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BONAERENSE‘
' Estas páginas surgieron motivadas por el clima de cordial discusión académica
compartido en el seminario Oralidad y escritura, que dictó el Dr. Germán Orduna en
1992, Facultad de Filosofia y Letras, UBA.
132 ¡»mp2, x11 (i992;
tiempo irretornable. Las palabras se convierten en hechos, en actos de
habla directos y en este sentido la oralidad‘ se focaliza como el campo
propicio para el desarrollo de estudios pragmáticos ( Austin, 1971, van
Dijk,1980) y semióticos (Lotman,l979) que interpretan a partir de
nuevas perspectivas, los diferentes procesos de la historia de la cultura.
’ Las Actas del l, Il, lll y IV Coloquios Internacionales referidos al romancero panhispáni
co evidencian el auge que en las últimas décadas han tenido los estudios romancísticns
(las referendas completas se consignan en la sección "Bibliografía").
Main: 185
plinarias, debido a la importancia creciente que se le ha dado a la
fijación de elementos contextuales. En este sentido sirvan de ejemplo
los estudios introductorios y las referencias al contexto de actualización
de trabajos como los de S. Petersen (1982), O.Librowicz (1988), Da
Costa Fontes (1983, 1988) o M. Díaz Roig (1990), que han contribuido
a conformar un panorama real de las distintas subtradiciones del
romancero panhispánioo.
Llegamos a los 90 con una abundante bibliografía romancística
(Sánchez Romeralo, 1980; Armistead, 1983, 1984 y 1989), que día a día
nos acerca textos procedentes de todo el mundo de habla hispana.
Viejos poemas medievales y sus congéneres contemporáneos se
confrontan, convertidos en vehículos de interpretaciones disímiles que
testimonian la vigencia funcional de la especie, aunque dispar en las
diferentes áreas. En este contexto académico de alta productividad, la
subtradición americana ha aportado importantes publicaciones desde
principios de siglo hasta nuestros días‘, mas cabe destacar que, a pesar
de la riqueza del corpus reunido, esta tradición sigue siendo la menos
estudiada en relación con otras áreas.
Si enfocamos nuestra mira al ámbito argentino, se evidencia
un fenómeno semejante. La documentación de romances puede
rastrearse en los cancioneros provinciales que se publicaron en la
primera mitad del siglo 5 , y fundamentalmente en el Romancero de
Ismael Moya (1941), que reúne una selección de romances procedentes
de la Colección de Folklore de 1921. Hasta la década del 50 prolifera
ron en diferentes regiones de nuestro país trabajos de recolección de
poesía tradicional de variadas especies, pero a partir de entonces la
tarea se interrumpió. ¿Qué ocurrió en las últimas décadas con la
tradición romancística argentina? Este interrogante no ha recibido hasta
el momento respuestas certeras, ya que no se han efectuado nuevas
NIVEL DE INSTRUCCION
analfabetos: 0%
instrucción primaria: 57,6%
instrucción secundaria: 26,9%
instrucción terciaria: 15,5%
v.), 39. Esta no megusta (1 v.), 40. Felidana no está al casa (1 v.), 41. Gonioncito mío
fl v), 42. Grillitojuguetón a v.), 43. Hay de la cama (1 v.), M. juanito de [uan
Moreira (1 v.), 45. El huevo (1 v.), 46. [iguanas a: el bosque (1 v.), 47. la
farolera (13 v.), 48. la gallina blanca (1 v.), 49. la loba (2 v.), 50. la luna está
ancarolada (1 v.), 51. lamarestóa serena (1 v.), 52 la negraSinionafl v.), 53. la torre
en guardia (2 v.), 54. la virgen del pilar dice (1 v.)???, 55. la virgen lancha (9 v.), 56.
levánlate Juana (13 v.), 57. Mañana domingo (2 v.), 58. Mañana, mañanita (1 v.), 59.
Me levanta en una lancha (1 v.), G0. Mensú Camela todo (2 v.), 61. Nana, nana linda (1
v.), 62. Pastores venid (1 v.), 63. Por aqnipasó Maria (1 v.), 64. Por la carretera snbevbe
fl v.), 65. Qui-qui-ri-qui, canta el gallito (1 v.), 66. Ratín, ratín (1 v.), 67. Se me ha
perdido una niña (7 v.), 68. Señora Santana (21 v.), 69. Say el chino capuchino (1 v. ), 7D.
Tengo una muñeca (10 v.), 71. Todos los patitas (1 v.), n Tortita, tortita (1 v.), B. Una
tarde verano (6 v.), 74. Un cacha-ita, leré (1 v.), 75. Un dia una pasion (1 v.), 75. Un
patito muy presumido (1 v.), 77. Un polichinela (1 v.), 78. Vamos al baile, dijo el fraile
fl u).
19o lndpit, x11 (1992)
Éstas variables nos permiten caracterizar a los transmisores de
romances como un grupo compuesto preferentemente por personas
de sexo femenino, letradas, de variada edad.
Una vez diferenciado el grupo social en que circulan los
poemas, nos preguntamos,¿cuál es la opinión de ese grupo sobre el
objeto cultural que transmite?; ¿cómo lo relaciona con otros objetos
lingüísticos procedentes de una formación eminentemente signada por
la escritura y la instrucción escolarizada? ¿Qué aporte significativo
representaría abordar estos textos inmersos en el circuito comunicacio
nal del que forman parte? ¿Llegariamos a nuevas conclusiones relativas
a la vitalidad del género si nos planteamos un acercamiento a partir de
un análisis pragmático? Trataremos de contestar estos interrogantes a
través del análisis de tres aspectos: a) relación Romancero-infancia
escuela, b) relación entre texto y música en los romances y c)
alusiones de los informantes a la tradición escrita.
7. Relación Romancero-infancia-escuela.
'° Los números entre paréntesis corresponden a la numeración del corpus reunido.
Matas 1.91
constituyen una serie de combinaciones gestuales, que contribuyen a
la memoñzación de la totalidad del juego.
El tipo Buscando Novia, cuyo incipit en,la zona es "Hilo de oro,
hilo de plata... ", se juega en una especie de dramatización en la que el
principe va seleccionando novia entre todas las niñas en fila. Docu
mentamos una versión del romance Aparición de la amada muerta en
la que la informante explica el modo en que un grupo de niñas
dramatiza las diferentes secuencias de la intriga romancística: búsqueda
de la amada, descripción del entierro, aparición de la amada, diálogo
con el amante, etc. Estas referencias significan un eslabón importante
en la transmisión textual del tipo, tan difundido en el rornancero oral
moderno (Chicote, 1986).
El romance es considerado por sus transmisores una canción
infantil, junto con la farolera, Arroz con leche o Estaba la paloma
blanca. Todos estos textos son concebidos por los portadores como
pertenecientes a una misma especie, y cuando son interrogados, cantan
unos u otros indistintamente. Esta identificación del romance con el
Cancionero infantil fue denominada por Jesús A. Cid "proceso de
infantilización" en el que cae la especie, considerado como un riesgo de
"fosilización" que terminaría con la vida en variantes característica del
género (Cid, 1979). No creemos que se deba emplear un término tan
categórico como "fosilización" para explicar lo que ocurre en la
tradición bonaerense, pero sí podemos observar que no existe una
importante vida en variantes que demuestre recreaciones enriquecedo
ras. Los tipos romancísticos se transmiten en versiones vulgata
(Valenciano, 1987) que solo ofrecen entre unas y otras, variantes
formulísticas menores y supresión de motivos; esta forma de reproduc
ción nos hace pensar en una deturpación de la tradición.
La transmisión de romances está unida al ámbito de la
infancia, ya sea como práctica del presente o como recuerdo del
pasado, y está además, estrechamente relacionada con la escuela. Es
muy importante señalar el nexo fijado por los informantes entre el
romance y el mundo escolar. La mayoría mencionó la situación de
recreo, de juego extra-áulico, como el momento en que recibieron y
bansmitieron romances. Paralelamente hemos hallado informantes
maestros que dijeron emplear los cantos aprendidos en su infancia para
jugar con sus alumnos.
192 luapit, x11 (1992)
Romances y rimas infantiles transitan juntos, el mundo de los
niños, y este fenómeno esta’ conectado con otro rasgo que caracteriza
nuestro corpus: la reducción de motivos narrativos. El romance
convertido en canción infantil se fija, agrega estribillos, limita su vida
en variantes. Los temas épicos castellanos y carolingios pierden interés
y se conservan los de carácter novelesco. La nueva función del
romance ha reducido la variedad de temas, ha acortado el desarrollo
de los existentes. Lentamente se opera en los textos una simplificación
de las estructuras secuenciales y una amplificación paralela de
elementos líricos, tales como repeticiones o estribillos. Para ejemplificar
este proceso podemos mencionar los versos iniciales de dos versiones
de Mambrú:
" Con respecto a la metodología utilizada para la recolección de romances, véase e|_
esclareoedor aporte de ANA VALENCIANO (1987).
mu; 1.95
las personas entnevistadas entender que en el tipo de relación estableci
da con los encuestadores, pueda tener interés lo intimo, lo procedente
del hogar. Los cantos fluyen, aunque no despi-ovistos de marcas de
escritura solo cuando se ha superado este rnalentendido, cuando el
entrevistador ha logrado revalorizar el objeto ante los ojos del
informante.
Los transmisores de romances de la Pcia de Buenos Aires se
manifiestan conscientes del peso que el libro y la instrucción impartida
por la escuela han tenido en su formación. La cultura de transmisión
escrita es el eje en el que se incorporan las canciones aprendidas por
tradición oral, pero son constantemente confrontadas con el texto
escrito. Si debiéramos hallar un rasgo diferenciador para este corpus
romancistico, ese rasgo sería el grado de conexión entre oralidad y
escritura, que hemos detectado a través de referencias contextuales.
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