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– Se trata de una poseedora de la flor del agua – Explican los seres Worman – La bruja
se hace llamar, Gabriel.
– ¡Gabriel! ¿El vampiro Principal con sed de sangre? – Respondió Supremo, alterada.
– Supremo, se acercan tiempos oscuros para la Tierra... – Advierten los seres Worman.
1. Secretos
Escucho el sacudir de unas alas. ¿Es media noche? Abro un ojo y luego el otro. ¡El
agotamiento me domina!
– ¿Quién envía un mensaje a estas horas? – Indago – ¿Por qué no esperar hasta
mañana?
– ¡Hola preciosa! ¿Que envió tu amo? –. Arrullo la cabeza de la bella ave y con la
otra mano, rebusco en su patas.
Rápidamente cobijo mis hombros con una manta que descansa en una silla. Me
aproximo a la luz procedente de la chimenea, rompo la carta y leo:
¡Hola mi princesa!
Príncipe Daniel.
A pesar de la sorpresa no dejo de sonreír por las palabras del príncipe, ¡es
encantador!
Sin embargo. No lo puedo creer ¿Habitantes del reino Altas Montañas nos visitan?
¿Por qué no lo sabía?
Vuelvo a leer la carta. Una lechuza enviada del reino Altas Montañas tardaría doce
horas en llegar aquí. Deduzco que probablemente mis padres debieron de enviar esa
invitación hace dos días o más. ¿Por qué no me notificaron?
Es muy tarde para preguntar a mis padres. Se reducen mis opciones, pero existe una
persona que puede proporcionar respuestas. Busco unas zapatillas y me las coloco,
me envuelvo bien en mi manta, con la carta y una linterna en mis manos salgo de la
habitación.
Revelé mi secreto.
– No entiendo tu enfado Nana – Añado con voz dulce – Nos casaremos en menos de
tres años...
– Eso es... - Hace una pausa pensativa - De igual forma ¿En que estabas pensando?
¿Tienes el consentimiento de sus majestades?
– Muy bien, princesa pinocho por tu bien espero que confieses – Amenaza.
– ¿Así que llevan intercambiando cartas desde hace dos años? – Preguntó perpleja –
¿Por qué no me lo dijiste?
– ¿Secretas? – Interroga con voz picara mientras miro hacia otra parte – ¿Porque me
despiertas a estas horas? – Insiste sin entender.
– ¿Por qué mis padres no me informaron que recibiremos visitas? – Manifiesto mis
preocupaciones con otra pregunta.
– Comprendo... – Manifiesta – Sospechaba que era una sorpresa y además no son los
únicos invitados.
Gracias a las protecciones nunca fue posible ver. Los reyes de dos diferentes reinos, nos
visitaran y me entere por una carta. ¡Odio mi vida!
– Odio que se protejan de mí – Refunfuño – Primero mis padres y ahora todos los
habitantes del reino.
Permanezco en silencio por unos segundos y recuerdo que por largos años he usado
magia. Consiente que debo responder Añado:
– Pero... ¡Yo no uso magia! - Me defiendo - Además arrojaste al rio Churum ese aparato
moderno que recibí del príncipe.
La joven arquea una ceja y es cuando reflexiono que he vuelto a abrir mi gran boca.
– ¿No me habías dicho que lo recibiste por accidente? – Preguntó con una sonrisa
burlona.
– Mi don... – Susurro.
Siento nauseas debido a las mentiras que no puedo ver. Cierro los ojos y respiro. Cada
vez es más difícil sosegar mi poder.
– Déjame terminar – Regaña – El rey Baltazar, tu futuro suegro desde hace años ha
amenazado con destronar al rey Peter, afirmando que las decisiones de tu padre pueden
destruir a los reinos hermanos...
– ¿Qué dices? – Me asombra su confesión, la historia que conozco es diferente.
Esas palabras han captado totalmente mi atención, mis manos están sudando, mi
corazón amenaza con salirse de mi pecho. Tengo la garganta reseca. Humedezco mis
labios con mi lengua y me obligo a responder:
-¿Nana de que estás hablando? - Logro preguntar aunque e arrastrado las palabras.
- Recuerdas que el día de tu nacimiento una neblina oscura obligo al Tepuy a cerrar la
entrada al reino Niebla, la única entrada – Recalca - La caída de agua más alta del
mundo.
El día de mi nacimiento una magia extraña surgió, desconozco el origen de esa magia.
Pero conozco el terror que produjo en los habitantes del reino. Ese día se celebraba la
presentación de los niños de Venezuela, de aquellos niños que heredaron la magia.
Esa extraña magia se exteriorizó como una espesa neblina oscura. Propagando a medida
que avanzaba el caos en la mente y corazones de los presentes. El Tepuy defendió al
reino, expulsando la neblina, sellando la entrada y marcando como habitantes del reino
Niebla a los visitantes.
– ¿Que paso ese día? –. No recuerdo haberme incorporado de la cama, pero ahora
mismo estoy a un lado de ella, sosteniendo su mano.
– ¡Por favor Nana! – Imploro y la miro a los ojos – Mis padres me han ocultado la
verdad y el miedo que envuelve mi nacimiento... El día que alcancé a ver la existencia
de la neblina oscura, ordenaron a todos usar las protecciones que mantendrían a mi don
ciego.
Mi Nana me observa unos instantes, puedo sentir su miedo, puedo sentir el peso de la
verdad que esconde, gruesas lágrimas corren por sus mejillas.
– Promete que no dirás una palabra de lo que tuve a punto de decirte – Niego con la
cabeza – Promete por favor...
– ¡Gracias! Ahora debes irte – Toma mis manos – Nadie debe saber que estuviste aquí.
– Pero...
– Ven... Dame un abrazo – Indicó en señal de despedida a la vez que me entrega la carta
arrugada que he olvidado en la almohada.
Puedo recordar años atrás el día que conseguí ver, la existencia de la neblina oscura.
Puedo sentir en estos instantes el miedo ante la destrucción y lo desconocido.
Mi Nana extiende los brazos para abrazarme, ella usa un camisón que cubre poco más
abajo de las rodillas. Al levantar sus brazos deja al descubierto su cuello y una trencilla
negra que mantiene atadas las malditas protecciones que logran cegar mi don.
Ella me está abrazando fuertemente diciéndome al oído que me quiere, mientras que yo
no la escucho. No estoy pensando, procedo. Mi mano se encuentra muy cerca de su
cuello por encima de su hombro derecho. El tiempo se detiene, puedo sentir el cordón.
Respiro, no me había notado que contenía la respiración. Antes que sus brazos
abandonen mi cuerpo he tomado el cordón y lo he arrancado de su cuello.
Las malditas protecciones caen al suelo y ella grita de horror. Como he odiado con toda
mi alma las semillas del maíz y las semillas del cacao.
Mi Nana se inclina al suelo quiere devolver a su cuello las protecciones. Pero es tarde,
la fuerza de mi don cegado por años golpea con todo su poder.
– Es tarde, ¡la verdad ha llegado a mis ojos! – Sentencio, pero de igual manera ella
devuelve el cordón a su cuello, mientras que yo soy transportada a años atrás por un
poder superior.
¡Mi poder!
Veo a una pequeña niña de cinco años de piel morena, ojos cafés, cabello negro y
rizado, llamada Mauriel. Vuela en un carruaje conducido por pegasos. Vuela junto
a siete niños bajo el cuidado de un brujo guardián responsable de su seguridad.
Veo felicidad en los hermosos ojos de esos niños al cruzar por primera vez la gran
caída de agua que conduce al interior del Tepuy.
Veo a la misma niña Mauriel de pie esperando su turno para ser presentada al
reino Niebla como bruja habitante de los reinos hermanos. Siento el orgullo de
Mauriel, en sus cabellos lleva una orquídea y en su mano una Bromelia, símbolos
representativos del reino Niebla.
Veo a través de los ojos de Mauriel el terror, aun las campanas no han dejado de
anunciar el nacimiento de la princesa, pero algo está ocurriendo sus compañeros
están aterrados.
– ¡Que el gran Tepuy nos proteja! – Suplica alzando las manos al cielo – No
permitas que consuma la vida de todos.
Mauriel no comprende que ocurre pero puede ver el caos. El guardián les ordena a
los niños mantenerse unidos. Los brujos corren de uno lado a otro. La tierra ha
comenzado a temblar, el caos aumenta.
– Bienaventurada sea por siempre vuestra princesa – Hace una pausa mientras ríe
a carcajadas – Bienaventurados sean sus súbditos.
– ¡Me iré! pero antes... tendré la sangre de la princesa – Finalizan los gritos de la
mujer.
La tierra ha vuelto a temblar, puedo escuchar los gritos de los brujos. Fuertes
pisadas se escuchan, los Solfis han sido convocados para proteger el castillo.
– Nunca podrás volver a entrar al Tepuy, ¡yo mismo te matare! – Amenaza el rey.
– ¡Jamás podrás impedirlo! Ella posee poderes que anhelo. Dentro de dieciocho
años vendrá el principio del fin, tu pequeña deberá responder por las tierras de los
reinos hermanos – Hace una pausa la bruja – Créeme que aquí estaré para
impedirlo, ¡estas tierras perecerán en hielo y agua!
– Peter querido... tu princesa será mía y también lo serán los reinos hermanos –
Ríe la bruja.
Rayos negros surcan el cielo azul. La tierra deja de temblar, los Solfis se
desvanecen. Y una marca dorada quema la planta de la mano de Mauriel. ¡La
marca del reino Niebla!
– ¡Deja de ver! – Ordenó mi Nana mientras me sacude por los hombros – No tenías
derecho a hacer lo que hiciste.
– ¿Por qué detuviste la visión? – Interrogo tambaleando y me arrojo al piso. Apoyo la
cabeza en mis rodillas esperando que las náuseas desaparezcan. Logro entrar y puedo
ser echada fácilmente de la mente de los brujos. Las náuseas, ansiedad y cansancio son
un síntoma inevitable por la interrupción de poder.
Ella ha detenido la visión, pero los segundos sin esas protecciones han servido para ver.
Los fragmentos de la memoria de Mauriel me inquietan.
Sin embargo Mauriel no fue testigo de la devastación, fue testigo del caos y del miedo,
pero eso no hace insignificante los fragmentos de su memoria.
– Así es ¡vete! – Ordenó – Mí cabeza colgara en la gran caída de agua por tu culpa.
– Nana yo...
– Nana...
Las lágrimas corren por mis mejillas, mi Nana jamás me había tratado así. ¿Qué he
hecho? Traicione la confianza de mi nana por una cruel verdad. ¡Una cruel verdad que
jamás debí conocer!
Corro a través de los corredores del castillo. Me siento... Engañada y traicionada. ¡Mi
vida es una mentira!
No recuerdo haber parado de correr pero me encuentro sentada en la fría piedra del
suelo. Estoy hecha un desastre, mi cabello enredado. Seco mis lágrimas y nariz en mi
manta.
¿Quién es Gabriel? ¿Qué ocurrió en el interior del castillo? ¿Mi poder será mi ruina?
¡No poseo conocimientos de hechizos!
Hace diecisiete años, mis padres desterraron del reino a los seres mágicos y prohibieron
el uso de la magia. A mi edad como mínimo debería de saber cómo invocar un hada,
encender una fogata, convocar una tormenta, petrificar un enemigo.
Sin embargo mis padres dejaron fuera de mi educación las instrucciones básicas de
magia, hechicería y pociones. Me han mantenido aislada del mundo, mantengo en mi
habitación un computador que necesita seis dígitos de acceso que solo mi profesor
conoce.
Me han convertido en prisionera, en mi reino. ¿Cómo pudieron hacerme esto? ¿Por qué
me ocultaron la verdad? No puedo permitir que mi hogar sea convertido en hielo y agua.
¡No puedo permitirlo!
Levanto la vista y reconozco a los dos Solfis que me escoltan a mi habitación durante la
noche cuando logró escapar.
Mis padres pudieron conservar a los asquerosos Solfis, seres putrefactos de piel
escamosa y viscosa, ojos y legua de lagartos, y cabeza sin forma.
2. Sirenas
Los sueños muestran una realidad diferente. Una realidad desconocida.
Estoy caminando a orillas del rio Churum observando unas tortugas Arrau.
Llevo en mi mano una orquídea, todo está en silencio no se escuchan los pericos
y guacamayos.
Me acerco y observo en medio del rio a una Sirena traslúcida, su cuerpo está
formado por agua.
- ¡Que hermosa eres! – Digo fascinada por su belleza - Lástima que no eres
real.
- Nadie ha visto una Sirena, en mil años – Razono - ¿Cómo puedes ser real?
Sin ninguna dificultad escucho el correr de las aguas del rio Churum.
¡Es imposible! El rio está muy lejos.
No puedo confesar que puedo oír el correr de las aguas desde muy lejos. No puedo
confesar que sueño con sirenas. No se me acercaría ni un Armadillo.
Hace más de una hora que desperté y aun no me he levantado de mi cama. Después de
lo de anoche mi humor no está para celebraciones.
He dormido poco, estoy cansada y tengo mucho sueño. Cierro los ojos buscando
conciliar el sueño que las mentiras robaron. Pero es imposible no dejo de ver las
memorias de mi Nana Mauriel. Las puertas de mi dormitorio están siendo abiertas,
aparento estar dormida.
Abro un ojo y luego el otro fingiendo despertar y me encuentro con la dulce y joven
mirada de mi madre. Ojos azules, piel blanca y suave como la seda, cabellos negros y
largos. En la actualidad mi madre tienes cuarenta y cinco años, pero luce de veintiuno.
Ambas físicamente somos muy parecidas, mientras que mi cuerpo es pura curvas ella es
envidiablemente alta, delgada y perfilada.
- ¡Feliz cumpleaños! – Añade mi padre y eso es todo lo que puedo esperar. Nada de
besos y abrazos. Con el tiempo he aprendido a vivir con su inexistente cariño.
¿Por qué son así?
¿Infortunios?
-¡Has crecido mucho! – Añade el rey Peter – Tenemos muchas sorpresas para ti, el día
de hoy.
Mi padre es un hombre guapo y valiente. Cabello rubio y ojos grises. Al igual que mi
madre luce de veintiún años cuando está cerca de cumplir los cincuenta.
¿Porque no envejecen?
- Una de ellas... – Continuó la reina – Es informarte que sus majestades el rey Baltazar,
el rey Arturo, la reina Felicia y la reina Eleonor con sus respectivos hijos que pronto
tendrás el gusto de conocer llegaran en el transcurso de la mañana.
Aparento sorpresa...
¿En un mes?
Mi mente tarda dos segundos en poder procesar los pros y los contras de este
matrimonio. Si me caso en un mes, eso quiere decir que tendré que ir a vivir al reino
Altas Montañas.
¡Conseguiré mi libertad!
Pero... En unos meses el príncipe será coronado rey, pero yo no seré coronada reina de
ambos reinos, sino hasta tres años después. Lo que quiere decir que no me será posible
regresar a mi hogar hasta dentro de tres años.
La sonrisa de mi padre se borra en cuestión de segundos, su cuerpo esta tenso, tiene las
manos en puños y los nudillos blancos, la vena de su cuello palpita y amenaza con
explotar. Deja escapar un suspiro y dice:
¡Quiero protestar!
- Esta noche anunciare la fecha de tu boda – Prosiguió mi padre más calmado al ver
sumisión en mi mirada – Y en cuanto los invitados se marchen, hablaremos.
Mi padre se marchó a toda prisa enojado de la habitación. Unas lágrimas brotan de mis
ojos.
Me arrojo a los pies de mi madre buscando consuelo. Pero ella me mira en silencio.
Retira su cabello del cuello y deja al descubierto una fina cadena de oro que sostiene
una pequeña llave y lo que acabo siendo, un pequeño grano de maíz.
¡Malditas protecciones!
Libera una llave oro y la deja en la cama junto con un pequeño cofre de oro, adornado
con diamantes y rubíes.
4. El reino Niebla
Y así es la Vida. ¡Quieres a quien no te quiere!
¡Soy fuerte!
Tomó la corona y me dirijo al espejo más cercano. Libero mi cabello negro, es tan largo
que alcanza mis glúteos. Llevo la corona a mi cabeza y pienso: - Princesa a los
dieciocho y reina para toda la vida.
- ¡Buenos días! – Soy interrumpida por mi Nana – Majestad traigo su desayunó – Añade
mi Nana y entra a la habitación.
Ella no ha dicho ni una palabra desde que se anunció. La bandeja que trajo reposa en
una pequeña mesa.
Con prontitud y eficacia, sacude y ordena mi cama. Una vez terminada mi cama se
dirige al otro lado de la habitación a preparar mi baño. Alcanzó de un baúl, toallas
limpias, jabón, champo y esencias. Luego se dirigió al guardarropas y dejó a la vista un
vestido y unas botas.
La observo dar un par de vueltas por la habitación, para cerciorarse que todo está en su
lugar. Una vez que comprueba sus tareas se dispone a abandonar la habitación.
No puedo dejar que mi Nana se vaya molesta, no sin antes pedir disculpas. ¡Me merezco
su indiferencia! Devuelvo la corona al cofre.
- Nana espera... – Ella suelta el cerrojo de la puerta pero no se da la vuelta – De verdad
lo lamento... – Logro decir, al menos tengo que intentarlo.
¡Estoy atónica!
El reloj de pared señala las 8:45am. Mi habitación se encuentra en el tercer nivel del
castillo y puedo oír el bullicio de los preparativos de la celebración.
Hace cinco minutos oí las campanas por segunda vez esta mañana, eso quiere decir que
la caída de agua ha abierto sus puertas dos veces.
Me miro en el espejo por sexta vez. Llevo un vestido floral de decoración ahuecar estilo
bohemia, con magas completas hasta la rodilla, es de cintura empire y escote cuello-O.
Llevo botines de seda en color negro. Es la ocasión perfecta para vestir a la moda.
Suplique a una criada ayuda para peinar mi cabello, no fui capaz de suplicar a mi Nana.
El trabajo es exquisito, mi cabello está perfectamente peinado en rizos que me cubren la
espalda, recogido al frente en una hermosa y complicada trenza.
Anhelo un poco de maquillaje, las chicas de hoy en día son muy liberales. Lo he visto
en las brujas de mi edad que habitan el reino.
Pronto investigo que las escaleras están adornadas con preciosas orquídeas de varios
colores.
Al llegar al salón principal no puedo creer los cambios. Las mesas para el banquete
están adornadas con hermosos ramos florales. Los candelabros, sillas y mesas fueron
pulidos, otros sustituidos.
Jamás pensé que mis padres planearían semejante celebración para mi cumpleaños.
Por unos instantes permanezco rígida de admiración en las escaleras, hasta que escucho
la voz de mi madre que irrumpe mi ensoñación.
-¿Te gusta cómo está quedando todo Rosa? – Pregunta mi madre sin dejar de dar
órdenes – Aún faltan muchas cosas pero aún tenemos tiempo.
Mi madre dejó a un lado los tradicionales vestidos y está usando para la ocasión un
vestido largo casual, floral, de manga regular, cintura natural, en colores verde,
turquesa, rojo y negro.
El castillo fue construido en el año 1.200 D.C. y las últimas torres fueron construidas a
finales de los años 1.609 D.C. Solamente hay electricidad en el reino desde las 5: pm
hasta las 12: pm. La magia y los seres mágicos fueron desterrados hace diecisiete años.
Llevamos vida humana en el reino pero sin los lujos y comodines de los humanos.
Niebla es un reino tradicional que no ha evolucionado en tecnologías. La magia
solamente está permitida para la salud y para cuidado de los cultivos.
Es un día precioso para estar en los jardines, existe una flora muy heterogénea.
Permanezco de pie observando las maravillas del reino Niebla.
El castillo carece de murallas, el Tepuy nos ofrece protección, carece de almenas fue
construido en medio de bosques y selvas camuflado por el expendedor del Tepuy más
grande de las históricas formaciones rocosas del estado bolívar.
Para los habitantes, el reino se encuentra ubicado sobre una formación rocosa, la caída
de agua es la única entrada y salida, el agua del Salto Ángel viene en caída libre del rio
Churum que atraviesa el reino. Y para el resto del mundo no existe castillo, existe la
maravilla llamada Salto Ángel.
Entiendo que es confuso pero no deja de ser maravilloso, podemos observar al mundo
pero el mundo no conoce nuestra existencia.
5. El príncipe Daniel
Niebla es un sitio maravilloso para vivir.
Camino por el sendero más cercano al establo y mis pies tropiezan con una Boa
esmeralda acechando a su presa, un Sapito minero. Chillo del sobresalto y continúo mi
camino.
¿Qué le pasara?
- ¡Ven aquí pequeño! – Insiste el chico, se libra de una chaqueta negra de poliéster y se
la entrega a la chica.
El chico se inclina e insiste en coger a Stuart quien se resiste, pero después de un par de
halagos reparte lengüetazos al desconocido.
- Daniel... me ataco sin motivo alguno – Respondió la chica con voz chillona.
¿Stuart la ataco?
Es un poco más baja que yo, de piel blanca, ojos azules, cabello largo de color rojo.
Al mirarla a los ojos deduzco que se trata de la princesa Wendy Montañas, princesa del
reino Altas Montañas. Además al mirarla me he enterado de un par de cosas más, no
lleva protecciones.
- ¡Mientes! Stuart no te ha atacado, tú lo has golpeado – Vocifero más fuerte que ella.
- ¿Te refieres al perro? – Preguntó la princesa Wendy aburrida a la vez que mira sus
uñas.
- ¿Puedes callarte? - Interrumpe la princesa Wendy mientras mira sus uñas – ¡Eres una
mentirosa!
¿Qué dice?
Sacudo la cabeza.
Deduzco que no he visto con mis ojos lo que ocurrió, la visión me mostro la verdad.
- Pero lo he visto...
- ¡Como sea! – Añade la princesa Wendy a la vez que extiende la mano para hacerme
callar, le arroja la chaqueta al chico que hasta ahora ha permanecido en un segundo
plano y agrega: – Me aburres niña, ¡me voy! tu perro acaba de ensuciar mi vestido.
Observo a la princesa Wendy. Luce un impecable mini vestido por encima de la rodilla,
de manta, casual, decorado con botones, cintura natural, mangas completas, en color
gris y fucsia. Sus sandalias están impecables además hermosas, son negras de correa y
cierre de tobillo.
Olvide por completo al guapo chico. Giro, miro su rostro y me pierdo en unos hermosos
ojos azules. Pero eso no es todo, este guapo chico es, el príncipe Daniel Montañas.
¡Mi prometido!
Lo observo en silencio por unos segundos más, aún no ha bajado a Stuart de sus brazos.
- ¡Feliz cumpleaños princesa! – Añade el príncipe Daniel y baja al perro sin dejar de
sonreír.
Lleva una camiseta casual de algodón, de parches en azul y gris. Usa gyms azul claro y
zapatos deportivos negros. Pero eso no es lo que atrae mi atención, en su ropa hay
manchas de patas de perro.
¿Cuál es su problema?
Continuamos en silencio el tiempo que tarda en chasquear sus dedos un par de veces y
hacer desaparecer por medio de magia las manchas de barro.
Dejo de respirar.
Sus dedos acarician mi mejilla y se detienen a juguetear con unos de mis rizos, chasquea
los dedos y de su mano brota una rosa roja.
Observo al príncipe unos instantes, doy media vuelta y me encamino al establo. Pero me
detengo.
- Daniel...
¿Lo he dicho?
Antes que pueda arrepentirme me marcho mientras escucho como el príncipe ríe a
carcajadas.
¡Y fracase!
Cierro los ojos, mantengo la mente en blanco para canalizar mi energía. Al sentirme
preparada pronuncio en la lengua de los brujos:
¡Quiero huir!
Diez minutos después observo al príncipe Daniel aproximarse, trae una mochila.
Camina con pasos fuertes y seguros. Se detiene pensativo y observa a su alrededor.
Lleva una de sus manos a su cabeza, observa su entorno más despacio y me localiza.
El príncipe camina sonriente hasta donde estoy. Estoy sentada en el césped y el sin
dudar se sienta a mi lado.
- ¿Vas a decirme que le ocurrió al otro celular? – Preguntó el príncipe después de unos
segundos en silencio, mientras se frota las manos.
- Daniel... - Hago una pausa ordenando mis ideas – Recuerdo haber escrito las noticias
en una carta.
- ¡Así es! – Afirmó el príncipe Daniel - ¡Por las auroras! Esa historia de caimanes
hambrientos fue fascínate – Añadió riendo a carcajadas - ¡Vamos! ¿Dime que le ocurrió
al celular?
- ¡Lo prometo por Montañas! – Daniel hace el juramento y antes de soltar mi mano la
besa.
¡Qué lindo!
- El celular no fue comido por caimanes – Reconozco y desvió la mirada a mis rizos –
Una noche mi Nana lo descubrió...
Lo observo y reúno toda la valentía que poseo para contar la peor parte.
- Si... Lo lamento – Confirmó apenada era un celular bellísimo, tarde semanas para
asimilar su funcionamiento.
- ¡Es una lástima!... Era el modelo más reciente – Añade el príncipe sin perder la
sonrisa.
- ¡No quiero imaginar esa posibilidad! – Añado aliviada sin querer imaginar semejante
atrocidad.
- Por cierto, ¡es muy hermoso el reino! – Añade el príncipe a la vez que saca un mantel
de la mochila y lo extiende – Tus palabras describieron a la perfección tu hogar.
Comprendo muy bien a lo que se refiere, en Niebla acostumbran a cocinarla cuatro días
al mes.
- Daniel...
- ¿Cómo es el reino Altas Montañas? – En Venezuela existen tres reinos ocultos uno de
ellos es Niebla y los otros dos desconozco su ubicación.
- Primero respóndeme una cosa... - Añade el príncipe titubea unos segundos y dice: -
¿Cómo funciona tu don? -
-¿Qué quieres decir? – Preguntó el príncipe y aun nos vemos a los ojos cada vez más
cerca. Le permito a mi don surgir y sin dificultad puedo ver con exactitud lo que piensa
Daniel.
- ¡Si! Los rumores son ciertos, puedo sentir las mentiras no importa cuando y donde
hayas mentido ¡lo sabré! – Desvió la mirada a mis manos – Mi don es una maldición...
- ¿Pero qué dices? – Interrumpe confundido me sujeta el rostro con sus manos -
¡Mírame! – Ordena - ¡Tu don es maravilloso!
- ¡No lo es! – Desvió la mirada no quiero sentir sus emociones – Los brujos del reino
me temen – Chillo desesperada – Los miedos, recuerdos olvidados, mentiras, secretos,
dudas y desesperación... ¡Todo! Nada escapa de mi poder. Las semillas del maíz y del
cacao logran cegar mi don, y aun así puedo sentir las emociones... – Lo miro de nuevo a
los ojos - ¿Quién quiere revelar sus secretos? Los brujos del reino ellos...
¿Qué ha dicho?
¿Qué pasa?
- ¡No es nada! ¬– Respondió disimulando – Quiero que veas Altas Montañas, quiero
que uses tu don para conocer tu futuro hogar.
¿Quiere qué?
¡Voluntariamente!
- ¡Si Rosalinda! – Confirmó – Para que contarte algo que puedes ver.
- ¡Esta bien! – Sonrío como niña pequeña. Doblo las rodillas en una posición cómoda –
Daniel piensa en tu reino me será más fácil localizar los recuerdos relacionados y... – Lo
señaló con el dedo – La visión puede desconectarme del mundo por unos minutos...
Cierro los ojos y respiro profundo. Después de unos segundos abro los ojos y conecto la
mirada con el príncipe. El me observa asustado y curioso. Mis poderes surgen con
agilidad y después de dos segundos estoy en la mente del príncipe, observando y
seleccionando recuerdos. Y fácilmente entre muchos recuerdos localizo lo que me
interesa.
Veo una hermosa ciudad rodeada por montañas, con un centro colonial de gran
belleza. Veo a brujos amantes de la fiesta y de trato cordial, amable y hospitalario.
Veo por primera vez el estado de Mérida.
Veo hermosas plazas, como, la Plaza Bolívar, que cuenta con el busto más antiguo
del Libertador en el país y la Plaza Beethoven, en honor al gran compositor
alemán.
Veo que los brujos se mezclan con los humanos y llevan vidas como tales. Los
brujos son magníficos artesanos, agricultores, preparan deliciosos dulces, helados
y comidas.
Veo en el Pico Bolívar a los 3.000 msnm. Un castillo medieval, el hogar de Daniel.
¡Es hermoso!
- ¡Me das miedo! – La cara del príncipe es todo un poema – ¿Siempre eres así? –
Preguntó el príncipe refiriéndose a mi mirada perdida mientras uso mi don.
- ¡Si! – Ratifico.
- ¡No!... Pude ver el parque Sierra Nevada – Suspiro fascinada – ¡Observe el castillo
localizado en el Pico Bolívar!
- Eso es Asado negro, puré de papa y ensalada del campo – Explicó encantado.
- ¿Dónde escuchaste el nombre de esa bruja? – Preguntó alterado a la vez que mira
alrededor.
Ahora comprendo el porqué de los recuerdos borrosos. ¿Cómo puede ser por mi
seguridad?
- ¡No pueden hacerme esto! – Me altero – ¿Ella vendrá por mí? – Interrogo frustrada.
- Auroras... - Susurra.
- ¿Lo prometes? – ¡Una persona se preocupa por mí! lo veo en sus ojos.
- Si mi princesa... ¡lo prometo! – Promete con una de sus sonrisas, esas que me han
arrancado suspiros el resto de la tarde – Dime una cosa ¿Qué sabes del cumplimiento de
la maldición?
- No mucho... – Añado.
- Esta noche se anunciara nuestro compromiso ¿Lo sabes? – Me desvió del tema al
saber que no obtendré respuestas.
- Te han ocultado muchas cosas mi princesa – Dice mirando alrededor – Las auroras nos
vigilan puedo sentirlas... ¡regresemos al castillo!
- El día de mañana prometo aclarar tus dudas – Añade en mi oído - ¿Podrás ser
paciente?
- Prometo intentar...