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Este caso trata sobre David Marshall que es un joven de 22 años que llegó a
consulta acompañado de sus padres, se le escuchaba gritar en voz alta quiero ver
a Zoroastro como única razón por la que fue a ese lugar. Se le veía con una actitud
de querer salir corriendo y hacia movimiento descoordinado a su mano y tenía una
mirada atormentada. Decía que quería ver a Zoroastro y que la persona que le
atendía no era ese ser imaginario que tenía en su mente. Manifestaba conocer ese
ser imaginario y que el mismo le había encomendado una misión.
Evaluación Multiaxial.
Eje I Esquizofrenia paranoide.
Eje II N/A
Eje III N/A
1. Esquizofrenia catatónica
Este tipo de esquizofrenia se caracteriza por las graves alteraciones psicomotoras
que presenta el paciente. Estas alteraciones patológicas no siempre son las
mismas, aunque las principales son la inmovilidad y la rigidez cérea, en las que la
persona mantiene los músculos tensos de manera que parece una figura de cera
(de ahí el nombre del síntoma), la incapacidad de hablar y la adopción de posturas
extrañas estando de pie o en el suelo.
2. Esquizofrenia paranoide
Uno de los tipos de esquizofrenia más conocidos, en este caso los síntomas tienden
a ser más psíquicos que motores; de hecho, las personas con esta clase de
esquizofrenia no tienen fallos en la capacidad motora o del habla. Entre estas
señales de alteración en las funciones psíquicas se encuentra la manía
persecutoria, es decir, la creencia de que otras personas tienen quieren hacernos
daño en el presente o en un futuro.
También es frecuente que en este tipo de esquizofrenia se den alucinaciones
auditivas y delirios (en estos últimos no se perciben elementos extraños a través de
los sentidos, pero el pensamiento está tan alterado que se construyen narrativas
extrañas sobre la realidad).
Los delirios de grandeza, clásicos de las personas megalómanas, también pueden
hacer su aparición aquí.
3. Esquizofrenia simple
Esta ha sido una categoría para designar un posible tipo de esquizofrenia en el que
no hay tantos síntomas positivos (es decir, aquellos que definen la conducta
proactiva y las iniciativas de la persona) y sí síntomas negativos (es decir,
caracterizados por la ausencia de procesos psicológicos básicos y con la falta de
voluntad y motivación). Dicho de otro modo, este tipo de esquizofrenia se
caracteriza por los procesos mentales que se ven disminuidos, y no tanto por los
excesos inusuales de actividad mental. Las personas que presentaban este tipo de
esquizofrenia presentaban muchas formas de inhibición, aplanamiento afectivo,
poca comunicación verbal y no verbal, etc.
A diferencia del resto de tipos de esquizofrenia que veremos aquí, este no aparecía
en el DSM-IV, sino que ha sido una categoría propuesta por la OMS.
4. Esquizofrenia residual
Esta categoría era usada como un tipo de esquizofrenia que se da cuando en el
pasado ha habido un brote de esquizofrenia pero en el presente los síntomas
positivos son muy moderados y de baja intensidad, mientras que lo que más llama
la atención son los "restos" de síntomas negativos que han quedado. Así pues, para
entender este tipo de esquizofrenia es muy importante tener en cuenta el factor
tiempo y realizar comparaciones entre el antes y el después.
5. Esquizofrenia desorganizada o Hebe frénica
En este tipo de esquizofrenia, más que existir comportamientos que en sí mismos
son signo de patología (como por ejemplo la adopción de una postura totalmente
rígida), la enfermedad se expresa a través del modo en el que se organizan y se
suceden las acciones de la persona. Es decir, que su característica principal es el
modo desordenado en el que van apareciendo las acciones, en comparación con el
resto.
Su conducta es caótica y no está organizada alrededor de temas que se mantienen
en el tiempo, es decir que no se construye una narrativa más o menos coherente
que dé pie a la manía persecutoria o las alucinaciones que se tienen, por ejemplo.
La persona muestra desorganización en sus estados emocionales, en lo que dice
y/o en su forma de moverse.
6. Esquizofrenia indiferenciada
Esta es una categoría "cajón de sastre" para poder clasificar aquellos casos que no
encajan en los criterios diagnósticos del resto de tipos de esquizofrenia. Por ello, no
se puede considerar un tipo de esquizofrenia consistente.
Evolución
La esquizofrenia es una enfermedad que cursa en brotes o episodios, es decir, hay
periodos con síntomas y otros en los que éstos no aparecen, o aparecen de forma
más atenuada. La evolución es variada, y depende de muchos factores, como por
ejemplo la toma correcta de la medicación.
Desarrollo
Los principales factores implicados en la aparición y desarrollo de la esquizofrenia
son:
Predisposición genética: la presencia de la enfermedad en los padres o familiares
cercanos (tíos, primos, abuelos, etcétera) es un factor que incrementa la posibilidad
de aparición en los hijos. Así se demuestra una mayor prevalencia en padres, hijos
o hermanos de esquizofrénicos con respecto a la población general. En relación con
su localización genética, se postula una alteración de los receptores
dopaminérgicos expresada en el cromosoma 5.
Alteraciones durante el embarazo o nacimiento: anoxia (falta de oxígeno en el
feto durante el embarazo o el parto), infecciones víricas, traumatismos, etcétera.
Alteraciones morfológicas, funcionales o bioquímicas en el cerebro: en este
apartado juega un papel fundamental el consumo habitual de sustancias tóxicas y
la exposición a determinados tóxicos y estresantes ambientales. Están
especialmente involucradas dos sustancias implicadas en la comunicación entre
neuronas a nivel del cerebro. Se trata de la dopamina y la serotonina.
Factores familiares y sociales: aunque no están universalmente aceptados, siempre
se aluden como posibles elementos influyentes en el desarrollo de la enfermedad o
más bien como desencadenantes de brotes.
Incumplimiento del tratamiento una vez diagnosticada la enfermedad: supone un
alto riesgo de aparición de recaídas.
La esquizofrenia no está relacionada con situaciones de baja escolarización o
traumas infantiles, y desde luego no existen culpables de su aparición.
Medicamentos usados
Antipsicóticos antiguos y nuevos
Antipsicóticos antiguos Antipsicóticos nuevos
Clorpromazina (Thorazine) Aripiprazol (Abilify)
Flufenazina (Prolixin) Azenapina (Saphris)
Haloperidol (Haldol) Clozapina (Clozaril, Fazaclo)
Perfenazina (Trilafon) Olanzapina (Zypresa