La Cultura Aconcagua

Desde cerca del 900 d.C. comienza a aparecer una alfarería diferente entre los
valles de los ríos Aconcagua y Cachapoal, el estadio al que pertenece ha sido
definido como "complejo cultural Aconcagua".

Se trata de comunidades de agricultores que cultivaban porotos, maíz, zapallos y

otros productos en sus chacras. Sus viviendas estaban dispersas por los valles,
tanto cerca del litoral como hacia el interior y la precordillera; su economía se
adaptó, por lo tanto, a los diferentes sectores ecológicos. Así recolectaban
mariscos y algas en el área costera, además de realizar actividades agricolas
hacia el interior, en los lugares aptos para ello, ,para lo cual desarrollaron técnicas
de regadío, las que se apoyaban en la distribución del agua mediante sistemas de
canales; su técnica de sembrado habría consistido básicamente en abrir hoyos no
muy profundos en el terreno, para luego depositar en ellos las semillas. En los
sectores precordilleranos desarrollaron labores de pastoreo y practicaron, a la vez,
la caza de diversas especies pertenecientes a la fauna nativa.

Su alfarería presenta varias piezas que deben ser destacadas. Citemos, entre
ellas los cuencos con la forma de un casquete esférico cuyo motivo principal, que
aparece pintado en la pared exterior mediante seguros trazos de color negro sobre
la superfice anaranjada del objeto, ha sido designado como "trinacrio", por su
similitud con un motivo perteneciente a una antigua cultura del mar mediterráneo.
Este motivo presenta una propuesta formal que corresponde a un movimiento de
giro, ya sea hacia la izquierda o hacia la derecha, y podría estar relacionado con el
sexo de la persona a la cual acompañaba en su viaje al más allá. Esta idea, que
propusimos a algunos especialistas en un museo, hace unos quince o veinte años,
ya está siendo considerada como una interpretación probable por nuestra
arqueología.

Llama la atención que las vasijas que llevan este signo tienen pintado en su
superficie interna, por lo general, un conjunto de elementos gráficos que se
organizan en un sistema cruciforme, esto es, en ellas se manifiesta la idea de
tetrapartición que suele ser considerada como un esquema vinculado con la
cosmovisión de muchos pueblos americanos, de un modo particularmente
asociado a las cuatro orientaciones del plano terreno. Las piezas que se organizan
bajo el esquema cruciforme, pueden llevar, en sus cuadrantes algunas figuras
como, por ejemplo, dos triángulos opuestos y unidos por un vértice, configurando
un motivo que recuerda una mariposa.

En algunos de éstos pueden apreciarse triángulos concéntricos en uno de los dos;

también suelen apreciarse haces de trazos y la figura de un triángulo con trazos
paralelos entre si y que salen de uno de sus lados, los que han sido descritos
como "pestañas".

En el mismo contexto habría que situar a figuras pintadas mediante los colores
blanco, rojo y negro, que se organizan en el interior de platos Aconcagua y que
semejan una estrella, a veces, de ocho puntas. En ocasiones, la tetrapartición se
organiza como un damero sobre el exterior de la vasija. En este y otros casos, un
signo que semeja una espiga bordea los platos.