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UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO

SEMANA 2
MORAL, ÉTICA Y VALORES EN LA FILOSOFÍA

I. La ética y la moral no son la misma cosa


La moral es la idea de lo que es “bueno” y lo que es “malo”,
y cómo uno debe comportarse según estas ideas, que
fueron formadas y llegaron a ser una tradición en una
cierta sociedad en un cierto período de tiempo.
Las reglas morales pueden ser muy diferentes en países
diferentes o incluso en el mismo país en épocas diferentes.
La moral es un fenómeno subjetivo, pues la mayoría de sus
reglas no es un resultado de la necesidad objetiva y la
racionalidad. Las reglas morales son acerca de cómo
vestirse, dónde y hasta cuánto uno puede desnudar el
cuerpo, qué giros de lenguaje son decentes y los que no lo son, de qué uno debe sentirse
avergonzado, lo que es “costumbre” hacer y lo que no lo es, etc.
Los principios éticos son objetivos. Ellos son el resultado de la necesidad real y la racionalidad y
están basados en el entendimiento del Camino de la persona hacia la Perfección.

II. LA MORAL HUMANA


A menudo utilizamos esta palabra en el lenguaje cotidiano, por ejemplo, cuando afirmamos,
tengo la moral alta o mi equipo se llevó la victoria moral. Sin embargo, en estas frases el
término moral es utilizado para referirse a estados de ánimo psicológicos de la persona y no es
éste el significado que damos al término moral en Filosofía.
La palabra moral viene del latín mos-moris, que significa costumbre, modo de vivir, el carácter
o la forma de ser tanto de un individuo como de una sociedad, aunque también alude a norma,
precepto. Siguiendo así, a los antiguos romanos, vamos a definir la moral humana como el
conjunto de:
• las normas que rigen la conducta de un individuo en una sociedad y
• las valoraciones que hacemos sobre actos humanos que consideramos desde la perspectiva
de lo bueno o lo malo, lo justo o lo injusto, etc.

1. Características de la acción moral

Una acción humana para ser considerada de tipo moral tendrá las siguientes
características:
a) Es aquella que se realiza, ajustándose a un código o conjunto de normas y valores
morales, las cuales designan lo que debe ser considerado como moralmente bueno o
malo, egoísta o generoso, etc. Más adelante veremos en qué consiste un valor y una
norma moral.
b) Este código moral no debe ser impuesto por la sociedad a las personas, sino que el
individuo lo debe poder elegir libremente, por ejemplo, yo debo ser libre de elegir si
acepto moralmente la eutanasia o no, no se me puede imponer mi forma de valorar
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ciertas cuestiones. Podemos definir la libertad como la capacidad de la voluntad humana


para elegir y decidir.
c) El hecho de ser libre cuando actúo, es de total importancia a la hora de ser valorada
moralmente una acción porque, si la realizo libremente, entonces soy responsable moral
de lo que hago y de lo que dejo de hacer. La responsabilidad, es la obligación de
responder acerca de nuestros actos. En este sentido, si las acciones de una persona se
ajustan a las normas morales existentes en una sociedad, se la considera moralmente
buena, etc. pero, si por el contrario, una persona conoce las normas y valores morales
de una sociedad y, a pesar de ello, las transgrede, entonces estamos ante un individuo
inmoral.
Llegamos así, a una condición fundamental para que podamos juzgar si un individuo actúa
moralmente bien o no, es necesario que sepa lo que hace, sólo de esta forma podemos decir
que actúa libremente y que, por lo tanto, es responsable de sus actos.
Efectivamente, a diferencia de los animales, que actúan movidos por sus instintos, el ser
humano es un ser moral precisamente porque es racional, es decir, cuando actúa, sabe lo que
hace, elige entre varias posibilidades de acción o los medios para conseguirlo, se propone un
fin concreto, analiza y valora los pros y los contras, juzga, si le conviene o no, es incluso capaz
de preveer con anticipación las posibles consecuencias o resultados, etc. En conclusión, cuando
una persona actúa racionalmente y lo hace, además, libremente, es por ello que podemos
aplicarle valores morales a su acción (generoso o egoísta, justo o injusto, etc.).

Dado que las personas no viven aisladas, sino que son ciudadanos de una comunidad, no sólo
son responsables de sus propios actos y para consigo mismos sino, también, de su repercusión
en las personas con las que convivo. Por ello, la moralidad tiene una dimensión social.

Nacemos en una sociedad que posee una serie de normas, creencias, ideas, valores,
prohibiciones, pautas de conducta, etc. que caracterizan su forma de vida. Nuestras acciones
morales se dan en sociedad, en nuestra convivencia con los demás, quienes las aprueban o las
rechazan en función de estas normas y valores válidos para todos. Por ello, el ser humano
necesita convivir con los demás para desarrollarse como ser moral. No obstante, como ya
hemos dicho, el individuo debe interiorizarlas, es decir, debe reconocerlas como suyas, no
como algo impuesto desde fuera, de modo que las cumpla de modo libre, conscientemente y
habiéndolas pensado racionalmente.
Nos encontramos, en conclusión, que, a diferencia de los animales que se rigen por unas pautas
instintivas que no les permiten elegir su modo de actuar, el ser humano, por el contrario, tiene
libertad de acción, esto es, puede elegir y decidir por propia voluntad, cómo actuar. Esta
libertad no es total, está condicionada por su naturaleza genética y por el medio sociocultural,
la época y el lugar en el que vive. Pero, aun así, le queda bastante libertad para decidir
racionalmente cómo actuar, lo cual, le convierte en responsable moral de sus actos.

Finalmente, decía el filósofo griego Aristóteles que "la virtud moral es un hábito". Un hábito es
un comportamiento que se repite, una forma de actuar estable. Según Aristóteles, "un solo
acto no hace a uno virtuoso", es decir, una persona no se convierte en generosa porque un día
dé limosna a un necesitado o sincera porque un día dijo la verdad. Por el contrario, la virtud
moral hay que conquistarla en el día a día, habituándose a actuar bien, repitiendo actos
generosos o sinceros y es, este hábito, lo que me convierte en una persona buena, sincera,
honrada, etc.
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Pero esta actitud permanente a actuar bien no es fácil de conseguir, requiere:


• conocer lo que se debe hacer
• y tener voluntad para hacerlo, a lo primero te va a ayudar la Ética, lo segundo, lo tendrás
que poner tú.

DIFERENCIAS ENTRE LO MORAL, LO INMORAL Y LO AMORAL


1. LA MORAL
Se entiende por ‘acción moral’ cualquier acto que haya sido
ejecutado obedeciendo a los mandatos de las leyes morales. Por
tanto, no todas las acciones humanas son susceptibles de recibir
una cualificación moral (por ejemplo, desde el punto de vista
ético el estornudar no puede merecer ninguna valoración moral
propiamente dicha, salvo que lo hagamos encima de una persona
para fastidiarla, con lo cual lo valorable moralmente sería nuestra
intención de dañar a esa persona, no el acto de estornudar en sí).
Sólo podemos hablar de acciones morales o inmorales cuando
cumplan al menos un conjunto de condiciones:
- Ser una acción que afecte a normas, principios o valores morales.
- Haber sido realizada con libertad, es decir, haber tenido la oportunidad de elegir entre varias
opciones antes de realizar la acción. En el caso de que no exista esa libertad (por ejemplo, si
alguien me obliga a realizar un acto apuntándome con un revólver), el individuo no puede ser
considerado responsable moral de esa acción.
- Que haya sido realizada voluntariamente y siendo consciente de los efectos que iba a producir
esa acción. Por ejemplo, si yo realizo un acto y, sin que yo lo sepa, ese acto causa trastornos
graves a otra persona, no puedo ser considerado responsable moral del daño causado
involuntariamente.
- Las intenciones o fines con los que yo he llevado a cabo esa acción, puesto que puede darse el
caso de realizar un acto bueno en sí mismo, aunque las intenciones que motivaron ese acto
fueran inmorales (por ejemplo, alguien que ayuda económicamente a una familia pobre, aunque
lo hace con la secreta intención de obtener favores sexuales). O a la inversa: provocar un daño,
aunque mis intenciones sean buenas.
El filósofo Kant afirmó al respecto que sólo podían ser consideradas como buenas moralmente
aquellas acciones que hubieran sido ejecutadas exclusivamente por puro respeto al deber moral, es
decir, sin que nos moviera ningún interés particular en realizarlas. Según él, existen las ‘acciones
conformes al deber’, las cuales no son estrictamente acciones morales, porque el fin que las motivó
fue el interés personal y no el respeto al deber. Él mismo pone un ejemplo de ‘acciones conformes
al deber’: un comerciante que no practica la usura puesto que mantiene bajos sus precios, pero lo
hace para tener más clientes y enriquecerse, no porque considere que ésa es su obligación moral.
Sólo disponemos de cuatro principios de la moral:
• El filosófico: haz el bien por el bien mismo, por respeto a la ley.
• El religioso: hazlo porque es la voluntad de Dios, por amor a Dios.
• El humano: hazlo porque tu bienestar lo requiere, por amor propio.
• El político: hazlo porque lo requiere la prosperidad de la sociedad de la que formas parte,
por amor a la sociedad y por consideración a ti”.
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2. LO AMORAL
Su significación estricta es "aquello que carece de moral".
Utilizando una expresión del filósofo Nietzsche, podríamos
decir: "aquello que está más allá del bien y del mal".
Es importante señalar que ‘amoral’ no significa lo mismo que
‘inmoral’, puesto que lo inmoral es algo contrario a lo moral,
y es catalogado así por comparación con las normas morales.
Sin embargo, lo amoral se encontraría tan alejado de lo
inmoral como de lo propiamente moral.
En filosofía, ‘amoral’ también se suele utilizar como
calificativo que acompaña a todas aquellas disciplinas que tratan los hechos sin valorarlos desde una
perspectiva ética o social. Por ejemplo, con la expresión "el conocimiento científico es amoral"
queremos significar que estudia los hechos prescindiendo de cualquier valoración moral.
Se ha discutido si existen o no individuos ‘amorales’, esto es, que carezcan de cualquier norma
moral. En general, se acepta que no pueden existir, puesto que toda persona se guía por uno u otro
código de conducta que lleva implícito ciertos valores morales. Ni siquiera los psicópatas con graves
alteraciones emotivas y conductuales carecerían de normas y valores propios. Únicamente en el
caso de personas con gravísimas deficiencias mentales, y por tanto carentes de una mínima
racionalidad, podríamos hablar de individuos amorales.

Es importante, sin embargo, no confundir entre lo amoral y lo inmoral. Una acción inmoral es
directamente opuesta a la moral y a las buenas costumbres. Es decir, se trata de un comportamiento
malo e incorrecto. Una persona amoral, en cambio, carece de moral, por lo que no puede juzgar sus
actos como buenos, malos, correctos o incorrectos.

La amoralidad suele ser defendida por el taoísmo, que considera que la moral llega a corromper a
la humanidad ya que obliga al hombre a efectuar acciones buenas cuando no se ha preparado para
ese fin y le prohíbe realizar actos malos aun cuando requiere experimentar para comprender la
repercusión alcanzada por cada uno de sus actos.
Ejemplos:
• Un ser es amoral cuando actúa
automáticamente y, por lo tanto, no es dueño de sus
actos ni responsable de ellos, este es el caso de los
animales.
• Un bebe de 6 meses agarra el dedo de su hermano/a y lo
empieza a morder.
3. INMORAL
Inmoral es aquella persona que va en contra de las normas o leyes,
es decir, no hace lo correcto, hace cosas inadecuadas sabiendo que
son malas piensa o actúa de manera diferente a lo que el grupo
social acepta como adecuado o correcto.
Con la palabra inmoral calificamos a las personas que sabiendo lo
que son las buenas costumbres, la ética, el perfil de una buena
persona, buen ciudadano y el respeto que se debe tener a las
normas sociales y leyes no le prestan menor cuidado y no las
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cumplen o las infringen. INMORAL ES REALIZAR ACTOS EN CONTRA DE LA MORAL CONOCIENDO


LA MORALIDAD.
Ejemplos:
• Un polígamo será calificado de inmoral desde la moral cristiana.
• Un asesinato, pues un ser humano se encarga de matar al otro ser humano.
• La violación de mujeres, vender drogas a las personas.
• En una ocasión a un hospital llegaron dos personas, un policía y un delincuente, el policía se
encontraba estable pero algo golpeado mientras que el delincuente se encontraba herido y
en un estado crítico, lo que hizo el médico fue salvarle la vida al policía, su trabajo no fue ético
aunque debió de serlo ya que un médico debe de salvar la vida del que más lo necesite y se
dejó llevar por su moral ya que pensó que cómo iba a salvarle la vida a un ser malvado.
• En una empresa donde fabrican protectores para la piel contra el sol, este busca una
protección y un mínimo daño, pero si en esta ocasión, se descubre que este protector con el
paso del tiempo causa cáncer aquí se hace un daño irreversible y podría darse el caso de que
la empresa aun sabiendo de este daño sigue vendiendo su producto.

4. LA DOBLE MORAL
Expresión que se aplica para reflejar casos donde un individuo mantiene una conducta
contradictoria en el ámbito moral, de tal manera que actúa de una u otra forma en situaciones
similares dependiendo de su propio beneficio. Por ejemplo, alguien se declara contrario al aborto
por motivos morales; sin embargo, cuando una hija suya, menor de edad, queda embarazada de
manera causal y no deseada, autoriza y financia el aborto.
La expresión se utiliza especialmente para expresar contradicciones entre lo que un individuo
defiende públicamente (ética pública) y lo que hace en privado (ética privada). Así, es frecuente que
numerosas personas actúen moralmente en su vida privada de manera diferente a lo que proclaman
en público. En tales casos, hablamos de doble moral o moral hipócrita. También cuando un individuo
defiende la existencia de ciertas normas morales para todos los demás o para los que no son como
él, y sin embargo no se aplica las mismas normas a él mismo.

III. LA ETICA
Término que procede del griego ethos, cuyo significado originario hacía referencia a las costumbres.
Sin embargo, pronto adquirió una nueva significación filosófica, designando el ‘carácter’ y el ‘modo
de ser’ de un individuo, en cuanto ellos habían sido adquiridos por la educación, las costumbres y
los hábitos de la sociedad en la que vivía. Con la aparición de los primeros filósofos que reflexionaron
sobre las normas morales (los sofistas y Sócrates), el término pasó a designar la disciplina del saber
que versaba sobre la virtud y la justicia.
En nuestros días, el concepto ‘ética’ hace referencia a la reflexión sobre el deber y a la justificación
de por qué deben ser consideradas buenas o malas (justas o injustas) ciertas acciones. Por tanto, se
considera un comportamiento ético a aquel que está conforme con las normas morales.
Desde un punto de vista científico, la ética es la disciplina de la filosofía que reflexiona sobre cuáles
son los principios teóricos que fundamentan los valores y las normas morales. También se designa
con el término ‘ética’ al estudio de los distintos sistemas morales que han sido elaborados a lo largo
de la historia del pensamiento.
En el lenguaje coloquial es frecuente utilizar como sinónimos los conceptos de ‘ética’ y de ‘moral’.
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Sin embargo, desde el punto de vista filosófico, muchos autores establecen una distinción
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importante entre ellos dos: mientras la ética sería una reflexión teórica sobre los fundamentos o
principios en los que se inspiran las normas morales concretas, la moral, en cambio, designaría al
conjunto de normas y valores que una determinada colectividad considera -en un momento
histórico concreto- como justos o correctos, es decir, como pautas del comportamiento virtuoso.
En el siglo V a.C. se inició un debate teórico acerca del alcance de las normas éticas, debate que no
ha sido resuelto satisfactoriamente todavía. Mientras los sofistas defendían que todas las normas
morales eran relativas y, por lo tanto, únicamente válidas para una sociedad histórica concreta, otros
filósofos como Sócrates o Platón creyeron en el carácter universal de las normas éticas, apelando a
la existencia de una racionalidad humana que nos permitía conocer los fundamentos de las leyes
naturales.
A lo largo de la historia de la filosofía, muchas corrientes y pensadores han defendido el relativismo
moral, mientras que otras corrientes han argumentado a favor de la ley natural o de la posibilidad
de alcanzar, mediante la racionalidad y el consenso entre todos los seres humanos, un código de
conducta mínimo que regule nuestras normas morales. En este último sentido, la Declaración
Universal de los Derechos Humanos significa el reconocimiento de unas pautas universales de
conducta con respecto a nuestros semejantes y al medio que nos rodea.
CLASES DE ÉTICA
Ética normativa. La ética descriptiva pone de relieve lo que la mayoría de la gente cree que es
correcto o incorrecto, mientras la ética normativa pone el acento en describir lo que las personas
deberían considerar bueno o malo.
Por otro lado, la clasificación que realiza la ética normativa de las acciones humanas como
adecuadas o inadecuadas la diferencia de la metaética, que estudia la naturaleza de las
declaraciones morales y, también, la diferencia de la ética aplicada, la cual expone las reglas en
contextos prácticos y que, por tanto, se ocupa de campos específicos del comportamiento humano
y de discutir las respuestas debidas ante estas situaciones.
Se refiere al aspecto de la ética que tiene que ver exclusivamente con la formación y elaboración de
las normas sociales, pero no con su seguimiento o cumplimiento, porque ya sería el aspecto fáctico
de la ética.
Ética aplicada. La ética aplicada es, en palabras de Brenda Almond, co-fundador de la Sociedad de
Filosofía Aplicada ", el examen filosófico, desde un punto de vista moral, de cuestiones concretas en
la vida privada y pública que son materia de juicio moral".
La ética aplicada constituye una de las áreas más prolíficas y actuales de la filosofía contemporánea.
Los que hacen ética aplicada desarrollan su trabajo en varias áreas de la sociedad donde la ética
posee un papel relevante. Trabajan en ámbitos como la bioética, la ética empresarial, la ética
ambiental, la ética legal, la ingeniería ética, la ética de la comunicación, la ética del ciberespacio,
etc. Éstos y muchos otros ámbitos, donde se lleva a cabo un intento de tratar con problemas éticos
que surgen en la vida cotidiana, constituyen el objeto de estudio de la ética aplicada.
En una primera noción de ética aplicada, podría parecer redundante, puesto que la ética misma es
una filosofía práctica, una filosofía de la acción; sin embargo, esa filosofía práctica que Sócrates
ejerciera en el Ágora, quiere decir, en el centro de la vida ciudadana de Atenas, con el transcurso
del tiempo fue poniendo cada vez más el acento en sus componentes teóricos, hasta casi reducirse
en los últimos siglos a una reflexión sobre los fundamentos de las normas.
Ética profesional. La ética profesional puede definirse como la ciencia normativa que estudia los
deberes y los derechos profesionales de cada profesión. También se le llama Deontología. Al decir
profesional no solo se refiere a que la ética es solo para quienes tienen un cartón o son
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profesionales, sino que está en especial va destinada especialmente a las personas que ejercen una
profesión u oficio en particular.
La ética profesional tiene como objeto crear conciencia de responsabilidad, en todos y cada uno de
los que ejercen una profesión u oficio, esta, parte del postulado de que todo valor está íntimamente
relacionado con la idea de un bien.
La ética profesional se sustenta o toma bases fundamentalmente en la naturaleza racional del
hombre. Esta naturaleza es espiritual y libre, por consiguiente, tiene una voluntad que apetece al
bien moral. Haga el bien y evite el mal.
La profesión es una capacidad cualificada requerida por el bien común, con peculiares posibilidades
económico-sociales. El profesional no tiene el carácter de tal por el simple hecho de recibir el título
que lo certifica o le da la cualidad de profesional, nadie es profesional por el título en sí, el titulo lo
único que expresa es su calidad de ser ya un profesional, mas no que tiene todas las cualidades
éticas para serlo, el título profesional más allá de ser un ALGUIEN es la manifestación intrínseca de
lo que internamente se lleva , no por la naturaleza de la persona sino por sus cualidades éticas, como
la idoneidad o aptitud que le da un nuevo perfil a su personalidad.
El ser profesionales dignos representa la excelencia, gravedad, decoro que tiene la persona y el
respeto consigo mismo
Ahora bien, nosotros como futuros Contadores Públicos, debemos acatar la ética como opción de
vida, por el solo hecho de tener fe pública. Nuestras decisiones están respaldadas por las demás
personas que creen fielmente en nosotros y en nuestra palabra. Por ello debemos seguir los
principios básicos que nos competen como son: La integridad, Objetividad, Independencia,
Responsabilidad, Confidencialidad, Observar las disposiciones normativas, Competencia y
actualización profesional, Difusión y colaboración, Respeto entre colegas, y una conducta ética
De nosotros depende nuestra profesión, si queremos ser profesionales integrales capaces de poner
en práctica esta frase “haz lo que quieras”, siendo libres e independientes, racionales y objetivos; si
logramos este objetivo seguro que los usuarios de la información jamás volverán a poner en duda
de cuan éticos somos y gozaremos nuevamente de su confianza general, y volveremos a emitir un
real fe pública.

III. VALOR
Se considera "Valor" a aquellas cualidades o características de los objetos, de las acciones o de las
instituciones atribuidas y preferidas, seleccionadas o elegidas de manera libre, consciente, que
sirven al individuo para orientar sus comportamientos y acciones en la satisfacción de determinadas
necesidades.
Por su configuración mental o espiritual, el hombre no vive en un mundo sumergido por cosas
materiales, sino en un ambiente de valores, símbolos y señales. Ante esto, es necesaria una exacta
comprensión de los valores.
Los valores se fundan en dos puntos:
1- Un sujeto dotado de necesidad de motivación.
2- Un objeto, una persona, una actitud, algo, en fin, capaz de satisfacer o atender la exigencia del
sujeto.
En sentido humanista, se entiende por valor lo que hace que un hombre sea tal, sin lo cual perdería
la humanidad o parte de ella. El valor se refiere a una excelencia o a una perfección. Hablar de
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valores humanos significa aceptar al hombre como el supremo valor entre todas las realidades
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humanas, y que no debe supeditarse a ningún otro valor terreno, dinero, estado o ideología, por
ello los valores están presentes en toda sociedad humana.
La sociedad exige un comportamiento digno en todos los que participan de ella, pero cada persona
se convierte en un promotor de Valores, por la manera en que vive y se conduce. Desde un punto
de vista socio-educativo, los valores son considerados referentes, pautas o abstracciones que
orientan el comportamiento humano hacia la transformación social y la realización de la persona.
Los Valores son guías que dan determinada orientación a la conducta y a la vida de cada individuo y
de cada grupo social.
Max Scheler presenta la siguiente escala de valores:
1- De lo agradable y desagradable que corresponde a la naturaleza sensible, en general.
2- Vitales, cuya categoría fundamental son "lo noble" y "lo vulgar". Tienen que ver con la valoración
de lo humanamente vital: la juventud, la lozanía, la vitalidad, etc.
3- Espirituales; estos comprenden:
Los valores estéticos (la belleza).
Los valores jurídicos (la justicia).
Los valores del conocimiento puro (la verdad).
4- Religiosos, que se expresan a través de "lo sacro" y "lo profano". Este valor Funda, sostiene a los
anteriores por ello es el valor supremo.
Los valores morales

Como ya hemos visto, a la hora de actuar elegimos y decidimos qué vamos a hacer. Esta elección,
no la realizamos al azar, recordemos que nos caracterizamos por ser racionales. Si tenemos varias
posibilidades, nos inclinamos por aquella que preferimos porque tiene "algo" que la hace más
estimable que las otras opciones, ese algo es su valor, por ejemplo, la generosidad de un amigo, la
belleza de un cuadro, la utilidad de un bolígrafo, etc. Vemos que hay diferentes clases de valores
(económicos, estéticos, religiosos, morales o éticos, etc.) pero todos ellos se caracterizan por:
• ser cualidades especiales que están en los objetos, en las personas o en las acciones, y
sólo los seres humanos somos capaces de valorar esas cualidades.
Podemos decir que estamos ante valores morales cuando:
• necesariamente deben ser apreciados y respetados.
• son universales, es decir, válidos para todos los individuos sin excepción
• y, además, los apreciamos por sí mismos, no porque nos reporten algún beneficio egoísta,
estando condicionados por intereses sociales, políticos
Por ejemplo, la justicia, la generosidad, la honradez, la sinceridad, la dignidad, la igualdad, etc. son
valores que podemos considerar universales, en el sentido de deseables y respetables por todos, es
más, que necesariamente deberían ser estimados, y que su validez no estuviese condicionada ni por
las épocas históricas o los intereses particulares, etc.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Enríquez, A. (2011). Ética y Valores. México: Pearson Educación.
Ética Profesional y Formación en Valores Safa-Alcala-La Real
Libro de Valores de Fundación Televisa
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Nuno, V, F. (2004). Filosofía, ética, moral y valores, Thomson Editores


Sierra, M. Cortes, M. (2009) Ética y Valores 1, México: Limusa

ACTIVIDADES PARA EVIDENCIAR EL TRATAMIENTO DE LA INFORMACIÓN:


1. Ejemplifica un caso para cada tema: moral, ética y valor.
2. Realiza un cuadro comparativo corto que te permita diferenciar moral, ética, valor.
3. Ejemplifica con casos actos morales, inmorales y amorales.
4. Realiza un análisis respecto a la doble moral en nuestra sociedad, precisando
fundamentalmente sus causas y consecuencias.

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