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Sociología y estética de la música: Tema 1.

Introducción a la sociología y estética de la música 1

Tema 1. Introducción a la sociología y estética de la música

La estética de la música

Wladyslaw Tatarkiewicz

Wladyslaw Tatarkiewicz (1886-1980) fue un filósofo polaco, investigador de historia


de la filosofía, del arte, y de estética, campo en el que publicó numerosas obras. Su Historia
de la estética es un manual básico de esta disciplina. A continuación, se incluyen algunos
fragmentos del primer volumen de esta obra, en los que se estudian algunos problemas
generales de esta rama de la filosofía.

1. Wladyslaw Tatarkiewicz, “Introducción”, en Historia de la estética: I. La estética


antigua (1970)1

1. Estudios sobre la belleza y estudios sobre el arte. Al principio la estética avanzaba por
diversos caminos, dedicándose tanto a la teoría de la belleza como a la teoría del arte, tanto a la
teoría de los objetos estéticos como a las experiencias estéticas, valiéndose unas veces de
explicaciones y otras de preceptos.
5 Se suele definir la estética como el estudio de la belleza. Sin embargo, algunos estetas, afirmando
que el concepto de belleza es indefinido y ambiguo y que por lo tanto, no sirve para la ciencia, se
orientan hacia el arte y definen la estética como un estudio del arte. Otros, que quieren tratar tanto
de lo bello como del arte, separan estos campos ocupándose de ambos.
Los dos conceptos, el de lo bello y el del arte, tienen indudablemente diferentes alcances. La
10 belleza no sólo se halla en el arte y el arte no sólo aspira a la belleza. Ambos conceptos abarcan
distintos problemas: la belleza tiene los suyos y el arte también. En algunos períodos de la historia
no se percibía en absoluto ningún vínculo entre la belleza y el arte. Los antiguos se ocupaban
tanto de la teoría de la belleza como de la ciencia del arte, pero las estudiaban por separado, pues
no veían ningún fundamento para unirlas.
15 No obstante, con el tiempo, de las discusiones sobre el arte surgieron tantos pensamientos
sobre la belleza, y tantos pensamientos sobre el arte nacieron de las reflexiones sobre lo bello, que
resulta imposible separarlos. Si la antigüedad desunió lo bello y el arte, los tiempos posteriores los
acercaron interesándose, sobre todo, por la belleza artística y el aspecto estético del arte. El
acercamiento de las dos disciplinas es un rasgo característico de la historia de la estética. El esteta
20 puede escoger los problemas y ocuparse de la belleza o del arte, pero la estética como totalidad
abarca tanto los estudios de lo bello como los del arte, y por consiguiente podemos hablar de un
dualismo.
2. Estudio de la belleza y de las experiencias estéticas. Suele entenderse la estética como un
estudio del arte y de sus objetos, un estudio que comprende también reflexiones sobre experiencias
25 estéticas. Incluso a aquellos, que estaban convencidos de que el tema exclusivo de la estética era
investigar la belleza objetiva, sus investigaciones les llevaron a cuestiones subjetivas. No hay
ninguna cosa que un día alguien no haya considerado bella, ni hay tampoco cosa alguna a la que
alguien no haya negado en alguna ocasión su belleza. Para cada uno es bello todo o no lo es nada,
según la actitud que se tome, sea ésta o no una actitud estética. Por lo tanto, muchos estetas
30
llegaron finalmente a la convicción de que el concepto fundamental de su ciencia no es la belleza,
sino la actitud estética y la experiencia de lo bello, siendo la investigación que realizan una tarea
correspondiente a la estética. Hay quienes se limitan a afirmar que la estética es un estudio exclusivo
de la experiencia estética y que puede ser una ciencia siempre y cuando tenga carácter psicológico.
Aunque tal actitud es bastante problemática, en todo 35 caso, es justo que en la estética, junto a
cuestiones objetivas, haya sitio para tratar las experiencias subjetivas. Y si es así, la estética tendrá
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un segundo dualismo, igual de inevitable que el primero, porque también en esta ocasión ambos grupos
de problemas se unen, condicionan y complementan.
Este dualismo de la estética puede expresarse también a través del contraste entre lo bello
40 natural y lo bello artificial. La participación del hombre en la belleza es diversa: en unos casos crea
lo bello y el arte, en otros los valora. En unas ocasiones se trata de la participación del artista, en
otras del receptor y crítico. La participación del hombre en la belleza y en el arte es también, en
unos casos, la participación del individuo, y en otros la de un grupo social; en parte constituye un
tema de la psicología de la belleza y del arte, y en parte también, su sociología.
45 3. Descripciones y normas de estética. Muchas obras que tratan de la estética son de carácter
empírico, no hacen más que establecer y generalizar los hechos: describen las propiedades de
las cosas que consideramos bellas y las observaciones que suscitan en nosotros. Otros libros
sobre estética contienen no sólo estas afirmaciones sino también recomendaciones referentes a
cómo se debe obrar para crear un arte válido y una verdadera belleza, y para evaluarlos
50 debidamente. Junto con las observaciones del esteta contienen también postulados, es decir,
además de las descripciones, las normas. Es éste ya un tercer dualismo. Tiene, en parte, carácter
descriptivo y registrador: registra los hechos, sean psicológicos, sociales o históricos. En otras
palabras, la estética puede ser normativa además de descriptiva.
Las investigaciones empíricas, sobre todo al seguir un buen método, pueden proporcionar en
55 la estética, igual que en otras ciencias, resultados objetivos y universalmente válidos, Tales
resultados los pueden proporcionar también las normas, siempre y cuando estén basadas sobre
investigaciones empíricas.
No obstante, el problema es que no siempre ocurre así. Los resultados emanan en parte de
los postulados y no de las investigaciones de los gustos que prevalecen en un momento dado, en
60 un ambiente y en un esteta determinado. Las investigaciones sirven para la teoría universal del arte
mientras que las normas, por lo menos en parte, sirven para la política del arte, es decir, para
defender una de las posibles maneras de su interpretación. [...]
4. Los hechos y las explicaciones. La estética, igual que cada ciencia, procura, sobre todo,
establecer las propiedades de las cosas que investiga: cuáles son las propiedades de la belleza, 65
cuáles las del arte, cómo la belleza afecta a la gente, cómo nace el arte y cómo se desarrolla. Pero
trata también de explicar estas propiedades: por qué la belleza afecta de cierta manera, por qué, surgió
el arte y por qué tiene esas formas y no otras. La estética explica la influencia de la belleza
psicológicamente y, a veces, fisiológicamente; las formas del arte las explica históricamente y a veces
sociológicamente. [...] En general la estética antigua se concentraba más
70 en establecer los hechos, mientras que la moderna pone más esfuerzo en explicarlos. No cabe duda
de que en la estética encontramos este cuarto dualismo que, por cierto, es el más natural y propio
de la gran mayoría de las ciencias. [...]
El esteta actúa conforme a sus preferencias, sigue en sus investigaciones uno u otro camino,
y dedicándose preferentemente a la belleza o al arte, a los objetos o a las experiencias estéticas,
75 ofrece descripciones o recomendaciones, trabaja en el campo de la psicología o de la sociología del
arte, practica la teoría o la política estética, establece los hechos o los explica. En cambio el
historiador, queriendo presentar el pasado de su ciencia, debe investigar y abarcar todos estos
campos. Y así, uno de los fenómenos históricos esenciales es el cómo los conceptos del arte y
de la belleza iban acercándose paso a paso, como los estudios de la belleza eran sustituidos por
80 los estudios de las experiencias estéticas, cómo iban entrando en el campo de la estética los motivos
psicológicos y sociológicos, cómo las descripciones iban suplantando las normas y las
explicaciones interpretando los hechos.
6. El alcance de la historia de la estética. El historiador de la estética ha de servirse de varios
medios. No es suficiente el estudiar los antiguos conceptos estéticos, el tomar sólo en
85 consideración lo que llevaba el nombre de la estética, lo que pertenecía a la desgajada disciplina
estética que hablaba expressis verbis2 de la belleza del arte. Tampoco lo es el atenerse sólo a los
enunciados pronunciados explícitamente. El historiador deberá tener en cuenta los gustos y
costumbres vigentes en una época dada y las obras de arte nacidas en ella; tendrá que recurrir
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no sólo a la teoría sino también a la práctica, a las artes plásticas y a la música, a la poesía y a la
90 oratoria.

A) Si la historia de la estética abarcara únicamente lo que aparecía bajo tal nombre, hubiera
empezado muy tarde porque, como es sabido, el término fue empleado por primera vez por A.
Baumgarten en 1750. Empero las cuestiones mismas, bajo otro nombre, fueron discutidas mucho
antes. El nombre no tiene importancia, incluso desde que se formó no todos se atenían a él. La
95 gran obra estética de Kant, aunque medio siglo posterior a la de Baumgarten, se llama “la crítica del
juicio”, y el nombre “estética” Kant lo aplicaba a algo completamente distinto: al hablar de la
estética se refería a una parte de la teoría del conocimiento, a la teoría del espacio y del tiempo.
B) Si se tratara la historia de la estética como historia de una disciplina independiente, habría
que empezarla tan solo en el siglo XVIII y sería una historia breve que abarcaría apenas dos
100 siglos. Sin embargo, antes de que surgiera una disciplina especial de la belleza se hablo de ella,
aunque dentro de los límites de otras disciplinas. [...]
C) Si en la historia de la estética se incluyeran sólo los pensamientos expuestos en tratados
dedicados exclusivamente a lo bello, sería un criterio demasiado superficial de seleccionar el
material y faltarían en la historia de la estética varios eslabones importantes. [...]
105 Al reunir el material, la historia de la estética no puede guiarse por criterios externos como el nombre
o la disciplina científica de cuyas fuentes se sirve; ha de guiarse por los problemas y tomar en
consideración todo pensamiento que se refiera a ellos y que utilice sus conceptos, aunque
aparecieran bajo otros nombres y dentro de los límites de otras disciplinas. Cuando lo haya hecho,
resultara que la reflexión estética comenzó más de dos mil años antes de que se adoptara para
110 ella un nombre especial y de que se declarase disciplina científica independiente. Ya en aquel
entonces surgían cuestiones semejantes que incluso eran resueltas de manera parecida a la que
más tarde tomaría el nombre de “estética”.
7. La historia de los conceptos y la historia de los nombres. D) Deseando presentar el
desarrollo del pensamiento humano sobre la belleza, el historiador no puede atenerse
115 exclusivamente a la palabra “bello”, ya que dicha concepción aparecía bajo distinta terminología, a
veces sin emplear esta palabra. Especialmente en la estética antigua se habló más de la armonía, la
symmetria3 y la euritmia que de la belleza. Y viceversa: se empleaba la palabra “bello” aunque se trataba
de algo distinto a como nosotros lo entendemos. En la antigüedad “bello” designaba más bien cualidades
morales que estéticas. Del mismo modo, la palabra “arte” 120 designaba todo producto de habilidad
manual, sin limitarse, de manera alguna, a las bellas artes. Es necesario, por tanto, que la historia de la
estética tome en consideración también los pensamientos en los cuales la belleza no era llamada
“belleza”, ni el arte “arte”. Surge así un nuevo dualismo al enfocar la historia de la estética: no es sólo
una historia de los conceptos de lo bello y del arte, sino también una historia de los nombres “bello” y
“arte”. Este dualismo también
125 es inevitable, ya que el desarrollo de la estética consistía no sólo en la evolución de los
conceptos sino también en la de los nombres, y ambas evoluciones no se realizaron simultáneamente.
8. La estética en la teoría y en la práctica. Si un historiador de la estética sacara sus
informaciones exclusivamente de los estetas eruditos, no sería capaz de reconstruir plenamente
lo que en el pasado se sabía y pensaba de la belleza y del arte. El historiador debe recurrir también
130 a los artistas, tiene que recoger las ideas manifestadas no en los libros científicos, no por escrito,
sino en los gustos, en la vox populi. No todos los pensamientos estéticos hallaron de inmediato
una expresión verbal, y en cambio fueron expuestos en las obras de arte, en la forma, en el color
y en el sonido. De las obras de arte se pueden extraer tesis estéticas que no están inscritas en
ellas pero sí contenidas, ya que constituyen su punto de partida y su expresión.
135 A la historia de la estética ampliamente comprendida, pertenecen no sólo las afirmaciones
pronunciadas explícitamente por los estetas, sino también las incluidas implícitamente. en el gusto
de la época y en las obras de arte. Pertenece a esta historia no sólo la teoría estética propiamente
dicha, sino también la práctica artística que revela estas teorías. Algunas de las ideas estéticas
del pasado, el historiador las puede leer simplemente en los manuscritos, y otras, en cambio, las
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140 tiene que descifrar de las obras de arte y de la literatura o incluso de las formas de la moda y de las
costumbres. Es un dualismo más de la estética y de su historia: la expresada explícitamente y la
contenida implícitamente en las obras de arte o en los gustos.
Los avances de la estética fueron, en gran medida, obra de los filósofos estetas, pero también
de psicólogos y sociólogos. Pero no sólo provenía de ellos, sino también de artistas y de poetas, 145 de
expertos y de criticas; ellos también revelaron más de una verdad referente al arte y a lo bello. Sus
observaciones acerca de la poesía o la música, acerca de la pintura o la arquitectura, detalladas y
personales en su mayoría, condujeron al conocimiento de verdades generales referentes a todo el arte
y la belleza.

Lewis Rowell

Lewis Rowell es compositor, organista y profesor de música en la Indiana University.


Colabora como teórico musical en diversas instituciones y revistas norteamericanas.

2. Lewis Rowell, “Introducción: Términos y temas”, en Introducción a la filosofía de


la música: Antecedentes históricos y problemas estéticos (1983)4

Siempre es bueno ser claro acerca de lo que se está hablando y en filosofía resulta
indispensable. Los tres primeros capítulos de este libro están escritos para establecer el marco de
referencia para una investigación; la primera tarea consiste en presentar mi comprensión de lo
que se incluye en los dominios de la música, la filosofía, el arte y la estética; este primer capítulo
5 concluye con una serie de propuestas básicas, temas que se verán con frecuencia a lo largo del
libro. [...]
Sugiero evitar por ahora la peligrosa tarea de definir a la música. Sé que ello puede ocasionar
problemas, pero una definición (como la palabra lo indica) tiene una forma de establecer límites
en torno de la palabra-objetivo, y parece conveniente permitirle a nuestro tema un campo tan
10 amplio como sea posible. Quedará claro que la palabra música, como se la suele usar se puede
referir a sonidos, a una hoja de papel, a un concepto formal abstracto, a una conducta social
colectiva o a un modelo coordinado simple de impulsos neuroquímicos en el cerebro. Puede ser
un producto o un proceso. Una definición que pueda satisfacer a la mayor parte de los integrantes
de la civilización occidental puede fracasar instantáneamente al aplicarse a la música no
15 occidental o a la música compuesta en los últimos veinte años. Por ahora dejemos que música
signifique cualquier cosa de las que habitualmente se entiende por esa palabra.
La definición literal de la palabra filosofía es familiar: del griego philo (amor) y sophia
(conocimiento, sabiduría). Un filósofo es, entonces, un buscador de conocimiento, una persona
que ama ejercitar su curiosidad intelectual. [...]
20 Los filósofos actuales dudan en definir a las tareas de la filosofía en términos de sus ramas
tradicionales, pero todavía tiene valor la consideración de estos dominios.

metafísica: lo que está “más allá de la naturaleza”, el estudio de las esencias, incluyendo la
cosmología especulativa. La música tiene una larga historia de asociación con esta disciplina.
25 teología: literalmente, el estudio de Dios, generalmente interpretada de un modo más amplio en la
actualidad como filosofía de la religión.
ontología: la filosofía del ser (materia, existencia).
epistemología: la filosofía del conocimiento, cómo podemos conocer la realidad.
política: idealmente, la filosofía del bienestar público.
30 ética: que trata sobre la filosofía del bien y la moral.
lógica: que trata sobre la verdad.
estética: que trata sobre la belleza (aunque, como se vera, no todas las cuestiones estéticas
plantean el problema de la belleza). Calología es la palabra que precisamente significa preocupación
por la belleza; la poética es la subrama de la estética que versa sobre la 35 creación artística.
Sociología y estética de la música: Tema 1. Introducción a la sociología y estética de la música 5

La palabra “estética” viene del griego y significa “percibir, conocer, aprehender con los
sentidos”, de modo que su aplicación apropiada es a la filosofía de la percepción artística.

Se suele reconocer que la filosofía del arte en general (y de la música en particular) se


40 encuentra entre las ramas más resbaladizas de la filosofía. Por eso hay más razones aún para
desarrollar la terminología con cuidado, aplicarla de manera coherente y encaminar la atención
adecuada a los problemas técnicos del lenguaje.
Dado que el arte es la rama estética más importante, muchos escritores pretenden tratar a los
filósofos del arte y a la estética como si fueran disciplinas idénticas. No es mi caso. A pesar de la
45 amplia y evidente superposición existente entre ambos campos, creo que vale la pena conservar
la distinción. El filósofo que se dirige a las artes considera muchas preguntas que se encuentran
fuera de la esfera de la estética; de manera similar, muchas preguntas estéticas nada tienen que
ver con las obras de arte. La mayor parte de las músicas del mundo no son músicas artísticas (al
menos según algunas definiciones), pero las preguntas estéticas se aplican a toda la música. [...]
50 La música es un objeto filosófico legítimo y el pensamiento sobre la música tiene un lugar apropiado
entre las disciplinas inquisitivas. En algunos círculos musicales está de moda aconsejar en contra
del examen detallado de la música, sobre la dudosa base de que muchos de los que hablan y
escriben con inteligencia sobre la música son incapaces de demostrar con hechos sus
introspecciones. En verdad, la discusión verbal y el análisis no pueden sustituir de modo aceptable
55 a la experiencia musical, pero tampoco se debe esperar que tal cosa ocurra. Aunque la música y el
lenguaje tienen mucho en común, los tonos y las palabras no son modos paralelos de
comunicación. De una forma u otra, la experiencia musical se transmite en el momento en que la
mente humana comienza a procesarla. Sean cuales fueren las razones, nuestra experiencia con
la música no suele ser examinatoria y se basa en suposiciones y valores no explícitos, a pesar de
60 la intensidad de nuestras convicciones musicales. Tanto los intérpretes cuanto los oyentes se
pueden beneficiar preguntando (y tratando de responder): “¿Qué estamos haciendo?” y “¿Por qué
lo estamos haciendo?”

Magda Polo Pujadas

Magda Polo Pujadas (n. 1965) es Doctora en Filosofía por la Facultad de Filosofía de
la Universidad de Barcelona y está especializada en estudios de filosofía de la música.
Actualmente es profesora titular de Historia de la música y Filosofía de la música en el
Departamento de Historia del Arte de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad
de Barcelona.

3. Magda Polo Pujadas, Hacia una definición de la estética musical (2008)5

La estética musical como disciplina autónoma nace a mediados del siglo XIX con el ensayo
del crítico musical vienés Eduard Hanslick (1825-1904) titulado De lo bello en la música, publicado
en 1854, en el que reconoce que cada manifestación artística tiene su estética particular y, por lo
tanto, aborda una reflexión determinada. De hecho, es lógico pensar que si durante el
5 romanticismo la música era la manifestación artística más sublime, más excelsa, naciera una
disciplina centrada en su reflexión.
Enrico Fubini (1935), uno de los estetas más significativos de nuestros días, formula lo
siguiente a la hora de definir cuál es la estética de la música: “La pregunta ‘¿qué es la estética de
la música?’ podría, en este punto, transformarse en aquella bastante más difícil, pero que se
10 encuentra en su origen, ‘¿qué es la música?’ o incluso de manera más concreta, ‘¿cómo ha sido
considerada la música en la cultura occidental durante el transcurso de las épocas?’. Por lo tanto,
cada época de la historia ha hecho corresponder la palabra ‘música’ a realidades muy diferentes.
Así, el recorrido histórico a través de cómo se ha configurado la reflexión o, mejor dicho, el
conjunto de reflexiones sobre la música durante los siglos, acaba entrelazándose, por una parte,
Sociología y estética de la música: Tema 1. Introducción a la sociología y estética de la música 6

15 con la misma historia de la música en sentido amplio, y por otra, con todas aquellas disciplinas que
han hecho de la música el objeto de un cierto interés por su parte: las matemáticas, la psicología,
la física acústica, la especulación filosófica y estética propiamente dicha, la sociología de la
música, la lingüística, etc. ‘La estética musical’ en sentido estricto, es decir, el estudio
fundamentalmente ‘estético’ de la música resulta ser, en consecuencia, extremadamente
20 simplificador y sólo podrá centrarse, como máximo, en un, periodo muy concreto del pensamiento
musical, prácticamente estos dos últimos siglos, la época en que, con el nacimiento y el desarrollo del
pensamiento idealista, el valor estético se ha convertido en un valor autónomo, digno de consideración
independiente. Por eso, más que de la historia de la estética musical, habría que hablar de la historia
del pensamiento musical, un concepto más vago pero indudablemente más 25 comprensible ante una
realidad histórica correlativamente mucho más compleja y desigual”6.
Así pues, y de acuerdo con esta estética filosoficohistoricista, se puede hablar con propiedad
de estética musical desde el momento en que nace la estética. Hablar de la estética musical medieval
no tiene sentido, en todo caso tiene sentido hablar de una historia del pensamiento musical medieval.
Es lógico que el nacimiento de un término asociado a una disciplina marque la 30 propiedad de designar
la reflexión a partir de aquel nombre.

Actividades

1) ¿Cuál es el objeto de estudio de la estética?


2) a) ¿Los “objetos estéticos” únicamente son las obras de arte? b) En caso de que hayas
contestado que no a la pregunta anterior, ¿qué puede constituir también un “objeto
estético”?
3) ¿Qué “dualismos” menciona Tatarkiewicz en su texto?
4) ¿Quién y cuándo empleó por primera vez el término “estética”?
5) ¿Cuándo empezaría una historia de la estética como disciplina independiente?
6) ¿Dentro de los límites de qué otras ramas de la filosofía se trataron inicialmente las
cuestiones relacionadas con la estética?
7) ¿Cuándo nació la estética musical como disciplina autónoma?
8) ¿Cuándo comenzarías una “historia del pensamiento musical”? Justifica tu respuesta.

La sociología de la música

Finalmente, leeremos y comentaremos las definiciones que ofrecen dos diccionarios de


“sociología de la música”.

4. Diccionario Akal/Grove de la música, “Sociología de la música”7

El estudio de las relaciones entre música y sociedad. La sociología musical analiza la función
de la música en la sociedad y las maneras de influir la sociedad en la evolución de la música.
Los sociólogos de la música estudian temas como el patronazgo, directo e indirecto, y su
relación con la composición y las maneras como la música refleja la sociedad e influye sobre
ella. Todos los tipos de música –popular, tradicional y clásica– son objeto de esta disciplina.
El estudio formal de la sociología musical, aunque tiene precedentes bastante tempranos,
data de comienzos del siglo XX (por ejemplo, de los estudios llevados a cabo por Hermann Albert
5 de las relaciones entre la iglesia medieval y la música popular). El estudioso más influyente de
principios del siglo XX fue el sociólogo Max Weber (1864-1920), en cuyo ensayo titulado Die
rationalen und soziologischen Grundlagen der Musik 8 (1921) abordó la relación entre las
estructuras sociales y los aspectos técnicos de la música occidental. La sociología musical de hoy
en día se divide en tres escuelas principales. Una, empirista o positivista, se concentra sobre todo
Sociología y estética de la música: Tema 1. Introducción a la sociología y estética de la música 7

10 en el contexto y la función de la música en el seno de la sociedad, dedicándose al análisis de la vida


musical y el mercado de la música, así como de la relación de los diferentes grupos sociales con
diferentes tipos de música. Otra es la escuela del idealismo histórico hegeliano, representada
sobre todo en la obra de Theodor W. Adorno (1903-69), quien desarrolló una teoría del standard
musical, según la cual la música más avanzada de una cultura representa a la sociedad misma,
15 de la cual es una descripción estética; esta teoría acentúa el carácter progresista de la música como
indicador social, y deduce consecuencias sociales de la naturaleza de la música popular. La
tercera escuela, asociada al marxismo, o al materialismo histórico, está representada sobre todo
por la obra de Hanns Eisler (1898-1962), quien considera los cambios en la música como un
resultado de los cambios en su papel económico y social, arguyendo que “cada nuevo estilo
20 musical no surge de un punto de vista estéticamente nuevo, por lo que éste no representa una
revolución material, sino que la alteración del material está forzosamente determinada por la alteración
históricamente necesaria de la función de la música en la sociedad en general” (Musik und Politik,
1973). El pensamiento más reciente en sociología musical tiende a explicar las obras individuales no
tanto por su significado o su situación histórica cuanto por la función social (como 25 base de la
producción y consumo musicales) y el efecto social de las mismas.

5. Patrick T. Will, “Sociología de la música”9

El estudio sistemático de la relación entre música y sociedad. Se trata de un campo general


de investigación que no está unificado por una sola metodología específica, sino que depende
para sus técnicas analíticas de las tradiciones de la sociología, la musicología y la filosofía.
Mediante el estudio de la interdependencia de la música y su entorno social, la sociología de
5 la música persigue determinar no sólo la función de esa música en la sociedad, sino también los
modos en los que la sociedad influye y afecta a las estructuras musicales determinadas. Así, por
ejemplo, este campo se interesa tanto por la evolución de la actividad concertística de la vida
privada a la pública a finales del siglo XVIII, como de los posibles efectos de ese cambio en la
aparición de la forma sonata. […]
10 Aunque Platón y Aristóteles exploraron las implicaciones políticas de la música en la sociedad, la
teoría contemporánea tiene sus orígenes en la obra de los sociólogos Dilthey y Simmel. La sociología
de la música es fundamentalmente un producto de los estudiosos alemanes. Die rationalen und
soziologischen Grundlagen der Musik (1911; publ. 1921) de Max Weber, el primer intento, proyecta
interrelaciones entre las bases técnicas fundamentales de la música occidental 15 y las estructuras
sociales paralelas históricamente. […]

Actividades

9) ¿Cuándo surgió la sociología de la música?


1
Tatarkiewicz, Władysław: Historia de la estética: I. La estética antigua, Sánchez-Elvira, Rosa M.ª; García
Romero, Fernando (trad. del latín y griego), 2.ª ed. (Madrid: Akal, 2000), pp. 9-13. 2 “Explícitamente” o
“expresamente”.

3
Se utiliza la ortografía de “symmetria” para señalar que nos se trata de la simetría en el sentido actual de la
palabra sino de la simetría según la entendían los griegos, como conmensurabilidad.
4
Rowell, Lewis: Introducción a la filosofía de la música: Antecedentes históricos y problemas estéticos
(Barcelona: Gedisa, 1999), pp. 13-18.
5
Polo Pujadas, Magda: La estética de la música (Barcelona: Universitat Oberta de Catalunya, 2008), pp.
1113.
6
Fubini, Enrico: Estética de la música (Madrid: A. Machado Libros, 2001), pp. 21-23.
7
Sadie, Stanley (ed.): Diccionario Akal/Grove de la música (Madrid: Akal, 2000), p. 881.
8
Los fundamentos racionales y sociológicos de la música.
Sociología y estética de la música: Tema 1. Introducción a la sociología y estética de la música 8

9
Will, Patrick T.: “Sociología de la música”, en Randel, Don Michael (ed.): Diccionario Harvard de Música
(Madrid: Alianza, 1999), pp. 941-943.

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