Sunteți pe pagina 1din 3

La muerte física, espiritual y eterna.

En (Génesis 1:17). La palabra “morirás” del hebreo (mut), se usa en la Biblia en tres sentidos:

I. Muerte física. La muerte física es la separación entre lo material (físico) y lo inmaterial (no físico), o sea, entre el
cuerpo (físico) y el alma y espíritu (inmaterial).

- La muerte del cuerpo físico se menciona cuando se usa la frase “pues polvo eres, y al polvo volverás” (Génesis
3:19; Job 34: 15). El cuerpo al morir sale el alma (Génesis_35:18) y el espíritu (Génesis 25:8; 25:17; 35:29; Santiago
2:26), se descompone completamente y deja de existir, en cambio el alma y el espíritu siguen existiendo en el
mundo espiritual.

- La muerte física es la separación entre lo material y lo inmaterial, o sea, el cuerpo del alma y el espíritu.

- La muerte física fue la paga del pecado, pero si observamos bien, Adán no perdió la vida el día que comió del fruto
prohibido, porque la Biblia dice que vivió 930 años (Génesis 5.5) y aparte de Caín y Abel tubo más hijos (Génesis
5:4). Su muerte consistió en dejar de ser inmortal, comenzó a envejecer desde aquel momento y luego murió. si el
hombre no hubiera desobedecido a Dios, hubiera sido inmortal, tanto física como espiritualmente.

- Esta establecido que todo ser humano tiene que experimentar la muerte (Hebreos 9:27), nadie escapa de esa
realidad sin la intervención divina. Por Ejemplo: Enoc no vio muerte (Hebreos 11:5) y Elías (2 Reyes 2:11) fueron
trasladados al cielo sin sufrir la muerte física. Otro ejemplo se muestra en (1Tesalonisences 4:16,17) el
arrebatamiento de la iglesia cuando Cristo venga por segunda vez.

II. Muerte espiritual. - La muerte espiritual es la separación del ser humano de su Dios. El hombre desobedeció,
entro el pecado y luego la muerte, esto hizo que El hombre espiritualmente se separara de su creador perdiendo la
comunión íntima con él (Isa 59:2).

- La muerte espiritual se menciona cuando Dios saca a la pareja del huerto para que coma del árbol de la vida y
viva en esa condición caída para siempre (Génesis 3:22-24).

- No solamente la muerte física paso a todos los hombres sino que la muerte espiritual también la heredamos
(Romanos 5:12, 15; Efesios 2:1; Colosenses 2:13).

- A causa del pecado, éramos por naturaleza "hijos de ira", es decir, estamos bajo el merecido juicio de Dios (Efesios
3:3) ser hijo de Dios es algo distinto a ser hijo de ira. Hijo de Dios es el nombre que se nos coloca en Cristo (Juan
1:12), hijos de ira es el nombre que teníamos antes de aceptar a Jesús.

- La Biblia menciona que el alma que pecare esta morirá (Ezequiel 18:20) Dios hace responsable a cada persona de
su pecado, nadie es responsable por el pecado de otro. El alma es algo inmaterial y no puede dejar de existir. Sin
embargo el alma al morir se separa de Dios y el hombre pierde la comunión con su creador.

Así como Dios coloco el árbol de la vida y el árbol de la muerte (ciencia del bien y del mal), de la misma forma Dios
dice que a puesto la vida y la muerte, el bien y el mal (Deuteronomio_30:15-20), camino de vida y de muerte
(Jeremías 21:8; Mateo 7:13,14). Dios permite esto para que decidamos y escojamos que camino tomar.

III. Muerte eterna. - La Biblia menciona que existe la “segunda muerte” (Apocalipsis 2:11) indicando que existe la
muerte primer y la muerte segundo, es decir, solo dos muertes y no tres.

- ¿Cuál es la primera muerte? Primeramente hay que entender que la “Muerte Física” surgió porque el hombre
murió espiritualmente, si el hombre no hubiese pecado no hubiese existido en el hombre la muerte espiritual ni
tampoco la muerte física. El hombre se separó de Dios (muerte espiritual) comenzó a morir físicamente (muerte
física). Concluyo que la muerte espiritual le dio paso a la muerte física, y a este acontecimiento se le conoce como
la “primera muerte”. Todo ser humano pasa por la “primera muerte”, sin embargo no todo ser humano pasa por la
“segunda muerte”. Comparemos con (Romanos 5:12) la muerte la heredo el hombre de Adán. Esta muerte es la
primera que el hombre experimenta y que esta compuesta por la muerte espiritual y la muerte física.

- La segunda muerte como ya mencionamos no todos la experimentaran porque esta muerte no tiene potestad
sobre lo verdaderos creyente (Apocalipsis 2:11; 20:6).

- La muerte segunda es el lago que arde con fuego y azufre donde irán solo los que no se hallaron inscritos en el
libro de la vida y vivieron una vida de pecado (Apocalipsis 20:14, 15; 21:8).
- La muerte espiritual es una separación temporal para el creyente verdadero porque en le momento que recibimos
a Jesús como su salvador, de muerte pasa a vida, porque Jesús es el dador de la vida (Juan 5:24). En cambio no se
pude decir lo mismo de las personas que mueren físicamente y que nunca se arrepentirán, ni aceptaron a Jesús
porque su “muerte espiritual” que es parte de la primera muerte le dará paso a la segunda muerte y será lanzado
al lago que arde con fuego y azufre estando allí eternamente..

Conclusión: que él no creyente muere dos (2) veces, y el creyente muere una sola vez.

LA MUERTE FÍSICA Y LA MUERTE ESPIRITUAL

Respuesta: La biblia tiene mucho que decir acerca de la muerte y, más importante aún, ¿qué pasa después de la
muerte? La muerte física y la muerte espiritual es cuando se separa lo uno de lo otro. La muerte física es separar el
alma del cuerpo, y la muerte espiritual es cuando el alma se separa de Dios. Cuando se entiende de esa manera, los
dos conceptos están muy estrechamente relacionados, y tanto la muerte física y como la muerte espiritual se
reflejan en las primeras referencias a la muerte.

En el relato de la creación (Génesis 1-2), leemos cómo Dios creó una gran variedad de seres vivos. Estos animales
tenían vida, una parte interna que dio el movimiento y la fuerza a sus cuerpos físicos. Los científicos todavía están
confusos para explicar qué es lo que causa de la vida, sin embargo la biblia es clara en cuanto a que Dios es quien
da vida a todas las cosas (Génesis 1:11-28;

1 Timoteo 6:13, "Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la
buena profesión delante de Poncio Pilato". La vida que Dios dio a la humanidad fue distinta de la que él dio a los
animales. En Génesis 2:7, se nos dice que Dios "sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente".
Mientras que los animales tienen una vida puramente física, los seres humanos tienen un elemento de vida tanto
físico como espiritual, y la muerte que experimentamos igualmente tiene tanto un elemento físico como espiritual.

De acuerdo a Génesis 2:17, Dios le dijo a Adán que si comía del árbol del conocimiento del bien y del mal, él
"ciertamente iba a morir". Algunos escépticos han intentado usar este versículo para mostrar una incoherencia en
la biblia, porque Adán y Eva no murieron el mismo día en que comieron del fruto. Sin embargo, hay diferentes tipos
de vida, y hay diferentes tipos de muerte. Una persona puede estar físicamente viva y espiritualmente muerta
(Efesios 2:1, 5) y viceversa (Mateo 22:32). Cuando pecaron (Génesis 3:7), Adán y Eva inmediatamente perdieron su
vida espiritual, "murieron" a la piedad, se perdieron el derecho del Edén, y quedaron bajo el juicio de Dios (muerte
eterna). Su vergüenza desencadenó un efecto que tuvo mucho relación, ya que se escondieron de Dios (Génesis
3:8); su separación interna de Dios manifiesta en sí mismo una separación externa de él.

Además de la muerte espiritual inmediata que experimentaron, también empezaron el proceso de la muerte física,
aunque tardó muchos años para que la muerte tuviera su pleno efecto. Esto puede entenderse mejor con el ejemplo
de una flor. Cuando vea una flor que crece en un jardín, usted sabe que está viva, porque está conectada con el
tallo y las raíces, y está recibiendo alimento de la tierra. Cuando la flor se separa de su fuente de vida, aún tiene el
aspecto de vida, y puede mantener esa apariencia durante varios días, dependiendo de las condiciones.
Independientemente del cuidado que se le dé, ya se está muriendo, y ese proceso no se puede revertir. Lo mismo
es cierto para la humanidad.
La muerte física que entró en el mundo con el pecado de Adán (Romanos 5:12), afecta a todos los seres vivientes.
Para nosotros, es difícil imaginar un mundo sin muerte, pero las escrituras enseñan que esa era la condición antes
de la caída. Todos los seres vivos empezaron el proceso de morir cuando el pecado entró en el mundo. Cuando se
produce la muerte física, hay una separación definitiva de la fuerza de la vida del cuerpo. Cuando esa separación se
produce, no hay nada que el hombre pueda hacer para revertirla (incluso la comunidad médica reconoce la
diferencia entre una "muerte clínica" y una "muerte biológica"). La paga del pecado es muerte (Romanos 6:23), y
la muerte llega a todos los hombres, porque todos han pecado. Todo el mundo está sujeto a la muerte física debido
a la presencia del pecado en este mundo, así como sus propios pecados personales. Desde una perspectiva humana,
la muerte física parece ser el máximo castigo, aunque la biblia enseña que hay significados más profundos de la
muerte que hay que considerar.

La vida que Dios sopló en Adán (Génesis 2:7) fue mucho más que simplemente la vida animal; fue el soplo de Dios,
que dio como resultando un ser con un alma. Adán fue creado espiritualmente con vida, conectado a Dios de una
manera especial. Disfrutó de una relación con Dios, pero cuando él pecó, esa relación se rompió. La muerte
espiritual tiene implicaciones tanto antes como después de la muerte física. Aunque Adán todavía estaba vivo
físicamente (pero iniciando el proceso de la muerte), poco a poco iba muriendo espiritualmente, separado de su
relación con Dios. En esta vida presente aquí en la tierra, el efecto de la muerte espiritual es la pérdida del favor de
Dios, así como el conocimiento y el deseo de Dios. Las escrituras son claras en cuanto a que todas las personas
comienzan sus vidas estando "muertos en delitos y pecados" (Efesios 2:1-5), dando como resultado una vida
centrada en nuestros deseos pecaminosos. Jesús enseñó que el remedio para la muerte espiritual es un
renacimiento espiritual (Juan 3:3-5) a través de la fe en él. Este nuevo nacimiento es una reconexión a la fuente de
la vida, que Jesús representó en Juan 15:1-6. Él es la vid y nosotros los pámpanos. Si no estamos conectados con él
no tenemos vida en nosotros, pero cuando tenemos a Jesús, tenemos la vida verdadera (1 Juan 5:11-12).

Para aquellos que se niegan a aceptar la salvación de Dios, la muerte física y la muerte espiritual culmina en la
"muerte segunda" (Apocalipsis 20:14). Esta muerte eterna no es la aniquilación como algunos han enseñado, sino
que es un castigo consciente y eterno por los pecados en el lago de fuego, descrito como la separación de la
presencia del Señor (2 Tesalonicenses 1:9). Jesús también habló de esta separación eterna de Dios en Mateo 25:41
e identificó el tormento consciente de los individuos en la historia del rico y Lázaro (Lucas 16:19-31). Dios no quiere
que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento (2 Pedro 3:9), así no tendrán que permanecer
espiritualmente muertos. Arrepentirse quiere decir apartarse del pecado, e incluye la confesión del pecado a Dios
con tristeza por violar su santidad. Aquellos que han recibido la salvación de Dios han pasado de muerte a vida (1
Juan 3:14), y la segunda muerte no tiene potestad sobre ellos (Apocalipsis 20:6).

S-ar putea să vă placă și