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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA


UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA
VICERRECTORADO ACADÉMICO
DECANATO DE INVESTIGACIÓN, EXTENSIÓN Y POSTGRADO
SAN JOAQUÍN DE TURMERO-ESTADO ARAGUA

PERITAJE PSICOLÓGICO EN LA EVALUACIÓN DEL IMPUTADO POR


ABUSO SEXUAL

ARTÍCULO DE REVISIÓN PARA OPTAR AL DIPLOMADO EN


PSICOLOGÍA CRIMINAL

AUTORA: Giuseppina Candilio


TUTOR: Eduardo Moronta

San Joaquín de Turmero, noviembre, 2018


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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA


UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA
VICERRECTORADO ACADÉMICO
DECANATO DE INVESTIGACIÓN, EXTENSIÓN Y POSTGRADO
SAN JOAQUÍN DE TURMERO – ESTADO ARAGUA

PERITAJE PSICOLÓGICO EN LA EVALUACIÓN DEL IMPUTADO POR


ABUSO SEXUAL

AUTORA: Giuseppina Candilio


TUTOR: Eduardo Moronta
AÑO: 2018

RESUMEN

El propósito de este artículo científico es conocer el uso de la experticia del


peritaje psicológico, cuyo valor agregado permitirá discernir posiblemente, el
nivel de deliberación, consciencia del individuo, sirviendo esto para definir la
imputabilidad o no del sujeto activo participe de la materialización del delito de
abuso sexual, contribuyendo el cumplimiento practico de la eficacia normativa.
Así, el objetivo general del artículo es analizar el peritaje psicológico en la
evaluación del imputado por abuso sexual. Teóricamente, la producción se
fundamenta en los aportes de Rodríguez 2015 con el rol de la psicología
jurídica para conocer el móvil del pensamiento y la conducta, Beleño y Tapias
2016 relacionado a las enfermedades con múltiples posibilidades, Rodríguez
y Barquero 2014 basando sus explicaciones en las características psicológicas
y fisiológicas del abusador, Martínez 2014, quien alude sobre la introversión y
el neuroticismo, de igual manera Farre y Farre 2016 sostienen la presencia de
un trastorno obsesivo arraigado al nivel cognitivo, Brown y Forth parafraseado
por Valencia 2016 quien perfila al violador con pocas probabilidades de tener
múltiples víctimas y los califica como delincuentes versátiles, Oliver 2017 quien
indica las tácticas que utilizan los agresores sexuales para ocultar sus
tendencias delictivas, Marco 2015, diferenciando al abusador sexual psicótico
y al delincuente. Se concluye el peritaje psicológico permite corroborar la
punibilidad o excepción de esta, en los victimarios del delito de abuso sexual,
pues permite corroborar el grado de deliberación y consciencia del sujeto
activo delictivo, permitiendo aplicar en la practica la sustentabilidad legalista
respectiva.

Palabras clave: peritaje, psicológico, imputado, abuso sexual.

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BOLIVARIAN REPUBLIC OF VENEZUELA


UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA
VICE-RECTORATE ACADEMIC DEGREE OF RESEARCH, EXTENSION
AND POSTGRADUATE
SAN JOAQUÍN DE TURMERO - STATE ARAGUA

PSYCHOLOGICAL EXPERIENCE IN THE EVALUATION OF THE


IMPUTIZED BY SEXUAL ABUSE

AUTHOR: Giuseppina Candilio


TUTOR: Eduardo Moronta
YEAR: 2018

SUMMARY

The purpose of this scientific article is to know the use of the expertise of the
psychological expert, whose added value will allow to discern possibly, the
level of deliberation, conscience of the individual, serving this to define the
imputability or not of the active subject to participate in the materialization of
the crime of sexual abuse, contributing to the practical fulfillment of normative
efficacy. Thus, the general objective of the article is to analyze the
psychological expertise in the evaluation of the accused for sexual abuse.
Theoretically, the production is based on the contributions of Rodríguez 2015
with the role of legal psychology to know the mobile of thought and behavior,
Beleño and Tapias 2016 related to diseases with multiple possibilities,
Rodriguez and Barquero 2014 basing their explanations on the psychological
and physiological characteristics of the abuser, Martínez 2014, who alludes to
introversion and neuroticism, in the same way Farre and Farre 2016 sustain
the presence of an obsessive disorder rooted in the cognitive level, Brown and
Forth paraphrased by Valencia 2016 who profiles the rapist with unlikely to
have multiple victims and qualifies as versatile criminals, Oliver 2017 who
indicates the tactics used by sex offenders to hide their criminal tendencies,
Marco 2015, differentiating the sexual abuser and the criminal offender. It
concludes the psychological expert opinion allows to corroborate the
punishability or exception of this, in the perpetrators of the crime of sexual
abuse, since it allows to corroborate the degree of deliberation and conscience
of the criminal active subject, allowing to apply in practice the respective
legalistic sustainability.

Key words: expertise, psychological, imputed, sexual abus

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INTRODUCCIÓN

La intencionalidad del artículo científico titulado peritaje psicológico en la


evaluación del imputado por abuso sexual, permite reconocer de forma integral
la importancia de la psicología forense, el comportamiento psicológico del
abusador sexual junto a la práctica de tal prueba tras buscar elementos de
trascendencia procesal.

El objetivo general es analizar el peritaje psicológico en la evaluación del


imputado por abuso sexual, se relaciona a un estudio documental, nivel
analítico, apoyada de un método deductivo analítico, cuyo contenido
fundamentado y referentes tratados permiten atender la integralidad del objeto
de conocimiento.

Teóricamente se cuentan con insumos Beleño y Tapias, A (2016) Análisis


de la calidad de las pericias psicológicas realizadas a niños, niñas y
adolescentes en un Centro Zonal ICBF-Regional Cesar, Cuaresma, (2016)
Carreras criminales y principales factores de riesgo en delincuentes violentos
y De Battista (2015). La posición del psicótico con respecto al deseo.

En orden final se presenta la secuencia del artículo de revisión, integrado


de portada resumen en castellano e inglés, seguidos de una introducción, y
luego de tres subtemas: I Peritaje Psicologico, el II Perfil Psicológico del
Abusador Sexual y el III Evaluación psicológica del abusador sexual, el
contenido integrado de estas segmentaciones permite sostener y sustentar de
forma integradora la naturaleza del objeto de conocimiento siendo integrales
sus aspectos considerados, esto permite aportar referentes disciplinares.
PERITAJE PSICOLOGICO
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El sistema penal de administración de justicia requiere auxiliarse de otras


disciplinas cuya naturaleza permita esclarecer rasgos de indicios, cuyo
contenido de forma fehaciente e indubitada permita discernir entre la
reprochabilidad o no de presuntos involucrados en la perpetracion de hechos
tipicamente antijuridicos, en tal sentiodo cobra particular atención el cometido
de la psicologia jurídica, forense, cuya naturaleza permite aclarar la certeza
fática de la acción del agente, para lograr ulteriormente revestir la eficacia
formal normativa sancionadora o excepcionadora ameritable. Es conveniente
iniciar un discernimiento respecto de la importancia propia supuesta de
psicología jurídica, Rodríguez (2015) afirma:

Pero, tal interacción está en permanente evolución porque el Derecho


debe responder a las necesidades sociales, por lo que éste expresa
persistentemente nuevas demandas a las que la psicología jurídica ha
de tratar de responder desde el conocimiento científico actualizado y
contingente. Razón que requiere el incremento y actualización de
profesionales con formación para ser investigadores en esta área. Por
otra parte, la implementación de prácticas y conocimientos de otros
procedimientos y realidades legales han planteado una carencia de
validez externa. (p. 13)

En el rol de la psicología jurídica, en cualquier rama crucial, es necesario


reconocer el móvil del pensamiento y la conducta, esto con la finalidad de
medir la intencionalidad o consciencia, presente o ausente en lo fático, y a
partir de ello develar la viabilidad de una aplicación jurídica, en tal sentido la
psicología transversalizando al derecho, especialmente al punitivo, permite
esclarecer el discernimiento entre actitudes susceptibles de reprochabilidad o
excepcionalidad, por tanto dentro de un concurso probatorio, experticias de
esta disciplina pueden aportar significativo valor agregado.
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Asi, el sistema de administración de justicia punible requiere de la


intervención de profesionales de la psicologia, un sistema formado de normas
de orden público, requiriendo certezas indubitadas, exige instrumentar
pruebas periciales, cuyos alcances permitan resguardar en equilibrio los
distintos bienes jurídicos tutelados en revisión y en equilibrio, en tanto
impliquen la eficacia material del determinismo jurídico.

Por tanto, el primer elemento del delito desde su teoría clásica es el acto,
se requiere de forma cierta, fehaciente e indubitada demostrar su naturaleza
como tal, para lograr dar ocasión a la aplicación del paradigma de justicia
repositoria, sancionaria, garantizando la integralidad de la sustancia
normativa, he aquí el lugar apropiado de la psicología jurídica o forense.

El Psicólogo forense, mediante técnicas e instrumentos de evaluación del


presunto transgresor de ley, debe dar lectura especializada de la naturaleza
del pensamiento y la conducta, esto con el fin de establecer el grado de arbitro
deliberación y consciencia tenido en la materialización de los actos, esto con
el fin de ilustrar al jurisdicente, esto he de influir en una calificación de
intencionalidad expresa, inimputabilidad, imputabilidad disminuida e incluso de
simulación de disasociacion pretendiendo excepción de reprochabilidad, de alli
el nivel de experticia es significativo.

Así, el papel del psicólogo forense auxiliando al sistema penal es


trascendente, de su dictamen puede depender la imposicion de una medida
restrictiva de libertad, cuando se acredite el grado volitivo, intencional y
consciente, o la imposición por el contrario de medidas de internación, socio-
humanas, para sujetos cuyos síntomas de una psicopatología le convierte en
inimputable e irreprochable.
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Profundizar en el valor agregado de la prueba forense en


complementareidad a la vigencia de un ecuánime y proporcionado sistema de
administración de justicia, obliga a leer a Beleño y Tapias (2016) el cual
sostiene:

Con el informe forense no se busca determinar simplemente si el


individuo en el momento que se valora presenta alteraciones
psicológicas, sino, si esos rasgos psicológicos que presenta son
derivados del acto punible, lo que brinda mayor credibilidad a la prueba
o, por el contrario, desestimar la afectación psicológica. Por ello la
importancia que los informes se realicen con altos niveles de cientificidad
y rigurosidad, y que el profesional encargado de la pericia sea
competente y cuente con las herramientas necesarias para realizar un
informe con calidad. (p. 16)

Se ratifica por esta vía, el informe técnico, denominado prueba pericial,


según formulación jurídico-normativa, contribuye a convertirse en un
discernimiento orientador, de quien debe administrar justicia, pues permite
acreditar o descontar síntomas de psicopatologías presentes en la comisión
de un hecho punible, y cuyo contenido es crucial para determinar el contenido
de la decisión sancionatoria o medida aplicable al presunto alterador de la
integralidad del sistema legal.

Al ser delicado el resultado del informe técnico, revertido en la evaluación


del psicólogo forense, se requiere de éste la demostración del mayor nivel de
experticia, competencias y trayectoria profesional en el área, es conveniente
demostrar habitualidad en tal desempeño, pues esto influirá en validar,
confirmar y ratificar la credibilidad y certeza de resultados, lo cual debe
conjuntarse a la demostración de emplear estándares universales en materia
de evaluaciones de esa naturaleza, lo cual reitere la seriedad y rigurosidad
protocolar respectiva.
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El peritaje psicológico forense, no se convierte en simple corolario, aditivo,


por el contrario, representa en un medio probatorio fundamental, en cualquier
concurso de medios de obtención de elementos de convicción, pues su valor
aportatorio permite aclarar el contenido, mente y acción corroborándose el
acto constitutivo de un hecho punible en la dimensión en la cual regla la norma.

Adicionalmente el propio legal punitivo, regula reprochabilidades según los


niveles diferenciadores de intención, por tanto, este particular puede ser
acreditado por esta prueba pericial, cuyo alcance puede esclarecer y orientar
la convicción, sana crítica, de quién está convocado a conocer, juzgar y decidir
en la definitiva, dentro de una procesualidad operativa.

El profundismo de la experticia psicológica forense es expuesta según


Tiffon, (2017) este reconoce la peritación de un trastorno mental puede ser
mucho más heterogéneo como concepto, se entiende por tanto el formalismo
y fondismo de este tipo de medio técnico que involucra elementos disimiles,
aspectos integrados, cuyo alcance permite establecer una visión amplia e
integrada de realidades, siendo esto contenido informante, condensador del
sistema de administración de justicia.

En definitiva, la psicologia forense se convierte en un mecanismo orientado


a establecer estudios de rasgos aptitudinales, conductuales, cuyo sustrato
representa implicaciones legales significativas, siendo conveniente atender a
sus contenidos para lograr ciertamente fortalecer la operatividad jurisdiccional,
esto con el fin de perfeccionar los métodos operativos conduciéndose a
dimensionar los alcances efectivos de los extremos normativos en supuestos
de consideracion.
PERFIL PSICOLÓGICO DEL ABUSADOR SEXUAL
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El practicismo de la psicología forense en el presunto delito de abuso sexual


exige estudiar el perfil del sujeto, susceptible de evaluación pericial
profesional, del cual debe establecerse definición de sus rasgos conductuales
con miras de fundar apriorístico discernimiento de afirmación o exención de
responsabilidad penal. El referente original del perfil delictivo sexual, es
reconocido por Palermo (2012) el cual reconoce:

Detrás de los delitos sexuales, siempre tenemos que tener en cuenta


que hay una persona, el delincuente o depredador sexual, que puede
estar sufriendo o no una enfermedad mental con múltiples posibilidades:
Trastorno bipolar, depresión, manía, un trastorno de la personalidad
narcisista o paranoide que puede estar asociado con un trastorno
antisocial de la personalidad o con una psicopatía (p. 835).

Desde lo expuesto, es evidente el complejismo posiblemente presente en


la mentalidad y conducta del delincuente sexual, siendo notorio separar, entre
sujeto evidenciando psicopatología, salubridad intelectual o simulación de
esto, se requiere entonces contar instrumentos e indicadores cuyo contenido
permita denotar y particularizar diferenciaciones respectivas.

Particularmente, el perfil del delincuente sexual puede presentar diversos


síntomas, definiendo rasgos de su personalidad, modificación anímico
conductual, estado de egocentrismo, o conducta orientada a trastornos
perceptivos, alterando normalidades conductuales, ciertamente este tipo de
disociación puede transformarse en conductas antisociales, patrones cuyos
contenidos degeneran en actuar en contra de personas por no existir debido
autocontrol o preservación ante estimulos e impulsos dados de forma
imprevista.
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De seguidas Martínez (2014) complementa, el abusador sexual, que


habitualmente es alguien del entorno de la víctima, crea un lazo basado en la
confianza para obtener de su víctima el placer sexual. (p. 65), se denota según
la fuente el abusador sexual, tiene algún nexo empático permanente con su
victima, esto le permite ganar confianza, valimiento o sumisión para lograr su
materialización conductual, pues se convierte a la víctima en vulnerable e
indefensa desde lo psicológico, social, económico al supeditarse a formas de
control o imposicion de otros. De seguidas complementa el perfil Rodríguez y
Baquero (2014) aduciendo:

Por otro lado, está la perspectiva que basa sus explicaciones en las
características psicológicas y fisiológicas del abusador. La etiología del
abuso sexual muestra ciertos criterios individuales, como la presencia de
una cierta patología psíquica, patrones de inmadurez, baja autoestima,
sentimientos de inutilidad entre otros. Por otra parte, existen algunos
criterios de tipo familiar como la conflictividad marital (violenta o no), el
alejamiento de la pareja, y como se mencionó anteriormente, se puede
presentar también una confusión en la inversión de los roles en los
miembros de la familia.

De acuerdo al referente expuesto se admite el abusador sexual presenta


serias perturbaciones y trastornos psicóticos prototípicos delineando su
conducta, su alteración de las funciones mentales se traducen en conducta
sexual inapropiada, se suele reconocer problemas de autorreconocimiento
limitando su propio proyecto de vida.

En el caso particular este tipo de conducta se materializa en entornos socio


familiares lo cual supone ciertas alteraciones de roles o funciones, esto afecta
la normal estabilidad de procesos afectivos o de integración en tales núcleos,
por lo cual existen elementos subjetivos muy enraizados en este
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comportamiento inusual. En complementariedad del estudio del perfil del


abuso sexual se tiene lo informado por Martínez (2014) el cual alude:

INTROVERSIÓN: Son generalmente personas con tendencia a la


timidez y a no establecer contacto real con las personas, sino a través
de caretas. Disfrutan estando solas en su mundo. NEUROTICISMO:
Es la persona que tiene una marcada Inestabilidad emocional,
inseguridad, tasas altas de ansiedad, estado continuo de preocupación
y tensión, con tendencia a la culpabilidad y generalmente unido a
sintomatología psicosomática. Personalidad antisocial: Son personas
que pierden la noción de la importancia de las normas sociales, como
son las leyes y los derechos individuales. (p. 79)

Por líneas generales el abusador sexual se caracteriza por tener presente


un carácter introvertido, significa esto su carácter poco expresivo demuestra
ser tímido o reservado, por lo cual suele supeditar bajo manipulación a otros
y utiliza generalmente una demostración de su personalidad natural, en el
momento de proyectar su conducta abusiva.

De igual manera revela trastornos nerviosos demostrativos de sus ánimos


cambiantes y variantes, por lo cual sus cambios anímicos conductuales
recurrentes le supeditan a convertirse en sujeto cuyas formas de acción
cambian, dándose desconocimiento efectivo al contenido de normas sociales
significativas de integración.

En suma este tipo de sujetos en su afán no miden pudor o vergüenza ante


convencionalismos sociales o libertades de los demás, por lo cual sus niveles
actitudinales no le generan remordimientos, y por el contrario tienden a
reiterar patrones disasociados. Aunadamente este perfil puede connotar
evidencia de cuadros obsesivos, de esto Farré, y Farré, (2016) sostienen:
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La obsesiva conducta de excitación y búsqueda de estimulantes


sexuales activa su aparato cognitivo, provocando un contenido de
pensamiento único y exclusivo en la consumación y satisfacción del
placer sexual, a costa del sufrimiento de la víctima. Lo anteriormente
descrito no se puede llevar a cabo sin unos rasgos de personalidad
psicopáticos y/o pertenecientes al psicoticismo. (p. 12)

Particularmente se denota una presencia de un trastorno obsesivo, una


fijación de identidad y necesidad sexual lo cual se presenta con arraigo al nivel
cognitivo, supone un ímpetu, animus o deseo exacerbado de conseguir placer
o satisfacción incluso de otros, sin importar ningún referente de edad, genero,
sin importarle los daños o flagelos causables a la víctima.

Generalmente el abusador sexual puede ser un psicópata, pues puede


presentar un trastorno mental conductual, pero puede tratarse realmente de
un sujeto de conducta normal criminal, o pseudo normal, cuando por
consciencia actua y puede reprochársele conducta inapropiada de ese tipo,
esto demuestra elementos revisables entre lo punible y excepcionable.

Ahora bien, el impulso de hiperexcitabilitabilidad del abusador, puede


considerarse morbo, o puede ser expresión de una mente criminal, cuyo perfil
punible, oculta simulando enfermedad mental, esto exige de expertos,
practicas pruebas periciales cuyo alcance permita descartar cualquier
supuesto particular, de esta manera se comprende el perfil del abusador
sexual es complejo obliga a diferenciar entre enfermo y delincuente profesional
complejo. Tal diferenciación de delincuentes y psicópatas la refieren Brown y
Forth (1997) parafraseado por Valencia (2016) indicando:

Los violadores con perfil psicopático, es menos probable que tengan


múltiples víctimas sexuales en el total de víctimas. Esto debido a que
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los psicópatas son mejor clasificados como delincuentes versátiles más


que especialistas en ofensa sexual. En cuanto a si los violadores
psicópatas tienen más sentimientos de tensión o frustración más que
emociones intensas como depresión o ira antes de la agresión sexual,
no tuvo soporte empírico. Sin embargo, los violadores psicópatas, rara
vez reportaron sentimientos de rechazo o culpa. Hubo una relación
negativa entre psicopatía y la intensidad de las emociones negativas.
Aunque ambos grupos manifestaron tener emociones negativas, la
intensidad es diferente. (p. 72)

Asumiendo el discernimiento expuesto, se considera este tipo de sujetos


varía sus modos operandi teniendo fijación en ciertas víctimas, por lo cual se
evidencia un nivel ciertamente psicótico, en otros casos pueden tener
conductas sin alteración emotiva lo cual puede traducirse en una forma de
reprochabilidad más efectiva.

Existen diferencias entre violadores psicópatas, los cuales representan


cuadros de autoestima disminuida, algunos en su trastorno pueden pasar de
reservados a experimentar culpa o rechazo, por tanto actitudes previas o
posteriores al abuso se mantienen generando sensación de perjuicio en el
sujeto.

El contenido de los delincuentes versátiles se concuerda en este tipo,


admitiéndose efectivamente que las personas cambian, dosifican sus formas
de acción afectando ciertamente los procesos regulares generándose
variantes significativas. Al respecto de la personalidad y el rol social se asume
el argumento de Oliver (2017) indicándose:

Una característica bien documentada señala que los agresores


sexuales adoptan muchas tácticas para ocultar sus tendencias
delictivas, incluyendo la de presentarse socialmente como una
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persona normal y adaptada a la sociedad. Quizás lo más complicado


para comprender al agresor sexual es conocer cómo funciona su
estructura de la personalidad y su evolución en cuanto a experiencias
vividas, de acuerdo a estudios serios se han identificado similitudes
relacionadas a trastornos comunes como la depresión y la conducta
antisocial como factores predisponientes, aunque dicha aseveración
carece de fundamentos sólidos, que permitan conformar un patrón
conductual.

El referente del agresor sexual supone conducta simulatoria de


convencionalismo social, sabe disimular conductas, por tanto, puede
diferenciar conductas conscientes y enfermizas exigiendo la prueba pericial
respectiva, por tanto, pueden darse cuadros depresivos y conductas
antisociales con alteración de patrones conductuales.

Al complemento, Seto y Eke, (2015).factores "de riesgo criminológicos


establecidos, como la edad y la historia criminal delincuencial predicen la
reincidencia entre los delincuentes de pornografía infantil, como se esperaba.
Los delincuentes más jóvenes y delincuentes con extensas historias criminales
eran más propensos a reincidir" (p. 13)

Por tanto, se admite que existen factores criminógenos presentes en la


conducta de la persona, cuyos referentes pueden servir para diferenciar
rasgos punibles de patrones enfermizos, esto permite atender estudios
técnicos especializados significativos.

El perfil del abusador sexual es complejo, de esto Estrada (2017) infiere:


"No se puede hablar de un perfil único sobre los agresores sexuales, porque
en ellos concurren diferentes tipologías que varían de acuerdo a los
antecedentes de vida o factores de personalidad", por lo entendido el abusador
12

en estudio cambia de perfil, y actitudes, esto acompleja la práctica de cualquier


experticia para diferenciar un delincuente de un psicópata. Por tanto, debe
insistirse en seccionar no todo abusador sexual es enfermo, existen quienes
están conscientes y son punibles, de esto Marco (2015) refiere:

No es posible establecer que todos los delincuentes sexuales sean


enfermos mentales, muchas de las personas ingresadas en centros
penitenciarios por haber cometido un delito sexual contra menores de
edad padecen de una o más patología psiquiátrica. Un agresor sexual
de menores que haya cometido un delito de esa índole con
conocimiento de la ilicitud de los hechos, sabiendo lo que hace y
queriéndolo hacer será plenamente imputable y deberá cumplir su
pena de prisión (p. 176).

Por tanto, se denota la diferenciación entre abusador sexual psicótico y


delincuente, admitiéndose el primero no tiene un acto volitivo, totalmente
deliberado y consciente de su conducta, por tanto existen factores,
circunstancias alterando su accionar natural y esto se traduce en un resultado
punible.

En otro ámbito, se presentan sujetos cuyas conductas de mente normal,


funcional y consciente, pueden traducirse en materializar delitos sexuales, por
tanto, al demostrarse normalidad en el acto volitivo se puede materializar la
conducta delictiva, cuyo resultado es expresamente sancionable acudiendo al
sistema legal.

Algunos estudios permitieron concluir que los agresores sexuales


estudiados no presentaban características comunes o un perfil único Yesuron,
2015) refiere:
Bajo el término agresor sexual se ordena un grupo heterogéneo de
delincuentes sexuales, que no constituyen ni un conjunto, ni una
13

entidad psicopatológica, por lo que su diagnóstico y tratamiento debe


considerarse teniendo en cuenta que este grupo, está compuesto por
diferentes individuos que no solo se diferencian por el tipo de delitos
cometidos. Se concluyó también que, en el grupo de delincuentes
sexuales estudiados, los psicópatas se hallan sobre representados. (p.
35)

Por lo expuesto, los delincuentes sexuales, vistos de origen


psicopatológico pueden tener variedades de cuadros sintomatológicos, esto
exige redimensionar instrumentos de evaluación para poder definir los agentes
influyentes en la conducta, existen cuadros psicóticos, de sujetos normales y
de simuladores, todos estos deben ser diferenciados para garantizar justicia y
medidas proporcionadas y debidas en ese sentido.

Por su parte Lombardi, (2014) agrega que, en todos los casos, la lógica
es la misma “el sujeto psicótico camufla su división en el relato de su certeza,
delirante o esquizofrénica” (p.105), se denota pues del examen psiquiátrico
respectivo, la posibilidad de diferenciar entre sujetos criminosos reprochables
y sujetos de trastornos psicóticos.

Es evidente, debe contarse con expertos calificados y de tradición,


capaces de desmontar cualquier forma de simulación significando desvirtuar
el tratamiento justo y respectivo relacionado al sistema de administración de
justicia, esto exige acciones certeras. Agrega Muñoz, (2015) aludiendo en el
caso de la perversión más que una pregunta sobre el deseo del Otro, hay
respuestas vía actos. El deseo, en el fantasma del sujeto perverso, se orienta
a la acción en las escenificaciones perversas.

Por tanto corresponde al ente jurisdiccional, apoyarse de servicio pericial


psicológico, para diferenciar impulsos inconscientes de trastornos
14

intelectuales o acciones criminales intencionadas cuyos resultados implican


alterar concepciones de actitudes convencionales, bajo presupuestos
alterando el nivel de consciencia y voluntarismo.

Finalmente, De Battista, (2015) indica, otra forma de sostenerse el deseo


psicótico es mediante el cierto lazo social, relacionado a la capacidad creadora
y creativa del sujeto, por tanto, el abusador sexual tiende a crear empatía con
sus posibles víctimas, no obstante debe escindirse los agentes influyentes en
la definicion de este tipo de relaciones.

Por tanto de darse elementos volitivos propios de discernimiento se


considerara la predisposición punible a conducir a un resultado, mientras al
darse conductas cuyo móvil es alteración de referentes actitudinales se
supone conceptos de estudio psicótico requiriendo practicas terapéuticas.

En definitiva, el servicio de psicología jurídica o pericial tiene la tarea y


atribución de diferenciar conductas reprochables fundadas en grados
inteligibles conscientes frente a otras de trastorno o alteración inteligible
sensible cuyas resultas demuestran ausencia de consciencia en la
materializacion de un resultado.

EVALUACIÓN PSICOLÓGICA DEL ABUSADOR SEXUAL

La materializacion de un resultado consecuencia de un acto constitutivo


de abuso sexual, exige la intervención de un auxiliar al sistema de
administración de justicia, mediante prueba pericial o de experticia, aportando
elementos para esclarecer el proceso penal, al permitir discernir entre un móvil
15

conductual deliberativo consciente y otro de síntomas psicóticos, cada cual


ameritando un tratamiento diferenciador. En relacion a la naturaleza de este
tipo de evaluación Valencia (2016) distingue:

El riesgo estático o actuarial, consiste en una evaluación de los


factores históricos (ejem. antecedentes penales) y, con referencia a
algunas medidas, características de la personalidad que generalmente
no son susceptibles a cambios significativos en el tiempo. (p. 44)

Partiendo de lo expuesto, se asume la revisión del presunto infractor del


acto constitutivo de abuso sexual, debe exponerse a un examen integral, este
involucra estudiar antecedentes del individuo, su historia de vida, trátese de
reincidente o no, en este tipo de actividad, lo cual permite descontar entre lo
punible y lo enfermizo.

Aunadamente, se debe realizar un estudioso minucioso y detallado de los


rasgos de la personalidad, lo cual permite diferenciar conductas conscientes,
inconscientes, trastornos o normalidades de asociación mente y conducta, por
tanto, esta evaluación exige ser integral, para lograr obtener una data e
información amplia, deben emplearse instrumentos e instrumentos de
medición universales confiables impidiendo cualquier impureza de contenidos
y contaminación de resultados.

El detalle de los elementos conformando la evaluación psiquiátrica, es


revelado por Echeverry (2017) el cual puntualiza:

Áreas de Evaluación de Posible Perfil de Agresor Sexual 3.1. Áreas no


sexuales3.1.1. - Historia de vida _ Autoestima - Responsabilidad -
Trastornos mentales _ Relación con las drogas - Actitudes sexistas -
Relaciones de pares. 3.2. Áreas de sexualidad. 3.2.1. - Preferencias
16

sexuales - Aprendizajes sexuales - Fantasías sexuales - Identidad de


género - Creencias y distorsiones cognitivas - deseabilidad social
sexual – Empatía. (p. 16)

El referente tratado resalta las áreas interesadas para evaluar un presunto


abusador sexual y establecer su perfil actitudinal, tanto en síntomas como en
móviles referenciales, esto supone realizar un estudio de referentes sexuales
y no sexuales de común manifestación en el sujeto, lo cual permite concebir
un panorama de orden conductual.

El contenido de la conducta al paso del tiempo, respecto a actividades


permite inferir conductas, los patrones vivenciales, axiológicos, hábitos,
costumbres, referentes de integración social, pueden denominar la actividad
conductual normal o atípica lo cual se traduce en ambientes cambiantes.

Por otro lado, las actividades, conductas sexuales al paso del tiempo
suponen referentes demostrativos de las preferencias normales de los sujetos
y de acciones anormales de fijación al paso del tiempo, esto debe orientarse a
comprender diagnóstico de acciones punibles y por tanto su valor integral
fortalece cualquier cometido del sistema judicialista impidiendo generar
indefensión, vulneración o quebrantamiento continuado normativo en cada
supuesto considerado. El contenido específico de los trastornos de la
personalidad es expuesto por Núñez (2016) el cual considera al respecto lo
siguiente:

Fundamentación de los trastornos de la personalidad: A diferencia de


la dimensión cognitiva (percepciones, memoria, atención, inteligencia,
creatividad, lenguaje), al hablar de personalidad se les da preferencia
a los procesos emotivos y tendenciales del individuo, aunque los
diferentes factores ejercen una influencia directa entre sí. (p. 34)
17

El informe técnico relacionado a la prueba pericial de psicología forense,


debe estudiar con particular atención los trastornos de la personalidad, estos
vinculados principalmente a lo emocional, pues acá radica parte de las
conductas dadas por el sujeto cuyo significado puede referir a trastornos
psicóticos considerables, estos pueden permitir fortalecer procesos
integradores.

Asi pues, las conductas disruptivas esas relacionadas al contenido de la


personalidad, pueden permitir diferenciar conductas punibles y psicóticas, es
conveniente atender a procesos significativos estos pueden converger lo
emotivo y lo sensible, es conveniente asimilar procesos intencionados y otros
cuyos sustratos pueden materializar conductas reprochables.

Particularmente las alteraciones emocionales e inteligibles pueden


significar conductas normales o anormales, referenciadas en la personalidad y
cuya significación permite fortalecer mecánicas organizadoras para establecer
referentes significativos del sistema de administración de justicia, por tanto test
e instrumentos de esta naturaleza resultan confiables para ordenar
comunidades probatorias significativas direccionadas a fortalecer procesos
judiciales.

El contenido de la evaluación psicológica es tratado por Romi (2018) el


cual involucra Biopsicogénesis. Se investigan factores tales como: a) Edad:
los delincuentes seriales suelen ser adultos jóvenes o de mediana edad. Es
raro observar a menores de 18 años y mayores de 50. b) Vestimenta: como se
ha dicho, la vestimenta que luce el delincuente serial suele ser siempre la
misma cuando realiza el acto agresivo. La vestimenta forma parte de un ritual
18

que, tiene un simbolismo particular para el agresor, razón por la cual, como si
fuera un uniforme de combate siempre utiliza el mismo atuendo.

d) Aspecto psicofísico: difícilmente el delincuente serial presenta la


imagen del perverso lombrosiano, es por lo contrario un individuo que a nivel
social se comporta en forma cordial, se muestra saludable, seductor, educado,
es por lo general inteligente y astuto, con lo cual pasa desapercibido en el
ámbito de la comunidad y hasta para los conocidos y, si tiene un trabajo
estable, también para sus compañeros laborales.

h) Personalidad social: no es cierto la noción generalizada de que estos


delincuentes sean torpes y agresivos o con antecedentes de conductas
sociales violentas y menos libertinos sexuales. Es de excepcional observación
que las conductas delictivas seriales se den en pornógrafos o “liberados
sexuales” o personas que se vanaglorian socialmente de su vida sexual
abiertamente. Lo habitual es que se dé en reprimidos sexuales, introvertidos,
timoratos, mojigatos, misóginos o dependientes afectivos, sobre todo de la
madre.

i) Estado mental: no es común ver delincuentes seriales francamente


alienados (psicóticos), lo habitual es ver trastornos de la personalidad y
delincuentes psicópatas instintivos sobre todo a nivel gregario y sexual, es
decir que descargan su agresión contra lo humano del medio circundante al
que no se adaptan. Las variantes esquizoide e histeroparanoide son los de
mayor prevalencia, y en menor grado los neuróticos obsesivo-compulsivos.
Al respecto de la práctica de la experticia se presentan estudios
longitudinales, de esto Cuaresma (2016) en los estudios longitudinales pueden
constatarse los factores de riesgo de conductas delictivas, al ser recogidos en
19

múltiples y sucesivas oleadas de entrevistas, cuestionarios, o visitas de


seguimientos, lo que puede reducir los riesgos derivados de fallos de memoria
de los sujetos integrantes de la muestra.

El proceso de evaluación psiquiátrica de un abusador sexual exige utilizar


diversos instrumentos cuyos contenidos permitan recopilar data e información
relacionada al comportamiento del agente, se pueden presentar trastornos de
la inteligencia, se pueden concebir asi necesarios estudios campales
aportando información.

Por tanto, diferenciar enfermos mentales sexuales y delincuentes


comunes exige practicar estudios de historias o de casos de sujetos, para
observar antecedentes de una conducta criminal o enfermiza, junto a
instrumentos de alcance significativo, exigiendo mecanismos de validación y
lectura universal, cuyos contenidos permitan fortalecer validez, confianza,
seriedad, rigurosidad científica, impidiéndose con esto establecer medios
aislados, especulativos, distorsionados o contaminados pudiendo afectar la
normal funcionalidad del sistema de administración de justicia en sus procesos
de esclarecer la verdad.

CONCLUSIÓN
20

El alcance de la obra intitulada peritaje psicológico en la evaluación del


imputado por abuso sexual, permite comprender la significación de la
psicología forense, la especialidad discernitiva entre el perfil del delincuente y
el enfermo mental, junto a la praxis de esta experticia como medio adecuado
para obtener información del particular.

Al respecto del Peritaje Psicologico, debe considerarse el valor agregado,


de esta pues le permite al sistema de administracion de justicia penal
diferenciar entre sujetos imputables y excencionables penalmente según se
acredite con la experticia acto deliberados o no conducentes a definicion de
sanciones y medidas.

Seguidamente, el Perfil Psicológico del Abusador Sexual, demuestra


variantes, complejísimos significativos, por un lado existen enfermos con
trastornos inteligibles y sensibles frente a delincuentes sujetos conscientes
cuyas conductas riñen contra el orden normativo, siendo menester al perito
psicológico forense diferenciar entre unos y otros.

Con relacion a la Evaluación psicológica del abusador sexual, esta


experticia debe relacionarse al estudio de antecedentes individuales y sociales
del sujeto junto a una revisión del curso del tiempo de las actividades sexuales,
esto con la finalidad de definir procesos actitudinales normales o anormales,
esto requiere instrumentos de estudios de campo, junto a mecanismos de
interpretación universales garantizando confiabilidad, certeza, seguridad, junto
a otros elementos para no contaminar este medio probatorio judicial.
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