Sunteți pe pagina 1din 5

La interpretación general de la obra Kusch, que Pafundi realiza en los apartados preliminares

de su tesis, es interesante aunque peque quizá de cierta exterioridad al pensamiento


Kuscheano. La categoría de “filosofía práctica” bajo la que cataloga la obra del autor alumbra
más de uno de sus punto neurálgicos; sin embargo, y en la medida en que constituye una
Teoría General –quizá tan amplia como el materialismo-histórico, o muy cercana al mismo- no
puede coincidir plenamente con el pensamiento kuscheano. Éste, de ser tomado en serio,
tiene el afán de constituir él mismo una Teoría General, o su equivalente americano.

La situación señalada tiene que ver con aquello que el propio Kusch destaca: que la filosofía
ha devenido un saber técnico, que se ocupa del cómo del pensamiento pero es incapaz de
recoger el qué implicado en el pensar culto. Que, en realidad, la filosofía como consumación
del pensar culto se ocupa de la técnica implicada en el pensar algo del pensar popular. El
pensamiento culto comienza con una reflexión acerca del conocimiento ético consumado,
que se da en el nivel del pensamiento popular. Hay que tener esta situación muy en cuenta si
lo que se pretende es aplicar el pensamiento kuscheano al programa de la filosofía práctica
universal. Si se propone discutir en este plano del saber, que es técnico, no deben hacerse
intervenir elementos también técnicos –el pensamiento filosófico de Kusch- cual si fuesen
ellos mismo el entramado semántico del que surge el cómo del pensamiento. El pensamiento
popular no es

El pensamiento indígena y popular en América  p. 76 “Principio de ordenación a-priori”

Haber Abraham “reflexiones sobre el estar en la filosofía de Rodolfo Kusch” (1989)

2: Kusch permanece bajo la idea de un “drama existencial” o “dramatización”. Es interesante,


por su recepción teológica en Scanonnen y Cullen, tanto como por su relación con la
dramatización propia de la filosofía de la historia occidental (Bataille y Benjamin)

No nos detendremos a evaluar la intepretación de Kusch para determinar si consiste o no en


una fiel descripción teológica y cosmogónica del mundo indígena precolombino nuestra;
intención implica tomar como supuesto que esta descripción constituye el mapa eidético del
mundo del estar. Para nosotros, Kusch lleva a cabo esta tarea con esta pretensión que aquí
hacemos propia y acabamos de enunciar.

Este aspecto de la dualidad es de suma importancia porque, a nuestro entender posbiilita que,
bajo ningún punto de vista pueda pensarse en un monismo que se despliega luego
dialécticamente. El comienzo es la contradicción en sí misma, la dualidad y, por ello mismo,
también la apertura. Por lo tanto, nos enfrentamos a dos clases de contradicciones: la primera
identificada con la dualidad y, luego, otras posteriores en donde la primera afirmación posee
características que pueden influenciar a su propia negación [1er y 2do momento: Virachocha
maestro y riqueza; Viracocha y mundo: la mediación de Tunupa)

…la creación propiamente dicha, ya que crear al mundo es darle sentido, el mundo no existe
mientras sea un puro caos… (AP- 37)
El azar es la condición de posibilidad de que godo el juego se dé o no, ya que es la primera
forma de relacionarse que posee la dualidad. Así, podrá darse el fruto a través de la ley de la
cópula, pero también podría no hacerlo. El azar, por ello, es condición de posibilidad del fruto y,
a la vez, la condición de posibilidad de que este no se dé.

Identidad y diferencia: en la esfera del estar la diferencia será respetada sin que por eso mismo
la identidad se disuelva en ella. (9)

Acerca de el hombre inmerso en esta cosmovisión del estar y cómo este se relaciona con
dialéctica que surca su universo de sentido,con el mundo y la realidad:
“el sujeto crea un sentido metafísico-religioso a partir de sus creencias” (LNPP: 15.
DIOS Y NATURA) “el yamqui parecía no poder fundamentar su propio sistema mas ese hecho,
según su modo de ver las cosas no impedía su afirmación.

VER CAPÍTULO 4 PRIMERA PÁGINA

Contradicción hombre-mundo (cap4, p1-2). Hay un innecesario antropocentrismo, el cual


parece más un vicio de origen del comentador que una nota del pensamiento Kuscheano.
Pero aguardaremos todavía, el lugar al que nos destina la interpretación

Para esta subjetividad, el “mundo es tomado por su así, es visto como un puro
acontecer y no como un escenario poblado de cosas”. Se trata de un mundo que, como
él, simplemente está.

La subjetividad se encuentra constituida por lo otro y no sólo por sí misma; se trata de


una subjetividad que no sólo es humilde y escéptica, sino que, a su vez, se constituye
como necesidad.

Para Kusch, “el oriental… el indio quechua (es decir, todo sujeto del estar) ven a la
realidad como pre-objetiva” (AP: 190) pues viven sumergidos en un mundo pre-óntico
(GDHA: 132-133) que no puede, ni lo pretende, concebir cosas ni objetos del mundo de
la negación…

El estar : Cabe señalar que esta apertura no es sólo con respecto a lo otro, a la
alteridad. Es también y antes que todo una pura apertura absoluta, una pura
posibilidad. […] El estar no solo es una apertura absoluta, sino una apertura a lo
absoluto, por ello mismo, esta apertura constituye una apertura a la pregunta
existencial, a la pregunta por el hombre. Pues “este modo de concebir la existencia
parecería no responder a un poder ser, sino al revés: señala más bien un ser que se
abre a la posibilidad.”

“¿Qué es una creencia? Pues la prolongación de uno mismo hacia afuera.” (YPID: 16)

El nivel del proyecto en el pensamiento quichua-aymara se da como “crecimiento”.


¿será el crecimiento el estar-siendo truncado por Occidente?
Para Kusch “Tunupa es como una doctrina implícita… casi como un a priori de la
mentalidad del hombre proto-histórico”, es prácticamente una categoría del sujeto
independiente de toda experiencia. Es decir, es nuestra mediación dialéctica una
condición de posibilidad de la experiencia pues el propio Tunupa es quien es capaz de
brindar sentido a la contradicción y, por lo tanto, a la vida. (operador seminal)

El pensamiento del sujeto del estar “no es un saber científico de la realidad… sino que
es un saber referido exclusivamente al puro hecho de vivir” “se trata… de un saber…
que se relaciona como vimos, con criar, multiplicar, dejar efectuar, en suma (se trata
de) un saber para vivir. No es entonces un saber de objeto… sino que trasciende al
objeto y pareciera vincularse con la… comunidad y (la) vida en general”

Sólo pretende comprender la existencia y de ningún modo entenderla.

El patio de los objetos, la ciudad y la creación del vacío.

Ahora bien, los objetos no dejan de ser, a la vez, meros utensillos propios de la
prehistoria , pues ambos “son formas de relación entre el hombre y el mundo…
responden… a una limitación de lo humano frente a la naturaleza… […]” Pero ese sujeto
comienza su acción constitutiva negando toda conexión con lo otro que también es
pasado. Por ello no puede verlo como utensillo (n21). Si lo hiciera, estaría aceptando la
existencia de eso otro que obliga a sobrevivir. Tiene que negar al mundo real para
construir el suyo propio. Necesitaba “reemplazar el mundo… (y) los objetos crean un
mundo paralelo al… real… reemplazan a la naturaleza”

n21: Verlo como utensillo implicaría reconocer la amanualidad de la cosa pero también
su no-amanualidad, con lo cual el objeto tendría que aceptar su condición de inutilidad
y sacralidad. El objeto representa todo lo opuesto a estas características últimas y, a la
vez, hiperdesarrolla la amanualidad del objeto. Por ello, aceptarlas atentaría contra su
deseo subjetivo de absotulidad [ja, abolutez] (interpretado de LNPP 46-52)

El sujeto ha hecho al objeto pero éste no parece dejar margen ni para su propio
creador. Allí comenzará el problema de la objetividad de la subjetividad o cómo el
sujeto se vuelve objeto. Pero esto lo analizaremos luego en sus diversos aspectos.

Tiempo del ser. Se trata de un tiempo atomizado y computable, un tiempo de tarjeta


de fábrica, de reloj. A su vez, este tiempo-objeto es, como todo objeto de este nuevo
mundo, una pura exterioridad en tanto se presenta como la engación del tiempo
interno, íntimo, subjetivo y de crecimiento vivenciado en la esfera del estar.

Ser alguien significa eso, evadir el impersonal para tener un nombre único, para
adueñarse de ciertas características propias que conlleven una identidad.

La negación de la negación
…cómo hallar el camino de la fagocitación si nos encontramos atascados y caorralados
por el desgarramiento ontológico entre lo que es y lo que está (referencia a LNPP 69-
71)

La negación que lleva a cabo el sujeto del estar “es primordialmente una negación que
no implica un cierre sino una apertura”; es más, “hay detrás del negar total una
apertura… infinita.”

En este sentido, será una negación abierta a que la posibilidad de que se dé cualquier
afirmación. No es una negación que rechaza sino más bien una negación que está
abierta a recibir; pues justamente se niega eso: la cerrazón y el rechazo a todo otro
posible [es decir, el rechazo a la “imposibilidad a nivel de occidente”]

Importante:
El desgarramiento como vacío sin significado
Partimos del desgarramiento, de la tensión absoluta entre los opuestos. Pues “entre la
ficción y la realidad se abre un abismo insalvable…(;) la distancia entre ambas se hace
infinita y con ella el drama.” Así, “en virtud de esta diferenciación (absoluta) podría
suponerse la existencia de… un vacío sin significado… un hábitat neutro, imposible de
ser llenado… una tierra de nadie”.

Comparar con Bataille, la filosofía abismal de Boaventura y pensar la solución de Kusch


a partir de la fagocitación, la negación en el pensamiento popular y la estructura
mandálica|germinativa del estar.

“la autenticidad consistirá entonces en un círculo dialéctico entre ser y estar”, es decir,
en asumir esa contradicción como constituyente de la subjetividad.  esto esta bueno
a la luz del estar-siendo, aunque la cuestión de la contradicción dialéctica (cuyos
momentos sólo contemplan el tercero excluído como sintesís) no me cierra para
describir plenamente la relación entre estar y ser.

El sujeto fagocitado

…hemos visto cómo ambas subjetividades coincidían en el padecimiento del miedo


original. Tengo miedo, luego existo, había sido la metáfora de la cual, aún el sujeto del
ser, en última instancia, participaba. Se trataba de un miedo antiguo como la especia,
que implicaba la imposibilidad de pensar la soledad existencial por la constante
presencia de lo otro y que era previo a toda división y oposición. El sujeto fagocitado
partirá de aquella conclusión.

…es interesante aclarar que el mismo sujeto del ser reconoce, a través de la metáfora
de las murallas [buscar dónde. Comparar con De Certeau], que su deseo absoluto
encuentra un límite. Es decir, las murallas implican, en última instancia, el
reconocimiento negativo de lo otro y el otro pues el sujeto, al no poder eliminarlos, los
reconoce y se aísla. Así, después de todo, en el final de su propio camino, el sujeto del
ser ha visto resquebrajarse su propio anhelo de absolutilidad.

S-ar putea să vă placă și