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Recibido: 18/02/10
Universidad Pontificia Bolivariana –Seccional Palmira (Colombia) Aceptado: 28/03/10
Resumen
El presente texto gira entorno a la influencia del apego como característica etológica, en
aspectos del desarrollo infantil y su incidencia en el surgimiento de la resiliencia como fenómeno
psicosocial. Para ello, se hace inicialmente una revisión histórica de la concepción de neonato, sujeto
y desarrollo desde la psicología, el psicoanálisis, la etología y la filosofía antropológica. Después se
discuten evidencias psicobiológicas de la importancia que tiene el vínculo afectivo en el desarrollo
infantil a través de los aportes de la psicología del desarrollo y de la neuropsicología infantil, para
finalmente ilustrar la manera como dicho apego al potencializar el desarrollo humano, facilita la
incorporación psíquica de tutores de resiliencia en los niños aún en momentos de adversidad.
Palabras claves
Apego, desarrollo infantil y resiliencia
Informes Psicológicos
Vol. 12 No. 1 • Enero-Junio • 2012
ISSN: 2145-3535 25
Diego Alejandro Calle
Abstract
This paper turns around the attachment and its relation with development and child resilience.
It begins with a historical searching about baby means before borning in the classic psychology.
Then we take psychobiology elements which show clearly the relation between attachment and
child development through the neuropsychology and the human etology. In fact, the article puts an
end its topic finding the arrow around the concepts of resilience and attachment.
Key Words
Attachment, child development and resilience.
Resumo
O presente texto estuda a influência do apego como característica etológica, em aspectos
do desenvolvimento infantil e sua incidência no surgimento da resiliência como fenómeno
psicosocial. Para isso, se faz inicialmente uma revisão histórica da concepção de neonato,
sujeito e desenvolvimento desde a psicologia, o psicanálise, a etologia e a filosofia antropológica.
Depois discutem-se as evidências psicobiológicas sobre a importância que tem o vínculo afetivo
no desenvolvimento infantil através das contribuições da psicologia do desenvolvimento e da
neuropsicología infantil, para finalmente ilustrar a maneira como dito apego, ao potencializar o
desenvolvimento humano, facilita a incorporação psíquica de tutores de resiliência nos meninos
ainda em momentos de adversidade.
Palavras chave:
Apego, desenvolvimento infantil e resiliência
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Apego, desarrollo y resiliencia
I
humana, apoyada por los experimentos
ntroducción de escucha intrauterina, nos ha permiti-
do identificar y reconocer el mundo del
desarrollo fetal y su vinculación afectiva
Para los investigadores del desa- con el mundo externo. A tal punto, que
rrollo durante buena parte del siglo alrededor de la vigesimoquinta semana
XX, fueron de poco valor e interés las de gestación podemos percibir clara-
exploraciones sobre la ontogenia hu- mente cómo el nuevo ser humano res-
mana y su relación con la evolución ponde a los olores, las palabras, can-
de la conducta en el niño. Un ejemplo ciones y caricias de sus progenitores
claro lo encontramos con el psicoa- que resulta difícil reducir su respuesta a
nalista Rene Spitz, quien se refería al lo estrictamente biológico en el sentido
tema en los siguientes términos: clásico del término, producto del apego
construido (Cyrulnik, B. 2005. p. 34).
“Deseo afirmar categóricamente
que discrepo de las especulaciones Una prueba de lo anterior, la pode-
de ciertos autores que pretenden que mos encontrar al observar los cambios
el infante da muestras de desagrado en la percepción química producidos
ya in útero. No hay medio de saber durante los primeros meses de emba-
lo que expresa la conducta del feto. razo en la mujer. Es decir, los nuevos
Encuentro igualmente inaceptables olores apetecidos por ella, los antojos y
las especulaciones sobre la percep- por supuesto el aumento de su sensibi-
ción sensorial del niño durante el par- lidad a situaciones emocionales. Todas
to o sobre la actividad psíquica en el estas modificaciones son probable-
recién nacido durante las primeras mente consecuencia de la transforma-
semanas y meses que siguen al na- ción del funcionamiento del hipotálamo
cimiento”. (Spitz, R. El primer año de producto de la naciente vinculación
vida del niño.1969, p. 40. Fondo de afectiva originada a su vez por la cone-
cultura económica. México). xión química entre la madre y el nuevo
ser después de la implantación del feto
Probablemente, esta falta de in- en el útero.
terés por la ontogénesis humana se
deba a la histórica discusión filosófica De esta manera, queda claro que
entre lo innato y lo adquirido, que al el bebé esta etológicamente completo
igual que la dicotomía cuerpo–men- antes de nacer, ya que, durante los últi-
te y la distinción entre el carácter ob- mos meses de gestación se encuentra
jetivo y subjetivo de los fenómenos dotado de una organización neuropsi-
conductuales han determinado el de- cológica que le permite desarrollar una
sarrollo histórico de las ciencias del amplia y variada gama de aprendizajes
comportamiento y por su puesto de luego del nacimiento. Por lo tanto, es
la filosofía antropológica. valido contemplar que al igual que en
otras especies sociales, en la nuestra
No obstante, el desarrollo de la existe un equipamiento biológico que
etología y en especial de la etología permite el desarrollo de la aculturación
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desde los primeros estadios del desarro- le permiten al recién nacido no solo ser
llo incluyendo el intrauterino. improntados, sino además sobrevivir,
ya que, logra reconocer los estímulos
peligrosos o alimenticios a través de la
La construcción relación entre signo y estimulo (Bowlby,
1979. p. 49)1.
etológica del sujeto
Spitz (1965, p. 92), realizó experimen-
Muchos dicen que el día del nacimien- tos sobre la gestalt visual con bebés
to es el inicio de la vida, otros dicen que entre el primer y tercer mes de edad,
es el comienzo de la muerte, pero lue- utilizando máscaras y estímulos que
go de los planteamientos desarrollados cumplieran con el criterio de gestalt sig-
en los apartados anteriores, podemos no2, encontrando una respuesta positi-
concluir que el doloroso y complicado va por parte del infante manifestada a
proceso de parto en nuestras mujeres través de su sonrisa. A este fenómeno
no sólo es consecuencia del “retardo el autor lo llamo el primer “organizador
biológico“ causado por la neotenia, tal del Yo”, considerando a este período de
y como lo propuso Bolk, sino una “mu- desarrollo como el de pre-objeto o tran-
danza ecológica” (Cyrulnik, 2005, p. 47), sición, entre la etapa del no objeto y la
dado que, simplemente el desarrollo del construcción del Yo por medio de la fi-
vínculo afectivo construido a través de la gura maternal. Es decir que, para este
ontogenia pasa a tener un nuevo esce- psicoanalista el apego entre madre e hijo
nario en el que no sólo deberá fortale- es adquirido luego del nacimiento y no
cerse, sino además enfrentarse a otros antes.
mundos y subjetividades a partir de las
cuales el niño edificará su estructura psí- No obstante, tal y como lo reseñaba
quica y construirá su propia subjetividad. en los primeros párrafos, el vínculo afec-
tivo o apego, se empieza a construir mu-
En el momento mismo del nacimien- cho antes durante la propia gestación.
to, la impregnación se fortalece a través La prueba de ello, que refuta los concep-
de una nueva forma de expresión emo- tos de Spitz, es el reconocimiento del
cional, debido a que la vinculación quí- olor y voz de la madre por parte del niño,
mica instaurada durante la ontogénesis así como su capacidad de mantener el
ahora es acompañada de las otras mo- contacto visual con la madre durante el
dalidades sensoriales y de la diferencia- proceso de lactancia.
ción que el niño hace entre el olor, voz
y caricias de su madre, con respecto a 1 El autor comenta el caso de petición de alimen-
to por parte del polluelo de gaviota, provocado
las de otras personas tal y como sucede por la percepción de una mancha roja similar a
con los primates de Harlow (1969). la existente en el pico de una gaviota adulta y la
respuesta de agresión del petirrojo, provocada
por la percepción, en su territorio de un grupo
En otras especies, la impronta esta- de plumas rojas similares a las del pecho en un
blecida entre madre y cría al momento macho rival.
de nacer se ve fortalecida por la percep- 2 El autor denomina “gestalt signo” a las figuras
compuestas por una frente, dos ojos y una nariz
ción de gestalt visuales o auditivas que en medio.
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Más allá de las diferencias, entre las ser comenzar a organizar su mundo
conclusiones y explicaciones dadas por psíquico.
los autores discutidos a la respuesta
sonriente del bebé, queda claro que di- Para la etología de la comunicación
cha característica etológica, al igual que humana propuesta por Cyrulnik (1995)
el apego a su figura materna y la tenden- en su ensayo titulado Del gesto a la pa-
cia a partir para explorar el mundo luego labra, el lenguaje también cumple una
de los seis meses (Bowlby, 1979. p. 56), función organizadora en el desarrollo in-
constituyen la base del desarrollo infantil fantil. No obstante, esta función no sólo
en los seres humanos. se reduce al psiquismo desde el aspecto
psicodinámico, sino también como un
Un ejemplo claro de la participación transformador de la estructura biológica,
del vínculo afectivo en el desarrollo neu- en especial de la neuropsicológica, de la
rológico a parte de la gestalt visual, de conducta social, del aprendizaje y desde
la sonrisa social y de la mielinización, lo luego participa en la construcción de la
constituye el surgimiento del lenguaje a subjetividad individual, la cual a su vez
partir de los sonidos que el niño recono- modifica su entorno cultural.
ce de la madre desde la gestación.
Ahora se dejará de lado la respuesta
La aparición del lenguaje y su función sonriente del bebé como primer aspec-
organizadora del psiquismo humano es to etológico del desarrollo humano pro-
reconocida por estudiosos del desarro- puesto por Bowlby, para dedicarnos a
llo como Vigotsky y Spitz, para citar sólo discutir un poco el fenómeno de la evo-
dos de los clásicos. Este último, a pesar lución del apego hacia la figura maternal,
de no contemplar a la ontogénesis y al su separación y la pérdida.
nacimiento como un continuo etológi-
co, sino como un proceso de construc-
ción objetal, se refiere a la evolución del
lenguaje:
Apego y conducta
“Como fenómeno psicológico, la ad- Durante las últimas décadas se han
quisición de la palabra nos proporciona ido acumulando gran cantidad de da-
también información ulterior acerca del tos, indicios e investigaciones que indi-
tránsito del infante, desde el estado de can una relación causal entre la pérdida
pasividad hasta una actividad en la que de cuidados maternales en los primeros
la descarga como tal, se convierte en años de la vida y el desarrollo de pato-
una fuente de satisfacción”. (Spitz, R. El logías conductuales, orgánicas y pro-
primer año de vida del niño.1969, p. 51. blemas de aprendizaje tanto en la niñez
Fondo de cultura económica. México). como en la adolescencia e inclusive la
vida adulta.
Iniciándose así, un diálogo continuo
entre el pequeño y su objeto primario de Poco después de los cinco meses
apego. Este hecho le permitirá al nuevo de vida, el bebé muestra su preferen-
cia al objeto materno encargado de la
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lactancia, ya que al diferenciarlo de otras por sus padres, estos pueden fallecer, o
personas, el niño evidencia una alta modificar su relación con el niño dismi-
tendencia a necesitar de su compañía nuyendo la calidad del vínculo. En térmi-
(Bowlby, 1979. p. 67). Esta afirmación nos generales las pérdidas pueden ser
corrobora lo expuesto en los anteriores prolongadas, breves, únicas y repetidas.
párrafos en donde hablamos del esta-
blecimiento del vínculo afectivo antes, Bowlby, (1979; 70) divide en tres
durante y después del nacimiento. Este fases el proceso de duelo del infante
mecanismo etológico perdura hasta después de la separación y luego de un
aproximadamente el primer año de vida. apego seguro: inicialmente solicita fu-
Entre los seis y los doce meses ocurre rioso y llorando el regreso de la madre,
un proceso de “desprendimiento” pau- esperando su regreso, a esta fase la de-
latino en el que el infante traslada sus nomino el autor “fase de protesta”. Esta
cargas afectivas sobre otros objetos que puede persistir desde unas horas hasta
sustituyen por momentos a la madre. Di- varios días. Luego de la protesta el bebé
chos objetos han sido improntados por logra tranquilizarse, pero mantiene su
el olor de la madre, asociados a sus pa- preocupación por la ausencia de la fi-
labras, gestos y caricias en lo que Cyrul- gura maternal y por supuesto deseando
nik (1995) denomina función “oso de su regreso. No obstante, el no cumpli-
peluche”. Este fenómeno ya había sido miento de dicho deseo lo lleva a entrar
descrito por otros autores del desarrollo en la fase de “desesperación”. Ejemplo
como Spitz y Winnicott, sólo que a partir de esta lo encontramos cuando los chi-
una perspectiva psicoanalítica. cos dicen que sus padres ausentes por
abandono o fallecimiento van a volver
Desde el primer año de vida, otras pronto luego de realizar alguna labor. Fi-
personas pueden adquirir importancia nalmente, se percibe en el niño un cam-
para el bebé. Es decir que luego del de- bio importante. Este parece no recordar
sarrollo de la función “oso de peluche”, a su progenitora o figura de apego, al
el padre, los abuelos, tíos o cuidadores, punto que cuando ella lo vuelve a buscar
comienzan a poseer valor afectivo para se muestra desinteresado en su compa-
el infante. Sin embargo, continua siendo ñía, inclusive en algunos casos reporta
marcada la preferencia por la figura de no conocerla. Esta es la fase de “desa-
apego generalmente la madre (Bowlby, pego”, que sin duda indica un periodo
1969; 68). de resolución del duelo ante la pérdida
y de paso una estrategia etológica de
La mayoría de los niños padecen po- adaptación que le permitirá reconstruir
cas rupturas del apego durante sus pri- el vínculo de manera sana o establecer
meros años de vida, ya que viven con su nuevos apegos y tejidos afectivos que
figura materna y los momentos durante repercutirán en su conducta social. Es-
los cuales ella esta ausente, son cuida- tas tres etapas poseen una raíz filogené-
dos y atendidos por otra figura familiar. tica en otras especies. Pollock y Bowlby
Otros por su parte, experimentan pérdi- (1961), revisaron el proceso de perdida
das afectivas de las personas de apego en chimpancés, hallando que un ma-
por diversas razones: Ser abandonados cho de esta especie realizaba esfuerzos
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