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Recuperando el cuerpo y el

derecho a la decisión
En el siguiente informe, abordaremos la intervención del Estado y de la iglesia en
los derechos reproductivos de las mujeres, y en específico, las prácticas del
aborto. Esto lo realizaremos a partir del capítulo 2 del libro “Caliban y la Bruja:
mujeres, cuerpo y acumulación originaria” de Silvia Federeci y el Proyecto de Ley
de Interrupción Voluntaria del Embarazo.
Antes del siglo XIV, la mujer ejercía el derecho sobre su propio cuerpo libremente.
Luego de la peste negra y de la conquista de América, la población descendió
abruptamente llegando a una crisis económica, demográfica en el siglo XVII. A
raíz de esta situación el Estado, influenciado por la iglesia, toma la determinación
de crear políticas de población y un régimen de biopoder1, comenzando a castigar
cualquier comportamiento que obstruyese el crecimiento poblacional. Esta
situación desencadeno en la concepción de que la mujer era mero recipiente de
niños, no importaba si corría riesgo su vida, si podía mantenerlos, ni mucho menos
si quería tener a ese hijo. Fue en los siglos XVI y XVII donde comenzó la caza de
brujas2, la cual, bajo la mirada eclesiástica y estatal, era llevada a cabo con el
pretexto de que atentaban contra la ley de reproducción. Federeci apunta que esta
situación lleva a la conformación de la familia nucleo, “como institución clave que
aseguraba la transición de la propiedad y la reproducción de fuerza de trabajo.
Simultáneamente, se observaba el comienzo del registro demográfico y la
intervención del Estado en la supervisión de la sexualidad, la procreación y la vida
familiar” (2010 Pp:135)
Se adoptaron nuevas formas de vigilancia, para asegurar que las mujeres no
interrumpieran su embarazo. En Francia a mediados del siglo XVI, se requería que
las mujeres registren cada embarazo y sentenciaban a muerte a aquellas cuyo
bebes morían antes del bautismo, después de un parto a escondidas, sin importar
si eran culpables o inocentes de su muerte. Estas leyes fueron promulgadas en
Inglaterra y Escocia a principios y fines del siglo XVII. También se creó un sistema
de espías con el fin de vigilar a las madres solteras y privarlas de cualquier apoyo,
incluso hospedar a una mujer embaraza soltera, era ilegal por causa de que
pudiera escapar de la vigilancia pública. También era índole de crítica pública,
establecer amistad con ella. En estos periodos, las mujeres eran ejecutadas por
infanticidio, más que por cualquier otro crimen, exceptuando la brujería.

1
Biopoder: control sanitario, sexual y penal de los cuerpos de los individuos
2
Brujas: se refiere a las mujeres que tenían los conocimientos de anticonceptivos, y de procedimientos
seguros para llevar adelante un aborto, como también para organizar y realizar partos.
Recuperando el cuerpo y el derecho a la decisión

A raíz de estas acusaciones se incorporó la figura del partero, siendo así efectiva
la total intervención del Estado en los partos, perdiendo la mujer el control que
había ejercido sobre la procreación, convirtiéndose en un actor pasivo en el parto,
mientras que los médicos hombres comenzaron a ser considerados como los
verdaderos dadores de vida. Con esto empezó una nueva práctica médica
priorizando la vida del feto, sobre la de la madre. Las parteras eran puestas bajo
vigilancia del doctor, o eran reclutadas para vigilar a otras mujeres, convirtiéndose
en espías del Estado si querían continuar su práctica. Estos hechos fueron
llevados adelante durante dos siglos.
En comparación el destino de las mujeres europeas en el periodo de acumulación
primitiva, fue similar a la situación de las esclavas de las plantaciones coloniales
americanas. Las mujeres europeas, no estaban abiertamente expuestas a las
agresiones sexuales, aunque las mujeres proletarias podían ser violadas con
impunidad y castigadas por ello. “El cuerpo femenino fue transformado en
instrumento para la reproducción del trabajo y la expansión de la fuerza de trabajo,
tratado como una maquina natural de crianza, que funcionaba según unos ritmos
que estaban fuera del control de las mujeres” (2010, Pp:139)
La caza de brujas destruyo todo un mundo de prácticas femeninas, relaciones
colectivas y sistemas de conocimientos que habían sido la base del poder de las
mujeres en Europa precapitalista. A partir de esta derrota, surgió un nuevo modelo
de feminidad: la mujer y esposa ideal (pasiva) moralmente mejor que el hombre,
capaz de ejercer una influencia positiva sobre él.
Llegado el siglo XXI, en Argentina, luego de numerosas luchas sociales donde las
mujeres tuvieron un papel fundamental, en el año 2003 y 2004 en los XVIII y XIX
Encuentro Nacional de Mujeres, comienzan a debatir y formular el proyecto de Ley
de Interrupción Voluntaria del Embarazo. En la página oficial del aborto legal,
seguro y gratuito podemos encontrar los siguientes lineamientos:
“Queremos que los derechos sexuales y los derechos reproductivos sean reconocidos
como derechos básicos de todas las personas. Para eso, es necesario garantizar el
acceso universal a los servicios públicos de salud y educación que los sostienen.

Nuestro lema, así como nuestro trabajo de años es integral: “Educación sexual para
decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”. Esto implica
realizar modificaciones en los sistemas de Educación, Salud y Justicia, y también, por
supuesto, profundos cambios culturales.”

Podemos ver como estos movimientos feministas, intentan romper las estructuras
establecidas en siglos anteriores, reclamando el derecho sobre su propio cuerpo,
el cual había sido denegado hace aproximadamente 700 años.

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Recuperando el cuerpo y el derecho a la decisión

Por otra parte, también se exige la figura del Estado laico, donde la iglesia no
interfiera en decisiones de índole privada. A lo largo de este informe hemos visto
como la iglesia ha interferido y reglamentado distintas políticas en base a las
mujeres, llevadas a cabo por el Estado siendo así que en este punto, como en
muchos otros que vamos a tratar, expresamos nuestro acuerdo y lucharemos por
esto.
Antes de referirnos específicamente al proyecto de Ley, nos parece pertinente
mencionar distintas conquistas sociales, en materia de derechos como:
 Ley de Identidad de Género.
 Ley de Matrimonio Igualitario.
 La reformulación del concepto de familia.
 Ley 20480.
 Ley 20348, que reguarda el derecho a la igualdad en la remuneración entre
mujeres y hombres.
Las leyes antes enumeradas son las que dan el contexto, para que hoy en día se
esté debatiendo la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.
En el proyecto de ley presentado podemos encontrar diferentes artículos que
compararemos con la situación de las mujeres en los distintos siglos expuestos
anteriormente.
Como detallamos se busca recuperar el derecho de la mujer sobre su propio
cuerpo, y el derecho a interrumpir un embarazo no deseado. Como así también
embarazos productos de violaciones, en caso de riesgo de vida de la mujer o si
existiese una malformación fetal. La Ley busca que las prácticas profesionales se
efectivicen sin ninguna autorización judicial previa.
Además del aborto legal, seguro y gratuito, el movimiento exige la inmediata la
reglamentación de la atención humanizada del post-aborto, y la atención en los
servicios públicos de salud a mujeres y niñas que deciden abortar en los casos en
que peligra su vida y su salud o ante situaciones de violación, que el artículo 86
del Código Penal Nacional ya exime de pena.
La aplicación efectiva en todo el país de la Ley 25.673 de Salud Sexual y
Procreación Responsable.

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Recuperando el cuerpo y el derecho a la decisión

Cumplimiento del Compromiso para la Disminución de la Mortalidad Materna y el


Protocolo de Asistencia Humanitaria del Post-aborto.

Queremos que los derechos sexuales y los derechos reproductivos sean


reconocidos como derechos básicos de todas las personas. Para eso, es
necesario garantizar el acceso universal a los servicios públicos de salud y
educación que los sostienen.
“Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto
legal para no morir”. Esto implica realizar modificaciones en los sistemas de
Educación, Salud y Justicia, y también, por supuesto, profundos cambios
culturales.

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