Sunteți pe pagina 1din 46

Jl\.V l.tK t'l\.Kl'-....

lV
A. FERNÁNDEZ BARREIRO
l'S

HISTORIA

DEL DERECHO ROMANO

YSU
RECEPCION EUROPEA
Sexta edición, revisada

D
~
E.
o
(X.

EL FARO - EDICIONES
MADRID 2002

.l
J.' PARlcro, Historia y fuentes del derecho romano

Primera edición: 1988

Segunda edición: 1992

A. FERNÁNDEZ BARREIRO, La tradición romanística en la cultura juridica

europea

Primera edición: 1992

Reimpr.: 1993

INDICE

J. PARlClO y A. del derecho romano y su recepción

FER"lÁNDEZ BARRElRO, Historia


europea

Primera (tercera) edición: 1995

Segunda (cuana) edición: 1997


Pág.
Quinta edición: 2000

Sexta edición revisada, 2002

Nota preliminar 15
Abreviaturas 17
'.~~

PRIMERA PARTE
HISTORIA Y FUENTES DEL DERECHO ROMANO

1
INTRODUCCION

§ 1. EL DERECHO ROMANO Y SU POSICIÓN EN LA HISTORIA


EUROPEA 23
Reservados todos los derechos. 1.1. Elementos formativos de la cultura jurídica europea
Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse o transmitirse por ningún y tradición romanística 23
procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética, 1.2. Periodización de la historia jurídica romana 27
o cualquier almacenamiento de información y sistema de recuperación, sin permiso

escrito de EL FARO - EDICIONES.


§ 2. FUENTES DEL DERECHO ROMANO 33
2.1. Fuentes de conocimiento 33
2.2. Fuentes de producción normativa. Fuentes de autori­
© J. PARICIO y A. FERNÁNDEZ BARREIRO
EL FARO - EDICIONES. dad y de potestad en el período republicano 34
2.3. Transformaciones en el sistema de fuentes en el Princi­
ISBN: 84-931665-0-2 pado y modificación estructural del sistema en el Do­
Depósito legal: M. 30582.-2002 minado 38

Impreso en España
S. L. Ediciones. Castaiío, 11. Políg. Ind. «El Guijar». 28500 Arganda del Rey 7

L A c;·r ¡\
!,~

......
Pág,
~,
Pág

""';~

§ 3. EL MODELO ROMAl'lO DE DERECHO DE JURISTAS 40 ~ LA~ MAGISTRATURAS 71

3,1. Caracterización general del periodo de derecho 8. 1.1 Imperium y potestas


71

romano 40 8.,;i':; Características de las magistraturas


72

3.2, La elaboración jurisprudencial del Derecho 46 8j~)Las distintas magistraturas


73

':'"\EL SENADO
§ 9.,

77

. 1 "-e"
9.l:"iComposición 77

1I
9.2. \Competencias 78
- ~ -/'
FORMACION DE lAS PRIMEHAS INSTITUCIONES POLlTICAS

y DE LOS FUNDAMENTOS DEL ORDENAMIENTO ]URIDICO

B) DESARROllO Y SISTEMATIZACION DEL DERECHO


EN EL PERIODO REPUBliCANO
§ 4. LA ORGANI7ACIÓN POLÍTICA PRIMJllVA 51

4,1. El período monár rn 51


79

§ 10. lA JURISPRUDENCIA REPUBIlCANA ."""""""."""""".,,,,,,,.,,,,.,,,,,..


4.2, El Senado arcaico 52
79

10,1. De los pontífices a la]urisprudencia laica "":." ... ".".


4,3, Tribus y curias, Los comicios curiados 53
81

10.2. Los últimos juristas republic"anos " ..".".".""""." ... " ..


4.4, El rey
83

10.3. La actividad de los juristas republicanos


Caída de la monarquía y orígenes de la República """,, 55
§ 11. LAS LEYES PÚBLICAS ".. " .. "..".""."... " .. " ..... " .... ,'." ...... "".".. " .. " 85

§ 5. EL DERECHO PRIMITNO """",,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,, 59


11.1. Tramitación y estructura de la ley ... " ......... ", .... ,... " ... 85

5,1. Mores maiorum, Leges regiae """""""""".",,,,,,,,,.,,,,,,,, 59


11.2, Eficacia de las disposiciones legislativas , ..... """.". 87

5.2, La ley de las XII Tablas. Significación y contenido "",.,.. 60


5.3, Evolución del Derecho de la publicación de la
§ 12. PWRAUDAD DE SISTEMAS JURÍDICOS .. """"""""""""""" ........ "" 88

decemviral " .. ", .. ", .. ",.",,,,,, .. ,,,, .. ,, .. ,,,,.,,,,, .. ,.,,,,,,,,,,."" 63


12.1, lus civile .. ".. ,..... ".. ""'" "... ',,,,.,,,, ""'"'''''' "'" ",,,, .. ,,, ,,,. 88

12.2. Ius honorarium .. ",,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,, ... ,,,,,,,,,,.,,,,,, ......... ,,,.


90

12,3, Ius gentium .. ""."."".....""" ..".".""""""",................ "


93

III

DE5,pE EL SIGLO N HASTA LA CAlDA DE LA HEPUBLlCA

N
'A) lA CONSTrIlJCION REPUBliCANA EL PRINCIPADO

§ 6. EL RÉGIMEN po¡jTICO REPUBLICANO, INTRODUCCIÓN 65 ORGANIZACION POU1'ICA

§ 7. ¡LAs ASAi\1BLRAS POPULARES 67


§ 13. REFORMA CONSTITUCIONAL 97

Los comicios centuriados 67


13.1. Crisis de la constitución republicana
97

Los comicios por tribus 69


{ l,3:Z:)EI Principado de Augusto
100

7,3. Los concília plebis 69 )..13~3.\La sucesión en el Principado


102

-8­ 9

--
.I..l.I.>J.I.'-""'~ ...... LL ...... "';."''''' ..." ..<J.J....... ~'\'-'lYlrU,(V 1 .:JU J.:'\..Ijv.c.r\..,¡lVl"f CUI'\vr.lC.l'\.
INDICE

§ l~NSTTTUCIONES POLÍTICAS
Pág.

104

1 § 19. FUENTES DEL DERECHO


Pág.

150

../ 14.i.) Pervívencia de las instituciones republicanas .... "." ... 104
19.1. Transformaciones en la estructura del ordenamiento

14:2; La administración imperial 106


jurídico y en el sistema de fuentes. Leges y iura ".. " 150

14.3": La administración de las provincias 108


19.2. Colecciones no oficiales de rescriptos. Códigos Gre­

goriano y Hermogeniano
155
19.3. La doctrina jurídica post-clásica. Posición de los es­

B) EL DERECHO EN EL PRINCIPADO critos de la Jurisprudencia clásica en el sistema de

fuentes 157

§ 15. FORMAS NORMATIVAS FUNDAl\,\ENTAfiAS EN lA POTESTAD IMPERIAl. ". 111


19.4. La oratio del 7 de noviembre de 426 y la llamada «ley

15.1. Los senadoconsultos 111


de Citas» 160

15.2. Las constituciones imperiales. Los rescriptos 112


19.5. El Código Teodosiano 165

15.3. La redacción definitiva del Edicto 117

§ 20. FORMACIÓN DEL DERECHO DE lA IGLESIA 169

§ 16. LAJIJRlSPRUDENCIA EN EL PRlNCIPAfiO 121


20.1. Fuentes del derecho de la Iglesia 169

16.1. Poder imperial y Jurisprudencia 121


20.2. Reciprocidad de influencias entre el derecho ro­

16.2. Literatura de los juristas del Principado 123


mano y el de la Iglesia 170

16.3. Los juristas de Augusto a Adriano. Sabinianos y pro­


§ 21. DESARROU.O DE lA CUU'URA JURÍDICA EN OCCIDENTE y ORIENTE.

culianos 125
172

VULGARISMO y CLASICISMO
16.4. Gayo 129

21.1. La enseña07.a y la formación de los profesionales del

16.5. Los juristas tardo-clásicos 131


172

derecho
21.2. La legislación y la doctrina jurídica en Occidente y

§ 17. EL DERECHO EN LAS PROVINCIAS 136


175

Oriente
17.1. Aplicación diferenciada del derecho romano " ...... " .. 136

21.3. Vulgarismo y clasicismo como fenómenos jurídico­

17.2. Aplicación del Derecho romano después del edicto

culturales 179

de Caracalla del 212 d.C. 138

§ 22. lA COMPIlACIÓN JUSTINIANEA 181

22.1. Justiniano y su obra legislativa 181

22.2. La primera edición del Codex 184

V
22.3. El Digesto 185

EL DOMINADO 22.4. El método de composición del Digesto 190

22.5. Las Instituciones y la reforma de los planes de es­


§ 18.) ORGANI7ACIÓN POLÍTICA 141
tudio 193

/ 18.1. La nueva constitución política y la división del Im­


22.6. El Codex repetitae praelectionis 195

perio 141
22.7. Las Novelas 196

18.i La administración imperial 144


22.8. La legislación y la doctrina jurídica post-justinia­
18.3. El cristianismo y la organización de la Iglesia 147
nea 197

TAmA CRONOLÓGICA 201

-10 11­
n10-1 V~ LI.C,L -1.1üIU'~'-'l-¡V

SEGUNDA
LA TRADICION ROMANISTICA EN LA CULTURA
I\.VIV1,tU'WV 1 JU I\C\....Cr\....lVl'\1 r .. Ul\lJr.c.n

PARTE
, Il
Pág.

EL PROCESO DE FORMACION DE LOS DERECHOS


]URIDICA EUROPEA NACIONALES EN lA EDAD MODERNA
(SIGLOS XVI A XIX)

I § 4. FACTORES MODIFICATNOS DE lA ORDENACIÓN JURÍDICO-SOCIAL A CO­


EL RENACIMIENTO ]URIDICO MEDIEVAL
MIENZOS DE lA EDAD MODERNA 245
y lA FORMACION DE UN DERECHO COMUN EUROPEO
4.1. Incidencia del absolutismo monárquico en la estruc­
(SIGLOS XII A XV)
tura del ordenamiento
4.2. Repercusiones político-culturales de la revolución pro­
Pág. testante .......................................... . 248
Dimensión nacional del fenómeno del derecho
§ 1. SUPUESTOS CULTURALES Y POLÍTICOS DEL RENACIMIENTO IURIDICO ME­ común 250
DIEVAL 211 4.3.1. Consolidación política del Common ÚlW ......... .. 251
1.1. Significación del fenómeno en la cultura jurídica eu­ 4.3.2. Formación de un derecho común nacional en
ropea 211 Francia 253
1.2. Elementos configuradores de la identidad político-cul­ 4.3.3. El usus modernus pandectarum 255
tural del Medievo 213
§ S. CORRIENTES CULTURALES RENOVADORAS DEL PENSAMIENTO Y DE LA
§ 2. LA TRADICIÓN JURÍDICA ROMANO-CANÓNICA .................................... 216
ORDENACIÓN JURÍDICO-SOCIAL ........................................................ 259
2.1. Asimilación científica del derecho romano-justinianeo.. 216 5.1. El movimiento humanista y el humanismo jurídico ..... 259
2.2. Formación de un sistema de derecho común romano- 5.2. El iusracionalismo, el derecho natural racionalista y la
canónico por obra de la]urisprudencia ......................... 219 filosofía política de la Ilustración .................................... 264
2.3. Difusión del derecho común romano-canónico en el
continente europeo como fenómeno cultural .............. 224 § 6. EL MOVIMIENTO CODIFICADOR Y EL POSITMSMO JURÍDICO . ......... ..... 271
2.3.1. Carácter cultural del fenómeno ........................... 224
6.1. Las codificaciones napoleónicas y su significación polí­
2.3.2. Penetración de la cultura jurídica romanística en tica ..................................................................................... 271
Francia .... .................... ......... ................................... 226 6.2. La Escuela Histórica y el desarrollo de la ciencia ale­
La difusión de la cultura romanística en los rei­ mana del derecho. Prevalencia del movimiento codifi­
nos de la España medieval................................... 228 cador .................................................................................. 277
Incorporación de los territorios alemanes a la
tradición iurídica romano-canónica ..................... 232

§ 3. LA TRADICiÓN JURÍDICA DEL «COMMON LAw» y LA


3.1. Configuración judicial del Derecho inglés 236
3.2. Incidencia de la tradición jurídica romano-canónica en
la formación del derecho inglés 241

-12 13­
Pág.

III

HACIA UN NUEVO DERECHO COMUN EUROPEO

§ 7. RECUPERACIÓN DE VALORES DE IA TRADICIÓN


ROMANíSTICA ....................................................................... ......... 285
7.1. Dimensión jurisprudencia] de] derecho ......................... 285
7.2. Normativídad y componentes sociales del derecho ..... 289
7.3. Reintegración de los derechos nacionales en una cul­
tura jurídica europea común ........................................... 291
NOTA PREliMINAR
II\iTIICE ANALÍ11CO 295
Este volumen, que por su finalidad necesariamente debe ofrecer
unos contenidos muy selectivos, consta de dos partes, cada una de las
cuales tuvo en origen vida independiente con diversas ediciones y
reimpresiones. Al poder contemplarse como históricamente comple­
mentarias, y teniendo en cuenta la on'entación de los nuevos planes de
estudio de la licenciatura jurídica en España, en los que el derecho ro­
mano aparece situado en su dimensión de componente de la cultura
jurídica europea, de la que es punto de partida, pareció oportuno en
1995 reunir los dos libros en un solo volumen.
A lo largo de las sucesivas ediciones los textos originariosfueron ob­
jeto de revisiones y depuraciones, lo que también se ha producido en
esta sexta edición, que presenta además, como las precedentes, una
puesta al día bibliográfica.

Febrero de 2002

-14­ -15­
1
'1
:; I
·~v.\O
:'t' ó
¡;¡' <'?) '1;:.."
'? "~.4
.,<:;'"

ABREVIATURAS UTILIZADAS

ARDE.
Anuario de Historia del Derecho Español (Madrid)
Annali Palermo
Annali del Seminario (;iuridico dell'Universita di
Palermo.
ANRW. Aufstieg und Niedergang der romiscben Welt (Ber­
lin-New York)
Atbenaeum Atbenaeum. Studi di Letteratura e Storia dell'Anti­
cbita dell'Universita dí Pavía
BlDR. Bulletíno dell'Istituto di Diritto Romano "Vittorio
Scialoja» (Roma)
BRETONE, Storia M. BRETONE, Storia del diritto romano (Bari, 1987).
BRUNS, Fontes C. G. BRUNS, Fontes iuris Romani antiqui (fübin­
gen, 1909).
CANNATA, Histoíre 1 C. A. CANNATA, Histoíre de la Jurisprudence euro­
péenne. 1: La Jurisprudence romaine (forino,
1989).
CANNATA, Storia 1 C. A. CANNATA, Per una storia della scienza giuri­
dica europea, 1. Dalle origini all'opera di La­
heone (forino, 1997).
CAVANNA, Storia A. CAVANNA, Storia del diritto moderno in Europa
(Milano, 1982).
C]. Codex lustinianus: § 22.1.
Codificazione AA. W., La codificazione del diritto dall'antico al
moderno (Napoli, 1998).
Collatio Collatio legum Mosaicarum et Romanarum: § 19.3.
Collectio P. KRÜGER, Th. MOM."1SEN, G. STUDEMUND, Cóllectio ti·
hrorum iuris anteiustiniani in usum scholarum,
3 vols. (Berlín, 1878-1890).
Consultatío Consultatio veteris cuiusdam iurisconsulti: § 21.2.
C.Th. Codex Tbeodosianus: § 195.
COING,Derecbo privado H. COING, Derecho Privado europeo, 2 vols., trad.
europeo esp. de A. Pérez Martín (Madrid, 1996).

-17
B. Digesta Iustiniani Augusti: § 22.1. PARlCIO, Valor ]. PARIClO, Valor de las opinioneSjurisprudenciales
DE MARTINO, Costitu­ F. DE MARTINO, Storia delta costituzione romana, en la Roma clásica (Madrid-México, 2001).
zione 2 5 vols. más índices, 2." edición (Napoli, 1972­ Pau/i Sententiae Pauli Sententiae: § 19.3.
1975). RAINER, Einführung J. M. RAINER, Einführung in das romische Staats­
EdD. Enciclopedia del Diritto (Milano). recht. Die Anfange und die Republik (Darmstadt,
FERNÁNDEZ BARREIRO, A. FERNÁNDEZ BARREIRO, Derecho común y derechos 1997).
Derecho común nacionales en la cultura jurídica europea RE. Paulys Realenzyclopadie der classischen Alterturns­
Coruña, 1991). wissenschaft (Stuttgart).
FIRA S. RICCOBONO, G. BAVIERA, C. FERRINI, G. FURIANI, RlID. Revue historique de droit franqais et étranger (Paris).
V. ARANGIo-RuIz, Fontes iuris Romani anteiustí­ RlDA Revue internationale des droits de I'Antiquíté (Bru­
niani, 3 vols. (Firenze, 1940-1943). xelles).
Vat. Fragmenta quae dicuntur Vaticana: § 19.3. RISG. Rivista italiana per le scienze giuridiche (Roma).
GABBA-MANTOVANI, In­ E. GABBA, D. FORABOSCHl, D. MANTOVANI, E. LO C.'\SCIO, RUe. Revista de la Facultad de Derecho de la Universi­
troduzione 1. TROIANI, Introduzione alta Storia di Roma (Mi­ dad Complutense (Madrid).
lano, 1999; reimpr. 2000). SCDR. Seminarios Complutenses de derecho romano (Ma­
Gai.
Gaius, Institutionum commentarii IV: § 16.4. drid).
GUARINO, Storia 8
A. GUARINü, Storia del dirítto romano, 8." edición SCHULZ, History F. SCHULZ, History ofRoman Legal Scienze (Oxford,
(Napoli, 1990). 1946; reimp. 1953).
1. Institutiones Iustiniani: § 22.1. SDHl.
Studia et documenta historiae et iuris (Roma).
Iura Iura. Rivista internazionale di diritto romano e an­ Studi Parrnensi
Studi Parrnensi, Ist/tuto giuridico dell'Universita di
tico (Catania). Parrna.
jR,S: journal ofRoman Studies (London). Tij.
Tijdschrift voor Rechtsgeschíedenís. Revue d'hís­
KAsER, Geschichte 2 M. K-\SER, R6mische Rechtsgeschichte, 2. edición toire du droit. The legal history review (Leiden).
(Gottingen, 1967). Tit. Ulp. Tituli ex corpore Ulpiani: § 19.3.
KAsER, Rechtsquelten M. K'lSER, R6mische Rechtsquellen und angewandte WESENBERG-WESENER, His­
G. WESENBERG y G. WESENER, Historia del derecho pri­
juristenmethode (Wien-Koln, 1986). toria vado moderno en Alemania yen Europa, trad.
KOSCHAKER, Europa P. KOSCHAKER, Europa y el derecho romano, trad. esp. esp. (de la 4." ed. alemana, Wien-Kóln-Graz, 1985)
deJ. Santa Cruz Teijeiro (Madrid, 1955). de J. J. de los Mozos Touya (Valladolid, 1998).
KUNKEL, Herkunft W. KUNKEL, Herkunft und soziale Stellung der ro­ F. WIEACKER, Privatrechtsgeschíchte der Neuzeit,
WIEACKER, Privatrechts­
miscbenjuristen (Weimar, 1952; reed. Graz - Wien - geschichte 2." edición (Gottingen, 1967).
Kóln, 1967). WIEACKER, Rom. Rechts­F. WlEACKER, Romische Rechtsgeschichte, vol. 1 (Mün­
KUNKEL, Die Magistra­ W. KUNKEI. (y R. WlTIMANN), S'taatsordnung und geschichte 1 1988).
tur S'taatspraxis der R6mischen Republic, 2: Die Ma­ ZSS. Zeitschrift der Savigny-Stiftung für Rechtsgeschichte.
gistratur (München, 1995). Romanístische Abteilung (Weimar).
Labeo
Labeo. Rassegna di diritto romano (Napoli).
Líneamenti 2
AA. VV., Lineamenti di storia del díritto romano,
2.' edición (Milano, 1989).
I.DMIJARDl, Saggio 1. LOMBARDI, Saggio sul diritto giurisprudenziale (Mi­
lano, 1967).

NNDl. Novissirno digesto italiano (Torino).

Nov.
N01Jellae Iustiniani: § 22.1.

ORESTANO, lntroduzione
R. ORESTANO, Introduzione alto studio del diritto ro­
mano (Bologna, 1987).
PARlCIO, juristas J. PARleIO, Los juristas y el poder politico en la anti­
gua Roma, 2.' edición (Granada, 1999).

18 - 19­
r

mu?s". rr U 7 al fI

~~
r¡....¡
"t:
u~ 1-;
~
.....
t:r.10 ~
~
~~
$.

~~

~
""'1
""O
h:
~
Ol-Ij e;......
~C
Ot:r.1
n
...... ~
o ~

~~

;...,;
tt:
O
1
INTRODUCCION

§ 1. EL DERECHO ROMANO Y SU POSICION


EN LA HISTORIA JURIDlCA EUROPEA

1. Elementosfonnativos de la cultura jurídica europea y tradicián


romanística.-2. Periodización de la bístoriajuridica romana.

1.i. Elementos formativos de la cultura jurídica europea


y tradición romanística

Una de las manifestaciones más características de la genuina cul­

tura política occidental es, sin duda, la configuración de la vida comu­

nitaria en forma de sociedad civil basada en un orden jurídico social­

mente legitimado. Esta concepción tiene su origen histórico en los

;':1' supuestos intelectuales que conducen a realizar en la polis el

ideal de vida comunitaria que tiende a hacer del ciudadano el sujeto

\
de su propio destino cívico, frente al modelo antagónico representadü
en ese momento por las monarquías orientales, en las que prevalece
la exaltación de los soberanos y la fundamentación metafísica de la
colectiva. La civitas romana continúa el ideal de la polis griega, al
ser Igualmente una comunidad ciudadana jurídicamente organizada,

r\
basada en la primacía de la sociedad civiL

23

·1
§ 1 HISTORIA DEL DERECHO ROMANO Y SU RECEPCION EUROPEA INTRODUCCION li ~

La cultura jurídica occidental presenta también como elemento el latín de la ley de las XII Tablas. La palabra derectum, de la que deova la de­
específico la figura del jurista, que constituye un tipo profesional de­ nominación empleada en las distintas lenguas romances, aunque es también
flnido por su conocimiento del orden jurídico socialmente aceptado un antiguo vocablo latino, pasa a significar derecho tan sólo desde el siglo N
d.C., probablemente por influencia popular; a panir del siglo VI el término
como vigente, pero que adopta ante el mismo una actitud reflexiva y derectum prevalece sobre el vocablo ius, que es completamente desplazado
creadora, formulando propuestas de nuevos criterios normativos y por el pomero desde el siglo IX. La preferencia por el término derectum en
propiciando la renovación del orden jurídico en función de las exi­ el lenguaje vulgar tardo-romano tiene su fundamento en la idea moralizante,
gencias de la realidad social. El jurista es, pues, una figura intermedia de inspiración judea-cristiana, de que la conducta justa es la que sigue el ca­
mino recto; de todos modos, la palabra se encuentra también culturalmente
entre el mero práctico del derecho (íuris peritus) yel fllósofo del de­
presente en la representación simbólica de la justicia mediante la balanza,
recho; éste tiende a proyectar su influencia social por vía especulativa que aparece en el antiguo Egipto, de modo que derectum vendría a expresar
en la transformación general del orden jurídico en su conjunto, mien­ la posición del fiel en el centro y en sentido venical, con la que derectum se­
tras que el jurista opera constructivamente a partir del mismo para ría lo totalmente recto.
acomodarlo a los problemas concretos que se presentan en la aplica­ En la única definición de ius que conocemos, debida al jurista Celso
ción del derecho. (D, 1.1.1 pr.), se dice que ius est ars boni et aequí, es decir, «el arte (no "la
técnica", como a menudo se suele traducir) de lo bueno y de lo justo»; según
De entre todos los pueblos de la Antigüedad, tan sólo en Roma se los datos de que disponemos, fue precisamente este juosta quien utilizó jun­
dieron las condiciones culturales precisas para la formación y de­ tos, por primera vez, los vocablos bonum y aequum en sus escritos; tal bi­
sarrollo de un ordenamiento jurídico técnicamente elaborado por ju- • nomio, frecuente a partir de él, no consta en los juristas anteriores al siglo II
ristas. Ello se produjo en el ámbito del derecho privado, debido a su .. d.C. (sí consta antes, en cambio, el comparativo aequius melius [D. 24.3.66.7
YD. 46.3.82], pero siempre a propósito de la actio reí uxoriae, en cuya fór­
consideración como un orden esencialmente interindividual, que los mula figuraban tales palabras); el término bonum lleva implícita la idea de
órganos investidos de potestad política se limitaban a tutelar, sobre conveniencia moral, y el vocablo aequum debe entenderse en el sentido am­
todo a través de la garantía de la protección jurisdiccional. Razones plio de «lo justo». En la cultura jurídica romana no existe contraposición entre
históricas determinaron la estructuración del sistema judicial en el pe­ íus y aequitas; la equidad romana no coincide, al menos en la época clásica,
ríodo republicano sobre la base de jueces legos, es decir, sin conoci­ con la epíeikeía aristotélica (entendida ésta, según Aristóteles, como correc­
tora de la ley, o, en último término, como correctora del derecho: Ethíca Nic.
mientos técnico-jurídicos, situándose los juristas como sector profe­ 5.10); cuando un jurista romano utiliza la expresión aequum est quiere indi­
sional socialmente reconocido para desempeñar la función de car que, en su opinión, ese es el derecho en el caso concreto. En época post­
formular los criterios normativos conforme a los cuales habrían de re­ clásica aumentaron las acepciones de aequitas, y a ese período debe corres­
solverse los conflictos de intereses entre los particulares; de este ponder la noción de aequitas como correctora del ius.-Palabra
modo, la función del juez es la de declarar el derecho en el caso con­ emparentada con ius es iustitia, virtud que inclina a dar a cada uno lo suyo,
y que aparece en la definición de Ulpiano (D. 1.1.10 pr.) como constans et
creto (ius dícere), pero tal declaración debe acomodarse a los crite­ perpetua vo/untas ius suum cuique tribuendi: «voluntad constante y perpe­
rios normativos formulados por los juristas (iun's prudentes), de ma­ tua de dar a cada uno su derecho»; la justicia y la prudencia son las virtudes
nera que el juez viene a actuar en el ejercicio de su función como más características del derecho y de la función jurisprudencia!.
destinatario de una norma jurídica extraída del conjunto del ordena­
miento, al que se encuentra vinculado, Frente a la fisonomía que presentan otras culturas, tanto antiguas
como modernas, en las que derecho y religión constituyen esferas no
diferenciadas, la cultura jurídica romana, merced a la elaboración ra­
El término utilizado por los juristas romanos para expresar la idea de de­
recho, tanto en el aspecto objetivo de ordenamiento jurídico como en el sub­ cionalizadora de la]urisprudencia, aporta desde antiguo una concep­
jetivo de facultad, es el de ~ se trata de un vocablo de uso antiquísimo y ción civil y laica del derecho. La componente ética con que el derecho
con claras originarias connotaciones religiosas, frecuentemente empleado en es percibido por la]urisprudencia no se traduce en una confusión en­

-24­ JI 25

· ~ t/.~·".I
• I
• í

.
U'lll'\VUU'--\...lUf~ li' ¿

tre derecho y moral, sino en la elaboración de una ética jurídica au­ cial, que sitúa al derecho en una dimensión cultural de naturaleza téc­
tónoma, que opera como fundamento de las relaciones jurídicas y nico-científica y, por tanto, no identificable con una concepción del
sirve también de criterio en la aplicación del derecho. Esta dimensión mismo reducida al formulado por vía legislativa o al originado por
ética permitió también a la Jurisprudencia superar la concepción for­ cauces consuetudinarios. El punto inicial de referencia de esa tradi­
malista del más antiguo derecho civil, lo que vino favorecido por la ción jurisprudencial está, de todos modos, constituido por la primera
adopción del método casuístico en el tratamiento de los problemas formulación general del orden jurídico que recoge la ley de las XII Ta­
jurídicos, que permitió la orientación del ordenamiento en su con­ blas (de mediados del siglo Va.e.: § 5.2), a partir de la cual se de­
junto hacia un sistema de soluciones justa,> tipificadas en forma de cri­ sarrolla un modelo de ordenamiento jurídico en el que progresiva­
terios normativos aplicables a situaciones en las que pueda apreciarse mente ocupa la Jurisprudencia un papel protagonista; la experiencia
la concurrencia de los mismos supuestos de hecho. Esta actitud me­ jurídica que ofrece ese modelo de ordenamiento, con diversas va­
todológica, que hacía posible la adaptación permanente del ordena­ riantes derivadas de los cambios que se producen en la ordenación
miento jurídico a las exigencias de la realidad social, pudo desarro­ social, se mantiene hasta mediados del siglo III d.e.; desde este mo­
llarse en el ámbito de un sistema procesal abierto a la concesión de mento histórico, la experiencia jurídica romana ofrece un modelo de
tutela jurisdiccional a nuevas propuestas de solución técnica de con­ ordenamiento en el que el protagonismo de la Jurisprudencia crea­
flictos de intereses formulada,> por la Jurisprudencia. dora desaparece y queda suplantado por el de la legislación, presen­
tándose el derecho como una ordenación autoritaria del poder polí­
La referencia originaria del ius al ámbito de las relaciones de derecho pri­ tico. La Compilación que en la primera mitad del siglo VI d.e. ordenó
vado constituye tan sólo un punto de partida para el tratamiento racionaliza­ llevar a cabo el emperador Justiniano (§ 22) responde a ese modelo,
dor de las demás relaciones sociales. Especialmente temprana fue la raciona­ pero su parte más importante, el Digesto, hizo posible la conserva­
lización de las prescripciones pertinentes a los ritoS religiosos, que ción de una selección de la literatura jurídica elaborada por la Juris­
constituyen el ius divinum, pero más adelante el término ius se extiende
también al ámbito criminal, fiscal, militar, político, etc., y en el plano proce­
prudencia romana. Sobre esa base se inicia desde comienzos del si­
sal se opera la misma extensión con el término iurisdictio. Con ello, laJuris­ glo XII la formación de la tradición romanística occidental y se
prudencia lleva a cabo un esfuerzo de racionalización de las diversas esferas establecen los fundamentos de una cultura jurídica europea común.
de las relaciones sociales, tanto privadas como públicas, que el desarrollo
posterior de la cultura jurídica y política contribuirá a integrar en el orden
rídico general.
1.2. Periodización de la historia jurídica romana
La dimensión ética del derecho aparece formulada con carácter general
por Ulpiano (D. 1.1.10.1) en estos tres preceptos (tria iuris praecepta): vivir La historia jurídica romana se desarrolla bajo la sucesión de cua­
honestamente, no perjudicar al prójimo y dar a cada uno lo suyo (honeste vi­
vere, alterum non laedere, suum cuique tribuere).-De la concepción anti­ tro formas distintas de organización política: Monarquía, República,
formalista constituye un reflejo la idea de que todo el derecho homínum Principado y Dominado.
causa constitutum est: «ha sido constituido por causa de los hombres» (Her­
mogeniano, D. 1.5.2). La distinción entre derecho y moral se encuentra for­ a) El periodo más antiguo presenta forma monárquica (753-509 a.c.),
mulada en Paulo (D. 50.17.144 pr.): non omnequod /icet hone!>1um est: «no atenuada por el carácter electivo de la figura del monarca y la presencia de
todo lo que es lícito es honesto». instituciones de composición aristocrática (SenadQ) y dem~crát!gLC<;Q1lli:
c:i(~~) de participación en la vida política (§ 4 ss.).

b) A la monarquía sigue el período constitucional republicano (509-27


La aportación del derecho romano a la cultura jurídica europea se a.C.), que alcanza su momento de equilibrio en el siglo IV a.c. cuando se pro­
encuentra fundamentalmente vinculada a su tradición jurispruden­ duce un compromiso socio-politico entre el sector aristocrático y el popular

-26­ 27 ­
}f ... .L.L.LoJ.L'-.J'.l'\..LCl. .L/.lj.... .L......L:.n..LA....L.L'-.J' n.'-.J'1".l.l'"lJ.~'-.J' • JU 1\.C\....r..r\....lVl~ r..Ul\vrI'.f'\

(§ 6 ss.); el poder político se distribuye entre diversas magistraturas tempo­ año 476, pero se fortalece en la parte oriental (separada definitivamente de
rales y colegiadas, cuyo reconocimiento social deriva de la elección efectuada Occidente desde la muerte de Teodosio 1, el año 395), donde sobrevive hasta
por el pueblo en asamblea, donde reside la última referencia legitimadora la caída de Constantinopla en el año 1453.
(maiestas) del poder político y del propio orden jurídico, expresado en
forma de leyes que el pueblo aprueba a propuesta de los magistrados con im­
perium. El equilibrio de la constitución republicana se completa con el Se­ Una periodización que tome como punto de referencia elementos
nado, dotado de autoridad (auctoritas) política, y compuesto por ex-magis­
de naturaleza político-constitucional es la más correcta para la exposi­
trados; el Senado viene a constituir el órgano estable de gobierno, frente al
carácter temporal de las magistraturas, e imprime a la organización política ción del derecho público, pero resulta insuficiente para la del derecho
republicana un signo prevalentemente oligárquico. privado. Si se tiene en cuenta que el c()rnponente jurisprudencial es el
e) El momento de apogeo de la constitución republicana se sitúa en la
elemento culturalmente más característico del derecho romano y de la
segunda mitad del siglo III a.c., pero en el siglo siguiente se inicia ya su cri­ tradición jurídica romanística, la periodización de la historia jurídica
sis, y paulatinamente se plantea el problema de encontrar una nueva forma romana parece que debe hacerse tomando como punto de referencia
de organización política idónea para administrar un conjunto de entidades principal la relevancia de ese componente en los diversos momentos
nacionales y territoriales de diversa composición cultural, que progresiva­ históricos. El carácter evidentemente convencional de las fechas utili­
mente habían ido siendo incorporadas a la administración republicana. El
Principado (27 a.C.-235 d.C.), instaurado por Augusto (27 a.C.-14 d.C.) y con­ zables para esa periodización les confiere un mero valor referencial,
solidado por sus sucesores, vino a sustituir a la antigua constitución política cuya entidad se encuentra en situar en torno a cada una de ellas los
republicana (§ 13 ss.). elementos en los que pueden verse puntos de inflexión en cuanto a las
El Principado se presenta en el plano político como una aparente res­ transformaciones de la estructura del orden jurídico. Por lo demás,
tauración de la tradición republicana, perturbada especialmente en el pe­ debe tenerse en cuenta que las periodizaciones son siempre relativas
ríodo de guerras civiles del siglo I a.C.; sin embargo, el régimen político evo­ y elásticas; entenderlas como rigurosas estaría fuera de lugar.
luciona desde los primeros momentos hacia una progresiva concentración
del poder civil y militar en la figura del Príncipe, que acumula la potestad (im­ Cabe denominar época antigua a la comprendida entre el año
perium) de las magistraturas, reflejada en el título de imperator; una nueva 754 ó 753 a.c., en que la tradición sitúa históricamente la fundación
auctoritas Principis se superpone a la auctoritas patrum que correspondía de Roma como civitas, y mediados del siglo II a.c. Los aconteci­
al Senado; la maiestas Principis supone también la asunción de un elemento
político que la constitución republicana reservaba al populus; todavía hay
mientos más significativos en el ámbito jurídico en esta época son:
que agregar la concentración en la figura del Príncipe de la jefatura religiosa, ante todo, la promulgación (§ 5.2) de la ley de las XII Tablas (451­
a través del título de pontifex maximus. Por lo demás, el ejército y la buro­ 449 a.c.), de donde parte la formación del ius civile, en cuyo des­
cracia tienden a convertirse en los soportes del poder político y de la admi­ arrollo interviene ya la más antigua Jurisprudencia, vinculada pri­
nistración. La fuerza atractiva de la romanidad se manifiesta en la aceleración mero al colegio pontifical y convertida después paulatinamente en
del proceso de concesión de la ciudadanía a comunidades no romanas, hasta
que en el año 212 un edicto de Caracalla la atribuye con carácter general a to­ una actividad profesional laica (§ 10.1); otro momento importante
dos los habitantes libres del Imperio. es la creación, en el año 367 a.c., de la magistratura del pretor ur­
bano (§ 8.3 Y 10.2), con atribuciones para la administración de justi­
d) El Principado llega a su término con Alejandro Severo (222-235
d.C.), a cuya muerte se produce un largo período de anarquía militar que su­ cia en el ámbito del derecho privado, lo que le permite conducir el
pone la crisis del régimen instaurado por Augusto. La forma política que lo desarrollo de este derecho en relación con los medios procesales de
sustituye recibe el nombre de Dominado (§ 18 ss.), donde desaparece ya todo la jurisdicción ordinaria; por último, la creación del pretor pere­
vestigio de la antigua tradición republicana y el poder se hace autocrático. La grino en el año 242 a.c., con competencias para administrar justicia
instauración del nuevo régimen fue llevada a cabo por Diocleciano (284-305)
y consolidada por Constantino (307-337). Esta forma de organización política
en asuntos de derecho privado cuando al menos uno de los litigan­
se mantiene en la parte occidental del Imperio hasta la caída de Roma en el tes no sea ciudadano romano, constituye también un momento re­

- 28­ - 29­
levante para el desarrollo del ius gentium, que se convierte en un cho privado y genera una importante producción literaria. Parece conve­
sistema de derecho privado común. niente, sin embargo, distinguir tres subperíodos dentro de la época clásica.

El último tercio del siglo II a.e. puede servir para situar el mo­ a) La primera etapa clásica (por muchos denominada «pre-clásica»)
coincidhia en el ámbito político con el siglo de crisis de la Repóblica (§ 13.1),
mento histórico inicial de la época clásica del derecho romano, que donde desarrollan su actividad juristas tan relevantes como Quinto Mucio Es­
se prolonga hasta el 235 d.C., cuando cae la dinastía de los Severos. En cévola, Aquilio Galo, Servío Sulpicio Rufo y los discípulos de éste.-b) El pe­
la segunda mitad del siglo II a.e. se encuentran ya plenamente conso­ ríodo que comprende desde Augusto a Adriano (27 a.C.-138 d.C.) puede ca­
lidadas la" dos magistraturas con potestad jurisdiccional, es decir, el lificarse como etapa clásica central; se corresponde con el comienzo y
pretor urbano y el peregrino, y el orden jurídico de derecho privado apogeo del Principado, donde cabe encontrar a los más eminentes juristas
romanos (l.abeón, Sabino, Juliano, etc.); en esta época el método ca­
se presenta estructurado por la conjunción del antiguo sistema del ius suístico jurisprudencial alcanza su momento de mayor perfección técnica y
civile, el posterior tus gentium, y el tus honorarium, constituido éste operati\';.dad práctica. Con el Principado se inicia también la integración de la
por el sistema de acciones y otros recursos procesales progresiva­ actividad jurisprudencial en el ámbito de la administración; Adriano conso­
mente acumulados en los edictos de los magistrados (§ 12.1 a 3). lida una primera organización administrativa de corte burocrático, en la que
jos los juristas, y con este emperador se produce también,
hacia el año 130 d.C., la codificación del Edicto pretorio (§ 15.3), que queda
Estos medios procesales son muchas veces de directo origen pretorio, agotado como cauce de introducción de innovaciones en el ordenamiento
pero en el Edicto se recogen también otros procedentes del ius civile y del jurídico privado.-c) Como etapa clásica tardía puede considerarse a la que
tus gentium, por lo que el edicto de los magistrados viene a asegurar la co­ comprende desde la Jurisprudencia posterior a Adriano hasta la de la época
ordinación general del orden jurídico, proporcionando, además, su desarro­ de los Severos d.C.); se trata de un período donde se aprecia una
llo por vía procesal y sólo secundariamente por el cauce de la legislación. tendencia sistematizadora en la actividad jurisprudencial, que tiene menor
creatividad que la del período anterior; los juristas má..., importantes de esos
También se produce hacia el año años son Papiniano, Paulo y Ulpiano.
miento de un nuevo procedimiento, denominado formulario (§
que va a ser el propio del período clásico, y que se vinculado Suele denominarse época post-clásica al período convencional­
a la jurisdicción pretoria y a los edictos de contenido de los mente comprendido entre el año 235 y el 527 en que accede al poder
magistrados. Además, en la segunda mitad del siglo II a.e. se encuen­ Justiniano, que coincide en el ámbito político con la forma de organi­
tra ya presente un significativo grupo de juristas (§ 10.2), artífices de zación constitucional que llamamos Dominado. El ordenamiento jurí­
una producción literaria que sirve de fundamento a la '~M-l;~;A. dico evoluciona en este período de acuerdo con los supuestos de
prudencial posterior. concentración del poder en la potestad imperial, una de cuyas mani­
El año 235 d.e., según se ha indicado, puede tomarse como fecha festaciones es la configuración del derecho como una ordenación au­
convencional para el término de la época clásica. En efecto, a media­ únicamente legitimada por la voluntad del titular supremo
dos del siglo III se produce la desaparición de la Jurisprudencia crea­ poder político; la ley tiende, por ello, a convertirse en la única
dora y de la producción literaria propia de la misma; por otro lado, el fuente creadora del derecho, y la Jurisprudencia pierde su posición
ordenamiento jurídico tiende a presentar ya de manera clara una es­ mediadora entre el orden jurídico y la aplicación del derecho.
tructura unitaria, en correspondencia con las transformaciones ope­ El la desaparición de la Jurisprudencia creadora se
radas en ese mismo sentido en el plano político. acentúa en la occidental del Imperio por la decadencia de la
Durante este período clásico, convencionalmente comprendido entre tura jurídica, pero es propio también del desarrollo del derecho en
los decenios finales del siglo 11 a.c. y la primera mitad del siglo III d.C., laJu­ Oriente. En aunque en la parte oriental se produzca desde el
risprudencia ocupa una posición de protagonismo en el desarrollo del dere­ siglo V una evidente revitalización de la ciencia jurídica, vinculada a

-30­ 31
los centros de enseñanza del Derecho de Berito y Constantinopla, la Periodización de la historia jurídica romana: A. D'ORS, en Labeo 10
posición de esa]urisprudencia en el orden jurídico carece de la rele­ (1964), pp. 116 SS.; KAsER, en Labeo 17 (1971), pp. 201 ss.; ORESTANO, en Di­
rilto. Incontri e scontri (Bologna, 1981), pp. 211 SS.; WlEACKER, Rom. Rechts­
vancia propia del período clásico y, sobre todo, no desempeña la fun­
geschichte I, pp. 19 SS.; Storia 8 pp. 37 SS.; IGLESIAS, Espíritu del de­
ción creativa que corresponde al sector profesional de los juristas en recho romano 2 (Madrid, 1991), pp. 62 SS.; BRETONE, 11 «classico»: come
los modelos jurisprudenciales. inlenderlo?, en Diritto e tempo nella tradizione europea, 2. a ed (Roma-Bari,
1999) pp. 179 ss.
La Compilación de ]ustiniano (527-565) permitió la conservación
de la tradición jurisprudencial romano-clásica, así como de buena
parte de la legislación imperial; pero la Compilación justinianea cons­ § 2. FUENTES DEL DERECHO ROMANO
tituye también, y sobre todo, la exposición de un orden jurídico lega­
lista, en el que el derecho de origen jurisprudencial es incorporado 1. Fuentes de conocimiento.-2. Fuentes de producción norma­
tiva. Fuentes de autoridad y de potestad en el período republi­
legislativamente al ordenamiento jurídico en función de la legitimidad cano.-3. Transformaciones en el sistema defuentes en el Princi­
derivada de una voluntad política autoritaria y soberana. pado y modificación estructural del sistema en el Dominado.

La tradición romanística y la historia de la cultura jurídica europea supo­


nen la armonización de los elementos contradictorios de un legado cultural 2.1. Fuentes de conocimiento
en el que aparecen fusionados componentes autoritarios del orden jurídico
y político con el producto de la creatividad de una Jurisprudencia que sólo El derecho romano, como cualquier derecho histórico, y al igual
puede desarrollarse en un ámbito de libertad jurídica y de respeto a la auto­
nomía del derecho.
que las demás disciplinas históricas, se apoya para su conocimiento
en la documentación conservada que proporciona información sobre
Aunque la periodización esbozada es tenida en cuenta en la presente los elementos normativos del período al que se refiere la historia ju­
exposición, la sistemática general de la obrd, al no referirse sólo al dere­ rídica romana, pero también en la relativa a la aplicación del derecho
cho privado, tiende a adecuarse a la evolución político-constitucional. y otros componentes relevantes para la comprensión del fenómeno
jurídico. Tal variada documentación constituye un testimonio histó­
rico y permite el conocimiento del derecho, merced al tratamiento
BIBLIOGRAFIA científico de esos materiales.

IHERING, Gelst des rómischen Rechts 5 (1891-1899; reimp. Aalen, 1968); Desde el punto de vista jurídico presentan especial importancia
SCHUIZ, Prinzlpien des rómischen Rechts (München, 1934; trad. esp. Princi­ fuentes de conocimiento que afectan directamente al derecho, y
pios del derecho romano, de M. Abellán, Madrid, 1990); GUARINO, S.V. Equíta, que reciben el nombre de fuentes jurídicas; la documentación de ca­
en NNDI. 6 (1960); CRUZ, Ius Derectum (Directum) (Coimbra, 1971; reimp. rácter literario, lingüístico, histórico, etc., integra el conjunto de fuen­
1974); BISCARDI, Riflessioni minime sul concelto dí «aequita.<;», en Studi Do­
tes extrajurídicas, y tienen también relevancia, no sólo porque a veces
natuN 1 (Milano, 1980); SILLI, «Aequitas» ed «epieikeia» nella legislazione
giustinianea, en SDHI. 50 (1984), pp. 281 ss.; CERAMI, La concezione celsina aportan datos relativos al derecho de inestimable valor, sino porque
del «ius», en Annali Palermo 38 (1985), pp. 7 ss.; ORESTANO, Introduzione mediante ellas podemos conocer mejor las condiciones con que na­
(fundamental); IGLESIAS, Espíritu del derecho romano 2 (Madrid, 1991); CE­ cen o actúan las normas.
RAMI, Giurisprudenza-Scienza giuridica nel diritto romano, en Digesto N,
vol. IX Civile (forino, 1993), pp. 3 SS.; VOCI, <qtrs boni et aequi», en Index 27
Las fuentes conservadas constituyen el fundamento de cualquier investi­
(1999), pp. 1 ss.
gación romanística, basada en el análisis crítico de los textos y de su conte­
Sobre la tradición romanística europea: infra pp. 207 ss. nido, situándolos en el momento histórico correspondiente. En ello consiste

32­ -33
.. -
básicamente el método histórico-crítico, que continúa siendo indispensable nistración provincial constituye una atribución propia de la magistra­
como garantía de rigor y credibilidad científica, aunque puede y debe ser
completado con otros métodos. tura; a este tipo de leyes pertenecen los ordenamientos tardo-repu­
blicanos para municipios y colonias y las concesiones de la ciudadanía
a determinadas personas. A las leyes comiciales se equiparan los ple­
biscitos (§ 7.3).
2.2. Fuentes de producción normativa. Fuentes de autoridad Junto a las leyes son también fuentes de potestad los edictos
y de potestad en el período republicano (edicta) dados por los magistrados. Reciben esta denominación los
bandos o notificaciones que los magistrados dirigían al pueblo; anti­
guamente eídn orales, pero luego adoptaron forma escrita, a efectos
la estructura del sistema de fuentes de producción del derecho
de su exposición pública. P'dra el derecho privado tienen relevancia
aparece configurada desde el penado republicano sobre la base del
los edictos de los pretores y también los de los ediles.
reconocimiento de dos ámbitos normativos: el de la potestad (potes­
tas) yel de la autoridad (auctoritas). Se refIere el primero a las dis­
posiciones que proceden de un poder socialmente reconocido como En Cicerón (H in Verrem, 1.42.109), en relación al año que duraba en su
legítimo, y el segundo a las aportaciones al orden jundico formuladas cargo el magistrado, se indica que el edicto pretorio podría calificarse como
por la Jurisprudencia, en virtudde la legitimidad derivada del reco­ lexannua.
nocimiento social de un saber en cuanto a la técnica de aplicación del
derecho y al conocimiento del mismo.
Desde el punto de vista de la estructura interna del ordenamiento
jundico, el período republicano muestra que la legislación ocupa una
En la organización republicana corresponde la potestad a los magistrados posición no prevalente como cauce para la creación del derecho pri­
elegidos por el pueblo. Cuarrdo la potestad es máxima recibe el nombre de vado; de los centenares de leyes y plebiscitos que conocemos pro­
imperium, término éste que quizá SC'd, junto al de auctoritas, el más signifi­ mulgados en este período histórico, apenas llegan a treinta los que se
cativo del léxico constitucional romano; ese imperium o poder supremo
sólo lo ostentan los cónsules y pretores, y en circunstancias excepcionales
refieren a materias privatísticas. El carácter secundario de la legisla-
también los dictadores. Los demás magistrados tienen simple potestas, no en el plano cuantitativo, supone que el desarrollo del derecho
imperium. privado discurre por cauces diferentes. la ley ocupa, en cambio, una
posición de protagonismo en el campo del derecho público, espe­
cialmente en la ordenación constitucional y en el de las relaciones
Fuente principal de potestad es la ley (/ex). la palabra ¡ex tiene el internacionales, pero también cuando se trata de adoptar medidas or­
significado general de declaración dictada por quien tiene potestad, ganizativas de carácter administrativo o de relevancia económico-so­
pero puede requerir la aceptación de quien la recibe; así ocurre con cial, e igualmente cuando se persigue la tipificación de conductas an­
la lex.p.ub.lica propuesta por dmagistradQ y aprobada por el pueblQ tisociales, que llevan aparejadas una sanción penal de carácter
(§ 11.1), pero también la !ex.privata, establecida en un determinado La incidencia de la legislación en el ámbito del derecho pri­
negocio jundico por un particular, pero aceptada por la otra parte ne­ vado se produce por exigencias derivadas de la relación del mismo
gociante. Cuando la ¡ex publica es dictada sin la expresa aprobación con la esfera del derecho público y la necesidad de introducir refor­
popular aparece como h"data; en la organización política republi­ mas o innovaciones tendentes a corregir el orden jurídico tradicional
cana tal facultad podía ser atribuida a los magistrados con imperium para adaptarlo a las transformaciones de la realidad político-social;
en virtud de una autorización comicial, pero en el ámbito de la admi­ desde este último Dunto de vista, es significativo que la mayor parte

-34 35
11'1.ll\.VUU\.LIV1'11 li-

de las disposiciones legislativas relevantes para el derecho privado una estructura fundamentalmente procesal, desde el que opera laJu­
sean plebiscitos y no leyes comiciales, habida cuenta del control que risprudencia en su tarea de concreción de criterios normativos.
en la asamblea comicial tenía la oligarquía.

La posición secundaria de la legislación no resulta alterada por la impor­


La dimensión pública de la tutela procesal convierte a la ley en el instru­ tancia que en la formulación del más antiguo derecho civil tiene la ley de las
mento necesario para la introducción de innovaciones en el orden jurídico XII Tablas. En efecto, se trata de una compilación jurídica cuyo contenido se
procesal desde el más antiguo período republicano; también se utiliza la lex presenta como una fijación por escrito y con carácter público del orden jurí­
publica para transformar determinadas instituciones de derecho privado en dico pre-e:xistente, y sólo de forma esporádica introduce innovaciones en el
razón del interés público tomado en consideración, como ocurre en materia mismo (§ 5.2); por lo demás, se trata de una manifestación aislada en la tra­
de protección de los menores (lex Atilia, lex Laetoria), de los derechos pa­ dición jurídica romana: una formulación general del derecho de tales carac­
trimoniales de los herederos (lex Cincia, ¡ex Falcidia), así como del derecho terísticas no vuelve a plantearse ni siquieFJ. durante el Principado. En reali­
al honor (lex Comelia de iniuriís), etc. dad, también el Edicto viene a suplir en este punto tal necesidad legislativa;
la primera fijación estable del derecho privado viene a ser la codificación del
Edicto perpetuo, hacia el año 130 d.C., ordenada por el emperador Adriano
La posición secundaria que la legislación ocupa en el desarrollo (§ 15.3).
del derecho privado en el período republicano obedece a diversos
factores, entre los que cabe destacar sobre todo dos. En primer tér­
mino, la concepción de las relaciones propias del derecho privado Estas condiciones, vinculadas desde un punto de vista político­
como fundada,> en un orden normativo y ético-social (mores maio­ constitucional al origen y desarrollo de la eivitas como comunidad
rum), que remonta su origen a la primera ordenación de la convi­
política ya la posterior constitución republicana, contríbuyeron a ha­
cer posible la primera formación de un modelo de ordenamiento
vencia política en la forma de eivifas, y que se concreta técnicamente
rídico-privado en e! que el jurista ocupa una posición de mediador
por vía judicial, conforme a los criterios normativos y formas nego­
necesario entre e! orden jurídico-social y su aplicación práctica. El ca­
ciales formulados por la antigua Jurisprudencia pontifical, cuyo papel
rácter jurisprudencial del derecho romano es su nota más significa­
asume posteriormente la Jurisprudencia laica; este origen no legisla­
tiva, tanto en la época antigua como, sobre todo, en el período clá­
tivo del derecho privado se conserva durante el período republicano,
sico.
situando a la legislación en un segundo plano en cuanto cauce de des­
arrollo del derecho, que se entiende siempre como una adaptación a
la realidad de un cuerpo normativo tradicional con el que formal­
Jurisprudencia (de ¡us y prutientia) es, según la definición de Ulpiano
mente no se producen rupturas, pero que no impide su constante ac­ (D. 1.1.10.2), el conocimiento de las cosas divinas y humana,>, y la ciencia de
tualización. En segundo lugar, el protagonismo constitucionalmente lo justo y de lo injusto (iuris prudentia est divinarum atque hurnanarum
atribuido a los pretores (urbano y peregrino) en cuanto a la adminis­ rerum notitia, iusti atque iniusti scientia). La prudencia consiste en discer­
tración de justicia, manifestado, sobre todo, en la potestad edictal, nir lo que debe y lo que no debe hacerse dentro de un orden jurídico deter­
minado, siempre vinculado a valores ético-sociales; en el ámbito jurídico esta
que permite vincular el desarrollo del derecho privado al reconoci­
virtud es esencial tanto para el legislador como para los juristas y jueces.
miento de nuevos recursos procesales como forma de introducir in­
novaciones en el orden jurídico, sin necesidad de acudir a la legisla­
ción; la potestad edictal permite a los magistrados traducir en La posición relevante de la Jurisprudencia en e! orden jurídico, y
recursos procesales también los contenidos normativos de las dispo­ de los juristas como intérpretes del ius, vino favorecida por la práctica
siciones legislativas, integrándolas así en un orden jurídico dotado de constitucional de! ejercicio de la función política del magistrado en la

-36 ­ -37 ­

"".c-,;",
~
lr- J..1J..-'.L"-J'1'\.J..t'l. JJ.L.:.L .LJ.L.:.,lu:.'-'ll"J X'-'-'LVl.t1J.'1V .l 0U n.c.'-...cr'L.IV1.'1 r.,VJ:\.Vr-J.:J~
:f'"

administración de justicia contando con el asesoramiento de un con­ periales se mantienen en el ámbito normativo que les es propio, es decir, el
sejo de jurist<L'i, y, al mismo tiempo, por el carácter no profesional del derecho penal y administrativo y otros aspectos del derecho público, y sólo
juez privado, que es un particular por las partes litigantes excepcionalmente afectan al derecho privado. l.a nueva jurisdicción imperial
(cognitio extra ordinem) se presenta como compatible y correctora del tra­
como persona de confianza en cuanto a la imparcialidad en el ejerci­ dicional procedimiento formulario, que las leyes de Augusto ha­
cio de su función; las decisiones judiciales debían acomodarse a los bían sancionado como procedimiento ordinario.
criterios normativos formulados por la Jurisprudencia.
Por lo que se refiere a la Jurisprudencia, la primera moditicación

significativa vino dada por la concesión desde Augusto del ius respon­
En el ámbito político, el órgano de autoridad es el Senado o consejo de dendi ex auctoritate Príncipis a determinados juristas (§ 16.1); ello su­

patres: integrado por hombres que gozaban de autoridad personal, tenía una puso la introducción desde la potestad política de un de va­

especie de auctoritas corporativa; sus decisiones, llamadas senatusconsulta,


eran ejecutadas también por los magistrados. Durante el período republi­ loración en cuanto a la prevalencia oficial de los criterios normativos

cano no se conocen disposiciones senatoriales que afectasen a materias del udenciales formulados por juristas que contaran con esa conce­

iu.' civile; a partir del Principado, el Senado asume las funciones antigua­ El segundo hecho vino determinado por la incor­

mente encomendadas a las asambleas populares, lo que determina un au­ poración de la Jurisprudencia a las funciones de la administración im­
mento del número de senadoconsultos relativos al derecho privado.
lo que se produce establemente desde Adriano; la orientación
de los juristas hacia esa actividad con carácter exclusivo sitúa al sector
profesional de los juristas influyentes como orgánicamente depen­
dientes de la administración y de la potestad política; el fortalecimiento
2.3. Transformaciones en el sistema de fuentes progresivo de ésta acaba produciendo una transformación estructural
en el Principado y modificaciones estructurales en el sistema de fuentes yen la concepción del orden jurídico.
del sistema en el Dominado
El Dominado, sobre todo desde Constantino, presenta a la expe­
riencia histórico-jurídica un modelo de ordenamiento jurídico unita­
La nítida separación republicana entre autoridad y potestad quiebra
rio, al que corresponde un sistema de fuentes basado en la primacía
a partir del Principado, al asumir Augusto tanto la potestad como la au­ de la legislación como cauce de expresión normativa de la potestad
toridad (§ 13.2). De todas maneras, el Principado no supone una rup­ política entendida en forma autoritaria. La expresión completa de la
tura con la estructura básica del orden jurídico derivado de la tr.adición nueva imagen que presenta el orden jurídico se formula en el período
Thnto la legislación como la Jurisprudencia conservan ám­ justinianeo: el fundamento de toda la normatividad se sitúa en la po­
bitos normativos distintos, y la posición de la Jurisprudencia continúa testad imperial, que asume tanto la formulación general del ri"'rpr'h
siendo prevalente en el orden jurídico, que experimenta una acomo­ por vía legislativa como la interpretación del mismo, correspon­
dación a los cambios introducidos en el plano político-constitucional. diendo a la administración judicial la aplicación del derecho y priván­
dose a la doctrina jurisprudencial de toda autoridad para la autónoma
formulación de criterios normativos alegables en la vía judicial o sus­
Desaparecidas las asambleas populares, la potestad legislativa ordinaria ceptibles de ser tomados en consideración a efectos de la fundamen­
pasa al Senado en forma de senadoconsultos, que introducen innovaciones tación de las sentencias. El derecho de origen jurisprudencial, proce­
en el derecho privado. Pero, al mismo tiempo, la potestad normativa impe­ dente la literatura jurídica de la Jurisprudenda clásica, es asumido,
rial se manifiesta en una diversidad de disposiciones (constitutiones impe­
riales), que prefiguran una evolución de la producción normativa en sentido tras su correspondiente transformación normativa, también por la vía
autocrático. En tanto no se consolida este fenómeno, las constituciones im­ de la ootestad legislativa imperial.

38­ -39­
".., U~ J.ftVUU\.... \.... lur... 8;1

BIBLIOGRAFIA nace este tipo de ordenamiento están vinculados al período republi­


cano, los cambios que introduce el Principado en la organización po­
lítica se manifiestan todavía compatibles con el mantenimiento y des­
KAsER, Geschichte 2 , pp. 256 SS.; Zur Metbodologie der Rómischen
Rechtsquellenforschung (Wien, 1972); A. D'ORS, «Lex» e «tus» en la experien­ arrollo de ese modelo de ordenamiento. La progresiva acentuación
cia romana de las relaciones entre «auctoritas» y «potestas», en Estudios va­ de los elementos contradictorios con la tradición política republicana
rios sobre el derecho en crisis (Roma-Madrid, 1973), pp. 87 SS.; GUARINO, Sul­ que contenía el Principado terminará en el siglo III por precipitar la
la credibilita della scienza romanistica moderna, en Studi Donatuti 1 crisis constitucional del mismo; en ese momento desaparece también
1973), pp. 479 ss. [trad. esp. de Ruiz Femández, Sobre la credibili­ la Jurisprudencia creadora y el orden
dad de la ciencia romanística moderna (Granada, 1998) J; WlEACKER, Text­
!'u~&~;¡¡y.J.~.J,t;g¡:lII.lI:¡.!¡4, estructuralmente c.Q!!!!M!u~§j;.o al del anterior
kritik und Sachforschung, en Z55. 91 (1974), pp. 1 ss.; KAsER, Rechtsquellen;
GIARO, Über methodologische Werkmíttel der Romanistik, en ZSS. 105 odo jurisprudencial, al que corresponde la época clásica del derecho
(1988), pp. 180 SS.; WIFACKER, Róm. Rechtsgeschichte, 1, pp. 63 ss.; IGLESIAS,Las romano.
fuentes del derecho romano (Madrid, 1989); VACCA, La giurisprudenza nel
sistema delle fontí del diritto romano (Torino, 1989); BLANCH, Acerca de las
fuentes jurídicas del derecho romano, en RUe. 75 (1990), pp. 61 ss.; Do­ La unidad esencial del período clásico, desde el punto de vista de la es­
MINGO, «Auctoritas» (Barcelona, 1999). tructura interna del ordenamiento jurídico, se encuentra en el manteni­
La exposición más minuciosa de las fuentes del derecho romano se debe posicióº del jurista en relación con el derecho y en queresul­
a WENGER, Die Quellen des rómischen Rechts (Wien, 1953); más sencilla es la tan complementarias la esfera de producción normativa, de carácter
de GUARINO, L'esegesi dellefonti del diritto romano, vol. 1 con las diversas formas de expresión del derecho vinculadas
a la potestad de los órganos investidos de poder político-social. Por otro lado,
la metodología jurisprudencial, aunque con variantes en el tratamiento cien­
tífico del derecho, presenta una continuidad esencial a lo largo del período
clásico, tanto por lo que se refiere al procedimiento constructivo de las insti­
tuciones de derecho privado como en el tratamiento problemát.ico del fenó­
l' § 3. EL MODELO ROMANO DE DERECHO
meno jurídíco en cuanto a su aplicación práctica, Contribuye también a la
unidad jurídico-cultural de ese periodo el mantenimiento_del sistema proce­
DE JURISTAS sal formulario, sin que la introducción de la cognítio extra ordinem desde
comienzos del Principado viniera a romper durante mucho tiempo la unidad
del sistema, mientras se mantuvo la concepción del derecho como vinculado
1. Caracterización general del período de derecho jurispruden­ a específicos recursos procesales en la tramitación de las controversias de de­
cial romano.-2. La elahoraciónjurisprudencíal del derecho. recho privado. Finalmente, tanto la figura del jurista como lo específico de su
actividad permanecen como diferenciadas de otras profesiones relacionadas
con el derecho.

3.1. Caracterización general del período de derecho


jurisprudencial romano Un derecho de juristas requiere siempre la existencia de un grupo
o sector profesional al que se reconoce competencia para formular
criterios normativos en el ámbito de la concreción y desarrollo del or­
Durante el largo período que comprende desde mediados del si­ den jurídico. Dicho reconocimiento puede ser meramente social y
glo 11 a.e. hasta la caída de la dinastía de los Severos (año 235 d.C.), basarse en la autoridad científica del jurista; en tal caso, el punto de
el derecho romano se presenta como un derecho jurisprudencia!. vista jurisprudencial se convierte en derecho en la medida en que es
Aunque los supuestos de orden político-constitucional bajo los que tomado en consideración por el juez o por un órgano dotado de po­

40 -41­
S;:J ni;:':) 1 U.K1J\. lJt'.L 1JtHu.~.AdnU KVM1\l~U y ;:'U KJ::'.A....h.t"L.IU1'\j bUKUt't'.J\ 11'1 1 l\VU U l.A... IVN S;:J

testad normativa. En el período republicano, la autoridad de la juris­ no siempre organizado, pero en todo caso autónomo, y desde ese plano se
prudencia interviene especialmente aconsejando a los magistrddos establecen las relaciones con el poder político y con los sectores sociales pre­
valentes en cada momento histórico. El grupo de juristas influyentes tiende
con potestad jurisdiccional respecto a las medidas de tipo procesal
también a concentrarse en relación de proximidad a los centros de decisión
que se publican en el por otrd parte, aunque no resulta reco­ política, normalmente coincidentes con la situación de los en los que
nocible la directa influencia de la jurisprudencia en el contenido con­ reside la jurisdiccional En el período republicano el derecho de
creto de los textos votados por las asambleas populares, rista'i se concentra en Roma en tomo a los magistrados con en
su intervención no puede, en modo alguno, descartarse, sobre todo materia de derecho privado; las condiciones políticas sucesivas conducen al
mantenimiento de esta concentración jurídico-cultural, que impidió la forma­
en aquellos textos cuyo carácter técnico resulta dificil de concebir sin
ción de modelos de derechos de juristas en los territorios provinciales.
el asesoramiento del jurista.
Además de estos cauces a través de los cuales el Junsta lntluye en
la formulación general del derecho, que corresponde a los órganos El carácter político de las magistraturas y la condición privada del
de potestad, la actividad del jurista se proyecta también en la vida del juez contribuyen a formar un modelo de derecho de juristas en el que
derecho proporcionando criterios normativos para su aplicación al el desarrollo y la interpretación creadora corresponde a unajurispru­
caso concreto. Así ocurre, ante todo, cuando aconseja al magistrado dencia que no se identifica con los órganos en que se apoya el sistema
con potestad jurisdiccional otorgar tutela procesal a las pretensiones es los magistrados y los jueces privados; el carácter no
que le son planteadas por los particulares, o al facilitar a éstos el ase­ de quienes desempeñan estas funciones y, en concreto,
soramiento necesario para encauzar técnicamente una controversia de los genera un modelo de ordenamiento jurídico en el que
de derecho privado; el consejo del jurista puede referirse a un re­ el juez es el destinatario de una normativa que le viene dada externa­
curso procesal ya reconocido, pero resulta creativo cuando se dirige mente desde la potestad de los magistrados o la autoridad de la
a solicitar del magistrado una medida innovadora, cuya aceptación risprudencia, y que él simplemente declara (íus dicere) en el caso
por éste supone una ampliación del ordenamiento jurídico por in­ concreto, pero que no contribuye a crear. Se trata, pues, de un mo­
fluencia jurisprudencia!. El carácter privado y no profesional de los delo de derecho de juristas de tipo práctico-doctrinal, contrapuesto al
jueces que actúan en el procedimiento formulario exige que h;.&~ M .....
de tipo judicial, que conocerá siglos más tarde la tradición jurídica eu­
ellos deban ser asesorados por los juristas en las cuestiones ropea en el área anglosajona, e igualmente diferenciado del modelo
intermedio que se forma en el área continental europea tras la profe­
sionalización de la función judicial.
El grupo de juristas en el que se apoya el derecho jurisprudencial tiende
siempre a concentrarse en un número relativamente reducido, dentro del
más amplio de profesionales que tienen también relación con el derecho. Así El carácter práctico-doctrinal del modelo de derecho de juristas que nace
sucede, en efecto, desde la más antigua tradición jurisprudencial romana, y en el período republicano se manifiesta también en la literatura
puede considerarse una característica estructural de cualquier derecho de ju­ produce. Tanto la construcción técnica de las instituciones
ristas. La]urisprudencia constituye, pues, un sector de élite jurídico-cultural, ordenaciones sistemáticas se orientan en sentido nrnhl".,....Iit¡
pero al fundamentarse la razón de su reconocimiento social en un conoci­ planteamientos conceptualistas y dogmáticos.
miento técnico del la procedencia social de los juristas no se en­
cuentra necesariamente vinculada a los sectores sociales políticamente do­
minantes; aunque tal vinculación pueda reconocerse en un primer momento
El modelo de derecho de juristas nacido en el período republi­
de la tradición jurisprudencial romana (§ 10.2), se percibe también
tendencia hacia la de tal interconexión (§ 10.2 y cano se mantiene sustancialmente en el Principado; la jurisprudencia
prudencia encuentra su identidad en la pertenencia a un grupo orofesiona continúa enfocando el derecho desde el punto de vista de su relación

-42­ - 43­
~J .1J.J...JJ.VIU.l"\. L.JLL L.J.L:'l\.L'-....l.lV nVJVlJ1J:'fV 1 .:IU l\,C,-,nr,->lvn nUl\Vrr.r\

con los recursos procesales. La colaboración entre los juristas y los mano de derecho de juristas un carácter burocrático y de vinculación'
magistrados con potestad jurisdiccional, propia del período republi­ a la potestad política, cuyos intereses viene de algún modo a servir;
cano, se traslada al emperador, que tiende a concentrar la potestad esto necesariamente había de conducir, al término del proceso, a la
normativa y jurisdiccional. anulación de la posición autónoma de la Jurisprudencia en el orden
jurídico yen el sistema de fuentes del derecho.

La apertura de la administración imperial a sectores sociales no vincula­


dos a la nobilitas facilita el acceso a la misma y, con ello, también la incor­ a la orientación del modelo en tal direc­
poración al sector profesional de la Jurisprudencia, a personas de diferentes mencionarse la falta de organización de los juristas
estratos sociales, lo que sucedía ya desde los últimos decenios republicanos. como grupo profesional y, muy especialmente, la desvinculación del grupo
La fuerza atractiva de Roma, tanto en lo cultural como en lo político, acentúa profesional de juristas respecto a las demás profeSiones relacionadas con la
la tendencia a la concentración del sector profesional de juristas en torno a práctica del derecho, y, en concreto, con la función judiciaL La Jurispruden­
los órganos centralizados de la administración imperial, que tiende también cia tiende, así, a convertirse en un sector profesional que proyecta su in­
a instaurar un orden jurídico centralizado en cuanto a la producción norma, fluencia por la vía del servicio a la política del derecho formulada desde los
tiva y la interpretación del derecho. El sector profesional de los juristas con­ órganos de potestad; los factores externos de orden constitucional favore­
tinúa siendo reducido, y diferenciado como élite jurídico-cultural de las de­ cieron también, evidentemente, la orientación del modelo de derecho de
más orofesiones que se ocupan de la aplicación del así como de su ristas en ese sentido.
elemental.

Entre las innovaciones político-constitucionales que introduce el


Por otra parte, la estructura general de las fuentes de producción Principado tiene especial relevancia la creación de una sección admi­
del derecho conserva diferenciado el ámbito de la autoridad de laJu­ nistrativa en la Cancillería imperial con competencias jurisdiccionales
risprudencia y el de la potestad, ahora con las diversas en asuntos sometidos directamente o en apelación al conocimiento
formas en que se manifiesta el poder normativo del emperador. Las decisiones de ese tribunal, integrado por juristas,
adoptan la forma de decretos imperiales (§ 15.2). Aunque esta inno­
vación podría haber constituido el punto de partida para una trans­
El Edicto sigue siendo un cauce para la formulación general del derecho. formación del tradicional modelo de derecho de juristas en otro de
al menos hasta su codificación en la de Adriano. La legislaciól tipo judicial, lo cierto es que tal evolución no fue políticamente posi­
cede ahora el lugar a los senadoconsultos, que terminan perdiendo su auto­ ble. En ello influyó, sin duda, la falta de autonomía con que nace y se
nomía como fuente normativa al convertirse a lo largo del Principado en la desarrolla ese órgano judicial, cuyas decisiones eran constitucional­
mera formalización del proyecto legislativo presentado por el Prín.cipe
(§ 15.1), que utiliza también los edictos como forma de introducción de in­ mente normas procedentes de la potestad imperial, pero también in-
novaciones en el ordenamiento jurídico (§ 15.2). En el plano de la aplicación la orientación general de la organización política, que tendió a
del·derecho al caso concreto aparecen en el Principado los rescriptos y los Illgurar la administración de justicia en función de subordinación
decretos, formas de constituciones imperiales a través de las cuales inter­ a la potestad política, que asume la legitimidad normativa con carác­
'viene la Jurisprudencia incorporada a la Cancillería imperial (§ 15.2). Por otra ter excluyente. Anulada la autónoma función mediadora de la Juris­
parte, experimenta en este período un gran impulso la producción científica
de los juristas. prudencia, mucho menos podía reconocerse ese papel a una Juris­
prudencia judicial, como autoridad interpuesta a la potestad del
poder político. Siglos más tarde, en coherencia con lo anterior, Justi­
La integración de la Jurisprudencia en la administración, fenó­ niano priva expresamente de cualquier valor de precedentes norma­
meno que se consolida en época de Adriano, imprime al modelo ro­ tivos a las sentencias íudiciales. al igual que a las propuestas de inter­

44
pretación formuladas por la Jurisprudencia no judicial. La corrección tensión pertenecen numerosas acciones utiles e infactum (§ 12.2), que la
de esta posición de la Jurisprudencia pertenece al desarrollo poste­ risdicción pretoria concede y que se incluyen en el Edicto junto a las accio­
rior de la cultura jurídica europea y a la concurrencia de circunstan­ nes civiles, cuyo ámbito de aplicación resulta, ampliado.
cias políticas favorables a esa tendencia. Cuando el ordenamiento jurídico no puede desarrollarse por cauces ju­
risprudenciales resulta preciso acudir a la propuesta de formulación de una
nueva solución normativa por vía procesal o legislativa, es decir, acudiendo a
la potestad. A este ámbito pertenece en el derecho pretorio el recurso a ía
3.2. La elaboración jurisprudencial del derecho
ficción, que puede tener también una naturaleza legislativa; la ficción supone
la corrección de una realidad concreta para que la normativa resulte aplica-
El análisis de cualquier modelo de derecho de juristas plantea la las acciones formularias con ficción responden a esta metodología cons­
cuestión de precisar en qué sentido puede decirse que la Jurispru­ tructiva y renovadora del ordenamiento jurídico. De todas maneras, y aun­
dencia crea derecho. que la ficción sea un expediente de carácter técnico prevalentemente
vinculado a la potestad, la]urisprudencia también acude en ocasiones a ella
En la tradición jurídica republicana la relación de la Jurispruden­ como técnica interpretativa para alcanzar soluciones más justas a los proble­
cia con el derecho se presenta como interpretatío; se alude con ello mas'
al desarrollo creativo del orden jurídico por parte de la Jurispruden­
cia, que opera a partir de una realidad normativa preexistente y que
Aun cuando el tratamiento problemático del derecho y su consi­
acomoda constantemente a las nuevas exigencias de la práctica.
deración desde el punto de vista de la conexión con los medios de tu­
El desarrollo del ordenamiento jurídico por vía de interpretación tela procesal aparece corno una característica del derecho romano
constituye, sin duda, una actividad creadora, pero siempre en un sen­ desde la época antigua, la Jurisprudencia del período republicano
tido derivado y no originario. El orden legal se presenta, en todo caso, muestra una tendencia metodológica dirigida a formular criterios
corno un límite externo del derecho desarrollado jurisprudencial­ normativos de carácter general y abstracto (regulae iuris) extraídos
mente; en la medida en que el ámbito normativo de formulación le­ de la estructura de las instituciones jurídicas; la aplicación del método
es menor en el derecho privado que en el público, la capacidad de dialéctico en la discusión de la solución del caso concreto vendría, así,
intervención de la Jurisprudencia tiene una mayor amplitud en a resultar la consecuencia lógica de un razonamiento deductivo a par­
que en éste. tir de tales criterios normativos generales.
La creación de derecho por vía de interpretación tiende a encau­
zarse a través del razonamiento lógico, y dispone de la analogía En la primera]urisprudencia clásica, que se forma desde mediados del si­
como recurso técnico-jurídico más característico para extender una n a.c., influye culturalmente el helenismo, que introduce en los medios
determinada solución normativa a situaciones similares por razón de intelectuales romanos el conocimiento de la dialéctica y la retórica; corres­
ponde también a este período el inicio de las primeras exposiciones siste­
semejanza; la actividad jurisprudencial creadora por vía analógica máticas de las instituciones de derecho privado (§§ 10.2 Y 3). De todas ma­
parte de anteriores decisiones doctrinales (responsa) o bien de lo neras, la metodología jurisprudencial romana no es tributaria de esa
preceptuado con carácter general en el Edicto pretorio o en las le­ influencia, y el ordenamiento jurídico mantuvo su estructura procesal abierta
yes públicas. a casuística; esta última dimensión resulta incrementada en la]urisprudencia
desde comienzos del Principado.

El carácter abierto del sistema procesal formulario permite la acomoda­


ción de los recursos procesales ordinarios a situaciones semejantes, que pre­ Un cambio de orientación metodológica, que imprime un carácter
sentan algún tipo de variación en los elementos básicos; a este tipo de ex­ propio a la actividad jurisprudencial posterior, parece haber sido in­

46 ­ 47 ­
INTRODUCCION §~

troducido por Labeón, a finales del siglo 1 a.c.; frente a la metodolo­


tación por parte de la doctrina científica, y de la iniciativa que final­
gía tradicional, Labeón invierte el punto de vista constructivo de los
mente adopte el órgano con potestad jurisdiccional o normativa.
criterios normativos proponiendo la formación de éstos a partir de la
solución justa de los casos concretos; ello proporciona también a las Como fruto de la actividad creativa de la doctrina jurisprudencial va for­
decisiones ya los propios criterios normativos jurisprudenciales un mándose progresivamente un cuerpo normativo, resultado de la experiencia
cierto carácter de equidad natural, y sitúa funcionalmente al derecho jurídica, que comprende no sólo las decisiones casuísticas, sino también las
y a la técnica jurisprudencial como instrumentos al servicio de la jus­ fundamentaciones de las mismas (rationes decidendz), que operan como cri­
ticia material en los casos concretos, conforme al sentimiento jurídico terios normativos deducidos casuísticamente. Las figuras e instituciones jurí­
dicas aparecen como construcciones creativas del pensamiento científico,
prevalente, del que son intérpretes los juristas. obtenidas mediante el encuadramiento de un conjunto de problemas deri­
vados de una situación iurídica básica.

El cambio de posición metodológica aportado por Labeón se refleja en El carácter abierto y problemático de un de juristas lo
un texto de Paulo (D 50.17.1), que recoge, según parece, su pensamiento:
aleja de la estructura monolítica y cerrada que suele ser característica
non ex regula ius sumatur, sed ex iure quod est regulafiat, es decir, que el
derecho no deriva de la regla, sino que ésta surge del derecho existente. Se­ de los ordenamientos juídicos que responden al modelo de derecho
esta formulación de Labeón pudo ser también una respuesta a legal. Frente al factor de estabilidad que en éstos representa la
los intentos del poder político de su de invadir el ámbito del ius; La­ blica, en aquéllos desempeña esa función la arquitectura
beón trataba de mantener para los el ámbito del derecho privado: la creada por la doctrina científica, el lenguaje jurídico construido y em­
regla no podía nacer del ámbito para ser aplicada luego al caso
pleado por los juristas y el método analítico para la decisión de los ca­
concreto, sino que nacida en el ámbito concreto pasa después al abstracto, y
cuando posteriormente deba ser aplicada no hace sino volver al ámbito en el sos concretos, a partir de la normativa vigente, entendida como per­
que ha nacido. Ello supondría que la debía ser determinada por los ju­ manentemente adaptable a las exigencias que la realidad social y su
ristas (no por el poder político), pues sólo ellos poseían los conocimientos mutable sistema de valores demanda del derecho. En todo derecho
específicos para actuar con coherencia. de juristas existe un conjunto de soluciones comúnmente aceptadas
sobre muchas cuestiones (communis opinio) y otras discutidas (ius
controversum); de ello deriva su carácter dinámico e innovador, e
La estructura casuística que adopta el derecho
igualmente la existencia en su seno de diferentes posiciones doctri­
mano se fundamenta en la individualización de un
nales o de escuela respecto a la solución preferible en muchas cues­
de situaciones concretas, en las que concurren elementos
tiones concretas.
tes, y a las que, por consiguiente, deben corresponder las mismas
consecuencias jurídicas, de donde se extrae la formulación de los cri­ La reducción del derecho jurisprudencial romano a un modelo de
terios normativos generales. ordenamiento jurídico unitario, llevado a cabo legislativamente por
determinó la eliminación gran parte del pensamiento
El análisis jurisprudencial para la decisión de un caso parte, pues,
problemático contenido en la doctrina jurisprudencial utilizada para
de la reducción del mismo a sus elementos jurídicamente relevantes.
la elaboración del Digesto. La investigación histórico-crítica moderna
Si de ese proceso analítico resulta su asimílación a una situación ya
podido recomponer en buena medida ese pensamiento, recupe­
admitida como típica, la solución podrá obtenerse directamente; si tal
rando así la esencia jurisprudencia! de la tradición romanística, cuya
asimilación no es posible, y tampoco resulta viable encontrar una so­
metodología constituye la fundamental de la educación en el
lución justa por vía de interpretación, el jurista debe formular una
arte y la técnica del razonamiento jurídico conducente a la solución
propuesta de solución innovadora, cuya suerte dependerá de la acep­
justa de los problemas y casos la
48
~ ;) 1:11:irUIUA DEL DERECHO ROMANO Y SU RECEPCION EUROPEA

BIBUOGRAFIA

BERGER, S.V.Jurisprudentia, enRE. 10.1


zipien des r6mischen Rechts (München, 1934); History; SCHWARZ, Das
strittige Recht der romischen junsten, en Festschrift Schulz 2 (1951); KUNKEL,
Herkunft; REGGI, La interpretazione analogica in Salvio G'iuliano, en Studi
Parmensi 2 (1952) pp. 103 ss. y 3 (1953) pp. 465 SS.; GIJAIANDI, Legislazione
imperiale e giurisprudenza, 2 vols. (Milano, 1963); VIRHWEG, Tópica y juris­
prudencia, trad. esp. de L. Díez Picazo y prólogo de E. Garda de Enterria (Ma­
drid, 1964; reimp. 1986); KAsER, En torno al método de losjuristas romanos,
trad. esp. de J. Miquel (Valladolid, 1964); MARtINI, Le definizioni dei giuristi
Le definizioni dei giuristi romani (Na­
ALvAREZ SUÁREZ, La jurisprudencia romana en la hora presente 11
(Madrid, 1966); KAsER, Geschichte 2, pp. 170 ss.; L. LOMBARDI, Saggio sul din'tto
giurisprudenziale (Milano, 1967) pp. 1 ss.: JI din'tto romano come diritto
FORMACION DE LAS PRIMERAS

giurisprudenzialej HORAK, «Rationes decidendi» (Aalen, INSTITUCIONES POLITICAS

r6mischen Rechtsregeln (K6In-Wien, 1970); MIQUEl., Stoische Logik und ro­


mische jun'sprudenz, en ZSS. 87 (1970) pp. 85 ss. = Estudios Santa Cruz 1 y DE LOS FUNDAMENTOS

(Valencia, 1974) pp. 565 ss.; SCHMIDUN, «Horoi», «pithana» und «regulae».
Zum Einfluss der Rhetorik und Dialektik aufdie juristische Regelbildung, en
DEL ORDENAMIENTO ]URIDICO

ANRW 2-15 (1976) pp. 101 ss.; SCHIAVONE, Nascita delta giurisprudenza. Cul­
tura aristocratica e pensiero giuridico nella Roma tardo-repubblicana
(Bari, 1976); FERNÁNDEZ BARRF1RO, El modelo romano de derecho de juristas,
en REHJ (1976) pp. 33 ss.; WlEACKER, Zur Rolle des Arguments in den romí­
schenjurisprudenz, en Festschrift Kaser 70 (München, 1976) pp. 3 ss.;
Contributo alto studio del metodo casistico nel diritto romano (Milano, 1976)
y recs. de HORAK, en Jura 27 (1976) pp. ss. y BEHRENDS, en ZSS. 96 (1979)
§ 4. LA ORGANlZACION POLITICA PRIMITIVA
pp. 379 ss.; TAlArvIANcA, Lo schema «genus-species» nelle sistematiche del giu­
risti romani, en La"jilosofia greca e il din'tto romano 2 (Roma, 1976); WIE­ 1. El período monárquico.-2. El Senado arcaico. 3.-Tribus y
ACKERJuristen undjun'sprudenz 1m Prinzipat, en 2'';S. 94 (1977) pp. 319 ss.; curias. Los comicios curiados.-4. El r~.-5. Caída de la monar­
TAlAMANí.A, Per la storia della giun'sprudenza romana, en BJDR. 80 (1977) quía'y origen de la República.
pp. 195 ss.; FERNÁNDEZ BARREIRO, Presupuestos de una concepción jurispru­
dencial del derecho romano (Santiago, 1978); RACKL, Sullafinzione nel di­
ritto privato, en Studí Blscardi 1 (Milano, 1982) pp. 245 ss.; BRETONE, Tecni­
che e ideologie dei giuristi romani 2 (Napoli, 1982); ICl.ESIAs-REDONDo, La 4.1. El período monárquico
técnica de los juristas romanos (Madrid, 1987); BRETONE, Storia, pp. 107 SS.,
153 ss., 195 ss. y 287 ss.; SCHIAVONE, Giuristi e nobili nella Roma repubbli­
cana (Bari, 1987); CANNATA, Histoire 1, pp. 49 ss.; WlEACKER, Fundamentos de Roma estuvo gobernada por reyes desde su fundación (año 754 ó
la formación del sistema en la jurisprudencia romana (Barcelona, 1991) a.c.) ha<;ta finales del siglo VI (año 509); ambas fechas según la fija­
SCDR. 3 (1991) pp. 11 ss.; BURDESE, Note sull'ínterpretazione in diritto ro­
mano, en BJDR. 30 (1988; pub!. 1992) pp. 181 ss. = en BURDESE, Miscellanea ción de Varrón, que prevaleció. La tradición presenta en ese espacio de
romanistica (Madrid, 1994) pp. 13 ss.; CERA\1I, Giurisprudenza-Scienza giu­ tiempo una serie de siete reyes, los cuatro primeros latino-sabinos y los
ridica nel diritto romano, en Digesto N, vol. IX Civile (1993); CANNATA, Po­ Otros tres etrus~~, correspondientes éstos al período de dominación
tere centrale e giurisprudenza nella formazione del diritto privato romano, etrusca (siglo VI a.c.). Tanto el número de siete reyes como muchos de
en Poder político y derecho en la Roma clásica (Madrid, 1996) pp. 69 ss.
los acontecimientos que se sitúan por los historiadores romanos pos­

50 - 51­
§4 HISTORIA DEL DERECHO ROMANO Y SU RECEPCION EUROPEA
Puede considerarse seguro el dato relativo al aumento hasta trescientos
teriores en el período regio no son siempre fiables, y se encuentran del número de senadores bajo los reyes etruscos. Con la admisión de los nue­
mezclados en no pocas ocasiones con elementos legendarios. vos patres surgiría la distinción entre patres maíores y patres minores; no
parece que esta última denominación pueda identificarse con los patres
Al primer rey, Rómulo, el mítico héroe fundador, se debería, según conscriptí, término que en el período republicano se emplea para designar a
el relato tradicional, la creación del consejo de patre!)~ es decir, el más los miembros plebeyos del Senado (§ 9.1).
antiguo Senado, y la asamblea popular por curias. Rey, consejo de an­
cianos y comicios curiados integrarían así la primitiva organización po­ la tradición histórica romana, correspondía al rey la desig­
lítica. nación de los miembros del Senado; es probable que en la época más
antigua la intervención real se limitara a una simple confirmación for­
mal de los jefes naturales de los grupos gentilicios, pero a medida que
Rómulo es una figura especialmente oscura; con razonable probabilidad,
la creencia posterior de que Roma nació de un expreso acto fundacional hizo la estructura política de la cívitas fue estabilizándose, se habría forta­
necesaria la figura de un «fundador» al que consecuentemente se atribuyen lecido igualmente la potestad del rey en forma de elección selectiva
muchas de las instituciones básicas de la civitas. de los senadores entre los distintos jefes familiares representativos
con vinculación a una determinada gens; la libertad de elección real
debió de estar, sin embargo, mediatizada fuertemente por el peso de
las estructuras gentilicias y por la relevancia e influencia social de las
4.2. El Senado arcaico
distintas gentes.
En cuanto a sus funciones, no parece que la asamblea de patres
En un primer momento, el consejo senatorial estaba compuesto
constituyera una limitación al poder del rex, y todavía resulta menos
por cien miembros, que aumentaron hasta trescientos al final de la
probable que lo compartiera con él; de ordinario, el papel del Senado
época monárquica. Sus integrantes debieron coincidir en origen con
era de naturaleza meramente consultiva y de asesoramiento. Su fun­
los patres o jefes de las diferentes gentes.
ción específica más importante residía en la asunción del poder en el
tiempo que mediaba entre la muerte del rey y la elección del que ha­
la gens es el clan formado por aquéllos que reconocen un antepasado
bría de su cederle (auspicia adpatres redeunt); durante este período
común, aunque también podían ser admitidas dentro de la comunidad gen­
tilicia familias que ha descendían del progenitor común, real o ficticio; sus de transición (interregnum) se seguía un sistema rotatorio, en virtud
miembros llevan un «apellido» (nomen gentilicium: Cicerón, Top: 6.28; del cual cada uno de los patres (en la práctica, un número limitado de
Festo, s.v. gentilis), derivado del fundador, al que se anteponía el nombre ellos elegidos por los demás) ostentaba el poder durante cinco días
propio (praenomen). Las gentes, con sus correspondientes jefes (patresgen­ corno interrex.
tium, cuya existencia es negada por diferentes autores) existían desde mu­
cho antes de la fundación de la civitas; estos grupos supra-familiares pierden
importancia paulatina a lo largo de la República.
4.3. Tribus y curias. Los comicios curiados
También formaban parte de la gens los clientes; se denominan así quie­
nes debían obediencia a un patrono, al que correspondía un deber de pro­ La tradición atribuye también a Rómulo la división de la población
tección respecto a aquéllos; la relación entre patronos y clientes se basaba en en tres tribus y treinta curias, a razón de diez por cada tribu.
lafides (§ 12.3); la ley de las XII Tablas (VIII, recoge la antigua sanción sa­
cral (sacer esto) en la que incurría el patrono que faltaba a la ftdes debida
para con sus clientes. La clientela debe ser distinguida de la plebe: mientras Las tres tribus primitivas (la palabra tribu deriva del número tres, aunque
el cliente forma parte de la gens (patricia), aunque en situación de subordi­ después se pierde ese sentido originario) tenían los nombres, quizá etrus­
nación, el plebeyo no pertenece a ninguna gens y es miembro de una clase QUi711dos, de Ramnes, Tities resulta probable que cada una de ellas
subordinada en el ámbito estatal: §
53
52
tuviera un asentamiento o zona propia en el Septimontium, y puede darse La presencia del factor relígioso en el procedimiento de atribución de la
como seguro que constituyeron el marco de reclutamiento del ejército potestad al rex no altera el carácter esencialmente civil que presenta el po­
mitivo; no parece, en cambio, verosímil un diferente origen étnico de cada der político en la cultura latina. En efecto, el papel de los augures es el de co­
una de las tribus. nocedores e intérpretes de los signos celestiales, a través de los que se mues­
tra la conformidad divina a la elección humana llevada a cabo por los patres;
la palabra curia (de co-viria) significa «[eJlOiÓD ..Q.agrupamiento..deva­ el augur no puede dar un poder del que carece, de modo que tampoco está
!P-lles», y en origen debió de hacer referencia a las reuniones de las diferen­ en condiciones de mediatizar el ejercicio del poder civil; la ausencia de una
tes aldeas vecinas (pagt) con fmalidades religiosas, festivas y también de dis­ casta sacerdotal y de la fundamentación teocrática de la potestad en el ám­
cusión de asuntos de interés común. Este tipo de reuniones comunitarias se bito de la comunidad política aparecen ya desde este momento histórico
dieron en todos los pueblos itálicos. como característicos del modelo de convivencia representado por la c/vitas.

Desde un punto de vista constitucional, el poder (imperium) del


Los comicios por curias (comitia curiata) fueron la más antigua rex debe entenderse como no limitado en su ejercicio. En ese poder
asamblea popular romana; eran convocados y presididos por el rex y hay que distinguir dos esferas: por una parte, los pod~!es militanes,
formaban parte de ellos todos los ciudadanos, con inclusión, por en cuanto el reyes el comandante supremo del ejército; por otra, él
tanto, de los plebeyos y de los hijos de familia. En el ámbito jurídico es el centro de la vida ciudadana, con poderes políticos y judiciales; a
y político sus funciones esenciales eran dos: por una parte, ante ellos esas funciones hay que agregar la religiosa, en cuanto que se concibe
tenía lugar la adopción de un pater familias por otro con fines suce­ el monarca como garante de la pax deorum, necesaria para la comu­
sorios (adrogatio: Gai. 1.98 ss.) yel testamento primitivo (testamen­ nidad, tanto en tiempo de paz como de guerra.
tum ca/atís comítiís: Gaí. 1.101); por otra, a ellos correspondía la
aclamación del nuevo rey (/ex curiata de imperio). Aunque la cues­ Desaparecida la monarquía, la figura del rex pervivió en el ámbito reH­
con funciones simplemente sacrales (rex sacrorum o rex sacrificu­
tión sea discutida, no parece que el pueblo tuviera intervención di­ rey actuaba asesorado pofIos colegios sacerdotales, el más impor­
recta en la elección del rey. tante de los cuales era el de pontífi<:es, presidido por el pontifex maximus
(que en época republicana terminará por suplantar a la figura del rex sacro­
rum); el número de integrantes del colegio pontifical era muy reducido (en
origen tres -uno por cada tribu gentilicia-, luego cinco; con el aumento es­
4.4. El rey tablecido por la ¡ex Ogulnia, 300 que abrió el colegio a los plebeyos
[§ 10.1], se alcanzó la cifra de nueve pontífices) y se elegían por cooptación;
nota característica de todos ellos era su capacidad y preparación intelectual,
La tradición sitúa al rex (de regere, «dirigif», «guiaf») como centro que los habilitaba como guardianes idóneos de los conocimientos más im­
de la vida político-constitucional desde el origen de Roma. Se trata de portantes para la comunidad, incluidos los jurídicos (§ 5.1 Y3). Al margen del
una monarquía en la que, sin embargo, no rige el principio heredita­ colegio de pontífices y del de los augures, tenía gran importancia el de los fe­
rio como forma de acceso a la potestad real, ni tampoco el de desig­ tiales, competente en lo que cabría calíficar como «relaciones internaciona­
pues, entre otras competencias relativas a los extranjeros, sus integran­
nación del sucesor por parte del monarca reinante.
tes debían evitar la entrada en guerra del pueblo romano que pudiera
En efecto, cuando el trono quedaba vacante, ya antes se ha parecer a la divinidad como no plenamente justificada.
indicado (§ 4.2), el poder volvía interinamente a f!atres; una vez
puestos éstos de acuerdo sobre la persona que debía ser rey, tenia lu­ 4.5. Caída de la monarquía y origen de la- República
gar una ceremonia augural; si el resultado de ésta era positivo, se pro­
cedía a la presentación del nuevo rey a los comicios curiados para su El siglo VI a.e. coincide con el apogeo del pueblo etrusco y su do­
aclamación, que implicaba sumisión y obediencia al rex. minio sobre Roma. Se trata de un período de grandes .~~,.f",....-r

- 54­ - 55

nes económico-sociales y de importantes reformas institucionales, las etruscas posteriores, que se mantuvieron en el territorio romano tras la
que subsistirán y se desarrollarán en la República. caída de la monarquía. El papel jugado por la plebe es incierto, pero resulta
claro su apoyo al cambio constitucional.
La tradición sitúa en la época de los reyes etruscos una serie de impor­
tantes construcciones de ingeniena civil y diversas reformas institucionales, Según losfasti, algunos de los magistrados máximos de comienzos
que aparecen atribuidas a Servio Tulib; entre estas últimas destacan: la orga­ del período republicano son de origen plebeyo. Aunque la veracidad
nización militar centuriada, de la que derivarán, como asamblea militar, los de este dato haya sido cuestionada, considerando la preponderancia
comicios centuriados (§ 7.1), Y la sustitución de las tres antiguas tribus por
que en este momento histórico debió corresponder al patriarcado,
otra división de carácter territorial más amplia, que sena la base de los comi­
cios por tribus (§ 7.2); a la época de Servio Tulio se remontan las cuatro tri­ tampoco puede ser negada su autenticidad; en todo caso, tras la con­
bus urbanas en que se agrupa la población de Roma, a las que después se solidación del cambio constitucional, la nobleza patricia recupera ple­
añadieron dieciséis tribus rústicas, en que fue dividido el ager Romanus; con namente el control del gobierno de la civitas. La tensión política entre
ello, el criterio de distribución de la población no fue ya el del domicilio, sino ambos sectores sociales fue muy grande durante la primera mitad del
que primó el de propiedad fundiaria, distinguiéndose entre adsidui (los que
siglo V a.e., hasta el punto de que, ante la prepotencia del patriciado,
tienen sede, tierra) y proletarii (los que sólo generan prole, es decir, mano
de obra para trabajo subordinado). El número de tribus rústicas aumentó a la plebe llegó a formar lo que se ha llamado «un Estado dentro del Es­
diecisiete en el año 450 a.e., a veintiuna en el 387 a.C., a veintitrés en el 358 tado», con sus propios dioses, sus propios magistrados (tribunos yedi­
a.e. ya treinta y una en el 241 a.e.; así se llega al número final de treinta y les plebeyos) y su asamblea particular (concilium plebis).
<:iI!~g.. que ya no aumentó.
El origen de la plebe (el término plebs significa, sin más, «la multitud», «la
La reforma militar de Servio Tulio no alteró la estructura aristocrática del
muchedumbre») es muy discutido; probablemente haya que buscarlo en los tra­
ejército, por lo que se refiere a los mandos, ni la componente plutocrática,
bajadores, artesanos, comerciantes, etc., que progresivamente se fueron insta­
representada por la caballena. El mando supremo del ejército lo mantenía el
lando en la civitas, atraídos por su auge económico. Ips plebeyos no formaban
rex, mientras que al frente de la infantería figuraba un magister populi (el
parte de ninguna gens (gentes non habent: livio 1O:8§, Aula Gelio 17.21.27),
término populus tuvo en origen un significado militar, y más en concreto re­
porIoque no parece que puedan identificarse con los clientes (§ 4.2). Con el
ferido a la infantena) y al de la caballería un magister equitum; junto a estos f
transcurso del tiempo las fuentes presentan, sin embargo, gentes que pertene­
auxiliares militares del rey, aparece otro de gran importancia en el plano ci­
cen a la plebe, lo que se explica porque por razones diversas ramas de una gens
vilcon el nombre de praefectus urbi, nombrado con la finalidad principal de
o una gens entera patricia pasaran a la plebe (transitio adplebem).
administrar la civitas en ausencia del rex.

La caída del último rey etrusco es situada por la tradición en el año


- Los tribunos de la plebe (tribuni plebis) fueron un 0:ga_l1o de protección
creado por los plebeyos a comienzos del siglo V a.C., yen origen cfebléron
509 a.e.; aunque la exactitud de esta fecha resulte discutida, se suele ser verdaderos tribunos militares (tribuni militum) de carácter revoluciona­
admitir que el cambio constitucional que conduce a la instauración de rio; su número originario es discutido y quizá fuera variable, pero pronto.se
estabilizó en e1.de diez. Se crearon como oposición a la magistratura suprema
la República debe colocarse históricamente hacia el final del siglo VI para proteger a·TospÍebey,os de sus decisiónes (auxilium e intercessio: so­
a.e. Los primeros decenios republicanos resultan particularmente os­ corro al plebeyo amenazado y veto a las decisiones de los magistrados ordi­
curos por lo que respecta al modo en que fue en este tiempo gober­ narios contrarias a los intereses plebeyos). La plebe, a través de un juramento
nada la civitas, pero la hipótesis más probable apunta a pensar en la colectivo (lex sacrata) , declarósacer a todo aquél que atentase contra los tri­
sustitución del rex por una magistratura doble y anual (§ 6). bunos (livio 3.55.6-7). Los ediles de la plebe (aediles plebis) tenían como
función ayudar a los tribunos y la administración del templo de Ceres (aedi­
les deriva de aedes, «templo») donde se guardaba el archivo y los depósitos
Estos magistrados absorbieron las funciones militares y políticas del anti­
plebeyos, sobre todo de trigo. Tanto los tribunos como los ediles de la plebe
guo rex, figura que permaneció, en cambio, a efectos religiosos (§ 4.4). Aun­
eran elegidos en los concilia plebis tributa (§ 7.3).
que se trata de una simple hipótesis, un poder dual como el que parece se
estableció, induce a pensar en origen en la existencia de un pacto o acuerdo Además de en los planos político y económico, el conflicto entre el pa­ ---
entre facciones rivales, constituidas por las antiguas familias latino-sabinas y triciado y la plebe se manifiesta también en el social: un aspecto central del

- 56­ - 57­
mismo es la ausencia de conubium entre patricios y plebeyos, lo cual proba­ SCDR. 2 (1990) pp. 91 ss.; FRANCIOSI, Famiglia e persone in Roma antica
blemente se refería a que los hijos nacidos de uniones entre un patricio y una rino, 1989); GUTIÉRRRZ MASSON, Pretory cónsul, en RUC. 75 (1989) pp. 397 ss.;
plebeya (o a la inversa) tenían cerrado el acceso a la aristocracia patricia. A tal KUNKEL (y WITTMANN), Die Magistratur; RArNRR, Einfübrung, pp. 13 ss.; GABBA­
situación -que no sería superada por las XII Tablas- puso fin un plebiscito MANTOVANI, Jntroduzione, pp. 27 ss.; CAPOGROSSI COLOGNESI, Cittadini e tem'­
del año 445 a.C. (lex Canuleia), ratificado por el patriciado, aunque los pa­ torio (Roma, 2000).
tricios no cedieron todavía en ese momento a la presión plebeya de poder
acceder al consulado.
§ 5. EL DERECHO PRIMITNO
Junto a la lucha por el poder político y por la tierra (pues los pa­ 1. Mores maiorum. La ley de las XII Tablas.
tricios se reservaban para sí el aprovechamiento del ager publicus) , Significación y contenido.-3. Evolución del derecho después de
los plebeyos emprendieron también la consecución del objetivo de la la publicación de la ley decemviral.
equiparación jurídica; en ese marco político se elaboró la ley de las
XII Tablas, que constituye un momento especialmente importante en
el proceso constructivo de un modelo de ordenación de la conviven­
cia política basada en normas jurídicas públicamente conocidas, so­ 5.1. «Mores maiorum». «Leges regiae»
cialmente legitimadas y de aplicación general.
El primitivo derecho de la cívitas se encuentra en normas de con­
BIBLIOGRAFIA ducta no escritas nacidas en el seno de la comunidad y fijadas por su
observación constante; esa serie de usos o mores serían calificados
«Regnu11P>, en SDHI. 17 (1951) pp. 1 ss.; FRACCARO, La storia dell'an­ después como <mores maiorum». Aunque no tenían una fundan
ticbissimo esercito romano e l'eta dell'ordínamento centuriato, en Opus­ tación religiosa, su validez descansaba en la creencia comunitaria de
cula 2 (Pavia, 1957) pp. 287 ss.; DE Primordía civítatis (Roma, su adecuación al orden ético querido por la divinidad; ello permitió al
1959); El «jJOntifex maJCimus» y el problema de la distinción entre
magistraturas y sacerdocios, en AHDE. 38 (1968) pp. 26 ss.; DE colegio de pontífices ejercer en el período más antiguo un monopo­
Costituzione P; GUARlNO, Le origini quiritarie (Napolí, 1973); RICHARD, [es lio sobre la interpretación jurídica, hasta que se desarrolló una con­
on'gines de la plebe romaine. Essaz' sur la formation du dualisme patricío­ cepción laica del derecho y una Jurisprudencia desvinculada del cole­
plébéien (Paris-Roma, 1978); M. A. LEVl, 11 tn'bunato della plebe (Milano, (§ 10.
1978); CAPOGROSSI, Ston'a delle istituzioni arcaícbe (Roma, 1978); RICHARD,
La popufation romaine a l'épocbe arcbaique: sa composition, son évolu­ Por otra parte, las fuentes romanas mencionan con relativa fre­
fíon, ses structures, en Roma arcaica e le recenti scoperte arcbeologicbe (Fi­ cuencia una serie de preceptos sacros y jurídicos atribuidos a los re­
renze-Milano, 1979-1980) pp. 57 ss.; A. D'ORS, Inauguratio, en Ensayos de yes (leges regiae), que habrían sido ordenados a fines del siglo VI a.C.
teoría polftica (Pamplona, 1979) pp. 80 ss.; HEURGON, Roma y el Mediterrá­
neo occidental, trad. esp.3 (Madrid, 1983); LoBRANO, JI potere dei tribuni de­ por el pontífice Sexto (?) Papirio, y de ahí que se denomine a esa co­
/la plebe (Milano, 1982); VIÑAS, Función del tribunado de la plebe (Madrid, lección ¡us Papirianum (Dionisio Ha!. 3.36.4, D. 1.2.2.2).
1983); G1JIZZI, S.V. Pontefice, en EdD. 34 (1985) pp. 243 ss.; MOMIGUANO, Il
«rex sacrorum» e l'origine della Repubblica, ahora en Storia e storiogrcifia
antica (Bologna, 1987) pp. 231 SS.; CRRAMI, Potere ed ordinamento nella es­ Al margen de las fuentes literarias, Marcelo es el único jurista que re­
perienza costituzionale romana (Napolí, 1987) pp. 97 ss.; WIFACKER, Rom. cuerda en los textos de que disponemos el contenido de una de esas leyes:
Recbtsgescbicbte 1 (München, 1988) pp. 185 ss.; CAPOGROSSI, en Lineamenti 2 , la que prohibía enterrar a una mujer embarazada sin haber extraído previa­
pp. 3 ss.; VALDITARA, Studi sul «magíster populi» (Milano, 1989); VALDITARA, J mente el feto (D. 11.8.2). Para las referencias en las fuentes a estas leges:
«sentores» e l'ordinamento centun'ato, en SDHI. 55 (1989) pp. 253 ss. FIRA I, pp. 3 ss.

- 58­ - 59­
PRIMERAS INSTITUCIONES POUTICAS y DERECHO ARCAICO § 5
En el ámbito científico se ha discutido sobre las características y la misma
existencia de las regiae, pero no parece que pueda dudarse de su his­ ciones en textos literarios de la última época republicana y en textos
toricidad. El origen estas leges quizá deba buscarse en la práctica de go­ jurídicos y literarios del Principado. Los preceptos conservados per­
bierno y en la administración de la justicia por parte del rey; por ello, no es
miten apreciar un estilo sumamente conciso, sencillo y elegante en la
obligado pensar en declaraciones formales dictadas por el rey a los ciudada­
nos reunidos por curias (aunque eso sea lo más probable) y, desde luego, no redacción, que adopta ordinariamente la forma condicional en su ini­
debió de tratarse de votadas en comicios. cio e imperativa en la conclusión. Sin duda alguna, las XII Tablas cons­
tituyen una clara manifestación del genio jurídico romano.

5.2. La ley de las XII Tablas. Significación y contenido Según se suele decir, las tablas originarias se perdieron en el incendio de
Roma perpetrado por los galos a comienzos del siglo IV a.C., y ya no fueron
reproducidas. Su contenido se transmitió sobre todo de forma oral; todavía
El primer gran monumento jurídico romano es la ley de las XII Ta­ a principios del I a.e. los niños romanos las aprendían de memoria can­
blas (451-449 a.e.), nombre que proviene de su publicación en doce tadas (Cie., de leg. y 2.23.59), lo que se veía favorecido por la sencillez
tablas de madera (Pomponio, D. 1.2.2.4, dice erróneamente que eran sintáctica y la musicalidad de sus preceptos. Es probable que con el paso del
tiempo se fueran adaptando al lenguaje de la época expresiones arcaicas,
de marfil). Fueron redactadas por una comisión de diez personas (de­
pero no parece que ello hubiera afectado al contenido sustantivo de los pre­
cemviri legibus scribundis) y su realización obedeció a la pretensión ceptos.
plebeya de que el ius estuviera fijado por escrito. Aunque los decem­
Hacia el año 200 a.e. el jurista Sexto Elio Petón recogió en sus Tripertita
viros introdujeran algunas innovaciones, la mayor parte de los pre­
(§ 10.1) un texto de las XlI Tablas, sin duda el que se conocía en su y
ceptos debieron provenir de los mores, que acaso estuvie­ del que debieron servirse las generaciones posteriores. El carácter
ran ya compilados en colecciones pontificales previas. A<;Í pues, la de las citas relativas a preceptos de la ley decemviral sólo permite una re­
legislación decemviral viene a ser la fijación por escrito del derecho construcción aproximativa del orden interno de la misma; las distribuciones
tradicional anterior custodiado por los pontífices, y su trascendencia modernas en distintas tablas de los fragmentos y referencias conservados, se­
no radica tanto en los preceptos recogidos como en su publicación. gún las materias, son todas muy dudosas. Ediciones: BRUNS, Fontes, pp. 15 ss.;
FIRA, 1, pp. 21 ss. Un texto con trad. esp. de RASCÓN y GARCÍA GONZÁLEZ, úry de
Por lo demás, aunque las XII Tablas quedarían superadas en gran me­
las XlI Tablas (Madrid, 1993).
dida con el transcurso del tiempo, nunca fueron derogadas forma
expresa.
En la tradición jurídica y constitucional romana se otorga a la ley
de las XII Tablas una significación, ante todo, de carácter político; en
Según el relato tradicional (Livio 3.9-57; Dionisio Ha!. 10.1-60), el primer
año una comisión de diez patricios redactó diez tablas y al año siguiente se la publicación del conjunto normativo contenido en la ley de­
eligió una nueva comisión de diez miembros, de la que formaban parte ya cemviral constituye una manera de realización del modelo convi­
tres plebeyos, que redactó las dos últimas tablas; también habla el relato tra­ vencia representado por la polis ateniense, que implica la existencia
dicional del envío de una embajada a Grecia para estudiar la legislación ática, de normas escritas y la igualdad de todos los ciudadanos ante el or­
lo que resulta altamente improbable; en cambio, no es descartable la in­
fluencia sobre todo por el contacto con las colonias del sur de Italia den jurídico. Por otra parte, el derecho (ius) aparece ya diferenciado .
«<Magna de las reglas y preceptos que pertenecen a los ámbitos moral y reli­
gioso (fas), 10 que constituye el punto de partida para la seculariza­
ción de aquél.
texto de las XII Tablas no ha llegado hasta nosotros, y sólo co­
nocemos fragmentos y referencias sueltos del mismo gracias a men­ El análisis del contenido de los preceptos de la ley de las XII Ta­ ~/,
bIas permite una reconstrucción aproximativa de la estructura de la
-60­
- 61­
§5 HISTORIA DEL DERECHO ROMANO Y SU RECEPCION EUROPFÁ PKIMbI<A:; lN~TrrULl!JNb:S POLlTlCA::i y Dt;HI!CtiO AJ:{lA[CO ~ ,
ordenación de las relaciones de derecho privado, a las que 5.3. Evolución del derecho tras la publicación
mentalmente se refiere la legislación decemviral, y que constituyen el de la ley decemviral
marco de la evolución posterior del íus cívíle.
La publicación del derecho que se produce con la ley de las XII Ta­
blas no eliminó, en modo alguno, la necesidad de la intervención de
El ordenamiento jurídico toma en consideración, por lo que respecta a
sujetos posibles de relaciones jurídicas, no a la persona individual, sino a los la Jurisprudencia pontifical. La ordenación jurídica recogida en la
jefes del grupo familiar (¡Jatres familias); en cuanto derecho propio de la ci­ decemviral no era, naturalmente, completa; pero, además, al igual
vitas, se contempla tan sólo a los ciudadanos como sujetos de derechos. que ocurre con cualquier exposición general de un orden jurídico, los
Desde el punto de vista patrimonial, el derecho de las XII Tablas refleja el re­ preceptos legales requerían una labor de constante interpretación en
conocimiento de la propiedad privada y la prevalencia de los bienes de na­ su aplicación práctica y una tarea de adaptación a las nuevas necesi­
turaleza rustica como principales activos patrimoniales, en coherencia con la
economía agraria propia de la El todavía reducido ámbito de las rela­
dades de la realidad social. Por otro lado, en la ley de las XII Tablas no
ciones negociales se manifiesta en un escaso tratamiento de los cre­ figuraban expresamente ni los formularios negocia les ni los de las ac­
diticios, así como en la vigencia de la ejecución personal ritualizada (manus ciones procesales (legís actiones), que sólo eran conocidos por los
ini'ectio) para sancionar el incumplímiento de la sentencia condenatoria de pontífices. Como consecuencia de todo ello, éstos continuaron de­
un deudor, supuesto al que se equiparan otros títulos ejecutivos. En cuanto sempeñando una función de asesoramiento en la práctica del dere­
al derecho hereditario, la sucesión aparece todavía como un fenómeno que
cho, tanto en relación con los particulares como respecto a los ma­
se resuelve en el ámbito del grupo familiar, y el testamento se presenta aún
como un modo de asegurar la sucesión tan sólo a falta de descendientes di­ gistrados y jueces.
rectos; relacionadas con el fenómeno sucesorio se encuentran las institucio­
La labor de los pontífices se presenta como de desarrollo interpre­
nes de carácter tutelar (tutela y curatela) contempladas igualmente en la ley
decemviral. El derecho penal constituye una materia especialmente relevante tativo (interpretatio) de la decemviral, cuyos preceptos vienen así
en los preceptos de las XII Tablas, en donde se encuentra ya planteada la di­ a constituir el punto formal de referencia legitimadora del derecho
ferenciación entre actos ilícitos que dan lugar a una persecudón pública elaborado por aquella Jurisprudencia, que aparece, consecuente­
mina) y otros (delicta) que tan sólo generan una pena privada de naturaleza mente, como ius legítimum; ello sitúa al derecho elaborado por los
patrimonial, procesalmente exigible mediante una vía civil. pontífices en una posición de derecho derivado y formulado en el caso
concreto por deducción de los principios generales contenidos en los
mores maiorum y en la ley decemviral. Tal interpretatío fue, sin em­
Constituye, sin duda, una característica esencial de la estructura
bargo, creativa, aunque el tenor literal de los preceptos normativos
del orden jurídico que refleja el derecho de lae;¡ XII Tablas la íntima in­
constituía un límite para el desarrollo del orden jurídico; su flexibiliza­
terconexión entre derecho y proceso, que se manifiesta en la existen­
ción pudo producirse posteriormente merced a la potestad edictal
cia de una serie de modos de litigar (legís actiones) para encauzar los
conferida a los pretores encargados de la administración de justicia.
diferentes tipos posibles de controversias de derecho privado. Esta di­
mensión procesal del derecho encontrará después continuidad en el Por 10 que se refiere al derecho público, la evolución se produjo a
desarrollo del ordenamiento jurídico vinculado a la jurisdicción pre­ través de la legislación aprobada en las asambleas populares (§ 11).
toria.

BIBLIOGRAFIA

NOAIIJ.ES, Du droit sacré au droit civil (Paris, 1949); KASER, Das altrO­
mische ius (Góttingen, 1949); Geschíchte 2, pp. 66 ss.; CRIFO, La legge

- 62 -
9 :) Hl:i¡UK1A DEL DEKl:lCHO ROMANO y SU RECEPCION EUROPEA

delle XlI Tavole, en ANRW 1.2 (172) pp. 115 SS.; Ducos, L'irifluence grecque
sur la loi des Douze Tables (París, 1978); BLElCKEN, «Lexpublica». Cresetz und
RechtínderromischenRepublik (BerHn-NewYork, 1978) pp. 9055.; SZEMLER,
s.v. Pontifex, en RE. Suppl. 15 (1978) cols. 331 ss.; GUIZZI, S.V. Pontefice, en
EdD. 34 (1985) pp. 243 ss.; WIEACKER, Altromísche Priesterjurisprudenz, en
Iuris professio. Festgabe für M. Kaser zum 80. Geburtstag (Wien-Küln-Graz,
1986) pp. 347 SS.; Dalle XlI Tavole al'Editto del pretore, en La cer­
tezza del díritto giuridíca romana (Padova,
pp. 51 ss.; BRETONE, Storia, pp. 37 ss.; WlEACKER, Rom. Rechtsgeschicbte 1,
pp. 287 SS.; GUARlNO, Ii dubbío contenuto pubblicístíco delle XlI
Labeo 34 (1988) pp. 323 SS.; TALAMANCA, en LíneamentP, pp. 29 SS.;
I «privilegia» da Cicerone ai romanistí, en SCDR. 2 (1990) pp. 155 ss,;
Religione e diritto in Roma arcaica, ahora en Ars boni et aequí. Festschrift
III
Waldsteín (Stuttgart, 1993) pp. 151 SS.; CANCElli, La giurisprudenza unica DESDE EL SIGLO N HASTA LA CAlDA

dei pontejici e Gneo Flavto (Roma, 1996); TONDO, Appunti sulla giurispru­
denza pontificale, en Per la storia del pensiero giuridico romano. Da/l'eta DE LA REPUBLICA

dei pontefid alta scuola di Servio (Toríno, 1996) pp. 1 ss,; CANNATA, Storia 1,
pp. 16 SS., 89 SS.; PARlCIo,juristas, pp. 23 SS.; GABBA-MANTOVANI, Introduzione,
pp. 187 ss.

A) LA CONSTITUCION POLITICA REPUBLICANA

§ 6. EL REGIMEN POLITICO REPUBLICANO.


INTRODUCCION

La estabilización de la República no se produjo propiamente hasta


la primera mitad del siglo N a.c., con las leges Líciníae Sextiae, del 367
que suelen considerarse como superadoras del antagonismo pa­
tricio-plebeyo y como asentamiento definitivo del republica­
no. se fundaba, como ya en el siglo II a.c. observaba Polibio (His­
toríae, 6.11.11 y 6.18.1), en un equilibrio entre el poder de los
magistrados y la autoridad del Senado, basados ambos en la majestad
(maiesta..,) delpopulus Romanus. El apogeo de la República coincide
con el siglo III y buena parte del II a.c.

Tra~ la publicación de las XII Tablas se reinstauró la magistratura máxima


doble y anual; sin embargo, del 445 al 368 a.C. no aparecen en losfastí sólo
dos magistrados supremos anuales, sino que el número varía, según los años
de dos a aunque la cuestión resulta muy debatida, tal vez durante ese

64­ -65
)1" ~~~V~"""'.L>...I..{""1. .LJ'LL .LJ'LI.'\..l.~"""'.L.L'-' J:n•.."lV.I.I'l.l'll\,J .l J U I\.i:,\,...,J.:.í\....,J.Vl'11 L.Ul\_'-'.L ~ .l..JLv.l..JL ............ ,.U'--JL"-' J. V J. J.J:"1JJ J.I'l..Ll'1 \.....onl.u.n. LJ'.L:. .Ln.. n u r UUJ..A'-..d"l.

os I

tiempo se eligieran dos magistrados máximos y, junto a ellos, otros magis­ BIBLIOGRAFIA
trados con potestad consular (tribuni militum consulari potestate) en fun­
ción de las necesidades políticas y militares del momento. Desde las leges Li­ CAssolA, I gruppi politici romani nelIll secolo a.e. (1962; rimp. Roma,
ciniae Sextiae del 367 a.e., los magistrados supremos (consules) fueron 1968); DE MARTINa, Costituzione 12 YIF; VOGT, Die romische Republik 6 (Frei­
establemente dos, y uno de ellos solía ser siempre plebeyo; a su lado apare­ burg, 1973); LuzZATTo, Roma e le province, vol. 1: Organizzazione, econo­
ce el pretor (praetor) como collega minoro mia, societa (Bologna, 1985); CRAWFORD, La República romana, trad. esp.2
(Madrid, 1988); WlEACKER, Rom. Rechtsgeschichte 1, pp. 221 ss. y 343 ss.; AA.
Hacia el año 270 a.e. Roma domina ya la península itálica, y a mediados w. bajo la coordinación de A. Momigliano y A. Schiavone, Storia di Roma, 1:
del siglo II a.e. el Mediterráneo. La organización de los territorios conquista­ Roma in Italia (Torino, 1989) y II.l: La Repubblica imperiale (Torino,
dos no fue uniforme, sino que siguió distintos criterios; un sistema muy uti­ 1990); MANTOVANI, JI profilo greco della costituzione romana, enAthenaeum
lizado por Roma para la organización de la península itálica primero, y de las 86 (1998) pp. 497 ss.; GABBA-MANTOVANI, Introduzione, pp. 55 ss.; y la reseña­
provincias después, fue el de las alianzas (foedera, término éste de oscuro da en los capítulos siguientes.
origen pero sin duda emparentado confides); se distingue entre alianzas en
plano de igualdad entre las partes (foedera aequa), que fueron las menos, y
en plano de desigualdad (foedera iniqua). El territorio itálico en gran medi­
da formó parte del ager Romanus, y las tierras podían concederse a los par­ § 7. LAS ASAMBLEAS POPULARES
ticulares (ager privatus) o tener la condición de públicas (ager publicus) ad­
ministradas por el Senado. Cierta autonomía tenían las colonias (coloniae)
1. Los comicios centuriados.-2. Los comicios por tribus.-3. Los
de ciudadanos romanos asentados en lugares de importancia militar, a los
concilia plebis.
cuales se solía atribuir determinada cantidad de tierra; distintas de las colo­
nias son las comunidades preexistentes anexionadas (municipia), que con­
servaban en todo o en parte sus instituciones. Los territorios extra-itálicos so­ Los antiguos comicios por curias (comitia curiata) pierden rele­
lían encomendarse en un primer momento al magistrado conquistador, y vancia en época republicana; en su lugar actuaban como represen­
luego, una vez pacificados, el Senado los atribuía habitualmente a ex-magis­ tantes treinta lictores convocados y presididos por el pontífice máxi­
trados urbanos; en el año 81 a.e., una lex Comelia (de Sila) de provinciis or­ mo. Al margen de las funciones originarias (§ 4.3) no se les atribuyó
dinandis estableció ya que los magistrados urbanos con imperium, una vez ninguna nueva.
concluido el año de magistratura urbana, se ocuparan 'del gobierno de las dis­
tintas provincias (el nombre que recibían era el de pro-cónsules o pro-preto­ Para tomar decisiones, el pueblo se agrupaba en esta época de dos
res, según los casos). Las primerasprovinciae fueron las grandes islas próxi­ formas: por centurias y por tribus; también por tribus se reunía la ple­
mas a la península itálica: Sicilia, Córcega y Cerdeña (finales del siglo III a.e.), be de forma autónoma.
y su número alcanzó el de dieciocho a finales de la República; España, desde
el 197 a.e., hasta la época de Augusto, estuvo dividida en dos provincias: Ci­ Cuando no se trataba de votar, sino de notificar algún asunto, o introdu­
terior y Ulterior. cir oradores para que persuadieran a los ciudadanos, etc., el pueblo se reu­
nía a propuesta del magistrado de manera informal (contio). Las contiones
Aunque en la constitución republicana el poder derivara formal­ sirvieron de plataforma pública para los líderes políticos.
mente del pueblo, pues él elegía a los magistrados (§ 7) que luego in­
tegrarían el SeQado (§ 9), desde el punto de vista político la primacía
correspondía ¡·la aristocracia senatorial. 7.1. Los comicios centuriados
La crisis de la constitución republicana es ya perceptible en la se­
gunda mitad del siglo 11 a.c., y abarca un siglo entero (§ 13.1). Ese mo­ La más importante de las asambleas populares republicanas fue­
mento de profundas convulsiones políticas y sociales coincide con el ron los comicios centuriados (comitia centuriata), derivados de la
primer gran desarrollo de la actividad creadora de la Jurisprudencia. organización militar por centurias. Aunque la tradición los remonta a
Servio Tulio, a la par de la reorganización serviana del ejército (§ 4.5),

- 66­ - 67­
,. , LJJ:..:JUI.:. eL .:JIULV IV I'1.lh')If\ 1.J\. L.fUU1\ u n Lt\. 1"tr.runLl\....l\. S I

su configuración tal vez no sea anterior a los primeros años de la Re­ centurias. Debe tenerse en cuenta, no obstante, que la pena de muerte no se
pública (quizá principios del siglo V a.c.). En todo caso, su existencia aplicaba muy a menudo, pues mientras no se pronunciara el último voto de­
a mediados del siglo V a.c. resulta incuestionable si, como todo in­ cisivo para la condena del reo podía éste acogerse a la pena sustitutoria del
exilio, que conllevaba además la pérdida de la ciudadanía y de sus bienes. So­
duce a suponer, la referencia de las XII Tablas al comítiatus maximus bre la prolJocatio ad populum: § 8.1.
alude precisamente al comicio centuriado o «máximo».

En total existían 193 centurias. El voto de cada centuria, obtenido tras 7.2. Los comicios por tribus
computar los votos de sus individuales integrantes, era único, y como los más
ricos disponían de la mayoría absoluta con 98 centurias (18 de equites y 80 A diferencia de los anteriores, los comicios por tribus (comitia
de la primera eran ellos los que en la práctica tomaban todas las deci­ tn'buta) no tuvieron un origen militar, sino civil. En este caso, los ciu­
siones. De la mayor parte de las veces los más pobres ni siquiera lle­
dadanos se dividían según su adscripción a las distintas
gaban a votar, pues la votación se paralizaba una vez obtenida la mayoría ab­
soluta. Así pues, estos comicios estaban dominados por los patricios y por los ciones del territorio romano (tribus).
plebeyos más adinerados.
Además de las 98 centurias indicadas existían, hasta completar las 193, 20 Como ya se indicó (§ 4.4), al final del período monárquico existían cua­
centurias de la segunda, tercera y cuarta clase, y 30 de la quinta; las cinco res­ tro tribus urbanas, en las que fue dividida la ciudad, y dieciséis rústicas, que
tantes correspondían a las centurias más pobres que en la guerra no llevaban aumentaron hasta quedar fijadas en treinta y una en el año 241 a.e.: en total,
armas (músicos, auxiliares, etc.). Dentro de las distintas clases de pedí/es, pues, treinta y cinco tribus. También aquí prevalecía el criterio de la riqueza,
existía el mismo número de centurias de ¡uniores (menores de 46 años) y de pues al ser cada tribu una unidad de sufragio, los que tenían tien'as (adsidui)
seniores (de 46 a 60).-La división en clases debió hacerse originariamente primaban sobre los que carecían de ellas, concentrados éstos en las cuatro
las propiedades fundiarias; luego, tras la reforma de Appio Claudio el tribus urbanas. El origen de los comicios por tribus es oscuro y discutido;
Censor del año 312 a.e., con fundamento en todo el patrimonio. La primera quizá, como sostiene una difundida opinión, no sean anteriores al III
clase estaba integrada por los ciudadanos con más de 100.000 ases, la segun­ a.C., pero las fuentes hablan ya de ellos a propósito de la (a su vez muy dis­
da por los de más de 75.000, y la tercera, cuarta y quinta por los de más de cutida) lex Manlia de IJicesima manumissionurn, de 357 a.e., rogada ante
los comicios por tribus por el cónsul Cn. Manlio Capitolino, que estableció
50.000, 25.000 Y 12.500, respectivamente. La reforma de los comicios por
un impuesto del cinco por ciento en las manumisiones de esclavos.
centurias en la segunda mitad del siglo III a.e. presenta muchas oscuridades.

Los comicios centuriados sólo podían ser convocados por un ma­ Los comicios por tribus también debían ser convocados por un ma­
gistrado con imperiwn, y sus funciones eran: la elección de los magis­ gistrado con imperium, y sus funciones principales consistían en ele-
trados «mayores» (cónsules, pretores y censores); la aprobación de las a los magistradores «menores» y en votar las leyes propuestas por
leyes, siempre a propuesta de un magistrado con impenúm, entre las los magistrados con imperium. Los magistrados con imperio podían
que se cuentan también -y probablemente sean las más antiguas-las rogar los textos legislativos tanto ante los comicios por centurias como
llamadas de bello indicendo, es decir, leyes por las cuales el pue­ ante los comicios por tribus, pero en la práctica, salvo las leges de bello
blo aprobaba las declaraciones de guerra (y de paz); y la jurisdicción pe­ indicendo, solían presentarlos para su aprobación ante estos últimos.
nal en determinados crímenes (sobre todo, aunque no sólo, de carác­
ter político), y siempre que estuviera en juego la
7.3. Los «concilia plebis»

Las XlI Tablas (IX.2) establecían que sobre la vida y muerte de un ciuda­ También por tribus se agrupaba sola la plebe, cuyas asambleas
dano sólo podía entender el «comicio máximo» (cor.nitiatus maximus) por (concilia plebis tributa) terminaron por equipararse con los comi­

-68 69­
" '
'" " " ' - ' .................... .L ......,.~.~ ......... .lu........................ J.,"'JH'JJ"l.L"\.J • JU nLvnrvlVi"l nU.l\.\...Jr.t.:..l"\,

cios. Los plebeyos se reunían bajo la presidencia de los tribunos de la § 8. LAS MAGISTRATURAS
plebe (tribuni plebis) , para elegir a sus propios magistrados (tribunos
y ediles plebeyos: § 4.5) Yaprobar las propuestas realizadas por los tri­ 1. y potestas.-2. Características de las magistratu­
ras.-3. Las distintas magistraturas.
que reciben el nombre de plebiscitos (plebiscita).
Los plebiscitos vinculaban en principio sólo a la plebe, pero con la
tsl<l.dual superación de la antítesis patricio-plebeya, llegaron a vincular 8.1. dmperium» y «potestas»
a todos los ciudadanos e incluso a adoptar la denominación general
de leges. La equiparación definitiva de los plebiscitos a las leyes comi­ En el régimen político republicano el poder residía en los magistra­
ciales se produjo en el año 286 a.e. (lex Hortensia, que cierra el lar­ dos, elegidos por las asambleas populares. La potestad o poder máxi­
go conflicto patricio-plebeyo), y desde entonces muchas de las mo recibe el nombre de imperium y lo detentaban los cónsules; junto
--entre las que se cuentan la mayoría de las que afectan al derecho y a ellos figuraban los pretores, que al encargarse de la jurisdicción eran
al proceso privado- fueron plebiscitos. los magistrados más importantes en el ámbito del derecho. El resto de
los magistrados (salvo los dictadores, que tenían carácter extraordina­
La equiparación (exaequatio) de los plebiscitos a las leyes comiciales
carecían de imperium y sólo tenían poder en esferas concretas.
presenta muchas dudas desde el punto de vista histórico, pues la tradición
habla de que fue reconocida por tres leyes: una lex Valeria Horatia del 449 El contenido del imperium era muy amplio: junto al mando su­
a.e., otra lex Publilia Philonis del 339 a.C., y la ¡ex Hortensia del 286 a.e.
premo mílítar, comprendía también la facultad de convocar a los co­
Suele desecharse por inverosímil (?) la primera de ellas, mientras la segunda
propiciaría la equiparación que los plebiscitos obtuvieran la aucto­ micios y al Senado (ius agendí cum populo y tus agendí cum patri­
ritas del Senado, y la lex Hortensia aboliría este último requisito. bus), la jurisdicción (iurisdictío) -que pronto se reservó a los
pretores-, la posibilidad de dar edictos (ius edícendi) y un amplio
Quizá a finales del siglo III o principios del II a.e. se otorgó a los tribunos
de la plebe la facultad de convocar y presidir el Senado (§ 9.1), lo que suce­ poder disciplinario (coercitio) que suponía la facultad de dictar órde­
dió antes de que una lex Atinia de tribunis plebis in senatum tep,~enazs nes y castigar a quienes las infringían con multas y penas aflictivas, in­
fecha incierta, pero siempre de la segunda mitad del siglo II a.e.) concedie­ cluso la de muerte. Sin embargo, y ya desde muy temprana época re­
ra a los ex-tribunos el derecho a formar parte del Senado.-EI publicana, el poder coercitivo de los magistrados se vio limitado
ro de tribunos, diez (§ propiciaba que siempre hubiera alguno nrrv-H""...
cuando se trataba de imponer graves penas a los ciudadanos, sobre
a la nobleza senatorial, y al final de la República el tribunado de la
dó con frecuencia convertido en instrumento en manos del Senado. la muerte; en tales supuestos el ciudadano amenazado podía
en su ayuda al pueblo» (provocare ad populum) para que se
siguiera contra él un

BIBLlOGRAFIA
El origen de la provocatío ad populum es oscuro, pero quizá no
s.v. Comitia, en NNDJ. 3 (1959); DE MARTINO, Costituzione P, que buscarlo necesariamente en las luchas patricio-plebeyas (es decir, que
pp. 456 ss.; SERRAO, S.V. (Dir. rom.) en EdD. 23 (1973) pp. 794 ss.; GUA­ un plebeyo amenazado por un magistrado patricio llamara a la masa plebeya
ruNO, L'«exaequatio dei «jJlebisscita», ahora en GUARINO, Le origini en su ayuda) sino verlo como mecanismo originario del patriciado para pre­
quiritarie (Napolí, pp. 162 ss.; BISCARDI, «Auctoritas patrum» caverse ante posibles abusos de sus magistrados. La tradición habla de tres
1987) pp. 75 SS., 218 ss. y 253 ss. (sobre la exaequatio de los plebiscitos a la}¡ Valeriae de provocatione (de hacia el 500, 449 y 300 a.e., respectiva­
leges); WIEACKER, Rom. Rechtsgeschichte 1, pp. 388 ss.; ALBANESE, «Maximus ca­ mente); se suele considerar como histórica sólo la última, pero existen mo­
mitiatus», en E>tudios Iglesias 1 (Madrid, 1988) pp. 13 ss.; CAssOIA Y LABRUNA. tivos para pensar que quizá también pudieran serlo las otras dos. La posibili­
en Lineamenti 2 , pp. 206 ss.; RAINER, Einführung, pp. 102 ss. dad de provocare ad populum sólo cabía originariamente en Roma, y no en

-70­ -71
campaña militar; tampoco en los períodos excepcionales en que se nombra­ quier decisión suya. La intercessio podía ejercitarla también un magis­
ba un dictador. Según parece lo más probable, la provocatio ad populum no trado de rango superior, e igualmente (§ 4.5) los tribunos de la plebe.
tuvo el carácter técnico de una apelación.
Por último, los magistrados no cobraban por el desempeño de su
oficio, que era un honor, y de ahí que nadie sin suficientes recursos eco­
8.2. Características de las magistraturas nómicos pudiera aspirar en la práctica a los cargos públicos. En realidad,
las magistraturas no sólo eran gratuitas, sino que a menudo comporta­
Las magistraturas romanas eran anuales, colegiadas y gratuitas, si ban cuantiosos gastos: sufragar obras de utilidad pública, juegos, etc.,
bien las dos primeras características presentan alguna excepción. prometidos por lo común al presentar la candidatura (pollicitatíones).
Pese a ello. como es comprensible, los cargos eran muy ambicionados.
Los magistrados desempeñaban el cargo durante un año; sólo en
caso de que las necesidades militares lo exigiesen, un magistrado con La corrupción electoral de los candidatos fue reprimida por las distintas
imperium podía ver prorrogada su jefatura militar (prorrogatío ím­ leges de ambitu.
perií). limites distintos de tiempo tenían los dictadores, elegidos pa­
ra circunstancias excepcionales, que no podían ocupar el cargo du­
rante más de seis meses, y los censores, que se elegían cada cinco 8.3. Las distintas magistraturas
años y cesaban en su actividad como máximo al año y medio.
a) Los magistrados supremos ordinarios eran los cónsules
Al resultar elegidos, los magistrados prestaban un juramento promisorio en la primera época republicana tuvieron el nombre de praetores: de
sobre su correcta actuación al desempeñar su oficio; al finalizar el mismo prae-itor, el que va delante y conduce al a quienes se con­
prestaban otro asertorio de haber actuado honestamente y con respeto a la fería el imperium máximo, tanto de paz como de guerra, lo que les
legalidad vigente. Eventualmente, al concluir su magistratura podía seguirse atribuía competencias ilimitadas salvo las encomendadas a otras ma­
un proceso criminal público contra ellos.-Dos o más magistraturas no po­
gistraturas. Su número constante fue el de dos y ambos daban nom­
dían ejercerse de forma simultánea, y tampoco cabía la reelección o alcanzar
una magistratura superior en años seguidos. La carrera política ho­ bre al año (cónsules «epónimos»).
norum) comenzaba por la cuestura, seguía con el edilado (o, en su caso, el
tribunado de la plebe), y luego con la pretura, el consulado y la censura; es­ En Roma, al igual que sucedía en otros pueblos antiguos, cada año se da­
te orden aparecía en la lex Villía, del 180 a.c., pero recoge una práctica an­ taba con el nombre de los magistrados máximos de ese año, y de ahí la im­
terior.-La edad mínima para optar a las distintas magistraturas experimentó portancia de conservar las lístas de los epónimos. A veces el año se refería re­
con el tiempo algunas variaciones; en la tardía República se exigían 31 años montándose a la fundación de Roma (ab urbe condita) , o a la expulsión de
para ser cuestor, 37 para ser edil, 40 para la pretura y 43 para el consulado. los reyes (post reges exactos).-El vocablo consul es de oscuro; su re­
Estas limitaciones, que sometían a estrictas normas el ascenso político de los lación con consulere, «consultar» (a los dioses y al Senado), parece clara: cfr.
ciudadanos, trataban de impedir las carreras políticas meteóricas, como, por Cicerón, de legibus 3.3.8.
ejemplo, la que había tenido Escipión Africano; con ello se dificultaba el ca­ De entre los dos cónsules, el pn'or era el que había sido más votado, y el
mino a personalidades brillantes y se favorecía el ascenso de hombres menos maiar era el de mayor edad. La expresión consules de::."ignati aludía a los cón­
enérgicos y más manejables por el Senado. sules elegidos pero que aún no habían entrado en funciones. Armatus se decía
del cónsul que guiaba el ejército, togatus del que permanecía en la Urbe. Doce
Exceptuando la dictadura, las magistraturas romanas fueron cole­ lictores con fasces precedían y acompañaban al cónsul en sus salídas públicas.
giadas, pues simultáneamente se investía con idéntico poder a varios
casi siempre en número par. Cada magistrado tenía el po­ b) Desde el año 367 a.e. (leges Liciniae Sextiae) aparece junto a
propio de su cargo, pero venía limitado por el idéntico poder de los cónsules la figura del pretor (praetor), formando en principio co­
su colega (o colegas), que podía vetar o paralizar (intercedere) cual­ legialidad con ellos como collega minor, también provisto de impe­

72­ -73­
.lJC.;),LIC .eL "l\JLV 1 v r.l11.;:) 11'\ 1.1'\ \....ruVf\. un l..t\. .t'U!.l"UOL1\...J\ ~1'I

rium. Al pretor se le confió especialmente una de las facetas del im­ poralmente limitada de concentración del poder político en circunstan­
perium: la jurisdicción (iurisdictio). Hacia el año 242 a.c., debido a la cias de especial gravedad. La difusión de los términos «dictadof» y «dic­
proliferación de los litigios, se creó un segundo pretor para que se tadura» en sentido peyorativo como forma inconstitucional de gobier­
ocupara en particular de los litigios entre ciudadanos y extranjeros o no, por lo común arrancada por la fuerza, es moderna.
entre extranjeros entre sí (siempre, naturalmente, dentro de Roma):
El dictador solía nombrar a un comandante de la caballería (magíster
ése es llamado pretor peregrino (praetor peregrínus). Desde ese mo­ equitum) subordinado a él (Cicerón, de 3.3.9). las últimas dictadu­
mento existieron dos pretores, aunque su número iría aumentando ras, propiamente tales, se producen en de la Segunda Guerra
con el tiemoo (cfr. Pomponio, D. las dictaduras del siglo 1 a.e. (Sila y en plena crisis de la constitución
republicana, tienen ya un carácter diferente.-Sobre el llamado senatuscon­
En el período republicano el procedimiento de los juicios privados esta­ sultum ultímum: § 9.2.
ba dividido en dos fases (in iure y apud íudicem); el pretor estaba presente
°
en la primera de ellas, que tenía carácter prelíminar introductorio y en la
d) Pese a carecer de imperium, magistrados de muy alto prestigio
que quedaban fijados los límites de la controversia, mientras que de las prue­
bas y la sentencia se ocupaba un particular (o, en algunos casos, varios) ele­ fueron los censores, elegidos cada cinco años y por un tiempo máximo
gido de común acuerdo por los litigantes. de dieciocho meses (límite quizá fijado por una lex Aemílía, del 434
Ordinariamente juzgaba una sola persona (iudex, m-bíter), aunque en de­ a.c.); debido a la importancia de sus funciones eran elegidos por los
terminadas materias de interés público se elegían tres o cinco recupera/ores. De comicios centuriados (al igual que los cónsules y pretores), y la censu­
algunas cuestiones importantes, sobre todo en matetia hereditaria, se ocupaba ra se consideró como la culminación de la c.arrera política, pues los
un tribunal pelmanente, los centumvíri (en época republicana formado por censores se elegían prácticamente de entre los ex-cónsules.
ciento cinco miembros, tres por cada tribu), que presenta muchas oscuridades.
Todavía peor conocidos son los decemviri (sf)litibu..<; iudicandís: vid. ínfra.
Su función consistía en elaborar el censo (census) de ciudadanos, de la
e) En circunstancias extraordinarias de peligro para la República, que deriva su nombre; todos los patreifamilías debían presentarse obligato­
riamente ante el censor y realizar una declaración jurada de su patrimonio (y
interno o externo, se nombraba un dictador (dictator o magíster po­ de otros datos: edad, número de hijos, ete.); en función de esos datos, que
puli: era su verdadero nombre: Festo, S.v. optima lex; los censores valoraban libremente, los ciudadanos quedaban integrados en
de legíbus 3.3.9) al que se otorgaba el ímperium máximo, quedando las diferentes centurias y tribus. Ejercían también un control de las costum­
supeditadas a él todas las magistraturas ordinarias. En su designación bres sociales, y cuando un ciudadano había observado un comportamiento
nada tenían que ver las asambleas populares, pues lo nombraban los contrario a los boni mores podían declararlo infame a través de la llamada no­
ta censoria, con efectos sociales, políticos y jurídicos. Al terminar su oficio
cónsules tras consultar con el Senado. El dictador permanecía en su tenía lugar una ceremonia religiosa de carácter purificador denominada tus­
cargo el tiempo necesario para solucionar el problema que había mo­ trum, que al celebrarse cada cinco años pasaría a designar ese plazo de tiem­
tivado su nombramiento, y nunca por más de seis meses; este límite po. Además, estos magistrados estaban encargados de realizar los arrenda­
.=~_,,_,.1 quizá derive de que el antiguo magíster populi, auxiliar mi­ mientos a particulares del ager publicus, así como otros contratos de utilidad
rey (§ 45), mandaba sólo dumnte la mitad del año, de pri­ para la res publica. Una lex Ovinía, de finales del siglo IV a.C., les confió la
elección de los senadores. Todas estas funciones les otorgaban de hecho un
mavera a otoño. Frente a sus decisiones no cabía intercessio (al no te­ amplio control sobre la vida pública y privada romana.
ner magistmdo de igualo mayor poder) y tampoco la prolJocalio ad
populum, por lo que con su nombmmiento quedaban en suspenso
las garantías constitucionales ciudadanas. e) En el año 367, con la-'> leges Liciniae Sextíae, aparecen los edi­
les eurules (aedíles curules) , creados a imitación de los ediles plebe­
La dictadura romana nada tiene que ver, pues, con formas autorita­ yos que existían desde mucho tiempo antes (§ 45). Estos magistrados
rias o ilegítimas del poder, pues era una institución constitucional y tem­ menores eran elegidos por los comicios por tribus, mientras la asam­

74 75
)i7

blea plebeya continuó eligiendo a sus propios ediles. Las funciones BIBLIOGRAFIA
características de estos magistrados eran: el cuidado y vigilancia de la
ciudad (cura urbis), la vigilancia de los mercados (cura annonae), y DE MARTINa, Costituzione 12, pp. 406 ss. y 112, pp. 216 ss.; CAssOIA y LABRU­
NA, en LineamentP, pp. 127 ss. y 164 ss. GUARINO, Storia~, pp. 214 ss.; KUNKEL,
la organización de los espectáculos públicos má..<; importantes (cura Die Magistratur (fundamental); RAINER, Einführung, pp. 41 ss.
ludorum sollemnium). Al margen de unas limitadas facultades coer­
citivas en el ejercicio de sus funciones, los ediles curules tenían
dicción en las controversias de mercado y en algunos asuntos relati­ § 9. EL SENADO
vos a la seguridad ciudadana; para ello publicaban un edicto similar al
1. Composici6n.-2. Competencia!;~
pretorio (edictum aedilium curulium: § 12.2 Y 15.3).

9.1. Composición
f) Magistrados menores muy antiguos son los cuestores (quaestores) ,
que en origen eran simples auxiliares de los magistrados máximos y elegidos El órgano constitucional republicano más importante e influyente
directamente por éstos: luego, sin que sepamos el momento histórico exac­
fue el Senado. Estaba compuesto por trescientos miembros, número
to, fueron elegidos ya por los comicios por tribus. Al principio eran cuatro
por cada cónsul), pero su número aumentó, en función de necesidades que permaneció constante ha<;ta que en el siglo 1 a.e. Sila lo elevó a
__11.: __ ~ y militares, hasta veinte tras la reforma de Sila. Entre sus funciones seiscientos y luego César a novecientos. Si es cierta la tradición, que
la custodia del erario público,la de los documentos públicos, etc., y atribuye a los reyes el nombramiento de los antiguos senadores (§ 4.2),
desde mediados del siglo 1II a.c., cuatro de ellos, denominados quaestores debe admitirse también que en el primer período republicano fueran
<-u~¡¡<-t, se ocupaban del armamento y mantenimiento de la flota. Pese a que
designados por los magistrados supremos; desde la lex Ovínia, de fi­
la nomenclatura sea la misma, no parece que tengan nada que ver estos ma­
gistrados menores con los quaestorespar(r)ícidíi, encargados de indagar so­ nales del siglo Iv, su elección --de carácter vitalicio- se confió a los
bre la responsabilidad de los reos de homicidio. censores, que en la práctica elegían siempre, siguiendo una costumbre
anterior, a los ex-magistrados.
Además, existieron otros magistrados de rango inferior, como, desde
principios del siglo III a.c., los tríumvirí capitales o noc/urni, funcio­
nes principales eran la encarcelación de los acusados proceso Dentro del Senado existían distintos <<órdenes» jerarquizados, en función
público y la custodia de las cárceles públicas, la vigilancia de las ejecuciones de la magistratura que hubieran desempeñado antes los senadores; el más al­
capitales (cumplidas éstas, por lo común, por un esclavo público: carnifex) to rango lo ostentaban los ex-censores y ex-cónsules (que eran los primeros
y la vigilancia nocturna, y los tríumviri moneta/es, de vigilar la en tomar la palabra y emitir su parecer), luego los ex-pretores, y así sucesiva­
emisión de moneda. A estos dos colegios magistratuales inferiores hay que mente.-Como los censores elegían siempre a los ex-magistrados, se introdu­
agregar otros tres (los quattuorviri praefectí, encargados de la jo en la práctica la costumbre de que los magistrados al concluir su magistra­
en Capua y otras ciudades en lugar de los pretores; los decemvirí stlitibus iu­ tura pudieran entrar en el Senado e intervenir en las sesiones, aunque todavía
dicandis, que presidían los juicios desarrollados ante los centumviri: vid. su­ no hubiesen sido confirmados por los censores.-La denominación de C011S­
pra; y los quattuorvíri viis in urbe purgandis y duoviri viis extra urbem cripti, los «añadidos», aludía a los miembros plebeyos del Senado, cuya admi­
purgandis, auxiliares de los ediles en la limpieza de la ciudad y sus aledaños). sión data de finales del siglo N a.c., según la hipótesis más probable; hasta en­
Estos cinco colegios de magistrados inferiores formaban el llamado viginti­ tonces la asamblea senatorial estuvo reservada al patriciado.
sexviralus, que se transforma en vigintiviratus con Augusto al suprimirse los
quattuorviri praefecti y los duoviri viis extra urbem purgandis. La convocatoria del Senado sólo podía ser realizada por un
do con imperium, aunque a finales de la República (§ 7.3) se admitió tam­
bién que pudieran hacerlo los tribunos de la plebe, cuando éstos fueron
reconocidos como magistl"'ddos ordinarios. Una situación especial podía
producirse en caso de quedar vacante la magistratura máxima (§ 9.2).

-76­ -77­
9.2. Competencias traordinarios, análogos a los que se atribuían al dictador (§ 8.3). El Senadó
declaraba enemigo o enemigos de la República a aquellos adversarios en po­
Dado que los magistrados se renovaban cada año, el órgano que lítica interior que quería combatir, convirtiendo así formalmente en «enemi­
gos externos de la República» a los enemigos políticos. El llamado senatus
en la práctica daba estabilidad a la República era el Senado. Al carecer consultum ultimum era, pues, un tremendo instrumento en manos senato­
poder (pues sólo tenía auctoritas: § 2.2), sus decisiones, que reci­ riales en la lucha
ben el nombre de senadoconsultos (senatusconsulta) , tenían el ca­
rácter de simples recomendaciones, aunque debido a la alta autoridad
de la asamblea senatorial ningún magistrado osaba desobedecerlos. Es BIBLIOGRAFIA
más, de hecho, antes de tomar cualquier decisión importante los ma­
WIlLEMS, Le Sénat de la République romaine, 2 vols. (1878-1885; reimp.
gistrados consultaban al Senado; así, antes de convocar al pueblo para
Aalen, 1968); VOLTERRA, S.V. «Senatus consulta», enNNDI. 16 (1969); GUAJliNO,
proponer una declardción de guerra, o firmar la paz, o establecer una "Senatus consultum ultimufft», en Fs. von Lübtow (Berlin, 1970) pp. 281 ss.;
alianza, o someter un texto legal para su aprobación, los magistrados DE MARTINO, Costítuzione F pp. 473 ss. y n2 pp. 185 ss.; MANNINO, L' "auctori­
con imperio solicitaban el parecer del Senado. tas patrum': (Milano, 1979); BISCARDI, «Auctoritas patrum» (Napoli,
WIF.ACKER, Rom. Recbtsgescbicbte 1, pp. ss. Y 408 ss.; BONNEFONO-COtlORY,
El relevante papel jugado por el Senado se muestra también en Le Sénat de la République romaíne. De la guerre d'Hanníbal ti Auguste etc.
que él era quien diseñaba la política exterior romana, controlaba y ad­ 1989); MANcuso, S.v. Senato (diritto romano), en EdD. 42 (1989)
ministraba el erario público (aerarium) y asignaba a los ex-magistra­ pp. 1137 SS.; CASSOIA, LABRUNA YTAIAMANCA, en Lineamentt?', pp. 194 ss.; GtlA­
RlNO, Storia 8, pp. 207 ss.; RArNER, Einfübrung, pp. 129 ss.
dos urbanos con imperium el gobierno de las provincias (a título de
pro-cónsules o pro-pretores: § 6). Por lo demás, el Senado debía pro­
veer, de forma análoga a como sucedía antiguamente en el período
monárquico, en caso de quedar vacante la magistratura máxima (inte­
B) DESARROllO Y SISTEMATlZACION
rregnum).
DEL DERECHO EN EL PERIODO REPUBLICANO

En este último caso, el Senado era convocado por el senador más ancia­ § 10. LAJURISPRUDENCIA REPUBLICANA
no de los de mayor rango (que recibía el nombre de princeps senatus) y ele­
gía a un interrex para cinco días, luego a otro, y así sucesivamente hasta que l. De los pontifices a la Jurisprudencia laica. -2. Los últimos ju­
los comicios centuriados eligiesen a los cónsules. ristas republicanos.-3. La actividad de losjuristas republicanos.
En los últimos años de la republícana se manifiesta la tendencia de
aproximar los senatusconsulta a las leges: Cicerón, ToPica 5.28; esa tenden­
cia se desarrollará en el Principado (vid. Pomponio, D. Gai. 1.4; 10.1. De los pontífices a la Jurisprudencia laica
no D. 1.3.10; etc.): cfr. § 15.1.-tos senatusconsulta eran antiguamente ora-
pero ya desde el siglo III a.e. se redactaba después de la votación un El monopolio de los pontífices en la interpretación y desarrollo del
escrito de cuya conservación se encargaban los cuestores, al igual que de los
derecho (§§ 5.1 y 5.3) se prolongó hasta finales del siglo N a.e. Según
textos legales.-tos senadoconsultos republicanos que conocemos no hacen
referencia directa a materias de derecho privado. la tradición, la primera reacción contra ese exclusivismo se produciría
poco antes del afio 300 a.e. cuando Gneo Flavio, escliba de Appio
En el último siglo de la República (por primera vez con ocasión de las tur­
Claudio (censor en el año 312), publicó los formularios procesales de
bulencias causadas por las reformas gracanas: § 13.1), el Senado, en situacio­
nes graves, podía aprobar un senatusconsultum «ultimutn», con lo que se las acciones coleccionados por éste; esa obra se conoce como ius ci­
proclamaba el estado de excepción y se otorgaba a los cónsules poderes ex­ vile Flavianum. Además, el relato tradicional atribuye a Appío Claudio

78­ -79­
OS' .LV iU"'" l'-'l\..l.rl. LJ...... .t...< LJ...... n ..L\...¡lAv A"-,-,fY.u-u ... V 1 ,;;)U ru:!.\...,cr\...,lVi'" L'..U.t'\.'-'1 I--n.

otro escrito del que sólo conocemos el título: elliber de usurpationi~ noticias de que disponemos son muy escasas, los últimos años del si~
bus, que tal vez fuera sin más una colección de formularios negociales glo IV a.c. y la primera mitad del III a.c. marcan el momento en que
de uso frecuente. La literatura jurídica romana comenzó, pues, con el conocimiento jurídico empieza a dejar de ser algo exclusivo y re­
sencillas colecciones de formularios jurídicos adaptados a los actos ju­ servado al colegio de pontífices y se abre el proceso gradual de secu­
rídicos, tanto procesales como negociales. larización de la Jurisprudencia.
La literatura jurídica propiamente dicha comienza, según los esca­
sos datos que nos han llegado, con Sexto Elio Petón (cónsul en 198
Se suele decir que Appio Claudia no formó parte del colegio de pontífi­
ces, cosa que no es segura; Pomponio (D. 1.2.2.36) dice de él que «maxi­
a.c., censor en 194), a quien se atribuye una obra de la que no cono­
mam scientiam habuit», lo que no parece fácil de explicar en un momento cemos ningún fragmento titulada mpertíta (también conocida como
histórico tan antiguo si se excluye que hubiera pertenecido al colegio de pon~ tus Aelianum, aunque no todos admiten que se trate de la misma
tífices. Respecto al liber de usurpalionibus, aparte de ser inverosímil que obra), que reunía un texto de las XII Tablas, la interpretatío posterior
versara sobre la interrupción de la usucapión, debe descartarse también tan­ (incluyendo también, presumiblemente, los formularios negociales) y
to la hipótesis -hoy en buena medida superada- de los que el ca­
los formularios de las legis actiones. Luego sabemos los nombres de
rácter histórico de la obra, como la conjetura, cada vez más extendida, que
tiende a identificarlo con el tus Flavianum, aun cuando ésta sea mucho más algunos otros juristas cuya obra desconocemos casi 'por completo,
razonable; posiblemente se tratara, como se ha indicado, de una colección hasta que en la segunda mitad del siglo 11 a.c. aparecen ya los tres ju­
de formularios negocíales.-Por otra parte, debe tenerse en cuenta que aun ristas que, en expresión de Pomponio (D. 1.2.2.39), «fundaron e! de­
cuando de forma más o menos mecánica se suela decir -y a ello da pie el recho civil»: Manio Manilio, Marco Junio Bruto y Publio Mucio Escé­
propio Pomponio por la forma en que narra la tradición- que con el ius Fla­
de cuyos escritos tenemos un conocimiento muy escaso. Aun
vianum comienza la "secularización» o "laicización» de la]urisprudencia ro­
mana, la realidad es que una publicación de ese tipo (los simples formularios cuando el calificativo de «fundadores» haya dado lugar a diversas in­
de las aCliones y el calendario pontifical de los díes jastí [son jastí los días en terpretaciones, debe entenderse en e! sentido de que fueron los pri­
que está permitido por eljas cualquier tipo de actividad humana, en especial meros en tratar e! derecho de forma científica; tras ellos comienza
la jurídica; nefasti los demás]) afectaba en el fondo muy poco al oficio propiamente ya el período clásico de la Jurisprudencia romana, que
prudencial de interpretación y de conocimiento de la técnica del razonar
alcanza hasta el primer tercio del siglo III d.C. y que es modelo para
que seguía siendo algo exclusivo de los pontífices. En rigor, acaso de­
ba reconocerse sin reservas que la importancia del ius Flavianum radica en toda la historia de la ciencia jurídica.
la misma publicación de los formularios procesales, lo que acrecentaba la cer­
teza del derecho en una medida com0 no sucedía desde las XII Tablas. En
cambio, mayor importancia tiene en esa línea de secularización, la innova­ 10.2. Los últimos juristas republicanos
ción, a la que ahora se aludirá, que el relato tradicional atribuye a Tiberio Co­
runcanio.
El último siglo de la República se encuentra representado en e!
ámbito jurisprudencial por tres grandes juristas: Quinto Mucio Escé­
Algunos decenios más tarde, a mediados del siglo III a.c., Tiberio vola «el pontífice» (último jurista que fue pontíflce máximo), que pue­
Coruncanio, e! primer plebeyo que alcanzó el pontificado máximo (el de ser contemplado como padre de la Jurisprudencia clásica, su discí­
colegio de pontífices había quedado abierto a la plebe por la lex Ogul­ pulo Aquilio Galo, y Servía Sulpicio Rufo. Todos ellos están a la altura
nía, 300 a.c.), dio por vez primera respuestas públicas sobre las cues­ de los grandes juristas del Principado, por lo que cabe calificarlos ya
tiones jurídicas que le eran planteadas, explicando oralmente el fun­ como «clásicos». Quinto Mucio y Servio tuvieron muchos discípulos
damento de las mismas; en esta práctica tiene su origen la enseñanza (auditores), y con ellos debió comenzar, en particular con Servía, la
del derecho al margen del colegio pontificia!. Así pues, aun cuando las enseñanza «organizada» de! derecho. Por lo demás, la Jurisprudencia

80­ -81

UE

~u tU:>1 VIU.t\ L.JL'.l. lJn!'\.C,\"'r1V l\.VIVl1\l"lV 1 ;:'U l\L\.....nr\..,lVl'" 1:'lJ~"Vl.L:..rl.

de este momento hL<;tórico ya no presenta la unidad de interpretación Por lo demás, los juristas repuhlicanos pertenecían todos a la aristocraéia
senatorial; entre las familias nobles se consideraba un honor el contar entre
que ofrecía la antigua Jurisprudencia pontifical, sino que sobre múlti­ sus miembros a juristas, y algunas de ellas tuvieron una verdadera tradición
ples aspectos existen opiniones divergentes (ius controversum), to­ jurídica, como sucede en el caso paradigmático de los Mudos. Sólo en el mo­
das ellas consideradas como derecho vigente. mento final de la República, que coincide también con una aparente «crisis»
en la ciencia jurídica, aparecen ya juJistas pertenecientes al orden ecuestre,
como Aulo Ofilio, Aulo Cascelio o Trebacio Testa.
A Quinto Mucio Escévola (cónsul en 95 a.C.; asesinado en 82 a.C. por la En los últimos años republicanos, Pompeyo y, sobre todo, César
facción del hijo de Mario), miembro de una importante familia de juristas Suetonio, fuI. 44, e Isidoro, Etym. 5.1.5) proyectaron una codificación del de­
-era hijo de Publio Mucio Escévola (§ 10.1)-, se debe sobre todo una ex­ recho civil, que por distintos motivos, a los que no fue ajena la oposición de
tensa exposición ordenada (según la afinidad de las materias) del ius civile, los juristas (que veían con ello peligrar su gestión del derecho privado), no
en 18 libros (§ 10.3); esa obra fue comentada por juristas del Principado y llegó a realizarse. Augusto y sus sucesores buscaron otras vías para controlar
a ellos podemos conocerla, aunque de forma extremadamente frag­ el ámbito del derecho privado (§ 16.1).
mentaria. El orden de materias en la exposición muciana era: derecho suce­
sorio, derecho de personas, derechos reales y derecho de obligaciones; a él
se contrapondrá el orden de Sabino: § 16.3. La neta separación clásica entre 10.3. La actividad de los juristas republicanos
ius civile y ius honorarium quizá se deba en buena medida a Quinto Mu­
cio.-Discípulo suyo fue Aquilio Galo (pretor en 66 a.C.), amigo personal de La actividad más típica de la Jurisprudencia laica republicana, en
Cicerón; cuando desempeñó la pretura (o quizá pudo sugerirlo antes) intro­ continuidad con la tradición jurisprudencial anterior, fue el dictaminar
dujo en el edicto las fórmulas de dolo (de la actio y de la exceptio: o responder (respondere) a las consultas sobre problemas jurídicos
de off. 3.14.60) y a él se debe también la llamada stipulatio Aquiliana.
planteados por los particulares, así como también por los magistrados
El otro gran jurista republicano es Servio Sulpicio Rufo (cónsul en 51 y los jueces. Estas respuestas no solían manifestarse en público, ni
a.C.), íntimo de Cicerón --con el que compartió formación retórica de contenían de ordinario los fundamentos en que se apoyaban, y care­
joven- y al que éste prodiga abundantes elogios. Discípulo de Aquilio Galo,
cían de eficacia vinculante, dependiendo su aceptación por el magis­
era hombre respetado y se mantuvo neutral en el enfrentamiento entre Pom­
peyo y César; tras morir en una embajada (43 a. C.) le fue dedicada una es­ trado o por los jueces tan sólo por la consideración de la autoridad
tatua de bronce que todavía podía contemplarse en el foro augusteo dos si­ científica (auctoritas) del jurista que las emitía. Los responsa solían
glos después. No tuvo buena relación con Quinto Mucio (D. 1.2.2.43). Sus ser orales y los referían con testigos quienes habían efectuado la pre­
obras nos son conocidas también de forma muy fragmentaria, aunque en gunta, aunque a finales de la Repúblíca cada vez fueron más frecuen­
medida algo mayor que las de otros juristas republicanos; de entre ellas cabe tes las respuestas por escrito para garantizar mejor su autenticidad.
recordar un breve comentario al Edicto pretorio (quizá el primero escrito por
un jurista: Pomponio, D. 1.2.2.44), un libro sobre las dotes, y unas notas a
Quinto Mucio en las que discrepa de opiniones de éste. Servio Sulpicio Rufo La influencia del pensamiento lógico griego en la elaboración científica
tuvo muchos discípulos (vid. Pomponio, D. 1.2.2.44), entre los que se cuen­ de la última Jurisprudencia republicana es indudable, pero tiene un alcance
ta Pacuvio (o Paconio) Labeón, padre del gran jurista de la época augustea, y limitado. La dialéctica debió ser ya utilizada por los juJistas a los que Pompo­
de ahí que quepa considerar a Servio como precursor de la escuela proculia­ nio califica de «fundadores" (§ 10.1), pero Quinto Mucio Escévola fue el
na (§ 16.3); pero sus dos discípulos más notables fueron A1feno Varo (amigo mero en emplear el método dialéctico en una exposición general: los diecio­
y protector del poeta Virgilio), autor de una vasta obra de digesta, y Aula Ofi­ cho libros de derecho civil (§ 10.2); de todos modos, esta obra fundamental
Iio, asesor de César, que escribió el primer comentario extenso al Edicto pre­ no presentaba una exposición sistemática de conjunto concebida con
torio, además (quizá) de veinte (o tal vez mejor veintiuno) libros de legibus al método dialéctico, pues la técnica divisoria en géneros y especies la utilizó
(aunque en D. 1.2.2.44 se habla de leges vicensimae), y unos libri actionum. Quinto Mucio sólo en materias concretas (genera tutelarum: Gai 1.188; ge­
A los últimos años republicanos pertenecen también Aulo Cascelio y Treba­ nera possessionum: D. 41.2.3.21-23; ete.) y la ordenación general es muy ru­
cio Testa (el maestro de Labeón), amigo de Cir.erón que le dedicó la (o los) dimentaria pues se procede sobre todo a través de semejanzas externas o de
Topica, asesor de César y luego de Augusto. diferencias entre las materias.-En realidad, hasta las institutiones de Gayo

-82­ -83­
DESDE EL SIGLO N HASTA LA CAlDA DE LA REPUBllCA §11
(§ 16.4) no se realizó en el derecho el modelo helenístico de sistema.-So­
bre la metodología jurisprudencial: § 3.2. pp. 25 ss. y 49 SS.; GUAlUNO, Stona 8 , pp. 306 SS.; GIUFFRE, La traccia di Quin­
to Muelo (Napoli, 1993), rce. de PAmCIO, en SCDR. 7 (sup!. 1994-1995) pp. 76
ss.; PARIeIO, Sobre el «de usurpationibus» de Appio Claudio, en SDHl. 60
Con el término cavere se conocía la actividad jurisprudencial en­ (1994) pp. 629 ss.; SINI, "A quibus iura civibus praescribebantur». Ricerche
derezada a la elaboración de formularios para el uso de los particulares sui giuristi del11I secolo a.e. (Torino, 1995); MANTOVANl, Gli esordi del gene­
re letterario «ad edictum», en Per la storia del pensiero giuridico romano.
en sus relaciones jurídicas, como compraventas, arrendamientos, etc., Dall'eta dei pontefici alia scuola di Seroio (Torino, 1996) pp. 61 SS.; BRF:ro­
y, sobre todo) estipulaciones con finalidad de garantía (cautiones). Es­ NE, Giurisprudenza e oratoria nella tarda Repubblica, en Poder político y de­
ta actividad fue tan notable que a la]urisprudencia republicana se la de­ recho en la Roma clásica (Madrid, 1996) pp. 55 SS.; CANNATA, Potere centrale
nomina también «jurisprudencia cautelar» «<Kautelarjurisprudenz,,). e giurisprudenza nella formazione del diritto privatto romano, en Poderpo_
lítico, cit., pp. 69 SS.; MANTOVAi'lI, «Juris scientia» e «honores». Contributo allo
Especial relevancia tuvo la función jurisprudencial de a'iesora­ studio dei fattori sociali nello. formazione giurisPrudenziale del diritto ro­
miento a los magistrados jurisdiccionales, y en particular a los preto­ mano OII-I seco a.c.), en Ricerche Gallo J (Napoli, 1997) pp. 617 SS.; M.W., en
res; el desarrollo del derecho pretorio en los siglos Il y 1 a.C. se apo­ Codificazione; CANNATA, Storia 1, pp. 130 SS.; PAmCIO,jUrista:,~ pp. 33 SS.; GAS­
BA-MANTOVANI,Introduzione, pp. 178 SS.; PAmCIO, Valor, pp. 115 SS.; PARICIO. La
ya sustancialmente en los juristas, y el Edicto puede considerarse en vocación de Seroo Sulpicio Rufo, en Festschrijt Mayer-Maly (K6In, 2002).
instancia como una obra colectiva de la]urisprudencia.
Con el término agere se aludía restringidamente a la actividad ju­
risprudencial de asesoramiento a los particulares en cuanto a la elec­ § 11. LAS LEYES PUBUCAS
ción y adecuación al caso concreto de las distintas fórmulas procesa­
les. No se refería, pues, a la defensa de los litigantes en juicio, tarea ésta 1. Tramitación y estructura de la ley.-2. Eficacia de las disposi­
que no era propia de los juristas (aunque de forma excepcional algún ciones legislativas.
jurista, como Quinto Mucio o Servio Sulpicio, llegara a desempeñarla),
sino de los oradores y abogados, que, a su vez, eran asesorados en ma­
11.1. Tramitación y estructura de la ley
teria jurídica por los juristas.
Como ya se ha indicado, tan sólo los magistrados con imperium
BIBLIOGRAFIA tenían la facultad de proponer a los comicios la aprobación de leyes,
que una vez aceptadas vinculaban a todos los ciudadanos. A las leyes
History, pp. 8 ss. y 40 ss.; KUNKEL, Herkunjt, pp. 6 ss.; SCHRRILLO, comiciales estaban equiparados los plebiscitos (§ 7.3), aprobados por
11 sistema civilistico, en Studi Arangio-Ruiz 4 (Napolí, 1953) pp. 445 ss.; GUA­ el concilio de la plebe a instancia de los tribunos plebeyos; en elléxi­
RINO, Appio Claudio "de usurpationibus», en Labeo 27 (1981) pp. 7 SS.; BAU­ ca oficial los plebiscitos llegaron a tener la denominación de leges.
MAN, Lawyers in Roman Republícan Politics. A study ofthe Roman jurists in
their polítical setting 316-82 BC (München, 1983); M.W., Questioni di Giu­
risprudenza tardo-repubblícana (Firenze-Milano, 1983-1985); BAUMAN, Law­
yers in Roman Transitional Politics (München, 1985); D'IpPOUTO, Giuristi e Debido a esta equiparación, no siempre es seguro si estamos ante una
sapiemi in Roma arcaica (Bari, 1986); SCHIAVONE, Giuristi e nobili nella Ro­ comicial o ante un plebiscito. Por lo común, cuando una ley lleva dos nom­
ma repubblicana. JI secolo della rivoluzíone scientifica nelpensiero giuri­ bres suele tratarse de una ley comicial que los recibe de los cónsules epóni­
dico antico (Bari, 1987); D'IpPOLITO, Sulla giurisprudenza medio repubbli­ mos (lex Caecilia Dídia, lex Fufia Caninia), mientras que las leyes con un
cana (Napolí, 1988); WIFACKER, Rom. Rechtsgeschichte 1, pp. 519 ss.; BRUTTI, solo nombre o bien son textos propuestos por dictadores o personas a las
en Lineamenti", pp. 288 ss. y 334 SS.; SCHIAVONE, Scrittura e politicafra Ap­ que se confirió poderes extraordinarios, como las leyes de Sila (Corneliae),
pio Claudio e Sesto Elio, en SCDR. 1 (1989) pp. 23 ss.; C&"1NATA, Histoire J, de César o de Augusto (1uliae) , o bien se trata de plebiscitos (lex Hortensia,
lex Aquilia, lex Cincia, ¡ex Laetoria). La designación de las leyes suele com­

-84
-85
l/ .... rll;:')lVl'Uf\ l.JCL 1JC~\......t1.U KUMf\l~U y ~U K.l::'..LJ:::<.t"LlUN J:::<.UKU.t't'-A " --
pletarse con una indicación alusiva a su contenido: lex Furia de sponsu, lex Entre las cláusulas de este último tipo se encuentran las que excluían Ía
Aquilia de damno, lex Cincia de donis et muneribus, lex Caecilia Didia de validez de las disposiciones de la rogatio que fueran en contra de aspectos
modo legum promulgandum, etc. inderogables del ius o delfas, o el llamado caput tralaticium de impunita­
te, que establece la ausencia de sanción contra quien por obedecer la nueva
ley viole otra precedente. En la tardía República es frecuente la introducción
de cláusulas destinadas a asegurar la aplicación de la ley, como la que impo­
Por consiguiente, la iniciativa en materia legislativa no la tenían las
nía juramento a los magistrados (ya veces incluso a los senadores) de aplicar
asambleas populares, pues el pueblo se limitaba a aprobar o rechazar la ley y no actuar dolosa o fraudulentamente contra ella, o la similar que es­
la propuesta (rogatío) que le era presentada por el magistrado, y que tablecía una multa contra el magistrado o senador que con dolo o fraude evi­
de ordinario había sido objeto de consulta previa al Senado. Por lo co­ tara la aplicación de la ley.
mún, yal margen de la previa exposición pública del texto proyecta­
do, el pueblo era convocado unos días antes de la votación de mane­ Una copia de la leyera expuesta públicamente y otra quedaba
ra informal (contío) para que tuviera conocimiento de las ventajas guardada en los archivos oficiales bajo custodia de los cuestores.
derivadas de la nueva ley propuesta, permitiéndose también las inter­
venciones críticas sobre el proyecto. Llegado el día fijado para la vo­ Buena parte de las leyes que conocemos se promulgaron bajo la presión
tación, el pueblo era llamado por un heraldo; una vez reunidos los de un escándalo o como respuesta a situaciones de crisis. En general, las leyes
ciudadanos, el magistrado convocante hacía las invocaciones perti­ públicas no afectaron a materias de derecho privado; sólo lo hicieron en algu­
nas ocasiones y casi siempre en aspectos particulares y tangenciales (§ 2.2).
nentes a la divinidad y procedía luego a leer de manera solemne el Por lo demás, de la interpretación de las leyes se encargaban los juristas.
texto propuesto, invitando después a la votación, según el sistema ya
indicado (§§ 7.1 a 7.3).
11.2. Eficacia de las disposiciones legislativas

La votación era antiguamente pública, hasta que una lex Gabinia tabe­ A través de una obra tardía que suele designarse como EPítome
llaria, de 139 a.e ., la convirtió en secreta, introduciéndose las tablillas en Ulpiani (§ 19.3) conocemos una clasificación de las leyes que afecta­
una urna; los votos se expresaban afirmativa (VR: uti rogas) o negativamen­ ba sólo a las leyes prohibitivas; el origen de esa clasificación debe ser
te (A: antiguo). Una lex Caecilia Didia, del año 98 a.c., sobre la base de pre­
muy anterior a dicha obra, aunque se ignora quién la formuló por vez
cedentes anteriores, prohibió que una ley versara sobre materias heterogé­
neas. primera y en qué momento aproximado. Así, las leyes podían ser «per­
fectas» (perfectae), cuando declaraban nulo el acto realizado en con­
tra de ellas; «menos que perfectas» (mínus quam perfectae) , cuando
Las leyes aprobadas presentaban una estructura externa unifor­ no lo declaraban nulo pero imponían una sanción contra el infractor;
me, con tres partes diferenciadas: lapraescríptío, en la que se indica­ e «imperfectas» (imperfectae), cuando aun prohibiendo algo, ni de­
ba el magistrado o magistrados proponentes, la fecha, la asamblea claraban nulo el acto realizado en contra ni imponían una sanción. Es­
que la votó y cuál fue la primera unidad en emitir el voto; la rogatio, to podría hacer pensar en la ineficacia práctica de las leyes imperfec­
que era el texto de la ley propuesto por el magistrado; y la sanctio, tas, pero, al margen de la fuerza inherente a su aprobación por el
que variaba según los casos y cuya significación es discutida. Desde grupo ciudadano, ya los controles sociales existentes ajenos a los es­
luego, nada tenía que ver con la «sanción», en el sentido de las con­ trictamente jurídicos, con fundamento en ellas el magistrado podía
secuencias derivadas de la infracción de la ley, pues eso formaba par­ conceder excepciones, como la exceptío legis Cinciae.
te de la rogatio; en la sanctio solían recogerse distintas cláusulas des­
tinadas a garantizar la aplicación de la ley y a regular la relación de la Actúa contra la ley quien hace lo que la ley prohíbe; comete fraude a la
nueva ley con el resto del ordenamiento jurídico. ley quien pese a respetar sus palabras contraviene su sentido (Paulo,

-86­ -87­
lI' ¿~ J..l.LLlJ.\..J.H..Lrl.. J. ... t~,l~ .
L"'J.~.n ..L;''''''.L,l'-J .l'\.Vtl'J..n.L'\jU 1 0U n.c\....nr\...,lVl~ nun.VrI::..n l)1:'.,::H.Jn.nI... ,:)lLTLV IV n ..t\;'l.t\ Li\. \....fUUi\. un lA KCrUOLI\....t\ II ~ ...

D. 1.3.29); la actuación contra la ley yen fraude de ley aparece equiparada en salvo en algunos casos, como cuando se les hubiera concedido el
cuanto a sus efectos en numerosos textos; D. 2.14.7.7; D. 16.1.32.3; etc. commercium, lo que les habilitaba para determinadas relaciones jurí­
dicas romanas (en especial los actos librales, ante todo la mancipa­
Las leyes aprobadas por la asamblea populares existieron durante tio), o el conubium, es decir, la posibílidad de contraer un matrimo­
todo el período republicano y hasta Augusto. Éste, apoyándose en su nio legítimo. Este exclusivismo es típico del mundo antiguo, en el que
potestas tribunicia, todavía presentó decenas de para su apro­ cada uno quedaba vinculado por el derecho del pueblo al que perte­
bación, algunas de ellas muy importantes, pero esa práctica entró en (<<principio de la personalidad del derecho»).
decadencia inmediatamente después (§ 15.1). La miz del ius civile se encuentm en los mores que, como se indi­
có, fueron en buena medida recogidos a mediados del siglo Va.e. en
A Augusto se deben tan relevantes como la mal conocida lex Iulia las XII Tablas (§ 5.2 y 3), consideradas metafóricamente por los roma­
de collegiis, la lex 1. de marltandis ordinibus, la lex 1. municipalis (§ 14.3), nos como «la fuente de todo el derecho público y privado» (Lívio, ab
las leges Iuliae iudiciorum prlvatorum et publicarum, etc. Otras leyes de urbe condíta 3.34.6). La evolución posterior se produjo en el ámbito
esa época no las presentó sino los cónsules epónimos: lex Fufia Caninia, del derecho público a través de la legislación comicial y los plebiscitos,
lex Aelia Sentia, etc.
yen el del derecho privado por medio de la interpretación de los pon-
primero, y de la Jurisprudencia laica, después (§ 5.3 y 10.1).
BIBLlOGRAFIA

ROTONDl, Leges publicae populi romani (1912; reimp. Hildesheim, 1962); Según el elenco que presenta Cicerón, Topica ius cívile id esse,
NOCERA, 11 potere dei comizi e i suoi limiti (Milano, 1940); A. O'ORS, La ley ro­ quod in legibus, senatus consultis, rebus iudicatís, iurls perltorum auctori­
mana, acto del magistrado, en Emerlta 37 (1969) pp. 137 ss.; SERRAO, s.v. Leg­ tate, edictís magístratuum, more, aequitate consistit. Para Papiniano (D.
ge (dir. rom.), enEdD. 23 (1973); BLEICKEN, «Lexpublica». GesetzundRecht in 1.1.7 pr.): ius autem civile est quod ex legibus, plebis scitis, senatus consul­
der romischen Republik (Berlin-New York, 1978); "In fraudem legis tis, decretís princiPum, auctorltate prudentium venit; no incluye los edic­
agere», en Festschrlft Kaser (München, 1976) pp. 111 ss.; «Lex» und «íus tos magistratuales por tratar aparte del ius honorarium (D. 1.1.7.1), ya que
civile», ahora en Ausgewahlte Schriften 1 (Napoli, pp. 157 ss.; MAGOEIAIN Papiniano se refiere a la contraposición derecho civil-derecho honorario. En
La /oí aRome (paris, 1978); FASClONE, «Fraus legi» (Milano, 1983); la lista presentada por Gayo, quien no habla de ius civile sino de iura popu­
Die ifraus legis» (Güttingen, 1983); WlEACKER, «lU.5» e "lex» in Roma arcaica, Ii Romani, se indica (Gai. 1.2) que constant autem iura populi Romani ex
en Sodalitas Guarlno 7 (Napoli, 1984) pp. 3105 ss.; WlEACKER, Rom. Rechtsges­ legibus, plebiscitis, senatusconsultis, constitutionibU5 princiPum, edictis eo­
chichte 1, pp. 277 ss.; BISCARDI, Sul concetto romano di «/ex», en Estudios Igle­ rum quí ius edicendi habent, responsis prudentium. Cicerón no nombra ex­
sias 1 (Madrid, 1988), pp. 157 SS.; TALAMANCA, en Lineamenti2, pp. 226 ss. presamente los plebiscitos por su equiparación a las leyes. Papiniano y Gayo
no mencionan los mores, según da toda la impresión, por considerarlos in­
cluidos en la interpretatio prudentium; en cambio incluyen ya, como es na­
tural para su época, las constituciones imperiales.
§ 12. PLURAUDAD DE SISTEMAS JURIDICOS
La distinción entre derecho público (ius publicum) y derecho privado
(tus privatum) debió experimentar una evolución de enfoque a lo largo de
1. lus civile.-2. lus honorarium.-3. lus gentium.
la historia jurídica romana. En época republicana la distinción parece que era
según el modo de producción: fuentes del derecho público (que no
12.1. «Ius civile» ser modificado por el convenio de los paniculares: D. 2.14.38 y otros
textos) eran las leyes (y los los senadoconsultos y losfoedera (§ 6),
que vinculaban a todos; fuentes del derecho privado por ejemplo, los
El ius civile es, ante todo, el derecho propio de los ciudadanos ro­ testamentos, los pactos convenidos y las estipulaciones, que vinculaban sólo
manos y sólo se aplica a ellos; los extranjeros no tenían acceso a él, a los particulares que intervenían en una determinada relación

-88­ 89­
" -- LJhSLJh EL SIGLO IV HASTA LA CAlDA DE LA REPUBLlCA § 12

cerón,part. orat. 37.130, con los ejemplos mencionados), pero como detrás determinadas acciones in factum parecen más bien «corregiD' las imperfeccio­
de los particulares se encuentra la labor de asesoramiento de los juristas, por nes del tus civile, como sucede en la actio iniuriarum o en la actio furti ma­
ello se puede decir que el ius in sola prudentium interpretatione consistit nifestí, que reemplazaron a las acciones antiguas. El pretor podía también co­
(Pomponio, D. 1.2.2.12). En el Principado, debido a las profundas transfor­ rregir al derecho civil a través de la concesión de exceptiones, de restitutiones
maciones que afectaron al ámbito jurídico (absorción paulatina de todo el de­ in intef:,Yrum, por medio de una denegatlo actlonis, etc.
recho por el emperador) la distinción terminó por enfocarse desde un pun­
to de vista material, según las normas afecten a los intereses de la res publica
(ius publicum) o de los particulares (tus privatum): Ulpiano, D. 1.1.1.2, en La particular función y posición de los pretores, encargados del
un sentido similar a la concepción moderna. encauzamiento de las controversias litigiosas, les permitió introducir
en el ámbito procesal -yen el del derecho sustancial- muchas in­
Respecto al ámbito de aplicación del derecho, el ius civile se opo­ novaciones apoyándose en su poder magistratual. El período de ma­
ne al iusgentium, que no sólo es aplicable a los ciudadanos romanos, yores innovaciones abarca los dos últimos siglos de la República.
sino también a los peregrinos (§ 12.3). En un sentido diferente, rela­ El papel del pretor debió ser originariamente muy modesto, limitándose
tivo a la procedencia del derecho, se habla ius civile como contra­ a conceder o denegar una actuación procesal prevista en una ley (en las XII
puesto a ius honorarium (§ 12.2). Por lo demás, el término ius se uti­ Tablas o en leyes posteriores). A partir del siglo III a.C., con la paulatina ad­
liza a menudo en contraposición a lex, es decir, en último término, misiÓn en el ámbito «oficial» de reclamaciones entre ciudadanos no previstas
en leyes y la multiplicación de los litigios entre ciudadanos y extranjeros, el
"derecho jurisprudencial» frente a <<derecho legislado». papel jugado por los pretores fue cada vez mayor. En esa época debió tener
origen el procedimiento formulario (en el que la relación procesal se fijaba
mediante la redacción de una fórmula escrita y no mediante declaraciones
12.2. «Ius honorarium» orales solemnes de las partes) pues las fórmulas se utilizaban en aquellos ca­
sos en los que no cabía ejerdtar una legis actio. Luego ya se pudo acudir a
las fórmulas incluso en los casos sancionados por las legis actiones: una lex
El derecho honorario surgió de la jurisdicción de los magistrados Aebutia, de hacia el 130 a.C., modificó el formulario oral de la legis actio per
romanos, en de los pretores; de ahí que los términos ius ho­ condictionem (la más moderna de las legis actiones) por una fórmula escri­
ta (la de la condictio formularia), y esto dio lugar a que paulatinamente se
norarium y ius praetorium puedan considerarse de hecho como
fórmulas escritas -que contenían la ficción de que había tenido lu­
equivalentes, aunque el primero sea más general al no aludir sólo, co­ gar la declaradón oral de la legis actio correspondiente- para los demás su­
mo el segundo, a los pretores, que eran los principales magistrados puestos sancionados por las legís actiones; la abolición definitiva de las ac­
jurisdiccionales. Según la definición de Papiniano (D. 1.1.7.1), se en­ dones de la ley, salvo en dos casos particulares que pervivieron (Gal, 4.31),
tiende por derecho honorario el introducido por los pretores para se produjo en el año 17 a.C.: Iuliae.
suplir o corregir al ius cívile.
Teniendo en cuenta que los pretores no solían ser juristas, sino po­
líticos que durante un año desempeñaban dicha magistratura, precisa­
Las tormas en que se manifestaron esas misiones de ayudar, suplir y corre­ ban del asesoramiento de los juristas, cuyas opiniones solían seguir por
!,>ir al derecho civil fueron muy variadas; veamos algunos ejemplos. En el ámbi­ la autoridad (auctoritas) de quien las profería y por motivos de
to del derecho sucesorio se muestra claramente a propósito de la concesión
pretoria de los bienes de una herencia (bonorum possessio) a determinadas práctica. Sin ese asesoramiento de los juristas no podría explicarse la
personas que, según los <-'asas, podía otorgarse «ayudando», «supliendo>' o «co­ formación del derecho honorario, ni el mismo estilo jurídico-literario
rrigiendo» al tus c:ivile. En el ámbito de las acciones el pretor «suplía» las lagu­ del Edicto, que destaca por su precisión, concisión y rigor jurídico.
nas del derecho civil a través de las actianes utiles, extendiendo las acciones d­
viles a casos análogos, y de las actianes infactum (creadas casi todas ellas para En realidad, buena parte de las innovaciones atribuidas a los pretores se
sancionar supuestos no previstos por el ius civtle)¡ en ocasiones, no obstante, deben a la actividad jurisprudencial, que actúa a través del magistrado para

90 - 91­
9' J.":; 1:11~ I VlW\. UJól. UJólillCtlV KVMANV y :SU IiliUót'UUN r.UKUt'I~

hacer avanzar el derecho. Los mismos juristas, si alcanzaban la pretura, so­ pretoria, se anunciaba expresamente en el texto edictal su concesión;
lían servirse del edicto pretorio para introducir innovaciones, sin afectar al así, las cláusulas anunciadora... de las fórmulas de acciones in factum
tus cit1ile; recuérdese, por ejemplo, la creación por Aquilio Galo de las fór­ iudicium dabo <daré juicio», <daré ac­
mulas de dolo cuando desempeñó la pretura (§ 10.2). en camOlO, cuando una acción estaba fundada en el ius civile,
el pretor se limitaba a exponer la fórmula de la misma, pero no la
En todo caso, conviene tener presente que si bien muchas de las mnciaba. pues eso quedaba fuera de su competencia.
innovaciones pretorias se debieron a iniciativa directa de los juristas,
otras tuvieron que obedecer a presiones político-sociales o a la pro­
Al margen de las fórmulas de las acciones, el Edicto también, co­
pia ideología del magistrado de turno. mo ya se ha indicado, las fórmulas de los interdictos y de las excepciones;
además figuraban los formularios de determinadas estipulaciones que el pre­
A! comienzo del año de su magistratura el pretor publicaba un
tor obligaba a dar en unos concretos términos y que, a veces, imponía a las
edicto (edictum) que recogía su programa jurisdiccional para ese partes (son las llamadas stipulationes praetoriae) , se indicaba cómo debía
año, donde figuraban, sobre todo, los recursos procesales (fórmulas procederse en la ejecución de las sentencias, etc.
de las acciones, de las excepciones, de los interdictos, etc.) que los
particulares podían utilizar para dirimir sus controversias jurídica'); Aunque sobre el paulatino crecimiento del Edicto en época repu­
ese edicto recibía el nombre de edictum perpetuum, en el sentido de blicana estamos muy mal informados, todo induce a suponer que en
destinado a regir durante toda la magistratura. Como es natural, la los últimos años republicanos yen los primeros del Principado el tex­
certeza jurídica imponía que el edicto no variara en lo sustancial de to edictal estaba ya consolidado, pues las innovaciones posteriores
año en año, por lo que paulatinamente se fue creando un texto que fueron escasa...... Hacia el año 130 d.C. el jurista Salvio Juliano, por en­
se transmitía sin alteración de un pretor a otro (edictum tralati­ cargo del emperador Adriano, llevó a cabo la redacción definitiva tan­
cium). Además, cuando las circunstancias así lo requirieran, el pretor to del Edicto pretorio como del edilicio, que nos son conocidos, aun­
podía dar en cualquier momento un edictum repentinum. que de forma muy incompleta, merced a los comentarios que de ellos
hicieron los juristas de los siglos II y III d.C. (§ 15.3).
El pretor quedaba sujeto en la práctica por el edicto que había publica­
do, pues, aun cuando no le obligase desde el punto de vista jurídico, si ac­
tuaba en un sentido distinto incumplía su officium; pese a ello se dieron al­ 12.3. «Ius gentium»
gunas actuaciones arbitrarias de los pretores, a lo que puso freno una (mal
conocida) lex Comelia de iurisdictione, del 67 a.c., y desde entonces los Desde momentos históricos muy tempranos Roma mantuvo con­
pretores quedaron legalmente obligados por sus edictos. Otro remedio idea­
do limitar y controlar los abusos de los magistrados jurisdiccionales fue tactos comerciales con otros pueblos, y existieron relaciones jurídicas
una introducida en el propio Edicto pretorio que tenía por obje­ entre ciudadanos (cíves) y extranjeros (bostes, peregrim).
to sancionar una actuación determinada: el haber decretado un «ius nOVU1n» A! margen del principio de la personalidad del derecho, ya mencio­
ad fratrem 1.1.7.21); el magistrado que decretaba eficaz­
mente un ius novum en perjuicio de una de las partes litigantes, quedaba so­ nado (§ 12.1), cuando se multiplicaron las relaciones comerciales y
metido al mismo tus novum en su contra si se daba la ocasión en el futuro. turales entre ciudadanos y extranjeros, los romanos fueron conscientes
de que junto a instituciones jurídica') de un riguroso
elusiva..') de su derecho (como la mancípatío, sponsio,
En el Edicto figuraban no sólo los recursos procesales fundados
otras, suya') también, pero que al no fundarse tanto en la forma como
en el ius civile, sino también los de creación pretoria; por ello la sis­
en lafides, eran accesibles tanto a ellos como a los extranjeros con los
temática edictal es la más completa al suponer una simbiosis del de­
que se relacionaban. Ese derecho común recibiría luego, por ,~1'1.>=~~;"
recho civil y del pretorio. Cuando el remedio procesal era de creación

-93­
92 ­
filosófica, la denominacíón de derecho de gentes (ius gentium), ex­ pupilo, los litigantes, los hombres, etc., quedan sometidos al poder de los an~
presión que no alude, pues, al derecho de los extranjeros, sino a un de­ tedichos; del sentido originario de poder teóricamente discrecional, el tér­
mino pasó muy pronto a significar protecdón, y luego fidelidad y lealtad
recho que, siendo romano, resulta accesible a los extranjeros.
(siempre con especial referencia al «más fuerte»). la fides aparece también
como promesa, pues está en la base de los juramentos, de las estipulaciones,
Según la interpretación de Gayo (GaL 1.1), todos los pueblos civilizados etc. La mano de lafides es la derecha (dextram dare).-Distinta de la simple
en parte se rigen por su propio derecho (tus civile) yen parte por el dere­ fides es lafides bona (propia de las obligaciones bilaterales de buena fe),
cho común a todos los hombres (tus gentium); lo cual no quiere decir, na­ concepto técnico del ámbito jurídico-procesal que no aparece en las fuentes
turalmente, que éste no sea civil. Ya Cicerón, de off. 3.17.69, entendía que el literarias (salvo en alguna ocasión esporádica, como cuando Cicerón alude
derecho de gentes era civil, aunque no todo el derecho civil era de gentes. precisamente a las palabras ex fide huna que figuraban en las fórmulas pro­
cesales de determinadas acciones: esp. topo 17.66, de off. 3.17.70); lafides bo­
En los textos jurisprudenciales romanos se alude distintas veces a na es propiamente lafides del bonus vír: lafides imponía a las partes en un
negocio concreto una serie de deberes que debían cumplir en esa relación,
que determinadas instituciones jurídicas, como el mandato, la socie­ pero cuando surge el conflicto si cada una de las partes se limita a conservar
la comprdventa, ete., son de derecho de gentes (iuris gentium). su propia interpretación de lafídes resulta necesario acudir a un tercero pa­
De acuerdo con lo antes dicho, ello no quiere decir que esas institu­ ra que decida según un criterio supraindividual y objetivo: según lafides del
ciones tengan un origen extranjero, sino que (desde la perspectiva ro­ bonus viro A"í pues, la expresiónfides bona no es tautológica: lafides es sub­
mana) surgidas en relaciones entre ciudadanos, resultan accesihles jetiva, el añadido huna la objetiviza. A su vez, distinta de lafides bona es la
huna fides en el ámbito posesorio; posee de buena fe quien no tiene cono­
también a los no ciudadanos. cimiento de lesionar un mejor derecho ajeno; la exigencia de la bona fides
para la usucapión debe tener origen en la bona fldes del comprador.
En consecuencia, la hipótesis relativamente extendida que retrotrae el
origen de los juicios de buena fe a la praxis del tribunal del pretor peregrino
parece bastante improbable; esos negocios y juicios debieron tener su origen BIBUOGRAFIA
en las relaciones entre ciudadanos (las controversias se resolverían
blemente en un primer momento histórico, antes de su recepción pretoria,
a través de arbitrajes privados), lo cual no obsta para reconocer que esos ne­ G. LoMBARDI, Ricerche t'n tema di «¡'us gentium» (Milano, 1946); G. LOM­
gocios tuvieron luego un amplio desarrollo en la práctica comercial «interna­ BARDl,Sul concetto dí «tus gentium» (Roma, 1947); FREZZA, lus gentium, en
cional". En todo caso, las acdones de buena fe, que, como decimos, proba­ RlDA 2 (1949) pp. 259 ss.; Zum Ediktsstíl (1951; ahora en Aus­
blemente tuvieron su origen en arbitrajes privados, fueron siempre «civiles» gewahlte Scbriften 1, Napoli, pp. 207 ss.); L. IDMBARDI, Dalla ifides»
(aunque esta terminología probablemente no sea anterior al Principado), y la alta «bonafides» (Milano, 1961) y rec. de WlEACKER, en ZC;;S. 79 (1962) pp. 407
recepción pretoria no las convirtió en honorarias. ss.; WIEACKER, Zum Ursprung der «huna e fidei iudicia», en ZSS. 80
pp. 1 ss.; KASER, Das Urteíl als Rechtsquelle im romischen Recht (1978; aho­
ra en Rechtsquellen, pp. 42 ss.); NÓRR, 1 giuristí romani: tradizionalismo o
Esas instituciones jurídicas más que en la forma se basan en la fI­ progresso? en BlDR. 23 (1981) pp. 9 ss.; M\,,<cuso, «Praetoris edicta», en An­
nali Palermo 37 (1983) pp. 305 ss.; MAYER-MALY, Das «ius gentium» bei den
delidad o lealtad a la palabra dada ([ides), lo que las hace idóneas pa­
spateren Klassikern, en lura 34 (1983) pp. 91 ss.; KASER, «lus honorarium»
ra todos Jos hombres, independientemente de su ciudadanía. und «ius civíle», en ZSS. 101 pp. 1 ss.; SELB, Das pratorische Edikt:
Vom rechtspolítischen Programma zur Norm, en lurís professío. Festgabe
fié M. Kaser zum 80. Geburtstag (Wien-K6In-Graz, 1986) pp. 259 ss.; PAlliOO,
lafides es una idea central, con multitud de matices, del pensamiento Sobre la administración de la justicia en Roma (Madrid, IGLESIAS, Las
político, jurídico y social romano. Es virtud propia del «más fuertL"» en una re­ fuentes del derecho romano (Madrid, 1988); CREMADES, El «o./fi'cium» en el
lación (j'ides como poder), y de ahí que se hable defides del patrono, defi­ derecho privado romano (León, 1988); WlEACKER, Rom. Rechtsgeschichte I,
des del tutor, defides del juez, defídes de los dioses, ete., pues el cliente. el pp. 407 55.,444 ss. y 492 ss.; «Fides», «bonaftdes»; un concepto

-95­

S-ar putea să vă placă și