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EL MALTRATO INFANTIL EN NIÑOS MENORES DE 5-10 AÑOS EN LA CIUDAD

DE SANTA MARTA UN PROBLEMA PÚBLICO DURANTE LOS AÑOS 2015 A 2016

CINTHIA VANESA REANO SANTIAGO

DOCENTE:

MARGARITA ROSA MONTOYA HERNANDEZ

UNIVERSIDAD DEL MAGDALENA

ENFERMERIA-TERCER SEMESTRE

SANTA MARTA-2018
INDICE

1. TEMA------------------------------------------------------------------1.0
2. INTRODUCION DEL TEMA-------------------------------------1.2
3. JUSTIFICACION----------------------------------------------------2.3
4. PLANTEAMIENTO-------------------------------------------------3.4
5. PREGUNTA PROBLEMA----------------------------------------4.5
6. ANTECEDENTE----------------------------------------------------5.6
7. MARCO TEORICO-------------------------------------------------6.7
8. MARCO CONCEPTUAL------------------------------------------7.8
9. OBJETIVOS GENERALES Y ESPECIFICOS---------------8.9
10. MATERIALES Y METODOS------------------------------------9.10
11. BIBLIOGRAFIA----------------------------------------------------10.11
TEMA

El MALTRATO INFANTIL CAUSADO POR LA INTOLERANCIA DE LOS PADRES EN


MENORES DE 5-10 AÑO PROVOCANDO ASÍ TRANTORNOS EN EL AREA
ESCOLAR Y BAJA AUTOESTIMA CONVIRTIÉNDOSE EN UN PROBLEMA PUBLICO
EN LA CIUDAD DE SANTA MARTA DURANTE EL PERIODO 2015 A 2016

TITULO

EL MALTRATO INFANTIL EN NIÑOS MENORES DE 5-10 AÑOS EN LA CIUDAD DE


SANTA MARTA UN PROBLEMA PÚBLICO DURANTE LOS AÑOS 2015 A 2016
INTRODUCION

El maltrato infantil es uno de los problemas graves, se ha intentado buscar soluciones a


través de los diferentes proyectos y programas planteadas a nivel nacional e
internacional, con el objeto de una mejor vida para la niñez que son víctimas de este
tipo de situaciones como es el maltrato y las violaciones; sin embargo, vemos como en
la actualidad se ha incrementado la violencia en contra de los menores por lo cual
necesitamos seguir trabajos a favor de la niñez colombiana. Debido a esto el siguiente
estudio revela como el maltrato infantil está afectando el desarrollo integral El maltrato
a los niños es un problema universal que ha existido desde tiempos remotos, sin
embargo, es en el siglo XX con la declaración de los derechos del niño cuando se le
considera como un delito y un problema de profundas repercusiones, sociales, ética,
legales y médicas, por ello es sorprendente que todavía hoy en el siglo XXI, sigamos
viendo como están a un latentes en nuestra sociedad sin distinción de condición
económica o cultural. Actualmente, existe en el mundo, un notable aumento en la
incidencia de lesiones por MTI, por lo que, en la 49 Asamblea Mundial de la Salud, en
mayo de 1.996, adoptó la Resolución WHO 49.25, declarando “la violencia como un
problema prioritario de Salud Pública y reconociendo las graves consecuencias
inmediatas y futuras que la violencia tiene para la salud y el desarrollo psicológico y
social de las personas, las familias, las comunidades y los países”. Por razones sociales
y culturales de distinta índole, sabemos que los niños y niñas y adolescentes sufren
violencia en el hogar, en la escuela en los sistemas de protección; Es por lo que, dada
la importancia del problema y su trascendencia, los profesionales que atienden a la
infancia (personal sanitario, de educación y asistencia social), deben estar capacitados
para realizar la detección precoz del maltrato infantil y su derivación a servicios
especializados con el fin de evitar la repetición de episodios posteriores más graves. Se
estima que entre un 1 y un 7 % de los niños que reciben atención sanitaria pueden haber
experimentado algún tipo de maltrato infantil, que no son detectados, no se declaran, o
no existe un sistema vigilancia epidemiológica. La violencia de género y todo tipo de
violencia intrafamiliar puede tener graves consecuencias para niñas, niños y
adolescentes, por lo que debe ser considerada también una forma específica de maltrato
a la infancia que afecta muy especialmente a la mala socialización como hombre o como
mujer. Además de las consecuencias directas de la violencia manifiesta, los modelos
educativos no igualitarios perpetúan las desigualdades e impiden el sano desarrollo de
hombres y mujeres, socializando para la discriminación de las mujeres desde la infancia
y provocando carencias que dificultan la vida sexual y amorosa de ambos sexos. Hay
que tener en cuenta que los menores son especialmente vulnerables por encontrarse
en constante desarrollo y depender del cuidado del adulto para su bienestar. De hecho,
es a lo largo de la infancia cuando se produce el desarrollo físico, psicológico y social
de los individuos que le preparan para afrontar los conflictos y dificultades que vivirán
en el transcurso del ciclo vital. En este sentido, la violencia ejercida sobre los niños y
niñas puede producir no sólo un impacto inmediato, sino también a largo plazo, que
puede ser de carácter permanente y afectar la capacidad de adaptación social del futuro
adulto
JUSTIFICACION

Este estudio lo vamos a llevar a cabo con el fin de disminuir el maltrato infantil en la
ciudad de santa marta ya que en esta ciudad se están presentando varios casos de
niños maltratado el maltrato infantil es un problema grave, tanto por el sufrimiento que
se genera al niño y por las consecuencias que impide su desarrollo normal las
consecuencias que impide su desarrollo normal, las consecuencias son todas serie de
alteraciones en el funcionamiento individual, familiar y social en niños maltratados. Los
aspectos más conocidos son las alteraciones en el rendimiento académico, esto es el
efecto de lo que vive alterando varias dimensiones de sus crecimientos como: cognitiva
efectiva, valorativa, entre otras, el niño maltratado demuestra sus emociones y
pensamientos a través de su conducta, así como lo que él siente impidiendo ser un buen
estudiante o relacionarse con personas mayores o de su misma edad retrayendo su
crecimiento como persona. Por los anteriores planteamientos, y por las condiciones
económicas, culturales y sociales de nuestra ciudad, se hace necesario obtener un
registro de la prevalencia de maltrato a la infancia, para de esta manera identificar la
magnitud del problema y buscar soluciones teniendo presente las características del
mismo. De igual manera, el proyecto es muy importante académicamente, debido a que
sirve de base y orientación para proyectos futuros que busque un análisis más profundo
acerca del maltrato del menor. Así pues, esta investigación es útil, ya que brindará
criterios y precisiones teóricas sobre el problema planteado; es viable ya que se puede
acceder fácilmente a sus fuentes y es factible de realizar porque su costo es financiable
por quien la dirige. Prevalencia de maltrato en la población que acude al Hospital
general de Santa Marta Pareja, la cual es un reflejo de la situación de Santa
marta y algunas regiones aledañas por ser centro hospitalario de referencia. La
importancia del conocimiento de la epidemiología del maltrato a la infancia en
nuestra población pediátrica, radica no solo en conocer el número total de casos
en un periodo de tiempo, sino también los factores de riesgo asociados y las
necesidades de prevención y atención que nuestra población. Por los anteriores
planteamientos, y por las condiciones económicas, culturales y sociales de nuestra
ciudad, se hace necesario obtener un registro de la prevalencia de maltrato a la infancia,
para de esta manera identificar la magnitud del problema y buscar soluciones teniendo
presente las características del mismo. De igual manera, el proyecto es muy importante
académicamente, debido a que sirve de base y orientación para proyectos futuros que
busque un análisis más profundo acerca del maltrato del menor.
PLANTEAMIENTO

El maltrato infantil a través del tiempo diversas definiciones de maltrato infantil se han
dado en torno a la problemática que presentan estos niños y al análisis de las
consecuencias de las agresiones en cualquiera de sus modalidades. Diversos estudios
han demostrado que los niños maltratados o abandonados son por lo menos 25% más
susceptibles a experimentar problemas tales como delincuencia, embarazo precoz,
bajo rendimiento académico, uso de drogas y problemas de salud mental (Kelley et al.,
1997). Así mismo, el abuso y el abandono incrementan la probabilidad de
comportamiento criminal violento del adulto en un 28 a 30 % (Widom & Maxfield,
2001). El problema se incrementa y no tendrá como detenerse si se considera que los
padres que maltratan a sus hijos frecuentemente han experimentado maltrato durante
su propia infancia y por lo tanto serán potenciales maltratadores; se estima que
aproximadamente una tercera parte de los niños abusados y abandonados
eventualmente maltratarán violentamente a sus propios hijos (Prevent Child Abuse
New York, 2001). A partir de estos hallazgos, diversas investigaciones y trabajos
mundiales y nacionales se han orientado para enfrentar la problemática; sin embargo,
el éxito ha sido insuficiente, pues a la fecha, el maltrato infantil y su impacto sobre el
desarrollo de las diversas esferas de los niños como seres humanos y las secuelas
consecuentes al mismo, no dejan de ser un problema de salud pública y de otras
áreas de la salud, la educación, la economía, en todas las regiones del mundo, incluso
de las más industrializadas. Se pretende realizar un estudio sobre los efectos
causados por el maltrato infantil en la ciudad de Santa Marta teniendo en cuenta la
variedad de problemas que la mayoría de los niños afrontan a diario en el seno de sus
familiares; este es un tema de vital importancia ya que esto refleja la realidad de
muchos niños maltratados por adultos o ciudadanos, atentado contra la integridad ,
que tiene como base investigar procedimientos de prevención e intervención
relacionados con la salud y el bienestar, El maltrato infantil es complejo y su estudio
resulta difícil. Las estimaciones actuales son muy variables, dependiendo del país y
del método de investigación utilizado.

en su Artículo 19, establece que es obligación del Estado proteger a los niños y niñas
de todas las formas de malos tratos perpetrados por padres, madres o cualquiera otra
persona responsable de su cuidado, y establecer medidas preventivas y de
tratamiento al respecto. Veintitrés años después de la aprobación unánime de la
Convención sobre los Derechos del Niño en 1989, aún hay mucho por hacer para
garantizar que los niños, niñas y adolescentes sean protegidos de toda forma de
violencia. Aunque hayamos logrado establecer progresos en el marco legal y aunque
tengamos muchos ejemplos de iniciativas positivas, los esfuerzos para prevenir y
responder a la violencia contra la niñez en América Latina son muy tímidos,
principalmente considerando que precisamente ésta es hoy una de las mayores
preocupaciones de toda región.
¿CUAL ES LA INCIDENCIA DEL MALTRATO INFANTIL EN LA CIUDAD DE SANTA
MARTA?

El maltrato infantil ha sido una práctica de siglos atrás, pero es ahora, ante los eventos
de violencia que registran altos índices de mortalidad y morbilidad mundiales y en el
país por esta causa, que se ha prestado mayor atención en el logro e identificación de
situaciones que ponen en peligro la vida de los infantes, Sin embargo, es sorprendente
que, a pesar de esta gran diversidad, en términos de la frecuencia de los diferentes
tipos de abuso, los datos reportados son muy similares y relevantes en la ciudad de
Santa Marta . En general, la negligencia es mucho más común que cualquier otro tipo
de abuso, seguido del abuso emocional y, más atrás, el abuso físico. También se
analizan las similitudes existentes entre las circunstancias sociales y familiares
asociadas al abuso infantil. Estas circunstancias tienden a repetirse y apuntan a
entornos sociales, familiares y personales enmarcados por conflictos, dificultades y
falta de recursos. También hay consenso en los datos de género y edad. En términos
de género, hay un ligero predominio de varones sobre niñas. Los porcentajes de niños
maltratados en cada edad son relativamente estables durante la infancia con una
caída repentina después de la pubertad. Finalmente, estos datos se comparan con las
cifras de otros países para resaltar la diversidad y las dificultades para hacer
comparaciones. Se discuten las diferencias entre los datos de incidencia y los datos de
prevalencia. No obstante, los estudios internacionales revelan que una cuarta parte de
todos los adultos manifiestan haber sufrido maltratos físicos de niños y 1 de cada 5
mujeres y 1 de cada 13 hombres declaran haber sufrido abusos sexuales en la
infancia. Además, muchos niños son objeto de maltrato psicológico (también llamado
maltrato emocional) y víctimas de desatención. Se calcula que cada año mueren por
homicidio 41 000 menores de 15 años. Esta cifra subestima la verdadera magnitud del
problema, dado que una importante proporción de las muertes debidas al maltrato
infantil se atribuyen erróneamente a caídas, quemaduras, ahogamientos y otras
causas.

En situaciones de conflicto armado y entre los refugiados, las niñas son especialmente
vulnerables a la violencia, explotación y abusos sexuales por parte de los
combatientes, fuerzas de seguridad, miembros de su comunidad, trabajadores de la
asistencia humanitaria y otros. En escolares y adolescentes encontramos: fugas del
hogar, conductas auto lesivas, hiperactividad o aislamiento, bajo rendimiento
académico, deficiencias intelectuales, fracaso escolar, trastorno disocia TiVo de
identidad, delincuencia juvenil, consumo de drogas y alcohol, miedo
generalizado, depresión, rechazo al propio cuerpo, culpa y vergüenza, agresividad,
problemas de relación interpersonal.
ANTECEDENTES

En la mitología se relata que Saturno devora a su progenie y que Medea mata a sus
dos hijos para vengarse de Jasón. En la Biblia se relata el caso de Abraham, quien
estuvo a punto de sacrificar a su hijo Isaac, así como la matanza de los inocentes
ordenada por Herodes. (2) Hace cinco mil años en las escuelas de Sumeria había el
“Hombre encargado del látigo” que castigaba a los niños con el mínimo pretexto. (3)
En la historia, 400 años a.C., Aristóteles decía: “Un hijo o un esclavo son propiedad, y
nada de lo que se hace con la propiedad es injusto”. Por otra parte Haz (1997), en un
estudio sobre una muestra de 1.000 mujeres de la Región Metropolitana, en el cual se
preguntó a las madres sobre violencia ejercida hacia los niños, encontró que, de
acuerdo al nivel socioeconómico, 50% de los niños del sector alto, 66% de los niños
en el sector medio y 62% de los niños en el nivel bajo son golpeados por uno o ambos
padres17.Por último un estudio con alumnos de octavo año de educación básica
realizado por Larraín, Vega y Delgado en el año 1994, en algunas regiones, encontró
que 14,5% de los niños sufre violencia psicológica, 28,7% de los menores es víctima
de violencia física leve y 34,3% sufre violencia física grave. A pesar de lo señalado,
existe una carencia importante de estudios a nivel regional especialmente en lo que se
refiere a los factores de riesgo por lo que el presente estudio que forma parte de un
estudio multinacional orientado a conocer la magnitud de la violencia intrafamiliar y los
factores asociados en las distintas culturas, tuvo como objetivo explorar la prevalencia
y factores de riesgo asociados al maltrato infantil en la ciudad de Temuco. En el siglo
IV d.C., en la antigua Grecia, las niñas eran sacrificadas, en tanto que en Jericó los
niños eran empotrados en los cimientos Eurípides dejo testimonio de que los menores
eran arrojados a los ríos, echados en muladares y abandonados en caminos y cerros
“presa para las aves ó alimento para los animales salvajes”. (3) os de las murallas,
muros de los edificios y puentes, para supuestamente fortalecerlos. La situación actual
de nuestro país, según la UNICEF en el año 2000 se registró 68.585 casos de
violencia intrafamiliar, de los cuales 10.900 fueron por maltrato infantil, 43.210 por
maltrato conyugal y los restantes involucraron a ambos. Las cifras alarmantes con
relación al maltrato infantil no cesan, ya que 2 millones de niños y niñas son
maltratados al año en sus hogares, 850 mil de ellos, en forma severa. 361 niños y
niñas de cada 1.000 sufren de algún tipo de maltrato. La mortalidad con relación a este
es igual de inquietante, debido a que, en promedio, mueren 7 niños y niñas por
homicidio diariamente [3], dando 57000 homicidios de niños menores de 15 años en el
mundo. Son los niños muy pequeños los que corren mayor riesgo: en la población de
entre 0 y 4 años, las tasas de homicidio son más de dos veces superiores a las
registradas en los niños de entre 5 y14 años En la ciudad de Bogotá muestra que el
flagelo de la violencia intrafamiliar muestra un incremento progresivo de la denuncia a
través de los años, pasando de 12.736 en el año 1994 a 36.149 en el año 2002, es
decir, que el nivel de denuncia en este último año fue 283.8% con respecto al dato
conocido hace 8 años, con todo y la estructura estatal desarrollada para atender esta
problemática. Por otra parte, Haz (1997), en un estudio sobre una muestra de 1.000
mujeres de la
MARCO TEÓRICO

protección y reparar los daños que ya se han producido. Ese abanico de recursos
necesariamente tendrá que contar con profesionales y técnicos de distintas disciplinas
(interdisciplinar) pertenecientes a distintos ámbitos e instituciones (intersectorial)
además, de aplicarse de manera simultánea (multimodal). Cuando se plantee el Plan
de Caso, los/as técnicos/ as deberán tener en cuenta esta particularidad y deberán
decidir cuáles son los recursos más convenientes a aplicar con cada familia además
de la secuencia o simultaneidad en que actuarán o adolescente. Las familias en las
que ocurren los malos tratos hacia los niños/as y jóvenes presentan problemas
crónicos y severos en su funcionamiento y han atravesado situaciones similares a lo
largo de distintas generaciones. Si bien una concepción simplista podría proponer
como “solución” separar a los/ as hijos/as de sus padres, la experiencia indica que
esta propuesta no soluciona nada ya que, por un lado, las investigaciones demuestran
que estos estilos de comportamiento –cuando no hay otra intervención- se repiten con
otros/as hijos/ as y, por otro lado, el mejor sitio para criar a los/as niños/as es dentro
de su grupo familiar. De ahí que, cuando una familia presenta problemas para ejercer
sus funciones, los servicios especializados ofrecerán recursos para intentar que
recuperen -o que comiencen a desempeñar su rol de cuidado y protección de manera
adecuada. Según el grado de riesgo, esta intervención podrá llevarse a cabo con la
persona menor conviviendo con su familia o transitoriamente fuera de ella si el nivel de
riesgo de que los malos tratos vuelvan a ocurrir es alto. protección y reparar los daños
que ya se han producido. Ese abanico de recursos necesariamente tendrá que contar
con profesionales y técnicos de distintas disciplinas (interdisciplinar) pertenecientes a
distintos ámbitos e instituciones (intersectorial) además, de aplicarse de manera
simultánea (multimodal). Cuando se plantee el Plan de Caso, los/as técnicos/ as
deberán tener en cuenta esta particularidad y deberán decidir cuáles son los recursos
más convenientes a aplicar con cada familia además de la secuencia o simultaneidad
en que actuarán o adolescente.

Las familias en las que ocurren los malos tratos hacia los niños/as y jóvenes presentan
problemas crónicos y severos en su funcionamiento y han atravesado situaciones
similares a lo largo de distintas generaciones. Si bien una concepción simplista podría
proponer como “solución” separar a los/ as hijos/as de sus padres, la experiencia
indica que esta propuesta no soluciona nada ya que, por un lado, las investigaciones
demuestran que estos estilos de comportamiento –cuando no hay otra intervención- se
repiten con otros/as hijos/ as y, por otro lado, el mejor sitio para criar a los/as niños/as
es dentro de su grupo familiar. De ahí que, cuando una familia presenta problemas
para ejercer sus funciones, los servicios especializados ofrecerán recursos para
intentar que recuperen -o que comiencen a desempeñar su rol de cuidado y protección
de manera adecuada. La resiliencia, comprendida en el contexto familiar, abarca
procesos interactivos que fortalecen la resiliencia individual. La resiliencia familiar es
un constructo relacionado con las habilidades de la familia para minimizar el impacto
perturbador de la situación estresor a, a través de diversos recursos. En este sentido,
una familia puede incrementar la resiliencia o la vulnerabilidad en todos sus miembros
según su organización. Por ejemplo, el sistema de creencias relacionado al
sentimiento de religiosidad, permite a la familia enfrentar con optimismo las
dificultades, Es decir, si existe riesgo en la familia, pero ésta es estructuralmente
estable, presenta orden, reglas y expectativas claras, afrontando los problemas por
caminos confiables, entonces este factor puede servir para desarrollar una buena
percepción de competencias, aspecto relacionado directamente con la resiliencia. La
cohesión está íntimamente relacionada con el apoyo mutuo, la colaboración, el
compromiso, el respeto por las diferencias, necesidades y límites individuales, la
búsqueda de unión y el desenvolvimiento del liderazgo. Finalmente, los recursos
económicos y sociales parten de las relaciones con la comunidad y se vinculan a la
estabilidad financiera; el sentimiento de estar conectado a esa red de relaciones; la
religión u otros grupos afines; el optimismo y la esperanza. De acuerdo a esta autora,
el análisis de la resiliencia familiar puede ser realizado teniendo en cuenta, por un
lado, la influencia de la intensidad, duración y frecuencia del riesgo y, por otra parte, la
observación de indicadores de protección que pueden reducir el efecto de los eventos
estresores. Estos indicadores de protección pueden ser personas o experiencias con
el contexto social, las redes de apoyo afectivo y los servicios existentes en la
comunidad. Investigaciones previas han señalado que la presencia de algún soporte
adulto en la familia que brinde cuidados y respuestas emocionales positivas, aun
cuando existan condiciones adversas, permite un mejor desarrollo de competencias y
mantiene la permanencia en la escuela Estos últimos generalmente responden en
mayor medida con emociones de enojo, probablemente debido a que están expuestos
a ese tipo de emociones y a la amenaza. Llamativamente, los niños víctimas de
cualquier tipo de maltrato parecen aprender que es inaceptable y/o amenazante
discutir sus sentimientos y emociones, particularmente si éstas son negativas. Por esta
razón, estos niños no tienden a expresar verbalmente sus emociones, además de que
tienden a atender, seleccionar y codificar nuevas experiencias de forma diferente a
como lo hacen los niños no maltratados. En este sentido, la asociación de la
estimulación afectiva a la experiencia traumática y a los recuerdos, parece alterar el
significado asignado a la estimulación y a la naturaleza de las representaciones
evocadas por esos recuerdos. Es más, aunque los niños con mayores recursos
MARCO CONCEPTUAL

El del maltrato infantil es un problema de una gran complejidad y heterogeneidad.


Existen muy diversos tipos de maltrato infantil (maltrato físico, negligencia, abuso
sexual, maltrato emocional, mendicidad, corrupción, explotación laboral, maltrato
prenatal, síndrome de Münchhausen por poderes, maltrato institucional), cada uno de
los cuales tiene su propia definición, su propia etiología y sus propias consecuencias.
No obstante, esta diversidad y heterogeneidad, es posible hacer una aproximación
global al concepto, los tipos y la etiología de los malos tratos infligidos a menores, y
eso es lo que trata de aportar este artículo. Tras exponer las dificultades de
conceptualización y la heterogeneidad de la noción de malos tratos, se presentan los
distintos tipos de malos tratos, con su definición y caracterización respectiva. El
artículo concluye con una revisión de las diferentes aproximaciones a la explicación
etiológica del maltrato infantil, subrayándose el carácter parcial de muchas de ellas y
defendiéndose los modelos más comprensivos y multivariantes, que son los que mejor
se acercan a un fenómeno de la complejidad y heterogeneidad de los malos tratos a la
infancia.

El término violencia estructural contiene una carga valorativa y explicativa


determinante: la de privación se define como el resultado de un conflicto entre dos o
más partes en el que el reparto, acceso o posibilidad de uso de los recursos es
resuelto sistemáticamente a favor de alguna de las partes y en perjuicio de las demás.
Al calificar esta situación como violenta se descarta la posibilidad de buscar
mecanismos de legitimización de la desigualdad en la insatisfacción de las
necesidades. Como podría ocurrir cuando en lugar del término violencia se utiliza el
término desigualdad social, ya que se abren (aunque no necesariamente) ventanas
para la legitimización de una situación en la que un grupo de personas tiene
insatisfechas sus necesidades básicas.

El ciclo de violencia infantil puede ser similar en sus fases al ciclo de violencia en el
hogar se encontró en el maltrato infantil es el que sigue: una fase de acumulación de
la tensión (se castiga al niño de diversas maneras, aunque no se le maltrata
físicamente), una fase de episodio agudo (se da el maltrato físico y emocional) y una
fase denominada «luna de miel (en la que el padre se arrepiente y se siente culpable,
lo le lleva a detener el maltrato por un tiempo, a veces da privilegios y premios al niño).

El ciclo no es constante, es decir presenta cambios en el tiempo, en este sentido se


aprecia una escalada o incremento de la pauta usual que lleva a la ruptura del ciclo
(retroalimentación negativa). Los sucesos que pueden llevar a la ruptura son: a) mayor
maltrato físico lo que lleva a la hospitalización del niño y a su retiro legal o b) salida del
hijo del hogar con apoyo de la familia de origen de uno de los padres.

Este ciclo es desencadenado por 3 tipos de crisis: a) propias del ciclo vital; b) crisis
situacional o c) propias de una dinámica familiar disfuncional (p.e. la concepción del
maltrato como el correctivo más efectivo para corregir problemas persistentes de
conducta; expectativas parentales irreales).

Se aprecian triángulos en la interacción familiar, principalmente por intervención de la


familia de origen de uno de los progenitores contra el otro progenitor maltratador (no
familiar) con quien se tienen conflictos.
OBJETIVOS GENERALES

Se quiere con este estudio Sensibilizar a la comunidad escolar de educación infantil y


primaria hacia el tema del maltrato con el deseo de prevenir a aquellas situaciones en
las que se vulneran los derechos de la infancia

Sensibilizar a las familias padres, tutores legales, facilitando técnicas educativas


basadas en el dialogo y la intervención entre sus miembros que elimine el riesgo de
acciones violentas proporcionando formas positivas y no violencia de educación.

Demostrar que el maltrato infantil no solo corre peligro la vida del infante si no su
desarrollo psicológico, sexual, poder humanizar a los adultos que los niños por su
corta edad y debilidad no se pueden defender del maltrato y el abuso

OBJETIVOS ESPECIFICOS

En relación a los padres, madres y familias de los alumnos deben adquirir los
conocimientos y cuestiones básicas relativas a la protección de la infancia y el maltrato
infantil.

Sensibilizar respecto a las consecuencias del castigo físico en mayor extremo solo
causa daños al desarrollo del niño.

Adquirir formas positivas y no violentas de educar y no maltratar

Adquirir técnicas apropiadas para la resolución de conflictos dentro del ámbito familiar.
Objetivos específicos en relación al profesorado, educadores y profesionales
implicados en la infancia y en la adolescencia. adquiriendo así los conocimientos y las
cuestiones básicas relativas a la protección de la infancia y el maltrato infantil.

Aprender a detectar precozmente en el alumnado signos de maltrato y/o abuso sexual,


así como niños y familias de alto riesgo; información respecto a los organismos,
institucionales y estamentos comprometidos en la protección de la infancia y conocer
los procedimientos y estrategias de actuación en caso de detectar alumnado que es
víctima de malos tratos.

Lograr su implicación y que asuman responsabilidades en la enseñanza y el desarrollo


en el alumnado de habilidades interpersonales de autoprotección de forma que lo
incorporen al alumno a sus prácticas docentes.

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