADAS DE
INFORMATICA Y DERECHO, San Juan, 9 a 11 de octubre de 2000, II Panel de documento
electrónico y firma digital, conclusiones publicadas en LLGran Cuyo, 2000, 703.
(64) ALTMARK, Daniel Ricardo, en el prólogo a: LUZ CLARA, Bibiana, “ Ley de firma
digital comentada” , Nova Tesis, Rosario, 2006.
(65) LUZ CLARA, op. cit., p. 29 y ss., quien se refiere a los antecedentes de las
Directivas del Parlamento Europeo y la Ley Modelo de UNCITRAL sobre Firmas
electrónicas de 2001; también SALEME MURAD, Marcelo A., “ Firma digital. Ley 25.506 y
normativa vigente” , Ad Hoc, Buenos Aires, 2004.
(66) Artículo 1° - Objeto: La presente reglamentación regula el empleo de la firma
electrónica y de la firma digital y su eficacia jurídica. En los casos contemplados por los
artículos 3°, 4° y 5° de la Ley N° 25.506 (Adla, LXII-A, 6) podrán utilizarse los siguientes
sistemas de comprobación de autoría e integridad: a) Firma electrónica, b) Firma electrónica
basada en certificados digitales emitidos por certificadores no licenciados en el marco de la
presente reglamentación, (Inciso sustituido por art. 5° del Decreto N° 724/2006, B.O.
13/6/2006), c) Firma digital basada en certificados digitales emitidos por certificadores
licenciados en el marco de la presente reglamentación, d) Firma digital basada en certificados
digitales emitidos por certificadores extranjeros que hayan sido reconocidos en los siguientes
casos: 1. En virtud de la existencia de acuerdos de reciprocidad entre la República Argentina
y el país de origen del certificador extranjero. 2. Por un certificador licenciado en el país en el
marco de la presente reglamentación y validado por la Autoridad de Aplicación. Art. 2° -

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Validez de los certificados digitales emitidos por certificadores no licenciados. Los
certificados digitales emitidos por certificadores no licenciados serán válidos para producir
los efectos jurídicos que la ley otorga a la firma electrónica. Art. 3° - Certificados digitales
emitidos por certificadores licenciados. Los certificados digitales contemplados, en el artículo
13 de la Ley N° 25.506 son aquellos cuya utilización permite disponer de una firma digital
amparada por las presunciones de autoría e integridad establecidas en los artículos 7° y 8° de
la ley citada” .
(67) Artículo 6, Ley 25.506.
(68) La teoría de las “ cargas probatorias dinámicas” , sostiene que debe probar la parte
que se encuentre en mejores condiciones para hacerlo, conforme: PEYRANO, Jorge W., “
Doctrina de las cargas probatorias dinámicas” , LA LEY, 1991-B, 1034; PEYRANO, Jorge
W. y CHIAPPINI, Julio O., “ Lineamientos de las cargas probatorias “ dinámicas” ” , ED
107-1005. COLOMBO, Carlos J. y KIPER, Claudio M., en “ Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación. Anotado y comentado” , t. IV, La Ley, Buenos Aires, 2006, analizan
largamente esta teoría y concluyen: “ Cabe también aclarar que la teoría de las “ cargas
probatorias dinámicas” no puede aplicarse con carácter general e indiscriminado (es
residual). Las “ Quintas Jornadas Bonaerenses de Derecho Civil, Comercial y Procesal” ,
Junín, Provincia de Buenos Aires, 1992, y el “ Decimoséptimo Congreso Nacional de
Derecho Procesal” , Santiago del Estero, 1993, decidieron por unanimidad de sus miembros
en ambos casos, que la mencionada teoría constituye un apartamiento excepcional de las
normas legales que establecen la distribución del onus probandi (v.gr., art. 377 y concs. CPr.).
Sólo funcionará este recurso — se dijo— cuando la aplicación mecánica o rígida de la ley
conduzca a resultados disvaliosos o inicuos. En definitiva, el instituto debe utilizarse in
extremis” , p. 74 y 75. Véase también HIGHTON, Elena I., y AREAN, Beatriz A., “ Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación” , tomo VII, Hammurabi, Buenos Aires, 2007, p.
293 y ss.; COLERIO, Juan Pedro, “ Prueba convencional, contratos informáticos y
convenciones sobre medios de prueba e inversión de la carga” , LA LEY, 1992-B, 1215.
(69) HARGAIN, Daniel, “ Glosario” , en AA.VV., “ Comercio electrónico” , op. cit., p. 4
y 5. Véase también el volumen 7 de la revista “ Informática y Derecho” , dirigida por
ALTMARK, Daniel y coordinada por BIELSA, Rafael, titulado: “ Comercio electrónico” ,
Depalma, Buenos Aires, 2001; JUANES, Norma, “ Comercio electrónico y seguridad de las
transacciones” , Advocatus, Córdoba, 2003; y VIBES, Federico y DELUPI, Javier E., “ El
comercio electrónico frente al derecho positivo argentino” , cit., en particular su nota 12. La
bibliografía también se refiere a los contactos BtoG (Business to Government: Empresa-
administración); GtoC (Government to Citizen: Administración-ciudadano), (Cf.
FERNANDEZ DELPECH, Horacio, “ Internet: su problemática jurídica” , Lexis Nexis-
Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2ª ed., 2004, p. 380) y aun las relaciones CtoG (Citizen to
Government: ciudadano-administración), como ocurre, entre nosotros, según Normas de la
CNV: véase supra Cap. II.1. PIAGGI, Ana, “ El comercio electrónico y el nuevo escenario de
los negocios” , LA LEY, 1999-E, 1186.
(70) MERLINSKI, Ricardo, “ Contratos típicos del comercio electrónico” , en AA.VV., “
Comercio electrónico” , op. cit., p. 199 y ss.
(71) Algunos autores han sostenido que los contratos de ejecución continuada no están
sujetos a la norma del art. 20 LCQ: GARCIA CUERVA, Héctor M., “ Efectos de la apertura
del concurso preventivo respecto del contrato de locación destinado a la explotación
comercial” , LA LEY, 1978-A, 798; ALBERTI, Edgardo, “ La locación en el sistema
concursal de la ley 19.551” , RDCO Año 6, p. 567; íd. ROUILLON, Adolfo, “ Código de
Comercio. Comentado y anotado” , t. IV-A, op. cit., p. 300, HEREDIA, Pablo D., “ Tratado
exegético de derecho concursal” , t. 1, Abaco, Buenos Aires, 2000, p. 511, tesis que ha sido

© Thomson La Ley 30
seguida por algunos fallos, véase RIVERA - ROITMAN - VITOLO, “ Ley de concursos y
quiebras” , 4ª ed. actualizada, t. I, Rubinzal Culzoni, Buenos Aires Santa Fe, 2009, p. 547; y
los citados por HEREDIA, Pablo, op. cit., en notas 4 y 5 y p. 514, nota 14. Si bien no es el
lugar para tratar el tema en general, manifestamos nuestra disconformidad con esa opinión
doctrinaria, al menos si tiene por sentido negarle al concursado la facultad de resolver el
contrato para lo futuro: las razones económicas de esa facultad en caso de concurso, son
similares a las que ocurrirían con cualquier otro contrato. En este sentido: ROITMAN,
Horacio, “ Efectos del concurso preventivo sobre los contratos preexistentes” , Rubinzal-
Culzoni, Santa Fe-Buenos Aires, 2005, p. 70.
(72) VIBES, Federico y DELUPI, Javier E., “ El comercio electrónico frente al derecho
positivo argentino” , cit., especialmente sus reflexiones en la nota 11, que remite a
precedentes extranjeros.
(73) Véase al respecto: LE FORUM DES DROITS SUR L’ INTERNET, “
Recommandation. Droit de la consommation appliqué au commerce électronique” , París, 31
de agosto de 2007, con interesantes consejos y reflexiones sobre estos sitios informativos y
aun sobre puntos de venta y derecho del consumo. Véase PICASSO, Sebastián y VAZQUEZ
FERREYRA, Roberto A., “ Ley de defensa del consumidor comentada y anotada” , LA LEY,
Buenos Aires, t. I, 2009, p. 63 y ss., comentario a cargo de Fulvio G. SANTARELLI.
(74) Véase MOLINA SANDOVAL, Carlos A. “ Derecho de consumo” , Advocatus,
Córdoba, 2008, p. 155 y ss. respecto de aspectos concursales, y sobre información p. 89 y
siguientes.
(75) XVIII JORNADAS NACIONALES DE DERECHO CIVIL, cit., Comisión N° 3: El
consentimiento y los medios informáticos, cuyo punto 3 reza: “ Oferta y aceptación: 3.1. Se
considera que hay manifestación de voluntad por medios informáticos, tanto en la oferta
como en la aceptación, cuando el mensaje ha salido de la esfera de control del emisor. 3.2.
Deben distinguirse los contratos que se realizan en tiempo real (on line), de aquellos en los
que no existe una conexión en tiempo real (off line), ya sea por la utilización de correo
electrónico, u otros procedimientos. 3.3. Los contratos celebrados en tiempo real (on line) se
rigen por las normas relativas a los contratos entre presentes. Los realizados sin una conexión
en tiempo real, se rigen por las normas relativas a los contratos entre ausentes. 3.4. En los
contratos celebrados por medios informáticos, que se rigen por las normas relativas a los
contratos entre ausentes, el consentimiento se perfecciona desde el momento de la expedición
de la aceptación” . Estas conclusiones son reiteradas y compartidas por la doctrina nacional:
véase LORENZETTI, “ Comercio electrónico” , p. 191 y ss.; en el derecho italiano y europeo
en general: BRAVO, “ Contrattazione telematica e contrattazione cibernetica” , cit.,
especialmente p. 381 y ss., con amplio desarrollo y remisiones a congresos y doctrina.
(76) CAFFERA, Gerardo, “ Formación del contrato electrónico” , en “ Comercio
electrónico” , op. cit., p. 153 y ss.; JUANES, Norma, “ Comercio electrónico y seguridad de
las transacciones” , Advocatus, Córdoba, 2003, p. 17 y ss.; AGUINIS, Ana M. de,
KLEIDERMACHER, Arnoldo, “ Nuevas formas de contratación. Contratación por
ordenador” , LA LEY, 1987-C, 892, especialmente puntos IV y V; BORDA, Alejandro, “ El
contrato celebrado por medios informáticos y las XVIII Jornadas Nacionales de Derecho
Civil” , LA LEY, 2002-A, 1292; GAGO, Fernando, “ Contrato en Internet. Legislación
nacional. Aspecto intrínseco. Capacidad, objeto, consentimiento” , LA LEY, 2000-A, 902;
CARRASCOSA LOPEZ, Valentín, POZO ARRANZ, María Asunción, RODRIGUEZ DE
CASTRO, Eduardo, “ Los contratos electrónicos: la contratación en España y las nuevas
tecnologías” , en Revista Informática y Derecho, vol. 8, LexisNexis, Buenos Aires, 2002, p.
136 y ss.; ZOPPINI, Andrea, “ La conclusione dei contratti su Internet” , disponible en
http://www.jei.it, además de los lugares indicados en la nota anterior.

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(77) Especialmente los arts. 20 y 143 y siguientes de la LCQ.
(78) Es decir, los celebrados entre partes con razonable equiparación en su capacidad de
decisión. Serían diferenciados de los contratos respecto del consumidor y otros en los cuales
se puede identificar a una parte como el contratante débil. Véase Proyecto de Código Civil de
1998, art. 964 y punto N° 159 de los fundamentos del proyecto; LORENZETTI, Ricardo L., “
Comercio electrónico” , Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2001, p. 200; CABANELLAS DE
LAS CUEVAS, Guillermo y PALAZZI, Pablo en CABANELLAS DE LAS CUEVAS,
Guillermo (Dir.) y MONTES DE OCA, Angel (Coord.), “ Derecho de Internet” , cit., p. 28.
También se ha sostenido que la elección no puede ser arbitraria, debiendo tener una razonable
vinculación con las partes, o con el cumplimiento del contrato, entre otras pautas.
(79) LORENZETTI, Ricardo, “ Comercio electrónico” , cit., p. 201.
(80) BRAVO, Fabio, op. cit., p. 397 y ss., con amplio desarrollo y citas de apoyo.
(81) SANTOSUOSSO, Giovanni, “ Il codice Internet e del commercio elettronico” , cit.,
p. 88.
(82) Considerando 19 de la Directiva 2000/31/CE sobre Comercio Electrónico, que dice:
“ Se debe determinar el lugar de establecimiento del prestador de servicios a tenor de lo
dispuesto en la jurisprudencia del Tribunal de Justicia, según la cual el concepto de
establecimiento implica la realización efectiva de una actividad económica a través de un
establecimiento fijo durante un período indefinido. Este requisito se cumple también cuando
se constituye una sociedad durante un período determinado; cuando se trata de una sociedad
que proporciona servicios mediante un sitio Internet, dicho lugar de establecimiento no se
encuentra allí donde está la tecnología que mantiene el sitio ni allí donde se puede acceder al
sitio, sino el lugar donde se desarrolla la actividad económica. En el supuesto de que existan
varios establecimientos de un mismo prestador de servicios es importante determinar desde
qué lugar de establecimiento se presta un servicio concreto; en caso de especial dificultad
para determinar a partir de cual de los distintos lugares de establecimiento se presta un
servicio dado, será el lugar en que el prestador tenga su centro de actividades en relación con
ese servicio en particular” . También el art. 15 de la Ley Modelo de UNCITRAL sobre
Comercio Electrónico de 1996 que dice: “ Tiempo y lugar del envío y la recepción de un
mensaje de datos. 1) De no convenir otra cosa el iniciador y el destinatario, el mensaje de
datos se tendrá por expedido cuando entre en un sistema de información que no esté bajo el
control del iniciador o de la persona que envió el mensaje de datos en nombre del iniciador.
2) De no convenir otra cosa el iniciador y el destinatario, el momento de recepción de un
mensaje de datos se determinará como sigue: a) Si el destinatario ha designado un sistema de
información para la recepción de mensajes de datos, la recepción tendrá lugar: i) En el
momento en que entre el mensaje de datos en el sistema de información designado; o ii) De
enviarse el mensaje de datos a un sistema de información del destinatario que no sea el
sistema de información designado, en el momento en que el destinatario recupere el mensaje
de datos; b) Si el destinatario no ha designado un sistema de información, la recepción tendrá
lugar al entrar el mensaje de datos en un sistema de información del destinatario. 3) El
párrafo 2) será aplicable aun cuando el sistema de información esté ubicado en un lugar
distinto de donde se tenga por recibido el mensaje conforme al párrafo 4). 4) De no convenir
otra cosa el iniciador y el destinatario, el mensaje de datos se tendrá por expedido en el lugar
donde el iniciador tenga su establecimiento y por recibido en el lugar donde el destinatario
tenga el suyo. Para los fines del presente párrafo: a) Si el iniciador o el destinatario tienen
más de un establecimiento, su establecimiento será el que guarde una relación más estrecha
con la operación subyacente o, de no haber una operación subyacente, su establecimiento
principal; b) Si el iniciador o el destinatario no tienen establecimiento, se tendrá en cuenta su
lugar de residencia habitual. 5) Lo dispuesto en el presente artículo no será aplicable a: [...]” .

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Véase: BRAVO, Fabio, op. cit., p. 392 y ss.; MARCONI, Anna Lisa, “ La legge Modello
Uncitral sul commercio elettronico” , Dir. Comm. Int., 1997, I, p. 137.
(83) LORENZETTI, Ricardo, op. cit., p. 201 y cita de TOSI; SANTOSUOSSO,
Giovanni, op. cit., p. 88 y nota 9 en la que se refiere a un trabajo de SARZANA quien
recuerda que el lugar de ubicación del server es el criterio adoptado por la Directiva
83/1993/CE en materia de comunicaciones satelitales, recalcando que tal Directiva ubica en
ese lugar el foro que determina la ley aplicable.
(84) SANTOSUOSSO, Giovanni, op. cit., p. 89 quien dice, por su lado: “ todavía, no
obstante las precisiones de la Directiva, numerosos son los interrogantes, que restan
insolutos, ligados a la individualización de la sede y consecuentemente al lugar de conclusión
de los contratos en Internet. Se puede imaginar, por ejemplo, la hipótesis en la cual un usuario
ingles concluye un contrato mediante la utilización de una PC portátil mientras se encuentra
de viaje en Italia o un país extracomunitario, el caso se presenta con trazos de extrema
complejidad porque son múltiples lo elementos que deben considerarse y por tanto requiere
una profundización” .
(85) Compárese: BOGGIANO, Antonio, “ Derecho Internacional Privado” , t. II, Abeledo
Perrot, Buenos Aires, 2001, p. 228 y ss.
(86) Artículos 1205 a 1216 del Código Civil.
(87) BOGGIANO, Antonio, “ Derecho Internacional Privado” , cit., en p. 229 dice: “
Ahora bien: cuando la celebración del contrato o su ejecución se relacione, aunque sea
parcialmente, con el territorio argentino, ya no cabe aplicar la norma de conflicto del artículo
1205, Código Civil — cuyo punto de contacto es el lugar de celebración— , sino la que
establecen los artículos 1209 y 1210 cuyo punto de conexión es el lugar de cumplimiento” .
(88) LORENZETTI, Ricardo, “ Comercio electrónico” , cit., p. 173 y ss.; sobre la
modalidad de “ click & wrap agreements” , en la misma obra p. 202 y ss. PIAGGI, Ana, “ El
comercio electrónico y el nuevo escenario de los negocios” , cit., especialmente su nota 2
donde dice: “ Existen dos clases de comercio electrónico: a) comercio electrónico indirecto
utilizado para la adquisición de bienes tangibles que necesitan ser enviados físicamente
usando canales tradicionales de distribución y, b) comercio electrónico directo, en este caso,
el pedido, el pago y el envío de los bienes intangibles y/o servicios se producen “ on line” .
Ejemplos de esta modalidad son las transacciones de software y música” .
(89) El art. 143 LCQ prevé los lineamientos básicos y dice: “ Contratos en curso de
ejecución. En los contratos en los que al tiempo de la sentencia de quiebra no se encuentran
cumplidas íntegramente las prestaciones de las partes, se aplican las normas siguientes: 1) Si
está totalmente cumplida la prestación a cargo del fallido, el otro contratante debe cumplir la
suya. 2) Si está íntegramente cumplida la prestación a cargo del contratante no fallido, éste
debe requerir la verificación en el concurso por la prestación que le es debida. 3) Si hubiera
prestaciones recíprocamente pendientes, el contratante no fallido tiene derecho a requerir la
resolución del contrato” . Posteriormente la ley enuncia el procedimiento para cada supuesto
y casos con soluciones especiales (arts. 144 a 159 LCQ). El último de estos preceptos
dispone: “ Artículo 159. - Casos no contemplados: reglas. En las relaciones patrimoniales no
contempladas expresamente, el juez debe decidir aplicando las normas de las que sean
análogas, atendiendo a la debida protección del crédito, la integridad del patrimonio del
deudor y de su empresa, el estado de concurso y el interés general” .
(90) Ley 24.240 (Adla, LIII-D, 4125), de 22 de setiembre de 1993, reformada por la ley
26.361 de abril de 2008.
(91) BRAVO, Fabio, op. cit., p. 429 y ss.; LORENZETTI, Ricardo, “ Comercio

© Thomson La Ley 33
electrónico” , cit., capítulo V, p. 217 y ss., y del mismo autor “ Comercio electrónico y
defensa del consumidor” , LA LEY, 2000-D, 1003; DELL’ ORTO, Enrico, “ Contratti on-line
e diritti del consumatore” , disponible en http://www.interlex.com; DI TOMASSI, Giorgio, “
La tutela del consumatore nel commercio elettronico” , en http://www.interlex.com;
RINESSI, Antonio J., “ Consumidor informático” , LA LEY, 1995-A, 868.
(92) Capítulo VII de la LDC, artículos 32 a 35.
(93) Art. 34 LDC. Esta facultad no puede ser dispensada ni renunciada.
(94) DELL’ ORTO, Enrico, “ Contratti on-line e diritti del consumatore” , cit.; en igual
sentido la Directiva 97/7/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, del 20/5/1997, art. 6.3
analógicamente.
(95) Véase el Proyecto de Código Civil de 1998, art. 327 y 839. En el derecho actual
véase también: BURGIO, Damián, “ La sorpresa jurídicamente relevante en el ámbito del
derecho privado” , ED, 185-1185; ROCCA, Ival, y ROCCA, Ival (h.), “ Vicios de la
voluntad. Sorpresa: teoría de su oponibilidad” , Astrea, Buenos Aires, 2001.
(96) PAOLANTONIO, Martín E., “ ¿El consumidor financiero es consumidor?” , LL
22/3/2010, 1; LORENZETTI, Ricardo, “ Comercio electrónico” , cit., p. 246. Véase la
Directiva 97/7/CE del Parlamento Europeo y del Consejo del 20/5/1997, que, en su art. 7
excluye, entre otros: “ …suministro de bienes o servicios cuyo precio esté sujeto a
fluctuaciones de coeficientes del mercado financiero que el proveedor no pueda controlar” ;
Directiva 2002/65/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, relativa a la comercialización a
distancia de servicios financieros destinados a los consumidores, art. 6.2 a, mencionando: “
operaciones de cambio de divisas, instrumentos del mercado monetario, títulos negociables,
participaciones en entidades de inversión colectiva, contratos financieros de futuros incluidos
los instrumentos equivalentes que impliquen una liquidación en efectivo, contratos de futuros
sobre tipos de interés (FRA), contratos de permutas (swaps) sobre tipos de interés, sobre
divisas o los contratos de intercambios ligados a acciones o a un índice sobre acciones (equity
swaps), opciones destinadas a la compra o venta de cualquiera de los instrumentos
contemplados en la presente letra, incluidos los instrumentos equivalentes que impliquen una
liquidación en efectivo. Concretamente, se incluyen en esta categoría las opciones sobre
divisas y sobre tipos de interés” .
(97) Ello sin perjuicio de la responsabilidad de los operadores con relación a sus
comitentes, en su caso.
(98) Art. 190 inc. 5 y 191 inc. 6 LCQ.
(99) Atento a su extensión, nos remitimos a los distintos supuestos previstos en la ley y a
sus comentarios doctrinarios. Para todos véase el completo trabajo de ROITMAN, Horacio, “
Efectos de la quiebra sobre los contratos preexistentes” , 2ª ed. actualizada, Rubinzal-
Culzoni, Santa Fe - Buenos Aires, 2005.
(100) Ver supra nota 71.
(101) Si bien en la práctica no son frecuentes, atento el carácter consensual del contrato,
no puede descartarse la posibilidad de que exista un contrato de locación perfeccionado por
medios informáticos.
(102) ALTMARK, Daniel R., “ Régimen jurídico del comercio electrónico. Aspectos
contractuales” , en Informática y Derecho, volumen 7, Depalma, Buenos Aires, 2001, p. 63;
del mismo autor: “ Contratos informáticos. El contrato de mantenimiento” , LA LEY, 1986-B,
719 y “ Contratos informáticos. (Las relaciones contractuales en la operatoria de los bancos
de datos)” , LA LEY, 1991-A, 835. Véase también RISTUCCIA, Renzo, TUFARELLI, Luca,

© Thomson La Ley 34
“ La natura giuridica di Internet e le responsabilitá del provider” , disponible en
http://www.interlex.com.
(103) ALTMARK, Daniel R., “ El contrato de outsorcing de sistemas de información.
Especificidades de una moderna tipología contractual” , LexisNexis, Buenos Aires, 2006.
(104) Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Mendoza, Sala I, “ in re” “ Sistex S.A. c.
Valerio Oliva S.A.” del 5/02/1990; también Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Comercial, sala D, “ in re” “ Argentoil S.A. c. Soft Pack S.A.” del 13/05/2008.
(105) En este campo, la actuación sindical puede evitar tanto continuar contratos
desventajosos o incluso fraudulentos, como también, a nuestro juicio, actuar para impedir la
resolución por el deudor en perjuicio de su patrimonio o en beneficio o colusión con terceros,
utilizando abusivamente el art. 20 LCQ. Véase sobre esta posibilidad: HEREDIA, Pablo D., “
Tratado exegético de derecho concursal” , cit., p. 516; LATTANZIO, Raúl H., “ Concurso
preventivo: efectos sobre contratos con prestaciones recíprocas pendientes” , ponencia
presentada en las Primeras Jornadas de Derecho Concursal, Buenos Aires, 1979, en AA.VV.,
“ Temas de derecho concursal” , Lerner, Buenos Aires, 1985, p. 238 y 239.
(106) UZAL, María Elsa, “ Procesos de insolvencia en el derecho internacional privado” ,
LA LEY, Buenos Aires, 2008” , p. 743 y siguientes.
(107) Supra punto 2.5 y nota 89.
(108) Véanse los trabajos sobre el tema en la Revista de Derecho Privado y Comunitario
2007-2 (Contratos conexos).
(109) La jurisprudencia ha dicho, en “ Tintas Especiales S.A. s/concurso preventivo
s/incidente Art. 20 Ley de Concursos 24.522 por Telefónica Data Argentina SA” (CNCom.
Sala B, 27 de marzo de 2003): “ …2. Las características del contrato celebrado con la
empresa para la presentación de servicios de acceso a Internet signadas por un ámbito de
libertad y voluntariedad no permite el emplazamiento de la relación jurídica dentro de la
figura de servicio público, por donde resulta inaplicable la previsión del Art. 20, párrafo
octavo de la ley 24.522. Más allá de la dificultad que afronta la doctrina para señalar una
conceptualización ontológica unívoca de la figura de servicio público, sí late un denominador
común consistente en considerarlo una prestación para la satisfacción de una necesidad
pública o colectiva (cfme. Marienhoff “ Tratado de Derecho Administrativo” , t. 2, p. 62,
1975, y que exhibe notas típicas relativas a la continuidad, obligatoriedad, generalidad, etc.
(CNCom., esta sala “ in re” “ Stein Ferroaleaciones S.A. s/concurso preventivo s/inc. Art.
250 Cproc.” , 24.09.99). Mas en la especie, el plexo de relaciones entre la empresa de
transmisión de datos por Internet y la concursada, exorbita el campo conceptual del servicio
público, al menos en el sentido con que debe entendérselo en orden al régimen de excepción
que prevé el citado Art. 20.-” (Los resaltados son nuestros). Si bien es cierto que la noción de
servicio público es proporcionada por el derecho administrativo, siendo cambiante según los
distintos ordenamientos y casi de caracterización formal (REVIDATTI, Gustavo Adolfo, “
Derecho Administrativo” , t. 1, FDA, Buenos Aires, 1989, p. 47 y ss.) nos parece oportuno
reflexionar nuevamente sobre la finalidad del art. 20, in fine de la LCQ, que podría arrojar
una conclusión diversa, ante la innegable necesidad del servicio informático (al menos de
ciertos servicios mínimos), para la continuación razonable de las actividades del deudor
concursado. Agreguemos que en tal condición es probable que no encuentre otro proveedor
dispuesto a contratar “ ex novo” .
(110) FERNANDEZ DELPECH, op. cit., capítulo III, p. 29 y ss., y 77 y siguientes.
(111) LORENZETTI, Ricardo L., “ Comercio electrónico” , cit., 133 y ss.; CERASANI,
Cristina, “ Il conflicto tra domain names e marchi d’ impresa nella giurisprudenza italiana” ,

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Dir. Comm. Int., 1999, III, p. 645.
(112) En el Anexo I de la Resolución citada se dice: “ NIC Argentina es la sigla que,
siguiendo las prácticas internacionales en la materia, identifica al Ministerio de Relaciones
Exteriores, Comercio Internacional y Culto en su carácter de administrador del dominio
Argentina de Internet” .
(113) Punto 8 del Anexo I de la Resolución antes citada.
(114) FERNANDEZ DELPECH, Horacio, op. cit., capítulo VII, p. 123 y ss., y con
relación a la OMPI, capítulo anterior, p. 117 y siguientes.
(115) LORENZETTI, Ricardo, “ Comercio electrónico” , cit., p. 101 y ss.; BAUZA
REILLY, Marcelo, “ La propiedad intelectual, el comercio electrónico e Internet” , en Revista
Informática y Derecho, vol. 7, Depalma, Buenos Aires, 2001, p. 99 y ss.; FERNANDEZ
DELPECH, Horacio, op. cit, p. 246 y ss., y con relación a las obras musicales, capítulo XI, p.
229 y siguientes.
(116) LORENZETTI, Ricardo, “ Comercio electrónico” , cit., p. 259 y ss., con amplio
tratamiento; CABANELLAS – PALAZZI, op. cit., p. 58, donde tratan lo referido a los
delitos informáticos e Internet; FERNANDEZ DELPECH, op. cit., p. 174 y siguientes.
(117) Del 25 de noviembre de 1980, que aprueba en jurisdicción nacional el “ Convenio
de comunicaciones entre Tribunales de distinta jurisdicción” , celebrado en Santa Fe el 9 de
octubre de 1979.
(118) Extracto de los considerandos del Convenio de Comunicación Electrónica
Interjurisdiccional, disponible en la página web de la Junta General de Cortes
(www.jufejus.org.ar).
(119) Artículo 5° del Protocolo Técnico de Comunicación electrónica Interjurisdiccional.
(120) Artículo 11 del Convenio de Comunicación Electrónica Interjurisdiccional. (121)
El Consejo de la Magistratura nacional, mediante resolución 239/01 resolvió constituir en el
Poder Judicial una autoridad de certificación digital y por Anexo a la Resolución 398/01
autorizó al “ Centro Judicial de Documentación Judicial” para expedir certificados de firma
digital vinculados con la actividad jurisdiccional.
(122) Véase el caso “ Supercanal Holding S.A. s/conc. prev. s/incíd. de rev. por la
concursada créd. de Televisión Satelital Codificada” , CNCom. Sala A, del 30 de octubre de
2009, publicado en “ Suplemento de Concursos y Quiebras” , LA LEY, 22 de marzo de 2010,
p. 43 y ss.; el informe de secretaría del 24 de setiembre de 2008, obra en p. 49/50.
(123) Véase el caso “ Multicanal SA s/acuerdo preventivo extrajudicial” , CNCom. sala
A, del 4 de mayo de 2006, en el que se dijo: “ …b) Mediante consulta a la página
www.nysb.uscourts.gov a través del uso de Internet, ha sido conocido por la Sala que el juez
Gropper habría dictado sentencia el 29 de marzo pasado (se adjunta copia en idioma inglés
con antelación a este fallo). Esta decisión, en tanto no ha sido sustanciada con las partes, no
puede ser tomada en cuenta como fundamento de esta sentencia” . “ Por lo demás, no parece
contar con firma digital, elemento que podría darle alguna autenticidad en los términos de la
ley 25.506, bien que en nuestro país no contamos con infraestructura de clave pública que la
torne operativa. De todas maneras, de la traducción efectuada oficiosamente por personal de
la Sala, puede advertirse que:…” . El Tribunal establece a continuación ciertos puntos que
surgirían de esa sentencia, aclarando que lo hace “ …siempre que sea auténtico el fallo y
adecuada su traducción…” (los resaltados son agregados).
(124) Extracto de la Introducción de las “ Pautas aplicables a las comunicaciones de

© Thomson La Ley 36
Tribunal-a-Tribunal en casos transfronterizos” (“ Guidelines Applicable to Court-to-Court
Communications in Cross-Border Cases” ), elaboradas por el American Law Institute,
Washington, 16 de mayo de 2000, y adoptadas por el International Insolvency Institute, New
York, 10 de junio de 2001.
(125) Pauta N° 6.
(126) Pauta N° 7. También se establece en esta Pauta que la comunicación deberá ser
grabada y podrá transcribirse. Una copia formará parte del expediente y estará disponible
para los abogados de las partes.
(127) Véase al respecto UZAL, María Elsa, “ Procesos de insolvencia en el derecho
internacional privado” , cit., p. 343 y ss., y 363 y ss.; DIALTI, Francesco, “ Cooperazione tra
curatori e Corti in diritto internazionale fallimentare: un’ anilisi comparata” , Il diritto
fallimentare n° 6 I, noviembre-diciembre 2005, p. 1010 y siguientes.
(128) La ley entró en vigencia el 4 de abril de 2006 y fue dictada de acuerdo a la sección
14 de la “ Insolvency Act” del año 2000. El art. 27 de la ley, respecto de las formas de
cooperación, fue tomado casi literalmente de la Ley Modelo sin que la lista de formas de
cooperación intente ser taxativa. LOOK CHAN HO, “ Cross-border insolvency. A
commentary on the UNCITRAL Model Law” , Globe Business Publishing, Londres, 2006, p.
92.
(129) Si bien la ley N° 637 de 2000 no incorporó el apartado optativo “ f” del art. 27 de
la Ley Modelo, la doctrina entiende que, de todas maneras, “ en el sentido del art. 28.b… la
Corte puede trasmitir informaciones por cualquier medio que considere apropiado. Esta
previsión es suficientemente amplia; “ medio apropiado” podemos sin más pensar en el
teléfono, correo electrónico, fax, videoconferencia y otras formas de comunicación” ,
DIALTI, Francesco, Op. cit., p. 1021.
(130) Información disponible en: http://www.uncitral.org.
(131) Fue propuesto concretamente en el Proyecto remitido por el Sr. Ministro de Justicia
Dr. Jorge R. VANOSSI al Congreso de la Nación como “ Proyecto de Régimen Legal de la
Insolvencia Transfronteriza” (0974-D-04), redactado por la Comisión formada por los
Doctores: Héctor Alegria, Juan Anich, Mariano Gagliardo, Sergio Le Pera, Ana I. Piaggi,
Efraín H. Richard, Julio C. Rivera y Adolfo A. N. Rouillon. Véase al respecto: ROUILLON,
Adolfo A. N., “ Cooperación judicial en concursos transfronterizos” , VII Congreso
Argentino de Derecho Concursal y V Congreso Iberoamericano sobre la Insolvencia,
Mendoza, octubre de 2009; del mismo autor: “ Cooperación internacional en materia
concursal. La Ley Modelo de la CNUDMI (Uncitral) sobre insolvencia transfronteriza” , LA
LEY, 2002-D, 998 y “ Concursos con repercusión transnacional. La Ley Modelo de la
CNUDMI (Uncitral) sobre insolvencia transfronteriza” , Academia Nacional de Derecho
01/01/2000, 144; UZAL, María Elsa, op. cit., p. 315 y ss.; FELDSTEIN DE CARDENAS,
Sara, RODRIGUEZ, Mónica y SCOTTI, Luciana, “ Hacia una necesaria reforma del sistema
de derecho internacional privado argentino en materia de insolvencia internacional” ,
disponible en www.calp.org.ar/Instituc/Institutos/dipr/jdipr_sf.pdf.
(132) El documento fue adoptado el 1° de julio de 2009 y actualmente puede consultarse
su “ Texto final provisorio” en la página web de la CNUDMI (UNCITRAL). La Guía
contempla, en su apartado, “ B” un “ Cotejo de acuerdos de insolvencia transfronteriza” ,
donde uno de los puntos tratados se denomina “ Intercambio de comunicaciones” (párrafos
138 a 171). Allí, respecto de las Audiencias conjuntas, se dice: “ Entre los procedimientos que
cabría adoptar, cabe citar los siguientes: a) Establecer un enlace telefónico o por video para
que un tribunal pueda seguir un procedimiento que se está llevando a cabo ante el otro…”

© Thomson La Ley 37
(párrafo 148). También se mencionan posibles formas de cooperación entre los tribunales y
las partes al analizarse el art. 27 de la Ley Modelo que se refiere, en su punto b) a: “
comunicación de información por cualquier medio” . Al respecto la Guía menciona como
posibles medios de comunicación al correo postal, el fax o el correo electrónico, o las
llamadas telefónicas simples o por videoconferencia, agregando que, hasta la fecha, se han
preferido las videoconferencias (párrafos 4 al 10).
(133) Diario Oficial n° L 160 de 30/06/2000, pp. 0001 – 0018.
(134) Art. 31 del Reglamento (CE) N° 1346/2000 del Consejo de 29 de mayo de 2000
sobre procedimientos de insolvencia. Este precepto sólo se aplica en el ámbito
intracomunitario, véase al respecto: CAMPUSANO DIAZ, Beatriz, “ Aspectos
internacionales del Derecho Concursal” , Ediciones Laborum, Murcia, 2004, p. 319 y ss.,
donde en p. 320 la autora explica que, al no haberse establecido un cauce específico para la
realización sin demora de la comunicación, cabe recurrir a cualquier medio que resulte útil a
tales efectos, y cita en nota 99 a CALVO CARAVACA, A. L., y CARRASCOSA
GONZALEZ, J., “ Derecho Concursal Internacional” , Colex, Madrid, 2004, p. 166, quienes
precisan que dicha información puede transmitirse mediante comunicaciones orales a
distancia, medios postales, comunicaciones electrónicas, remisión de copias de actas o,
incluso, mediante la creación de una base de datos común de los propios síndicos.
Proyectándose al ámbito extracomunitario, la ley concursal española N° 22/2003, en su
capítulo IV: “ De la coordinación entre procedimientos paralelos de insolvencia” , arts.
227.2.1 dispone: “ La cooperación podrá consistir, en particular, en: el intercambio, por
cualquier medio que se considere oportuno, de informaciones que puedan ser útiles para el
otro procedimiento…” .
(135) Podemos citar a GUASTAVINO, Elías P., en “ La prueba informática” , LA LEY,
1987-A, 1144, quien dijo: “ Ante todo, es obvio que dicho estudio debe realizarse sin
mistificaciones ni exaltaciones de ciencia ficción, con conciencia de las luces y sombras que
acompañan a los avances técnicos, esto es, de los errores que en las diversas fases de la
computación pueden producirse y de los abusos o fraudes susceptibles de acontecer” , y
LORENZETTI, Ricardo L., “ Comercio electrónico” , cit., en p. 7 dice: “ La primera
generación de libros sobre Internet cumplió su tarea describiendo el asombro: presentaciones
sobre el mundo digital, introducciones a la tecnología, guías para un mundo feliz, diseño de
una nueva utopía. Hubo un exceso de visibilidad…ese tipo de abordaje es hoy insuficiente
porque debemos ampliar el espectro, mostrar la comedia, que significa jugar y pasear en
Internet pero también la tragedia del conflicto, el control social, el funcionamiento económico
de la red. En definitiva, debemos estudiar seriamente y hacernos cargo de la complejidad y de
la interrelación entre microsistemas autonómicos…” .

© Thomson La Ley 38
Voces: CODIGO PROCESAL CIVIL COMERCIAL Y DE MINERIA ~ CODIGO
PROCESAL ~ PROVINCIA ~ PROVINCIA DE SAN JUAN ~ REFORMA PROCESAL ~
PROCESO SUMARISIMO ~ NOTIFICACION ~ NOTIFICACION ELECTRONICA ~
NOTIFICACION FICTA ~ INFORMATICA ~ NOTIFICACION PERSONAL ~ GESTOR
PROCESAL ~ PLAZO ~ RECURSOS ~ INTERPOSICION DEL RECURSO ~ TRASLADO
~ MEDIDAS CAUTELARES ~ MEDIDA CAUTELAR INNOVATIVA ~ AMICUS
CURIAE ~ DOMICILIO PROCESAL ~ BENEFICIO DE LITIGAR SIN GASTOS ~
ACCION DE AMPARO ~ INTERPOSICION DE LA ACCION ~ PLAZO LEGAL ~
MEDIDAS AUTOSATISFACTIVAS ~ TUTELA ANTICIPADA ~ CADUCIDAD DE
INSTANCIA ~ PLAZO DE CADUCIDAD ~ MEDIACION
Título: Berve noticia acerca del nuevo Código Procesal Civil de la Provincia de San Juan
Autor: Guzzo, L. Víctor
Publicado en: LLGran Cuyo2010 (mayo), 399
El Código Procesal en lo Civil, Comercial y Minería de la Provincia de San Juan (Ley N°
3738), que data del año 1.972, ha sido objeto de profundas modificaciones. La ley 8037
(Adla, LXIX-E, 4933) (1) aprueba el texto ordenado, modificado y corregido -Leyes N°
7942, 7974 y 8005 (Adla, LXIX-D, 3943)-. El nuevo texto ha entrado en vigencia a partir del
1° de febrero de 2010, lo que motiva este breve e incipiente comentario.
De la exposición de motivos de la Ley 7942, surge que no estamos en presencia de un
nuevo código procesal integral, sino ante una importante revisión del mismo Código Procesal
Civil Ley 3738, al que además se le han incorporado novedosos institutos. Cabe destacar que
esta reforma es fruto de la ardua labor desarrollada por los calificados miembros de la
Comisión Reformadora (2), con el aporte enriquecedor de prestigiosos profesionales e
instituciones.
En una muy apretada síntesis acerca de algunas de las principales modificaciones
introducidas al C.P.C., puede observarse que -de igual modo a lo acaecido con el Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación a partir del mes de Mayo de 2.002 en la reforma
establecida por Ley 25.488 (3) (Adla, LXI-E, 5468)- desaparece el Proceso Sumario, en tanto
que el Sumarísimo, en el nuevo texto, es denominado Proceso Abreviado. En el proceso
Ordinario, con la demanda y la reconvención debe ofrecerse la totalidad de la prueba y no
sólo la documental. Si se ofrece prueba testimonial se indicará qué extremos quieren probarse
con la declaración de cada testigo. Los hechos nuevos podrán ser denunciados hasta el
llamamiento de Autos para sentencia (art. 328 en su nueva redacción).
La notificación ficta se reduce a un solo día a la semana en los distintos fueros: los martes,
en los juzgados con competencia en materia Civil, Comercial y Minería, Comercial Especial,
Contencioso administrativo, Familia, y Menores, en todas las instancias; el miércoles, en la
Justicia de Paz Letrada. Y en actividad legisferante coordinada digna de destacarse, la Ley N°
8040 ha modificado el Código de Procedimiento Laboral de la Provincia (Ley N° 5732, Adla,
XLVII-D, 5258) disponiendo que, en ese fuero especializado, el único día de notificación por
ministerio de la ley será los miércoles.
El art. 132, inciso 4), del C.P.C. establece que, "luego de que el profesional deje nota por
segundo día de notificación correspondiente, ante la falta de disposición del expediente, la
resolución que se dictare deberá serle notificada personalmente o por cédula; acreditada esta
notificación, las subsiguientes continuarán conforme al régimen general".
En materia de notificaciones, se introducen los medios electrónicos, informáticos o
similares, conforme lo reglamente la Corte de Justicia (art. 134).
También se ha innovado en la notificación personal, estableciendo ahora el art. 142: "La
notificación personal se practicará firmando el interesado en el expediente, al pie de la
diligencia extendida por el encargado de mesa de entradas o quien cumpla tales funciones.

© Thomson La Ley 39
Tal modo importará la notificación de todas las actuaciones anteriores".
Con relación a las comunicaciones, los Oficiales notificadores no deberán dejar más el
denominado "aviso citatorio" en los casos de traslado de la demanda.
En una aproximación meramente ilustrativa, debe advertirse que desde ahora el plazo para
ratificar lo actuado en Gestión es de 40 días hábiles, en vez de 60, facultad que -igual que en
el fuero federal- podrá ejercerse sólo una vez (en cada instancia en el fuero ordinario -art. 51
in fine CPC-, y una vez en el curso del proceso en jurisdicción nacional- art. 48 del CPCCN).
Se ha uniformado en cinco días (como era y sigue siendo el término para interponer el
Recurso de Apelación) el plazo para deducir los Recursos de Aclaratoria y de Reposición, que
era de tres días. En cuanto al trámite, el nuevo Código dispone que el recurso de apelación
concedido libremente se sustancie en la primera instancia, de igual modo que como ya
ocurría con la apelación concedida en relación.
Para la prueba confesional, no será ya necesario dejar el pliego de absolución de
posiciones con media hora de anticipación a la audiencia (art. 373). En el caso de posiciones
impertinentes, el absolvente podrá negarse a contestarlas, pero se le deberá advertir que el
juez podrá tenerla por confesa si al sentenciar lo juzgare procedente. Siguiendo el modelo del
Código nacional, se prevé que "de ello sólo se dejará constancia en acta, sin que la cuestión
pueda dar lugar a incidente o recurso alguno" (art. 377).
Es novedoso que, conforme al nuevo art. 20 de la ley ritual, si en el escrito de recusación
con causa de un magistrado no se alegase concretamente alguna de las causas contenidas en
el Artículo 16 o se presentara fuera de las oportunidades previstas en los Artículos 14 y 17, la
recusación será desechada por el mismo Juez o el presidente de la Sala, en su caso.
Se reducen las consecuencias gravosas que eran propias de la rebeldía declarada y firme,
asimilándose más a la no contestación de la demanda (art. 58 CPC).
Según el art. 151, toda resolución dictada previa vista o traslado, toda resolución dictada
previa vista o traslado, "será inapelable para la parte que no los haya contestado. No obstante,
se prevé expresamente que la falta de contestación del traslado no importará consentimiento a
las pretensiones de la contraria.
El art. 232 del nuevo Código recepta la Medida Cautelar Innovativa que había consagrado
ya la doctrina judicial. Palacio señala que la comprensión integral del art. 230 del CPCCN
permite visualizar que "dicha norma cubre con holgura la totalidad de posibilidades que
brinda la denominada medida cautelar innovativa", aunque advierte que el criterio judicial
predominante las admite habitualmente "en el marco de la medida cautelar genérica que
regula el art. 232 del referido ordenamiento" (4).
Por otra parte, y tal como acaece en el ámbito de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación, se ha introducido en el código reformado la figura del "amicus curiae" para que,
antes del estadio procesal de alegatos, calificados juristas o instituciones del derecho puedan
enriquecer con su aporte intelectual cuestiones de trascendencia colectiva o de interés general
(art. 447). Antes de aquella regulación, mediante las Acordadas N° de la CSJN N° 28/2004 y
N° 14/2006, se había señalado que "resulta admisible proporcionar a los jueces de las
instancias inferiores la posibilidad de designar un amicus curiae que le suministre
información certera, consejos sensatos, sugerencias útiles; en términos latos, asesoramiento
conducente para canalizar de mejor modo el conflicto y arribar a la solución más justa
posible, cuando la cuestión que se ventila fuere de una delicadeza tal que conviniera la
actuación de una personalidad o entidad destacada en una materia" (5).
La obligación de constituir domicilio procesal dentro del radio del Tribunal se extiende a
todos los auxiliares del proceso (v.g. Peritos). En otro orden, en un futuro no lejano deberán

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las partes constituir domicilio electrónico y la Corte de Justicia implementará la firma digital,
pero es claro que en los procesos en que se apliquen estas nuevas modalidades, no regirá el
sistema de notificaciones establecido en el Artículo 132 (notificación por nota).
Aparece positivo el art. 69 del C.P.C. reformado: "Entes estatales. En los procesos
judiciales que se susciten entre el Estado Provincial y las Municipalidades, entre éstas entre sí
o con empresas o entes autárquicos provinciales o municipales, o entre éstos entre sí, las
costas se soportarán en el orden causado".
En relación al beneficio de litigar sin gastos, de conformidad con las nuevas previsiones
(art. 78 del CPC), podemos destacar bondades y flaquezas: el beneficio puede seguir
peticionándose hasta cualquier estado del proceso (la falta de limitación temporal de este
instituto conduce a abuso del derecho); pero es sin duda novedoso y positivo que el beneficio
de litigar sin gastos no se admitirá si existiere un pacto entre el solicitante y el profesional o
cualquier otro tercero por el que éstos participen en el resultado del pleito.
El plazo máximo para promover acción de Amparo será de treinta días hábiles
(anteriormente el término era de quince días corridos), que se estima razonable y conforme
con las actuales líneas doctrinarias y previsiones de los códigos modernos. Se regula el
amparo colectivo, instituto que ya había sido introducido en la Constitución de la Provincia,
en la reforma de 1986 (art. 40).
Una de las innovaciones más importantes es sin duda la incorporación del proceso de
estructura monitoria (art. 453), aplicable a los procesos de ejecución con excepción de la
ejecución de sentencia, a algunos supuestos del proceso de desalojo y a otros supuestos
expresamente contemplados (vg.: obligación de otorgar escritura pública o de transferir
automotores; cancelación de prenda e hipoteca, etc.), casos en los cuales una vez examinado
el título el Juez dicta derechamente sentencia monitoria, y notificada ésta, el ejecutado podrá
oponerse dentro de los diez días (art. 456).
Se receptan los nuevos institutos procesales: Procesos urgentes (para la defensa de los
derechos fundamentales, acortando los plazos del proceso abreviado a fin de procurar una
tutela real y efectiva; art. 675); Satisfacción inmediata de la pretensión (medidas
autosatisfactivas), cuando no resulte necesario promover un juicio de conocimiento posterior
(art. 676); Tutela anticipada (se anticipa la pretensión demandada sin perjuicio de la
prosecución del proceso; art. 242 y sig.).
Se reducen a la mitad los plazos para que se opere la perención de la instancia, innovación
conveniente que tiende a motivar a los profesionales y a las partes con relación al tiempo que
demandan los procesos judiciales (art. 274).
Con relación a la mediación, se aplican las Leyes N° 7454 y 7675, modificatorias y
sustitutivas. El acuerdo homologado adquiere autoridad de cosa juzgada y, en caso de
incumplimiento, podrá ser ejecutado, a pedido de parte, por el trámite de ejecución de
sentencia (art. 283).
Se incorpora la Audiencia inicial (art. 325), a la cual las partes deben comparecer
personalmente. Si alguna no compareciere injustificadamente, no podrá plantear ninguna
cuestión respecto de las resoluciones propias de dicho acto que se dicten en el curso de esa
audiencia y se les tendrán por reconocidos los hechos aseverados por la contraparte, en la
demanda o en la contestación, salvo prueba en contrario. La incomparecencia del actor se
considerará como desistimiento del proceso, salvo que hubiere mediado reconvención o la
parte demandada optare por continuarlo.
Estimo desacertado que la audiencia inicial sea facultativa y no imperativa para el
magistrado (conf. art. 321 CPC), a la luz de los resultados positivos que su antecedente

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directo, la "audiencia preliminar", ha dado en el fuero nacional, máxime teniendo en cuenta
que esta norma -tal como ha sido establecida en el código reformado- era en buena medida
innecesaria atento a las facultades ordenatorias e instructorias que tenía y tiene el Juez, entre
ellas convocar a las partes para intentar una conciliación.
Si bien la implementación del nuevo Código de Procedimientos en lo Civil, Comercial y
Minería demandará esfuerzos coordinados de todos los operadores jurídicos, en pos de
uniformar criterios y superar cavilaciones para lograr su eficaz aplicación, las reformas e
innovaciones introducidas permiten avizorar un instrumento legal que coadyuvará a
soluciones menos morosas conforme al reclamo insistentemente formulado por justiciables y
letrados al Poder Judicial de la Provincia (6).
(1) B.O. de la Provincia de San Juan, 18-9-2009.
(2) Integrada por los Dres. Jaime Velert Frau, José Antonio Larrauri, Roberto Pagés
Lloveras, Gladys Rubia, Norma Moreno Ferrer, Mariano Ibáñez, Adriana Tettamanti y Víctor
Bazán.
(3) TETTAMANTI, Adriana, "Reflexiones sobre la reforma al Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación, introducida por la Ley N° 25.488", Revista "La Voz del Foro", Año
I, N° 4, San Juan, octubre de 2.002.
(4) PALACIO, Lino Enrique, "La venerable antigüedad de la llamada medida cautelar
innovativa y su alcance actual", Revista de Derecho Procesal N° 1, Medidas Cautelares,
Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires, 1998, pp. 107 y 111.
(5) TETTAMANTI, Adriana, "El amicus curiae: una mirada desde la prueba pericial.
Aproximaciones para su regulación", Ponencia en el XXII Congreso Nacional de Derecho
Procesal, Comisión de Derecho Procesal Constitucional, Paraná, 12, 13 y 14 de junio de 2003
(citada por GELLI, María Angélica, Constitución de la Nación Argentina comentada y
concordada, La Ley, Buenos Aires, 2005, p. 927).
(6) Al referirse a los tiempos de la Justicia, destacaba el maestro Morello: "Los mensajes,
no sólo de los especialistas sino de la misma comunidad en su conjunto, son igualmente
definidos en el sentido de que los abogados y los jueces debemos 'actuar bien y rápido',
simplificador y elocuente eslogan preferido en el capitalismo competitivo (por los analistas
de las imprescindibles reformas y adaptaciones en el funcionamiento del Estado y de la
sociedad) y, por ende, y de manera prioritaria, dirigido a la Justicia. Con el agravamiento de
que no hay tiempos de espera, de que el gran desafío es hacerlo todo y a la vez y con gran
eficiencia y calidad de ejecución, para que el cambio de actitud tenga consenso y decisivo
apoyo social" (MORELLO, Augusto M., Estudios de Derecho Procesal. Nuevas Demandas.
Nuevas Respuestas, Tomo I, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1998, p. 307).

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Voces: PROVINCIA DE MENDOZA ~ NOTIFICACION ~ PODER JUDICIAL ~
INFORMATICA ~ ADMINISTRACION DE JUSTICIA ~ NOTIFICACION
ELECTRONICA ~ DENEGACION Y RETARDO DE JUSTICIA ~ JUEZ ~
OBLIGACIONES DEL JUEZ ~ CELERIDAD PROCESAL ~ CIENCIA Y TECNOLOGIA ~
MEDIOS DE COMUNICACION ~ INTERNET ~ SITIO WEB ~ DOMICILIO ~
DOMICILIO PROCESAL ~ DOMICILIO ELECTRONICO
Título: Las mejoras tecnológicas en la prestación del servicio de Justicia. El caso de la
Provincia de Mendoza con especial referencia a las notificaciones electrónicas
Autores: Parellada, Ariel Parellada, Carlos A.
Publicado en: LLGran Cuyo2010 (mayo), 305
I. Introducción. — II. ¿Qué es el Servicio de Justicia?. — III. ¿Qué es ‘ mejorar’ el
Servicio de Justicia?. — IV. ¿En qué pueden ayudar a mejorar las T.I.?. — V. ¿Qué
estamos haciendo en Mendoza?. — VI. Nuestra contribución al diálogo en materia de
notificación electrónica. — VII. ¿Hacia dónde vamos?
I. Introducción
Del vasto tema del mejoramiento del Servicio de Justicia a través del tratamiento
automático de datos, intentamos encarar sólo dos temas: uno principal y otro accesorio que
sirva de ejemplo del primero. El principal es un tema genérico acerca del modo en que deben
abordarse las mejoras en el Servicio de Justicia, y el accesorio, es una valoración acerca de la
mejora implementada en el orden de las notificaciones electrónicas que se ha puesto en
vigencia en la Justicia de Mendoza.
II. ¿Qué es el Servicio de Justicia?
Hay una gran variedad de conceptos o descripciones de lo que es o cómo se constituye el
Servicio de Justicia.
Desde el ángulo terminológico, hablar de ‘ servicio’ implica una toma de posición.
Distinta de la que es hablar de ‘ Poder Judicial’ . El servicio es algo que se piensa teniendo en
miras al ciudadano, que cuando usa el servicio de Justicia denominamos justiciable, aquél a
quien está destinado el servicio.
Cuando hablamos de Poder Judicial evocamos uno de los tres poderes del Estado, o sea,
que convocamos a la idea de autoridad pública.
De la gran variedad hemos elegido una que es minimalista y esencialista, y que es la que
utiliza el Plan Nacional de Reforma Judicial (1), que se refiere al Servicio de Justicia como
aquél que brindan “ hombres respetados y prudentes” , a quienes les “ proponemos los
conflictos o los delitos para que los resuelvan o establezcan las sanciones” que merecen.
III. ¿Qué es ‘ mejorar’ el Servicio de Justicia?
Para saber qué es ‘ mejorar’ tenemos que realizar un diagnóstico de cuál es el estado
actual del Servicio de Justicia -cuáles sus inconvenientes y debilidades-, y también
necesitamos saber cuál es el Poder Judicial al que aspiramos. La falta de cualquiera de esas
dos informaciones conlleva el riesgo de equivocarnos en qué significa ‘ mejora’ .
‘ Mejorar’ no es cambiar ni es innovar, pues si el cambio o la innovación no están
alineados a lo que aspiramos o si no sabemos cuáles son los modos en que se superan los
defectos que ostenta el actual Servicio de Justicia, la mutación o la incorporación de
novedades no nos acerca a la finalidad buscada.
a) El diagnóstico del actual Servicio de Justicia:
La situación de la justicia es una situación de ‘ aguda crisis’ (2). Una situación de crisis
no significa que debamos atemorizarnos, porque aunque normalmente las situaciones críticas
nos inquietan por la incertidumbre que conllevan, en verdad, no debería sucedernos.

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En efecto, crisis significa “ cambio brusco en el curso de una enfermedad, ya sea para
mejorarse, ya para agravarse el paciente” (3). Esa doble destinación de la ‘ crisis’
-mejoramiento o agravación- se suele olvidar, por efecto del alto contenido emocional del
término (4), precisamente, porque es una situación de duda, de desconcierto, de
enfrentamiento entre las tendencias del pasado y las que se insinúan hacia el futuro; en fin,
una situación a través de la cual preferiríamos no pasar. La crisis es un punto de inflexión que
puede llevar a la muerte, si el mal se desarrolla como tal o puede llevar a la superación de la
enfermedad, si se revierte. Recuerda Atilio A. Alterini lo significativo que es que en el idioma
chino se representa con dos ideogramas: el que trasmite la idea de “ peligro” y de “
oportunidad” (5).
Los poderes judiciales de la República están sufriendo dos males muy severos: están
saturados, por la existencia de demasiados pleitos para su estructura, y una marcada ‘
entropía’ , o sea, una pérdida de eficacia por un exceso de demora, que hace la respuesta
jurisdiccional sea tardía.
Existe un verdadero círculo vicioso: la existencia de demasiados pleitos para la estructura
del sistema judicial provoca demora; la demora provoca que una de las partes del conflicto
sea renuente a acudir a los métodos alternativos de resolución de conflictos, porque la
postergación le beneficia o, al menos, cree que la beneficia (6). De ese modo, los pleitos
largos provocan un abarrotamiento de los tribunales que retroalimenta el colapso del sistema
y provoca una mayor demora judicial, que hace más conveniente para quien carece de razón
litigar y lograr la postergación de su condena.
Es cierto que la demora es como el colesterol, ya que hay una demora que, dentro de
tiempos razonables, es buena, y otra, cuando los excede, que es mala. La ‘ demora buena’
enraíza en la circunstancia bien conocida de que el tiempo ‘ cura las heridas’ y apacigua los
ánimos de los contendientes. La mala conduce a una injusticia pues la justicia tardía no es
justicia, sino injusticia (7).
Esa dualidad proviene del doble carácter que ostenta el tiempo. Nosotros tenemos una
palabra única -“ tiempo” - para designar las dos dimensiones o los dos caracteres del tiempo;
Los griegos, en cambio, usan dos términos distintos para cada una de ellas; una es ‘ kronos’
que es el ‘ tiempo mecánico’ , el del reloj, en el que todos los minutos son iguales, y otro,
designado con la palabra ‘ kairós’ es el ‘ tiempo oportuno’ en que un minuto no equivale al
otro (8).
La experiencia profesional enseña que a lo largo del conflicto hay un “ momento
oportuno” para solucionarlo (kairós) que generalmente no es el inmediato o próximo a su
nacimiento, por la alta carga de emotividad que exhibe esta etapa; y que, además, la
negociación o concertación para encontrar la solución por medio de la autonomía de la
voluntad de las partes puede llevar algún tiempo (kronos). De allí, que nos parezca
importante destacar que cuando se piensa el proceso judicial se estructure de manera tal que
sea posible la celeridad, pero que no se imponga un ritmo arrollador (9). Pues la solución de
los conflictos requiere de reflexión, de apaciguamiento, de maduración y de libertad para que
las partes no se sientan presionadas. Se trata de lograr un equilibrio para lograr “ poner la
celeridad a disposición de las partes, sin atropellarlas” . Esta necesidad se acentúa
particularmente en los procesos complejos y en los masivos, en los cuales la composición del
conflicto es más demorosa por la participación de numerosos operadores y litigantes, pero sin
lugar a hesitación, también se presenta en los procesos simples e individuales o sencillos.
Es preciso destacar que la verdadera dificultad de los pleitos es la reconstrucción histórica
de los hechos y la labor destinada a reunir las pruebas, lo que exige un gran esfuerzo de las
partes y sus asesores para contactarse con los diversos medios de prueba; y que los hechos
que se alegan al contestar la pretensión o a lo largo del pleito, en carácter de hechos nuevos,

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requieren nuevos contactos de los auxiliares con los litigantes y la búsqueda de los medios
probatorios necesarios para desvirtuarlos o corroborarlos.
Lo afirmado revela que la causa de la demora entre un acto del proceso y el siguiente no
es necesariamente la lentitud de reacción atribuible a los profesionales, pues esa conclusión
olvidaría que ellos -al igual que los jueces- no tienen el conocimiento de los sucesos
históricos, sino que dependen de la diligencia y, muchas veces, de la decisión estratégica (10)
o táctica (11) de las partes o de las instrucciones que éstas les impartan, para aportar los
medios probatorios y el análisis de los presupuestos fácticos de ciertas argumentaciones que
se desarrollan en el proceso, para demostrar que no resultan aplicables al caso por partir de
hechos falsos o que, al menos, no sucedieron del modo en que se relatan en el litigio.
Toda simplificación que pretenda atribuir la responsabilidad de la demora únicamente a
uno de los personajes del proceso cae en el error de ignorar la complejidad que presentan las
investigaciones y las decisiones no sólo para el Juez, sino para también para las partes y sus
asesores.
Otro dato preocupante es la distancia que existe entre el justiciable y el Servicio de
Justicia. El Juez no puede ser alguien “ ausente” , cuya presencia no perciba el litigante,
como el juez de “ El Proceso” de Kafka. El ciudadano tiene derecho a verlo, tiene derecho a
percibir sus características de humanidad -que es un hombre, que estornuda, que se fatiga,
etc.-, como sucede en el proceso oral, porque sólo el público puede comprender lo que cae
bajo sus sentidos. Y esto no es algo raro o ignorado, sino que se ha expresado siempre pero
desde el ángulo del juzgador, en la formulación del principio de inmediación. Así, se ha
sostenido que los tribunales de casación tienen una restricción cognitiva impuesta por la
carencia de experiencia perceptiva del debate (12). La misma carencia se expresa en el
proceso civil, cuando no es el Juez quien personalmente toma contacto con los escritos de las
partes y la prueba rendida, sino que su conocimiento del caso se mediatiza a través de la labor
de los relatores o auxiliares (13).
En tal sentido, el Plan Nacional de Reforma Judicial, recuerda que la Corte Suprema de
Justicia de la Nación ha señalado “ que la inmediatez es un destacado principio procesal y
que es una relación personal e intransferible de cada uno de los jueces con la controversia
(Fallos 312:1516)” .
La celeridad se encuentra en relación con la inmediatez, pues “ pareciera ser que a mayor
inmediatez, menor celeridad” , pero la falta de inmediación aparece justificada “ en razón de
que el juez no podría estar en más de un lugar al mismo tiempo” (14).
La comunicación directa no es perfecta, se presta a equívocos y mal interpretaciones de
los mensajes que las partes se emiten y reciben, en razón del ‘ ruido interno y externo’ que
interfiere entre quienes están comunicados. Pero la comunicación indirecta o mediatizada
-aumenta el ‘ ruido’ - es imperfecta. Quien conoce en forma mediata el conflicto es muy
difícil que lo comprenda bien, y seguramente, no lo resolverá bien. En tal sentido, la
experiencia indica que la elección de los hechos relevantes entre todos los propuestos es
fundamental para la decisión correcta.
De modo tal que parece un imperativo de la hora, que el Juez recupere las posibilidades de
actuar con inmediatez con las partes, la prueba y el expediente, a cuyo fin debe ser
descargado de los múltiples deberes que se le imponen, para dedicarse a su labor específica
que consiste en tomar el contacto con las partes, las pruebas del conflicto a través del
expediente, y en forma directa.
Lo que nos parece cierto para el Juez, nos parece cierto también para el Poder Judicial en
su conjunto, cuyo quehacer debe trascender al público. El hombre común no puede

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comprender a un Servicio de Justicia que no sabe qué es lo que hace. La ausencia de
publicitación de las labores del Poder Judicial es una de las razones del desprestigio de él ante
la opinión pública.
b) El Servicio de Justicia al que aspiramos:
El modelo del Servicio de Justicia implica acercarse al ideal comunitario de lo que es un
sistema de resolución de conflictos dentro de la sociedad. De él, el Poder Judicial es sólo una
parte, pero es la parte esencial porque es el garante de todos los derechos de los ciudadanos y
el custodio último de la Constitución Nacional. Así, como la salud humana es el estado en
que se consigue la mayor calidad de vida, la salud del Servicio de Justicia es aquél estado en
que se consigue la mejor calidad de Justicia.
Ciertamente que la determinación del perfil del Poder Judicial que buscamos es un tema
que requiere numerosas definiciones en materia de recursos humanos, económicos, políticos,
jurídicos, etc., que requerirían mucho más que este capítulo. Pero, a fin de considerar las
mejoras que puede aportar la informática nos parece suficiente con señalar únicamente
algunas pautas, sin desconocer que, en modo alguno, agotan la totalidad de las que deben ser
tenidas en cuenta.
En ese orden ideas, creemos que la comunidad aspira a un Servicio de Justicia moderno,
democrático y participativo, que responda al perfil consagrado en la Constitución Nacional y
de la Provincia, que goce de su confianza. También creemos que sólo ha de lograrse tal
confianza -actualmente deteriorada, a consecuencia de la profundidad de la crisis del Poder
Judicial argentino en los 90, especialmente del federal, que es el que tiene mayor repercusión
mediática- en la medida que satisfaga en un tiempo razonable -de acuerdo a las posibilidades
humanas- la necesidad de solución de los conflictos que se plantean en la comunidad, que
esté en comunicación con los ciudadanos, y que otorgue una respuesta oportuna con un nivel
de calidad adecuado.
El nivel de calidad adecuado de un Servicio de Justicia es un problema delicado. Si bien
como principio puede aceptarse que un promedio alto de revocaciones de las sentencias por
los Tribunales Superiores indicaría ineficiencia del sistema, no puede olvidarse que el
progreso del Derecho se basa en criterios innovadores que difícilmente se aceptan en forma
instantánea, sino que requieren de maduración; que postura minoritarias se convierten en
mayoritaria a través del tiempo por la natural formación gradual de las convicciones. Basta
recordar dos ejemplos: la tutela preventiva de los daños por parte de los jueces en materia
ambiental se insinuó en fallos que fueron inicialmente revocados, pero -finalmente- se
impuso el criterio y terminó reconociéndoseles dicha facultad, para después llegar a
integrarse en la Ley (15); el segundo caso, es la clasificación de los derechos e intereses en
relación al proceso colectivo, que aparece primero en una disidencia y se impone en fallos
posteriores del más Alto Tribunal de la Nación (16). Por ello, en épocas de cambios
profundos no puede extrañar que haya bastantes revocaciones en ciertos temas en conmoción.
c) La necesidad de acompañamiento de la comunidad a una reforma judicial
Ahora bien, el diagnóstico de la situación, el objetivo perseguido y los métodos para
realizar las modificaciones necesarias requieren de la participación de todos los operadores
del sistema y del ciudadano. No puede ser la obra de los iluminados sino la decisión
responsable de todos los partícipes del sistema. Por ello, para que haya mejoras debe haber un
gestionado acompañamiento de todos sectores, incluyendo los poderes Legislativo y
Ejecutivo, Colegios profesionales, organizaciones y dirigentes sociales vinculados, sindicales,
organizaciones empresariales, etc.
Avanzar hacia un logro requiere convicción, direccionamiento y esfuerzo. Convicción de

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que lo que se intenta constituye un progreso, pues muchas veces se quiere hacer algo que uno
cree que es un avance, pero no está seguro, se tienen dudas, o las opiniones ajenas lo ponen
duda. La convicción propia no suele ser fecunda si no es una convicción generalizada entre
los operadores del cambio. En otro aspecto, es necesario que se sepa la dirección que quiere
imprimírsele al cambio, o sea, deben tenerse claro los objetivos. Y finalmente, requiere
esfuerzo, porque en la sociedad -como los cuerpos físicos- tiene como propiedad la inercia, y
cualquier cambio, requiere de fuerza ya sea para salir del estado de reposo o para detener el
movimiento en una dirección determinada.
Los tiempos que transitamos son tiempos de cambio, y la velocidad propia de los cambios
actuales importa un gran costo de impulso, direccionamiento y adaptación para quienes los
protagonizamos. Lógicamente, como somos irrepetibles, cada uno de nosotros vive el proceso
en una distinta dimensión subjetiva: a algunos nos cuesta mucho y a otros menos, pero...
ineludiblemente, nos cuesta esfuerzo. Ciertamente los ‘ nativos digitales’ tienen ventajas
respecto de la adaptación respecto de los ‘ inmigrantes digitales’ . Parece necesario, entonces,
trabajar sobre varios sectores: por un lado, sobre la convicción, por otro, sobre el
direccionamiento, y también sobre nuestras fuerzas, para propulsar el cambio, dirigirlo y para
adaptarnos al cambio.
Parece ser que lo mejor para fortalecer la convicción, es tomar conciencia de estas
realidades: estamos en un mundo que cambia, y lo hace en forma vertiginosa.
Para que tengamos una idea de la vertiginosidad de los cambios creo pertinente mostrar un
cuadro (17) que lo pone de manifiesto en plenitud:
Lo que para quienes trabajan en el campo del conocimiento esto es sencillo de
comprender, pues lo ‘ viven’ permanentemente en contacto con el movimiento del
conocimiento. No lo es para quienes estamos en el campo del Derecho. Porque mientras el
conocimiento ha avanzado vertiginosamente, por impulso de la tecnología, y
consecuentemente, quien está en el campo del conocimiento vive en medio de algo con
vocación de cambio; el Derecho, en cambio, y quienes vivimos en el campo de las ciencias
normativas, tiene y tenemos una seudo ‘ vocación’ de permanencia. Muchas veces,
satisfacemos esa vocación de permanencia buscando en las raíces de todo lo que sucede en el
pasado, y así, nos sumergimos en el campo del Derecho Romano o de las Partidas para buscar
los antecedentes o las ‘ raíces’ de las nociones más modernas, como el leasing o outsourcing
o know how. Y lo más paradójico es que las encontramos, y de ese modo satisfacemos la idea
de permanencia del Derecho. Así, decimos “ leasing” , sí es una locación de cosa más una
venta futura, convenida para el final, por el precio residual que tenga la cosa al momento de
la extinción de la locación.
Los técnicos nos tienen que tener paciencia, porque es lógico que nos respeten, y los
profesionales del Derecho -jueces, abogados y auxiliares del servicio de justicia- tenemos que
hacer un esfuerzo de adaptación, porque les debemos respeto. Se lo debemos porque son
humanos y como tales dignos, y porque se acercan a nosotros con una vocación de servicio,
para mejorar el Servicio de Justicia que está colapsado, al estar inmerso en una sociedad
conflictiva.
La transformación que requiere el Poder Judicial con la ayuda de las Nuevas Tecnologías
es una relación social y humana, y tiene sus conflictos como el resto de las relaciones sociales
y humanas.
Toda relación humana exige de la comunicación y la forma natural de la comunicación es
el diálogo.
¿Qué es el diálogo? Es una plática entre dos o más personas, que alternativamente

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manifiestan sus ideas o afectos (18); y es, también, una discusión o trato en busca de una
avenencia (19). Una avenencia es una conformidad o unión.
Diálogo no es monólogo o soliloquio que es un parlamento en voz alta y a solas
Y bien! Necesitamos una avenencia -una unión o conformidad- entre técnicos y
profesionales del Derecho para mejorar el Servicio de Justicia.
Diálogo no es monólogo o soliloquio que es una reflexión en voz alta y a solas. Es sabido
que entendemos por monólogo también el parlamento en voz alta y en presencia de otras
personas a la que ignoramos.
Ahora bien, ¿qué es mejorar el Servicio de Justicia? ¿En qué puede contribuir la
tecnología al mejoramiento del servicio de justicia?
Sobre este tema hay que abrir un diálogo. Creemos imprescindible que los profesionales
del Derecho escuchen a los técnicos acerca de qué creen los técnicos que puede aportar al
Servicio de Justicia. Pero también los técnicos deben escuchar a los profesionales del
Derecho para saber en qué creen ellos que los técnicos le pueden aportar al Servicio de
Justicia.
Uno de los primeros requisitos del diálogo es tener lenguaje común entre los dialogantes;
el segundo, es que estén comunicados, o sea, que la información acerca de las ideas y afectos
de uno sea recibida por el otro.
Sin lugar a dudas que el nuevo paradigma de las comunicaciones pasa por su
digitalización. El proceso judicial no puede estar ajeno al fenómeno. Sin embargo,
modernizar una estructura conservadora como es la del Poder Judicial, resulta un trabajo
arduo y necesita de permanentes conexiones entre lo antiguo con marcada vocación a la
permanencia y lo nuevo que tendrá resistencias en los inmigrantes digitales. De allí, que el
ingreso de las nuevas tecnologías debe ser gradual y no debe irrumpir con brutalidad en la
vida judicial y de los operadores jurídicos, sino con la parsimonia y tranquilidad que debe
provenir de la firme convicción que aquéllas se impondrán necesariamente porque responden
a una tendencia de la época; de la misma manera, que el maquinismo se impuso sobre la
fuerza animal. El progreso de las nuevas tecnologías es invencible y ese es el motivo que
impone cautela y perseverancia.
Las nuevas tecnologías provocan variaciones en la forma de razonar y de pensar los
institutos tradicionales, y ese tránsito requiere de las consecuentes fundamentaciones
teóricas.
IV. ¿En qué pueden ayudar a mejorar las T.I.?
Un aspecto en el que las nuevas tecnologías pueden colaborar es aproximar al Poder
Judicial al ciudadano y viceversa, de modo que se conozca qué es lo que se hace en él, ya que
hasta hoy la labor del Servicio de Justicia resulta un misterio para el ciudadano, una actividad
que se desarrolla en lejanía de su quehacer cotidiano.
La tecnología no nos es de gran valor en materia de elección de los profesionales más ‘
respetados y prudentes’ para que sean los encargados de la resolución de los conflictos y la
determinación de las sanciones, pero sí en los modos de la proposición de los conflictos y la
información que requieren los Tribunales para emitir sus resoluciones.
De modo tal, que son dos los campos en los que pueden aportar: en el modo de ‘ proponer
el conflicto’ , o sea, de llevar la información histórica sobre el conflicto al tribunal a través de
un proceso dinámico y eficiente, que debe independizarse del papel y aprovechar la
tecnología para “ despapelizarse” ; y en posibilitar el acceso a la información jurídica que

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necesita el tribunal para adoptar la decisión ajustada a Derecho.
V. ¿Qué estamos haciendo en Mendoza?
Vamos a referirnos brevemente a dos aspectos en los que las nuevas tecnologías están
siendo aprovechadas en Mendoza para lo que entendemos significa un intento de
mejoramiento del Servicio de Justicia, y luego, haremos un análisis desde el ángulo jurídico
al examen de la implementación de las notificaciones electrónicas. Es necesario advertir que
hay muchas mayores realizaciones en la materia, pero sólo hemos elegido éstas pues su
tratamiento integral llevaría un desarrollo que excede el plan que nos hemos trazado,
a) Al acercamiento del Servicio de Justicia al Ciudadano.
El Poder Judicial de Mendoza ha colocado en Internet un sitio en el que brinda una serie
de servicios e informaciones relativas a su quehacer, de modo tal que su actividad de alguna
manera se exhibe por este medio a través de su presencia en la web. Podríamos decir que está
posibilitando que el ciudadano lo perciba como ‘ presente’ y ha abierto un canal de
comunicación. Se trata de www.jusmendoza.gob.ar.
En este sitio web encontramos, como se ha dicho, servicios e información. Se trata, en
principio de un canal unidireccional hacia el público que permite hacer llegar información
desde el Servicio de Justica al ciudadano y a los operadores jurídicos.
1. Un sector publicita la llamada “ Guía Judicial” , con dos subsectores: (1) la “ Guía de
teléfonos” que pone a disposición del público la nómina de funcionarios, la ubicación física
de sus oficinas y los teléfonos que posibilitan la comunicación con ellos y (2) “ La guía de
Juzgados en turno” que permite consultar en cada momento del año los Tribunales y órganos
del Ministerio Público que ostentan competencia en los casos en que ésta se asigna “ por
turnos” .
2. Un sector llamado “ Listas” que presta cinco servicios informativos de utilidad: (1) “
Listas diarias de los Tribunales” que ponen a disposición del público la nómina de los
expedientes salidos del Despacho de cada tribunal en los que se haya otorgado algún acto
procesal susceptible de ser publicitado (20). Esta publicación a través de la Red, tiene la
ventaja de descongestionar la atención de público en las Mesas de Entradas de los tribunales,
ya que se puede acceder desde cualquier ubicación física en la que se disponga de
comunicación con la Red, evitando que deba desplazarse hasta el edificio del tribunal para
consultar las listas en papel. Como se evidencia, la ventaja reporta utilidad también para el
interesado en conocer esta información (21), ya que no necesita acudir físicamente al tribunal
para consultar las listas de la manera tradicional, facilitando el acceso a esta información al
público en general, y, especialmente, la carga de los abogados de concurrir periódicamente
para recabarla, aliviando la concentración de profesionales en las mesas de entradas. Además
el registro y posibilidad de consultar listas anteriores casi sin límite temporal supera
acabadamente el sistema tradicional, en el que la acumulación los papeles las contienen
dificulta la puesta a disposición en forma simultánea de gran cantidad de listas de listas
diarias anteriores. (2) El Sistema de información acerca del “ Movimiento de expedientes”
(SiC.Com) que permite consultar la totalidad de movimientos internos de un expediente que
tramita ante el fuero Civil y Comercial, de Paz y de Procesos concursales de las Primera,
Segunda y Tercera Circunscripción Judiciales con sólo contar con el número de expediente y
el tribunal en que tramita. El resultado obtenido es listado de los movimientos de su
expediente desde que se inició hasta el momento de la consulta, con indicación de la fecha de
los mismos, ordenados en forma descendente, de modo que el primero es el más reciente. Si
el movimiento consiste en alguna disposición del Tribunal su contenido puede visualizarse
pulsando sobre el link que conduce al texto de la resolución. (3) La sección “ Estadísticas de
publicaciones” que devuelve la información estadística acerca de las listas diarias de

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Despacho de cada tribunal. (4) La “ Lista de Peritos y Sorteos” que conecta a dos bases
datos: la que contiene los Peritos inscriptos y los sorteos que se han practicado indicando el
número del expediente, carátula, la fecha del sorteo, la profesión y especialidad del
desinsaculado. Este acceso hace a la transparencia del sistema, en tanto permite controlar la
totalidad de los sorteos practicados. (5) La “ Lista de secuestros” que permite buscar por el
número de secuestros o por elemento secuestrado, en forma ágil y rápida.
3. Otro sector, se destina al Servicio de Notificaciones electrónicas, al cual nos referiremos
en adelante.
4. El cuarto sector es de naturaleza documental y permite la búsqueda de jurisprudencia,
doctrina, de las decisiones de tipo administrativo y en el Boletín Oficial de la Provincia.
5. El sector denominado “ Registros” , se subdivide en cuatro subsectores que se destina a
la búsqueda en el (1) Registro de Deudores Alimentarios, (2) el calendario de Debates de los
tribunales penales y órganos del Ministerio Público, (3) Registro de Procesos Universales y
(4) el Registro Informático de Detenidos.
6. El sector “ Organismos” que vincula a diversos departamentos, direcciones y entes
vinculados al Poder Judicial, que aportan sus propios servicios o información de interés para
realización de trámites ante ellos. Así, con el Consejo de la Magistratura, la Biblioteca del
Poder Judicial, la Dirección de Fallos Judiciales, la Dirección de Informática, el Centro de
Capacitación, la Dirección de Registros Públicos y el Registro de la Propiedad de la Segunda
Circunscripción Judicial, Cuerpo de Mediadores, el Registro Único y Equipo
Interdisciplinario de Adopción, la Asociación de Magistrados, la Mesa de Entradas Única de
Familia, el Departamento de Cooperación Internacional y la Oficina de Profesionales. Debe
destacarse especialmente el servicio en línea que se brinda a través de la Dirección de
Registros Públicos, que permite a los usuarios autorizados y registrados realizar trámites a
través de la Red, siempre que dispongan de crédito suficiente para realizar las consultas.
7. El sector “ Información” que coloca a disposición del público en general una serie de
datos de interés vinculados al Servicio como la reglamentación del acceso a Internet, los
llamados a concursos para ocupar cargos vacantes, las tasas judiciales y de interés, las
planillas de CER y CVS, el organigrama del Poder Judicial, las guías de calles que permiten
identificar la zonas para el diligenciamiento de las cédulas dirigidas a domicilio, la listas de
feriados, el material para la capacitación de los Escribanos de Actuario y las remuneraciones
de los magistrados. Incluye también una mesa de ayuda informática para los empleados y
funcionarios del sistema judicial ubicados en los diversos espacios físicos ocupados por las
oficinas del Poder Judicial.
8. Otro sector, el de “ enlaces” , contiene links que vinculan con (1) sitios jurídicos como
la Cámara de Diputados de Mendoza, la Cámara de Senadores, el Gobierno de Mendoza, la
Junta Federal de Cortes y Superiores Tribunales de Justicia (JuFeJus), los diversos sitios de
los Poderes Judiciales provinciales y el Tribunal de Cuentas de Mendoza; (2) sitios de
búsqueda de leyes provinciales de la Legislatura de Mendoza; y con el sitio del Colegio de
Abogados de Mendoza (Tribunet)
9. Un sector de “ Prensa” en el que se publicitan noticias periodísticas vinculadas al
quehacer del Poder Judicial.
Resulta necesario destacar que esta página se enmarca clara y provechosamente en las
directrices políticas que aconsejan que los poderes judiciales se vinculen con la ciudadanía a
través de la Red.
Este sitio está en la línea de permitir el “ acceso de la sociedad” al Poder Judicial que es,
junto a la inmediatez, la eficacia y calidad, uno de los objetivos del Plan Nacional de

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Reforma Judicial.
El sitio está brindando cantidad de información jurídica relativa a la jurisprudencia de los
tribunales de Mendoza, a la que antes era imposible acceder. La publicación de las todas
resoluciones judiciales es un avance hacia la calidad, porque permite acceder a los criterios y
las tendencias que tienen los tribunales. Contribuye a la transparencia y permite apreciar la
ímproba labor que se desarrolla por el Poder Judicial.
b) La experiencia piloto sobre la Unidad de Gestión.
En Mendoza, también se ha implementado una experiencia piloto en relación a una
Unidad de Gestión Judicial, que sirve para gestionar en forma conjunta cuatro tribunales de
Primera Instancia en lo Civil, Comercial y Minas. Se trata de un modelo gestión de Oficina
Judicial (22) que no se relaciona estricta y necesariamente con las nuevas tecnologías, pero
que ha brindado la oportunidad de incorporarlas a un costo muy inferior al que determinaría
dotar de sistemas de audiovisuales a cada tribunal individualmente.
Traemos a colación dicha experiencia, porque creemos que ella brinda una estructura
adecuada como banco de pruebas para el futuro “ expediente digital” . Allí contamos con
convicción, disposición para la experimentación y mentalidades abiertas al cambio, que son
los elementos esenciales para el avance.
VI. Nuestra contribución al diálogo en materia de notificación electrónica.
El término diálogo, que invocamos al señalar la comunicación entre sociedad e institución
judicial o Servicio de Justicia, resulta acabadamente gráfico para apreciar una dinámica
procesal particular. En efecto, el proceso aparece como una plática entre las partes, terceros
con facultades para participar y el juez, que se exterioriza mediante las formas que requiere el
ordenamiento para reconocerles validez. Las formas requeridas atienden a la seriedad del
acto, su autenticidad y la posibilidad de su registro y conservación. Como no puede ser de
otra manera, el legislador estableció estas condiciones de validez de las manifestaciones
procesales atendiendo a las herramientas para su “ soporte” existentes al momento de su
regulación, que era el ‘ papel’ .
Resulta evidente que tratándose de manifestaciones dirigidas desde los participantes al
tribunal y viceversa, estamos en presencia de un tema de comunicación. A nadie escapa que
la forma de las comunicaciones y los medios para efectuarlas es uno de los ejes centrales del
cambio al que asistimos, ya que la explosión de la tecnología de las comunicaciones es uno
de los hitos que han marcado la era que protagonizamos y ha producido el cambio de
concepción respecto de diversos aspectos de la actividad humana. En consecuencia, el
proceso mirado desde este ángulo no puede dejar de adaptarse a esta nueva realidad (23).
Esta situación ha despertado el interés en quienes advierten la necesidad de adaptación de
un proceso regulado en otro tiempo a la realidad imperante en nuestros días. Se trata de la
aplicar las nuevas tecnologías -que aceleran, economizan y aseguran la comunicación- al
diálogo entre los sujetos procesales.
El aporte de la tecnología resulta fructífero, sin lugar a dudas, en este aspecto del
desarrollo o dinámica procesal. Sin embargo, la diversidad de las comunicaciones que se
efectúan a través de los distintos actos procesales importa la necesidad de contar con
mecanismos tecnológicos de diversa índole y con diversas capacidades para poder “
tecnificar” todos los supuestos que se presentan.
La reforma introducida por ley Nro. 7855 ha incorporado algunas previsiones al Código
Procesal Civil de Mendoza a fin de posibilitar que la utilización de la tecnología resulte una
alternativa para la exteriorización y transmisión de las manifestaciones.

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No es esta la oportunidad de detenernos en los orígenes y antecedentes de esta ley, por lo
que consideramos suficiente señalar que se ha previsto la presentación de “ escritos” por vía
electrónica firmados digitalmente y la posibilidad de que se practique por medios electrónicos
la notificación que deba efectuarse por cédula en el domicilio procesal constituido por el
interesado (24).
Todavía transitamos un momento en el que no se produce la “ revolución digital” que se
espera, signada por la utilización digital del procesamiento de expedientes a través de redes
LAN conectadas a la Red Informática Judicial Provincial y a disposición del público a través
de la Internet.
Es necesario que se establezca un canal bidireccional de comunicación en el que no sólo el
Poder Judicial se comunique con el ciudadano, sino que éste también pueda trasmitir
información al Poder Judicial, para que se establezca el diálogo y ambos puedan interactuar
en la Red, recibiendo el Servicio a través de ella.
Lo cierto es que hasta el presente, el canal comunicacional se ha abierto
unidireccionalmente, esto es, funciona para la comunicación del Tribunal hacia los sujetos del
proceso y dentro de esta actividad se limita a aquellas comunicaciones que deben efectuarse
por cédula en el domicilio procesal constituido. El otro sentido de la comunicación -de las
partes hacia el Tribunal- está previsto legalmente y quedamos a la espera de su rápida
implementación.
Entrando en la consideración de la notificación electrónica, la ley 7855 incorporó al
artículo 21 del Código Procesal Civil de Mendoza, a continuación de la regulación de la carga
de denunciar el domicilio real y constituir uno procesal dentro de las 50 cuadras del asiento
del tribunal, la facultad de la Suprema Corte de Justicia de “ sustituir el domicilio constituido
por un domicilio o casilla de carácter electrónico, donde se practicarán todas las
notificaciones que deban realizarse por cédula en este tipo de domicilio” .
Por supuesto que notificar “ a domicilio” mediante una vía electrónica, requiere repensar
la idea de que el domicilio es un lugar “ físico” , ya que en esta materia el domicilio es el
lugar al cual debe dirigirse la comunicación para que pueda ser conocida por su destinatario.
Tradicionalmente hemos concebido al domicilio como un lugar geográfico en el cual
ubicamos a la persona para comunicarnos con ella. López Olaciregui enseñaba que el
domicilio es un atributo de la persona relativo a su ubicación física. Decía el maestro porteño
“ Si no para su vida, al menos para cumplir sus deberes con la Ley, el sujeto jurídico debe
quedar vinculado a un lugar determinado que será parte de su entorno jurídico en tal forma
atributo de su personalidad. Ese lugar constituye su domicilio” (25).
Esa concepción pertenecía a lo que conocemos como domicilio general u ordinario. Desde
esta óptica, se señala que el domicilio es el lugar -no dice que sea material o geográfico- que
la ley señala a los efectos del cumplimiento de determinados efectos jurídicos y para su
determinación debe atenderse a una cuestión de hecho acerca de cuál es el mejor dato para
determinar el domicilio, es el lugar en que habita, donde cumple su función, etc. (26).
Sin embargo, cuando hablamos de domicilio procesal (27) no nos referimos al domicilio
general u ordinario para el cual la ley usa como determinativos la relación con la habitación
y/o la residencia, sino a un domicilio especial, es decir, “ el lugar designado por la ley o los
particulares en sus actos jurídicos para ciertos efectos propios de una o más relaciones
jurídicas” , en el caso, con relación a un proceso judicial determinado (28). Domicilios
procesales podríamos tener tantos como procesos en los que participamos (29).
El domicilio procesal constituido funciona así como lugar a donde deben ser dirigidas las
notificaciones por cédula de las resoluciones del tribunal dictadas en un proceso determinado

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para que se consideren conocidas por el interesado.
La noción de espacio basada en la territorialidad ha cambiado. El domicilio ya no es única
y necesariamente un lugar en el territorio, sino que también puede relacionarse con un
espacio virtual, no geográfico, no material, sino con un lugar inmaterial en el cual la ley
considera que son válidas las comunicaciones que se le realicen a fin de que la persona reciba
o tome conocimiento de la información que quiere transmitírsele.
Atendiendo a esta concepción de lugar inmaterial, la Suprema Corte de Mendoza, -en
ejercicio de la facultad conferida por el párrafo agregado al art. 21 del C.P.C.- ha proveído un
sistema de casillas electrónicas para los abogados y procuradores matriculados al cual dirigir
las notificaciones por medios electrónicos, casillas consideradas “ oficiales” y que residen en
un servidor del Poder Judicial destinado exclusivamente a ese efecto (30).
La necesidad de que el sistema de casillas sea de propiedad del Poder Judicial responde a
los requerimientos establecidos por el art. 70 bis -también agregado por la ley Nro. 7855-,
que exige para la implementación del sistema de notificación por medios electrónicos que se
asegure “ la inviolabilidad de la comunicación desde su emisión hasta su recepción” -inc. II-,
que se utilicen “ mecanismos que den certeza a la emisión de la comunicación y de su
recepción por parte del destinatario” -inc. III- y que se realice “ a través de servicios
informáticos previstos a tal fin, que sean de propiedad del Poder Judicial” . Además, el art. 70
bis requiere que el sistema sea auditable (31).
Resulta así que cada profesional cuenta con una casilla electrónica en el sistema oficial
donde son depositadas las “ cédulas” electrónicas. El sistema así planteado ofrece la
posibilidad de constituir un domicilio electrónico con la única limitación de que éste debe
necesariamente ser elegido entre las casillas correspondientes a los profesionales -abogados o
procuradores- de la matricula local.
Si bien el sistema de notificación “ en papel” también contiene una limitación respecto de
la elección del domicilio procesal “ físico” -dentro de las 50 cuadras del Tribunal-, esta
limitación no veda la posibilidad de que la parte constituya como domicilio especial un lugar
directamente relacionado a su quehacer, y de ese modo recibir personalmente -o por lo menos
en su ámbito- la comunicación. Pensemos en una persona que tiene sus oficinas dentro de las
50 cuadras del Tribunal. No existe óbice para que constituya domicilio procesal físico en
dicha oficina.
El sistema de notificación electrónica, no permite esta posibilidad, ya que deberá elegirse
una casilla perteneciente a un profesional de la matrícula, por lo que resulta al menos
implicado, el principio del patrocinio facultativo, que permite a las partes actuar
personalmente, requiriendo el asesoramiento profesional obligatoriamente sólo para algunos
actos trascendentes del proceso -art. 33, C.P.C.Mza.-. En la práctica, la limitación de las
casillas a los profesionales del derecho, condiciona a la parte a no poder prescindir de los
servicios de quienes titularizan las casillas a fin de -al menos- atender y comunicar las
notificaciones que sean practicadas electrónicamente.
Y resaltamos que esta limitación se refiere a la elección del domicilio procesal electrónico,
porque interpretamos que el sistema incorporado no releva del deber o carga que pesa sobre
los litigantes de constituir este tipo de domicilio, ya que el sistema ha cambiado el soporte o
medio utilizado para la comunicación, pero no el régimen aplicable. En efecto, tanto en el
sistema de notificación papel como en el incorporado por la ley Nro. 7855 resulta aplicable lo
dispuesto por el artículo 21 en su redacción original -que sigue vigente- y en consecuencia,
las partes tienen el deber de denunciar su domicilio real y constituir su domicilio procesal en
su primera presentación.

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La facultad delegada a la Suprema Corte no se extiende, en nuestra opinión, a imponer un
domicilio procesal electrónico a la parte, prescindiendo de la regla de la libertad de elección
del domicilio. Y el incumplimiento de este deber tiene una consecuencia expresamente
prevista en el sistema: la notificación en los estrados del Tribunal.
Sin embargo, en la práctica, en pocas “ primeras presentaciones” , ni en posteriores, se
efectúa la constitución de un domicilio procesal electrónico, y la decisión de los tribunales ha
sido tomar como domicilio electrónico la casilla del profesional que asista al presentante
-como representante o patrocinante-. Algunos tribunales se han inclinado por tener como
domicilio el del representante -que puede faltar por haber comparecido personalmente el
litigante- y en otros el del patrocinante -que no ostenta representación-. Otro criterio que
campea en los tribunales es el que se dirijan las notificaciones electrónicas a todas las casillas
posibles -confeccionando una cédula electrónica para cada uno los representantes y
patrocinantes que aparezcan asistiendo al litigante-. Esta actitud ha servido en la práctica para
superar la falta de constitución de domicilio sin aplicar la sanción prevista y no ha traído
planteos, en general, por parte de los interesados. Sin embargo, en nuestra opinión, no es el
sistema vigente y trae algunos inconvenientes que resultaría útil evitar.
Lo cierto es que la práctica viciosa se está imponiendo y tiene como consecuencia que se
difunda la idea de que no es necesaria la constitución de este tipo de domicilio.
El primer inconveniente resulta evidente: la práctica contraviene expresamente el sistema
previsto por el Código Procesal Civil de Mendoza. Además, la falta de concientización de los
operadores jurídicos -y consecuente deficiencia de información al justiciable- provoca una
afectación de la “ libertad de elección del propio domicilio especial” , ya que la parte estará
convencida de que necesariamente debe aceptar el domicilio (o domicilios) que el Tribunal
considere válido/s para practicar las comunicaciones.
Otro inconveniente está relacionado con una disposición que contiene uno de los textos
que reglamentan el sistema respecto de la constancia que debe dejarse en el expediente de la
notificación practicada. Se trata de lo dispuesto por el art. 2 del Reglamento, que dispone que
el receptor debe imprimir el documento y agregarlo al expediente.
Esta disposición contraría, a no dudarlo, una de las finalidades de la informatización de los
procesos: la despapelización. Las consecuencias perjudiciales de la imposición de la
necesidad de imprimir el documento se traducen en mayores costos para el servicio de
justicia, mayor volumen de los expedientes, mayor requerimiento de espacio para su
conservación en el tribunal o en el archivo, mayor necesidad de estructura edilicia, para citar
sólo las que resultan evidentes.
Sorprende la exigencia, si se atiende a que en el artículo 34 del Código Procesal Laboral
-antecedente de la reforma del C.P.C.Mza.- se había dispuesto suficiente dejar una constancia
en el expediente hecha por el Tribunal con indicación de fecha y hora. En el sistema previsto
por el rito laboral basta que el receptor anote los datos requeridos sin incorporar nuevas fojas
para que el expediente no sufra abultamientos innecesarios por la repetición de las
resoluciones. La situación se agrava porque se ha difundido la costumbre de tomar
automáticamente el texto completo de la resolución para incluirlo en la cédula electrónica,
con lo que las nuevas cédulas no contienen sólo el resolutivo, sino todo el texto de la
resolución (considerandos, autos y vistos, etc.).
Si nos atenemos, a que por un lado se imprime el documento, y por otro, a que contiene el
texto completo de la resolución, y le adicionamos la práctica de confeccionar cédulas
electrónicas dirigidas a todos los profesionales que han asistido a la parte en cualquier
carácter o en forma simultánea (32), se advierte que -respecto de la despapelización- el
sistema produce el efecto adverso, ya que se incorporan papeles inútiles al expediente

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aumentando su volumen, dificultando su examen y agravando los costos que se querían
reducir. Es decir, la combinación de una práctica que contraviene el sistema del domicilio
procesal vigente con una disposición que no estaba prevista ni en el texto reformado ni en los
antecedentes legislativos, ha producido en la práctica el aumento de la “ papelización” del
expediente judicial (33).
Finalmente, retomando los inconvenientes de no respetar el sistema del domicilio procesal
imperante, se afecta otro principio que propicia orden y seguridad a las comunicaciones, que
es el de la unicidad del domicilio especial respecto de un proceso determinado. Es que no
debe confundirse la posibilidad de que una persona ostente varios domicilios especiales
(referidos a distintas relaciones jurídicas) con la situación que se describe, que arroja como
resultado que una persona tenga varios domicilios especiales respecto de la misma relación
jurídica. El sistema no contempla esta posibilidad, que arroja confusión y puede llevar a
situaciones de difícil resolución (34).
En definitiva, creemos que el sistema vigente requiere la constitución de dos domicilios
procesales: el físico o tradicional y el electrónico. La afirmación que antecede se funda en
que pese a que es apreciable la tendencia a sustituir el sistema tradicional por el electrónico,
no puede considerarse que este momento haya llegado. A pesar de que en las acordadas se ha
previsto la vigencia simultánea de los dos sistemas tiene un plazo definido -ya expirado-
existen algunos actos procesales cuya notificación electrónica no ha sido resuelta. Se trata de
aquellos que requieren que se acompañe traslado (35). En la práctica, se utiliza el método
tradicional para cumplir estas notificaciones, lo que conlleva a la subsistencia de la
notificación papel para estos casos y, en consecuencia, de la necesidad de conservar el deber
de constituir el domicilio procesal físico. La superación de este supuesto, sin embargo, no
resulta difícil. A modo de ejemplo señalamos algunas posibilidades de resolverla, sin intentar
agotar aquellas que la creatividad del lector pueda agregar. La primera es dotando a los
tribunales de “ scanners” o requiriendo a la parte que aporte la copia digital del traslado para
ser incluido en la cédula respectiva. La posibilidad de este método surge, desde nuestra
óptica, por lo dispuesto por el párrafo agregado por el art. 53 por la ley Nro. 7855 que
establece que la posibilidad de presentar las copias por vía electrónica. Si bien el texto
agregado exige la firma digital para la presentación de copias la exigencia no resulta
necesaria, ya que será el receptor -el tribunal, en definitiva- quien dará fe de que se trata de
una copia fiel a su original y puede incorporarla al archivo que contiene la cédula (36). Otra
alternativa, es disponer que en los casos en que la notificación debe ser acompañada por un
traslado -copias-, los efectos de la notificación se posterguen por un plazo razonable para dar
oportunidad al notificado de acercarse al tribunal a retirar el traslado “ físico” , que puede ser
un plazo fijo -por ej. tres días- (37). Creemos que este supuesto puede preverse
reglamentariamente y ante la ausencia de reglamentación puede ser dispuesto por el juez y
comunicado en la notificación misma.
El momento en el que se considera cumplida la notificación electrónica es objeto de
reglamentación en el punto 3) del reglamento (38) que reza: “ La notificación se tendrá por
cumplida el día en que el documento ingrese a la base de datos y quede disponible, visible y
consultable por el destinatario de la comunicación, fecha que coincide con la del depósito de
la cédula de notificación en la base de datos existente en el servidor del Poder Judicial” . Es
decir que los plazos cuyo inicio dependa de la notificación empiezan a correr desde el día
hábil posterior al depósito de la cédula en la base de datos (39).
Como se ha señalado antes, no hay previsión en la reglamentación del supuesto en que
deban acompañarse copias, por lo que la notificación electrónica que se realice en esos
supuestos requiere que ésta sea efectuada en forma tradicional, o, en caso de que la misma
sea practicada electrónicamente requerirá un pedido de suspensión del plazo, situación que no

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resulta satisfactoria de la finalidad que se persigue.
A este punto de la exposición, debemos abrir un paréntesis para describir el sistema de
notificación ficta imperante en nuestro medio. El Código Procesal Civil de Mendoza, prevé
para las resoluciones cuya notificación por cédula no es requerida, un sistema de notificación
por “ lista” . Este sistema se construye mediante el deber del secretario de confeccionar
diariamente una lista diaria en la que se consignan “ todos los expedientes en los que hubiere
recaído alguna providencia del tribunal” . Esta lista se pone a disposición del público en el
Tribunal para que sea consultada, y, salvo los casos en que la notificación exigida sea por
cédula, se tiene por notificados a todos los que intervienen en el proceso el día lunes o jueves
posterior a la aparición del expediente en esa lista.
Hace ya varios años que esta lista, además de su confección en papel, es publicada en el
sitio de internet del Poder Judicial, por lo que puede ser consultada desde cualquier
ubicación. La lista publicada por internet supera a la lista puesta a disposición de las partes,
ya que además de los datos del expediente, puede consultarse el texto completo de la
resolución mediante un “ click” . Es decir, que existe la posibilidad de conocer las
resoluciones vía internet mediante la publicación electrónica de la “ lista diaria” .
Sin desconocer la utilidad de la notificación electrónica implementada por la ley Nro.
7855, nos parece que el estado de la técnica permite ir más allá en la implementación de la
comunicación electrónica.
Afirmamos lo anterior porque la comparación de los sistemas mediante los cuales se los
interesados reciben la información por vía electrónica no difieren sustancialmente, por lo que
se encuentran en práctica dos sistemas idénticos en su funcionamiento, con distinto régimen.
Debe reconocerse que la publicación de la lista electrónica no ha sido objeto de la
reforma, por lo que no puede atribuirse a ésta efectos procesales reconocidos por la ley de
rito. Pero está claro que desde hace varios años la lista diaria resulta consultable sin necesidad
de acudir materialmente al Tribunal.
Análoga actividad debe realizar el profesional para recabar sus cédulas electrónicas,
ingresando a la sección del sitio del Poder Judicial a fin de controlar su casilla electrónica
para ver si se han depositado “ cédulas” .
Veamos como ha quedado integralmente el sistema. El juez dicta la resolución. Esa
resolución está comprendida en la lista confeccionada por el secretario y esa lista es
publicada en la sección “ listas diarias” del sitio del Poder Judicial, brindando la posibilidad
de ser conocida por el público en general sin necesidad de concurrir al Tribunal y con acceso
al texto completo de la providencia.
El paso siguiente es la confección de la cédula electrónica por parte del receptor del
tribunal, depositándola en la casilla electrónica que constituye el domicilio procesal del
interesado. El profesional entonces debe ingresar a su sitio para conocer desde cuándo se
considerará notificado lo que ya tuvo oportunidad de conocer -mediante un mecanismo
análogo- con anterioridad.
Pero atendamos a una incoherencia que se presenta. La notificación de los actos de menor
trascendencia -aquellos que se consideran notificados por lista- se produce el día lunes o
jueves posterior a la aparición en lista. Mientras que la notificación de los actos más
trascendentes -que exigen la notificación por cédula- se consideran notificados el mismo día
en el que la cédula es depositada en la base de datos.
La diferencia de régimen resultaba adecuada cuando la forma mediante la cual se conocía
la providencia difería en uno y otro caso. En el caso de notificación por cédula, la

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comunicación se remitía al domicilio procesal (es decir, la información iba al destinatario),
mientras que en el caso de la notificación ficta era el interesado el debía acudir al lugar donde
la información se encontraba. Cuando la información llega al domicilio del destinatario se
considera mayor la certeza de su recepción y no requiere actividad de su parte -más que
leerla- por lo que se justifica la inmediatez de los efectos de la notificación -por lo tanto los
plazos comienzan a correr desde el día hábil siguiente a aquel en que la notificación se
cumple-. En cambio, la notificación ficta requiere una actividad del interesado consistente en
desplazarse hasta el lugar geográfico de asiento del Tribunal, que justificaba la posposición
de los efectos de esa notificación. De esta manera, basta concurrir a los tribunales los días de
notificación ficta para asegurarse conocer efectivamente el contenido de las providencias sin
riesgo de que comiencen a correr plazos antes de contar con esta información.
Hoy por hoy, es exactamente la misma actividad, la que debe realizar el interesado para
conocer la providencia publicada en lista, que la que debe desarrollar para conocer la
comunicación por cédula electrónica, por lo que no se justifica el diverso tratamiento de uno
u otro caso y se presenta incoherente que los efectos de la notificación de los actos menos
trascendentes sean pospuestos y los de la comunicación de los más trascendentes actúen
inmediatamente.
Hubiera sido fructífero incorporar la lista publicada electrónicamente al Código Procesal
Civil y dotar a ésta de los efectos de la notificación electrónica. Es que el sistema de
notificación electrónica, tal cual está reglamentado, ostenta las características de un sistema
de notificación ficta (40) y su implementación por separado no aporta nada, ya que toda la
información que necesita ser comunicada estuvo disponible en la lista electrónica diaria.
Por supuesto, que este temperamento, requiere la dotación al sistema de publicación de
listas de los requisitos de seguridad a los que refiere el art. 70 bis, antes mencionados.
Pero la unificación que se considera arroja ventajas sobre la duplicidad existente. En
primer lugar no resulta necesario un paso de confección de la cédula, con reducción de
personal necesario y por lo tanto posibilidad de asignar otras tareas a quienes hoy realizan
esta función. La firma digital requerida podría ser la del secretario (cuya firma se exige para
la confección de las listas) o, en su caso la del propio juez, y con esto bastaría para dar
autenticidad al documento publicado. En segundo lugar, se facilitaría la tarea del interesado
que no debe realizar el seguimiento de dos sistemas idénticos en su funcionamiento pero
duplicados en la práctica y con regímenes distintos. Finalmente se eliminaría la necesidad de
la cédula impresa con la consiguiente despapelización del expediente, bastando la impresión
de la sentencia con constancia de su publicación en la lista diaria electrónica.
Es posible que el lector encuentre en estas líneas una actitud crítica hacia el sistema, por lo
que resulta necesario, cerrar este capítulo aclarando la verdadera actitud de quienes escriben
respecto de la implementación de la notificación electrónica en la Provincia de Mendoza. Es
que vemos con beneplácito la actitud pionera de incorporar estas tecnologías y los aportes
que a través de esta descripción del sistema hacemos no es sino a efectos de trabajar por su
mejoramiento.
VII. ¿Hacia dónde vamos?
Parece claro que nos orientamos hacia una meta es la ‘ digitalización’ del Servicio de
Justicia, que supone la utilización de las tecnologías de comunicaciones, informatización y
medios audiovisuales.
Esta etapa que transitamos es la de informatización de los procesos actuales, ofreciendo
las alternativas de ambos soportes, sin desplazamiento absoluto del papel, con el objetivo de
familiarizar al usuario con el sistema-. Pero el proceso que sigue es el avance hacia la “

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despapelización” .
El esfuerzo debe orientarse a la ingeniería del ‘ expediente digital’ (41) que consiste en un
repositorio de documentos digitales -archivos de texto, audiovisuales y hojas de cálculo- en
un sistema absolutamente comunicable a través de la Red, en el que las peticiones de las
partes y las resoluciones del tribunal podrán gestionarse a través de ella, las audiencias
podrán celebrarse mediante videoconferencia y conservarse en soporte digital, las
notificaciones podrán realizarse por el propio sistema, con un simple click. El ‘ expediente
digital’ a sustituir el actual expediente de papel, en nuestra provincia, ‘ cosido con piola’ .
Todo ello en un Juzgado ‘ virtual’ interconectado con todos los Registros, y comunicado en
tiempo real con sus auxiliares.
En este sistema, la segunda instancia tendrá la posibilidad de asistir ‘ limitadamente’ a las
audiencias mediante la reproducción de su filmación digital, si es necesario por la índole del
testimonio o de la explicación del Perito. Proceso que será auditable en todas sus etapas.
Ciertamente, esto que parecía un sueño hace pocos años, hoy tiene las posibilidades
tecnológicas, suficientemente seguras, en un sistema avalado por la seguridad de la firma
digital.
(1) Elaborado por Fores y que se publica en http://www.foresjusticia.org.ar/Publicacion-
detalle.asp?IdSeccion=20&IdTipoDocumento=19&IdDocumento=110 (consulta 9-10-09), en
adelante P.N.R.J.
(2) MORELLO, Augusto M., “ La justicia entre dos épocas” , Bs.As., Lib. Ed. Platense,
1982, pág. 42 enseña que “ En términos globales el sistema de Justicia actual de nuestro país
es inadecuado y deficitario” ; P.N.R.J., cap. 2 Introducción, sostiene que “ la Justicia
argentina, tanto en el nivel provincial como nacional presenta, en términos generales, una
aguda crisis”
(3) Primera acepción del Diccionario Enciclopédico de la Real Academia Española.
(4) CAPOGRASSI, Giuseppe, "La ambigüedad del Derecho contemporáneo", en “ La
crisis del Derecho” , trad. M. Cheret rev. por S. Sentís Melendo, Buenos Aires, 1961, pág. 35
(5) ALTERINI, Atilio Aníbal, “ ¿Hacia un geoderecho?” , La Ley, 2005-E, 1258.
(6) VANDERVILT, Arthur T., “ La Justicia emplazada a reformarse” , Bs.As., Depalma,
1959, traducción de Carlos A. Benites y Javier Clavell Borrás, pág. 80. Señala el autor: “ en
casi todos los pleitos una por lo menos de las partes litigantes, generalmente la demandada,
procura persistentemente dilatar el trámite judicial” .
(7) MORENO CATENA, Víctor, “ Ley orgánica del Poder Judicial y Estatutos orgánicos”
, Madrid, Tecnos, 1995, 10ª. Ed., pág. 14.
(8) SOSA, Toribio Enrique su ponencia en el XXII Congreso Nacional de Derecho
Procesal “ El tiempo en el proceso” en
www.ucaparana.com.ar/derecho/trabajos/toribiososa.htm
(9) VANDELBILT, A.T., ob.cit., pág. 81, refiriéndose al plazo de espera que impone el
proceso oral norteamericano señala “ Las partes, que sólo en esta etapa,... conocen realmente
los términos en que queda planteado su asunto, pueden durante este plazo de espera
reflexionar sobre la conveniencia de un arreglo, y formalizarlo antes de correr el riesgo
inherente a todo pleito. En términos generales, todo intento de abreviar sin la conformidad de
las partes cualquiera de estos trámites preparatorios ...conducirá probablemente a malograr la
justicia” .
(10) La estrategia procesal consiste en observar la regla o conjunto de reglas que aseguren

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la decisión óptima en cada momento acerca de la conducción del asunto.
(11) La táctica, en cambio, hace al método o sistema para ejecutar o conseguir algo que se
necesite en orden a la estrategia fijada.
(12) C.S.N., setiembre 16-2008, “ Tarditi, Matías Esteban s/Homicidio” Fallos 331:2077.
(13) P.N.R.J., cap I Inmediatez. Allí se señala: “ Esto constituye en uno de los principales
problemas de los costos del sistema, pues si no es el juez quien toma contacto directo con el
problema y las partes por exceso de trabajo, la información que llega a éste lo hace tamizada
por la impresión de sus colaboradores. En consecuencia aumenta la posibilidad de que existan
fallas o bien información incompleta que puede redundar en error al resolver” .
(14) P.N.R.J., cap. I Inmediatez.
(15) C.Civ.2ª., La Plata, , octubre 11-1977, “ Celulosa Argentina S.A. c/Munic. de
Quilmes” , J.A., 1978-III, 321, ver especialmente disidencia del Dr. Gualberto Lucas Sosa y
la nota crítica de Morello a la revocatoria del fallo de la instancia inicial; Juzg.Civ. y Com.
Morón, L.L., 1987-D, 364, resolución del Dr. Héctor P. Iribarne que resultó revocado por el
Superior.
(16) Sobre la cuestión véase C.S.N., febrero 24-2009 “ Halabi, Ernesto c/ P.E.N. - ley
25.873 - dto. 1563/04 s/ amparo ley 16.986” La Ley, 2009-B, 157 y J.A. Sem. 22-4-2009;
L.L. Supl.diario 02/03/2009 pág. 8, con nota de Juan Vicente Sola y La Ley, 2009-B, 157;
L.L. Supl.diario 04/03/2009, 8, con nota de Fernando R. García Pulles; Maximiliano
Torricelli; Roberto J. Boico y en La Ley, 2009-B, 189, con nota de Fernando R. García
Pulles; Maximiliano Torricelli; Roberto J. Boico; RCyS 2009-III, 71 y La Ley, 2009-B, 259,
con nota de Gregorio Badeni; L.L.Sup. Adm. 2009 (marzo) pág. 60 con nota de Daniel
Alberto Sabsay y La Ley, 2009-B, 404; D.J. 2009-1, 729, con nota de Carlos Aníbal
Rodríguez; L.L.Sup. Const. 2009 (marzo) pág. 33, con nota de María Angélica Gelli; La Ley,
2009-B, 601, con nota de Mariana Catalano; Lorena González Rodríguez; La Ley, 2009-B,
649, con nota de Juan Carlos Cassagne; La Ley, 2009-B, 463 y La Ley, 2009-B, 568, con
nota de María Angélica Gelli; L.L. Supl.diario 06/05/2009 pág. 8, con nota de Fernando De
La Rúa; Bernardo Saravia Frías; L.L. Sup. Const. 2009 (mayo), pág. 43, con nota de Claudio
D. Gómez; Marcelo J. Salomón; Sagüés, Néstor P., “ La creación judicial del ‘ amparo-acción
de clase’ como proceso constitucional” , Sem. J.A. abril 22-2009 Dalla Via, Alberto R., El
activismo de la Corte Suprema puesto en defensa de la privacidad Sem J.A. Abril 22-2009;
Maurino, Gustavo y Sigal, Martín, “ ‘ Halabi’ : la consolidación jurisprudencial de los
derechos y acciones de incidencia colectiva” , Sem. J.A. abril 22-2009: Sprovieri, Luis E., “
Las acciones de clase y el derecho de daños a partir del fallo ‘ Halabi’ ” , Sem. J.A. abril 22-
2009.
(17) La imagen es una simplificación del que se propone en obra de la Dra. SARRA,
Andrea Viviana, “ Comercio electrónico y derecho” , Bs.As., Astrea, 2000, pág. 8 a quien
seguimos en este análisis.
(18) Primera acepción del Diccionario de la Lengua Española.
(19) Tercera acepción del Diccionario de la Lengua Española.
(20) El art. 66 del C.P.C. dispone que no se publicarán las resoluciones en que se ordenen
medidas precautorias.
(21) En este sentido consideramos un acierto la amplia posibilidad de ingreso no limitada
únicamente a los profesionales y sin necesidad de registro previo, ya que posibilita el
ingresos de los litigantes, poniendo a disposición la información al beneficiario del Servicio.
Acertadamente, esa posibilidad no se extiende a los procesos sensibles, como los de familia.

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(22) VAZ FLORES, Hortensia y DALL’ AGLIO, Edgardo J. “ Informática y
administración de justicia” , La Plata, Lib.Ed.Platense, 1986, pág. 67 y sgtes.
(23) RAUEK DE YANZÓN, Inés, “ La implementación del principio procesal de
digitalización” L.L. Supl.Actualidad 07/12/2006, pág. 1.
(24) Se trata de la notificación de todos los actos procesales enumerados en el artículo 68
del Código Procesal Civil, con excepción de los que por expresa disposición del penúltimo
párrafo del mismo artículo deben notificarse al domicilio real.
(25) Aut cit. en SALVAT, Raimundo M. “ Tratado de derecho civil argentino - Parte
general” , Bs. As., TEA, 1964, To. I pág. 392, No. 399E.
(26) RIVERA, Julio C., “ Instituciones de Derecho Civil - Parte General” , Bs. As.,
Abeledo-Perrot, 1998, 2da. ed. actualizada, T. I, ps. 659/660.
(27) Corresponde señalar aquí que pese a la terminología utilizada por el art. 21 del
C.P.C.Mza., que refiere al domicilio legal, no se trata de un domicilio de este tipo, sino de un
domicilio especial, es decir, un domicilio que produce efectos limitados a una o varias
relaciones jurídicas determinadas. Conf. LLAMBÍAS, Jorge J., “ Tratado de Derecho Civil -
Parte General” , Bs. As., Ed. Perrot, 1978, 7° ed. actualizada, T. I, p. 625. En este sentido,
resulta más adecuada la terminología utilizada por la ley 7855, que en el párrafo agregado al
artículo 21 del C.P.C.Mza. se refiere al domicilio constituido. Lamentablemente, en el ámbito
provincial no se aprovechó la oportunidad para modificar la terminología original, que
siguiendo el uso se refiere al domicilio legal -carácter que no reviste el ‘ procesal’ que es un
domicilio de elección o ‘ especial’ -, asimilando la referencia del primer párrafo del artículo
reformado a la del párrafo agregado.
(28) MAYO, Jorge A. en Bueres, Alberto J.- Highton, Elena I., “ Código Civil y normas
complementarias” , Bs.As., Hammurabi, 1995, To. 1 pág. 516, No. 1 y 2 de la glosa al art.
101
(29) Se trata de una de las diferencias entre este tipo de domicilio y el domicilio general u
ordinario. El especial puede ser múltiple, es decir, una persona puede tener varios domicilios
especiales; mientras que el domicilio general es único. Conf. LLAMBÍAS, Jorge J., “ Tratado
de Derecho Civil - Parte General” , Bs. As., Ed. Perrot, 1978, 7° ed. actualizada, T. I, p. 626.
(30) “ Reglamento de la notificación por vía electrónica que prevé y autoriza el Artículo
70 bis del Código Procesal Civil, incorporado por la Ley Nº 7.855” , incorporado como anexo
I de la acordada Nro. 21.149, publicada en B.O., 22/07/2008. Por acordada nro. 21.376
publicada en B.O. 18/09/2008 se extendió la provisión de casillas electrónicas a los
procuradores.
(31) Así lo dispone el Reglamento citado en la nota anterior al disponer en su art. 4° que “
la base de datos de las notificaciones podrá ser auditada, por orden judicial dictada de oficio o
a pedido de parte” .
(32) Es habitual la práctica de que todos los integrantes de un estudio jurídico firmen los
escritos a fin de tener la posibilidad de que cualquiera de ellos pueda pedir en préstamo el
expediente, ya que suele exigirse a este fin contar “ con firma en el expediente” .
(33) El art. 37 del Decreto No. 2628/2002 dispone: “ Despapelización del Estado. Sin
perjuicio de la aplicación directa de la ley en lo relativo a la validez jurídica de la firma
electrónica, de la firma digital y de los documentos digitales, la implementación de las
disposiciones de la ley y del presente decreto para la digitalización de procedimientos y
trámites internos de la Administración Pública Nacional, de las Administraciones Públicas
Provinciales, y de los Poderes Legislativos y Judiciales del orden nacional y provincial, así

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como los vinculados a la relación de las mencionadas jurisdicciones y entidades con los
administrados, se hará de acuerdo a lo que fijen reglamentariamente cada uno de los Poderes
y Administraciones” . El acápite de disposición revela que la despapelización es un objetivo
de la política del Estado.
(34) Piénsese en el caso en que la parte se presentó con la asistencia de un abogado y
posteriormente con otro. La resolución judicial es notificada a la casilla electrónica del
primero y no a la del segundo. ¿Es válida esa notificación? ¿subsiste el domicilio procesal si
la parte no constituyó uno nuevo? ¿puedo exigir la constitución del nuevo si no exijo la
constitución del originario?
(35) Por supuesto que el sistema tradicional de notificación por cédula “ papel” sigue
vigente además para las comunicaciones respecto de sujetos distintos de las partes que no
tienen domicilio procesal constituido.
(36) No ignoramos que esta posibilidad requiere la previsión técnica en el sistema.
(37) Es el temperamento adoptado por la prueba piloto iniciada por la S.C.Bs. As.
reglamentada por acuerdo Nro. 3399/08 que disponde en su Artículo 6º (momento en que
opera la notificación): La notificación se tendrá por cumplida el día en que la cédula queda
disponible para su destinatario en el sitio WEB aludido en el artículo 3º, salvo que vaya
acompañada de copias. En este último caso, se tendrá por notificada la resolución el día de
nota inmediato posterior a la fecha en que el documento ingresó al sitio seguro WEB
quedando disponible para el destinatario de la notificación, independientemente de que se
transcriba o no el contenido de las copias en traslado. La entrega de las copias se tendrá por
cumplida si se transcribe su contenido o se adjunta en formato digital, quedando disponible
su descarga para el destinatario. En caso de que ello resulte imposible o inconveniente, las
copias quedarán a disposición del notificado en el Juzgado o Tribunal, lo que así se le hará
saber en el cuerpo de la cédula. El notificado, su abogado o quien ellos autoricen podrán
retirar personalmente las copias desde el momento en que la notificación quede disponible
para el destinatario en el sitio web de notificaciones, sin que ello importe adelantar el
momento en que se tiene por perfeccionada la notificación, de conformidad con lo
establecido en el segundo párrafo de este artículo.
(38) Anexo I de la Acordada Nro. 21.149 modificada por Acordada 21.376.
(39) El texto original de la Acordada nro. 21.149, así como el de la Acordada 20.112 que
reglamenta el art. 34 del C.P.Lab., establecían que “ la notificación se tendrá por cumplida al
día siguiente hábil posterior a la fecha que el sistema coloque en la cédula, la que coincide
con la del depósito de la cédula de notificación en la base de datos existente en el servidor del
Poder Judicial y con el momento en que el documento queda visible y consultable por el
destinatario de la comunicación.” Lo dispuesto confería un día de gracia, ya que refería al
momento en que se tenía por cumplida, que difiere del momento en que comienza a correr el
plazo. Esta diferencia causó algunos problemas de interpretación que intenta evitar el nuevo
texto, unificando el momento en el que se tiene por cumplida con el del depósito de la cédula
en la base de datos.
(40) Es el interesado el que debe ingresar al servicio para conocer la información y su
omisión de hacerlo no impide que se tenga por notificado.
(41) RAUEK de YANZÓN, Inés “ La implementación del principio procesal de
digitalización” L.L. Supl.Actualidad 07/12/2006, pág. 1.; VAZQUEZ, Oscar “ Nuevas
tecnologías y optimización del proceso para avanzar en el cambio” , L.L.Gran Cuyo, 2003-
147; AGUILAR, Rosana I., “ Nueva gestión judicial: hacia un servicio cada vez más eficaz”
LL Online; GUIBOURG, Ricardo A. “ Hacia el proceso electrónico” J.A. To. 1999-II pág.

© Thomson La Ley 61
923; RODRÍGUEZ, Claudio “ Una opinión sobre la informática” La Ley, 2202-A pág. 1240,
expecialmente cap. VI y VII.

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Voces: IMPUESTO ~ DOMICILIO FISCAL ~ DOMICILIO REAL ~ DOMICILIO LEGAL
~ DOMICILIO EN EL EXTERIOR ~ DOMICILIO ELECTRONICO ~ DOMICILIO
FISCAL ELECTRONICO ~ NOTIFICACION ~ NOTIFICACION DEL ACTO
ADMINISTRATIVO ~ NOTIFICACION ELECTRONICA ~ CAMBIO DE DOMICILIO ~
CONSTITUCION DE DOMICILIO ~ DOMICILIO ESPECIAL ~ CONSERVACION DE
COMPROBANTES ~ DOMICILIO
Título: Domicilio fiscal
Autor: Vanoli, Francisco
Publicado en: Práctica Profesional 2010-124, 30/08/2010, 18
El Artículo 3° de la Ley N° 11.683 (t.o. en 1998) determina que el domicilio de los
responsables en el concepto de dicha ley y de las leyes de tributos a cargo de la AFIP es el
real, o en su caso, el legal de carácter general legislado en el Código Civil, ajustado a lo que
establece dicho artículo y a lo que determine la reglamentación.
La reglamentación sobre el domicilio fiscal está contenida a partir del 9/8/06 en la
Resolución General N° 2109/06.
Tipos de domicilio fiscal según el sujeto:
Las personas de existencia visible (contribuyentes individuales)
Deben denunciar como domicilio fiscal el domicilio real. Cuando el mismo no coincida
con el lugar donde esté situada la dirección o administración principal y efectiva de sus
actividades, este último será el domicilio fiscal.
La Resolución General N° 2109/06 reafirma en su Art. 2° que el domicilio fiscal de las
personas de existencia visible será el lugar en el cual desarrollen efectivamente su
actividad.
En el supuesto que la actividad no se lleve a cabo en establecimientos o locales fijos o se
realice en relación de dependencia, se considerará como domicilio fiscal, el domicilio real del
contribuyente o responsable.
Las personas jurídicas
Son las mencionadas por el Código Civil, es decir, sociedades, asociaciones y entidades a
las que el derecho privado reconoce la calidad de sujetos de derecho, patrimonios destinados
a un fin determinado y demás sociedades, asociaciones, entidades y empresas: deben
denunciar como domicilio fiscal el domicilio legal. Cuando el mismo no coincida con el
lugar donde esté situada la dirección o administración principal y efectiva, este último será el
domicilio fiscal.
La RG N° 2109/06 expresa que se entiende por dirección o administración principal y
efectiva el lugar donde se ejerce la administración superior, ejecutiva o gerencial.
Cuando se trate de una sola unidad de explotación se presumirá, salvo prueba en contrario,
que la administración superior, ejecutiva o gerencial, se ejerce en la sede de la misma. De
existir más de una unidad de explotación, se considerará que se ejerce en la sede de la
explotación principal.
Contribuyentes con domicilio en el extranjero
Cuando los contribuyentes o demás responsables se domicilien en el extranjero y no
tengan representantes en el país o no pueda establecerse el de estos últimos, se considerará
como domicilio fiscal el del lugar de la República en que dichos responsables tengan su
principal negocio o explotación o la principal fuente de recursos o subsidiariamente, el lugar
de su última residencia.
Domicilio fiscal electrónico
La Ley Nº 26044, con vigencia a partir del 6/7/05 establece que se considera domicilio

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fiscal electrónico al sitio informático seguro, personalizado, válido y optativo registrado
voluntariamente por los contribuyentes y responsables para el cumplimiento de sus
obligaciones fiscales y para la entrega o recepción de comunicaciones de cualquier
naturaleza.
La Resolución General AFIP N° 1995/2006 del 17 de Enero de 2006 reglamenta el
domicilio fiscal electrónico:
El domicilio fiscal electrónico a que se refiere el artículo incorporado por la Ley N°
26.044 a continuación del artículo 3° de la Ley N° 11.683, se instrumentará mediante una
funcionalidad específica de la aplicación informática denominada "e-ventanilla", que operará
a través del sitio "web" del organismo.
Dicho ingreso podrá efectuarse las 24 horas del día, durante todo el año.
Para constituir el domicilio fiscal electrónico los contribuyentes deberán ingresar al
servicio "e-ventanilla" y poseer la clave fiscal que otorga esta Administración Federal, siendo
únicos responsables de la custodia, privacidad y confidencialidad de la misma.
Los contribuyentes y/o responsables que constituyan el domicilio fiscal electrónico,
podrán autorizar a una o más personas a acceder a las comunicaciones informáticas.
La constitución del domicilio fiscal electrónico se juzgará perfeccionada con la
transferencia electrónica de la fórmula de adhesión indicada en el primer párrafo del artículo
anterior, efectuada por el contribuyente, responsable o persona debidamente autorizada al
efecto. A modo de aceptación de la misma, el sistema remitirá una comunicación informática
dirigida al domicilio fiscal electrónico constituido por el contribuyente o responsable y
posibilitará su impresión para constancia.
Podrán notificarse mediante comunicaciones informáticas, conforme lo dispuesto por el
inciso g) del artículo 100 de la Ley N° 11.683, siguientes actos administrativos:
a) Las liquidaciones a que se refiere el artículo 12 de la Ley N° 11.683, (liquidaciones
administrativas)
b) Las citaciones, notificaciones, emplazamientos e intimaciones por falta de presentación
de declaraciones juradas y/o de pago y demás actos emitidos con firma facsimilar, conforme
los artículos 38 de la Ley N° 11.683 , 51 y 64 del Decreto N° 1.397 y las previstas en la
Resolución General N° 1.235.
c) Toda otra citación, notificación, emplazamiento o intimación emitidas por esta
Administración Federal vinculadas con los servicios "web".
La notificación que se curse contendrá, como mínimo, los siguientes datos:
a) Fecha de disponibilidad de la comunicación en el sistema.
b) Clave Unica de Identificación Tributaria (C.U.I.T.) y apellido y nombres o razón social
del destinatario.
c) Identificación precisa del acto o instrumento notificado, indicando su fecha de emisión,
tipo y número del mismo, asunto, área emisora, apellido, nombres y cargo del funcionario
firmante, número de expediente y carátula, cuando correspondiere.
d) Transcripción de la parte resolutiva. Este requisito podrá suplirse adjuntando un archivo
informático del instrumento o acto administrativo de que se trate, situación que deberá
constar expresamente en la comunicación remitida.
Los actos administrativos comunicados informáticamente conforme el procedimiento
previsto en este capítulo, se considerarán notificados en los siguientes momentos, el que

© Thomson La Ley 64
ocurra primero:
a) El día que el contribuyente, responsable y/o persona debidamente autorizada, proceda a
la apertura del documento digital que contiene la comunicación, mediante el acceso a la
opción respectiva de "e-ventanilla", o el siguiente hábil administrativo, si aquél fuere inhábil,
o
b) los días martes y viernes inmediatos posteriores a la fecha en que las notificaciones o
comunicaciones se encontraran disponibles en el servicio "web" "e-ventanilla", o el día
siguiente hábil administrativo, si alguno de ellos fuere inhábil.
A fin de acreditar la existencia y materialidad de la notificación, el sistema registrará
dichos eventos y posibilitará la emisión de una constancia impresa detallando, como mínimo,
fecha de disponibilidad de la comunicación en el mismo, Clave Unica de Identificación
Tributaria (C.U.I.T.) y apellido y nombres o razón social del destinatario, datos básicos del
acto o instrumento notificado (v.gr. fecha, tipo; número, asunto, área emisora, etc.), fecha de
apertura del documento digital que contiene la comunicación -cuando correspondiere-, y
datos de identificación del usuario habilitado que accedió a "e-ventanilla".
Dicha constancia impresa -debidamente certificada por autoridad competente de la
Administración Federal-, se agregará a los antecedentes administrativos respectivos
constituyendo prueba suficiente de la notificación.
Asimismo, el sistema habilitará al usuario consultante la posibilidad de obtener una
constancia que acredite las fechas y horas en que accedió a la consulta de su domicilio fiscal
electrónico y el resultado de la misma.
Los documentos digitales que se trasmitan a través del servicio "web" "e-ventanilla"
gozarán, a todos los efectos legales y reglamentarios, de plena validez y eficacia jurídica,
constituyendo medio de prueba suficiente de su existencia y de la información contenida en
ellos.
La constitución del domicilio fiscal electrónico en los términos de la resolución general,
importa para el constituyente la renuncia expresa a oponer en sede administrativa y/o judicial
defensas relacionadas con la inexistencia de firma ológrafa en los actos administrativos y/o
documentos notificados en el mismo.
La constitución del domicilio fiscal electrónico no releva a los contribuyentes de la
obligación de denunciar el domicilio fiscal previsto en el artículo 3° de la Ley N° 11.683, y
en la Resolución General N° 301, ni limita o restringe las facultades de esta Administración
Federal de practicar notificaciones por medio de soporte papel en este último y/o en
domicilios fiscales alternativos.
El domicilio fiscal electrónico constituido con arreglo a la presente resolución general
tendrá una vigencia mínima de UN (1) año contado a partir de la fecha de comunicación de
su aceptación en la forma indicada en el artículo 6°, la que será renovada en forma
automática a su vencimiento sin necesidad de solicitud expresa por parte del responsable.
Transcurrido el plazo mínimo aludido, el constituyente podrá solicitar la revocación del
domicilio fiscal.
Efectos del domicilio fiscal (físico ó electrónico)
Cualquiera de los domicilios mencionados producirá en el ámbito administrativo y en el
judicial los efectos de domicilio constituido, siéndole aplicables, en su caso, las
disposiciones de los Artículos 41, 42 y 133 del Código Procesal Civil y Comercial de la
Nación.

© Thomson La Ley 65
Cambio de domicilio
Todo responsable que haya presentado una vez declaración jurada u otra comunicación a
la AFIP se encuentra obligado a denunciar, de acuerdo con la forma que determine la
reglamentación, cualquier cambio de domicilio dentro de los diez (10) días de efectuado,
quedando en caso contrario sujeto a las sanciones de dicha ley.
La Resolución General N° 10/97 establece las formalidades para dicho cambio:
Las presentaciones se efectuarán en la dependencia de AFIP en cuya jurisdicción se halle
el domicilio fiscal del sujeto que requiere la inscripción.
a) Personas físicas y sucesiones indivisas deberán presentar Formulario 460/F.
b) Responsables comprendidos en los incisos b) y c) del artículo 15 de la Ley N° 11.683,
texto ordenado en 1978 y sus modificaciones: Formulario 460/J.
Los formularios mencionados, deberán ser acompañados con el formulario de declaración
jurada N° 561, en los casos que se detallan seguidamente:
a) Respecto de los sujetos mencionados en los incisos a) y b) precedentes: cuando posean
sucursales u otros establecimientos afectados a la actividad.
b) Con relación a los responsables de impuestos internos nacionales: cuando posean más
de un local afectado al fraccionamiento o elaboración de productos gravados.
En este caso deberá cubrirse un formulario de declaración jurada N° 561 por cada rubro de
inscripción.
Los citados formularios contendrán la certificación de la firma del titular, responsable o
persona autorizada -mediante intervención de entidad bancaria, autoridad policial o
escribano-, excepto cuando fueran suscriptos ante algún funcionario de la dependencia de
este Organismo en la que se efectúa la presentación, en cuyo caso, éstos actuarán como
autoridades certificantes.
Sin perjuicio de ello, en aquellas actuaciones en las que corresponda el ejercicio de las
facultades previstas en el Artículo 9°, punto 1, inciso b), del Decreto N° 618 de fecha 10 de
julio de 1997 y concordantes y en el Capítulo XI de este Título (facultades de Juez
Administrativo y juicio de ejecución fiscal), el cambio de domicilio sólo surtirá efectos
legales si se comunicara fehacientemente y en forma directa en las referidas actuaciones
administrativas.
Cambio de domicilio por medio de formulario informático
La Resolución General 2.574, con vigencia desde el 1/4/09, modifica el Título VII de la
Resolución General 2109, permitiendo la modificación de los domicilios fiscales mediante la
presentación del formulario electrónico de declaración jurada 420/D -Declaración de
Domicilios -, para lo cual debe contarse con Clave Fiscal, nivel de seguridad 3 y seguir los
siguientes pasos:
1) Acceder al servicio "Sistema Registral"
2) Seleccionar opción "Registro Tributario"
3) Transferir/presentar la declaración jurada 420/D
El sistema emitirá la constancia de recepción o el mensaje de error. De estar aceptado, se
da de alta a la novedad en los registros y adquiere el estado de "Declarado por Internet".
Cuando se pretenda modificar un domicilio fiscal que presente alguna irregularidad, el

© Thomson La Ley 66
sistema impedirá la modificación y reportará un mensaje informando esta situación. En tales
casos, el responsable deberá concurrir personalmente a la dependencia de su jurisdicción a
efectos de notificarse de las comunicaciones o notificaciones cursadas que se encuentren
pendientes, de corresponder.
Cumplido dicho trámite, el sistema habilitará al sujeto para que realice la respectiva
transacción informática, conforme al procedimiento dispuesto en el Artículo 25, dentro de los
quince (15) días corridos. En caso de incumplimiento, el domicilio denunciado registrará el
estado "Inexistente", con las consecuencias previstas en la normativa vigente.
El declarante será responsable de la exactitud de los datos que contenga la declaración
jurada, bajo apercibimiento de la aplicación de las sanciones que pudieran corresponder. No
obstante, la misma quedará sujeta a la verificación administrativa por parte de la AFIP.
En los casos de modificación de domicilio y a los efectos de la verificación del nuevo
domicilio fiscal, así como de tratarse del domicilio opcional de los Grandes Contribuyentes
Nacionales, la AFIP entregará en el mismo, a través de correo o permisionario postal una
notificación conteniendo un "código de confirmación del domicilio", previéndose DOS (2)
visitas en diferentes días.
Los contribuyentes y responsables deberán ingresar con carácter obligatorio al servicio
"Sistema Registral" opción "Registro Tributario - Confirmación del Domicilio" -disponible
en el sitio "web" institucional (http://www.afip.gob.ar), mediante la "Clave Fiscal", Nivel de
Seguridad 3 como mínimo, obtenida de acuerdo con el procedimiento establecido por la
Resolución General N° 2.239, su modificatoria y complementarias-, a los fines de confirmar
el alta del domicilio en los registros del Organismo, el que revestirá el carácter de
"Confirmado".
En el caso que el responsable no ingrese el mencionado código en el lapso de TREINTA
(30) días corridos contados a partir de la fecha de la modificación del domicilio, la AFIP
registrará el domicilio con estado "Archivado", con las mismas consecuencias que el
domicilio "Inexistente” .
Todos los demás contribuyentes y/o responsables -incluidos los adheridos al Régimen
Simplificado para Pequeños Contribuyentes - podrán utilizar, de manera optativa, el
procedimiento informático de denuncia, constitución, o cambio de domicilio dispuesto por la
Resolución General, para las modificaciones previstas en las Resoluciones Generales N° 10 y
N° 2.150 y sus respectivas modificatorias y complementarias.
Prueba del domicilio fiscal
La Resolución General N° 10/97, en su Artículo 2° inciso g) prevé que en todos los casos,
ante una solicitud de inscripción, además de los recaudos que para cada uno se estime
conveniente, se deberá acreditar la existencia y veracidad del domicilio fiscal denunciado,
adjuntando dos (2) de las siguientes constancias
Certificado de domicilio expedido por autoridad policial.
Acta de constatación notarial.
Fotocopia de alguna factura de servicio público a nombre del contribuyente o responsable.
Fotocopia del título de la propiedad o contrato de alquiler o de “ leasing” del inmueble
cuyo domicilio fiscal se denuncia.
Fotocopia del extracto de cuenta corriente bancaria o del resumen de tarjeta de crédito,
cuando el solicitante sea titular de las mismas.

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Fotocopia de la habilitación municipal cuando la actividad se desarrolle en inmuebles que
requieran de la misma.
Falta de denuncia del domicilio fiscal (Art. 5 RG N° 2109/06)
Cuando no se haya denunciado el domicilio fiscal ó el denunciado fuera inexistente y la
AFIP conozca alguno de los domicilios previstos en el Art. 3° de la Ley N° 11.683 lo
constituirá de oficio sin substanciación previa por resolución fundada. Dicha resolución se
notificará en el domicilio conocido.
Presunción: el domicilio es inexistente cuando al menos dos (2) notificaciones cursadas
sean devueltas por correo con la leyenda “ desconocido” , “ se mudó” u otra de contenido
similar.
Asimismo, también se presumirá que el domicilio denunciado es inexistente en los casos
de devolución de CUATRO (4) notificaciones con motivo "cerrado" o "ausente" y "plazo
vencido no reclamado", siempre que el correo haya concurrido al citado domicilio en
distintos días por cada notificación.
Domicilio fiscal alternativo:
La Ley N 26044, con vigencia a partir del 6/7/05, da validez legal al domicilio fiscal
alternativo estableciendo que cuando la Administración Federal de Ingresos Públicos, tuviere
conocimiento, a través de datos concretos colectados conforme a sus facultades de
verificación y fiscalización, de la existencia de un domicilio o residencia distinto al domicilio
fiscal del responsable, podrá declararlo, mediante resolución fundada, como domicilio fiscal
alternativo, el que, salvo prueba en contrario de su veracidad, tendrá plena validez a todos los
efectos legales. Ello, sin perjuicio de considerarse válidas las notificaciones practicadas en el
domicilio fiscal del responsable. En tales supuestos el juez administrativo del domicilio fiscal
del responsable mantendrá su competencia originaria".
Impugnación de domicilio fiscal
Si a criterio de la AFIP el domicilio denunciado no es el previsto legalmente ó no se
corresponde con el lugar donde el contribuyente tiene situada la dirección ó administración
principal y efectiva de sus actividades y se conociera el asiento del domicilio fiscal,
procederá a impugnar aquel mediante resolución fundada. Intimará al contribuyente a que
regularice su situación y rectifique el domicilio denunciado dentro de los diez días. Dicha
resolución será notificada en el domicilio denunciado y en el constituido de oficio. (según RG
N° 2109/06, art. 6)
Las resoluciones dictadas por AFIP en virtud de la falta de denuncia ó de impugnación de
domicilio fiscal, pueden ser apeladas por medio del recurso de apelación ante el Director
General.
Durante el trámite del recurso de apelación y hasta tanto no quede firme la resolución que
se dicte, el domicilio fiscal determinado de oficio por la AFIP tendrá plena validez a todos los
efectos vinculados con las obligaciones fiscales del recurrente.
Domicilio especial
La Ley 11.683, en su redacción actual no prevé la posibilidad de constituir domicilio fiscal
especial, como por ejemplo, en el estudio del contador. Sin embargo la jurisprudencia ha
aceptado que el contribuyente constituya en las actuaciones administrativas un domicilio
especial dentro del radio de asiento del organismo en el cual tramita el expediente, a los fines
de las respectivas notificaciones que deban serle cursadas, ello por aplicación supletoria del
art. 19 del decreto 1759/72, reglamentario de la Ley de Procedimiento Administrativo 19.549.

© Thomson La Ley 68
También la RG N° 418/98, establece que: sin perjuicio del domicilio fiscal establecido en
el artículo 3° de la Ley N° 11.683, los contribuyentes y responsables que se encuentren
inscriptos ante la Dirección de Grandes Contribuyentes Nacionales podrán constituir en
forma optativa un domicilio, a todos los efectos fiscales, dentro del radio de jurisdicción de
las Regiones de la Dirección General Impositiva.
Lo dispuesto en el párrafo anterior no será de aplicación para aquellos sujetos cuyo
domicilio fiscal ya se encuentre fijado en dicho ámbito.
El domicilio constituido indicado será válido para notificar todas las citaciones,
intimaciones de pago y cualquier otro acto administrativo o comunicación que deba dirigir el
Organismo a los sujetos mencionados
Obligación con relación a la documentación:
El Artículo 33 de la Ley N° 11.683, en su último párrafo establece que:
"Los libros y la documentación a que se refiere el presente Articulo deberán permanecer a
disposición de la AFIP en el domicilio fiscal".
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Fojas: 274
En Mendoza, a trece días del mes de marzo del año dos mil ocho reunida la Sala
Segunda de la Excma. Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario, tomó en consideración
para dictar sentencia definitiva la causa N° 81.227, caratulada: “C.G.T. y OTROS c/
PROVINCIA DE MENDOZA s/ACCION DE INCONSTITUCIONA-LIDAD".
De conformidad con lo establecido en los arts. 140 y 141 del C.P.C. y Acordada n° 5845
quedó determinado el siguiente orden de votación de la causa por parte de los Sres. Ministros del
Tribunal: primero: Dr. Herman A. Salvini; segundo: Dr. Pedro J. Llorente; tercero: Dra. Aída
Kemelmajer de Carlucci.
ANTECEDENTES:
A fs. 76/86 comparecen la Confederación General del Trabajado (C.G.T.), la Unión
Obreros de la Construcción República Argentina (U.O.C.R.A.), el Consejo Direc-tivo Provincial
de la Asociación de Trabajadores del Estado de Men-doza (A.T.E.), el Sindicato Unido Obreros
de Estaciones de Servicios, Playas de Estacionamiento, Garaje y Gomerías de Cuyo, El
Sindicato de Trabajadores del Personal de las Industrias Quími-cas de Palmira, el Sindicato de
Obreros de Taxi de Mendoza, la Unión Obrera Metalúr-gica de la República Argentina
(U.O.M.R.A.), la Asociación de Supervisores de la In-dustria Metalúrgica de la República
Argentina (A.S.I.M.R.A.), la Asociación Obrera Minera Argentina (A.O.M.A.), el Sindicato de
Vendedores de Diarios y Revistas de Mendoza (S.I.V.E.N.D.I.A.), el Sindicato de Trabajadores
de la Industria del Cuyo y afines de Mendoza y el Sindicato de Trabajadores de la Industrias de
la Alimentación de Mendoza (S.T.I.A.), e interponen acción de inconstitucionalidad respecto del
art. 1 de la Ley 7195, en cuan-to modifica el Código Procesal Laboral en su artículo 34, incs. 3 y
4.
Las Asociaciones Gremiales que intervienen actúan en representación de los trabajadores
en su calidad de titulares de los intereses de sus asociados (art. 31, inc. a) de la Ley 23551) y
afirman que se encuentran plenamente legitimadas para iniciar el proce-so de marras.
Denuncian que la modificación introducida por la cuestionada ley afecta los derechos
colectivos de interés público de los trabajadores que representan y mediante la interposición de
esta acción buscan resguardar el derecho elemental de los trabajadores a contar con la debida
asistencia técnica en el proceso judicial por ellos iniciado (art. 22 del C.P.L.); a no ser
discriminado por analfabetismo o incapacidad, como así también a resguardar el derecho de los
mismos a tenerlos por notificados cuando reciban la reso-lución en un ámbito fehaciente de
control.
También como ciudadanos y organizaciones naturales de nuestra sociedad y en virtud de
revestir gran parte de sus afiliados la calidad de justiciables, se proponen res-guardar el proceso

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de formación de las leyes que ponen en cabeza del Poder Legislativo la obligación de dictar
todas aquellas que se conciernan al procedimiento judicial (art. 99 inc. 12 de la Constitución
Provincial). Consecuentemente, buscan proteger la indepen-dencia del Poder Judicial y muy
especialmente, en lo atinente al control constitucional de las leyes, decretos, ordenanzas o
reglamentos (art. 144, inc. 3 de la Constitución Pro-vincial).
Su pretensión es la declaración de inconstitucionalidad de los incs. 3) y 4) del art.34 del
C.P.L. modificado por la ley 7195 en cuanto disponen la notificación en el expediente del
litigante que intervenga en el proceso de las resoluciones enumeradas en el art. 35 del mismo
cuerpo legal (inc. 3) y la sustitución de la notificación por cédula al domicilio legal por la
notificación electrónica (inc.4).
Afirman que las disposiciones cuestionadas en su validez constitucional trans-greden los
arts. 16, 18, 75, inc. 22 de la Constitución Nacional; art. 36 de la Carta Inter-nacional Americana
de Derechos Sociales; art. 2, incs. d) y e) del Pacto de San José de Costa Rica; art. 22 del C.P.L.;
arts. 1, 99 inc. 12 y 148 de la Constitución Provincial y art. 13, inc. 3 de la Ley Orgánica de
Tribunales.
Genéricamente señalan que los incisos cuestionados violan no sólo derechos elementales
reconocidos a los trabajadores y a todo ser humano, sino también violentan la normativa
constitucional que contempla el mecanismo de formación de leyes y que incide lógicamente, en
la independencia del Poder Judicial en su rol de Control de Cons-titucionalidad.
En cuanto la notificación directa en el expediente al litigante que interviene en el proceso
establecida en el inc. 3 del art. 34 del C.P.L., consideran que viola la obligato-riedad del
patrocinio letrado establecido en el art.22 del mismo código adjetivo; así co-mo al art. 2, incs. d)
y e) del Pacto de San José de Costa Rica en cuanto establece el derecho del inculpado de
defenderse siendo asistido por un defensor de su elección y el derecho irrenunciable de ser
asistido por un defensor proporcionado por el Estado; y los arts. 16 y 18 de la Constitución
Nacional en cuanto establecen el derecho constitucional de defensa en juicio y debido proceso
legal.
Alegan que el legislador provincial en su afán de modificar leyes con el objeto de
eficientizar y acelerar la justicia laboral, dicta una norma por la cual impide que el trabajador
cuente con la asistencia técnica de su defensor y más aún, en un acto de rele-vancia como lo es
el de la notificación de alguno de los actos y/o resoluciones que re-fiere el art. 35 del C.P.L.,
tales como el traslado de la demanda, de sus contestaciones, de las excepciones , la citación para
absolver posiciones y para el reconocimiento de documentos, las audiencia de conciliación y de
vista de causa, las sentencias que no han sido dictadas en audiencia, etc.

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Destacan que la gravedad de la situación creada por la norma se verifica cuando a quien
se pretende notificar es un trabajador analfabeto o incapacitado, porque la norma alude a
aquellos que “... no supieren o no pudieren firmar....”
De forma tal que no sólo se restringe la protección del trabajador, violando la finalidad
tuitiva de la ley laboral sino que también se desconoce la condición humana del individuo al no
ser tratado sobre bases igualitarias.
En cuanto a la notificación electrónica establecida en el inc. 4) del art. 34 del C.P.L.,
destacan que se debe tener en cuenta que la notificación es el acto por el cual se pone en
conocimiento de las partes o de los terceros, una resolución judicial, y que en nuestro derecho
procesal, en principio, las notificaciones se regulan por la teoría de la recepción y no del
conocimiento que de las mismas puedan tener los litigantes, adoptan-do el criterio chiovendano
según el cual este sistema tiene ventajas que resultan inne-gables en cuanto a la seguridad y
certeza absolutas que deben primar en juicio.
A su entender la norma puesta en crisis importa el abandono liso y llano de las normas
constitucionales que resguardan los principios de contradicción y bilateralidad del proceso
judicial y, por lógica razón, del derecho a la jurisdicción de los litigantes (art. 18 de la C.N.).
Y ello es así porque el justiciable, y aún más en el caso del trabajador que goza-ba de la
garantía del efectivo conocimiento del acto procesal producido en el expediente mediante la
recepción de la notificación en el domicilio previsto por la ley de fondo, hoy ve cercenado su
derecho al verse sometido compulsivamente a un sistema incierto y por demás inseguro de
notificación, como lo es el envió de un correo electrónico a un domi-cilio virtual no previsto en
la legislación pertinente (código civil).
Sostienen que la remisión de un correo electrónico (e-mail) no da certeza que el
justiciable lo reciba y por en-de, corre el riesgo cierto de no poder ejercer plenamente los
derechos de impugnación que la ley adjetiva le asegura.
Además se hace necesaria la intervención de un proveedor de servicios de inter-net el
cual no reviste la calidad de oficial público que requiere cualquier notificación; muy por el
contrario, nos encontramos con una persona jurídica del derecho privado que no está sujeto a
compromiso alguno y menos aún a garantizar la recepción el correo electrónico porque tampoco
es dueño de la provisión de internet.
Manifiestan que no resulta desatinado afirmar que la notificación comentada lejos de
perfeccionar al proceso laboral lo precariza y debilita en los términos propuestos y todo ello en
detrimento no sólo del principio protectorio sino también de los derechos de defensa e igualdad
del trabajador garantizados por los arts. 16 y 18 de la C.N.

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Por último, argumentan que la norma en cuestión viola el principio de división de
poderes porque faculta a la Suprema Corte de Justicia de la Provincia a implementar cualquier
otro método de notificación en el futuro para los casos que ella determine. De forma tal que se
alude a hipótesis procesales que tan sólo pueden ser determinadas en un código de
procedimientos y obviamente, mediante el mecanismo de formación de leyes
constitucionalmente admitido, en un todo conforme lo dispuesto por el art. 99 de la C.P..
Concluyen que aceptar que la Suprema Corte, mediante acordadas (norma inferior) dis-ponga
típicas normas de procedimiento atinentes a la determinación de las resoluciones y/o actos y/o
diligencias que deban ser notificadas por correo electrónico, fax y otro método, significa
violentar la Carta Magna Provincial ya que importa una indebida de-legación de las funciones
que el Pueblo Soberano ha atribuido a los legisladores en for-ma exclusiva y excluyente.
Además, trasgrede el rol que específicamente le fue otorgado a la Suprema Corte
mediante el art. 148 de la C.P., transformándola en juez y parte interesada pues se le autoriza a
modificar, mediante acordada, el Código Procesal Laboral.
A fs. 115/16 comparece el Poder Ejecutivo de la Provincia y manifiesta que no se opone
a la pretensión de los actores advirtiendo que no debe interpretarse su presenta-ción como un
allanamiento. Denuncia que ejerció su derecho de veto a la sancionada ley a través del Decreto
570/04. Destaca que, en sustancia, no discrepa de los argumen-tos expuestos por los
demandantes y que acatará los términos de la sentencia para lo cual sólo solicita se le exima de
la imposición de costas.
A fs. 121/22 comparece Fiscalía de Estado y manifiesta que la materia de la ac-ción
promovida no compromete el interés fiscal, no afecta el patrimonio del Fisco Pro-vincial y por
ello, teniendo en cuenta la contestación efectuada por la Provincia de Men-doza, limitará su
intervención al contralor de la legalidad del proceso y estará a lo que resuelva el Tribunal en la
sentencia que se dicte.
A fs. 123 se unifica la personería de los accionantes en la Confederación General de
Trabajadores (CGT).
A fs. 148 luce la resolución que dispone separar de la causa al Dr. Carlos Böhm e
integrar la Sala con la Dra. Aída Kemelmajer de Carlucci.
A fs 158 se admiten las pruebas ofrecidas por las partes.
A fs. 245 y 246/55 obran los alegatos presentados por la Provincia de Mendoza y la parte
actora, respectivamente.

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A fs. 263/66 se expide en dictamen el Sr. Procurador General de esta Suprema Corte
quien, por las razones que expone, aconseja hacer lugar parcialmente a la acción de
inconstitucionalidad deducida
De conformidad con lo establecido en el Art. 160 de la Constitución de la Pro-vincia,
esta Sala se plantea las siguientes cuestiones a resolver:
PRIMERA CUESTIÓN: Es procedente la acción interpuesta?.
SEGUNDA CUESTIÓN: En su caso, qué solución corresponde?.
TERCERA CUESTIÓN: Pronunciamiento sobre costas.
SOBRE LA PRIMERA CUESTION EL DR. HERMAN A. SALVINI, dijo:
Atento los términos en los que ha quedado planteada la causa, a mi entender, se impone
el análisis de los siguientes temas: 1- legitimación de la parte actora y 2- validez
constitucionalidad de las normas atacadas.
Pero en forma previa considero conveniente, a los fines de la adecuada solución del
planteo constitucional efectuado, realizar algunas precisiones en relación al tema objeto de
debate, consistente en las notificaciones en el proceso y la vía procesal utiliza-da, consistente en
la acción de inconstitucionalidad.
A- CONSIDERACIONES PREVIAS:
1- La notificación en el proceso judicial:
De la lectura de la demanda interpuesta surge que los actores cuestionan el sis-tema de
notificación implementado por la ley 7195, con especial referencia a los incs. 3 y 4 del art. 34
del C.P.L. que modifica.
En la causa se reedita el debate generado entre los que sostienen que las razones de
celeridad y economía no pueden imponerse sobre el valor seguridad y justicia, cuyo rango
superior priorizan.
Esta discusión ha llevado a erigir como contrapuestas a la notificación formal y expresa
(personal, por cédula, por oficio) donde hay un acto real de transmisión, de la notificación tácita
(automáticas o implícitas o fictas e incluso las edictales), donde no existe un acto formal y
directo de transmisión al interesado. Así se ha llegado a afirmar que: "…. La seguridad jurídica
exige notificaciones expresas; la celeridad y buena fe, exigen que las notificaciones sean
automáticas…." (Conf. Podetti, Ramiro j. "Tratado de los actos procesales", pg. 264.)
Entiendo que este supuesto conflicto es aparente y ambos valores, considerados como
antagónicos, en realidad se pueden complementar y articular armoniosamente. En tal sentido, la
doctrina procesal moderna sostiene que: "…es usual establecer como ex-tremos opuestos de una
cuerda tensa en la organización de los procesos, la polaridad entre garantía y eficacia" y si bien

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"la máxima expresión del debido proceso está consti-tuida por la efectividad del contradictorio,
la pauta señera en materia de eficacia es la que puede expresarse así: la justicia tardía no es
justicia". Ejemplifican luego: la crea-ción de un adecuado sistema de notificaciones constituye
un eje esencial para plasmar el valor del contradictorio; pero desde el punto de vista de la
duración de los procesos y de la función que el juicio debe cumplir en el sistema de protección
de los derechos, el mo-do de regular las notificaciones puede constituir, so pretexto del respeto
al derecho de defensa, un verdadero salvavidas de plomo, absolutamente disfuncional para el
valor eficacia. Por eso, sin propiciar el sistema draconiano del nuevo Código de Venezuela, que
ha reducido la notificación por cédula sólo a la resolución que dispone el traslado de la
demanda, propician todo un sistema de reducción de tiempos y, fundamentalmente, limitan la
facultad judicial de notificar por cédula a aquellas resoluciones que no se en-cuentran
expresamente previstas por la ley procesal, pues si lo estuviesen, el juez, dicen, no podría
disponer que se notifique a domicilio lo que el código ordena se notifique por lista (conf.
Morello, Augusto y Kaminker, Mario E., "Las notificaciones y la duración de los procesos
(Replanteos y modernización en la política procesal), ED. 158-1075 158-1075 ).
Evidentemente el instituto procesal de la notificación adquiere fundamental im-portancia
en la armonización de los valores "seguridad#celeridad" a fin de lograr el ob-jetivo de la
administración de justicia que lleva a la "seguridad de una justicia eficiente" y que haga
operativo la máxima constitucional de "afianzar la justicia".
En materia de notificaciones procesales la seguridad jurídica está destinada a evitar
sorpresas y descuidos, a preservar el principio de bilateralidad de la audiencia, a garantizar el
derecho de defensa (LL 1993-A-128; LL 1993-A-961). En esencia, el ba-samento de las
notificaciones procesales es la fórmula audiatur et altera parts (óigase a la otra parte) lo que nos
conduce a la regla de oro del derecho procesal: "nadie puede ser condenado sin ser oído". Y, para
oír a las partes, es necesario notificarlas. ( Jofré, To-más: "Manual de Procedimientos (Civil y
Penal)", 5° Ed. , T. I, LL 1941-269 1941-269 ). Por ello, se potencia en este tópico la
vigencia de la seguridad jurídica, la certeza de saber a qué atenerse ante un acto procesal, un
llamamiento del tribunal o una intimación o requeri-miento.
Frente a ello resta preguntarse si en materia de notificaciones procesales el valor
seguridad jurídica es absoluto o funciona combinado con otros principios como el de celeridad,
buena fe y lealtad en el debate judicial.
La respuesta al interrogante depende del principio que informe el sistema de notificación
que determine el legislador en la materia, es decir, si se rige por la teoría de la recepción, del
conocimiento o si se adopta una postura ecléctica.

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Los sistema procesales que adoptan la teoría de la recepción determinan que las
notificaciones en el proceso se rigen por ese principio, produciendo plenamente sus efectos
cuando han sido observadas las normas establecidas por la ley para que el acto notificado llegue
a su destinatario, prescindiendo del conocimiento efectivo que se tenga de su contenido.
Así lo entiende Chiovenda, exponente máximo de este criterio extremo, para quien
resulta irrelevante jurídicamente el conocimiento que la parte tenga del acto, si éste no ha sido
notificado. (Conf. Chiovenda, Giuseppe: "Instituciones de Derecho Pro-cesal Civil", por E.
Gomez Orbaneja, Madrid, Revista de Derecho Privado, T. III, 1940, pg. 148).
Este sistema se funda en la seguridad jurídica, o valor "seguridad", al que lo eri-ge en un
valor absoluto.
Los sistemas procesales que se enrolan en la teoría del conocimiento consideran que la
carencia de notificación o su deficiencia en cuanto a los requisitos formales fija-dos por la ley,
no es óbice para reconocer eficacia notificatoria al conocimiento del acto logrado por otros
medios (ej. notificación tácita o ficta).
Este sistema se funda en los principios de celeridad y lealtad en el debate judi-cial, a los
que les da un valor superior (L.L. 1981-D-948).
Los sistemas procesales que adoptan la teoría ecléctica entienden que las teorías
enunciadas no son antitéticas y pueden funcionar amalgamadas, sin inconvenientes, en un marco
de complementación (L.L. 1989-C-144).
De forma tal que una cosa es que el conocimiento se presuma sin admitir prueba en
contrario cuando la notificación se ha practicado con las formalidades legales, "y otra -ya
inaceptable- deducir de esa premisa que nunca el conocimiento efectivo puede suplir la
notificación formal" (Conf. Colombo, Carlos J.: "Código Procesal Civil y Comercial de la
Nación. Anotado y comentado. T. I, 1969, Ed. Abeledo Perrot, pg. 672).
Según esta postura el principio de conocimiento funciona supletoriamente (ante la falta o
irregularidad del acto de notificación) siempre que de las circunstancias que rodean el caso
concreto se pueda inferir lo inequívoco de él.
La armonía de estas posiciones contrapuestas debe surgir de una solución tran-saccional
de manera tal que puede decirse: el valor seguridad jurídica rige en materia notificatoria, a través
de su consustancial principio de bilateralidad de la audiencia. Pero esa vigencia no puede
elevarse a la categoría de axioma o de principio absoluto. Debe actuar en un marco de
complementación con los principios de celeridad y buena fe pro-cesal, con el fin de agilizar los
procesos. (Conf. Maurino, Alberto L. "El valor seguri-dad en el régimen de las notificaciones",
J.A. 2000-II-884)

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En definitiva "… en materia de notificaciones, el problema consiste en compati-bilizar la
necesidad de certeza de que la noticia llegue al destinatario, con la de que el proceso avance sin
retrocesos y con la mayor celeridad…" (LL 1989-C-144).
El moderno derecho procesal, sin renegar del principio de seguridad, potencia o prefiere
las formas notificatorias basadas en la celeridad procesal, con miras a la abre-viación del
proceso. Por ello en los ordenamientos procesales se establece como princi-pio general la
notificación automática, mientras que la notificación por cédula se regula como excepción de las
primeras. Y este es el sistema en el que se enrola nuestro C.P.C. y C.P.L. (art. 66 del C.P.C. , art.
34 del C.P.L).
La ley 7195, a mi entender, ha intentado profundizar y consolidar la armoniza-ción de
los valores jurídicos en juego (seguridad-celeridad) enriqueciéndolos con el de economía
procesal al imprimir en el sistema notificatorio la celeridad en su trámite con el menor costo
posible, tanto desde el punto de vista administrativo (a través de la des-afectación de personal
que cumplen la función de "receptor-diligenciador" a quien se le reasignan en otras tareas
optimizando la gestión judicial), como profesional (se libera a los letrados de la tarea de ayudar
en la confección de las cédulas) y económico (se redu-cen los costos y se permite la
optimización de las partidas presupuestarias en aras tam-bién de una mejor gestión judicial).
Esta ley dispuso la modificación del art. 34 del C.P.L. introduciendo un sistema
notificatorio amplio que comprende desde la notificación por el retiro del expediente hasta la
notificación electrónica.
Cabe destacar que este medio de notificación (electrónica) ya había sido introdu-cido en
el proyecto de modificación del C.P.L. elaborado en el año 2001 por la Comi-sión de Reforma
de la Justicia, constituida en acuerdo entre la Suprema Corte de Justicia de la Provincia y el
Poder Ejecutivo Provincial e integrada por Asociación de Magistra-dos, la Federación de
Colegios de Abogados, las Cátedras de las Facultades de Ciencias Jurídicas y Sociales de la
Universidad de Mendoza, la Facultad de Derecho de la UNC y la Universidad Marcelina
Champagnat, y la Asociación de Abogados Laboralistas. Es decir que contó con el consenso de
todos los actores jurídicos involucrados en la espe-cialidad.
En materia de notificaciones la Comisión destacó que se trataba de uno de los trámites
más burocrático y engorroso. Razón por la cual se consideró que toda idea que tendiera a
automatizar esa diligencia procesal redundaría en directos beneficios de acor-tamientos de los
procesos laborales. Además se puso de relieve que la meta ideal, a tra-vés del avance de la
informatización, sería la supresión de la notificación como acto procesal de conocimiento

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(Informe sobre las conclusiones del debate sobre ponencias de reforma del Código Procesal
Laboral).
En ese orden de ideas se propuso la modificación del C.P.L. incorporando el art. 35 ter, a
través del cual se introdujo la notificación por medios electrónicos incorpo-rando la tecnología
de la comunicación para el conocimiento de los actos judiciales por las partes y en especial los
abogados y demás auxiliares de la justicia, mediante el uso de la informática judicial,
electrónica, internet o cualquier otro instrumento tecnológico de comunicación.
A tal efecto se facultaba a la Suprema Corte de Justicia a implementar el sistema idóneo
y más económico y práctico posible sin incurrir en excesos reglamentarios ni adoptar un sistema
determinado con la inflexibilidad que otorgan las disposiciones lega-les.
Se enunció así una serie de pautas y principios que la Corte debía tener presente en el
momento de diseñar el sistema de comunicación electrónica que resultara más idó-neo para la
finalidad prevista.
Es decir que en el ámbito laboral mendocino ha existido consenso en cuanto a la
necesidad y conveniencia de adoptar y/o utilizar este medio de notificación.
La ley 7195 receptó esta inquietud e incorporó esta modalidad de notificación en los
siguientes términos: Inc. 4) Notificación a domicilio legal electrónico o informático: Se
practicará por vía de correo electrónico, fax o cualquier otro método que en el futuro se
implemente para los casos que determine la Suprema Corte de Justicia de la Provincia mediante
Acordada, dejándose constancia impresa en el expediente del envío de la noti-ficación, realizada
por el Tribunal con indicación de fecha y hora, la que sustituirá toda otra forma de notificación
al domicilio legal. Hasta tanto se disponga la obligatoriedad de esta forma de notificación, las
partes voluntariamente podrán consentir la misma, a cuyo efecto deberán denunciar su domicilio
electrónico.»
La norma en cuestión activó el dictado de una seria de Acordadas y Resolucio-nes de
Presidencia de esta Suprema Corte de Justicia (N° 19851 bis, 20112; 21038 bis, 21056), a través
de las que se fue estableciendo la forma en que quedó diseñada la noti-ficación electrónica.
Previo a lo cual se recabó asesoramiento de especialistas en seguri-dad informática; se sometió
el sistema a la evaluación de la Oficina Nacional de Tecno-logía Informáticas (ONTI) y Ar-Cert;
se tramitó la certificación de firmas de los recepto-res intervinientes; se realizó una experiencia
piloto con un grupo de abogados que ad-hirieron voluntariamente al sistema; se capacitó y
entrenó especialmente al personal asignado; se afectó dos servidores dotados de un fire wall en
forma exclusiva para el proyecto, todo entre otras medidas, y con el claro y específico fin de

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asegurar que las notificaciones cumplidas por ese medio fueran íntegras, inviolables y
garantizaran la identidad del firmante y su contenido.
De forma tal que la notificación electrónica quedó regulada, en cuanto a su modo de
ejecución y efectos, en los siguientes términos:
"…a) - La Dirección de Informática del Poder Judicial proveerá una casilla elec-trónica,
en un servidor del Poder Judicial, a cada uno de los abogados matriculados en la Provincia de
Mendoza, a la que los profesionales ingresarán con su apellido y número de matrícula y acceder
a las cédulas que les han sido remitidas, “notificacio-nes.jus.mendoza.gov.ar.”
b) - El Receptor del Tribunal o quien lo reemplace confeccionará la cédula, la signará
con firma electrónica y enviará la notificación a la base de datos creada al efecto en el servidor
del Poder Judicial. Imprimirá el documento y lo agregará al expediente. El sistema registrará la
fecha y hora en que el documento en ingrese a la base de datos y quede disponible para el
destinatario de la notificación. La fecha del documento, en con-secuencia, coincidirá con la
fecha de recepción de la notificación. La fecha que el sis-tema coloque en el documento será
prueba suficiente de la efectiva notificación. Las personas que firmen la notificación estarán
debidamente identificadas para conocimien-to de los destinatarios.
c) - La notificación se tendrá por cumplida al día siguiente hábil posterior a la fecha que
el sistema coloque en la cédula, la que coincide con la del depósito de la cé-dula de notificación
en la base de datos existente en el servidor del Poder Judicial y con el momento en que el
documento queda visible y consultable por el destinatario de la comunicación.
d) – La base de datos de las notificaciones podrá ser auditada, por orden judicial dictada
de oficio o a pedido de parte.
e) - La totalidad de las casillas electrónicas involucradas en la descripción del proceso
residirán en un servidor del Poder Judicial, destinado exclusivamente a ese efec-to y serán
consideradas “oficiales”. Las mismas estarán destinadas exclusivamente para esta tarea y serán
administradas por personal de este Poder. Todas las cédulas deberán ser firmadas
electrónicamente por el Receptor o quien lo reemplace en el futuro.
f) - El Centro de Capacitación e Investigaciones Judiciales, “Manuel A. Saez”, reforzará
la capacitación a los agente judiciales involucrados, sobre la nueva herramienta a utilizar para
comunicar los actos procesales que deban notificarse por cédula al domi-cilio legal dentro de la
Justicia Laboral de toda la Provincia…." (Acordada n° 20112).
Si bien la ley 7195 (B.O. : 09/08/2004) disponía en su art. 2 que "… La presente ley
comenzará a regir a partir de los quince días de su publicación oficial y será aplica-ble a todos
los procesos, inclusive los que se encuentran en trámite, sin perjuicio de la validez de los actos

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de notificación que se encuentren en curso….", la vigencia efectiva de la notificación electrónica
se produjo a partir del 01-06-07 según lo dispuso por la Resolución de Presidencia n° 21056,
modificatoria de la Resolución n° 21038 bis.
Esa Resolución estableció que : "….. 1)….. a partir del 01 de junio de 2007, las
notificaciones del fuero laboral que deban realizarse en el domicilio legal se practiquen
exclusivamente por vía electrónica, conforme lo prescripto por Acordada N° 20.112 2)
Exclúyase de lo dispuesto en el artículo anterior a las notificaciones que dispongan co-rrer
traslados o vistas y que, en consecuencia, deban ser acompañadas de copias, las que se
continuarán notificando mediante cédula en soporte papel…."
Definitivamente así quedó conformada la forma y alcance de la notificación electrónica
instituida por la ley 7195, la que es cuestionada en su valor constitucional por los accionantes.
En cuanto a la notificación en el expediente dispuesta por la ley 7195 en el art. 34, inc. 3
del C.P.L., no constituye un modo inédito de notificación ya que reconoce como antecedente el
art. 67 del C.P.C. cuya aplicación resultaba supletoria en función del art. 108 del C.P.L.
2- La acción de inconstitucionalidad
Respecto a la vía procesal intentada este Tribunal tiene dicho que “…el ejercicio del
control de constitucionalidad de la normativa cuestionada (en el caso la Ley 7195), constituye
sin dudas la tarea más delicada pero la más propia del Poder Judicial, por cuanto al mismo se le
ha encomendado la función de la efectiva declaración y aplicación del derecho en el caso
concreto. Esto nos lleva a recordar el principio reiteradamente declarado por este Tribunal según
el cual una ley en sí misma no es inconstitucional, pero puede ser inconstitucional en su
aplicación al caso (LS. 214-461)...”
“...Lo expuesto pone en evidencia la necesidad de extremar la prudencia, como valor por
excelencia, en el análisis y resolución del caso traído a estudio, por cuanto la declaración de
inconstitucionalidad de una ley es la “última ratio” a la que debe recurrir el juzgador...” (L.S.
359-152).
También en forma reiterada ha manifestado que no corresponde la declaración de
inconstitucionalidad en abstracto, lo que no impide al interesado hacer valer el dere-cho ha
obtener la declaración de inconstitucionalidad en el caso concreto en la medida en que se
acredite la efectiva lesión de los derechos o garantías constitucionales que le asisten. La
declaración de inconstitucionalidad no debe hacerse en términos genéricos o teóricos. No basta,
en consecuencia, con la aserción de que la norma impugnada puede causar agravio
constitucional, sino que debe afirmarse y probarse que ello ocurre en el caso. Tal ha sido el
criterio de la Corte Suprema (Fallos 256-602;258-255)

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En suma, conforme jurisprudencia constante de la Corte Federal, el interesado en la
declaración de inconstitucionalidad de una norma, debe demostrar claramente de qué manera
ésta contraría la Constitución, causándole de ese modo un gravamen. Para ello, es menester que
precise y acredite fehacientemente en el expediente el prejuicio que le origina la aplicación de la
disposición pues la invocación de agravios meramente conje-turales resultan inhábiles para
obtener la declaración de inconstitucionalidad demanda-da.(Fallos 297-108; 299-368;: 300-
1010 300-1010 ; 301-866; 302-1013 302-1013 , entre otros).
Los criterios jurisprudenciales transcriptos son los que informan y determinan las pautas
de análisis de las acciones como la tramitada en autos y a los que me remitiré para la solución
del caso.
B- LA SOLUCIÓN DEL CASO:
En el marco referencial desarrollado en el punto anterior abordaré el análisis
constitucional traído a debate, a fin de dar solución a los temas distinguidos al comienzo del
tratamiento de la cuestión que nos ocupa, consistentes en 1- la legitimación de la parte actora y
2- la validez constitucional de las normas atacadas.
1- Legitimación de la parte actora:
La legitimidad invocada por la parte actora no ha sido cuestionada por la deman-dada,
no obstante lo cual considero de interés analizar el cumplimiento de los recaudos de
procedibilidad de la acción porque ese tema está estrechamente ligado a la posibili-dad de
acceso a la jurisdicción y la válida interposición de la demanda; además la verifi-cación de la
legitimación involucra la determinación de la representatividad que debe prever cualquier
legislación procesal (De los Santos, Mabel “Falta de acción. Falta ma-nifiesta de legitimación
para obrar”, en “Excepciones procesales”, obra colectiva dirigi-da por J. W. Peyrano. T. 1, 2000,
pg. 63 y ss).
Para ello debe tenerse presente que el proceso constituye un medio de satisfacer intereses
jurídicamente protegidos y de postular un ideal de justicia que, como elemento axiológico,
influye en la sociedad precisada de parámetros que, trascendiendo la esfera material, insuflen un
sentido positivo.
De lo contrario la cuestión sobre si la Ley 7195 es o no constitucional, queda reducida a
una contienda meramente teórica que no corresponde a los jueces resolver porque éstos no están
llamados a pronunciarse sobre casos abstractos y, además, porque cualquiera fuese la decisión a
ese propósito, la situación de las partes no variaría.
En el ámbito de reflexión descripto concluyo que los actores detentan la legiti-mación
procesal para la interposición de la acción intentada.

© Thomson La Ley 81
Para ello tengo en cuenta que, sin perjuicio del debate que genera el art. 43 de la C.N. en
relación a este tipo de demandas y que ha dado lugar a algunas precisiones por parte de la Corte
Nacional en el reciente fallo “Defensor del Pueblo de la Nación c. Es-tado Nacional” (26-06-
07); la legitimación que reconozco a los actores surge de los arts. 14 bis de la C.N., 1, 2, 3, 23,
31 y ss de la Ley 23551 y 10 del Convenio n° 87 de la OIT, los que en forma inequívoca
establecen a favor de las Asociaciones Gremiales la capa-cidad legal y procesal de defender y
representar los intereses individuales y colectivos de los trabajadores que los actores invocan.
En el supuesto de autos las organizaciones sindicales intervinientes no hacen más que
actuar en la defensa de los intereses colectivos de los trabajadores incluidos en el ámbito
personal de actuación que les incumbe, respondiendo tanto a las facultades que legalmente le
han sido otorgadas como al fenómeno de masificación al que asisti-mos, masificación en la
producción, en la comercialización, en el consumo, en las co-municaciones. Todo ello impone
una participación creciente colectiva y una democrati-zación del acceso a la justicia donde
obreros, usuarios de servicios públicos, grupos de personas que se sienten marginados por
cualquier razón, claman por su “day in court”. (Conf. Chaumet, Mario E. “Reflexiones sobre la
implementación de la decisión judicial compleja: el caso de los intereses supraindividuales”.
Lexis Nexis. Doctrina S.J.A. 31-3-04, J.A. 2004-I-1076).
Es decir que nuestro ordenamiento jurídico le da a las organizaciones sindicales la
facultad de actuar haciendo valer los derechos e intereses de los trabajadores que las integran,
consagrando un vasto ámbito permisivo de la acción sindical como forma de autotutela de los
“intereses de los trabajadores”.
En los términos en que ha sido planteada la controversia no cabe duda que las entidades
sindicales actuantes ejercen la defensa de los intereses colectivos de los traba-jadores porque los
agravios constitucionales que alegan hacen referencia al derecho de defensa en juicio, el debido
proceso legal y el acceso a la justicia en igualdad de con-diciones. Estos agravios
inequívocamente involucran a un sin número de personas que exceden a los sujetos interesados
que, así los titularizan indivisiblemente. No se trata de posiciones subjetivas exclusivas que
corresponderían a los casos concretos de trabajado-res que actualmente poseen pleitos
instaurados y alcanzados por la normativa cuestiona-da sino que también se la cuestiona respeto
de aquellos futuros, en los que aún no se ha acreditado la aplicación del procedimiento de
notificación establecido por la Ley 7195, donde existe en la práctica una verdadera "chance".
Esta chance constituye también un verdadero interés legítimo que les permite, en su calidad de
parte afectada o posible-mente afectada, demandar el control de legalidad y de
constitucionalidad del sistema de notificación puesto en crisis, en aras o con el objetivo de

© Thomson La Ley 82
mejorar sus chances en el pro-ceso judicial en los que se pretenda el reconocimiento de un
derecho laboral vulnerado.
En definitiva tanto en los procesos actuales en los que intervienen los trabajado-res como
en los futuros, nos encontramos ante situaciones compartidas que los abarcan en la medida en
que se trata de situaciones jurídicas análogas, cualitativamente iguales, referidas a diversos
sujetos unidos por el mismo fin.
No se trata de un simple interés en el ataque de la ley.
El reconocimiento de la legitimación y representación invocada por los actores permite
ingresar en el tratamiento del segundo tema propuesto.
2- Validez constitucional de la norma cuestionada.
La parte actora cuestiona la constitucionalidad de la ley 7195, sólo en cuanto modifica el
inc. 3 y 4 del art. 34 del C.P.L., a través de los cuales se regula la notifica-ción personal en el
expediente y la notificación electrónica.
Para una más ordenada resolución de la causa analizaré por separado cada uno de esos
incisos.
a- Art. 34 inc. 3: Notificación en el expediente
La norma procesal cuestionada textualmente prescribe: "…. Notificación en el
expediente: En oportunidad de examinar el expediente; el litigante o el profesional que
intervenga en el proceso como apoderado, tendrá la carga de notificarse expresamente de las
resoluciones enumeradas en el Art. 35, la que se practicará firmando el interesado en el
expediente, al pie de la diligencia junto al jefe de Mesa de Entradas. Si no lo hicie-ran, previo
requerimiento que les formulará el jefe de Mesa de Entradas, o si el intere-sado no supiere o no
pudiere firmar, valdrá como notificación la atestación acerca de tales circunstancias con la firma
de dicho empleado. …"
La parte actora impugna la validez de la norma en cuanto: 1- viola el art. 22 del C.P.L.,
art. 2, incs. d) y e) del Pacto de San José de Costa Rica y arts. 16 y 18 de la C.N., porque
desconoce el derecho del trabajador a ser asistido por un defensor y el consi-guiente derecho de
defensa en juicio y debido proceso legal y 2- viola el principio cons-titucional de igualdad ante
la ley porque no discrimina positivamente a los trabajadores analfabetos o discapacidatos.
La demandada no discrepa de los argumentos expuestos por los accionantes y se remite a
tal efecto al veto plasmado en el Decreto 570/2004 570/2004 , pero de la lectura del
mis-mo no surge su disconformidad con este medio de notificación porque la critica consti-
tucional a la reforma establecida en la ley 7195 se concretó sólo respecto de la notifica-ción
electrónica receptada en el inc. 4 del art. 34 del C.P.L..

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Cabe aclarar que los actores cuestionan esta norma en la medida en que por “liti-gante” o
"interesado" se entienda que hace referencia al trabajador, porque obviamente esos términos son
omnicomprensivos de todos los sujetos que pueden actuar en un pro-ceso laboral (trabajador,
empleador, Sindicato, ART, asociación de empleadores; los que pueden actuar indistintamente
como actor o demandado. Vg. cuando el empleador de-manda por consignación o por exclusión
de la tutela sindical, o cuando el sindicato de-manda por el cobro de la cuota sindical, etc).
De forma tal que en relación al resto de los posibles litigantes o interesados que no sean
trabajadores, los actores no esgrimen la existencia de ninguna lesión constitu-cional. Por ello
analizaré la aplicación de la norma sólo respecto del trabajador en su calidad de actor o
demandado en el proceso.
La norma cuestionada en alguna medida transcribe el art. 67 del C.P.C. que regu-la este
medio de notificación y cuya aplicación era supletoria en función de la disposi-ción contenida en
el art. 108 del C.P.L.
El art. 67 del C.P.C. prevé la notificación del interesado cuando "…comparezca
personalmente a notificarse….". Media aquí un acto voluntario expreso por parte del liti-gante.
Pero la redacción dada al inc. 3 del art. 34 del C.P.L. establece "la carga" de noti-ficarse y su
incumplimiento genera “la sanción” de tenerlo por notificado, de lo que se deja constancia en el
expediente mediante la atestación que a tal efecto realice el Jefe de Mesa de Entradas.
Queda claro que el sistema de notificación implementado es absolutamente compulsivo
y con un doble agravante:
• El primer agravante consiste en que no asegura o garantiza la efectiva
notificación, que en definitiva debe-ría ser el fin perseguido.
Y es así porque la interpretación literal de la norma lleva a concluir que la notifi-cación
se produce cuando simplemente se examine el expediente no cuando el trabaja-dor concurra
expresamente a notificarse como lo dispone el art. 67 del C.P.C.. Es decir que el trabajador que
concurre al Tribunal al sólo efecto de interiorizarse sobre el estado de su expediente y por el sólo
hecho de examinarlo se lo tendría por notificado de todas las resoluciones establecidas en el art.
35 del C.P.L.
Pero el examen del expediente no puede ser asimilado a la notificación de lo resuelto en
la causa, cuando el que lo realiza es el trabajador. Obviamente la compleji-dad de un proceso
determina la necesidad de contar con los conocimientos técnicos jurí-dicos para comprender
cabalmente la trascendencia del contenido y consecuencias que derivan de las resoluciones
judiciales, especialmente las consignadas en el art. 35 del C.P.L.

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Y digo que no garantiza la efectiva notificación porque si bien la norma determi-na que
al examinar el expediente expresamente deberá notificarse de las resoluciones es-tablecidas en el
art. 35 del C.P.L. dejando constancia de ello la que "…se practicará firmando el interesado en el
expediente, al pie de la diligencia junto al Jefe de Mesa de Entradas….", lo cual en principio
garantizaría la existencia de un conocimiento, aunque más no sea somero, de la existencia y
contenido de la resolución en cuestión; en la prác-tica este extremo no queda claramente
establecido porque seguidamente la norma esta-blece que "…. Si no lo hicieran, previo
requerimiento que les formulará el Jefe de Mesa de Entradas, o si el interesado no supiere o no
pudiere firmar, valdrá como notificación la atestación acerca de tales circunstancias con la firma
de dicho empleado. …"
La expresión “...si no lo hicieran...” puede referirse a la negativa a notificarse o a la
negativa a suscribir la diligencia. Es decir que el texto resulta equívoco porque puede dar lugar a
interpretar que si el trabajador no quisiera darse por notificado, previo reque-rimiento, se lo
tendrá por notificado con la sola atestación realizada por el Jefe de Mesa de Entradas de esa
negativa, aún cuando no tomara conocimiento de la resolución co-rrespondiente. Como también
podría interpretarse que si el trabajador no quiere firmar la diligencia junto al citado agente, no
obstante haber tomado conocimiento efectivo de la resolución que se le intenta notificar, lo
mismo se lo tendrá por cumplida la notificación con la atestación indicada.
La poco feliz redacción de la norma violaría el principio de razonabilidad porque no hay
una adecuación del medio utilizado con el fin perseguido de la notificación y genera más dudas
que certeza sobre la correcta y adecuada notificación del trabajador. • El segundo
agravante consiste en que la norma se refiere a la notificación de resoluciones de fundamental
trascendencia en la defensa de los derechos de los traba-jadores como las consignadas en el art.
35 del C.P.L., donde a través de la notificación por cédula el legislador (procesal) ha querido
asegurar el conocimiento más certero del interesado en aras de una mayor garantía de la defensa,
excepcionándolo del principio general de la notificación ficta establecida en el antiguo art. 34 y
hoy modificado inc. 1 del mismo artículo del C.P.L.
Ello podría traducirse en la práctica en la pérdida de derechos esenciales y sobre todo de
carácter procesal, como la interposición de las vías recursivas correspondientes.
Pero no obstante que la norma ofrece algunas dudas respecto de la interpretación que
opera en su aplicación, este hecho no resulta suficiente para declarar la inconsti-tucionalidad de
la misma, porque como he precisado nos encontramos en presencia de un problema de
"interpretación".

© Thomson La Ley 85
No puede argumentarse razonablemente y en forma anticipada que el sistema de
notificación en el expediente implementado en la reforma que se analiza sea inconstitu-cional
sobre la base de argumentaciones meramente hipotéticas sin que exista la valora-ción y análisis
en el caso concreto.
Debo aclarar que “...una cosa son las leyes equivocadas y otras las inconstitucio-nales”
(Kemelmajer de Carlucci, Aida Rosa: “Atribuciones de los Superiores Tribunales de Provincia”,
Instituto Argentino de Estudios Constitucionales y Políticos. Mendoza. 1991, pag. 21). Y que “..
a los Tribunales de justicia les está vedado el examen de la conveniencia y del acierto de
medidas normativas adoptadas en el ámbito de las atribu-ciones propias del Poder Legislativo...”
(C.S.J.N. Fallos 249,51; 251-21).
Es que la declaración de inconstitucionalidad no debe intervenir con las decisio-nes y las
valoraciones políticas adoptadas para las transformaciones de las instituciones jurídicas, sobre
todo de orden procesal y a través de las cuales se intenta "…introducir cambios que la sociedad
está reclamando…" (fs. 3677 Libro de sesiones de la H.C.S.), es decir que no se puede sustituir
la voluntad del legislador ni incidir en la voluntad de los cambios legislativos introducidos.
Ello así y en el sub litem no verifico la existencia de una trasgresión objetiva, clara e
insalvable a las normas laborales de orden público que resulte repugnante a las garantías
constitucionales, mediante las cuales el Estado ejercita la tutela del trabajo, o bien que se
configure la desnaturalización o supresión de derechos laborales; sino que por el contrario
entiendo que en la aplicación de la norma debemos seguir la pauta inter-pretativa aceptada por la
Corte Federal según la cual cuando un texto admite dos inter-pretaciones, una que lo torna
inconstitucional y otro constitucional, debe preferirse la segunda.
Para ello la interpretación y aplicación del inc. 3) del art. 34 del C.P.L. que se analiza
deberá llevar inexorablemente a la conclusión que este medio de notificación no puede llevar, en
ningún supuesto, al desconocimiento de los derechos del trabajador ni a considerar que ha
mediado un consentimiento que implique renuncia por parte del “li-tigante-trabajador”.
La consecuencia indicada se logra si se concluye que la notificación realizada al
trabajador en el expediente no suple la notificación que de esa o esas resoluciones deba
realizarse por cédula en el domicilio legal de los supuestos contemplados en el art. 35 del C.P.L.
La solución propuesta es la que mejor se compadece con la interpretación consti-tucional
de la norma por las siguientes razones:
1- La asistencia letrada en el momento de la notificación no es un requisito pro-cesal que
haga a la validez del acto ni es esencial a los fines de la defensa en juicio y debido proceso.

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El segundo párrafo del art. 33 del C.P.L. no considera a la notificación entre las
actuaciones que enumera y en las que determina que el patrocinio letrado es obligatorio.
Es más, a la notificación de la demanda, cuya trascendencia en el proceso es innegable
por ser la generadora de la relación jurídico-procesal, la ley la reviste de for-malidades
específicas que tienden al resguardo de la garantía constitucional del debido proceso, aspecto
consustancial a la seguridad jurídica (LL 1997-D-504), tales como que debe ser realizada por
cédula y en el domicilio real, pero no exige la asistencia jurídica del interesado en el acto.
Si nos colocamos en el supuesto hipotético de la notificación de una demanda al
trabajador (por ejemplo la demanda de exclusión de la tutela sindical o la demanda de daños y
perjuicios establecida en el art. 135 de la L.C.T.), la misma se realizará por cé-dula y en el
domicilio real del dependiente e incluso puede ser notificada en una persona distinta siempre
que se verifique que el domicilio es efectivamente el del trabajador de-mandado. En este acto no
se exige la presencia del patrocinante y hasta la fecha no se ha puesto en duda la validez
constitucional de este acto.
La misma situación se concreta en el supuesto de la notificación de las audien-cias de
vista de causas o de conciliación, o de la citación para absolver posiciones, etc.. Las mismas se
realizan por cédula en el domicilio real del actor y no se exige el patroci-nio en el acto de
notificación.
En conclusión no visualizo el agravio constitucional denunciando si estas notifi-caciones
son realizadas en el expediente y en forma personal al trabajador en la medida en que ella no
sustituya la que debe ser realizada por cédula en el domicilio legal.
2- La solución propuesta responde al texto literal de la norma:
En la misma se establece la carga de notificarse expresamente de las resolucio-nes
enumeradas en el art. 35 del C.P.L., sin que se disponga que este tipo de notificación reemplaza
o sustituya a la forma de notificación dispuesta en este artículo.
Si esa fuera la intención del legislador así lo habría dispuesto como lo hizo en el inc. 4
del art. 34 en oportunidad de regular la notificación electrónica. Aquí en forma categórica se
estableció que “...sustituirá toda otra forma de notificación al domicilio legal...”
3- Es coherente con los principios constitucionales que rigen la materia laboral y con la
directiva dada por el legislador al momento de la sanción del C.P.L.:
Los principios constitucionales generales y los especiales laborales son normas como
todas las otras, y frente a un principio expreso no se ve qué diferencia habría entre interpretar la
norma y juzgar el caso con base en él o con base en alguna norma específi-ca. El reconocimiento
del valor normativo de los principios ha venido a transformar el carácter y la función de los

© Thomson La Ley 87
mismos cobrando así una nueva dimensión puesto que los principios constitucionales
desempeñan un papel constitutivo frente a las reglas, además de tener y desarrollar un carácter
normativo propio, lo cual constituye una solución ade-cuada para la protección de los derechos
más radicales y permanentes como el defensa en juicio y debido proceso que destacan los
actores.
Conforme con ello el legislador del C.P.L. dejó establecido en el art. 108 las pautas que
el juez laboral debe respetar al aplicar las disposiciones procesales y aunque hace referencia a la
aplicación supletoria de normas entiendo que no existe ningún obs-táculo ni justificación que
impida que esas pautas se constituyan en principios de ac-tuación del juzgador en la aplicación
de las normas procesales laborales en general.
El citado artículo concretamente establece que el juez al aplicar las normas de rito “...lo
harán teniendo presente las características del proceso laboral y de manera que consulten los
enunciados de la declaración de los derechos del trabajador y los fines de justicia social
perseguidos por el derecho del trabajo...”
Estas pautas han sido actualizadas por el legislador en la modificación introduci-da. Así
expresamente se destacó la necesidad de dar mayor celeridad al proceso "… teniendo en cuenta
que la mayoría de las indemnizaciones laborales o que tiene que ver con las cuestiones de dinero
de los obreros…." (fs. 64 de la 18° Sesión de Tablas de la H.C.D.) "…Acá hay una materia
específica que es el Derecho Laboral con el que tene-mos que tener especial cuidado porque se
trata de proteger derechos de carácter alimen-tario de los trabajadores y las notificaciones deben
dar garantías de certeza que se pone a conocimiento de la parte la noticia que el tribunal
emite…" (fs. 3678 del Libro de Sesio-nes de la H.C.S.).
Queda claro entonces que el legislador no ha olvidado el carácter tuitivo del de-recho
laboral y la operatividad del principio protectorio establecido en el art. 14 bis de la C.N. y que en
ese marco legal debatió y redactó la norma en cuyo sentido propongo que sea interpretada.
4- Responde a la intención del legislador:
El mismo claramente destacó en la exposición de motivos o fundamentos del proyecto
de reforma que fue sancionado que "… en los casos de notificación en el expe-diente, y atento
que en la práctica no se efectúa este tipo de notificación, es conveniente imponer la carga al
profesional, tal como está previsto en el art. 142 del Cód. Proc. Ci-vil de la Nación, y con la
posibilidad de la atestación por parte del Jefe de Mesa de En-tradas ante la negativa del
profesional, valiendo la misma como notificación. Ello a fin de terminar con la falacia de haber
tomado conocimiento del acto procesal y esperar la cédula demorando el trámite del proceso
innecesariamente…." (el destacado me perte-nece)

© Thomson La Ley 88
Es decir que la intención del legislador fue hacer operativa la notificación com-pulsiva
sólo respecto de los profesionales o letrados, no respecto del trabajador. No obs-tante la
incoherente técnica de redacción llevó a incluir en el texto no sólo al profesional que intervenga
en el proceso como apoderado, sino también al "litigante", donde tam-bién quedó alcanzado el
trabajador.
La seria contradicción apuntada entre la finalidad perseguida por la norma según la
intención del legislador y la redacción definitiva de la misma, genera en la práctica procesos
lógicos de desconfianza e interrogantes que desde la función del control de constitucionalidad a
cargo de este Superior Tribunal no pueden ser respondidos en for-ma general y a
priorísticamente.
Los jueces debemos debatirnos entre objetivos nobles y valoraciones favorables para un
cambio del sistema de notificaciones en aras de agilizar la justicia laboral con el fin último de
proteger al trabajador y los créditos alimentarios objeto de los procesos en los que el mismo es
parte. Pero la redacción del sistema de notificación en el expe-diente implementado por la
reforma genera más dudas e interrogantes que respuestas certeras y eficaces que conformen a
toda la comunidad. Sin embargo ello no autoriza a adoptar una postura generalizada a favor o en
contra del sistema implementado si no media un caso concreto donde se puedan visualizar los
agravios que en forma hipotética plantean los actores.
5- La solución propuesta es la que mejor responde al "sistema" jurídico estable-cido en
la especialidad:
En este orden de ideas considero que una razonable inteligencia de la ley, impo-ne la
necesidad de armonizar el texto legal con su sentido y finalidad práctica, teniendo en cuenta que
un excesivo rigor formal en la aplicación normativa, puede conducir a conclusiones antitéticas,
lo que revertirá en un inadecuado servicio de justicia, ínsito en el debido proceso legal. El Juez
no debe ceñirse a las palabras de la ley, sino elevarse e interpretarla a la luz de los principios
constitucionales y los emergentes de los tratados internacionales incorporados a la ley
fundamental, y esa interpretación debe realizarse en forma sistemática, pues el derecho positivo
no es un conjunto de normas desar-ticuladas, sino un sistema.
En tal sentido se ha expedido este Tribunal afirmando que "….. Es regla en la
interpretación de las leyes dar pleno efecto a la "ratio legis" computando la totalidad de sus
principios de manera que se compadezcan con el resto del ordenamiento jurídico y con los
principios y garantías de la Constitución Nacional. Este propósito no debe ser ol-vidado por los
jueces con motivo de las posibles imperfecciones técnicas de su instru-mentación legal. La
exégesis de la ley requiere la máxima prudencia cuidando que la inteligencia que se le asigne no

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lleve a la pérdida de un derecho ni que el apego a la letra desnaturalice la finalidad que ha
inspirado su sanción…." (LS. 331-090) "…. La aplica-bilidad directa de la Constitución, con
todo su sistema de principios y de valores, lleva a que la interpretación y el proceso aplicativo
del derecho, lejos de poder entenderse como una operación mecánica pase a ser algo necesario y
rigurosamente axiológico…".(LS 308-116)
En nuestra provincia este argumento se refuerza con lo dispuesto por los arts. 48 y 148
de la Constitución Provincial que consagra la operatividad inmediata de los dere-chos y
garantías constitucionales y esta doctrina es ya pacífica en la jurisprudencia local.
Además no podemos olvidar que nos encontramos ante una norma de carácter procesal
o de forma que no puede contradecir la sustancia del derecho que se pretende realizar. Es decir
que la norma adjetiva es el medio para hacer efectivo el derecho sus-tancial que se discute y no
puede constituirse en un obstáculo o impedimento para su realización. Y es principio de
hermenéutica jurídica fundamental buscar la armonización y correcta articulación de las normas
procesales con las sustánciales.
6- No viola el principio de igualdad establecido en el art. 16 de la C.N.:
La redacción dada a la norma es compresiva de la totalidad de los litigantes que
intervienen en un proceso judicial por lo que entiendo que en los supuestos subjetivos especiales
denunciados por los actores (trabajadores analfabetos o discapacitados), en la medida en que la
aplicación de la reforma procesal les produzca una afectación de sus derechos constitucionales
autorizaría la deducción de planteos procesales con funda-mento en los arts.1040, 1041, 1045 y
cc del C.C. más que habilitar la declaración de in-constitucionalidad pretendida.
En conclusión la solución propuesta es la que, a mi entender, guarda coherencia con la
naturaleza del contrato laboral y los principios que inspiran la materia y la in-terpretación de las
normas procesales laborales, así como la intención del legislador que inspiró la reforma
introducida. Permite, además, dejar de lado valoraciones genéricas y políticas, de modo de
preservar los roles de los poderes políticos por un lado y las facul-tades jurisdiccionales por el
otro.
A modo de síntesis y con el fin de precisar el sentido y alcance de la interpreta-ción del
art. 34, inc. 3) del C.P.L. que propongo, deberá entenderse que sólo la notifi-cación realizada al
trabajador en el expediente no suple la notificación que de esa o esas resoluciones deba
realizarse en el domicilio legal según lo dispuesto por el art. 35 del citado cuerpo legal, cuando
el mismo concurre al Tribunal sin asistencia letrada. De forma tal que si el trabajador concurre a
examinar el expediente acompañado por el pro-fesional que lo patrocina o representa en la
causa, la notificación en el expediente supli-rá la prevista en citado art. 35.

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En este caso se deberá dejar debida constancia de la asistencia letrada del traba-jador en
el acto de notificación y la suscripción de la misma por el profesional actuante.
b- Art. 34, inc. 4: Notificación electrónica:
El artículo establece “...Notificación a domicilio legal electrónico o informático: Se
practicará por vía de correo electrónico, fax o cualquier otro método que en el futuro se
implemente para los casos que determine la Suprema Corte de Justicia de la Provincia mediante
Acordada, dejándose constancia impresa en el expediente del envío de la noti-ficación, realizada
por el Tribunal con indicación de fecha y hora, la que sustituirá toda otra forma de notificación
al domicilio legal.
Hasta tanto se disponga la obligatoriedad de esta forma de notificación, las par-tes
voluntariamente podrán consentir la misma, a cuyo efecto deberán denunciar su do-micilio
electrónico….»
Los accionantes denuncian la inconstitucionalidad de la ley porque consideran que
afectan el derecho de defensa y debido proceso en la medida en que abandona el principio de
recepción de la notificación y precariza el proceso laboral desconociendo los derechos
fundamentales del trabajador a quien la Constitución Nacional le dispensa una protección
especial. Además, consideran que se afecta la división de poderes en la medida en que faculta a
la Suprema Corte a implementar el método de notificación.
Adelanto mi opinión en el sentido de rechazar la acción intentada en función de las
siguientes razones:
1- La reforma constituye una respuesta a las propuestas o reclamos de "jure con-
dendum" para la adecuación del sistema de notificaciones a los avances tecnológicos en materia
de comunicaciones:
Este hecho fue admitido por la Comisión de Reforma de la Justicia a la que antes hice
referencia donde destaqué la amplia participación de todos los actores jurídicos in-volucrados en
la materia laboral y que constituyó el primer antecedente de proyecto que adoptara la
notificación electrónica como medio de notificación.
También se encuentra expresamente consignado en la discusión parlamentaria,
oportunidad en la que se dijo: “...es la opinión, creo yo generalizada, por no decir uná-nime de la
ciudadanía, en cuanto a la rapidez que es necesaria en la Justicia...” “...desde el problema técnico
de lo que significa la computadora y todo ese proceso hasta la segu-ridad jurídica para los
contendientes en un proceso laboral, creemos que está por sobre esto, la voluntad de algunos
magistrados y colaboradores de la Justicia, de intentar pro-ducir cambios que la sociedad está
reclamando ..” (pg. 3677 Libro de Sesiones de la HCS)

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La notificación electrónica no es otra cosa que la respuesta jurídica ante las nue-vas
tecnologías y frente a la realidad que se impone. Habitualmente el derecho va detrás de los
hechos, los reconoce para luego regularlos, por ello el derecho y los operadores jurídicos no
pueden ser fugitivos de la realidad.
Así la computadora, en una de sus funciones, la de instrumento que sirve para almacenar
palabras y poder volcarlas en un soporte, tuvo como antecedente la maquina de escribir.
En 1913 la ley 9151 eliminó el requisito del art. 998 del Código Civil de que las
escrituras públicas debían ser hechas por el mismo escribano. Hasta 1874 la Remington fabricó
las primeras máquinas de escribir en escala comercial, y su uso se generalizó hacia 1920. En el
orden nacional el derecho dio respuestas, como la Acordada de las Cá-maras Civiles del 2 de
agosto de 1950 por la que se permitió que las escrituras pudieran hacerse a máquina; una
Acordada de 1937 autorizó que los testimonios de escrituras fueran otorgadas en formularios, y
otra de 1952 que lo fueran en forma fotográfica, esto es, mediante fotocopiadora, máquina que
había sido patentada en 1938.
En la década de los años 50, la computadora se extendió por el mundo y llegó a la
Argentina y articulada con internet permitió el uso del correo electrónico o e-mail, y los jueces
advirtieron que ampliaba la gama de posibilidades que brindaba el correo tra-dicional, en
carácter de medio idóneo, certero y veloz para enviar y recibir todo tipo de mensajes, misivas,
fotografías , archivos completos, etc.; y aceptando que no es un ins-trumento privado en los
términos del art. 1012 del Código Civil por la carencia de firma, lo asimilaron al instrumento
particular no firmado que prevé el art. 1190, inc. 2 del C.C.. En el año 2001 la ley 25506 asumió
la necesidad de reglas legales para la nueva tecno-logía, a cuyo fin estableció la equivalencia
entre el documento digital y el documento escrito y previó un procedimiento matemático de
firma digital para los casos en que la ley requiera una firma manuscrita.
Este instrumento técnico que posee carta de ciudadanía en nuestro país no puede ser
desconocido por el derecho procesal.
Ante circunstancias como la descripta cualquier observador advierte que se plan-tea una
alternativa en los términos binarios que señalaba Josserand: o el Derecho se ade-cua a la nueva
realidad, o ésta prescinde del Derecho, porque una regla sólo está viva si está en marcha, como
toda sociedad y todo hombre. Y aunque la ley por lo general con-trola los temerarios saltos
hacia el futuro con la mano fuerte del pasado y combate la tecnología de hoy con instrumentos
de ayer, va de suyo que cuando los hechos pres-cinden del Derecho, la juridicidad es puesta en
crisis y la sociedad también deja de lado a los operadores jurídicos.(conf. Alterini, Atilio Anibal

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“Respuestas ante las nuevas tec-nologías: sistemas, principios y jueces” La Ley on line 03-12-
07)
Frente a lo expuesto y ante la realidad cambiante que se impone donde nos en-contramos
con países vecinos como Uruguay que han dictado leyes ( 18237 en fecha 26-12-07) donde se
establece el expediente electrónico en todos los procesos promovidos ante al Poder Judicial,
considero que discusiones como la planteada en autos resultan ociosas.
2- Nadie tiene un derecho adquirido a un determinado método de notificación:
Podrá objetarse que la discusión no está dirigida a cuestionar este medio de noti-ficación
sino a que el mismo supla a la notificación por cédula como lo dispone la ley 7195. Pero aún en
esta tesitura es preciso recordar lo que la Corte Suprema ha señalado y que es obvio, en cuanto
que nadie tiene un derecho adquirido al mantenimiento de leyes o reglamentaciones y que la
derogación de una ley común por otra posterior no afecta derecho alguno emanado de la
Constitución Nacional (Fallos 244:259; 267:247 y sus citas; 273:14 ; 307:134; 1108 ; 308:885 ;
310:1080, 1924 ; 313:1007 , entre muchos otros) y que los derechos y garantías individuales
consagrados por la Constitución no son absolutos y su ejercicio está sometido a las leyes que los
reglamentan (Fallos 308:1631 , entre muchos otros) cuya inalterabilidad no se supone.
En función de ello no considero que medie ninguna transgresión a los derechos
constitucionales de los trabajadores por el sólo hecho que el legislador modifique el me-dio o
instrumento de notificación.
Lo contrario llevaría a erigir a las notificaciones procesales en una suerte de “res petra”
que se resisten a ser modificadas o actualizadas en el tiempo y de acuerdo con las necesidades
del proceso y la defensa de los derechos que se debaten en él.
3- La ley 7195 goza de la presunción de legitimidad:
La misma ha sido debidamente sancionada y promulgada, es decir, dictada de acuerdo
con los mecanismos previstos en la Ley Fundamental, todo lo cual le otorga la presunción de
legitimidad indicada.
Ello determina que opere plenamente y obliga a ejercer el control de constitu-cionalidad
con sobriedad y prudencia, de forma tal que, únicamente cuando la repug-nacia de la norma con
la cláusula constitucional sea manifiesta, clara e indudable pro-cederá su declaración de
inconstitucionalidad. Extremo éste que no verifico que se haya acreditado en el supuesto de
autos.
Así, y en los términos en que ha quedado instrumentado el sistema de notifica-ción
electrónica luego del dictado de las Acordadas y Resoluciones de Presidencia de este Supremo
Tribunal (N° 19851 bis, 20112, 21038 bis, 21056), compruebo que se han adoptado todas las

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previsiones del caso a través de experiencias de pruebas con adhesio-nes voluntarias de letrados
del foro, evaluación de los organismos técnicos acreditados en la materia, certificación de firmas
digitales, capacitación del personal, adquisición y afectación exclusiva de equipos apropiados
con las medidas de seguridad de última ge-neración; considero que se ha dado cumplimiento
con la “cadena de custodia” que ga-rantiza la certeza y confiabilidad del sistema puesto en crisis
por los actores.
Y esa confiabilidad se garantiza a través de las auditorias que se autorizan reali-zar por
orden judicial ya sea de oficio o a pedido de parte (art. I- inc.d) de la Acordada n° 20112).
Estas medidas no han sido cuestionadas ni controvertidas por los demandantes ni han
aportado pruebas que acrediten la inoperancia de las mismas frente a la vulneración de los
derechos y garantías constitucionales que denuncian.
4- El planteo de inconstitucionalidad efectuado con-tiene una formulación abs-tracta:
Los actores no han cumplido con la exigencia de explicitar y demostrar que los
trabajadores a quienes representan padecen un detrimento actual y directo o futuro pero cierto de
un derecho constitucionalmente amparado.
La supuesta lesión constitucional invocada es sólo eventual o hipotética.
En estos términos se estaría pretendiendo una declaración genérica de inaplicabi-lidad
por inconstitucionalidad de la norma que origina el reproche, lo que excede el ám-bito de la
acción de inconstitucionalidad.
Y ello es así porque la materia procesal constitucional que constituye el objeto de la
acción está determinada por los conflictos generados cuando la aplicación de nor-mas generales
que en el caso particular infringen la supremacía constitucional (S.C.Mza. J.A. Rep. 1988-
378 1988-378 ; L.S. 191-188).
5- No se generan situaciones de indefensión:
La notificación electrónica establecida en la ley 7195 no produce una variación abrupta
en las reglas de juego a las que debía atenerse el litigante que lo coloque en gra-ve indefensión.
Por el contrario se mantiene el principio de notificación mediante un acto real de
transmisión a través del correo electrónico de los actos considerados fundamentales y
exceptuados de la notificación tácita, según lo prescribe el art. 35 del C.P.L.
Sólo varía el lugar donde dicha transmisión se realiza, del domicilio legal se di-rigen a
la casilla electrónica personal e invulnerable del letrado que interviene en la causa y que reside
en el servidor del Poder Judicial habilitado a tal fin.
Se mantiene el formato de una cédula e incluso puede ser impresa, llevándola a soporte
papel, si es voluntad del interesado.

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Se mantiene la notificación por cédula y en el domicilio legal de aquellas resolu-ciones
que disponen correr traslado o vista y que deban ir acompañadas de copias para el traslado.
(Resolución de Presidencia n° 21056).
Se concreta en la práctica una apertura al cambio sin que medie un abonado de los
valores y principios que informan el derecho laboral y la garantía constitucional del debido
proceso, aspecto consustancial a la seguridad jurídica.
6- El sistema notificación electrónica es seguro:
El mismo es expresamente previsto por la ley y su implementación o aplicación no
queda en la esfera de presunción del juzgador (Eisner, Isidoro “Una reacción saluda-ble en tema
de notificaciones judiciales y seguridad jurídica” LL 1989-C-144)
No sólo la previene la ley sino que además la reglamentación de la misma reali-zada por
la Suprema Corte ha descartado en su totalidad las críticas que le efectúan los demandantes.
7- No vulnera el principio de división de poderes sino que por el contrario res-guarda el
equilibrio de poderes del sistema republicano consagrado en la Constitución y el principio de
supremacía constitucional:
En el tema es suficientemente ilustrativo las manifestaciones vertidas por los legisladores
en oportunidad de sancionar la ley, de donde surge claramente que no existe una delegación
legislativa sino la delegación de la reglamentación o sistematización de la ley.
En la oportunidad se dijo “...si se pueden cometer errores creo que la misma Jus-ticia los
va a subsanar, tan así es que en el inciso 4) de este proyecto de ley dice clara-mente que va a
estar bajo el paraguas de una futura acordada que tiene que dictar la Cor-te Suprema para
intentar minimizar los riesgos, no generalizar de golpe esta mo-dificación llevándola a toda la
Provincia ni a todas las notificaciones necesarias en el proceso laboral, de tal manera que
teniendo como base fundamental el criterio superior de intentar modificar el proceso judicial y
teniendo el resguardo suficiente de que no se va a obstaculizar o que esta modificación va en
detrimento de la seguridad jurídica del proceso....”
Y, además, se agregó “...el inciso 4) es el punto en que se habla de internet, esto que es la
tecnología, lo moderno, y está diciendo algo muy simple: la Corte reglará esto. Si nosotros no
somos capaces, el Poder Legislativo, de pensar que la Corte de la Provin-cia va a reglar un
procedimiento adecuado en la implementación práctica de esto, esta-mos perdidos. Si no somos
capaces de confiar en la Corte, una cosa que nos están pi-diendo....las Cámaras Laborales, y lo
ha dicho el presidente de la Corte en su discurso, que están tratando de establecer
procedimientos más ágiles y una correcta administra-ción de justicia sobre la base de mejorarla
y desde la Legislatura le decimos que no, le estamos dando un pésimo mensaje a toda la

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colectividad mendocina. Si no podemos confiar en lo que va a hacer la Suprema Corte de la
Provincia, en reglar esto en las si-tuaciones mediante acordadas, que es la forma en que la Corte
siempre ha ejercido su poder legislativo. Cada poder del Estado tiene los tres poderes en sí
mismo, la Corte tiene este poder reducido a legislar, que es a través de la acordada y que es
como se ha implementado siempre la reforma.
Cuando se reformó el Código de Procedimientos Penal dijimos: “La Corte regla-rá por
acordada, cómo se va a hacer”. Lo hicimos en Mendoza, lo hacen en Córdoba, en Santa Fe y lo
hacen en la Nación, porque no hay otra manera de implementar estos deta-lles que no los
podemos legislar acá...” (fs. 3677/3678 3677/3678 y 3680 del Libro de sesiones de
la H.C.S.)
C- CONCLUSIÓN:
A modo de síntesis considero que los incs. 3 y 4 del art. 34 del C.P.L. modifica-dos por la
ley 7195 supera el test de razonabilidad, especialmente si existe conformidad con la
interpretación propuesta del primero, en el sentido de considerar que la notifica-ción en el
expediente, cuando se realiza al trabajador que asiste solo (sin asistencia letra-da) a compulsarlo,
no suple la que corresponda realizar de esa misma resolución en el domicilio legal, en un todo
de acuerdo con lo dispuesto por el art. 35 de ese cuerpo legal.
Ello impide la declaración de inconstitucionalidad en los términos demandados, lo que
no obsta que el interesado haga valer el derecho a obtener la declaración de in-constitucionalidad
en el caso concreto y en la medida en que acredite la efectiva lesión de los derechos y garantías
constitucionales que le asisten.
Por ello y si mi voto es compartido por mis distinguidos colegas de Sala, consi-dero que
corresponde rechazar la acción de inconstitucionalidad deducida.
ASI VOTO.
Sobre la misma cuestión los Dres. Pedro J. Llorente y Aída Kemelmajer de Carlucci
por sus fundamentos adhieren al voto precedente.
SOBRE LA SEGUNDA CUESTIÓN EL DR. HERMAN A.SALVINI, dijo:
Corresponde omitir pronunciamiento sobre este punto, pues ha sido planteado para el
eventual caso de resolverse afirmativamente la cuestión anterior.
ASI VOTO.
Sobre la misma cuestión los Dres. Pedro J. Llorente y Aída Kemelmajer de Carlucci
adhieren al voto precedente.
SOBRE LA TERCERA CUESTIÓN EL DR. HERMAN A. SALVINI, dijo:

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Teniendo en cuenta el resultado al que se arriba en el tratamiento de las cuestio-nes
debatidas lo que ha determinado la falta de controversia por parte de la demandada y Fiscalía de
Estado, y que las dificultades interpretativas que genera la norma cuestiona-da ha determinado
en la actora razones valederas para litigar, corresponde imponer las costas en el orden causado.
En cuanto a la regulación de honorarios tratándose de una acción declarativa que no
tiene traducción económica directa se han de regular teniendo en consideración las pautas
contenidas en el art. 10 de la ley arancelaria (LS 319-072), determinándose los honorarios del
patrocínate en la suma de pesos seis mil ($ 6.000)
ASI VOTO.
Sobre la misma cuestión los Dres. Pedro J. Llorente y Aída Kemelmajer de Car-lucci
adhieren al voto que antecede.
Con lo que terminó el acto, procediéndose a dictar la sentencia que a continua-ción se
inserta:
S E N T E N C I A:
Mendoza, 13 de marzo de 2008.
Y VISTOS:
Por el mérito que resulta del acuerdo precedente, la Sala Segunda de la Excma. Suprema
Corte de Justicia fallando en definitiva,
R E S U E LVE :
I. No hacer lugar a la acción de inconstitucionalidad entablada por la Confedera-ción
General del Trabajado (C.G.T.), la Unión Obreros de la Construcción República Argentina
(U.O.C.R.A.), el Consejo Directivo Provincial de la Asociación de Trabaja-dores del Estado de
Mendoza (A.T.E.), el Sindicato Unido Obreros de Estaciones de Servicios, Playas de
estacionamiento, Garaje y Gomerías de Cuyo, El Sindicato de Tra-bajadores del Personal de las
Industrias Químicas de Palmira, el Sindicato de Obreros de Taxi de Mendoza, la Unión Obrera
Metalúrgica de la República Argentina (U.O.M.R.A.), la Asociación de Supervisores de la
Industria Metalúrgica de la Repúbli-ca Argentina (A.S.I.M.R.A.), la Asociación Obrera Minera
Argentina (A.O.M.A.), el Sindicato de Vendedores de Diarios y Revistas de Mendoza
(S.I.V.E.N.D.I.A.), el Sin-dicato de Trabajadores de la Industria del Cuyo y afines de Mendoza y
el Sindicato de Trabajadores de la Industrias de la Alimentación de Mendoza (S.T.I.A.)
II. Imponer las costas en el orden causado (arts. 36 del C.P.C.).
III. Regular los honorarios profesionales de los Dres. Elcira G. de la Rosa, Felix Olmos,
Omar r. Saenz, Adolfo E. Marengo, Daniel Lucero Brudesan , Norman Edgardo Pessina y
Carlos C. Guiñazú, en la suma de pesos dos mil ($ 2.000) en conjunto; a los Dres. Marcelo H.

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Venier, Carlos A. Venier (Mat. 824) y Carlos A. Venier (h), Claudia Mazurenco y Mirta
Zelarrayán, en la suma de pesos cuatro mil ($ 4000) en conjunto. Omitir la regulación de
honorarios del resto de los profesionales de la Provincia de Mendoza y Fiscalía de Estado por
aplicación de la ley 5394. Regular los honorarios co-rrespondientes a la instancia recursiva de
fs. 223/24 y a cargo de la parte actora, a la Dra. Elcira G. de la Rosa en la suma de pesos
cuatrocientos veinte ($ 420), al Marcelo H. Venier en la suma de pesos ochocientos cuarenta ($
840) y al Dr. Pedro A. García Espetxe en la suma de pesos seiscientos ($ 600) (arts. 2, 3, 13, 15,
sgtes y cc. de la ley 3641).
NOTIFÍQUESE.
m.l.

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Citar Lexis Nº 0003/013173 ó 0003/013189 ó 0003/013185
Género: Doctrina
Título: Mesa de Entrada Virtual judicial. Derechos y responsabilidades
Autor: Altamira, Matías
Fuente: JA 2007 II 1314 SJA 2/5/2007
SUMARIO:
I. Introducción. II. Implementación de las nuevas tecnologías. III. Cuestiones técnicas. IV.
Cuestiones humanas. V. Eximición de responsabilidad. VI. Casos jurisprudenciales. VII.
Conclusión
I. INTRODUCCIÓN
La implementación de la tecnología ha llegado a los Poderes Judiciales argentinos, cuyos
máximos responsables han avanzado en la informatización de sus dependencias con dos
objetivos cardinales: agilizar la tramitación de las causas judiciales y disminuir la atención
personalizada a los abogados.
Es reconocida e indiscutible la utilidad de gestionar los distintos procesos judiciales mediante
la aplicación de las nuevas tecnologías de la información y comunicaciones, tanto desde la
perspectiva de los empleados y funcionarios judiciales como desde la posición de los
abogados y procuradores, quienes cotidianamente tienen que utilizar estos servicios
informáticos para impulsar los distintos expedientes judiciales en trámite.
Ahora bien, como toda nueva implementación, ésta presenta una etapa de prueba, otra de
armonización y una tercera de consolidación. Los Poderes Judiciales están transitando, según
su singular situación económica y tecnológica, por estos diversos estadios de crecimiento y
maduración, sin que ello los exima de los deberes y las responsabilidades inherentes a la
difusión de información judicial por este flamante medio de comunicación.
A continuación se evaluará el rol que deben cumplir los Poderes Judiciales en la difusión de
información vía internet, las responsabilidades que les atañen, la posibilidad de eximirse de
ellas y especialmente la validez que poseen las constancias de las diferentes bases de datos
públicas, como es el caso de la Mesa de Entrada Virtual.
II. IMPLEMENTACIÓN DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS
Tanto la Corte Suprema de Justicia de la Nación como los distintos Superiores Tribunales de
Justicia de las provincias argentinas han expresado la necesidad de producir una transición
entre la administración de justicia tradicional, basada en los libros de ingreso de expedientes
y de préstamo de expedientes, para avanzar hacia un sistema informatizado que no sólo
cumpla con el registro de ingreso y movimiento de expedientes sino que también permita
conocer interna y externamente los datos de cada expediente, el o los actores y demandados y
sus abogados patrocinantes, como así también su estado procesal y los diferentes proveídos y
decretos.
III. CUESTIONES TÉCNICAS
Para ello, y dependiendo de cada jurisdicción y esencialmente de su capacidad económica,
los Poderes Judiciales han avanzado en la informatización de sus dependencias, reconociendo
como primera medida la necesidad de adquirir y poner en funcionamiento una red
informática que permita a cada juez y secretario acceder a la información a su cargo, así
como a cada empleado cargar la información relacionada con la gestión de los expedientes en
trámite.
Una vez realizada la inversión en infraestructura, es el turno de la puesta a disposición de la
información judicial en internet, para lo cual algunos juzgados prefirieron difundirla
restrictivamente, otorgándole a cada abogado patrocinante nombre de usuario y clave de
acceso, lo que le posibilita mayor cantidad y calidad de información, tal como decretos y
proveídos. En cambio, otros juzgados optaron por permitir el acceso masivo a información
judicial, limitándola en lo que respecta a la calidad y cantidad, es decir todo el mundo tiene
acceso a muy poca información, como puede ser la carátula del juicio, tipo de juicio, fecha de

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iniciación y estado actual (a despacho, prestado o en casillero). En ambas situaciones la
puesta a disposición de información en internet relacionada con causas judiciales genera
diferentes grados de responsabilidad del tribunal, aun cuando ésta fuere mínima.
Se debe destacar que tanto la alternativa de brindar información exhaustiva como la de
brindar información limitada sobre el expediente han generado reacciones muy positivas
entre los usuarios internos y externos, al punto de que en los momentos en que determinado
sistema informático judicial no funcionaba de manera adecuada, el Colegio de Abogados
correspondiente tomaba cartas en el asunto reclamando por los defectos del sistema y
poniendo a disposición los recursos propios para lograr una pronta solución y reinstauración
del sistema de consulta remota de expedientes en trámite (1) .
IV. CUESTIONES HUMANAS
No sólo se presentan aspectos técnicos y tecnológicos, sino que también se van suscitando
cuestiones desde la faz humana, por ejemplo, determinar el personal judicial que asumirá la
responsabilidad de la carga de los datos de cada uno de los juicios tramitados.
A tal efecto, el art. 6 Reglamento de Administración y Uso del Sitio en Internet del Poder
Judicial de la Nación, aprobado por la resolución 24/2003 del Consejo de la Magistratura,
establece que "Cada tribunal u organismo deberá designar un responsable de la información
para la `cuenta de publicación', quien será el encargado de ingresar y actualizar la
información". Por su parte, el art. 7 del mencionado reglamento dispone que "El responsable
de la información deberá revisar íntegramente los datos ingresados en la cuenta de
publicación antes de que ésta sea ascendida al servidor, procurando que su contenido se
adapte a las previsiones contempladas por la normativa vigente en materia de protección de
datos personales". Finalmente, el art. 10 considera una falta pasible de sanción el descuido u
omisión en el mantenimiento de la información actualizada.
Por su parte, el Poder Judicial de Córdoba ha establecido en el acuerdo reglamentario 700
del 24/2/2004, por el que crea y reglamenta la Mesa de Entrada General, que los tribunales
comprendidos (juzgados de primera instancia y Cámaras Civiles y Comerciales) deberán
determinar los roles y permisos que asignarán a los funcionarios y empleados encargados de
gestionar el Sistema de Administración de Causas (SAC.) y el alcance de las atribuciones
pertinentes. La Dirección de Informática asignará el nivel de acceso que permita a los
mismos operar el sistema, de conformidad con la habilitación dada (art. 35 ). Respecto de los
errores en la carga de la información, el art. 26 del mencionado acuerdo dispone que los
errores que se generen por remisiones incorrectas dentro del sistema deberán ser corregidos
por el tribunal al que se formuló la asignación.
V. EXIMICIÓN DE RESPONSABILIDAD
Asignadas las funciones, y recordando que errare humanum est y los potenciales perjuicios
que se pueden causar por brindar información falsa, errónea o desactualizada, los tribunales
han esgrimido distintas maneras para eximirse de toda responsabilidad. Unos como es el
caso de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial han colocado en el inicio del
sitio web una leyenda que literalmente expresa "Importante: La información que se
proporciona por esta vía no produce efectos procesales ni asegura el contenido de las
decisiones a los interesados". Otros, como el Colegio de Abogados y Procuradores de
Neuquén, que administra el sistema de consulta remota de expedientes judiciales, limitó su
responsabilidad en los términos y condiciones de uso aplicables al sitio web en cuestión,
expresando: "...este sistema de consulta de expedientes judiciales no sustituye ni reemplaza el
régimen jurídico contenido en las normas procesales y reglamentarias vigentes. Tampoco
altera o modifica las normativas contenidas en el Código Civil referidas a los actos jurídicos
y su instrumentación. Es por lo expuesto que posee un alcance informativo y solamente los
expedientes judiciales en soporte papel existentes en los diferentes organismos
jurisdiccionales son los que reflejan el contenido fiel y legal de las actuaciones". A lo que
agrega que "Ni el Colegio de Abogados ni sus proveedores de servicios serán responsables de

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cualquier daño o perjuicio que sufra el usuario a consecuencia de inexactitudes, errores
tipográficos y cambios o mejoras que se realicen periódicamente a los servicios y contenidos.
Las recomendaciones y consejos obtenidos a través del sistema son de naturaleza general, por
lo que no deben tomarse en cuenta en la adopción de decisiones personales ni juicios de
valor" (2) .
En la misma línea de acción, mejor dicho, de excepción, el art. 20 Reglamento de
Administración y Uso del Sitio en Internet del Poder Judicial de la Nación, antes citado,
establece que "Encontrándose a disponibilidad del usuario en las áreas pertinentes de los
diversos tribunales y organismos judiciales la real fuente de información, el Poder Judicial de
la Nación no garantiza, ni asegura, ni se responsabiliza por la exactitud o confiabilidad de
cualquier información que se haga a través de `el sitio', ni por cualquier contenido entregado
en sitios vinculados. Bajo ninguna circunstancia el Poder Judicial de la Nación será
responsable por pérdidas o daños causados por la confianza o seguridad depositada por el
usuario en la información obtenida a través de `el sitio' o sobre cualquier información o
servicio obtenido de un sitio vinculado".
Dando un paso más en las reservas, porque lo da también en los servicios, el Poder Judicial
de la provincia de Buenos Aires ha agregado al Sistema de Mesa Virtual una función de aviso
por medio de correo electrónico, que se envía diariamente con las novedades del día anterior,
aclarando que los avisos cursados por este medio no revisten la calidad de notificación
estatuidas por las reglas procesales vigentes, y que por el momento sólo constituyen una
ayuda para agilizar el trabajo (3) .
En función de lo expuesto, nos encontramos ante una situación de gran divergencia entre los
dichos y los hechos de los Poderes Judiciales de la República Argentina, ya que por un lado
promocionan e incentivan la consulta vía internet de toda la información procesal relacionada
con una causa judicial, información que antes sólo estaba disponible en los estrados
judiciales, y luego de arduas y tediosas esperas. Pero por otro lado advierten respecto de la
información, disponible y accesible desde el más remoto de los lugares de la tierra siempre
que tenga acceso a internet , que no serán responsables de la misma ya que no es confiable,
por lo que se deberá acudir al juzgado interviniente para corroborar lo publicitado en internet.
VI. CASOS JURISPRUDENCIALES
Entonces, la pregunta inevitable del abogado será: "¿Consulto o no la web judicial?".
Para tener una respuesta lo más acertada posible conviene analizar la escasa jurisprudencia
argentina respecto de la información publicitada en las Mesas de Entrada Virtuales de los
Poderes Judiciales y qué valor le han asignado en cada oportunidad, para luego poder
aventurar una respuesta sobre si conviene o no constatar la información publicada en internet.
El primer caso a analizar será "José Minetti y Cía. Ltda. S.A.C.I. v. Estado Nacional" (JA
2004 I 8), en donde la Corte Suprema de Justicia de la Nación trató la cuestión de la
desaparición de la cédula de notificación necesaria para determinar si la fundamentación del
recurso extraordinario había sido interpuesta en término y la posibilidad de contar el plazo a
partir de las constancias de la base de datos informática.
En breves palabras, por Secretaría se informa que la cédula de notificación fue arrancada del
expediente, por lo que el tribunal le solicitó a Mesa de Entradas y a Ujiería que indicasen si
de sus bases de datos informáticas surgía cuándo se diligenció la misma. Ambas
dependencias respondieron que de acuerdo con los datos asentados en el sistema informático,
el diligenciamiento de la cédula en cuestión se había realizado el día 22/5/2002, respuesta que
fue corroborada con la planilla del ujier interviniente. Por lo que la Corte resolvió otorgarle
plena validez a lo que surgía de la base de datos y considerar que ese día se cumplió con la
diligencia de notificación, y, en consecuencia, declaró que el memorial en cuestión había sido
presentado en forma extemporánea, por lo que se dispuso su desglose considerándose
desierto el recurso interpuesto.
De este primer caso se concluye que la Corte, a falta de prueba impresa, consideró ciertas y

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válidas las constancias informáticas de las dependencias del tribunal y los registros de la
persona encargada del diligenciamiento de la cédula en cuestión, aun cuando dicha
información no estaba encriptada ni poseía firma digital que validara su veracidad,
autenticidad, integridad y no repudio.
El segundo caso tiene como actor principal a la Mesa de Entradas Virtuales del Poder Judicial
de Quilmes, provincia de Buenos Aires, en los autos "Fiorito, S. v. Consorcio F.I. s/daños y
perjuicios", tramitados ante el Juzgado Civil y Comercial n. 5. La situación es similar a la
planteada anteriormente, con algunas variantes, ya que la parte actora ingresa a confronte una
cédula de traslado, que se extravía sin quedar constancia de su diligenciamiento en el
expediente, por lo que la parte demandada solicita se declare la caducidad de instancia. Ante
esta situación y la falta de documentación respaldatoria de su actividad impulsoria del
expediente, la actora consulta la base de datos de la Mesa de Entradas Virtual y demuestra el
movimiento del expediente. Ante ello el juez ordena una investigación por Secretaría y luego
resuelve: "Quilmes, diciembre 14 de 1999. Considerando: ...V. Con base en lo anteriormente
expuesto, debo precisar que cabe dar eficacia y valor interruptivo del plazo de caducidad a
aquellos actos que activan el trámite para impulsarlo a su destino final que es la sentencia...
En primer lugar destaco que del informe expedido por la actuaria se desprende que en los
registros informáticos del juzgado obra el ingreso de las actuaciones para confronte y su
salida a letra. También surge del mismo que no existe constancia de libramiento de cédula
entre las fechas mencionadas, ni cédula observada en reverso de la carátula del expediente.
Sin embargo, el movimiento registrado por el sistema informático comprueba que existió
actividad del juzgado vinculada con el contralor que se realiza antes de librar cédulas,
mandamientos, oficios y/o testimonios. Hasta aquí, el valor emanado de la constancia
informática referida sería de carácter relativo, toda vez que lo que se pretende es comprobar
si lo que ingresó al confronte pudo haber tenido el efecto impulsorio que es el que determina
que el acto sea interruptivo de la caducidad de la instancia". Y concluye que "En
consecuencia, y conforme los fundamentos expuestos, corresponde rechazar la caducidad de
instancia interpuesta por la demandada".
En este segundo caso analizado otro juez de otra jurisdicción le vuelve a otorgar pleno valor
probatorio a las constancias emanadas de la base de datos informática del Poder Judicial, más
comúnmente denominada MEV., o Mesa de Entradas Virtuales. Se debe aclarar que cuando el
judicante se refiere al carácter relativo de la constancia informática lo hace en relación con su
capacidad de interrumpir la prescripción, y no respecto de la confiabilidad de la constancia en
sí misma.
El tercer caso bajo análisis fue tramitado ante la justicia de la ciudad de Córdoba, en donde
una de las partes solicitó la perención del incidente de prescripción de la instancia que fuera
rechazada por el juez interviniente porque la otra parte se había basado en la información
publicada en el Sistema de Administración de Causas (SAC.), que no se condecía con la
realidad de las actuaciones. El tribunal sostuvo que "...según las constancias del SAC., el
expediente de marras se encontraba a estudio... razón por la cual, y ante todo teniendo en
cuenta el estado procesal en que se encontraban los obrados al dictado del proveído ya citado
(el cual también disponía el dictado de resolución), resulta perfectamente factible que la
letrada de la incidentada creyera que realmente se encontraban a estudio para resolver su
petición".
Finalmente, en este tercer caso analizado la situación es la opuesta, ya que la causa del
conflicto radica en la incorrecta carga de datos por parte de la administración de justicia, pero
la resolución es idéntica: las constancias de las bases de datos son un medio eficaz de prueba.
En este caso puntual se debe mencionar que si bien la resolución judicial es la correcta, su
fundamentación es cuestionable porque si el sitio de internet de la institución donde se
tramita el expediente brinda información errónea sobre su estado, es irrelevante la etapa
procesal en la que se encuentre, ya que citando a la incidentada "dichos registros gozan de la

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fe propia de todo acto emanado de la autoridad competente, con independencia del soporte
que el tribunal hubiere utilizado para su realización". En consecuencia, si las partes
demuestran que consultaron en la web el estado del expediente no sólo han sido diligentes
sino que también han cumplido con la finalidad principal de la Mesa de Entradas Virtual, que
es disminuir la presencia de los abogados en las barandillas de los tribunales.
VII. CONCLUSIÓN
Este último concepto vertido me da pie para presentar mi visión respecto de las Mesas de
Entradas Virtuales, de las limitaciones a la responsabilidad que se intentan esgrimir y de la
realidad que una vez más se desentiende de las formalidades.
Las Mesas de Entradas Virtuales, o, en palabras más prácticas, la aplicación de las nuevas
tecnologías a la administración de justicia, es una necesidad que todos los juzgados de todo el
país deben considerar e implementar. Sus beneficios superan inmensamente los espaciados
inconvenientes que se presentan, los cuales no se diferencias sustancialmente de los
trastornos que se sucedían cuando las constancias se asentaban en los gruesos y pesados
libros de ingreso y de préstamo de expedientes.
Las limitaciones a la responsabilidad, en todas sus variantes, sufren de falta de oponibilidad
ante los usuarios y de falta de validez ante los tribunales. La primera se ha comprobado
cuando en los tres casos citados la parte afectada ha recurrido sin dudarlo a las bases de datos
informáticas del Poder Judicial correspondiente; y la segunda se ha corroborado cuando los
jueces también han tomado por ciertos tales registros, sin detenerse a analizar los términos y
condiciones de uso aplicables al sistema. Hasta el momento no se conocen reclamos de daños
y perjuicios contra el Poder Judicial por brindar información errónea, pero llegado el caso se
tendrá que profundizar en el análisis de cuándo y cómo el abogado consintió tales términos,
lo que excede este comentario.
Finalmente, la realidad imperante hizo que tanto partes y jueces como así también los
Poderes Judiciales y los Colegios de Abogados actúen en forma conjunta para que este
servicio de justicia informático vaya solucionando sus inconvenientes para brindar a sus
clientes tanto internos (empleados y funcionarios judiciales) como externos (partes en juicio,
abogados y procuradores) un acceso más amigable, rápido y seguro a la tan ansiada virtud de
la justicia.
NOTAS:
(1) Comunicado del Colegio de Abogados de San Isidro: con fecha 12/5/1999, el Colegio de
Abogados de San Isidro y la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires, a
través de sus presidentes, Dres. Guillermo E. Sagüés y Héctor Negri, respectivamente,
suscribieron un convenio de cooperación que tiene como objetivo facilitar la utilización por
parte de los profesionales de un sistema de consulta de expedientes a través de medios
electrónicos, denominado "Mesa de Entrada Virtual" (). En la misma línea, el Colegio de
Abogados de Lomas de Zamora, en su Boletín Informativo 12/2006, comunica que "A efectos
de resolver los problemas que periódicamente se suscitaban para consultar la Mesa de
Entradas Virtual del Departamento Judicial de Lomas de Zamora, este Colegio de Abogados,
además de elevar reiterados reclamos a la Corte, resolvió adquirir un server de última
generación y con la capacidad adecuada para administrar la base de datos del sistema, el cual
fue entregado en comodato a la Superintendencia del edificio de Tribunales de Lomas de
Zamora hace un tiempo".
(2) Ptos. 20 y 21 de las "Condiciones de Uso y Restricciones del Sistema de Consulta Remota
de Expedientes Judiciales" que administra el Colegio de Abogados y Procuradores de
Neuquén en virtud de los convenios celebrados con el Superior Tribunal de Justicia de la
provincia del Neuquén de fecha 4/12/2001 y su complementario del 10/5/2002.
(3) 2-5-2007

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Citar Lexis Nº 0003/012991 ó 0003/012995

Género: Doctrina

Título: Firma electrónica e instrumentación pública judicial

Autor: Farrés, Pablo

Fuente: JA 2006-IV-1153 - SJA 20/12/2006

SUMARIO:

I. Alcance del Convenio de Comunicación Electrónica Interjurisdiccional, de 2001.


Semántica digital antes de la ley 25506. Principios de interpretación de realidad,
razonabilidad y equivalencia funcional.- II. Firma electrónica e instrumentación pública
provisoria o de emergencia. Resolución Ministerio Público Fiscal 105/2006. Acordadas Sup.
Corte Just. Mendoza 19458/2006 y 19741/2006. La irrelevancia del defecto con relación a la
nulidad por "omisión" del decreto 283/2003: principio de razonabilidad frente a la identidad
de política de certificación (resolución ONTI. 5/2002, Anexo I, pto. 3). Diferencia crítica
respecto de la resolución IGJ. 4/2006.- III. Un simple decreto como salida al problema.- IV.
Observaciones finales: a) Resolución Ministerio Público Fiscal 105/2006; b) Acordada Sup.
Corte Just. Mendoza 19741/2006. Una respuesta práctica a partir de los concursos mínimos o
pequeñísimos

I. ALCANCE DEL CONVENIO DE COMUNICACIÓN ELECTRÓNICA


INTERJURISDICCIONAL, DE 2001. SEMÁNTICA DIGITAL ANTES DE LA LEY 25506.
PRINCIPIOS DE INTERPRETACIÓN DE REALIDAD, RAZONABILIDAD Y
EQUIVALENCIA FUNCIONAL

El Convenio de Comunicación Electrónica Interjurisdiccional (CCEI.) constituye uno de los


precedentes del uso de los aplicativos de firma digital anteriores al dictado de la ley 25506
(LA 2001-D-4722).

La implementación giraba en torno de los aplicativos que desde 1997 venían utilizándose en
nuestro país, en particular sobre la base de la resolución SFP. 194/1998 , que fue pionera en
materia de prescriptiva sobre la infraestructura de la firma digital.

En principio, el CCEI. se sustentaba en torno de la instrumentación de los oficios en el marco


de la ley 22172 (LA 1980-A-39). Prácticamente todas las provincias lo suscribieron. El
instrumento y su protocolo técnico anexo procuraban normativizar sobre los canales de
implementación en el ámbito de NIC. Argentina, la problemática de los nombres de dominio
y el compromiso de las partes firmantes de incorporar progresivamente el uso de las nuevas
tecnologías en las comunicaciones interjurisdiccionales.

La semántica utilizada en el CCEI. es confusa. Por una parte utiliza los términos firma
electrónica y firma digital de tal modo que con relación a la legislación sobreviviente de la
ley 25506 resulta ambivalente. Así, puede leerse en el protocolo técnico que mientras que su
art. 5 refiere a la "firma digital" de los correos electrónicos de los jueces, el art. 8 del

© Thomson La Ley 104


convenio lo hace respecto de la "firma electrónica" de los mismos. En otro sentido, si bien la
mención de la ley 22172 hace referencia a un cierto y determinado tipo de comunicación
interjurisdiccional en el sentido de interprovincial o entre la jurisdicción federal y la
provincial, no existen en el texto mayores referencias que puedan realizar una formulación
interpretativa amplia que alcance a cualquier tipo de comunicación entre cualquiera de los
tribunales indicados, sin distinción de territorio, competencia, jurisdicción o grado. Por ello
es necesario considerar su alcance y subsistencia, en orden a las necesidades de los
Ministerios Públicos y órganos judiciales, en torno de la utilización de la firma electrónica
como medio de instrumentación del trámite procesal.

Pese a las imprecisiones, es perfectamente adecuado a una modalidad interpretativa guiada


por los principios de realidad, razonabilidad y equivalencia funcional, que debe estarse a
favor de la posibilidad de subsistencia de este convenio y a la validez del acto frente al
cambio del marco legislativo sobreviviente con la ley 25506 .

La legislación no sólo no debe interpretarse en el sentido de supresión de un acto jurídico,


sino que a partir de 1994 debe sustentarse en un encuadramiento programático guiado en
torno de la síntesis del art. 75 inc. 19 CN. (LA 1995-A-26). En esta norma puede apreciarse
el mandato del constituyente al legislador y, en general, a todos los órganos de la República
en el sentido de "Proveer lo conducente al desarrollo humano, al progreso económico con
justicia social, a la productividad de la economía nacional, a la investigación y al desarrollo
científico y tecnológico, su difusión y aprovechamiento. Proveer al crecimiento armónico de
la Nación y al poblamiento de su territorio; promover políticas diferenciadas que tiendan a
equilibrar el desigual desarrollo relativo de provincias y regiones".

Sobre la base de esta lectura que claramente ilustra un paradigma valorativo que encuentra su
simiente en los conceptos de "desarrollo" expresados en documentos de la Iglesia católica
como la encíclica "Populorum progressio", en 1967, o desde organismos laicos como la
ONU. como la Declaración del Desarrollo Económico y Social, en 1969, estas nociones se
vienen repitiendo en el marco de la comunidad internacional y constituyen una verdadera
fuente ideológica receptada por la preceptiva constitucional argentina en la reforma de 1994.

No se encuentra motivo hermenéutico alguno para limitar los alcances del texto del CCEI., ni
en cuanto a la posibilidad de admitir formas instrumentales de comunicación entre los
diferentes tribunales ni de restringir la vigencia de sus cláusulas a tenor de la ley 25506 .

II. FIRMA ELECTRÓNICA E INSTRUMENTACIÓN PÚBLICA PROVISORIA O DE


EMERGENCIA. RESOLUCIÓN MINISTERIO PÚBLICO FISCAL 105/2006.
ACORDADAS SUP. CORTE JUST. MENDOZA 19458/2006 Y 19741/2006. LA
IRRELEVANCIA DEL DEFECTO CON RELACIÓN A LA NULIDAD POR "OMISIÓN"
DEL DECRETO 283/2003: PRINCIPIO DE RAZONABILIDAD FRENTE A LA
IDENTIDAD DE POLÍTICA DE CERTIFICACIÓN (RESOLUCIÓN ONTI. 5/2002,
ANEXO I, PTO. 3). DIFERENCIA CRÍTICA RESPECTO DE LA RESOLUCIÓN IGJ.
4/2006

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La firma electrónica prevista en el art. 5 ley 25506 carece de las presunciones de identidad o
autoría y de integridad del documento asociado a ella que, por el contrario, posee la firma
digital. Esta circunstancia, que involucra necesariamente, ante el simple desconocimiento
procesal, la carga del onus probandi de quien alegue su verosimilitud, resulta en principio
incompatible con el concepto de instrumento público, en función de las características de
gozar de entera fe, estipulado en el art. 980 CCiv. En idéntico sentido puede argumentarse
este razonamiento obstativo sobre la base del art. 986 CCiv., cuando indica que para la
validez del acto es preciso llenar las formas prescriptas por la ley, bajo pena de nulidad. La
firma electrónica, justamente, en su definición legal es conceptualizada sobre la base del
incumplimiento de alguno de los requisitos legales de la firma digital.

Sin embargo, este razonamiento conlleva una marginación de los Poderes Legislativo y
Judicial y del Ministerio Público Nacionales, de las provincias, de los municipios y, en
general, de todo ente estatal o público no estatal que quede fuera del alcance reglamentario
del decreto 2628/2002 (LA 2002-D-4965), esto es, el ámbito de la Administración Pública
Nacional (APN.), comprendido por los organismos enunciados en el art. 8 ley 24156 (LA
1992-C-3353).

Acotados por el desprecio normativo que no los contempla, pero urgidos por la necesidad
derivada de agilizar el trámite y ahorrar recursos, muchos organismos nacionales no
comprendidos en el marco de la única firma digital habilitada en el paradigma jurídico
nacional -la de la APN. y sus administrados, a partir del decreto 724/2006 - han recurrido a
la instrumentación por la vía de la firma electrónica, aduciendo provisoriedad. Constituyen
ejemplos recientes de lo expuesto la resolución Ministerio Público Fiscal 105/2006 y las
acordadas Sup. Corte Just. Mendoza 19458/2006 y 19741/2006 . La primera se argumenta en
el marco de la formulación de experiencias piloto para una implementación total e integral.
En cambio, la última constituye una respuesta casi imprescindible en orden al fenómeno
emergente de los denominados "concursos pequeñísimos o mínimos" de los empleados
públicos en esa provincia, en torno de los oficios que mandan confeccionar los arts. 21 y
132 LCQ. (LA 1995-B-1547).

Estas normativas reconocen en su terminología expresamente la instrumentación pública por


la vía de la firma electrónica; sin embargo, conviene formular una aclaración prudente con
relación a esta forma y la realidad de su implementación antes de apresurarse a adelantar una
solución que condene a la nulidad procesal que esta preceptiva, en principio y por lo
expuesto, pareciera incluir necesariamente.

En la práctica estos organismos no hacen sino llevar a cabo una labor que en mucho se
asemeja a una autoridad de registro, prevista en el art. 35 decreto 2628/2002. El certificado,
en definitiva, es otorgado por la Oficina Nacional de Tecnologías Informáticas (ONTI.), única
autoridad certificante habilitada en el país, con carácter provisorio a partir del decreto
283/2003 , para proveer certificados digitales en el ámbito de la APN. No debe alarmar la
ausencia de entes certificadores en nuestro país, puesto que suele ser un fenómeno frecuente
al adoptarse las tecnologías de firma electrónica o digital dentro del Derecho como novedad.
La propia División de Empresas y Código de Comercio, del Departamento Comercial de
Utah, fue concebida como una entidad promotora en sus comienzos, como entidad

© Thomson La Ley 106


certificadora, con fines de dinamizar el uso de la firma digital, conforme lo autorizaba la
propia ley de ese Estado (1) .

Por otra parte, debe recordarse que la ONTI. es la sucesora del Ente Administrador de Firma
Digital creado por el decreto 2628/2002 , y lleva a cabo tareas vinculadas a la función de
autoridad de políticas de certificación.

En este sentido, los certificados emitidos por la ONTI., utilizados en las normas indicadas del
Ministerio Público Fiscal y la Sup. Corte Just. Mendoza (2) , guardan idéntico ajuste a los
estándares tecnológicos necesarios para sostener la existencia de una firma digital como la de
la APN., obviamente, cumpliendo los que eventualmente serían exigidos para cualquier
certificador licenciado (3) . El motivo de su rango de firma electrónica gira únicamente en
torno de la acotada competencia asignada a la ONTI. por el decreto 283/2003 para operar
como certificante dentro de la APN.

Sobre lo expuesto conviene razonar acerca de la pertinencia probatoria de quien argumente la


nulidad de la actuación e instrumentación electrónica, sobre la base del razonamiento
formulado, y respecto del principio de realidad y la pertinencia de la prueba.

Buscar la nulidad del acto sobre la base de sostener la negación de identidad o contenido del
instrumento involucra simplemente alegar un hecho evidente para el juzgador, que se
enmarca en el uso de los mismos estándares tecnológicos que la ley sostiene para la firma
digital, sobre la base de la cual la pretensión no podría ser articulada. Este razonamiento es
criptocontradictorio. Así sólo podría expresarse que se busca la nulidad por sí misma, no
eficiente a los fines de la economía procesal, sobre una base fáctica probatoria que
indefectiblemente es estéril. Todo ofrecimiento de prueba deviene en improcedente, siendo
sobradamente justificable su inadmisión en el incidente que se plantee. No cabe duda de que
resulta tan irrazonable pretender la nulidad procesal sobre estos parámetros, que la incidencia
podría autorizar incluso a categorizarla de dilatoria, abusiva y ser meritoria de la imposición
de costas a cargo de quien la pretenda, cuando no, según las leyes de rito, de sanciones
procesales.

Debe tenerse presente que estos criterios interpretativos sólo son válidos fuera del ámbito de
la APN., puesto que se parte de una premisa de razonamiento hermenéutico fundado en los
principios constitucionales de igualdad y desarrollo humano. Otra visión puede llegar a
sostenerse al merituar estructuras de teletrámite como la asistémica preceptiva de la también
reciente resolución IGJ. 4/2006 (4) , que se aparta definitivamente de un paradigma
coherente y homogéneo delineado específicamente para la APN. en el Derecho vigente.

Las consideraciones formuladas permiten sostener el uso de una "firma electrónica


provisoria" sobre la base del desarrollo armónico del contenido humano de la República
Argentina, con relación a los contenidos tecnológicos y la eficiencia económica, que reviste
la naturaleza de teleológico programático o ideológico preceptivo de rango constitucional.
Debe tenerse presente, desde un punto de vista de modelo elaborado sobre la teoría general de
sistemas, que la implementación tecnológica de la instrumentación informática, sea mediante
firma digital o electrónica, se trata de un fenómeno emergente que, como tal, conlleva dos

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presupuestos: el de la novedad cualitativa y el de su aparición en el transcurso de un proceso
que conduce a la innovación social (5) . De este modo, el Derecho, como técnica social de
organización en el marco del Estado como instituto dentro del sistema político, debe canalizar
como parte del proceso sistémico estos fenómenos que pueden representarse como input o
entrada para que se sostenga homeostático sobre tendencias "neguentrópicas".

La existencia de necesidades como la de los organismos que no se encuentran dentro del


paradigma normativo de firma digital, predispuesto sólo para la APN., tiene raíces
inexplicablemente desigualitarias en nuestro Derecho (6) .

III. UN SIMPLE DECRETO COMO SALIDA AL PROBLEMA

Si bien las posibilidades de interpretación hermenéutica jurídica habilitan sostener la


posibilidad de una instrumentación pública provisoria, sobre la base de la firma digital, se
considera conveniente, en orden a una razonable política normativa, que los órganos del
Estado competentes corrijan las asimetrías planteadas en torno de la limitación al ámbito
institucional de la APN. del desarrollo y aprovechamiento de estas tecnologías.

Una sugerencia rápida podría ser el dictado de un decreto por parte del presidente de la
Nación mediante el cual se amplíe la capacidad de actuación de la ONTI., autorizándola a
expedir certificados digitales y habilitar como autoridades de registro a otros organismos no
contemplados en el decreto 283/2003 . Esta autorización también tendría un carácter
transitorio, hasta tanto aquéllos se encuentren en condiciones de emitir los certificados
digitales regularmente como entidades de registro, de conformidad con la ley 25506 y la
normativa reglamentaria. De este modo, los Poderes Ejecutivos, Judiciales, Legislativos,
Ministerios Públicos y las entidades públicas no estatales que controlan la matrícula, con
relación a la prestación de servicios profesionales, tanto nacionales como provinciales, y los
usuarios de la comunidad con quienes interactúen funcionalmente, podrán aprovechar el uso
de las tecnologías informáticas con una mejor plataforma de seguridad jurídica. Hasta ahora,
de conformidad con los decretos 283/2003 y 784/2006 , sólo era una posibilidad para al
APN. y los administrados con los cuales se vincula.

En el caso de tratarse de Poderes Judiciales, Ministerios Públicos o colegios profesionales de


abogados y profesiones vinculadas a la labor judicial, nacionales o provinciales, deberá
aclararse que la autorización de uso de esta herramienta involucra una comunicación más
amplia que la derivada de la ley 22172 , con total independencia del ámbitos geográfico,
judicial o de Ministerio Público, función, grado, competencia o jurisdicción, conforme a las
reglamentaciones y requerimientos de cada uno, de acuerdo con la política de certificación
vigente y de conformidad con las normas que les sean propias, ajustándose además a la
suscripción del pertinente convenio. La circunstancia de haber contraído compromisos con
dichos organismos con anterioridad no debe ser considerada como un requisito o un
argumento excluyente a la posibilidad de establecer relaciones futuras de similar naturaleza.

IV. OBSERVACIONES FINALES

Como observación final cabe señalar algunas consideraciones con relación a las citadas
normas, sus causas y soluciones adoptadas.

© Thomson La Ley 108


a) Resolución Ministerio Público Fiscal 105/2006

Las causas que movieron al procurador general en su resolución Ministerio Público Fiscal
105/2006, además de la necesidad argumentada de realizar experiencias piloto, están
vinculadas a que la documentación que pretende instrumentar digitalmente tiene
características de ser copiosa, dispersa territorialmente, relativamente interna para la
actividad estatal y que en modo alguno dificulta, ante la eventualidad de falencias, obstáculos
que vulneren el debido proceso.

La metodología prevista, por el contrario, merece una objeción. Se pretende utilizar un


formato Adobe PDF desde el documento original archivado en el protocolo. Es decir,
presupone la existencia de una providencia de trámite en soporte de papel escrito previa, que
se digitalizará por medio de un escáner o se convertirá directamente a ese formato desde el
formato de texto en el cual se ha redactado. Estas vías no están detalladas en la norma y sólo
influyen en la posibilidad de que aparezca una visualización de la firma hológrafa, tal como
se aprecia en el contenido de la foja en donde consta la resolución procesal que se notifica. A
esta circunstancia debe agregarse que el archivo digital, según prescribe la norma, sea
adjuntado al correo electrónico, que a su vez contará con la confección escrita de un
formulario indicativo del trámite. Este camino es engorroso e innecesario. No cabe duda de
que igualmente traerá eficiencia, ahorro de recursos y velocidad de trámite, pero
evidentemente es un criterio a mejorar, siguiéndose, por ejemplo, el procedimiento de la
acordada de la Corte mendocina.

b) Acordada Sup. Corte Just. Mendoza 19741/2006 . Una respuesta práctica a partir de los
concursos mínimos o pequeñísimos

Esta acordada se circunscribe a las políticas de implementación gradual de la firma


electrónica en el ámbito del proceso judicial mendocino fijado en la acordada Sup. Corte Just.
Mendoza 19458/2006 , cuya correcta semántica y precisión conceptual sobre lo que debiera
ser la implementación del trámite judicial electrónico y, algún día, digital debiera ser tomada
como modelo. Cabe destacar que no son muchos los Poderes Judiciales provinciales que se
encuentran avanzando sobre estas implementaciones tecnológicas, por lo que resulta
conveniente seguir muy de cerca los primeros pasos evolutivos en la materia.

Aun cuando los considerandos de la acordada Sup. Corte Just. Mendoza 19741/2006 no lo
mencionen, es probable que una determinante de su regulación en primer término haya
surgido a partir de la necesidad de una respuesta práctica a la emergencia del fenómeno
derivado de la aparición de los concursos denominados pequeñísimos o mínimos. Esta
circunstancia está referida a los concursos que en esa provincia han aparecido en el último
año sobre la base de pedidos de concursos de empleados públicos (7) . Pocas respuestas eran
posibles a la problemática de recarga judicial de tareas que involucran estos procesos ante el
olvido del legislador en la ley 24522 . Este fenómeno era conocido para la época de la
reforma; incluso, autores de prestigio como el Dr. Francisco Junyent Bas hicieron llegar sus
inquietudes y proyectos, que fueron ignorados al sancionarse dicha norma. El fenómeno se
había producido para ese entonces en varios países. Las soluciones de política legislativa
sobre la materia han sido diversas, y en todo caso se corresponden con diferentes

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determinantes sociales que han conllevado diferentes respuestas de técnica social de
organización jurídica. En Brasil y en algunas legislaciones europeas (8) las soluciones se han
buscado por la canalización del trámite en sede administrativa y una fuerte campaña de
educación para el consumo. En EE.UU. la reforma de 1995 de la Ley Federal de Bancarrotas
ha sido acompañada de notas con tendencias "repenalizadoras" en materia concursal. El
proyecto que en definitiva fue aprobado, y no la penalización en sí misma, es lo que en ese
país ha generado polémicas legislativas y de economistas, algunas muy divulgadas en
ámbitos periodísticos influyentes (9) . Como fuera, en nuestro país ni siquiera con la realidad
social instalada existen cuando menos actividades de diagnóstico referidas al problema que
procuren seriamente aconsejar un camino a seguir. No debe dejar de recordarse los escasos y
costosos mecanismos crediticios con que cuentan los trabajadores en nuestro país, por lo que,
virtualmente, las estructuras de "códigos de descuento" en los denominados "bonos de
haberes" de los empleados públicos nos son más que una modalidad de "tarjeta de crédito"
para los sectores de menores ingresos.

La inacción y la imprevisión de los denominados "poderes políticos" del Estado, desde


antaño, han debido ser suplidas por las instituciones que tienen roles institucionales
controladores en el sistema social (10) . La reacción de la Corte mendocina fue aplicar los
fundamentos que anticipadamente ya se habían delineado en la acordada Sup. Corte Just.
Mendoza 19458/2006 , a la notificación de los oficios dispuestos a tenor del fuero de
atracción por los arts. 21 y 132 LCQ.

Sobre el método, para concluir, éste aparece como adecuado y de trámite más simple que el
implementado en la citada resolución del procurador general de la Nación. El texto se
transmite encriptado y firmado, sin necesidad de una transformación de formato de un
soporte de papel, sino que directamente se estipula un formulario estándar directamente
confeccionado digitalmente, sobre la forma de un mailing que con la correspondiente firma
electrónica va dirigido a una estructuración organizativa y procesal ágil, que involucra la
conformación de mesas de entrada virtuales en la mayoría de los juzgados de la provincia.
Sobre estos caminos debieran implementarse las bases de construcción paulatina del
expediente electrónico judicial en el país.

NOTAS:

(1) Conf. comentario del pto. 104 Ley de Firma Digital del Estado de Utah.

(2) Debe recordarse que la mención de estos dos organismos se ha formulado a título de
ejemplo por lo reciente de la normativa citada procedente. Existen otros órganos que han
adoptado idénticas soluciones aplicativas sobre la base de la firma electrónica con
formularios expedidos por la ONTI.

(3) En este sentido puede verse la resolución ONTI. 5/2002 , Anexo I, pto. 3, a los fines
ilustrativos.

(4) Ver comentario sobre esta normativa en Farrés, Pablo, "La resolución general IGJ. 4/2006
: un avance parcial hacia el expediente digital en la Administración Pública Nacional", JA
2006-III-827 .

© Thomson La Ley 110


(5) En este sentido ver Bunge, Mario, "Emergencia y convergencia", 2005, Ed. Gedisa, p. 34
y ss.

(6) La normativa, de expreso desarrollo en el ámbito del Poder Ejecutivo evidenciada ya en el


texto de la ley 25506 , agravado por la línea reglamentaria del decreto 2628/2002 , quizá
tenga sus raíces en una suerte de "moda" legislativa inspirada en normas de Derecho
comparado que no guardan equivalentes funcionales con el Derecho nacional, ni se inspiran
en criterios ideológicos programáticos constitucionales nacionales y que, más aún, ni siquiera
tienen contenidos vigentes actuales en la normativa extranjera originaria que sirviera de
inspiración. Pueden citarse, en tal sentido, como antecedentes el decreto 81/1999 del
Ministerio Secretaría General de la Presidencia de Chile, y el art. 5 real decreto 14/1999 de
España, derogado por el nuevo régimen de la ley 59/2003 de ese país.

(7) La preexistencia normativa de la acordada Sup. Corte Just. Mendoza 19458/2006


indudablemente marca el curso de acción a seguir en numerosos institutos procesales; de allí
que se mencione como "determinante" con relación a estos oficios de fuero de atracción.

(8) En el modelo francés, por ejemplo, la legislación ha previsto que, acreditada la buena fe,
se dé cabida al procedimiento administrativo extrajudicial de surendettement des particulier,
dentro del régimen del Code de la Consommation.

(9) A título ilustrativo puede leerse, en contra de la reforma, Krugman, Paul, "The
debt-peonage society", "The New York Times", edición digital del 8/3/2005. Aclárase que la
voz inglesa "peonage" no necesariamente debiera encontrar una acepción semántica al
conjunto de peones que trabajan en una obra, que involucra la acepción española; el autor ha
querido darle una connotación similar a la que peyorativamente podría hacer alusión al peón
de campo y su subordinación antigua al patrón en una estancia. Otro significado equivalente
sería el de "plebe". El título es decididamente tendencioso al respecto e involucra una
irritación ideológica, por lo que no es desacertado la forma en que se lo ha traducido.

(10) Recuérdese quizá como antecedente más antiguo a esta afirmación la predominancia que
adquirió el eforado espartano ante la crisis de poder desatada en torno a la diarquía del siglo
VII a.C.

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Citar Lexis Nº 0003/012519

Género: Doctrina

Título: Deficiencias graves en el domicilio fiscal electrónico del procedimiento de


notificación en la ley 11683, modificada por la ley 26044. La resolución general AFIP.
1995/2006

Autor: Farrés, Pablo

Fuente: JA 2006-I-932 - SJA 29/3/2006

SUMARIO:

I. Domicilio fiscal electrónico en el "Paquete Antievasión" de la ley 26044.- II. La delegación


en la resolución general AFIP. 1995/2006.- III. El instrumento digital y la firma digital en el
procedimiento administrativo y la ley 25506.- IV. Una reforma irrazonable, ilegal e
inconstitucional

I. DOMICILIO FISCAL ELECTRÓNICO EN EL "PAQUETE ANTIEVASIÓN" DE LA


LEY 26044

Con la reforma de la ley 26044 (1) (LA 1995-C-2947) se agregó a continuación del art. 3
ley 11683 (t.o. 1998, LA 1998-C-2994) un párrafo que contiene la creación de una nueva
forma de domicilio procesal en nuestro derecho, el "domicilio fiscal electrónico". Este
domicilio, a diferencia de las otras modalidades que conoce la legislación argentina hasta
ahora, es virtual, emula la existencia de uno físico, pero lo que la normativa citada dispone
consiste en la utilización de un dispositivo de internet.

En el futuro esta modalidad comunicacional de seguro será apta para cumplir con los
cometidos de la notificación procesal tanto en ámbitos administrativos como judiciales. Ello
ocurrirá cuando el desarrollo comprobado de control de los protocolos de intercambio de
información de internet pueda ser verificable en cuanto a la lectura y direccionamiento de la
información por los estándares admitidos como seguros por la legislación específica
vinculada a la denominada "infraestructura de firma digital", cuya labor policial se encuentra
en cabeza de la Jefatura de Gabinete de Ministros (JGM.), delegada a la Secretaría de la
Gestión Pública (SGP.), y la Oficina Nacional de Tecnologías Informáticas (ONTI.). Estas
investigaciones se realizarán, evidentemente, siguiendo los parámetros tecnológicos
vinculados al estándar X509 versión 3.

El domicilio electrónico virtual -en la medida en que emula la realidad del físico- debería
constituirse en la casilla de correo electrónico del administrado o la parte y en la del órgano
administrativo o el tribunal, sea que fuere en el procedimiento administrativo o en el proceso
judicial, respectivamente.

De modo que en el futuro podrá recurrirse a este recurso domiciliario informático para las
notificaciones, pero sólo cuando existan parámetros de: a) verificación algorítmica que
permita asegurar la intangibilidad de la documentación que se notifica, de conformidad con el

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grado de desarrollo de investigación tecnológica; b) aseguramiento de la identidad de los
sujetos que participan de la comunicación procesal -Estado, partes y/o administrados-; y con
relación a c) la existencia de confiabilidad en que la información ha sido efectivamente leída,
lo que involucra asociaciones de programación segura con relación al tiempo real, y sólo
conjuntamente asociada a los dos primeros aspectos mencionados.

Sin tener en cuenta lo señalado, la ley 11683, con la reforma del nuevo artículo agregado a
continuación del art. 3 por la ley 26044 , sólo contempla como domicilio fiscal electrónico
a un sitio web ("informático", según la norma) en el que la AFIP.-DGI. perfeccionará,
mediante la interacción que permite esta modalidad teleinformática, la comunicación procesal
administrativa.

La norma delega en la AFIP.-DGI. las condiciones antes expuestas y la viabilidad de su


implementación tecnológica con relación a los contribuyentes y responsables. Esta
delegación reglamentaria no es menor si se la vincula con el otro agregado concordante de la
ley 26044 al inc. g del art. 100 ley 11683: la nueva "comunicación informática del acto
administrativo" tributario a realizarse en el referido "domicilio fiscal electrónico", y referida a
aspectos que el art. 1 resolución general AFIP.-DGI. 1995/2006 dispone, como las
liquidaciones del art. 12 ley 11683, que involucran además de la determinación de
gravámenes adeudados, la de los intereses resarcitorios, actualizaciones y anticipos, que
constituyen títulos ejecutivos; igualmente, respecto de las multas y de las sanciones por
omisión de presentación de declaraciones juradas del art. 38 , particularmente en orden a las
citaciones, notificaciones, emplazamientos e intimaciones; como, asimismo, "Toda otra
citación, notificación, emplazamiento o intimación emitidas" por la AFIP.-DGI., "con los
servicios web" de los anexos de la resolución, en el futuro. Así, podrán incluirse los
siguientes tópicos: Presentación de DDJJ. y pagos "Varias"; tarjetas de débito/crédito,
resoluciones generales 1166/2002 , 1486/2003 - transferencia de información "Varias";
solicitud de exclusión total/parcial (regímenes de retención/percepción/pagos a cuenta);
factuweb RFI 100; Régimen Informativo de Consumos Relevantes; pagos a proveedores;
Régimen Especial de Almacenamiento y Registración; representantes y prestadores de
servicios (sujetos residentes en el exterior); terceros intervinientes; resolución general 1394
- Régimen de Devolución de Retenciones; productores de seguros; CITI. Ventas; CUILes.
inexistentes; SICAM. - Plan de Facilidades para Autónomos y Monotributistas; resolución
general 1639 , Cancelación de Deudas con Estímulos a la Exportación; consulta del RAFA.;
monotributo - adhesión; sistema CNR. - certificados de no retención - seguridad social;
consulta de póliza electrónica; presentación de póliza electrónica; consulta F921/F941;
factura electrónica; "Mis facilidades" 1966; "Mis facilidades" 1967; Siper 1974; síndicos F.
735 - requerimiento de deuda. Resolución general 1975 ; "Miregistro" - consulta
organismos; "Miregistro" - empleadores y participaciones societarias - resolución general
4120 .

II. LA DELEGACIÓN EN LA RESOLUCIÓN GENERAL AFIP. 1995/2006

La delegación legislativa formulada en la ley 26044 se encuentra seriamente viciada desde


el punto de vista constitucional. Esta valoración opera si se la considera como una delegación
propia, puesto que la materia a que se refiere no se vincula al ámbito "de administración" al

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que eventualmente autoriza el art. 76 CN. por tratarse de aspectos de materia enteramente
impositiva. También resulta igualmente incompatible si se la considerase impropia, conforme
se trata de aspectos de materia tributaria. Sobre esta última la Corte Suprema de Justicia de la
Nación se ha expresado negativamente en referencia a esta facultad del Ejecutivo en "Video
Club Dreams " (2) , en torno a que en materia de reglamentación deberá estarse siempre al
estudio de su razonabilidad, como medida de utilidad adecuada a los fines perseguidos, sin
perjuicio de la ponderación de otros parámetros constitucionales como el de la legalidad
tributaria.

Ocurre que la reglamentación, como se verá, se encuentra en notoria discordancia con el


orden supremo de la Constitución y de leyes muy concretas y específicas, vinculadas a las
formas de los actos administrativos y su procedimiento, como la ley 25506 de Firma Digital
argentina.

La resolución AFIP. 1995/2006 , directamente, inducida por la defectuosa ley 26044 , se


arroga insólitamente facultades para la modificación de los parámetros esenciales del
domicilio en la legislación, la forma de los actos en el procedimiento administrativo, que le es
aplicable, y contradice toda la infraestructura legal de la firma digital predispuesta para
garantizar el funcionamiento del formato digital del obrar administrativo. Peor aún, la
consideración de presuponer tan livianamente que los mecanismos que garantizan la
identidad e integridad que la resolución dispone organizar son aptos, y, más aún, pretender
imponer la eficacia, con rango normativo, que pudiere tener la indicación de lectura o
recepción del documento electrónico en su sitio web, autodenominado "seguro", con un
mecanismo de impresión de constancia automática al haber accedido a lo que denomina una
"e-ventanilla".

Sugestivamente, además del carácter optativo del mecanismo para el contribuyente -que la
lógica aconseja no adoptar-, la resolución indica que la AFIP. no será responsable por
desperfectos de funcionamiento de software o hardware y que quien lo acoja deberá renunciar
expresamente a oponer defensas vinculadas a la falta de firma "ológrafa" en sede
administrativa y/o judicial.

III. EL INSTRUMENTO DIGITAL Y LA FIRMA DIGITAL EN EL PROCEDIMIENTO


ADMINISTRATIVO Y LA LEY 25506

Con la sanción de la ley 25506 y del decreto 22628/2006 se incorpora en el ámbito del
derecho administrativo argentino un nuevo procedimiento que atañe a la forma de los actos
administrativos: el de la firma digital (3) .

La firma digital, conforme a la definición expuesta en la obra citada (4) , "constituye para
nuestro derecho, un procedimiento administrativo, conformado por administrados/usuarios,
Estado y, eventualmente, entes públicos no estatales, que con la finalidad de encriptar
documentos electrónicos, mediante el uso de algoritmos de llaves asimétricas, sostienen una
estructura de registro público de claves, montada sobre la base de protocolos que procuren
mantener suficiente seguridad, a través de los cuales, tanto la identidad de los
administrados/usuarios -remitentes y receptores- titulares de las claves, como la integridad

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del documento, pueden gozar de un grado de seguridad e intangibilidad, tanto de procesos
como de soportes, que permita sostener jurídicamente, la presunción de validez, salvo prueba
en contrario, de su verosimilitud".

El art. 2 ley 25506 indica que los procedimientos de firma y verificación serán los que
determine la autoridad de aplicación (JGM., SGP., ONTI.) adecuados a los estándares
tecnológicos internacionales vigentes. En este marco, la ley le asigna a la "firma digital" el
rango de equivalente funcional con la firma ológrafa (art. 3 ).

El documento digital constituye un modo de representación de hechos o actos que


eventualmente sustituye a la escritura (ley 25506, art. 6 ). La configuración del instituto
"instrumento digital" surge lógicamente de aplicar al documento digital el procedimiento de
la firma digital. Esto es lo que constituye la nueva "forma" del acto administrativo escrito y
firmado, sin la cual deviene viciado gravemente, puesto que un documento digital sin firma
no es diferente de un simple panfleto.

IV. UNA REFORMA IRRAZONABLE, ILEGAL E INCONSTITUCIONAL

El paradigma normativo del artículo agregado a continuación del 3 y el nuevo inc. g del art.
100 ley 11683, junto a la resolución general AFIP. 1995/2006 , configuran institutos de
aprovechamiento de recursos tecnológicos informáticos poco seguros ajenos a la
infraestructura de firma digital vinculada a la nueva modalidad formal del procedimiento
administrativo, desligada de las pautas legales y los organismos oficiales específicos, a la vez
que vulneran derechos constitucionales básicos, y, por ende, deviniesen irrazonables, en torno
de los inconvenientes que generan a partir de sus defectos con relación a los fines y
beneficios perseguidos.

La reforma pretendida ignora presupuestos elementales del derecho informático argentino. La


AFIP. se enseñorea como si fuera una autoridad certificante, en un mecanismo de
encriptación que no define como de firma digital, omitiendo en los documentos no sólo la
firma ológrafa sino también la digital, de la que livianamente se olvida de mencionar como
sustituto de aquélla. Invierte, al desconocer, el concepto de domicilio electrónico virtual por
el de "electrónico tributario", semántica reñida con la adopción de "digital" de la ley
argentina, vinculándolo a un modo de notificación que carecerá de envío y se ajustará a una
obligada "concurrencia" simulada, para ejercitar una suerte de notificación ficta electrónica.
Pero esta forma carecerá de los requisitos referidos a un instrumento digital, aportados por la
firma digital, que es la presunción de autoría e integridad (arts. 7 y 8 ley 25506); más aún,
no cuenta con estándares internacionales relacionados con la asociación con el tiempo o
momento en que el mensaje es enviado o descargado.

Al asociarlo con los aspectos que se pretenden instrumentar mediante este procedimiento
teleinformático, trasunta una inconstitucionalidad manifiesta en torno de la violación del
debido proceso, la propiedad, la legalidad tributaria y el marco interpretativo de lo que debe o
puede delegarse por el Congreso al Poder Ejecutivo. El control relacionado con la
razonabilidad por parte de la Corte Suprema de Justicia de la Nación no podrá diferir de la

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lógica en el citado fallo "Video Club Dreams ", sin contar con otros razonamientos
adicionales posibles de la ley 26044 .

Debe interpretarse que cuando se delegó la posibilidad de instrumentación viable


tecnológicamente en el artículo agregado a continuación del art. 3 ley 11683 no pudo ser
otro que el de la infraestructura de firma digital argentina, recurso desarrollado y por cierto
más serio, económico, seguro y, por sobre todo, legal.

La AFIP. no tiene facultades delegadas para conformar su propia infraestructura normativa


sobre lo que involucra una sustitución de formas administrativas elementales y básicas como
la de la firma. Menos aún si ésta no se adecua a ningún estándar o parámetro internacional
serio, sin respetar siquiera períodos de experimentación comunes a la instalación de la
"cultura digital". A la ausente referencia a estándares internacionales homologados se suma la
autodeclaración de irresponsabilidad estatal en el funcionamiento de hardwares y softwares
-de la que omite referencia con relación a si se trata de propios o del usuario-, sin contar con
el silencio sobre el funcionamiento del servicio telecomunicacional o de internet,
específicamente. La forma administrativa deviene desprovista de toda firma, pues no se
indica siquiera la palabra cuando se señalan procedimientos de encriptación, de los que
apenas se intuye serán del tipo de clave pública o asimétrica. Insólitamente, el Fisco Nacional
adoptará un mecanismo legal denominado de "firma electrónica" que constituye un
procedimiento de firma digital irregular, cuya carga de la prueba recaerá -estérilmente- en
quien pretenda alegar su validez (art. 6 ley 25506). Finalmente, cabe agregar la obligación
reglamentaria respecto del contribuyente, quien debe firmar una cláusula de
irresponsabilidad, resignando la posibilidad de accionar u oponer defensas por la falta de
firma ológrafa.

El contenido de las materias sobre las que se quiere implementar esta forma agravan todo el
despropósito jurídico creado a través de esta improvisada parte de la reforma.

Otro sería el mecanismo de obligar a cierto nivel de contribuyentes, cuidando de no violentar


el principio de progresividad fiscal, a adoptar la obligación de declarar haber recibido o no
cierta notificación digital expedida por la AFIP. Este mecanismo, que debe hacerse
conjugando indefectiblemente la adopción de la firma digital para el recaudador y el
contribuyente, juntamente con la presunción del art. 10 ley 25506 respecto del remitente de
un documento digital firmado digitalmente, podrían ser los pasos más serios y legalmente
válidos mediante los cuales podría aproximarse a la notificación digital, conforme a los
desarrollos tecnológicos internacionales.

Como reflexión final, resulta llamativo el incorrecto interés manifiesto de ciertos sectores de
la Administración al querer aprovechar los recursos informáticos en la problemática de las
notificaciones. Éste seguramente será el último aspecto en el que, conforme se arribe a
avances de investigación, podrán adoptarse parámetros axiológico-legislativos de acoger una
valoración que sustituya a las formas escritas tradicionales. Por el contrario, como "poniendo
el carro delante del caballo", olvidan las múltiples ventajas que actualmente son
aprovechables en todo lo que atañe al procedimiento administrativo, que legalmente se
adecua perfectamente al paradigma de la firma digital en la Argentina.

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NOTAS:

(1) La doctrina ya se ha referido en sentido crítico y general a la liviandad con que se llevan a
cabo los sucesivos parches legislativos en materia de procedimiento tributario. En general
para esta ley puede verse Sferco, José M., "Una nueva reforma tributaria para mayor
comodidad del Fisco (y van...). Breves glosas al denominado `Paquete Antievasión II', ley
26044 ", JA 2005-III-1051 .

(2) Fallos 318:1154 , resultando siempre aconsejable la lectura de Sagüés, Néstor, "El
derecho de necesidad espurio (de `Peralta' a `Video Club Dreams')", JA 1996-I-258 .

(3) Farrés, Pablo, "Firma Digital. Ley 25506. Concordada, comentada y anotada", 2006, Ed.
LexisNexis-Depalma, comentario a los arts. 47 y 48 . Existía anteriormente advertencia
sobre el particular en Gordillo, Agustín, "Procedimiento administrativo", 2003, Ed.
LexisNexis-Depalma, ps. 123 y 124.

(4) Farrés, Pablo, íd., p. 73.

29/3/2006

© Thomson La Ley 117


Citar Lexis Nº 0003/012808 ó 0003/012809

Género: Doctrina

Título: La resolución general IGJ. 4/2006: un avance parcial hacia el expediente digital en la
Administración Pública Nacional

Autor: Farrés, Pablo

Fuente: SJA 20/9/2006 - JA 2006-III-827

SUMARIO:

I. Introducción.- II. Voluntariedad e intervención profesional obligatoria.- III. Notificación


ficta.- IV. Expediente digital.- V. Crítica en relación con la firma electrónica. El decreto
724/2006 y la habilitación como entidad certificadora de la IGJ.- VI. El apartamiento relativo
del decreto 378/2005 de gobierno electrónico.- VII. La instrumentación pública no puede
formularse sobre la base de la firma electrónica.- VIII. El futuro de la informática jurídica de
gestión, formularios y firma digital

I. INTRODUCCIÓN

La resolución general Inspección General de Justicia (IGJ.) 4/2006 dispone un régimen


optativo para el cumplimiento de trámites de inscripciones en el Registro Público de
Comercio con precalificación profesional obligatoria comprendidos en el Anexo II de la
resolución general IGJ. 7/2005 , que remite a su vez a los contemplados en la anterior
resolución general IGJ. 2/1987 (LA 1987-A-611). Estos trámites abarcan, entre otros, la
"constitución y modificación de sociedades comerciales, fundaciones y asociaciones civiles;
presentación de asambleas; reserva de denominaciones; bases técnicas de ahorro; rúbrica de
libros hasta cinco unidades; rúbrica de libros más de cinco unidades; rúbrica de libros
continuadores; desarchivos, pedidos de informes o fotocopias" (art. 1 resolución general
IGJ. 2/1987).

La normativa prescribe varios aspectos, positiva o negativamente, que deben ser tenidos
como referencia cuando otros organismos dispongan un tratamiento similar, conforme a las
reservas que más adelante se formulan.

II. VOLUNTARIEDAD E INTERVENCIÓN PROFESIONAL OBLIGATORIA

Debe destacarse, en primer término, que la norma que se comenta adopta un procedimiento
teleinformático voluntario, en el que no se obliga al administrado a recurrir a él, y se
instrumenta sólo para aquellos trámites en que exista precalificación profesional obligatoria.
Ambos aspectos resultan importantes en la visión de una instrumentación de las tecnologías
de informática y comunicación (TICs.), que no necesariamente, en todas sus posibilidades,
tiene que formularse sustentada en el uso de la firma digital, ni esperar los plazos que de
ordinario se estiman para una implementación completa y general. Cada instancia y cada idea

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pueden mantener cierta gradualidad, y proporcionar en el presente los beneficios de estos
adelantos a la Administración Pública. Algunos protocolos de implementación pueden, según
cada procedimiento, eludirse en la medida en que la razonabilidad y la prudencia se
impongan sobre el deseo de eficiencia o el desborde de tareas en cada organismo.

La elección del procedimiento está condicionada por la idea de que la incorporación de las
nuevas tecnologías teleinformáticas no deben resultar en un trámite traumático para el
administrado. De lo contrario, se verían vulnerados principios básicos del procedimiento
administrativo, como el informalismo a favor de aquél, y también otros, de rango
constitucional, como el debido proceso y las prescripciones introducidas por la reforma
constitucional de 1994 en cuanto al "desarrollo humano armónico" (1) , conceptos que
abarcan los tratados de derechos humanos incorporados a la Constitución por esta reforma.

Correlativamente con lo expuesto, se confía en que la intervención del profesional en el


trámite que requiere de su participación obligatoria acorte esta brecha que puede provocar el
desconocimiento tecnológico. Recuérdese que los trámites de precalificación profesional
obligatoria involucran la intervención de escribano público, abogado o graduado en ciencias
económicas (art. 3 resolución general IGJ. 2/1987, régimen que se reordena en forma
idéntica bajo la normativa de la resolución general IGJ. 7/2005 y sus anexos, con relación a
los formularios que estos profesionales deben suscribir).

III. NOTIFICACIÓN FICTA

La falta de desarrollo y verificación científica sobre el uso de la tecnología de la firma digital,


respecto de la posibilidad de asegurar que la notificación digital haya sido leída por el
destinatario, sobre la base de la sincronización de los tres protocolos de intercambio de
internet (TCP./IP.), no habilita aún para poder utilizar este medio en forma hábil.

Desde luego que esto no significa que en el futuro no pueda darse virtualidad jurídica a los
instrumentos digitales con fines de comunicación procesal, en particular porque la versión 3
del estándar X 509 para la firma digital (2) tiene prevista esta medición, y, seguramente, en
un futuro no muy lejano contaremos con la seguridad suficiente como para asignarle los
mismos efectos que a la forma física del equivalente funcional actual, que consiste en la
entrega del instrumento, en el soporte papel del oficio o cédula.

La resolución no parece desconocer estos aspectos en absoluto, por lo que fundamenta el


debido proceso sobre la base de procedimientos que poseen notificación ficta, ya que éste es
el mecanismo indicado en el art. 50 ap. I inc. 4 resolución general IGJ. 7/2005 (3) ; aclarado
sea que la expresión utilizada en ésta es "tácita".

Es posible afirmar, a modo de prospectiva, que la notificación digital puede ser lo último en
integrarse al trámite digital instrumentalizado, pero, como se puede ver aquí, es posible que
no sea un obstáculo muy importante, puesto que existiendo un acceso ágil a la causa, con la
ayuda de mecanismos de tipo agenda o tablero de control informático, pueda prescindirse de
muchas diligencias notificatorias actualmente efectuadas por la forma tradicional de oficios o
cédulas, ganando terreno la especie poco frecuente de la notificación ficta o tácita. La
respuesta y la prudente evaluación del impacto social de la instrumentación digital del

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procedimiento serán los indicadores que, razonablemente, al abandonar la cédula y el oficio,
no acusen una violación de la garantía constitucional del debido proceso.

IV. EXPEDIENTE DIGITAL

El expediente digital implica llevar la totalidad del legajo, su foliatura corrida y la agregación
cronológica de los escritos que instrumentan el trámite, mediante instrumentos digitales
(documentos electrónicos firmados digitalmente).

La resolución que se comenta no lleva el expediente al extremo absoluto, puesto que, pese a
los precedentes existentes en el país, no admite la presentación original mediante formato
digital, ni instrumenta una Mesa de Entradas digital. Estos aspectos son en la actualidad
perfectamente viables, teniendo en cuenta que la propia resolución pretende instaurar la firma
electrónica en las notificaciones o visitas al sitio web (4) , para las notificaciones tácitas del
art. 50 ap. 1 inc. 4 resolución general IGJ. 7/2005. La resolución tampoco indica cómo sigue
el trámite en forma digital frente a las observaciones efectuadas por los inspectores
calificadores intervinientes; éstas quedan libradas también al escrito físico de papel, al igual
que la presentación.

En definitiva, la resolución brinda una aproximación o camino intermedio en dirección al


expediente digital, en donde apenas se reduce a un mecanismo electrónico de consulta de las
observaciones de los inspectores, que por su parte son notificados tácitamente.

V. CRÍTICA EN RELACIÓN CON LA FIRMA ELECTRÓNICA. EL DECRETO 724/2006


Y LA HABILITACIÓN COMO ENTIDAD CERTIFICADORA DE LA IGJ.

En razón de lo expuesto, la IGJ. puede en el futuro avanzar aún más en esta forma
procedimental digital. Ocurre que casi simultáneamente con su dictado, apenas veintiún días
antes de que esta resolución general IGJ. 4/2006 viera la luz, ya estaba firmado el decreto
724/2006 (LA 2002-D-4965), que modifica el art. 38 decreto 2628/2002 (reglamentario de
la ley 25506 de Firma Digital), autorizando a todas las entidades y jurisdicciones
pertenecientes a la Administración Pública Nacional a operar como certificadores licenciados
y emitir certificados no sólo para los agentes y funcionarios públicos, como era hasta
entonces, sino también en forma gratuita a los particulares, sean éstos personas físicas o
jurídicas (5) .

De este modo, bien podía habilitarse directamente un mecanismo de administración de


certificación digital en dicha repartición, la correspondiente remisión del escrito de inicio de
trámite, el timbrado o cargo digital de éste y así la instrumentación total del expediente
digital. Tan sólo eso falta para contar con el primer trámite completo documentado totalmente
en un expediente digital en nuestro país.

VI. EL APARTAMIENTO RELATIVO DEL DECRETO 378/2005 DE GOBIERNO


ELECTRÓNICO

En los considerandos de la resolución general IGJ. 4/2006 se reconoce que ésta no se halla
específicamente integrada a los planes de desarrollo nacional y sectorial del gobierno

© Thomson La Ley 120


electrónico, cuyos lineamientos fueron aprobados por el decreto 378/2005 , pero, asimismo,
indica que se inspira en el mismo "espíritu" normativo de este último.

Este decreto desde luego que no constituye un modelo de unicidad en materia de


coordinación de lineamientos generales en la acción de la Administración Pública Nacional
para llevar adelante normativas concordantes para una gestión digital, ni quizá quiera serlo,
más allá de constituir una declaración refirmativa de la voluntad gubernamental para
continuar en esta tarea, ya demarcada por normativa anterior. Sin embargo, por no mantener
esta concordancia, la IGJ. no alcanzó a formalizar el primer precedente de procedimiento
digital completo en un expediente de idéntica naturaleza.

Quizá sea oportuno recordar la necesidad de generar, en esta materia, un crecimiento


coordinado que guarde hermenéutica normativa, cuide la semántica para evitar equívocos con
la lectura de la ley 25506 , sin perjuicio de la voluntad o "espíritu", y que conduzca
acertadamente a que se avance mucho más en estos primeros pasos normativos de
incorporación de TICs. en la administración estatal.

VII. LA INSTRUMENTACIÓN PÚBLICA NO PUEDE FORMULARSE SOBRE LA BASE


DE LA FIRMA ELECTRÓNICA

Tanto el mencionado decreto 378/2005 , esta resolución general IGJ. 4/2006 , como mucha
otra normativa administrativa, incurren en un error que al parecer está reñido con el carácter
de instrumento público y el expediente digital.

La firma electrónica normada en el art. 5 ley 25506 carece de muchos de los efectos de la
firma digital, como la presunción legal de autoría, integridad y no repudio o identidad del
remitente, en los supuestos de envío automático (6) .

Esta condición, sumada a la circunstancia de que la firma digital no es un aditamento


semejante al pie de un escrito en soporte de papel, como ocurre con la firma ológrafa, sino
que forma parte integrante y transformadora del documento, se contrapone a la esencia
misma del instrumento público. Es imposible sostener una hipótesis contraria. Sobre este
razonamiento, no se profundizará ni abundará en razón del alcance del presente trabajo. Sin
embargo, se deja en claro que en la configuración de la instrumentación pública sobre la base
del uso de la firma electrónica se halla abiertamente encontrada la condición de la identidad
del funcionario público y la entera fe de que gozan los instrumentos públicos, con el concepto
de firma electrónica y documento firmado electrónicamente (art. 980 y concs. CCiv.).

VIII. EL FUTURO DE LA INFORMÁTICA JURÍDICA DE GESTIÓN, FORMULARIOS Y


FIRMA DIGITAL

Como acotación final, es menester advertir que, sin compartir necesariamente las
posibilidades de una "informática jurídica decisoria" (7) , resulta una idea atractiva -más allá
de las falencias conceptuales de quienes han propuesto esta alternativa, que involucraba una
labor judicial automática- para la "informática jurídica de gestión" (8) conjugar desarrollos
de formularios tipo -como, por ejemplo, los que previamente se han desarrollado en el Anexo

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de la resolución general IGJ. 7/2006 -, con la labor de implementación de las TICs. y
finalmente, la digitalización instrumental completa del trámite.

Lo expuesto no implica necesariamente hacerlo en todos los casos. Es un despropósito


imaginario pretender la sustitución absoluta de la voluntad del juzgador o administrador
como si se tratase de un mecanismo de inteligencia artificial, tecnología que ha sido
reconocida como un fracaso en toda la comunidad científica. Lo primero contribuye
positivamente con la eficiencia y velocidad del trámite; lo segundo, por el contrario, vulnera
la razonabilidad y el debido proceso.

NOTAS:

(1) Para ampliar este concepto, ver Farrés, Pablo, "Paradigma actual de las cooperativas de
trabajo como herramienta del salvataje empresario concursal", en RDCO 2005-B-37; y
Farrés, Pablo, "Parámetros de valoración jurídica en el Derecho Informático (teletrabajo y
telemedicina)", RDLSS 2005-16-1253.

(2) Que son los que han sido adoptados en nuestro país por la Oficina Nacional de
Tecnologías Informáticas (ONTI.), dentro del principio de neutralidad tecnológica que adopta
la ley 25506 (LA 2001-D-4722), y que debe entenderse más que como una delegación
legislativa, como una actividad discrecional de la Administración, indispensable a tenor de la
especie a normar y permanente amenaza de quedar el país rezagado en esta materia o a
merced de una mayor lentitud que implicarían los tiempos del legislador.

(3) "4. Si el trámite mereciere observaciones, éstas se cursarán directamente por el inspector
o inspectores calificadores intervinientes en el mismo, quedando notificadas en forma tácita y
automática el día siguiente a aquel en que venza el plazo máximo de tiempo previsto en el
artículo siguiente, según el tipo de trámite que se trate; para la toma de conocimiento de las
observaciones, las actuaciones se colocarán en casillero especial a tal fin. Las observaciones
deben contestarse dentro del plazo de diez días, transcurrido el cual se archivarán las
actuaciones".

(4) Sobre el mecanismo de "notificaciones por visitas o casilleros electrónicos", ver crítica
efectuada en Farrés, Pablo, "Deficiencias graves en el domicilio fiscal electrónico del
procedimiento de notificación en la ley 11683 , modificada por la ley 26044 . La resolución
general AFIP. 1995/2006 ", JA 2006-I-932.

(5) Concordantemente, se norma en el citado decreto, la incorporación de la figura del


"tercero usuario", en la definición del pto. 18 del Anexo I del decreto 2628/2002 , como a
toda persona física o jurídica "que recibe un documento firmado digitalmente y que genera
una consulta para verificar la validez del certificado digital correspondiente".

En idéntico sentido, se incorpora el art. 34 bis , que estipula la aceptación por parte de los
mencionados "terceros usuarios" de documentos electrónicos firmados digitalmente,
incluyendo una preceptiva especial cuando éstos sean personas jurídicas.

© Thomson La Ley 122


(6) Ver crítica sobre este último punto, en Farrés, Pablo, "Firma digital. ley 25506 .
Concordada, comentada y anotada", p. 97 y ss.

(7) Este término fue acuñado en nuestro derecho por Guibourg, Ricardo, principalmente y
con detalle, en su obra "Informática jurídica decisoria", relacionado al trámite automático
sobre la base de lo que el autor llama "modelos de procedimiento automatizado". Cabe
mencionar que, en la obra, las voces "modelo", "flujos de procedimiento", "sistema de
decisión" e "informatización" son utilizadas con relativo grado de sinonimia, que es, desde
luego, metodológicamente erróneo.

(8) Ibíd.

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En Mendoza, a un día del mes de junio del año dos mil siete, reunida la Sala Primera de la
Excma. Suprema Corte de Justicia, tomó en consideración para dictar sen-tencia definitiva la
causa n° 88.861, caratulada: “LEONCIO ARIZU S.A. EN J° 9.834/76.626 LEONCIO ARIZU
S.A. S.A.A.I.C. C/ ODERZO BEINAT S.A. P/ ORD. S/ INC".
Conforme lo decretado a fs. 28 se deja constancia del orden de estudio efectuado en la
causa para el tratamiento de las cuestiones por el Tribunal: primera: DRA. AÍDA
KEMELMAJER DE CARLUCCI; segundo: DR. FERNANDO ROMANO; terce-ro: DR.
ALEJANDRO PÉREZ HUALDE.
ANTECEDENTES:
A fs. 5/9 el abogado José Luis Correa por Leoncio Arizu S.A., deduce recurso
extraordinario de inconstitucionalidad en contra de la resolución dictada por la Quinta Cámara
Civil de Apelaciones a fs. 474/475 de los autos n° 76.626/9.834, caratulados: “Leoncio Arizu
S.A. c/ Ordezo Beinat S.A. p/ Ord.”.
A fs. 19 se admite, formalmente, el recurso de inconstitucionalidad y se ordena correr
traslado a la parte contraria quien, a fs. 22/23 contesta y solicita su rechazo con costas.
A fs. 25/26 obra el dictamen del Sr. Procurador General quien, por las razones que
expone, aconseja el rechazo del recurso deducido.
A fs. 27 vta. se llama al acuerdo para sentencia y a fs. 28 se deja constancia del orden de
estudio en la causa por parte de los señores Ministros del Tribunal.
De conformidad con lo establecido en el art. 160 de la Constitución de la Provin-cia, esta
Sala se plantea las siguientes cuestiones a resolver:
PRIMERA CUESTIÓN: ¿Es procedente el recurso interpuesto?
SEGUNDA CUESTIÓN: En su caso, ¿qué solución corresponde?
TERCERA CUESTIÓN: Costas.
A LA PRIMERA CUESTIÓN LA DRA. AÍDA KEMELMAJER DE CARLUC-CI, DIJO:
I. PLATAFORMA FÁCTICA.
Los hechos relevantes para la resolución de este recurso son, sintéticamente, los
siguientes:
1. Leoncio Arizu S.A. demandó a Ordezo Beinat S.A. por ordinario en juicio n° 76.626
originarios del 16° Juzgado Civil, el 3/4/1998.
2. A fs. 369/371 se hizo lugar parcialmente a la demanda y se impuso las costas por lo que
prospera a la demandada vencida y por lo que no prospera a la actora vencida.
3. Apeló la demandada y los abogados por sus honorarios.

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4. A fs. 420/425 se hizo lugar parcialmente al recurso de apelación y se impusie-ron las costas en
el mismo sentido.
5. Bajó el expediente a primera instancia. A fs. 444 y vta. el abogado Guillermo Iglesias solicitó
regulación complementaria de sus honorarios a cargo de la actora ven-cida. Hizo una
estimación. A fs. 452 el juez dejó sin efecto el llamamiento de fs. 451 por improcedente. Fundó
su decisión en que la sentencia de la Quinta Cámara había deter-minado el monto de condena al
momento de la misma (21/6/2005) por lo que no corres-pondía regulación complementaria a
ninguno de los profesionales actuantes, desde que no hay actualización del monto de condena.
Apeló el abogado. El recurso fue concedido a fs. 453.
6. A fs. 459 la Cámara llamó autos para resolver de conformidad con lo dispues-to por el art. 40.
Alegó razones el apelante. A fs. 468/470 se agregó el memorial. A fs. 473, el 25/9/2006 el
secretario dejó constancia del sorteo realizado.
7. A fs. 474 y 475 obra decisión fechada el 27/10/2006 que hace lugar al recurso de apelación
interpuesto y, en consecuencia, revoca el auto de fs. 452, quedando vigente el llamamiento de
autos para resolver dictado en su oportunidad.
II. LOS MOTIVOS DEL RECURSO DE INCONSTITUCIONALIDAD
DEDUCIDO.
El recurrente peticiona se declare inexistente la decisión recurrida y se deje firme la
sentencia que oportunamente fuese publicada por Internet.
1. Hechos denunciados
El 31 de octubre de 2006 fue publicada en la lista de la Cámara una sentencia que
disponía el rechazo del recurso de apelación interpuesto por el Dr. Guillermo Iglesias. Esta
sentencia se encuentra en la base de datos de la Cámara, del Colegio de Abogados y de la
Suprema Corte. Imprevistamente, a fs. 474 del expediente se ha sustituido la primera sentencia y
se ha hecho lugar al recurso de apelación interpuesto por el abogado Iglesias. O sea que por una
misma decisión, se ha rechazado y se ha admitido el recurso.
2. Inexistencia.
Las resoluciones judiciales no pueden ser arbitrarias, contradictorias, ni pueden alterar
los principios de la buena fe. La resolución de la Cámara agregada al expediente es inexistente.
Su inexistencia es total, y así debe ser declarada de oficio por la Suprema Corte de Justicia en
tanto se ha dado la circunstancia del art. 1044 del C.C. Se trata de una nulidad absoluta. La
sentencia sustituida era el acto jurídico válido, que fue reemplazado por un acto jurídico
inexistente, donde se ha procedido con simulación alteran-do las formas establecidas por la ley.
3. Forma de notificación.

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En el Código procesal de Mendoza existe la notificación ficta o por lista, que por suerte
para la buena fe de los litigantes, tiene base en el sistema informático de la SCJ y en el Colegio
de Abogados. Una resolución dictada por cualquier magistrado de la pro-vincia debe
incorporarse al sistema electrónico y quedar registrada en el banco de datos. No puede
sustituirse, salvo que se hubiese invocado algún error trascendente. En el caso, la resolución
notificada fue la primera que rechazó el recurso de apelación; la agregada al expediente es una
absolutamente distinta. Este hecho constituye una irregularidad gravísima pues mientras la SCJ
pretende la notificación de las resoluciones por vía de Internet, se ha puesto en duda la eficiencia
del sistema, pues ha aparecido agregada al expediente una resolución absolutamente distinta de
la que oportunamente publicitó Internet. No se habla de dolo por la jerarquía de los magistrados
y por la amistad que une al recurrente con ellos, pero ha habido una sustitución o irregularidad
grave.
4. Arbitrariedad.
La arbitrariedad afecta fundamentalmente la garantía de la defensa en juicio, porque bajo
la apariencia de respeto de una garantía constitucional, el recurrente se en-cuentra privado de
ella.
5. Jurisprudencia.
La CSJN en la causa “Micheloud de Irace c/ Obra Social de la Industria Alimen-ticia”
del 6/2/2004 (JA 2004-III-666) sostuvo que “Corresponde dejar sin efecto el auto que declaró de
oficio la caducidad de la instancia si el asiento erróneamente datado en el sistema informático
motivó una información equivocada dada al recurrente cuando con-sultada a la Mesa de
Entradas sobre el estado de las actuaciones se supo que era distin-to”. La Sala E de la Cám. de
Apel. en lo Com., el 4/4/2006, (LL 31/8/2006 con nota de Eduardo Molina Quiroga) dijo que
cabe revocar la resolución si el ejecutante tuvo acceso a Internet a un proyecto de sentencia
distinto al efectivamente incorporado a las actuaciones que denegó el pedido de sentencia
formulado por aquél en tanto la situación descripta no puede afectar los derechos de la parte
quien pudo confiar en la información publicada por Internet.
III. POSICIÓN DE LA PARTE RECURRIDA.
1. A fs. 22/23 la recurrida afirma: Un caso tan simple, como es la regulación de
honorarios complementarios por el capital rechazado en la sentencia, jamás podría haber dado
lugar a las derivaciones y estadio en el que se encuentra este expediente. El objeto recurrido no
se compadece con la materia propia de un recurso extraordinario porque la temática discutida es
de naturaleza netamente procesal.

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2. La sustitución de las resoluciones que se alegan debió ser objeto de un planteo de
nulidad procesal ante la misma instancia y jurisdicción en que se produjo (art. 94 del C.P.C.). En
consecuencia, la resolución procesal que la recurrente considera no ajustada a derecho quedó
consentida transcurridos los cinco días contados a partir de su notifica-ción mediante cédula en
el domicilio legal constituido, y por ende, el planteamiento es extemporáneo.
3. De haberse planteado la nulidad respectiva ante la autoridad jurisdiccional competente
habría defendido la validez de la resolución incorporada al expediente porque se ajusta a los
requisitos fijados por el C.P.C. en el art. 88 inc. 1°, entre ellos, la firma de los camaristas. El
razonamiento realizado habría demostrado que la resolución atacada en este recurso
extraordinario existe como tal y que sólo habría sido susceptible de ser atacada por vía de la
nulidad procesal para el supuesto que la recurrente hubiese considerado que su emisión se
apartaba de los principios impuestos por el ordenamiento procesal.
4. El recurso deducido no aporta ningún argumento contra el contenido de la resolución
atacada de inexistente; incumple así con los requisitos que tradicionalmente esta Corte impone,
en el sentido que el escrito de interposición del recurso extraordinario tiene análogas exigencias
que las requeridas para la expresión de agravios en la segunda instancia. La falta de articulación
de argumentos contra el decisorio demuestra la falta de interés jurídico.
IV. POSICIÓN DEL SR. PROCURADOR.
El Sr. Procurador aconseja declarar improcedente el recurso interpuesto. Recuerda que la
obligatoriedad de publicación de listas por Internet para los tribunales de los fueros civil,
comercial y minas, concursales y de familia de la primera circunscripción judicial ha sido
establecida por acordada n° 19.874 a partir del 20/11/2006. Con anterioridad, esos tribunales
habían sido únicamente invitados a efectuar la publicación de sus decisiones, con excepción de
esta Corte, que tenía el deber de hacerlo. La resolución impugnada debía ser notificada por
cédula y fue diligenciada el 2/11/2006; la obligatoriedad de la publicación de las resoluciones
por Internet fue establecida en acordada del 20/11/2006, por lo que no puede determinarse en
forma fehaciente que se hayan visto definitivamente afectados los derechos de defensa y el
debido proceso del recurrente, en tanto éste ha tenido la oportunidad de cuestionar los
fundamentos de la resolución que ha transcripto, pero que no desvirtuó. El recurrente se
abroquela en sostener la nulidad de la resolución alegando su sustitución, pero no cuestiona los
argumentos de la resolución impugnada. El hecho puede constituir una irregularidad
administrativa que debe ser investigada por la Excma. Cámara, a fin de proceder conforme lo
dispuesto por la acordada 16.784, pero en el caso concreto el agravio no resulta suficiente para

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declarar la nulidad de la resolución atacada, pues el recurrente ha tenido oportunidad de atacar
los fundamentos del fallo.
V. HECHOS PROBADOS.
El hecho denunciado por el recurrente ha sido probado con la constancia de se-cretaría
ordenada como medida de mejor proveer.
En consecuencia, está acreditado que : (a) La Cámara dictó una resolución por la cual
rechazó el recurso de apelación; (b) Esa resolución fue publicada por el sistema informático
organizado por esta Corte; (c) En el expediente no está incorporada la decisión publicada sino
otra, que acoge el recurso y que se encuentra firmada por los Sres. Camaristas.
VI. LA PROGRESIVA INFORMATIZACIÓN DEL PODER JUDICIAL.
La modalidad de consulta “a distancia” del contenido de los expedientes judiciales se ha
ido extendiendo aceleradamente en todo el país. Eduardo Molina Quiroga afirma que esta
modalidad ofrece grandes ventajas para todos: “Es una comodidad poder tomar conocimiento de
esta información desde el estudio, o desde un locutorio, o la casa, sin tener que acudir a los
edificios tribunalicios, soportar incómodas esperas en las célebres colas. También es valorado
por los agentes judiciales que advierten cómo desciende el número de personas a las que deben
atender”. El autor recuerda que por éstas y otras razones, en el orden federal y provincial existen
diferentes sistemas que apuntan a permitir el conocimiento de los proveídos y novedades
ocurridos en los expedientes judiciales desde un sitio web. En tal sentido, describe el método
elegido por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el fuero civil de la Justicia Nacional, el
fuero comercial, la Cámara Federal en lo Contencioso Administrativo, la Justicia de la Ciudad
de Bs. As., las provincias de Bs. As., Chubut, Río Negro, Chaco, San Juan, Salta, Tucumán,
Santiago del Estero, Santa Fe, San Luis, Neuquén, Misiones, La Pampa, Jujuy, Entre Ríos,
Corrientes y Mendoza.
Luego de esta descripción, el comentarista se pregunta qué efectos produce esta
publicidad en relación a la exigencia de notificación de las resoluciones judiciales. Responde
que si el operador se apega exclusivamente a la norma positiva, la respuesta es “ninguno”.
VI. PRECEDENTES JUDICIALES SOBRE LA MATERIA VINCULA-DOS AL
CASO A RESOLVER.
El 5/8/2003, la sala D de la Cámara Nacional de Comercio declaró que no configura
prejuzgamiento la existencia de un proyecto de resolución del secretario del juzgado hecho
público por Internet (JA 2004-I-416).
El 29/6/2006, la sala B del mismo tribunal declaró bien denegado el recurso de apelación
por haber sido presentado fuera de plazo, aunque la recurrente sostenía que ese decreto no había

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sido público en la web, único medio de consulta que había invocado; el tribunal sostuvo que el
sistema de consultas informatizado no sustituye en materia de notificaciones las normas
procesales y reglamentos vigentes por lo que el hecho que una providencia se publique
tardíamente, o el sistema informático no se actualice, no es fundamento valedero para evitar que
una notificación opere automáticamente (El-Dial.com, 29/8/2006).
Por su parte, el 4/4/2006 la Sala E de esa Cámara rechazó la caducidad de instancia
peticionada porque el ejecutante había tenido acceso vía Internet a un proyecto de sentencia de
trance y remate distinto al efectivamente incorporado a las actuaciones que denegó el pedido de
sentencia. El tribunal entendió que, ante esa situación, el actor ejecutante pudo razonablemente
confirmar en la información publicada vía Internet por lo que la caducidad era improcedente (JA
2006-III-99, Doc. Jud. 2066-3-126 y LL 2006-F-131, con nota de Eduardo Molina Quiroga,
“La consulta pública de expedientes judiciales por Internet”).
Esta última decisión guarda gran similitud con la emanada de la Corte Federal, que “dejó
sin efecto el auto que declaró de oficio la caducidad de la instancia en la queja porque el asiento
erróneamente datado en el sistema informático motivó la información equivocada dada al
recurrente cuando consultaba a la mesa de entradas sobre el estado de las actuaciones” (JA 2004-
III-666).
VIII. EL CASO A RESOLVER Y LAS PAUTAS JURISPRUDENCIALES Y
SOCIOLÓGICAS ANTES RESEÑADAS.
Propongo a mis colegas revocar la decisión recurrida y remitir el expediente a la Cámara
subrogante para que decida nuevamente el recurso de apelación planteado. Explicaré por qué.
1. Tengo claro que, como señala el autor antes mencionado, mientras no exista
disposición reglamentaria que modifique la existente, los plazos para recurrir no comienzan a
correr si no se ha notificado del modo previsto por el Código Procesal (cédula o lista)
(precedente de la sala B, antes reseñado).
2. Al mismo tiempo, tampoco tengo dudas que no es posible tolerar sin más la
sustitución lisa y llana de resoluciones que ya han sido comunicadas por el sistema informático
creado por el Poder Judicial. Convalidar tal sustitución implicaría tirar por la borda todo el
esfuerzo (no sólo económico) realizado por esta Corte, y por todos los Superiores Tribunales en
pro de la modernización de una estructura judicial que no responde a las exigencias de los
tiempos.
Evidentemente, este es el razonamiento subyacente en los casos resueltos por la sala E y
por la Corte Federal, pues lo que está en juego es la confianza del litigante en la información
recibida por Internet a través de un sistema instrumentado desde el propio Poder Judicial.

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3. En el caso, no se trata de un mero proyecto de secretaría (supuesto de la sala D, en el
que, además, no se pudo dar ninguna explicación razonable de por qué se lo publicó en
Internet), sino de una decisión judicial a cuyo contenido completo se ha tenido acceso.
4. No obstante, no es posible, como pretende el recurrente, dar valor definitivo a esa
primera decisión, pues no existe constancia que haya sido firmada por los magistrados
intervinientes (art. 88 inc. III del CPC).
5. La única solución razonable posible es, pues, declarar la nulidad de la resolución que
sustituyó a la primera y mandar a dictar la resolución que corresponde por la Cámara
subrogante.
6. Las razones dadas por la parte recurrida y por el Sr. Procurador en su dictamen no
impiden esta solución: en el caso no está en juego sólo un simple cálculo matemático, ni la
interpretación de una decisión a los fines de saber si correspondían o no honorarios
complementarios, ni la nunca acabada discusión sobre una cuestión instrumental cual es si la vía
es el incidente de nulidad o el recurso extraordinario, sino la confianza misma en un sistema de
publicidad judicial que comienza a afianzarse y es desde todo punto de vista necesario apuntalar.
Por eso, es irrelevante que al momento de los hechos las cámaras de apelaciones no estuvieran
aún obligadas formal o jurídicamente a la publicación, puesto que la mera aceptación a
participar de lo nuevo obligaba al órgano judicial a consolidar y no a minar la confianza en el
sistema que se procura instaurar.
V. CONCLUSIONES DEL RECURSO DE INCONSTITUCIONALIDAD.
Por todo lo expuesto, y si mi voto cuenta con la adhesión de mis distinguidos colegas de
Sala, el recurso debe ser acogido y la decisión anulada. El expediente debe ser remitido a la
Cámara de Apelaciones subrogante para que el recurso de apelación sea resuelto nuevamente.
Dada el modo en que se resuelve, y la novedad de la cuestión planteada, las costas del
recurso extraordinario deben imponerse en el orden causado.
Así voto.-
Sobre la misma cuestión los Dres. ROMANO y PEREZ HUALDE, adhieren al voto que
antecede.-
A LA SEGUNDA CUESTION LA DRA. AIDA KEMELMAJER DE CARLUCCI, DIJO:
Atento el modo como ha sido resuelta la cuestión anterior corresponde hacer lugar al
recurso extraordinario de Inconstitucionalidad deducido a fs. 5/9 por la actora LEONCIO
ARIZU SAAIC contra la resolución de fs. 474/475 del expediente n° 76.626/9.834, “LEONCIO
ARIZU SAAIC C/ ORDEZO BEINAT SA P/ ORD.” dicta-da por la Quinta Cámara de
Apelaciones en lo Civil, Comercial y Minas, de Paz y Tri-butario de la Primera Circunscripción

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la que se deja sin efecto. En consecuencia, debe remitirse el expediente a la cámara de
Apelación subrogante para que resuelva el recurso de apelación deducido a fs. 453 contra el auto
dictado a fs. 452.-
Así voto.-
Sobre la misma cuestión los Dres. ROMANO y PEREZ HUALDE, adhieren al voto que
antecede.-
A LA TERCERA CUESTION LA DRA. AIDA KEMELMAJER DE CARLUCCI, DIJO:
Atento el resultado al que se arriba en el tratamiento de las cuestiones anteriores,
corresponde imponer las costas en el orden causado (art. 148 del C.P.C.).-
Así voto.-
Sobre la misma cuestión los Dres. ROMANO y PEREZ HUALDE, adhieren al voto que
antecede.-
Con lo que terminó el acto, procediéndose a dictar la sentencia que a continua-ción se
inserta:
S E NTE NC IA:
Mendoza, 01 de junio de 2.007.-
Y VISTOS:
Por el mérito que resulta del acuerdo precedente, la Sala Primera de la Excma. Suprema
Corte de Justicia, fallando en definitiva,
R E S U E LVE :
I. Hacer lugar al recurso extraordinario de Inconstitucionalidad deducido a fs. 5/9 por la
actora LEONCIO ARIZU S.A.A.I.C. contra la resolución de fs. 474/475 del expediente n°
76.626/9.834, caratulado: “LEONCIO ARIZU S.A.A.I.C. C/ ORDEZO BEINAT S.A. P/
ORD.”, dictada por la Quinta Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial y Minas, de Paz y
Tributario de la Primera Circunscripción Judicial, la que se deja sin efecto. En consecuencia,
debe remitirse el expediente a la Cámara de Apelación subrogante para que resuelva el recurso
de apelación deducido a fs. 453 contra el auto dictado a fs. 452.-
II. Imponer las costas en el orden causado.-
III. Diferir la regulación de honorarios para su oportunidad.-
IV. Líbrese cheque a la orden del recurrente por la suma de pesos CIENTO SETENTA ($
170), con imputación a la boleta de depósito obrante a fs. 10.-
Notifíquese.
ka

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FIRMA DIGITAL

Ley 25.506

Consideraciones generales. Certificados digitales. Certificador licenciado. Titular de un


certificado digital. Organización institucional. Autoridad de aplicación. Sistema de auditoría.
Comisión Asesora para la Infraestructura de Firma Digital. Responsabilidad. Sanciones.
Disposiciones Complementarias.

Sancionada: Noviembre 14 de 2001.

Promulgada de Hecho: Diciembre 11 de 2001.

El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso, etc.


sancionan con fuerza de Ley:

LEY DE FIRMA DIGITAL

CAPITULO I

Consideraciones generales

ARTICULO 1º — Objeto. Se reconoce el empleo de la firma electrónica y de la firma digital


y su eficacia jurídica en las condiciones que establece la presente ley.

ARTICULO 2º — Firma Digital. Se entiende por firma digital al resultado de aplicar a un


documento digital un procedimiento matemático que requiere información de exclusivo
conocimiento del firmante, encontrándose ésta bajo su absoluto control. La firma digital debe
ser susceptible de verificación por terceras partes, tal que dicha verificación simultáneamente
permita identificar al firmante y detectar cualquier alteración del documento digital posterior
a su firma.

Los procedimientos de firma y verificación a ser utilizados para tales fines serán los
determinados por la Autoridad de Aplicación en consonancia con estándares tecnológicos
internacionales vigentes.

ARTICULO 3º — Del requerimiento de firma. Cuando la ley requiera una firma manuscrita,
esa exigencia también queda satisfecha por una firma digital. Este principio es aplicable a los
casos en que la ley establece la obligación de firmar o prescribe consecuencias para su
ausencia.

ARTICULO 4º — Exclusiones. Las disposiciones de esta ley no son aplicables:

a) A las disposiciones por causa de muerte;

b) A los actos jurídicos del derecho de familia;

c) A los actos personalísimos en general;

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d) A los actos que deban ser instrumentados bajo exigencias o formalidades incompatibles
con la utilización de la firma digital, ya sea como consecuencia de disposiciones legales o
acuerdo de partes.

ARTICULO 5º — Firma electrónica. Se entiende por firma electrónica al conjunto de datos


electrónicos integrados, ligados o asociados de manera lógica a otros datos electrónicos,
utilizado por el signatario como su medio de identificación, que carezca de alguno de los
requisitos legales para ser considerada firma digital. En caso de ser desconocida la firma
electrónica corresponde a quien la invoca acreditar su validez.

ARTICULO 6º — Documento digital. Se entiende por documento digital a la representación


digital de actos o hechos, con independencia del soporte utilizado para su fijación,
almacenamiento o archivo. Un documento digital también satisface el requerimiento de
escritura.

ARTICULO 7º — Presunción de autoría. Se presume, salvo prueba en contrario, que toda


firma digital pertenece al titular del certificado digital que permite la verificación de dicha
firma.

ARTICULO 8º — Presunción de integridad. Si el resultado de un procedimiento de


verificación de una firma digital aplicado a un documento digital es verdadero, se presume,
salvo prueba en contrario, que este documento digital no ha sido modificado desde el
momento de su firma.

ARTICULO 9º — Validez. Una firma digital es válida si cumple con los siguientes requisitos:

a) Haber sido creada durante el período de vigencia del certificado digital válido del firmante;

b) Ser debidamente verificada por la referencia a los datos de verificación de firma digital
indicados en dicho certificado según el procedimiento de verificación correspondiente;

c) Que dicho certificado haya sido emitido o reconocido, según el artículo 16 de la presente,
por un certificador licenciado.

ARTICULO 10. — Remitente. Presunción. Cuando un documento digital sea enviado en


forma automática por un dispositivo programado y lleve la firma digital del remitente se
presumirá, salvo prueba en contrario, que el documento firmado proviene del remitente.

ARTICULO 11. — Original. Los documentos electrónicos firmados digitalmente y los


reproducidos en formato digital firmados digitalmente a partir de originales de primera
generación en cualquier otro soporte, también serán considerados originales y poseen, como
consecuencia de ello, valor probatorio como tales, según los procedimientos que determine la
reglamentación.

ARTICULO 12. — Conservación. La exigencia legal de conservar documentos, registros o


datos, también queda satisfecha con la conservación de los correspondientes documentos
digitales firmados digitalmente, según los procedimientos que determine la reglamentación,
siempre que sean accesibles para su posterior consulta y permitan determinar
fehacientemente el origen, destino, fecha y hora de su generación, envío y/o recepción.

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CAPITULO II

De los certificados digitales

ARTICULO 13. — Certificado digital. Se entiende por certificado digital al documento


digital firmado digitalmente por un certificador, que vincula los datos de verificación de
firma a su titular.

ARTICULO 14. — Requisitos de validez de los certificados digitales. Los certificados


digitales para ser válidos deben:

a) Ser emitidos por un certificador licenciado por el ente licenciante;

b) Responder a formatos estándares reconocidos internacionalmente, fijados por la autoridad


de aplicación, y contener, como mínimo, los datos que permitan:

1. Identificar indubitablemente a su titular y al certificador licenciado que lo emitió,


indicando su período de vigencia y los datos que permitan su identificación única;

2. Ser susceptible de verificación respecto de su estado de revocación;

3. Diferenciar claramente la información verificada de la no verificada incluidas en el


certificado;

4. Contemplar la información necesaria para la verificación de la firma;

5. Identificar la política de certificación bajo la cual fue emitido.

ARTICULO 15. — Período de vigencia del certificado digital. A los efectos de esta ley, el
certificado digital es válido únicamente dentro del período de vigencia, que comienza en la
fecha de inicio y finaliza en su fecha de vencimiento, debiendo ambas ser indicadas en el
certificado digital, o su revocación si fuere revocado.

La fecha de vencimiento del certificado digital referido en el párrafo anterior en ningún caso
puede ser posterior a la del vencimiento del certificado digital del certificador licenciado que
lo emitió.

La Autoridad de Aplicación podrá establecer mayores exigencias respecto de la


determinación exacta del momento de emisión, revocación y vencimiento de los certificados
digitales.

ARTICULO 16. — Reconocimiento de certificados extranjeros. Los certificados digitales


emitidos por certificadores extranjeros podrán ser reconocidos en los mismos términos y
condiciones exigidos en la ley y sus normas reglamentarias cuando:

a) Reúnan las condiciones que establece la presente ley y la reglamentación correspondiente


para los certificados emitidos por certificadores nacionales y se encuentre vigente un acuerdo
de reciprocidad firmado por la República Argentina y el país de origen del certificador
extranjero, o

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b) Tales certificados sean reconocidos por un certificador licenciado en el país, que garantice
su validez y vigencia conforme a la presente ley. A fin de tener efectos, este reconocimiento
deberá ser validado por la autoridad de aplicación.

CAPITULO III

Del certificador licenciado

ARTICULO 17. — Del certificador licenciado. Se entiende por certificador licenciado a toda
persona de existencia ideal, registro público de contratos u organismo público que expide
certificados, presta otros servicios en relación con la firma digital y cuenta con una licencia
para ello, otorgada por el ente licenciante.

La actividad de los certificadores licenciados no pertenecientes al sector público se prestará


en régimen de competencia. El arancel de los servicios prestados por los certificadores
licenciados será establecido libremente por éstos.

ARTICULO 18. — Certificados por profesión. Las entidades que controlan la matrícula, en
relación a la prestación de servicios profesionales, podrán emitir certificados digitales en lo
referido a esta función, con igual validez y alcance jurídico que las firmas efectuadas en
forma manuscrita. A ese efecto deberán cumplir los requisitos para ser certificador licenciado.

ARTICULO 19. — Funciones. El certificador licenciado tiene las siguientes funciones:

a) Recibir una solicitud de emisión de certificado digital, firmada digitalmente con los
correspondientes datos de verificación de firma digital del solicitante;

b) Emitir certificados digitales de acuerdo a lo establecido en sus políticas de certificación, y


a las condiciones que la autoridad de aplicación indique en la reglamentación de la presente
ley;

c) Identificar inequívocamente los certificados digitales emitidos;

d) Mantener copia de todos los certificados digitales emitidos, consignando su fecha de


emisión y de vencimiento si correspondiere, y de sus correspondientes solicitudes de emisión;

e) Revocar los certificados digitales por él emitidos en los siguientes casos, entre otros que
serán determinados por la reglamentación:

1) A solicitud del titular del certificado digital.

2) Si determinara que un certificado digital fue emitido en base a una información falsa, que
en el momento de la emisión hubiera sido objeto de verificación.

3) Si determinara que los procedimientos de emisión y/o verificación han dejado de ser
seguros.

4) Por condiciones especiales definidas en su política de certificación.

5) Por resolución judicial o de la autoridad de aplicación.

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f) Informar públicamente el estado de los certificados digitales por él emitidos. Los
certificados digitales revocados deben ser incluidos en una lista de certificados revocados
indicando fecha y hora de la revocación. La validez y autoría de dicha lista de certificados
revocados deben ser garantizadas.

ARTICULO 20. — Licencia. Para obtener una licencia el certificador debe cumplir con los
requisitos establecidos por la ley y tramitar la solicitud respectiva ante el ente licenciante, el
que otorgará la licencia previo dictamen legal y técnico que acredite la aptitud para cumplir
con sus funciones y obligaciones. Estas licencias son intransferibles.

ARTICULO 21. — Obligaciones. Son obligaciones del certificador licenciado:

a) Informar a quien solicita un certificado con carácter previo a su emisión y utilizando un


medio de comunicación las condiciones precisas de utilización del certificado digital, sus
características y efectos, la existencia de un sistema de licenciamiento y los procedimientos,
forma que garantiza su posible responsabilidad patrimonial y los efectos de la revocación de
su propio certificado digital y de la licencia que le otorga el ente licenciante. Esa información
deberá estar libremente accesible en lenguaje fácilmente comprensible. La parte pertinente de
dicha información estará también disponible para terceros;

b) Abstenerse de generar, exigir, o por cualquier otro medio tomar conocimiento o acceder
bajo ninguna circunstancia, a los datos de creación de firma digital de los titulares de
certificados digitales por él emitidos;

c) Mantener el control exclusivo de sus propios datos de creación de firma digital e impedir
su divulgación;

d) Operar utilizando un sistema técnicamente confiable de acuerdo con lo que determine la


autoridad de aplicación;

e) Notificar al solicitante las medidas que está obligado a adoptar para crear firmas digitales
seguras y para su verificación confiable, y las obligaciones que asume por el solo hecho de
ser titular de un certificado digital;

f) Recabar únicamente aquellos datos personales del titular del certificado digital que sean
necesarios para su emisión, quedando el solicitante en libertad de proveer información
adicional;

g) Mantener la confidencialidad de toda información que no figure en el certificado digital;

h) Poner a disposición del solicitante de un certificado digital toda la información relativa a


su tramitación;

i) Mantener la documentación respaldatoria de los certificados digitales emitidos, por diez


(10) años a partir de su fecha de vencimiento o revocación;

j) Incorporar en su política de certificación los efectos de la revocación de su propio


certificado digital y/o de la licencia que le otorgara la autoridad de aplicación;

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k) Publicar en Internet o en la red de acceso público de transmisión o difusión de datos que la
sustituya en el futuro, en forma permanente e ininterrumpida, la lista de certificados digitales
revocados, las políticas de certificación, la información relevante de los informes de la última
auditoría de que hubiera sido objeto, su manual de procedimientos y toda información que
determine la autoridad de aplicación;

l) Publicar en el Boletín Oficial aquellos datos que la autoridad de aplicación determine;

m) Registrar las presentaciones que le sean formuladas, así como el trámite conferido a cada
una de ellas;

n) Informar en las políticas de certificación si los certificados digitales por él emitidos


requieren la verificación de la identidad del titular;

o) Verificar, de acuerdo con lo dispuesto en su manual de procedimientos, toda otra


información que deba ser objeto de verificación, la que debe figurar en las políticas de
certificación y en los certificados digitales;

p) Solicitar inmediatamente al ente licenciante la revocación de su certificado, o informarle la


revocación del mismo, cuando existieren indicios de que los datos de creación de firma
digital que utiliza hubiesen sido comprometidos o cuando el uso de los procedimientos de
aplicación de los datos de verificación de firma digital en él contenidos hayan dejado de ser
seguros;

q) Informar inmediatamente al ente licenciante sobre cualquier cambio en los datos relativos
a su licencia;

r) Permitir el ingreso de los funcionarios autorizados de la autoridad de aplicación, del ente


licenciante o de los auditores a su local operativo, poner a su disposición toda la información
necesaria y proveer la asistencia del caso;

s) Emplear personal idóneo que tenga los conocimientos específicos, la experiencia necesaria
para proveer los servicios ofrecidos y en particular, competencia en materia de gestión,
conocimientos técnicos en el ámbito de la firma digital y experiencia adecuada en los
procedimientos de seguridad pertinentes;

t) Someter a aprobación del ente licenciante el manual de procedimientos, el plan de


seguridad y el de cese de actividades, así como el detalle de los componentes técnicos a
utilizar;

u) Constituir domicilio legal en la República Argentina;

v) Disponer de recursos humanos y tecnológicos suficientes para operar de acuerdo a las


exigencias establecidas en la presente ley y su reglamentación;

w) Cumplir con toda otra obligación emergente de su calidad de titular de la licencia


adjudicada por el ente licenciante.

ARTICULO 22. — Cese del certificador. El certificador licenciado cesa en tal calidad:

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a) Por decisión unilateral comunicada al ente licenciante;

b) Por cancelación de su personería jurídica;

c) Por cancelación de su licencia dispuesta por el ente licenciante.

La autoridad de aplicación determinará los procedimientos de revocación aplicables en estos


casos.

ARTICULO 23. — Desconocimiento de la validez de un certificado digital. Un certificado


digital no es válido si es utilizado:

a) Para alguna finalidad diferente a los fines para los cuales fue extendido;

b) Para operaciones que superen el valor máximo autorizado cuando corresponda;

c) Una vez revocado.

CAPITULO IV

Del titular de un certificado digital

ARTICULO 24. — Derechos del titular de un certificado digital. El titular de un certificado


digital tiene los siguientes derechos:

a) A ser informado por el certificador licenciado, con carácter previo a la emisión del
certificado digital, y utilizando un medio de comunicación sobre las condiciones precisas de
utilización del certificado digital, sus características y efectos, la existencia de este sistema de
licenciamiento y los procedimientos asociados. Esa información deberá darse por escrito en
un lenguaje fácilmente comprensible. La parte pertinente de dicha información estará también
disponible para terceros;

b) A que el certificador licenciado emplee los elementos técnicos disponibles para brindar
seguridad y confidencialidad a la información proporcionada por él, y a ser informado sobre
ello;

c) A ser informado, previamente a la emisión del certificado, del precio de los servicios de
certificación, incluyendo cargos adicionales y formas de pago;

d) A que el certificador licenciado le informe sobre su domicilio en la República Argentina, y


sobre los medios a los que puede acudir para solicitar aclaraciones, dar cuenta del mal
funcionamiento del sistema, o presentar sus reclamos;

e) A que el certificador licenciado proporcione los servicios pactados, y a no recibir


publicidad comercial de ningún tipo por intermedio del certificador licenciado.

ARTICULO 25. — Obligaciones del titular del certificado digital. Son obligaciones del
titular de un certificado digital:

a) Mantener el control exclusivo de sus datos de creación de firma digital, no compartirlos, e


impedir su divulgación;

© Thomson La Ley 138


b) Utilizar un dispositivo de creación de firma digital técnicamente confiable;

c) Solicitar la revocación de su certificado al certificador licenciado ante cualquier


circunstancia que pueda haber comprometido la privacidad de sus datos de creación de firma;

d) Informar sin demora al certificador licenciado el cambio de alguno de los datos contenidos
en el certificado digital que hubiera sido objeto de verificación.

CAPITULO V

De la organización institucional

ARTICULO 26. — Infraestructura de Firma Digital. Los certificados digitales regulados por
esta ley deben ser emitidos o reconocidos, según lo establecido por el artículo 16, por un
certificador licenciado.

ARTICULO 27. — Sistema de Auditoría. La autoridad de aplicación, con el concurso de la


Comisión Asesora para la Infraestructura de Firma Digital, diseñará un sistema de auditoría
para evaluar la confiabilidad y calidad de los sistemas utilizados, la integridad,
confidencialidad y disponibilidad de los datos, así como también el cumplimiento de las
especificaciones del manual de procedimientos y los planes de seguridad y de contingencia
aprobados por el ente licenciante.

ARTICULO 28. — Comisión Asesora para la Infraestructura de Firma Digital. Créase en el


ámbito jurisdiccional de la Autoridad de Aplicación, la Comisión Asesora para la
Infraestructura de Firma Digital.

(Nota Infoleg: Por art. 8° del Decreto N° 624/2003 B.O. 22/8/2003 se establece que la
Comisión creada por el presente artículo actuará en la órbita de la SUBSECRETARIA DE LA
GESTION PUBLICA de la JEFATURA DE GABINETE DE MINISTROS.)

CAPITULO VI

De la autoridad de aplicación

ARTICULO 29. — Autoridad de Aplicación. La autoridad de aplicación de la presente ley


será la Jefatura de Gabinete de Ministros.

ARTICULO 30. — Funciones. La autoridad de aplicación tiene las siguientes funciones:

a) Dictar las normas reglamentarias y de aplicación de la presente;

b) Establecer, previa recomendación de la Comisión Asesora para la Infraestructura de la


Firma Digital, los estándares tecnológicos y operativos de la Infraestructura de Firma Digital;

c) Determinar los efectos de la revocación de los certificados de los certificadores licenciados


o del ente licenciante;

d) Instrumentar acuerdos nacionales e internacionales a fin de otorgar validez jurídica a las


firmas digitales creadas sobre la base de certificados emitidos por certificadores de otros
países;

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e) Determinar las pautas de auditoría, incluyendo los dictámenes tipo que deban emitirse
como conclusión de las revisiones;

f) Actualizar los valores monetarios previstos en el régimen de sanciones de la presente ley;

g) Determinar los niveles de licenciamiento;

h) Otorgar o revocar las licencias a los certificadores licenciados y supervisar su actividad,


según las exigencias instituidas por la reglamentación;

i) Fiscalizar el cumplimiento de las normas legales y reglamentarias en lo referente a la


actividad de los certificadores licenciados;

j) Homologar los dispositivos de creación y verificación de firmas digitales, con ajuste a las
normas y procedimientos establecidos por la reglamentación;

k) Aplicar las sanciones previstas en la presente ley.

ARTICULO 31. — Obligaciones. En su calidad de titular de certificado digital, la autoridad


de aplicación tiene las mismas obligaciones que los titulares de certificados y que los
certificadores licenciados. En especial y en particular debe:

a) Abstenerse de generar, exigir, o por cualquier otro medio tomar conocimiento o acceder,
bajo ninguna circunstancia, a los datos utilizados para generar la firma digital de los
certificadores licenciados;

b) Mantener el control exclusivo de los datos utilizados para generar su propia firma digital e
impedir su divulgación;

c) Revocar su propio certificado frente al compromiso de la privacidad de los datos de


creación de firma digital;

d) Publicar en Internet o en la red de acceso público de transmisión o difusión de datos que la


sustituya en el futuro, en forma permanente e ininterrumpida, los domicilios, números
telefónicos y direcciones de Internet tanto de los certificadores licenciados como los propios
y su certificado digital;

e) Supervisar la ejecución del plan de cese de actividades de los certificadores licenciados


que discontinúan sus funciones.

ARTICULO 32. — Arancelamiento. La autoridad de aplicación podrá cobrar un arancel de


licenciamiento para cubrir su costo operativo y el de las auditorías realizadas por sí o por
terceros contratados a tal efecto.

CAPITULO VII

Del sistema de auditoría

ARTICULO 33. — Sujetos a auditar. El ente licenciante y los certificadores licenciados,


deben ser auditados periódicamente, de acuerdo al sistema de auditoría que diseñe y apruebe
la autoridad de aplicación.

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La autoridad de aplicación podrá implementar el sistema de auditoría por sí o por terceros
habilitados a tal efecto. Las auditorías deben como mínimo evaluar la confiabilidad y calidad
de los sistemas utilizados, la integridad, confidencialidad y, disponibilidad de los datos, así
como también el cumplimiento de las especificaciones del manual de procedimientos y los
planes de seguridad y, de contingencia aprobados por el ente licenciante.

ARTICULO 34. — Requisitos de habilitación. Podrán ser terceros habilitados para efectuar
las auditorías las Universidades y organismos científicos y/o tecnológicos nacionales o
provinciales, los Colegios y Consejos profesionales que acrediten experiencia profesional
acorde en la materia.

CAPITULO VIII

De la Comisión Asesora para la Infraestructura de Firma Digital

ARTICULO 35.— Integración y funcionamiento. La Comisión Asesora para la


Infraestructura de Firma Digital estará integrada multidisciplinariamente por un máximo de 7
(siete) profesionales de carreras afines a la actividad de reconocida trayectoria y experiencia,
provenientes de Organismos del Estado nacional, Universidades Nacionales y Provinciales,
Cámaras, Colegios u otros entes representativos de profesionales.

Los integrantes serán designados por el Poder Ejecutivo por un período de cinco (5) años
renovables por única vez.

Se reunirá como mínimo trimestralmente. Deberá expedirse prontamente a solicitud de la


autoridad de aplicación y sus recomendaciones y disidencias se incluirán en las actas de la
Comisión.

Consultará periódicamente mediante audiencias públicas con las cámaras empresarias, los
usuarios y las asociaciones de consumidores y mantendrá a la autoridad de aplicación
regularmente informada de los resultados de dichas consultas.

ARTICULO 36. — Funciones. La Comisión debe emitir recomendaciones por iniciativa


propia o a solicitud de la autoridad de aplicación, sobre los siguientes aspectos:

a) Estándares tecnológicos;

b) Sistema de registro de toda la información relativa a la emisión de certificados digitales;

c) Requisitos mínimos de información que se debe suministrar a los potenciales titulares de


certificados digitales de los términos de las políticas de certificación;

d) Metodología y requerimiento del resguardo físico de la información;

e) Otros que le sean requeridos por la autoridad de aplicación.

CAPITULO IX

Responsabilidad

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ARTICULO 37. — Convenio de partes. La relación entre el certificador licenciado que emita
un certificado digital y el titular de ese certificado se rige por el contrato que celebren entre
ellos, sin perjuicio de las previsiones de la presente ley, y demás legislación vigente.

ARTICULO 38. — Responsabilidad de los certificadores licenciados ante terceros.

El certificador que emita un certificado digital o lo reconozca en los términos del artículo 16
de la presente ley, es responsable por los daños y perjuicios que provoque, por los
incumplimientos a las previsiones de ésta, por los errores u omisiones que presenten los
certificados digitales que expida, por no revocarlos, en legal tiempo y forma cuando así
correspondiere y por las consecuencias imputables a la inobservancia de procedimientos de
certificación exigibles. Corresponderá al prestador del servicio demostrar que actuó con la
debida diligencia.

ARTICULO 39. — Limitaciones de responsabilidad. Los certificadores licenciados no son


responsables en los siguientes casos:

a) Por los casos que se excluyan taxativamente en las condiciones de emisión y utilización de
sus certificados y que no estén expresamente previstos en la ley;

b) Por los daños y perjuicios que resulten del uso no autorizado de un certificado digital, si en
las correspondientes condiciones de emisión y utilización de sus certificados constan las
restricciones de su utilización;

c) Por eventuales inexactitudes en el certificado que resulten de la información facilitada por


el titular que, según lo dispuesto en las normas y en los manuales de procedimientos
respectivos, deba ser objeto de verificación, siempre que el certificador pueda demostrar que
ha tomado todas las medidas razonables.

CAPITULO X

Sanciones

ARTICULO 40. — Procedimiento. La instrucción sumarial y la aplicación de sanciones por


violación a disposiciones de la presente ley serán realizadas por el ente licenciante. Es
aplicable la Ley de Procedimientos Administrativos 19.549 y sus normas reglamentarias.

ARTICULO 41. — Sanciones. El incumplimiento de las obligaciones establecidas en la


presente ley para los certificadores licenciados dará lugar a la aplicación de las siguientes
sanciones:

a) Apercibimiento;

b) Multa de pesos diez mil ($ 10.000) a pesos quinientos mil ($ 500.000);

c) Caducidad de la licencia.

Su gradación según reincidencia y/u oportunidad serán establecidas por la reglamentación.

© Thomson La Ley 142


El pago de la sanción que aplique el ente licenciante no relevará al certificador licenciado de
eventuales reclamos por daños y perjuicios causados a terceros y/o bienes de propiedad de
éstos, como consecuencia de la ejecución del contrato que celebren y/o por el incumplimiento
de las obligaciones asumidas conforme al mismo y/o la prestación del servicio.

ARTICULO 42. — Apercibimiento. Podrá aplicarse sanción de apercibimiento en los


siguientes casos:

a) Emisión de certificados sin contar con la totalidad de los datos requeridos, cuando su
omisión no invalidare el certificado;

b) No facilitar los datos requeridos por el ente licenciante en ejercicio de sus funciones;

c) Cualquier otra infracción a la presente ley que no tenga una sanción mayor.

ARTICULO 43. — Multa. Podrá aplicarse sanción de multa en los siguientes casos:

a) Incumplimiento de las obligaciones previstas en el artículo 21;

b) Si la emisión de certificados se realizare sin cumplimentar las políticas de certificación


comprometida y causare perjuicios a los usuarios, signatarios o terceros, o se afectare
gravemente la seguridad de los servicios de certificación;

c) Omisión de llevar el registro de los certificados expedidos;

d) Omisión de revocar en forma o tiempo oportuno un certificado cuando así correspondiere;

e) Cualquier impedimento u obstrucción a la realización de inspecciones o auditorías por


parte de la autoridad de aplicación y del ente licenciante;

f) Incumplimiento de las normas dictadas por la autoridad de aplicación;

g) Reincidencia en la comisión de infracciones que dieran lugar a la sanción de


apercibimiento.

ARTICULO 44. — Caducidad. Podrá aplicarse la sanción de caducidad de la licencia en caso


de:

a) No tomar los debidos recaudos de seguridad en los servicios de certificación;

b) Expedición de certificados falsos;

c) Transferencia no autorizada o fraude en la titularidad de la licencia;

d) Reincidencia en la comisión de infracciones que dieran lugar a la sanción de multa;

e) Quiebra del titular.

La sanción de caducidad inhabilita a la titular sancionada y a los integrantes de órganos


directivos por el término de 10 años para ser titular de licencias.

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ARTICULO 45. — Recurribilidad. Las sanciones aplicadas podrán ser recurridas ante los
Tribunales Federales con competencia en lo Contencioso Administrativo correspondientes al
domicilio de la entidad, una vez agotada la vía administrativa pertinente.

La interposición de los recursos previstos en este capítulo tendrá efecto devolutivo.

ARTICULO 46. — Jurisdicción. En los conflictos entre particulares y certificadores


licenciados es competente la Justicia en lo Civil y Comercial Federal. En los conflictos en
que sea parte un organismo público certificador licenciado, es competente la Justicia en lo
Contencioso-administrativo Federal.

CAPITULO XI

Disposiciones Complementarias

ARTICULO 47. — Utilización por el Estado Nacional. El Estado nacional utilizará las
tecnologías y previsiones de la presente ley en su ámbito interno y en relación con los
administrados de acuerdo con las condiciones que se fijen reglamentariamente en cada uno de
sus poderes.

ARTICULO 48. — Implementación. El Estado nacional, dentro de las jurisdicciones y


entidades comprendidas en el artículo 8º de la Ley 24.156, promoverá el uso masivo de la
firma digital de tal forma que posibilite el trámite de los expedientes por vías simultáneas,
búsquedas automáticas de la información y seguimiento y control por parte del interesado,
propendiendo a la progresiva despapelización.

En un plazo máximo de 5 (cinco) años contados a partir de la entrada en vigencia de la


presente ley, se aplicará la tecnología de firma digital a la totalidad de las leyes, decretos,
decisiones administrativas, resoluciones y sentencias emanados de las jurisdicciones y
entidades comprendidas en el artículo 8º de la Ley 24.156.

ARTICULO 49. — Reglamentación. El Poder Ejecutivo deberá reglamentar esta ley en un


plazo no mayor a los 180 (ciento ochenta) días de su publicación en el Boletín Oficial de la
Nación.

ARTICULO 50. — Invitación. Invítase a las jurisdicciones provinciales a dictar los


instrumentos legales pertinentes para adherir a la presente ley.

ARTICULO 51. — Equiparación a los efectos del derecho penal. Incorpórase el siguiente
texto como artículo 78 (bis) del Código Penal:

Los términos firma y suscripción comprenden la firma digital, la creación de una firma digital
o firmar digitalmente. Los términos documento, instrumento privado y certificado
comprenden el documento digital firmado digitalmente.

ARTICULO 52. — Autorización al Poder Ejecutivo. Autorízase al Poder Ejecutivo para que
por la vía del artículo 99, inciso 2, de la Constitución Nacional actualice los contenidos del
Anexo de la presente ley a fin de evitar su obsolescencia.

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ARTICULO 53. — Comuníquese al Poder Ejecutivo.

DADA EN LA SALA DE SESIONES DEL CONGRESO ARGENTINO, EN BUENOS


AIRES, A LOS CATORCE DIAS DEL MES DE NOVIEMBRE DEL AÑO DOS MIL UNO.

— REGISTRADA BAJO EL Nº 25.506 —

RAFAEL PASCUAL. — EDUARDO MENEM. — Guillermo Aramburu. — Juan C.


Oyarzún.

ANEXO

Información: conocimiento adquirido acerca de algo o alguien.

Procedimiento de verificación: proceso utilizado para determinar la validez de una firma


digital. Dicho proceso debe considerar al menos:

a) que dicha firma digital ha sido creada durante el período de validez del certificado digital
del firmante;

b) que dicha firma digital ha sido creada utilizando los datos de creación de firma digital
correspondientes a los datos de verificación de firma digital indicados en el certificado del
firmante;

c) la verificación de la autenticidad y la validez de los certificados involucrados.

Datos de creación de firma digital: datos únicos, tales como códigos o claves criptográficas
privadas, que el firmante utiliza para crear su firma digital.

Datos de verificación de firma digital: datos únicos, tales como códigos o claves
criptográficas públicas, que se utilizan para verificar la firma digital, la integridad del
documento digital y la identidad del firmante.

Dispositivo de creación de firma digital: dispositivo de hardware o software técnicamente


confiable que permite firmar digitalmente.

Dispositivo de verificación de firma digital: dispositivo de hardware o software técnicamente


confiable que permite verificar la integridad del documento digital y la identidad del
firmante.

Políticas de certificación: reglas en las que se establecen los criterios de emisión y utilización
de los certificados digitales.

Técnicamente confiable: cualidad del conjunto de equipos de computación, software,


protocolos de comunicación y de seguridad y procedimientos administrativos relacionados
que cumplan los siguientes requisitos:

1. Resguardar contra la posibilidad de intrusión y/o uso no autorizado;

2. Asegurar la disponibilidad, confiabilidad, confidencialidad y correcto funcionamiento;

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3. Ser apto para el desempeño de sus funciones específicas;

4. Cumplir las normas de seguridad apropiadas, acordes a estándares internacionales en la


materia;

5. Cumplir con los estándares técnicos y de auditoría que establezca la Autoridad de


Aplicación.

Clave criptográfica privada: En un criptosistema asimétrico es aquella que se utiliza para


firmar digitalmente.

Clave criptográfica pública: En un criptosistema asimétrico es aquella que se utiliza para


verificar una firma digital.

Integridad: Condición que permite verificar que una información no ha sido alterada por
medios desconocidos o no autorizados.

Criptosistema asimétrico: Algoritmo que utiliza un par de claves, una clave privada para
firmar digitalmente y su correspondiente clave pública para verificar dicha firma digital.

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FIRMA DIGITAL

Decreto 2628/2002 Reglamentario de la Ley 25.506

Reglamentación de la Ley N° 25.506. Consideraciones Generales. Autoridad de Aplicación.


Comisión Asesora para la Infraestructura de Firma Digital. Ente Administrador de Firma
Digital. Sistema de Auditoría. Estándares Tecnológicos. Revocación de Certificados
Digitales. Certificadores Licenciados. Autoridades de Registro. Disposiciones para la
Administración Pública Nacional.

Bs. As., 19/12/2002

VISTO la Ley N° 25.506, el Decreto N° 427 del 16 de abril de 1998, el Decreto N° 78 del 10
de enero de 2002, el Decreto N° 333 del 19 de febrero de 1985 y sus modificatorios y la
Resolución N° 194 del 27 de noviembre de 1998 de la ex SECRETARIA DE LA FUNCION
PUBLICA, y

CONSIDERANDO:

Que la sanción de la Ley N° 25.506 de firma digital representa un avance significativo para la
inserción, de nuestro país en la sociedad de la información y en la economía digital,
brindando una oportunidad para el desarrollo del sector productivo vinculado a las nuevas
tecnologías.

Que otros países ya han normado sobre la materia, con positiva repercusión tanto en el
ámbito privado como público.

Que con la sanción de la citada Ley N° 25.506, de firma digital se reconoce el empleo de la
firma, digital y de la firma electrónica y su eficacia jurídica en las condiciones que la misma
ley establece.

Que dicho reconocimiento constituye un elemento esencial para otorgar seguridad a las
transacciones electrónicas, promoviendo el comercio electrónico seguro, de modo de permitir
la identificación en forma fehaciente de las personas que realicen transacciones electrónicas.

Que asimismo, la sanción de la Ley N° 25.506 otorga un decisivo impulso para la progresiva
despapelización del Estado, contribuyendo a mejorar su gestión, facilitar el acceso de la
comunidad a la información pública y posibilitar la realización de trámites por Internet en
forma segura.

Que la reglamentación de la Ley N° 25.506 permitirá establecer una Infraestructura de Firma


Digital que ofrezca autenticación, y garantía de integridad para los documentos digitales o
electrónicos y constituir la base tecnológica que permita otorgarles validez jurídica.

Que debe regularse el funcionamiento de los certificadores licenciados de manera de


garantizar la adecuada prestación de los servicios de certificación.

Que resulta necesario crear un Ente Administrador de Firma Digital, encargado de otorgar las
licencias a los certificadores, supervisar su actividad y dictar las normas tendientes a asegurar

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el régimen de libre competencia en el mercado de los prestadores y protección de los usuarios
de Firma Digital.

Que la citada Ley contempla la creación de una Comisión Asesora para la Infraestructura de
Firma Digital, conformada por un equipo multidisciplinario de especialistas en la materia,
con el fin de asesorar y recomendar a la Autoridad de Aplicación estándares tecnológicos, y
otros aspectos que hacen al funcionamiento de la mencionada Infraestructura, por lo cual
deben establecerse las bases para su formación y adecuado funcionamiento.

Que el Decreto N° 427 del 16 de abril de 1998 ha sido una de las normas pioneras a nivel
nacional e internacional en reconocer la validez jurídica de la firma digital, para lo cual creó
una Infraestructura de Firma Digital para el Sector Público Nacional bajo la dependencia de
la JEFATURA DE GABINETE DE MINISTROS.

Que esta experiencia ha sido un antecedente fundamental para la incorporación de la


tecnología en la gestión pública, constituyendo una fuente de consulta para distintas
jurisdicciones nacionales y provinciales.

Que dado que la Ley N° 25.506 establece una Infraestructura de Firma Digital de alcance
federal, a fin de optimizar el aprovechamiento de los recursos y las experiencias
desarrolladas, resulta conveniente subsumir la mencionada Infraestructura del Sector Público
Nacional dentro de la creada a nivel federal por la Ley citada.

Que a tal fin, corresponde derogar el Decreto N° 427/98, por el cual se reconoce el empleo de
la firma digital en el ámbito de la Administración Pública Nacional, ya que la Ley N° 25.506
cubre los objetivos y el alcance del mencionado Decreto.

Que ha tomado intervención el servicio jurídico competente.

Que la presente medida se dicta en virtud lo dispuesto por el artículo 49 de la Ley N° 25.506,
y por el artículo 99, inciso 2, de la Constitución de la Nación Argentina.

Por ello,

EL PRESIDENTE DE LA NACION ARGENTINA

DECRETA:

CAPITULO I

CONSIDERACIONES GENERALES

Artículo 1° — Objeto. La presente reglamentación regula el empleo de la firma electrónica y


de la firma digital y su eficacia jurídica.

En los casos contemplados por los artículos 3°, 4° y 5° de la Ley N° 25.506 podrán utilizarse
los siguientes sistemas de comprobación de autoría e integridad:

a) Firma electrónica,

© Thomson La Ley 148


b) Firma electrónica basada en certificados digitales emitidos por certificadores no
licenciados en el marco de la presente reglamentación, (Inciso sustituido por art. 5° del
Decreto N° 724/2006 begin_of_the_skype_highlighting 724/2006
end_of_the_skype_highlighting, B.O. 13/6/2006)

c) Firma digital basada en certificados digitales emitidos por certificadores licenciados en el


marco de la presente reglamentación,

d) Firma digital basada en certificados digitales emitidos por certificadores extranjeros que
hayan sido reconocidos en los siguientes casos:

1. En virtud de la existencia de acuerdos de reciprocidad entre la República Argentina y el


país de origen del certificador extranjero.

2. Por un certificador licenciado en el país en el marco de la presente reglamentación y


validado por la Autoridad de Aplicación.

Art. 2° — Validez de los certificados, digitales emitidos por certificadores no licenciados. Los
certificados digitales emitidos por certificadores no licenciados serán válidos para producir
los efectos jurídicos que la ley otorga a la firma electrónica.

Art. 3° — Certificados digitales emitidos por certificadores licenciados. Los certificados


digitales contemplados, en el artículo 13 de la Ley N° 25.506 son aquellos cuya utilización
permite disponer de una firma digital amparada por las presunciones de autoría e integridad
establecidas en los artículos 7° y 8° de la ley citada.

CAPITULO II

DE LA AUTORIDAD DE APLICACION

Art. 4° — Normas técnicas. Facúltase a la JEFATURA DE GABINETE DE MINISTROS, a


determinar las normas y los procedimientos técnicos para la generación, comunicación,
archivo y conservación del documento digital o electrónico, según lo previsto en los artículos
11 y 12 de la Ley N° 25.506.

Art. 5° — Conservación. El cumplimiento de la exigencia legal de conservar documentos,


registros o datos, conforme a la legislación vigente a la materia, podrá quedar satisfecha con
la conservación de los correspondientes, documentos digitales firmados digitalmente. Los
documentos, registros o datos electrónicos, deberán ser almacenados por los intervinientes o
por terceros confiables aceptados por los intervinientes, durante los plazos establecidos en las
normas específicas.

Se podrán obtener copias autenticadas a partir de los originales en formato digital firmado
digitalmente. La certificación de autenticidad se hará de conformidad a los procedimientos
legales, vigentes para el acto de que se trate, identificando el soporte que procede la copia.

Art. 6° — Regulación. Facúltase a la JEFATURA DE GABINETE DE MINISTROS a


establecer:

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a) Los estándares tecnológicos y de seguridad aplicables en consonancia con estándares
internacionales.

b) Los procedimientos de firma y verificación en consonancia con los estándares tecnológicos


definidos conforme el inciso precedente.

c) Las condiciones mínimas de emisión de certificados digitales.

d) Los casos en los cuales deben revocarse los certificados digitales.

e) Los datos considerados públicos contenidos en los certificados digitales.

f) Los mecanismos que garantizarán la validez y autoría de las listas de certificados


revocados.

g) La información que los certificadores licenciados deberán publicar por internet.

h) La información que los certificadores licenciados deberán publicar en el Boletín Oficial.

i) Los procedimientos mínimos de revocación de certificados digitales cualquiera que sea la


fuente de emisión, y los procedimientos mínimos de conservación de la documentación de
respaldo de la operatoria de los certificadores licenciados, en el caso que éstos cesen su
actividad.

j) El sistema de auditoría, incluyendo las modalidades de difusión de los informes de


auditoría y los requisitos de habilitación para efectuar auditorías.

k) Las condiciones y procedimientos para el otorgamiento y revocación de las licencias.

l) Las normas y procedimientos para la homologación de los dispositivos de creación y


verificación de firmas digitales.

m) El reglamento de funcionamiento de la Comisión Asesora para la Infraestructura de Firma


Digital.

n) El procedimiento de instrucción sumarial y lagradación de sanciones previstas en la Ley


N° 25.506, en virtud de reincidencia y/u oportunidad.

o) Los procedimientos aplicables para el reconocimiento de certificados extranjeros.

p) Las condiciones de aplicación de la presente ley en el Sector Público Nacional, incluyendo


la autorización para prestar servicios de certificación

digital para las entidades y jurisdicciones de la Administración Pública Nacional.

q) Los contenidos mínimos de las políticas de certificación de acuerdo con los estándares
nacionales e internacionales y las condiciones mínimas que deberán cumplirse en el caso de
cese de actividades de un certificador licenciado.

r) Los niveles de licenciamiento.

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s) Reglamentar el uso y los alcances de los certificados de firma digital emitidos por los
Registros Públicos de Contratos.

t) Exigir las garantías y seguros necesarios para prestar el servicio previsto.

u) Las condiciones de prestación de otros servicios en relación con la firma digital y otros
temas cubiertos en la ley.

CAPITULO III

DE LA COMISION ASESORA PARA LA INFRAESTRUCTURA DE FIRMA DIGITAL

Art. 7° — Comisión Asesora para la Infraestructura de Firma Digital. En el ámbito de la


JEFATURA DE GABINETE DE MINISTROS funcionará la Comisión Asesora para la
Infraestructura de Firma Digital, que se constituirá de acuerdo a lo dispuesto por el artículo
35 de la Ley N° 25.506.

Art. 8° — Integración. La Comisión Asesora para la Infraestructura de Firma Digital estará


integrada multidisciplinariamente por profesionales de carreras afines a la actividad, de
reconocida trayectoria y experiencia, provenientes de organismos del Estado Nacional,
Universidades, Cámaras, Colegios u otros entes representativos profesionales. Para integrar la
Comisión Asesora para la Infraestructura de Firma Digital se deberán reunir los siguientes
requisitos:

a) Poseer título universitario, expedido por Universidad Nacional o privada reconocida por el
Estado, correspondiente a carrera profesional de duración no inferior a CUATRO (4) años,
con incumbencias relacionadas con la materia.

b) Antecedentes académicos y/o profesionales o laborales en la materia.

Art. 9° — Ejercicio de funciones. El ejercicio de las funciones como miembro de la Comisión


Asesora para la Infraestructura de Firma Digital será ad honorem.

Art. 10. — Consulta Pública. La Comisión Asesora para la Infraestructura de Firma Digital
establecerá los mecanismos que permitan mantener un intercambio de información fluido con
organismos públicos, Cámaras, usuarios y asociaciones de consumidores sobre los temas que
se está tratandoa los efectos de recibir aportes y opiniones. Para cumplir con este cometido
podrá implementar consultas públicas presenciales, por escrito o mediante foros virtuales,
abiertos e indiscriminados, o cualquier otro medio que la Comisión considere conveniente o
necesario.

CAPITULO IV

DEL ENTE ADMINISTRADOR DE FIRMA DIGITAL

Art. 11. — Ente Administrador de Firma Digital. Créase el Ente Administrador de Firma
Digital dependiente de la JEFATURA DE GABINETE DE MINISTROS, como órgano
técnico, administrativo encargado de otorgar las licencias a los certificadores y de supervisar
su actividad, según las exigencias instituidas por el presente decreto y las normas

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reglamentarias, modificatorias o de aplicación que se dicten en el futuro y de dictar las
normas tendientes a asegurar el régimen de libre competencia, equilibrio de participación en
el mercado de los prestadores y protección de los usuarios.

(Nota Infoleg: Por art. 1° del Decreto N° 1028/2003 B.O. 10/11/2003 se disuelve el Ente
Administrador de Firma Digital creado por el presente artículo).

Art. 12. — Autoridades del Ente Administrador de Firma Digital. El Ente Administrador de
Firma Digital será conducido por un Directorio integrado por TRES (3) miembros,
designados por el JEFE DE GABINETE DE MINISTROS, previo concurso. Hasta tanto, sea
realizado el concurso el JEFE DE GABINETE DE MINISTROS designará a los integrantes
del Directorio, uno de los cuales ocupará el cargo de Presidente del Ente. El gerenciamiento
del Ente estará a cargo del Coordinador Ejecutivo designado por el JEFE DE GABINETE DE
MINISTROS.

Art. 13. — Funciones del Ente Administrador.

Son funciones del Ente Administrador:

a) Otorgar las licencias habilitantes para acreditar a los certificadores en las condiciones que
fijen el presente decreto y las normas reglamentarias, modificatorias o de aplicación que se
dicten en el futuro.

b) Fiscalizar el cumplimiento de las normas legales y reglamentarias en lo referente a la


actividad de los certificadores licenciados.

c) Denegar las solicitudes de licencia a los prestadores de servicios de certificación que no


cumplan con los requisitos establecidos, para su licenciamiento.

d) Revocar las licencias otorgadas a los Certificadores licenciados que dejen de cumplir con
los requisitos establecidos para su licenciamiento.

e) Aprobar las políticas de certificación, el manual de procedimiento, el plan de seguridad, de


cese de actividades y el plan de contingencia, presentado por los certificadores solicitantes de
la licencia o licenciados.

f) Solicitar los informes de auditoría en los casos que correspondiere.

g) Realizar inspecciones a los certificadores licenciados por sí o por terceros.

h) Homologar los dispositivos de creación y verificación de firmas digitales, con ajuste a las
normas y procedimientos establecidos por la presente reglamentación.

i) Disponer la instrucción sumarial, la aplicación de sanciones e inhabilitar en forma temporal


o permanente a todo certificador o licenciado que no respetare o incumpliere los
requerimientos y disposiciones de la Ley N° 25.506, el presente decreto y las normas
complementarias.

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j) Publicar en Internet o en la red de acceso público de transmisión o difusión de datos que la
sustituya en el futuro, en forma permanente e ininterrumpida, los domicilios, números
telefónicos, direcciones de internet y certificados digitales de los certificadores licenciados.

k) Publicar en internet o en la red de acceso público de transmisión o difusión de datos que la


sustituya en el futuro, en forma permanente e ininterrumpida, los domicilios, los números
telefónicos, direcciones de internet y certificados digitales de los certificadores cuyas
licencias han sido revocadas.

I) Publicar en Internet o en la red de acceso público de transmisión o difusión de datos que la


sustituya en el futuro, en forma permanente e ininterrumpida, el domicilio, números
telefónicos, direcciones de internet y certificados digitales del Ente Administrador.

m) Administrar los recursos generados de acuerdo con lo dispuesto por el artículo 16 de la


presente reglamentación, provenientes de las distintas fuentes de financiamiento.

n) Fijar el concepto y los importes de todo tipo de aranceles y multas previstos en la Ley N°
25.506 y en el artículo 16 de la presente reglamentación.

o) Solicitar la ampliación o aclaración sobre la documentación presentada por el certificador.

p) Dictar las normas tendientes a asegurar el régimen de libre competencia, equilibrio de


participación en el mercado de los prestadores y protección de los usuarios.

Art. 14. — Obligaciones del Ente Administrador.

El Ente Administrador tiene idénticas obligaciones que los titulares, de certificados y que los
Certificadores Licenciados, en su caso, y además debe:

a) Permitir el acceso público permanente a la nómina actualizada de certificadores


licenciados con los datos correspondientes.

b) Supervisar la ejecución del plan de cese de actividades de los Certificadores licenciados


que discontinúan sus funciones;

c) Registrar las presentaciones que le sean formuladas, así como el trámite conferido a cada
una de ellas.

d) Supervisar la ejecución de planes de contingencia de los certificadores licenciados.

e) Efectuar las tareas de control del cumplimiento de las recomendaciones formuladas por el
Ente Administrador para determinar si se han tomado las acciones correctivas
correspondientes.

f) Recibir, evaluar y resolver los reclamos de los usuarios de certificados digitales relativos a
la prestación del servicio por parte de certificadores licenciados.

Art. 15. — Organización del Ente Administrador. Dentro del plazo de SESENTA (60) días
corridos de la fecha de constitución del Directorio, el ENTE ADMINISTRADOR DE FIRMA

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DIGITAL elevará para su consideración al JEFE DE GABINETE DE MINISTROS la
propuesta de su estructura organizativa y de su reglamento de funcionamiento.

Art. 16. — Recursos del Ente Administrador. El Ente Administrador podrá arancelar los
servicios que preste para cubrir total o parcialmente sus costos. Los recursos propios del Ente
Administrador se integrarán con:

a) Los importes provenientes de los aranceles que se abonen por la provisión de los siguientes
servicios:

1.- Servicios de certificación digital,

2.- Servicios de certificación digital de fecha y hora,

3.- Servicios de almacenamiento seguro de documentos electrónicos,

4.- Servicios prestados por autoridades de registro,

5. - Servicios prestados por terceras partes confiables,

6. - Servicios de certificación de documentos electrónicos firmados digitalmente

7.- Otros servicios o actividades relacionados a la firma digital.

b) Los importes provenientes de los aranceles de homologación de dispositivos de creación y


verificación de firmas digitales.

c) Los importes provenientes de los aranceles de certificación de sistemas que utilizan firma
digital.

d) Los importes provenientes de los aranceles de administración del sistema de auditoría y las
auditorías que el organismo realice por sí o por terceros.

e) Los subsidios, herencias, legados, donaciones o transferencias bajo cualquier título que
reciba.

f) El producido de multas.

g) Los importes que se le asignen en el cálculo de recursos de la respectiva ley de


presupuesto para la administración nacional.

h) Los demás fondos, bienes, o recursos que puedan serle asignados en virtud de las leyes y
reglamentaciones aplicables.

Art. 17. — Financiamiento del Ente Administrador. Instrúyese a la JEFATURA DE


GABINETE DE MINISTROS para que proceda a incluir en su presupuesto los fondos
necesarios para que el Ente Administrador pueda cumplir adecuadamente sus funciones.

Transitoriamente, desde la entrada en vigencia de la presente reglamentación y hasta que se


incluyan las partidas necesarias en el Presupuesto Nacional los costos de financiamiento del

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Ente Administrador serán afrontados con el crédito presupuestario correspondiente a la
JEFATURA DE GABINETE DE MINISTROS.

CAPITULO V

DEL SISTEMA DE AUDITORIA

Art. 18. — Precalificación de entidades de auditoría. La JEFATURA DE GABINETE DE


MINISTROS convocará a concurso público para la precalificación de entidades de auditoría
entre las universidades y organismos científicos y/o tecnológicos nacionales o provinciales,
los Colegios y Consejos profesionales, que acrediten experiencia profesional acorde en la
materia, interesadas en prestar el servicio de auditoría de entidades prestadoras de servicios
de certificación digital. A tal fin, elaborará un Pliego Estándar de Precalificación de Entidades
de Auditoría, y determinará la periodicidad de la convocatoria.

Art. 19. — Informe de auditoría. El informe de auditoría evaluará los sistemas utilizados por
el certificador de acuerdo con los requerimientos de la Ley N° 25.506, el presente decreto y
las normas complementarias.

Art. 20. — Conflicto de intereses. Para garantizar la objetividad e imparcialidad de la


actividad de auditoría no podrán desempeñarse en la prestación de servicios de auditoría
aquellas entidades o personas vinculadas con prestadores de servicios de certificación, lo que
será establecido en el Pliego Estándar de Precalificación de Entidades de Auditoría previsto
en el artículo 18 del presente decreto.

Art. 21. — Deber de confidencialidad. Las entidades auditantes y las personas que efectúen
las auditorías deben mantener la confidencialidad sobre la información considerada amparada
bajo normas de confidencialidad por el Certificado Licenciado.

CAPITULO VI

DE LOS ESTANDARES TECNOLOGICOS

Art. 22. — Aplicación provisoria de los estándares vigentes. Hasta tanto la JEFATURA DE
GABINETE DE MINISTROS apruebe los Estándares Tecnológicos de Infraestructura de
Firma Digital en consonancia con estándares tecnológicos internacionales, mantendrán su
vigencia los establecidos en la Resolución N° 194/98 de la ex Secretaría de la Función
Publica.

CAPITULO VII

DE LA REVOCACION DE CERTIFICADOS DIGITALES

Art. 23. — Revocación de certificados. Se deberán revocar los certificados digitales emitidos
en los siguientes casos:

a) A solicitud del titular del certificado digital

b) Si se determina que un certificado digital fue emitido en base a una información falsa que
en el momento de la emisión hubiera sido objeto de verificación.

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c) Si se determina que los procedimientos de emisión y/o verificación han dejado de ser
seguros.

d) Por condiciones especiales definidas en las Políticas de Certificación.

e) Por Resolución Judicial o de la Autoridad de Aplicación debidamente fundada.

f) Por fallecimiento del titular.

g) Por declaración judicial de ausencia con presunción de fallecimiento del titular.

h) Por declaración judicial de incapacidad del titular.

i) Si se determina que la información contenida en el certificado ha dejado de ser válida.

j) Por el cese de la relación de representación respecto de una persona.

CAPITULO VIII

DE LOS CERTIFICADORES LICENCIADOS

Art. 24. — Obtención de la licencia. Para obtener una licencia, los proveedores de servicios
de certificación deberán particularizar las actividades para las cuales requieren la licencia y
acreditar por los medios que este determine ante el Ente Administrador de Firma Digital:

a) Documentación que demuestre:

1.- En el caso de personas jurídicas, su personería.

2.- En el caso de registro público de contratos, tal condición

3.- En el caso de organización pública, la autorización de su máxima autoridad para iniciar el


proceso de licenciamiento y la correspondiente aprobación de la JEFATURA DE GABINETE
DE MINISTROS, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 41 de la presente
reglamentación.

b) El cumplimiento de las condiciones establecidas en la ley; este decreto y las normas


complementarias.

c) Las políticas de certificación para las cuales solicita licencia que respaldan la emisión de
sus certificados, Manual de Procedimientos, Plan de Seguridad, Plan de Cese de Actividades
y Plan de Contingencia satisfactorias de acuerdo con las normas reglamentarias.

d) Toda aquella información o requerimiento, que demande la Autoridad de Aplicación.

Art. 25. — Efectos del licenciamiento. El otorgamiento de la licencia no implica que el Ente
Administrador de la Infraestructura de Firma Digital, la JEFATURA DE GABINETE DE
MINISTROS, las entidades auditantes o cualquier organismo del Estado garantice la
provisión de los servicios de certificación o los productos provistos por el Certificador
Licenciado.

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Art. 26. — Duración de la licencia. Las licencias tendrán un plazo de duración de CINCO (5)
años y podrán ser renovadas.

Los certificadores licenciados deberán efectuar anualmente una declaración jurada en la cual
conste el cumplimiento de las normas establecidas en la Ley N° 25.506, en el presente
decreto y en las normas complementarias.

Los certificadores licenciados serán sometidos a auditorías anuales.

Art. 27. — Causales de caducidad de la licencia. El Ente Administrador podrá disponer de


oficio, y en forma preventiva la caducidad de la licencia en los siguientes casos:

a) Falta de presentación de la declaración jurada anual.

b) Falsedad de los datos contenidos en la declaración jurada anual.

c) Dictamen desfavorable de auditoría basado en causales graves.

d) Informe de la inspección dispuesta por el Ente Administrador desfavorable basado, en


causales graves.

e) Cuando el certificador licenciado no permita la realización de auditorías o inspecciones


dispuestas por el Ente Administrador.

Art. 28. — Reconocimiento de certificados extranjeros. De acuerdo a lo establecido en el


artículo 6° de la presente reglamentación, facúltase a la JEFATURA DE GABINETE DE
MINISTROS a elaborar y firmar acuerdos de reciprocidad con gobiernos de países
extranjeros, a fin de otorgar validez, en sus respectivos territorios, a los certificados digitales
emitidos por certificadores de ambos países, en tanto se verifique el cumplimiento de las
condiciones establecidas por la Ley N° 25.506 y su reglamentación para los certificados
emitidos por certificadores nacionales.

Los certificadores licenciados no podrán reconocer certificaciones emitidas por certificadores


extranjeros correspondientes a personas con domicilio o residencia en la República
Argentina. El Ente Administrador de Firma Digital establecerá las relaciones que los
certificadores licenciados deberán guardar entre los certificados emitidos en la República
Argentina y los certificados reconocidos de certificadores extranjeros.

Art. 29. — Políticas de Certificación. La JEFATURA DE GABINETE DE MINISTROS


definirá el contenido, mínimo de las políticas de certificación de acuerdo con los estándares
nacionales e internacionales vigentes, las que deberán contener al menos la siguiente
información:

a) Identificación del certificador licenciado.

b) Política de administración de los certificados y detalles de los servicios arancelados.

c) Obligaciones de la entidad y de los suscriptores de los certificados.

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d) Tratamiento de la información suministrada por los suscriptores, y resguardo de la
confidencialidad en su caso.

e) Garantías que ofrece para el cumplimiento de las obligaciones que se deriven de sus
actividades.

Art. 30. — (Artículo derogado por art. 1° del Decreto N° 724/2006, B.O. 13/6/2006)

Art. 31. — Responsabilidad de los certificadores licenciados. En ningún caso, la


responsabilidad que pueda emanar de una certificación efectuada por un certificador
licenciado, público o privado, comprometerá la responsabilidad pecuniaria del Estado en su
calidad de Ente Administrador de la Infraestructura de Firma Digital.

Art. 32. — Recursos de los certificadores licenciados. Para el desarrollo adecuado de las
actividades de certificación, el certificador deberá acreditar que cuenta con un equipo de
profesionales, infraestructura física tecnológica y recursos financieros, como así también
procedimientos y sistemas de seguridad que permitan:

a) Generar en un ambiente seguro las firmas digitales propias y todos los servicios para los
cuales solicite licencia.

b) Cumplir con lo previsto en sus políticas y procedimientos de certificación.

c) Garantizar la confiabilidad de los sistemas de acuerdo con los estándares aprobados por la
Autoridad de Aplicación.

d) Expedir certificados que cumplan con:

1.- Lo previsto en los artículos 13 y 14 de la Ley N° 25.506.

2.- Los estándares tecnológicos aprobados por la JEFATURA DE GABINETE DE


MINISTROS.

e) Garantizar la existencia de sistemas de seguridad física y lógica que cumplimenten las


normativas vigentes.

f) Proteger el manejo de la clave privada de la entidad mediante un procedimiento de


seguridad que impida el acceso a la misma a personal no autorizado.

g) Proteger el acceso y el uso de la clave privada mediante procedimientos que exijan la


participación de más de una persona.

h) Registrar las transacciones realizadas, a fin de identificar el autor y el momento de cada


una de las operaciones.

i) Utilizar con exclusividad los sistemas que cumplan las funciones de certificación con ese
propósito, sin que se les asigne ninguna otra función.

j) Proteger a todos los sistemas utilizados directa o indirectamente en la función de


certificación con procedimientos de autenticación y seguridad de alto nivel de protección, que

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deban ser actualizados de acuerdo a los avances tecnológicos para garantizar la correcta
prestación de los servicios de certificación.

k) Garantizar la continuidad de las operaciones mediante un Plan de Contingencia actualizado


y aprobado.

l) Disponer de los recursos financieros adecuados al tipo de actividad de certificación que


desarrolla, acorde con los niveles de responsabilidad derivados de la misma.

Art. 33. — Servicios de Terceros. En los casos en que el certificador licenciado requiera o
utilice los servicios de infraestructura tecnológicos prestados por un tercero, deberá prever
dentro de su Plan de Contingencia los procedimientos a seguir en caso de interrupción de
estos servicios, de modo tal que permita continuar prestando sus servicios de certificación sin
ningún perjuicio para los suscriptores.

Los contratos entre el certificador licenciado y los proveedores de servicios o infraestructura


deberán garantizar la ejecución de los procedimientos contemplados en el Plan de Cese de
actividades aprobado por el Ente Licenciante. El certificador licenciado o en proceso de
licenciamiento deberá facilitar al Ente Licenciante toda aquella información obrante en los
contratos vinculada a la prestación de servicios de certificación y a la implementación del
Plan de Cese de actividades y el Plan de Contingencia.

La contratación de servicios o infraestructura no exime al prestador de la presentación de los


informes de auditoría, los cuales deberán incluir los sistemas y seguridades del prestador
contratado.

Art. 34. — Obligaciones del certificador licenciado. Además de lo previsto en el artículo 21


de la Ley N° 25.506, los certificadores licenciados deberán:

a) Comprobar por sí o por medio de una Autoridad de Registro que actúe en nombre y por
cuenta suya, la identidad y cualquier otro dato de los solicitantes considerado relevante para
los procedimientos de verificación de identidad previos a la emisión del certificado digital,
según la Política de Certificación bajo la cual se solicita.

b) Mantener a disposición permanente del público las Políticas de Certificación y el Manual


de Procedimientos correspondiente.

c) Cumplir cabalmente con las políticas de certificación acordadas con el titular y con su
Manual de Procedimientos.

d) Garantizar la prestación establecida según los niveles definidos en el acuerdo de servicios


pactados con sus usuarios, relativo a los servicios para los cuales solicitó el licenciamiento.

e) Informar al solicitante de un certificado digital, en un lenguaje claro y accesible, en idioma


nacional, respecto de las características del certificado solicitado, las limitaciones a la
responsabilidad, si las hubiere, los precios de los servicios de certificación, uso,
administración y otros asociados, incluyendo cargos adicionales y formas de pago, los niveles
de servicio al proveer, las obligaciones que el suscriptor asume como usuario del servicio de
certificación, su domicilio en la República Argentina y los medios a los que el suscriptor

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puede acudir para solicitar aclaraciones, dar cuenta del mal funcionamiento del sistema o
presentar sus reclamos.

f) Disponer de un servicio de atención a titulares y terceros, que permita evacuar las consultas
y la pronta solicitud de revocación de certificados.

g) Garantizar el acceso permanente, eficiente y gratuito de los titulares y terceros al


repositorio de certificados revocados.

h) Mantener actualizados los repositorios de certificados revocados por el período establecido


por el Ente Administrador.

i) Abstenerse de generar, exigir, tomar conocimiento o acceder bajo ninguna circunstancia a


la clave privada del suscriptor.

j) Informar al Ente Administrador de modo inmediato la ocurrencia de cualquier evento que


comprometa la correcta prestación del servicio.

k) Respetar el derecho del titular del certificado digital a no recibir publicidad de ningún tipo
por su intermedio, salvo consentimiento expreso de éste.

l) Publicar en el Boletín Oficial durante UN (1) día, el certificado de clave pública


correspondiente a la política para la cual obtuvo licenciamiento;

m) Cumplir las normas y recaudos establecidos para la protección de datos personales.

n) En los casos de revocación de certificados contemplados en el apartado 3 del inciso e) del


artículo 19 de la Ley N° 25.506, deberá sustituir en forma gratuita aquel certificado digital
que ha dejado de ser seguro por otro que sí cumpla con estos requisitos.

El Ente Administrador deberá establecer el proceso de reemplazo de certificados en estos


casos. En los casos en los que un certificado digital haya dejado de ser seguro por razones
atribuibles a su titular, el certificador licenciado no estará obligado a sustituir el certificado
digital.

o) Enviar periódicamente al Ente Administrador, informes de estado de operaciones con


carácter de declaración jurada.

p) Contar con personal idóneo y confiable, con antecedentes profesionales acordes a la


función desempeñada.

q) Responder a los pedidos de informes por parte de un tercero respecto de la validez y


alcance de un certificado digital emitido por él.

Art. 34 bis.— Aceptación por parte de terceros usuarios de documentos electrónicos firmados
digitalmente. Los terceros usuarios que sean personas jurídicas que implementen aplicaciones
que requieran firma digital, tienen la facultad de definir las características y requerimientos
que deben cumplir las Políticas de Certificación, a los efectos de aceptar documentos
electrónicos firmados digitalmente utilizando certificados digitales amparados por dichas

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Políticas. Dichas características y requerimientos deben ser manifestados previamente en
forma clara y transparente a los titulares de certificados que pretendan operar con ellos."

(Articulo incorporado por art. 4° del Decreto N° 724/2006 begin_of_the_skype_highlighting


724/2006 end_of_the_skype_highlighting, B.O. 13/6/2006)

CAPITULO IX

DE LAS AUTORIDADES DE REGISTRO

Art. 35. — Funciones de las Autoridades de Registro. Los Certificadores Licenciados podrán
delegar en Autoridades de Registro las funciones de validación de identidad y otros datos de
los suscriptores de certificados y de registro de las presentaciones y trámites que les sean
formuladas, bajo la responsabilidad del Certificador Licenciado, cumpliendo las normas y
procedimientos establecidos por la presente reglamentación.

Una autoridad de Registro es una entidad responsable de las siguientes funciones:

a) La recepción de las solicitudes de emisión de certificados.

b) La validación de la identidad y autenticación de los datos de los titulares de certificados.

c) La validación de otros datos de los titulares de certificados que se presenten ante ella cuya
verificación delegue el Certificador Licenciado.

d) La remisión de las solicitudes aprobadas al Certificador Licenciado con la que se encuentre


operativamente vinculada.

e) La recepción y validación de las solicitudes de revocación de certificados; y su


direccionamiento al Certificador Licenciado con el que se vinculen.

f) La identificación y autenticación de los solicitantes de revocación de certificados.

g) El archivo y la conservación de toda la documentación respaldatoria del proceso de


validación de identidad, de acuerdo con los procedimientos establecidos por el certificador
licenciado.

h) El cumplimiento de las normas y recaudos establecidos para la protección de datos


personales.

i) El cumplimiento de las disposiciones que establezca la Política de Certificación y el


Manual de Procedimientos del Certificador Licenciado con el que se encuentre vinculada, en
la parte que resulte aplicable.

Art. 36. — Responsabilidad del certificador licenciado respecto de la Autoridad de Registro.


Una Autoridad de Registro puede constituirse como una única unidad o con varias unidades
dependientes jerárquicamente entre sí, pudiendo, delegar su operatoria en otras autoridades
de registro, siempre que medie la aprobación del Certificador Licenciado. El Certificador,
Licenciado es responsable con los alcances establecidos en la Ley N° 25.506, aún en el caso
de que delegue parte de su operatoria en Autoridades de Registro, sin perjuicio del derecho

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del certificador de reclamar a la Autoridad de Registro las indemnizaciones por los daños y
perjuicios que aquél sufriera como consecuencia de los actos y/u omisiones de ésta.

CAPITULO X

DISPOSICIONES PARA LA ADMINISTRACION PUBLICA NACIONAL

Art. 37. — Despapelización del Estado. Sin perjuicio de la aplicación directa de la ley en lo
relativo a la validez jurídica de la firma electrónica, de la firma digital y de los documentos
digitales, la implementación de las disposiciones de la ley y del presente decreto para la
digitalización de procedimientos y trámites internos de la Administración Pública Nacional,
de las Administraciones Públicas Provinciales, y de los Poderes Legislativos y Judiciales del
orden nacional y provincial, así como los vinculados a la relación de las mencionadas
jurisdicciones y entidades con los administrados, se hará de acuerdo a lo que fijen
reglamentariamente cada uno de los Poderes y Administraciones.

Art. 38. — Las entidades y jurisdicciones pertenecientes a la Administración Pública


Nacional podrán ser certificadores licenciados emitir certificados para agentes y funcionarios
públicos y particulares, tanto sean personas físicas como jurídicas. Dichos certificados
deberán ser provistos en forma gratuita.

En aquellas aplicaciones en las que la Administración Pública Nacional interactúe con la


comunidad, solamente se admitirá la recepción de documentos digitales firmados
digitalmente utilizando certificados emitidos por certificadores licenciados o certificados
extranjeros reconocidos en los términos del artículo 16 de Ley 25.506.

(Artículo sustituido por art. 2° del Decreto N° 724/2006, B.O. 13/6/2006)

Art. 39. — Autoridades de Registro pertenecientes a la Administración Pública Nacional. En


las entidades y jurisdicciones pertenecientes a la Administración Pública Nacional, las áreas
de recursos humanos cumplirán las funciones de Autoridades de Registro para los agentes y
funcionarios de su jurisdicción. En el caso, y si las aplicaciones de que se trate lo requieren,
la máxima autoridad del organismo podrá asignar, adicionalmente, a otra unidad las funciones
de Autoridad de Registro.

Art. 40. — Agentes y funcionarios. La Autoridad de Aplicación podrá requerir para el


cumplimiento de lo establecido en la presente reglamentación la adscripción de agentes y
funcionarios pertenecientes a las entidades y jurisdicciones comprendidas en el artículo 8° de
la Ley N° 24.156 y sus modificatorias.

Art. 41. — Utilización por las entidades y jurisdicciones de la Administración Pública


Nacional. La JEFATURA DE GABINETE DE MINISTROS, establecerá las normas de
aplicación de la presente reglamentación en la Administración Pública Nacional, que deberán
contemplar:

a) Las acciones tendientes a promover el uso masivo de la firma digital con el fin de
posibilitar el trámite de los expedientes en forma simultánea, búsquedas automáticas de
información, seguimiento y control por parte de los interesados.

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b) Las acciones tendientes a implementar la progresiva despapelización del Estado, a fin de
contar en un plazo de CINCO (5) años con la totalidad de la documentación administrativa en
formato digital.

c) La interoperabilidad entre aplicaciones.

d) La autorización para solicitar el licenciamiento como certificador ante el Ente


Administrador de la Infraestructura de Firma Digital para las entidades y jurisdicciones de la
Administración Pública Nacional.

e) La participación del Cuerpo de Administradores Gubernamentales a los fines de difundir el


uso de la firma digital y facilitar los procesos de despapelización.

Art. 42. — Presentación de documentos electrónicos. Los organismos de la Administración


Pública Nacional deberán establecer mecanismos que garanticen la opción de remisión,
recepción, mantenimiento y publicación de información electrónica, siempre que esto sea
aplicable, tanto para la gestión de documentos entre organismos como para con los
ciudadanos.

Art. 43. — Normas para la elaboración y redacción de la documentación administrativa. Lo


dispuesto en la presente reglamentación constituye una alternativa a lo establecido por el
Decreto N° 333/85 y sus modificatorios.

Art. 44. — Glosario. Apruébase el glosario que obra como Anexo I del presente Decreto.

Art. 45. — Derogación. Derógase el Decreto N° 427/98.

Art. 46. — Comuníquese, publíquese, dése a la Dirección Nacional del Registro Oficial y
archívese. — DUHALDE. — Alfredo N. Atanasof. — Juan J. Alvarez.

ANEXO I

GLOSARIO

1.- Firma Electrónica: Se entiende por firma electrónica al conjunto de datos electrónicos
integrados, ligados o asociados de manera lógica a otros datos electrónicos, utilizados por el
signatario como su medio de identificación, que carezca de algunos de los requisitos legales
para ser considerada firma digital. En caso de ser desconocida la firma electrónica
corresponde a quien la invoca acreditar su validez (artículo 5°, Ley N° 25.506).

2.- Firma digital: Se entiende por firma digital al resultado de aplicar a un documento digital
un procedimiento matemático que requiere información de exclusivo conocimiento del
firmante, encontrándose ésta bajo su absoluto control. La firma digital debe ser susceptible de
verificación por terceras partes, tal que dicha verificación simultáneamente permita
identificar al firmante y detectar cualquier alteración del documento digital, posterior a su
firma.

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Los procedimientos de firma y verificación a ser utilizados para tales fines serán los
determinados por la Autoridad de Aplicación en consonancia con estándares tecnológicos
internacionales vigentes (artículo 2°, Ley N° 25.506).

3.- Documento Digital o Electrónico: Se entiende por documento digital a la representación


digital de actos o hechos, con independencia del soporte: utilizado para su fijación,
almacenamiento archivo. Un documento digital también satisface el requerimiento de
escritura (artículo 6°, Ley N° 25.506).

4.- Certificado Digital: Se entiende por certificado digital al documento digital firmado
digitalmente por un certificador, que vincula los datos de verificación de firma a su titular
(artículo 13, Ley N° 25.506).

5.- Certificador Licenciado: Se entiende por certificador licenciado a toda persona de


existencia ideal, registro público de contratos u organismo público que expide certificados,
presta otros servicios en relación con la firma digital y cuenta con una licencia para ello,
otorgada por el ente licenciante.

La actividad de los certificadores licenciados no pertenecientes al sector público se prestará


en régimen de competencia. El arancel de los servicios prestados por los certificadores
licenciados será establecido libremente por éstos (artículo 17, Ley N° 25.506).

6.- Política de Certificación: Conjunto de criterios que indican la aplicabilidad de un


certificado a un grupo de usuarios en particular o a un conjunto de aplicaciones con similares
requerimientos de seguridad. En inglés Certification Policy (CP).

7.- Manual de Procedimientos: Conjunto de prácticas utilizadas por el certificador licenciado


en la remisión y administración de los certificados. En inglés Certification Practice Statement
(CPS).

8.- Plan de Seguridad: Conjunto de políticas, prácticas y procedimientos destinados a la


protección; de los recursos del certificador licenciado.

9.- Plan de Cese de Actividades: conjunto de actividades a desarrollar por el certificador


licenciado en caso de finalizar la prestación de sus servicios.

10.- Plan de Contingencias: Conjunto de procedimientos a seguir por el certificador


licenciado ante situaciones de ocurrencia no previstas que comprometan la continuidad de sus
operaciones.

11.- Lista de certificados revocados: Lista de certificados que han sido dejados sin efecto en
forma permanente por el Certificador Licenciado, la cual ha sido firmada digitalmente y
publicada por el mismo. En inglés Certificate Revocation List (CRL).

12.- Certificación digital de fecha y hora: Indicación de la fecha y hora cierta, asignada a un
documento o registro electrónico por una tercera parte confiable y firmada digitalmente por
ella.

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13.- Terceras partes confiables: Entidades independientes que otorgan seguridad y
confiabilidad al manejo de la información.

14.- Proveedor de servicios de certificación digital: Entidad que provee el servicio de emisión
y administración de certificados digitales.

15.- Homologación de dispositivos de creación y verificación de firmas digitales: Proceso de


comprobación efectuado para establecer la adecuación de los dispositivos a requerimientos
mínimos establecidos.

16.- Certificación de sistemas que utilizan firma digital: Proceso de comprobación efectuado
para establecer la adecuación de un sistema o aplicación a requerimientos mínimos
establecidos.

17.- Suscriptor o Titular de certificado digital: Persona a cuyo nombre se emite un certificado
y posee una clave privada que se corresponde con la clave pública contenida en el mismo.

18. Tercero Usuario: persona física o jurídica que recibe un documento firmado digitalmente
y que genera una consulta para verificar la validez del certificado digital correspondiente.
(Punto incorporado por art. 3° del Decreto N° 724/2006, B.O. 13/6/2006)

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SUPREMA CORTE DE JUSTICIA MENDOZA ACORDADA N° 19.458
Mendoza,21 de Marzo de 2.006
VISTO:
Lo dispuesto por Ley nacional N° 25.506 acerca de la implementación de la "Firma
Digital" en los organismos del Estado y la adhesión a la misma por Ley provincial Nro. 7234
y que por Acordada 18.208 bis se ordenó la constitución de una Comisión formada por el Ing.
Mariano Cano y los Dres. José Silvestri y Alfredo Puebla a fin de que presentara un
"Proyecto de Comunicaciones Electrónicas", y
CONSIDERANDO:
Que dicha Comisión presentó el proyecto de comunicaciones electrónicas, llevándose
a cabo pruebas piloto que culminaron exitosamente.
Que como consecuencia de ello se tramitó la correspondiente autorización como
Autoridad Registrante ante la Oficina Nacional de Tecnologías Informáticas (O.N.T.I.),
autorizándose mediante Resolución de Presidencia N° 18.915 a los Auxiliares y Operador que
pondrán en funcionamiento las comunicaciones electrónicas en el ámbito del Poder Judicial|
Que las comunicaciones electrónicas permiten simplificar y dar agilidad a la tramitación de
diversas actuaciones y expedientes que tramitan en dependencias judiciales, resultando ello
posible gracias a la prioridad asignada en el desarrollo de tecnologías informáticas en el
Poder Judicial.
Que existen razonables garantías de seguridad de los documentos a través de las
copias de seguridad en soporte informático, superadoras de la lentitud y la inseguridad
propias de los documentos en soporte de papel.
Que en una primera etapa, la utilización de medios electrónicos de comunicación
estará destinada exclusivamente a las comunicaciones administrativas internas, procurando,
progresivamente, su extensión a los actos y comunicaciones jurisdiccionales.
Que la Ley N° 25.506 no ha sido reglamentada en todo su plexo normativo, sin que
hasta la actualidad se haya constituido un órgano que otorgue la calidad de Autoridad
Certificadora a los organismos que dispongan certificados digitales.
Que en razón de ello, las comunicaciones por correo electrónico serán consideradas
como "firma electrónica" (art. 5 de la Ley N° 25.506), hasta tanto el Gobierno nacional
implemente en su totalidad las disposiciones del texto legal.
Que a fin de concretar la puesta en marcha del presente proyecto, la Dirección de
Informática ha procedido a la creación de cuentas de correo de Mesa de Entradas para cada

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órgano administrativo interviniente, habiendo sido tramitadas la creación de las firmas
digitales necesarias ante la Oficina Nacional de Tecnologías Informáticas (O.N.T.I.).
Que la Dirección de Informática y el titular de la Oficina de Fallos Judiciales han
planificado y desarrollado la capacitación destinada a los funcionarios titulares de firma
digital y auxiliares a cargo de la Mesa de Entradas Virtual en el Sistema de Comunicaciones
Electrónicas Administrativas.
Por lo expuesto y en uso de las atribuciones conferidas por la Ley N° 4969, esta Sala
Tercera de la Suprema Corte de Justicia,
RESUELVE:
I- Autorizar por el plazo de un (1) año el empleo de firmas electrónicas en la
instrumentación de actos internos de comunicación e información administrativas internas del
Poder Judicial y que no produzcan efectos jurídicos individuales en forma directa, conforme
con las condiciones establecidas en los Anexos I ("Reglamento de Comunicaciones Firmadas
Digitalmente") y II ("Comunicaciones Electrónicas Administrativas: Reglamentación
Técnica") que integran la presente Acordada. El régimen de comunicaciones electrónicas
producirá iguales efectos que los oficios, memorándum, notas o cualquier otro medio de
comunicación existente a la fecha en soporte de papel.
II- Las disposiciones de la presente Acordada serán de aplicación obligatoria en las
dependencias individualizadas en el Anexo I, art. 19, quedando los funcionarios titulares de
firma digital autorizados a suscribir las comunicaciones. Ante el incumplimiento de dicha
obligación la adopción de las medidas pertinentes estará a cargo del superior jerárquico de
cada dependencia, con noticia a la Administración General y la Dirección de Recursos
Humanos.
III- En el término de treinta (30) días previos a la finalización del plazo de
autorización establecido en el resolutivo primero, la Administración General deberá elaborar
y elevar a la Presidencia de la Sala III un informe pormenorizado sobre los resultados
alcanzados por la implementación del régimen de comunicaciones electrónicas y, de resultar
satisfactorio, propondrá un régimen definitivo. Además, el informe deberá prever como una
segunda etapa extender la implementación obligatoria del régimen de comunicaciones
electrónicas a las Oficinas Fiscales existentes y a las dependencias que considere necesarias,
estableciendo un sistema de auditoria que constate la confiabilidad, integridad,
confidencialidad y disponibilidad de datos y el pleno cumplimiento de las condiciones
establecidas en los Anexos I y II.

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IV- La Administración General y la Dirección de Informática deberán arbitrar los
medios que resulten adecuados para extender el empleo de las comunicaciones electrónicas a
todas las dependencias, en función de los recursos disponibles.
V- Limítese el uso de las comunicaciones electrónicas exclusivamente a los supuestos
en que la normativa de fondo, procesal o administrativa expresamente no lo prohíban. Los
datos correspondientes a personas físicas o jurídicas deberán ser tratados conforme con la
Ley N° 25.326.
VI- La presente Acordada tendrá vigencia a los siete (7) días hábiles posteriores a su
dictado.
Cópiese. Comuníquese. Publíquese. Regístrese.
fbc/AS

ANEXO I
REGLAMENTO DE COMUNICACIONES FIRMADAS DIGITALMENTE

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1°.- El presente reglamentado será aplicado a todas las comunicaciones internas del
Poder Judicial que impliquen la transmisión de información relacionada con trámites
administrativos.
2°.- Para producir efectos jurídicos, las comunicaciones deberán estar firmadas
digitalmente. La firma digital debe estar registrada y certificada previamente por el Oficial
que a tal efecto designe el Poder Judicial.
3°.- Las comunicaciones podrán ser firmadas digitalmente por Jefes de Oficina,
Sección o Departamento, aún cuando el cargo no se corresponda con el de Secretario o
Prosecretario Judicial.
4°.- La remisión de un pedido de informe, solicitud de remisión de actuaciones o
cualquier tipo de comunicación administrativa firmado digitalmente hará responsable al
titular de los errores que contengan.
5°.- Las comunicaciones entre las dependencias que se encuentran vinculadas por
Intranet o Internet se efectuarán en forma directa. En los casos que las dependencias se
encuentren en Circunscripciones Judiciales que no posean conexión a Intranet o Internet, la
comunicación se hará por intermedio de la Delegación Administrativa de la Suprema Corte.
6°.- El certificado de firma digital habilitada es de uso exclusivo del titular a quién le
es otorgada y la clave que se le suministra es absolutamente confidencial. Los titulares
deberán asegurar dicha clave, preservándola ante situaciones que impliquen su pérdida o
publicidad. Implicará falta del titular el incumplimiento de este requisito. Aquellos que lo
consideren podrán, bajo su responsabilidad, remitir dicha clave en sobre cerrado a la
Secretaría Administrativa a los fines de su guarda en caja fuerte.
7°.- En cada dependencia administrativa se habilitarán dos firmas digitales como
mínimo, siguiendo el orden jerárquico de aquéllas. En los supuestos en donde no exista más
de una jefatura, la comunicación será remitida al subrogante legal, quién, en caso de no
poseer firma digital, la gestionará ante el Operador autorizado por Resolución de Presidencia
N° 18.915.
En ocasión de feria judicial, la Dirección de Informática configurará los equipos
informáticos de manera que todas las comunicaciones electrónicas enviadas a dependencias
que se no hallen habilitadas, se reciban en Mesa de Entradas del correo electrónico de la
dependencia habilitada durante la feria.
8°.- La confección de documentos podrá estar a cargo de cualquier auxiliar de la
dependencia, tarea que podrá ser delegada por el titular de la firma digital.

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9°.- Confeccionada la documentación, será remitida a la máquina del titular de la
dependencia. Recibido el documento, el titular de la firma digital ingresará la clave y remitirá
el documento a destino, dejando copia impresa y firmada manualmente del correo saliente y
su constancia de recepción en las actuaciones que le dieron origen o archivándola donde
corresponda. Toda comunicación deberá ser siempre remitida con aviso de recepción y a la
dirección de correo electrónico de Mesa de Entradas de la dependencia administrativa del
Poder Judicial a la que se remite el documento, con copia al superior jerárquico si
correspondiere.
10°.- Recibido el documento firmado digitalmente en la dependencia de destino el
destinatario deberá:
a) imprimir la comunicación y archivarla si se trata de una mera
notificación.
b) en caso de requerimiento o informe, responderlo en la parte superior
de la misma comunicación que la requirió y con aviso de recepción, de manera
que ambas comunicaciones queden directamente asociadas. Deberá ser
respondido con copia a la Mesa de Entradas del superior jerárquico del propio
emisor y del destinatario, en los casos que correspondiere. Imprimir el texto
completo de la comunicación enviada que contenga solicitud-respuesta y
constancia de recepción de la misma emitida por el servidor, firmarlo
manualmente y agregarlo a las actuaciones o archivar, según corresponda.
Los responsables de cada dependencia deberán disponer lo necesario
para asegurar:
-el seguimiento de cada solicitud y su respuesta en término.
-la constancia de cada actuación en los expedientes que
las originen a los cuáles se agreguen.
-el archivo respaldatorio de la impresión de todas las
comunicaciones a los fines probatorios pertinentes y por el
período de tiempo previsto en la legislación vigente.
11°.- Las constancias que los titulares de firma digital incorporen en las actuaciones o
documentos remitidos relacionados con la fecha, hora y contenido de dichos documentos,
tendrán validez de actuación de Escribano Actuario, con todas las consecuencias y efectos
que implican.

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Las comunicaciones comprendidas en la presente reglamentación no implican
modificación alguna respecto el principio recepticio que rige en materia de notificaciones, de
los plazos en materia administrativa y del modo de contarlos.
12°.- La Dirección de Informática tendrá a su cargo la organización y configuración
de las máquinas y firmas digitales en toda dependencia administrativa, quedando prohibida
cualquier modificación por los usuarios.
13°.- Las designaciones de titulares de firma digital no generará modificaciones
presupuestarias, ejerciendo los funcionarios titulares de firma digital, las tareas
encomendadas con la misma categoría de escalafón a la que pertenecen.
14°.- El cambio de funciones de un titular de firma digital importará
las siguientes medidas y consecuencias.a)Para el supuesto de desvinculación
del Poder Judicial, la baja inmediata de la firma digital.
b) Para el supuesto de cambios de funciones: 1) cambio a una dependencia que no
requiera firma digital, la baja inmediata a la firma digital habilitada. 2) Cambio a una
dependencia en la cual la función asignada requiera de uso de firma digital, la baja inmediata
de la firma digital habilitada y relacionada con la función que dejó de cumplir y,
consecuentemente, el alta de la nueva firma digital vinculada con la nueva función. Las
modificaciones estructurales necesarias estarán a cargo de la Dirección de Informática. La
Autoridad Registrante deberá tomar nota de la nueva función del titular de la firma digital.
c) El funcionario que cubra la vacante generada por el cambio de funciones deberá ser
designado titular de una nueva firma digital, quedando a cargo de la Dirección de Informática
la implementación estructural que resulte necesaria.
15°.- Los Auxiliares del Operador de la Autoridad Registrante designados por
Resolución de Presidencia N° 18.915, llevarán el Registro Judicial de Firma Digital para la
identificación e inscripción de funcionarios y de toda otra persona autorizada por el Operador
de la Autoridad Registrante para ser titular de una firma digital en el ámbito el Poder Judicial,
en un todo de acuerdo a las pautas establecidas en la O.N.T.I.
16°.- Las funciones de la Autoridad Registrante del Poder Judicial se ajustará a lo
previsto por la Ley N° 25.506.
17°.- La política de implementación de comunicaciones con firma digital estará a
cargo de la Sala Tercera, la que procederá a: a) la designación de los Oficiales de Registro, b)
la administración de hardware y software afectado al cumplimiento de la presente acordada,
c) la determinación de las pautas de creación y funcionamiento del Registro Judicial de firma
digital, d) el dictado de toda reglamentación o disposición necesaria para el funcionamiento.

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18°.- A los fines del cumplimiento de la presente acordada y no hallándose
implementada la firma digital por el Gobierno nacional, en los términos de la Ley N° 25.506,
se tendrá a la "firma electrónica" equiparada a la "firma digital".
19°.- En la primera etapa de implementación de las comunicaciones electrónicas
administrativas serán incorporadas las siguientes dependencias con los titulares de firma
digital iniciales detallados en cada caso:

ADMINISTRACIÓN
Alfredo Segura
GENERAL
ANALISTA
Mirtha Liliana Puppi
JURISPRUDENCIAL
BIBLIOTECA MARTÍN
Susana Carniello
ZAPATA
CENTRO CAPAC.
Diana Weder, Gerardo González
M.A.SAENZ
CENTRO CAPACITACIÓN Y
Hugo Correa, Daniel Herrera
MOTIVACIÓN
CHOFERES Eduardo Galleguillos
COMISARIA Raúl Medina
CUERPO AUXILIAR
Patricia Landi
INTERDISCIPLINARIO
CUERPO DE LIBERTAD
Carlos Marchevsky
VIGILADA
CUERPO MEDICO FORENSE Roberto Bringuer
CMF - COMPRAS E
Roberto Bringuer
INVENTARIO
CMF- NECROPSIAS Y
Roberto Bringuer
LESIONES
CMF- LABORATORIO
Roberto Bringuer
TOXICOLOGÍA
CMF - ANATOMÍA
Roberto Bringuer
PATOLÓGICA
CMF - PSICOPATOLOGÍA Roberto Bringuer
CMF - PERITOS Roberto Bringuer

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CONTADORES
CMF -SEC ADMINISTRATIVA Roberto Bringuer
CMF - SECC ARCHIVO Roberto Bringuer
DEPTO COOP
Roberto Stocco
INTERNACIONAL
DIRECC DE CONTABILIDAD
Roberto Pina, Gustavo Abaca
Y FINANZAS
DIRECC DE INFORMÁTICA Mariano Cano
DIREC DE REGISTRO Liliana Vinassa, Gladys Blanco,
PUBLICO Nora Boschin
DIRECC DE RECURSOS
Hugo Correa
HUMANOS
DEPTO MANTENIMIENTO Roberto Cantalejos
DEPTO PROYECTOS
Carlos Fernández
TÉCNICOS
EQUIPO
INTERDISCIPLINARIO DE Roberto Nafissi
ADOPCIÓN
FALLOS JUDICIALES José Silvestri
IMPRENTA Y
Oscar Romero
ENCUADERNACIÓN
INFORMÁTICA
José Silvestri
DOCUMENTAL
INSPECCIÓN JUDICIAL Ana Langa
INSPECCIÓN NOTARIAL Maria de las Mercedes González
JUNTA MEDICA Y
Hugo Correa, Daniel Herrera
CONSULTORIOS MÉDICOS
Mercedes Ontiveros
OF. CENT. DE
Carlos Valente
NOTIFICACIONES
OFICINA DE
Maria Graciela Tcherbis
CERTIFICACIONES
OFICINA DE DESTRUCCIÓN Fernando Sánchez Pessina

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DE EXPEDIENTES
OFICINA DE ESTADÍSTICAS Andnea Mazzitelli
OFICINA DE
Orlando Pruletti
LEGALIZACIONES
LIQUIDACIÓN DE HABERES Hugo Correa, Daniel Herrera
OFICINA DE MAYORDOMÍA Fernando Heredia
OFICINA DE
Oscar Rubio
PROFESIONALES
OFICINA DE SECUESTROS Carlos Aguilar, Eduardo Chatore
OFICINA DE SUBASTAS Susana Bigolotti
OFICINA VESPERTINA DE
Carlos Valente
NOTIFICACIONES
PROSECRETARIA JUDICIAL-
Miguel Ángel Marcuzzi
PENAL Y LABORAL
PROSECRETARIA JUDICIAL
Arturo Schneiter
-CIVIL
REGISTRO ÚNICO DE
Maria del Carmen Sanmartín
ADOPCIÓN
SECRETARIA LEGAL Y
Silvina Baron Knoll
TÉCNICA
SEC PRIVADA CEREMONIAL
Carlos Quiroga
Y AUDIENCIAS
SECRETARIA
Hugo Moyano
ADMINISTRATIVA
SECRETARIA DE
Alejandro Grando
INFORMACIÓN PUBLICA
SECRETARIA JUDICIAL Enrique Roig
SERVICIO DE
Susana Carniello
INFORMACIÓN JURÍDICA
SUBDCC DE RECURSOS
Daniel Herrera
HUMANOS
UER Graciela Pavia
DELEGACIÓN ADM 2DA CJ Ricardo Ábalos

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SUB DELEGACIÓN ADM
Néstor Murcia
2DA CJ
DIRECC DE REG PUBLICO Y
Nelly Laboratornuovo
ARCHIVO 2da CJ
DELEGACIÓN ADM 3RA CJ Félix Barocchi
SUB DELEGACIÓN ADM 3RA
Alberto Acevedo
CJ
DELEGACIÓN ADM 4TA CJ Beatriz Silvano
SUB DELEGACIÓN ADM 4TA
Leopoldo Barrera
CJ

ANEXO II
COMUNICACIONES ELECTRÓNICAS ADMINISTRATIVAS:
REGLAMENTACIÓN TÉCNICA
1 – Descripción del funcionamiento de las Comunicaciones Electrónicas
firmadas digitalmente
Introducción:
La presente propuesta describe el mecanismo que se propone para la realización de
las comunicaciones emergentes de los procesos que se llevan a cabo en el Área
Administrativa del Poder Judicial.
Infraestructura:
Los elementos necesarios para la implementación:
Organismo:
Una cuenta de correo electrónico para cada Mesa de Entradas de los
organismos intervinientes.
Una cuenta de correo electrónico con firma digital para cada
funcionario con firma autorizada de los organismos intervinientes.
Informática:
Un servidor de correo electrónico.
Personal destinado a la administración del servidor y las cuentas.
Premisas:

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Todos los organismos intervinientes tienen la obligación de completar el Subject de
cada comunicación con el número y/o carátula del expediente de referencia.
Mantendrán activo el Cliente de Correo de la cuenta de Mesa de Entradas durante el
horario de atención del mismo y verificarán periódicamente la recepción de nuevos mails.
Los equipos se iniciarán automáticamente en outlook.
Deberán contar con carpetas personales individualizadas a fin de contener las
comunicaciones enviadas y recibidas pendientes de respuesta.
Al pie de cada mail enviado, se agregará automáticamente un sello que indicará el
origen del mismo.
Los clientes de correo de las Mesas de Entradas tendrán configurado el aviso de
recepción de un nuevo mail y el pedido de notificación de entrega de los mails enviados.
El mecanismo de envío de las comunicaciones electrónicas deberá estar de acuerdo a
lo especificado en los puntos 8º, 9º, 10º y 11º del "Reglamento de comunicaciones firmadas
digitalmente"
2 - Descripción del desarrollo de las tareas previas, características y seguridad de
la firma digital
Cronología:
Abril 2001 – propuesta del Dr. Puebla de confección de oficios por vía de correo
electrónico
Abril 2002 – Acordada autorizando los Convenios de Comunicación electrónica ínter
jurisdiccional y Sistema de Información para la justicia Argentina.
Mayo 2002 – Acordada de constitución de Autoridad Registrante para la operación de
firma digital.
Mayo 2002 - Diciembre 2002 - Capacitación y puesta en marcha de la firma digital en
el Poder Judicial.
Diciembre 2003 – Acordada Autorización uso correo electrónico firmado
electrónicamente y/o digitalmente.
Febrero – Julio 2004 - Prueba Piloto entre el Jdo Civil Nro 11 y la Junta Electoral.
Agosto 2004 – Presentación propuesta de reglamentación.
Setiembre 2004 - Presentación modificación propuesta de reglamentación.
Noviembre 2004 – Reunión JuFeJus, informan la posibilidad de la no continuidad de
la prestación de emisión de la firma electrónica por parte de la ONTI, actual proveedor de los
Poderes Judiciales.

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Febrero 2005 – Nota del Presidente al Subsecretario de Gestión Pública respecto de la
continuidad de la emisión de certificados digitales.
Marzo 2005 – Respuesta del Subsecretario de Gestión Pública confirmando la
continuidad del servicio.
Marzo 2005 – Pedido a Secretaría Legal y Técnica de realización de Proyecto de
Acordada puesta en marcha funcionamiento comunicaciones electrónicas y a Dirección de
Informática anexo técnico.
Marzo 2005 – Presentación anexo técnico y creación de cuentas de mesa de entradas.
Marzo 2005 – Pedido a los organismos de la designación de titulares de las cuentas de
Mesa de Entradas.
Abril 2005 – Organismos completan listado de titulares y Dirección de Informática
solicita creación de firma electrónica.
Abril 2005 – ONTI informa que se deben designar las nuevas autoridades de registro
ya que han cambiado las mismas en el Poder Judicial
Mayo 2005 – ONTI autoriza a las nuevas autoridades del Poder Judicial
Junio 2005 – Definición listado completo de los funcionarios con firma digital
3- Firma Digital:
Articulo 2º de la ley Nº 25.506 define: "Firma Digital. Se entiende por firma digital al
resultado de aplicar a un documento digital un procedimiento matemático que requiere
información de exclusivo conocimiento del firmante, encontrándose ésta bajo su absoluto
control.
La firma digital debe ser susceptible de verificación por terceras partes, tal que dicha
verificación simultáneamente permita identificar al firmante y detectar cualquier alteración
del documento digital posterior a su firma.
Los procedimientos de firma y verificación a ser utilizados para tales fines serán los
determinados por la Autoridad de Aplicación en consonancia con estándares tecnológicos
internacionales vigentes.
Analizando los conceptos planteados, simplemente se ha ampliado el ámbito para una
expresión de voluntad como es la de Firmar manuscritamente, en donde la metodología actual
se basa en soportes físicos como el papel y el bolígrafo o similares medios de escritura, por
una forma más adecuada a la realidad tecnológica y social. Es decir que ya no será necesario
imprimir el documento generado por un procesador de texto en nuestra computadora para su
firma y distribución, sino que por el contrario podemos realizar el mismo acto con los
consecuentes ahorros de tiempos, papel y posibilidad de distribución masiva como original.

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Se entiende por:
Documento digital: representación digital de actos o hechos, con independencia del soporte
utilizado para su fijación, almacenamiento o archivo.
Ejemplos:
*Un mensaje de e-mail
*Datos ingresados a un formulario
*Los valores insertados en una BD
*Una transacción bancaria
*Una imagen (scan) de un documento en papel
*Un archivo cualquiera de la PC
*Una grabación de audio o video
*El contenido completo de un CDROM
Características:
Un documento digital es fácilmente alterable
No es posible determinar con certeza el autor
No permite reemplazar el papel
Es repudiable
Para subsanar estas características, el documento debe ser firmado
digitalmente.
Procedimientos matemáticos: es el sustento científico de la tecnología, procurando a
la vez adoptar neutralidad tecnológica y/o científica.
Absoluto control: análogamente, el acto de firma manuscrita implica un control de todos los
componentes necesarios (papel, bolígrafo, luz, mano) para efectuar la misma.
Verificación por terceras partes: cualquier persona por distintos métodos puede determinar si
la firma es de quién dice ser; mientras que en la manuscrita es necesario recurrir a expertos.
Estándares internacionales: ésta como muchas otras tecnologías o desarrollos científicos,
cuya implicancia es mundial, requieren de una normalización para que su reconocimiento sea
internacional.
Observando el actual "Estado del Arte" de la tecnología, ésta se basa en una ciencia
denominada Criptografía. Ella ha desarrollado lo que se denomina "Criptografía de Clave
Pública o Asimétrica" consistente en una serie de procedimientos y algoritmos que producen
un par de claves, una denominada pública y otra denominada privada, relacionadas entre sí
matemáticamente.

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Cabe destacar que, según se menciona en la ley, es de vital importancia que los
procedimientos utilizados puedan ser auditados para corroborar que se realizan de acuerdo a
las normativas nacionales e internacionales en la materia, así como que los procedimientos y
garantías que se brindan se encuentran acorde a derecho.
La clave privada, como lo indica su denominación debe ser protegida
convenientemente por su propietario ya que es el instrumento primordial para generar una
firma digital, en consecuencia en ningún momento debe ser expuesta a ningún tercero,
debiendo adoptar las garantías necesarias para su obtención y resguardo.
La clave denominada pública, que como lo indica su denominación es de acceso
público, forma parte de un Documento Digital que contiene datos del propietario a modo de
identificación, convirtiéndose en el documento de identidad del mismo.
Cuando este documento digital es firmado digitalmente por una Autoridad de
Certificación Digital, se denomina Certificado Digital, ya que la Autoridad de Certificación
Digital está certificando con su firma que ha identificado indubitablemente al propietario de
ese documento conjuntamente con la clave pública bajo procesos y procedimientos fiables.
En consecuencia, el certificado digital es quién permite la verificación por terceras
partes de la identificación del propietario y de la firma digital de un documento digital.
El Certificado Digital, además de contener datos públicos del propietario posee
además los datos de quién lo emitió, las normas bajo el cual fue emitido, los usos y
aplicaciones para el que fue emitido, atributos o atribuciones particulares y la confianza que
posee el mismo.
Con estos elementos, acordes a norma y derecho, cuando realizamos la verificación
de la firma digital de un documento digital estamos corroborando:
Autenticidad
Definición de la Real Academia Española: Acción y efecto de autenticar. Autenticar =
acreditar (dar fe de la verdad de un hecho o documento con autoridad legal).
Quién es la persona que ha firmado el documento.
Integridad
Definición de la Real Academia Española: Cualidad de Íntegro. Íntegro = Que no carece de
ninguna de sus partes.
La información contenida en el documento no ha sido modificada luego de su firma.
No Repudio

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Definición de la Real Academia Española: Repudio = Acción y efecto de repudiar.
Repudiar = Rechazar algo, no aceptarlo.
La persona que ha firmado no puede decir técnicamente que no lo ha hecho.
Obligaciones del titular del certificado digital: Son obligaciones del titular de un
certificado digital:

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SUPREMA CORTE DE JUSTICIA MENDOZA
ACORDADA Nº 21.322
Mendoza, 3 de setiembre de 2008
VISTO:
Que por Ley nacional Nº 25.506 se implementa la "Firma Digital" en los organismos
del Estado, que la Provincia de Mendoza se adhiere a la misma por Ley Nº 7234 y que por
Acordada Nº 19.458 se autoriza el empleo de la Firma Digital en la instrumentación de actos
internos de comunicación e información administrativas internas del Poder Judicial y,
CONSIDERANDO:
Que la Acordada autoriza su empleo por el término de un (1) año, y establece en su
punto III que la Administración General deberá elaborar y elevar a presidencia de la Sala III
un informe promenorizado sobre los resultados alcanzados por la implementación del
régimen de comunicaciones digitales, y de resultar satisfactorio, propondrá un régimen
definitivo.
Que del informe presentado surge que ha sido utilizado plenamente por todas las
dependencias administrativas involucradas, produciendo una significativa disminución del
tiempo que insumía la comunicación de los actos administrativos realizado en soporte papel
como consecuencia de este potente medio de comunicación, al punto que sería imposible
pensar en la actividad del mismo volviendo al soporte papel.
Por lo expuesto, en uso de las facultades legales y reglamentarias propias, la Sala
Tercera de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza,
RESUELVE:
Asignar el carácter de definitivo al uso del correo electrónico y firma digital en el sector
administrativo de este Poder, instaurado por Acordada Nº 19.458.
Regístrese, comuníquese, y archívese.

© Thomson La Ley 181


PROTECCIÓN DE DATOS PERSONALES

Ley 25.326

Disposiciones Generales. Principios generales relativos a la protección de datos. Derechos de


los titulares de datos. Usuarios y responsables de archivos, registros y bancos de datos.
Control. Sanciones. Acción de protección de los datos personales.

Sancionada: Octubre 4 de 2000.

Promulgada Parcialmente: Octubre 30 de 2000.

Ver Antecedentes Normativos

El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso, etc.


sancionan con fuerza de Ley:

Ley de Protección de los Datos Personales

Capítulo I

Disposiciones Generales

ARTICULO 1° — (Objeto).

La presente ley tiene por objeto la protección integral de los datos personales asentados en
archivos, registros, bancos de datos, u otros medios técnicos de tratamiento de datos, sean
éstos públicos, o privados destinados a dar informes, para garantizar el derecho al honor y a
la intimidad de las personas, así como también el acceso a la información que sobre las
mismas se registre, de conformidad a lo establecido en el artículo 43, párrafo tercero de la
Constitución Nacional.

Las disposiciones de la presente ley también serán aplicables, en cuanto resulte pertinente, a
los datos relativos a personas de existencia ideal.

En ningún caso se podrán afectar la base de datos ni las fuentes de información periodísticas.

ARTICULO 2° — (Definiciones).

A los fines de la presente ley se entiende por:

— Datos personales: Información de cualquier tipo referida a personas físicas o de existencia


ideal determinadas o determinables.

— Datos sensibles: Datos personales que revelan origen racial y étnico, opiniones políticas,
convicciones religiosas, filosóficas o morales, afiliación sindical e información referente a la
salud o a la vida sexual.

— Archivo, registro, base o banco de datos: Indistintamente, designan al conjunto organizado


de datos personales que sean objeto de tratamiento o procesamiento, electrónico o no,
cualquiera que fuere la modalidad de su formación, almacenamiento, organización o acceso.

© Thomson La Ley 182


— Tratamiento de datos: Operaciones y procedimientos sistemáticos, electrónicos o no, que
permitan la recolección, conservación, ordenación, almacenamiento, modificación,
relacionamiento, evaluación, bloqueo, destrucción, y en general el procesamiento de datos
personales, así como también su cesión a terceros a través de comunicaciones, consultas,
interconexiones o transferencias.

— Responsable de archivo, registro, base o banco de datos: Persona física o de existencia


ideal pública o privada, que es titular de un archivo, registro, base o banco de datos.

— Datos informatizados: Los datos personales sometidos al tratamiento o procesamiento


electrónico o automatizado.

— Titular de los datos: Toda persona física o persona de existencia ideal con domicilio legal
o delegaciones o sucursales en el país, cuyos datos sean objeto del tratamiento al que se
refiere la presente ley.

— Usuario de datos: Toda persona, pública o privada que realice a su arbitrio el tratamiento
de datos, ya sea en archivos, registros o bancos de datos propios o a través de conexión con
los mismos.

— Disociación de datos: Todo tratamiento de datos personales de manera que la información


obtenida no pueda asociarse a persona determinada o determinable.

Capítulo II

Principios generales relativos a la protección de datos

ARTICULO 3° — (Archivos de datos – Licitud).

La formación de archivos de datos será lícita cuando se encuentren debidamente inscriptos,


observando en su operación los principios que establece la presente ley y las
reglamentaciones que se dicten en su consecuencia.

Los archivos de datos no pueden tener finalidades contrarias a las leyes o a la moral pública.

ARTICULO 4° — (Calidad de los datos).

1. Los datos personales que se recojan a los efectos de su tratamiento deben ser ciertos,
adecuados, pertinentes y no excesivos en relación al ámbito y finalidad para los que se
hubieren obtenido.

2. La recolección de datos no puede hacerse por medios desleales, fraudulentos o en forma


contraria a las disposiciones de la presente ley.

3. Los datos objeto de tratamiento no pueden ser utilizados para finalidades distintas o
incompatibles con aquellas que motivaron su obtención.

4. Los datos deben ser exactos y actualizarse en el caso de que ello fuere necesario.

5. Los datos total o parcialmente inexactos, o que sean incompletos, deben ser suprimidos y
sustituidos, o en su caso completados, por el responsable del archivo o base de datos cuando

© Thomson La Ley 183


se tenga conocimiento de la inexactitud o carácter incompleto de la información de que se
trate, sin perjuicio de los derechos del titular establecidos en el artículo 16 de la presente ley.

6. Los datos deben ser almacenados de modo que permitan el ejercicio del derecho de acceso
de su titular.

7. Los datos deben ser destruidos cuando hayan dejado de ser necesarios o pertinentes a los
fines para los cuales hubiesen sido recolectados.

ARTICULO 5° — (Consentimiento).

1. El tratamiento de datos personales es ilícito cuando el titular no hubiere prestado su


consentimiento libre, expreso e informado, el que deberá constar por escrito, o por otro medio
que permita se le equipare, de acuerdo a las circunstancias.

El referido consentimiento prestado con otras declaraciones, deberá figurar en forma expresa
y destacada, previa notificación al requerido de datos, de la información descrita en el
artículo 6° de la presente ley.

2. No será necesario el consentimiento cuando:

a) Los datos se obtengan de fuentes de acceso público irrestricto;

b) Se recaben para el ejercicio de funciones propias de los poderes del Estado o en virtud de
una obligación legal;

c) Se trate de listados cuyos datos se limiten a nombre, documento nacional de identidad,


identificación tributaria o previsional, ocupación, fecha de nacimiento y domicilio;

d) Deriven de una relación contractual, científica o profesional del titular de los datos, y
resulten necesarios para su desarrollo o cumplimiento;

e) Se trate de las operaciones que realicen las entidades financieras y de las informaciones
que reciban de sus clientes conforme las disposiciones del artículo 39 de la Ley 21.526.

ARTICULO 6° — (Información).

Cuando se recaben datos personales se deberá informar previamente a sus titulares en forma
expresa y clara:

a) La finalidad para la que serán tratados y quiénes pueden ser sus destinatarios o clase de
destinatarios;

b) La existencia del archivo, registro, banco de datos, electrónico o de cualquier otro tipo, de
que se trate y la identidad y domicilio de su responsable;

c) El carácter obligatorio o facultativo de las respuestas al cuestionario que se le proponga, en


especial en cuanto a los datos referidos en el artículo siguiente;

d) Las consecuencias de proporcionar los datos, de la negativa a hacerlo o de la inexactitud


de los mismos;

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e) La posibilidad del interesado de ejercer los derechos de acceso, rectificación y supresión
de los datos.

ARTICULO 7° — (Categoría de datos).

1. Ninguna persona puede ser obligada a proporcionar datos sensibles.

2. Los datos sensibles sólo pueden ser recolectados y objeto de tratamiento cuando medien
razones de interés general autorizadas por ley. También podrán ser tratados con finalidades
estadísticas o científicas cuando no puedan ser identificados sus titulares.

3. Queda prohibida la formación de archivos, bancos o registros que almacenen información


que directa o indirectamente revele datos sensibles. Sin perjuicio de ello, la Iglesia Católica,
las asociaciones religiosas y las organizaciones políticas y sindicales podrán llevar un registro
de sus miembros.

4. Los datos relativos a antecedentes penales o contravencionales sólo pueden ser objeto de
tratamiento por parte de las autoridades públicas competentes, en el marco de las leyes y
reglamentaciones respectivas.

ARTICULO 8° — (Datos relativos a la salud).

Los establecimientos sanitarios públicos o privados y los profesionales vinculados a las


ciencias de la salud pueden recolectar y tratar los datos personales relativos a la salud física o
mental de los pacientes que acudan a los mismos o que estén o hubieren estado bajo
tratamiento de aquéllos, respetando los principios del secreto profesional.

ARTICULO 9° — (Seguridad de los datos).

1. El responsable o usuario del archivo de datos debe adoptar las medidas técnicas y
organizativas que resulten necesarias para garantizar la seguridad y confidencialidad de los
datos personales, de modo de evitar su adulteración, pérdida, consulta o tratamiento no
autorizado, y que permitan detectar desviaciones, intencionales o no, de información, ya sea
que los riesgos provengan de la acción humana o del medio técnico utilizado.

2. Queda prohibido registrar datos personales en archivos, registros o bancos que no reúnan
condiciones técnicas de integridad y seguridad.

ARTICULO 10. — (Deber de confidencialidad).

1. El responsable y las personas que intervengan en cualquier fase del tratamiento de datos
personales están obligados al secreto profesional respecto de los mismos. Tal obligación
subsistirá aun después de finalizada su relación con el titular del archivo de datos.

2. El obligado podrá ser relevado del deber de secreto por resolución judicial y cuando
medien razones fundadas relativas a la seguridad pública, la defensa nacional o la salud
pública.

ARTICULO 11. — (Cesión).

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1. Los datos personales objeto de tratamiento sólo pueden ser cedidos para el cumplimiento
de los fines directamente relacionados con el interés legítimo del cedente y del cesionario y
con el previo consentimiento del titular de los datos, al que se le debe informar sobre la
finalidad de la cesión e identificar al cesionario o los elementos que permitan hacerlo.

2. El consentimiento para la cesión es revocable.

3. El consentimiento no es exigido cuando:

a) Así lo disponga una ley;

b) En los supuestos previstos en el artículo 5° inciso 2;

c) Se realice entre dependencias de los órganos del Estado en forma directa, en la medida del
cumplimiento de sus respectivas competencias;

d) Se trate de datos personales relativos a la salud, y sea necesario por razones de salud
pública, de emergencia o para la realización de estudios epidemiológicos, en tanto se preserve
la identidad de los titulares de los datos mediante mecanismos de disociación adecuados;

e) Se hubiera aplicado un procedimiento de disociación de la información, de modo que los


titulares de los datos sean inidentificables.

4. El cesionario quedará sujeto a las mismas obligaciones legales y reglamentarias del


cedente y éste responderá solidaria y conjuntamente por la observancia de las mismas ante el
organismo de control y el titular de los datos de que se trate.

ARTICULO 12. — (Transferencia internacional).

1. Es prohibida la transferencia de datos personales de cualquier tipo con países u organismos


internacionales o supranacionales, que no propocionen niveles de protección adecuados.

2. La prohibición no regirá en los siguientes supuestos:

a) Colaboración judicial internacional;

b) Intercambio de datos de carácter médico, cuando así lo exija el tratamiento del afectado, o
una investigación epidemiológica, en tanto se realice en los términos del inciso e) del artículo
anterior;

c) Transferencias bancarias o bursátiles, en lo relativo a las transacciones respectivas y


conforme la legislación que les resulte aplicable;

d) Cuando la transferencia se hubiera acordado en el marco de tratados internacionales en los


cuales la República Argentina sea parte;

e) Cuando la transferencia tenga por objeto la cooperación internacional entre organismos de


inteligencia para la lucha contra el crimen organizado, el terrorismo y el narcotráfico.

Capítulo III

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Derechos de los titulares de datos

ARTICULO 13. — (Derecho de Información).

Toda persona puede solicitar información al organismo de control relativa a la existencia de


archivos, registros, bases o bancos de datos personales, sus finalidades y la identidad de sus
responsables.

El registro que se lleve al efecto será de consulta pública y gratuita.

ARTICULO 14. — (Derecho de acceso).

1. El titular de los datos, previa acreditación de su identidad, tiene derecho a solicitar y


obtener información de sus datos personales incluidos en los bancos de datos públicos, o
privados destinados a proveer informes.

2. El responsable o usuario debe proporcionar la información solicitada dentro de los diez


días corridos de haber sido intimado fehacientemente.

Vencido el plazo sin que se satisfaga el pedido, o si evacuado el informe, éste se estimara
insuficiente, quedará expedita la acción de protección de los datos personales o de hábeas
data prevista en esta ley.

3. El derecho de acceso a que se refiere este artículo sólo puede ser ejercido en forma gratuita
a intervalos no inferiores a seis meses, salvo que se acredite un interés legítimo al efecto.

4. El ejercicio del derecho al cual se refiere este artículo en el caso de datos de personas
fallecidas le corresponderá a sus sucesores universales.

ARTICULO 15. — (Contenido de la información).

1. La información debe ser suministrada en forma clara, exenta de codificaciones y en su caso


acompañada de una explicación, en lenguaje accesible al conocimiento medio de la
población, de los términos que se utilicen.

2. La información debe ser amplia y versar sobre la totalidad del registro perteneciente al
titular, aun cuando el requerimiento sólo comprenda un aspecto de los datos personales. En
ningún caso el informe podrá revelar datos pertenecientes a terceros, aun cuando se vinculen
con el interesado.

3. La información, a opción del titular, podrá suministrarse por escrito, por medios
electrónicos, telefónicos, de imagen, u otro idóneo a tal fin.

ARTICULO 16. — (Derecho de rectificación, actualización o supresión).

1. Toda persona tiene derecho a que sean rectificados, actualizados y, cuando corresponda,
suprimidos o sometidos a confidencialidad los datos personales de los que sea titular, que
estén incluidos en un banco de datos.

2. El responsable o usuario del banco de datos, debe proceder a la rectificación, supresión o


actualización de los datos personales del afectado, realizando las operaciones necesarias a tal

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fin en el plazo máximo de cinco días hábiles de recibido el reclamo del titular de los datos o
advertido el error o falsedad.

3. El incumplimiento de esta obligación dentro del término acordado en el inciso precedente,


habilitará al interesado a promover sin más la acción de protección de los datos personales o
de hábeas data prevista en la presente ley.

4. En el supuesto de cesión, o transferencia de datos, el responsable o usuario del banco de


datos debe notificar la rectificación o supresión al cesionario dentro del quinto día hábil de
efectuado el tratamiento del dato.

5. La supresión no procede cuando pudiese causar perjuicios a derechos o intereses legítimos


de terceros, o cuando existiera una obligación legal de conservar los datos.

6. Durante el proceso de verificación y rectificación del error o falsedad de la información


que se trate, el responsable o usuario del banco de datos deberá o bien bloquear el archivo, o
consignar al proveer información relativa al mismo la circunstancia de que se encuentra
sometida a revisión.

7. Los datos personales deben ser conservados durante los plazos previstos en las
disposiciones aplicables o en su caso, en las contractuales entre el responsable o usuario del
banco de datos y el titular de los datos.

ARTICULO 17. — (Excepciones).

1. Los responsables o usuarios de bancos de datos públicos pueden, mediante decisión


fundada, denegar el acceso, rectificación o la supresión en función de la protección de la
defensa de la Nación, del orden y la seguridad públicos, o de la protección de los derechos e
intereses de terceros.

2. La información sobre datos personales también puede ser denegada por los responsables o
usuarios de bancos de datos públicos, cuando de tal modo se pudieran obstaculizar
actuaciones judiciales o administrativas en curso vinculadas a la investigación sobre el
cumplimiento de obligaciones tributarias o previsionales, el desarrollo de funciones de
control de la salud y del medio ambiente, la investigación de delitos penales y la verificación
de infracciones administrativas. La resolución que así lo disponga debe ser fundada y
notificada al afectado.

3. Sin perjuicio de lo establecido en los incisos anteriores, se deberá brindar acceso a los
registros en cuestión en la oportunidad en que el afectado tenga que ejercer su derecho de
defensa.

ARTICULO 18. — (Comisiones legislativas).

Las Comisiones de Defensa Nacional y la Comisión Bicameral de Fiscalización de los


Organos y Actividades de Seguridad Interior e Inteligencia del Congreso de la Nación y la
Comisión de Seguridad Interior de la Cámara de Diputados de la Nación, o las que las
sustituyan, tendrán acceso a los archivos o bancos de datos referidos en el artículo 23 inciso 2

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por razones fundadas y en aquellos aspectos que constituyan materia de competencia de tales
Comisiones.

ARTICULO 19. — (Gratuidad).

La rectificación, actualización o supresión de datos personales inexactos o incompletos que


obren en registros públicos o privados se efectuará sin cargo alguno para el interesado.

ARTICULO 20. — (Impugnación de valoraciones personales).

1. Las decisiones judiciales o los actos administrativos que impliquen apreciación o


valoración de conductas humanas, no podrán tener como único fundamento el resultado del
tratamiento informatizado de datos personales que suministren una definición del perfil o
personalidad del interesado.

2. Los actos que resulten contrarios a la disposición precedente serán insanablemente nulos.

Capítulo IV

Usuarios y responsables de archivos, registros y bancos de datos

ARTICULO 21. — (Registro de archivos de datos. Inscripción).

1. Todo archivo, registro, base o banco de datos público, y privado destinado a proporcionar
informes debe inscribirse en el Registro que al efecto habilite el organismo de control.

2. El registro de archivos de datos debe comprender como mínimo la siguiente información:

a) Nombre y domicilio del responsable;

b) Características y finalidad del archivo;

c) Naturaleza de los datos personales contenidos en cada archivo;

d) Forma de recolección y actualización de datos;

e) Destino de los datos y personas físicas o de existencia ideal a las que pueden ser
transmitidos;

f) Modo de interrelacionar la información registrada;

g) Medios utilizados para garantizar la seguridad de los datos, debiendo detallar la categoría
de personas con acceso al tratamiento de la información;

h) Tiempo de conservación de los datos;

i) Forma y condiciones en que las personas pueden acceder a los datos referidos a ellas y los
procedimientos a realizar para la rectificación o actualización de los datos.

3) Ningún usuario de datos podrá poseer datos personales de naturaleza distinta a los
declarados en el registro.

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El incumplimiento de estos requisitos dará lugar a las sanciones administrativas previstas en
el capítulo VI de la presente ley.

ARTICULO 22. — (Archivos, registros o bancos de datos públicos).

1. Las normas sobre creación, modificación o supresión de archivos, registros o bancos de


datos pertenecientes a organismos públicos deben hacerse por medio de disposición general
publicada en el Boletín Oficial de la Nación o diario oficial.

2. Las disposiciones respectivas, deben indicar:

a) Características y finalidad del archivo;

b) Personas respecto de las cuales se pretenda obtener datos y el carácter facultativo u


obligatorio de su suministro por parte de aquéllas;

c) Procedimiento de obtención y actualización de los datos;

d) Estructura básica del archivo, informatizado o no, y la descripción de la naturaleza de los


datos personales que contendrán;

e) Las cesiones, transferencias o interconexiones previstas;

f) Organos responsables del archivo, precisando dependencia jerárquica en su caso;

g) Las oficinas ante las que se pudiesen efectuar las reclamaciones en ejercicio de los
derechos de acceso, rectificación o supresión.

3. En las disposiciones que se dicten para la supresión de los registros informatizados se esta
blecerá el destino de los mismos o las medidas que se adopten para su destrucción.

ARTICULO 23. — (Supuestos especiales).

1. Quedarán sujetos al régimen de la presente ley, los datos personales que por haberse
almacenado para fines administrativos, deban ser objeto de registro permanente en los bancos
de datos de las fuerzas armadas, fuerzas de seguridad, organismos policiales o de inteligencia;
y aquellos sobre antecedentes personales que proporcionen dichos bancos de datos a las
autoridades administrativas o judiciales que los requieran en virtud de disposiciones legales.

2. El tratamiento de datos personales con fines de defensa nacional o seguridad pública por
parte de las fuerzas armadas, fuerzas de seguridad, organismos policiales o inteligencia, sin
consentimiento de los afectados, queda limitado a aquellos supuestos y categoría de datos que
resulten necesarios para el estricto cumplimiento de las misiones legalmente asignadas a
aquéllos para la defensa nacional, la seguridad pública o para la represión de los delitos. Los
archivos, en tales casos, deberán ser específicos y establecidos al efecto, debiendo clasificarse
por categorías, en función de su grado de fiabilidad.

3. Los datos personales registrados con fines policiales se cancelarán cuando no sean
necesarios para las averiguaciones que motivaron su almacenamiento.

ARTICULO 24. — (Archivos, registros o bancos de datos privados).

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Los particulares que formen archivos, registros o bancos de datos que no sean para un uso
exclusivamente personal deberán registrarse conforme lo previsto en el artículo 21.

ARTICULO 25. — (Prestación de servicios informatizados de datos personales).

1. Cuando por cuenta de terceros se presten servicios de tratamiento de datos personales,


éstos no podrán aplicarse o utilizarse con un fin distinto al que figure en el contrato de
servicios, ni cederlos a otras personas, ni aun para su conservación.

2. Una vez cumplida la prestación contractual los datos personales tratados deberán ser
destruidos, salvo que medie autorización expresa de aquel por cuenta de quien se prestan
tales servicios cuando razonablemente se presuma la posibilidad de ulteriores encargos, en
cuyo caso se podrá almacenar con las debidas condiciones de seguridad por un período de
hasta dos años.

ARTICULO 26. — (Prestación de servicios de información crediticia).

1. En la prestación de servicios de información crediticia sólo pueden tratarse datos


personales de carácter patrimonial relativos a la solvencia económica y al crédito, obtenidos
de fuentes accesibles al público o procedentes de informaciones facilitadas por el interesado o
con su consentimiento.

2. Pueden tratarse igualmente datos personales relativos al cumplimiento o incumplimiento


de obligaciones de contenido patrimonial, facilitados por el acreedor o por quien actúe por su
cuenta o interés.

3. A solicitud del titular de los datos, el responsable o usuario del banco de datos, le
comunicará las informaciones, evaluaciones y apreciaciones que sobre el mismo hayan sido
comunicadas durante los últimos seis meses y y el nombre y domicilio del cesionario en el
supuesto de tratarse de datos obtenidos por cesión.

4. Sólo se podrán archivar, registrar o ceder los datos personales que sean significativos para
evaluar la solvencia económico-financiera de los afectados durante los últimos cinco años.
Dicho plazo se reducirá a dos años cuando el deudor cancele o de otro modo extinga la
obligación, debiéndose hace constar dicho hecho.

5. La prestación de servicios de información crediticia no requerirá el previo consentimiento


del titular de los datos a los efectos de su cesión, ni la ulterior comunicación de ésta, cuando
estén relacionados con el giro de las actividades comerciales o crediticias de los cesionarios.

ARTICULO 27. — (Archivos, registros o bancos de datos con fines de publicidad).

1. En la recopilación de domicilios, reparto de documentos, publicidad o venta directa y otras


actividades análogas, se podrán tratar datos que sean aptos para establecer perfiles
determinados con fines promocionales, comerciales o publicitarios; o permitan establecer
hábitos de consumo, cuando éstos figuren en documentos accesibles al público o hayan sido
facilitados por los propios titulares u obtenidos con su consentimiento.

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2. En los supuestos contemplados en el presente artículo, el titular de los datos podrá ejercer
el derecho de acceso sin cargo alguno.

3. El titular podrá en cualquier momento solicitar el retiro o bloqueo de su nombre de los


bancos de datos a los que se refiere el presente artículo.

ARTICULO 28. — (Archivos, registros o bancos de datos relativos a encuestas).

1. Las normas de la presente ley no se aplicarán a las encuestas de opinión, mediciones y


estadísticas relevadas conforme a Ley 17.622, trabajos de prospección de mercados,
investigaciones científicas o médicas y actividades análogas, en la medida que los datos
recogidos no puedan atribuirse a una persona determinada o determinable.

2. Si en el proceso de recolección de datos no resultara posible mantener el anonimato, se


deberá utilizar una técnica de disociación, de modo que no permita identificar a persona
alguna.

Capítulo V

Control

ARTICULO 29. — (Organo de Control).

1. El órgano de control deberá realizar todas las acciones necesarias para el cumplimiento de
los objetivos y demás disposiciones de la presente ley. A tales efectos tendrá las siguientes
funciones y atribuciones:

a) Asistir y asesorar a las personas que lo requieran acerca de los alcances de la presente y de
los medios legales de que disponen para la defensa de los derechos que ésta garantiza;

b) Dictar las normas y reglamentaciones que se deben observar en el desarrollo de las


actividades comprendidas por esta ley;

c) Realizar un censo de archivos, registros o bancos de datos alcanzados por la ley y


mantener el registro permanente de los mismos;

d) Controlar la observancia de las normas sobre integridad y seguridad de datos por parte de
los archivos, registros o bancos de datos. A tal efecto podrá solicitar autorización judicial para
acceder a locales, equipos, o programas de tratamiento de datos a fin de verificar infracciones
al cumplimiento de la presente ley;

e) Solicitar información a las entidades públicas y privadas, las que deberán proporcionar los
antecedentes, documentos, programas u otros elementos relativos al tratamiento de los datos
personales que se le requieran. En estos casos, la autoridad deberá garantizar la seguridad y
confidencialidad de la información y elementos suministrados;

f) Imponer las sanciones administrativas que en su caso correspondan por violación a las
normas de la presente ley y de las reglamentaciones que se dicten en su consecuencia;

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g) Constituirse en querellante en las acciones penales que se promovieran por violaciones a la
presente ley;

h) Controlar el cumplimiento de los requisitos y garantías que deben reunir los archivos o
bancos de datos privados destinados a suministrar informes, para obtener la correspondiente
inscripción en el Registro creado por esta ley.

2. (Punto vetado por art. 1° del Decreto N° 995/2000 B.O. 2/11/2000)

3. (Punto vetado por art. 1° del Decreto N° 995/2000 B.O. 2/11/2000)

El Director tendrá dedicación exclusiva en su función, encontrándose alcanzado por las


incompatibilidades fijadas por ley para los funcionarios públicos y podrá ser removido por el
Poder Ejecutivo por mal desempeño de sus funciones.

ARTICULO 30. — (Códigos de conducta).

1. Las asociaciones o entidades representativas de responsables o usuarios de bancos de datos


de titularidad privada podrán elaborar códigos de conducta de práctica profesional, que
establezcan normas para el tratamiento de datos personales que tiendan a asegurar y mejorar
las condiciones de operación de los sistemas de información en función de los principios
establecidos en la presente ley.

2. Dichos códigos deberán ser inscriptos en el registro que al efecto lleve el organismo de
control, quien podrá denegar la inscripción cuando considere que no se ajustan a las
disposiciones legales y reglamentarias sobre la materia.

Capítulo VI

Sanciones

ARTICULO 31. — (Sanciones administrativas).

1. Sin perjuicio de las responsabilidades administrativas que correspondan en los casos de


responsables o usuarios de bancos de datos públicos; de la responsabilidad por daños y
perjuicios derivados de la inobservancia de la presente ley, y de las sanciones penales que
correspondan, el organismo de control podrá aplicar las sanciones de apercibimiento,
suspensión, multa de mil pesos ($ 1.000.-) a cien mil pesos ($ 100.000.-), clausura o
cancelación del archivo, registro o banco de datos.

2. La reglamentación determinará las condiciones y procedimientos para la aplicación de las


sanciones previstas, las que deberán graduarse en relación a la gravedad y extensión de la
violación y de los perjuicios derivados de la infracción, garantizando el principio del debido
proceso.

ARTICULO 32. — (Sanciones penales).

1. Incorpórase como artículo 117 bis del Código Penal, el siguiente:

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"1°. Será reprimido con la pena de prisión de un mes a dos años el que insertara o hiciera
insertar a sabiendas datos falsos en un archivo de datos personales.

2°. La pena será de seis meses a tres años, al que proporcionara a un tercero a sabiendas
información falsa contenida en un archivo de datos personales.

3°. La escala penal se aumentará en la mitad del mínimo y del máximo, cuando del hecho se
derive perjuicio a alguna persona.

4°. Cuando el autor o responsable del ilícito sea funcionario público en ejercicio de sus
funciones, se le aplicará la accesoria de inhabilitación para el desempeño de cargos públicos
por el doble del tiempo que el de la condena".

2. Incorpórase como artículo 157 bis del Código Penal el siguiente:

"Será reprimido con la pena de prisión de un mes a dos años el que:

1°. A sabiendas e ilegítimamente, o violando sistemas de confidencialidad y seguridad de


datos, accediere, de cualquier forma, a un banco de datos personales;

2°. Revelare a otro información registrada en un banco de datos personales cuyo secreto
estuviere obligado a preservar por disposición de una ley.

Cuando el autor sea funcionario público sufrirá, además, pena de inhabilitación especial de
uno a cuatro años".

Capítulo VII

Acción de protección de los datos personales

ARTICULO 33. — (Procedencia).

1. La acción de protección de los datos personales o de hábeas data procederá:

a) para tomar conocimiento de los datos personales almacenados en archivos, registros o


bancos de datos públicos o privados destinados a proporcionar informes, y de la finalidad de
aquéllos;

b) en los casos en que se presuma la falsedad, inexactitud, desactualización de la información


de que se trata, o el tratamiento de datos cuyo registro se encuentra prohibido en la presente
ley, para exigir su rectificación, supresión, confidencialidad o actualización.

ARTICULO 34. — (Legitimación activa).

La acción de protección de los datos personales o de hábeas data podrá ser ejercida por el
afectado, sus tutores o curadores y los sucesores de las personas físicas, sean en línea directa
o colateral hasta el segundo grado, por sí o por intermedio de apoderado.

Cuando la acción sea ejercida por personas de existencia ideal, deberá ser interpuesta por sus
representantes legales, o apoderados que éstas designen al efecto.

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En el proceso podrá intervenir en forma coadyuvante el Defensor del Pueblo.

ARTICULO 35. — (Legitimación pasiva).

La acción procederá respecto de los responsables y usuarios de bancos de datos públicos, y de


los privados destinados a proveer informes.

ARTICULO 36. — (Competencia).

Será competente para entender en esta acción el juez del domicilio del actor; el del domicilio
del demandado; el del lugar en el que el hecho o acto se exteriorice o pudiera tener efecto, a
elección del actor.

Procederá la competencia federal:

a) cuando se interponga en contra de archivos de datos públicos de organismos nacionales, y

b) cuando los archivos de datos se encuentren interconectados en redes interjurisdicciones,


nacionales o internacionales.

ARTICULO 37. — (Procedimiento aplicable).

La acción de hábeas data tramitará según las disposiciones de la presente ley y por el
procedimiento que corresponde a la acción de amparo común y supletoriamente por las
normas del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, en lo atinente al juicio
sumarísimo.

ARTICULO 38. — (Requisitos de la demanda).

1. La demanda deberá interponerse por escrito, individualizando con la mayor precisión


posible el nombre y domicilio del archivo, registro o banco de datos y, en su caso, el nombre
del responsable o usuario del mismo.

En el caso de los archivos, registros o bancos públicos, se procurará establecer el organismo


estatal del cual dependen.

2. El accionante deberá alegar las razones por las cuales entiende que en el archivo, registro o
banco de datos individualizado obra información referida a su persona; los motivos por los
cuales considera que la información que le atañe resulta discriminatoria, falsa o inexacta y
justificar que se han cumplido los recaudos que hacen al ejercicio de los derechos que le
reconoce la presente ley.

3. El afectado podrá solicitar que mientras dure el procedimiento, el registro o banco de datos
asiente que la información cuestionada está sometida a un proceso judicial.

4. El Juez podrá disponer el bloqueo provisional del archivo en lo referente al dato personal
motivo del juicio cuando sea manifiesto el carácter discriminatorio, falso o inexacto de la
información de que se trate.

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5. A los efectos de requerir información al archivo, registro o banco de datos involucrado, el
criterio judicial de apreciación de las circunstancias requeridas en los puntos 1 y 2 debe ser
amplio.

ARTICULO 39. — (Trámite).

1. Admitida la acción el juez requerirá al archivo, registro o banco de datos la remisión de la


información concerniente al accionante. Podrá asimismo solicitar informes sobre el soporte
técnico de datos, documentación de base relativa a la recolección y cualquier otro aspecto que
resulte conducente a la resolución de la causa que estime procedente.

2. El plazo para contestar el informe no podrá ser mayor de cinco días hábiles, el que podrá
ser ampliado prudencialmente por el juez.

ARTICULO 40. — (Confidencialidad de la información).

1. Los registros, archivos o bancos de datos privados no podrán alegar la confidencialidad de


la información que se les requiere salvo el caso en que se afecten las fuentes de información
periodística.

2. Cuando un archivo, registro o banco de datos público se oponga a la remisión del informe
solicitado con invocación de las excepciones al derecho de acceso, rectificación o supresión,
autorizadas por la presente ley o por una ley específica; deberá acreditar los extremos que
hacen aplicable la excepción legal. En tales casos, el juez podrá tomar conocimiento personal
y directo de los datos solicitados asegurando el mantenimiento de su confidencialidad.

ARTICULO 41. — (Contestación del informe).

Al contestar el informe, el archivo, registro o banco de datos deberá expresar las razones por
las cuales incluyó la información cuestionada y aquellas por las que no evacuó el pedido
efectuado por el interesado, de conformidad a lo establecido en los artículos 13 a 15 de la ley.

ARTICULO 42. — (Ampliación de la demanda).

Contestado el informe, el actor podrá, en el término de tres días, ampliar el objeto de la


demanda solicitando la supresión, rectificación, confidencialidad o actualización de sus datos
personales, en los casos que resulte procedente a tenor de la presente ley, ofreciendo en el
mismo acto la prueba pertinente. De esta presentación se dará traslado al demandado por el
término de tres días.

ARTICULO 43. — (Sentencia).

1. Vencido el plazo para la contestación del informe o contestado el mismo, y en el supuesto


del artículo 42, luego de contestada la ampliación, y habiendo sido producida en su caso la
prueba, el juez dictará sentencia.

2. En el caso de estimarse procedente la acción, se especificará si la información debe ser


suprimida, rectificada, actualizada o declarada confidencial, estableciendo un plazo para su
cumplimiento.

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3. El rechazo de la acción no constituye presunción respecto de la responsabilidad en que
hubiera podido incurrir el demandante.

4. En cualquier caso, la sentencia deberá ser comunicada al organismo de control, que deberá
llevar un registro al efecto.

ARTICULO 44. — (Ambito de aplicación).

Las normas de la presente ley contenidas en los Capítulos I, II, III y IV, y artículo 32 son de
orden público y de aplicación en lo pertinente en todo el territorio nacional.

Se invita a las provincias a adherir a las normas de esta ley que fueren de aplicación exclusiva
en jurisdicción nacional.

La jurisdicción federal regirá respecto de los registros, archivos, bases o bancos de datos
interconectados en redes de alcance interjurisdiccional, nacional o internacional.

ARTICULO 45. — El Poder Ejecutivo Nacional deberá reglamentar la presente ley y


establecer el organismo de control dentro de los ciento ochenta días de su promulgación.

ARTICULO 46. — (Disposiciones transitorias).

Los archivos, registros, bases o bancos de datos destinados a proporcionar informes,


existentes al momento de la sanción de la presente ley, deberán inscribirse en el registro que
se habilite conforme a lo dispuesto en el artículo 21 y adecuarse a lo que dispone el presente
régimen dentro del plazo que al efecto establezca la reglamentación.

(Nota Infoleg: por art. 2° del Decreto N° 1558/2001 B.O. 3/12/2001 se establece en CIENTO
OCHENTA (180) días el plazo previsto en el presente artículo)

ARTICULO 47. — Los bancos de datos destinados a prestar servicios de información


crediticia deberán eliminar y omitir el asiento en el futuro de todo dato referido a
obligaciones y calificaciones asociadas de las personas físicas y jurídicas cuyas obligaciones
comerciales se hubieran constituido en mora, o cuyas obligaciones financieras hubieran sido
clasificadas con categoría 2, 3, 4 ó 5, según normativas del Banco Central de la República
Argentina, en ambos casos durante el período comprendido entre el 1º de enero del año 2000
y el 10 de diciembre de 2003, siempre y cuando esas deudas hubieran sido canceladas o
regularizadas al momento de entrada en vigencia de la presente ley o lo sean dentro de los
180 días posteriores a la misma. La suscripción de un plan de pagos por parte del deudor, o la
homologación del acuerdo preventivo o del acuerdo preventivo extrajudicial importará la
regularización de la deuda, a los fines de esta ley.

El Banco Central de la República Argentina establecerá los mecanismos que deben cumplir
las Entidades Financieras para informar a dicho organismo los datos necesarios para la
determinación de los casos encuadrados. Una vez obtenida dicha información, el Banco
Central de la República Argentina implementará las medidas necesarias para asegurar que
todos aquellos que consultan los datos de su Central de Deudores sean informados de la
procedencia e implicancias de lo aquí dispuesto.

© Thomson La Ley 197


Toda persona que considerase que sus obligaciones canceladas o regularizadas están incluidas
en lo prescripto en el presente artículo puede hacer uso de los derechos de acceso,
rectificación y actualización en relación con lo establecido.

Sin perjuicio de lo expuesto en los párrafos precedentes, el acreedor debe comunicar a todo
archivo, registro o banco de datos al que hubiera cedido datos referentes al incumplimiento
de la obligación original, su cancelación o regularización.

(Artículo incorporado por art. 1° de la Ley N° 26.343 B.O. 9/1/2008)

ARTICULO 48. — Comuníquese al Poder Ejecutivo.

DADA EN LA SALA DE SESIONES DEL CONGRESO ARGENTINO, EN BUENOS


AIRES, A LOS CUATRO DIAS DEL MES DE OCTUBRE DEL AÑO DOS MIL.

— REGISTRADO BAJO EL N° 25.326 —

RAFAEL PASCUAL. — JOSE GENOUD. — Guillermo Aramburu. — Mario L.


Pontaquarto.

Antecedentes Normativos

- Artículo 47 vetado por art. 2° del Decreto N° 995/2000 B.O. 2/11/2000.

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PROTECCIÓN JURÍDICA DEL SOFTWARE

PROPIEDAD INTELECTUAL

Ley 25.036

Modifícanse los artículos 1°, 4°, 9° y 57 e incorpórase el artículo 55 bis a la Ley N° 11.723.

Sancionada: Octubre 14 de 1998

Promulgada: Noviembre de 1998

B.O.: 11/11/98

El Senado y Cámara de Diputados de la Nación

Argentina reunidos en Congreso, etc.,sancionan con fuerza de Ley:

ARTICULO 1° -Modifícase el artículo 1° de la Ley 11.723, el que quedará redactado de la


siguiente manera:

Artículo 1°: A los efectos de la presente ley, las obras científicas, literarias y artísticas
comprenden los escritos de toda naturaleza y extensión, entre ellos los programas de
computación fuente y objeto; las compilaciones de datos o de otros materiales; las obras
dramáticas, composiciones musicales, dramático-musicales; las cinematográficas,
coreográficas y pantomímicas; las obras de dibujo, pintura, escultura, arquitectura; modelos y
obras de arte o ciencia aplicadas al comercio o a la industria; los impresos, planos y mapas;
los plásticos, fotografías, grabados y fonogramas; en fin, toda producción científica, literaria,
artística o didáctica, sea cual fuere el procedimiento de reproducción.

La protección del derecho de autor abarcará la expresión de ideas, procedimientos, métodos


de operación y conceptos matemáticos pero no esas ideas, procedimientos, métodos y
conceptos en sí.

ARTICULO 2° -Incorpórase como inciso d) del artículo 4° de la ley 11.723 el siguiente texto:

Artículo 4°:...

d) Las personas físicas o jurídicas cuyos dependientes contratados para elaborar un programa
de computación hubiesen producido un programa de computación en el desempeño de sus
funciones laborales, salvo estipulación en contrario.

ARTICULO 3° -Incorpórase como segundo párrafo del artículo 9° de la ley 11.723 el


siguiente texto:

Artículo 9°:...

Quien haya recibido de los autores o de sus derecho-habientes de un programa de


computación una licencia para usarlo, podrá reproducir una única copia de salvaguardia de
los ejemplares originales del mismo.

© Thomson La Ley 199


Dicha copia deberá estar debidamente identificada, con indicación del licenciado que realizó
la copia y la fecha de la misma. La copia de salvaguardia no podrá ser utilizada para otra
finalidad que la de reemplazar el ejemplar original del programa de computación licenciado
si ese original se pierde o deviene inútil para su utilización.

ARTICULO 4° -Incorpórase como artículo 55 bis de la ley 11.723 el siguiente texto:

Artículo 55 bis: La explotación de la propiedad intelectual sobre los programas de


computación incluirá entre otras formas los contratos de licencia para su uso o reproducción.

ARTICULO 5° -Incorpórase como artículo 57, in fine, de la ley 11.723 el siguiente texto:

Artículo 57, in fine: Para los programas de computación, consistirá el depósito de los
elementos y documentos que determine la reglamentación.

ARTICULO 6° -Comuníquese al Poder Ejecutivo.

DADA EN LA SALA DE SESIONES DEL CONGRESO ARGENTINO, EN BUENOS


AIRES, A LOS CATORCE DIAS DEL MES DE OCTUBRE DEL AÑO MIL
NOVECIENTOS NOVENTA Y OCHO.

-REGISTRADO BAJO EL N° 25.036-

ALBERTO R. PIERRI. -CARLOS F. RUCKAUF. -Esther H. Pereyra Arandía de Pérez


Pardo. -Mario L. Pontaquarto.

Decreto N° 1307/98

Bs. As.,6/11/98

POR TANTO:

Téngase por Ley de la Nación N° 25.036 cúmplase, comuníquese, publíquese, dése a la


Dirección Nacional del Registro Oficial y archívese. -MENEM. -Jorge A. Rodríguez. -Raúl
E. Granillo Ocampo.

© Thomson La Ley 200


DELITOS INFORMATICOS

CODIGO PENAL

Ley 26.388

Modificación.

Sancionada: Junio 4 de 2008

Promulgada de Hecho: Junio 24 de 2008

El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso, etc.


sancionan con fuerza de Ley:

ARTICULO 1º — Incorpóranse como últimos párrafos del artículo 77 del Código Penal, los
siguientes:

El término "documento" comprende toda representación de actos o hechos, con


independencia del soporte utilizado para su fijación, almacenamiento, archivo o transmisión.

Los términos "firma" y "suscripción" comprenden la firma digital, la creación de una firma
digital o firmar digitalmente.

Los términos "instrumento privado" y "certificado" comprenden el documento digital firmado


digitalmente.

ARTICULO 2º — Sustitúyese el artículo 128 del Código Penal, por el siguiente:

Artículo 128: Será reprimido con prisión de seis (6) meses a cuatro (4) años el que produjere,
financiare, ofreciere, comerciare, publicare, facilitare, divulgare o distribuyere, por cualquier
medio, toda representación de un menor de dieciocho (18) años dedicado a actividades
sexuales explícitas o toda representación de sus partes genitales con fines predominantemente
sexuales, al igual que el que organizare espectáculos en vivo de representaciones sexuales
explícitas en que participaren dichos menores.

Será reprimido con prisión de cuatro (4) meses a dos (2) años el que tuviere en su poder
representaciones de las descriptas en el párrafo anterior con fines inequívocos de distribución
o comercialización.

Será reprimido con prisión de un (1) mes a tres (3) años el que facilitare el acceso a
espectáculos pornográficos o suministrare material pornográfico a menores de catorce (14)
años.

ARTICULO 3º — Sustitúyese el epígrafe del Capítulo III, del Título V, del Libro II del
Código Penal, por el siguiente:

"Violación de Secretos y de la Privacidad"

ARTICULO 4º — Sustitúyese el artículo 153 del Código Penal, por el siguiente:

© Thomson La Ley 201


Artículo 153: Será reprimido con prisión de quince (15) días a seis (6) meses el que abriere o
accediere indebidamente a una comunicación electrónica, una carta, un pliego cerrado, un
despacho telegráfico, telefónico o de otra naturaleza, que no le esté dirigido; o se apoderare
indebidamente de una comunicación electrónica, una carta, un pliego, un despacho u otro
papel privado, aunque no esté cerrado; o indebidamente suprimiere o desviare de su destino
una correspondencia o una comunicación electrónica que no le esté dirigida.

En la misma pena incurrirá el que indebidamente interceptare o captare comunicaciones


electrónicas o telecomunicaciones provenientes de cualquier sistema de carácter privado o de
acceso restringido.

La pena será de prisión de un (1) mes a un (1) año, si el autor además comunicare a otro o
publicare el contenido de la carta, escrito, despacho o comunicación electrónica.

Si el hecho lo cometiere un funcionario público que abusare de sus funciones, sufrirá además,
inhabilitación especial por el doble del tiempo de la condena.

ARTICULO 5º — Incorpórase como artículo 153 bis del Código Penal, el siguiente:

Artículo 153 bis: Será reprimido con prisión de quince (15) días a seis (6) meses, si no
resultare un delito más severamente penado, el que a sabiendas accediere por cualquier
medio, sin la debida autorización o excediendo la que posea, a un sistema o dato informático
de acceso restringido.

La pena será de un (1) mes a un (1) año de prisión cuando el acceso fuese en perjuicio de un
sistema o dato informático de un organismo público estatal o de un proveedor de servicios
públicos o de servicios financieros.

ARTICULO 6º — Sustitúyese el artículo 155 del Código Penal, por el siguiente:

Artículo 155: Será reprimido con multa de pesos un mil quinientos ($ 1.500) a pesos cien mil
($ 100.000), el que hallándose en posesión de una correspondencia, una comunicación
electrónica, un pliego cerrado, un despacho telegráfico, telefónico o de otra naturaleza, no
destinados a la publicidad, los hiciere publicar indebidamente, si el hecho causare o pudiere
causar perjuicios a terceros.

Está exento de responsabilidad penal el que hubiere obrado con el propósito inequívoco de
proteger un interés público.

ARTICULO 7º — Sustitúyese el artículo 157 del Código Penal, por el siguiente:

Artículo 157: Será reprimido con prisión de un (1) mes a dos (2) años e inhabilitación
especial de un (1) a cuatro (4) años, el funcionario público que revelare hechos, actuaciones,
documentos o datos, que por ley deben ser secretos.

ARTICULO 8º — Sustitúyese el artículo 157 bis del Código Penal, por el siguiente:

Artículo 157 bis: Será reprimido con la pena de prisión de un (1) mes a dos (2) años el que:

© Thomson La Ley 202


1. A sabiendas e ilegítimamente, o violando sistemas de confidencialidad y seguridad de
datos, accediere, de cualquier forma, a un banco de datos personales;

2. Ilegítimamente proporcionare o revelare a otro información registrada en un archivo o en


un banco de datos personales cuyo secreto estuviere obligado a preservar por disposición de
la ley.

3. Ilegítimamente insertare o hiciere insertar datos en un archivo de datos personales.

Cuando el autor sea funcionario público sufrirá, además, pena de inhabilitación especial de
un (1) a cuatro (4) años.

ARTICULO 9º — Incorpórase como inciso 16 del artículo 173 del Código Penal, el
siguiente:

Inciso 16. El que defraudare a otro mediante cualquier técnica de manipulación informática
que altere el normal funcionamiento de un sistema informático o la transmisión de datos.

ARTICULO 10. — Incorpórase como segundo párrafo del artículo 183 del Código Penal, el
siguiente:

En la misma pena incurrirá el que alterare, destruyere o inutilizare datos, documentos,


programas o sistemas informáticos; o vendiere, distribuyere, hiciere circular o introdujere en
un sistema informático, cualquier programa destinado a causar daños.

ARTICULO 11. — Sustitúyese el artículo 184 del Código Penal, por el siguiente:

Artículo 184: La pena será de tres (3) meses a cuatro (4) años de prisión, si mediare
cualquiera de las circunstancias siguientes:

1. Ejecutar el hecho con el fin de impedir el libre ejercicio de la autoridad o en venganza de


sus determinaciones;

2. Producir infección o contagio en aves u otros animales domésticos;

3. Emplear substancias venenosas o corrosivas;

4. Cometer el delito en despoblado y en banda;

5. Ejecutarlo en archivos, registros, bibliotecas, museos o en puentes, caminos, paseos u otros


bienes de uso público; o en tumbas, signos conmemorativos, monumentos, estatuas, cuadros
u otros objetos de arte colocados en edificios o lugares públicos; o en datos, documentos,
programas o sistemas informáticos públicos;

6. Ejecutarlo en sistemas informáticos destinados a la prestación de servicios de salud, de


comunicaciones, de provisión o transporte de energía, de medios de transporte u otro servicio
público.

ARTICULO 12. — Sustitúyese el artículo 197 del Código Penal, por el siguiente:

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Artículo 197: Será reprimido con prisión de seis (6) meses a dos (2) años, el que
interrumpiere o entorpeciere la comunicación telegráfica, telefónica o de otra naturaleza o
resistiere violentamente el restablecimiento de la comunicación interrumpida.

ARTICULO 13. — Sustitúyese el artículo 255 del Código Penal, por el siguiente:

Artículo 255: Será reprimido con prisión de un (1) mes a cuatro (4) años, el que sustrajere,
alterare, ocultare, destruyere o inutilizare en todo o en parte objetos destinados a servir de
prueba ante la autoridad competente, registros o documentos confiados a la custodia de un
funcionario público o de otra persona en el interés del servicio público. Si el autor fuere el
mismo depositario, sufrirá además inhabilitación especial por doble tiempo.

Si el hecho se cometiere por imprudencia o negligencia del depositario, éste será reprimido
con multa de pesos setecientos cincuenta ($ 750) a pesos doce mil quinientos ($ 12.500).

ARTICULO 14. — Deróganse el artículo 78 bis y el inciso 1º del artículo 117 bis del Código
Penal.

ARTICULO 15. — Comuníquese al Poder Ejecutivo.

DADA EN LA SALA DE SESIONES DEL CONGRESO ARGENTINO, EN BUENOS


AIRES, A LOS CUATRO DIAS DEL MES DE JUNIO DEL AÑO DOS MIL OCHO.

— REGISTRADO BAJO EL Nº 26.388 —

EDUARDO A. FELLNER. — JULIO C. C. COBOS. — Enrique Hidalgo. — Juan H.


Estrada.

© Thomson La Ley 204


El comercio electrónico. Perspectiva desde el derecho de consumo.

Por Carlos A. Parellada

I. Introducción. II. El comercio electrónico. III. Las clasificaciones del comercio


electrónico. IV. Vinculación entre consumidores. V. Los principios jurídicos en
materia de comercio electrónico y de protección al consumidor. VI. Los
elementos extranjeros del comercio electrónico. VII. El problema del juez
competente y la ley aplicable en el comercio electrónico internacional. VIII.
Prórrogas de la competencia. IX. La ley aplicable al comercio electrónico. X. El
encuadre dentro de la categoría de los contratos celebrados a distancia. XI. A
modo de conclusión.

Introducción
El crecimiento del comercio electrónico, en la Argentina, es
exponencial. Cada vez es más habitual comprar tickets para espectáculos, pasajes en los
medios de transporte, licencias de software, computadoras y cualquier bien por vía de la Red
Internet. La difusión de ese ámbito comercial exige un estudio específico de cómo se está
ocupando el Derecho de esa nueva relación intersubjetiva, que aparece conmoviendo los
principios del derecho tradicional, desde la territorialidad propia del derecho estatal.

Pero, a la vez, que la realidad ‘virtual’ nos convoca a esa nueva


relación, desde el Derecho también aparecen principios que el derecho tradicional
desconocía, como es el Derecho del Consumo.

Es el encuentro de esos fenómenos, ambos novedosos y por


tanto inacabados, sin raíces firmes, extendidas en el tiempo, ni suficientes reflexiones que
hayan madurado hacia una unificación regulatoria, justifica un enfoque particular y específico
de los problemas que suscita esta temática.

El comercio electrónico
La expresión comercio electrónico puede utilizarse en un
sentido amplísimo (1): como la realización de transacciones mediante la transmisión de datos
por medios electrónicos. Electrónico se usa en su significado propio de “aplicación que

1
HOCSMAN, Heriberto S. “Los contratos electrónicos” en Etcheverry, R.A.-Illesca Ortíz, R.
“Comercio electrónico. Estructura operativa y jurídica”, Bs.As., Hammurabi, 2010, pág. 363,
especialmente No. 2.

© Thomson La Ley 205


utiliza el comportamiento de los electrones sometidos a campos eléctricos, magnéticos,
lumínicos, etc.”

Otra acepción más restringida, que podríamos –no obstante-


calificar de amplia, es el sentido en que se utiliza normalmente, es para designar las
operaciones o transacciones comerciales o civiles que se realizan a través de la Red Internet u
otras redes cerradas. En tal sentido, aunque partiendo de la primera concepción, Sarra
reduce su conceptualización al ámbito de las redes que conectan la oferta y la demanda de
bienes (2).

La tercera acepción –que calificamos de restrictiva-, la que


designa comercio electrónico como el modo de proceder o ámbito que da lugar a un contrato
electrónico, entendido éste como el que se celebra por medios electrónicos. Hay una evidente
conexión con la primera acepción; sin embargo, el comercio electrónico designaría un modo
de proceder en ese ámbito, en tanto que el contrato electrónico sería el resultado de esa
actividad.

Una variante de esta acepción restrictiva, muy interesante, es la


que ha desarrollado Luciana Paula Martínez, que caracteriza al comercio electrónico como el
“conjunto de transacciones comerciales cuya celebración y/o para cuyo cumplimiento las
partes utilizan medios electrónicos, asumiendo la utilización de los medios electrónicos un
aspecto relevante en la transacción”. (3)

Otros autores, en cambio, sólo toman en cuenta que los medios


electrónicos hayan sido utilizados para la formación de la voluntad de los contratantes (4).

Por último, hay una acepción restrictivísima, que reserva la


expresión ‘contrato electrónico’ a los que se celebran por el diálogo directo entre
computadores u ordenadores. Ese diálogo se conoce con el nombre de EDI (Electronic Data
Interchange, o sea, intercambio electrónico de datos). Se distinguen claramente de los
contratos electrónicos a los que se refiere la acepción anterior, en que aquéllos sólo pueden
ser celebrados por personas que hayan convenido previamente, mediante un contrato marco

2
SARRA, Andrea V. “Comercio electrónico y derecho”, Bs.As., Astrea, 2000, pág. 279, No.
45 b).
3
Aut.cit., “Comercio electrónico internacional” en Rouillón, Adolfo A.N. (Dir.)-Alonso,
Daniel F. (Coord.) “Código de Comercio. Comentado y anotado”, Bs.As., La Ley, 2009, To.
VI pág. 8, No. 6.
4
RICO CARRILLO, Mariliana “Aspectos jurídicos de la contratación electrónica” en Rico
Carrillo, Mariliana (Coord.) “Derecho de las nuevas tecnologías”, Bs.As., La Rocca, 2007,
pág. 269, No. 2.

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normativo, la utilización de medios electrónicos para la celebración de los futuros contratos
entre las partes y la equivalencia los mensajes intercambiados a la forma escrita ( 5). Los
contratos que encuadran en esta categoría no son de especial interés a los fines del presente
trabajo, pues –en general- no forman parte de los que son habituales entre proveedores y
consumidores, aunque no puede descartarse que en casos especiales (muy aislados) puedan
utilizarse a los fines de tal relación. Se trata de un sistema difundido entre las empresas con
la finalidad de estandarizar procesos de negociación, permitiendo la localización y revisión
de los procesos documentales comunes, p.ej. facturas, órdenes de compra, cronogramas de
entregas, declaraciones aduaneras, etc. que instrumentan sus relaciones.

Renato Jimena Leiva define al comercio electrónico como “El


intercambio telemático de información entre empresas (Business to Business) o entre
empresas y consumidores (Business to consumer) que da lugar a una relación (u operación)
comercial, consistente en la entrega de bienes intangibles (datos, documentos, imágenes,
música, videos, servicios, etc.) o en un pedido electrónico de bienes tangibles (cosas o
servicios)” (6)

Lo que caracteriza al comercio electrónico –desde ese ángulo-


es ser una forma de comunicación con fines contractuales (sean de concertación o
cumplimiento) mediante tecnología telemática, o sea, a través de la utilización de las técnicas
de telecomunicación e informática aplicadas para la transmisión a distancia de información
computarizada. Trasmisión que tiene por finalidad la concertación de una operación
comercial –mediante un contrato- al que denominamos ‘contrato electrónico’.

5
ILLESCA ORTÍZ, Rafael “Fundamentos jurídicos del comercio electrónico” en Etcheverry,
R.A.- Illesca Ortíz, R. “Comercio electrónico. Estructura…” cit, pág. 261, especialmente, No.
10.b; VATIER FUENZALIDA, Carlos “En torno a los contratos electronicos” en Rev.Gral. de
Legislación y Jurisprudencia (Madrid-Ed.Reus), Tercera Época, 1999 No. 1, pág. 80, No. 2.
ARANGO RUDEA, Adrian “Aproximación a la formación del contratos en Internet” en
“Comercio electrónico”, Bogotá, Colombia, Univ. de los Andes-Legis, 2005, pág. 59, No.
3.1.3.1; BARRAL VIÑALS, Inmaculada “La contratación por ‘vía electrónica’: adaptación
del marco jurídico mediante los principios de equivalencia funcional” en Llamas Pombo,
Eugenio (Coord.) “Estudios de derecho de obligaciones: Homenaje al profesor Mariano
Alonso Pérez” Madrid, La Ley, 2006, To. I pág. 111, cap. II; SCAGLIA, Caroline P.
“Contratos celebrados a través del intercambio electrónico y automático de datos”, J.A. To.
2005 pág. 1358; CZARNY, Natalio “Ciberespacio y derecho (Desafíos que el comercio
electrónico planteal derecho comercial tradicional. Los contratos telemáticos)” E.D. To. 173
pág. 898 y MJ-DOC-319-AR, especialmente, No. 4.3 y 4.4.
6
JIJENA LEIVA, Renato Javier “Comercio electrónico, Estado y Derecho: El nuevo sistema
de compras estatales en Chile” en http://comunidad.derecho.org/congreso/ponencia2.html

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De modo tal que el comercio electrónico es un ámbito ‘virtual’
en el que se desarrollan las actividades que generan como resultado un contrato electrónico y
su cumplimiento, por el cual el consumidor o las empresas buscan satisfacer sus necesidades.

Las clasificaciones del comercio electrónico.


Generalmente se utilizan dos clasificaciones del comercio
electrónico.

A. Clasificación por los sujetos vinculados.


Una toma en cuenta los sujetos intervinientes, y así se agrupan los negocios jurídicos
celebrados por medios electrónicos en:

 C2C (Consumer to Consumer) son los que se realizan entre consumidores

 B2C (Business to Consumer) son los que se realizan entre una empresa o
proveedor y un consumidor

 B2B (Business to Business) son los que se establecen entre empresas.

 G2B (Goverment to Business) son los que realiza una entidad pública con una
empresa

 G2G (Goverment to Goverment) son los que se establecen entre gobiernos

 G2C (Goverment to Consumer) son los que vinculan a una entidad pública con un
consumidor

Esta clasificación tiene importancia pues es la que determina el


derecho de orden interno que se aplica. Podrá ser que quede regido por las disposiciones del
derecho privado -comercial, civil, etc.- o de derecho público o el transversal derecho del
consumo.

En nuestro análisis, el interés se centra en tres supuestos: los


dos primeros casos y el último, o sea, C2C, B2C y G2C; o sea, las operaciones entre
consumidores, las que realiza una empresa o proveedor con un consumidor y las que se
establecen entre una entidad pública y un consumidor. Tales supuestos son susceptibles de
suscitar reflexiones acerca de la aplicación del sistema tuitivo del consumidor. En el resto de
los casos, la legislación de orden interno directamente aplicable será el Código Civil y el
Código de Comercio, pero no la Ley de Protección al Consumidor.

El primer caso, nos interesa a los fines de establecer si la Ley de


Defensa del consumidor es aplicable a la relación entablada entre consumidores.

© Thomson La Ley 208


Los dos últimos supuestos, en los que la relación vincula a un
proveedor –sea una persona privada o una entidad pública- con un consumidor, en los que –
sin dudas- se aplica el régimen de la LDC, el problema es si tales normas se adaptan a este
nuevo modo de contratar que se denomina ‘comercio electrónico’ (7).

B. Segunda clasificación por el modo de cumplimiento: La otra


clasificación, categoriza sobre la base del medio a través del cual se cumple la prestación
característica del contrato:

 Si la entrega de la cosa –o sea, un archivo digital (8)- o del resultado del servicio,
se trasmite on line, se habla de ‘comercio electrónico directo’. Esta clase se
presenta cuando existe un intercambio de bienes o servicios intangibles a través
de medios digitales (por ej. audio, textos, videos, imágenes, software o servicios
de información). En estos casos existe una inmediatez –relativa- entre la
concertación del negocio y el cumplimiento.

 Si la entrega de la cosa o del resultado del servicio se hace en el domicilio


territorial del consumidor, se denomina ‘comercio electrónico indirecto’. Esta
clase se presenta cuando se conviene por medios digitales el intercambio de
bienes y servicios que no se transfieren por medios digitales. En estos casos existe
un lapso temporal entre la concertación y el cumplimiento que viene impuesto por
el tiempo que requiere el desplazamiento de la cosa entre el lugar del transmitente
y el del adquirente. (9)

Esta segunda clasificación tiene trascendencia en relación a los


diversos problemas que presentan uno y otro tipo. El comercio electrónico directo acarrea
una serie de problemas fiscales, aduaneros y en orden a la protección de los derechos
intelectuales, en virtud de que al trasmitirse la cosa o el resultado del servicio on line puede
trasponer fronteras sin control aduanero y pueden violarse con cierta facilidad el debido

7
La cuestión tiene importancia en orden a la aplicación de las normas de protección al
consumidor. Conf. VARGAS GÓMEZ-URRUTIA, Marina “Conflictos de leyes y de
jurisdicción en el cyberespacio: una tesis de trabajo desde la perspectiva del derecho
internacional privado español” en http://comunidad.derecho.org/congreso/ponencia34.html
8
Un archivo digital constituye un asimilado a “cosa” en virtud de lo dispuesto por el art. 2311
segunda parte del Código civil, según su t.o. por la Ley 17.711, que reza: “Se llaman cosas
en este Código, los objetos materiales susceptibles de tener un valor. Las disposiciones
referentes a las cosas son aplicables a la energía y a las fuerzas naturales susceptibles de
apropiación”
9
Ese lapso puede constituir un plazo tácito (art. 509 C.Civ.) o puede estar expresamente
convenido.

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respeto de la propiedad intelectual ajena (10). El comercio electrónico indirecto provoca
inquietudes en orden a la protección al consumidor y a la seguridad de los pagos que éste
realiza.

Vinculación entre consumidores. Ley aplicable.


La cuestión se plantea a menudo partiendo de la premisa que las
cosas usadas aparecen –ahora- como objeto susceptible de constituir una relación de
consumo. Si las cosas usadas por un consumidor son adquiridas por otro consumidor, cabe
preguntarse si esa relación es una relación de consumo y, por ello, atrapada por la protección.

La originaria ley 24.240, excluía expresamente en la segunda


parte del segundo párrafo del art. 2 (11), la aplicación de la ley a los contratos realizados entre
consumidores que tuvieran por objeto cosas usadas (12). Sin embargo, en el art. 9 se refería a
las cosas usadas para imponer el deber de informar que eran tales, cuando se hiciera oferta
pública y a personas indeterminadas. Por otro lado, sólo para los inmuebles exigía que fueran
nuevos, lo que dio motivo a críticas e interpretaciones concluyéndose en que debía referirse a
construcciones nuevas.

La ley 26.361 modificatoria de la 24.240 eliminó el párrafo que


excluía la aplicación cuando se tratase de cosas usadas, por lo que el intérprete – a través de
una mirada superficial- podría entender que la operación sobre cosas usadas entre
consumidores da lugar a una relación de consumo. Pero, además, el art. 11 (t.o. Ley 26.361),
al referirse a la garantía legal establece que el plazo es de tres meses si las cosas son usadas y
seis si son nuevas. O sea, que el carácter de cosas usadas no excluye, por sí, la aplicación de
la LDC.

La exclusión de la aplicación de la LDC a la relación que


vincula a un consumidor con otro, en nuestro criterio, viene de la caracterización del
proveedor y no por el carácter de cosas usadas o nuevas (13). En efecto, la norma del art. 2

10
PALAZZI, Pablo y PEÑA, Julián “Comercio electrónico y MERCOSUR”, R.D.P. y C. To. 17
pág. 422 y 427, especialmente, cap. 2 a) y c).
11
El texto legal decía “Se excluyen del ámbito de esta ley los contratos realizados entre
consumidores cuyo objeto sean cosas usadas”
12
En realidad, en virtud de lo prescripto por los art. 1 y 2 de la Ley 24.240, el supuesto
resultaba excluido por la falta de configuración del “proveedor” en uno de los extremos de la
relación, por lo que la norma era sobreabundante en tanto el carácter usado de la cosa no
agrega nada. Aún la venta de cosas nuevas entre consumidores resultaba exluida.
13
Conf. RUSCONI, Dante D. “Nociones fundamentales” en Rusconi, Dante D. (Coord.)
“Manual de derecho del consumidor”, Bs.As., Abeledo Perrot, 2009, pág. 171, No. 2.4. Conf.
SERRA CAMBACERES, Antonino “Generando confianza en los consumidores. Comentario

© Thomson La Ley 210


primer párr. de la Ley 26.361 define al proveedor, en los siguientes términos: “la persona
física o jurídica de naturaleza pública o privada, que desarrolla de manera profesional, aun
ocasionalmente, actividades de producción, montaje, creación, construcción,
transformación, importación, concesión de marca, distribución y comercialización de bienes
y servicios, destinados a consumidores o usuarios”.

Ello así, el consumidor que ofrece al público a través de la Red,


o por otro canal telemático, una cosa usada por medios electrónicos, al carecer de
profesionalidad en las actividades enumeradas en el artículo transcripto, no revestirá la
calidad de proveedor. Esa circunstancia es la que excluye –de por sí- la aplicabilidad de la
LDC. Es que en la relación entre consumidor-consumidor no concurre la supremacía
generadora de la situación de subordinación que es fundamento de la protección legal que
brinda el sistema tuitivo.

Ello así, desaparece del objeto de nuestro estudio el sector de


comercio electrónico C2C, ya que no está regido por las normas de la Defensa del
Consumidor.

Los principios jurídicos en materia de comercio electrónico y de protección al


consumidor.
A. Transnacionalidad.

El comercio electrónico exhibe perfiles que lo caracterizan, y


que han dado lugar a la elaboración de ciertos principios que responden a la nueva realidad
del comercio a través de mensajes entre operadores o agentes que se encuentran en diferentes
ubicaciones territoriales. Se señala que una de sus características es la transnacionalización
de las operaciones (14).

Por ello, la Ley Modelo 51/162 de la Asamblea General de las


Naciones Unidas de 16 de diciembre de 1996. UNCITRAL (85 sesión plenaria), propone que
las normas de orden interno prescriban ciertas reglas de interpretación que tengan en cuenta
tal característica, y así, el art. 3 de dicho cuerpo legal que prescribe: “1) En la interpretación
de la presente Ley habrán de tenerse en cuenta su origen internacional y la necesidad de

a la recomendación del Consejo de la OCDE. relativa a directrices para la protección del


consumidor en el contexto del comercio electrónico” J.A. To. 2004-I pág. 1224 y Lexis Nº
0003/010378 ó 0003/010387 ó 0003/010379, especialmente, cap. III.
14
MESSINA de ESTRELLA GUTIÉRREZ “Defensa del consumidor en la contratación
electrónica” en Ameal, O.J.-Tanzi, Silvia Y. “Obligaciones y contratos en los albores del Siglo
XXI – Homenaje al Prof. Dr. Roberto M. López Cabana”, Bs.As., Abeledo-Perrot, 2001, pág.
828.

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promover la uniformidad de su aplicación y la observancia de la buena fe. 2) Las cuestiones
relativas a materias que se rijan por la presente Ley y que no estén expresamente resueltas
en ella serán dirimidas de conformidad con los principios generales en que ella se inspira”.

Hay una primera coincidencia entre las disposiciones que se


aconsejan consagrar en materia de comercio electrónico y las relativas a la interpretación en
materia de consumo. Ambas, requieren de la observancia del marco referencial de la buena
fe (15). Tal pauta es la principal norma interpretativa del sistema argentino al que –bien
expresa Mayo- se reconduce la interpretación de la generalidad de los negocios jurídicos por
la vía de la analogía que abre el art. 16 del Código Civil (16).

En otros aspectos difieren, pues en el derecho del consumo la


ley prescribe un método interpretativo que no es neutral. En efecto, en este ámbito, la
hermenéutica que prevalece es la que resulta más favorable al consumidor, conforme surge de
las normas de los arts. 1, 3 y 37 de la Ley 24.240.

El art. 1 de la LDC indica que su objeto o finalidad es de


carácter protectorio (17) (18). Ello determina que el intérprete deba tener permanentemente en
cuenta que la ley ostenta una finalidad predominantemente tuitiva, y por tanto, su inclinación
en materia interpretativa debe orientarse a la protección de quien en el mercado aparece como
‘desprotegido’, ‘débil’ o ‘vulnerable’. La interpretación jurisdiccional exhibe –además- un
carácter expansivo en cuanto a cuáles son las operaciones que caen en su ámbito (19).

La segunda parte del párrafo segundo del art. 3 LDC. prescribe


que “En caso de duda, la interpretación de los principios que establece esta ley y
prevalecerá la más favorable al consumidor” y el tercer párrafo del art. 37 LDC. dispone que
“La interpretación del contrato se hará en el sentido más favorable para el consumidor.

15
Destacando la particular importancia que tiene en el marco del comercio electrónico ILLECA
ORTIZ, Rafael “Fundamentos jurídicos del comercio electrónico” en Etcheverry, R.A.-Illesca
Ortiz, R. “Comercio electrónico. Estructura…” cit., pág. 261, especialmente No. 6.
16
MAYO, Jorge A. “Apuntes sobre la interpretación de los negocios jurídicos (En particular los
contratos)” L.L. To. 2002-C pág. 1004, especialmente, cap. IV.
17
Reza el artículo citado en el texto “La presente ley tiene por objeto la defensa del
consumidor o usuario…”
18
LORENZETTI, Ricardo L. “Consumidores”, Bs.As.-Sta.Fe, Rubinzal-Culzoni, 2009, pág.
261, ap. V;
19
Una muestra de lo afirmado en el texto se advierte en la jurisprudencia de la sala I del
Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que ha decidio que dentro del concepto de
“contratos de suministros de servicios de transporte” incluye el suministro de alquiler de
vehículos (Trib.cit., marzo 10-2005 “easyCar (UK) Ltda. c.Office of Fair Trading” Rev. R.C.
y S. 2005-VIII pág. 133 y L.L. Online AR/JUR/1712/2005.

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Cuando existan dudas sobre los alcances de su obligación, se estará a la que sea menos
gravosa”.

De este modo, la ley y el contrato electrónico celebrado en el


ámbito del comercio electrónico, que es normalmente predispuesto y a cuyas cláusulas el
consumidor sólo adhiere (20), serán interpretados a favor del consumidor, desplazándose los
métodos interpretativos neutrales, tales como la interpretación de la intención común de los
contratantes, que, en verdad, no existe en este tipo de contratos (21).

Una colisión posible entre las normas interpretativas de las


normas del comercio electrónico y las de la protección al consumidor, se presenta también en
el ámbito de juzgamiento de las conductas típicas. En la red abierta hay conductas típicas
que son ampliamente conocidas por sus participantes habituales y existe una jerga, pero no
están en las mismas condiciones quienes acceden ocasionalmente, a veces, hasta con
limitaciones idiomáticas (22), ni los sub-consumidores -como los niños o los ancianos-. Surge
entonces, el interrogante acerca de si debemos atenernos a la conducta típica –según la
interpretación internacional- o a la situación especial del consumidor hiposuficiente.

En principio, las normas generales hermenéuticas del derecho


argentino son las del Código de Comercio que establece –en su art. 217- que “las palabras de
los contratos y convenciones deben entenderse en el sentido que les da el uso general,
aunque el obligado pretenda que las ha entendido de otro modo” y, a continuación, –en el art.
218- trae una serie de reglas para la interpretación.

La primera prescribe que “habiendo ambigüedad en las


palabras debe buscarse más bien la intención común de las partes que el sentido literal de

20
MESSINA de ESTRELLA GUTIÉRREZ “Defensa del consumidor en la contratación
electrónica” en Ameal, O.J.-Tanzi, Silvia Y. “Obligaciones y contratos en los albores del Siglo
XXI – Homenaje al Prof. Dr. Roberto M. López Cabana” cit., pág. 828. Sobre la sinonimia o
distinción entre el contrato por adhesión y el predispuesto –según los distintos sistemas
jurídicos francés y alemán, véase ÁLVAREZ LARRONDO, Federico M “La buena fe en la
ley 24.240” L.L. To. 2009-C pág. 1271, especialmente, cap. III. LIMA MARQUES, Claudia
“Contratos no Código de Defesa do Consumidor. O novo regimen das relacoes contratuais”,
San Pablo, Ed.Rev.Dos Tribunais, 2002, pág. 55 y ss., No. 2.2.
21
MAZEAUD, Henri, León y Jean-CHABÁS, Francois “Lecons de droit civil”, París,
Montchretein, 8ª.Ed., 1991, To. 2-I, pág. 320, No. 350. Conf. LORENZETTI, Ricardo L.
“Consumidores” cit., pág. 262, ap. VI, sostiene al respecto: “En realidad es la voluntad de
uno solo de los contratantes, el predisponente, a la que el otro adhiere; la intención común
es meramente conjetural”.
22
Una cuestión opinable puede resultar si el consumidor que adquiere algún bien en un sitio
que utiliza un idioma distinto al propio –del cual no tiene un conocimiento acabado-, incurre
en culpa, y en su caso, si ella es grave o leve.

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los términos” (inc. 1 art. 218 C.Com.). La regla en cuestión no resulta, en principio, aplicable
en virtud de lo que hemos expresado: no puede afirmarse la existencia de una voluntad
común –salvo en lo que hace a la existencia misma de la voluntad de contratación- en
materia de contratos predispuestos. Precisamente, la salvedad es la que se refleja en la LDC
en lo que hace a la validez del contrato a pesar de la existencia de cláusulas abusivas nulas o
inexistentes (23). En tales casos, se preserva la existencia del contrato y se tiene por no
convenida la cláusula.

Además, la inaplicabilidad de la regla proviene de su juego con


el deber de hablar claro que la ley impone al proveedor. El art. 4 LDC dispone: “El
proveedor está obligado a suministrar al consumidor en forma cierta, clara y detallada todo
lo relacionado con las características esenciales de los bienes y servicios que provee y las
condiciones de su comercialización. La información debe ser… proporcionada con la
claridad necesaria para que permita su comprensión”.

El resto de las reglas sentadas por el art. 218 del Código


Comercio exhiben una evidente compatibilidad con las normas de la LDC, con excepción del
inc. 6 que dispone “El uso y práctica generalmente observados en el comercio, en casos de
igual naturaleza, y especialmente, la costumbre del lugar donde debe ejecutarse el contrato
prevalecerán sobre cualquier inteligencia en contrario que se pretenda dar a las palabras”.
El valor de esta regla en materia de contratos de consumo transnacionales, no es tan clara
dados los distintos ámbitos territoriales en que pueden encontrarse los contratantes, que
pueden ignorar los usos o prácticas que sean habituales en el ámbito de su co-contratante,
aunque pueden ser considerados a los fines de establecer el modo en que lo entendió el
consumidor. Tal parece ser la regla, porque es a éste al que beneficia la interpretación fáctica
y jurídica, y porque el riesgo derivado de la contratación en mercados territoriales diversos
debe ser discernido sobre el proveedor, que es el que lo asume al encarar la distribución de su
producto en el mercado virtual (24).

23
Sobre las diversas ópticas que sostienen la nulidad o la inexistencia SÁENZ, Luis R.J. en
Picasso, Sebastián-Vázquez Ferreyra, Roberto A. “Ley de defensa del consumidor.
Comentada y anotada”, Bs.As., La Ley, 2009, To. I pág. 454 y ss., ap. V. de la glosa al art. 37;
WAINTRAUB, Javier H. en Mosset Iturraspe, Jorge A.-Waintraub, Javier H. “Ley de defensa
del consumidor. Ley 24.240 (mod. por leyes 24.568, 24.797, 24.999 y 26.361)”, Bs.As.-
Sta.Fe, Rubinzal-Culzoni, 2008, pág. 209, ap. III.
24
SCHÖTZ, Gustavo J., “Los acuerdos de…” cit., RDCO Año 2003 To. 36 pág. 23 y Lexis
0021/000282 ó 0021/000287, especialmente, cap. I. Explica el autor que resulta de suma
importancia para los empresarios acotar los riesgos ya que ellos forman parte de la estructura
de costos de cada contrato; y finalmente, en relación al riesgo de litigar en un lugar distante,
sostiene –en pág. 54, III in fine- que “para el vendedor que realiza múltiples operaciones es

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La regla del inc. 7 del art. 218 C.Com., coincide aparentemente
con la del art. 37 párrafo segundo in fine, en cuanto ambas consagran la regla pro libertatis.
Pero mientras en el derecho común, la regla resulta aplicable a ambas partes de la relación en
cuanto están en situación de deudoras, en el derecho del consumo se aplica respecto de la
obligación del consumidor, según resulta del texto literal de la norma que reza: “La
interpretación del contrato se hará en el sentido más favorable para el consumidor. Cuando
existan dudas sobre los alcances de su obligación, se estará a la que sea menos gravosa”.

Este breve análisis permite advertir las dificultades que presenta


la conciliación de las reglas interpretativas que puedan apuntar al fomento del comercio
electrónico y las que persiguen la protección del consumidor.

B. Autonomía de la voluntad.

Básicamente, el comercio electrónico da lugar a la celebración


de contratos (25), cuya esencia es la autonomía de la voluntad. De allí, que la Ley Modelo
(UNCITRAL-1996) en su art. 4 establezca la subsidiaridad de sus normas aconsejadas
relativas a los requisitos jurídicos de los mensajes que las partes intercambien con la finalidad
de celebrar el acuerdo y a la comunicación de tales mensajes.

En relación a los contratos de consumo, es sabido que la


autonomía de la voluntad reconoce una serie de limitaciones en virtud del carácter de orden
público de sus normas (art. 65 Ley 24.240). En efecto, en virtud de que se reconoce que el
consumidor es un ‘débil’, que padece algunas limitaciones –vulnerabilidades (26)- y se
enfrenta en la relación de consumo con un co-contratante fuerte, profesional, conocedor, que
ha predispuesto el contrato a celebrar, la ley determina una serie de normas imperativas, que
la convención de las partes no puede dejar a un lado, ni siquiera por cláusulas expresas a las
que se haya adherido el consumidor.

más sencillo diversificar el riesgo de algunos pocos reclamos por incumplimientos o


demandas judiciales, asumiendo el costo de un seguro que considere el riesgo del litigio
distante”.
25
Frecuentemente, se los agrupa bajo la denominación contratos electrónicos. Véase
LORENZETTI, Ricardo L. “Comercio electrónico”, Bs.As., Abeledo Perrot, 2001, págs. 163
y ss., cap. IV
26
TERRASA, Lucio Andrés “La ‘confianza’ del consumidor en el comercio electrónico” L.L.
To. 2008 pág. 1122, especialmente, No. II.3. Dice el autor -recordando a Claudia Lima
Marques-: “La tecnología se presenta frente al consumidor de una manera fácilmente
comprensible, pero oculta su carácter cada vez más complejo y una gran cantidad de
aspectos que permanecen en la esfera de control del proveedor”; NOODT TAQUELA, María
B. “El comercio electrónico en el Mercosur” J.A. To. 2000-IV pág. 1188 y Lexis Nº
0003/007894 ó 0003/007910, especialmente, cap. II a).

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La situación fáctica de vulnerabilidad estructural se
particulariza en el comercio electrónico. Por un lado, tenemos que sus partícipes son de
cierto nivel intelectual y social superior. Dice al respecto, De Lorenzo “más evolucionado”
(27). También es cierto que quien ingresa al ámbito del comercio electrónico no es “siempre”
sorprendido por la oferta (28), sino que en muchas oportunidades es él mismo quien navega en
búsqueda de producto o del servicio.

Sin embargo, se ha destacado -también con razón- que las


vulnerabilidades estructurales que rodean la contratación por medios electrónicos es superior
a las del comercio tradicional, precisamente por la intermediación de una tecnología
particular, de un entorno –el virtual- que sólo dominan quienes están –técnicamente-
capacitados respecto a él, que operan a una velocidad en la que sólo puede operar los medios
técnicos mediante la intuición, pero en la que no hay reflexión. Bien ha descripto Marc
Prensky (29) la diferente situación de los nativos de la sociedad digital y los llamados
inmigrantes digitales.

Precisamente, la vulnerabilidad estructural (30) es la que justifica


la tuición que brinda la ley al débil de la relación, y que se manifiesta a lo largo de toda la
normativa tuitiva del consumidor, prescindiendo de situaciones subjetivas o particularidades
del consumidor concreto, salvo cuando ellas agravan la hiposuficiencia normal del partícipe
del mercado, y la particularice, convirtiéndolo en más vulnerable, como sucede con los
llamados sub-consumidores.

C. La equivalencia funcional de los soportes

27
DE LORENZO, Miguel Federico “Contrato de consumo y derecho de arrepentimiento” L.L.
To. 2004-A pág. 90, especialmente, cap. III. El autor lo señala al formular la comparación
con el consumidor de las contrataciones a distancia en general y en particular respecto a la
resultante de la “venta televisiva”.
28
LORENZETTI, Ricardo L. “Consumidores” cit., pág. 41, No. 2 destaca que la publicidad
aparece en el hogar del consumidor. Bien sabemos, que –además- aparece, a veces, como
elemento emergente en lugares que ninguna relación tiene con la búsqueda del navegante.
29
Aut.cit., “Digital natives, Digital immigrants”
http://www.marcprensky.com-/writing-/Prensky%20-%20Digital%20Natives,%20Digital
%20Immigrants%20-20Part1.pdf y On the Horizon (MCB University Press) vol. 9 No. 5,
octubre 2001; “Do they really think differently?”
http://www.marcprensky.com/writing/Prensky%20%20Digital-%20Natives,-%20Digital
%20Immigrants%20%20Part2.pdf y On the Horizon (MCB University Press Vol. 9, No. 6 ,
Diciembre 2001.
30
LORENZETTI, Ricardo L. “Las normas fundamentales de derecho privado”, Bs.As.-Sta.Fe,
Rubinzal-Culzoni, 1995, pág. 103, cap. IV ap. II.

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Uno de los principios fundamentales del comercio electrónico
está constituido por el de equivalencia funcional del soporte. El principio nace de la
convicción de que uno de los mayores obstáculos a la aceptación del comercio electrónico se
apoya en la concepción tradicional acerca de la importancia de la instrumentación en soporte
papel.

El papel en el entorno del comercio confiere seguridad a los


contratantes que podrán, a través de documento o instrumento escrito, acreditar la celebración
del acuerdo y sus términos. En cambio, la falta de dominio de los medios informáticos que
padece una buena parte de los consumidores, les hacen temer que la contratación electrónica
sea insegura, que no pueda acreditarla o que una falla técnica frustre la operación, con algún
perjuicio para el usuario, como podría ser el débito en su tarjeta de crédito, etc..

La equivalencia funcional de la forma escrita y de firma


electrónica consiste en atribuirle la misma eficacia o valor probatorio, a los mensajes y firmas
electrónicas, que los que la ley consagra para los instrumentos escritos (31).

Illesca Ortíz ha formulado el principio diciendo “La función


jurídica que en toda su extensión cumple la instrumentación escrita y autógrafa – o
eventualmente su expresión oral -respecto de cualquier acto jurídico, la cumple igualmente
su instrumentación electrónica a través de un mensaje de datos, con independencia del
contenido, dimensión, alcance y finalidad del acto así instrumentado. La equivalencia
funcional, en suma, implica aplicar a los mensajes de datos electrónicos una pauta de no
discriminación respecto de las declaraciones de voluntad o ciencia manual, o gestualmente
efectuadas por el mismo sujeto” (32).

La Ley Modelo (UNCITRAL-1996) sobre comercio


electrónico, dispone en su artículo 5, que: “No se negarán efectos jurídicos, validez o fuerza
obligatoria a la información por la sola razón de que esté en forma de mensaje de datos”. La
“Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de comercio electrónico” de España
(No. 34/2002) establece en el art. 23 inc. 3º “Siempre que la Ley exija que el contrato o

31
LANDÁEZ OTAZO, Leoncio y LANDÁEZ ARCAYA, Nelly “La equivalencia funcional, la
neutralidad tecnológica y la libertad informática” en Rev.Fac.Ciencias Jurídicas y Políticas
http://servicio.cid.uc.edu.ve/derecho/revista/3-2007/art%201.pdf. BARRAL VIÑALS,
Inmaculada “La contratación …” cit. en Llamas Pombo, Eugenio (Coord.) “Estudios de
derecho de obligaciones: Homenaje al profesor Mariano Alonso Pérez” cit., To. I pág. 112,
cap. III. ”; NOODT TAQUELA, María B. “El comercio electrónico en el Mercosur” J.A. To.
2000-IV pág. 1188 y Lexis Nº 0003/007894 ó 0003/007910, especialmente, cap. II c)
32
ILLESCAS ORTIZ, Rafael, Derecho de la Contratación Electrónica, Madrid, Civitas, 2001,
p. 41.

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cualquier información relacionada con el mismo conste por escrito, este requisito se
entenderá satisfecho si el contrato o la información se contiene en un soporte electrónico” y
en el art. 24 inc. 2 “En todo caso, el soporte electrónico en que conste un contrato celebrado
por vía electrónica será admisible en juicio como prueba documental”.

Tales normativas –y sus muchas análogas de los diversos países


que han legislado al respecto (33)- consagran la equiparación entre los documentos soporte
papel y soporte digital. Tal equiparación –en nuestro país- resulta del art. 6 de la Ley 25.506,
denominada Ley de firma digital, que dispone: “Se entiende por documento digital a la
representación digital de actos o hechos, con independencia del soporte utilizado para su
fijación, almacenamiento o archivo. Un documento digital también satisface el requerimiento
de escritura”

D. El principio de neutralidad tecnológica.

Este principio –el más polémico (34)- tiende a que la tecnología


utilizada no sea motivo de discriminación ni se priorice una sobre otra, de modo tal que las
normas jurídicas que se dicten sean neutrales en torno a los avances que tecnológicamente se
logren. En materia de comercio electrónico se conecta también con el principio de igualdad
de oportunidades (35), que se expresa en el acceso al mercado, que debe brindarse a todos
quienes ofrecen productos en el llamado mercado virtual y a todos quienes demanden
productos en tal mercado, sin exclusiones discriminatorias que desalojen del mercado a
quienes usan una determinada tecnología.

Para alguna parte de la doctrina, el principio es quimérico, pues


toda elección de una tecnología determinada implica la exclusión de las alternativas. Sin

33
MCKENZIE, Poul D. “La legislación del comercio electrónico en la República de China”
RCyS To. 2001 pág. 21, especialmente, cap. III
34
La polémica proviene de los diversos despliegues del principio de neutralidad tecnológica,
que se refiere a la intervención sobre los contenidos de la red tocándose en este aspecto con la
libertad de expresión; a su despliegue sobre la preferencia de una tecnología sobre otra,
tocándose con la libertad de comercio y la competencia entre los prestadores. De lo que se
trata es que los Estados no reglen suprimiéndola y privilegiando a unos sobre otros, o
congelando las posibilidades de progreso técnico al elegir uno sistema determinado y
rechazando otro. Véase un estudio prolijo ALONSO ESPINOSA, Carles “La información en
la red y el principio de neutralidad tecnológica: la libertad de expresión y la difusión de la
información administrativa en Rev. Derecho del Estado (Univ. del Externado, Colombia) No.
22, junio 2009, pág. 83.
35
LANCHO, José María ¿Qué es la neutralidad tecnologíca? http://www.neutralidad.es/?
page_id=3

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embargo, es fácil advertir que técnicamente se supera mediante los recursos de
compatibilidad.

En lo que no hay duda, es que la elección de comerciar


electrónicamente no puede implicar un diverso tratamiento respecto de quienes comercian
con apoyatura física en el mundo real, sean proveedores o consumidores.

En virtud de ello, la circunstancia de que la vinculación de las


partes celebrantes de un contrato haya sido a través de Internet u otros medios electrónicos,
no altera la sujeción a la Ley de Defensa del Consumidor si el negocio está en su ámbito de
vigencia y carece de elementos internacionales, como sucede con muchas operaciones que se
realizan a través de web site que ponen en contacto –‘intermedian entre’- a quienes ofrecen
bienes que dan lugar a contratos de consumo y quienes lo demandan ( 36). En tal caso, el
contrato será de comercio nacional y quedará sujeta a la ley que corresponda, Código Civil,
de Comercio o Ley de Defensa del consumidor, según corresponda. No deja de ser comercio
electrónico y está sujeto a todas las normas de los contratos a distancia en la medida que se
den sus presupuestos, que analizaremos en adelante ( 37). Si se está en presencia de elementos
extranjeros, será el Derecho Internacional Privado el que determine la ley a la cual queda
sujeto el negocio.

Los elementos extranjeros del comercio electrónico


La transnacionalidad del fenómeno del comercio electrónico
determina que en muchos casos concurran elementos sometidos a un derecho extranjero.

Se ha destacado, con razón, que cuando el comercio electrónico


es nacional –por su carencia de elementos sometidos al derecho extranjero- no se presentan
los problemas de la jurisdicción internacional ni ley aplicable. Particularmente se ha
señalado que no basta que los mensajes de las partes transiten a través de distintas
jurisdicciones para que el contrato se constituya en internacional (38), sino que –para el

36
Nos referimos a la contratación que se realiza entre sitios como deremate.com,
mercadolibre.com y web site análogas que pueden vincular a consumidores o usuarios entre
sí, y eventualmente, a proveedores que lo utilicen como un canal de comercialización de sus
productos o servicios. Si la relación entablada es de consumo, rige la Ley de Protección al
consumidor. Un tema que merece un abordaje particular –que no forma parte de este análisis-
es el rol que cumple el responsable del web site intermediario en su relación con el
consumidor.
37
Véase infra cap. X
38
MARTÍNEZ, Luciana P. “Comercio electrónico…” cit. en Rouillón, Adolfo A.N. (Dir.)-
Alonso, Daniel F. (Coord.) “Código de Comercio. Comentado y anotado”cit., To. VI pág. 10,
No. 7.

© Thomson La Ley 219


derecho argentino- es el elemento conductista el que determina el carácter internacional del
contracto, o sea, que se celebre o cumpla en el país donde se encuentra el oferente o en el que
se encuentra el aceptante (39).

Tal elemento conductista lleva ineludiblemente al derecho


internacional privado (DIPr) a los fines de establecer la ley aplicable y el tribunal
competente.

Fácil es advertir que la determinación de la ley aplicable es


fundamental para poder establecer si habrá una adecuada protección del consumidor o no
según las legislaciones de los diversos países cuyo derecho sea más o menos protectoras de la
parte débil de la relación de consumo.

La cuestión de la competencia no es menor; para el consumidor


verse obligado a litigar en un país extranjero puede llevarlo, en muchos supuestos, a claudicar
de sus derechos. Así, se ha decidido “En los contratos de formulario las cláusulas que
prorrogan la jurisdicción pueden ser consideradas, dadas ciertas circunstancias, como
restrictivas o de renuncia a los derechos del consumidor, y por lo tanto deben tenerse por no
escritas, ello se entiende así ya que litigar en extraña jurisdicción puede significar que por
motivaciones económicas de distancia y de desconocimiento del medio, se abstenga de
promover un juicio en protección de sus derechos, con lo cual esa cláusula se convierte en
una renuncia anticipada al derecho a la jurisdicción” (40).

El problema del juez competente y la ley aplicable en el comercio electrónico


internacional
Se trata de las cuestiones centrales, y no hay que perder de vista
que en virtud del principio de la autonomía material la elección de un derecho privado
extranjero puede operar si las partes pactan la prórroga de jurisdicción o designan un árbitro
extranjero, ya que esa cláusula contiene la indicación del derecho aplicable que será el del
tribunal o árbitro al cual se someterá el litigio (41), salvo que la propia cláusula lleve a
disociar la jurisdicción del derecho aplicable.

39
KALLER de ORCHANSKY, Berta “Nuevo manual…” cit., pág. 346, No. 2.
40
Cám.1ª.Civ. Com.Mar del Plata, sala I, abril 1-1997, “González, María E. c. Persa S.A.”
LLBA To. 1998 pág. 389 y LL To. 1998-B pág. 170 y AR/JUR/3727/1997; Conf. VÁZQUEZ
FERREYRA, Roberto -ROMERA, Oscar. E. "Protección y defensa del consumidor",
Depalma, 1994, ps. 103/104; FARINA, Juan M. "Contratos Comerciales Modernos", Bs.As.,
Astrea, 1993, p. 145.
41
KALLER de ORCHANSKY, Berta “Nuevo manual de derecho internacional privado.
Corregido, aumentado y actualizado”, Bs.As., Plus Ultra, 1997, 5ª Ed., pág. 352, No. 4.b).

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La determinación del juez competente de acuerdo a nuestras
normas de DIPr. interno, en defecto de uno convenido, está establecida en el Código Civil
argentino por los arts. 1215 y 1216. Tales normas son –al decir de Werner Goldshmidt ( 42)-
ecuménicas, en el sentido que ellas declaran competente a los jueces del domicilio del
demandado o del lugar de cumplimiento de la prestación que se demanda, sean argentinos o
extranjeros.

Hay que tener en cuenta que esos foros satisfacen necesidades


distintas; el foro del demandado, se orienta a facilitar la defensa en juicio, que tiene rango
constitucional a los términos del art. 18 de la Const.Nacional; el foro del cumplimiento,
tiende a facilitar el cumplimiento de una eventual condena, que también exhibe ese nivel
normativo en cuanto hace a la eficacia del derecho reconocido al accionante que ha triunfado
en su pretensión.

La finalidad ayuda a interpretar que lo relevante es la prestación


que concretamente se demanda, precisamente, porque es lo que se persigue es la eficacia de
la eventual condena, con total independencia del lugar de cumplimiento de la prestación
característica, que puede estar pendiente de cumplimiento o haber sido ya cumplida.

Si lo que se reclama es el pago del precio –demanda que


interpondrá el proveedor- que debía hacerse efectivo en el domicilio del vendedor –como
estará pactado normalmente-, sea el comercio electrónico directo o indirecto, el juez
competente es el del domicilio del demandado o el del lugar de cumplimiento de la
obligación del consumidor, o sea, el domicilio del vendedor (foro del demandante). Distinto
es si no existe pacto acerca del lugar del pago del precio, pues el principio general, será la
competencia del juez del domicilio del deudor, o sea, el del consumidor.

Si lo que se reclama es la entrega de la cosa o el resultado del


servicio habrá que distinguir si el comercio es directo o indirecto. Si es directo, o sea, el caso
en que el proveedor entrega su prestación permitiendo el acceso al lugar en que él almacena
el producto o el resultado del servicio prestado o trasmitiendo una copia al ordenador del
propio cliente, a los fines de reclamar el pago del precio podrá optar por el juez del lugar de
cumplimiento (foro del demandante) o del domicilio del consumidor.

42
GOLDSCHMIDT, Werner “Derecho internacional privado”, Bs.As., El Derecho, 1970, pág.
424, No. 321; en contra, BOGGIANO, Antonio “Derecho internacional privado”, Bs.As.,
Abeledo-Perrot, 1991, 3ª.Ed., To. I pág. 253, No. 7, entendiendo que pueden serlo los jueces
de cualquiera de las prestaciones.

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Si el comercio electrónico es indirecto, o sea, si el proveedor
debe entregar la cosa o resultado del servicio en el domicilio del consumidor, en principio, no
hay opción posible, pues el juez del domicilio del demandado coincide con el lugar de
cumplimiento. Decimos, en principio, pues hay que poner atención respecto de por cuenta de
quién viaja la mercadería, pues si viaja por cuenta del vendedor el lugar de cumplimiento será
el domicilio del comprador; en cambio, si viaja por cuenta del comprador (43), se entiende que
el transportista representa al comprador cuando recibe la cosa a ser transportada y que el
lugar de entrega es el domicilio del vendedor.

En cambio, cuando se trata del reclamo del consumidor de la


entrega de la cosa o del resultado del servicio, habiendo comercio electrónico directo, la duda
recae sobre cuál es el lugar del cumplimiento.

Por un lado, se sostiene que el lugar al cual el proveedor le


confiere acceso al consumidor para que éste gestione la transferencia del archivo que
constituye la prestación o desde donde le fuera digitalmente enviado (44) sólo puede
demandar ante el juez del domicilio del proveedor. Por otro, se postula que el download se
produce en el lugar al cual ‘baja’ el archivo. Obviamente, estas diferentes posiciones
conducen a resultados distintos.

De tal modo, que en defecto de que se haya pactado cuál el foro


al cual se sujetan las controversias, se puede esquematizar –para el primer criterio- de la
siguiente manera:

Comercio Electrónico Comercio Electrónico

43
Esto es lo usual, y constituye una mala práctica que ha sido advertida por la doctrina desde
antiguo. Véase BERCOVITZ, Alberto y Rodrigo “Estudios jurídicos sobre protección de los
consumidores”, Madrid, Tecnos, 1987, pág. 173, quienes, con razón, propician que el efecto
natural debe ser ‘a porte pagado’, viajando la mercadería a riesgo del empresario. Cabe
destacar que éste es el que elige el medio de transporte. Al respecto, véase SCHÖTZ,
Gustavo J. “Los acuerdos…” cit., RDCO año 36 To. 2004 pág. 23 y y Lexis 0021/000282 ó
0021/000287, especialmente, cap. III a).
44
OYARZÁBAL, Mario J.A., “Juez competente y contratos electrónicos en el Derecho
Internaconal Privado”, J.A. To. 2002-IV pág. 1010, cap. VI. Señala el autor: “La obligación
del contratante que ofrece el suministro en formato electrónico de productos o de servicios a
través de la red se limita frecuentemente a hacer posible que el cliente acceda al sistema en
el que almacena la información requerida y la consulte (make data available to the average
user), o, a lo sumo, obtenga una copia mediante la trasmisión a su propia base de datos. Por
lo que la prestación característica se cumple físicamente en el domicilio del deudor de esa
prestación característica. En suma, si es el proveedor o dador de la licencia el que intenta la
acción, podrá sistemáticamente demandar en su propio domicilio”.

© Thomson La Ley 222


directo indirecto
Proveedor vs. Consumidor Si el lugar de pago es el Si el lugar de pago es el
(por el pago del precio) domicilio del vendedor domicilio del vendedor
Opción: Juez del lugar de Opción: Juez del lugar de
cumplimiento (foro del cumplimiento (foro del
demandante) o juez del demandante) o juez del
domicilio del consumidor domicilio del consumidor
Si el lugar de pago es el Si el lugar de pago es el
domicilio del compra-dor: domicilio del compra-dor:
no hay opción, ya que no hay opción, ya que
coincide con el domicilio coincide con el domicilio
del demanda-do del demanda-do
comprador comprador
Consumidor vs. Proveedor Juez del domicilio del Opción: Juez del lugar de
(por la entrega de la cosa o proveedor (que coincide cumplimiento (foro del
resultado del servicio) con el juez del domicilio demandante) o domicilio
del demandado) del demanda-do.

Otra será la solución si se interpreta que el hecho de la entrega


por medio del ‘download’ se convierte en lugar de cumplimiento el del ordenador que recibe
el archivo (45), o sea, el lugar del domicilio del consumidor o donde éste se encuentre; en este
supuesto, el cuadro resultante será el siguiente:

Comercio Electrónico Comercio Electrónico


directo indirecto
Proveedor vs. Consumidor Idem cuadro anterior Idem cuadro anterior
(por el pago del precio)
Consumidor vs. Proveedor Opción: Juez del domicilio Ídem cuadro anterior.
(por la entrega de la cosa o del consumi-dor o el juez
resultado del servicio) del domicilio del
demanda-do

45
SCHÖTZ, Gustavo J. “Los acuerdos de…” cit., RDCO año 2003 To. 36 pág.23 y y Lexis
0021/000282 ó 0021/000287, especialmente, cap. III, a), para el supuesto en que se trate de
bienes muebles sostiene el autor que habrá normalmente pacto sobre el lugar de entrega, pero
que “si se transmite información, será el lugar donde esa información es ‘descargada’ debido a
que siempre es necesario un soporte físico para almacenar o leer los contenidos digitales. Es
decir que aunque las partes no acuerden expresamente cuál es el lugar de cumplimiento hay
que entender que queda establecio en el lugar de entrega, de descarga, o eventualmente en su
domicilio (art. 1213 C.Civ.)”. Sin embargo, admite el autor, a continuación, que los pactos
expresos normalmente trasladarán los riesgos del envío al consumidor pues las condiciones
será CIV o FOB, y que será el propio sitio web al que le interesará mantener su presticio
comercial asegurándose la entrega.

© Thomson La Ley 223


En el primer caso, si se interpreta que el download fija el lugar
de entrega en el lugar al que accede el consumidor -la que podríamos calificar, sin tono
despectivo, de doctrina pesimista- la aplicación de las reglas generales en materia de juez
competente lleva a resultados no convenientes a la luz del principio tuitivo de la protección al
consumidor en materia de comercio electrónico directo pues es arrastrado al foro del
proveedor. O sea que el principio de neutralidad tecnológica juega en contra de la protección
al consumidor. Por esa razón, desde ese ángulo, es conveniente –si quiere hacerse prevalecer
la protección al consumidor-, dictar normas que modifiquen los principios del derecho
común.

En el segundo, en cambio, si el download conduce a que el


cumplimiento se produce en el lugar en el cual el archivo entregado encuentra soporte, o sea,
al lugar al cual se ‘baja’, solución que es ser más ventajosa para el consumidor –doctrina
optimista-, dado que el lugar de cumplimiento se establece en su residencia, determinando a
esa jurisdicción como competente.

Si la controversia se plantea en relación a la garantía convenida


o legal de la cosa o el resultado del servicio habrá que tener en cuenta cuál es el lugar de
cumplimiento de la prestación que se corresponda a la garantía, con independencia de si el
comercio electrónico es directo o indirecto.

Este panorama evidencia que estamos lejos de encontrar una


solución clara y unívoca en el ámbito de nuestro derecho internacional privado interno, lo que
justifica una intervención legislativa que contemple las especificidades del comercio
electrónico, tal como se previó en el Proyecto de Código Unificado de 1998.

En el ámbito del Mercosur, rige el “Protocolo de Santa María


sobre Jurisdicción Internacional en Materia de Relaciones de Consumo”. El art. 1 fija el
ámbito material, en los siguientes términos: “1. El presente Protocolo tiene por objeto
determinar la jurisdicción internacional en materia de relaciones de consumo derivadas de
contratos en que uno de los contratantes sea un consumidor, cuando se trate de: a) venta a
plazo de bienes muebles corporales; b) préstamo a plazo u otra operación de crédito
vinculada al financiamiento en la venta de bienes; c) cualquier otro contrato que tenga por
objeto la prestación de un servicio o la provisión de objetos muebles corporales. Esta
disposición se aplicará siempre que la celebración del contrato haya sido precedida en el
Estado del domicilio del consumidor, de una propuesta específica o de una publicidad
suficientemente precisa y que éste hubiere realizado, en ese Estado, los actos necesarios para

© Thomson La Ley 224


la conclusión del contrato. 2. Quedan excluidas las relaciones de consumo derivadas de los
contratos de transportes.

Los arts. 4 y 5 sientan la regla general y las soluciones


alternativas. La regla general es que “1. Tendrán jurisdicción internacional en las demandas
entabladas por el consumidor, que versen sobre relaciones de consumo los jueces o
tribunales del Estado en cuyo territorio esté domiciliado el consumidor. 2. El proveedor de
bienes o servicios podrá demandar al consumidor ante el juez o tribunal del domicilio de
éste”.

Alternativamente, y “por voluntad exclusiva del consumidor,


manifestada expresamente al momento de entablar la demanda” –o sea, que no puede optar
el proveedor - tendrán jurisdicción internacional el Estado: “a) de celebración del contrato;
b) de cumplimiento de la prestación del servicio o de la entrega de los bienes; c) del
domicilio del demandado”. De modo tal que el consumidor tiene varios foros disponibles a
su opción, en tanto el proveedor sólo tiene el foro del domicilio del consumidor. (46)

El Protocolo de Santa María no ha contemplado la posibilidad


del pacto de jurisdicción sobreviniente, o sea, con posterioridad al conflicto, que –en general-
se entiende que no merece reparos, pues es de suponer que el consumidor evaluará con
libertad cuál es el foro de su conveniencia una vez que el conflicto se haya presentado.

La solución del Protocolo puede también ser aplicada por los


jueces de los países firmantes a situaciones o personas sujetas a leyes de países no firmantes,
en la medida que encuentren una laguna ( 47). De este modo se agrega una solución más al
cuadro de alternativas. En este caso, una solución tuitiva y de rango superior a las de fuente
interna.

Prórrogas de la competencia
Una cláusula muy usual en los contratos celebrados a través de
medios electrónicos, especialmente, los celebrados por la Red Internet, es la de prórroga de la
competencia. En general, esa prórroga se realiza a favor de los tribunales extranjeros
proveedores de bienes de consumo que son los países en que el comercio electrónico tiene
mayor difusión o paraísos en materia de desprotección del consumidor.

46
RUBAJA, Nieve-LOWENSTEIN, Vanesa “Contratos de consumidores celebrados on-line:
un antivirus a la jurisdicción internacional” J.A. To. 2004-III pág. 779, especialmente, cap.
VII.
47
GOLDSCHMIDT, W. “Derecho Internacional Privado” cit., pág. 40, No. 37.

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La prórroga de jurisdicción internacional, en general, puede ser
acordada en las condiciones establecidas en el art. 1 CPCCN. o en los tratados internacionales
ratificados por nuestro país (ej. art. 56 Tratado de Derecho Civil Internacional de Montevideo
de 1940; y arts. 4 a 6 Protocolo de Buenos Aires) (48).

Algunos Códigos locales excluyen la validez de la prórroga a


favor de tribunales extranjeros como sucede con el Código Procesal Civil de Mendoza, que
dispone en su art. 4 “La competencia no puede ser prorrogada a favor de jueces extranjeros
o de árbitros que actúen fuera del país”. Obviamente, tales disposiciones pueden ser
tachadas de inconstitucionalidad en los casos en que leyes de la nación hayan admitido dicha
prórroga (49), en virtud de contrariar el orden de prelación de las leyes establecido en el art. 31
de la Constitución Nacional.

En particular, hay normas locales y de orden nacional que


niegan validez a los pactos de prórroga de la competencia en materia de contratos de
consumo (50).

En el ámbito nacional, la Resolución 53 de la Secretaría de la


Competencia, la Desregulación y la Defensa del Consumidor establece como una de las
cláusulas abusivas las que “impongan al consumidor cualquier limitación en el ejercicio de
acciones judiciales u otros recursos, o de cualquier manera condiciones el ejercicio de sus
derechos, especialmente, cuando: 1) Se disponga que las acciones judiciales puedan
entablarse en jurisdicción distinta del lugar del domicilio del consumidor al tiempo de la
celebración del contrato, excepto cuando se disponga que la acción se entable en el lugar
del domicilio real del consumidor al tiempo en que aquélla se inicie”. De modo tal, que
cuando resulte aplicable la ley argentina, las cláusulas de prórroga de la jurisdicción deben
tenerse por no convenidas.

48
Sin embargo, a los efectos de nuestro tema, el Protocolo de Buenos Aires resulta inaplicable,
ya que el art. 2 ap. 6) menciona a los contratos de consumo para excluirlos de su ámbito de
vigencia. Como ya hemos señalado en el texto, al respecto rige el Protocolo de Santa María
(véase cap. VII)
49
FURLOTTI, Silvina-PARELLADA, Ariel en Gianella, Horacio C. “Código procesal civil de
la Provincia de Mendoza”. Bs.As., La Ley, To. I pág. 27, No. 3 de la glosa al art. 4;
QUEVEDO MENDOZA, Efraín “Prórroga de la jurisdicción internacional” en Sarmiento
García, Jorge “Protección del administrado”, Bs.As., Ed. Ciudad Argentina, 1996, pág. 376.
50
La ley prov. de Mendoza No. 7117 agrega al art. 4º del C.P.C.Mza. un párrafo que dispone
“La competencia de los tribunales provinciales es improrrogable … en los casos
contemplados en la Ley 24.240 de Defensa del Consumidor y las que las reemplacen, afines
y/i cualesquiera otras cuyo objeto sean la protección de la igualdad de las partes y/o
complementarias; siempre que se celebren en el ámbito de la Provincia… o que el objeto del
contrato se deba cumplimentar dentro del territorio provincial”

© Thomson La Ley 226


Al respecto, es necesario recordar la LDC es una ley imperativa,
y que, en principio, “se proyecta al plano internacional… como cláusula de reserva del
orden público internacional, en los términos del art. 14 inc. 2º del C.Civ. (51) que reza “Las
leyes extranjeras no serán aplicables: … cuando su aplicación fuere incompatible con el
espíritu de la legislación de este Código”. La protección del consumidor forma parte del
orden público llamado internacional, por lo que hay una importante cantidad de normas
consumeristas que tienen virtualidad suficiente para bloquear la aplicación del derecho
extranjero que las contradigan o conduzcan a resultados que contraríen las soluciones que
provengan de sus principios (52). La elevación a rango constitucional de los derechos del
consumidor (arts. 42 y 43 Const.Nac.) es un elemento importante para así considerarlo.

Sin perjuicio de ello, el problema que se presenta es que hay


otros países en los cuales se admite la prórroga, lo que puede dar lugar a que un consumidor
argentino sea demandado ante los tribunales extranjeros. La jurisprudencia de los EE.UU. de
Norteamérica tiene resuelto que “Es válida la cláusula de elección de jurisdicción contenida
en un contrato suscripto por el demandante vía internet, sin perjuicio de que la misma forme
parte de un contrato de adhesión y de que la actora no haya tenido el mismo poder de
negociación que la predisponente” (53).

El consumidor demandado ante tribunales extranjeros que tenga


bienes en el país en el que ha sido demandado tiene la necesidad de comparecer y plantear la
falta de jurisdicción internacional, ya que corre el riesgo de que la sentencia que dicte el
tribunal, sea ejecutada sobre los bienes que titularice en el aquél país extranjero. Ello así,
deberá plantear la falta de jurisdicción del tribunal extranjero que está entendiendo (54).

51
SCHÖTZ, Gustavo J. “Los acuerdos de…” RDCO año 2003 To. 36 pág. 23, y Lexis
0021/000282 ó 0021/000287, especialmente cap. III b.5.
52
GOLDSCHMITD, Werner “Derecho internacional privado” cit., pág.161 y ss., Nos. 147 y ss.
KALLER de ORCHANSKY, Berta “Nuevo manual…” cit., pág. 136 y ss., No. 1 y ss.
53
Sup.Corte de Nueva York, enero 27-1998 “Spera, Carlos c. AOL -America Online, Inc.”
RCyS To. 2000 pág. 1333 y AR/JUR/4362/1998. En el fallo se sostuvo que “para dejar sin
efecto este tipo de cláusula, la parte debe demostrar que su cumplimiento resultaría
irrazonable e injusto o que la cláusula es inválida por razones de dolo o extralimitación, por
lo que un juicio que se llevara a cabo en la jurisdicción estipulada en el contrato resultaría
tan gravoso y complicado que, a todos los efectos prácticos, la parte recusadora quedaría
privada de la posibilidad de comparecer en defensa de sus derechos" (ibíd.). La parte que
impugne una cláusula de elección de jurisdicción debe "demostrar con fundamentos sólidos
que la misma debe quedar sin efecto", en ausencia de lo cual la disposición deberá
prevalecer (DiRuocco v. Flamingo Beach Hotel & Casino, Inc., 163 A.D. 2d. 272; ver The
Bremen v. Zapata Off-Shore Co., 407 U.S. 1, 12 -1972-)”
54
De todos modos es una decisión delicada a la luz de la jurisprudencia sentada en el caso
“Houlder Brothers and Co, Ltd. c/Sociedad General de Control” (C.Fed. sala Civ. y Com.,

© Thomson La Ley 227


Normalmente no se admite la “cuasi-inhibitoria” entre tribunales de jurisdicciones diversas
(55), pero puede ser deducida, al efecto de comunicar al juez extranjero que esté entendiendo
en la causa foránea, que la sentencia a la que se arribe en infracción a la jurisdicción
internacional, no será reconocida en el país del juez internacionalmente competente, o sea, el
juez argentino.

Si el consumidor carece de bienes en el país donde ha sido


demandado y el tribunal de jurisdicción internacional, el demandado puede abstenerse de
comparecer y atenerse a su posible defensa cuando se pretenda ejecutar la sentencia en el
país.

El problema de la jurisdicción internacional y de su prórroga ha


sido considerada en el “Código de Derecho Internacional Privado” proyectado por la
Comisión de Estudio y Elaboración designada por Resoluciones del Ministerio de Justicia y
Derechos Humanos Nos. 191/02 y 134/02 (56), que luego pasó a formar parte del Proyecto de
Código Civil Unificado de 1998 con modificaciones.

En el mencionado Proyecto, el artículo 27 (que en el Proyecto


de Código Unificado aparece modificado y con el numeral 2563), bajo el acápite “Protección
del consumidor” establece: “Las demandas que versen sobre relaciones de consumo pueden
interponerse, a elección del consumidor, ante los tribunales del lugar de celebración del
contrato, del cumplimiento de la prestación del servicio o de la entrega de las mercaderías, o
del cumplimiento de la obligación de garantía o del domicilio del demandado. Se considera
lugar de entrega de las mercaderías, salvo estipulación diferente, el lugar determinado por
la cláusula FOB, definida por los INCOTERMS de la Cámara de Comercio Internacional.
También son competentes los tribunales del Estado donde el demandado tuviere filial,
sucursal, agencia o cualquier forma de representación comercial, cuando éstas hubieran

febrero 4-1960, publicada en J.A. To. 1960-IV pág. 104) criticada por el Maestro Werner
Goldshmidt en su obra de Derecho Internacional Privado, por no tratarse de un acto
concluyente de sometimiento al tribunal. En ese pronunciamiento se sentó que la protesta de
una sociedad argentina ante un tribunal belga por la falta de jurisdicción internacional,
contiene una sumisión condicional a dicha jurisdicción, para el supuesto que el tribunal
entendiera que ostenta jurisdicción internacional.
55
GOLDSCHMIDT, Werner, ob.cit., pág. 476/477, No. 359.
56
La comisión estuvo integrada por los Dres. Miguel Ángel Ciuro Caldani, Eduardo L. Fermé,
Berta Kaller de Orchansky, Rafael Manovil, María Blanca Noodt Taquela, Beatriz Pallarés,
Alicia Mariana Perugini Zanetti, Horacio Daniel Piombo, Julio César Rivera, Amalia Uriondo
de Martinoli e Inés M. Weinberg de Roca. El proyecto fue presentado al Ministro de Justicia,
Seguridad y Derechos Humanos el 14 de mayo de 2003 y se intentó incorporar como Libro
especial al Proyecto de 1998.

© Thomson La Ley 228


intervenido en la celebración del contrato o cuando el demandado las hubiere mencionado a
los efectos del cumplimiento de una garantía contractual. En esta materia no se admite el
acuerdo de elección de foro”.

En el Proyecto de Código Unificado de 1998, el artículo


proyectado queda redactado: “Las demandas entabladas por el consumidor que versen sobre
relaciones de consumo, deben interponerse ante los tribunales de su domicilio. A elección
del actor, pueden interponerse ante los tribunales del lugar de la celebración del contrato,
los del de cumplimiento de la prestación del servicio o de la entrega del servicio o ante los
del domicilio del demandado. Si el demandado tiene en otro Estado filial, sucursal, agencia
o cualquier otra especie de representación, el actor puede entablar la demanda en ese
Estado… En caso de contratos concluidos por consumidores sólo se admiten los acuerdos de
prórroga de jurisdicción posteriores al nacimiento de la controversia”.

Como puede advertirse el texto originario de la Comisión


difería respecto a que abría una amplia serie de alternativas de jurisdicción, sin sentar una
regla general. El Proyecto de Código, en cambio, establecía como regla la del domicilio del
consumidor, y abría luego alternativas a elección del consumidor.

En el proyecto de la Comisión no se admitía la prórroga de la


competencia; en el Proyecto de Código, se admitía siempre que fuera convenida con
posterioridad al nacimiento del conflicto. En los dos proyectos carecía de valor el pacto de
prórroga que se convinieran originariamente.

Ambas eran satisfactorias a los efectos de otorgar una


jurisdicción internacional conveniente a los intereses del consumidor.

La ley aplicable al comercio electrónico


Este es otro problema que se presenta respecto de cuál será la
ley que rija el negocio celebrado por un consumidor radicado en el país. Entran en juego, una
serie de alternativas en torno a cuál es el derecho que rige negocio, según las distintas
normativas vigentes y proyectadas:

La cuestión de la autonomía de la voluntad en la elección del


derecho aplicable.
En principio, rige al respecto el principio de la autonomía de la
voluntad según el cual existiendo algún contacto real –no fraudulento- las partes pueden
elegir libremente el derecho nacional que ha de regir la relación.

© Thomson La Ley 229


En esa hipótesis, la cuestión que se presenta es la de la validez
del consentimiento prestado a la cláusula de elección, sobre la base del discernimiento,
intención y libertad que pueden haber concurrido a determinar al consumidor a consentir
dicha prórroga. En los supuestos que a través de medios telemáticos se llegue a la
celebración de un contrato paritario, no se presenta ningún problema. En cambio, los
contratos por adhesión o sujetos a condiciones generales de contratación ofrecen algunas
dificultades, ya que allí la libertad de pactar la cláusula de elección puede haber desaparecido.
En efecto, es sabido que en tales casos, la libertad se reduce –en muchas oportunidades- a la
de contratar o no contratar, porque el consumidor no tiene posibilidades de influir sobre la
elección unilateral de la ley aplicable que ha hecho el proveedor.

El examen de esta cuestión tiene algunos problemas previos que


es necesario dilucidar.

En la doctrina internacional se ha producido una discrepancia en


torno a la consideración del contrato electrónico al pretenderse encuadrar dentro de las
categorías tradicionales.

Algunos autores sostienen que se trata de un contrato celebrado


entre ausentes, ya que faltaría el intercambio inmediato de declaraciones de voluntad ( 57). Se
distingue, sin embargo, la comunicación inmediata que se da en la videoconferencia, en los
web sites programados para contratar y en el teléfono (58), que daría lugar a un contrato
celebrado entre presentes y las que se dan por fax o correo electrónico que quedarían
sometidas a la normativa del contrato entre ausentes.

La cuestión presenta una arista de mayor complejidad que la


decisión entre esas dos categorías tradicionales, y es posible que deba distinguirse a través del
modo en que las partes están ‘presentes’. Una de las particularidades que exhibe el comercio
electrónico es que no siempre intervienen las partes humanas en forma directa mediante su
presencia o ausencia al estilo tradicional –estrechándose las manos y viéndose las caras o
escuchando sus voces o mediante correspondencia-, sino que a veces, una de las esferas de
interés es una simple máquina programada para celebrar acuerdos ( 59). La máquina actúa
como un robot ‘celebrante’, en representación de la parte contractual –el proveedor-, y a la
57
CARRASCOSA LÓPEZ, V., POZO ARRANZ, M.A. y RODRÍGUEZ de CASTRO, E.P. “La
contratación informática: el nuevo horizonte contractual. Los contratos electrónicos e
informáticos”, Granada, Ed. Comares, 1997, pág. 24/35. DAVARA RODRÍGUEZ, Miguel
Ángel, “Derecho informático”, Pamplona, Ed. Aranzadi, 1993;
58
ALTERINI, Atilio A. “El consumidor en la sociedad post-moderna”, L.L. 1996-E pág. 818,
especialmente, cap. VI b)

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manera de ‘un interpuesto o interpuesta’ –persona o máquina- en la celebración del contrato.
Así actúan con frecuencia los sitios de venta de artículos de consumo.

Se trata de situaciones que no pudieron haber sido previstas por


el Código Civil, ya que era impensable, en la época de su sanción, que pudiera darse estos
modos de contratación hoy habituales o, al menos, bastante difundidos. En cambio, pueden
haber sido contempladas por la Ley de Defensa del Consumidor, y de hecho, lo han sido no
en sus detalles, sino a través del género de la contratación a distancia.

El Código Civil argentino previó lo relativo a la celebración del


contrato sobre la base de los modos tradicionales de la contratación. La distinción en cuanto
a la celebración pasa allí por la circunstancia de que los contratantes estuvieran ‘presentes’ o
‘ausentes’, que, en definitiva, significa uno en presencia del otro o no; en este último caso,
era necesario usar un mensajero o un medio postal ( 60), lo que siempre requería que existiera
tiempo cronológico entre la oferta y la aceptación y sus respectivas remisiones y recepciones.

La acción de contratar resulta sencilla entre personas que están


frente a frente o comunicadas en forma directa de modo que existe ‘celebración instantánea’
(61) (62), pues la emisión de la declaración de la aceptación es inmediatamente percibida por el
proponente, de modo que ‘la toma de conocimiento de la aceptación coincide con el
momento mismo en que la declaración de la aceptación es emitida’, como lo explica
Messineo (63).

59
DI FILIPPO, María Isabel “La manifestación de voluntad por medios electrónicos”, L.L. To.
1999-B pág. 1170, cap. I c, cuando existe comunicación interactiva directa de manera que la
contratación se produce sin interrupción de la continuidad. En cambio, sería entre ausentes
cuando la oferta y la aceptación están separadas por un espacio de tiempo, porque la oferta
queda latente a la espera de la aceptación, en cuyo caso el contrato es entre ausentes.
60
Sobre la relatividad de estas categorías, véase LÓPEZ DE ZAVALÍA, Fernando “Teoría
general de los contratos- Parte General”, Bs.As., V.P.de Zavalía, 1975, pág. 121; ALTERINI,
A.A., “Formas modernas de contratación”, L.L. To. 1980-D pág. 1108, especialmente cap. III,
y en Alterini, A.A.-López Cabana, R.M. “Cuestiones modernas de responsabilidad civil”,
Bs.As., La Ley, 1988, pág. 1.
61
CNCiv., sala C, diciembre 3-992 “Arlan S. C. A. o Revestimientos La Europea S. A.”
L.L. To.1993-D pág. 417, con nota de Roque J. Caivano. Se dijo en el fallo “Más que de
contratos ha de hablarse de ‘declaraciones entre presentes y entre ausentes’, en las que
interesa no la distancia física sino la jurídica”.
62
La trascendencia de la cuestión se proyecta sobre el derecho aplicable, la competencia y el
inicio de plazo de prescripción de la acción de cumplimiento.
63
MESSINEO, Francesco “Manual de Derecho Civil y Comercial”, Bs.As., E.J.E.A., 1955,
trad. por S.Sentís Melendo

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Cuando las personas no están comunicadas en forma directa, en
cuyo caso, la celebración requiere un lapso, el que imponga la llegada de las declaraciones de
cada uno de los contratantes al otro (formación ex intervallo). Entonces adquieren
importancia las diversas teorías acerca del momento en que el contrato se ha celebrado y cuál
es el lugar de la celebración, o sea, aquél en que el consentimiento se ha entrelazado. Al
respecto, compiten diversas teorías (64), que pueden tener influencia en los negocios B2B,
B2G, G2B, pero que no son de fundamental importancia en el comercio B2C.

Dos hipótesis de análisis –que entendemos marginales en el


comercio electrónico relativo al consumo- son: a. la del contrato celebrado entre ausentes que
tenga lugar convenido de cumplimiento, en cuyo caso, se aplica la ley del lugar de la
ejecución (art. 1214 C.Civ.); y b. el mismo supuesto, pero en el cual no haya un lugar
determinado de cumplimiento, que se aplica la ley del domicilio de cada una de las partes
(art. 1214 C.Civ.) (65). Creemos que las hipótesis resultan marginales, porque –en general- en
la contratación electrónica, especialmente la vinculada al consumo,- hay previsiones sobre el
derecho aplicable.

La ley de Defensa de Consumidor


El sistema de la LDC estructura en forma diversa el intercambio
del consentimiento, en tanto, la oferta puede ser a persona indeterminada (art. 7 LDC). En el
Código Civil y en el de Comercio, en cambio, la oferta debe ser una promesa “a persona o
personas determinadas sobre un contrato especial, con todos los antecedentes constitutivos

64
El sistema del Código Civil –extensible al de Comercio- siguió predominantemente el de la
expedición o emisión de la aceptación (art. 1154 C.Civ.), pero con concesiones al del
conocimiento de la aceptación por parte del ofertante para posibilitar que la aceptación fuera
retractada mientras la aceptación no hubiera llegado al oferente (art. 1155 C.Civ.) y y para los
supuestos de caducidad de la oferta -muerte o incapacidad del oferente (art. 1149 C.Civ.)
(LAVALLE COBO, Jorge E. en Belluscio, A.C. (Dir.)-Zannoni, Eduardo A. (Coord.), “Código
Civil y Leyes Complementarias. Comentado, anotado y concordado”, Bs.As., Astrea, 1984,
To. V pág. 771, comentario al art. 1154). Alguna discrepancia se plantea acerca de la cuestión
de la retractación, pues López de Zavalía sostiene que es suficiente que el aceptante remita la
retractación antes que le haya llegado la aceptación al proponente; en cambio, otra parte de la
doctrina, encabezada por Lafaille, sostiene que la retractación debe hacerse llegar por un
medio más rápido que la aceptación, de modo que ella llegue antes que el proponente haya
recibido la aceptación. Este último criterio es el que sigue el Proyecto de 1993 de la Comisión
del Poder Ejecutivo (art. 866 segundo párrafo), admitiéndose la validez de la revocación
cuando llegue juntas, aceptación y revocación.
65
GOLDSCHMIDT, Werner “Derecho Internacional Privado” cit., pág. 408, No. 314;
KALLER de ORCHANSKY, Berta “Nuevo manual…” cit., pág. 356, No. 5; BOGGIANO,
Antonio “Derecho Internacional Privado” cit., To. II, pág. 283, No. 9 y “Curso de Derecho
Internacional”, Bs.As., LexisNexis-Abeledo Perrot, ,4ª.Ed., pág. 682, No. 9.

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de los contratos” (art. 1148 C.Civ. y 454 C.Com.) (66). Esta diferencia es trascendente
porque en el sistema civil (y por extensión en el comercial) la oferta al público constituye una
simple invitación a contratar, en tanto que en el sistema consumerista es una verdadera oferta
contractual. En este último caso, quien cierra el contrato es el consumidor-aceptante que
remite la aceptación al ofertante-comercio electrónico que ofertó al público; el lugar de la
celebración es el lugar desde el cual el consumidor acepta y remite, o sea, el de su propia
ubicación.

Así, las XVIII Jornadas Nacionales de Derecho Civil (Bs.As.,


2001) declararon, en su recomendación 3.4 de lege lata: “En los contratos celebrados por
medios informáticos, que se rigen por las normas relativas a los contratos entre ausentes, el
consentimiento se perfecciona desde el momento de la expedición de la aceptación”. La
solución es buena para los países importadores de artículos de consumo –como el nuestro-, ya
que el contrato se entiende celebrado en el lugar en que el aceptante acepta la oferta
contractual.

Por ello, estimamos, que requiere ser repensada la


recomendación hecha por esas mismas jornadas de lege ferenda, en la que se concluyó: “12.
Resulta conveniente adoptar el sistema de formación del contrato entre ‘ausentes’ la teoría
de la ‘recepción’”.

Al respecto, cabe recordar que, en España, la LSSICE modificó


el art. 1262 del Código Civil y 54 del Código de Comercio para distinguir el momento y lugar
de la celebración entre ausentes –lo que determina la ley aplicable- según el contrato fuera o
no celebrado por medios automáticos. En el caso general, el sistema es el de la recepción de
la aceptación. En cambio, si la relación se entabla entre ausentes con un sistema
automatizado el sistema es el de la emisión de la aceptación (67).

Otro aspecto de relevancia –en nuestro régimen de formación


del consentimiento- es que la oferta para la celebración del contrato de consumo, obliga no
sólo a lo expresado en ellas, sino también a “las precisiones formuladas en la publicidad o en
anuncios prospectos, circulares u otros medios de difusión… y se tienen por incluidas en el

66
Destaca Juan M. Farina que la norma comercial se refiere a los anuncios y que allí, la
indeterminación se refiere al contenido del contrato más que al destinatario del anuncio, o sea,
a una oferta carente de precisiones (aut.cit., “Defensa del consumidor y del usuario”, Bs.As.,
Astrea, 1995, pág. 130)
67
BARRAL VIÑALS, Inmaculada “La contratación …” cit. en Llamas Pombo, Eugenio
(Coord.) “Estudios de derecho de obligaciones: Homenaje al profesor Mariano Alonso Pérez”
cit., To. I pág. 112, cap. III, ap. 1º. A)

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contrato con el consumidor” (art. 8 primer párrafo LDC) estén “publicados en cualquier
medio de comunicación” (art. 8 segundo párrafo LDC). Indudablemente, la Red Internet es
un medio de comunicación y las ofertas que en ella se realicen están incluidas en el concepto
de oferta y su publicidad obliga a quien las ha hecho. Al respecto, la jurisprudencia nacional
ha hecho valer una garantía por un lapso determinado –doce meses- que una empresa
publicitaba en su propia web respecto de los trabajos de un pintor incluido en una nómina que
la propia empresa publicitaba en Internet (68).

En la normativa de los códigos civil y comercial se produce un


evidente divorcio entre lo que es la oferta desde el punto de vista comercial y el jurídico ( 69),
que desaparece en la LDC. Oferta jurídica y oferta comercial se reconcilian. Así la oferta
comercial recibe el tratamiento de oferta y es el consumidor quien cierra, con la remisión de
su aceptación, la celebración del contrato.

Para la doctrina tradicional, el escaparate no ‘ofertaba


jurídicamente’, lo cual -en definitiva- constituye una ficción, pues la exhibición del producto
en el establecimiento comercial o la llamada ‘invitación a contratar’ realizada en un prospecto
por el comerciante evidencia, por lo usual, la intención de ofertar el producto o el servicio; la
disposición normativa transforma lo que es típica y económicamente una ‘oferta’ en una
‘invitación’ a ofertar. De este modo, a pesar de contener todos los elementos esenciales del
contrato, excepto el sujeto comprador o receptor del servicio, la oferta comercial ‘no obliga al
que las ha hecho’, según las normas de nuestro Código Civil, en forma indudable, y del
Código de Comercio, para buena parte de la doctrina. Por ello, dentro del sistema tradicional
de los códigos resultaría ser el consumidor quien oferta comprar y el comerciante quien
acepta la oferta (70). En la economía de la LDC, en cambio, oferta comercial y jurídica,
coinciden.

68
C.Nac.Civ., sala D, marzo 25-2008, “Gudauskas, Sandra Rosa y ot. c. Alba S.A. y ot.” con
nota aprobatoria de María Virginia Schiavi “El derecho a la correcta prestación de un
servicio” y L.L. Online AR/JUR/1748/2008
69
ALTERINI, Atilio A., obs.cits. en nota al pie No. Error: Reference source not found,
especialmente cap. IV, propiciando la adopción del régimen vigente en la mayor parte de los
países del Mercado Común Europeo, en los cuales la oferta al público vinculan al oferente
con el primer aceptante.
70
En virtud de lo expuesto en el texto, si el contrato electrónico es B2B y el derechos aplicable
es el argentino, estará regido por las normas de los Códigos Civil y Comercial.

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El proyecto de Código Civil Unificado de 1998
La legislación proyectada en 1998 contiene normas diversas a
las que nos rigen actualmente en cuanto a la celebración del acuerdo de voluntades,
adaptándolas a las normas de la Convención sobre Compraventa Internacional de
Mercaderías de Viena, que conlleva a un traslado del lugar de celebración que de acuerdo a
las normas proyectadas pasa a ser el lugar en que el ofertante reciba la aceptación. En efecto,
el art. 915 del Proyecto de Código de 1998 establece, en su segundo párrafo: “El contrato
queda concluido cuando una aceptación útil es recibida por el oferente” y el art. 917 del
Proyecto mencionado dispone: “A los fines de este Capítulo se considera que la
manifestación de voluntad de una parte es recibida por la otra cuando ésta la conoce, o hubo
de haberla conocido, trátese de comunicación verbal, de recepción en su domicilio de un
instrumento pertinente, o de otro modo útil”

La cuestión es trascendente sobre el comercio electrónico, pues


el lugar y tiempo de celebración será el lugar del comercio virtual y momento en que la
aceptación es recibida.

En cambio, si se trata de un contrato de consumo, quedará bajo


las normas de la Ley de Protección al Consumidor, y en ésta una de las cuestiones
trascendentes son las disposiciones contenidas en los arts. 7 y 8 L. 24.240; el primero, en
cuanto establece que la oferta destinada a potenciales consumidores obliga a quien la ha
hecho, siempre que contenga los antecedentes constitutivos de los contratos, o sea, sujeto
proponente, precio -o forma de determinación del mismo ( 71)-, y objeto. De este modo, el
ofertante es el vendedor del producto o del servicio, y el aceptante es el consumidor. Por lo
tanto, la celebración se produce cuando el consumidor remite la aceptación (momento de la
celebración) y en el lugar en que este se encuentra (lugar de la celebración).

A la luz de nuestras normas de derecho privado argentino, el


contrato celebrado por una oferta digitalizada y respuesta telemática es un contrato celebrado
entre presentes, cuando la empresa y el consumidor están comunicadas en forma directa,
aunque lo estén telemáticamente (72).

71
Sobre esta cuestión véase FERRARI, Franco “Estudios comparativos en materia de
conclusión del contrato en los países de América del Sur con referencias a la Convención de
Viena sobre la venta internacional”, en R.D.C.O. año 1992-To 25 pág. 51, especialmente No.
5.
72
MOSSET ITURRASPE, Jorge “Manual de Derecho Civil-Contratos”, Bs.As., Bibl. Omeba,
1961, pág. 164;

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El Proyecto de Código Civil unificado de 1998, previó la
cuestión dando prioridad a las normas del derecho del domicilio del consumidor, y así,
dispuso en su proyectado artículo 2613: “Contratos celebrados con consumidores. Los
contratos relativos a la prestación de servicios o provisión de cosas muebles destinados a un
uso personal o familiar del consumidor, que sean ajenos a la actividad comercial o
profesional de éste, así como también los contratos destinados a la financiación de tales
prestaciones, se rigen por el derecho del Estado de la residencia habitual del consumidor en
los siguientes casos: a) Si la conclusión del contrato ha sido precedida en ese Estado de una
oferta o de una publicidad y el consumidor ha cumplido en él los actos necesarios para la
conclusión del contrato. b) Si el proveedor ha recibido el pedido en ese Estado. c) Si el
consumidor ha sido incitado por su proveedor a desplazarse a un Estado extranjero a los
fines de efectuar en él su pedido. En los contratos con consumidores no se aplican los
artículos 2605 a 2607”.

El último párrafo del artículo transcripto, establece la


inaplicabilidad en la materia de las normas de libertad de elección, de la libertad de convenir
el derecho aplicable y la normas que rigen cuando las partes no han elegido el derecho
aplicable, o sea, que las partes no pueden –de acuerdo a la norma proyectada- elegir el
derecho aplicable ni se rige por las normas del Estado con el que presente mayor vinculación.
Se rige siempre por el derecho del lugar de la residencia del consumidor.

La norma proyectada se ajusta a los criterios más tuitivos de la


protección al consumidor, pero no a los trabajos preparatorios que se realizan en Ginebra para
proyectar una convención sobre comercio electrónico (73).

73
VARGAS GÓMEZ-URRUTIA, Marina “Conflictos de leyes y de jurisdicción en el
cyberespacio: una tesis de trabajo desde la perspectiva del derecho internacional privado
español” en http://comunidad.derecho.org/congreso/ponencia34.html explica que “la
Conferencia de La Haya de Derecho Internacional Privado, organización
intergubernamental que tiene por objeto la unificación del Derecho internacional privado
(esencialmente los conflictos de leyes y los procedimientos y la cooperación judicial
internacional) ha llevado a cabo en Ginebra un serie de sesiones sobre cuestiones de
competencia judicial y de ley aplicable en relación con el comercio electrónico y las
operaciones efectuadas por los intermediarios de Internet. En materia de ley aplicable a los
contratos “on line”, la discusión se centra en la dicotomía entre la ley del vendedor (regla
del país de origen de la mercancía) o la ley del comprador (regla del país de recepción). La
solución propuesta, y en trámite de discusión, pretende evitar esta dicotomía partiendo de un
sistema nuevo que se basa en la llamada Certificación de Sitios inspirada en los trabajos que
la CCI y otras organizaciones privadas están llevando al efecto. Este sistema de Certificación
de Sitios partiría reglas específicas de protección de los consumidores, incluidas las
garantías, así como un sistema de reglamentación de controversias justo, de fácil acceso y
gratuito para el consumidor. Si un Sitio ha obtenido por ejemplo la Certificación podrá
entonces preverse que se aplicará el derecho del país de origen y se dará competencia a los

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El encuadre dentro de la categoría de los contratos celebrados a distancia.
La doctrina en forma reiterada ha sostenido que las categorías
tradicionales se han vuelto inútiles para reglar los nuevos modos de relacionarse en el ámbito
contractual. No hay correspondencia entre la distancia a la que se encuentren las partes y la
ausencia, ya que pueden estar comunicados en forma directa por teleconferencia o
interactuando en tiempo real con un web site. La categoría que aparece ahora como relevante
es la del ‘contrato celebrado a distancia’, con independencia de la presencia o ausencia de las
partes. (74)

El contrato celebrado por medios telemáticos ostenta las


características propias de ese tipo de acuerdo contractual en cuanto existe una incitación a
contratar a través de una técnica de comunicación a distancia, una respuesta del consumidor
por un medio similar y la ausencia de contacto físico entre la empresa y el consumidor (75).

La Directiva 97/7/CE entiende por contrato a distancia “todo


contrato entre un proveedor y un consumidor sobre bienes o servicios celebrado en el marco
de un sistema de ventas o de prestación de servicios a distancia organizado por el proveedor
que, para dicho contrato, utiliza exclusivamente una o más técnicas de comunicación a
distancia hasta la celebración del contrato, incluida la celebración del propio contrato” y
por técnica de comunicación a distancia “todo medio que permita la celebración del contrato
entre un consumidor y un proveedor sin presencia física simultánea del proveedor y del
consumidor” (76).

El art. 6 de la Directiva prevé un plazo de reflexión de siete días


laborables para resolver el contrato sin penalización alguna y sin indicación de los motivos.

tribunales de ese país, en los casos residuales que no puedan regirse por el sistema autónomo
de resolución de diferendos, comprendido en el sistema de Certificación de Sitios”
74
Por todos, SILVANO, Marcelo H. “Internet y su influencia sobre las relaciones jurídicas –
Aproximación a la cuestión de los contratos celebrados por Internet” E.D. To. 189 pág. 80 y
MJ-DOC-1450-AR-, especialmente, cap. III; respecto de la cuestión en el derecho español,
véase RUIZ MUÑOZ, Miguel “Tutela de los consumidores en el comercio electrónico” en
Etcheverry, R.A.-Illesca Ortíz, R. “Comercio electrónico. Estructura…”, cit., pág. 647 y ss.
75
Tales son las características relevantes tenidas en cuenta por la Propuesta de Directiva del
Consejo de Europa presentada a la Comisión el 20 de mayo de 1992.
76
Las enumera en el Anexo I: “Impreso sin destinatario; Impreso con destinatario; Carta
normalizada; Publicidad en prensa con cupón de pedido; Catálogo; Teléfono con
intervención humana; Teléfono sin intervención humana (llamadas automáticas, audiotexto);
Radio; Visiófono (teléfono con imagen); Videotexto (microordenador, pantalla de televisión)
con teclado o pantalla táctil; Correo electrónico; Fax (telecopia); Televisión (compras y
ventas a distancia)”

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Se trata de un mecanismo análogo al previsto por el art. 34 de la LDC, en el que se habla de
revocación de la aceptación. En definitiva, el ejercicio del ius poenitendi.

Ciertamente, el hecho que los contratos celebrados por medios


telemáticos encuadren esta categoría no significa que esa solución sea la ideal, o que no haya
necesidad de normas adaptativas a la realidad que ellos ofrecen. Se trata de una solución
normativa, pero, ciertamente, no la mejor. Precisamente, el ideal es prever las especificidades
del comercio electrónico, que exhibe particularidades que no lo hacen igual a la venta a
distancia o fuera del local comercial; sin embargo, entretanto tengamos las normas adecuadas
a esta nueva realidad, ellas satisfacen la necesidad normativa de pautar los conflictos que
presenta.

Es indudable que el comercio electrónico no es una forma


agresiva de comercialización y que el navegante en busca de concertar la adquisición no es
‘sorprendido’ en la tranquilidad de su hogar, cuando está relajado, sino que tiene la intención
de ingresar a un mercado ‘virtual’, en el que sabe que hay oferta de bienes. Señala bien De
Lorenzo las diferencias entre el supuesto fáctico que se presenta en la contratación a distancia
común y el comercio electrónico (77).

No obstante la agudas observaciones recordadas, y la diferente


actitud del consumidor en un caso y en el otro, el mecanismo previsto por el art. 34 LDC
salvaguarda los derechos del consumidor de los vicios de ‘sorpresa’ ( 78), como circunstancia
limitativa de la libertad plena y del error que puede sufrirse ( 79), por el entorno tecnológico en
el que se desarrolla, evitando que quede vinculado por un acuerdo producto de su
hiposuficiencia.

La ley de protección del consumidor regla este modo de


contratación en los arts. 33 y 34, que se refieren a los contratos celebrados a distancia. El
artículo 33 define el ámbito de aplicación de estas normas en los siguientes términos: “Venta
por correspondencia y otras. Es aquella en que la propuesta se efectúa por medio postal,

77
DE LORENZO, Miguel Federico “Contrato de consumo y…” L.L. To. 2004-A pág. 790,
especialmente, cap. III.
78
La trascendencia de este ‘vicio’ de ‘sorpresa’ estaba ya presente en el Código Civil
Argentino, en la norma prohibitiva del anatocismo inicial (Conf. BUSSO, Eduardo B.
“Código Civil Anotado”, Bs.As., EDIAR, 1951, To. IV pág. 325, No. 12) y en el tema de la
imputación de pago por el acreedor (art. 775). La sorpresa es vista como un vicio del acto
jurídico que restringe la libertad. Véase LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F.P. “El vicio de sorpresa
en el derecho privado”, Rev.R.C. y S. Año 2002 pág. 197, especialmente, No. 17.
79
RICO CARRILLO, Mariliana “Aspectos jurídicos de la…” en Rico Carrillo, M. (Coord.)
“Derechos de las nuevas tecnologías” cit., pág. 282, No. 5 b).

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telecomunicaciones, electrónico o similar y la respuesta a la misma se realiza por iguales
medios”.

La primera observación es que el acápite del artículo no es


preciso, pues se refiere a la compraventa, en tanto que la norma es comprensiva no sólo de
tales operaciones sino también cualquier otro contrato de consumo o servicio en que la oferta
y la aceptación utilicen tales medios técnicos de comunicación, aunque no sea el mismo
medio (80).

Cabe advertir que el presupuesto de hecho normado no se


corresponde a la clasificación clásica entre contratos entre ausentes y presentes, pues la
celebración por medio postal es un típico ‘contrato entre ausentes’ o de celebración ‘ex
intervallo’, en cambio, la comunicación por fax –cuando el co-contratante contesta
inmediatamente-, teléfono, teleconferencia o celebración en un web-site la aceptación supone
comunicación directa (81) pues llega al ámbito del proponente en forma instantánea y cierra la
celebración del contrato al entrelazarse con la oferta.

La aplicación de la norma requiere que la oferta y la aceptación


sean comunicada por alguno de esos medios enumerados por la ley: postal,
telecomunicaciones, electrónico o similar. De modo tal, que siendo la oferta telemática y
presentándose el consumidor en el local del vendedor a aceptarla, las normas del contrato a
distancia no son aplicables (82).

La hipótesis en que el vendedor hiciese desplazar al consumidor


con el objeto de la celebración del contrato –en especial, cuando es a un país extranjero-,
estaba contemplada en el Proyecto de 1998, que lo preveía en el art. 2613 para ratificar el
derecho aplicable era –aun así- el del lugar de la residencia habitual del consumidor.

El encuadre del comercio electrónico en el ámbito de los


‘contratos a distancia’ tiene importancia ya que en ellos se confiere una facultad de naturaleza
excepcional. En efecto, se reconoce al consumidor la facultad de revocar la aceptación

80
ESBORRAZ, David F.-HERNÁNDEZ, Carlos A. “La protección del consumidor en los
contratos celebrados fuera de los establecimientos comerciales”, J.A. To. 1997-III pág. 663,
especilamente, cap. III a).
81
En cambio, la comunicación de una oferta por fax no necesariamente supone una celebración
instantánea, pues el destinatario puede no estar comunicado; la máquina puede recibir sin la
presencia del destinatario. De todos modo, sirva como salvedad, pese a que la cuestión
excede el tema que nos hemos propuesto.
82
Coincide en que no hay contrato a distancia en este supuesto: BOTANA GARCÍA, G.A.,
ob.cit., pág. 39.-

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dentro del plazo de diez días corridos, contados a partir de que se entregue la cosa o se
celebre el contrato, lo que ocurra último (83). El plazo es susceptible de iniciarse en dos
momentos: el de la entrega o el de la celebración del contrato. Si la entrega –como sucede
normalmente- es posterior a la celebración corre desde que la cosa fue entregada. Si la
celebración es posterior a la entrega corre desde que el contrato fue celebrado.

El carácter excepcional resulta de la circunstancia de que no es


un efecto normal de los contratos. Por el contrario, el principio para la generalidad de los
contratos es que la celebración del contrato lo perfecciona y debe ser cumplido por las partes.

La facultad de arrepentirse está excluida como efecto normal


del contrato, y sólo la conservan los contratantes cuando han entregado arras (art. 1202
C.Civ.) (84). Sin embargo, es un efecto normal de los contratos de consumo celebrados a
distancia o fuera del establecimiento comercial (art. 32 LDC), invirtiéndose aquél principio
general (85) y obrando como instituto protector de la precipitación del propio consumidor y
ofreciendo un pequeño lapso para la reflexión del acuerdo que ya ha celebrado (86).

La facultad de revocar la aceptación opera como un derecho


discrecional o potestativo que puede ser ejercido sin necesidad de expresar motivo ni
justificación alguna. Pero, además, no genera “responsabilidad alguna”, según el texto
expreso de la norma.

Adoptada por el consumidor la decisión de revocar la


aceptación, que debe ser comunicada por un medio fehaciente, debe poner a disposición del
vendedor el bien recibido y el proveedor debe hacerse cargo de los gastos de devolución (87).

83
Conf. MOSSET ITURRASPE, J.-LORENZETTI, Ricardo, “Defensa del Consumidor”, Sta.
Fe, Rubinzal y Culzoni, 1994, pág. 179; FARINA, Juan M., ob.cit., pág. 258, en virtud del
principio de interpretación más favorable al consumidor que consagra el art. 37, segundo
párrafo de la L. 24.240. Sobre los criterios de interpretación, véase VÁZQUEZ FERREYRA,
Roberto-ROMERA, Oscar E., “Criterios interpretativos de la ley 24.240 de defensa del
consumidor” en L.L. To. 1994-D pág. 797.
84
Las XV Jornadas Nacionales de Derecho Civil (Mar del Plata, 26 al 28 octubre de 1995) han
declarado: “La facultad de arrepentirse de un contrato es rechazada en el macrosistema,
sobre la base de la justicia de lo acordado, atendiendo a la libertad e igualdad de los
celebrantes. La solución opuesta, en el microsistema (que debe interpretarse como el
ejercicio de una potestad resolutoria unilateral, sin responsabilidad), se justifica por la
vulnerabilidad del consumidor, agravada en los supuestos contemplados (art. 34, Ley
24.240)” (V.J. Disq. 1-1996).
85
LORENZETTI, Ricardo L. “Consumidores” cit., pág. 265/266, ap. IX.
86
Es la solución prevaleciente en el derecho extranjero para las compraventas a distancia y
fuera de los establecimientos comerciales.

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Se trata de una norma de carácter imperativo, que integra de
orden público (88), tal como resulta del apartado final del primer párrafo del art. 34 LDC que
dispone “Esta facultad no puede ser dispensada ni renunciada”.

El legislador ha dispuesto “todo documento que sea presentado


al consumidor” debe contener la información que ponga en su conocimiento que goza de tal
facultad (segundo párrafo del art. 34 LDC). Satisface el requerimiento de escritura la
inclusión en un archivo digital o su inclusión textual en un web site, en virtud de la
disposición del art. 6 de la Ley 25.506 (89).

Ciertamente, que en el ámbito del comercio electrónico –


especialmente cuando el proveedor está ubicado en otro Estado- el valor de esa disposición
puede ser problemático (90), toda vez que si el establecimiento comercial ofertante está fuera
de la jurisdicción territorial puede cuestionarse la competencia de las autoridades para
sancionar al responsable de un sitio que esté contenido en un server o establecimiento
principal ubicado en el extranjero. La jurisprudencia norteamericana ha utilizado el criterio
de la jurisdicción in personam, imponiéndole el fuero territorial cuando existiesen contactos
mínimos o se produzcan efecto en él o propósito específico ( 91). Así, se decidió la aplicación
de sanciones a una empresa de aviación que no mantenía actualizados los precios de los
pasajes en virtud de que la presentación defectuosa se producía en territorio estadounidense
(92).

87
Esta es una diferencia con la solución prescripta por la Directiva 97/7/CE, en la cual el gasto
de devolución queda a cargo del consumidor (art. 6.1 primer párrafo in fine y 6.2.). Decimos
–en el texto- que la condición es positiva, ya que tal clasificación de las condiciones atiende a
si se modifica o no la situación existente: en el primer caso, es positiva y, en el segundo, es
negativa.
88
Conf. FARINA, Juan M., ob.cit., pág. 259. Ello surge claramente del el párrafo primero del
art. 34 que establece expresamente “Esa facultad no puede ser dispensada ni renunciada”;
CABANELLAS, Guillermo, “La ley de defensa del consumidor” R.D.C.O. Año 27-1994 pág.
117, No. 8.
89
Dispone el artículo citado en el texto: “Documento digital. Se entiende por documento digital
a la representación digital de actos o hechos, con independencia del soporte utilizado para su
fijación, almacenamiento o archivo. Un documento digital también satisface el requerimiento
de escritura”
90
SCHÖTZ, Gustavo “Los acuerdo de…” cit., RDCO año 2003 To. 36 pág. 49, nota al pie No.
66 se pronuncia por la inconveniencia de someter a un sitio extranjero a la reglamentación
argentina.
91
CARRIZO ADRIS, Gustavo “La determinación del juez competente en la transaccion vía
Internet. Jurisdicción en Internet” J.A. To. 2005-II pág. 1311; SCHÖTZ, Gustavo “Los
acuerdos de…” cit., RDCO año 2003 To. 36 pág. 23, especialmente, cap. V c).
92
Cit. por PALAZZI, Pablo-PEÑA, Julián “Comercio electrónico y MERCOSUR”, Rev.D.Priv.
y Com. To. 17 pág. 426, nota al pie No. 22.

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Sin embargo, la falta de esa información en la documentación
que se presente al consumidor no excluye su habilitación para el ejercicio del ius poenitendi.

La Ley de Defensa del Consumidor no contempla plazo de


clausura para la hipótesis en que el proveedor no haya informado al consumidor la existencia
de su derecho a la revocación, tal como sucede en otras legislaciones ( 93), lo que ha llevado a
discrepancias doctrinales respecto de si la infracción del proveedor deja sin límite alguno a la
facultad del consumidor (94) o si la necesidad de seguridad jurídica impone buscar algún
límite (95); en esta última posición, se sostiene que el límite razonable puede encontrarse en el
plazo de garantía legal del art. 11 LDC. De ese modo, dentro del plazo de seis meses –si se
trata de bienes nuevos- y tres meses –si son cosas usadas- extinguiría la posibilidad del
consumidor de revocar la aceptación.

La solución de este problema es verdaderamente difícil para la


jurisdicción ya que, a nivel normativo y de los principios, se enfrentan la interpretación a
favor del consumidor y la restrictiva que se predica de la extinción de los derechos con el
requerimiento de la seguridad jurídica para los proveedores. Es claro que la opción debe
formularla el legislador por tratarse de una típica cuestión de política legislativa. Sin
embargo, los jueces no pueden dejar de juzgar a tenor del imperativo del art. 16 C.Civ. Los
principios generales y los específicos del derecho del consumo, le imponen –en nuestro
criterio- la decisión a favor del consumidor y la subsistencia del derecho a revocar la
aceptación (96).

Hemos sostenido supra que la finalidad del ius poenitendi es


otorgarle al consumidor una protección de su propia irreflexión o de su libre albedrío ( 97), sin
embargo a falta de otros mecanismos, ella sirve también para protegerlo de su propio error, al
que ha servido de ocasión o dado causa la forma de celebración. Adviértase que en el

93
Véase DE LORENZO, Miguel Federico en Picasso, Sebastián-Vázquez Ferreyra, Roberto
“Ley de defensa…” cit., To. I pág. 388, ap. VII.
94
VÁZQUEZ FERREYRA, Roberto- ROMERA, Oscar E., “Protección y defensa del
consumidor”, Bs.As., Depalma, 1994 pág. 95.
95
DE LORENZO, Miguel Federico en ob.cit. en nota al pie de página No. 91.
96
Lo dicho en el texto, sin perjuicio de señalar que se trata de una disyuntiva difícil, que el juez
debe valorar las circunstancias del caso. Por ejemplo, no se justifica la subsistencia y
ejercicio de la facultad si se trata de un consumidor que está en conocimiento de su facultad
revocatoria. Aunque la prueba de ese conocimiento está a cargo del proveedor.
97
ALTERINI, Atilio A. “Los contrato de consumo y las cláusulas abusivas” en Alterini, Atilio
A.-López Cabana, R.M. “Temas de Responsabilidad Civil”, Bs.As., Fac.Der. y C.S.-Ed.
Ciudad Nueva, 1995, pág. 270.-

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contrato celebrado con un web site, es posible cometer un error leve de tipeo o cualquier
inadvertencia ocasional, y que por apresuramiento o inadvertencia al momento del ‘clickeo’,
el consumidor adquiera algo que no es lo que necesita, o sea, con consecuencias graves. Por
ejemplo, un yerro en la fecha para la cual se compra un pasaje en cualquier medio de
transporte o en el número o letras del modelo de la computadora elegida. De allí, que sea
importante la posibilidad de que el consumidor disponga de una oportunidad de corrección.

En el Código Civil Francés, se ha introducido el capítulo VII


“De los contratos en forma electrónica” en el título III “De los contratos o de las obligaciones
contractuales en general” del Libro III “De los diferentes modos de adquirir la propiedad”, en
el que se regulan las especificidades a que da lugar la celebración de los contratos por vía
electrónica. Entre las disposiciones agregadas, para las propuestas formuladas
profesionalmente –por proveedores- el nuevo artículo 1369-4 del Código Civil Francés ( 98)
impone que la oferta formulada por vía electrónica mencione las diferentes etapas a seguir
para suscribir el contrato electrónico (inc. 1º), los medios técnicos que permitan al usuario,
antes de la conclusión del contrato, identificar los errores cometidos en el registro de datos y
corregirlos (inc. 2º).

También se prevé –como en otras legislaciones que se han


ocupado de esta temática- para la validez de la contratación que el consumidor haya tenido
previamente a la conclusión del contrato la posibilidad de verificar el inventario del pedido y
precio total, con posibilidad de corregir eventuales errores (art. 1369-5).

Al no disponer, en nuestro país, de recaudos legales similares,


resulta plausible que la celebración quede sujeta a la condición suspensiva del transcurso de
los diez días sin que el consumidor haya manifestado su disconformidad (99).

La solución del arrepentimiento o revocación de la aceptación


no aparece como satisfactoria cuando el objeto de la operación ha estado constituido por
ciertos bienes intangibles, ya que por su naturaleza, la eficacia técnica de la ‘devolución’ es
incierta, pues nada impide que el consumidor devuelva un archivo, pero también lo conserve,
rompiendo el equilibrio sinalagmático del negocio y traicionando fraudulentamente la
previsión legal. En casos similares, específicamente, en orden a los servicios –respecto de los
cuales no hay previsión legal específica-, la doctrina ha interpretado que el consumidor

98
Introducido por la orden No. 2005-674 del 16 de junio de 2005.
99
DE LORENZO, M.F. “Contrato de consumo y …” cit. L.L. To. 2004-A pág. 790,
especialmente cap. X.

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carece del derecho a la revocación de la aceptación (100). Estos supuestos son los claramente
demostrativos que la utilización de un mecanismo como la revocación de la aceptación, sólo
implica una solución parcial y provisoria, pero que se requiere de una legislación que
contemple el nuevo fenómeno. (101)

A modo de conclusión
El fenómeno del comercio electrónico es todavía demasiado
joven para mostrar su perfil definitivo, y el derecho de consumo, demasiado nuevo para
entenderlo terminado. Ambos evolucionan, como jóvenes, rápidamente, y el Derecho es
demasiado anciano para perseguirlo a su ritmo.

Por ello, es necesario incentivar los movimientos dinámicos del


Derecho, para que –como diría el maestro Morello- pueda alcanzar esos ‘blancos móviles’ y
escurridizos. El desafío es para el jurista, para el legislador y para el juez que son quienes
deben empeñarse en dar las respuestas a una sociedad que está transitando un camino -que
muestra aún demasiadas incertezas y claros-oscuros que afectan la seguridad jurídica para los
consumidores, impulsados por la necesidad a contratar por medios electrónicos, y para los
proveedores, sensibles a los riesgos no controlables y capaces de retraer la expansión si no
tiene acotados los que asumen. Este un tema en el que –como en tantos otros- hay que dar el
debate sobre la línea seguir en la búsqueda del equilibrio que permita la protección necesaria
y adecuada al nuevo ámbito, garantizando al consumidor y dando previsibilidad a los
operadores comerciales.

100
ESBORRAZ, David F.-HERNÁNDEZ, Carlos A. “La protección del consumidor en …” cit.,
J.A. To. 1997-III pág. 663, especilamente, cap. IV, No. 3; DE LORENZO, M.F. en Picasso,
Sebastián-Vázquez Ferreyra, Roberto “Ley de defensa…” cit., To. I pág. 402, ap. XVII.
101
ARIZA, Ariel C. en Nicolau, Noemí L. “Fundamentos del derecho contractual”, Bs.As., La
Ley, 2009, To. I pág. 491, No. 3.

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ACORDADA Nº 21.149

Mendoza, 11 de julio de 2008


VISTO :
La ley 7.855, que modifica el Código Procesal Civil (Arts. 21 y 70),
posibilitando la notificación por vía electrónica de los actos procesales que deben
comunicarse al domicilio legal, y
CONSIDERANDO :
Que a los efectos señalados, la citada Ley en su artículo 1º establece que la
Suprema Corte de Justicia de la Provincia, podrá sustituir el domicilio legal constituido por
un domicilio o casilla de carácter electrónico.
Que para ello se han realizado todas las acciones necesarias, para disponer de
los medios que aseguren que las notificaciones cumplan con la totalidad de los requisitos
establecidos en el artículo cuarto de la citada Ley.
Que la experiencia adquirida como consecuencia de la implementación y
funcionamiento de la notificación electrónica laboral (Ley nº 7195), ha sido fundamental para
facilitar su extensión a la materia civil.
Que es necesario aprobar la reglamentación que la Ley 7855 establece en su
artículo 4ª y fijar un cronograma que comprenda las distintas etapas y tribunales en los
cuales se instaurará la nueva modalidad de notificación.
Por todo ello, en uso de las facultades que le confieren las Leyes 4969 y 7855,
la Sala Tercera de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza,
RESUELVE :
1) Autorizar la utilización de la notificación electrónica a través de
documentos firmados digitalmente para aquellas notificaciones por cédulas que deban
practicarse en el domicilio legal previstas en el Art. 68 del Código Procesal Civil, en la
Primera Circunscripción Judicial.
2) Aprobar el Reglamento de la notificación por vía electrónica que preve y
autoriza el Art. 70 bis del Código Procesal Civil, incorporado por la Ley Nº 7.855, de acuerdo
a lo establecido en Anexo I.
3) Aprobar el cronograma de implementación establecido en Anexo II.
4) Invítar al Colegio de Abogados y Procuradores de Mendoza a difundir entre
los letrados y procuradores la utilización del sistema de notificación electrónica
implementado por el presente Acuerdo.

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5) Facultar a la Presidencia de esta Suprema Corte de Justicia para determinar
las fechas de puesta en marcha del sistema en las distintas circunscripciones, conforme el
estado de avance del sistema,la disponibilidad de equipamiento técnico y la capacitación del
personal.
Regístrese, comuníquese y oportunamente archívese.

fb/AS

ANEXO I

Reglamento de la notificación por vía electrónica que preve y autoriza el Artículo 70 bis
del Código Procesal Civil, incorporado por la Ley Nº 7.855

1) La Dirección de Informática del Poder Judicial proveerá una casilla electrónica, en un


servidor del Poder Judicial, a cada uno de los profesionales, a la que ingresarán con su
número de matrícula y podrán acceder a las cédulas que les han sido remitidas, en la siguiente
dirección de internet: “notificaciones.jus.mendoza.gov.ar.” o en el link “listas y
notificaciones” “notificacion electrònica” de la página del poder judicial
“www.jus.mendoza.gov.ar”
2) El Receptor del Tribunal o quien lo reemplace confeccionará la cédula, la signará con su
firma digital y enviará la notificación a la base de datos creada al efecto en el servidor del
Poder Judicial. Imprimirá el documento y lo agregará al expediente. El sistema registrará la
fecha y hora en que el documento se ingrese a la base de datos y quede disponible para el
destinatario de la notificación. La fecha del documento, en consecuencia, coincidirá con la
fecha de recepción de la notificación. La fecha que el sistema coloque en el documento será
prueba suficiente de la efectiva notificación. Las personas que firmen la notificación estarán
debidamente identificadas para conocimiento de los destinatarios.
3) La notificación se tendrá por cumplida al día siguiente hábil posterior a la fecha que el
sistema coloque en la cédula, la que coincide con la del depósito de la cédula de notificación
en la base de datos existente en el servidor del Poder Judicial y con el momento en que el
documento queda visible y consultable por el destinatario de la comunicación.
4) La base de datos de las notificaciones podrá ser auditada, por orden judicial dictada de
oficio o a pedido de parte.
5) La totalidad de las casillas electrónicas involucradas en la descripción del proceso
residirán en un servidor del Poder Judicial, destinado exclusivamente a ese efecto y serán

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consideradas “oficiales”. Las mismas estarán destinadas exclusivamente para esta tarea y
serán administradas por personal de este Poder. Todas las cédulas deberán ser firmadas
digitalmente por el Receptor o quien lo reemplace en el futuro.
6) Establecer que la Notificación Electrónica coexista simultáneamente con la notificación
por cédula en soporte papel y a domicilio legal material durante quince días hábiles ,
consignados en la columna “Notificación conjunta” en el Anexo II. Durante ese lapso, sólo
tendrá efectos jurídicos procesales la cédula confeccionada en soporte papel y notificada al
domicilio legal material. Al término de esa etapa de simultaneidad “fecha de inicio sólo
Notificación Electrónica” del Anexo II, todas las notificaciones previstas en la Ley 7855, se
realizarán solamente por vía electrónica.

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NOTIFICACIÓN ELECTRÓNICA

ACORDADA Nº 21.376

Mendoza,15 de setiembre de 2008

VISTO:

Que se ha implementado la Notificación Electrónica Laboral y Civil establecidas por


Leyes 7.195 y 7.855 y reglamentada por Acordadas Nros. 20112 y 21149, y

CONSIDERANDO:

Que la normativa vigente delega en la Suprema Corte de Justicia de la Provincia, la


facultad de determinar el método a seguir para las notificaciones electrónicas previstas por el
Art. 68 del Código Procesal Civil y no excluye de la misma a ningún profesional actuante en
la jurisdicción.

Que a la fecha, se ha implementado con éxito este tipo de notificaciones para los
abogados matriculados en la Provincia de Mendoza, siendo necesario extender la aplicación
de dicho medio de Notificación a los Procuradores a quienes se les notificará a través de
documentos firmados digitalmente para aquellas comunicaciones por cédulas que deban
practicarse en el domicilio legal.

Que en esta oportunidad no se incluye a los peritos, porque la frecuencia de elección


de cada uno de ellos es muy baja y ésto provocaría inconvenientes, ya que obligaría a los
profesionales a consultar todos los días el sistema sin obtener resultados desde su casilla, lo
que desalentaría la consulta y se incurriría en la frustración de la comunicación. No obstante,
se decide obtener información adicional para posibilitar que en el futuro los tribunales puedan
tener contacto con los peritos para agilizar su convocatoria.

Que se ha procedido a instrumentar la forma en que los procuradores ingresarán a la


casilla electrónica para acceder a las cédulas que les han sido remitidas.

Por lo expuesto, en uso de las facultades legales y reglamentarias propias, la Sala


Tercera de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza,

RESUELVE:

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1.- Extender la aplicación de las Acordadas n° 20.112 y 21.149 a los Procuradores, a
quienes se les notificará por vía electrónica todas las providencias que deban comunicarse por
cédula y a domicilio legal.

2.- Proveer a tal efecto a cada uno de los mencionados auxiliares de la justicia, de una
casilla electrónica en un servidor del Poder Judicial a la que ingresarán con su número de
matrícula precedido por la letra "p", accediendo así a las cédulas que les han sido remitidas,
en la siguiente dirección de internet: “notificaciones.jus.mendoza.gov.ar.” o en el ícono
“notificaciones electrónicas” del sitio www.jus.mendoza.gov.ar

3.- Ordenar a la Oficina de Profesionales solicite como requisito obligatorio en la


inscripción anual de los profesionales, declaren número telefónico (fijo y celular si lo
tuvieran) y dirección de correo electrónico, con el objeto de lograr una alternativa
complementaria a la notificación escrita.

5.- Aplicar este sistema para el fuero civil, en los tiempos y modo previstos en el
cronograma aprobado en la Acordada 21.149 y en el fuero laboral, a partir del 22 de
Setiembre del presente año.

Regístrese, comuníquese, publíquese y archívese.

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NOTIFICACIÓN ELECTRÓNICA

ACORDADA Nº 22.944

Mendoza, 23 de setiembre de 2.010

VISTO:

La ley 7195 modificatoria del Código Procesal Laboral y la ley 7.855 que modifica el
Código Procesal Civil (Arts. 21, 50 53 y 70), posibilitan la notificación por vía electrónica de
los actos procesales que deben comunicarse por cédula y a domicilio legal previstas en los
arts. 35 del primero y 68 del segundo, y

CONSIDERANDO :

Que hasta el presente por Resolución de Presidencia N° 21056 se ha excluído de


dicho sistema de notificación aquellas que deben acompañarse de copias de documentos de
los que se da traslado o vista.

Que mientras se implementa la posibilidad de adjuntar las copias en soporte digital,


para lo cual se están realizado todas las acciones necesarias, se ha evaluado la posibilidad de
notificar las providencias que dan traslado o vista por vía electrónica en tanto las cédulas así
diligenciadas, tienen asegurada la integridad e inviolabilidad del documento como así
también la identidad del firmante, objetivos que se alcanzan con la utilización de la firma
digital.

La reducción de los tiempos del proceso es una aspiración permanente de todos


aquellos que, como este Superior Tribunal, se interesan por la tutela efectiva de los derechos,
sea desde la perspectiva académica o desde la que brinda la experiencia en el litigio a
cualquiera de sus operadores –jueces, abogados, partes-. Pero además de ser una
preocupación constante de los partícipes del fenómeno procesal, se tiene especialmente en
cuenta que la consagración de normas y prácticas destinadas a garantizar la agilidad de los
juicios es un mandato supralegal (art 18 Const. Nac.; 8 Conv. Americana de
DerechosHumanos).

En el cumplimiento de esa magna constitucional evidentemente el instituto procesal


de la notificación adquiere fundamental importancia en la armonización de los valores
"seguridad-celeridad" a fin de lograr el objetivo de la administración de justicia que lleva a la
"seguridad de una justicia eficiente" y que haga operativo la máxima constitucional de
"afianzar la justicia". (Conf. SCJMza: Sala II- Expte. N° 81.227, caratulada: “C.G.T. y otros
c/ Provincia de Mendoza s/ Accion de Inconstitucionalidad". -13-03-2008-)

Ahora bien en materia de notificaciones procesales la seguridad jurídica está


destinada a evitar sorpresas y descuidos, a preservar el principio de bilateralidad de la
audiencia, a garantizar el derecho de defensa. LL 1993-A-128; LL 1993-A-961.

Congruentemente con los principios y argumentos expuestos con el objeto de


hacer efectivo el principio de celeridad en los procesos y optimizar los recursos
administrados por este Poder Judicial que permita una más rápida, segura y certera

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administración de justicia se considera conveniente ampliar la notificación electrónica para
aquellas providencias que dan vistas o traslados.

A los fines de las pautas establecida ha sido evaluado por este Superior Tribunal que
la seguridad jurídica en materia de notificación no se basa sólo en que se tenga un auténtico
conocimiento del acto que se anoticia sino que es menester que el mismo quede
adecuadamente registrado en el expediente y que el interesado a su vez pueda saber con
certeza que se le ha tenido por notificado con efectos jurídicos. Este objetivo se consagra con
el procedimiento indicado.

Que para resguardar el interés de las partes y el debido proceso, es necesario disponer
que en estos casos debe considerarse como fecha de notificación el día hábil inmediato
posterior al que fuera recibida por el interesado la notificación electrónica, siendo ésta
solución adoptada por leyes procesales de otras provincias, como por ejemplo la Ley N°
14.142 modificatoria del Código Procesal Civil de la provincia de Buenos Aires.

Por todo ello, en uso de las facultades que le confieren las Leyes 4969, 7195 y 7855,
la Sala Tercera de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza,

RESUELVE :

1) Disponer que, a partir del 31 de Octubre de 2.010, en la Primera Circunscripción


Judicial, todas las providencias que dispongan dar traslado o vista, que deban notificarse a
domicilio legal, se realicen exclusivamente por medio de la notificación electrónica
(Acordadas Nº 20.112 y 21.149), haciéndose saber al interesado, en la propia cédula, que las
copias se hallan a su disposición en el Tribunal.

2) Las notificaciones previstas por esta Acordada se tendrán por cumplida el día hábil
inmediato posterior al que fuera recibida por el interesado la notificación electrónica.

3) La notificación electrónica será enviada solo cuando se hubieren presentado en el


juzgado las copias para traslado, lo que deberá ser verificado previamente por el receptor.

2) Exhortar a los letrados y demás auxiliares de la justicia a que cumplan con la


presentación de las copias suficientes para los traslados establecidos en el Art. 53 del Código
Procesal Civil en soporte papel en los términos establecidos, sin perjuicio del decreto del
Tribunal que así lo debe ordenar.

Regístrese, comuníquese y oportunamente archívese.

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Fojas: 674

NOTIFICACIÓN ELECTRÓNICA
Expte.: 34884 - RODRIGUEZ, GENARO CAMILO P/C.P.
Fecha: 07/09/2009 - AUTO
Tribunal: SEGUNDA CÁMARA CIVIL - PRIMERA CIRCUNSCRIPCIÓN
Magistrados: GIANELLA
Ubicación: LA117 - 112

MENDOZA, 7 de setiembre de 2009.

VISTOS: los autos arriba intitulados, en estado de resolver a fs. 673 y

CONSIDERANDO:

1. A fs. 671 el sr. Síndico designado en autos interpone recurso de reposición en


contra del decreto que luce a fs. 670 que tuvo por extemporánea la presentación de fs.
667/668 v. conforme a la notificación electrónica cuya constancia obra a fs. 665 bis.
Señala que el 31.07.09 se efectuó notificación electrónica que hasta el 3 de agosto no estaba
en el sistema y de la compulsa del expediente surge con claridad la notificación de fecha 3 de
agosto de 2009.

Agregó que debe hacerse hincapié en la doctrina de los actos propios, puesto que si
este Tribunal luego de una primera notificación -del mismo decreto- efectúa una segunda, no
puede posteriormente tener a la presentación por extemporánea, pues ello es contrariar la
primera conducta y no hay norma alguna que autorice esa actuación.

Cita jurisprudencia de la Corte provincial en la que aplica la doctrina de los ac-tos


propios.

2. La Excma. Cámara Cuarta en lo Civil de Mendoza, ha enseñado que la


notificación .... Es un acto mediante el cual se trata de poner en conocimiento de las partes o
terceros, el contenido de una resolución judicial, siendo en consecuencia la notificación el
medio o acto procesal de transmisión por el cual se persigue como fin que su destinatario
conozca el decisorio de que se trate, a los efectos que pueda ejercer su debido derecho de
defensa en juicio .... (Expediente 22181 - MATTIELLO, VICTO-RIO ROSANA MAINO Y
OT. ORDINARIO -, 21-06-1997, LA 138 – 19).

El recurrente a través de la primera notificación efectuada del decreto que orde-naba


fundar recurso (v. fs.665bis.) cobró cabal y formal conocimiento del acto.

Por otra parte, en su recurso ningún cuestionamiento ha efectuado respecto de la


validez y perfección de la notificación recibida –o cuanto menos puesta en condiciones de ser
conocida- el 30 de julio ppdo. a las 11,30hs., fecha en la que la comunicación electrónica
llegó al domicilio de tal tipo.

Luego, en principio, no hay razón alguna para no contar el plazo desde aquélla
primera notificación, toda vez que en la fecha allí consignada se produjo el conocimiento y

© Thomson La Ley 252


ninguna razón ha invocado el recurrente que haya impedido fundar su recurso dentro del
término que, conforme a la ley, se le confiriera.

No obstante, la segunda notificación tiene su fuente en un error emanado del propio


Tribunal, circunstancia que pudo haber llevado al recurrente al convencimiento de que la
primera notificación contenía, a su vez, algún error o, en general, que por algún motivo la
propia Cámara le restó todo valor, pues de otro modo no se comprendería la razón de un
segundo acto de comunicación del decreto que ordenaba fundar recurso.

De tal modo, hubo razón suficiente para que la apelante se atuviera al plazo da-do por
la última notificación, y, en todo caso, las dudas que genera la cuestión a decidir, llevan a
pronunciarse por la salvaguarda del derecho de defensa y la evitación de la generación de una
trampa procesal, producida por un simple error.. De decidirse el tópico en contra de
expuesto implicaría dejar sin recurso de apelación a Sindicatura.

Por ello, y sin perjuicio de que entiendo que la doctrina de los actos propios en que
pretende fundar su pretensión el recurrente, no es de aplicación al caso, por los motivos antes
explicados, debe acogerse el recurso de reposición y, en consecuencia, revocarse el decreto de
fs. 670 y en su lugar disponer la incorporación en tiempo y forma de la fundamentación del
recurso obrante a fs.667/68v.

Por lo que

RESUELVO:

1. Acoger el recurso de reposición interpuesto a fs. 671 y, en consecuencia, revocar


por contrario imperio el decreto obrante a fs. 670 y en su lugar disponer.

“Por fundado el recurso en tiempo y forma. De la fundamentación traslado a la


contraria por el término de ley”.

NOTIFÍQUESE.

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