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El concepto de Catequesis en el
Magisterio
INTRODUCCIÓN
Al oír la palabra catequesis nos resuena en nuestro corazón momentos vividos en nuestra infancia,
cuando nos preparábamos para recibir la Primera Comunión. Hoy en día, si les preguntáramos a un niño
y a un adulto qué entienden por catequesis encontraríamos respuestas un tanto distintas. Este se debe
a una evolución del concepto de catequesis a lo largo de la historia de la Iglesia. En el siguiente trabajo
intentaremos recorrer ese camino, analizando distintos documentos del Magisterio.
CONCILIO (1965)
Como dijimos antes, existen muchas definiciones de catequesis. En el Decreto Christus Dominus del
Concilio Vaticano II, sobre el ministerio pastoral de los Obispos, encontramos una llamada a vigilar
atentamente “la instrucción catequética, que tiende a que la fe, ilustrada por la doctrina, se haga viva,
explícita y activa en los hombres”. También, haciendo referencia a las ciencias del hombre, agrega que
“se enseñe con el orden debido y el método conveniente, no solo con respecto a la materia que se
explica, sino también a la índole, facultades, edad y condiciones de vida de los oyentes”. Por último,
indica que corresponde a los responsable que “conozcan totalmente la doctrina de la Iglesia y aprendan
teórica y prácticamente las leyes psicológicas y las disciplinas pedagógicas”.1
La segunda definición describe la catequesis por sus tareas: consolidar el conocimiento de la fe;
alimentar las actitudes morales cristianas con el espíritu de Cristo; ejercitar en la participación de la
liturgia e impulsar a la vida apostólica. Esta definición tampoco se concentra en la etapa iniciativa.
1
CD 14
2
GE 4
1
Ambas definiciones de catequesis del Concilio Vaticano II manifiestan una concepción amplia de
catequesis, es decir, de constante educación en la fe.
La catequesis, “debe manifestar siempre la unidad profunda que existe entre el proyecto salvífico de
Dios, realizado por Cristo y las aspiraciones del hombre […] Debe asumir totalmente las angustias y
esperanzas del hombre de hoy, a fin de ofrecerle las posibilidades de una liberación plena. Por ello deber
ser fiel a la transmisión, no solamente del Mensaje bíblico en su contenido intelectual, sino también a la
realidad vital encarnada en los hechos de la vida del hombre de hoy.”4
También aquí vemos la importancia que en la catequesis ocupa la vivencia cristiana, como camino de
liberación plena, uniendo la revelación de Dios en Cristo Jesús y la vida personal del creyente. La
catequesis no debe estar desvinculada con la realidad propia de los hombres, ya que debe asumir las
angustias y esperanzas que ellos tienen. Para ello se auxiliará de las ciencias humanas, como la sociología,
la pedagogía y la psicología.
Más adelante, cuando hable de la misión de la catequesis en la Iglesia la definirá como “una forma de
acción eclesial que trata de llevar a la madurez de la fe tanto a las comunidades como a los individuos.
[…] La catequesis es el medio más apto para captar el plan de Dios en su propia vida (la del hombre) y
descubrir el significado último de la existencia y de la historia”.5
La evangelización puede preceder o acompañar a esta acción eclesial. Pero ya que la conversión es un
elemento necesario en el dinamismo de la fe, la catequesis debe incluir de alguna manera la
evangelización.6
3
Medellín 8, 1
4
Ibíd. 8, 4 - 6
5
DGD. 21
6
Cf. Ibíd. 18
2
EVANGELII NUNTIANDI (1975)
El Papa Pablo VI en su exhortación Evangelii Nuntiandi acerca de la Evangelización del mundo
contemporáneo, presenta la catequesis como un medio necesario para la evangelización. A propósito de
la enseñanza catequética dirá que “la inteligencia necesita aprender mediante una enseñanza religiosa
sistemática los datos fundamentales, el contenido vivo de la verdad que Dios ha querido transmitirnos y
que la Iglesia ha procurado expresar de manera cada vez más perfecta a lo largo de la historia. […] Los
métodos catequísticos deberían ser adaptados a la edad, a la cultura, a la capacidad de las personas,
tratando de fijar siempre en la memoria, la inteligencia y el corazón las verdades esenciales que deberían
impregnar la vida entera”. 7
Estas ideas presentadas por la EN van dirigidas especialmente al conocimiento de la doctrina, pero no
debemos olvidar que para este documento la catequesis ocupa un lugar en el proceso de evangelización,
precedido por un anuncio: el kerigma.8
Continuando con la idea de la EN, la catequesis como aspecto de la evangelización, los obispos subrayan
que “Cristo ha se ser el centro de la proclamación catequética. En la catequesis nos esforzamos por lograr
la comprensión y la experiencia de la importancia que tiene Jesús en nuestra vida cada día”.10
Seguirá tomando las ideas de Pablo VI al decir que, en el método catequístico, la memorización de las
sentencias bíblicas del NT y de los textos litúrgicos es de suma importancia para la oración en común y
7
EN. 44
8
Cf. Ibíd. 21-22
9
La catequesis en nuestro tiempo, 1
10
Ibíd. 7
11
Cf. Ibíd. 1
12
Puebla 977
3
para hacer más fácil la comprensión de la fe. También da importancia a las técnicas audiovisuales, como
dibujos, cantos, dramatizaciones; mostrando así la influencia de las nuevas tecnologías y de las nuevas
ciencias humanistas (pedagogía, psicología, didáctica) sobre la tarea eclesial.
Este documento señalará que “la catequesis nos congrega como Iglesia”, y como tal es de suma
importancia la participación en la comunidad parroquial: “la parroquia nos congrega como pueblo de
bautizados, miembros vivos del Cuerpo de Cristo, para ejercer con alegría la misión profética como
evangelizadores y catequistas, para celebrar nuestra fe en la asamblea litúrgica y compartir la vida y los
bienes”.17
13
CT. 22
14
Ibíd. 20
15
Quito 5, a (al final). Cf. CT 39, 45, 43.
16
Cf. Mt 28, 19
17
Quito 5
4
CÓDIGO DE DERECHO CANÓNICO (1983)
El III libro del Código de Derecho Canónico atañe a los “pastores de almas” la tarea de la catequesis
para que la fe de los fieles, mediante la enseñanza de la doctrina y la práctica de la vida cristiana, se haga
viva, explícita y operativa. 18 La formación de los catequistas debe suponer el manejo de medios
didácticos que sean eficaces, de manera que los fieles puedan aprender la doctrina de modo más
completo y llevarla mejor a la práctica.
CONCLUSIÓN
Por la cantidad de textos analizados, podemos deducir que la catequesis es una tarea a la cual la Iglesia
dedica muy atención. Solo con leer alunas líneas del Documento de Aparecida, nos daremos cuenta que
estamos en un proceso de renovación de toda la catequesis 22 . Es un desafío para la Iglesia
Latinoamericana hacer que los bautizados que están alejados se inserten en la comunidad participando
activamente, y así pueda madurar su fe23. Esperemos que la pronta realización del Catecismo y Directorio
argentino puedan consolidar mejor todas estas ideas, para bajarlas a las distintas comunidades
parroquiales y grupos de catequesis.
BIBLIOGRAFÍA
CELAM, Evangelización y Catequesis. Documentos del Magisterio Eclesiástico con índice analítico, 1991
18
CDC 773
19
DCG (1997) 78
20
Ibíd. 80
21
Cf. Ibíd. (1997) 84
22
Cf. Documento Aparecida 286 - 300
23
Cf. Orientaciones Pastorales para el trienio 2012-2014, nº 24
5
CELAM, Documento de Aparecida, 2007