Constitución dogmática

Dei verbum
Sobre la divina revelación
Proemio
Anunciar para vivir en comunión con el Padre y su hijo. (1Jn 1, 2-3). Por tanto se expone la doctrina
sobre la divina revelación y su transmisión. (18 de Noviembre de 1965)
Cap. 1 La revelación en si misma
- Naturaleza y objeto de la revelación: Dios mismo se quiso revelar y dar a conocer su
voluntad, para que todo hombre tenga acceso a él, por medio de cristo, y sea participe de
la naturaleza divina.
- Preparación de la revelación evangélica: Dios fue preparando el camino del evangelio con
nuestros padres y profetas, para la venida del salvador prometido.
- En cristo culmina la revelación: Dios nos habló por los profetas, por su hijo y por su
espíritu. Confirmando que vive Dios con nosotros y que no hay que esperar otra revelación
pública.
- La revelación debe recibirse con fe: el hombre es quien por su obediencia, escucha y
permite que Dios participe, iluminando su entendimiento, voluntad y corazón.
- Las verdades reveladas: Dios se revela a sí mismo. Y él puede ser conocido por la luz
natural de la razón, partiendo de las sagradas escrituras; y por la condición presente del
género humano.
Cap. 2 Transmisión de la revelación divina
- Los apóstoles y sus sucesores, transmisores el evangelio: Dios quiso que todo lo que había
revela permaneciera y se transmitiera a todas las generaciones. Por lo que Jesús, mando a
anunciar la buena noticia a sus discípulos y así mismo ellos a los obispos.
- La sagrada tradición: la predicación debe conservarse hasta el fin, comunicando lo que se
ha recibido y conservando las tradiciones que se han aprendido de palabra o por escrito.
Ya que por ella, se conoce las sagradas escrituras y se hace activa la palabra de Dios.
- Relación mutua entre Tradición y Escritura: ambas tienden a un mismo fin, que Dios se
revele al hombre. La sagrada escritura es la palabra de Dios y la sagrada tradición
transmite aquellas palabras.
- Escritura, tradición y magisterio: que ambas realidades están íntimamente unidas, y que
con el espíritu santo, contribuyen a la salvación de las almas. Se recalca que el magisterio
es a quien se le está confiado este servicio de enseñanza, para que escuche con piedad,
guarde con exactitud y exponga con fidelidad lo que se le ha revelado.
Cap. 3 Inspiración divina de la sagrada escritura y su interpretación
- Inspiración y verdad de la escritura: la escritura está escrita por hombres, pero inspirada
por Dios. El cual, quiere que todo hombre este equipado por obras buenas.
- Como hay que interpretar la Escritura: observar lo géneros literarios (histórico, profético,
poético) usados por los hagiógrafos, y atender las formas nativas de pensar, hablar y del
trato corriente entre los hombres, de la época.
- La condescendencia de Dios: para que conozcamos la inefable benignidad de Dios y como
adapta su lenguaje a nuestra naturaleza con providencia solicita.
Cap. 4 El antiguo testamento
- La historia de la salvación en el Antiguo testamento: todo lo escrito en el antiguo
testamento, si bien es la historia de un pueblo elegido por Dios para la salvación, es
también para que nosotros también estemos firmes en la esperanza.
- Importancia del Antiguo Testamento: son libros que expresan el sentimiento vivo de Dios;
desde la preparación y anunciación de la venida de Cristo, a través de la manifestación del
obrar de Dios justo y misericordioso con los hombres; hasta el ser una sabiduría salvadora
sobra la vida del hombre y tesoros admirables como la oración.
- Unidad de ambos testamentos: ambos son inspirados por Dios y tienen una continuidad y
relación que las une, siendo la una como la otra indispensables para sí.
Cap. 5 El nuevo testamento
- Excelencia del Nuevo testamento: en el N.T. muestra un vigor muy alto de la acción de
Dios. ya que es en él, en donde se da testimonio perenne y divino de su amor
misericordioso con la humanidad, a través de su hijo y de su espíritu.
- Origen apostólico de los Evangelios: ya que en los 4 evangelios se encuentran los
fundamentos de nuestra fe, son el testimonio vivo del verbo encarnado. Al que debemos
seguir como sus apóstoles lo hicieron, transmitiendo lo que él les revelo.
- Carácter histórico de los evangelios: la Iglesia cree firmemente, que los escritores
conservaron fielmente el estilo de proclamación autentico de Jesús.
- Otros escritos del Nuevo testamento: contiene también otros libros apostólicos escritos
bajo la inspiración del Espíritu Santo, con los cuales se confirma todo lo que se refiere a
cristo, su genuina doctrina, los principios de la Iglesia y su gloriosa consumación.
Cap. 6 La sagrada escritura en la vida de la Iglesia
- Veneración a la Escritura: la Iglesia venera a las escrituras y al cuerpo de Cristo entregado
también a los hombres. La sagradas escrituras son consideradas necesarias, tanto como
apoyo y fuente de la vida Espiritual, como medio que DIOS utiliza para dirigirse con amor.
- Traducciones bien cuidadas: con el deseo de que todos tengan acceso a las Escrituras, la
Iglesia procura que se redacten traducciones aptas y fieles en varias lenguas.
- Deberes de los exegetas y teólogos: la iglesia se esfuerza en acercarse a la más profunda
inteligencia de las Sagradas Escrituras. Por lo cual fomenta el estudio de las mismas.
Llamando a los teólogos a que trabajen e investiguen, de manera que con ello iluminen la
mente, robustezcan las voluntades y enciendan los corazones de los hombres para Dios.
- Escritura y teología: la sagrada escritura ha de ser como el alma de la sagrada teología. Ya
que en ambas y en la tradición, se investigan en la luz de la fe toda la verdad del misterio.
- Lectura asidua de la Escritura: todos deben tener una lectura asidua y un estudio diligente,
para que ninguno de ellos resulte un predicador vacío y superfluo de la palabra de Dios,
que no la escucha en su interior. Y para que cada uno sepa responder a las necesidades de
sus discípulos y oyentes. De tal manera que exista una coherencia de vida y se pueda
observar, en su vida un conocimiento real de Cristo.
Epilogo
Que se genere en la Iglesia y su vida espiritual, un incremento en el misterio eucarístico, y también
en la palabra de Dios. Para que así, la revelación sea quien llene los corazones de los hombres.