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RECENSIONES 673

CANOSA USERA, Raúl, El derecho a la integridad personal, Lex Nova, Valladolid,


2006, 302 pp.

La dignidad de la persona, como valor mento discursivo inexcusable en este tra-


constitucional, es una fuerza atrayente de bajo desde el momento en el que los de-
múltiples connotaciones. Firme en cuanto rechos enunciados en el artículo 15 de
criterio inspirador de declaraciones de de- nuestra Ley Fundamental tienen que ser
rechos y contundente como principio in- traducidos. Y sus contenidos realizados.
formador de las interpretaciones de las En esa tarea, la identificación que hace el
mismas. En los tiempos que corren, hay si- autor de la dignidad como el valor cons-
tuaciones de conflicto propiciadas por la titucional que singular y preferentemente
evolución de las sociedades, o por el gran es materializado por el derecho a la inte-
cambio tecnológico, en las que la luz que gridad (p. 62) es el punto de partida fun-
irradia la dignidad de la persona funciona, damental. Sobre todo porque se dan si-
cual linterna, alumbrando discernimientos tuaciones vitales, sociales, reales, cuyo
entre las lecturas alternativas que tales con- análisis jurídico-constitucional hace que
flictos plantean. Como referente de un las palabras «vida» e «integridad física» o
concepto de Constitución con centro de «moral» tengan que ser adecuadamente
gravedad en el sistema de derechos, la concretizadas e interpretadas junto al res-
dignidad da también a ese mismo sistema to de elementos constitucionales en jue-
iusfundamental una textura distinta y am- go. De eso, como se explicará, es de lo
plificadora. Distinta de la que supondría que se compone el material empírico de
reducir sus trazos a la premisa de la liber- la obra.
tad del individuo, que hoy por hoy ya no Bajo esas premisas y en nuestro con-
basta para sostener la idea de sujeto que texto constitucional, Raúl Canosa Usera
subyace al constitucionalismo del Estado se plantea el objetivo de suministrar una
social y democrático de Derecho. Amplifi- definición de ese derecho a la integridad
cadora de la comprensión de la propia personal. Integridad personal que, como
Constitución o, mejor, de las Constitucio- síntesis ya utilizada por el Tribunal Cons-
nes como instrumentos al servicio de suje- titucional en su Sentencia 5/2002, él con-
tos concretos en sus singulares comunida- sidera adjetivación aglutinadora de las de
des políticas. la norma constitucional. De las integrida-
Pero no es la dignidad el objeto del des física y moral, así nombradas, y de la
estudio que Raúl Canosa Usera presenta psíquica, silenciada y matizada en una
bajo el título El derecho a la integridad intersección entre las dos anteriores.
personal. Ocurre, no obstante, que la co- Con una estructura de análisis lógica,
nexión entre integridad y dignidad es ele- diseñada en un paso a paso, el autor ela-

UNED. Teoría y Realidad Constitucional, núm. 20, 2007, pp. 673-680.


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bora un estudio pormenorizado del dere- nos o degradantes, algo habitual en las
cho a la integridad en el que se va apro- declaraciones de derechos que sí reco-
ximando, rodeando y tanteando, a sus gen la integridad en específico. El refe-
contornos y contenidos. Para ello, Canosa rente más significativo en el ámbito inter-
Usera se separa de reflexiones propias, y nacional, el pionero, el artículo 5.1 del
anteriores, sobre la relación entre fórmu- Pacto de San José.
la política e interpretación constitucional, El que la integridad sea explícita-
para adherirse sin prejuicios a la Teoría mente derecho fundamental evita que
de los Derechos Fundamentales de Ro- haya que alumbrarlo jurisprudencialmen-
bert Alexy y su proyección sobre la inter- te a partir de la anexa prohibición de tor-
pretación del sistema iusfundamental. Un turas y degradaciones. También ahorra al
ejemplo, claro, de la utilidad de la repre- intérprete el trabajo de recurrir a otros
sentación de lo normativo que hace derechos conexos, que sí estén codifica-
Alexy como construcción fragmentada en dos, para extraer de ellos los contenidos
reglas y principios que se proyectan so- propios de la integridad personal me-
bre ámbitos específicos de lo real-nor- diante una labor de la adscripción. Preci-
mado. Sin duda, una óptima herramienta samente lo que hace, entre otros, el Tri-
metodológica para escudriñar, desde lo bunal Europeo de Derechos Humanos,
positivo, la sustantividad y virtualidad de que construye el derecho a la integridad
los derechos fundamentales. gracias al juego de los artículos 3 y 8 del
Tras un primer capítulo (I), a modo Convenio al no haber una mención espe-
de introducción y esbozo preliminar del cífica a la integridad en el mismo. La lite-
derecho a la integridad, la monografía ralidad del derecho en nuestra Constitu-
discurre de una parada obligada a otra, ción es importante por dos motivos.
configurando una línea de trabajo clara y, Primero porque facilita al juez de los de-
en ese sentido, didáctica. De la naturale- rechos fundamentales la identificación y
za del derecho (II) al bien jurídico prote- protección de la integridad en un espacio
gido y sus conexiones con otros dere- jurídico-constitucional estatal en el que, a
chos (III). De ahí a la titularidad y sus diferencia de los sistemas de common
proyecciones (IV). Luego, a los conteni- law, la interpretación jurisprudencial está
dos subjetivos o posiciones jurídicas indi- más mediatizada por lo que está escrito.
viduales (V), para finalmente llegar a los Inclusive cuando la norma y el intérprete
lugares en los que el derecho en estudio son los supremos, Tribunal Constitucional
se retrae o es sometido a un proceso dis- y Constitución. Segundo, porque el con-
cursivo de ponderación frente a otros creto sistema de garantía jurisdiccional
contenidos constitucionales (VI). de los derechos constitucionales en Es-
paña exige apoyar las pretensiones sub-
jetivas en enunciados normativos deter-
1. INTEGRIDAD PERSONAL minados, caso del acceso al amparo
Y CONTEXTO CONSTITUCIONAL constitucional.
Por consiguiente, en nuestro contex-
La monografía de Canosa Usera em- to constitucional el derecho a la integri-
pieza contándonos que, a diferencia de dad comprende: la prohibición de tortu-
lo que ocurre en otras cartas de dere- ras y tratos inhumanos, que enunciado
chos fundamentales, el derecho a la inte- como regla es un a priori y un mínimo
gridad en nuestra Constitución aparece imprescindible; y además un rico reper-
en positivo. El artículo 15 es su concre- torio de significados normativos adicio-
ción normativa. Figura junto a la prohibi- nales. Conlleva contenidos sustantivos
ción de torturas y penas o tratos inhuma- que Canosa Usera va a ir decantando, ca-
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pítulo a capítulo, a través del análisis que 2. NATURALEZA Y CARACTERIZACIÓN


se nutre esencialmente de la jurispruden- DEL DERECHO
cia constitucional, de las leyes estatales
que inciden en las posibilidades de ejer- Quizás sea ese uno de los temas más
cicio del derecho y de ciertas normas de sugerentes en lo que a la naturaleza jurí-
derecho internacional. Destacan entre las dica del derecho se refiere. Y también
últimas, como no, el CEDH con la juris- uno de los que tendrá que tener más de-
prudencia de él derivada, y más específi- sarrollo en el futuro de un derecho que,
camente el Convenido de Oviedo (1996), explica el autor, no puede darse aún ni
o Convenio para la protección de los de- por ultimado ni por plenamente aprehen-
rechos humanos y la dignidad del ser hu- dido. Una configuración del derecho a la
mano respecto de las aplicaciones de la integridad más allá de su carácter de de-
biología y de la medicina (p. 52). recho de libertad, o no intromisión. Más
El de la integridad es, así, presentado allá, también, de su entendimiento activo,
como un derecho emergente. Sólo codifi- derecho modulado por el propio sujeto a
cado en algunos textos iusfundamenta- través del consentimiento a las interven-
les, en otros tiene que ser construido por ciones lícitas.
conexiones e interpretación. En cualquier Más allá, por tanto, el autor habla de
caso, un derecho imprescindible. Su re- la integridad como derecho de protec-
conocimiento autónomo en la Carta de ción. Esta comprensión del derecho se
Derechos Fundamentales de la Unión Eu- deriva de la proyección del mismo como
ropea, la declaración de derechos más principio. Se dirige a asegurarlo, según
reciente de nuestro entorno, es prueba los casos incluso frente a particulares, co-
de ello. ¿Cuáles son las razones de por locando al Estado como garante y desti-
qué ha permanecido a la sombra, escon- natario, a la vez, de las pretensiones de
dido u oculto? Seguramente pueden atri- protección (p. 84). Como construcción
buirse a varios factores. Por un lado, a de la eficacia del derecho paralela, pero
una visión omnicomprensiva del derecho distinta, a la drittwirkung, mostrar la in-
a la vida que sólo ha logrado disociarse, tegridad en su calidad de derecho de
o diseccionarse, cuando se ha visto en- protección permite a Canosa Usera con-
frentado a cuestiones relacionadas con ducir su análisis al terreno de desarrollos
qué se pueda entender como vida digna. legislativos concretos. Bien procesales,
Por otro lado, a que la protección tradi- bien sustantivos, pero orientados a ofre-
cional del ordenamiento jurídico frente a cer dicha protección. El análisis del dere-
las vulneraciones más graves de la inte- cho positivo, que predomina como ele-
gridad personal, a través del derecho pe- mento metodológico del estudio, se
nal, sólo se ha evidenciado insuficiente combina con episodios más dedicados a
con el cambio de la concepción que de concretos procesos de interpretación.
sí mismo tiene el sujeto en las sociedades En cuanto derecho de posibilidades,
avanzadas y con la proyección sobre el o de ejercicio, la integridad personal lleva
Estado de Derecho de las exigencias que también al autor a un controvertido lugar.
de dicho cambio se derivan. La revolu- Allí donde el consentimiento del sujeto
ción tecnológica, los avances científicos y puede modular, y modula, la manera in-
su repercusión sobre la autocomprensión dividual y personal de concebir la propia
de la persona han puesto en evidencia integridad. Donde, por otra parte, la in-
que la integridad del sujeto es algo más tervención del legislador configura el uso
que derecho de libertad. Reclama ser tra- lícito del mismo consentimiento. La evi-
tado como derecho de ejercicio y, no dencia de límites que evitan que la pro-
menos, como derecho de protección. pia integridad se convierta en un absolu-
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to, amenazando la vigencia del valor ori- gridad psíquica y qué integridad moral
ginario de la dignidad de la persona, tie- alcanza especial trascendencia para la de-
ne una interesante proyección sobre el finición de los tipos penales que sancio-
campo de la ingeniería genética. En es- nan las conductas lesivas en ese ámbito.
pecial, en por qué prohibir o no inter- En cualquier caso, como elemento
venciones sobre el mapa genético de un de un sistema iusfundamental en el que
futuro ser humano. La idea de que el ningún derecho se encuentra aislado, el
consentimiento de un sujeto antecedente bien jurídico integridad también tiene
no debe prevalecer frente a la dignidad o que ser identificado en relación con otros
el desarrollo de la personalidad de un derechos conexos. Otros bienes jurídicos
sujeto posterior se transforma, en ciertos que se solapan y diferencian o, en oca-
párrafos, casi en una secuencia de cine siones, se complementan. Vida, e integri-
de ciencia ficción (pp. 76 y 77). Sin ir dad en calidad de derecho a negarse a
más lejos la Gattaca de Andrew Niccol una intervención médica. Pero ¿y de ne-
(1997), en la que unos son librados de garla un menor, o incapaz, o negarla por
enfermedades incurables mientras otros él sus padres o tutores? O, ¿a no permitir
son programados para ser deportistas o reclusos en huelga de hambre ser ali-
artistas y, al final, sólo aquellos que no mentados forzosamente? Salud, e integri-
han sido objeto de una predeterminación dad cuando la primera es aliada de la se-
genética son realmente dueños de su gunda; o cuando la segunda se sacrifica a
destino. la primera por cuestiones de tutela de la
La identificación del bien jurídico salud pública. Intimidad corporal, como
protegido por la integridad personal, a la límite a las inspecciones sobre el cuerpo,
vez física, moral y psíquica, empieza por frente a integridad, como límite a las in-
la amplia conceptuación que de él hace tervenciones. Derecho a un medio am-
el autor. Para Canosa Usera, «la integridad biente adecuado —un lugar ya visitado
personal abarcaría el cuerpo humano con en los periplos bibliográficos de Canosa
todos sus componentes». Así, «desde las Usera-, si la contaminación o el ruido da-
moléculas que forman sus genes, inclu- ñan la salud y, por esa vía directa, la in-
yendo por tanto la integridad genética, tegridad. Relación con los derechos de
hasta su anatomía y apariencia, así como defensa, a no declarar contra sí mismo,
las potencialidades intelectuales y senso- en los casos de prueba biológica ordena-
riales, incluidas las que tienen que ver da judicial —paternidad— o normativa-
con la capacidad de experimentar dolor mente —alcoholemia—. Y, de una forma
físico o padecimiento psicológico o mo- algo más sutil, derecho a la libertad en
ral» (p. 89). relación con la negativa a ser intervenido.
A partir de ahí, la distinción entre la O libertad ideológica ejercida como justi-
moral y la psíquica es el momento más ficación ideológica para tal negativa.
delicado en el recorrido por las distintas Para la exposición de esta maraña de
facetas de la integridad personal. Sólo en encuentros, roces y separación de conte-
supuestos concretos se las puede identifi- nidos iusfundamentales, el autor recurre
car separadamente. Sólo como solución de forma predominante a la jurispruden-
de compromiso sirven las igualaciones le- cia del TC. Va relatando toda una serie de
sión psíquica-menoscabo psicológico y le- casos frontera que, de este capítulo en
sión moral-degradación del sujeto (p. 95). adelante, serán retomados y reutilizados
Para ver su relevancia práctica, un pro- desde los diversos enfoques requeridos
blema de hoy y siempre: la regulación por el esquema del trabajo. Esa reitera-
penal de la violencia doméstica y de gé- ción de la casuística, retomando una y
nero. La determinación de qué sea inte- otra vez planos diferentes de una misma
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escena, acaba pesando un poco en la lec- tegridad, conectada con la protección de


tura. No obstante, es innegable que tiene bienes constitucionales distintos del naci-
su función respecto a los objetivos de un do vivo, se reserva para aplicarla a fetos,
análisis que, si quiere indagar en los dis- embriones y cadáveres.
tintos matices y cuestiones irresueltas que
plantea el desarrollo constitucional de
este derecho, tiene que ser exhaustivo. 3. INTEGRIDAD PERSONAL:
Es la disyuntiva, tan difícil de resolver, SISTEMATIZACIÓN DE LAS PIEZAS
entre el rigor metodológico y la fluidez
expositiva. Algo que también se percibe, Dejando atrás los intermedios, la rec-
más adelante, en la irrenunciable incur- ta final del trabajo es un mosaico de lu-
sión, demandada por el propio objeto de gares donde se termina de diseccionar el
estudio, en los vericuetos y categorías del contenido iusfundamental del derecho a
derecho penal (p.186). la integridad. En los dos últimos capítu-
A las alturas del cuarto capítulo, casi los, dedicados como ya indicábamos a
todos los elementos del trabajo están pre- las posiciones jurídicas individuales y a
figurados y preubicados. Es el momento las restricciones y posibilidades de afectar
que el autor elige para encajarlos dentro o intervenir en el derecho, es donde se
de un marco de análisis clásico, inevita- remata el efecto collage que requiere la
ble dentro de cualquier estudio de dere- metodología del caso a caso. Hecho lo
chos fundamentales: titulares y objeto. cual, se dirige al lector hacia una recapi-
En el primer hito, el de la titularidad, tulación de conclusiones, esencial para
las singulares relaciones de tutela de me- que el tratamiento, inevitablemente frag-
nores, incapaces y sometidos a especial mentado, sea aprovechado para la con-
sujeción por los poderes públicos, junto a secución de los objetivos del trabajo. No
la interpretación que hace el TEDH de en vano se preocupa el autor por expli-
la extradición de no nacionales cuando car, siguiendo a Häberle, que «las varia-
en el país que la solicita la integridad del ciones en la percepción social o los avan-
individuo vaya a peligrar, son lo más des- ces científicos» que «van dotando a los
tacado. Más allá del todos los nacidos, y derechos de contenidos nuevos, inespe-
todos los vivos del artículo 15 de la CE. rados a veces y siempre problemáticos»
Respecto al objeto, es una categoría que implican una pluralidad que se añade al
el autor construye en un curioso inter- propio carácter expansivo de los dere-
medio entre titularidad pasiva y configu- chos fundamentales. Una pluralidad que
ración de la integridad como derecho de justifica la trabajosa tarea de recopilación
protección. En ese lugar intermedio, la y detalle de contenidos subjetivos y res-
argumentación discurre por los senderos tricciones o afectaciones del derecho (p.
de la violencia doméstica, de género y, 177).
en una corta parada, en el ámbito labo- Pero aún quedan tramos. Paso a
ral. Destaca la algo atrevida sugerencia paso. El siguiente, el estudio de las posi-
del derecho a un mínimo vital y a la paz ciones jurídicas individuales que se in-
como hipótesis de contenidos prestacio- cluyen en el derecho a la integridad. Para
nales del derecho. Una categoría intere- abordar esto, el autor parte de una dis-
sante, pero algo más verificable en las tinción inicial entre posiciones definitivas
medidas de protección integral de la mu- y relativas. Y en el conjunto de las pri-
jer contra la violencia de género recogi- meras, entre las explícitamente constitu-
das en la Ley Orgánica 1/2004 de 28 de cionalizadas y las que implícitamente se
diciembre (p. 154). Por último, la objeti- desprenden del contenido del derecho.
vación completa del contenido de la in- Como posición definitiva explícita fi-
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gura sólo la radical prohibición de tortu- ción de bienes constitucionales. Los su-
ras y penas o tratos inhumanos o degra- puestos en los que el contenido de la in-
dantes. La cual, pese a ser un enunciado tegridad debe ser ponderado frente a
normativo claro que funciona como regla otros bienes o principios constitucionales,
y no como principio, no por ello deja de en general, o iusfundamentales, en parti-
estar necesitada, en ciertas situaciones cular, se desarrollan profusamente a tra-
más o menos confusas, de la mediación vés del estudio de las afectaciones, res-
más esclarecedora de la interpretación tricciones e intervenciones legítimas.
constitucional. En segundo término, las Estudio que, confiesa el autor, prescinde
posiciones definitivas implícitas de inte- de teorías sobre límites y restricciones y
gridad física y moral se concretan en los se centra en el análisis empírico de las di-
obvios derechos a una incolumidad cor- ferentes situaciones de conflicto (p. 216).
poral, psíquica y moral y, con su doble Es el último sprint. Para llegar a la
filo para el que decida ejercerlo, el dere- meta, Canosa Usera se apoya en el crite-
cho a negarse a sufrir intervenciones cor- rio de lo consentido por el sujeto, frente
porales previstas legalmente. Doble filo a lo impuesto contra, o frente a, la vo-
porque, para los supuestos ya aludidos luntad del mismo, para dar orden a la
de las pruebas, de paternidad, de alcohol enumeración de supuestos que confec-
en sangre o ginecológicas, ordenadas ju- ciona en dos espacios: afectaciones de la
dicialmente, la negativa a someterse a integridad, consentidas, e intervenciones
ellas puede llevar al juez a extraer conse- legítimas, no necesariamente consentidas.
cuencias desfavorables para el individuo. En el primero de ellos, por una parte
El caso extremo, el de la sanción penal se realizan nuevas introspecciones en
prevista por el 380 del Código cuando problemas ya esbozados. La esterilización
alguien no quiera ser objeto de una prue- de disminuidos psíquicos o el aborto
ba de alcoholemia. vuelven a revisarse, dejando rematados
Las posiciones relativas son, por con- los flecos, aportando las referencias nor-
tra, situaciones en las que el derecho a la mativas y jurisprudenciales oportunas.
integridad se mediatiza o se integra a tra- Exprimiendo, en definitiva, todo el jugo a
vés de distintos métodos y elementos. cada uno de los temas. Por otra parte,
Bien por la mediación del consentimiento también aparecen ahora conflictos ver-
del sujeto, por ejemplo a una interven- daderamente inéditos para el discurso del
ción quirúrgica. Bien por la necesaria ac- trabajo. Cuestiones tales como la dona-
ción protectora de los poderes públicos. ción y trasplante de órganos, las inter-
Ahí están los supuestos de protección de venciones que exigen los controles anti-
la salud o del establecimiento de requisi- dopaje en favor de, dice el autor, la salud
tos para las intervenciones corporales au- de los atletas y la limpieza de la competi-
torizadas y, otra vez, de la dimensión de ción deportiva. O, podría decirse, qué
la integridad como derecho de protec- pasa con el boxeo y qué con las pruebas
ción: su concreción normativa en la re- médicas que las compañías de seguros
gulación legal específica de protección exigen para contratar una póliza de vida.
de menores, protección de disminuidos Una vez revisadas todas esas situa-
psíquicos, en especial frente a la esterili- ciones, se exponen los tipos de inter-
zación no autorizada judicialmente, o de venciones en las que el ordenamiento
la mujer contra la violencia de género. permite prescindir del consentimiento
En realidad, la definición de estas po- del sujeto. Pero, antes de la enumera-
siciones individuales relativas acaban ción de rigor, el autor hace una previa
siendo más bien un prolegómeno para sistematización de los requisitos que el
la entrada en el ámbito de la pondera- mismo ordenamiento exige para la legiti-
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midad de tales intervenciones. A saber: dad personal y a no sufrir intervención


«fin constitucionalmente legítimo, princi- alguna sin el consentimiento del titular,
pio de legalidad, jurisdiccionalidad, mo- así como a su protección frente a cual-
tivación de la resolución judicial, princi- quier ataque o riesgo en una sociedad
pio de proporcionalidad» y, como no, un tecnológicamente avanzada» (pp. 288-
requisito escoba de «otras exigencias es- 289). Por eso no es nada sorprendente
pecíficas» (p. 237). A la colaboración en- que el autor concluya advirtiendo algo
tre jueces y profesionales de la sanidad que subyace a todo el desarrollo de su
podría dedicarse un espacio de reflexión, análisis: que todavía faltan muchas im-
puesto que garantes de los derechos a la plicaciones por extraer del derecho a la
vida y la integridad pueden ser, en un integridad.
momento de peligro o urgencia, tanto El capítulo de conclusiones, que re-
unos como otros. Al margen de casos lí- sume en cinco páginas lo más relevantes
mite como esos, y de los de riesgo para en lo que a la conceptuación sustantiva
la salud pública, las clases de interven- del derecho se refiere, insiste en esa idea
ciones que se sitúan en el apartado sin de la integridad como un derecho conso-
consentimiento vuelven a ser las ya co- lidado. Pero también un derecho en
nocidas de pruebas ordenadas judicial- avance y aún por depurar dogmática-
mente. Por último, en el tratamiento de mente. Si, como se ha explicado, su no-
las intervenciones exigidas por las con- vedad como derecho fundamental es más
diciones especiales del régimen peniten- textual que sustantiva, y sus elementos
ciario, la casuística se detiene en distintas más contundentes han sido tradicional-
exigencias de la disciplina carcelaria mente protegidos tanto a través de la
para, no podía dejar se hacerse, terminar prohibición de torturas y tratos degra-
con otro repaso por la jurisprudencia dantes como del derecho penal, lo que sí
constitucional sobre alimentación forzosa es realmente novedoso es la proyección
de reclusos en huelga de hambre. Sería del derecho a la integridad sobre ámbitos
interesante, desde la perspectiva actual, de innovación científica. Novedoso y sus-
ver si el caso de De Juana Chaos podría tantivamente fundamental, pues es ahí
haber aportado nuevas perspectivas o donde cuestiones relativas a los límites
contenidos adicionales a una futura in- que se disciernen a partir del valor de la
terpretación constitucional de estos su- dignidad de la persona, se relacionan y
puestos. Bien en lo que a posiciones ju- entremezclan con las posibilidades de
rídicas relativas se refiere, bien en lo disposición subjetiva del individuo sobre
tocante a las posibilidades de interven- su integridad. Los caminos de la expan-
ción. Quizás dentro de un tiempo. Qui- sión de la integridad como derecho ofre-
zás para una reedición. cen una oportunidad para profundizar,
investigar y renovar, conforme a las ne-
cesidades de los tiempos, el concepto de
4. DERECHO EMERGENTE, DERECHO persona, individuo, sujeto, que sustenta
FORJADO el edificio de un orden constitucional
abierto a una sociedad plural y compleja.
Si para el TC el artículo 15 protege
«la inviolabilidad de la persona frente ata- MIRYAM RODRÍGUEZ-IZQUIERDO
ques o intervenciones no consentidas a SERRANO
su cuerpo o su espíritu» (STC 119/2001), Profesora Ayudante de Derecho
para Raúl Canosa Usera se trata de un Constitucional
derecho «a disponer de la propia integri- Universidad de Sevilla
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* * * and moral integrity of everyone. Due to its


direct connection with the constitutional
ABSTRACT. Is there such a thing as a value of human dignity, this new-named
constitutional right to the integrity of the right may have a lot to say. Specially in a
person? Indeed, Raul Canosa Usera finds time when conceptions of life ar e
it in article 15 of the Spanish Constitution, changing along with scientific and
which includes a reference to the physical technological developments.

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