JUAN FELIPE RAMIREZ CASTANEDA LUIS MIGUEL PULGARIN FERNANDEZ QUE ES? El Feudalismo es un sistema por el cual se crea una obligación de obediencia y servicio por parte de un hombre libre al que se le llama Vasallo, hacia otro hombre libre pero más poderoso llamado Señor. Normalmente el vasallo debía cumplir obediencia y servicio en cuestiones militares. A cambio el señor deberá proteger y mantener al vasallo, la mayoría de las veces a través de una concesión de terrenos para su sustento, esta concesión se llamaba Feudo EL SISTEMA FEUDAL El sistema Feudal que en principio era de carácter militar, terminó siendo un sistema en el que era el señor quien impartía justicia, lideraba militarmente, llevaba la administración de su feudo y cobraba tributos a los vasallos, que terminaron cultivando sus campos y pagando a cambio de protección. CARACTERISTICAS DEL FEUDALISMO El poder central desapareció y se fragmentó en los distintos feudos. En ellos, el señor acaparó las funciones propias del Estado, como, por ejemplo, legislar, imponer impuestos y administrar justicia. Los lazos de dependencia se hicieron personales: desapareció la concepción del hombre ligado a un estado y a unas leyes territoriales y se originó la dependencia de un hombre con respecto al otro. La tierra adquirió una enorme importancia económica al disminuir el comercio y la circulación monetaria. Por eso, la agricultura fue la base de la economía. La vida rural predominó frente a la urbana. La economía fue de autoconsumo, pues cada feudo consumía única y exclusivamente lo que producía. La sociedad, fuertemente jerarquizada, fue dominada por dos grupos sociales privilegiados: la nobleza y el clero. La Iglesia católica se consolidó como una institución de enorme poder religioso, político y económico LA SOCIEDAD FEUDAL (LA NOBLEZA GUERRERA El feudalismo se constituyó sobre la base de tres estamentos claramente diferenciados: los nobles, a quienes les correspondía combatir, los eclesiásticos, destinados a rezar y los campesinos, cuya misión era trabajar para mantener a los demás. La nobleza feudal estuvo constituida por señores y vasallos que participaban de las relaciones de vasallaje: a su cabeza estaba el rey, que no era vasallo de nadie y que, teóricamente, era señor de todos. Entre los miembros de la nobleza había grandes diferencias, aunque todos formaban parte de la aristocracia. Los grandes vasallos eran los condes, vizcondes, duques y marqueses dueños de extensos feudos. En el nivel intermedio, se encontraban los vasallos de los vasallos o vasvessores, con feudos más pequeños. Por último existían los vasallos menores, los caballeros, que eran la mayoría. Éstos no tenían feudo ni vasallos, pero iban a la guerra a caballo y con un equipo de armas importante. Toda la nobleza feudal era guerrera por necesidad, por deseo de aventura y por avidez de botín, y se educaba en este espíritu. La guerra representaba para ella una perspectiva de fama y de fortuna, en tanto la paz era considerada una desdicha. La morada feudal, el castillo, estaba concebido para las exigencias de defensa y de combate. Las ocupaciones cotidianas se limitaban a la administración de justicia y a la vigilancia de os subordinados. Los periodos de ocio eran prolongados, y durante los mismo el señor se dedicaba a las diversiones, sobre todo a la caza y a los torneos. LOS CASTILLOS Al comienzo los castillos eran de madera. Recién hacia el siglo XII se hicieron de piedra. El castillo se construía sobre una cima y era un lugar amurallado y rodeado de un profundo foso salvado por un puente levadizo. En su interior había un patio que comunicaba con las diferentes estancias del castillos: los pabellones para la tropa y los servidores, el almacén, los establos y la capilla. La parte más importante era el edificio que servía de vivienda al noble y a su familia. En ella destacaba la torre del homenaje, la de mayor elevación. La vida en el castillo resultaba generalmente incómoda e insalubre debido a los rudimentarios medios de que se disponía, la escasa aireación y la falta de higiene. Asimismo, era una vida monótona, sobre todo para las mujeres, que apenas salían del castillo. LOS TORNEOS Para compensar las horas de tedio en el castillo, los señores feudales organizaban con frecuencia cacerías y torneos. El torneo era la diversión predilecta. Se celebraba en las proximidades del castillo, donde acudían numerosos nobles de otras comarcas que instalaban sus tiendas ahí. Entonces, los guerreros más diestros y vigorosos se preparaban para el combate. El torneo duraba normalmente dos días. El primero se dedicaba a los combates individuales entre los nobles: cabalgando a gran velocidad dos nobles se enfrentaban, armados con una lanza de madera. El que derribaba a su contendor, era el triunfador. El segundo día, en cambio, se celebraban enfrentamientos entre unidades completas de guerreros. Con cierta frecuencia, algunas personas morían en los torneos. Aun así, a lo largo de este peligroso juego se realizaban grandes banquetes y bailes. EL FEUDO A través del contrato de vasallaje, el vasallo adquiría de su señor un beneficio material: diversos objetos, un puesto de importancia, el derecho a un cobro, a una renta o a tierras. Al comienzo, esta compensación se llamó beneficio. Luego se llamó feudo y acabó por designar casi exclusivamente el beneficio en tierra. En cambio, el feudo desprovisto de toda base territorial fue llamado feudo de bolsa y se presentaba bajo diversos aspectos: podía consistir en la entrega de una suma de dinero al vasallo, o en una renta fija. Cuando el feudo era una propiedad de tierra, tenía una extensión variable y albergaba las fuentes de riqueza indispensables: agricultura, ganadería y explotación forestal. Se trataba de una unidad económica autárquica, en la que se consumía lo que se producía. El comercio, en cambio, fue casi inexistente. En ese entonces, las relaciones comerciales se limitaron, por parte del señor, a la compra ocasional de objetos de lujo o mercaderes ambulantes, y por parte de los campesinos, a pequeños intercambios entre vecinos. Asimismo, la producción artesanal declinó.