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Universidad Metropolitana Instituto Miguel León Prado

de las Ciencias de la Educación

Facultad de Filosofía y Educación Gran Avenida José Miguel Carrera


3696, San Miguel
Departamento de filosofía

PORTAFOLIO
PRÁCTICA PROFESIONAL

Nombre: Mauricio Andrés Acevedo González


Carrera: Licenciatura en Educación y Pedagogía en Filosofía
Profesor guía: Raúl Yáñez Palma
Supervisor de filosofía: Luciano Allende
Profesor de orientación: Carmen de la Barrera.
Supervisora de orientación: Celiria Caamaño
Centro de práctica: Instituto Miguel León Prado
Dirección: Gran Avenida José Miguel Carrera #3696, San Miguel
Contenido
PRIMERA PARTE: ................................................................................................................................ 3
ORIENTACIÓN Y CONSEJO DE CURSO ................................................................................................ 3
I) En torno al proyecto educativo institucional .............................................................................. 6
Datos generales del colegio .......................................................................................................... 6
Miguel León Prado ............................................................................................................................ 6
 Organización interna del colegio.......................................................................................... 9
PRIMERA PARTE:

ORIENTACIÓN Y CONSEJO DE CURSO


Introducción

Con la finalidad de conseguir un proceso de aprendizaje a partir del desarrollo de


la práctica profesional, me propongo investigar, reflexionar y analizar diversos
ámbitos – educativos, sociales y administrativos– que se manifiestan en el colegio
Instituto Miguel León Prado de la comuna de San Miguel, y de todo el
caleidoscopio social que componen al mismo. De modo que es necesario
investigar, por una parte, los datos básicos del colegio, es decir, su currículum
histórico en relación con la educación y la enseñanza; su visión de mundo o su
enfoque pedagógico y valórico proyectado para con sus alumnos; su misión en la
formación de los alumnos con respecto a la sociedad y su enfoque educativo que
propone. Por otra parte, es fundamental la observación de su estructura física y las
condiciones básicas que requiere un establecimiento para albergar a estudiantes y
mantenerlos en su sana integridad. Dicho sea de paso, es importante la impresión
que provoca el centro de práctica, puesto que un practicante, en su condición de
novato, necesita una amena acogida ya sea del colegio en general como del profesor
guía que orienta en el proceso. En suma, el practicante necesita en consecuencia
una coherencia entre lo que el colegio ofrece y la concreta realización del mismo.
La cohesión es de suma importancia en el proceso del practicante, y eso está
estrechamente relacionado con la gestión de práctica y todo lo que la conforma en
su organización. En efecto, el aprendizaje es un proceso, y como todo proceso
puede trastabillar si no condice con lo que el colegio ofrece como disposición en
la gestión y organización de prácticas profesionales. Pueden presentarse carencias
y desatenciones que en la práctica puede generar al practicante desorientación y
desmotivación en el proceso.

De lo que se trata en este trabajo de investigación es de diagnosticar las propuestas


y no propuestas que se proyectan explícitamente como inadvertidas a partir de un
colegio, como el reflejo incuestionable del estado de la educación en analogía con
el sistema educacional chileno. Lo que importa es lo que deja la experiencia y la
impronta en el practicante, dado que posibilita y permite colegir aquello que aún
es inadvertido ya sea por los mismos profesores como de la administración que
constituyen el colegio como tal. No obstante, no sólo se trata de reflexionar en
torno los procesos contingentes de un determinado colegio, sino que también esta
investigación busca transversalmente valorar los esfuerzos por contribuir en grado
sumo a una educación “de calidad” y comprometida con los alumnos. Sugiero
entrecomillas la calidad, dado que hoy en día muchos especialistas en educación
han concebido la calidad desde una dirección unidimensional, vale decir, que
permea en los parámetros que posibilitan la entrada a la Universidad a partir de
una prueba estándar, tal como la prueba de selección universitaria, por lo que
pareciera ser que sólo hay un camino para lograr la tan anhelada entrada y que, en
consecuencia el colegio es responsable en gran parte de hacer posible y real. Se ha
dejado entre ver que la educación de excelencia es aquella que permite a partir de
la incorporación de habilidades cognitivas como metacognitivas, como de
disposiciones conductuales–entre ellos la disciplina, rasgos valóricos–, el ingreso a
la universidad de los estudiantes en vista de alcanzar los anhelos y las realizaciones
últimas de los estudiantes. De ahí la importancia de hacer una especie de radiografía
de la actualidad de la educación chilena, aunque sea a partir de un solo colegio
(siempre hay rastro de cómo se articula la educación).

El sistema educacional se ha esmerado y aún persiste en segregar y desatender a


una gran parte de los estudiantes, dado que sólo petrifica y filtra a los privilegiados
en detrimento de la gran mayoría que no hace más que reproducir su propia
pauperización, en consecuencia todo lo relacionado al mérito y a la suscitación del
capital económico hasta el cultural se vuelve en ficción.
I) En torno al proyecto educativo institucional

Datos generales del colegio

Antes de comenzar con el origen del Instituto, es pertinente saber un bosquejo


sobre su precursor y gestor del mismo.

Miguel León Prado

Nació en Santiago el 25 de diciembre de 1854. Sus padres Raimundo, Juana y


trece hermanos. Desde la infancia deseó servir a Dios en el estado
eclesiástico. De 25 años, 22 de septiembre de 1877, ordenado sacerdote por el
arzobispo Rafael Valentín Valdivieso. Párroco (26 de octubre de 1881 a mayo de
1913) de San Miguel Arcángel, fundada en septiembre de 1881, que se extendía
desde el Zanjón de la Aguada hasta San Bernardo. Allí dejó lo mejor de su
juventud, llevando progreso, cultura, urbanización, evangelio y catequesis. “Fue
un gran corazón que supo conquistar el afecto profundo del pueblo con su bondad
inagotable”. Esto, unido a su afamada santidad sólo despertaba en sus feligreses
sentimientos de simpatía y devoción, lo expresaban llamándolo “don Miguelito”.

El 12 de junio de 1913, nombrado Administrador Apostólico de Talca, donde se


dedicó a la enseñanza cristiana de la juventud, quedando como testigo el Liceo
Blanco Encalada. Para el desarrollo social trajo a las religiosas Siervas de Jesús,
cuya misión era atender esmeradamente a los enfermos. También estableció las
Sociedades de Obreros San José y de la Unión Nacional.

Luego de haber creado la diócesis de Linares, el 14 de diciembre de 1925, el Papa


Pío XI, lo nombró su primer obispo. Escogió como lema de su escudo
episcopal, el grito del Arcángel San miguel, su Patrono: “!Quién como Dios!”, en
señal de fidelidad y su misión absoluta a Jesucristo y al Papa.

Se convirtió en obispo el 27 de diciembre de 1925. Consagrado en la Catedral de


Santiago por Benedetto Aloísi Masella, Nuncio Apostólico.

León Prado tomó posesión de la Sede Espiscopal el 25 de abril de 1926 y


gobernó la diócesis hasta su muerte. En esos años, a pesar de su avanzada edad,
visitó frecuentemente las parroquias, creó la Parroquia San Miguel Arcángel de
Colbún (1930) y Nuestra Señora del Carmen en Nirivilo (1933). Trabajó
incesantemente por formar asociaciones sociales y piadosas, dándole principal
importancia a la organización de Acción Católica.

Su gran angustia fue la escasez de recursos económicos, situación agravada con la


destrucción de la antigua Iglesia de Linares y otras edificaciones a causa del
terremoto de 1928. Sin embargo, el 1º de mayo de 1932 bendijo la primera
piedra de la nueva Catedral, encomendándole la obra al arquitecto Víctor
Veglia. Falleció el 3 de marzo de 1934, en Linares.

Sus restos reposan en la Cripta de la Iglesia Catedra.

 Inicios del Instituto

Don Miguel León Prado fue párroco de San Miguel por muchos años; era
un verdadero patriarca en nuestra Comuna, no solamente se dedicaba a su acción
evangelizadora, sino que también impulsaba toda obra que él consideraba
importante para su desarrollo y progreso. Fue así como al comprender que era
necesario que su Comuna tuviera un Colegio Cristiano de Enseñanza Primaria y
Secundaria (hoy Básica y Media), propuso al Arzobispado de Santiago la fundación
de uno que tuviera las características ya señaladas.

Don Miguel León Prado llevado por el interés en la realización de esta obra hizo
donación de su casa familiar, para que en ella funcionara este primer Centro
Docente importante que tuvo San Miguel.

En homenaje a este prestigioso sacerdote párroco de San Miguel y luego Obispo


de Linares se le dio su nombre a nuestro Colegio.

Empezó a funcionar el 1º de Abril de 1936. El arzobispo de Santiago nombró


como su primer Rector al Presbítero don Alejandro Menchaca Lira, el cual se
desempeña como Profesor del Seminario Pontificio de Santiago. Empezó
funcionando con el ciclo completo de Enseñanza Primaria y Primer año de
Humanidades. La capacidad de vocación pedagógica de su Rector y Cuerpo de
profesores le dio prestigio al nuevo Colegio, aumentando su alumnado lo que hizo
necesaria la creación de los siguientes cursos de Humanidades hasta llegar al
Quinto Año.

En 1940 el señor Menchaca Lira fue nombrado para otro cargo importante en el
Seminario; posteriormente fue designado obispo de la Diócesis de Temuco,
nombrándose como Rector del Instituto al sacerdote don Alberto Román
Guerrero. Ejerció este cargo hasta Diciembre de 1948.

Su eminencia el Arzobispo y Cardenal de Santiago Monseñor José María Caro,


conociendo la gran labor educacional que desarrollaba la Compañía de María en
los Colegios de ciudades importantes de diversos países, en uno de sus viajes a
Roma, se puso en contacto con las autoridades superiores de la Compañía de
María, logrando que religiosos Marianistas vinieran a desempeñar su acción
educacional a nuestro país, entregándoles nuestro Colegio.

En febrero de 1949, llegaban a San Miguel los primeros Religiosos Marianistas,


viniendo entre ellos dos Profesores muy estimados por todos nosotros, don
Marcelino Juez García y don Claudio Ortiz de Landaluce.

En Marzo de 1949 empezaba sus actividades el Miguel León Prado, dirigido por la
Congregación Marianista, contando con el ciclo completo de Enseñanza primaria
y los Primeros años de Enseñanza Secundaria.

Al poco tiempo de haberse hecho cargo del Instituto la Congregación Marianista,


la comunidad de San Miguel conoció la capacidad, espíritu de trabajo, dedicación
e interés por la formación integral de sus alumnos, demostrada por los Marianistas
lo que influyó en la gran demanda de matrícula que cada año tenía el Colegio. Se
completó así el Ciclo Secundario y fue necesario crear cursos paralelos en todos
los grados.

El colegio creció rápidamente logrando un gran prestigio no solamente en la


Comuna sino que en todo Santiago. Éste no se debía solamente a su formación
académica, sino a la formación moral y espiritual que daba a sus alumnos
incluyendo importantes actividades artísticas y deportivas.

En la importancia y prestigio de nuestro Colegio, la Congregación Marianista ha


contado con el trabajo eficiente de un selecto grupo de Profesores Civiles quienes
se han identificado con el espíritu Marianista en su obra educativa; también con la
eficaz y constante cooperación del Centro de Padres y Apoderados del Colegio y
la leal cooperación del Centro de Alumnos. No puedo dejar de destacar el cariño
de muchos ex-alumnos y ex-apoderados del Colegio que siguen aportando su
cooperación en muchas actividades importantes.

A nivel material era necesario adecuar el Colegio a su desarrollo e


importancia. Desde que la Congregación Marianista se hizo cargo de él, se
iniciaron trabajos de reparación, ampliación, transformación de la antigua casa
familiar donada por don Miguel León Prado; luego se construyó el estadio, la
cancha de Hockey, el nuevo edificio con salas de clases funcionales, laboratorios,
salón auditorio, gimnasio, etc.

Toda esta nueva infraestructura ha permitido que se puedan realizar en muy buena
forma las actividades académicas y extra programáticas.

La actual Comunidad Escolar formada por su Dirección, Cuerpo de Profesores,


Asistentes de la Educación, Alumnos, Centro de Padres y Apoderados, incluyendo
también a sus ex-alumnos y ex-apoderados sabrá mantener y acrecentar el prestigio
e importancia del querido IMLP.

 Organización interna del colegio

El Instituto no se constituye de inspectores, no obstante, equipo de gestión que


constituye al colegio tiene como misión acompañar en la administración y en la
orientación en función de una excelencia educativa, formación integral y la
promoción de los valores desde la perspectiva integral. Otra misión que tiene la
gestión es permear valores integrales en sus alumnos y alumnas. En suma, no se
puede soslayar la función de cuidar la salud tanto física como mental de cada
estudiante y colaborar en la toma de decisiones que no perjudiquen jamás a los
estudiantes en su integridad ni menos en su entorno, por lo que las decisiones se
rigen según criterios eficientes y relevantes. De modo que la organización interna
se conforma de

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