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Bernardo Estrada

ASÍ NACIERON
LOS EVANGELIOS
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En memoria de mis padres,


© Bernardo Estrada Asdrúbal y Laurita
© Biblioteca de Autores Cristianos, 2017
Añastro, l. 28033 Madrid
Tel. 91 343 97 71
www.bac-editorial.com

Depósito legal: M-9655-2017


ISBN: 978-84-220-1966-4

Preimpresión: BAC
Impresión: Cofás, Juan de la Cierva, 58, Móscoles (Madrid)

Impreso en España. Printed in Spain

!
Ilustración de cubierta: San Marcos (1621), de Guido Reni (Bob Janes Uníversity, Creenvillc,
Estados Unidos)
Diseño: BAC

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ÍNDICE GENERAL

Pdgs.
INTRODUCCIÓN . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . .. . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . XI
BIBLIOGRAFÍA............................................................................. XVII

SIGLAS ·····································.·················································· XXV

ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS

CAPÍTULO I. El Evangelio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
l. Evangelio: anuncio y kerygma .. . . .. .. ... .. . . . .. .. .. ..... .... ... .. .. . .. .. 3
2. La realidad del kerygma y la historia.................................. 9
3. Fiabilidad del anuncio....................................................... 18
4. El kerygma en los sinópticos.............................................. 23
5. El kerygma en los Hechos de los Apóstoles .. .. . . . . . .. . . . . . . . . .. 25
6. El kerygma paulino . . . . . .. . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . .. .. . . .. . . . . . . . .. . . . . . . .. .. 26
7. El kerygma en Juan y en las Cartas Católicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28

CAPÍTULO II. Jesús. Sus dichos y hechos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31


1. La enseñanza de Jesús 32
2. La autoridad de Jesús......................................................... 42
3. De los dichos a las narraciones........................................... 52
4. La elección de los discípulos 56
5. La pasión y muerte............................................................ 65
6. Síntesis conclusiva: El impacto de Jesús 68

CAPÍTULO III. La predicación apostólica.................................. 73


1. La Iglesia naciente............................................................ 74
2. La Pascua de resurrección .. . .. .. .. 81
3. La tradición de Jesús y sobre Jesús ,.............. 99
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X ÍNDICE GENERAL

Págs.
4. Testimonio ocular y tradición............................................ 112
5. El ambiente de la predicación .. .. .. .. .... .. .. .. .... .. .. .. .. .... .. .. .. .. .. 119
6. Visión de conjunto . 128
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO IV La redacción de los Evangelios . 131
l. De la predicación oral al texto escrito . 132
2. La ambientación vital . 145 En una ocasión escuché una anécdota de un pensador ir-
3. El punto de partida . 151 landés, George Bernard Shaw, a propósito de una conferencia
4. Unidad y diversidad . 154 sobre evolución y antropología. Al final de la disertación se
5. Historia y teología . 167 alzó una voz y le preguntó: «Maestro, ¿no le parecen asombro-
6. El testimonio en el origen de los Evangelios , . 169 sas las semejanzas que existen entre el hombre y el mono?».
CONCLUSIONES : . 177 A lo que él contestó: «A mí lo que me asombran son las di-
ferencias». De modo similar el estudio de los Evangelios, y
ÍNDICE BÍBLICO : . 183
en concreto su formación y génesis, está siempre moviéndose
ÍNDICE DE AUTORES . 191
del ámbito de las semejanzas al de las diferencias, las unas tan
asombrosas como las otras.
No podría ser de otra forma. Jesús dedicó su vida a procla-
mar la cercanía del Reino de Dios, que implicaba anunciar la
Buena Nueva a los pobres, vendar los corazones rotos, prego-
nar a los cautivos la liberación y a los reclusos la libertad ( cf. Le
4,18; Is 61,1). Sus discípulos hicieron eco a esa proclamación,
acompañándola con el testimonio de la propia vida, y luego
la pusieron por escrito, junto con los eventos más destacados
de la vida de Jesús. Entre el evangelio anunciado por Jesús y
los Evangelios escritos por sus seguidores hay un largo camino
recorrido que pone de relieve la vitalidad de la comunidad
cristiana primitiva.
Cuando la Pontificia Comisión Bíblica trata del funda-
mentalismo, dice en concreto que en el caso de los Evangelios
«no tiene en cuenta el crecimiento de la tradición evangélica,
sino que confunde ingenuamente el estadio final de esa tradi-
ción (lo que los evangelistas han escrito) con el estadio inicial
(las acciones y las palabras del Jesús de la historia). Descuida
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XII INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN XIII

por eso un dato importante: el modo como las primeras co- su objetivo principal el suscitar la fe de los destinatarios en
munidades cristianas han comprendido el impacto producido Jesús de Nazaret, Hijo de Dios, e invitarlos a vivir de acuerdo
por Jesús» (Interpretación de la Biblia en la Iglesia, I, F). La con esa fe. De ahí que el Concilio Vaticano II en su consti-
variedad que se encuentra en los Evangelios -respecto a unas tución Dei Verbum sobre la Divina Revelación diga que los
palabras dichas por Jesús o a un episodio de su vida- es la Evangelios «conservan el carácter de proclamación» (DV 19),
que hace ver que efectivamente la tradición evangélica ha sabi- es decir, anuncian la salvación de parte de Dios en la medida
do interpretar y presentar los dichos y hechos con diferencias en que describen algunos períodos de la vida de Jesús, entrela-
entre ellos -conservando una identidad sustancial de conte- zados con sus enseñanzas y discursos.
nido- tanto en el modo de expresarlos como en el lugar que Los documentos del Concilio han sido como un rayo de
ocupan en la narración de cada evangelista. luz que, pasando a través del prisma del magisterio universal,
El testimonio apostólico de la fe cristiana pone de relie- ha irradiado su enseñanza sobre toda la Iglesia. Ellos han dado
ve precisamente el impacto de Jesús, y de modo particular el impulso a no pocas iniciativas apostólicas y pastorales y a nu-
de los acontecimientos pascuales que constituyen el punto de merosos encuentros de reflexión y profundización del conte-
partida de una nueva comprensión de su vida y de su predi- nido de la fe cristiana; han inspirado ulteriores documentos
cación. que han servido a su vez para explicarlos y aclararlos. Aunque
Quizá no se ha reflexionado suficientemente sobre lo que muchos piensan que la constitución sobre la Iglesia, Lumen
supuso haber leído por vez primera el comienzo del texto de gentium, sea el documento más representativo de la asamblea
Marcos: «Inicio del evangelio de Jesucristo, el Hijo de Dios» conciliar, no se puede negar que la Dei Verbum (DV), la cons-
(Me 1, 1). A partir de allí otros tres autores escribirán sobre lo titución sobre la Divina Revelación, es el documento básico y
que dijo e hizo Jesús. Este fue el camino que recorrió el evan- fundamental del Concilio Vaticano II, por decirlo con pala-
gelio desde el Jesús que anunciaba al Jesús anunciado, man- bras de Joseph Ratzinger1•
teniendo un elemento constante, un hilo conductor: la salva- Hace poco más de dos año que se conmemoró el quin-
ción que Dios ha ofrecido a la humanidad por medio de la cuagésimo aniversario de la Instrucción Sancta Mater Ecclesia
encarnación de su Hijo Unigénito. Esto constituirá un género -publicada en la primavera de 1964 por la Pontificia Comi-
literario característico que se llamará evangelio, como afirma sión Bíblica-sobre la verdad histórica de los Evangelios, que
Justino hacia la mitad del siglo II. contribuyó a enriquecer la Dei Verbum, de la que también se
En los Evangelios afloran constantemente las característi- acaban de celebrar 50 años. El cardenal Agustín Bea, miembro
cas de unidad y de diversidad. Por una parte están vinculados de la Pontificia Comisión Bíblica y ce-presidente de la co-
a una tradición que no solo determina su contenido funda- misión mixta para la elaboración de la constitución, se había
mental sino también su estructura, sobre la base de la predi- empeñado diligentemente para que el documento apareciera
cación apostólica primitiva. Su forma narrativa tiene ciertas con tiempo suficiente de modo que permitiera a los padres
semejanzas con algunas biografías clásicas del mundo helenís- conciliares disponer del material útil para la configuración del
tico-romano -las llamadas bioi-, aunque no se detiene en
1 Cf. J. RATZINGER-BENEDICTO XVI, «Dogmatische Konstitution über die
tantos detalles a la hora de designar tiempos y lugares, siendo góttliche Offenbarung», en LlhK II, 503.
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XIV INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN

esquema De divina reuelatione, y en concreto en lo que corres- columnas en una visión de conjunto, que en griego se llama
pondía al origen apostólico y a la formación de los Evangelios. precisamente synopsis. El Cuarto Evangelio algunas veces será
Contemporáneamente el mismo cardenal Bea publicaba un mencionado y confrontado con los otros tres. Siendo sin em-
estudio sobre la historicidad de los Evangelios sinópticos2 que bargo su estilo literario diverso y teniendo una concepción
resultó importante en la elaboración de los nn. 18 y 19 de la teológica sobre Jesús más explícita que la que presentan los si-
Dei Verbum3• nópticos, el Evangelio según san Juan no será tenido en cuenta
Al tratar sobre la revelación, la Dei Verbum describe el pro- en la argumentación principal del presente estudio.
ceso de la historia de la salvación que culmina en la pleni- Como se observará a lo largo de este libro, el interés se
tud de los tiempos, cuando el mismo Hijo de Dios viene a concentra en los Evangelios canónicos. Una tal decisión po-
comunicar los insondables misterios de Dios a los hombres. dría parecer a algunos extraña en una época en que el estudio
El documento se detiene en particular en la revelación de la de los textos que tratan de la tradición sobre Jesús llega incluso
nueva alianza contenida de modo especial en los Evangelios. a dar el mismo valor literario y la misma autoridad a los llama-
Partiendo de la persona y de la predicación de Jesucristo, DV dos evangelios apócrifos que a los Evangelios de la tradición
subraya los puntos de convergencia entre el Jesús de la historia de la Iglesia. En efecto, en las últimas décadas la investigación
y el Cristo de la fe4, ~n un esfuerzo por resaltar la relación sobre los Evangelios se ha querido ampliar para dar cabida a
entre historia y teología. El interés por estos temas estaba ya otras opciones de cristianismo presentes sobre todo a partir de 1

presente en la primera mitad del siglo x:x, como lo demuestra la segunda mitad del siglo II, cuando aparece el gnosticismo,
la investigación que se puso en marcha con la crítica moderna, presentando el conocimiento de los misterios de la iniciación
y en particular entre las otras confesiones cristianas. La Sancta cristiana como alternativa al escándalo de la cruz, siempre di-
Mater Ecclesia ha sancionado a pleno título el papel de la exé- fícil de aceptar.
gesis católica contemporánea en el estudio sobre la figura de Sería largo explicar el período formativo de numerosos y
Jesucristo en los cuatro Evangelios. variados escritos sobre la vida y las enseñanzas de Jesús de Na-
A lo largo del texto se harán ver las características propias zaret, y sobre todo la selección de ellos hasta llegar a los cuatro
de cada uno de los Evangelios en comparación con los otros. textos oficiales de la Iglesia primitiva. Una buena explicación
Lo haremos principalmente en los tres primeros de ellos, lla- al respecto se encuentra ~n el libro de Santiago GUIJARRO
mados sinópticos porque permiten ser contemplados en tres ÜPORTO, Los cuatro Evangelios (Salamanca 2012), y en el de
Giuseppe SEGALLA, Evangelo e Vangeli (Bolonia 1994).
2
Cf. A. BEA, «La storicitá dei vangeli sinottici»: CivCatt 115/II (1964) 417-
Finalmente agradezco a mis colegas de la Pontificia Uni-
436; «Il carattere storico dei vangeli Sinortici»: ibíd., 526-545. Después apareció uersitá della Santa Croce por su ayuda y sugerencias mientras
con el título La storicitá dei vangeli (Morcelliana, Brescia 1965).
3 Cf. L. RANoELLINI, «Il Nuovo Testamento», en U. BETTI (ed.), Commento alta se elaboraba este libro. También al Prof. Donald A. Hagner,
Costituzione dogmática sulla Divina Rivelazione (Massimo, Milán 1966) 182-230 quien me animó con sus consejos y anotaciones; igualmente,
(206s).
4 En el documento preparatorio del sínodo de obispos de 1967 había un aparta- al Prof. D. Vicente Balaguer que ha leído gentilmente el ma-
do con el título Historicitas: ]esus «historiae» et Christus «fidei». Cf. I. DE LA PoTTE- nuscrito y me han hecho no pocas sugerencias y observaciones.
RIE, «Come impostare oggi il problema del Cesu storico?»: CivCatt 120/II (1969)
447-463 (447).
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ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS


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CAPÍTULO I
EL EVANGELIO

1. Evangelio: anuncio y kerygma

En el momento en que la primitiva comunidad cristiana


comienza a anunciar, después de la Pascua de resurrección, la
Buena Nueva, el término evangelio aparece como un concep-
to que comprende diversas acepciones. Ciertamente la expre-
sión Buena nueva -una derivación del significado original
de recompensa por las buenas noticias recibidas- puede dar
a entender en parte lo que es el evangelio, como se deduce del
griego clásico y helenístico, aunque no llega a abarcar todo lo
que el concepto significa. En un principio el concepto tenía
sobre todo un valor de tipo civil; más tarde se fue convirtiendo
en un término de significado religioso 1•
El término figuraba, por ejemplo, en el vocabulario de
los emperadores romanos, que se presentaban ante el mundo
como señores y salvadores. Así la palabra evangelio (euaggelion)
se aplicaba a las noticias que eran comunicadas por el empe-
rador o sobre el emperador, aun cuando para sus receptores
no fueran especialmente buenas o saludables (nuevos impues-
tos, anuncio de condenas o castigos ... ). A partir de Augusto el
1 Así Dtonono Sícuw, Bibliotheca historica, 15,74,2 habla de Dionisio

que ofrece sacrificios a los dioses por las buenas noticias: Atovúoto; mi<; 0wi<;
cuayy{)...m 0ucrai:;, usando una expresión que aparece por vez primera en Isócrates;
después la usarán Jenofonte y Esquines. La idea sin embargo ya se encontraba en
Homero. Cf. H. G. LIDDELL - R. ScoTT, A Greek-English Lexicon (Clarendon,
Oxford 91961) s.v. cuayyt"Atov. Con Plutarco pasa a significar directamente la
«Buena Nueva», la noticia o noticias en sí mismas, más que la recompensa o la
alegría que ellas generaban. Cf. W. BAUER, K-Ar.AND - B. AuNo, Griecbisch-deut-
sches Worterbuch zu den Schriften des Neuen Testaments und derfrühchristlichen Lite-
ratur (De Gruyter, Berlín-Nueva York 61988) s.v. cuayyt"Atov.
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4 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C. l. EL EVANGELIO 5

concepto asume un valor retroactivo, queriendo indicar como me ha ungido para anunciar la Buena Nueva a los pobres» (Is
primer evangelio la noticia de su nacimiento", que habrían 61, 1). En los tres casos el verbo euaggelizesthai traduce en la
anunciado incluso algunas profetisas paganas, las Sibilas. Des- versión de los LXX el verbo hebreo bisser, anunciar la bue-
pués, con el crecimiento del imperio y el difundirse del culto na noticia. El Nuevo Testamento presenta sustancialmente el
al emperador como consecuencia de la Pax Augusta, llega a mismo significado del verbo, de un modo más frecuente, pues
ser un vocablo común con relación a su persona. De modo aparece 54 veces de las cuales 44 en voz media y solo 2 en
similar, evangelio será la noticia que acompaña la elección de voz activa, en el Apocalipsis. En cuanto a los Evangelios, solo
Vespasiano al supremo cargo en Roma3• En el fondo yace la figura una vez en Mateo, mientras aparece 1 O veces en Lucas.
idea de que todo lo que viene de la máxima autoridad romana El nombre correspondiente al anuncio mismo, al evangelio,
es bueno, es un mensaje de salvación, porque no se trataría es b'sorah-derivado de la misma raíz del verbo bisser- aque-
simplemente de buenas noticias sino de algo que transforma llo que lleva consigo felicidad o alegría. Se trata sin embargo
el mundo, que lo hace mejor. El significado religioso se inten- de un término poco frecuente, que aparece solo seis veces en
sifica cuando se trata del culto imperial 4. la Biblia hebrea, y solamente en una ocasión se traduce en la
El verbo euaggelizesthai, evangelizar, presente por prime- LXX por euaggelia al plural, a propósito del mensajero que
ra vez en Aristófanes, se difunde solamente en el período del creyó dar buenas noticias a David con la muerte de Saúl (cf. 2
griego tardío. Se refiere a proclamar buenas noticias; en el ám- Sam 4,10). De las 76 veces que aparece euaggelion en el Nuevo
bito religioso significa prometer algo. En el griego helenístico Testamento, 12 de ellas corresponden a los Evangelios, 8 en
su sentido se debilita un poco y termina por significar simple- Marcos y 4 en Mateo. Cuando Mateo habla del «evangelio del
mente anunciar, especialmente un oráculo5• Reino» (3/4), Marcos dice simplemente evangelio; en esto se
· Aunque el verbo aparece 23 veces en la Biblia Alejandri- asemeja a Pablo que usa el evangelio en sentido absoluto.
na, los· ejemplos más emblemáticos en la literatura veterotes- El que anuncia, euaggelos, es quien lleva consigo un men-
tamentaria se encuentran en el libro de Isaías, que transmite saje de victoria u otra noticia de tipo político o personal que
una buena noticia de parte de Dios: «Álzate sobre los montes, comporta felicidad o alegría. En el período helenístico indica
tú que anuncias la Buena Nueva a Sión» (Is 40,9); «Cómo son también al que anuncia oráculos.
bellos, sobre los montes, los pies de los que anuncian la Buena Resumiendo se puede decir que el contenido religioso de
Nueva» (Is 52,7); «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque euaggelion y de sus términos afines en el mundo helenístico, en
su referencia al culto imperial, ha servido como falsilla para su
2
Es conocida la inscripción encontrada en Priene (actualmente Prien, Turquía) uso en el literatura neotestamentaria, sin olvidar por supuesto
al sur de Efeso, en Asia Menor, datada el 9 a.C. y dedicada a Augusto: «El día
del nacimiento del dios Augusto ha señalado el inicio para el mundo de las bue- su significado en el Antiguo Testamento.
nas nuevas por medio de él (rórv 8t' uúróv cuuyyi)..tórv)». Cf. W DITTENBERGER, La primera frase que abre el texto de san Marcos es: «Inicio
Orientis graeci inscriptiones selectae, 2 vals. (Hirzel, Leipzig 1903-1905) 2458; C.
A. EvANs, Mark's Incipit and the Priene Calendar Inscription: From ]ewish Cospel to del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios» (Me 1, 1). Esta frase,
Greco-Reman Cospel: http://craigaevans.com. euaggelion Iesou Christou, puede ser entendida en dos senti-
3
FLAvIO JosEFO, De Bello judaico, 4,618.656.
4
Cf. J. RATZINGER-BENEDICTO XVI,]esús de Nazaret. I: Desde el Bautismo a la dos. En el primer caso, genitivo objetivo, la palabra evangelio
Transfiguración (La Esfera de los libros, Madrid 2007) 27. indicaría lo que la Iglesia primitiva decía y proclamaba acerca
5 Cf. U. BEcKER, «Evangelio», en DTNT II, 147.
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6 ASÍ NACIERO N LO S EVANG ELIO S C. l. EL EVANG ELIO 7

del Señor Jesucristo, de su persona, su vida y su doctrina. Se- que Dei Verbum diga que estos libros «conservan la forma de
rían los hechos de Jesús narrados por la Iglesia naciente. En predicación» (DV 19).
este caso se habla del evangelio, cuyo contenido es Jesucristo. Decir evangelio significa hablar de anuncio, de proclama-
En el segundo caso, genitivo subjetivo, se trataría de lo que ción, que en griego se dice kérygma. En Pablo los dos con-
Jesús enseñó y proclamó, su predicación y sus discursos, sus ceptos casi se identifican (cf. 1 Cor 15,1-5): el evangelio que
dichos. Aquí el sujeto del evangelio es Jesucristo. Ciertamente ha anunciado a los Corintios y que ellos han recibido, y en
el texto de los Evangelios posee las dos realidades, como lo el que ellos permanecen y son salvados, es algo que el mismo
expresa Lucas en el prólogo de los Hechos de los apóstoles: «El Pablo ha recibido y transmitido a otros, y a lo que ellos se pue-
primer libro lo escribí, Teófilo, sobre todo lo que Jesús hizo y den referir. Esa tradición (parádosis) es en realidad el evangelio
enseñó desde un principio» (Hch 1,1). Aquí el evangelista está mismo, su núcleo esencial. Cuando el Apóstol quiere recordar
indicando que precisamente el contenido de su primer libro, a la comunidad de Corinto la palabra genuina del evangelio a
el Tercer Evangelio, contiene tanto lo que Jesús dijo como lo fin de preservarla de errores, propone una serie de frases reci-
que se narra sobre Jesús, lo que hizo. El evangelio resume la bidas y transmitidas por sí mismo y que constituyen la tradi-
persona y la obra de Jesucristo. ción apostólica, la tradición en cuanto contenido y esencia del
Bauer dice que quizá Marcos estaba ya pensando en un anuncio cristiano. El kerygma contiene la tradición en cuanto
texto escrito cuando inicia en ese modo solemne su narración. revela la autenticidad de la resurrección de Cristo en una for-
No sería imposible. Parece, sin embargo, más probable que mulación precisa, normativa, apostólica y por eso conforma-
las palabras de Marcos se refieran a la predicación de viva voz, dora y artífice de la unidad.
al anuncio de Jesús y sobre Jesús de la primitiva comunidad Hablar de kerygma significa considerarlo desde sus dos
cristiana. Basta ojear las cartas de san Pablo y los otros escritos grandes dimensiones, la subjetiva y la objetiva. La primera ¡,
del NT para constatar esa realidad. El vocabulario de Pablo consiste en una llamada, en un dirigirse personalmente a cada ¡1;

que se refiere a las funciones apostólicas (proclamar, anunciar, uno de los oyentes, interrogándolos acerca de su comprensión 1
evangelizar, hablar, testificar, transmitir... ) y a la actitud co- del mensaje y exigiendo en cierto modo una respuesta: de ahí l:i
rrespondiente por parte de los fieles (escuchar, recibir... ) su- su carácter siempre actual, que interpela y mueve al destina-
pone una comunicación oral del mensaje. El mismo término tario a plantearse su vida de acuerdo con la exigencia que el
evangelio ha indicado, hasta la mitad del siglo u, un anuncio mensaje lleva consigo. La segunda tiene que ver con su conte-
de viva voz y solo en un segundo momento pasó a designar nido, que es el evangelio 7. El kerygma ha sido esencialmente el
los libros que contenían ese anuncio6• Analizando también el mismo en la Iglesia primitiva: la Buena Nueva de la salvación
texto de los Evangelios se observa que no solo cuando refieren escatológica de Dios por medio de la pasión, muerte y resu-
los dichos de Jesús sino también al narrar los acontecimientos, rrección de Jesucristo como núcleo esencial, al cual se añadie-
usan un estilo que corresponde a la comunicación oral. De ahí ron, entre otras cosas, alguna premisa -el cumplimiento de
las profecías de la antigua alianza- y una conclusión exhorta-
6 Cf. C. M. MARTINI, «La primitiva predicazione apostolica e le sue caratteris-
tiche»: CivCatt l 13/III (1962) 246-255 (246). 7 Cf. H. ScHÜRMANN, «Kerygma», en LThK VI, 122-125 (123).
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ASÍ NACIERO N LO S EVANG ELIO S C. l. EL EVANG ELIO 9


8

tiva, la llamada a la penitencia, en vista de su segunda venida. Para Pablo la predicación del evangelio (57 veces en sus
Es significativo que para promover la unidad en la Iglesia de cartas) constituyó desde el inicio la razón de ser de su llama-
Corinto, un poco entusiasmados con los discursos de sabidu- da. Su esencia la constituye el anuncio de la pasión-muerte-
ría (sophia), Pablo no los remite ni a su propia sabiduría -de resurrección de Jesús, que no es solo un resumen de todo el
la que ciertamente podía gloriarse- ni a la superioridad de su mensaje cristiano: es también y principalmente el primer nú-
discurso (logos), sino al único kerygma católico y apostólico cleo -la semilla- alrededor del cual se fue formando toda la
que constituye, en definitiva, la verdadera sabiduría (cf. 1 Cor tradición sobre Jesús, su ministerio itinerante y sus milagros
2,1-7). obrados en Palestina, sus discursos, parábolas y controversias.
En el kerygma Cristo Jesús es proclamado como Señor, En definitiva, los dichos y hechos de Jesús recibidos por la co-
1

kyrios, precisamente en el mismo tiempo en que se anuncia munidad cristiana primitiva con los que completó el mensaje
el suceso y la eficacia de su crucifixión 8• Si lo quisiéramos re- central para conformar más detalladamente la figura del Maes- 1

sumir en una frase de las Escrituras, esa podría ser el final de tro. El interés de Pablo, sin embargo, se dirige sobre todo a las
la primera parte de la Epístola a los Romanos: (Jesús Señor consecuencias salvíficas del misterio pascual, sin detenerse en
nuestro) «Fue entregado por nuestros pecados, y fue resuci- muchos detalles sobre la vida de Jesús. Otros escritores neo-
tado para nuestra justificación» (Rom 4,25). Esta frase breve testamentarios han subrayado también, con diversos matices,
comprende los dos puntos de vista: la parte objetiva (murió ... el papel central de la predicación. Juan, por ejemplo, hace ver
resucitó) y la parte subjetiva (por nuestros pecados ... para la acción de Dios en la unión existente entre la palabra y el
nuestra justificación) 9• El razonamiento se propone de nuevo Espíritu, y tanto Pedro como Santiago atribuyen a la palabra
al hablar de la salvación en Cristo por medio del bautismo: predicada el poder de la regeneración espiritual 10•
«Fuimos, pues, con él sepultados por el bautismo en la muer-
te, a fin de que, al igual que Cristo fue resucitado de entre los 2. La realidad del kerygma y la historia
muertos por medio de la gloria del Padre, así también nosotros
vivamos una vida nueva» (Rom 6,4); respecto a la acción del Quien desee conocer las tradiciones sobre Jesús en los
Espíritu, se dice algo semejante: «Y si el Espíritu de Aquel que Evangelios no puede ignorar su estrecha conexión con la cues-
resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, Aquel tión del Jesús histórico, y más concretamente, con la histo-
que resucitó a Cristo de entre los muertos dará también la ria de la investigación sobre la vida de Jesús. Todo parte del
vida a vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que habita en padre de la crítica moderna sobre los Evangelios, Hermann
vosotros» (Rom 8,11). Esta proclamación constituye la nueva S. Reimarus, una figura tan poco feliz cuanto influyente en
tradición según la cual se pueden comprender el mundo y la los estudios modernos del texto evangélico. Este profesor de
historia en una nueva y real posibilidad, en un nuevo futuro Wofenbüttel, un pueblo cercano a Hamburgo, estudió los
abierto por Dios mismo. Evangelios desde un punto de vista exclusivamente histórico,
encontrando así, según su opinión, contradicciones en el texto
8 Cf H. ScHLIER, «Kerygma e sophia», en Il tempo della Chiesa (EDB, Bolonia
4 1981) 330-372 (343-348).
1
° Cf J. D.G. DuNN, Unity and Diversity in the New Testament. An Inquiry into
9 Cf. R. CANTALAMESSA, La vita in Cristo (Ancora, Milán 9 2003). the Character ofEarliest Christianity (SCM, Londres 21991) 11.
i
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il
10 ASÍ NACIERO N LO S EVANG ELIO S
C. l. EL EVANG ELIO 11
j
que llevaban a desmentir lo que la Iglesia decía sobre Jesús. catología consecuente, Schweitzer demostró que todo intento
Lessing hizo públicos los escritos que el mismo Reimarus no de ver los Evangelios como simple historia conduce a un ca-
se atrevió a dar a conocer 11. Se trata de la primera persona que llejón sin salida.
se enfrenta al texto como si se tratara exclusivamente de una A partir de entonces la búsqueda de Jesús se intenta ha-
crónica de carácter histórico, llegando lógicamente a conclu- cer desde la teología. Más que la historia y los hechos, lo que
siones que no reflejaban de modo adecuado su contenido. A cuenta es la palabra que se hace realidad, la predicación como
partir de ese momento se sucederán en la misma línea Paulus, evento fundamental de los Evangelios y la teología que ella
Schleiermacher, Baur, Strauss Renan, Weiss, por mencionar contiene.
solo algunos estudiosos. Por su parte la argumentación cató- «En principio era el kerygma» 15• Esta frase continúa reso-
lica, de matiz apologético, buscaba demostrar, empleando la nando en los oídos de los académicos del Nuevo Testamento
misma metodología, el valor histórico de los Evangelios y por desde que fue pronunciada la primera vez por Martin Dibe-
tanto la posibilidad de acceder a Jesús a través de ellos •
12 lius, uno de los tres grandes promotores-creadores del método
A comienzos del siglo xx, Wrede hace ver que el Evangelio de la historia de las formas 16• Con esto se quería subrayar que
de Marcos, más que -un escrito de tipo histórico-biográfico, al inicio de toda la literatura neotestamentaria y escritos del
es una narración con un claro objetivo teológico. El hilo con- cristianismo primitivo se encontraba la predicación de la Igle-
ductor del Segundo Evangelio sería el secreto mesiánico, del sia naciente. Igual que Dibelius, Rudolf Bultmann -quizá el
13
que se habría servido el evangelista para realizar su obra • Sin teólogo más influyente en los estudios neotestamentarios del
embargo, quien sistematizó esa Primera investigación -First siglo xx, especialmente en lo que se refiere al estudio de los
l 11 Qµest- y puso verdaderamente la piedra tumbal a la serie Evangelios 17- pone de relieve la predicación como el elemen-
de estudios de tipo historiográfico-cronológico fue Albert to originario de los escritos del Nuevo Testamento, pero no la
1
i Schweitzer en 1906, con su obra monumental Von Reimarus predicación de Jesús sino la predicación sobre Jesús: el anun-
ll cio de la comunidad cristiana primitiva después de la Pascua.
zu Wrede14• Al proponer su propia perspectiva teológica, la es-
Su concepción de la fe pospascual y de la capacidad creativa
11 G. E. Lessing publica entre 1774 y 1778 los Wo/fenbüttelsche Fragmente de
15 Am Anfang war das Kerygma. «Al principio de toda realidad espiritual en el
H. S. Reimarus, muerto seis años antes. Uno de los últimos publicados, Von dem
Zwecke Jesu und seiner Jünger, fue el que desencadenó, primero un escándalo y cristianismo primitivo estaba la predicación, misionera o comunitaria, la narración
y la exhortación, el discurso profético o la interpretación bíblica»: M. DrnELIUS,
después la nueva investigación sobre la vida de Jesús.
12 Cf. L. STEFANIAK, «De Novo Testamento ut christianismi basis histórica»: Die alttestamentlichen Motive in der Leidensgeschichte des Petrus- und des [ohannes-
Divus Thomas (Plac.) 61 (1958) 113-130. Los tres argumentos empleados para evangeliums (Topelrnann, Berlín 1918) 125 (trad. nuestra).
16 Aunque no es fácil definirlo en pocas palabras, este método revolucionó el
subrayar la historicidad eran: authenticitas, integritas, veracitas. Cf. I. DE LA PoTTE-
RIE, «Come impostare oggi il problema del Gesü storico?»: CivCatt 120/II (1969) estudio de los Evangelios al descubrir y sistematizar las pequeñas unídades lite-
rarias de las que ellos están compuestos, que reflejarían el ambiente y el período
447-463 (448s).
13 Cf. W WREDE, Das Messiasgeheimnis in den Evangelien. Zugleich ein Bei- de la comunidad cristiana en la que fueron escritos. Al lado de esos presupuestos
trag zum Verstdndnis des Markusevangeliums (Vandenhoeck & Ruprecht, Gotinga literarios se encuentran también otros, de tipo histórico, sociológico y filosófico.
Sus ideadores fueron el mismo M. Dibelius, R. Bultmann y K. L. Schmidt. Cf. P.
1901).
14 La misma obra apareció, ampliada y dotada de conclusiones con el solo BENOIT, «Reflexiones sobre la "Formgeschichtliche Methode?», en Exégesis y teolo-
título de Geschicbte der Leben-jesu-Forschung (Mohr Siebeck, Tubinga 1906). Aquí gía, I (Studíurn, Madrid 1974) 211-251.
17 Cf. A. LINDEMANN, «Rudolf Bultmann e il suo influsso sulla teologia e sulla
se usará la versión española, Investigación sobre la vida de Jesús (San Jerónimo, Va-
Chiesa»: Rassegna di Teología 44 (2003) 5-30.
lencia 1993).
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12 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C. l. EL EVANGELIO 13

de la primitiva comunidad cristiana abren un foso que separa que el de la época y del entorno de Jesús. Las formas literarias
inevitablemente la vida de Jesús de la predicación de la Iglesia de la tradición de Jesús y sobre Jesús serían las que usaba la
naciente. En la precomprensión bultmanniana -para usar un primitiva Iglesia en su culto, evangelización, defensa de la fe
término predilecto suyo- hay una especie de imposibilidad y catequesis. Su principal interés era teológico y no histórico.
metodológica para aceptar que la historia, los hechos reales, Una fusión de los dos principios conduce a la idea de que
puedan formar parte de los Evangelios, cuyo objetivo y men- los Evangelios no serían fidedignos cuando se trata de conocer
saje son teológico-salvíficos. La única historia que Bultmann la vida y enseñanza de Jesús. A pesar de las apariencias, los
acoge en la narración evangélica es la que viene como conse- Evangelios no reflejarían un interés por recordar lo que Jesús
cuencia del acto de fe, aquella que surge de la decisión perso- hizo y dijo cuando pasó por la tierra; serían, sobre todo, testi-
nal que actualiza el hecho mítico ocurrido en la antigüedad. monio de la fe de la Iglesia en Cristo crucificado, resucitado y
La afirmación actual del creyente otorga a ese suceso nuevas exaltado. Las tradiciones han sido remodeladas por esa fe, de
categorías, lo desmitifica y lo hace presente en la historia hu- acuerdo con las necesidades de la comunidad. Esto no querría
mana 18• Se observan dos grandes postulados en su escuela: decir, sin embargo, que no se pueda llegar al Jesús histórico:
a) La separación .entre el Jesús histórico y el Cristo de la se llega, pero a través de la fe pascual y como respuesta a las
fe. Aunque la crítica señala como gran precursor de la teología necesidades y desafíos de la Iglesia naciente.
del kerygma a Martin Kahler -la primera persona que elabo- La conclusión de ellos es que se saben pocas cosas sobre
ró un tratado acerca de esa distinción 19- son los fautores del Jesús y que habría sido la fe en su divinidad la que habría
¡1

método de la historia de las formas quienes se apoyan en ella plasmado posteriormente su imagen. Es bastante conocida la
111 para dar el salto de la historia a la teología. Detrás está la idea frase de Bultmann: «Sobre la vida y la personalidad de Jesús
de que los primeros cristianos no estaban realmente interesa- no podemos saber prácticamente nada»20• Esta afirmación ha
dos en la figura histórica de Jesús. La vida y la expresión de la sido matizada por sus seguidores, quienes en parte tienen ra-
fe de la primitiva cristiandad estaba enfocada más bien -dice zón cuando dicen que su maestro se refería especialmente a la
Bultmann- hacia el Cristo resucitado y exaltado. Jesús no es controversia acerca de la autoconciencia de Jesús, una temá-
visto como un maestro del pasado que dijo e hizo cosas verda- tica difundida a finales del siglo XIX como consecuencia del
deramente interesantes, sino más bien como el Señor viviente gran interés que se despertó en ese período por el estudio de
aquí y ahora. la persona humana y de sus facultades introspectivas. En ese
b) El aspecto más conocido del método de la historia de sentido Bultmann afirmaba, con razón, que podemos saber
las formas es el Sitz im Leben, ambientación vital, según el cual poco acerca de lo que Jesús pensaba sobre sí mismo. Pero ade-
la tradición que se ha conservado en los Evangelios refleja la más -y esto es reconocido por casi todos los estudiosos-
vida y el ambiente de la primitiva comunidad cristiana más quería decir que los Evangelios nos ofrecen poquísimos datos,
insuficientes para darnos una visión confiable de la figura de
18 Cf. P. GRECH, «11 Problema del Gesu storico da Bultmann a Robinson»,

en «Dei Verbum». Atti della XX Settimana Bíblica Italiana (Paideia, Brescia 1970) Jesús.
400s.
19 Cf. M. KXHLER, Der sogenannte historische jesus und der geschichtliche, biblis-

che Christus (Kaiser, Múnich 31961). 20


R. BvLTMANN,jesus (Mohr Siebeck, Tubinga 1951) 11.

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C. l. EL EVANG ELIO 15
14 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS
¿Cuáles son los presupuestos de una tal afirmación? Bult-
Una idea similar la ofrecen algunos académicos contempo- mann se consideraba y se sentía orgulloso de ser un teólogo,
ráneos. Decía Morton Smith: y teólogo dogmático, y no tanto lo que ahora se conoce como
Intentar encontrar el Jesús real es como buscar, en física
biblista, un experto en la Sagrada Escritura y su interpretación.
atómica, la posición de una partícula submicroscópica y deter- Al mismo tiempo era un luterano convencido. Dos aspectos
minar su carga. Solo a través de una imagen podemos seguir de su teología son especialmente representativos respecto a
las trayectorias de partículas superiores que ella ha puesto en
la vida del cristiano. En cuanto al comportamiento, por una
movimiento. Buscando el origen común de esas trayectorias y
conociendo la fuerza que las ha movido, podemos localizar y parte, lo que cuenta para la salvación es la sola fides, la fe en
describir la causa invisible. Aunque la historia es más compleja Jesucristo como Redentor y Salvador, y no las obras que uno
que la física, [ ... ] no se puede salir del ámbito de la probabili- pueda realizar. Esto es válido si considerado desde el punto de
dad. No obstante, la probabilidad [ ... ] es la auténtica guía de
vista de la primera justificación, el paso inicial del pecado a la
la vida21•
vida de la gracia. En cuanto a la fe en sí misma, por otra parte,
Esto tiene consecuencias en lo que se refiere al llamado ella no debería mezclarse con ninguna impureza humana, es
peso de la prueba, que cae en primer lugar sobre los que quie- decir, con ningún argumento que pueda contaminarla hacien-
ren sostener que una tradición o dicho particular se remonta do pensar que necesita de la ciencia, de la razón o de la historia
a Jesús. No se podría asumir de entrada que un pasaje de los para sostener sus principios.
Evangelios sea histórico, dicen los defensores del método crí- La fe se apoya ciertamente en la revelación y sobre ella
tico-formal, hasta que se demuestre que lo es; de otro modo, desarrolla su argumentación científica. Esto no excluye, sin
es simplemente reconocido como un testimonio de la fe de la embargo, la referencia histórica. Por la misma naturaleza de la
comunidad cristiana primitiva. La narración de los Evangelios fe y de la teología-dice Joseph Ratzinger-Benedicto XVI-
habría sido embellecida por los elementos míticos presentes la historia es una dimensión de trabajo exegético a la que no
en la fe de la Iglesia, y por las -plausibles- ficciones que los se puede renunciar. Los Evangelios no cuentan leyendas como
enriquecieron a fin de presentarlos a sus destinatarios del pri- símbolo de verdades que van más allá de la historia, sino que
mer siglo. Por tanto, los elementos históricos de los Evangelios se basan en lo que ha ocurrido aquí en la tierra. El Jactum
deben ser demostrados. En ningún otro campo de estudios historicum no es para la fe una clave simbólica que se puede
históricos de la antigüedad -dice Gerhardsson- se someten sustituir, sino un fundamento constitutivo22• La intervención
las fuentes a una exigencia tan poco razonable; si esto se hi- divina efectiva en la vida de la humanidad ha alcanzado su
ciera con todas las fuentes, la posibilidad de un conocimiento culmen en el et incarnatus est, mostrando la evolución desde la
histórico simplemente desaparecería. En el campo de la histo- revelación de Dios a Israel hasta su plenitud en Jesucristo (cf.
ria no existen de ordinario evidencias o demostraciones, sino Heb 1,1). Jeremias hace ver que vaciar el mensaje evangélico
grados de certeza y probabilidad. del Verbum caro factum est sería caer en el docetismo: pensar
que Jesucristo tuvo un cuerpo solo aparente, sin realidad ma-

21 M. SMITH, [esus the Magician (Harper & Row, San Francisco 1978) 6; J. 22 J. RATZINGER-BENEDICTO XVI,Jesús de Nazaret o.e. I, 11.
D. CROSSAN,jesus. A Revolutionary Biography (HarperSF, San Francisco 1994) ix.
16 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS
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l
C. l. EL EVANGELIO 17

terial; esto era uno de los aspectos esenciales del gnosticismo. el aislamiento diacrónico de las unidades textuales y la duda
Igualmente, al quitar de la vida de Jesús el anuncio kerigmáti- radical sobre el valor histórico de la predicación pospascual,
co se caería en el ebionismo: un empobrecimiento de la natu- especialmente en lo que respecta a los milagros y a los dichos
raleza humana de Cristo, despojada de cualquier característica mesiánicos de Jesús: ellos tienen cabida en la proclamación
sobrenatural o divina. Por esta razón historia y kerygma no se por parte de la Iglesia, pero solo como kerygma, no como
pueden separar, se sostienen mutuamente como la llamada y conocimiento factual.
la respuesta. Jesús, con su vida y sus acciones, con su pasión y La idea que predomina en los estudios de las últimas déca-
muerte, con su voz llena de autoridad que se atreve a llamar a das, que algunos han querido llamar la Tercera investigación
Dios abba, padre, ese mismo Jesús que invitó a los pecadores -1hird Quest25- es la conciencia de saber que es posible co-
a su mesa y que como Siervo de Dios se alzó en la cruz, es la nocer muchas cosas sobre la vida de Jesús y que vale la pena
única llamada posible que exige una respuesta por parte de la hacerlo. Uno de los motivos que ha animado este nuevo perío-
Iglesia primitiva; y ella responde a Dios con agradecimiento y do es disponer de una gran cantidad de material hebreo apare-
alabanza, responde al hombre y al mundo dando un testimo- cido en los últimos años junto a los documentos de Qumrán.
nio que conduce a la revelación 23• Aunque no se pueda aplicar a todos los promotores, se nota
Los críticos concuerdan en fijar como momento del naci- en la 1hird Quest un deseo de colocar a Jesús en su contexto
miento de la nueva o Segunda investigación sobre Jesús -la histórico, de ver la armonía y la continuidad de su vida y de su
Second Quest- la conferencia de Ernst Kasernann en Mar- mensaje con el judaísmo del segundo templo, sin desconocer
burgo, en 1953. Era nueva, en efecto, porque buscaba su- la originalidad de su mensaje26• Al mismo tiempo se nota una
perar la oposición bultmanniana kerygma-historia24• Es po- apertura a contextos más amplios y a nuevos métodos inter-
sible -afirma Kasemann-e- el acceso a Jesús a través de la disciplinares, así como la revisión de los análisis críticos de la
predicación; de otro modo no se explicaría cómo la fe alcanza primera mitad del siglo27•
su máxima expresión en escritos eminentemente narrativos Esta Tercera investigación tiene una cierta tendencia o
como los Evangelios. Sobre estos presupuestos se forjarían los deseo a ser globalizante, a considerar en su estudio tanto los
parámetros que ulteriormente habrían permitido llegar a la eventos históricos como sus consecuencias teológicas en cuan-
1
persona de Jesús, con predominio del llamado criterio de dis- to entrelazados en el texto evangélico y por tanto inseparables 1

continuidad: sería de Jesús todo aquello que no concuerda ni los unos de los otros. Del mismo modo considera la unión
con el judaísmo de su tiempo, ni con el contenido de la pre-
dicación de la primitiva comunidad cristiana. Siguen siendo 25 Cf. S. NEILL - N.T. WRIGHT, The lnterpretation of the New Testament 1861-
puntos débiles de esta escuela, sin embargo, la insistencia en 1986 (Univ. Press, Oxford-Nueva York 1988) 379. Parece ser WRIGHT el primero
que ha bautizado esta nueva serie de estudios como Third Quest.
26 Esta es, según mi opinión la esencia del criterio de plausibilidad que propo-
23
J. JEREMIAS, «The Search of the Historical Jesus», enjesus and the Message of nen G. THEISSEN - A. MERZ, El jesús histórico: un manual (Sígueme, Salamanca
the New Testament (Fortress, Minneapolis 2002) 12-13. 1999) 139-143. Por una parte la coherencia y plausibilidad de los efectos, por otra
24
De hecho no se oponía el Jesús histórico al kerygma, como había hecho la la individualidad de Jesús.
escuela liberal siguiendo a Reimarus, ni el kerygma al Jesús histórico, como había 27 Cf. G. SEGALLA, «La terza ricerca del Gesü storico e il suo paradigma postmo-
hecho la escuela histórico-formal, sino que buscaba la continuidad entre uno y derno», en R. GrnELLINI (ed.), Prospettive teologiche per ilXXI seco/o (Queriniana,
otro. Brescia 2003) 229.
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18 ASÍ NACIERO N LO S EVANG ELIO S C. l. EL EVANG ELIO 19

entre el anuncio y las actitudes de Jesús, sus gestos y milagros. Si la fe cristiana no tuviera un anclaje histórico se conver-
Sin embargo, en medio al creciente número de publicaciones tiría en una religión de fantasía; su contenido no sería distinto
se encuentra un abanico multicolor de teorías y opiniones. Si al de las fábulas mitológicas del Olimpo.
no existe un hilo conductor desde el punto de vista teológico, El escepticismo generado inicialmente por la escuela histó-
tanto menos en cuanto a la metodología. La diversidad de los rico-formal se ha desplazado en algunos casos hacia posiciones
resultados lo demuestra. más radicales; en trabajos recientes del final del segundo mi-
lenio, un exiguo grupo de estudiosos pretende no solo negar
la mayor parte de las palabras de Jesús sino incluso su exis-
3. Fiabilidad del anuncio
tencia'"; ardua tarea, debiéndose enfrentar ante una certeza
El ministerio público de Jesús se caracteriza esencialmente histórica unida a la fe de la Iglesia que proclama: «Padeció bajo
por su predicación, que comportaba el anuncio del Reino de Pondo Pilare». Dejando a un lado esa extrema pretensión, al
Dios y su presencia entre los hombres. Aun cuando su perfec- analizar el texto de los Evangelios y los otros escritos del Nue-
ción se deba llevar a cabo al fin de los tiempos, con la oferta de vo Testamento se verá más adelante la gran probabilidad de
perdón y la promesa de la consumación escatológica, el Reino que los discípulos estuvieran interesados en Jesús y en sus pa-
posee ya una dimensión actual en la vida, en la predicación y labras, y lo retuvieran en su memoria.
en las obras de Jesús -convertíos y creed en el Evangelio (Me Un punto a tener en cuenta es la enseñanza en la Iglesia
1,15)-, especialmente sus milagros (cf. Le 11,20) 28• Aquí se primitiva en torno al cumplimiento de las Escrituras en Jesús,
encuentra el punto de partida de los cuatro Evangelios. en cuanto Mesías anunciado por los profetas. La trascenden-
No deja de ser paradigmático que, en el panorama de las cia de su vida terrena se observa además en la tradición que
religiones de la humanidad, la religión judeo-cristiana es la se formó en las distintas comunidades sobre su persona. Los
única que ha sido revelada en la historia, no reduciéndose a testimonios de Pablo acerca de la Cena del Señor (cf. 1 Cor
una serie de historietas, consejos y máximas, por buenos y edi- 11,23-26) y de su resurrección (cf. 1 Cor 15,3-8) son una
ficantes que sean. El Dios que se manifiesta al pueblo elegido y prueba de la tradición apostólica viva desde los comienzos de
lo prepara para la venida de su Hijo, actúa y obra en ocasiones la Iglesia. Pablo aprende de ella y transmite a su vez las realida-
con grandes prodigios, y al mismo tiempo habla, se comuni- des de fe. La fórmula: «Yo os he transmitido lo que a mi vez he
ca. De modo magistral dice la Dei Verbum que el plan de la recibido» (los dos verbos: recibir (paralambanein) y entregar
revelación (paradidonai) aparecen en ambos textos) es una prueba del
papel de la tradición sobre Jesús en la enseñanza de la Iglesia
se realiza con hechos y palabras intrínsecamente conexos entre primitiva. Un momento especial de contacto con esa tradición
sí, de forma que las obras realizadas por Dios en la historia de
la salvación manifiestan y confirman la doctrina y los hechos
29 Entre los que propugnan esa idea se encuentran R. M. Pares, Deconstructing
significados por las palabras, y las palabras, por su parte, pro-
claman las obras y esclarecen el misterio contenido en ellas ]esus (Prometheus, Amherst 2000); The lncredible Shrinking Son ofMan: How Re-
(DV 2). fiable is the Cospel Tradition? (ibíd. 2003); «[esus at rhe Vanishing Poinr», en J. K.
BEILBY - P. R. EDDY (eds.), Tbe Historical ]esus: Five Views (lnterVarsity, Downers
Grove, IL. 2009) 55-83; T. L. BRODIE, Beyond the Quest far the Historical ]esus:
28
Cf. J. D. G. DuNN, Unity and Diversity in the New Testament, o.c., 15s. Memoir ofa Discovery (Academic Press, Sheffield 2012).
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20 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C. l. EL EVANGELIO 21

-quizá el primero- es el de su viaje a Jerusalén en el tercer La escuela escandinava en cambio, iniciada por Harald
año después de su vocación-conversión: sube a la Ciudad San- Riesenfeld, continuada por su discípulo Birger Gerhardsson y
ta historésai Kephan, para ver a Pedro (cf. Gál 1,18). actualmente representada por Samuel Byrskog, ha puesto de
La tradición oral se refleja también en los Evangelios. La relieve los esquemas de transmisión de tipo semítico en torno
crítica pone con razón a Johann Herder como el primero que a la tradición-recepción, tal como aparece en los testimonios
individuó detrás de ellos un evangelio oral, común, que esta- de Pablo (cf. 1 Cor 11,23-26; 15,3-8). Según ellos, se trata de
ba formado por unidades narrativas, sentencias, dichos, pa- una transmisión de dichos y hechos de Jesús fuertemente con-
rábolas; estos elementos habrían sido más fáciles de retener trolada, pues aquello era memorizado y recitado como palabra
que el material secundario de transición o los elementos de de Dios. La comunidad no transforma esa tradición, dicen,
conexión. Son esas unidades las que constituyen el contenido sino que la transmite fielmente, según modelos rabínicos. La
primario del evangelio. Después de Herder, tras un período de palabra clave sería memorización, pues la misión del discípulo
más de un siglo lleno de controversias en torno a la relación e es aprender, mediante una constante repetición, las palabras de
interdependencia de los Evangelios, Bultmann indicará como su maestro para comentarlas posteriormente. Jesucristo debe
objetivo de su investigación el estudio de la tradición oral en el haber enseñado y repetido ciertos dichos hasta hacerlos apren-
origen de los Evangelios. A este propósito afirmará, siguiendo der de memoria a sus discípulos. Si a eso se añade el respeto
a Herder, que en su transmisión se conserva la estructura gene- por su persona, su vida santa y su autoridad, superiores a las de
ral y las narraciones fundamentales, mientras cambiarían los los rabinos de Israel, el resultado es una tradición clara sobre
detalles secundarios. Esos elementos constitutivos los llamará Jesús. La consideración del ambiente semítico parece correcta,
formas, cuya transmisión se habría realizado según unas leyes aunque no consigue explicar las variantes y divergencias en los
derivadas del análisis del folclore popular. Así, de una forma Evangelios de una misma tradición, que no debe haber sido
pura se habría llegado a una más compleja, y a un desarrollo tan rígida en definitiva.
de la tradición que tendría que ver más con la forma misma Werner Kelber, por su parte, analizando los procesos de
que con su contenido. Al mismo tiempo Bultmann hablaba de transmisión oral y los mecanismos que ayudan a su memoriza-
capas o estratos que se habrían superpuesto a la forma original, ción -mediante estudios de antropología social en el lenguaje
de modo que la tarea del especialista sería quitar esas sucesivas clásico y en el folclore- hace ver cómo esas características se
capas hasta llegar a la más primitiva, la de origen palestino. descubren en los dichos de Jesús. Reconociendo su dependen-
Desafortunadamente se perdió la ocasión de seguir con de- cia de los estudios lingüísticos anteriores, insiste en el hecho de
talle la evolución de esos contenidos según los modelos de la que la transmisión oral se orienta a la conservación y en cierto
tradición oral en Palestina, pues Bultmann y sus discípulos modo la exige y reclama. Igualmente subraya la importancia
se dedicaron más bien a estudiar, en las comunidades que la equivalente de las narraciones, en un ambiente que focalizaba
forjaron, los modelos del ambiente helenístíco ". casi exclusivamente las palabras y sentencias de Jesús. El as-
pecto menos positivo de su aportación -como se verá más
3
° Cf. J. D. G. DUNN, «[esus in Oral Memory. The Initial Stages of the Jesus adelante- es que la puesta por escrito de la tradición sería
Tradition», en D. DoNNELLY (ed.), ]esus. A Colloquium in the Holy Land (Conti- como un «matar las palabras vivas» en orden a dar origen a la
nuum, Nueva York-Londres 2001) 84-145 (86).

¡ 1
11,
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22 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C 1. EL EVANGELIO 23

textualidad 31• En ese momento ya se podría hablar de edición, después de la Pascua, quedan todavía no pocos interrogantes
de producción y de fuentes, palabras que no se pueden aplicar sin respuesta. Lo único que se posee es el texto de los Evange-
a la tradición oral32• Sin embargo, en una cultura predomi- lios, que continúa siendo el punto de partida y de referencia.
nantemente oral las tradiciones se desarrollan aun después de
ponerlas por escrito.
4. El kerygma en los sinópticos
Kenneth Bailey, gracias a los numerosos años transcurridos
en el Medio Oriente, descubre esquemas similares a los de la Las consecuencias de la tradición oral que ha forjado los
tradición oral sobre Jesús en las tres décadas sucesivas a su Evangelios son: una considerable fidelidad en lo que es el nú-
muerte. Entre los diversos fenómenos de oralidad analiza la cleo de la enseñanza de Jesús, y una gran versatilidad en su
tradición informalmente controlada, una vía media entre el transmisión. El primer aspecto pone de manifiesto el interés
escepticismo de la escuela histórico-formal y la fidelidad del por conservar la memoria del Maestro como punto clave que
grupo escandinavo33• Kelber conocía bien algunos modelos da estabilidad a la tradición, mientras que en el segundo so-
de transmisión oral, útiles ciertamente, pero incapaces de ex- bresale la vitalidad de la tradición misma. Pensando en el caso
plicar con una cierta claridad lo que ocurrió después de la concreto de los sinópticos, no pocas veces se nota en textos
predicación de Jesús. Bailey en cambio distingue, en medio de de Mateo y de Lucas que ellos se han servido de un texto an-
la diversidad del material clasificado, proverbios, poemas, pa- terior (Marcos o ~ la fuente de dichos de Jesús de la que
rábolas, historias. Al mismo tiempo les asigna distintos niveles se hablará más adelante)34• La antigüedad y originalidad de
de flexibilidad en su transmisión. Las conclusiones más signi- Marcos respecto a los otros dos Evangelios goza de una gran
ficativas serían: 1) una comunidad suficientemente interesada probabilidad. Tanto Mateo como Lucas deben de haber usado
en el mensaje ejerce un cierto control sobre lo que transmite, Marcos como texto base. Sin embargo, en el momento de mi-
en cuanto a su conservación; 2) el grado de control depende rar con más detalle la interdependencia, se observa una gran
de la forma literaria y de la importancia relativa que posee diversidad literaria entre ellos. Solo la transmisión oral puede
para su propia identidad; 3) el elemento central o clave de la llegar a explicar el proceso de un modo satisfactorio. En efec-
narración es el más fijo y estable. to, la espontaneidad y libertad en la construcción literaria es
De todos modos se debe decir que, a pesar de los esfuerzos un indicio de que aquello ha sido contado y repetido en di-
e intentos por explicar lo que ocurrió en los primeros años versas ocasiones. Difícilmente se puede asumir que el primer
31 momento en el que Mateo o Lucas conocieron un pasaje fue
W H. KELBER, The Oral and Written Gospel: The Hermeneutics of Speaking
and Writing in the Synoptic Tradition, Mark Paul and Q (Indiana Univ. Press, Bloo- cuando lo vieron escrito en Marcos; es más probable que uno
mington 1996) 91-96. y otro oyeran contarlo en más de una ocasión. Esto ayuda a
32
Cf. J. D.G. DuNN,jesus in Oral Memory, o.e., 90.
33 K. E. BAILEY, ]esus through Middle Eastern eyes: Cultural Studies in the Gospels entender el uso de verbos distintos en la misma narración o
(InterVarsity, Downers Grove, IL. 2008). El autor ha publicado también un estudio sentencia.
sobre las parábolas en Lucas: Poet & Peasant Through Peasant Eyes: A Literary-cultu-
ral approach to the Parables ofLuke (Eerdmans, Grand Rapids Mr.1980) y después
dos en concreto sobre el hijo pródigo: Jacob & the Prodiga!: How ]esus retold Israel's
story (InterVarsity, Downers Grove IL. 2003); The Cross & the ProdigaL· Luke 15 34
Cf. R. E. BROWN, The Death of the Messiah (Doubleday, Nueva York 1994) :11
through tbe Eyes ofMiddle Eastern Peasants (ibíd. 2005). 507.
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24 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C. l. EL EVANGELIO 25

Las diferencias introducidas por cada evangelista, sean de su persona y su doctrina, como veremos en el segundo capítu-
tipo oral o literario, son de ordinario abreviaciones u omi- lo. Si en los círculos rabínicos se conservó cuidadosamente la
siones, clarificaciones o explicaciones, elaboración o extensión tradición de los maestros, cuanto más los discípulos de Jesús lo
del motivo principal. Muchas veces la causa se puede indi- habrán hecho con aquello que su Maestro les enseñó. En efec-
viduar en el evento pascual, que de todos modos no parece to, en la tradición sinóptica hay indicios de que Jesús formuló
haber modificado el carácter o substancia de lo que se cuenta. sus enseñanzas de modo que se pudieran memorizar. No es
Sin duda un aspecto sobresaliente de los Evangelios sinóp- por tanto realista pensar que el olvido y el ejercicio de una pía
ticos es que son una colección de tradiciones orales acerca de imaginación por parte de los discípulos hayan sido los factores
Jesús que han sido posteriormente puestas por escrito. Como decisivos en la transformación de sus recuerdos auténticos en
se ha visto, es la escuela histórico-formal la que primero supo el curso de pocas décadas36•
valorar la importancia de este hecho, haciendo ver positiva-
mente el papel determinante de la predicación oral antes de la
5. El kerygma en los Hechos de los apóstoles
redacción de los Evangelios mismos. La primitiva comunidad
cristiana buscó desde _el principio consolidar esas tradiciones Pensando en la continuidad entre el kerygma jesuánico y
para explicar y justificar su existencia como Iglesia. Como su- el que se contiene en Hechos, a primera vista parece que en
cedió en el judaísmo -oficial o no: basta pensar en la co- el segundo volumen de la obra lucana no se hace énfasis en
munidad de Qumrán-, los primeros cristianos recordaron la teología de la muerte de Cristo; es más bien el misterio
desde el principio los principales eventos de la vida de Jesús, a de la resurrección el elemento que se extiende a lo largo del
partir de los acontecimientos de la Pascua. El hecho de que se libro. Por otra parte se atribuyen al poder de Dios los eventos
empezaran a poner por escrito los dichos y hechos de Jesús en principales de la vida y la misión de Jesús: el ministerio, la re-
un evangelio como el de Marcos, por ejemplo, no quiere decir surrección, la exaltación, la parusía, en un lenguaje que podría
que en ese momento, en otros lugares, se hubiera terminado parecer subordinacionista37• En contraste con Pablo y Juan se
la tradición oral; Mateo y Lucas, quizá teniendo a' Marcos a enfatizan el arrepentimiento y la penitencia como fruto de la
la mano, pusieron también por escrito las propias tradiciones fe, para obtener el perdón y la salvación. Observando, en efec-
que conocían. La interdependencia de los Evangelios no es to, los grandes discursos de evangelización: el discurso de Pe-
solo literaria. dro en la mañana de Pentecostés, el otro dirigido al Sanedrín
La idea de que las comunidades primitivas no estaban in- y aquel pronunciado en casa del centurión Cornelio, así como
teresadas en la figura pre-pascual de Jesús es simplemente ridí- los discursos de Pablo en la sinagoga de Antioquía de Pisidia y
cula, dice Dunn 35• El interés por conocer detalles biográficos el de autodefensa delante del procurador Pesto, en-todos ellos
de la vida de Jesús -sin pretender escribir una biografía en el aparece la expresión «perdón de los pecados» (dpbesis bamar-
sentido moderno de la palabra- no comenzó con los Evange-
lios sino en el recuerdo, trasmitido de palabra, que se tenía de 36
Cf. B. GERHARDSSON, Memory and Manuscript: Oral Tradition and Written
Transmission in Rabbinic Judaism and Early Christianity (CWK Gleerup, Uppsala
1961) 329.
35 Cf. J. D. G. DuNN, 1he Living Word (Fortress, Minneapolis 22009) 29. 37
J. D.G. DuNN, Unity and Diversity in the New Testament, o.e., 19.
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26 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C. l. EL EVANGELIO 27

tion: cf. Hch 2,38; 5,31; 10,43; 13,38; 26,18), ya presente en en Palestina. En las cartas de Pablo y otros autores, la pala-
Lucas (cf. Le 1,77; 3,3; 24,47). Se trata de la invitación que bra evangelio se limita casi exclusivamente a los hechos fun-
une el contenido material de kerygma a la respuesta personal damentales, salvíficos, de Jesús que han sido predicados en la
y que encuentra un eco solo en los himnos cristológicos de comunidad cristiana; respecto a los dichos, en todo el episto-
Colosenses (1,14) y Efesios (1,7). lario del NT se recogen, de modo indirecto, apenas dos o tres
Otro detalle que llama la atención en Hechos es la solida- frases de Jesús39• Como a menudo se ha dicho, si tuviéramos
ridad presente en la Iglesia primitiva, que se pone de relieve que depender de las cartas de san Pablo para conocer la vida y
especialmente en los resúmenes de la primera parte del libro, obras del Jesús terreno, bastaría el reverso de una tarjeta postal:
cuando se describe con breves trazos la vida de la comunidad uno o dos dichos sobre matrimonio y divorcio, las palabras de
(cf. Hch 2,42-47; 4,32-35; 5,12-16); de ahí que sorprenda la la Última Cena, su pasión y muerte redentora, y basta?". Las
ausencia del término agapé, amor, y su aplicación en el com- enseñanzas éticas y cristológicas de su epistolario no tienen
portamiento moral de los fieles: se hacen ver las consecuencias conexión directa e inmediata con la vida terrena de Jesús.
positivas y edificantes del amor cristiano, aunque sin emplear Analizando con detalle los escritos paulinos se descubre,
el vocablo38• sin embargo, que el apóstol de las gentes apoya su predicación
en una serie de datos históricos en torno a Jesús que, aunque
escasos en número, son determinantes: la ascendencia davídi-
6. El kerygma paulino
ca según la carne, el nacimiento «de mujer» (Gal 4,4) que con-
El kerygma ha comenzado con la predicación apostólica trasta con los mitos de los héroes antiguos, la última cena con
después de la Pascua, y las cartas paulinas constituyen el pri- sus discípulos en la noche en que fue traicionado y entregado,
mer testimonio escrito de esa realidad. De hecho ha sido san y finalmente la mención de su pasión y muerte en la cruz.
Pablo quien ha servido como punto de partida en el estudio El kerygma paulino es variado; Pablo habla de la existencia
sobre el origen y la naturaleza de la predicación. Quienes tien- de un evangelio para los circuncisos y de otro para los incir-
den a separar la tradición evangélica primitiva del anuncio del cuncisos. Lo que está en juego en estos dos contenidos kerig-
kerygma sostienen que las ideas y convicciones que aparecen máticos es el concepto de apostolicidad. Sin presentar un mo-
especialmente en las cartas paulinas han tenido su origen en delo único y detallado de la proclamación de Cristo, Pablo se
unas breves enunciaciones acerca de la muerte y resurrección concentra en la justificación del creyente por medio de la fe en
de Jesús, quien después de estos eventos ha sido proclamado Jesucristo, nuestro Salvador (cf. Rom 3,22; Gál 2,16), quien
en el culto como Señor y Salvador. Pablo -a semejanza de con su muerte en la cruz nos ha obtenido la gracia salvífica
Juan- no menciona prácticamente en sus cartas al Jesús te- que se dona a través del Espíritu Santo (cf. Rom 5,1-5). Otros
rreno: junto a otros escritores neotestamentarios, no muestra aspectos que vale la pena subrayar serían:
un especial interés en contar detalles de la vida de Jesús y cita - Pablo sabía lo que era el evangelio de Cristo, aunque
solo un reducido número de dichos y hechos de su ministerio no ofrezca una forma definitiva y acabada;
39
Cf. J. ]EREMIAS, Palabras desconocidas de jesús (Sígueme, Salamanca 1984) 25.
38 Ibíd., 21.
4
° Cf. J. D.G. DUNN, 7he Living Word, o.c., 26.
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ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C l. EL EVANGELIO 29


28

- el Apóstol reconoce la validez de otras proclamaciones, en las formas de predicación y de enseñanza en las comunida-
a las que también llama evangelio, mientras que no des cristianas primitivas y en la predicación misionera en los
reconoce otras, que llama no-evangelio; tiempos de la Iglesia naciente41•
- algunos aspectos de su kerygma cambiaron con el Analizando los otros escritos neotestamentarios, conviene
tiempo; basta ver la variación del concepto de ley entre detenerse en las Cartas Católicas y en particular en la Primera
Gálatas (Gál 3,24-26) y Romanos (Rom 3,31). Carta de san Pedro, dejando de lado la Segunda Carta, con
Algo similar se podría pensar respecto a las comunidades sus problemas de autenticidad y sus paralelos con la Carta de
fundadas por él. Sin embargo, se sabe que algunas comuni- Judas, y también la polémica Carta de Santiago. La Primera
dades primitivas manifiestan interés por la vida de Jesús antes Carta de Pedro en cambio, es un documento al mismo tiempo
de su muerte y recogen sus recuerdos para adaptarlos a la pro- kerigmático y exhortativo con un tono homilético y pastoral.
clamación, empapada de la fe en el Cristo resucitado. Así la Los temas que toca más de cerca son la regeneración en el
tradición y desarrollo del material evangélico tienen, en ciertas bautismo por medio de la resurrección de Jesucristo (1 Pe 1,3;
comunidades, tanta importancia como la que tenía el material 3,21) y el sentido de la llamada divina de los elegidos, invita-
cristológico y parenético. dos a ser santos como Dios es santo. La Carta contiene una
especial invitación a confiar en el «Dios de toda gracia, el que
os ha llamado a su eterna gloria en Cristo, [y que] después de
7. El kerygma en Juan y en las Cartas Católicas breves sufrimientos, os restablecerá, afianzará, robustecerá y os
En la perspectiva joánica se contempla al Jesús histórico consolidará» (1 Pe 5,10).
desde la fe (98 veces en el corpus loanneum), con la gloria que Siendo clara la centralidad del misterio pascual, Pedro sin
proviene de la exaltación como Señor después de su Pasión y embargo enfatiza -si se puede decir así- más el sufrimiento
muerte, resurrección y ascensión. Sin embargo, esa gloria era de Cristo que su glorificación. La mirada del Autor se está di-
ya visible en su vida terrena. La consecuencia es participar en rigiendo especialmente a aquellos cristianos que han sufrido a
la vida divina (67 veces), presentada como alternativa frente a causa de su fe, mostrándoles un modelo que pueden seguir de
la muerte y al pecado. Al mismo tiempo, el anuncio de Juan cerca: Jesucristo, víctima inocente que nunca ha respondido al
subraya especialmente la humanidad de Jesús, el haber asumi- mal con el mal (1 Pe 2,23).
do nuestra carne corruptible.
Para ofrecer una visión de conjunto acerca del kerygma
en la literatura neotestarnentaria, tanto en Sinópticos-Hechos
como en Pablo y Juan se descubre un hilo conductor, un ele-
mento común: la proclamación de Jesús resucitado, anuncia-
do como Kyrios, el Señor. Esto supone al mismo tiempo una
llamada a la fe y una promesa de unión entre Cristo y el cre-
41
yente. Parafraseando a Riesenfeld se puede decir que los con- H. RIESENFELD, «La tradition évangelique et la regle de foi dans l'Église pri-
mitive», en Unité et diversité dans le Nouveau Testament (Cerf París 1979) 99-112
tenidos del evangelio y del kerygma van estrechamente unidos (107).
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CAPÍTULO II
JESÚS. SUS DICHOS Y HECHOS

Cristo Señor unió a sí a unos discípulos elegidos ( cf. Me


3,14; Le 6,13) que lo siguieron desde el principio (cf. Le
1,2; Hch 1,21s), vieron sus obras y oyeron sus palabras, y
de esta manera fueron capaces de ser testigos de su vida y
doctrina (cf. Le 24,48; Jn 15,27; Hch 1,8; 10,39; 13,31).
El Señor, al exponer de palabra su doctrina, seguía las
formas entonces usuales de razonar y explicar, adaptándose
así a la mentalidad de sus oyentes y consiguiendo que lo
que enseñaba se grabara firmemente en sus mentes y
fuera fácilmente memorizado por sus discípulos. Estos
entendieron adecuadamente los milagros y los demás
acontecimientos de la vida de Jesús como hechos realizados
y dispuestos con la finalidad de que a través de ellos los
hombres creyeran en Cristo y abrazaran con la fe la doctrina
de la salvación (SME 2: EB 649).

El texto de la Instrucción Sancta Mater Ecclesia, que se


refiere a la primera etapa en la formación de los Evangelios,
ayuda a comprender mejor lo que Dunn llama el impacto de
Jesús y de su enseñanza. La vida de Jesús, su doctrina y sus he-
chos son algo extraordinario. Se pueden entonces considerar
algunas características que han determinado la tradición oral
como tradición viva de Jesús y sobre Jesús 1:
- formas típicas de enseñar que reflejan su estilo pro-
pio, como las parábolas y los aforismos o sentencias
sapienciales;
1
C[ J. D.G. DuNN, «Remernbering jesus», en J. K. BEILBY- P. R. EDDY (eds.),
Tbe Historical ]esus: Five Views (ImerVarsity, Downers Grove, IL. 2009) 199-225
(220-223).
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C.2. JESÚS. SUS DICHOS Y HECHOS 33


32 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS

- expresiones características, tales como amén, Hijo del todo el Evangelio. Los discursos están armónicamente distri-
hombre, que muestran particularmente su propio buidos a lo largo de todo el texto, y entre uno y otro ha sabido
modo de expresarse; poner el material narrativo, de modo que ha configurado un
- la predicación del Reino de Dios -presente y futu- Evangelio que es particularmente predicativo y catequético.
ro- como uno de los puntos más significativos que De ahí, en gran medida, la preferencia que se tenía por este
enfatizan la presencia de Dios entre los hombres; Evangelio en los primeros siglos del cristianismo. El discurso
- el ministerio de Jesús que curaba enfermos y expulsaba o Sermón de la montaña es el primero de los que aparecen en
demonios; el libro; en él resalta especialmente, decíamos, la enseñanza de
- la misión de Jesús se desarrolló preferentemente en Jesús sobre el comportamiento ético que culmina en un amor
Galilea, como se refleja en algunos detalles de sus pa- que no conoce límites, y que llega hasta las personas que nos
rábolas y en su enseñanza ética. consideran sus enemigos e incluso a las que nos hacen mal o
nos odian.
En cuanto al comportamiento ético de Jesús, lo primero
1. La enseñanza de Jesús
que se debe indicar es la variedad de movimientos y grupos
Que Jesús se dedicó a enseñar es un dato conocido y ori- que existían en el judaísmo en el primer siglo de la era cristia-
ginal de toda la tradición evangélica. En efecto sus discípulos, na : saduceos, fariseos, esenios, zelotes ... La impresión que se
rnathétai, llaman a Jesús maestro -Rabbí, didáskalos, epis- deduce del texto evangélico es que Jesús vivió las normas de
tatés- o señor, kyrios. Jesús enseña pública y privadamente, conducta y pureza ritual de acuerdo con la corriente farisea
dentro y fuera de las casas o recintos, a veces de forma itine- -que seguía el texto y la tradición oral de los maestros-,
rante, caminando de ciudad en ciudad. En cuanto al conteni- mientras que predica una interpretación de la ley un poco más
do de su enseñanza, bastaría pensar en el punto culminante abierta, sin las restricciones casuísticas del fariseísmo. Como
del Sermón de la Montaña (Mt 5-7), o al mandato d~ amar a dice Balaguer, Jesús predicó una ética aristocrática -los sa-
los enemigos -no solo soportarlos o perdonarlos, lo que ya duceos eran la clase gobernante- dirigida a todo.el pueblo.
sería considerable-, para caer en la cuenta de la sublimidad Esto explica, en gran parte, la singularidad de su ser y de su
de su mensaje y de la exigencia que supone. Entre los comen- misión 2.
tarios a este texto de Mateo, algunos autores piensan que lo Si se extiende el razonamiento a otros discursos y palabras
más difícil sería -quizá sea una consecuencia de la importan- de Jesús, se constata que su vida y su enseñanza dejaron una
cia, a veces excesiva, que en el siglo XXI se da a la economía y huella profunda en los oyentes y seguidores. Al estudiar los
a las finanzas- aquello de prestar dinero a quien lo pida y no eventos de los que surgió el cristianismo y la figura de su Fun-
reclamar los intereses. La enseñanza de Jesús es más exigente dador, no se requiere un trabajo arqueológico o paleontológi-
y radical, siendo parte importante del mensaje del Reino que co que intente descubrir los restos de una civilización olvidada
vino a proclamar. o de un organismo extinguido. Esos eventos son parte de su
El primer evangelista ha reagrupado una serie de enseñan- 2 Cf. V BALAGUER, «Los Evangelios, historia y doctrina», en Comprender los
zas de Jesús en cinco grandes discursos que ocupan el 36% de Evangelios (EUNSA, Pamplona 2005) 45-68 (53).
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34 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C2. JESÚS. SUS DICHOS Y HECHOS 35

Iglesia, un cuerpo vivo y actual en el que la dependencia de cho, encontramos en los Evangelios textos bien estructurados
Jesús es una característica permanente de su existencia 3. El im- dotados de paralelismos, métrica, rima, de conceptos que se
pacto de su doctrina sigue siendo tan grande ahora como hace repiten con frecuencia ...
veintiún siglos, y eso gracias al hecho de que sus seguidores Quizá el aspecto más llamativo del modo en que Jesús ha-
estaban verdaderamente interesados en conservar sus palabras blaba es la predicación del misterio del Reino por medio de
y contar hechos de su vida. las parábolas. La relación estrecha con la autoridad de la que
En el Evangelio se dice que Jesús enseñaba «con autoridad, antes se ha hablado, proviene del hecho que el verbo hebreo
y no como los escribas» (Me 1,22 11 Mt 7,29; Le 4,32), de mashal significa tanto gobernar, dirigir, como hablar en pro-
modo que los que lo escuchaban se quedaban pasmados. Más verbios, en parábolas. Ello implicaría que el asombro de los
adelante se verá el alcance cristológico de esa exousia (autori- presentes en la sinagoga de Cafarnaún podía provenir tanto
dad), que colocaba a sus oyentes frente a Dios, llevándolos a de la autoridad con que hablaba, como del discurso en pará-
preguntarse sobre el origen y el contenido de sus palabras, y bolas que empleaba con tanta maestría4• Sorprende ver cómo
a plantearse la consecuencia que ellas tenían en sus vidas. Su Jesús captura la atención del oyente desde el primer momen-
lenguaje no solo poseía la energía espiritual de quien presenta to empleando aspectos en su narración que podríamos llamar
una cercanía única con el Dios de Israel, sino que era también atípicos: el administrador que se asegura el futuro engañando
una guía, un modelo de vida y una invitación a vivirla. No es a su patrón, el obrero que empieza a trabajar hacia las cinco de
fácil pensar que las personas que lo oyeron lo hubieran olvi- la tarde, el rico que gastaba su fortuna en banquetes, etc. Al
dado después. mismo tiempo, el desenlace de los relatos deja más de una vez
La fuerza de su palabra era necesaria para que lo dicho desconcertados a los oyentes, que solo al final se dan cuenta
llegara a ser tradición. En ella los factores determinantes son de que la parábola iba dirigida a ellos, haciéndoles ver sus cir-
la intencionalidad de quien habla y el interés del que escucha. cunstancias concretas.
Una autoridad reconocida por el pueblo y por los discípulos El pionero de la interpretación moderna de las parábolas,
-ya antes de la Pascua- como profética y probablemente Adolf Jülicher, hace partícipe al lector, al final del primer vo-
como mesiánica, confería a sus palabras un valor especial, las lumen de su libro, de su descubrimiento de la persona de Jesús
hacía merecedoras de ser comunicadas, recordadas, meditadas. a través de la creatividad y la riqueza del lenguaje parabólico:
Los discípulos las transmitían no simplemente porque servían
para aclarar una u otra situación de la comunidad primitiva,
sino por el mero hecho de ser palabras de Jesús. 4
Esta es la interpretación que hace H. P. Chajes del texto de Me 1,22, en el
Es lógico que, como dice la SME, Jesús y sus oyentes hi- que se narra que Jesús enseñaba «como quien tiene autoridad» w~ e~oucríav sxrov.
«Tener autoridad, o mejor, dominar y gobernar, en hebreo se expresa con el verbo
cieran uso de métodos y técnicas orales del ambiente hebreo, y mashal que tiene un segundo significado en la biblia hebrea: «hablar en parábolas»
que ejercitaran ampliamente la memoria para que las palabras (meshalim). Chajes opina que habría habido una confusión en la traducción de un
hipotético texto semítico pre-evangélico en el que se decía que el hablar de Jesús
fueran retenidas y se grabaran firmemente en la mente. De he- se realizaba en mesbalim, mediante parábolas, EV 1tapa~o1.,ai~. H. P. CHAJES, Mar-
kus-Studien (Teubner, Berlín 1899) 10-12. De todos modos, se debe hacer notar
que, en su primera acepción, el sustantivo mashal no se traduce nunca en la LXX
3 Cf. C. H. Dono, 'Jhe Founder ofChristíanity (MacMillan, Nueva York 1970) 3. como e~oucría.
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36 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.2. JESÚS. SUS DICHOS Y HECHOS 37

Jesús nos dejó en sus parábolas obras maestras del discurso de la gente que lo escuchaba debió de ser profunda. Por eso
popular; nadie ha alcanzado ep el arte de expresarse, un ob-
jetivo tan alto y tan completo. Todo lo que se podría esperar algunos piensan que, en muchos casos, se conservó no solo la
acerca de la naturaleza y fin de las parábolas, lo ha conseguido parábola misma sino también el contexto en el que fue enun-
plenameme5• ciada 8. De hecho, para Jülicher, las circunstancias en las que
se pronunciaron forman parte ellas mismas de las parábolas,
Para él las parábolas son preciosas porque no solo permi-
y corresponden a la llamada mitad-real (Sachhalfte) frente a
ten conocer a Jesús, sino también porque a través de ellas se
la mitad-narrativa (Bildhalfte), que es el relato mismo. Leer y
llega a comprender el gran valor de su personalidad y el miste-
escuchar el discurso parabólico significa encontrarse frente a
rio del Reino. Este último consistía -desde la perspectiva del
una tradición particularmente fiel aJesús9• Se podría decir, en
protestantismo liberal en el que Jülicher se había formado-
efecto, que el Jesús histórico se descubre más fácilmente en sus
en la paternidad divina y en la fraternidad universal del gé-
dichos y parábolas 10•
nero humano: dos realidades ciertamente grandiosas, aunque
También las palabras son importantes. Jesús no intenta so-
insuficientes a la hora de explicar la irrupción del misterio de
lamente dar a los oyentes unos puntos de reflexión o discusión:
Dios en la humanidad.
es mucho más que eso. Mediante la parábola o sentencia, en
Otro de los aspectos que resalta jülicher en el discurso de
efecto, los envuelve en la conversación, presentando ante ellos
Jesús es el del método parabólico en sí mismo. Las parábolas
un tópico que debe ser examinado, estudiado en razón de su
envuelven a los destinatarios en la historia que se cuenta, los
origen y de su finalidad: algo que debe ser rumiado y discutido
hacen participar en la narración y en la trama, e incluso to-
con los demás, no tanto para memorizar el texto mismo cuan-
mar partido en el caso en que haya situaciones o personajes
to para conocer su significado y su mensaje. Analizando de
en contraste u oposición. Al final puede suceder que el oyente
cerca la forma de estos dichos se ve que son ricos, puntuales,
descubra que la situación narrada es precisamente la suya, de-
fáciles de recordar. Si Jesús habló en mesbalim, probablemen-
biendo reconocer lo que antes no había pensado o no quería
te no dijo las cosas una sola vez, sabiendo que la repetición
pensar. Este es el aspecto que Fusco llamaba dialógico-argu-
garantizaba la conservación en la memoria. Según el modo
mentativo", y que ha sido desarrollado por Dupont de modo
de enseñar en el judaísmo, Jesús los repitió más de una vez
completo y con una visión más amplia7• En efecto, este autor
-Gerhardsson dice que alrededor de cuatro repeticiones era
descubre en las parábolas una dimensión teológica que no se
la regla 11- hasta que los discípulos los conocieran más o me-
limita simplemente a los ideales del humanismo cristiano. No
nos de memoria. Luego, cuando era necesario, les interpretaba
pocas veces el obrar de Jesús en las parábolas refleja el actuar
tanto las parábolas como las sentencias, como sucede en el
de Dios mismo, pone de relieve una auténtica cristología.
No es de extrañar que las parábolas sean quizá las parte de 8
Cf. B. GERHARDSSON, «IfWe Do Not Cut the Parables Out of Their Fra-
los dichos de Jesús que mejor se ha conservado; la impresión mes»: NTS 37 (1991) 321-335.
9
«Las parábolas son un fragmento de la roca primitiva de la tradición»:
J. }EREMIAS, Las parábolas de jesús (EVD, Estella 1981) 13.
5
A. JüLICHER, Die Gleichnisreden]esu, I (Mohr Siebeck, Tubinga 1910) 182. 10
Cf. J. BREECH, The Silence of]esus. The Authentic Voice of tbe Historical Man
6
Cf. V. Fusco, Oltre la parabola (Borla, Roma 1983). (Fortress, Filadelfia 1983) 217.
7
Cf. J. DuPONT, Pourquoi des paraboles? La méthode parabolique de Jésus ( Cerf u Cf. B. GERHARDSSON, Reliability of the Gospel Tradition (Hendrickson, Pea-
París 1981). body, MA. 2001) 44.
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38 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.2. JESÚS. SUS DICHOS Y HECHOS 39

capítulo de las parábolas (Me 4 par.) o en la explicación sobre tre ellos Que 9,7-20), o la más dramática, la parábola del hom-
lo que es puro o impuro (Me 7,1-23 par.). Esta originalidad bre que tenía una sola oveja, sacrificada por un rey para dar un
de Jesús contrasta con algunos aspectos del ambiente vital de banquete a un amigo, que cuenta Natán a David para hacerlo
carácter semítico, en el que había crecido y se había formado. caer en cuenta de su pecado (2 Sam 12,1-12). De todos modos
Esto no quiere decir, sin embargo, que Jesús fuera extra- el uso de la alegoría por parte de Jesús es moderado, limitándose
ño a la vida o a las costumbres de Israel. Por esa razón no se a algunos rasgos esenciales, ya conocidos en la tradición judía
adaptan del todo las características de la retórica clásica que como, por ejemplo, la viña como imagen y figura de Israel ( cf.
jülicher aplicaba a la predicación en parábolas. El profesor de Is 5,1-7) que usa en la parábola de los viñadores homicidas (Me
Tubinga siguió en modo detallado los principios retóricos de 12,1-12 par.). El uso moderado lo separa de la parábolas rabí-
Aristóteles, especialmente en lo que se refiere a la semejanza y nicas que nos han llegado; aunque estas provienen del período
a la metáfora. La parábola sería una extensión de la semejanza, posterior a la destrucción del templo y a la redacción del Nuevo
mientras que la alegoría lo sería de la metáfora. La alegoría Testamento, en ocasiones reflejan tradiciones anteriores.
sería un discurso impropio que intenta esc-onder el verdadero No son tan daros los límites entre la parábola y la alegoría
significado de la parábola, en orden a enseñarla solamente a en los Evangelios. El mashal hebreo ( o matla' arameo) puede ser
los iniciados, a quienes se les daba la clave de lectura del tex- tanto una semejanza como una comparación más o menos de-
to. Según Jülicher el discurso de Jesús era claro y directo, sin sarrollada, siendo posible que existan en ellas elementos alegó-
segundos sentidos, sin metáforas; no hubo de esconder nada ricos en aspectos o caracteres secundarios, como sucederá pos-
que tuviera que revelar después a los discípulos más cercanos. teriormente en la literatura rabínica. Jesucristo usó ejemplos to-
La primitiva comunidad cristiana habría introducido después mados de la vida real que acudían a su mente según las diversas
la interpretación alegórica. circunstancias. Su variedad es inmensa: algunas veces habla por
Sin embargo, como dice Gnilka, no se pueden aplicar sin medio de narraciones e historias, otras veces emplea metáforas.
más las categorías del griego clásico a un predicador corno Je- Paul Fiebig -probablemente el mayor especialista de la
sús 12, que usaba los recursos retóricos propios del judaísmo y los primera mitad del siglo xx en las parábolas del judaísmo rabí-
modos de hablar del pueblo de Israel, al que pertenecía13• Por nico-, sostuvo con jülicher una animada discusión. Los co-
otra parte, en la literatura del Antiguo Testamento se encuen- legas del mundo académico alemán se situaron en uno y otro
tran narraciones parabólicas con contenido alegórico, como es bando, aunque la mayoría era partidaria de este último: era
el caso en Ezequiel de la viña y el cedro (Ez 17, 1-1 O), o la de Jo- de esperar, vista la preferencia en el ámbito teutónico por la
tam acerca de las plantas y árboles que quieren elegir un rey en- cultura helenística en los estudios del Nuevo Testamento, es-
pecialmente en el período comprendido desde Nietzsche hasta
12 «El pensamiento de Jesús es muy distinto del de Aristóteles». J. GNILKA, jesús
la primera mitad del siglo XX. En este periodo se sostenía, de-
de Nazaret: mensaje e historia (Herder, Barcelona 1995) 115. seando resaltar la originalidad del discurso parabólico de Jesús,
13 Cf. C. WESTERMANN, Tbe Parables of]esus in the Light of the Old Testament
que la dependencia rabínica no era muy significativa 14•
(Fortress, Minneapolis 1990) 150-152. Según este autor, Jesús creció en el ambien-
te judaico, y sus parábolas serían similares a las que se encuentran en algunos libros
14
de la antigua alianza: los escritos proféticos, los salmos, Job. No existen, en cambio, Uno de los estudiosos judíos más conocidos -quizá es el autor que más ha
parábolas en la Torah y no son frecuentes en los libros históricos. publicado sobre judaísmo, Jacob Neusner-, sostiene que la parábola como técnica
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40 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.2. JESÚS. SUS DICHOS Y HECHOS 41

Fiebig en cambio detectó los modelos que se pueden en- comunes y afines a las locuciones judías. La originalidad de su
contrar en las parábolas de Jesús15, un campo de investiga- modo de hablar se encuentra en primer lugar en su conteni-
ción que se ha desarrollado en los últimos años 16• Inicialmente do, luego en la forma y, finalmente, en su fuerza plástica, en
clasificó las parábolas rabínicas en tres grupos: parábolas con su versatilidad 20• La diferencia con las parábolas rabínicas se
autor conocido, parábolas anónimas, y finalmente parábolas podría evidenciar en tres puntos:
similares a las de los Evangelios. En torno a 40 sería su número a) no pocas parábolas evangélicas tienen características
global 17• mesiánicoescatológicas;
Siendo innegable, por una parte, que el modo de hablar de b) la temática de las parábolas de Jesús es riquísima: no se
Jesús era algo enteramente nuevo 18, y teniendo en cuenta, por limita en su discurso a interpretar o explicar las Escri-
otra, la tradición oral en el judaísmo precedente a la literatura turas; los rabinos, en cambio, lo hacían casi exclusiva-
rabínica, el juicio debe ser equilibrado. En la literatura cristia- mente;
na primitiva son igualmente consistentes tanto las influencias e) Jesús trata principalmente de los grandes y fundamen-
provenientes de la cultura helenística y judaica, como la inte- tales temas religiosos y morales, sin reducirse a los lími-
rrelación entre ellas. La parábola y el mashal «descienden de tes de la ley judía y su interpretación.
un antecesor común del Medio Oriente» 19• Fiebig, sin embargo, no capta del todo el profundo alcan-
El discurso de Jesús, expresado de acuerdo con el pensa- ce de la enseñanza de Jesús. Las parábolas no serían especial-
miento semítico, es a la vez intuitivo y concreto, con puntos mente importantes y valiosas para conocer la persona de Jesús,
ni tampoco un camino para conocer mejor la novedad de su
didáctica de los rabinos no apareció hasta después de la destrucción del segundo mensaje21• Geza Vermes, al igual que Fiebig, no ve una gran
templo. Refiriéndose a la literatura contemporánea a Jesús, dice: «In the category of
wisdom literature, we find nothing similar to popular proverbs, though later rab- originalidad en las parábolas del evangelio22• Esta concepción
binical literature is ful! of rhern». De este modo resalta grandemente la originalidad ha reaparecido en las últimas décadas, en las que se ha desarro-
de Jesús. J. NEUSNER, «Types and Forms in Ancient Jewish Literature: Sorne Com-
parisons»: History ofReligions 11 (1971/72) 351-390 (360s). llado y extendido la llamada Tercera investigación que, como
15
Además de la obra Altjüdische Gleichnisse und die Gleichnisse Jesu (Mohr Sie- se decía, quiere valorar, entre otras cosas, el ambiente judío de
beck, Tubinga 1904), Fiebig publicó posteriormente las siguientes monografías:
Der Erzahlungsstil der Evangelien, (Hinrichs, Leipzig 1925) y Rabbiniscbe Gleich- Jesús, sus tradiciones, su enraizamiento en el pueblo de Israel,
nisse. Vokalisierte hebrdiscbe und aramdische Texte, dargeboten für das Studium der permitiendo conocer no pocos detalles del texto evangélico,
Gleichnisse Jesu mit Verzeichnis der nichtbiblischen Worter (Hinrichs, Leipzig 1929).
16
Cf. D. Piusssn, Die rabbinischen Gleichnisse und der Gleichniserzdhler Jesus que antes quizá pasaban inadvertidos a los lectores. Queriendo
(P. Lang, Berna-Fráncfort M.-Las Vegas, 1981); B. H. YouNG, Jesus and his Jew- resaltar, sin embargo, las semejanzas de Jesús con el judaísmo
ish Parables: Rediscovering the Roots ofJesus' Teaching (Paulist, Mahwah, NJ. 1989);
H. K. McARTHUR - R. M. JoHNSTON, They Also Taught in Parables: Rabbinic Par- de su tiempo, se termina por no ver los rasgos originales y ex-
ables in the First Centuries of the Christian Era (Zondervan, Grand Rapids Mr. traordinarios de su personalidad y de su enseñanza, y el modo
1990); D. STERN, Parables in Midrasb: Narratiue and Exegesis in Rabbinic Literature
(Harvard Univ. Press, Cambridge, MA-Londres 1994).
17 20
Cf P. FIEBIG, Die Gleichnisreden Jesu im Lichte der rabbinischen Gleichnisse des «Las parábolas de Jesús son modelos únicos en que confluyen tradición y
neutestamentlichen Zeitalters (Mohr Siebeck, Tubinga 1912) 6-118. actualización»: D. MuÑoz-LEÓN, Derás. Los caminos y sentidos de la Palabra Divina
18
J. JEREMIAS, Parábolas, o.e., 14. en la Escritura (CSIC, Madrid 1987) 586.
19 21
M. A. BEAVIS, «Parable and Fable»: Catholic Biblical Quarterly 52 (1990) Cf A. JüLICHER, Gleichnisreden,, o.e. I, 182.
22
473-498 (494). La autora muestra también la semejanza entre parábolas sinópticas Cf G. VERMES, La religión de Jesús el Judío (Anaya & Mario Muchnik, Ma-
y fábulas grecorromanas. drid 1996) 143.
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42 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.2. JESÚS. SUS DICHOS Y HECHOS 43

de perfeccionar e interiorizar la ley en un ambiente que se divino, las cuatro letras del nombre Yahvé. Visto que en la
limitaba, en la mayoría de los casos, a cumplir externamente tradición de Israel el nombre inefable de Dios se leía y pro-
una serie de preceptos. nunciaba como Adonai, Señor, la palabra griega más adecuada
para traducirlo fue precisamente kyrios. En efecto, el vocablo
2. La autoridad de Jesús era empleado en el lenguaje religioso de Israel, y en su rela-
ción con el mundo helenístico, para designar principalmente
En los estratos de la tradición que generalmente son con- a Dios mismo.
siderados los más antiguos, Jesús aparece con una gran autori- Se ha dicho, con razón, que la plenitud de significado de
dad. Predica y enseña acerca del Reino de Dios, cura enfermos ese título aparece solo después de la Pascua. En la predicación
y expulsa demonios. Junto con esto es llamativo su interés por primitiva se aplicó a Jesucristo, resucitado de entre los muer-
los desheredados y abandonados de la sociedad: se comporta tos. No es extraño entonces que algunas veces en los Evange-
como amigo de publicanos y pecadores en contra de la tenden- lios -y de modo particular en san· Lucas- se proyecte esa
cia natural de las clases dirigentes y de los maestros de Israel 23• fe pospascual sobre la figura de Jesús, anticipando en cierto
Jesús no dice mucho sobre sí mismo pero se conduce con una modo ese título al emplearlo en algunos eventos de su vida
tal dignidad, que los discípulos lo tratan con gran respeto y terrena.
reverencia. El asombro de las masas es parte de este modo de Al mismo tiempo kyrios representa un título de respeto
actuar. Se nota la línea de continuidad que pasa a través de la unido a la autoridad y al poder. Por tanto los discípulos lo
Pascua, en la que Jesús es proclamado Mesías e Hijo de Dios. pueden haber empleado durante la vida de Jesús en los dos
El desarrollo de la fe corre paralelamente a lo que sucedió en sentidos: por un parte, reconociendo su autoridad y su gran-
la persona de Jesús mismo. La materia prima de lo que algu- deza, ya desde el inicio de su manifestación pública a Israel;
nos llaman la cristología de la Iglesia primitiva se encuentra por otra, manifestando su veneración hacia aquel a quien con-
ya presente en las tradiciones del ministerio terreno de Jesús. sideraban unido a Dios de una manera especialísima. Sin co-
Esta cristología incluye una serie de conceptos: Hijo de Dios, nocer aún en profundidad el misterio de su divinidad y unión
Siervo, Hijo del hombre, Cristo, Señor, Hijo de David 24• sustancial con el Padre, reconocen ya de alguna manera esa
Uno de los ejemplos aducidos al respecto es el título de especial presencia de lo divino en su vida y su doctrina por
kyrios, con el que Jesús es llamado en los Evangelios. En el el hecho de la resurrección y de la exaltación a la derecha del
siglo III a.C. los judíos de la diáspora se encontraron ante el Padre. El vocativo kyrie, señor, que aparece con frecuencia en
problema de la traducción de la biblia al griego, lo que supuso el texto evangélico puede indicar la proyección de la fe de la
no pocas dificultades; el desafío más grande era el de encon- Iglesia sobre la persona de Jesús y, al mismo tiempo, las tradi-
trar el término correcto que correspondiera al tetragrammaton ciones en torno a su ministerio y predicación, en las que los
discípulos entreveían en cierto modo en sus palabras y accio-
23 S. GUIJARRO ÜPORTO, «El comportamiento filial de Jesús», en jesús y sus nes una particular unión con Dios, colocándolo al lado del
primeros discípulos (EVD, Estella 2007) 65-95 (85-88). Rey de reyes y Señor de señores. Es posible que el título haya
24 Cf. R. H. FuLLER, The Mission and Achievement o/ ]esus (SCM, Londres

1954) 79-117. formado siempre parte de la tradición de Jesús, adquiriendo


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44 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.2. JESÚS. SUS DICHOS Y HECHOS 45

gradualmente peso y dignidad, hasta llegar a la exaltación y suscitados por Juan Bautista desde la prisión, a los que Jesús
divinización después de la Pascua. - responde con los hechos que el texto de Is 61,1-3 aplica al
La vida de Jesús en los Evangelios se caracteriza en torno a Mesías.
otros cuatro títulos: Mesías, Hijo de Dios, Hijo del hombre, Según el texto evangélico se puede afirmar que Jesús fue
Hijo de David 25• El primero de ellos ha marcado en tal modo identificado algunas veces con el Mesías-rey profetizado a Da-
su vida y su persona que su traducción griega llegó a formar vid (cf. Is 11,ls), en respuesta a las expectativas del judaís-
parte de su nombre propio: Jesucristo. Durante un largo tiem- mo apocalíptico y de Qumrán (Sal Salomón, 17,23-26; lQS
po, a partir de la investigación que inició Reimarus acerca de 9,11), especialmente activas después de la muerte de Herodes
Jesús y sus discípulos, se ha considerado en el cristianismo la el Grande26, y revividas en la gran rebelión en los tiempos de
conciencia mesiánica de Jesús; se trata de un argumento es- Adriano.
pecialmente estudiado en el siglo xrx, en las diversas vidas de El mesianismo es un tema presente en la vida y en la ac-
Jesús que se escribieron. En ese período se despertó un especial tividad de Jesús, que sin embargo no parece concebirlo en el
interés en el desarrollo de la autoconciencia del Mesías. sentido político-real y militar del término, porque entre otras
En el Evangelio de san Juan se dice que, después de la mul- cosas podría generar, por una parte, falsas esperanzas en su
tiplicación de los panes, la multitud lo quería hacer rey (cf. Jn persona y, por otra, un proceso político contra él y su misión.
6, 15); un poco más tarde, la misma gente se aleja de Él al oír En otros momentos parece incluso que no desea para sí mismo
el discurso eucarístico (cf. Jn 6,66), y en ese momento es solo ninguna referencia mesiánica. A este respecto quizá conviene
Pedro quien lo confiesa como el «Santo de Dios» (Jn 6,69). volver al pasaje de la confesión de Pedro: en un primer mo-
La mayor parte de los exegetas consideran esta confesión en mento parece aceptarla, aunque indica que no lo divulguen
relación con la de Cesarea de Filipo, cuando Pedro lo procla- (cf Me 8,29s); después, cuando hace mención de lo que de-
ma como Mesías (cf. Me 8,27-30 par). Se trata de un episodio berá padecer y sufrir, y Pedro no se lo permite, Jesús lo corrige
bien fundado históricamente, en cuanto unido al fuerte repro- con las palabras quizá más fuertes que aparecen en el evange-
che que Jesús le hace a continuación, llamándolo Satán: algo lio. Y el motivo es claro: la idea que tiene Jesús de su misión va
que la comunidad cristiana primitiva no hubiera transmitido, en la línea del siervo sufriente de Yahvé, aquel que lleva sobre
al tratarse del primero de los apóstoles, si no hubiera ocurrido sus hombros el peso de los pecados de Israel, y que llegará
en la realidad; la figura de Pedro no queda ciertamente bien incluso a dar su vida en rescate por muchos (cf Me 10,45).
en este episodio. Si al inicio se ha hablado del impacto de Jesús como el
De modo similar, las acusaciones contra Jesús frente a los primer factor que ha dado origen a la tradición, esta sería 1

sacerdotes y ancianos, acerca de la destrucción y reconstruc- una de las imágenes de su vida y actividad que dejaron una
ción del templo, se colocan en la línea de la profecía de Natán
(2 Sam 7,14). El Sumo Sacerdote le pregunta: ¿eres tú el Me-
huella profunda en sus seguidores: la del Mesías crucificado,
un auténtico oxymoron en el recorrido histórico-teológico del
1
1
IN,
sías? (Me 14,61). Bastaría pensar, además, en los interrogantes pueblo elegido. Se trata de algo inconcebible en la tradición
1
25
C[ F. HAHN, Christologische Hoheitstitel. Ihre Geschichte im frühen Christen-
tum (Vandenhoeck & Ruprecht, Gotinga 1964). 26
C[ FLAVIO JosEFO, De Bello judaico 2,57-65.
í
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ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.2. JESÚS. SUS DICHOS Y HECHOS 47


46

mesiánica de Israel y en la entera historia de la salvación27• excluyen el respeto y la obediencia. El término no se restringe
Nadie esperaba y ni siquiera se imaginaba una tal suerte para al ámbito familiar, haciendo referencia a personas que son ob-
quien debía ser el que rescatara y exaltara a su pueblo. Este jeto de veneración y trato distinguido, como los ancianos y los
es sin duda uno de los hechos que ponen mejor de relieve la maestros, señala Schlosser".
plausibilidad-discontinuidad del evento28• Jeremias ha mostrado que Jesús fue probablemente el pri-
Con estas premisas se llega a la cuestión fundamental: ¿Je- mero en dirigirse a Dios con la palabra abba, demasiado fa-
sús aceptó el mesianismo para sí? El texto evangélico no dice miliar para que pudiera formar parte de una oración, como
con claridad que haya buscado o aceptado esa idea. Durante lo atestigua el judaísmo de su tiempo. Esto pone de relieve
su manifestación a Israel se suscitó esta realidad en más de una un vínculo único de Jesús con Dios que -y aquí está lo más
ocasión, hasta llegar a la declaración de Jesús mismo delante llamativo- transmitió también a sus discípulos, enseñándoles
del sumo sacerdote de Israel (cf. Me 14,62). Aunque la visión a relacionarse con Dios de esa manera31, como se refleja en
teológica presente en los Evangelios supone la conciencia me- Gál 4,6 y Rom 8, 15. Como dice Dunn, la invocación abba
siánica de Jesús, esta no se puede deducir con certeza absoluta fue especialmente amada por los primeros cristianos, porque
a partir del texto. recordaba el lenguaje característico de la oración de Jesús32•
Por otra parte, Jesús se consideró como Hijo de Dios de Existen en la literatura judía -y de modo especial en los
un modo diverso y único respecto a sus contemporáneos. El manuscritos de Qumrán- pasajes en los que se invoca a Dios
estudio de Jeremias sobre la invocación abba ha sido durante como Padre mío: en concreto, dos ocasiones en el ámbito de
varias décadas un punto de referencia obligado -positivo y la oración personal 33• Llama la atención, por contraste, el uso
negativo- para estudiar la filiación de Jesús29• Jeremias, en coloquial por parte de Jesús. Fitzmyer hace ver la novedad, la
efecto, clasificó las palabras y dichos de Jesús donde se refiere fuerza y la originalidad de esta expresión 34•
al Padre en tres categorías: aquellos en los que llama a Dios La invocación fue entendida por los primeros cristianos
Padre, los que pronuncia distinguiendo entre mi Padre y vues- como expresión de la propia filiación de su Maestro. En el
tro Padre, y la invocación abba, que aparece en Me 14,36, a Evangelio de san Juan se encuentran referencias más explíci-
propósito de la oración en Getsemaní. Estos usos dejan ver tas a esta realidad, ayudando a penetrar en el misterio que
una reflexión más íntima y personal, que pone en evidencia la encontró su formulación clara y plena tres siglos más tarde,
confianza filial del hijo, llamándolo papá: la invocación proce- en el Concilio de Nicea. En tiempos de Jesús era más difícil
de del lenguaje infantil, aunque era usada también por jóvenes entenderlo en profundidad, por una parte, porque en la pro-
y adultos para dirigirse a sus padres, y revela una gran familia- fesión de fe de Israel, el Sbema', no quedaba espacio para una
ridad con Dios, una cercanía e inmediatez que sin embargo no 3
°
31
Cf. J. ScttLOSSER, El Dios de jesús (Sígueme, Salamanca 1995) 199-200.
Cf. J. JEREMIAS, Abba, o.e., 65s.
Cf. J. D. G. DuNN, The Partings ofthe ~ys: Between Christianity andjudaism
32
27 Cf. G. SEGALLA, «Gesu Rabbi ebreo di Nazaret e Messia crociíisso»: Studia
Pataviana 30 (1993) 463-515. and their Signi.fi.cance (SCM, Londres 1991) 170.
33
28 Cf. S. GUIJARRO ÜPORTO, La buena noticia de jesús. Introducción a los Evan- En concreto, en dos de ellos es explícito, llamando a Dios «Padre mío» (abi):
gelios sinópticos y a los Hechos de los apóstoles (Atenas, Madrid 1987) 46. 4Q372 frag. 1,16; 4Q460 frag. 51, 5. , ,
29 Cf. J. JEREMIAS, Abba. El mensaje central del Nuevo Testamento (Sígueme,
34
J. A. FrTZMYER, «''Abba" and Jesus' Relation to God», en A Cause de l'Euan-
Salamanca 1981) 19-73.
gile. Mélanges ojferts a Dom jacques Dupont (Cerf, París 1985) 15-38.
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48 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.2. JESÚS. SUS DICHOS Y HECHOS 49

reflexión teológica acerca de la consustancialidad con el Padre; bien eri el cielo bien en la tierra, de forma que hay multitud
por otra, porque la filiación divina en la Escritura era más de dioses y de señores, para nosotros no hay más que un solo
Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas y para el cual
bien considerada en sentido colectivo: Dios es padre de los
somos; y un solo Señor, Jesucristo, por quien son todas las
ángeles (Gén 6,2.4; Job 1,6-12), de Israel (jer 31,9; Ez 4,22; cosas y por el cual somos nosotros.
Os 11,1) o de su representante, el rey (2 Sam 7,14; Sal 2,7;
89,26s). Esta última consideración se concreta en Qumrán, a La profesión de fe del Sbema', «el Señor Dios es el único 1

propósito del Mesías davídico (lQSa 2,11-13; 4QFlor 1,10); Dios» la reelabora Pablo diciendo: «un solo Dios, el Padre, y
en esa línea debe situarse la pregunta del sumo sacerdote: un solo Señor, Jesucristo». Se trata de una profesión de fe en
«¿eres tú el Mesías, el Hijo del Bendito?» (Me 14,61). En otros el Dios único según la creencia tradicional del judaísmo, en
textos la expresión se aplica incluso al hombre justo (cf. Sab contraste con el politeísmo del mundo greco-romano. Con la
2,13.16.18; Edo 4,10). expresión «del cual proceden todas las cosas» en 1 Cor 8,6a,
En tiempos de Jesús, por tanto, «Hijo de Dios» era un títu- Dios Padre es reconocidó por los cristianos como el origen
lo que suponía una estrecha unión con Dios, una especial re- de todo y el fin de la existencia humana.". En su epistola-
lación de predilección y confianza. En los Evangelios se tienen rio, Pablo se dirige a Dios frecuentemente, llamándolo Padre
testimonios de esa actitud de Jesús. La fe pospascual llevará a en modo personal (cf. Rom 1,7; 6,4, 8,15; 15,6; 1 Cor 1,3;
la Iglesia a contemplar en su persona también la divinidad. 15,24; 2 Cor 1,3-4, 11,31; cf. Ef 1,3) a diferencia de los textos
A partir de los dichos y palabras se deduce que Jesús se diri- veterotestamentarios, donde Dios es Padre de todo Israel (cf.
gió al Padre con una gran confianza e intimidad, como no se Dt 32,36; Is 64,8; 63,16; Mal 2,10). Pero lo que más llama
había encontrado antes en Israel. Por otra parte se debe tener la atención en este pasaje es que, en el contexto de la ora-
en cuenta su actitud y comportamiento, pues los Evangelios ción monoteísta más solemne de Israel, dirigida a Dios como
contienen «lo que hizo y dijo Jesús» (Hch 1,1). Guijarro ha Padre, Pablo incluye a Cristo como Señor, afirmando que el
estudiado este aspecto, haciendo ver la armonía existente entre Padre hizo todo a través del Hijo. Pablo atribuye la señoría del
las palabras y la vida, entre sus dichos y su comportamiento, único Dios a Cristo37• Se entiende entonces por qué Wright lo
llegando a unas conclusiones similares a las de Jeremias35• considera una de las reflexiones teológicas más revolucionarias
Alrededor de veinte años después de la Pascua se observa el del Nuevo Testamento, y Fitzmyer la llame un «modelo bini-
impacto de Jesús acerca de su filiación con Dios en la primera tario del cristianismo»38• Las afirmaciones de Jesús han adqui-
Carta a los Corintios. Pablo responde a la comunidad de Co- rido una nueva dimensión en la Iglesia primitiva.
rinto sobre la cuestión de comer o no las carnes inmoladas a
los ídolos (1 Cor 8,4-6): 36
Cf. J. FITZMYER, First Corinthians (Yale Univ. Press, New Haven 2008) 342,
quien sostiene, entre otros, que es probable que se trate de un texto pre-paulino.
Ahora bien, respecto del comer lo sacrificado a los ídolos,
37
Cf J. D. G. DuNN, The Theology ofPaul the Apost!e (Eerdmans, Grand Ra-
pids, MI. - Univ. Press, Cambridge R.U. 1998) 253.
sabemos que el ídolo no es nada en el mundo y no hay más que 38
Cf N. T. WRIGHT, What Saint Paul Real/y Said (Eerdrnans, Grand Rapids,
un único Dios. Pues aun cuando se les dé el nombre de dioses, MI. - Forward Movement Publishing, Cincinnati 1996) 66-68; J. FITZMYER, First
Corinthians, o.e., 343. FEE dice que «is so constructed that only the most obdurate
would deny its trinitarian implications»: G. D. FEE, Tbe First Epistle to the Corin-
35
Cf S. GUIJARRO OPORTO, El comportamiento filial de jesús, a.c., 65-69. thians (Eerdrnans, Grand Rapids, MI. 1987) 375.
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50 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.2. JESÚS. SUS DICHOS Y HECHOS 51

Un tercer título es el del «Hijo del hombre», que Jesús usó expresión cada vez más, a medida que trascurría su vida pú-
para hablar de sí mismo. La expresión aparece 69 veces en los blica, hasta llegar a darle un significado mesiánico, tanto más
sinópticos y 13 en Juan; solo en una de ellas (Jn 12,34) no sorprendente cuanto que se trata de un uso exclusivo y per-
figura en los labios de Jesús. Si se quitan los paralelos, resultan sonal. Jesús se refirió a sí mismo en un sentido apocalíptico,
51 pasajes con la expresión «Hijo del hombre», de los cuales apoyándose en Daniel 7, especialmente al final de su ministe-
14 parecen provenir de Marcos y 1 O de Q. Para Jesús es una rio público. Esta expresión, además, incluye su relación con la
especie de término técnico que lo autodescribe, aunque algu- imagen del Reino de Dios, que el profeta describe al inicio de
nas veces la frase posea un carácter genérico, como es el caso su libro: «El Dios del cielo hará surgir un reino que jamás será
de Me 2,28 (cf. Sal 8,4). Si se analizan específicamente las destruido, y este reino no pasará a otro pueblo. Pulverizará y
veces en que denota un carácter apocalíptico, se debe buscar aniquilará a todos estos reinos, y él subsistirá eternamente»
su origen en Dan 7,13s. Allí la frase «Hijo del hombre» parece (Dan 2,44). El papel central de Jesús en la manifestación del
aludir a un personaje en medio de los santos del Altísimo. La Reino es el núcleo de su mensaje, que se consolidó posterior-
expresión no tuvo grandes repercusiones en la literatura judía, mente en la Iglesia. Ese mensaje le costó la vida, que donó a
donde no aparece como un título significativo: entre otras co- sus seguidores42.
sas podía ser una autorreferencia de quien hablaba, o simple- Cabe preguntarse con Jeremías:
mente indicar un hombre39, aunque sin caer en las generali-
zaciones de Casey, para quien la expresión «Hijo del hombre» ¿Cómo es que la comunidad, ya desde muy pronto, evitó
el título de uios tou anthropou (Hijo del hombre) quizás por los
querría decir simplemente hornbre ". El judaísmo del primer malentendidos a que se prestaba, no empleándolo siquiera en
siglo de nuestra era no la usa refiriéndose a una figura cono- las confesiones de fe, y sin embargo lo trasmitió en las verba
cida: aparece ambigua, a menos que el contexto haga ver otra Christi, llegando a ser en los sinópticos incluso la única deno-
minación con que Jesús se refiere a sí mismo? ¿Cómo es que
cosa. No existen motivos serios para afirmar, pace Bultmann, la comunidad primitiva acrecienta incluso los ejemplos en que
que «Hijo del hombre» fuera una expresión pre-cristiana con aparece este título, limitando al mismo tiempo su uso a Jesús?
un significado claro. Ante estas preguntas no hay más que una respuesta: el título
Esto significa que el concepto fue llenado de contenido estuvo enraizado desde un principio en la tradición de las pa-
labras de Jesús; con ello llegó a ser sacrosanto, nadie se habría
por parte de Jesús, definiéndolo progresivamente con el uso41• atrevido a eliminarlo43•
El conocido texto de Daniel le sirvió para ir enfatizando la
Hurtado ha hecho ver, entre otras cosas, cómo en los de-
39 Cf. J. A. FrTZMYER, «Another View of the "Son of Man'' Debate»: ]ournal
far the Study of the New Testament 4 (1979) 58-68; G. VERMES, «The Use of Jill :n/Jill~ más libros del Nuevo Testamento, fuera de los Evangelios, no
:Ji in Jewish Aramaic», en M. BLACK, An Aramaic Approach to tbe Gospels and Acts se hace un uso confesional del término44• Esto hace ver que el
(Hendrickson, Peabody, MA. 1998) 310-330.
°
4 Cf. M. CASEY, «Aramaic Idiom and the Son of Man Problem: A Response origen de la tradición del «Hijo del hombre se encuentra en el
to Owen and Shepherd»: JSNT 25 (2002) 3-32; Tbe Solution to the «Son ofMan»
Problem (T&T Clark, Londres 2007); M. MüLLER, Theexpression «Son o/Man» and
42
the Development of Christology (Equinox, Londres 2008). Cf. D. L. Bocx, «The Use ofDaniel 7 in Jesus' Tria!», a.c., 99.
41 Cf. D. L. Bocx, «The Use of Daniel 7 in Jesus' Tria!, with Implications for 43
J. JEREMIAS, Teología del Nuevo Testamento (Sígueme, Salamanca 1974) 303s.
44
His Self-undersranding», en L. W HURTADO - P. L. ÜWEN (eds.), Who is this Son of Cf. L. W HURTADO, «New Testament Christology. A Critique of Boussets
Man? (T&T Clark, Londres-Nueva York 2011) 78-100 (89). Influence»: Theological Studies 40 (1979) 306-317 (31 ls).
._t .-
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52 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.2. JESÚS. SUS DICHOS Y HECHOS 53

contexto judea-cristiano de Palestina. Es una tradición semíti- Igualmente se puede pensar en los cuadros narrativos que
ca, no helenística, como anota Hengel 45• se generaron en la mente de los discípulos como acciones sim-
Resumiendo las ideas expresadas arriba, en los primeros bólicas de Jesús. En este caso se trata de ejemplos gráficos que,
escritos neotestamentarios se aprecia una devoción por la per- más que con palabras, son expresados por su modo de actuar.
sona de Jesucristo, que va poco a poco conformándose en un En la literatura especializada esto se ha venido a llamar com-
verdadero culto, y lo coloca a la derecha del Padre. En efecto, portamiento comunicativo de Jesús 47• Como ya el método de
las comunidades cristianas primitivas empezaron a manifestar la historia de las formas había indicado, no se puede tratar
su devoción al Resucitado del mismo modo que lo hacían con todo el material narrativo de un mismo modo. Las narracio-
el Dios de Israel, pasando gradualmente del monoteísmo ju- nes más detalladas -que Dibelius llamaba Novel/en, cuentos
daico a la adoración de Dios Padre y de su Hijo Jesucristo46• largos-, sin ser fáciles de explicar, se presentan como un su-
Es este otro aspecto que refleja el impacto de la vida y de la plemento a la tradición sobre los dichos. Jesús no se presentó
persona del Fundador del Cristianismo. solo con palabras, sino con acciones: fue conocido como tau-
maturgo, como quien expulsaba demonios y curaba enfermos.
3. De los dichos a las narraciones Era lógico entonces conservar sus dichos y hechos.
Los milagros de Jesús son sin duda sus hechos más llamati-
Habiendo empezado los discípulos a preservar las palabras vos. Siguiendo la clasificación de milagros de Jesús más exten-
de su maestro, es natural que quisieran también conservar, dida, estos pueden dividirse en curaciones, exorcismos y mila-
como complemento, las narraciones acerca de su persona. gros en los que interviene sobre seres inanimados o vivientes
Una forma intermedia entre los dichos y la tradición narrativa no racionales48• No pocas veces se ha tratado de reducir los dos
es la que Bultmann llamaba apotegma y Dibelius paradigma, primeros grupos a fenómenos psicosomáticos en personas que
esto es, dichos de Jesús que constaban de una breve introduc- han cedido a la gran personalidad de Jesús; un poco más difícil
ción narrativa. Los dichos serían lo más importante para los sería la explicación de los milagros de la naturaleza como la
discípulos; ellos, queriendo conservarlos, los habrían colocado multiplicación de los panes, la tempestad calmada, el caminar
en un contexto en el que se indicaba someramente la situación sobre las aguas. Ante ellos choca el racionalismo viejo y nue-
en que fueron pronunciados, con el fin de poder entenderlos vo, en su intento de mantener a Dios fuera del alcance de la
mejor. No es difícil imaginar cómo estas tradiciones ampliadas humanidad, de reducirlo a un dios gnóstico que no se molesta
sobre los dichos se añadieron al material ya memorizado. Y de en mezclarse con las realidades materiales. Como dice Hagner,
los apotegmas se pasa a los elementos que recogen una conver-
sación, a un diálogo más extenso. no admitir la posibilidad de la realidad sobrenatural en la his-
toria concreta, elimina el marco de interpretación que hace
47
Cf H. FRANKEMOLLE, «Kommunikatives Handeln in den Gleichnissen Jesu.
Hisrorisch-kritische und programmatische Exegese»: NTS 28 (1982) 61-90.
45 48
Cf M. HENGEL, Studies in Early Christology (T&T Clark, Edimburgo 1995) Ayudan a ver la figura de Jesús en el contexto de sus curaciones y exorcismos
60. los estudio sociológicos de S. GUIJARRO ÜPORTO, «El significado de los exorcismos
46
Cf L. W HURTADO, One God, One Lord Early Christian Devotion and An- de Jesús, Relatos de sanación y antropología médica», en jesús y sus primeros di-
cient ]ewish Monotheism (T&T Clark, Londres-Nueva York 2003) 2. scípulos (EVD, Estella 2007) 93-121 y 123-143 respectivamente.
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54 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C2. JESÚS. SUS DICHOS Y HECHOS 55


posible un conocimiento adecuado sobre Jesús. Al cancelar la
En contraste, un autor como John Meier, que no se ca-
esencia de los relatos acerca del Único que Dios ha enviado a
inaugurar el inicio de una nueva era y la salvación del mundo racteriza propiamente por ser un apologista (en su libro A
(y la salvación por medio de la muerte del Hijo de Dios es algo Marginal ]ew, una extensa presentación de Jesús que cuenta
que queda fuera del ámbito histórico en cuanto histórico), la por ahora con cinco volúmenes, indicó como criterio de estu-
nueva generación de estudiosos está obligada a usar su imagi-
nación para lograr su comprensión sobre Jesús49. dio de su obra un cónclave laico formado por un católico, un
judío, un protestante, un agnóstico -en el cuarto volumen
Lamentablemente el método de la historia de las formas aparece también un musulmán 53- en el que las conclusiones
excluye la posibilidad de los milagros, al no poder ser expli- que se saquen puedan ser satisfactorias para todos), hace ver
cados con métodos racionales. De modo similar, aunque por que algunos milagros, como por ejemplo la multiplicación de
otro camino, Geza Vermes desea desmitificar lo que, según su los panes, poseen todas las características, según los criterios
opinión, el cristianismo ha creado en torno a la persona de de historicidad (coherencia), de tradición textual y de recurso
Jesucristo. En sus obras se refleja el camino personal, atípico a las fuentes, para poder afirmar que no ha sido una invención
y curioso, por el que llegó a dedicarse a los estudios sobre el de la comunidad cristiana en su deseo de exaltar la figura de
judaísrno". Su deseo de presentar a Jesús completamente inte- Jesús, sino un hecho acaecido -una comida de panes y pe-
grado en el mundo judío lo lleva a no valorar los aspectos no- ces especialmente memorable, de alcance escatológico, con la
vedosos y trascendentes de su vida terrena. Vermes piensa que participación de una gran multitud-, que los discípulos han
milagros parecidos o iguales a los de Jesús los habrían realizado narrado. Se podrá creer en él o no como milagro -dice-,
también algunos rabinos, como por ejemplo R. Honi o R. Ha- pero se trata de una tradición que se remonta a Jesús mismo54•
nina ben Dosa (siglo I d.C.); de modo similar, las pretensiones Por otro lado, Meier hace ver que el paralelismo de los
mesiánicas de Jesús serían una invención de la Iglesia primiti- milagros de Jesús con los rabínicos, que propone Vermes, no
va 51. En definitiva, si se sigue el modelo de Vermes se descubre tiene apoyo científico; en estos últimos la escasez de las fuentes
a un hombre interesante y quizá fuera de lo común, pero no es llamativa, teniendo además en cuenta el tiempo trascurri-
se entiende por qué fue entregado a la autoridad romana para do entre el período en el que vivieron y el momento en que
ser crucificado, ni por qué sus discípulos lo proclamaron como se escribe sobre ellos en la literatura tannaítica55• Los escritos
mesías52• rabínicos aparecen a finales del siglo n de la era cristiana para
la Mishnah y en el siglo v para el Talmud
49
D. A. HAGNER, «An Analysis of Recent "Historical Jesus" Srudies», en D.
CoHN-SHERBOK - J. CouRT (eds.), Religious Diversity in the Graeco-Roman World
(Academic Press, Sheffield 2001) 90.
°
5 Cf. G. VERMES, Providential Accidents: an Autobiography (SCM, Londres

1998).
51
G. VERMES, Tbe Changingfaces of]esus (Penguin Press, Londres 2000) 154-
163. 53
52 Cf. J. P. MEIER, Un judío marginal. Nueva visión del Jesús histórico. IV: Ley y
Cf. G. VERMES,]esus the]ew (SCM, Londres 32001) 147-149. Por supuesto, amor (EVD, Estella 2010) 40.
Vermes intenta justificar su muerte de Jesús, poniendo todo el peso en el episodio 54
Cf. ibíd. II/2: Los milagros (EVD, Estella 2000) 1108.
de la expulsión de los mercaderes del templo -en realidad, del patio de los gen- 55
Cf. J. P. MEIER, Un judío marginal, o.e. II/2, 672-681; S. FREYNE, «The Cha-
tiles- aunque no reconociendo como auténticas las palabras pronunciadas en esa risrnatic», en J. J. CoLLINS - G. W E. NrcKELSBURG (eds.), Ideal Figures in Ancient
ocasión.
]udaism. Profiles and Paradigms (Scholars Press, Chico, CA. 1980) 223-258.
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56 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS


1 C.2. JESÚS. SUS DICHOS Y HECHOS 57
1

4. La elección de los discípulos cípulos era, en sí mismo, algo fuera de lo común. De ordina-
La SME dice que los discípulos «vieron sus obras y oyeron rio los discípulos o aspirantes a maestros en Israel -personas
sus palabras, y de esta manera fueron capaces de ser testigos de interesadas en conocer mejor y estudiar la ley- escuchaban
su vida y doctrinaa". Los discípulos toman conciencia de ser diversos rabinos hasta que se quedaban con el que les parecía
un grupo especial, que acompaña a su Maestro por las aldeas más adecuado a sus exigencias y aspiraciones, o lo abandona-
y pueblos de la Galilea, primero, y de la Judea, después, obser- ban cuando querían. Aquí en cambio es Jesús quien escoge: la
vando la reacción de quienes lo escuchaban, entre los que apa- iniciativa está de su parte, entre otras cosas porque entiende el
recían a su vez nuevos discípulos. Las primeras historias deben seguimiento en un sentido profético. No se le sigue solamente
de haber surgido de las palabras y de los hechos de Jesús. En porque fuera un rabí conocido, sino porque Jesús posee una
su ausencia los mismos discípulos habrán repetido aquello que autoridad carismática 58• La concisión de Marcos revela una
les había impresionado. El impacto de una parábola, de una tradición antigua: «Subió al monte y llamó a los que él quiso;
sentencia o de un gesto da origen a una tradición concreta; y vinieron donde él. Instituyó Doce, para que estuvieran con
el contenido extraordinario del mensaje, la impresión ante lo él, y para enviarlos a predicar» (Me 3,13s; cf. Le 6,13). El
que vieron u oyeron, los habrá llevado a una reacción compar- evangelista parece indicar que ellos conforman un grupo más
tida en torno a palabras-clave o al núcleo de lo narrado. De allí íntimo, delimitado, que constituye de alguna manera su casa:
habrá surgido la forma oral que identifica lo que se ha vivido de hecho, a veces los llama su verdadera familia (cf. Me 3,31-
o escuchado. En ella habrá unos parámetros constantes, los 35). Jesús los escogió para que vivieran con Él, asimilando su
temas estables que se repetirán al contarla de nuevo. Podemos enseñanza, y pudieran, a su vez, predicar, como sucedió en el
imaginarnos, dice Dunn, un grupo de discípulos que quieren ministerio pre-pascual. La tradición de Jesús no es por tanto
oír de nuevo el episodio del centurión en Cafarnaún, dispues- algo anónimo, folclórico, recuperado fortuitamente a través
tos a enriquecerse con algunas variaciones en la narración, de canales ocasionales, sino una tradición confiada intencio-
pero al mismo tiempo listos a protestar si se omite el elemento nalmente a una serie de personas que habían sido escogidas y
preparadas para esa misión.
central o se cambia en modo radical. Se trata de algo razonable
y lógico, adecuado al tipo de dichos o hechos de Jesús. La elección de los Doce posee un significado escatológi-
Los discípulos estaban con Él todos los días de la sema- co, de actualización de las doce tribus del pueblo elegido en
na, incluido el sábado, y lo acompañaban en sus viajes por la el grupo de los discípulos más cercanos: en la imagen de la
tierra de Palestina. Ellos lo servían, aunque no lo seguían por nueva Jerusalén del Apocalipsis, las dos realidades aparecen
ese motivo. Jesús escogió inicialmente a los discípulos, que en estrecha relación (cf. Ap 21,12-14). Los Doce reunidos en
lo siguieron desde el comienzo, vieron sus obras, oyeron sus torno a Jesús indican que Dios se vuelve hacia la totalidad del
palabras y pudieron ser testigos de su vida y de su enseñanza 57• Pueblo elegido para cumplir la promesa de reconstitución, la
El hecho de que un maestro en Israel escogiera sus propios dis- salvación que ha de llegar con su dominio y señoría. Los indi-
cios hacen pensar que Jesús desea restablecer el nuevo Israel.
56 Núm 2: EB 649. Cf. Le 24,48; Jn 15,27, Heh 1,8; 10,39; 13,31.
57 Cf. Le 1,2; Heh 1,21-22. 58
C( J. GNILKA,jesús de Nazaret, o.c., 205.
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58 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.2. JESÚS. SUS DICHOS Y HECHOS 59


Al mismo tiempo suscita una serie de interrogantes en torno inminente Reino de Dios. El argumento más fuerte a favor
a su persona y a su misión, que solo a la luz de la Pascua se del grupo es la mención de Judas, uno de los Doce62• Cuando
revelan con claridad. Sin embargo, ya desde el momento en Jesús resucita y se aparece a sus discípulos -dice Gnilka- se
que elige a los Doce como sus más estrechos colaboradores, se presupone ya la existencia de este círculo63•
notan unas pretensiones mesiánicas que causan estupor, si no Examinando el hecho desde el punto de vista de los após-
escándalo. toles, el grupo no se pudo formar espontáneamente. Se debe
Es vivaz la discusión actual acerca de si el colegio apostóli- buscar una causa: la fe en Jesucristo, que comporta especial-
co se formó en tiempos de Jesús o si es una retrospección que mente la aceptación de su palabra. Junto con esto, el factor
hace Marcos desde la Iglesia pospascual59• Sin querer poner humano de estima y aprecio ha tenido sin duda que ver en
punto final a la controversia, se puede decir que es difícil pro- el proceso de la constitución de los Doce. Aunque Jesús se
bar el carácter secundario del colegio de los Doce, viendo en hubiera limitado a presentar el anuncio escatológico sin hacer
los Evangelios su temperamento impulsivo y a veces inestable, referencia a sí mismo, es necesario reconocer que su enseñanza
su carencia, en ocasiones, de entendimiento y sabiduría: sin gozaba de un gran prestigio y que sus discípulos lo habían
una guía y una autoridad difícilmente habrían creado un gru- seguido atraídos por sus palabras y acciones 64• De otra manera
po estable y duradero. Después de la Pascua aparecen, sorpren- no se explica cómo dejaron lo que tenían y cambiaron su vida
dentemente, como personas maduras y llenas de autoridad. Es para seguir a Jesús. El compromiso a compartir su vida indica
difícil explicar en qué modo Marcos habría creado esas figuras confianza, fe en su persona.
menos consistentes, si hubiera partido de esos caracteres só- Otro aspecto que llama la atención es la convicción, des-
lidos que constituyen los pilares de la Iglesia naciente'". En pués de la traición de Judas y del evento pascual, de que el
un extenso análisis, Meier demuestra la elección de los Doce grupo constaba de doce miembros. Bajo la guía de Pedro, los
durante el ministerio de Jesús, basándose en los criterios de apóstoles entendieron que la primera tarea que les correspon-
historicidad y en el testimonio de la tradición 61• Esa autoridad día era la de restablecer el número de los Doce que había que-
venía, por una parte, del haber estado con Jesús y compartido dado incompleto65•
su vida, conociendo lo que había dicho y hecho; por otra, de Este grupo de Jesús con sus discípulos más cercanos cons-
la especial posición en las que los constituyó. Los Doce solo tituye precisamente el ambiente vital de sus palabras. No pare-
se pueden entender a partir de Jesús y de la comunión con Él, ce lógico que las hayan descuidado u olvidado. La fe y la con-
que se dirige a Israel como pueblo de Dios. Jesús en su actua-
ción quiso dar a entender que la salvación estaba primeramen- 62 W TRILLING, «Zur Entstehung des Zwolfi:erkreises», en R SCHNACKENBURG -
J. ERNsT - J. WANKE (eds.), Die Kirche des Anfangs: Festschriftfar Heinz Schürmann
te limitada a Israel, que debía ser reintegrado y conducido al zum63 65. Geburtstag (St. Benno-Verlag, Leipzig 1977) 201-222.
Cf. J. GNILKA, Pedro y Roma: la figura de Pedro en los dos primeros siglos de la
Iglesia (Herder, Barcelona 2003) 50.
59 Para algunos es un debate abierto: cf. H. CoNZELMANN - A. LINDEMANN, 64
Cf. H. ScHÜRMANN, «Die vorósterlichen Anfánge der Logien Tradition: Ver-
Arbeitsbuch zum Neuen Testament (Mohr Siebeck, Tubinga 1985) 521-522; por el such eines formgeschichrlichen Zugangs zum Leben jesu», en H. Rrsrow - K.
contrario, cf. J. GNILKA,]esús de Nazaret, o.e., 230. MATTHIAE (eds.), Der historische Jesus und der kerygmatische Christus (Evangelische
6 ° Cf. B. GERHARDSSON, 1he Reliability of the Gospel Tradition, o.e., 37.
Verlagsanstalt, Berlín 1961) 342-370 (356s).
61 Cf. J. P. MEIER, Un judío marginal. Nueva visión del jesús histórico. III: Com- 65
Cf. J. RATZINGER-BENEDICTO XVI, Il nuovo Popolo di Dio (Queriniana, Bre-
pañeros y competidores (EVD, Estella 2003) 168s. scia 1971) 85.
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60 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.2. JESÚS. SUS DICHOS Y HECHOS 61

vicción que Jesús les transmitió hace pensar que ellos, al haber Como afirma Schürmann, una experiencia íntima y per-
recibido ese tesoro de su palabra, lo hayan tratado con mucho sonal que se relaciona con la profesión de fe no convierte en
respeto y se hayan preocupado de transmitirlo sin alteraciones. superflua la situación vital en la que se ha llevado a cabo, que
Una persona tan poco sospechosa al respecto como Dibelius, puede interesar a la tradición. Es más: esa fe especial en Jesús
dice que los discípulos conservaron su enseñanza con gran fi- por parte de la comunidad determina el tipo y carácter de la tra-
delidad, «fruto de la veneración que tenían por su maestro» 66• dición. Más de un logion particular puede estar unido a un con-
La misma existencia de un grupo de discípulos comporta una texto de fe en su persona. No es lo mismo agruparse en torno a
realidad que permite deducir que las palabras y hechos de Je- un rabino, a un maestro, a un profeta o a una figura mesiánica.
sús se conservaron con cuidado y aprecio. Este es también el Por otra parte, es claro que Jesús no era un simple sabio o maes-
motivo por el que comienza a plasmarse la tradición sobre tro, aunque exista alguna analogía con ellos. El uso que hacía
Jesús; una buena parte de ella, en efecto, deja ver una fe que de la Torah - los primeros cinco libros de la Biblia hebrea, en
existía antes de la Pascua. Es más: los primeros cristianos vie- los que se contiene la ley-e- era solo ocasional, pues su lenguaje
ron una continuidad teológica entre la tradición que habían era de revelación, más que de interpretación de las Escrituras de
conservado y la fe plena del período pascual. No se encuentra Israel. Esto se ve sobre todo en la tradición pospascual, que se
una dicotomía entre la misión terrena de Jesús y su muerte y distingue netamente de las instrucciones rabínicas.
1
resurrección salvíficas67• Esto no obsta para que haya una cierta semejanza en los
Si la fe es el presupuesto de esa primera tradición, se com- métodos de transmitir sus palabras. El pueblo elegido cons-
prende por qué también los logia -dichos- oscuros o profé- tituía una sociedad que estaba delimitada especialmente por ~ ;

ticos que apuntaban hacia el futuro fueron conservados, sim- tradiciones. La repetición y el ejercicio de la memoria son
plemente porque eran palabras de Jesús, aunque no se cono- fundamentales en el proceso de transmisión, y esto se aplica
cieran en realidad las circunstancias externas en las que fueron igualmente a unos y a otros. Son el contenido y la situación
pronunciados. Frases como la del fuego que había venido a vital los que determinan el modo de transmitir lo que se ha
traer a la tierra (cf. Le 12,49s), o el mensaje que manda a He- recibido; no se trata solamente de repetir sentencias mediante
rodes, que lo quiere capturar (cf. Le 13,32), o la imagen de Jo- las cuales se interpretaba un pasaje concreto de la ley, ni de
nás para indicar permanencia en el vientre de la tierra (cf. Mt presentar una controversia en torno a un precepto, refiriendo
12,40) ciertamente no se entendían antes de la resurrección. las voces de los distintos maestros al respecto. La tradición de
Después de la Pascua -conociendo ya el motivo y la razón de Jesús es del todo particular pues hace referencia a su perso-
ser de su misión- estos logia habrán sido propuestos en una na y a su misión, y no a las opiniones e interpretaciones de
forma diferente, no ya tan misteriosa. Así se conservaron en el otros maestros en Israel, por grande que fuera su autoridad.
texto de forma diversa. De todos modos no se puede saber exactamente qué dichos
del Señor durante su vida pública comportan una explícita
predicación mesiánica.
M. DrnEuus,jesus (De Gruyter, Berlín 1949) 20.
66 Se puede asegurar, en cambio, que existe una tradición
Cf. J. D. G. DuNN, New Testament Theology. An lntroduction (Abingdon,
67
de palabras de Jesús antes de la Pascua transmitida por sus
Nashville 2009) 28s.
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62 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.2. JESÚS. SUS DICHOS Y HECHOS 63

discípulos y que ha sido la fe en Jesús el moviente principal de su predicación, el testimonio de sus milagros y profecías,
para recordarlas y transmitirlas. Schürmann sostiene que el el anuncio escatológico y las promesas mesiánicas. Cuando
lenguaje de la Iglesia primitiva es una legítima prosecución de después de la Pascua los discípulos comienzan a llamar a su
la predicación de Jesús, porque las palabras atribuidas a Jesús maestro Señor, esta proclamación es vista como cumplimiento
después de la Pascua ofrecen indicios razonables de autentici- de una promesa, como la realización plena de algo que antes
dad y de su origen pre-pascual: la continuidad sociológica de se había presenciado.
la tradición une al grupo de discípulos anterior a la Pascua, Aunque el cuadro que presenta Lucas en su doble obra -y
con aquel que viene después68• Como dice Puig i Tarrech, «los especialmente en Hechos- se considere un poco idealizado,
Doce se convierten en una extensión viviente de la persona de fueron los discípulos más cercanos a Jesús los que tenían au-
Jesús y de su actividad, en el presente y en el futuro»69• toridad en la comunidad cristiana primitiva como portadores
La historia de las formas no considera fidedigna la tradi- de la tradiciones de lo que su maestro había hecho y enseñado.
ción de palabras y hechos de Jesús antes de la Pascua. Según Son ellos los testigos oculares y ministros de la palabra (cf.
Bultmann no se puede ir más allá de la fe de la comunidad Le 1,2), los que formaban el núcleo de aquellos que estuvie-
primitiva: detrás de esa barrera reinaría un oscuro agnosticis- ron con el Señor Jesús durante el tiempo de su vida terrena
mo. Por tanto, no se sabría nada acerca del período anterior a y fueron testigos de su resurrección ( cf. Hch 1,21), los que
la Pascua: habría un foso que separa los dos momentos. Para mantuvieron unidos los fieles por medio de su enseñanza, en
él y sus seguidores el problema del cristianismo era reconstruir el período de la Iglesia naciente (cf. Hch 2,42). Es lógico que
la fe de la comunidad, que ha marcado también sus leyes de después de la Pascua el pueblo se dirigiera a ellos para infor-
transmisión; no hay fe si no hay un kerygma que anuncia a marse acerca de la doctrina de Jesús, de lo que había realmente
Jesucristo muerto y resucitado. Gunter Bornkamm justifica sucedido y del sentido de la crucifixión a la luz de sus propias
esta sentencia de su maestro afirmando que la simple fe en palabras.
la persona, palabras y hechos de Jesús no habría resistido al Para el individualismo que caracteriza a la cultura contem-
impacto de la Cruz; por eso era necesario el misterio pascual poránea es difícil entender cómo el impacto de Jesús no se
que fundaba una nueva fe en la cruz y resurrección. Fuchs, en disolvió en una serie de historias divergentes y contradictorias.
cambio, lo ve de otro modo: la fe que se derrumba ante la cruz La formación de una tradición por parte de sus discípulos re-
es una fe desviada, unida a pretensiones nacionalistas y tradi- presenta probablemente el elemento fundante y constitutivo:
cionalistas, que debía caer para dar paso a una auténtica fe en del mismo modo que ellos siguieron a Jesús en su ministerio,
el mesías crucificado y glorificado?", Ya se ha visto que esa fe atraídos por su persona, así también guardaron su enseñanza y
estaba presente en los discípulos antes de la Pascua, aunque su recuerdo en la comunidad. Conservaron los aspectos esen-
de otra forma. Era una virtud que contemplaba la autoridad ciales y coherentes que a primera vista resaltaban la grandiosi-
68 Cf. H. ScttÜRMANN, «Die vorosterlichen Anfünge der Logien Tradition»,
dad de la vida de Jesús, más que la totalidad detallada de sus
a.c., 359. acciones o de sus palabras. Los Evangelios tienen ejemplos de
69 Cf. A Purc r TARRECH, jesús. Una biografía (Destino, Barcelona 2004) 272.
7° Cf. E. FucHS, «Die Frage nach dem historischen jesus»: Zeitschrift far Tbeo-
repeticiones orales de esa tradición compartida, repeticiones
logie und Kirche 53 (1956) 210-229 (217). que hacen ver la flexibilidad de las narraciones de viva voz. En
64 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS

estas narraciones no se conserva una imagen de Jesús quími-


camente pura, sino más bien una síntesis de las distintas im-
r Descargado de: http://www.descargarlibroscristianosgratisenpdf.online/

C2. JESÚS. SUS DICHOS Y HECHOS

señanza tuvo gran importancia para la identidad misma de los


65

de transmisión a los discípulos en la Iglesia primitiva. Esa en-

presiones que transmitieron los testigos oculares, en un fluir discípulos y para su vida en la comunidad cristiana. Ella debe
sustancialmente fiel. haber sido meditada y atesorada.
Esta transmisión se llevó a cabo durante su ministerio pú- Por otra parte, las variaciones en la repetición de esa en-
blico: lo contrario supondría que las palabras de Jesús habrían señanza indican la habilidad -de los apóstoles en un primer
interesado a sus discípulos solo después del evento pascual. momento, y luego de sus seguidores- para adaptarse y adaptar
El contenido de la tradición oral que formó la comunidad se ese material, agrupándolo de diversas maneras, desarrollándo-
encontraba ya in nuce durante la misión terrena de Jesús, que lo en mayor o menor medida y sacando ejemplos para la vida
mandó a sus discípulos desde el inicio a predicar. Esa predi- práctica, en armonía con el impacto inicial dejado por Jesús
cación, a fortiori, versaba sobre lo que el Maestro les había mismo, en vista de la expansión de las diversas comunidades.
enseñado. Cuando Jesús los envía durante su ministerio en Se trata de una tradición que se recordaba, se celebraba y se
Galilea, dice Schürmann, los manda a predicar y a curar en- vivía en las asambleas litúrgicas, en las reuniones y encuentros.
fermedades. Siendo ellos poco formados e inmaduros, antes Sin necesidad de hablar de un afán excesivo por memorizar
de enviarlos les habría indicado lo que debían predicar. Esta es textualmente las palabras del Maestro o las circunstancias en
una situación típica, una enseñanza que se plasma en la mente que ellas fueron pronunciadas, estaba presente el interés en
de los discípulos. Por tanto, el ambiente vital de la predica- conservar en cada caso el aspecto fundamental de su enseñan-
ción inmediatamente después de la Pascua y en los períodos za. En cambio, no hay indicios de irrupción de material de
posteriores, tiene su inicio en la predicación de Jesús y en las libre creación o de un desarrollo posterior que haya ignorado
instrucciones dadas a los apóstoles en el período pre-pascual. ese impacto original de Jesús y de sus palabras. Éste imprimió
El minimalismo de algunos autores respecto a la fiabilidad un estilo de vida y un testimonio que ha dejado huella en la
de la tradición de Jesús y sobre Jesús, pone como ejemplo una primitiva comunidad cristiana.
historia rica en detalles, que se enuncia una primera vez, y que
después de haber sido contada repetidas veces, al final llega a 5. La pasión y muerte
ser una narración completamente distinta de la original. Esto
sucede en relatos intrascendentes o banales, a veces carentes Las narraciones sobre la pasión se concentran en el período
de un contenido que suscite verdadero interés en los oyentes. cercano a la Pascua, en los últimos días de su vida, en los que
Pero, ¿se puede decir lo mismo de los dichos y hechos del el actuar de Jesús es completamente paradójico, una verdade-
Maestro? ra parábola de comportamiento. El estupor de los viajeros a
El impacto que ejerció la enseñanza de Jesús sobre sus Emaús en el primer día de la semana refleja ciertamente los
oyentes hizo que pudieran recordar cuanto habían visto y sentimientos de la mayor parte de los discípulos, que no se
oído. Y esto ocurrió tanto respecto al tema central y a sus ele- esperaban un tal desenlace.
mentos esenciales, como a las palabras o frases particulares La claridad con que la Iglesia naciente llegó a entender el
que permanecieron constantes en el proceso de repetición y sentido del sufrimiento de Jesús, y especialmente de su pasión,
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66 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.2. JESÚS. SUS DICHOS Y HECHOS 67

muerte y resurrección, fue iluminada por la convicción sobre prender. El Evangelio según san Juan, que de ordinario pre-
la identidad y misión del Mesías. No es este el momento de senta una cristología más desarrollada que la de los sinópticos,
detenerse a observar la evolución de esta verdad fundamental es especialmente ilustrativo al respecto, pues hace ver cómo
de la revelación cristiana que corresponde más bien al segundo después de la venida del Espíritu Santo han entendido lo que
estadio de formación de los Evangelios. En cambio, se puede les había dicho antes acerca de sí mismo, tal como el mismo
afirmar ya desde ahora que la imagen más completa y plena Jesús lo había anunciado (cf. Jn 14,17.26; 15,26; 16,13)73• Lo
de Jesús, la que emerge del evento pascual, permite interpretar que aparecía enigmático antes del evento pascual, pudo ser
las tradiciones individuales anteriores a la luz de una profunda proclamado después con mayor conocimiento y claridad.
convicción acerca de lo que Jesús era realmente, y organizar La conciencia de Jesús acerca de su filiación y misión es
el material tradicional sobre la base de esos principios armó- algo que ha suscitado y continúa a suscitar controversias, entre
nicos. Es difícil que esa imagen sea solo fruto de la tradición otras cosas porque no es posible penetrar profundamente en
religiosa presente en la cultura helenística. Como dice Joseph su mente y entendimiento. Captarlos significaría penetrar en
Ratzinger-Benedicto XVI, el misterio de la ciencia del Verbo Encarnado, conocer lo que
Él conoce, saber cómo se armonizan en su mente los diversos
solo si ocurrió algo realmente extraordinario, si la figura y las
palabras de Jesús superaban radicalmente todas las esperanzas tipos de conocimiento. Es un aspecto unido a la realidad del
y expectativas de la época, se explica su crucifixión y su efica- Dios hecho hombre, a la unión de la divinidad y de la huma-
cia 71. nidad en una única Persona. No sería científico, sin embargo,
excluir la posibilidad de una conciencia mesiánica, pues se
Gerhardsson va más allá; según él se puede probar que la poseen textos en los que Jesús afirma no pocas cosas sobre sí
idea sobre Jesús en la comunidad de los discípulos antes de la mismo, sobre su misión, sobre su unión con Dios.
Pascua se conformaba a la imagen provisional que Jesús había No se puede saber mucho sobre su conciencia, pero lo
intentado dar de sí mismo durante su vida terrena, no obs- que ha llegado hasta nosotros reflejado en los Evangelios nos
tante la incomprensión por parte de quienes lo escuchaban, e deja una impresión tan fascinante que resulta ineludible la
incluso de quienes lo seguían: la imagen pospascual de Jesús pregunta: «¿Quién es pues, ester» (Me 4,41) 74• La respuesta
sería simplemente más clara y más completa que su imagen se encuentra en la proclamación de la primitiva comunidad
terrena.". De modo similar, su predicación acerca del Reino de cristiana, que confiesa paradójicamente Jesús como Hijo de
Dios no sería sustancialmente distinta del kerygma de la Igle- Dios hecho hombre, como el Señor resucitado en la unidad
sia primitiva: esta proclamación sería quizá una versión más del Padre. La intención de los evangelistas como testigos de
concreta, precisa y desarrollada del mensaje de Jesús acerca del la fe cristiana y narradores de hechos sucedidos se encuentra
Reino. resumida en el testimonio que Juan escribió, representando
En más de una ocasión Jesús hizo afirmaciones sobre su
73
persona y su misión que los discípulos no alcanzaron a corn- Cf. B. ESTRADA, «La missione dello "Spiriro di verita" ne! vangelo di Giovan-
ni»: Annales Tbeologici 12 (1998) 375-405.
74
Cf. M. HENGEL, «Eye-Witness Memory and the Writing of rhe Gospels», en
71
J. RATZINGER-BENEDICTO XVI,Jesús de Nazaret, o.e. I, 18. M. BocKMUEHL - D. A. fuGNER (eds.), 1he Written Gospel (Univ. Press, Cambridge
72
Cf. B. GERHARDSSON, Tbe Reliability of the Gospel Tradition, o.e., 47. 2005) 70-96 (95).
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68 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS


C.2. JESÚS. SUS DICHOS Y HECHOS 69

en cierto modo los cuatro Evangelios: «Para que creáis» (Jn hombre. El Jesús que deja una huella profunda en la mente y
20,31). Y esta fe se entrelaza con las-tradiciones históricas. en el corazón de sus seguidores es el que ha sido crucificado y
sepultado, el que resucitó y se constituyó Salvador y Reden-
6. Síntesis condusiva: El impacto de Jesús tor del mundo. La presentación que Jesús hizo de sí mismo y
sobre todo la interpretación de su persona y de su misión que
En una reflexión sobre esta primera parte, la conocida fra- realizó la Iglesia primitiva, son ciertamente un motivo valede-
se de Dibelius, ya mencionada: «En principio era el kerygma», ro para sostener que su tradición fue transmitida por la prime-
encuentra su sentido genuino cuando se toma como punto ra comunidad cristiana con el objeto de que se formara una
de partida no la proclamación de la comunidad cristiana pri- base firme y sólida sobre su vida y enseñanza, un fundamento
mitiva, sino el primer kerygma, el anuncio de Jesús sobre el de la fe75•
Reino de Dios. La parte más antigua de la tradición evangélica En definitiva, la tradición es viva. La memoria sobre lo
la componen ciertamente los logia de Jesús, sus sentencias y que Jesús hizo y dijo no se conserva en un estuche como una
exhortaciones, sus discursos y parábolas, que sirvieron para reliquia santa: al contrario, permite recordar y experimentar la
hacer su anuncio más inmediato y comprensible; esta procla- presencia y las palabras de Jesús 76, escucharlo como si hablara
mación además va acompañada y confirmada por sus hechos en nuestra época y se dirigiera a cada persona en concreto, lle-
y acciones. En la vida de Jesús se cumple plenamente a la letra gando a ser en cierto modo testigos de sus palabras y hechos.
cuanto dice la Dei Verbum al referirse al proyecto divino en la La tradición es viva porque sus discípulos vivieron por ella y
historia de la salvación: las obras realizadas manifiestan y con- en ella: fue la linfa vital, el aliento vivificante que les permitió
firman su doctrina y los hechos significados por sus palabras, vivir una vida de discipulado.
y las palabras, por su parte, proclaman sus obras y esclarecen Con lo dicho hasta ahora hay más de un motivo para con-
el misterio contenido en ellas, el misterio sobre su persona fiar en la veracidad de lo que dijo e hizo Jesús. Efectivamente,
misma (cf DV 2). Se trata, en definitiva, del evento-Jesús, de sus palabras y sus hechos encuentran un anclaje en la historia
su vida y sus enseñanzas. de la humanidad, a partir del cristianismo primitivo.
El mensaje contenido en su predicación y enseñanza fue Aunque el origen de la crítica se pueda atribuir a Descartes,
conservado por sus oyentes porque a los ojos del cristianismo su aplicación metodológica y su puesta en práctica reaparecen
primitivo Jesús fue una figura única e incomparable, un Maes- en el siglo XIX, con la idea de que mientras más escéptico se
tro de maestros, Profeta de profetas, Mesías e Hijo de Dios, el sea respecto a los textos, mejor se expresará la fuerza del pen-
Kyrios en definitiva. Nadie se le puede comparar. No es Jesús samiento analítico. Una actitud tendencialmente negativa, sin
solo un maestro de sabiduría, un itinerante que se dedicaba embargo, no ayuda a comprender integralmente la figura de
a emitir proverbios y pronunciar sentencias, personificando Jesús. El escepticismo excesivo termina por rozar los límites de
una especie de Confucio medio-oriental, con un modo de la credulidad ingenua, que a la hora de la verdad parte, como
vida cercano al espíritu estoico-cínico. Esta idea de Jesús que
presentan Crossan y sus colegas del fesus Seminar no consigue 75
C[ R. RrESNER, ]esus als Lehrer: eine Untersuchung zum Ursprung der Evange-
ponerse en contacto con la persona del Hijo de Dios hecho lien-Überlieferung (Mohr Siebeck, Tubinga 1981) 3 51 s.
76
C[ J. D. G. DuNN, Remembering]esus, o.c., 224.
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70 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.2. JESÚS. SUS DICHOS Y HECHOS 71

esta, de prejuicios. Los extremos se tocan. Es innegable que pasión y muerte de Cristo en la cruz, se grabaron en el corazón
el pensamiento histórico-crítico, desde el ámbito literario y de sus discípulos 79•
redaccional al formal, pasando por la historia de la religión, ha Por otra parte, si Jesús hubiera dicho solo cosas superficia-
contribuido de modo sustancial al estudio de los Evangelios, les o intrascendentes, o si hubiera sido incapaz de hacer ver
permitiendo conocer el ambiente literario, religioso-cultural a sus discípulos la importancia de recordar lo que les había
y socio-político en el que se generaron y fueron escritos, in- dicho, el cristianismo sería inexplicable.
dividuando tantos aspectos humanos de la persona de Jesús, En la base de la revelación neotestamentaria se encuen-
distinguiendo en ocasiones lo que es tradición acerca de su tra, en definitiva la memoria de Jesús. Se puede identificarla
vida y su enseñanza de lo que es interpretación y aportación analizando tres instancias presentes en el Nuevo Testamento 8°.
del evangelista en cuanto autor. La primera es el terreno sobre el que se apoya: las tradiciones
El mensaje de Jesús sobre el Reino de Dios es al mismo pre-redaccionales en las que se hace referencia a las «Escrituras
tiempo manifestación de sí mismo y recepción por parte de proféticas del Antiguo Testamento» que son como un evange-
sus seguidores. La autoridad de su palabra se refleja en el he- lio previo, y que alcanzan su fin con el nuevo eón introducido
cho de que sus discípulos dejaron todo y lo siguieron; se agru- por Jesús. Se trata de un movimiento del presente al pasado
paron en torno a su maestro y lo supieron contemplar como para encontrar las raíces, la historia sagrada que es al mismo
el personaje escatológico por medio del cual el Reino de Dios tiempo profecía, y del pasado al presente: la figura mesiánica
se anunciaba.". de Jesús no se habría reconocido si no hubieran existido las
La comunidad cristiana primitiva supo captar el impacto profecías y promesas, aun cuando no fueran del todo claras.
y la grandeza de la figura de Jesús. A partir de ese momento Fundamental resulta el presente, en cuanto el lenguaje del
se generó una tradición acerca de su persona, de sus palabras Nuevo Testamento revela un ambiente de gracia y de salva-
y sucedidos, que dio lugar a una memoria duradera. Esta me- ción, ya entrevisto en el Antiguo; el Evangelio es la síntesis de
moria sirve de hilo conductor a los escritos neotestamentarios. la memoria de Jesús de Nazaret.
El impacto de las acciones y dichos de Jesús mismo y los efec- La segunda instancia, el fundamento, es la memoria del
tos en sus contemporáneos constituyen la clave de la devoción Jesús terreno, recordado no solo como personaje histórico de
primitiva a su persona y a su misión 78• De modo particular matriz hebrea, andado en una geografía concreta y en una
se debe pensar en la memoria de las últimas horas de Jesús época determinada, sino también como personaje escatológi-
sobre la tierra: la cena celebrada con los apóstoles, la traición co que constituye el origen de la fe cristiana, mediante la cual
de Judas y la negación de Pedro, seguidos de los eventos de la se comprende su profundo misterio, su figura metahistórica.
Jesús es quien con su actividad y mensaje formó y conformó la

79
Cf. M. HENGEL, «Das Mahl in der Nacht in der "Jesus ausgeliefert wurde"
Cf. L. W HURTADO, «Resurrection's Faíth and the "Historical" jesus»: JSHJ
77
(lKor 11,23)», en C. GRAPPE (ed.), Le répas de Dieu (Mohr Siebeck, Tubinga 2004)
11 (2013) 35-52 (43). 115-159.
78
Cf. L. W HURTADO, Devotion to ]esus in Earliest Christianity (Eerdmans, °
8
Cf. G. SEGALLA, Teologia biblica del Nuovo Testamento: Tra memoria escatolo-
Grand Rapids, MI. 2003) 53s. gica di Gesú e promessa delfuturo regno di Dio (ElleDiCi, Leuman To. 2006) 67-69.
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72 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS

Iglesia más que ninguna otra persona. Su actividad histórica es


el punto de partida del cristianismo teórico y práctico81•
La tercera instancia es la memoria sobre Jesús, Mesías cru-
cificado y Señor resucitado. Desde la resurrección, verdadero CAPÍTULO III
evento constitutivo de su memoria, se proyecta la luz del pasa- LA PREDICACIÓN APOSTÓLICA
do y presente de Jesús sobre el pasado y el futuro del hombre
y de su historia. Jesús es el sujeto de la reflexión en los Evan-
gelios; por tanto su vida y sus palabras son considerados como Los apóstoles anunciaron ante todo la muerte y la resu-
una parte significativa de la teología del Nuevo Testamento, y rrección del Señor; dando testimonio de Cristo (cf. Le 24,44-
no solo un presupuesto82• 48; Hch 2,32; 3,15; 5,30-32), exponían fielmente su vida, re-
La memoria de Jesús se descubre mediante la historia de petían sus palabras (cf. Hch 10,36-41), teniendo presentes en
la tradición en los libros del Nuevo Testamento, en la relación su predicación las exigencias de los diversos oyentes (cf. Hch
entre ellos, en el entrelazado y analogías que ponen de relieve 13,16-41 con Hch 17,22-31). Después que Cristo resucitó de
su vida y su misión; no _se mira al origen de los textos, como entre los muertos y su divinidad se manifestó de forma clara
hacen los métodos histórico-críticos, sino a los escritos que (Hch 2,36, Jn 20,28), la fe no solo no les hizo olvidar el re-
esa tradición genera, tanto en el campo narrativo (Evangelios cuerdo de los acontecimientos, sino que lo consolidó, pues esa
sinópticos y Hechos), como discursivo (epístolas) y teológico fe se fundaba en lo que Cristo les había realizado y enseñado
(corpus loanneum). (Hch 2,22; 10,37.39). Por el culto con que luego los discí-
pulos honraron a Cristo, como Señor e Hijo de Dios, no se
verificó una transformación Suya en persona «mítica», ni una
deformación de su enseñanza. No se puede negar, sin embar-
go, que los apóstoles presentaron a sus oyentes los auténticos
dichos de Cristo y los acontecimientos de su vida con aquella
más plena inteligencia que gozaron (]n 2,22; 12,16; 11,51s.
Cf. 14,26; 16,12s; 7,39) a continuación de los acontecimien-
tos gloriosos de Cristo y por la iluminación del Espíritu de
Verdad (cf. Jn 14,26; 16,13). De aquí se deduce que, como
el mismo Cristo después de su resurrección les interpretaba
(Le 24,27) tanto las palabras del Antiguo Testamento como
las Suyas propias (cf. Le 24,44s; Hch 1,3), de esta forma ellos
explicaron sus hechos y palabras de acuerdo con las exigencias
81 Cf. l. HowARD MARSHALL, New Testament Tbeology (lnterVarsity, Downers

Grave IL. 2004) 41.


de sus oyentes. «Asiduos en el ministerio de la palabra« (Hch
82 Como se sabe, R. BuLTMANN, Teología del Nuevo Testamento (Sígueme, Sa- 6,4), predicaron con formas de expresión adaptadas a su fin
lamanca 1981) 40, decía que la predicación de Jesús no formaba parte del Nuevo
Testamento, sino que era solamente una premisa.
específico y a la mentalidad de sus oyentes (1 Cor 9,19.23),
11il
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74 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.3. LA PREDICACIÓN APOSTÓLICA 75

pues eran «deudores de griegos y bárbaros, sabios e ignoran- primer momento después de la Pascua se habla más de predi-
tes» (Rom 1, 14). Se pueden, pues, distinguir en la predicación cación oral que de escritura de los Evangelios. Uno de los mo-
que tenía por tema a Cristo, catequesis, narraciones, testimo- tivos que se tienen para afirmarlo es el argumento ex silentio:
nios, himnos, doxologías, oraciones y otras formas literarias no se tienen datos de que se hayan puesto a escribir. Por otra
semejantes, que aparecen en la Sagrada Escritura y que estaban parte se posee en los escritos neotestamentarios un buen elen-
en uso entre los hombres de aquel tiempo. co de verbos -predicar, amonestar, instruir, enseñar, explicar,
anunciar, proclamar- que hacen referencia a una actividad
1. La Iglesia naciente más oral que escrita.
Quizá lo más interesante de esta segunda etapa es el he-
El texto de la SME 2 -que aquí se ha recogido per exten- cho de que los apóstoles y los discípulos más cercanos fueron,
sum, vista su importancia y claridad- dice que los discípulos por una parte, testigos oculares; por otra, transmisores de una
de Jesús, empezando por los que conformaban el círculo más tradición mediante la palabra proclamada y enseñada. En esta
estrecho, comenzaron a predicar después de su muerte y resu- etapa de anuncio y predicación se basa el contenido de los
rrección. No se pusieron a escribir, como no lo habían hecho Evangelios. Respecto a la fidelidad de la tradición y la veraci-
durante la vida pública de Jesús. Tampoco Él lo hizo. No tene- dad de su contenido no se sabe exactamente cómo los testigos
mos pruebas de que Jesús haya escrito, a excepción de las letras de la vida y obras de Jesús continuaron controlando esa tradi-
-se ignora cuáles- escritas en la arena, en el episodio de la ción en las etapas posteriores de su desarrollo. Según Nineham
mujer sorprendida en adulterio (cf. Jn 8,3-6). Después de la los apóstoles inicialmente habrían proclamado el mensaje pas-
partida del Maestro, los apóstoles no se sentaron a escribir un cual, sin controlar después la evolución de esa tradición hasta
libro o biografía que pudiera ser copiada y difundida. Hicie- que llegó a ser puesta por escrito2• Es cierto que en un primer
ron lo que se les había indicado: predicar sobre Jesús, sanar momento, anota Hengel, lo que contaba para ellos era la ve-
enfermos y expulsar demonios en su nombre. El discurso de nida del Reino -que se esperaba en un futuro no lejano-,
la misión presente en los tres Evangelios sinópticos es un tes- el final del viejo eón y del imperio del mal. El hecho de haber
timonio convincente de lo que ya hacían durante la manifes- presenciado la vida de Jesús no implicaría necesariamente el
tación de Jesús a Israel, ayudándolo en su tarea de proclamar inicio de una documentación historiográfica, pues su objetivo
el Reino. Después de la Pascua tenían aún más razones para no era el de ser testigos desde el punto de vista literario. Su
hacerlo, empujados por la convicción de que había resucitado interés se centraba en proclamar su propia experiencia perso-
quien había sido crucificado, y de que el Espíritu les comuni- nal. Así las primeras narraciones escritas, en forma de sumario,
caba nuevas iniciativas 1• aparecieron probablemente hacia los años 60 de nuestra era 3.
El libro de los Hechos de los apóstoles hace ver especial- A ellas se habrían añadido colecciones de dichos y milagros, en
mente la actividad kerigmática de los apóstoles y discípulos
2
Cf. D. NINEHAM, «Eye-Witness Testimony and the Gospel Tradition, I, 11,
en los primeros tiempos de la comunidad cristiana. En este IIl»:]TS 9 (1958) 13-25; 243-252; 11 (1960) 253-264.
3
Cf. M. HENGEL, «Eye-Witness Memory and the Writing of the Gospels», en
1
Cf. B. GERHARDSSON, Reliability ofthe Cospel Tradition (Hendrickson, Peabody, M. BocKMUEHL, D. A. HAGNER (eds.), 1he Written Cospel (Univ. Press, Cambridge
MA. 2001) 135s. 2005) 70-96 (73).
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i

76 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C3. LA PREDICACIÓN APOSTÓLICA 77

forma de notas personales, es decir, de textos cuyo desarrollo una generación se movieron de una parte a otra entre las re-
no se puede fácilmente discernir4• En principio no tenemos giones de Palestina y de la diáspora, y mediante la predicación
criterios para establecer con claridad de qué manera el testi- y el ejemplo pusieron sus recuerdos a disposición de quien
monio de los primeros predicadores se hizo presente en la fase deseaba saber más sobre Jesús o buscaba información7• Con
final del proceso de formación de los Evangelios. otros trazos Reicke esbozaba el rol de los testigos oculares en
La tradición oral se presenta como la etapa intermedia has- la formación de la tradición evangélica: el círculo de discípu-
ta llegar a la redacción de los Evangelios. Dibelius, poniendo los más cercano a Jesús -y el más antiguo-, recordando la
de relieve la importancia de la predicación 5, analiza el prólo- última cena y la crucifixión, pudo inicialmente desarrollar la
go del Tercer Evangelio y lo encuentra poco convencional, en narración sobre la pasión en una forma recogida de manera
cuanto que Le 1,2 une los testigos oculares a los predicadores sustancialmente igual en los cuatro Evangelios. Así la celebra-
de la palabra. Según él estaban, por una parte, esos testigos y, ción de la cena del Señor habría constituido el Sitz im Leben, i
por otra, los predicadores anónimos que siguieron a aquellos el ambiente o situación vital de esa tradición. Los Evangelios
primeros. sinópticos en particular, tienen raíces directas en la experiencia
El método de la historia de las formas subraya especial- de aquellos testigos presenciales8•
mente la transmisión popular anónima de dichos y narracio- A este respecto un libro de Richard Bauckham ha llegado
nes, haciendo ver que ese proceso folclórico no tiene interés en a ser un punto de referencia. El autor conoce los estudios de
la historia, pues está dirigido solo a las necesidades actuales de Byrskog sobre los historiadores antiguos del mundo clásico
la comunidad; como consecuencia los testigos habrían desapa- y cómo ellos se sirvieron de testigos oculares como principal
recido sin dejar huella -los testigos oculares son incómodos, fuente de información9• Bauckham aplica la analogía a los
comentará después Benoit6- en el origen y desarrollo de la Evangelios y presenta abundantes ejemplos de esa realidad,
tradición evangélica. La consecuencia -y no pocas veces la insistiendo en un hecho esencial: las sociedades anónimas que
motivación- es el escepticismo, pensando que muchas de la postula la historia de las formas no existen; la tradición está
cosas que dijo Jesús durante su vida terrena fueron olvidadas o siempre unida a individuos; los que han transmitido inicial-
eran irrelevantes en vista del objetivo teológico de los escritos. mente la tradición evangélica han sido testigos de visu. A partir
Comenta Taylor que si la historia de las formas tuviera de ahí afirma: «El testimonio ofrece el modelo teológico de
razón, los discípulos deberían haber sido llevados al cielo in- comprensión de los Evangelios más apropiado para acceder a
mediatamente después de la resurrección. No es probable que la realidad histórica de Jesús» 10•
los discípulos se jubilaran inmediatamente: al menos durante
7
Cf V. TAYLOR, The Formation of the Cospel Tradition (Macmillan, Londres
2
1957) 41s.
4
Cf M. SATO, Q und Prophetie: Studien zur Gattungs-und Traditionsgeschichte 8
Cf B. RErcKE, The Roots of the Synoptic Gospels (Fortress, Filadelfia 1986).
der Que/le Q (Mohr Siebeck, Tubinga 1988). 9
Cf S. BYRSKOG, Story as History - History as Story (Mohr Siebeck, Tubinga
5 Ya se ha mencionado la conocida frase «en principio era el kerygma». M.
2000) 48-6 5; 146-17 6; 200-223.
DrnELIUS, Die a!testament!ichen Motive in der Leidensgeschichte des Petrus- und der 1
° Cf R. BAUCKHAM, ]esus and the Eyewitnesses: The Gospels as Eyewitness Testimony
]ohannesevangeliums (Topelmann, Berlín 1918) 125. (Eerdmans, Grand Rapids, MI.-Cambridge R.U. 2008) 5; cf S. BYRSKOG, «The
6
P. BENOÍT, «Reflexiones sobre la "Formgeschichtliche Methode?», en Exégesis Eyewitnesses as lnterpreters of the Past: Reflections on R. Bauckham's, "[esus and
y teología, I (Studíum, Madrid 1974) 240. the Eyewitnesses"»: ]SHJ 6 (2008) 157-168.
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78 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.3. LA PREDICACIÓN APOSTÓLICA 79

Algunos ponen en duda la fiabilidad de esos testigos. Ya al mente orales muestran la inmensa variedad de tipos, conteni-
inicio del siglo xx decía Bultmann que la mayor parte del ma- dos, funciones y modos de transmisión de la tradición oral 15•
terial sinóptico era creación de la comunidad cristiana primiti- Muchos aspectos tienen que ver con culturas específicas y no
va 11• Redman, admitiendo de entrada que la transmisión de la siempre se pueden aplicar universalmente. En la actualidad se
historia en las comunidades de cultura oral es bastante precisa es más consciente de la importancia de los individuos en las
en el momento en que se deciden preservar los relatos, señala sociedades donde se ejercita preferentemente la tradición oral;
al mismo tiempo que aparecen inexactitudes en la memoria de allí las tradiciones se componen, preservan y perfeccionan
esos testigos; algunos estudios psicológicos podrían hablar de por medio de individuos que, actuando, por supuesto, en un
recuerdos no precisos, de factores que afectan a la memoria, de- contexto comunitario, se convierten en puntos de referencia
terioro del recuerdo durante el tiempo de almacenamiento y ac- y en fuentes de autoridad. Bauckham, por ejemplo, hace ver
tualización de los recuerdos. La causa provendría del constituir que el modelo de tradición oral de la historia de las formas
una comunidad de fe, no acostumbrada a transmitir sucesos de no es actualmente sostenible: no es cierto que la tradición sea
historia 12• Del mismo modo opina DeConick: «Cualquier re- invariablemente colectiva. Las generalizaciones son peligrosas
cuerdo que se haya preservado en los Evangelios es un recuerdo -dice-, y en particular cuando se trata de los Evangelios 16•
reconstruido y profundamente interpretado» 13• Crossan va aún Se debe, sin embargo, tener en cuenta también el valor de
más allá cuando afirma que casi todo lo que nos dice el sentido la memoria colectiva, un fenómeno cuyo estudio es relativa-
común acerca de la memoria es falso, pues los detalles no están mente reciente, pues nace con el siglo xx. Los estudios socio-
protegidos por la naturaleza indeleble del hecho mismo; el he- lógicos desarrollados en este ámbito muestran que ciertamen-
cho se convierte en ficción, la ficción llega a ser realidad, lo no te en ella la influencia de las circunstancias presentes es fuerte,
sucedido se convierte en sucedido14• Las conclusiones de estos aunque limitada por las realidades históricas que evitan las
autores en torno al papel de la memoria en la preservación de la deformaciones. No quiere decir esto que la memoria colectiva
tradición sobre Jesús son más bien escépticas. sea inmune de los errores u olvidos que se encuentran en la
Otros estudiosos, sin embargo, han llegado a diferentes memoria individual: es posible encontrarlos, pero son menos
conclusiones. Modernos análisis de sociedades predominante- frecuentes en lo referente a los rasgos fundamentales 17•
Tampoco es cierto que las sociedades orales no tengan in-
11
Cf. R. BULTMANN, Historia de la tradición sinóptica (Sígueme, Salamanca
terés en el pasado o hablen de este solo para referirse a las nece-
2000) 64. sidades presentes de la comunidad; ese interés por lo sucedido
12
Cf. J. C. S. REDMAN, «How Accurate are Eyewitnesses? Bauckham and the
Eyewitnesses in the Light of Psychological Research»:JBL 129 (2010) 177-197;
15 Cf. R. FrNNEGAN, Literacy and Orality: Studies in the Technology of Commu-
D. R. CATCHPOLE, «On Proving Too Much: Critica! Hesitations about Richard
Bauckham's, "[esus and the Eyewitnesses" »: JSHJ 6 (2008) 169-181. nication (Blackwell, Oxford 1988) 175-177; J. VANSINA, Oral Tradition as History
13
A. D. DECONICK, «Human Memory and the Sayings ofJesus: Contemporary (Univ. ofWisconsin Press, Madison 1985) 197.
Experimental Exercises in the Transmission of Jesus Traditions», en T. THATCHER 16
Cf. R. BAUCKHAM, «The Transmission of the Gospel Tradition»: RCatT 33
(ed.), [esus, The Voice and the Text: Beyond the Oral and the Written Gospel (Baylor, (2008) 377-394 (379).
17 Cf. R. F. BAUMEISTER - S. HAsTINGS, «Distortions of Collective Memory:
Waco 2008) 135-179 (177-179).
14 Cf. J. D. CROSSAN, The Birth of Christianity: Discovering What Happened in How Groups Flarter and Deceive Themselves», en J. W. PENNEBAKER - D. PAEz -
the Years lnmmediately after the Execution ofJesus (Harper, San Francisco 1998) B. RrMÉ (eds.), Collective Memory ofPolítica! Evens: Social Psychologica!Perspectives
59-65. (Erlbaum, Mahwah, NJ. 1996) 277-293.
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80 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.3. LA PREDICACIÓN APOSTÓLICA 81

debe analizarse en las diversas culturas particulares. Es normal La Iglesia primitiva tenía un claro sentido del pasado y de
en las sociedades orales distinguir los.hechos reales de los ficti- su relevancia en el presente; de ahí que estuviera interesada en
cios, y transmitirlos de modo diferente: aquellos se comunican conservar fielmente las tradiciones de Jesús y sobre Jesús. No
con más atención y con una fiel reproducción del contenido, hay motivo para pensar que una buena parte de los dichos y
mientras que las narraciones de leyendas y cuentos de fantasía hechos se hayan creado ex novo y después se hayan añadido
permiten una amplia variación creativa. Por otra parte se debe a la tradición21• El mismo Bultmann afirma que los diálogos
precisar si el material folclórico se transmite durante siglos, o individuales, sin llegar a ser crónicas históricas detalladas, con-
se trata de períodos de tiempo relativamente cortos, en los que servan el carácter general de la vida de Jesús rectamente repre-
se narra una memoria viva. sentado en ellos. La comunidad primitiva ha hecho suya la
No pocos estudiosos han analizado el aprendizaje por par- predicación de Jesús. De este modo Jesús es para ella maestro
te de los discípulos de las palabras y ejemplos de Jesús. Quizá y profeta 22•
pueda parecer poco persuasivo pensar que Jesús animó a sus Como dice Martini, la predicación cristiana primitiva
discípulos a aprender de memoria algunas enseñanzas; sin em- prueba claramente que su contenido era extraño a infiltracio-
bargo, el ejercicio de la memoria era un factor importante no nes y deformaciones del anuncio; al contrario, garantiza una
solo en el mundo semítico sino también en las escuelas hele- auténtica transmisión de los dichos y hechos de Jesús. Como
nísticas, donde constituía una parte importante del programa se ha visto, sus elementos estructurales se pueden compendiar
educativo 18• en tres conceptos: apostolicidad, transmisión, testimonio23•
Quizá la verdad se encuentre entre los dos extremos: por
una parte, se debe admitir que la contribución de los testigos 2. La Pascua de resurrección
oculares a la tradición evangélica tendrá inevitablemente errores
en los detalles, que se mezclan con el material más preciso y La Pascua transformó la vida de los discípulos y su visión
seguro. La memoria -incluso en aquellos- puede fallar, entre existencial: frente a la muerte en la cruz el único pensamiento
otras cosas porque es difícil conservar el orden de los aconteci- posible era el de desilusión y fracaso. Aquello que Jesús les ha-
mientos; se recuerdan, en cambio, más fácilmente los lugares y bía enseñado, e incluso predicho, durante su vida pública, los
las personas singulares 19• Al mismo tiempo conviene juzgar si la hechos extraordinarios y las palabras que atraían multitudes,
presencia de errores circunscritos lleva a la conclusión de que no todo se había desmoronado ante la condena a muerte que lo
se puede saber nada sobre Jesús, sus palabras y acciones, o por el equiparó a un criminal. Sin la resurrección ese habría sido su
contrario si algunas cualidades de la memoria humana llevan a punto de vista, su situación vital. La Pascua es por tanto el
fundamentar la credibilidad de esa tradición 20• evento fundamental de la fe, el verdadero punto de apoyo sin
el cual el cristianismo desaparecería. Sin ella no se entiende
18
Cf. R. RrESNER, «[esus as Preacher and Teacher», en H. WANSBROUGH (ed.),
fesus and the Oral Gospel Tradition QSOT Press, Sheffield 1991) 185-210 (203). 21
Cf. R. BAUCKHAM, «The Transmission of the Gospel Traditíon», a.c., 383.
19 22
Cf. M. HENGEL, «Eye-Witness Mernory», a.c., 89. Cf. R. BULTMANN, Teología de/Nuevo Testamento (Sígueme, Salamanca 1981)
2
° Cf. R. K. MclVER, «Eyewitnesses as Guarantors of the Accuracy of the Gos- 88.
pel Traditions in the Light of Psychological research»: JBL 131 (2012) 529-546 23
Cf. C. M. MARTINI, «La primitiva predicazione apostolica e le sue caratteristi-
(545). che»: CivCatt 113/III (1962) 246-255 (246s).
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82 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C3. LA PREDICACIÓN APOSTÓLICA 83

la predicación apostólica y mucho menos la expansión de la la figura y persona de Jesucristo, como enseña san Pablo. Se
Iglesia en un ambiente adverso y materialista donde la posibi- entiende entonces el reproche que Jesús dirige a los viajeros de
lidad de la resurrección era sencillamente impensable (cf. Hch Emaús: ¿no era necesario que Cristo padeciera y entrara en su
17,31s). gloria? (cf. Le 24,25s).
Solo la convicción de la divinidad de Jesucristo, de su ca- Jamás se subrayará suficientemente la importancia de la
rácter de Hijo de Dios que surge del misterio pascual, pudo Pascua en la comunidad cristiana primitiva, que consciente del
superar el trauma ocasionado por el escándalo y la locura de la gran evento siente la necesidad de anunciar el misterio de la
cruz y dar la fuerza a los apóstoles para contrastar las doctrinas pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. A partir de ahí se
y los modos de pensar de su tiempo, proclamando el evento explica la predicación de los apóstoles y su interés en proclamar
paradójico por excelencia: aquel que fue ejecutado como un su divinidad. En este ambiente se consolidó la tradición oral
criminal es el Mesías prometido de Israel, el Hijo de Dios que que más tarde dará origen a los Evangelios. La proclamación del
ha venido a anunciar la salvación y la ha obtenido para to- misterio pascual no ha sido por tanto, en la vida de la Iglesia pri-
dos con el precio de su propia sangre. El rescate pagado por mitiva, algo añadido, superpuesto. Más bien conforma la propia
nuestros pecados lo consiguió Jesucristo con su muerte en la vida de los apóstoles y de sus seguidores haciendo ver que ese
cruz. La resurrección ha sellado este hecho de modo definitivo anuncio toca directamente la fe que profesan. Por decirlo con
haciendo comprender plenamente su significado y otorgándo- las palabras recogidas en el libro de Hechos, «no podemos dejar
le al mismo tiempo todo su infinito valor. Se puede concluir de hablar de lo que hemos visto y oído» (Hch 4,20).
entonces que los dos aspectos que quedaron confirmados en La resurrección no solo no disminuyó la autoridad de Jesús
la mente de los seguidores de Jesús debido a la resurrección sino que acrecentó la tradición sobre sus acciones y palabras.
fueron su exaltación como Señor, Mesías e Hijo de Dios, y el Un hecho singular es que los dichos de Jesús se recogen de
significado expiatorio y salvífica de su muerte. modo exclusivo, sin mezclarlos con sentencias de ningún otro
Tiene razón Evans al afirmar que la fe cristiana empezó el maestro de Israel 25: Kittel llegó a afirmar que el aislamiento de
domingo, el primer día después de la Pascua, con el descubri- la tradición de Jesús es el elemento constitutivo del cristianis-
miento del sepulcro vacío y las apariciones del Resucitado24• mo ". Se diferencia así de la tradición hebrea en la que se re-
El evento pascual transforma la fe y la esperanza de los discí- cogen en torno a un tema textos de contenido similar, citando
pulos, les hace ver que el mesianismo religioso-político de ma- nombres y opiniones de los diversos rabinos y subrayando su
triz nacionalista que afloraba en todos los estamentos de Israel concordancia, de ordinario sin manifestar preferencia por uno
era simplemente un modo errado de entender las profecías o por otro.
contenidas en la Escritura. La exaltación del pueblo elegido 25 Cf. F. MussNER, «Die Beschrankung auf einem einzigen Lehrer. Zu einer we-
ante todas la naciones -que la literatura apocalíptica judía nig beachteten "differentia specifica'' zwischen Judentum und Christentum», en G.
del período intertestamentario consideraba como el signo por M ÜLLER ( ed.), Israel hat den no ch Gott zum Trost. Festschrift S. Ben Chorin (Paulinus
Verlag, Trier 1979) 33-43.
excelencia del tiempo mesiánico- se realiza precisamente en 26 «Lo que falta en el rabinismo es la circunscripción del material tradicional a

una sola persona. Los rabinos no han sentido nunca la necesidad de hacer una bio-
grafía de sus maestros» (trad. nuestra). G. KrTTEL, Die Probleme des paldstinischen
24
Cf. C. A. EvANS, jesús Deformado (Sal Terrae, Santander 2007) 179. Spdtjudentums und das Urchristentum (Kohlhammer, Stuttgart 1926) 69.
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84 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.3. LA PREDICACIÓN APOSTÓLICA 85

Al mismo tiempo la resurrección marca una nueva etapa: una continuidad entre los dos momentos: Jesús proclama el
es el evento de salvación y de revelación por excelencia. No Reino de Dios en su vida y predicación, y sus discípulos ven
se repite solamente la predicación pre-pascual. La comunidad la realización del Reino en su muerte salvífica, su resurrec-
primitiva, guiada por los apóstoles, posee la gracia del Espí- ción y exaltación. Su figura se pone claramente en el centro
ritu, dispone de los carismas de profecía y de enseñanza y de del kerygma pospascual, aunque no de un modo exactamente
la ayuda para enfrentarse a nuevos problemas y desafíos en el igual al propio kerygma de jesús". Después de la Pascua los
anuncio de la fe. misioneros judío-cristianos empleaban la información concre-
La tradición presenta por naturaleza una cierta tensión ta acerca de las palabras y obras del Señor a la hora de fundar
dialéctica entre fidelidad y reformulación27• Una tradición nuevas comunidades, dando testimonio de lo que el Mesías
petrificada no llega a la gente, no es un verdadero tradere; la crucificado y exaltado había dicho y hecho. No es posible exi-
tradición es por su misma naturaleza renovadora. Esto lo en- gir la fe en un personaje con supuesto título de mesías que no
tendió Gadamer cuando decía que comprender significa siern- haya pronunciado o realizado nada importante; todavía me-
pre y necesariamente aplicar, añadiendo después: «La misión nos se podría creer en un anónimo crucificado. El mensaje de
de la hermenéutica histórica es reflexionar sobre la relación los apóstoles y de sus sucesores ha sido algo fuera de lo común,
de tensión entre la identidad del asunto compartido y la de la incluso hiriente si se lo considera respecto a la fe tradicional de
situación cambiante en la que se trata de entenderlo»28• Son Israel. Si ellos no hubieran conocido y predicado algo concre-
estas unas palabras que bien se pueden referir y aplicar a la to y definido sobre Jesús, no habrían resistido a las acusaciones
tradición cristiana de los orígenes. de los adversarios -judíos o gentiles- de que era un mago,
Jesús proclamó el Reino; los cristianos proclamaron a un seductor, un engañador o un poseso. La predicación mi-
Jesús; Jesús invitó al arrepentimiento y a la vida de fe y de sionera se hizo posible solo a través de palabras y hechos acae-
confianza en Dios, nuestro Padre; los cristianos invitaron a cidos. No se podía limitar a una crucifixión histórica y a una
tener fe en su Maestro; Jesús insistió en la llamada de Dios al resurrección y exaltación mítica, al dass bultmanniano. Sin la
perdón y en la acogida de su mensaje salvífico; los cristianos narración de la tradición sobre Jesús el kerygma de la Iglesia
proclamaron el mismo anuncio, pero a través de las palabras primitiva habría sido incomprensible 31•
de Jesús. Para usar una expresión bultmanniana, en la Iglesia Los primeros cristianos tenían necesidad de aquellas apom-
primitiva se ha pasado del Jesús que predica al Jesús predicado: némoneumata -memorias- de los apóstoles, que después se
el Jesús mensajero del Reino de Dios ha sido reemplazado por llegaron a llamar Evangelios, como recuerda san Justino32•
el Cristo del kerygma29• Existe sin embargo, pace Bultmann, Ellos dependían de esas memorias de Jesús, desde el comien-
zo de su anuncio, como regla de comportamiento y también
27
Cf. V Fusco, «La tradizione evangelica nelle prime cornunitá cristiane», en
como relatos de experiencias personales vividas individual-
M. Ll.coNI y otros (ed.), Vangeli Sinottici e Atti degli Apostoli (ElleDiCi, Leumann
To. 1994) 117.
28
29
Cf. H.-G. GADAMER, Verdad y método (Sígueme, Salamanca 1994) 380. °
3 Cf. J. D.G. DuNN, Unity and Diversity in the New Testament (SCM-Trinity

Cf. R. BULTMANN, «Das Verhaltnís der urchrisdichen Christusbotschaft zum Press, Londres-Filadelfia 1990) 31.
historischen jesus», en E. DrNKLER (ed.) Exegetica (Mohr Siebeck, Tubinga 1967) 31 Cf. M. HENGEL, «Eye-Witness Mernory», a.c., 75s.

445-469. 32 [usrmo, Apología I, 66,3.


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86 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.3. LA PREDICACIÓN APOSTÓLICA 87

mente y en grupo. Ya desde esos primeros tiempos se comen- es esto: «predicamos a Jesús crucificado» (1 Cor 1,23)34• Más
zaron a intercambiar esas experiencias, y a anotarlas para uso adelante, Pablo presentará el contenido de la predicación de un
personal y eclesial. El primer resultado de este trabajo es la modo más detallado: «Porque os transmití, en primer lugar, lo
narración de la pasión, un evento largo y detallado -en el que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados,
Evangelio según san Marcos ocupa casi el 20% del texto- según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer
que conserva prácticamente el mismo orden y cronología en día, según las Escrituras; que se apareció a Cefas y luego a los
los cuatro Evangelios. Doce» (1 Cor 15,3-5). Estamos ante la primerísima predica-
Junto con la certeza pascual, los discípulos afrontan el pro- ción del misterio pascual como fundamento de la fe cristiana.
blema del Reino, que Jesús había prometido y que en la situa- El esquema transmitir-recibir indica que Pablo lo ha recibi-
ción de la Iglesia primitiva no se hacía presente, especialmente do de los primeros testigos, los que estuvieron con" Jesús y lo
en lo que se refiere a su segunda venida. Ellos comprendieron, anunciaron desde el principio, aquellos con los que confrontó
sin embargo, que las palabras proféticas de Jesús poseían· al su evangelio al subir a jerusalén (cf Gál 2,2). Se notan aquí las
mismo tiempo un fuerte simbolismo, que fue interpretado grandes líneas de la predicación común de los primeros misio-
por la comunidad cristiana a partir de su situación concreta: neros cristianos. En la Primera Carta a los Corintios, que data
en el desarrollo de los acontecimientos se entiende que solo de los primeros años cincuenta, Pablo pone de relieve el valor
al fin de los tiempos las profecías se cumplirán plenamente33• originario del kerygma. Su primera visita a Pedro en los tres
¿Existe una diferencia sustancial entre el kerygma antes de primeros años después de su conversión -en los cálculos cro-
la Pascua -el anuncio de Jesús- y la proclamación pospas- nológicos del mundo helenístico-romano se contaban el año
cual de Jesucristo como Hijo de Dios? La respuesta es afirmati- de inicio y el del fin- debe de haberse realizado pocos años
va. La Pascua determina de modo decisivo el mensaje de Jesús después de la crucifixión. Con una pizca de buen humor dice
y sobre Jesús, aunque no hasta el punto de desfigurarlo o de Dodd que esos quince días que estuvo Pablo en Jerusalén (Gál
disminuir el papel central de su misión y de su autoconcien- 1,18) no los pasó ciertamente hablando con Pedro acerca del
cia. En la presentación de la vida de Jesús se pone de relieve la clima ... Así, la predicación paulina representa una corriente de
predicación de la Iglesia primitiva. Por eso se puede también la tradición cristiana que deriva del torrente principal en un
decir que, en cierto modo, se trata de dos modos diversos de punto muy cercano a su fuente. La cultura y la formación de
presentar la misma realidad. Pablo habrán influido en el modo de presentar el evangelio,
En un libro que no pierde brillo con el paso del tiempo, pero ciertamente no era distinto del que anunciaban los Doce.
Dodd hace ver que desde el comienzo Pablo, el primer escritor Por otra parte la exhortación paulina a la comunidad de
del cristianismo, busca en sus cartas distinguir lo que es el nú- los Filipenses contiene un himno cristológico de grande alcan-
cleo del kerygma de lo que sería la enseñanza complementaria, ce -la kenosis, anonadamiento, y la exaltación de Cristo- en
es decir la búsqueda de la sabiduría (cf 1 Cor 2,6). Y lo esencial el que se afirma que Dios lo ha exaltado para que «al nombre
de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los
33
Cf B. F. MEYER, «Sorne Consequences of Birger Gerhardsson's Account of
the Origins of the Gospel Tradiríon», en H. WANSBROUGH (ed.),Jesus and the Oral 34
Cf C. H. DoDD, La predicación apostólica y sus desarrollos (Fax, Madrid
Gospel Tradition (Academic Press, Sheffield 1991) 424-440 (431). 1974) 8.
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88 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.3. LA PREDICACIÓN APOSTÓLICA 89

abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jesús es Señor para Q-que para Crossan no es solo una fuente, sino un evange-
gloria de Dios Padre» (Flp 2,lüs). Es sorprendente, comenta lio acabado- y por el Evangelio de Tomás, considerado por la
Hengel, que apenas veinte años después de la muerte de Cristo mayor parte de los estudiosos un texto de finales del siglo n,
se le haya elevado de ese modo, se le proclame y se le rinda tri- cuando el gnosticismo aparece en el horizonte cristiano; para
buto como a Dios mismo 35• Hurtado precisa que no se trata de Crossan, en cambio, sería incluso anterior a los evangelios ca-
un «diteísmo» sino de un modelo binitario -palabras usadas nónicos ".
también por Fitzmyer36- en el que la divinidad de Jesús se Según la historia de las formas, la fe de la comunidad ha-
asocia a la del Dios de Israel, sin confundirse con Él37• Habrá bría sido tan influyente y decisiva que ellos no habrían sentido
que esperar al segundo siglo para que se empiece a hablar de la necesidad de recordar o repetir lo que habían visto y oído
igualdad de naturaleza o de identidad, en una profundización de Jesús durante su vida terrena: bastaba proclamar el aspecto
del misterio que conducirá a la definición de Nicea, en el 325. central de la fe cristiana. Bultmann y sus seguidores -has-
Los textos de san Pablo no constituyen algo aislado en la ta llegar a los más radicales, los creadores del llamado fesus
literatura neotestamentaria; entre los diversos discursos de los Seminar- no afirman abiertamente que los primeros cristia-
Hechos de los apóstoles hay al menos tres en los que el esque- nos desconocieran la historia de Jesús: simplemente dicen que
ma del kerygma primitivo aparece con claridad: los de Pedro ellos no estaban interesados en contar sus dichos y hechos,
en la mañana de Pentecostés (Hch 2, 14-36) y en la casa de porque lo que verdaderamente contaba para ellos era la fe en el
Cornelio (Hch 10, 34-43), y el de Pablo en Antioquía de Pi- resucitado. De ahí que -según ellos- no se deba dar crédito,
sidia (Hch 13,16-41). En ellos se presentan los antecedentes desde el punto de vista histórico, al contenido de la predica-
remotos y próximos de la vida de Jesús, es decir, las profecías ción y a su puesta por escrito, a los cuatro Evangelios. Estos
veterotestamentarias y el testimonio de Juan Bautista; a con- autores afirman que el énfasis en la predicación y en el culto en
tinuación se enuncia el misterio pascual, y se termina con la el periodo de formación del material tradicional se apoyaría en
llamada a la conversión. Estamos ante a un esquema determi- una particular teología del Verbo de Dios: siempre y en todas
nado -enunciado con diversas variantes, según las circuns- partes se ha hablado del resucitado, sin querer explicar clara-
tancias- con un contenido concreto. mente qué se quiere decir con esta expresión. Lo que estaba
Sorprende, por el contrario, el énfasis de Crossan en se- presente no era la memoria actual, sino la fe de la comunidad.
ñalar como punto de partida no los relatos sobre la pasión, No se entiende por qué se insiste en una contraposición tan
muerte y resurrección, sino los dichos, los aforismos. Poner marcada entre la fe y la historia, entre la predicación y los
los dichos como el elemento primario en la tradición sobre hechos acaecidos: sin memoria no pueden existir ni la fe, ni la
Jesús es un tema altamente debatido, especialmente cuando el historia, ni los evangelios.
punto de apoyo de tal afirmación es constituido por la fuente Se debería igualmente distinguir entre la fe y el conoci-
35 M. HENGEL, Der Sohn Gottes: die Entstehung der Christologie und die jü-
miento de Jesús que tenían sus seguidores durante su vida te-
disch-hellenistische Religionsgeschichte (Mohr Siebeck, Tubinga 1975) 9s. rrena, y la fe pospascual. Según ellos, esta última habría lleva-
36
J. FITZMYER, First Corinthians (Yale University Press, New Haven 2008) 343.
37 Cf. L. W HURTADO, How on Earth Did ]esus Become a God? (Eerdmans, 38
J. D. CROSSAN, The Historieal]esus. The Life ofa Mediterranean ]ewish Peasant
Grand Rapids, MI. 2005) 137. (Harper, San Francisco 1991) 427-428.
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90 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.3. LA PREDICACIÓN APOSTÓLICA 91

do a los discípulos a atribuir a Cristo una serie de cualidades relativa importancia. Bultmann insiste en que el contenido del
que no poseía antes, dando origen a lo que algunos han venido kerygma no puede versar sobre el pasado: sería letra muerta,
a llamar alta cristología. La Pascua habría marcado profunda- realidades ancladas en el tiempo sin repercusión en el momen-
mente el carácter y las creencias de la Iglesia apostólica, de to actual. El kerygma, en cambio, anuncia siempre el presente:
modo que a partir de entonces ellos honraban a Jesús como Jesús resucitó de entre los muertos y vive en su Iglesia y en
Señor e Hijo de Dios. cada uno de sus miembros, en mi ser individual, en mi con-
No hay motivos para pensar, sin embargo, que la Pascua ciencia. Cada persona convierte la resurrección de Jesucristo
haga olvidar los recuerdos y memorias. Simplemente engran- en algo real en la medida en que la hace presente en la propia
dece y presenta, con una luz nueva, los acontecimientos que vida mediante la fe, y a su vez la comunica a los demás. Así
antes no eran bien comprendidos. Hay incluso una serie de la coloca fuera de la época antigua, en la que se proclamó el
aspectos de la figura de Jesús que ya antes de la Pascua apa- evento. Esta actualización habría sido la fuerza del evangelio
recían esbozados, si no delineados, y que se han visto en el desde los primeros tiempos del cristianismo.
capítulo anterior: la autoridad con que se presenta, dejando En los aspectos positivos de este enunciado, que ponen
entrever en su persona y comportamiento el misterio del Rei- de relieve el valor y la actualidad perenne de la Sagrada Es-
no que proclama; su enseñanza realmente atrayente, haciendo critura, subyace sin embargo una fuerte carga subjetiva. En
ver al mismo tiempo las exigencias que supone; los demonios definitiva, si la resurrección es solo algo que se hace presente
expulsados y los enfermos sanados como signos externos de la mediante el acto de fe, donde esa fe no existe, la realidad del
presencia del Reino entre los hombres; su generosidad y amor misterio simplemente desaparece. Aun cuando Bultmann no
hacia los marginados y abandonados; y, finalmente, su pasión haya jamás afirmado que sea solamente un evento subjetivo,
y muerte como cumplimiento de la misión a favor del Reino sorprende que nunca haya hablado de ella como de algo tras-
que anunciaba desde el inicio de su manifestación a Israel. cendente, con repercusiones históricas, si bien indirectas. En
Considerando el análisis histórico-formal de los evangelios un primer momento se descubre la filosofía kantiana detrás
pueden surgir interrogantes sobre la fe que profesaba Bult- de su pensamiento: según ella, no existiría ningún evento que
mann acerca de la resurrección de Jesús. No es fácil resolverlos. pueda calificarse de real si no intervienen las categorías intelec-
Para el profesor de Marburgo -que sigue de cerca el pensa- tuales que le dan forma y significado. Sin la intervención del
miento de Lutero- lo que cuenta no es la persona de Jesucris- juicio humano quedarían reducidos a fenómenos. Más pro-
to en sí misma sino lo que ella significa para cada uno, para la fundo subyace el verdadero presupuesto filosófico del sistema
propia vida en cuanto cristiano. A primera vista la respuesta kantiano: la imposibilidad de acceder al ser en cuanto tal; su
es razonable, pues la persona de Jesús no es un objeto pasivo voz podría ser oída solo indirectamente, a través de los postu-
de estudio científico sin más: es alguien que compromete ac- lados de la razón práctica. El trascendente, el totalmente otro,
tualmente la propia vida hasta transformarla, creando en cada es inalcanzable, queda relegado a la esfera de lo escatológico.
uno una relación interpersonal cada vez más profunda. Esto Cualquier manifestación de lo divino no es sino un mito, una
puede implicar, sin embargo, una reducción de la realidad, narración en la que se pueden descubrir su origen y sus leyes
en la que los datos históricos sobre Jesús tendrían mínima o de desarrollo. La historia se reduce a filosofía.
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Para explicarlo un poco más puede ayudar la noción bult- entre los muertos es el acto fundamental de la existencia cris-
manniana de historia en los Evangelios. Él distingue entre his- tiana que me transforma de pecador en hombre justificado. Es
toriográfico (historisch) e histórico (geschichtlich). En el primer más: mediante el lenguaje de la predicación yo convierto en
caso se trata de la narración escueta de los hechos que puede actual algo que había quedado sepultado en la noche de los
ser comprobada positivamente, sin que haya ninguna inter- tiempos. Se trata en definitiva de la palabra que se convierte en
pretación por parte del autor o escritor. En el segundo caso se evento -el Wortgeschehen o Sprachereignis, dependiendo del
narran los eventos interpretados a la luz de la fe de la comu- lenguaje de sus discípulos- algo que se adapta bien a la idea
nidad cristiana primitiva. Así la crucifixión sería historisch en bultmanniana sobre la resurrección.
cuanto es un hecho de crónica que se puede comprobar acu- El lenguaje mítico de la antigüedad tenía necesidad de ser
diendo a las fuentes históricas de la época; al mismo tiempo explicado para que fuera entendido por el hombre del siglo
es geschichtlich, porque allí Dios me ha indicado el perdón de xx que, habiendo experimentado el descubrimiento de la luz
los pecados por medio de la muerte salvadora de su Hijo. La eléctrica y la radio -son los ejemplos que Bultmann mismo
resurrección en cambio no sería para Bultmann ni historisch ni aducía- no cree ingenuamente en los milagros del mundo
geschichtlich: sería esencialmente mitológica. Dios ha creado helenístico-romano de los primeros siglos de la era cristiana.
esta persuasión en los apóstoles para anunciar que la victoria Esta aclaración y actualización, dicha aquí con pocas palabras,
sobre la muerte se puede obtener mediante la cruz. Así como es lo que Bultmann ha llamado desmitologización.
en la cruz se simboliza nuestra condena, en la resurrección se Frente a este esfuerzo hermenéutico en el que resalta, entre
simboliza nuestra liberación. La proclamación y la aceptación otras cosas, el aspecto subjetivo, surgen algunos interrogantes:
de esa palabra por medio del acto de fe personal constituyen el ¿Se está verdaderamente reconstruyendo el mensaje de Jesús,
evento salvífico de la Iglesia hoy y ahora: esto, en cuanto tal, es o simplemente se trata de la aplicación virtual de un razona-
un suceso histórico (geschichtlich)39• miento filosófico? ¿Cuál es la credibilidad de esta argumenta-
Los principios filosóficos del llamado segundo Heidegger ción desde el punto de vista histórico, visto que en definitiva
han servido para dar forma más precisa al razonamiento bult- todo queda reducido a una experiencia subjetiva? Como dice
manniano. Sin ningún afán de banalizar o simplificar su pen- Ratzinger, al fin ¿estamos escuchando a Jesús o a Heidegger en
samiento, se ve que en él la existencia solo se puede explicar si este intento de comprensión del textoi ".
se está al frente de la palabra que se actualiza, que se convierte La concepción de la historia presentada por los fautores
en evento al transformar el simple ser (Sein) en ser aquí y aho- del método histórico-formal no hace justicia a la investigación
ra, en ser para algo (Dasein). Mediante la palabra que surge de que se ha llevado a cabo desde hace más de un siglo. Han
mi acto de fe -afirma Bultmann- yo convierto el misterio quedado atrás los principios enunciados a finales del siglo XIX
de la resurrección en una realidad, en algo que llega a ser parte por E. Troeltsch insistiendo en la necesidad de: 1) juicio crí-
de mi vida. La fe en Jesucristo Hijo de Dios y resucitado de tico ante toda tradición e interpretación; 2) analogía con la
experiencia, es decir, con las ciencias positivas; 3) interrelación
39
C( P. GRECH, «Il problema del Gesu storico. Da Bultmann a Robínson»,
en Costituzione Conciliare «Dei Verbum». Atti della XX Settimana Bíblica (Paideia, °
4
Cf. J. RATZINGER-BENEDICTO XVI, Fede, ragione, ueritá, amore (Lindau,
Brescia 1970) 399-412 (401-402). Turín 2009) 61.
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entre los eventos, subrayando especialmente la unión causa- Juan (20,30s) -que ciertamente vale para los cuatro- es
efecto 41. Ese historicismo encontraba sus raíces en los postu- ilustrativa: «Jesús realizó en presencia de los discípulos otras
lados de la Ilustración, donde la autonomía y supremacía de muchas señales que no están escritas en este libro. Estas han
la razón desafiaba -alimentada por una visión cosmológica sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de
newtoniana, que probablemente el mismo Newton no habría Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre». De ahí
compartido- toda autoridad religiosa, y en particular la de se deduce con claridad que los Evangelios tienen como prin-
la fe. Cualquier crecimiento científico supondría una relación cipal objetivo proclamar la divinidad de Jesucristo y enseñar a
causa-efecto que se pueda verificar, constatar positivamen- comportarse de modo adecuado a la fe que se profesa. A la luz
te. Como resultado se abandona el pensamiento metafísico, de la Pascua Jesús era, tanto para los autores de los Evangelios
como también la posibilidad de intervención de Dios en la como para sus destinatarios, el Mesías, el Señor, el Hijo de
historia humana. No hay espacio para la revelación, y la Biblia Dios. Los Evangelios llevan este sello, pero al mismo tiempo
se reduce a una serie de escritos meramente humanos42• están interesados en mantener un vínculo directo con la figura
Este parece ser el punto de partida de algunos estudios humana de Jesús que aparece en ellos. No son biografías en el
modernos sobre la figura de Jesús en los Evangelios, que ex- sentido moderno de la palabra, precisamente por la evidente
cluyen lo sobrenatural a favor de un punto de vista natura- intención teológica que poseen; de ahí que Hurtado prefiera
lista, con el fin de conseguir una imagen más pura de Jesús, hablar de un género quasi-biográfico43•
evitando la contaminación de la fe. Las primeras señales se Aunque ciertamente contienen datos biográficos sobre
encontraban ya en Reimarus, y se manifestaron en la ½da Jesús, por una parte, cubren solo un período de su vida rela-
de jesús de David Strauss, donde la distinción entre historia y tivamente breve: los dos o tres años de su vida pública de pre-
mito dependía de la posibilidad o no de comprobar un hecho dicación y manifestación a Israel, con algunas notas acerca de
según el método de las ciencias positivas. Como se ha dicho la infancia; por otra, no observan un orden cronológico en la
antes, Kahler distinguirá más tarde, por primera vez de modo narración de los diversos eventos de su vida. Como ya lo había
claro, el Jesús de la historia del Cristo de la fe. El resultado al notado Wrede, la perspectiva dominante de los evangelistas es
que se ha llegado es una separación -no solo distinción- de teológica: a ella supeditan muchos de los aspectos y momentos
visiones que algunos consideran divergentes, manifestada en de la vida de Jesús. De acuerdo con ese interés redaccional or-
el dilema: si es el Jesús de los Evangelios, no es histórico, y si ganizan los distintos eventos -milagros y disputas, compor-
es histórico, no es Jesús. tamiento profético, enseñanzas, dichos, sentencias y parábo-
Para intentar resolver la aparente contradicción conviene las- presentando la imagen del Hijo de Dios que consideran
recordar, una vez más, que los Evangelios no son libros de más conveniente para sus destinatarios.
historiografía. La frase del primer final del Evangelio de san Otro punto que hay que tener en cuenta es la concepción
de historia a la que se ha llegado en la investigación moderna
41
Cf. E. TROELTSCH, «Über historische und dogmatische Methode in der
Theologie», en Gesammelte Scbrifien, II (Scientia Verlag, Aalen 1962) 729-753. y contemporánea. Actualmente ningún estudioso serio piensa,
42
Cf. D. A. riAGNER, «An Analysis ofRecent "Historical [esus" Studíes», en D.
CoHN-SHERBOK - J. CouRT (eds.), Religious Diversity in the Graeco-Raman World 43
Cf. L. W. HURTADO, «Resurrection's Faith and the "Historical" jesus»: JSHJ
(Academic Press, Sheffield 2001) 83. 11 (2013) 35-52 (52).
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por supuesto, en una historia en la que existan relatos al cien los comienzos de la comunidad cristiana el interés teológico
por cien objetivos, donde se narrarían los hechos escuetos sin va unido al deseo de contar realidades auténticas sobre Jesús.
que haya al menos una opinión de quien escribe. Ese ideal de No se comprende entonces la supuesta necesidad de excluir
historia neutra, de mera crónica, es una utopía. Lo que en rea- el carácter histórico de un evento porque en origen existe un
lidad existe son narraciones en las que los respectivos autores, interés sobrenatural, motivado por la fe. Como dice Marrou,
al describir los hechos, manifiestan su propia opinión. Más en la historia están entrelazados sujeto y objeto. La verdad está
que una catalogación de hechos y episodios según las catego- limitada por el punto de vista de cada persona. De ahí la pers-
rías del tiempo y de la causalidad, la historia es un evento vivi- pectiva en cierto modo deformante que resulta de la interven-
do por el autor en forma única y creativa, comprometiéndose ción del historiador y de su estructura mental: su cultura y su
en un encuentro personal con la realidad misma. La irrupción curiosidad determinan tanto la forma de preguntarse sobre el
de la postmodernidad en la historia se ha nutrido de las obras pasado como la elaboración de la respuesta48• Johnson dice:
de Aron, Marrou, Ricoeur, Veyne, entre otros. Con ellos se «La historia es el resultado de un proceso humano de análisis
ha aprendido a ver la realidad como reconstrucción, como crítico y de imaginación creativa. Los historiadores constru-
teoría que precede a la historia misma44• La historiografia es yen la historia, más que encontrarla»49• Y añade Bauckham:
resultado de la construcción intelectual de quien la escribe. La «Toda historia es una combinación inextricable de hecho e in-
historia narrada es entonces fruto de una hipótesis de traba- terpretación, de lo empíricamente observado y su significado
jo documentada, comprobable, pero ciertamente sujeta a una intuido o creado» 50•
cierta elaboración: cada relato encierra en sí mismo una parte De esta concepción moderna de historia se puede concluir
de ficción destinada a llenar los silencios que dejan los testigos, que la separación-oposición entre el Jesús histórico y el Cris-
a crear la intriga y el drama 45• to de la fe -vislumbrada por Strauss, enunciada por Káhler
Los Evangelios no son una excepción. La aportación de la y proclamada por Schweitzer y Bultmann, entre otros- no
nueva investigación sobre Jesús -que surgió como reacción aparece entonces tan clara. Esta dualidad no opone un Jesús
al escepticismo bultmanniano- no es la de haber descubierto en estado puro a un Cristo contaminado por el dogma. La
nuevas fuentes o ideas recientes en torno a ellas, aun cuando reconstrucción de la figura de Jesús es tan subjetiva en un caso
se haya insistido en los llamados criterios de historicidad46• como en el otro. Una lectura de la vida de Jesucristo a la luz
La clave se encuentra entonces en su noción de historia47• En de la fe, acompañada por una aceptación de fondo del trabajo
44
realizado por los historiadores, traza el sendero de la investiga-
CE R ARoN, Introduction a la philosophie de l'histoire (Gallimard, París 1948) 93.
45
CE D. MARGUERAT, «[ésus historique et Christ de la foi: une dichotomie ción que se debe hacer y que se está haciendo en el tercer mile-
pertinente?»: RCatT36 (2011) 35-53 (42). nio. La investigación sobre el Jesús histórico y la proclamación
46
Son los criterios que permitirían descubrir en cada pasaje del texto evangélico
si una frase o un sucedido se pueden atribuir a Jesús: el criterio de discontinuidad
del Cristo de la fe se confían, como dice Marguerat,
(y el del «quedar rnal»), de continuidad, de múltiple atestación, de plausibilidad,
por mencionar los más conocidos. Cf. F. Ll.MBIASI, Easaenticitá storica dei Vangeli 48 CE H. I. MARRou, Tbéologie de l'histoire (Cerf, París 2006) 65.
(EDB, Bolonia 1976); R. LATOURELLE, Lacees a Jésus par les Evangiles: histoire et 49
L. T. JoHNSON, «Learning the Human [esus», en J. K. BEILBY - P. R. EDDY
herméneutique (Desclée, Tournai 1978). (eds.), Tbe Historicaljesus: Five Vi'ews (InterVarsity, Downers Grove, IL. 2009) 153-
47
CE ]. M. RoBINSON, A New Quest far the Historical jesus and other Essays 177 (161).
(Fortress, Filadelfia 1983) 66-72. 50 R. BAUCKHAM, jesus and the Eyewitnesses, o.e., 3.
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«a las reconstrucciones contextualizadas de la figura de Jesús, 3. La tradición de Jesús y sobre Jesús


es decir, emanadas desde un milieu intelectual marcado por sus
necesidades y postulados teológicos» 51•
Tenía razón Kasernann cuando afirmaba que el problema
del Jesús histórico es el problema de la continuidad del evan-
En los Evangelios, Jesús no es un personaje de otro tiem-
gelio en la discontinuidad de los tiempos y en la variación
po, sino el Señor glorificado, presente con su querer, con su
del kerygma54. De ahí la legítima pregunta: ¿cómo surgió en-
fuerza y con su palabra. Jesús no es el Rabí de Nazaret cuya
tonces la tradición sobre Jesús, sobre sus dichos y sentencias,
historia terrestre comenzó en Galilea y terminó en una cruz en
sobre sus hechos y milagros?
Jerusalén, sino que es al mismo tiempo el resucitado, el porta-
Bultmann propende por una tradición que evoluciona hacia
dor de la salvación y el realizador de los designios divinos. La
una manifestación más clara y comprensible del kerygma; la
mirada de la comunidad no se fija tanto en el pasado cuanto
forma original habría crecido de modo similar a la evolución
en el presente. El hoy del mensaje no es simplemente una hoja
biológica -se encontraba en la época en la que se seguían con
de calendario, sino el ahora determinado por Dios que se abre
mucho interés las investigaciones y conclusiones de Darwin-,
al futuro. Como dice Bornkamm, al estudiar los Evangelios
tendiendo a la complejidad; el Evangelio habría sido formado
nuestra tarea consiste tanto en buscar la historia en el kerygma
por el mito de Cristo, que ejerció su influencia sobre la tradi-
como también el kerygma en la historia 52•
ciones palestinas de Jesús, unificando así las diversas tradiciones
Es enriquecedora la consideración de Gerhardsson:
y llevando el enunciado del mensaje a su plenitud55• La escuela
Es perfectamente claro que las tradiciones de Jesús que se histórico-formal ha querido distinguir además otros elementos
conservaron han sido afectadas por la convicción de la Iglesia del ambiente helenístico y del ambiente semítico. Al primero
primitiva de que Cristo resucitó de entre los muertos y de que pertenecerían la idea del cosmos, el culto místico a la divinidad,
el Espíritu Santo había llegado. Han sido marcadas por el ejer-
cicio de esta convicción en la múltiple actividad de la Iglesia la piedad cultual. El resto se atribuye al segundo, como son la
naciente. El estudio del texto permite descubrir las distintas escatología y el profetismo. La ética, por ejemplo, siendo le-
huellas de esas tradiciones. Pero una cosa es decir que la tradi- gal, se opondría al profetismo, provendría del helenismo y por
ciones quedaron marcadas por el ambiente por el que pasaron,
y otra decir que fueron creadas por ese ambiente. La realidad
tanto no habría formado parte de la tradición sobre Jesús. Esta
sugiere que las memorias de Jesús fueron tan claras y las tradi- distinción entre el cristianismo helenístico y el palestino, y su
ciones a las que se unieron fueron tan firmes, que ha quedado concepción particular de la comunidad primitiva condujeron
relativamente poco espacio para la alteración 53•
al escepticismo respecto a la historicidad del contenido de los
Evangelios. Dibelius no dudó en mostrar los puntos débiles del
trabajo de Bultmann, en su deseo por salvar el método históri-
co-formal de una crítica excesiva 56•

54 Cf. E. Kii.SEMANN, «Das Problem des historischen Jesus»: Zeitschriftfar Tbeo-


51
Cf. D. MAR.GUERAT, «[ésus historique et Christ de la fol», a.c., 43. logie und Kirche 51 (1954) 125-153.
52
Cf. G. BoRNKAMM,jesús de Nazaret (Sígueme, Salamanca 31982) 21. 55 Cf. R. BULTMANN, Historia de la Tradición sinóptica, o.e., 65.
53
B. GERHARDSSON, Tradition and Transmission in Early Christianity (Gleerup- 56 Cf. M. DIBELIUS, «Recensión a G. ERDMANN, Die vorgeschichte des Lukas- und
Ejnar Munksgaard, Lund-Copenhague 1964) 43 (trad. nuestra). Matthduseuangeliums und Vergils vierter Ekloge»: DLZ 53 (1932) 1105-1110.
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100 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.3. LA PREDICACIÓN APOSTÓLICA 101

Un caso especial de divinización en la tradición helenística ficar a Jesús con una divinidad cultual helenística y cómo se
sería el del título kyrios -del que ya se ha hablado antes, a habría atribuido esta interpretación a las comunidades étnico-
propósito del modo como los discípulos se dirigían a Jesús- cristianas'".
que según la escuela de la historia comparada de las religiones Las diferencias entre judaísmo y helenismo han llegado a
-religionsgeschichtliche Schule- habría tenido su origen en la ser más difuminadas y menos absolutas en las últimas décadas.
divinización de personajes legendarios, en particular del mun- En Hch 6, por ejemplo, se observa que la llamada comunidad
do egipcio, como Isis y Osiris. Desde que Bousset afirmó que helenística tiene su origen en Jerusalén; basta mencionar algu-
esta denominación provenía del ambiente helenístico y que nos de sus miembros como Esteban, Juan Marcos, Bernabé,
habría sido la Iglesia primitiva proveniente de la gentilidad la Felipe, Pablo, Silas, que estaban en contacto con comunidades
que la habría aplicado a Jesús 57, la tesis ha tenido no pocos es- griegas y arameas: eran personajes pertenecientes a los dos am-
tudiosos a favor y en contra, en el ambiente del Nuevo Testa- bientes, semítico y helenístico. En efecto, algunas de las con-
mento. Entre los primeros, Bultmann contribuyó a acrecentar cepciones teológicas que aparecen en los sinópticos habrían
su influencia58• Sin embargo, observando el.himno cristoló- sido más marcadas si esta distinción hubiera estado presente
gico de la Carta a los Filipenses se deduce, entre otras cosas, del modo en que Bultmann sostiene. Los Evangelios fueron
que el título de kyrios aplicado a Jesús es bastante antiguo. escritos aproximadamente entre los años 65-100 de nuestra
Hengel demuestra precisamente que el uso del término en el era. En ese período se escriben también, probablemente las
culto proviene del mundo semítico, mesopotámico y cananeo, Cartas Pastorales, la Carta a los Hebreos, el entero Corpus
con repercusiones en la religión egipcia59• Se trataría de una Ioanneum, la 1 Clemente y algunas de las cartas de san Ignacio
consecuencia natural del uso de señor aplicado a los ángeles y de Antioquía. ¿Cómo es posible que no se refleje en los sinóp-
a las personas de respeto; del apelativo arameo mar o rabbi se ticos el desarrollo teológico que estos documentos presentan?
habría pasado al uso, en sentido pleno, de kyrios'". Tampoco Quizá porque en los Evangelios las diferencias entre judaísmo
Berger se muestra de acuerdo con los postulados de la historia y helenismo son más sutiles, menos evidentes. Si se mira el
de las religiones. Para él sigue siendo un enigma irresoluble elenco de los apóstoles en el Evangelio según san Marcos, San-
cómo habría sido posible, en el curso de la tradición, identi- tiago el de Zebedeo aparece siempre antes que Juan, su her-
mano; Mateo sigue el mismo orden tradicional; en cambio, en
57
Cf. W. BousSET, Kyrios Christos: Geschichte des Christusglaubens von den An- los escritos lucanos se sigue unas veces el orden de Marcos (cf.
fangen des Christentums bis Irenaeus (Vandenhoeck & Ruprecht, Gotinga 1913). Le 5,10; 6,14; 9,54) mientras que en otras aparece Juan antes
58
Cf. P. VIELHAUER, Aufidtze zum Neuen Testament (Kaiser, Múnich 1965)
166; igualmente K. WENGST, Christologische Formeln und Lieder des Urchristentums que su hermano (cf. Le 8,51; 9,28; Hch 1,13; 12,2), a quien
(Mohn, Gütersloh 1972) 133, sostiene que el título de kyrios en el culto helenístico sobrevivió por varios años (Santiago murió hacia el 43 d.C.
era un atributo común aplicado a los dioses.
59
Cf. M. HENGEL, Der Sohn Gottes, 120, nota 135, donde hace ver que atribuir ejecutado por Herodes Agripa). Se constata por tanto que en
al panteón griego el título de kyrios es simplista y engañoso. Especial es el caso de
lsis, donde el apelativo de kyria sería una reacción de los egipcios al uso judío, en el 61
«El título de kyrios presenta testimonios precoces en la primitiva comuni-
ambiente alejandrino del siglo r a.C., del tetragrammaton, traducido en lengua grie- dad judeo-cristiana, mientras que un étnico-cristianismo en estado puro es una
ga con ese vocablo; por tanto, la dependencia sería al contrario. Cf. W. FoERSTER, construcción artificial y vacía (leere Konstruktion ist)». K. BERGER, «Zum tradiri-
«xúptoo., en ThWNT III, 1038-1056. onsgeschichtliche Hintergrund christologischer Hoheitstitel»: NTS 17 (1970/71)
°
6
Cf. F. HAHN, Christologische Hoheitstitel (Mohr Siebeck, Tubinga 1972) 75s. 391-425 (413).
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102 ASÍ NACIERO N LO S EVANG ELIO S C.3. LA PREDICACIÓ N APO STÓ LICA 103

la segunda mitad del siglo I la figura de Juan se hace cada vez motor y origen de las formas evangélicas, el paradigma es la
más prominente, que su importancia crece en el ámbito de la forma más breve de la predicación; en un momento posterior
Iglesia primitiva. El hecho se confirma indirectamente en Gal esas narraciones se habrían enriquecido con diversos detalles,
2,9 donde Juan es mencionado como una de las columnas de y se habría llegado a una forma más desarrollada, la Novel/e
la Iglesia de Jerusalén. (o cuento). La opinión de Bultmann es similar al respecto.
Helenismo y judaísmo, más que dos corrientes contra- Observando en cambio, una narración de milagro en la tradi-
puestas, parecen complementarias. Conviene dirigir de nuevo ción sinóptica, como la curación del paralítico de Cafarnaún
la mirada a la tradición sobre Jesús. Sus discípulos han querido (Me 2,1-12 11 Mt 9,1-8 11 Le 5,17-26) se nota que la narra-
recordar no pocas cosas que tenían que ver con su persona. ción más larga y detallada es la de Marcos, el Evangelio que es
Ellos habían recibido el impacto de sus obras y palabras, y en considerado por la crítica, con buenas razones, probablemente
torno a esa tradición la primitiva comunidad cristiana forjó su el más antiguo. Los detalles pintorescos sobre cómo llegaron
propia identidad individual y colectiva. Más tarde esa memo- hasta Jesús -lo llevaban cuatro personas, la calle llena de gen-
ria se concentró en otros puntos concretos de las narraciones te que se amontonaba alrededor de la puerta de la casa sin
y de las enseñanzas del_Maestro. En tercer lugar están las va- conseguir entrar- son suprimidos por Lucas (Le 5,17-20),
riaciones y el desarrollo de la tradición que, siendo de carácter mientras que Mateo omite también el modo como hacen des-
oral, no son acumulativas o lineales. No se trata de preservar cender la camilla a través del techo, concentrándose en la frase
la tradición de modo literalista o de llenarla de frases de sabi- central: «Tus pecados te son perdonados» (Mt 9,2). ¿Cómo es
duría judaica o profética. posible que se haya partido de una Novelle que se abrevia y se
La historia de las formas postula una serie de leyes fijas e convierte en paradigma? Aquí la tendencia es exactamente la
inequívocas que habrían determinado la tradición sinóptica; opuesta al postulado de la historia de las formas. No escasean,
una de ellas -como se ha visto- intenta aplicar el esquema ciertamente, ejemplos similares en los Evangelios que ponen
evolucionista de las ciencias naturales a las ciencias del pensa- de relieve la capacidad narrativa de Marcos y su amor por los
miento y de la cultura. El principio fundamental sería este: el detalles frente a los otros sinópticos.
modelo más desarrollado y complejo es siempre posterior, es Se nota entonces que, más que de leyes evolutivas de la
una etapa más perfecta del proceso evolutivo. Como ejemplo transmisión oral, se hace referencia, sin decirlo, a los motivos
se puede pensar en la forma clave de narración en Bultmann que las originan, motivos que parecen más bien encontrarse
y Díbelíus, llamados respectivamente apotegma y paradigma; en los autores que enuncian esas leyes62• Sanders, al concluir
ya se ha dicho que se trata de una narración breve que termina su libro sobre la tradición sinóptica, presenta un resumen de
en una frase conclusiva, en una sentencia casi lapidaria. Un resultados al respecto. El primero es: no hay reglas fijas y senci-
ejemplo típico sería el episodio de los discípulos que arrancan llas en la tradición sinóptica. En todo caso, ella se desarrolla en
espigas en sábado, que se corona con la declaración de Jesús direcciones opuestas: puede ser alargándose o abreviándose,
acerca del Hijo del hombre como señor del sábado (cf Me
2,23-27; Mt 12,1-8; Le 6,1-5). Según Dibelius, que subra- 62 Así lo juzga E. FAsCHER, Die Formgeschichtliche Methode. Eine Darstellung

und Kritik, zugleich ein Beitrag zur Geschichte des synoptischen Problems (Topel-
ya particularmente la proclamación oral de la palabra como mann, Giessen 1924) 143.
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104 ASÍ NACIERO N LO S EVANG ELIO S C.3. LA PREDICACIÓ N APO STÓ LICA 105

en forma más o menos detallada, más o menos semítica, siem- repite varias veces, aunque aun así la posibilidad de precisión
pre de modo elástico y fluido. Cualquier aserción dogmática es limitada.
que intente probar que un pasaje es más antiguo que otro es Sin embargo, el recuerdo se hace más claro cuando va
injustificada 63• unido a una forma gráfica o pictórica, como es el caso de las
A la tradición oral se le atribuyen características propias, parábolas, que corresponden aproximadamente a un 30 por
se la personifica. Mas no se debe olvidar que sus tendencias ciento de los dichos del Señor recogidos en los Evangelios. De
son, ni más ni menos, las tendencias de los individuos que la ellas ya se ha hablado al inicio del capítulo 2, dedicado a la
transmiten: cuando se dice que la tradición oral tiende a ser enseñanza de Jesús. Aquí nos referiremos especialmente a su
más específica, en realidad se afirma que son específicos sus capacidad de ser transmitidas, precisamente porque contienen
transmisores. Aun aceptando que haya unas tendencias evo- rasgos peculiares y envuelven al oyente en la historia que está
lutivas más comunes que otras, como la de hacer el material escuchando, facilitando de este modo su memorización y co-
un poco más detallado con discursos, conversaciones o nuevas municación a otros.
escenas, y la de pasar del discurso indirecto al directo, se debe En las parábolas la parte narrativa está unida a imágenes
reconocer al mismo tiempo que la tendencia a abreviar no es que inciden en la mente de quien las escucha, en primer lu-
infrecuente. Cualquier conclusión taxativa se aleja del verda- gar, por los rasgos atípicos que contienen 65, los cuales salen
dero sentido de la tradición oral. Se puede hablar más bien de del cuadro de la normalidad precisamente para captar la aten- i
un cierto balance de probabilidad, prefiriendo el alargamiento ción del oyente desde el primer momento: un siervo que de- I·
a la abreviación y el discurso directo al indirecto, para referirse bía a su Señor la cifra de diez mil talentos (cf Mt 18,23), una
a un documento posterior a otro, aunque no a una perícopa suma desproporcionada (se sabe que la recaudación del reino
aislada. El grado de confianza que cada criterio merece no se de Palestina en tiempos de Herodes -Galilea, Judea, Idumea
debe determinar, en definitiva, según la estadística, sino más y Samaria- ascendía a unos 600 talentos) 66; el propietario
bien en razón de su fuerza o debilidad, en la forma más o de una viña que contrata trabajadores al final del día, cuando
menos pronunciada de determinada tendencia, que se mide queda solo una hora de labor (cf. Mt 20,7); el hombre que
por el grado de uniformidad que se observa en esa tradición 64• despierta a medianoche a su amigo en casa, pidiéndole tres
En la transmisión oral, el material narrativo es más fácil de panes para dar de comer a un huésped (cf. Le 11,5); el padre
retener en la memoria que los dichos y enseñanzas, aunque los que hace una fiesta para acoger al hijo inconsciente y despil-
dichos y palabras poseen una mayor fidelidad en la memori- farrador que vuelve a casa después de haber malgastado su
zación. Un acontecimiento que produce impacto se recuerda herencia (cf. Le 15,22s); el samaritano que recoge a un extra-
mejor que una sentencia, a pesar de la gran versatilidad de ño malherido en la carretera cuando los de su mismo pueblo
la forma narrativa, que podría dar lugar a la dispersión. El lo han visto y dejado allí como estaba (cf. Le 10,33s); el rey
contenido de la proclamación oral es más fácil de retener si se que organiza un banquete en su palacio e invita a pobres,

63
C[ E. P. SANDERS, The Tendencies ofthe Synoptic Tradition (Univ. Press, Cam- 65
N.A. HuFFMAN, «Atypical Features in the Parables of jesus»: JBL 97 (1978)
bridge 1969) 272. 207-220.
64 Ibíd., 274s. 66
FLAvIO JosEFO, Antiquitates judaicae, 17, 11,4.
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106 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.3. LA PREDICACIÓN APOSTÓLICA 107

lisiados, ciegos y mendigos para llenar su sala ( cf. Le 14,21 11 Algo similar ocurre con la cultura oral en las aldeas que
Mt 22,9). habían conocido o habían oído hablar de Jesús. Las anécdotas
La otra característica que resalta en las parábolas es su des- y narraciones con detalles pintorescos son características del
enlace, no pocas veces sorprendente y comprometedor, pues ambiente de Galilea en la época helenístico-romana. Se de-
a veces deja en desventaja precisamente a los oyentes que se bieron formar inicialmente con una palabra o hecho de Jesús.
creían en una situación segura, justificados y en regla con Más que intentar recordar la fecha y el lugar de lo sucedido,
todo: así la parábola de los dos deudores, con la que Simón, el evento se une a la impresión y al impacto causados. La es-
pensando que su posición frente a Dios era mucho mejor que cuela de la historia de las formas hace observar que no pocas
la de la pecadora que estaba a los pies de Jesús (cf. Le 7,40- veces -especialmente en los sinópticos- la concatenación
48), se da cuenta después de que su capacidad de agradecer y de los episodios de la vida de Jesús es hecha por el evange-
reconocer es inferior a la de ella; el rico que pensaba tener ase- lista de un modo más literario que real, sin seguir un orden
gurada su existencia y esa misma noche fue llamado por Dios cronológico67• La prueba fehaciente de esta afirmación es la
a dar cuentas de su vida (cf. Le 12,20); el juez que accede a las lectura del Evangelio en la celebración eucarística dominical,
peticiones de una pobre viuda, solo para quitársela de encima que posee un sentido completo: es una narración autónoma
(cf. Le 18,5), o las cinco doncellas que conformaban el cortejo e independiente, un pasaje que resulta fácil de separar de los
nupcial y que, después de haber preparado todo, quedan fuera demás. Cuando se observa el contexto en el evangelio corres-
solamente porque no tenían aceite de repuesto para sus lámpa- pondiente, se ve que no tiene conexión con el texto anterior o
ras, aun cuando todas -previsoras o no- se habían quedado posterior. De ahí se deduce que las llamadas suturas narrativas
dormidas en la espera del esposo (cf. Mt 25,12s). de los Evangelios son artificiales en su mayor parte, al estar
La enseñanza de Jesús es novedosa, tanto en las palabras compuestos por pequeñas unidades literarias que en esencia
como en los ejemplos con los cuales expresaba sus ideas, como se pueden clasificar -siguiendo el prólogo lucano a los He-
se deduce de la variedad de semejanzas y parábolas que se re- chos de los apóstoles- en lo que dijo e hizo Jesús (Hch 1,1),
cogen en los Evangelios; todo un abanico de figuras literarias, en sus dichos y hechos. Unos y otros se fueron recogiendo y
que van desde la simple comparación y el aforismo hasta la na- formando en los primeros tiempos de la comunidad, constitu-
rración desarrollada, al relato dramático, con o sin apoyo en la yendo el material evangélico que se debía transmitir. Es tam-
realidad. Más que con la parabolé de matriz griega, este modo de bién probable que después esas formas literarias se coagularan
expresarse se relaciona con el mashal hebreo, aunque revestido según diversos parámetros de clasificación, de tipo temático,
de una novedad e inmediatez que no se conocía en la tradi- literario, étnico, teológico.
ción de Israel. No es difícil imaginarse que, en su ausencia, los Hay, sin embargo, pasajes en los que se observa una conti-
discípulos se hayan reunido para recordar aquello que les hizo nuidad cronológica, como es el caso de la Transfiguración. Los
mella, intentando repetirlo y grabarlo en su mente: «¿Recuerdas tres Evangelios sinópticos dicen que ocurrió aproximadamente
cuando dijo/hizo aquello ... ?». El preguntarse frecuentemente de una semana después de la confesión de Pedro en Cesarea de
esta manera, buscando recordar lo que habían oído, habrá con-
tribuido a sentir y expresar su identidad específica como grupo. 67 P. BENOÍT, «Reflexiones sobre la "Formgeschichdiche Methode?», a.c., 219s.
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108 ASÍ NACIERO N LO S EVANG ELIO S C3. LA PREDICACIÓN APOSTÓLICA 109

Filipo: en efecto, Mateo y Marcos dicen «seis días después», No pocas veces se critica el esfuerzo de la escuela escan-
mientras que Lucas anota, «alrededor de ochos días después» dinava'", indicando que el modelo y esquemas de enseñanza
(cf. Me 9,2-1011 Mt 17,1-9 II Le 9,28-36). Lo que indica, por rabínica que ellos proponen no son aplicables a la tradición
una parte, la gran impresión que los dos episodios han dejado cristiana primitiva 69• Un primer aspecto a tener en cuenta se-
en la vida de los discípulos -en este caso, en el círculo de los ría el del contenido, que va unido también a la forma de trans-
más cercanos-, y por otra, la estrecha unión entre la procla- misión. No es lo mismo, en efecto, transmitir los preceptos
mación de Jesús como Mesías por parte de los apóstoles, y el de la ley y los modos diversos de interpretarlos que generan
signo de la Trasfiguración que anticipa su resurrección y hace una considerable casuística, o unas historietas de las que se
ver que su mesianismo es de otro tipo, que no tiene característi- saca una moraleja, que la enseñanza de Jesús y los episodios de
cas políticas o terrenas. El estímulo que en ellos se despierta en su vida, mucho más rica y variada que aquellos, tanto en los
Cesarea de Filipo es similar al que suscita la aparición en el Ta- temas tratados como en el referente de su predicación. Basta
bor; la reacción de sorpresa se concreta después en la estructura pensar en el misterio del Reino de Dios que entre otras cosas
del relato, en los elementos y palabras-clave que lo configuran se podría describir como la irrupción de lo divino y trascen-
oralmente, de modo que después pueda ser retenido en sus ras- dente en la vida de la humanidad, y en concreto en la Palestina
gos esenciales. Estos aspectos serán conservados en las ocasio- del siglo primero de nuestra era, precisamente a través de la
nes sucesivas en las que se contará el suceso. En ellas se habrán persona y del mensaje de Jesús. Por otra parte se sabe que el
añadido los detalles que se han creído convenientes, según las judaísmo rabínico se conforma y constituye a partir de la des-
diversas circunstancias de lugar, de tiempo, de auditorio. trucción del templo, hacia el 70 d.C., y del predominio de la
No se debe, por tanto, excluir a priori la posibilidad de que corriente farisea. En ese período la tradición de los Evangelios
algunos dichos se hayan mantenido en el arco de tiempo en ya estaba consolidada.
que Jesús los pronunció y agrupó. Esto es, entre otras cosas, Existen semejanzas de contenido entre la tradición rabíni-
característico del método rabínico de enseñanza, basado esen- ca y la de Jesús, entre otras cosas porque la enseñanza de los
cialmente en el ejercicio de la memoria. En los tiempos mo- tannaítas -cuya etimología se remonta a la palabra aramea
dernos, en cambio, se invita a no ejercitarla ni a desarrollarla, tanah que indica repetir, repetición- ya existía durante la
pues se puede obtener todo tipo de datos sin ningún esfuerzo. vida pública del Señor. De ordinario se habla de 5 o 6 gene-
En efecto, la memoria actual tiene una menor capacidad de raciones de maestros del período tannaítico, que van desde el
retener, no porque en sí misma sea más débil sino a causa de la siglo I hasta comienzos del siglo m d.C., época de la redac-
saturación del estímulo, saciado abundantemente en el exceso ción de la Mishnah, el código de reglas del judaísmo. Durante
de información disponible. Es innegable que en nuestra época
68
Es ilustrativo el prólogo de D. A. Hagner al último libro de B. GERHARDSSON,
se ejercita menos la memoria, debido en parte a la facilidad de Tbe Reliability o/the Gospel Tradition (Hendrickson, Peabody, MA. 2001).
acceso a los datos. Pero al mismo tiempo se experimenta su 69
En cambio, Neusner dice: «los que transmitían la enseñanza cristiana y rabín-
ica alrededor del tiempo de la destrucción de Jerusalén muestran las mismas formas
potencia cuando se recuerdan hechos significativos de la vida,
y tendencias [ ... ]. Los Evangelios sinópticos hacen referencia -entre otros- a los
algo que una persona nos dijo en un momento y que nunca mismos tiempos. Las historias y dichos hacen uso de las mismas técnicas narrativas,
hemos olvidado. que provienen del mismo período» (trad. nuestra). J. NEUSNER, Types and Forms in
Ancient ]ewish Literature, o.c., 390.
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li

110 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.3. LA PREDICACIÓN APOSTÓLICA 111

la vida de Jesús es conocida una pareja de maestros, Hillel y del Reino, el hombre fuerte, la invitación a escuchar, los peca-
Sammay, con puntos de vista a veces contrastantes, respecto a dos que no se perdonan y el retorno del espíritu impuro a su
la interpretación de la Torah, la ley judaica. De todos modos, anterior morada (cf. Me 3,22-29 11 Mt 12,24-32.43-45 11 Le
más que en el contenido o en el método, la relación entre la 11,15-26 ll 12,10). Mateo y Lucas agrupan los cinco dichos,
didáctica rabínica y la tradición evangélica se debe buscar en Marcos en cambio solo tres; sus semejanzas y diferencias ca-
la cultura y en las tradiciones semíticas, con sus modos de en- racterizan el proceso de transmisión oral. La afinidad temática
señar y transmitir, con el ejercicio de la memoria y el recurso habrá ayudado a recordarlos.
a las imágenes, con la repetición constante que permite recor- Si lo anterior se refiere a episodios en los que no se cono-
dar lo que se ha recibido. Aunque existen diferencias, se hace cen los nombres de los protagonistas, con mayor razón sucede
necesario reconocer el servicio que aquella ha prestado a la cuando la tradición gira en torno a nombres propios. No sor-
tradición pre-canónica. Junto a esto ha sido también de ayuda prende que en los Evangelios aparezcan los nombres de Caifás
la cultura popular, la tradición folclórica que ha sido estudiada o de Pondo Pilato, personajes conocidos en la historia, de los
especialmente en el siglo :xx, que ha contribuido igualmente a doce discípulos del círculo más estrecho de la secuela de Jesús,
conocer la situación de la Iglesia primitiva que se deduce de las de María de Mágdala, la primera testigo de la resurrección de
Epístolas Paulinas y Católicas, e incluso la tradición poscanó- Jesús y precisamente la persona que la anuncia a los apóstoles
nica presente en los padres apostólicos y apologistas 7°. (de ahí que la tradición cristiana posterior la llamara apostolus
La tradición oral mueve a conservar los dichos y episodios apostolorum). José de Arimatea, por ejemplo, es también recor-
mediante la asociación temática u otras reglas mnemotécnicas dado en los cuatro Evangelios. Los nombres propios sirven de
que ayudan tanto a quien enseña como a quien escucha. Ejem- punto de referencia, de anclajes de la memoria. Sorprende un
plos se encuentran en la secuencia de las bienaventuranzas en poco más que figuren algunos nombres de personajes menores
Mateo y Lucas, en los episodios de llamada y seguimiento con o secundarios que a lo mejor encontraron a Jesús una sola vez
discípulos anónimos (cf. Mt 8,18-22 11 Le 9,57-62), en las o no lo vieron nunca: Marcos menciona a Alejandro y Rufo
condiciones y dificultades del discipulado (Me 8,34-38 par.) -probablemente conocidos en la comunidad de Roma-, hi-
o en la serie de tres mini-parábolas sobre los invitados que jos de Simón de Cirene (Me 15,21); además nombra a Barti-
acompañan al esposo, el remiendo en un paño viejo, y el vino meo (Me 10,46), aLeví, hijo deAlfeo (Mc2,14 II Le 5,27.29),
y los odres (cf. Me 2,18-22 par.), en las que el tema central es a Simón el Leproso (Me 14,3 11 Mt 26,6) y a Jairo, jefe de la
la novedad de la doctrina de Jesús y su contraste con algunas sinagoga (Me 5,22 II Le 8,41). Lucas menciona a Zaqueo (Le
tradiciones de Israel. Las tres semejanzas resaltan de modo grá- 19,2) y a uno de los dos discípulos en camino hacia Emaús,
fico esa novedad. De la misma manera se nota la coherencia llamado Cleofás (Le 24, 18). La única hipótesis posible de que
temática en el episodio sobre la expulsión de un demonio y sus nombres aparezcan en los Evangelios es que ellos formaron
la acusación a Jesús de alianza con Belzebul y la respuesta de parte de la comunidad cristiana primitiva y, quizá, contaron
Jesús con las explicaciones sobre el dedo de Dios y la presencia personalmente las historias que se refieren a ellos mismos 71•

70 E. P. SANDERS, Tbe Tendencies ofthe Synoptic Tradition, o.e., 281s. 71 R. BAUCKHAM, «The Transmission of the Gospel Tradítíon», a.c., 388.
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112 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C3. LA PREDICACIÓN APOSTÓLICA 113

No es difícil imaginarse -sin fantasías- a los miembros de el Señor Jesús convivió con nosotros, a partir del bautismo de
la comunidad cristiana primitiva pidiendo que se les cuente el Juan hasta el día en que nos fue llevado, uno de ellos sea cons-
episodio del centurión de Cafarnaún o el de la viuda en el tesoro tituido testigo con nosotros de su resurrección» (Hch 1,21s).
del templo; o también los dichos de Jesús sobre quién es el más El sucesor se escoge precisamente entre los que presenciaron
grande, o sobre el deber de ofrecer la otra mejilla, o la historia la vida de Jesús, entre los que lo acompañaron durante su vida
del hijo pródigo ... Un apóstol -o más tarde el discípulo de más pública y confrontaron con los demás discípulos su propio tes-
prestigio en el grupo- habrá contado de nuevo el relato con timonio. Hengel habla de un tesoro de memoria que pudo ser
los detalles que juzgó más apropiados para la ocasión, sabiendo enriquecido y controlado simultáneamente. Este intercambio
al mismo tiempo que la comunidad está atenta para evitar un probablemente influyó en la percepción de cada testigo, como
exceso de creatividad o un cambio en los elementos fundamen- sucede, por ejemplo, a un juez cuando interroga.
tales de la narración. Esto es razonable y lógico 72• La tradición que se forma en torno a las palabras de Jesús
no es por tanto fruto de las reacciones particulares de diversos
4. Testimonio ocular y tradición individuos con una cierta relación -o quizá ninguna- entre
ellos, que después de un tiempo más o menos largo confronta-
La historia de las formas no da mucha importancia a la ron sus recuerdos. No es así. Se trata más bien de una tradición
memoria personal, aunque esta puede conservar lo visto y colectiva, de la experiencia común en torno al impacto ejercido
oído por décadas. Por el contrario, no deja de ser ilustrativo el por Jesús, principalmente porque esa misma tradición ha cons-
prólogo del Evangelio según san Lucas, donde el autor habla tituido la comunidad cristiana como tal, compartiendo entre
de los «testigos oculares» (autóptai: Le 1,2), aquellos que desde ellos las palabras y hechos del Maestro. Aunque es cierto que en
el principio han transmitido las narraciones de «las cosas que ocasiones no se sabe con precisión lo que Jesús dijo o hizo, se
se han verificado entre nosotros» (Le 1, 1). Es evidente que poseen, sin embargo, los aspectos coherentes y consistentes de
cada testigo observó el mismo evento en modo limitado y per- Jesús que dejaron huella profunda en la primitiva Iglesia, que al
sonal, diversamente de los otros. Pero había al mismo tiempo ser contados de nuevo hacen ver al mismo tiempo la fidelidad,
un sentido comunitario, un intercambio constante entre ellos elasticidad y flexibilidad de la tradición oral. El conjunto de esos
que se institucionalizó en el culto cristiano primitivo a través recuerdos compartidos y repetidos dentro de la comunidad es el
de la comunidad de testigos de Jesús, desde el bautismo de ámbito de lo que Dunn llama el Jesús recordado73•
Juan hasta los eventos de la pasión, muerte y resurrección. Igualmente se debe decir que el proceso de tradición oral
Son significativas las palabras de Pedro después de la Pascua, no se limita al período pospascual, cuando la Iglesia comenza-
cuando los discípulos reunidos deben elegir a quien debe ocu- ba a formarse. Ya durante su vida pública Jesús envió apóstoles
par el puesto de Judas Iscariote: «Conviene, pues, que de entre y discípulos a predicar; el contenido de la proclamación in-
los hombres que anduvieron con nosotros todo el tiempo que cluía aquello que les había enseñado con algunas indicaciones
sobre el modo de decirlo. Su catequesis y enseñanza se realiza-
72
J. D. G. DuNN, «[esus in Oral Memory. The Inicial Stages of the Jesus Tradi-
tion», en D. DoNNELLY (ed.), ]esus. A Colloquium in the Holy Land (Continuum,
Nueva York-Londres 2001) 84-145(119). 73 Cf. J. D.G. DuNN,jesus Remembered, I (Eerdmans, Grand Rapids, MI. 2003).
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114 ASÍ NACIERO N LO S EVANG ELIO S C.3. LA PREDICACIÓ N APO STÓ LICA 115

ban apoyándose en lo que su Maestro les había transmitido, y decir que las ediciones finales se alejan del contenido en su
la repetición frecuente del contenido les ayudó a conservarlo. estado original, puro. La transmisión oral permite, en cambio,
Por tanto, considerando el ambiente vital en torno al Jesús te- una interacción inmediata con el tema vivo y su contenido
rreno, se puede decir que la transmisión de palabra de aquello esencial. Sin contener una repetición mecánica de palabras ni
que hizo y dijo empezó a formarse ya en esa época. ser una reminiscencia vaga y evanescente, invita a ver y oír la
Bultmann, en cambio, pensaba que la tradición sobre Je- tradición sinóptica como el acervo de enseñanzas de Jesús y
sús estaba constituida por una serie de capas superpuestas. Del de episodios de su vida que poseía la comunidad primitiva,
mismo modo que existen en un texto estratos redaccionales, al recordar cómo había llamado a los primeros y había dejado
el profesor de Marburg -se mencionó antes- tenía una idea una profunda huella en sus espíritus con sus palabras y obras.
evolutiva de la tradición oral, que se habría enriquecido entre El testimonio ocular es el punto de apoyo, la base sobre la
una narración y otra, añadiendo cada vez nuevos detalles y que se desarrolla la narración oral en el cristianismo primitivo.
particularidades, creando incluso nombres de personajes, has- La narración oral no permite que se apliquen indiscriminada-
ta llegar a un estadio final, distinto del original 74• Igualmente, mente los parámetros socio-culturales modernos a los textos an-
Crossan piensa en un material que habría sido editado muchas tiguos. El ambiente vital de los Evangelios corresponde al mun-
veces, siendo la nueva edición como una capa que se superpo- do semítico y helenístico-romano, en el que se reviven y per-
ne a la anterior, impidiendo descubrir cómo era en realidad feccionan los valores y conceptos relacionados con el pasado76•
al inicio; según él la tradición de Jesús contenía tres grandes La historia de la formas afirma que la tradición de Jesús y
estratos, datados sucesivamente75• Estos ejemplos se aplican sobre Jesús -los dichos y hechos- fueron predicados por la
adecuadamente a las excavaciones arqueológicas, donde la in- comunidad cristiana primitiva, es decir, transmitidos de pala-
vestigación procede a través de diversos estratos, pero no son bra. Esta transmisión, sin embargo, se habría realizado de modo
aptos para la crítica literaria. Los resultados deducidos a priori colectivo, anónimo: sería la comunidad primitiva la que con-
generan siempre escepticismo. servó la memoria de Jesús, no sus componentes individuales.
El modelo no es apropiado cuando se aplica a la tradición Lo que vieron y oyeron Pedro, las mujeres y los otros discípulos
oral, en la que la repetición no es equivalente a una nueva edi- no tenía importancia, no habrían aportado nada a la tradición
ción. En la tradición oral una historia se cuenta y se desarrolla, de los Evangelios. En definitiva, se da más importancia a las
no se edita. En cada repetición hay al mismo tiempo elemen- características globales de la tradición oral que a las personas
tos de variabilidad y de estabilidad, en el sujeto y en el tema, singulares, y a las necesidades de la situación presente más que
en la esencia y en los detalles. Requiere que los elementos es- a las circunstancias del pasado. Las palabras de Jesús fueron
tables se conserven y que los detalles en las diversas ocasiones comunicadas oralmente, sus hechos fueron narrados, pero no
en que se narra estén supeditados a esa identidad sustancial. habrían sido vistos. Más tarde un sector de la escuela histórico-
Por eso la idea de estratos no es la más adecuada para hablar redaccional llegará a sostener que una buena parte del material
de transmisión oral. En el caso de un texto escrito se puede habría sido fruto del trabajo de composición de los evangelistas.
74
Cf. R. BuLTMANN,jesus, o.c., 12s.
75
Cf. J. D. CROSSAN, The Historical]esus, o.e., xxxi-xxxii. 76 Cf. R. BAUCKHAM,]esus and the Eyewitnesses, o.e., 9s.
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116 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.3. LA PREDICACIÓN APOSTÓLICA 117

Bailey observó la transmisión oral en las áreas rurales del y poca fidelidad a la tradición pre-pascual. Gerhardsson, en
medio oriente especialmente a partir de los dos aspectos que cambio, insiste en la transmisión controlada, en cuanto exis-
en cierto modo la caracterizan: el contenido de las palabras y la tían formas de memorización y de transmisión en el judaísmo
forma de lo que se comunica. La pluralidad del cristianismo na- rabínico de las que se sirvieron los discípulos. Recibir y trans-
ciente lleva a pensar que no se trata de modelos alternativos sino mitir, como se atestigua en los escritos paulinos, constituyen
de contenidos que han sido transmitidos oralmente en grupos el modelo utilizado por los seguidores de Jesús. Kelber por
diferentes, dando lugar a diversas formas de transmisión com- su parte -como se ha visto antes- concede una gran flexi-
plernentarias ". Guijarro analiza esos modelos en un texto con- bilidad a la tradición oral, según el contexto social en que se
creto, las palabras de Jesús sobre la destrucción y reconstrucción ha realizado, que comporta representaciones diferentes. Los
del templo, y hace ver que el control de la tradición depende Evangelios, en cambio, presentarían una tradición fija, aunque
esencialmente del tipo de comunidad y de su comportamiento: conservando algunos rasgos de la transmisión oral 79• Más cla-
así, una tradición oral formalmente incontrolada sería la de al- ro es Bauckham cuando afirma que las distinciones tan agudas
gunos milagros de Jesús y algunos de sus dichos que correspon- y marcadas entre oralidad y literalidad han sufrido modifica-
den sociológicamente a tradiciones populares. En cambio, la ciones considerables en los últimos años, al profundizar en el
tradición informalmente controlada correspondería a las tradi- nexo entre las dos realidades.
ciones discipulares, es decir, las de aquellos que lo acompañaron Aunque parezca superfluo decirlo, los testigos que dieron
durante su vida pública y luego continuaron su misión después a conocer la vida y las obras de Jesús en el cristianismo primi-
de la Pascua, conservando sus dichos y hechos; su contenido tivo existieron realmente. Hubo también otras personas que
serían las narraciones de milagros y relatos sobre Jesús: dichos, no contaron lo que habían vivido, pero junto a ellos Pedro
anécdotas y controversias. La tradición formalmente controla- -el más representativo de los discípulos-, María, la Madre
da, en fin, correspondería a la transmisión eclesial: sería aquella de Jesús, Santiago y sus demás parientes, Juan Marcos, María
de los discípulos organizados en comunidades, con estructuras Magdalena y las otras mujeres, fueron testigos e informadores
de doctrina y de celebración; su contenido son las enseñanzas de a la vez. Sin poder determinar exactamente la aportación de
Jesús, las fórmulas litúrgicas y de fe 78• cada uno de ellos, es claro -comenta Byrskog- que en la tra-
La transmisión informal e incontrolada de Bultmann in- dición aparecen como figuras del pasado mencionadas en las
siste en las leyes del folclore popular unidas a las formas litera- narraciones evangélicas. Lo que allí se dice, por tanto, está an-
rias y a las necesidades de las comunidades cristianas en que se dado en la experiencia vital de esas personas, en la historia 8°.
transmitieron. Esto implicaría una gran capacidad de creación Los discípulos constituyen evidentemente el principal gru-
po de testigos de visu del ministerio de Jesús. Lo siguieron du-
77
Así Bailey llama a la transmisi6n bultmanniana «tradición oral informal in- rante una buena parte de su ministerio, oyeron su enseñanza y
controlada», y llama a la de Gerhardsson «tradición oral formal controlada», para predicación, tanto pública como privada, observaron sus mi-
después proponer otros dos tipos: «tradición oral informal controlada» y «tradición
oral formal incontrolada». Cf. K. E. BAILEY, «Informal Controlled Oral Tradition lagros y acciones portentosas. Ellos deben haber tenido recuer-
in the Synoptic Gospels»: Asia]ournal oflheology 5 (1991) 34-54 (35s).
78
S. GUIJARRO ÜPORTO, Jesús y los primeros discípulos (EVD, Estella 2007) 79 Cf. W. H. KELBER, 7he Oral andWritten Cospel, o.c., 1-43.
21-26. 8° Cf. S. BYRSKOG, Story as History, o.e., 91.
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118 ASÍ NACIERO N LO S EVANG ELIO S C.3. LA PREDICACIÓ N APO STÓ LICA 119

dos y experiencias comunes. Este grupo encontró su identidad Un alcance similar tiene la respuesta de Jesús a los discípu-
en Jesús, en lo que había dicho y hecho, en lo que representaba los enviados por el Bautista prisionero: «Id y contad a Juan lo
para ellos. De ahí a concluir que constituyeron un conjunto que habéis visto y oído: Los ciegos ven, los cojos andan, los le-
de narradores en los que tomó cuerpo la tradición evangélica prosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan,
no hay más que un paso. se anuncia a los pobres la Buena Nueva» (Le 7,22; Mt 11,4).
Gracias a la escuela histórico-formal se ha tomado con- En este caso se privilegian los hechos sobre los dichos, y la
ciencia más profunda de la importancia de la transmisión oral vista sobre el oído, porque a continuación Jesús añade: «¿Qué
por la que pasaron los Evangelios. Ella, sin embargo, es in- salisteis a ver en el desierto?» (Le 7,24). Los discípulos de Jesús
suficiente si carece de conexión con los testimonios visuales y del Bautista señalan el punto inicial en el que se inició la
y auditivos. Una tradición oral no existe si nadie ha oído lo transmisión de la tradición de Jesús.
que ha transmitido. Para Bultmann es irrelevante quién lo vio El discípulo ideal en el ámbito judío era aquel que debía ver
o quién lo dijo, porque la individualidad de cada narrador u y oír a su maestro. Escogía al rabbí que le parecía más adecua-
oyente habría sido absorbida por la identidad colectiva y la do, y se sentaba a sus pies a escuchar sus enseñanzas y aprender
memoria común de la comunidad. La historicidad oral que hasta sus gestos, en su deseo de «empaparse» del contenido de
tiene en cuenta la singularidad y representatividad del evento la ley y de hacerla vida de la propia vida. De modo semejante,
narrado no tiene cabida en su pensamiento. la visión y la escucha en el mundo clásico y helenístico eran dos
Más problemática aún es la falta de aprecio por la unión realidades estrechamente unidas en la tarea de adquirir la infor-
entre oralidad y testimonio ocular de hechos y palabras. De- mación histórica, dos modos de narrar el pasado82•
tengámonos un momento en las palabras de Jesús en el Evan-
gelio de Lucas, después del envío y regreso de los setenta (y
5. El ambiente de la predicación
dos) discípulos 81: «Volviéndose a los discípulos, les dijo aparte:
«[Dichosos los ojos que ven lo que veis! Porque os digo que Como se ha visto, la Pascua forjó especialmente el marco
muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y la perspectiva de la predicación, en torno a lo que debía ser
pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oye- recordado. Ella constituye el Sitz im Leben, el ambiente vital
ron» (Le 10,23s). La primera parte del logion se refiere al ver, de la tradición de Jesús y sobre Jesús. En la investigación sobre
una experiencia del ámbito escatológico que comprende los los Evangelios en los últimos años se ha ampliado este Sitz im
hechos, y la segunda parte al oír los dichos y palabras; en defi- Leben de manera sustancial, considerándolo no solamente con
nitiva, la totalidad del ministerio de Jesús. referencia al período de la predicación pospascual, en el que se
desarrolló y consolidó la tradición oral de los Evangelios, sino
81
El contexto de Mateo en el pasaje paralelo (Mt 13,16s) en relación con los también respecto al período anterior. En la tradición oral se
destinatarios de las parábolas que «ven sin ver y oyen sin oír», es menos natural. transmite principalmente lo que tiene una función social. Al
Parece que el evangelista ha querido conectarlo al logion de Is 6,9s acerca del ver y
oír sin comprender ni entender, que sirve de clave para la interpretación y motiva- mismo tiempo la literatura se va plasmando con su utilización.
ción de las parábolas en los sinópticos. Como se verá más adelante, los dos textos
paralelos -y otros muchos- se remontan a la fuente común de dichos en Mateo
y Lucas, que se conoce como fuente Q. 82
Cf S. BYRSKOG, Story as History, o.e., 105s.
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120 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.3. LA PREDICACIÓN APOSTÓLICA 121

El ambiente existencial abarca entonces todas las situaciones la Iglesia esas enseñanzas se transmitieron sea por medio de los
en las que convergen el texto y la realidad social, desde la vida apóstoles que Él mismo escogió, sea por aquellos que recibie-
de Jesús hasta su puesta por escrito. Marxsen había ya indivi- ron la misión después de la Pascua, como Pablo87•
duado tres situaciones vitales en el proceso de formación de No solo los géneros literarios sino también los textos tie-
los Evangelios: la de Jesús, la de la Iglesia primitiva y finalmen- nen contacto con la realidad social. Hay que tener en cuenta
te la del plano de la redacción 83• que la relación entre ambiente vital y género literario no se
Por su parte Schürmann ha estudiado la ambientación corresponde siempre unívocamente. La misma situación vital,
vital en tiempos de Jesús haciendo ver, por ejemplo, que la por ejemplo, puede dar lugar a varios géneros y a diversas for-
enseñanza del Padre Nuestro se encuadra en un momento de mas, y viceversa, el mismo género puede utilizarse en diferen-
oración con los discípulos84• Más que el ambiente judío de la tes ocasiones. Más aún, dice Berger, un mismo y único texto
época de jesús se individuó el ambiente vital de la comunidad puede ejercer, en contextos diversos, funciones diversas88•
de los discípulos de Jesús, cuya situación plasmó la tradición Esa tradición se modifica, por ejemplo, en el proceso de
en referencia a su Maestro85• Así pudo concluir que existe una traducción del arameo al griego helenístico. Al mismo tiempo,
continuidad, mucho mayor de lo que se pensaba inicialmen- el paso de una cultura predominantemente rural a una urbana
te, entre Jesús y las comunidades pospascuales. Analizando el confirió a la tradición la posibilidad de adaptarse a nuevas cir-
estilo, itinerante y carismático, de la vida social de jesús y sus cunstancias. Analizando el episodio del paralítico llevado por
discípulos, Theissen concluye que ese mismo modo de vida lo cuatro personas, el evangelista Marcos (2,1-12) cuenta cómo
llevaron sus seguidores después de la Pascua 86• abrieron -perforaron- el techo y descolgaron al enfermo
Es altamente probable que las enseñanzas de Jesús hubie- (Me 2,4) con su camilla, frente a Jesús. Un trabajo difícil, sa-
ran ya circulado durante su ministerio terreno. Eran repetidas biendo que en Palestina se construían los techos con esteras
por sus apóstoles en las misiones del Reino de Dios ya que revestidas de barro, constituyendo una especie de plataforma
era el mensaje de Jesús y no el de ellos el que se predicaba. más o menos impermeable. La tradición de la que dispone
Algunos de sus dichos acerca del Reino fueron memorizados, Lucas es diferente, porque en el ambiente urbano del mundo
repetidos y discutidos en los grupos de personas evangelizadas, helenístico la construcción de las casas era distinta, no se ha-
entre familiares o adherentes a Jesús en las diversas ciudades y cían los techos de ese modo; de ahí que el tercer evangelista
aldeas de Judea y Galilea. En las primeras décadas de la vida de diga que lo hicieron bajar «a través de las tejas» que habían
83
quitado (Le 5,19) 89• De modo similar, en la parábola del gra-
W MARxsEN, El evangelista Marcos: Estudio sobre la historia de la redacción del
Evangelio (Sígueme, Salamanca 1981) 21. no de mostaza se dice en Mt 13,31 que un hombre sembró la
84 Cf. H. ScHÜRMANN, Padre Nuestro (Secretariado Trinitario, Salamanca

1982) 193-200. 87
Cf. R. R.iESNER, «[esus as Preacher and Teacher», en H. WANSBROUGH (ed.),
85 H. ScttÜRMANN, «Die vorósterlichen Anfange der Logientradition: Versuch
Jesus and the Oral Gospel Tradition (Academic Press, Sheffield 1991) 185-21 O (193-
eines formgeschichtlíchen Zugangs zum Leben jesu», en H. Rrsrow - K. MATTHI- 196).
AE (eds.), Der historische Jesus und der kerygmatische Christus» (Evangelische Verlag- 88
Cf. K. BERGER, Einführung in die Formgeschichte (Francke, Tubinga 1987)
sanstalt, Berlín 1961) 342-370. 207-210.
86
Cf. G. THEISSEN, «Radicalismo itinerante. Aspectos literario-sociológicos de 89
Algo similar se puede decir de la parábola de las dos casas con la que el Señor
la tradición de las palabras de Jesús en el cristianismo primitivo», en Estudios de concluye el Sermón de la montaña/llanura: en Mr 7,24 se dice que un hombre
sociología del cristianismo primitivo (Sígueme, Salamanca 1985) 13-40. construyó su casa «sobre roca», mientras que en Le 6,48 se dice que «excavó y pro-
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122 ASÍ NACIERO N LO S EVANG ELIO S C.3. LA PREDICACIÓ N APO STÓ LICA 123

semilla «en el campo» (agros), pensando en el ambiente rural en mayor o menor medida, por cristianos provenientes de la
de la Galilea. En Le 13,19, en cambio se siembra «en el jardín» gentilidad. En el primer caso -como sucede en el ambiente
(képos), más de acuerdo con las viviendas urbanas del mundo socio-cultural del Evangelio de Mateo- era conveniente su-
helenístico-romano, que poseían un huerto. brayar la recomendación de Jesús de ir a las ciudades y aldeas
Lo mismo sucede respecto a la lengua, que permite mu- del pueblo de Israel (cf. Mt 10,6), donde se desarrolló su mi-
chos más matices lexicales. Jeremias lo hace ver a propósito sión terrena; igualmente convenía insistir en el cumplimiento
de la cena de Jesús en casa de un fariseo, en la que los invi- de la Torah (cf. Mt 5,18), que muchos judío-cristianos prac-
tados se apresuraban a tomar los primeros puestos. Después ticaban; estos representaban, por otra parte, el número más
de haberles enseñado el bien que se deriva de pensar en los grande de seguidores de Jesús durante el primer siglo de la era
demás (cf. Le 14,7-10), les dice una parábola: «Un hombre cristiana. Pasajes como estos se omiten o mitigan en la tradi-
preparó un gran banquete e invitó a muchos ... » (Le 14,16). ción de Marcos y Lucas, escritos probablemente en un am-
En el texto paralelo de Mt 22,2 se lee: «El Reino de los cielos biente en el que predominaban los grupos étnico-cristianos.
es semejante a un rey que preparó las bodas de su hijo ... ». La En este último se exaltan, por ejemplo, la parábola del buen
palabra aramea misbtutha indica tanto bodas como banquete; Samaritano (Le 10,25-37), o episodios como la curación de
la transmisión de este logion, conservando sustancialmente la los diez leprosos (Le 17,11-19), o el de Zaqueo, un publicano
enseñanza de Jesús, se desarrolló por eso en dos direcciones convertido que sin embargo no abandona su trabajo después
semánticas'". La tradición oral, por lo demás, constituyó el de conocer a Jesús (Le 19,1-10), por mencionar algunos ejem-
elemento de continuidad, el vínculo vivo que permitía remon- plos que no se encuentran en la tradición mateana.
tarse a Jesús mismo. Así lo atestiguan los temas pre-pascuales En uno y en otro ambiente, semítico y helenístico, se vis-
que contienen asonancias arameas, palabras-clave que servían lumbra sin embargo una comunidad que, al transmitir la vida
para recordar un discurso o un episodio, o palabras-gancho y la enseñanza de Jesús, refleja una gran influencia de las Es-
que permitían unir diversos episodios o dichos en torno a un crituras. La palabra de Dios está viva en su traducción -en
concepto común. Un caso típico se encuentra en el llamado la versión alejandrina de la Biblia, la LXX-, en su interpre-
«discurso eclesiástico» de Mt 18. En las sentencias de Jesús se tación y aplicación, cuando la anuncia la Iglesia primitiva. En
alternan dos conceptos, niño y escándalo, saltando de uno a el período intermedio entre Jesús y los Evangelios, el kerygma
otro en la primera parte del discurso (18,1-10). recurre constantemente a la palabra contenida en las Escritu-
La escuela histórico-formal insiste en el ambiente vital de ras de Israel. En concreto, el Primer Evangelio contiene más de
la comunidad cristiana como el vivero en el que la predicación sesenta citas del Antiguo Testamento, más del doble de cual-
de los primeros discípulos se llevó a cabo. Se hace necesario quiera de los otros tres. En la comunidad en torno a la tradi-
tener en cuenta las circunstancias de la Iglesia primitiva tanto ción de Mateo se insiste particularmente en el cumplimiento
en su ambiente judaico como en las comunidades formadas, de las profecías de Israel, en los detalles de la vida de Jesús que
tienen detrás una frase de un profeta, un oráculo que encuen-
fundizó hasta poner los cimientos sobre roca». En efecto, en Palestina no se ponían tra allí su cumplimiento. Se trata de lo que la crítica bíblica
de ordinario cimientos para construir.
°
9 Cf. J. }EREMIAS, Las parábolas de jesús (EVD, Estella 1981) 32s. centro-europea ha llamado Reflexionszitate, citas de reflexión,
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124 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.3. LA PREDICACIÓN APOSTÓLICA 125

porque representan la propia interpretación creativa de Ma- dulidad, que se habría podido superar si hubieran creído a las
teo, y no figuran en ningún otro evangelio. Diez de ellas (cf. Escrituras. De hecho, en el tercer anuncio de la pasión, antes
Mt 1,22s; 2,15; 2,17s; 2,23b; 4,14-16; 8,17; 12,17-21; 13,35; de la última pascua, el tercer evangelista presenta las palabras
21,4s; 27,9s) contienen una formula introductoria en la que de Jesús que, «tomando consigo a los Doce, les dijo: «Mirad
aparece el verbo pléroun (cumplirse) en voz media-pasiva. que subimos a Jerusalén, y se cumplirá todo lo que los profetas
Otra cita (cf. Mt 13,14s) emplea el verbo sinónimo escribieron sobre el Hijo del hombre» (Le 18,31).
anapléroun, que añade el matiz del origen: cumplirse lo que Llama la atención que en los dos casos se mencionen las Es-
estaba previsto desde el principio. Otra (cf. Mt 3,3), aunque crituras de Israel, según la clasificación que los maestros hacían
no emplea el verbo de cumplimiento, es clara en su enun- de la Biblia. En el episodio del viaje hacia Emaús, Lucas narra
ciado: «Esto es lo escrito por el profeta ... ». Otras dos (cf. Mt que Jesús, empezando por Moisés y por todos los profetas inter-
11,10; 26,31) usan en cambio el verbo graphein en tiempo pretó en todas las Escrituras lo que se referían a Él (Le 24,27).
perfecto, gégraptai, está escrito, y son consideradas también de Refleja el texto lucano la convicción de la Iglesia naciente a la
reflexión. Interesante además que, en dos de las diez primeras luz de la resurrección, de que las Escrituras daban testimonio
mencionadas, se dice «así se cumplió»: se trata de eventos ne- del Mesías y, en concreto, sobre el modo en que su misión se
fastos -la matanza de los inocentes y el suicidio de Judas- llevaría a cabo. Esto ciertamente no procedía de un razonamien-
que no responden a una finalidad divina. En total, catorce to inductivo a partir de los textos veterotestamentarios: se trata
Reflexionszitate, según la mayor parte de los exegetas 91• Estas de un enfoque hermenéutico en el que se consideran todas las
citas se ciñen más fielmente al texto hebreo, en contraste con Escrituras como un conjunto de profecías. Como en el viaje a
otras del Evangelio, en las que la Biblia de referencia es la de Emaús, en la aparición de Jesús a los discípulos en el cenáculo
Alejandría, la LXX, y reflejan de modo particular la función se citan las tres secciones que conformaban la Biblia de Israel
interpretativa del primer evangelista y de su comunidad. (Tanach): Moisés (Torah), los profetas (Nebií.m) y los salmos
En la tradición lucana la relación con los escritos veterotes- ( expresión metonímica -la parte por el todo- para referirse
tamentarios es un poco diferente; en su Evangelio no se encuen- a los escritos, Ketubím), indicando que se debían cumplir en su
tran de ordinario esas citas concretas y determinadas. En cam- persona y añadiendo dos tópicos: la predicación a todas las na-
bio, es Lucas quien ha subrayado especialmente la necesidad de ciones y el inicio de la misión en Jerusalén (cf Le 24,44-47). El
que el Mesías padeciera y sufriera para poder luego entrar en su lenguaje es típicamente lucano, semejante al del tercer anuncio
gloria, como aparece en el diálogo de Jesús con los discípulos de (cf. Le 18,31), mencionado antes.
Emaús. La explicación del Señor inicia con estas palabras: «[Oh En estos dos casos las Escrituras atestiguan un destino que
insensatos y tardos de corazón para creer lo que habían dicho contrasta con las esperanzas y la tradición de Israel, según la cual
los profetas!» (Le 24,25). Poco después Lucas narra que Jesús el Mesías habría liberado y exaltado a su pueblo entre todas las
se aparece a los discípulos reunidos y se expresa en los mismos naciones como compensación por tantos sufrimientos y penas
términos (cf. Le 24,39). En uno y otro caso reprocha su incre- padecidos a lo largo de la historia. No existe, en cambio, un solo
texto del Antiguo Testamento en el que la tradición judía con-
91 Cf. D. A. HAGNER, Matthew 1-13 (Word, Dallas 1993) liv-lv, sidere la suerte negativa del Mesías, su muerte ignominiosa. La
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126 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C3. LA PREDICACIÓN APOSTÓLICA 127

Iglesia primitiva se encontraba así ante un evento escandaloso: Se ha discutido mucho sobre el paulinismo de la tradición
un Mesías crucificado que no encontraba apoyo ni en la Biblia lucana. Según Kasernann, en los dos volúmenes de la obra lu-
ni en la cultura contemporánea del judaísmo'", Así lo afirma, cana no aparecería la justificación por la fe, argumento deter-
entre otras cosas, la inscripción en la cruz, rey de los judíos, que minante de la teología paulina94• Vielhauer, en su conocido
frente al escepticismo de Wrede (retroproyección del kerygma artículo sobre los Hechos de los apóstoles, sostiene que Lucas
cristiano) y al de Schweitzer ( exaltación apocalíptica), constata conocía la doctrina paulina acerca de la justificación, aunque no
que así lo consideraban tanto sus discípulos como sus oposito- le confirió la importancia absoluta y el significado central que le
res. Lo último que se habrían imaginado los primeros cristianos dio Pablo. Lucas no la habría considerado antitética respecto a
era inventar una historia que contradijera toda esperanza judía. la ley. Por otra parte, en los Hechos, la cruz no tendría cabida.
Fue la fe cristológica pospascual la que llegó a contemplar en Aquí Vielhauer sigue de cerca el razonamiento de Harnack: en
el Mesías crucificado a aquel que «murió por nuestros pecados Pablo la ley no tiene ningún significado salvífica, mientras que
según las Escrituras» (1 Cor 15,3), superando el escándalo. A en Hechos la ley es complementaria para la salvación de judío-
continuación habrá buscado los textos que se pudieran adaptar cristianos'". Vielhauer admite sin embargo que en Hch 13,38
a esta realidad, encontrándolos particularmente en los cantos se explica la justificación con la expresión equivalente de «per-
del Siervo sufriente que se describen en Isaías 42-53: una, nove- dón de los pecados» (cf. Hch 2,38; 3,19; 5,31; 10,43) aunque,
dad respecto a la interpretación judía de su tiempo93• según él, esta explicación de carácter negativo estaría ausente en
Esa tradición oral que se plasmará posteriormente en los Pablo ". La frase aparece, sin embargo, en Col 1,14 y Ef 1,7 dos
Evangelios está recogida también por Pablo, que será el prime- textos que reflejan la tradición paulina. Estas dos cartas -más
ro en ponerla por escrito. En 1 Cor 15,3s, dice: «Os transmití, Efesios que Colosenses- no son consideradas como auténticas
en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por por una parte considerable de la crítica moderna, aunque nadie
nuestros pecados, según las Escrituras, que fue sepultado y que niega su inspiración paulina.
resucitó al tercer día, según las Escrituras». La primera cosa a Nolland rechaza el abismo creado por Vielhauer entre el
tener en cuenta es el misterio de la pasión, muerte y resurrec- Pablo de las cartas y el Pablo de Hechos considerando, en
ción de Jesús que se cumplió «según las Escrituras», conside- cambio, el problema con una visión más amplia. Admite que
radas globalmente y sin referencia específica a ningún pasaje: indudablemente existen dificultades y contrastes entre uno y
en esto la semejanza con la tradición de Le 24 es simplemente otro, aunque no pocas veces se han exagerado. La antítesis que
llamativa. Tanto en un caso como en otro es la totalidad de la se pretende ver entre los dos autores proviene a veces de una
Escritura que se atestigua. exposición estrecha de Pablo y de una lectura poco generosa
de Lucas. Este puede haber simplificado un poco el pensa-

92
G. SEGALLA, «Gesú, Rabbi ebreo di Nazaret e Messia crocifisso», en Sulle trace 94
Cf. E. Kii.sEMANN, «La giustizia di Dio in Paolo», en Saggi esegetici (Marietti,
di Gesi; (Cittadella, Asís 2006) 17-81 (77). Casale Monferrato 1985) 133-145.
93
«Las pruebas aducidas a favor de una interpretación mesiánica-judía de Is 53 95
Cf. A. HARNACK, Neue Untersuchungen zur Apostelgeschichte (Hinrichs, Leip-
y demás pasajes conexos sobre el Siervo distan mucho de resultar convincentes». zig 1911) 48.
E. ScHÜRER, Historia del Pueblo judío en tiempos de jesús, 11 (Cristiandad, Madrid 96
Cf. P. VIELHAUER, «On che "Paulinism" of Acts», en L. E. KEcK - J. L. MAR-
1985) 706. TYN (eds.), Studies in Luke-Acts (SPCK, Londres 1968) 33-50 (42s).
..r
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128 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C3. LA PREDICACIÓN APOSTÓLICA 129

miento paulino -dice- y haber desplazado el centro de gra- los narradores de la antigüedad, mientras que los historiadores
vedad de la teología paulina hacia una teología más de acuerdo antiguos poseían un carácter interpretativo más fuerte que el
con el ambiente vital en el que se fue formando el Evangelio, actual.
pero no ha falsificado a Pablo. Si se va a las cartas paulinas con Los estudios modernos han aprendido a valorar la fusión
la perspectiva teológica de Lucas, se encontrarán allí aspectos de horizontes, el del pasado y el del presente, en la narración
salvíficos que se ponen en evidencia como puntos de luz en el antigua. El primero tiene que ver con la conservación de lo
firmamento creado por la tradición del tercer evangelista97• Y que se ha vivido: el testigo ocular, cercano a los acontecimien-
uno de ellos es precisamente el que se ha considerado antes: el tos, posee una visión retrospectiva que es inherente a la his-
testimonio global de las Escrituras, que señalan el padecimien- toria, aunque no está determinado por ella; el testigo es un
to del Mesías y su consiguiente exaltación. protagonista de la historia y al mismo tiempo un intérprete de
Independientemente del tiempo que Lucas puede haber ella. El segundo se refiere a la actualización del mensaje, a su
estado con Pablo, de los viajes en que lo acompañó y de los adaptación para hacerlo inteligible y atractivo, para llegar a los
lugares que visitaron, se descubre entre ellos una sintonía en oyentes y destinatarios. La dimensión pretérita es conserva-
este aspecto tan importante del kerygma cristiano, que los dos dora, la presente es innovadora. Para expresarlo en el lenguaje
han acogido y compartido, y se puede decir que se .rrata de de la tradición evangélica primitiva, el kerygma cristiano es
convergencia más que de concordancia de teologías. El mismo historia y la historia es kerygma, en una síntesis que funde las
Pablo afirma que la predicación no es creación suya: ha trans- dos realidades en una sola.
mitido lo que ha recibido en la cadena de tradición oral que La tradición de los Evangelios se formó en un constante
responde a los términos técnicos rabínicos qibbel min (recibir proceso de simbiosis. La primitiva comunidad cristiana creó
de) y masar l' (transmitir a) y que muestra una tradición que se y elaboró las formas orales y escritas del discurso entrelazando
remonta a la Pascua en un contexto de matices semíticos que el único evento histórico del pasado con las variantes circuns-
indica su origen judío-cristiano ". Lo mismo se podría decir tancias del presente. Del mismo modo que se debe evitar una
de la tradición de los evangelistas. visión unilateral frente a la narración e interpretación entu-
siasta de la Iglesia primitiva, igualmente no se debe despreciar
6. Visión de conjunto el empeño de los primeros discípulos de Jesús y la memoria
viviente de aquellos que presenciaron los eventos y comunica-
Considerando globalmente la tradición oral, no se puede ron sus recuerdos y experiencias a los otros. La verdad de esta
desconocer ni el modo de transmitir las realidades en el pasado tradición, dice Byrskog, no está sino en esta síntesis dialéctica
ni el acceso hermenéutico a esas narraciones que se posee en la entre narración e historia 99•
actualidad. Los historiadores modernos tienden a ser más pre-
cisos y a no apreciar suficientemente el enfoque pragmático de

97 J.
NoLLAND, Luke 1-9:20 (Word, Dallas 1989) xxxvi.
98 Cf J. ]EREMIAS, La Última cena:palabras de jesús (Cristiandad, Madrid 1980)
99
105-108. Cf S. BYRSKOG, Story as History - History as Story, o.e., 306.
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CAPÍTULO IV
LA REDACCIÓN DE LOS EVANGELIOS

Como dice la SME en su número 2:

Esta instrucción primitiva, primero oral y luego escri-


ta -pues pronto sucedió que muchos intentaran «ordenar
una narración de los acontecimientos» (cf. Le 1,1) que se
referían al Señor jesús->, los autores sagrados la consignaron
para utilidad de las iglesias siguiendo un método coherente
con la finalidad peculiar que cada uno se había propuesto en
los cuatro Evangelios. Seleccionando algunas cosas de entre
las muchas transmitidas, sintetizando otras y desarrollando
otras en atención a la situación de las iglesias, por todos
los medios se esforzaron para que los lectores conocieran la
solidez de las palabras en las que habían sido instruidos (cf.
Le 1,4). Pues los hagiógrafos, de entre todo lo que recibie-
ron, seleccionaron particularmente lo que se adaptaba a las
diversas condiciones de los fieles y al fin que perseguían, y lo
narraban de la manera más adecuada para esas condiciones
y ese fin. Dado que el sentido de un enunciado depende
también de la sucesión de los acontecimientos, es lógico
pensar que si los evangelistas, al transmitir las palabras y las
obras del Salvador, las situaron cada uno en un contexto di-
ferente, lo hicieron pensando en la utilidad de los lectores.
Por ello, el exegeta debe indagar qué pretendió el evangelis-
ta al narrar un dicho o un hecho de una forma concreta o al
situarlo en un contexto concreto. Pues en nada se opone a la
verdad de la narración que los evangelistas refieran en orden
distinto los dichos o los hechos del Señor1 y que expresen
sus palabras -conservando su sentido- de formas diver-

1
Cf. SAN JuAN Csrsósroxro, In Mat., Hom., I, 3.
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132 ASÍ NACIERO N LO S EVANG ELIO S C.4. LA REDACCIÓ N DE LO S EVANG ELIO S 133

sas, y no literalmente2• Pues, como dice san Agustín: «Es predicación: el único objetivo habría sido el de subrayar la fe
muy probable que cada uno de los evangelistas se haya creí- de la Iglesia primitiva en la divinidad de Cristo y en su misión
do en el deber de narrar según el orden en que Dios haya salvadora y, de consecuencia, no se habría despertado en los
querido traerle a la memoria lo que narraba; siempre, claro primeros predicadores el interés por narrar episodios de la vida
está, en cuestiones cuyo orden, sea uno u otro, nada dis- de Jesús. Frente a esto se alza la afirmación de Maule:
minuye la autoridad y la verdad del Evangelio. Todo aquel
que se pregunte con piadosa diligencia por qué el Espíritu «En el período en el que los Evangelios fueron escritos, la
Santo, que reparte sus dones a cada uno como quiere (cf. Iglesia era bien consciente de la distinción entre el Jesús his-
1 Cor 12,11), y que por ello, sin duda, en atención a unos tórico y el Cristo de la fe [ ... ].Yen la medida en que fueron
Libros que habían de ser colocados en tan alta cumbre de usados para el culto, ellos ocuparon el lugar que correspondía
en la sinagoga a las Escrituras hebreas, como fundamento his-
autoridad, ha gobernado y regido también la mente de los tórico frente a otras interpretaciones»5•
santos a la hora de recordar lo que debían escribir, permitió
que cada uno ordenara su narración de forma distinta, lo El modelo de transmisión oral debió de establecerse ya
podrá descubrir, con la ayuda divina»3·(EB 651). desde el inicio, antes de la Pascua, desde que se formó la pri-
mera comunidad de discípulos en torno a Jesús, y se mantuvo
en vigor hasta el momento en que fue puesta por escrito. La
1. De la predicación oral al texto escrito
huella profunda que dejó en la mente y en alma de los suyos
Los Evangelios han tenido su origen en el kerygma, en la generó una tradición que fue al mismo tiempo formativa y
predicación de la Iglesia primitiva. Este carácter de proclama- constitutiva de una comunidad que se mantuvo después de
ción se nota en el texto escrito, como ha sido puesto de relieve la Pascua y más allá de los confines de Galilea. Lo que ahora
en la constitución sobre la Divina Revelación: los Evangelios se posee en el texto evangélico no es la última de una serie de
«conservan la forma de predicación» (formam preconii retinen- capas impenetrables que se han sucedido en el tiempo una
tes) (DV 19). A partir del kerygma surge la forma literaria de después de otra por medio de diversas ediciones literarias. Más
los Evangelios; la ejemplificación más antigua que tenemos es bien se trata de una tradición viva del culto y de la vida cristia-
probablemente la del Evangelio según san Marcos, cuyo estilo na que toca de cerca la memoria sobre Jesús, y que se ha plas-
es el más parecido a una predicación oral 4• mado por escrito en el Evangelio cuadriforme, por emplear la
Sin embargo, la enfatización excesiva de la proclamación feliz expresión de san Ireneo6•
ha llevado a Bultmann y a los demás promotores del método Durante una buena parte del siglo xx la historia de las
histórico-formal a sostener que el contenido histórico de los formas ha ejercitado una gran influencia en el estudio de los
Evangelios no es importante. Para ellos el aspecto fundamen- Evangelios. Su origen se encuentra en el romanticismo del
tal -y casi exclusivo- de los Evangelios es su carácter de siglo XIX, en el que había un interés especial por extraer las

2
Cf. SAN AGUSTÍN, De consensu Evang., 2, 12, 28; ibíd. 2, 21, 51s. 5
Cf. C. F. D. MouLE, «The lntention of the Evangelists», en A. J. B. HrGGINS
3
Ibíd., 2, 21, 51. (ed.) New Testament Essays in Memory o/Thomas Vválter Manson (Univ. Press, Man-
4 Cf. V. BALAGUER, Testimonio y tradición en san Marcos (Eunsa, Pamplona chester 1959) 165-179 (165).
6
1990). SAN IRENEO, Adversus haereses, 3, 11, 7-9.
,... Descargado de: http://www.descargarlibroscristianosgratisenpdf.online/

134 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.4. LA REDACCIÓN DE LOS EVANGELIOS 135

formas de la tradición pre-literaria y las leyes de su evolución. de la tradición y los destinatarios de la misma. Con ella se
El trabajo de Gunkel sobre el libro de los Salmos constituye conformaba no el texto particular, sino su género y forma. La
el primer intento de deducir esas formas, que eran aplicadas diversidad de estas últimas reflejaba las necesidades de la vida
a las distintas circunstancias de la vida de Israel, tal como se social del cristianismo primitivo.
manifiestan en el Salterio 7. Siguiendo su ejemplo, se indivi- Según la historia de las formas, el apóstol, profeta o doctor
duaron en el texto evangélico una serie de unidades literarias, de la Iglesia primitiva no fue visto como quien estaba al frente
pequeñas y grandes: desde una breve sentencia de Jesús hasta de la comunidad o ejercía una autoridad frente a ella. El papel
la narración de la pasión. principal fue asignado a la comunidad misma como colecti-
Los Evangelios narran la historia de Jesús en perícopas, vidad creativa que no solo conformó la tradición, sino que a
unidades literarias y escenas anecdóticas que no solamente veces la inventó del todo. En la crítica de los Evangelios llegó
contribuyen, por medio de su colocación en el texto, a formar a ser dominante el concepto bultmanniano de Gemeindebil-
la historia que contienen los libros, sino que cada una de ellas dung, creación de la comunidad, que no aclara ni el sujeto ni
por sí misma contiene en cierto modo la persona y la histo- el objeto del kerygma, no indicando prácticamente nada sobre
ria de Jesús. Para ser explicadas, cada una de estas perícopas cuándo, cómo y dónde se formó la tradición. El testimonio
no tienen necesidad de los acontecimientos anteriores; casi de una afirmación del Señor en los Evangelios se reemplaza
ninguna se refiere a acontecimientos posteriores en los que por la hipótesis -raramente comprobable- de una ficción
encontraría su despliegue lo que ha tenido lugar. Como dice pospascual. Hengel da la vuelta en cierto modo a esa argu-
Bornkamm, los Evangelios consiguen siempre mantenernos mentación, aunque reconoce sus aspectos positivos. Sostiene,
bajo el halo de luz de una escena que se basta a ella misma 8• en efecto, que la entera tradición sobre Jesús se podría llamar
Al mismo tiempo, un análisis particular de los Evangelios Gemeindebildung, al haber sido formada por miembros com-
sinópticos -Mateo, Marcos y Lucas- ayudaría a dilucidar el petentes y autoritativos que, en contacto con la comunidad, la
ambiente vital -Sitz im Leben, expresión creada por el mismo conservaron en la memoria, la tradujeron al griego -al menos
Gunkel- en el que fueron escritos y su desarrollo ulterior. en parte-, la conformaron y la narraron de acuerdo con las
Sustancialmente se trata de la situación existencial después de necesidades de los oyentes y de las nuevas situaciones en que
la Pascua, en la que el interés se enfocaba en el anuncio del Se- se encontraban9•
ñor resucitado, en el kerygma de la primitiva comunidad cris- Bultmann, con una concepción literaria particular, clasifi-
tiana: toda la vida de Jesús encuentra su punto culminante en có el material evangélico -dichos y hechos- como formas
el misterio de su pasión, muerte y resurrección. Esta situación de tradición oral, aunque sus juicios, a veces radicales, tienen
vital no era algo único y singular en la vida de la comunidad, que ver más con el contenido que con la forma. Los milagros,
sino el fruto de un proceso de interacción entre los portadores por ejemplo, serían una creación de la comunidad primitiva,
siguiendo modelos de narración y folclore de las colectivida-
7
Cf. H. GuNKEL, Introducción a los salmos (Edicep, Valencia 1983). Se debe
decir sin embargo, que el verdadero precursor del método, al menos en sus rasgos 9 Cf. M. HENGEL, «Eye-Witness Memory and the Writing of the Gospels», en

fundamentales, fue J. G. HERDER (1744-1803), un prerrománt\co. M. BoCKMUEHL, D. A. HAGNER (eds.), The Written Gospel (Univ. Press, Cambridge
8
Cf. G. BoRNKAMM,jesús de Nazaret (Sígueme, Salamanca 1982) 25. 2005) 70-96 (77).
136 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS
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C.4. LA REDACCIÓN DE LOS EVANGELIOS 137


l
des del ambiente helenístico de aquella época. Este sería un tí- el teatro o en los tribunales; en todas estas situaciones esta-
pico ejemplo de su idea de Gemeindebildung. A la comunidad ban presentes no solo los señores, sino también los siervos y
helenística se atribuirían también los diálogos en los que Jesús esclavos12• Respecto a la segunda premisa, los cristianos per-
se refiere al mesianismo en primera persona. Estos juicios en tenecían a casi todos los estamentos sociales. Por otra parte, el
realidad parecen depender, más que de la realidad que emana nivel de alfabetismo en el judaísmo palestino era considera-
del texto, de la precomprensión de quien los enuncia 10• ble ". Además, a partir de los nombres contenidos en el Nuevo
Al ser considerados como testimonio escrito del anuncio Testamento y de los estudios sociológicos sobre viajes, pro-
-kerygma-, Schmidt y Dibelius clasificaron los Evangelios piedades y bienes en la literatura paulina, Meeks deduce que
como Kleinliteratur -de poco valor literario, en comparación los cristianos representaban una buena muestra de la sociedad
con las grandes obras de la literatura griega y helenística-, urbana, quitando quizá el vértice y la base14• En los escritos
definición asumida también por Bultmann 11• Por una parte, la neotestamentarios, a través de las alusiones y citas, aflora en
expresión literatura menor se usaba para indicar -a mi modo sus autores un nivel de instrucción secundaria superior 15•
de ver, correctamente- que los Evangelios no podían ser cla- Tiene razón Bultmann al afirmar que los Evangelios
sificados como biografías en el sentido estricto y moderno de
no son narraciones acerca de un personaje admirado, sino
la palabra. Por otra, se quería referir a una literatura popular
acerca de Jesucristo, el Hijo de Dios, el Señor de la comunidad
informal, en la que la personalidad del autor se difumina en [ ... ]; su origen se encuentra en el culto a Cristo, y permanecen
el horizonte de la narración. Según Schmidt, el texto se habría íntimamente asociados a él. Tan solo porque existe un kerygma
formado a partir de un material anónimo recogido original- que proclama a un hombre que vive en la carne como «el Se-
ñor», puede comprenderse el origen de nuestros Evangelios 16•
mente en pequeñas unidades literarias antes de ser plasma-
do en la comunidad, de acuerdo con unas leyes concretas de
Se entiende su carácter único sin tener que llegar a la afir-
formación, de modo similar a como se insertan las perlas en
mación de Overbeck de que el Evangelio es la única forma
un collar. Se trataría de un fenómeno de tradición popular
original con la que el cristianismo enriqueció la literatura.
simple, ya que en el mundo antiguo no se habría difundido la
Ciertamente estos libros contienen detalles y descripciones
cultura entre el pueblo; además, los cristianos habrían perte-
biográficas, aunque siempre orientados hacia la fe, que sin ir
necido a las clases humildes.
en detrimento de su valor histórico subraya la confesión de
Estas dos premisas, sin embargo, no poseen fuertes puntos
Jesucristo, Dios y hombre verdadero.
de apoyo. La educación elemental del mundo helenístico se
apoyaba sobre la lectura de los clásicos y vida de los héroes; 12
Cf F. G. DoWNING, «Abas les aristos. The Relevance of Higher Literature
además, en los debates públicos se hacía presente el filósofo for the Understanding of the Earliest Christian Writing»: Novum Testamentum 30
(1988) 212-230.
cínico en medio de la asamblea, en el mercado o en una plaza, 13
Cf. B. GERHARDSSON, The Cospel Tradition (CWK Gleerup, Lund 1986)
e incluso en las comidas, por no hablar de las discusiones en 32; J. HALVERSON, «The Oral and Written Gospel»: NTS 40 (1994) 180-185.
14
Cf W A. MEEKS, First Urban Christians. The Social World ofthe Apostle Paul
(Yale Univ. Press, New Haven 1983) 73.
Cf A. J. MALHERBE, Social Aspects of Early Christianity (Fortress, Filadelfia
10
Ibíd., 78. 15
11
Cf R. BULTMANN, Historia de la tradición sinóptica (Sígueme, Salamanca 1983) 45.
2000) 64. 16
R. BULTMANN, Historia de La tradición sinóptica, o.e., 434.
r Descargado de: http://www.descargarlibroscristianosgratisenpdf.online/

138 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C4. LA REDACCIÓN DE LOS EVANGELIOS 139

Los Evangelios no son propiamente narraciones históricas contemporáneos; 3) la muerte y vindicación del protagonista.
en el sentido científico de la palabra, ni nos suministran el En común con esos escritos, los Evangelios fueron compues-
material para escribir una vida de Jesús completa y detallada. tos con finalidades semejantes a las de las antiguas biografías,
Ellos narran en forma de proclamación (cf. DV 19) el men- especialmente en cuanto al fin encomiástico, ejemplarizante,
saje religioso sobre Jesús que contiene al mismo tempo parti- apologético y didáctico que encerraban. También quisieron
cularidades sobre su vida, sus palabras y su comportamiento. conservar los recuerdos sobre Jesús en un momento en el que
Especialmente valioso es aquello que dicen sobre lo que los comenzaban a escasear los testigos oculares20•
primeros cristianos creyeron acerca de Jesús 17• Aceptando los puntos comunes con estas biografías y apre-
En los últimos años se ha querido subrayar el carácter de ciando sin duda el interés por poner de relieve la historicidad
biografía de los Evangelios, comparándolos con los modelos del texto evangélico, se debe al mismo tiempo reconocer que el
de biografías clásicas y helenísticas, tal como fueron. com- aspecto kerigmático, estrechamente unido a la fe en Jesucristo,
puestas, por ejemplo, por Eurípides y Jenofonte, por Plutarco hace de los Evangelios unos libros especiales -únicos- en
y Tácito, por Cornelio Nepote y Suetonio 18• En efecto, los la historia de la literatura. De ahí que, por ejemplo, Hurtado
Evangelios podrían clasificarse hoy día dentro del género bios, diga que fueron pensados y elaborados desde el punto de vista
la literatura biográfica del mundo antiguo 19• La biografía he- de la fe, sin olvidar que su narración tiene un enlace directo
lenística era un tipo particular de relato, a medio camino en- con la figura histórica de Jesús. Esto se refleja en su género
tre el encomio y la narración histórica, de ordinario centrada literario, que prefiere llamar cuasi-biográfico21•
en una sola persona. En general constaba de tres partes: 1) la Mientras más se encuadra el cristianismo primitivo y su
infancia y juventud; 2) las acciones y palabras del personaje literatura en el marco de la antigüedad, más interesante aparece
que acrecentaban su honor, despertando la admiración de sus su peculiaridad, especialmente en lo que se refiere a la forma de
los Evangelios. No hay nada parecido al hecho de escribir un
17
Cf. J. BREECH, Tbe Silence ofJesus. The Authentic Voice of the Historical Man bios impregnado de fe acerca de una persona ejecutada como
(Fortress, Filadelfia 1983) 6. un malhechor, resaltando el cumplimiento de lo que hasta en-
18
Cf. R. A. BuRRIDGE, What are the Gospels? (Eerdmans, Grand Rapids Mr
- Cambridge R.U. 2004). D. E. AUNE, Tbe New Testament in its Literary Environ- tonces se había intuido mediante sucesos y profecías. Más aún,
ment Q. Clarke, Cambridge 1988) Este autor prefiere aplicarles la palabra griega ese bios se convirtió en el relato fundamental de una comuni-
~íoc;, precisamente para hacer ver que no son biografías modernas. Ver también D.
FRICKENSCHMIDT, Evangelium als Biographie: Die vier Evangelien im Rahmen der dad que reunía personas de todas las clases, etnias y culturas22•
antiken Erzdhlkunst (Mohr Siebeck, Tubinga 1997). El hecho es que en la antigüedad los Evangelios no se deja-
19
Afirma Burridge: «I have argued that che form-critical views of che gospels
as unique, sui generis, are no longer held as the dominant view in New Testament ron catalogar en ninguno de los géneros literarios tradiciona-
scholarship. They are important about the forros of the individual pericopae and les. Intentando conocer un poco la mentalidad del lector hele-
gospel stories, but they miss the importance of the forro or genre of the gospels as
a whole. There is now a broad acceptance of the importance of genre across New
Testament scholarship and a recognition rhar the gospels share both interna! and 2
° Cf. S. GUIJARRO ÜPORTO, Los cuatro evangelios (Sígueme, Salamanca 2010)
externa! generic features with examples of ancient bioi, or Lives». R. A. BuRRIDGE, 59s.
21
«Graeco-roman Biography and che Gospels' Literary Genre», en B. ESTRADA - E. Cf. L. W HURTADO, «[esus-Devotion and che Historica!Jesus: The Resurrec-
MAN1cARDr - A. Purc r D,RRECH (eds.), The Gospels. History and Christology. Tbe tion ofJesus as a Test-Case»: RCatT36 (2011) 115-131(131).
Search ofjoseph Ratzinger-Benedict XVI, I (LEY, Ciudad del Vaticano 2013) 151- 22
Cf. G. TttEISSEN, «Epílogo», en R. BULTMANN, Historia de la tradición sinóp-
198 (198). tica, o.e., 462.
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7,

140 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.4. LA REDACCIÓN DE LOS EVANGELIOS 141

nístico del primer siglo de la era cristiana, se podría imaginar dramaturgia de la cultura helenística, a pesar de algunos inten-
su reacción ante el texto de Marcos sobre la negación de san tos recientes de convertirlo en una novela mítico-kerigmática
Pedro, tal como la comenta Auerbach: sobre Jesús27•
Marc-os no es tan anónimo como se piensa, dice Hengel.
La escena no cuadra con ningún género antiguo: es dema-
siado seria para la comedia, demasiado cotidiana para la trage- Educado probablemente en Jerusalén, conocía la lengua grie-
dia, políticamente poco relevante para la historiografía, y posee ga. Eusebio de Cesarea refiere las palabras de Papías de Hie-
un carácter de inmediatez desconocido en la literatura antigua 23• rápolis, según las cuales su Evangelio se habría apoyado espe-
cialmente en la predicación oral del apóstol Pedro, de quien se
Los Evangelios aparecen sin paralelos adecuados en el
constituyó su bermeneutés, intérprete, «preocupándose de no
mundo literario de los dos primeros siglos: como tales, consti-
descuidar nada de las cosas que había escuchado, y de no alte-
tuyen en cierto modo un género especial, limitado a cuatro li-
rar nada de ellas»:". La tradición le confiere así una autoridad
bros canónicos y algunos apócrifos, escritos en una generación
duradera: los latinismos que contiene refuerzan la hipótesis
entre la segunda mitad del siglo primero y ~l comienzo del se-
de Roma como lugar de composición del Evangelio. Sin la
gundo; proveen «un contexto de expectación para interpretar
presencia de Pedro no se explicaría por qué Mateo y Lucas lo
el Evangelio de los Evangelioss ".
tomaron como fuente29• No hay motivo para pensar que Mar-
¿Son estos escritos tan anónimos como algunos piensan?
cos, cuyas fuentes escritas se suponen, aunque no se conocen
En el Evangelio según san Juan se menciona al discípulo que
con claridad, haya tratado la tradición de un modo más liberal
ha vivido los episodios de la cruz y de la resurrección como
a como lo hicieron Lucas o Mateo, que se sirvieron de él.
aquel que da testimonio (cf Jn 21,24); al inicio del Tercer
Observando los diversos momentos de la predicación en
Evangelio el autor se refiere a su actividad de investigación y
la Iglesia primitiva, hay motivos para pensar que esa tradi-
redacción. Aunque en Mateo y Marcos se nota el anonimato,
ción continuaba en vigor cuando se comenzaron a poner por
recientes estudios han mostrado que los evangelistas no son
escrito los Cuatro Evangelios. Es más, la misma lectura del
unos recopiladores, transmisores o editores, para emplear las
texto forma parte en cierto modo de la transmisión oral que
frases de Dibelius25• Por el contrario, Marcos es un narrador
puede ser repetida en otros círculos. La predicación oral que se
dramático y cuidadoso que reflexiona sobre lo que escribe y
encuentra detrás del texto evangélico revistió diversas formas
argumenta teológicamente, ordenando y conformando su
según las necesidades y el ambiente de la primitiva comunidad
material según una idea, un proyecto literario y redaccional
cristiana. Los evangelistas realizaron su trabajo poniendo en
preconcebido26, según los parámetros de la retórica y de la

23
27
Cf. B. L. MAcK, A Myth ofInnocence: Mark and Christian Origins (Fortress,
E. AuERBACH, Mimesis. Dargestellte Wirklichkeit in der abendlandischen Lite- Filadelfia 1988).
ratur (Francke, Berna 1946) 51 ( traducción nuestra). 28
EUSEBIO DE CESAREA, Hist. Eccl. 3,39,15.
24
Cf. R. A. GuELICH, «Introduction», en P. STUHLMACHER - E. E. ELLIS (eds.), 29
Cf. M. HENGEL, «Eye-Witness Memory», a.c., 92. Por el contrario, T. S6-
The Gospel and the Gospels (Eerdmans, Grand Rapids, MI. 1991) xxiii. DING, «Der Evangelist in seiner Zeir», en Der Evangelist als Theologe: Studien zum
25
M. DIBELIUS, La historia de las formas evangélicas (Edicep, Valencia 1984) 1. Markusevangelium (Verlag Katholisches Bibelwerk, Stuttgart 1995) 11-62 (19-20)
26
G. ZuNTZ, «Ein Heide las das Markusevangelium», en H. CANCIK (ed.), sostiene que no es tan clara la concordancia con las afirmaciones de Papías, y se
Mareus-Pbilologie: Historische, literariscbe und stilistische Untersuchungen zum ztoei- decide más bien por un evangelista anónimo judío-helenístico que escribió en Pa-
ten Evangelium (Mohr Siebeck, Tubinga 1984) 205-222. lestina.
,.,,,
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142 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.4. LA REDACCIÓN DE LOS EVANGELIOS 143

orden y agrupando la tradición sobre Jesús -bien conocida del Resucitado, aunque distinto del Señor Jesús que aparece
por las distintas Iglesias durante años, o quizá décadas- que en el discurso oral, libre y fluido.
circulaba en el período en el que se redactaron los Evangelios. Este razonamiento, ciertamente atractivo, no parece del
Es probable que cuando los libros fueron recibidos en las dis- todo convincente. La tradición folclórica ordinariamente re-
tintas comunidades, ellas ya poseyeran su propia versión de quiere extensas áreas geográficas y períodos de al menos un
una buena parte de su contenido. Las diferencias indicarían siglo de difusión en una comunidad anónima y amorfa. La
una tradición oral viva y flexible, conocida igualmente por los tradición cristiana primitiva, el). cambio, está limitada a pocas
mismos evangelistas. décadas en un área geográfica circunscrita, reflejando un pro-
Ya se ha visto el interés de Kelber por el paso de la palabra ceso continuo de trasmisión con factores orales y escritos, en
hablada al texto escrito en diversas épocas de la civilización, el que la intervención individual encuentra un ambiente claro
especialmente en el período moderno, sirviéndose de los mo- y técnicas ya empleadas y probadas 31•
delos de oralidad que provienen del folclore y de la cultura La tradición de Jesús no era pura oralidad: su predicación
popular. Se trataría de algo siempre flexible, a diferencia de tenía puntos de apoyo tanto en las tradiciones de Israel como
la transmisión por escrito: solo en esta última se encontra- en la Torah y en los demás escritos de la Biblia hebrea. Por
rían textos auténticos, como tales. Desde estas premisas sería otra parte, los mismos Evangelios mantienen contacto con la
posible remontarse a los textos memorizados de la tradición tradición oral, incluso después de su redacción final. Se pue-
oral, que no tendrían un orden fijo en las palabras, ya que su de afirmar que ha habido una constante interacción entre el
característica es la maleabilidad; el orador adapta su discurso a material oral y el escrito, dando lugar a lo que Byrskog llama
los oyentes y a veces su influencia es tan grande que el emisor, reoralización32• Esto constituye un elemento esencial en la
el mensaje y los receptores forman una unidad sintética, que tradición de los Evangelios durante todas las etapas de su for-
Kelber llama síntesis oral. La fase final del proceso sería el tex- mación. El estudio de la tradición oral en la antigüedad pone
to escrito. Así, la aparición del primero de ellos -probable- en guardia contra un eventual anacronismo que -siguiendo
mente el de Marcos- habría sido una verdadera revolución, las tendencias de la lingüística moderna- intenta aplicar a
un cambio radical de medios: la oralidad habría llegado a ser todos los textos una autonomía semántica. También ahora
textualidad, la flexibilidad se habría convertido en fijación, la como en el siglo primero, el ambiente cultural en el que se
palabra oída y viviente en palabra vista y pasiva, en un libro 3°. genera el texto juega un papel importante desde el punto
Oralidad y escritura aparecerían entonces como tesis y antíte- de vista de su contenido: la narración y la historia están en
sis, cuya síntesis habría dado lugar a los otros dos Evangelios contacto continuo. El material escrito seccionó relativamen-
sinópticos, Mateo y Lucas. En ellos se habría revivido la voz te la tradición oral y la configuró como historia textualizada,
pero al mismo tiempo el texto escrito siguió confrontándose
30
«Marcos vino a la existencia no tanto como prolongación de una tradición
oral anterior, cuanto como resistencia a la fuerza, norma y autoridad oral. Es la evi-
31 Cf. E. E. ELLrs, Tbe Making of the New Testament Documents (Brill, Leiden
dencia de una sorprendente separación de la tradición, reconfigurando una nueva 1999) 26s.
32 Cf. S. BYRSKOG, Story as History - History as Story (Mohr Siebeck, Tubinga
base para el movimiento creciente de Jesús». W KELBER, The Oral and the Written
Cospel, xix. Se nota en esta idea una cierta dependencia del pensamiento hegeliano. 2000) 143.
r Descargado de: http://www.descargarlibroscristianosgratisenpdf.online/

144 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.4. LA REDACCIÓN DE LOS EVANGELIOS 145

con lecturas e interpretaciones orales que lo enriquecieron naciones respecto a los dichos, aunque en estos últimos no se
ulteriormente. recojan las palabras de Jesús verbatim. En ellos se encuentra
Existe un estrecho contacto entre el texto escrito y los ele- el material de los testigos oculares en la memoria compartida
mentos flexibles de la tradición, especialmente en cuanto a los de la comunidad; de ahí que el período de transmisión de la
comentarios. También los textos pueden cambiar: al leerlos se tradición evangélica no se pueda asimilar a los largos lapsos de
añaden otros aspectos, se aclaran puntos oscuros, se explica tiempo de algunas otras tradiciones populares34•
su contenido. Por eso la investigación sobre tradición y trans- Aunque el cristianismo se difundió especialmente a través
misión no se limita al lenguaje y a los fenómenos literarios de textos escritos, sorprende comprobar el exiguo número de
concomitantes: hay que tener en cuenta también las realidades papiros-fragmentos en su mayor parte-de los dos primeros
históricas de la tradición misma que comprenden sus dimen- siglos de la era cristiana 35• Aunque una de las causas sea proba-
siones institucionales, materiales y de comportamiento. blemente la fragilidad del material orgánico, poco durable, del
En definitiva, no se pueden hacer distinciones tan taxati- que están compuestos, el hecho podría indicar también un uso
vas: aunque en diversa medida, tanto la tradición oral como poco frecuente del material escrito, en continuo contacto con
la escrita poseen flexibilidad y precisión. En la tradición oral la tradición oral hasta que se llegó a una estabilización, unas
existen también textos, - con un orden de palabras determina- décadas más tarde.
do: no pocas veces, cuando se enuncia un proverbio o un poe-
ma, la mínima variación provoca protestas en los oyentes que
2. La ambientación vital
lo conocen. El texto -una locución, corta o larga, con con-
tenido determinado- ha surgido en la fase oral del lenguaje, Ya la historia de las formas había indicado que las unidades
afirma Gerhardsson33• literarias de la tradición, los elementos integrantes de los Evan-
Las distinciones tan agudas y marcadas entre oralidad y gelios, reflejan el ambiente vital (Sitz ím Leben) de la comuni-
literalidad han sufrido modificaciones en los últimos años, dad en que se enunciaron y conservaron. Este ambiente se ha
en los que se ha podido individuar más de cerca el profundo de observar con una amplia perspectiva que explica el origen y
nexo entre ellas. Detrás del texto evangélico hay una sociedad la razón de ser de estos escritos. En ellos los hechos y dichos se
donde se ha puesto en ejercicio la transmisión oral, pero en la presentan con un gran telón de fondo: el misterio Pascual, que
que también ha jugado un papel importante la escritura. Los es al mismo tiempo el fundamento de la fe cristiana; allí los
Evangelios se relacionan con la tradición oral no solo recor- Evangelios se forjan esencialmente como kerygma, anuncio de
dándola sino poniendo por escrito una historia transmitida la Iglesia primitiva ". Dentro de ese gran marco se encuadran
oralmente. Comparándolos -especialmente los tres sinópti-
34 Cf. R. BAUCKHAM, «The Transmission of the Gospel Traditlon»: RCatT 33
cos, Mateo, Marcos y Lucas- se notan variaciones evidentes,
(2008) 377-394 (381).
pero al mismo tiempo resaltan también la concordancia y la 35 Cf. J. CHAPA, «The Contribution of Papyrology in rhe lnterpretation of the

Gospels», en B. ESTRADA - E. MANrcARDr -A. Purc r TARRECH (eds.), Tbe Gospels.


semejanza. En general hay menor correspondencia en las na-
History and Christology. Tbe Search of]oseph Ratzinger-Benedict XVT, I (LEV, Ciu-
33
dad del Vaticano 2013) 81-149.
Cf. B. GERHARDSSON, Reliability of the Cospel Tradition (Hendrickson, Pea- 36 Las memorias apostólicas hacen referencia más a las lecturas de los profetas
body, MA. 2001) 115-119. que a las de la ley. Cf. JusTINO, Apología I, 66,7.
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146 ASÍ NACIERO N LO S EVANG ELIO S C4 LA REDACCIÓN DE LOS EVANGELIOS 147

otros puntos de vista más específicos y particulares, como por puede haber sido compuesto por varios autores, que a veces
ejemplo la función de estos escritos. En concreto, el mate- reflejan diferentes períodos históricos. Pero incluso cuando se
rial sinóptico se entiende mejor cuando se contempla desde la piensa en un libro atribuido a un solo autor, no se pueden
perspectiva de la fe de la comunidad primitiva, que presenta ignorar las influencias del ambiente en el que ha crecido y se
múltiples aspectos de la vida y de la enseñanza de Jesucristo, ha documentado, las tradiciones y costumbres en las que se ha
Hijo de Dios e Hijo del hombre, muerto por nuestros pecados formado. Por eso la investigación bíblica contemporánea es
y resucitado al tercer día. Junto a este contenido anclado en más bien reticente a la hora de hablar de la llamada intención
la historia, que explica cómo todo comenzó, se encuentra el del autor, sabiendo que no pocas veces en la obra se detecta
aspecto de instrucción y edificación para quienes desean acer- mejor la influencia del contexto social y las ideas de una perso-
carse a la Iglesia. Los Evangelios son escritos propedéuticos: na singular. Las divergencias entre los Evangelios indican que
están dirigidos en primer momento a quien busca un camino cada uno de ellos representa los puntos de vista de una deter-
de salvación, al outsider más que al cristiano ya convencido. minada comunidad cristiana. Las tensiones entre ellos seña-
En un segundo momento, junto a la proclamación e ins- lan al mismo tiempo modos diversos de vivir el cristianismo,
trucción de los fieles, aparece la interpretación de los textos. siempre dentro de una matriz y de una fe comunes38•
El creyente, partícipe del Espíritu Santo por el bautismo, co- Los Evangelios son y serán siempre una expresión del úni-
mienza a entender el significado teológico del kerygma e inicia co evangelio, a pesar de que a veces se hayan subrayado excesi-
su etapa de crecimiento mediante el culto y la vida espiritual vamente tendencias individuales o particulares, como el papel
en el cuerpo de Cristo. Ya no se trata solamente de escuchar de la comunidad de Mateo, Marcos o Lucas, descubriendo en
y leer las narraciones sobre Jesús y el modo en el que se origi- cada una de ellas una singularidad que roza la exclusividad. Se
naron, aunque esos sean los puntos en los que firmemente se habla incluso de la comunidad de Q; la fuente de dichos que
apoyan los fieles. El siguiente paso será penetrar en su sentido se encuentra en Mateo y Lucas, un material que no aparece en
sirviéndose de la vida litúrgica y de los comentarios de los Marcos. A este propósito dice Meier:
maestros cristianos, los profetas, pastores y doctores37• Todo
No conozco ninguna prueba histórica de que una y solo
esto se lleva a cabo en una comunidad particular, en un grupo una comunidad crease, reuniese o transmitiese la tradición
de fieles que se reúnen en torno a los testigos de la vida de de Q durante los primeros tiempos del cristianismo, hasta su
Jesús. plasmación en los Evangelios de Mateo y de Lucas39.
No dice otra cosa la visión sociológica desarrollada en los
estudios literarios a comienzos del siglo xx, que hace ver cómo El material de Q sería, por ejemplo, la tradición sobre Je-
la literatura no es solo la expresión de una mente brillante y sús que solo Q posee, distinta de las otras tradiciones; habría
original, sino también la presentación del contexto social en el pocas posibilidades de interacción con las otras fuentes de los
que ha nacido. No pocas implicaciones surgen de esta afirma- Evangelios. Se llega a hablar incluso de una comunidad de los
ción. Está pacíficamente aceptado que un mismo libro bíblico 38 Cf. la obra de G. THEISSEN, Estudios de sociología del cristianismo primitivo

(Sígueme, Salamanca 1985).


39 Cf. J. P. MEIER, Un judío marginal. Nueva visión del jesús histórico. 11/ 1: juan
37 y jesús. El Reino de Dios (EVD, Estella 1999) 234.
Cf. C. F. D. MouLE, «The lntention of the Evangelists», a.c., 167.
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148 ASÍ NACIERO N LO S EVANG ELIO S C.4. LA REDACCIÓN DE LOS EVANGELIOS 149

relatos de la pasión, de otra sobre los milagros, de otra de ca- Iglesia local suponía la comunicación de la tradición sobre
rácter moral ". En el fondo de esas pretendidas tradiciones se Jesús. Así se ve, por ejemplo, en Pablo, que escribe a comu-
esconde el deseo de ofrecer imágenes de Jesús que ya desde el nidades que no ha fundado -Roma y, probablemente, Co-
comienzo se contrapondrían entre sí: profético-apocalíptica, losas- y mantiene lazos de unión también con comunidades
aretalógica, sapiencial. Más bien al contrario, es poco proba- de matriz judío-cristiana, además de mantener contacto con
ble que haya habido comunidades en las que existiera solo la aquellas que preferentemente llevaban a cabo la misión entre
tradición de una corriente particular sobre Jesús; se trata, dice los gentiles.
Dunn, de una suposición acrítica sin fundamento, que debe Sin embargo, el hecho de que los Evangelios tuvieran des-
ser abandonada 41• de el comienzo una visión panorámica, de toda la Iglesia, no
Bauckham sostiene que los Evangelios se escribieron es obstáculo para que cada uno de ellos suministre una consis-
mientras circulaban entre las diversas Iglesias, y por eso con- tente información acerca de la comunidad cristiana en la que
tienen un planteamiento general y global: más que escritos se ha generado, el vivero en el que ha nacido. Limitándose a
para una comunidad determinada, cada Evangelio habría sido los sinópticos, las características particulares de cada uno de
pensado para todas y cada una de las Iglesias cristianas de la ellos hacen ver el ambiente religioso y socio-cultural en el que
segunda mitad del primer siglo. Por otra parte afirma- que el se redactaron y los usos lingüísticos correspondientes al tiem-
cristianismo compartía desde el principio un profundo sen- po y al lugar de su composición. Se debe dejar, por tanto, es-
tido universal, debido también a que los primeros cristianos pacio a las diferencias humanas y de estilo de cada evangelista.
tenían una considerable movilidad, facilitada por la excelente En los recientes y abundantes estudios sobre la fuente Q 43,
red de comunicaciones que se había creado a lo largo y ancho los promotores del proyecto a veces manifiestan una excesi-
del Imperio Romano42• No se podría descartar la posibilidad va confianza en un texto cuyo objetivo y contenido no tiene
de que los evangelistas contemplaran como destinatarios, no firmes puntos de apoyo en la realidad. Es útil recordar, por
una sola Iglesia local sino una serie de Iglesias en una zona contraste, las palabras de Meier:
o región más amplia. La aserción de Bauckham supone que
No puedo sustraerme a la idea de que los estudios bíblicos
cada comunidad no estaba aislada de las otras y que no ha-
progresarían notablemente si cada exegeta repitiera en la ma-
bría oposición o tensión entre ellas respecto a la figura de ñana, a modo de mantra: «Q es un documento hipotético del
Jesús. Esa situación se refleja, por ejemplo, en los Hechos y que no es posible conocer con exactitud la extensión, el conte-
en el epistolario paulino. Por supuesto, la fundación de una nido, la comunidad en que tuvo origen, ni las fases de redac-

40
Incluso se habla modernamente de un «documento» Q: Cf. S. GUIJARRO 43 A partir del 1996 se ha iniciado la publicación de los volúmenes del «Inter-

ÜPORTO, «El "Documento Q'' y el Jesús histórico», en jesús y sus primeros discípulos national Q Project», coordinado por James M. Robinson, Paul Hoffmann y John
(EVD, Estella 2007) 35-64. S. Kloppenborg y en el que se van analizando gradualmente los textos. Ya se cuenta
41
Cf. J. D. G. DuNN, «[esus in Oral Memory. The lnitial Stages of the Jesus con una docena de volúmenes. La citación se hace siguiendo el orden del Evangelio
Tradition», en D. DoNNELLY (ed.), Jesus. A Colloquium in the Holy Land (Conti- según san Lucas. Cf. S. CARRUTH - A. GARSKY, Documenta Q. Q l l:2b-4 (Peeters,
nuurn, NY-Londres 2001) 84-145 (127). Lovaina 1996); J. M. RoBINSON - P. HoFFMANN - J. KLOPPENBORG (eds.), The
42
Cf. R. BAUCKHAM, «For Whom Were the Gospels Written?», en Tbe Gospel critica! edition of Q· Synopsis including the Gospels ofMatthew and Luke, Mark and
far Ali Christians: Rethinking the Gospel Audiences (Eerdmans, Grand Rapids M1. Tbomas with English, German, and French translation of Q and Tbomas (Fortress,
1998) 32-48 (36). Minneapolis 2000).
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150 ASÍ NACIERO N LO S EVANG ELIO S C.4. LA REDACCIÓ N DE LO S EVANG ELIO S 151

ción», Esta devoción diaria nos libraría de vuelos de fantasía a unos supuestos originales es algo que supera una investiga-
que, a mi entender, están destinados a generar desconfianza 44•
ción científica seria, alejada de cualquier tipo de especulación.
Solo se posee una cierta seguridad cuando se pueden compa-
Una cierta perplejidad suscita la hipótesis sobre la compo-
rar mutuamente los textos escritos. De ahí que no sea posi-
sición inicial de Q y las redacciones posteriores, que explicaría
ble reconstruir convincentemente los diversos niveles de ci o
las tensiones presentes en el texto. Lo cierto es que no se puede
averiguar las posibles fuentes escritas de Marcos - el llamado
saber si hubo tensiones en la fase de elaboración del «docu-
mento» -del cual no se tienen testimonios textuales- y en
Ur-Markus-, como dice Hengel46•
cambio no las hubo en la fase de redacción. El intento refleja
en realidad el deseo de salvar una relativa unidad de Q y una 3. El punto de partida
propia teología. La claras tendencias divergentes se atribuyen a
Analizando los Evangelios surge espontánea la pregunta
distintos estratos redaccionales45• En realidad las tensiones en
sobre el tema que constituyó el primer núcleo de su conteni-
Q son solo una parte del problema, y no la más importante:
do, el tópico alrededor del cual se empezaron a coagular y a
Dunn, por ejemplo, hace ver lo difícil que es encontrar un
conformar las diversas tradiciones sobre los dichos y hechos
autor que haya eliminado todo tipo de tensiones ~ de repeti-
ciones en su obra. de Jesús hasta llegar a constituir el texto tal y como se posee
ahora.
Actualmente un buen grupo de estudiosos -en parte mo-
La crítica es concorde en afirmar que el texto narrativo
tivados por los que dirigen el llamado «Proyecto Q»- tien-
más antiguo sobre Jesús es la historia de su pasión y muer-
de a otorgar a Q un carácter global de Evangelio, como do-
te, como afirmaron en su tiempo Bultmann y Dibelius, Para
cumento terminado y completo, a pesar de las diferencias y
el primero, la narración originaria comprendería unos pocos
tensiones internas. No es claro que el texto fuera compuesto
versículos sobre la pasión, iniciando con la captura de Jesús en
inicialmente como una secuencia de discursos, en contraste
el huerto y terminando con su ejecución; posteriormente se
con el Evangelio de Marcos, que aparecería más bien como el
habrían añadido los diversos episodios que componen el texto
ensamblaje narrativo de una serie de agrupaciones temáticas,
ya familiares en el proceso de transmisión oral. completo47• Para el segundo, en cambio, el relato comenzaba
con el anuncio de la Pascua y terminaba en la sepultura, de-
No es anticientífico dudar de la posibilidad de recons-
jando fuera la unción en Betania y la preparación de la cena, y
truir una fuente hipotética, y todavía más cuando se la quiere
subrayaba más bien su carácter de predicación, que el interés
descomponer en una serie de estratos que se identifican más
histórico de los autores. Desde entonces la convicción acerca
bien con la visión teológica de quienes la proponen y la es-
de la existencia de una antigua narración sobre la pasión, ante-
tudian, que con la realidad que desean describir. Las fuentes
rior a los Evangelios de Marcos y de Juan, ha llegado a ser un
probablemente han existido; sin embargo, querer determinar
patrimonio literario común entre los estudiosos, que enfatizan
la naturaleza y el origen de esos estratos con el deseo de llegar
su significado teológico. Gnilka concluye que la teología favo-
44
Cf. J. P. MEIER, Un judío marginal o.e. 11/1, 178. 46 Cf. M. HENGEL, «Eye-Witness Mernory», a.c., 85.
45
Cf. J. D.G. DuNN, «[esus in Oral Memory», a.c., 123. 47
Cf. R. BULTMANN, Historia de la tradición sinóptica, o.e., 339.
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152 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.4. LA REDACCIÓN DE LOS EVANGELIOS 153

rece la inclusión del sepulcro vacío como parte de la narración: Algo hizo cambiar su idea de la exaltación de Israel ante las
en efecto, la interpretación teológica de la pasión encuentra naciones al fin de los tiempos, y fue el retorno a la vida de un
sus raíces en la experiencia de la Pascua, a la que no se hacía miembro del pueblo elegido. Esto ciertamente apunta hacia la
solamente una alusión, sino que era una exposición en forma autenticidad histórica del material evangélico. Toda explica-
de relato 48. · ción que excluya la resurrección aparece como históricamente
El anuncio pascual es la culminación del relato de la pa- insuficiente. Para poner solo un ejemplo, ¿quién crearía una
sión y muerte de Jesús como primer paso hacia un Evangelio narración sobre Jesús en la que los líderes de la Iglesia quedan
completo, sintético. La predicación de la primitiva comuni- mal, en una situación embarazosa, sin la capacidad de enten-
dad apostólica lo confirma. Constituyendo el elemento cen- der lo que Jesús les decía durante su vida pública acerca del
tral del kerygma, la historia de los últimos días de Jesús -que evento pascual?
representan el evento salvífica de la humanidad, por antono- La resurrección constituye también la perspectiva desde la
masia- ha sido contada desde el inicio de un modo organi- cual los Evangelios están compuestos. Cuando Mateo narra
zado, ordenado. Es lógico pensar que esta, presentación del que Jesús enseña, no se oye el eco de un rabino del pasado sino
momento culminante y decisivo de la misión de Jesús requiera la voz del Señor que vive en su Iglesia, del Maestro que está
una estructuración literaria, una introducción más o menos con ellos hasta el fin de los tiempos. La resurrección no solo
larga. La emblemática definición del Segundo Evangelio que influye en el modo de narrar los eventos y reportar las palabras
formula Kahler -una narración de la pasión con una extensa de Jesús, sino también en la selección de ellos por parte de
introducción 49- se aplica de modo similar, aunque en menor cada evangelista.
proporción, a Mateo, Lucas y Juan. El contenido del Evangelio deriva de los testigos que estu-
La resurrección de Jesús constituye el evento no compro- vieron con Jesús durante su vida terrena y que después de la
bable en la narración de los Evangelios, en cuanto que no tiene Pascua anunciaron -cada uno desde su punto de vista per-
apoyo histórico en sí misma; lo tiene en sus consecuencias in- sonal- lo que habían visto y oído. Los testimonios de los
mediatas, de modo particular la tumba vacía y las apariciones discípulos de Jesús han sido forjados en años de predicación
a los discípulos. En los cuatro Evangelios se indica el lugar en y de transmisión oral en el culto de las comunidades. Además
el que fue sepultado, señalando que ya no se encontraba allí han sido interpretados a la luz de la Escritura, y finalmente
(Me 16,6 par.): de modo indirecto, san Pablo menciona la escogidos y ordenados por cada evangelista. La resurrección
misma realidad (cf 1 Cor 15,4). En todos los casos se indica aparece entonces como el elemento principal de la perspecti-
el sepulcro vacío como consecuencia de la resurrección. La va personal tanto en la proclamación del mensaje como en la
historia no la puede verificar en sí misma -ninguno la ha pre- redacción de los Evangelios, es decir en la segunda y tercera
senciado- pero constata en cambio que la fe de los discípulos fase de su formación. Aun aislando un pasaje o un dicho de
en ella está en claro contraste con sus expectativas anteriores. su contexto, no se consigue separarlo de la visión pospascual
que lo empapa.
48
Cf J. GNILKA, Teología del Nuevo Testamento (Trotta, Madrid 1998) 154.
49
Cf M. l<AHLER, Der sogenannte historische jesus und der geschichtliche, bibli-
sche Christus (Kaiser, Múnich 31961) 59-60, n. L
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154 ASÍ NACIERO N LO S EVANG ELIO S C.4. LA REDACCIÓN DE LOS EVANGELIOS 155

4. Unidad y diversidad Marcos empieza su obra como «evangelio de Jesucristo,


Hijo de Dios» (Me 1,1) -según la tradición textual más fia-
Una predicación coherente y ordenada de lo que hizo y
ble-, que hace más bien referencia al contenido oral de la pre-
dijo Jesús no se realizó en la Iglesia primitiva. Esto se llevó a
dicación que a su propio escrito (cf. Me 1,14s; 13,10, 14,9).
cabo al escribir por vez primera un Evangelio, probablemente
El evangelista está indicando una palabra viva que inicia con
el de Marcos. El proceso de redacción ha contado especial-
la predicación de Juan Bautista. Al describir la actividad del
mente con dos realidades: el material del que disponía -la
Precursor, piensa en Jesús y se remonta a la historia salvífica y a
tradición- y su interpretación y elaboración -la iniciativa
las profecías narradas en el Antiguo Testamento. Para Marcos
redaccional y actividad literaria del evangelista. Qué porcen-
el evangelio es el anuncio del Reino -al señorío y dominio
taje se deba atribuir a cada uno de estos dos componentes,
de Dios- que se desarrolla narrando la vida pública de Jesús
constituye uno de los aspectos más interesantes y atractivos
hasta su consumación en el misterio pascual.
en el moderno estudio sobre la formación de los Evangelios.
El secreto mesiánico en Marcos -el misterio del reinado
Marcos ha sido el primero en agrupar los materiales evangéli-
de Dios y el de Jesús en relación con él- ocupa un lugar im-
cos que le ofrecía la tradición. Su actividad redaccional ha sido
portante en su composición literaria51• Esta característica fue
responsable de la mayor parte del trabajo, que resulta ser el
detectada en un primer momento por Wrede, quien hablaba
más difícil de los tres sinópticos pues probablemente no existía
de un Jesús no propiamente mesiánico convertido en mesías
un término previo de comparación. No es convincente la teo-
por sus seguidores, tal como lo atestiguaría el segundo evange-
ría de que el escritor no habría tenido que reinterpretar o cam-
lista. En esta teoría encontró Schweitzer el punto de apoyo que
biar mucho, aduciendo que una parte de esos recuerdos (y no
le sirvió para descalificar todas las vidas de Jesús que hasta ese
solo los de la pasión) estaría ya organizada y redactada. Es más
momento se habían escrito con un planteamiento historiográ-
plausible pensar que en uno y otro caso se pone de relieve la
fico y no teológico. El secreto mesiánico lo interpretó además
armónica continuidad entre la tradición oral y el texto escrito.
Bultmann como lazo de unión entre la narración sobre Jesús y
Ya se ha visto, en el estudio de la fase de tradición oral, la
el mito de Cristo. Sin embargo, afirma Gnilka, en el proceso
afirmación de Dodd acerca del kerygma primitivo, que pro-
literario del evangelio no se esconde una atribución mesiánica
bablemente se plasmó -entre otros- en el discurso de Pedro
infundada ni la transformación de la persona de Jesús en figu-
en casa de Cornelio (cf. Hch 10,37-40), y que se refleja de
ra mítica, sino el hecho de que el anunciador se convirtió en
modo especial en la estructura de Marcos. En su tesis doctoral,
anunciado 52: se pasa entonces de los dichos y hechos de Jesús,
que constituye el primer estudio redaccional sobre el Segundo
tal como fueron vividos por sus discípulos más o menos cer-
Evangelio, Marxsen considera cuatro grandes temas que inte-
canos, a la proclamación de su persona como el Hijo de Dios
gran el libro 5°: el término evangelio, Juan Bautista, el esquema
profetizado en las Escrituras de Israel.
geográfico de la obra y el discurso apocalíptico.
Al misterio del Reino se une estrechamente el papel de los
discípulos en la trama del Evangelio: por una parte son los
5° Cf. W MARxsEN, El evangelista Marcos. Estudio sobre la historia de la redac- 51 Cf.J. GNILKA, Teología de/Nuevo Testamento, o.e., 166s.
ción del Evangelio (Sígueme, Salamanca 1981). 52
Cf. lbíd., 168; R. BULTMANN, Teología del Nuevo Testamento, o.e., 76.
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156 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C4. LA REDACCIÓN DE LOS EVANGELIOS 157

elegidos de Dios y por otra hacen ver su poca capacidad de compuestos, al final de los cuales, en cinco ocasiones, se dice:
comprensión ante la enseñanza del misterio. El carnina que «Cuando Jesús hubo terminado estas palabras ... » (o discursos,
traza Jesús para seguirlo es el de la cruz, ante el cual ellos ma- parábolas, etc.: Mt 7,28; 11,1; 13,53; 19,1; 26,1), y que evo-
nifiestan su rechazo. Desde la confesión en Cesarea de Filipo, can -según la mayoría de los estudiosos- los cinco libros de
los anuncios de la pasión (cf. Me 8,31-33; 9,30-37; 10,35-45 Moisés53• La relación entre historia y Antigua Alianza se nota
par.) van seguidos de la incomprensión de los discípulos, cuya también en las llamadas citas de reflexión, ya mencionadas en
concepción del Mesías tiene que ver poco con el servicio a los la parte correspondiente a la tradición oral.
demás y el interés por el bien de la comunidad. Incluso son En la rnisrna línea resaltan la Iglesia mesiánica y el pueblo
reprochados por Jesús rnisrno, quien ha venido a dar su propia de Dios -Israel- que aparecen al final en tensión con la
vida para la salvación de muchos (cf. Me 10,45). misión universal. No es necesario pensar en dos grupos de
El esquema geográfico concentra al inicio la actividad de destinatarios o en dos épocas marcadas en su Evangelio, la de
Jesús en Galilea, remitiendo a la teología peculiar del evange- Jesús y la de la Iglesia pospascual. En realidad la perspectiva de
lista: Galilea no solo es el lugar de la presencia temporal de Mateo pone de relieve, rnás que ningún otro evangelio, a Jesús
Jesús sino que es también el lugar de encuentro con el Re- corno pastor de Israel. Al rnisrno tiempo, proclamando des-
sucitado. En el ministerio galilaico, Marcos intenta dar una pués de la Pascua la misión a los gentiles, no pretende una li-
enseñanza a la Iglesia de su tiempo. Finalmente, el discurso mitación que excluya al pueblo elegido; al contrario, a lo largo
apocalíptico de Marcos 13 representa la predicación del Resu- del texto aparece claro el deseo de ganarse a Israel -aunque
citado dirigida a la Iglesia contemporánea del evangelista, en sea al final de los tiempos- debido a que no responde a esta
la que se nota un matiz de ansiedad frente a la segunda venida llarnada54• En Mateo no hay una distinción tan marcada entre
de Jesucristo. el tiempo de Jesús y el tiempo de la Iglesia, corno aparecerá,
Mateo inicia su obra no corno evangelio -que a diferencia por ejemplo, en Lucas-Hechos.
de Marcos, no emplea en sentido absoluto- sino corno Libro El carácter judío-cristiano de Mateo se resume en esta afir-
de la genealogía, andado en una serie de reflexiones sobre el mación: Jesús es el Cristo, descendiente de David, obrador
Antiguo Testamento en torno a la infancia de Jesús, antici- de milagros y prodigios, heraldo del Espíritu y predicador de
pando en cierto rnodo lo que sucederá después. Esta conexión la Buena Nueva a los pobres (cf. Is 61,1). Su identidad corno
especial con la antigua alianza quizá sea la razón por la que Hijo de Dios ha sido revelada en virtud de la complacencia
Mateo aparece en primer lugar en los códices antiguos, dando divina. La imagen paralela del Hijo del hombre tiende a su-
lugar al orden que poseernos actualmente en el Nuevo Testa- brayar, en cambio, su carácter de juez supremo al final de los
mento. El final del Evangelio es también diverso: se trata de tiempos.
una epifanía del Resucitado en Galilea seguida de una misión
universal, en contraste con el interrogante sobre el misterio
53
Algunos piensan que Mt 23-25 puede contener dos discursos en vez de uno,
pascual que Marcos habría dejado abierto. El interés histó- y en ese caso se trataría de seis discursos, cada uno con su propio escenario. Sin
rico-catequético de Mateo se pone de relieve especialmente embargo, las conclusiones a los discursos son solo cinco, por lo que algunos co-
mentarios modernos consideran los tres capítulos como último discurso de Jesús.
a través de los extensos discursos de Jesús, cuidadosamente 54
Cf. J. GNrLKA, Teología del Nuevo Testamento, o.e., 182s.
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158 ASÍ NACIERO N LO S EVANG ELIO S CA. LA REDACCIÓN DE LOS EVANGELIOS 159

El proyecto redaccional del Primer Evangelio fue presen- sión, en cuanto que desde Galilea -sin mencionar los reco-
tado por primera vez por Trilling en su estudio El verdadero rridos por las ciudades vecinas del norte de la Palestina que
Israe/55• Según este autor, en la mente del evangelista hay una hacen Marcos y Mateo- se inicia tempranamente el viaje a
idea determinante que sirve de hilo conductor del Evange- la Ciudad Santa que constituye, en el Tercer Evangelio, la sec-
lio: Israel no habría correspondido a su elección como único ción de viaje o gran inserción (Le 9,51-19,27). Se trata de un
pueblo de Dios. En su lugar ha aparecido la Iglesia, que surge género literario que aparecerá también en los Hechos de los
del núcleo del judaísmo fiel a las Escrituras, completando su apóstoles. Jerusalén se menciona frecuentemente como meta
misión entre las naciones. Es ciertamente la Iglesia del fin de de la peregrinación, y como punto focal de la obra lucana: allí
los tiempos, construida por el Mesías y fundada en su infali- comienza su Evangelio -la primera escena es la ofrenda del
bilidad, aunque siempre en peligro de caer si no corresponde incienso por parte de Zacarías en el templo- y allí termina:
a la llamada, si no produce fruto. Debe custodiar la palabra en las afueras de Jerusalén, camino de Betania, tiene lugar la
de Cristo, hacerla vida de su vida. En Mateo es especialmente Ascensión, a diferencia de los otros dos sinópticos, que la colo-
importante el aspecto ético de la predicación de Jesús, donde can en Galilea. En la Ciudad Santa culmina el episodio de las
resalta el concepto de justicia, entendida como cumplimiento tentaciones (cf. Le 4,1-10), a diferencia de Mateo, que la pone
de la voluntad de Dios56• en segundo lugar; Jerusalén señala el destino de Jesús como
Lucas ocupa un lugar especial, al ser autor de dos libros; el profeta (cf Le 13,33s) y el comienzo de la expansión y misión
Tercer Evangelio y los Hechos están unidos entre sí y se com- de la Iglesia primitiva entre las naciones: «Seréis mis testigos
pletan recíprocamente, de modo que constituyen como dos en Jerusalén, en toda la Judea, en Samaria y hasta los confines
volúmenes de la misma obra, concebida unitariamente desde de la tierra» (Hch 1,8). Como en el Evangelio, Lucas emplea
el inicio. En el prólogo al Evangelio -que bien se puede con- en Hechos un esquema geográfico, que en este caso parte de
siderar el prólogo de la entera obra literaria- se refiere a la na- Jerusalén y termina en Roma. La llegada del Apóstol a la capi-
rración -diégésis- de los «eventos sucedidos entre nosotros» tal del Imperio significa que la Buena Nueva ha alcanzado el
(Le 1,1). Este concepto, narración, dará forma y carácter a los núcleo de la gentilidad, y desde allí el mensaje se extenderá a
escritos lucanos, que miran preferentemente al tiempo pasa- todas las naciones.
do: el de la vida de Jesús y el de sus discípulos, que se concluye Según Conzelmann, en su conocido estudio sobre el pro-
con la llegada de Pablo a Roma. En su trabajo sobre el primer yecto redaccional lucano57, la historia de la salvación estaría
libro, el evangelista debe de haberse servido probablemente, dividida en tres períodos: el tiempo de Israel, el tiempo de
como Mateo, del texto de Marcos y de la fuente de dichos, Q. Jesús -llamado el centro del tiempo- y el tiempo de la
El recorrido de la vida pública de Jesús en el esquema Iglesia. El punto en el que se establece la primera partición
marciano -predicación en Galilea, viaje a Jerusalén, pasión, sería Le 16,16: «La Ley y los profetas llegan hasta Juan; des-
muerte y resurrección- adquiere en Lucas una nueva dimen- de ahí comienza a anunciarse la Buena Nueva del Reino de
Dios». La segunda partición correspondería al espacio entre
55Cf W. TRILLING, El verdadero Israel. La teología de Mateo (Fax, Madrid 197 4).
56Cf. B. ESTRADA, «La giustizia in Matteo: Presenza del regno»: Rivista Biblica
59 (2011) 373-403. 57 Cf H. CoNZELMANN, El centro del tiempo (Fax, Madrid 1974).
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160 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.4. LA REDACCIÓN DE LOS EVANGELIOS 161

los dos volúmenes de la obra lucana. El pasaje de Le 16,16 no simultáneamente todas las perspectivas posibles de una figura,
es solamente un punto de unión -como lo sería para Ma- poniendo de relieve un sinfín de detalles. Igualmente se pue-
teo y Marcos- entre el tiempo de las promesas y el tiempo den comparar a una cámara poliangular cuyas diversas tomas
del cumplimiento. En Lucas este segundo momento se dilata, pueden después ser presentadas al mismo tiempo en una re-
toma su consistencia y duración en el curso de la historia: el producción instantánea. Cuantas más angulaciones haya, me-
tiempo de Jesús -entonces- ha de ser distinto al tiempo de jor se puede apreciar lo que ha sucedido.
la Iglesia -hoy. Según Conzelmann, esta es la contribución En contraste con la pluralidad armónica -concordantia
específica de Lucas a la teología de la historia. Una visión más discors- de los Evangelios, aparecieron ya en el siglo II dos
globalizante y armónica surge, sin embargo, del estudio re- tendencias. Por una parte, Marción pretendía calificar como
ciente de Bovon 58, en el que se subrayan esencialmente, como Palabra divina solo aquellos escritos que presentaban la ima-
factores de la teología lucana, la promesa y el cumplimiento; gen de un Dios bueno y misericordioso, en oposición al Dios
este último comprende el tiempo de Jesús y el de sus testigos. veterotestamentario, que según su doctrina sería un Dios jus-
En su plan redaccional, Lucas modifica un poco la visión ticiero y vengador. Así, al final se queda solo con el Evangelio
de la escatología primitiva: la inminencia de la parusía -qui- según san Lucas, descartando los otros tres. Por otra parte,
zá más acentuada en los dos primeros Evangelios- no sería el Taciano funde los cuatro Evangelios en uno solo, el Diatessa-
motivo principal que impulsa a la existencia cristiana, pues la ron -(uno) a través de cuatro59-, obteniendo al principio
Iglesia tiene ante sí una época indefinida que se presenta como una gran acogida y difusión, especialmente en Siria, su patria,
misión en medio de dificultades y persecuciones. Para Lucas donde la obra se extendió gozando de gran prestigio y acogida
el plan de Dios, la historia de salvación, no presenta solución durante casi tres siglos'". Existe un gran número de versiones,
de continuidad: la Escritura, Israel, el Imperio y el mundo imitaciones y adaptaciones de la obra. En occidente, Víctor de
encuentran su sentido en relación con el centro de la historia Capua defiende en el siglo VI esa narración unitaria e integra-
que es Jesús, el Señor. La vida cristiana consiste en mirar ha- da del contenido evangélico en su Praejatio al Codex Fuldensis,
cia atrás, hacia Jesús que ha vivido en el pasado de la Iglesia, una de las versiones latinas más antiguas del Nuevo Testamen-
y hacia adelante, hacia Jesús que viene, aun cuando está ya to. El aprecio por una versión integrada en realidad indica
presente en medio de los fieles que recorren el camino trazado que los Evangelios eran recibidos y apreciados en la Iglesia
por el kerygma. como documentos históricos. El interés que permitía la armo-
Los Evangelios son retratos diversos sobre Jesús que per- nización llevó consigo al mismo tiempo el riesgo de ofuscar el
miten analizar mediante triangulación -para referirnos una aspecto cuadriforme del Evangelio. En efecto, veinte años más
vez más los sinópticos- la profundidad y trascendencia de su tarde, Ireneo hizo ver la superioridad de cada Evangelio que
persona de un modo más claro que si hubiera una sola narra-
59 El Diatessaron contiene prácticamente todo el texto de los cuatro Evangelios,
ción, o incluso diversas bajo una sola perspectiva. Mediante
excepto las genealogías y el episodio de la mujer adúltera (]n 7,53-8,11); se consti-
ellos se puede obtener una imagen cubista en la que aparecen tuye, por tanto, en un testimonio de crítica textual a propósito de ese controvertido
pasaje.
58 60
Cf. F. Bovox, El Evangelio según San Lucas, I-IL 1,1-14,35 (Sígueme, Sala- Su influencia declinó cuando se hizo la versión con los cuatro textos separa-
manca 1995-2002) 44. dos en la Peshitta, en el s. v.
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162 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.4. LA REDACCIÓN DE LOS EVANGELIOS 163

presentaba diferentes imágenes auténticas de Jesús, que con- puntos principales un solo testimonio con diferentes variacio-
venía conservar en su redacción genuina. Al final se llegó a la nes. La mayoría de los estudiosos piensa que Mateo y Lucas
canonización de los cuatro Evangelios, después de un rechazo siguen la trama narrativa de Marcos, desde la predicación del
-progresivo y constante- del Diatessaron. Bautista hasta la tumba vacía. En torno a este esquema básico
La tesis de Bauckman sobre el carácter universal de los se adapta una estructuración por medio de discursos (Mateo)
Evangelios, mencionada antes, respeta su perspectiva propia. o de la amplia sección del viaje a Jerusalén (Lucas). Como se
En efecto, cada uno de los libros concebidos para la Iglesia ha visto, Marcos no es un anónimo, un cristiano proveniente
primitiva en su globalidad conserva, no obstante, los propios de la gentilidad con poca o ninguna autoridad. Los frecuentes
puntos de vista del redactor y de la comunidad en la que se ha aramaísmos que aparecen en su Evangelio lo ponen en relación
formado, así como la influencia del ambiente socio-cultural en con Palestina, mientras que los latinismos -transliteraciones
el que se encuentra. Cada Evangelio transmite las categorías griegas de palabras latinas- lo relacionan quizá con Roma.
históricas, culturales y religiosas de su lugar y ambiente de Marcos predica mientras escribe historia; mientras narra, pro-
origen. clama; su género literario es probablemente consecuencia de
Los interrogantes, dudas y opiniones de los oyentes influ- una serie de factores sociales y culturales que ha absorbido
yeron en la tradición inmediata a la formación de los Evange- aun inconscientemente: así ilustra su anuncio cristiano con-
lios. En los albores de la fe los cristianos leían en voz alta los centrándose sobre la vida, las acciones y palabras de Jesús de
textos, principalmente en las ceremonias litúrgicas. Cuando Nazaret63• Al mismo tiempo, como se ha visto, la tradición lo
escuchaban los Evangelios, los oyentes y lectores procuraban une a la predicación y a la autoridad de Pedro 64•
insertarse en la historia de Jesús, haciéndose uno con Él, sien- Más problemática es la comparación entre Marcos y Juan,
do un personaje más61, conscientes al mismo tiempo de la entre otras cosas porque se conoce muy poco acerca de las
singularidad de la persona de Jesús y de la distancia que los fuentes de estos dos Evangelios. Juan presenta un período más
separaba de ÉL En el culto de la Iglesia primitiva la lectura largo de vida pública de Jesús y presenta una topografía única
de la Sagrada Escritura, y en concreto de los Evangelios, era y peculiar, por no hablar del modo de narrar los milagros y del
vivaz, impregnada de diálogos y preguntas, no limitándose al estilo diverso de los discursos. Esto hace que sea difícil armo-
monólogo de la predicación 62• nizar ambos evangelistas sin forzar el texto. Desde que surgió
Una de las consecuencias de este razonamiento es la inter- la interpretación crítica de los Evangelios se tenía la impresión
dependencia de los Evangelios, que cubren un período limita- -insinuada por Schleiermacher y declarada por Strauss- de
do de la vida de Jesús, entre uno y tres años, con dos de ellos que Juan era el texto más teológico de todos, con pocas refe-
que tocan además episodios de su nacimiento e infancia. Las rencias a la historia; en contraste, se pensaba que Marcos era el
diversas teorías sobre la relación entre los tres primeros libros texto con mayor contenido histórico y el más escaso desde el
-el problema sinóptico- hacen ver que, más que haberse
63
Cf. M. HENGEL, «Literary, Theological and Hisrorical Problems in the Gos-
servido de tres fuentes literarias autónomas, representan en sus pel of Mark», en P. STUHLMACHER - E. E. Ei.us (eds.), Tbe Cospel and the Gospels
(Eerdmans, Grand Rapids M1. 1991) 209-251.
61
Cf. SAN J. EscRIVÁ DE BALAGUER, Amigos de Dios (Rialp, Madrid 1977) 223. 64 Cf. V BALAGUER, Testimonio y tradición en san Marcos (Eunsa, Pamplona
62
Cf. 1 Cor 14,29-31; Hch 19,Ss. 1990).
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164 ASÍ NACIERO N LOS EVANG ELIO S C4. LA REDACCIÓN DE LOS EVANGELIOS 165

punto de vista teológico. Es emblemático a este respecto que, afirmaciones de Juan, haciendo ver la distinta visión teológica
en el auge del imperio prusiano en la segunda mitad del siglo de uno y otro. La diferencia cronológica no es equivalente a
XIX, Bismarck recomendara que la instrucción religiosa en las oposición temática. Una vez más, la comparación entre ellos
escuelas se apoyase principalmente en el Evangelio de Marcos, está indicando la tradición oral previa a la propia redacción.
que según él y sus consejeros religiosos era el más neutro y el Algunos pasajes de la tradición sinóptica -explicados a
menos dogmático de los cuatro, entre otras cosas porque no grandes trazos- pueden ayudar a conocer mejor el autor y las
menciona la concepción virginal de Jesús y presenta el relato características de cada Evangelio, notando a veces la evolución
más breve sobre su resurrección y las apariciones posteriores65• teológica entre uno y otro, y de modo particular de Mateo y
Pocos años después la obra de Wrede sobre el secreto mesiá- Lucas respecto a Marcos. Un ejemplo de cómo la tradición
nico ha desmentido esos presupuestos, abriendo las puertas a cristiana se ha armonizado en cierto modo en los tres textos,
una investigación más profunda sobre el Segundo Evangelio y es el del episodio del llamado joven rico (Me 10,17-22 11 Le
a su gran perspectiva en el horizonte de la fe. 18,18-23 II Mt 19,16-22): se observa que solo Mateo dice que
Actualmente la crítica valora especialmente la visión teo- era joven, solo Lucas dice que era importante (y por tanto,
lógica de Marcos, qu~ entre otras cosas parece seguir en su probablemente rico), mientras que Marcos no añade ningún
esquema narrativo los temas fundamentales del anuncio de calificativo a su figura. Y es en Marcos donde Jesús responde,
la primitiva comunidad cristiana.· De modo similar, como se al ser llamado maestro bueno: «¿Por qué me llamas bueno?
ha dicho antes, se ha revalorizado el Evangelio según san Juan Nadie es bueno sino solo Dios». Lucas sigue el texto fielmen-
desde el punto de vista histórico, aun reconociendo la dife- te, sin grandes disquisiciones. En cambio Mateo se ve en la
rencia de lenguaje teológico respecto a Marcos y a los otros necesidad de modificarlo: en el seno de la comunidad judío-
sinópticos, junto al poco énfasis en el anuncio del Reino y cristiana Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios: no se puede dudar
su manifestación por medio de parábolas y signos. En no po- de su bondad. De ahí que la pregunta del joven se convierta
cos casos las descripciones que hace el Cuarto Evangelio de en «¿Qué he de hacer de bueno ... ?» y la respuesta de Jesús sea:
los lugares por los que pasa y los detalles toponímicos de la «¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno?».
Ciudad Santa han sido confirmados por la arqueología66• La En el evento de la Transfiguración (Me 9,2-10 11 Mt 17,1-9
obvia diversidad de visiones de los evangelistas no implica, sin 11 Le 9,28-36) cada evangelista presenta a su modo el relato,
embargo, que sean contradictorias. Ambos se preguntan sobre como una anticipación de la gloria de la resurrección, con el
quién es Jesús. La comprensión gradual de Jesús por parte de fin de fortalecer a los discípulos más cercanos ante el escándalo
los discípulos en Marcos contrasta, ya desde el inicio, con las de la cruz 67• Mateo y Lucas nombran, junto a Jesús, primero
a Moisés y luego a Elías; Marcos, en cambio, primero a Elías
65 Cf W. R. FARMER, «Stare "Interesse" and Marcan Primacy: 1870-1914», en y luego a Moisés: su Evangelio, que privilegia el kerygma, co-
F. VAN SEGBROECK - C. M. TucKETT - G. VAN BELLE - J. VERHEYDEN (eds.), The mienza con la profecía acerca del «mensajero que va delante
Four Gospels 1992, III (Peeters, Lovaina 1992) 2477-2498.
66 Cf Y. SIMOENS, «La rivalutazione storica del Quarto Vangelo», en B. ESTRA- de ti..;» (Mal 3,1), es decir Juan Bautista, el nuevo Elías que
DA - E. MANICARDI - A. PmG I TARRECH (eds.), The Gospels. History and Chris-
tology. The Search of]oseph Ratzinger-Benedict XVI, I (LEY, Ciudad del Vaticano) 67
Cf. A. Pu1G I TARRECH, «The Glory of che Mountain: The Episode of che
199-227. Transfiguration ofJesus»: NTS 58 (2012) 151-172.
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166 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS C.4. LA REDACCIÓN DE LOS EVANGELIOS 167

debía venir, y que con su martirio y muerte prefiguraba el fi- Lucas sigue la narración de Me, aunque con menos detalles,
nal trágico de Jesús, el Siervo de-Yahvé'". Al mismo tiempo dejando ver de todos modos su tradición y pensamiento hele-
Marcos describe con viveza una serie de particularidades del nístico, como se ha visto antes a propósito de los detalles del
lenguaje popular que hacen ver cómo el evento recoge detalles techo y las tejas.
de una predicación oral, probablemente la del Apóstol Pedro
en Roma: «Sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy 5. Historia y teología
blancos, tanto que ningún batanero en la tierra sería capaz de
blanquearlos de ese modo». Mateo es el único que añade a los Günther Bornkamm ha sido considerado una de las voces
vestidos blancos el hecho de que su rostro llegó a ser «brillan- más autorizadas en la Segunda investigación sobre la vida de
te como el sol»: en su Evangelio Jesús es el nuevo Moisés, a Jesús, generada como reacción al escepticismo de su maestro,
quien el rostro resplandecía descendiendo del monte Sinaí (Éx Bultmann, aunque lo siga de cerca en cuanto al proceso de
34,29). Lucas por su parte dice que «el aspecto de su rostro se formación de los Evangelios y al papel de la fe en la comuni-
mudó» sin emplear el verbo metamorphoun·(transformarse) de dad cristiana primitiva. En su libro sobre Jesús, dice que los
Mateo y Marcos, para .evitar confusiones con las metamorfosis Evangelios contienen en todo momento información sobre Je-
narradas en la mitología griega y helenística; al mismo tiempo sucristo y una confesión de fe, relato de los hechos y testimo-
es el único evangelista a explicar que Moisés y Elías hablaban nio de la comunidad creyente69• No se posee ninguna palabra
con Jesús de «su partida, que se debía realizar en Jerusalén», o narración sobre Jesús, sin importar su grado de autenticidad
punto focal de su Evangelio. desde el punto de vista histórico, que no esté embebida de la
Se dice, con razón, que Mateo es el Evangelio catequético profesión de fe de la comunidad cristiana primitiva, o al me-
por excelencia, el Evangelio litúrgico en el que más se pone de nos haya sido originada por ella. En cada estrato redaccional,
relieve la fe de la Iglesia naciente. La escena del milagro del pa- en cada sección individual, la tradición atestigua la realidad de
ralítico de Cafarnaún (Me 2,1-12 II Le 5,17-26 II Mt 9,1-7) es la historia y de la resurrección de Jesús. Nuestra tarea es buscar
paradigmática al respecto. Al primer evangelista le basta decir y encontrar la historia en el kerygma de los Evangelios. Sería
que «le presentaron un paralítico que yacía en una camilla», y un error buscar la tradición recogida en ellos -dice- con un
al ver Jesús su fe le dijo: «Tus pecados te son perdonados». Se interés histórico separado de la fe. Esto fue lo que sucedió en
hace necesario leer la narración detallada de Marcos para en- la investigación sobre Jesús, iniciada por Reimarus.
tender el origen y motivo de esa fe: la gente se agolpa en torno No es que el interés histórico esté ausente en el estudio de
a Jesús hasta llegar a su casa y bloquear no solo la entrada sino la narración evangélica. Sin embargo, se hace necesario descu-
también la calle de acceso; los cuatro que llevan al paralítico brirlo e individuado precisamente en esos textos que tienen
se ven obligados a subirlo al techo, a hacer un agujero y a des- carácter de proclamación (cf DV 19) y recogen por escrito
colgarlo delante de Jesús: toda una aventura que termina en su el período de tradición oral en el que la comunidad primitiva
curación y -más importante- con el perdón de sus pecados. anunció el misterio del Mesías muerto y resucitado. Por otra

68 A. FEUILLET, «Les perspecrives propres achaque évangéliste dans les récits de


69 Cf. G. BoRNKAMM, jesús de Nazaret, o.e, 14.
la Transfiguration»: Bíblica 39 (1958) 281-301 (284).
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168 ASÍ NACIERO N LO S EVANG ELIO S ÍNDICE BÍBLICO 169

parte, Jesús vivió y exigió la fe desde el comienzo de su vida este caso como en otros similares, donde el material proviene
pública, y esta fe es la prueba más clara de la realidad histórica probablemente de ~ es posible hablar de una tradición gali-
de su misión, afirma Dunn ", Los dichos y hechos de Jesús, lea que se configuró antes de la pasión y muerte en Jerusalén.
es decir, todo el contenido de los Evangelios, se han impreg- No hace falta considerarla como una oposición a Marcos, en
nado de la fe pospascual. Káhler -se ha recordado ya- ha cuanto texto que privilegia la pasión: se trata más bien de un
subrayado especialmente la pasión como núcleo del kerygma complemento a su Evangelio.
primitivo, hasta el punto de identificar los Evangelios sustan- La figura de Jesús que transparentan los Evangelios es tan
cialmente como narraciones de la pasión; de modo equivalen- fascinante que no se puede eludir la pregunta: «¿quién es pues
te habla del papel de la resurrección en ellos. Es suya también este?» (Me 4,41). La respuesta -la verdad sobre su persona-
la analogía de los Evangelios con un prado que al amanecer llega a través de la predicación cristiana que reconoce y confie-
está cubierto de rocío donde en cada gota, a pesar de su pe- sa de modo paradójico a Jesús, el Galileo de Nazaret, como el
queñez, se refleja la luz del sol matinal, que a la vez ilumina Hijo de Dios hecho hombre y el Señor resucitado que está a la
todo el césped. Del mismo modo -afirma- en cada pasaje o diestra del Padre, algo que Juan parece decir en nombre de la
episodio de los Evangelios se refleja la figura de Jesús resucita- comunidad cristiana primitiva: estos textos han sido escritos
do como Señor y Salvador. La perícopa singular es ella misma «para que creáis» (Jn 20,31), con una fe siempre anclada en la
evangelio y no solo un fragmento del texto íntegro, porque la tradición histórica73•
resurrección proyecta su luz sobre toda la narración y sobre
cada una de sus partes 71• 6. El testimonio en el origen de los Evangelios
Sin embargo, el impacto ejercitado por Jesús sobre los dis-
cípulos es claro también en la tradición anterior a los Evan- El inicio de la obra lucana refleja el ambiente literario del
gelios. Así por ejemplo, alguno de los dichos en el Sermón judaísmo helenístico: en ella se pone de relieve el paralelismo
de la montaña/llanura (Mt 5-7 /Lc 6, 17-49) como el discurso con el Contra Apionem de Flavio Josefa, que tiene un prólogo
de las bienaventuranzas y del amor a los enemigos, el de dar dedicado a la misma persona en cada uno de los dos volú-
sin esperar recibir y no devolver mal por mal, el de no juzgar menes, siendo el primero una introducción a la obra entera,
o no intentar ver la paja en el ojo ajeno sin ver la viga en el mientras que el segundo es un resumen breve de la primera
propio, ¿ finalmente la exhortación a acoger sus enseñanzas, parte. La referencia a los testigos oculares y ministros de la
no parecen tener a primera vista una perspectiva pospascual, palabra que aparece en el prólogo del Tercer Evangelio com-
aun cuando otros dichos de ese discurso la tengan.". Tanto en prende también los Hechos de los apóstoles. La frase de Le
1,2 «nos han transmitido», indica que Lucas no solo intenta
70
narrar los eventos sucedidos, sino también recoger los testi-
J. D. G. DuNN, «Remembering Jesus», en J. K. BEILBY - P. R. Enov (eds.),
Tbe Historical]esus: Five Views (InterVarsity, Downers Grove !L. 2009) 203. monios de esos testigos y ministros. Ya se ha visto que lapa-
71
«En cada gota del prado bañado de rocío se reflejan los rayos de la luz del sol;
así, en cada una de las pequeñas narraciones encontramos la persona entera de nue-
stro Señor». M. MHLER, De sogenannte historische ]esus, o.e., 60s (trad. nuestra). - K. MATTHIAE ( eds.), Der historische ]esus und der kerygmatische Christus» (Evange-
72
Cf. H. ScHÜRMANN, «Die vorosterlichen Anfange der Logientradition: lische Verlagsanstalt, Berlín 1961) 342-370 (361s).
73 Cf. M. HENGEL, «Eye-Witness Memory», a.c., 96.
Versuch eines formgeschichdichen Zugangs zum Leben Jesu», en H. RrsTOW
170 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS

labra griega diégésis de Le 1, 1, está haciendo referencia a una


narración ordenada, compuesta por una serie de eventos que
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C.4. LA REDACCIÓN DE LOS EVANGELIOS

en el proceso de transmisión, como el proclamar y el escribir,


han sido absorbidos en la función del grupo, en la historia
171

se remontan a la actividad de quienes los vivieron. Al mismo de la comunidad75• No se trata simplemente de una memoria
tiempo Lucas se coloca junto a otros que han intentado escri- singular que puede caer en el olvido con el paso de los siglos,
bir esos relatos, en una actitud activa frente a la tradición, con sino de una memoria colectiva que hace referencia a hechos
el deseo de aprovechar del mejor modo posible la información memorables, determinantes.
disponible74• Lo que Lucas ha recibido de aquellos testigos Los Evangelios sinópticos se pueden entender mejor si se
constituye el fundamento de su actividad narrativa, y es al consideran como textos que forman parte del canon bíblico, la
mismo tiempo lo que ha puesto por escrito de modo orde- colección de libros sagrados que la Iglesia primitiva reconoció
nado (kathexés) según su conocimiento y ciencia. Uno de los como inspirados 76• Enraizados en una misma tradición, prove-
sentidos del adverbio anothen es «completamente», que resulta nían de círculos de personas que se conocían bien entre ellos.
un poco redundante al lado de akribós, precisamente. De ahí Como obras literarias se complementan entre sí: no es cada
que deba traducirse aquel con sentido temporal, en relación uno de ellos un escrito que intenta desplazar a los otros. Así
con lo que sucedió «desde el principio», cubriendo todos los se explica quizá que en las distintas comunidades primitivas
acontecimientos. cada libro se añadiera pacíficamente a los que ya se poseían. El
No solo en el prólogo del Evangelio de Lucas se hace re- hecho de que se hubieran consolidado como escritos dotados
ferencia a los testigos oculares: también se refleja este interés de una gran autoridad, indica que provenían de lugares -o de
en los discursos de Pedro para elegir el sucesor de Judas y en personas- preeminentes en el cristianismo naciente. Aunque
casa de Cornelio (Hch l,2ls;l0,39-41), en el episodio del había evidentes contrastes entre ellos, no se trataba de ver cuál
soldado que abrió el costado de Jesús con la lanza (Jn 19,35), de ellos podría sobrevivir a costa de los otros: todos poseían
en el testimonio final del Cuarto Evangelio (Jn 21,24) y sobre una autoridad común. Si hubo otros intentos de escribir sobre
todo en el prólogo de la Primera Carta de Juan, donde el tes- la vida y enseñanza de Jesús ya desde los primeros tiempos de
timonio ocular es presentado colectivamente: la experiencia la Iglesia -parece que sí, a juzgar por las palabras del prólogo
que surge del encuentro con el Verbo Encarnado no es algo de Lucas- la historia ha mostrado que al final permanecieron
solamente individual: «Lo que existía desde el principio, lo solo aquellos escritos que la comunidad aceptó.
que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que El Evangelio de la Iglesia es cuadriforme, en palabras de
contemplamos y tocaron nuestras manos acerca de la Palabra Ireneo ". Esta tetrafonía no es simplemente fruto de recordar
de vida [ ... ] lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos, unos textos y colocarlos en el canon; refleja más bien la plura-
para que también vosotros estéis en comunión con nosotros» lidad de la tradición que se plasma diversamente en cada uno
(1 Jn 1,1.3). De modo similar los papeles que se desempeñan de estos escritos, unida a una consistente homogeneidad que

74
Este parece ser el sentido del participio parékolouthékóti «seguido con detalle», 75 Cf. S. BYRSKOG, Story as History, o.e., 232-242.
76 Cf. B. S. CHILDS, The New Testament as Canon: an Introduction (SCM, Lon-
en Flavio Josefo. Cf. D. P. MoESSNER, «"Eyewitnesses", "Informed Contemporar-
ies" and "Unknowing Inquirers": Josephus Criteria for Authentic Historiography dres 1984).
77 Cf. SAN IRENEO, Adversus haereses, 3,21,3: PG 7,950; DV, 18.
and the Meaning of napaKOAOU0Éoo»: Novum Testamentum 38 ( 1996) 105-122.
172 ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS

quizá en nuestro tiempo es más difícil de discernir, al poner


en evidencia la diversidad de teologías en el universo neotes-
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C4. LA REDACCIÓN DE LOS EVANGELIOS

los libros canónicos dejando fuera aquellos cuyo contenido no


concordaba con la regla de la fe.
173

tamentario: La afirmación de san Ireneo sobre le tetralogía evangélica


se encuadra en el momento en el que estaban tomando fuerza
¿Por qué entonces los Evangelios no son ni más ni me-
las corrientes gnósticas. Del contexto histórico se deduce que
nos que cuatro? Porque existen cuatro zonas climáticas en el
mundo en que vivimos, y cuatro vientos principales, y por- tenía en su mente de manera particular la doctrina de Valenti-
que la Iglesia está extendida en toda la tierra, y su columna y no, aunque él mismo dice en su obra que el gnosticismo no es
fundamento son el Evangelio y el Espíritu de vida, conviene un cuerpo orgánico de doctrina propugnado unánimemente
que ella tenga cuatro columnas que emanen inmortalidad a su
alrededor y den vida a los hombres 78• por una serie de individuos; más bien, hay tantos gnosticis-
mos como personas que lo predican. Las diferentes corrientes
No hay duda de que el Obispo de Lyon se refiere a los gnósticas -de una gran diversidad en cuanto a la doctrina,
:1
cuatro Evangelios canónicos que había mencionado previa- ambiente socio-cultural y encuadramiento geográfico- con-
mente, apoyándose en la tradición para rechazar otros escritos
similares.
Modernamente Ireneo ha sido acusado de arbitrariedad,
tienen, sin embargo, una serie de afirmaciones comunes. Una
de ellas es intentar sustituir el escándalo de la cruz -verdad
incontrovertible- por teorías más cómodas y fáciles de acep-
¡
no habiendo dado espacio a la pluralidad que -según algu- tar por parte de un auditorio que no ve con buenos ojos el
nos- existía en la Iglesia primitiva. Aparte el hecho de que su sacrificio personal. Así, la redención no se habría realizado por 1!!
influencia sobre el resto de las Iglesias ha sido exagerada, pues medio de la muerte del Crucificado que dio su vida en rescate
no tenía el poder y las facultades de imponer sus ideas a otros 79, por los culpables, sino por la superación del mundo material
basta leer cualquier tratado sobre la gnosis -son abundantes, -la materia es negativa- mediante la comunicación del co-
entre otras cosas porque al inicio del tercer milenio las pro- nocimiento, la gn,osis, hasta llegar al estado perfecto, el estado
puestas alternativas al cristianismo se han popularizado en la espiritual o neumático. Se debe negar la cruz porque en ella se
medida en que se ha extendido el desconocimiento de la fe consuma una muerte corporal, material. Se entiende entonces
cristiana- para darse cuenta de que el factor determinante que en algunos textos gnósticos se hable de una persona que
de esta doctrina no es el pluralismo sino el relativismo: llegar sustituye a Jesús en el momento de su muerte en la cruz81•
a ponerse de acuerdo sacrificando la verdad, o reduciéndola a Esta creencia gnóstica ha sido asumida por el islam, donde la
una serie de afirmaciones intrascendentes'". Fueron las primi- muerte ignominiosa de un profeta no es aceptable82•
tivas comunidades cristianas las que, en definitiva, aceptaron
81 Cf. «Apocalipsis gnóstica de Pedro», donde se presenta un diálogo del Após-

tol con Jesús en la cruz: «¿Qué estoy viendo, Señor? ¿Eres tú verdaderamente a
quien han capturado? [ ... ] ¿Quién es el que está en la cruz, sereno y sonriendo?».
78
lbíd. 3,11,1-7. Jesús responde: «A quien tú ves sonriente en la cruz es el Jesús viviente. En cambio,
79
A. GENOVESE, «Ireneo di Lione: Vittoria di un cristianesimo su al tri cristiane- aquel en cuyas manos y pies hunden los clavos, es su parte corporal, el sustituto»
simi?», en G. Brcuzzr - M. GRONCHI (eds.), Discussione su! Gesic storico (Urbaniana (trad. nuestra). En W ScHNEEMELCHER, Neutestamentliche Apokryphen 11 (Mohr
Univ, Press, Roma 2009) 121-141. Siebeck, Tubinga 61997) 642.
8
°
Cf. G. FILORAMO, L'attesa della fine: storia della gnosi (Laterza, Bari 1983); 82 En el Corán, Sura IV; 157 se dice que en la cruz no murió Jesús sino un doble

E A. ZuBIETA PENICHE, «Neui Age» y «Gnosis» (Roma 2004). suyo.


r
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174 ASÍ NACIERO N LO S EVANG ELIO S C.4. LA REDACCIÓN DE LOS EVANGELIOS 175

Quizá por la misma razón el llamado Evangelio de To- al mismo tiempo esa proclamación iba unida a la narración de
más -algunos piensan que no se le debe aplicar el género episodios y hechos de su vida; de ese modo pusieron de relieve
evangelio- contiene solo máximas y sentencias sapienciales, la dimensión divina y humana de Jesús, dos realidades que se
114 en total, sin mencionar siquiera la pasión y muerte83• Pro- funden en una simbiosis literaria. La afirmación bultmanniana
bablemente el escrito es de inspiración gnóstica, a juzgar por según la cual los discípulos no tenían ningún interés en contar
su contenido y el de la mayor parte de los documentos de la hechos históricos, siendo su objetivo exclusivamente teológico,
librería copta de Nag Hammadi, datada en el siglo IV de la no explica suficientemente el alcance de los Evangelios 87• Una
era cristiana, donde fue encontrado84• Meier lo ve como una fe sin referencias históricas se habría quedado en el aire, desapa-
síntesis de expresiones gnósticas y sinópticas, estas últimas to- reciendo poco tiempo después para quedar relegada en el fabu-
madas probablemente de una mezcla de material proveniente loso, estrecho y curioso ámbito de los mitos. Como dice Joseph
de los Evangelios canónicos, ya compilado en el siglo n85• Para Ratzinger-Benedicto XVI, «Para la fe bíblica es fundamental
Crossan y sus colegas del ]esus Seminar, en cambio, este Evan- referirse a hechos reales ] ... ]. Si dejamos de lado esta historia,
gelio de Tomás86 sería precisamente el texto más antiguo y más la fe cristiana como tal queda eliminada y transformada en
fidedigno sobre Jesús .. otra religión» 88•
La afirmación de que los Evangelios son escritos históricos Desde el punto de vista científico se hace difícil considerar
necesita precisarse en algunos aspectos, pues no se trata de algo al mismo nivel dos tipos de literatura sobre la vida, las obras y
evidente a primera vista: hay dificultades en cuanto a su apre- la enseñanza de Jesús: la canónica y la apócrifa, pues desde el
ciación histórica e interpretación. Histórico no es sinónimo de punto de vista teológico son escritos divergentes. Sin embar-
historiográfico o de libro de historia. Sin ser ni lo uno ni lo go, la investigación histórico-teológica, en cuanto iluminada
otro, los Evangelios contienen eventos verdaderamente ocurri- por la fe, no puede dejar a un lado la verdad como primer ob-
dos y narrados, contienen hechos históricos. Al mismo tiempo jeto de estudio, y por eso está dispuesta a aceptar los diferentes
esa historia está, por decirlo así, impregnada de una teología aportes de la ciencia histórica en torno a documentos que,
que imprime carácter al texto evangélico, de modo que no se aun cuando tienen peso diverso, se refieren a la figura histórica
puede separar una realidad de la otra. Están inseparablemente del Hijo de Dios. Aunque los Evangelios apócrifos no aportan
unidas. Si la Pascua transformó la mente de los apóstoles de tal nada consistente a lo que ya se sabe sobre Jesús a partir de los
manera que el principal interés que ellos tenían era el de predi- escritos canónicos, contribuyen, en cambio, a conocer mejor
car a Jesús como Hijo de Dios, resucitado de entre los muertos, el ambiente teológico, histórico y socio-cultural en el que se
plasmó el mensaje salvífica del cristianismo primitivo.
83
Cf. C. M. TucKETT, «Thornas and the Synoptics»: Novum Testamentum 30
(1988) 132-157.
84 87 «No existe ningún compromiso o acuerdo entre la verdad del mensaje del
Cf. G. N. STANTON, ¿La verdad del Evangelio? Nueva luz sobre Jesús y los
Evangelios (EVD, Estella 1999) 123; C. M. TucKETT, Nag Hammadi and the Go-. Nuevo Testamento y el pseudo-kerygma de Bultmann». W KÜNNETH, «Bult-
spel Tradition (T&T Clark, Edimburgo 1986) 149s. mann's Philosophy and the reality of Salvation», en C. E. BRAATEN - R. A. HARRis-
85
Cf. J. P. MEIER, Un judío marginal. Nueva visión deljesús histórico. I: Las raíces VILLE (eds.), Kerygma andHistory: A Symposium on the Tbeology ofRudo/fBultmann
delproblema y de la persona (EVD, Estella 1998) 140. (Abingdon, Nashville 1962) 119.
86 88 J. RATZINGER-BENEDICTO XVI, jesús de Nazaret. I: Desde el Bautismo a la
Cf. J. D. CROSSAN, The Historical ]esus. Tbe Life of a Mediterranean ]ewish
Peasant (T&T Clark, Edimburgo 1991) 427s. Transfiguración (La Esfera de los libros, Madrid 2007) 11.
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CONCLUSIONES

«El Evangelio fue primero predicado y después, por volun-


tad de Dios, fue puesto por escrito». Estas palabras de Ireneo
de Lyon (Adv. haereses, 3,1,1) nos transmiten la convicción
de la Iglesia en el siglo II de nuestra era. Antes de escribir, los
apóstoles han predicado y solo en un segundo momento, mo-
vidos por las circunstancias, se decidieron a poner por escrito
el contenido de la predicación.
Este ha sido el punto de partida de este libro, que busca
explicar el origen y el desarrollo de la tradición apostólica. Se
parte de la vida y de la predicación de Jesús, vivida y comparti-
da junto al grupo de los Doce que había escogido al comienzo
de su vida pública, y con un grupo un poco más amplio de dis-
cípulos, no tan cercanos como los primeros, pero testigos como
ellos de sus milagros y enseñanzas. Esta tradición se formó con
tres criterios: un objetivo kerigmático -de anuncio, de pro-
clamación del mensaje-, un interés apologético -promover
y defender la fe cristiana- y un desarrollo de la doctrina cris-
tológica, que ha resultado ser la clave de lectura de la evolución
teológica en los cinco primeros siglos del cristianismo.
Los hechos objetivos en su realidad más pura son difíciles
de alcanzar. En realidad los eventos se entienden y se rela-
cionan en un proceso que une el efecto a su causa, el fin a
su realización. Todas las fuentes -fidedignas o menos- son
interpretaciones de lo sucedido. La crítica histórica es una in-
vestigación consciente que parte de la idea de que el acceso di-
recto y absoluto a los hechos no es siempre posible. Tratándose
de eventos de la antigüedad, se dispone de las interpretaciones
de los autores de aquella época o inmediatamente posteriores,
y de sus fuentes, como punto de partida de esa tarea.
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178 CONCLUSIONES CONCLUSIONES 179

En la transmisión del evangelio oral se han confrontado objetivo principal es proclamar y robustecer la fe en Jesucristo,
la enseñanza de Gerhardsson, que insiste en la memorización Mesías e Hijo de Dios, e invitar a imitarlo, participando en
personal, y la teoría de Kelber que subraya el papel de la co- su vida (cf. Jn 20,31). Su presentación se apoya en el anun-
munidad y su influencia en la plasmación de los recuerdos en cio central de la fe cristiana: Jesús predicó durante su vida
la memoria. Para Kelber la tradición se concibe en términos el mensaje del Reino de Dios, corroborándolo mediante una
de folclore. La transmisión oral se habría detenido y fijado en serie de milagros. Su mensaje transparentaba una personali-
el momento en el que se habría escrito el primer Evangelio, dad única, una autoridad respecto a la ley y una unión con
probablemente el de Marcos; a partir de ahí se habrían forja- Dios desconocida hasta entonces en Israel. Sus palabras no
do Mateo y Lucas: ellos revivirían la voz del Mesías, aunque fueron comprendidas por parte de las autoridades judías, que
no el Señor representado por el discurso oral, fluido y libre lo entregaron al poder romano para ser crucificado; tres días
de la tradición anterior. Gerhardsson rectifica y enriquece esa después resucitó de entre los muertos, manifestándose como
visión haciendo ver la continua interacción entre escritura y el Mesías anunciado en las profecías de Israel. Al mismo tiem-
oralidad. po se observa que ninguno de los cuatro Evangelios presenta
El cuadro cronológico de la formación de los Evangelios un cuadro completo de la vida de Jesús. Dejando aparte las
está limitado a pocas décadas y a un área geográfica restringi- narraciones de la infancia en Mateo y Lucas, los Evangelios
da, todo lo contrario de una tradición secular desarrollada en se centran esencialmente en la vida pública de Jesús que duró
una comunidad amorfa. Como se ha visto a lo largo del libro, probablemente entre dos y tres años. Se sabe, eso sí, que el
los Evangelios han tenido un proceso continuo de tradición ministerio de Jesús se inaugura con el bautismo de manos de
con intervenciones individuales dentro de una comunidad; Juan en el Jordán, y que termina en las dramáticas jornadas
fueron escritos en un ambiente claro y con técnicas probadas. de Jerusalén, en torno a la Pascua, en las que fue condenado a
Se ha dedicado no poco espacio al estudio y análisis del muerte y padeció el suplicio de la cruz.
método histórico formal, haciendo ver su importancia y sus Aunque estos escritos ofrecen un panorama global de su
premisas. Quizá se puedan mencionar tres puntos débiles del vida pública y de su misión, de ellos no se consigue deducir
método, de los que se ha hablado antes, aunque no de modo una secuencia detallada de los principales acontecimientos de
sistemático: 1) la dicotomía ambiente palestino-mundo hele- la vida de Jesús. Las colecciones de dichos y la secuencia de los
nístico; 2) la pretendida correspondencia estricta entre forma hechos en Marcos, por ejemplo, no corresponden de ordinario
literaria y ambientación vital, el Sitz im Leben; 3) el papel de- al mismo lugar en Lucas o en Mateo, y todavía menos en Juan.
terminante, un poco exagerado a veces, de la comunidad pri- Cada Evangelio los ha organizado según un criterio personal,
mitiva. En la base se encontrarían las unidades literarias que acorde con el fin narrativo que se ha propuesto. Del mismo
dieron origen a los Evangelios, y que al inicio circularon en modo que en la mayor parte de las tradiciones originarias no
colecciones de tradiciones orales o escritas, unidas mediante existe un orden, tampoco este orden está presente en los Evan-
formas comunes o palabras-clave. gelios. No sabiendo exactamente el momento y la duración de
Los Evangelios no son una fuente primaria de historiogra- los distintos eventos de la vida de Jesús, no se puede escribir
fía, tal como se concibe esta ciencia en nuestros tiempos. Su una biografía en sentido moderno, o describir la evolución
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180 CO NCLUSIO NES CO NCLUSIO NES 181

psicológica de su persona. No obstante se puede afirmar que las lenguas semítica y helenística se hace presente de modo
el contenido de los Evangelios es histórico. particular en los evangelistas, quienes se presentan en su obra
¿Cómo han llegado a llamarse Evangelios los libros -esto como maestros con experiencia y autoridad.
es válido también para los llamados textos apócrifos, escritos La tradición oral se ha plasmado en los cuatro Evangelios,
probablemente a partir de la segunda mitad del siglo 11- que para memoria de la Iglesia. Cada evangelista ha presentado los
específicamente tratan sobre la vida, palabras y obras de Jesús? dichos y hechos de Jesús que la primitiva comunidad cristiana
En concreto, ¿cómo se ha llegado a llamar Evangelios a los había predicado en diversas circunstancias y lugares, dando
cuatro libros canónicos de la literatura cristiana? Frecuente- origen a unos escritos que hacen ver al mismo tiempo la uni-
mente Pablo se refiere al evangelio o a mi evangelio para indi- dad del mensaje -el anuncio del Reino por parte de Cris-
car el mensaje salvífica que tiene como contenido Jesús. Este to Jesús, Hijo de Dios, que nos ha redimido con su pasión,
ha sido su punto de partida para elaborar una teología que se muerte y resurrección- y la diversidad en el modo de presen-
apoya esencialmente en el misterio pascual de la pasión, muer- tarlo, con las características propias de pensamiento y cultura
te y resurrección de Jesucristo. A partir del testimonio paulino de cada uno de ellos. En sus escritos han sido consignadas la
se puede deducir que, probablemente en el primer siglo, evan- vida y la enseñanza de Jesús de Nazaret.
gelio hace referencia a la predicación y a su contenido, sin que
hubiera al inicio explícitamente documentos escritos.
En la primera mitad del siglo 11, Marción habría llamado
evangelio al texto de Lucas que modificó para incluirlo, junto
- con otros libros, en su canon. A ese evangelio le faltaban las
narraciones de la infancia de Jesús y la parte dedicada a la resu-
rrección y a las apariciones, junto a otras omisiones referentes
a Israel y al Antiguo Testamento. Es a Justino mártir a quien se
atribuye el haber denominado, hacia el 150 d.C., Evangelios
a los cuatro textos canónicos, que -como se ha recordado
antes- él denominaba memorias de los apóstoles. A partir de
ahí se difundirá el nombre, y veinte años después Ireneo cons-
tatará la tradición de la Iglesia que recoge la vida y la predi-
cación de Jesús en cuatro documentos, distintos entre sí, pero
similares en cuanto al contenido y al fin. Hablando de ellos
se referirá al Evangelio cuadriforme, una feliz expresión que
pone de relieve al mismo tiempo su unidad y su diversidad.
El bilingüismo de algunos discípulos de Jesús habría fa-
cilitado una formulación escrita rápida y la transmisión en
griego de algunas de sus enseñanzas. Este conocimiento de
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ÍNDICES
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ÍNDICE BÍBLICO

ANTIGUO TESTAMENTO 6,9-10 118


11,1-2 45
Génesis 61,1 XI 5 157
6,2-4 48 61,1-3 45
63,16 49
Éxodo 64,8 49
34,29 166
Jeremías
Deuteronomio 31,9 48
32,36 49
Ezequiel
Jueces 4,22 48
9,7-20 39 17,1-10 38

2 Samuel Daniel
4,10 5 2,44 51
7,14 48 7,13-14 50
2,1-12 39
Oseas
Job 11,1 48
1,6-12 48
Malaquías
Salmos 2,10 49
2,7 48 3,1 165
8,4 50
89,26s 48
LITERATURA
Sabiduría NEOTESTAMENTARIA
2,13 48
2,16-18 48 Salmos de Salomón
17,23-26 45
Eclesiástico
4,10 48 Qumrán
lQS 9,11 45
Isaías lQSa 2,11-13 48
5,1-7 39 4QFlor 1,10 48
~
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186 ÍNDICE BÍBLICO ÍNDICE BÍBLICO 187


¡
1
NUEVO TESTAMENTO 1,15 18 1,2 31566376 14,16 122
1,22 34 35 112 169 14,21 106
Mateo 2,1-12 103 166 1,4 131 15,22s 105
1,22-3 124 2,4 121 1,77 26 16,16 159
2,15 124 2,14 111 í 3,3 26 17,11-19 123
2,17-18 124 2,18-22 110 4,1-10 159 18,5 106
2,236 124 2,23-27 102 4,18 XI 18, 18-23 165
3,3 124 2,28 50 4,32 34 18,31 125
4,14-16 124 3,13-15 57 ( 5,10 101 19,1-10 123
5-7 168 3,14 31 5,17-20 103 19,2 111
5,18 123 3,22-29 111 5,17-26 103 166 19,27 159
7,24 121 3,31-35 57 5,19 121 24,18 111
7,28 157 4 38 5,27-29 111 24,25 124
7,29 34 4,41 67 169 6,1-5 102 24,25s 83
8,17 124 5,22 111 6,13 31 57 24,27 73 125
9,1-7 166 7,1-23 38 6,14 101 24,39 124
9,1-8 103 8,27-30 44 6,17-49 168 24,44s 73
10,6 123 8,29-30 45 6,48 121 24,44-47 125
11, 1 157 8,31-33 156 7,22 119 24,44-48 73
11,4 119 8,34-38 110 7,24 119 24,47 26
11,10 124 9,2-10 108 165 7,40-48 106 24,48 31,56
12,17-21 124 9,30-37 156 8,41 111
12,24-32 111 10,17-22 165 1 8,51 101 Juan
12,43-45 111 10,35-45 156 9,28 111 2,22 73
13,14 124 10,45 45 156 9,28-36 108 165 6,15 44
13,16-17 118 10,46 111 9,54 111 6,66 44
13,35 124 12,1-12 39 : 9,51-19,27 159 6,69 44
1
13,53 157 13 156 9,57-62 110 7,39 73
17,1-9 108 165 3,10 155 10,23s 118 7,53-8,11 161
19,1 157 14,3 111 10,25-37 123 8,3-6 74
21,4-5 124 14,9 155 10,33s 105 11,51s 73
22,9 106 14,36 46 11,5 105 12,16 73
23-25 157 14,61 44 48 1,15-26 111 12,34 50
26,1 157 14,62 46 11,20 18 14,17 67
26,6 111 15,21 111 2,10 111 14,26 67 73
26,31 124 16,6 152 12,20 106 15,26 67
27,9-10 124 12,49s 60 15,27 31 56
Lucas 13,19 122 16,12s 73
Marcos 1,1 112 131 158 13,32 60 16,13 67 73
1,1 XII 5 170 13,33s 159 19,35 170
1,14s 155 14,7-10 122 20,28 73
~
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fi
188 ÍNDICE BÍBLICO ÍNDICE BÍBLICO 189
i
20,31 68 179 Romanos 1,7 127 Hebreos
21,24 140 1,7 49 Heb 1,1 15
1,14 74 Filipenses
Hechos de los Apóstoles 3,22 27 2,10s 88 1 Juan
1,1 6 48 107 4,25 8 ! 1, 1.3 170
1,3 73 5,1-5 27 Colosenses
1,8 56 159 6,4 49 1,14 127 Apocalipsis
1,13 101 8,11 8 21, 12-14 57
1,21 63 8,15 49
l,21s 3156113 170 15,6 49
2,14-36 88
2,22 73 1 Corintios
2,32 73 1,3 49
2,36 73 1,23 87
2,38 26 2,1-7 8
2,42 63 2,6 86
2,42-47 26 8,4-6 48
3,15 73 8,6a 49
3,19 127 9,19.23 73
4,20 83 11,23-26 19
4,32-35 26 14,29-31 162
5,12-16 26 15,1-5 7
5,30-32 73 15,3s 126
5,31 26127 15,3-5 87 126
6,4 73 15,3-8 19
10,34-43 88 15,4 152
10,36-41 73 15,24 49
10,37 73
10,37-40 154 2 Corintios
10,39 31 56 73 1,3-4 49
10,39-41 170 11,31 49
10,43 26 127
12,2 101 Gálatas
13,16-41 73 1,18 20 87
13,31 31 56 2,2 87
13,38 26 127 2,9 102
17,22-31 73 2,16 27
17,31s 82 4,6 49
19,8s 162
26,18 26 Efesios
1,3 49
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ÍNDICE DE AUTORES

AUTORES CLÁSICOS Y ANTIGUOS Bauckham, R. XVII 77- 79 81 97


111 115 117 145 148
Agustín (san) 132 Bauer, W 3 6
Cornelio Nepote 138 Baumeister, R. F. 79
Diodoro Sículo 3 Baur, F. C. 10
Esquines 3 Bea, A. XIII XIV XVII
Eurípides 138 Beavis, M. A. 40
Eusebio de Cesarea 141 Becker, U. 4
Flavio Josefo 4 45 105 169 Beilby, J. K. XVII 19 3197168
Hanina ben Dosa (rab.) 54 Belle, G. van 164
Hillel (rab.) 11 O Benoí:t, P. XVII 11 76 107
Honi (rab.) 54 Berger, K. XVII 100 101 121
Jenofonte 3 138 Betti, U. XIV
Juan Crisóstomo (san) 131 Biguzzi, G. 172
Justino (san) XII 85 145 180 Bock, D. L. 50 51
lreneo (san) 133 161 171-173 Bockmuehl, M. XXI 67 75 135
177 180 Bornkamm, G. XVII 62 98 134
Homero 3 167
Papías de Hierápolis 141 Bousset, W 51 100
Plutarco 3 138 Bovon, F. XVII 160
Sammay 110 Braaten, C. E. 175
Suetonio 138 Breech, J. 37 138
Tácito 138 Brodie, T. R. 19
Brown, R. E. 23
Bultmann, R. XVIII 11 12 13 15
AUTORES MODERNOS 16205052627278818485
89-93 96 97 99-103 114 116
Aland, B. 3 118 132 135-137 139 151 155
Aland, K. 3 167 175
Aron, R. 96 Burridge, R. A. XVIII 138
Auerbach, E. XVII 140 Byrskog, S. XVIII XXIV 21 77
Aune,D.E.XVII 138 117 119 129 143 171

Bailey, K. E. XVII 22 116 Cancik, H. 140


Balaguer, V XV XVII 33 132 163 Cantalamessa, R. 8
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192 ÍNDICE DE AUTO RES ÍNDICE DE AUTO RES 193

Carruth, S. 149 Foerster, W 100 ' Jeremias, J. XXI 15 16 27 37 40 Mussner, F. 83


Casey, M. 50 Frankemolle, H. 53 46 47 48 51 122
Catchpole, D. R. 68 Freyne, S. 55 Johnson, L. T. 97 Neill, S. 17
Chajes, H. P. 35 Frickenschmidt, D. XX 138 Johnston, R. M. XXII 40 Neusner, J. 39 40 109
'
Chapa, J. 145 Fuchs, E. 62 Jülicher, A. XXI 35- 39 41 Nickelsburg, G. W E. 55
Childs, B. S. 171 Fuller, R. H. XX 42 Nineham, D. XXII 75
Cohn-Sherbok, D. XX 54 94 Fusco, V XX 36 84 Kahler, M. XXI 12 94 97 152 168 Nolland, J. XXII 127 128
Collins, J. J. 55
1
1
1
Kásemann, E. 16, 99, 127
Conzelmann, H. XVIII 58 159 160 Gadamer, H.-G. XX 84 Kelber, W H. XXI 21 22 117 142 Owen, P. L. 50
Court, J. M. XX 54 94 Garsky, A. 149 178
Crossan, J. D. XVIII 14 68 78 88 Genovese, A. 172 !
Kittel, G. XXI XXV 83 Paez, D. 79
89 114174 Gerhardsson, B. XX 14 21 25 37 Kloppenborg, J. S. XXII 149 Paulus, H. 1 O
58 66 74 86 98 109 116 117 Künneth, W 175 Pennebaker, J. W 79
Darwin, C. 99 137144178 Price, R.M. 19
DeConick, A. D. 78 Gibellini, R. 17 La Potterie, l. de XIV XXI 10 Puig i Tarrech, A. XIX 62 138
Dibelius, M. XVIII 11 52 53 60 Gnilka, J. XX 38 57-59 151 152 Laconi, M. XXI 84 145 164 165
687699102136140151 155 157 Latourelle, R. 96
Dittenberger, W 4 Grappe, C. 71 Lessing, G. E. 10 Randellini, L. 14
Dodd, C. H. XVIII 34 86 87 154 Grech, P. XX 12 92 Liddell, H. G. 3 Ratzinger, J. XIII XIX XXII 4 15
Donnelly, D. XIX 20 112 148 Gronchi, M. 172 Lindemann, A. XVIII 11 58 59 66 93 138 145 164 165
Dunn, J. D.G. XVIII 9 18 20 22 Guijarro Oporto, S. XV XX 42 Redman, J. C. S. 68
24 25 27 31 47 49 56 60 69 85 46 48 53 116 139 148 Mack, B.L. XXI 141 Renan, E. 10
112 113 148 150 168 Gunkel, H. XX 134 Malherbe, A. J. XXII 137 Reicke, B. XXII 77
Dupont, J. XIX 36 47 1 Manicardi, E. XIX 138 145 164 Reimarus, H. S. XIX 9 10 16 44
Hagner, D. A. XV XX 53 54 67 Manson, T. W XXII 133 94 167
Eddy, P. R. XVIII 19 31 97 168 76 94 109 124 135 Marguerat, D. 96-98 Ricoeur, P. 96
Ellis, E. E. XIX 140 143 163 Hahn, F. XXI 44 100 Marrou, H. l. XXII 96 97 Riesenfeld, H. 21 28 29
Escrivá de Balaguer, J. 162 Halverson, J. 137 Martini, C. M. XXII 6 81 Riesner, R. XXII 69 80 121
Estrada, B. XIX 67 138 145 158 Harnack, A. 127 Marxsen, W XXII 120 154 Rimé, B. 79
164 Harrisville, R. A. 175 Matthiae, K. XXIII 59 120 169 Ristow, H. XXIII 59 120 168
Evans, C. A. XIX 4 82 Hastings, S. 79 McArthur, H. K. XXII, 40 Robinson, J. M. XX XXII 12 92
Hengel, M. XXI 52 67 71 75 80 Mclver, R. K. XXI 80 96 149
Farmer, W R. 164 85 88 100 113 135 141 151 Meeks, W A. XXII 137
Fascher, E. 103 163 169 ' Meier, J. P. XXII 55 58 147 149 Sanders, E. P. XXIII 104 11 O
Fee, G. D. XIX 49 Herder, J. G. 20 134 150 174 Sato, M. 76
Feuillet, A. 166 Higgins, A. J. B. XXII 133 Merz, A. XXIII 17 Schleiermacher, F. 1 O 163
Fiebig, P. 39, 40, 41 Hoffmann, P. XXII 149 Meyer, B. F. 86 Schlier, H. XXIII 8
Filoramo, G. XIX 172 Howard Marshall, l. 72 Moessner, D. P. 170 Schlosser, J. 47
'
Finnegan, R. XIX 79 Huffman, N.A. 105 '
¡
¡
Moule, C. F. D. XXII 133 146 Schmidt, K. L. 11 136
Fitzmyer, J. XIX 47 49 50 88 Hurtado, L. W XXI 50-52 70 88 1 Müller, M. 83 50 Schneemelcher, W 173
Flusser, D. XX 40 95 139 ! Muñoz-León, D. XXII 41 Schürer, E. 126
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194 ÍNDICE DE AUTORES

Schürmann, H. XXIII 7 57 61 62 Tuckett, C. M. XXIV 164 174


64 120 168
Scott, R. 3 Vansina, J. XXIV 79
Segalla, G. XV XXIII 17 46 71 126 Verheyden, J. 164
Segbroeck, F. van 164 Vermes, G. XXIV 41 50 54 55
Srnith, M. 14 Veyne, P. 96
Sóding, T. 141 Vielhauer, P. XXIV 100 127
Stanton, G. N. XXIII 174
Stefaniak, L. 1 O Wansbrough, H. 80 86 121
Stern, D. XXIII 40 Weiss, J. 10
Strauss, D. F. 10 94 97 163 Wengst, K. XXIV 100
Stuhlmacher, P. 140 163 Westermann, C. XXIV 38
Wrede, W 10 95 126 155 164
Taylor, V XXIII 76 77 Wright, N.T. XXIV 17 49
Thatcher, T. 78
Theissen, G. XXIII 17 120 139 Young, B. H XXIV 40
147 SE TERMINÓ DE IMPRIMIR ESTE VOLUMEN
Trilling, W XXIII 59 158 Zubieta Peniche, F. A. XXIV 172 DE «ASÍ NACIERON LOS EVANGELIOS»,
Troeltsch, E. 93 94 Zuntz, G. 140 DE LA BIBLIOTECA DE AUTORES
CRISTIANOS, EL DÍA 21 DE
ABRIL DE 2017, FESTIVI-
DAD DE SAN ANSELMO,
OBISPO Y DOCTOR
DE LA IGLESIA,
EN LA IMPREN-
TA COFÁS
LAUS DEO VIRGINIQUE MATRI

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