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APUNTES PARA EL ARTE ARGENTINO | PAGINA 41

El manifiesto como
forma mutante

Por Rafael Cippolini El artista Oscar Bony lo puso en práctica duran-


te la exhibición 90 – 60 - 90 en la Fundación
En el número 9/10 de la revista Pensa- Banco Patricios en el otoño de 1994. General-

11 miento de los Confines, se adelantan


algunos fragmentos de mis "Apuntes
para una teoría histórica del manifiesto", ensa-
mente consta de muy pocas frases. Expone un
concepto más valiéndose de un estilo provoca-
tivo que de una estrategia reflexiva. Su modali-
yo inicial de un libro que, editado por Adriana Hi- dad se caracteriza por su efectiva y limitada cir-
dalgo, se distribuirá en librerías en los primeros culación. En muchos casos, se confunde con la
meses del año próximo. "acción" y con ciertas modalidades de la perfor-
mance.
Lo que sigue, son borradores marginales a un
proyecto en constante expansión, un muestrario Manifiesto camuflado
de clasificación imposible, de trazado diagonal En este sentido, muchos catálogos de muestra
tal como lo propuso en su momento Roger Cai- funcionan como manifiesto. Si bien existen mul-
llois (ver Apuntes 10, ramona 17). titud de catálogos que son manifiestos explíci-
tos, en otras oportunidades el texto que acom-
La figura del manifiesto implica no sólo una cir- paña a la exhibición propone un escrito que, ab-
culación, una ubicación determinada en el uni- dicando de un discurso directo, encuentra otras
verso de los textos de arte, sino asimismo un rutas que no lo vuelven a sus evidencias. Uno de
carácter que podrá fijarse en su presentación: ellos podría ser el escrito por el crítico Carlos Es-
en los modos que admite al presentarse en so- partaco en 1982 para la muestra La Anavan-
ciedad. guardia, en el Espacio Giesso, para Kuitca,
Prior, Bueno, Rearte y Ubertone.
Debido a su enlace amplio, a sus distintas apa-
riciones fueron dialogando distintas taxonomías Manifiesto pancarta
y familias, grupos, borradores de un archivo Performativo, también portátil y derivado de la
misceláneo en permanente reelaboración. idea de cartel. Recuerde el lector los que utiliza-
ba Alberto Greco para señalizar, sostener y
La invención de una clasificación abierta, cam- apuntalar, semánticamente, una pose captada
biante, hace las veces de balizamientos en el fotográficamente. Se interviene la fijación.
decurso de una narración amplia que conecta y
prefigura sitiales que conforman características "La agenda roja:
singulares.
Dar órdenes: pintarse una oreja de azul.
Un ejercicio leve de morfología en este sentido
catalogaría: Pollo sonriente da caldo corriente.

Manifiesto volante DECIDI:


Es el más claro ejemplo de manifiesto portátil.
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El rollo grande varios metros dicado en un origen a sus alumnos de taller,


fueron, un tanto más tardíamente, contagiando
Lápices cera témpera roja negra el ambiente italiano en el que poco después se
asentó.
Hablar Conchi
(Guy Hocquenghem y René Scherer, "El alma
DITO: atómica", Gedisa Editorial, España, 1987. Ahí
leemos: "(...) Se trata de un cambio fundamen-
Señalar tal en el fenómeno que mantenía al sujeto dis-
tanciado de un espectáculo al que él intentaba
Voy voy acercarse en las apariciones visionarias. Co-
mienza entonces lo que Caillois llamó "el des-
La camisa a cuadros concierto en las relaciones entre la personali-
dad y el espacio", fórmula que él comento así:
De Piedralaves ""Es notable que la ciencia contemporánea mul-
tiplique los espacios representados: espacio de
VIVO Finsler, de Fermat, hiperespacio de Rienmann –
Christoffer, espacios abstractos generalizados,
DECIDIDO: Rollo clavos martillos ollas pintura abiertos, cerrados, densos, dispersos. En estas
témpera condiciones, el sentimiento de la personalidad,
como sentimiento de la distinción del organismo
Si quiere que todo el Mundo dibuje o que hagan en su medio, del vínculo entre la conciencia y
lo que quieran un punto particular del espacio, queda grave-
mente socavado." Caillois atribuye esta disolu-
Mejor que potes serían BALDES de PINTURA ción a una "psicastenia legendaria", conciencia
aguda de la similitud del sujeto con el espacio
Llamar a Carlos circundante, "posesión convulsiva en el espa-
cio", en la cual vemos la expresión misma del
Equipo formado por ESTRADA y Carlos poder creador de la melancolía. (...) Con este
término, "psicastenia legendaria", Caillois de-
EL DOCUMENTO MEJOR CON FLAMENCO signó los efectos tomados del mimetismo ani-
Todo EL TIEMPO mal y que suscitan, más allá de las explicacio-
nes de tipo mecánico, las angustias espaciales
Hay que hacer un cartel pizarrón con órdenes. y anímicas que allí se alojan. (...) La moderni-
(...)" dad se constituyó en el dominio del espacio
construido por ella; ella lo domina y a la vez se
(Alberto Greco, "La agenda roja", acción regis- ha perdido en él.")
trada fotográficamente llevada a cabo en Pie-
dralaves, Ávila, 1963). Manifiesto afiche
Manifiesto psicasténico "De la noche a la mañana, un día de agosto de
La psicastenia puede definirse como aquel 1965, surgió en un espacio de la firma MECA
efecto que resulta reverso de la mímesis. Mien- que costaba 120 mil pesos diarios, iluminadas
tras que en esta última el sujeto simula y ad- por unos potentes focos, la imagen de tres jóve-
quiere propiedades del medio – entorno, en la nes exultantes: Charlie Squirru, Dalila Puzzovio
primera es el mismo paisaje el que se determi- y Edgardo Giménez. Amplia la sonrisa publicita-
na en las propiedades y lo singular del sujeto, ria exagerada por los tres, el gigantesco aviso
que le sirve de referencia. Un claro exponente que no promovía sino una cuota de la diversión
de este tipo de manifiesto es el manifiesto blan- que ellos cultivaban a diario." Este contundente
co de Fontana. Las premisas de su texto, adju- paradigma resume en su gigantismo visual la
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propuesta del manifiesto – afiche: la circulación con lo expuesto anteriormente pero sostenien-
del mismo dependerá de la circulación de los do la identidad de un sujeto. En 1956, Gyula Ko-
transeúntes. Su inscripción suele ser amplia: sice puso en circulación su Manifiesto Preasis-
juega, en casi la mayoría de los casos, con una temático, con el que volvía, renovándolas, a vi-
ambigüedad de mensaje que connota diversa- sitar algunas de las premisas de sus postulados
mente entre aquellos entrenados en los códigos – Madí.
del campo artístico como en el simple
espectador casual. Obviamente, sus formatos Manifiesto aclarativo
son múltiples: van de la simple fotocopia al Resulta aquel que se desarrolla en la estrategia
ejemplo que nos ocupa. de dejar en claro una premisa y, de esta forma,
plantea un objetivo a considerar. Así Ciclo de
(Ana María Battistozzi, "Arte a la vuelta de la es- Arte Experimental, Rosario/1968, Cuadros Pu-
quina", Catálogo de la retrospectiva de Edgardo blicidad, Entre Ríos 730, Auspiciado por el Ins-
Giménez en el Museo Nacional de Bellas Artes, tituto Di Tella explicita en su primer párrafo:
noviembre de 1997. Observar también "El afi-
chista de los intelectuales", en la revista Prime- "La palabra "experimental" es asimilada gene-
ra Plana, Buenos Aires, nº 86, del 30 de junio de ralmente a "vanguardia", y si bien las dos tienen
1964). significados diferentes, es posible considerarlas
juntas pues ambas actitudes, la experimental y
Manifiesto murmullo la de vanguardia, están sin duda, íntimamente
Es aquel que, de tan confinado, de tan dirigido relacionadas."
a un grupo minoritario y selecto, se lee en un
circuito más que privado. En 1923, Xul Solar y Este manifiesto, firmado por Renzi, Boglione,
Pettoruti publicaron un texto en español en Ale- Bortolotti, Carnevale, Elizalde, Escandell, Fava-
mania en un libro cuya firma fue la de Alberto rio, Fernández Bonina, Gatti, Ghilioni, Greiner,
Candiotti. El libro en cuestión, cuya tesis central Maisonnave, Naranjo, Puzzolo y Rippa cuestio-
se formulaba bajo el nombre de Inquietismo, tu- na una justificación desde una explicación, de
vo una tirada de 200 ejemplares que jamás se ahí que su carácter lo fije en la clasificatoria que
reeditaron. Algunas de las ilustraciones que lo nos interesa.
componían se reprodujeron en la revista Martín (Puede consultarse bibliografía adjunta en Gui-
Fierro. llermo Fantoni, "Arte, vanguardia y política en
Este manifiesto fue programado a modo de los años ´60. Conversaciones con Juan Pablo
prueba: sus lectores, minuciosamente escogi- Renzi." Ediciones El Cielo por Asalto, Bs As,
dos. Más recientemente, el arte postal hizo cir- 1998.)
cular, por medio del correo, distinto tipo de do-
cumentos apodícticos. Entre ellos, es dable se- Manifiesto narración
ñalar el Proyecto Vórtice, de Fernando García En 1970, Jorge Glusberg, comandante del
Delgado, editor responsable de la publicación Cayc, escribe un largo texto conocido como Ar-
homónima. En sus páginas aparecieron obras te de Sistemas. El mismo, al construir narrativa-
de Remo Bianchiedi, Max Cachimba, Juan M. mente la evolución de una tendencia, se propo-
Lima, Wolfgang Luh, Edgardo A. Vigo, Carolina ne como manifiesto. Esta elaboración conduce
Antoniadis, Fabián Casas, León Ferrari y Osval- a una novela oblicua, una historia, lo cual dota
do Jalil, entre otros. Con posterioridad, una va- al documento de una singularidad que redunda
riante sobre el mismo reconoce envíos por me- en el mote clasificativo.
dio del correo electrónico.
(Jorge Glusberg, "Del Pop – Art a la Nueva Ima-
Manifiesto rectificante o aclaratorio gen", Buenos Aires, Gaglianone, 1985.)
Se conoce por tal al que reformula un manifies-
to anterior, señalando de esta forma diferencias Manifiesto interrogante
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Es el que define un campo definiéndolo interro- tacita de café a la que, de inmediato, le agrega-
gativamente, a modo de encadenamiento de ba salsa de tomate para más luego hundir en el
preguntas, ya sea en su única formulación o a brebaje unas pequeñas sardinas. Todos estos
modo de respuestas descriptivas. Ejemplo claro ingredientes se los proveía un bar automático
sería el texto de Le Parc: Quince preguntas so- que funcionaba a principio de los cuarenta en la
bre el GRAV, de 1968. esquina de Callao y Córdoba. "Innovaba en to-
do, hasta en las gimnasias del paladar" aclaró
Manifiesto estatuto años después, refiriéndose a la dieta, uno de
O manifiesto instructivo, es el que pone en pa- los directores de la Biblioteca Nacional que pu-
labras un procedimiento que conduce a la factu- blicó sus obras completas en la editorial Eme-
ra de obra. Volviendo a Greco, es oportuno citar cé." Rafael Cippolini, "El infinito brota de la op-
su manifiesto gastronómico editado como La ción degenerada. El Homo Novus de Xul" en la
Cocina Informalista el 25 de setiembre de 1960, revista Tokonoma nº 6, 1998.)
en el suplemento dominical de la Nación.
Manifiesto inaugural
La Cocina Informalista Llamamos así al que inicia una serie de mani-
fiestos con los cuales formará una constelación
Dos recetas de Alberto Greco particular, un universo privado, una familia de
textos tan preceptivos como delineantes de una
Milanesas informalistas. propuesta. Tal es el caso del Manifiesto Madí,
Cortar dulce de batata (tipo crema) en rebana- publicitado por Kosice en 1947. Kosice es, sin
das delgadas. Untarlas con una ligera capa de lugar a competencia y difusión, el artista que,
mostaza. Colocar dos rebanadas superpuestas, dentro de la órbita del arte argentino del siglo
como si fuera un sandwich. Pasarlas por huevo XX más manifiestos produjo, todos ellos vincu-
batido, sazonado con sal y un chorrito de salsa lados entre sí mediante diferentes dispositivos y
inglesa y luego por pan rallado. Freírlas en acei- préstamos.
te bien caliente. Son especiales para acompa-
ñar aves asadas. Estos dispositivos y prestamos generan la
emergencia casi simultánea o puramente simul-
Arroz a la Greco. tánea de manifiestos conformando, por sus co-
Lavar el arroz, escurrirlo bien. En una cazuela nexiones y choques, un inmenso palimpsesto
calentar un poco de aceite y manteca. Freír el en el cual demarcan sus límites, proyectando
arroz, removiendo hasta tostarlo. Agregar agua una proximidad que podría ser graficada como
caliente, cubriéndolo completamente. Cocer a un delta. Es otra idea del manifiesto y corres-
calor moderado. Condimentar con una pizca de ponde a la formación y desintegración en gru-
sal , algo de nuez moscada y canela molida. Di- pos y subgrupos. El manifiesto se erige así co-
solver en un poco de agua fría colorante vege- mo un estatuto. Se trata del manifiesto como
tal naranja y verterlo sobre el arroz. No remover modificación o enmienda a sus versiones ante-
el arroz hasta que esté casi a punto. Retirarlo riores. Podríamos referirnos entonces a una su-
del calor. Rociarlo con un buen vino de jerez pa- cesividad de series heteróclitas. Un manifiesto
ra aromatizarlo. deriva de otro provocando una glosa correctiva.
Agregar unos terrones de manteca. Servir el Estos textos tienen sujetos de enunciación muy
arroz decorado con un hermoso racimo de uvas precisos: señalan a los integrantes o compo-
moscatel o pasas sultanas cocidas en vino de nentes de un grupo o conjunto. La subjetividad
jerez. Decorar según la inspiración del momen- ya no se disuelve en un plural, sino, por el con-
to. trario, lo que aparece es un grupo de individua-
lidades, una sumatoria. En algunos casos, in-
(La gastronomía juega varios cruces con res- cluso, una Gestalt. No existe la voluntad de fun-
pecto a las actividades de plásticos. Así "(...) por dirse, licuarse en una entidad plural mayor, si-
ejemplo, Xul tenía la costumbre de servirse una tuación que en épocas anteriores pudo quizá
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existir, pero nunca quedaba del todo explícita. A cia de un agente catalizador, alguien que provo-
partir del Manifiesto de los cuatro jóvenes lo que ca el movimiento, que articula la acción, que ge-
notamos es que se pone en escena una moda- nera o degenera el texto.
lidad: ya no hay fusión, sino simplemente estre- El afán de denominación (todo manifiesto, ante
char lazos: cuatro voluntades bien diferencia- todo, parte de un nombre, de un título, o se diri-
das que delinean un proyecto. El manifiesto es ge hacia él) nos indica que la práctica en boga
la herramienta fundamental para llevar adelante era la de artistas reunidos en torno a un texto.
esta tarea. El texto antecede. En muchas otras épocas, el
texto no actuó sino como justificación o balance
Manifiesto definitivo cuando la tarea estaba cumplida o a punto de
El que se cierra sobre sí, el manifiesto fungible cumplirse.
que agota su alcance en una situación particu-
lar. Se trata de un documento que contesta una No podríamos calificar sino de intima la relación
problemática histórica procediendo a una res- entre la políticas de los manifiestos y de los gru-
puesta inmediata, sentando la posición del suje- pos. Un manifiesto es una manifestación grupal
to enunciante. La carta con que Pablo Suárez o individual de carácter textual (al menos las
contestó a Romero Brest en 1968, se corres- que nos importan). En un sentido muy amplio,
ponde a esta tipología. toda manifestación de voluntad o declaración
de móviles y principios por parte de un grupo de
Manifiesto Mixto artistas asumidos como tal (como grupo) en for-
Un ejemplo excelente sería el Manifiesto Frágil, ma escrita, puede ser considerada manifiesto.
publicado en el número uno de ramona, ya que Pues bien: el grupo tiende a automanifestarse
mezcla procedimientos de varias de las tipolo- como grupo.
gías antes descriptas.
Muchas veces los grupos no son sino una nece-
En este sentido, destaquemos que estas ubica- sidad de los críticos. Así hubo críticos que die-
ciones no se presentan aisladas, sino que gran ron existencia a un Grupo de París (hubo va-
cantidad de veces se implican en todo tipo de rios), integrado entre otros por Silvina Ocampo
cruces, al modo y decir de Deleuze, de una ló- y Xul Solar, que no existe más que como una
gica atonal. A su vez, su comportamiento delimi- forma de visualizar una tendencia por parte de
ta un concepto de red, el delineamiento de un estos mismo críticos. O como, ya en los años
tejido o galaxia. ochenta, el Grupo de la X, surgió, visiblemente,
como un experimento promovido por el escultor
En todos los casos, siempre notamos la presen- Ennio Iommi y el crítico López Anaya.

Renovar es vivir
Queridos Javier Mafucci Moore Pelusa Borthwick
Laura y Miguel Gandolfo Oscar Steimberg
Esneralda Carballido Luisa Ortiz
Cynthia Cohen Benedicta Badía
Laura Messing
Javier Sánchez Gómez
Solana Dubini
Emilio Weinschelbaum
Viviana Gómez
Virginia Cavalli Eduardo Silberstein
Rafael Sempere

Esta primavera suscríbanse otra vez, mis amores...

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