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París. La guerra atravesó la vida de Picasso pero apenas su pintura. ¿Cómo vivió el maestro
español los conflictos del siglo XX? Desde un telegrama a Hitler hasta la paloma blanca
que popularizó como símbolo de la paz, una amplia muestra en París aporta respuestas.
En una de las facetas menos exploradas de Picasso (1881-1973), el Museo del Ejército
presenta un centenar de sus obras, pero también su correspondencia y documentos que
compensan su silencio artístico frente a la guerra, con contadas pero célebres excepciones.
Y es que el malagueño que se libró del servicio militar mediante pago y se instaló en
Francia en 1901, pareció entregarse hasta bien avanzada su vida a la exploración estilística,
ajeno a los acontecimientos de su tiempo, como la Primera Guerra Mundial.
Picasso "le expresaba su apoyo en sus cartas, le dibujaba banderas francesas en los
márgenes", explica Forest. A la vez que se adentraba en el cubismo, el pintor tuvo la idea
de aconsejar a Apollinaire que pintara los camiones del ejército con los motivos del
arlequín para despistar al enemigo.
Irónicamente fueron las tropas alemanas quienes adoptaron ese patrón para camuflar su
aviación.
Tampoco el auge del fascismo en Europa "pareció concernirle demasiado", explica Forest,
salvo por un telegrama dirigido a Hitler que firmó en 1935 junto a otros reputados nombres
en Francia en apoyo de dos políticos condenados en Alemania, Albert Kayser y Rudolf
Claus.
Pero entonces Picasso ya era una figura conocida y desde España el bando republicano
buscó convertirlo en estandarte, encargándole una obra para la Exposición Universal de
París.
- "Camarada" Picasso -
Adherente al Partido Comunista desde 1944, con el fin de la Segunda Guerra Mundial
Picasso volvió a la luz convertido en una "figura de la Resistencia", sin haber servido nunca
a la causa.
De la misma forma que había donado dinero y obras a los republicanos españoles, el artista
se movilizó en favor de los resistentes franceses. Pintó retratos de comunistas condenados
en el mundo, y sobre todo popularizó para el Congreso Mundial de Partidarios de la Paz de
1949 en París la paloma blanca como símbolo universal.
De esa época destacan en el Museo del Ejército dos lienzos con alusiones bélicas, "Masacre
en Corea" y "El rapto de las Sabinas".