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Es un trastorno de origen neurológico que implica un retraso en la maduración de algunas áreas

del cerebro

Se calcula que la heredabilidad del trastorno es de más del 80%, según estudios realizados en
familias.

Hay factores ambientales que pueden ser causa de TDAH; consumo de tabaco, alcohol o drogas
durante el embarazo, las complicaciones durante la gestación, parto o lactancia y el maltrato.

Los síntomas nucleares del TDAH son: déficit de atención, hiperactividad e impulsividad. Se puede
manifestar un solo de estos síntomas o varios combinados.

Este trastorno afecta a niños y niñas. Sin embargo, es más frecuente en niños que en niñas, en una
proporción de una niña por cada dos niños y suele presentarse antes de los siete años.

Una persona con TDAH tiene de seis a siete veces mas probabilidad de tener otros trastornos
psiquiátricos o trastornos de aprendizaje. Esto puede complicar el diagnostico, empeorando la
evolución y la disminución en la respuesta al tratamiento.

Los síntomas de impulsividad perduran en el tiempo, a diferencia de lo que ocurre con la


hiperactividad, que tienden a suavizarse con el paso de los años.

Los síntomas de inatención probablemente son los que mas desapercibidos pasan en edades
infantiles. En cambio, es posible que sea uno de los motivos mas frecuentes de consulta entre los
adultos con TDAH.

Subtipos:

- Hiperactivo – Impulsivo: predomina la conducta hiperactiva y falta de autocontrol.


- Inatento: predomina el déficit de atención que los síntomas hiperactivos.
- Combinado: predominan síntomas de déficit de atención con hiperactividad e
impulsividad.

Realizar un diagnóstico precoz y disponer de las medidas necesarias farmacológicas y no


farmacológicas, individualizadas para cada niño y familia es fundamental, ya que de esta manera
se consigue mejoría hasta en un 80% de los casos.
Situarle en un pupitre de modo que reduca su dispersión.

Tener una relación positiva con él.

Hacerle participar en clase.

Mostrar interés cuando está trabajando.

Supervisión constante en tareas y exámenes.

Fragmentar las tareas y los exámenes.

Captar su atención.

Anticiparse y prevenir las situaciones.

Asignarle los deberes y tareas en formato simple y claro.

Realizar periódicamente entrevistas individuales con el alumno.

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