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MANUALES DOCENTES DE
Seguridad y
Emergencias Nº 36
Medios de
Comunicación social
en la Seguridad y las
Emergencias
2009
COLECCIÓN: Manuales Docentes de Seguridad y Emergencias
Nº 36 - MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL EN LA SEGURIDAD Y LAS EMERGENCIAS
© del texto:
Lucía Cilleros Pino
© de la edición:
Vicerrectorado de Ordenación Académica
y Espacio Europeo de Educación Superior
UNIVERSIDAD DE LAS PALMAS DE GRAN C ANARIA
Maquetación y diseño:
SERVICIO DE PUBLICACIONES Y DIFUSIÓN CIENTÍFICA DE LA UNIVERSIDAD DE LAS PALMAS DE GRAN C ANARIA
ISBN: 978-84-92777-34-1
Depósito Legal:
GC 740-2009
Impresión:
SERVICIO DE REPROGRAFÍA, ENCUADERNACIÓN Y AUTOEDICIÓN DE LA ULPGC
Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del «Copyright», bajo las sanciones
establecidas por las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento,
comprendidos la reprografía y el tratamiento informático.
Índice
PRESENTACIÓN ........................................................................................................................................9
Hace mil años se fundaron las primeras universidades en Europa y algunas de ellas aún perdu-
ran, demostrando su capacidad de pervivencia y adaptación a lo largo del tiempo. La Uni-
versidad de Las Palmas de Gran Canaria, sin embargo, no es una institución de enseñanza superior
que hunda sus raíces en el Medievo. Desde su creación en 1989, la ULPGC se ha convertido en
una universidad pública consolidada, en cuyas aulas se pueden estudiar todas las grandes áreas
del saber, como muestra la amplia oferta académica de títulos de grado, posgrado y doctorado.
La relativa juventud de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria le ha permitido avanzar
con paso decidido en la implantación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación
(TIC). Mientras otras universidades españolas con mayor tradición aún no han hecho más que
tímidos avances en la incoporación de las TIC como apoyo a la enseñanza presencial, nuestra
Universidad, desde hace ya varios años, no sólo ha apostado por su utilización, sino que, incluso,
ha sabido aprovechar estos progresos tecnológicos para ofertar algunas enseñanzas en modo
no presencial.
El resultado es ya bien conocido por los cientos de estudiantes, tanto nacionales como
extranjeros, que están cursando algunas de las titulaciones oficiales que la Universidad de Las
Palmas de Gran Canaria ofrece a través de su Estructura de Teleformación. En la actualidad, la
ULPGC oferta cinco titulaciones oficiales en la modalidad no presencial, que han permitido
acercar a nuestra Universidad a aquellos estudiantes que, por razones geográficas o por falta dis-
ponibilidad horaria, no pueden acceder de forma presencial a nuestras aulas. Paralelamente, se ha
ido incrementado la oferta de estudios de posgrado y los títulos propios, también en la modalidad
de enseñanza no presencial.
A pesar de los avances tecnológicos en el acceso a la información por parte de los estudiantes,
somos conscientes de que los manuales y las guías docentes constituyen una pieza clave en el
sistema de enseñanza universitaria no presencial. Nuestra Universidad ha sabido apostar por la
edición de estos materiales didácticos, realizados por los expertos universitarios que imparten estas
materias en el Campus Virtual de la ULPGC. No quiero dejar pasar la oportunidad para agrade-
cer a sus autores la profesionalidad y el empeño que han puesto en la realización de estas obras.
Nadie puede asegurar cuántas de las universidades actuales pervivirán, no ya dentro de mil
años, sino siquiera dentro de unas decenas de años. Pero no me cabe la menor duda de que, en
el inmediato futuro que nos aguarda, aquellas instituciones universitarias que no sepan rentabi-
lizar la utilización de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, pueden comprome-
ter seriamente su desarrollo inmediato. En este sentido, desde la Universidad de Las Palmas de
Gran Canaria, podemos sentirnos satisfechos por el trabajo realizado hasta la fecha, aunque
somos conscientes de que el camino por recorrer en los próximos años es prometedor.
PRESENTACIÓN DE LA ASIGNATURA
CONTENIDOS
Wolton nos introducirá en la comunicación con una visión lúcida y clarificadora para poste-
riormente adentrarnos en la historia de los medios de comunicación. A través de la historia de
los medios de comunicación y la evolución de las principales Teorías de la Comunicación se irá
desglosando la evolución de los medios. La historia y la investigación en comunicación no pue-
den separarse ya que el desarrollo de la investigación está íntimamente ligado al devenir de las
diferentes sociedades. El estudio del módulo nos permitirá, más adelante, (módulo IV) analizar y
comprender diferentes actos comunicacionales que han comprometido la seguridad de los
Estados, de los pueblos o de los ciudadanos.
Este módulo, a través del estudio de dos casos, permite ver, por un lado, la influencia de los
medios de comunicación social en el acontecer histórico llegando a generar conflictos y situa-
ciones de emergencia. Por otro lado, el caso del Atentado de Hipercor permite valorar la nece-
sidad de la comunicación correcta interinstitucional, interna y con otros actores.
Es un módulo en el que se aplican los conocimientos obtenidos en los anteriores capítulos
y que permite la reflexión crítica del alumno.
ESTRATEGIAS DIDÁCTICAS
MATERIAL DIDÁCTICO
Los materiales básicos para preparar la asignatura los constituyen la publicación en soporte en
papel y en línea de la asignatura Medios de comunicación social en la seguridad y las emergencias.
A medida que se desarrolle el curso se irán incluyendo otros materiales en distintos soportes.
BIBLIOGRAFÍA
Moragas, M. (1981). Teorías de la Comunicación. Investigaciones sobre medios en America y Europa. Barcelona:
Gustavo Gili.
Timoteo Álvarez, J. (1989). Historia de los medios de comunicación en España. Periodismo, imagen y publi-
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Marín Calahorro, F. (2005). Gestión técnica de la comunicación en situaciones especiales. Crisis, emergencias
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Ángel Acejas, J. y Serrano Oceja, F. J. (2002). Ética de la información y la comunicación. Barcelona: Ariel.
Azurmendi, A. (2001). Derecho de la información. Guía jurídica para profesionales de la comunicación. Pam-
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Noam C. (2003). Poder y Terror. Reflexiones posteriores al 11/09/2001. Barcelona: RBA.
Batista Viladrich, A. (1997). Terror i negligència. Hipercor y la construcción periodística d’ETA. Barcelona:
Edicions La Magrana.
EVALUACIÓN
Seguridad y
Emergencias
Módulo 1
¿Qué es comunicación? Historia y modelos
de comunicación
PRESENTACIÓN
OBJETIVOS
PERIODO DE ENTREGUERRAS
La investigación en la posguerra
La consolidación sociológica
CUESTIONANDO EL MODELO
volumen de información no ha dado lugar a una mejor comunicación. Y ¿por qué? Wolton res-
ponde a esta pregunta afirmando que “Un mayor número de información, transmitida de manera muy
eficaz y rápida, a través de un gran número de sistemas técnicos no asegura, por ende, una mejor comunicación.
(...) Lo esencial no es la transmisión, es compartir un mínimo de valores para aceptar debatir y compartir aque-
llo que es recibido” (WOLTON, 2004:176). Es decir que la información como unidad cognitiva y
simbólica (signos y símbolos y comprensión de éstos) no es comunicación. Para que exista
comunicación es necesario tener en cuenta al otro, compartir valores o bien aceptar debatir
estos valores de manera tolerante.
Los cambios sociales, en los que actualmente estamos inmersos, han sucedido en un tiempo
histórico muy corto, 50 años. Los avances tecnológicos han reducido considerablemente las dis-
tancias geográficas y las distancias culturales pero ello no ha sido sinónimo de acercamiento.
Las diferentes injusticias políticas y sociales mundiales han llevado a la lucha de clases a escala
mundial y al enfrentamiento cultural. La cohabitación cultural es ahora, quizá, una utopía. Conocer
el mundo, otras culturas, los diferentes pensamientos no ha dado lugar a una mayor tolerancia.
Es en este momento cuando la comunicación se convierte en una herramienta fundamental
para hacer frente a la velocidad de los cambios y su comprensión. Por ello, los filósofos y pen-
sadores intentan clarificar los aspectos relacionados con la comunicación.
Pero, los pensamientos comunicacionales no son únicos. Las dos grandes áreas filosóficas
de la comunicación se clasifican en: tecnológica-económica y humanista-democrática. La dife-
rencia entre ambas es que la corriente tecnológica-económica afirma que los hombres a través
de la técnica y los intercambios comerciales se entienden y la humanista-democrática que lo
dudan. Estas corrientes serán analizadas posteriormente.
Es realmente difícil comprender cómo ha podido explicarse la primera guerra mundial, la ascensión
y el triunfo del nazismo, los éxitos y fracasos del bolchevismo, la guerra fría, etc., etc., sin la más
mínima referencia a la información ni a los medios ni a la propaganda (Timoteo: 1992, 8).
2.1. Introducción
tituye un gran hito histórico. La impresión de un libro entero, La Biblia, el primero de la histo-
ria, da el pistoletazo de salida a la posibilidad de realizar múltiples tiradas de libros. Este hecho
acercó el saber escrito a un mayor número de personas y fue la causa de importantes transfor-
maciones sociales, políticas y religiosas. Las consecuencias de la difusión de la alfabetización y
su creciente penetración en la vida cotidiana fueron múltiples y variadas a lo largo de los siglos
posteriores. Aumentó el número de empleos relacionados con la escritura (oficinistas, tenedo-
res de libros, notarios, carteros, escribientes...) algunos de los cuales tenían un status social ele-
vado. Políticamente, la alfabetización conllevó la difusión de textos escritos y “con ello la gran
dependencia del procesamiento de la información, término que había de ingresar de modo des-
tacado en las futuras teorías de la comunicación, por ejemplo, a finales del siglo XX en la iden-
tificación de una “sociedad de la información”.
La información podía relacionarse con los números (lo que haría en llamarse “estadística”)
o con los hechos (BRIGGS y col, 2002: 46)”. Una vez llegada la alfabetización, el gobierno se
decantó por un modelo ligado al papeleo, o tal y como lo denominó Max Weber (1864-1920) a
la burocracia. La alfabetización social supuso para la gente ordinaria, además del acercamiento
a la cultura, el nacimiento de quejas por escrito en algunos casos masivas, como por ejemplo en los
“cahiers” de comienzos de la Revolución Francesa o la firma de quince mil ciudadanos en Londres
de la Root and Branch Petition en 1640, en la primera fase de la Guerra Civil. Las ideas cruzaban
fronteras y los padres sentían la necesidad de enseñar a leer a sus hijos.
Los acontecimientos sucedidos entre los siglos XIX y XX son descritos por cinco factores
clásicos que derivan en la sociedad de masas:
• El proceso de democratización y toma de conciencia política por parte de la mayoría.
• El proceso de industrialización y el crecimiento demográfico urbano.
• El intervencionismo y fortalecimiento de los estados.
• El proceso de adaptación psico-social.
• La información, como detonante de todo lo anterior, que dio lugar a la llamada sociedad
de masas.
En el siglo XIX los procesos revolucionarios o sistemas o modelos políticos (socialismo utó-
pico, anarquismo, social científicos...) se basan en la libertad (sufragio universal, voto secreto,
libertad de expresión...). Estos son los orígenes de los partidos obreros y de las sociedades de
masas. A principios del siglo XX la soberanía reside en los votantes, se inaugura la soberanía de
masas y los líderes políticos saben que han de obtener votos del conglomerado social. Se pro-
duce, pues, un proceso de democratización social y los individuos toman conciencia de su
repercusión política.
Paralelamente, la Revolución Industrial supone un desplazamiento de la población rural hacia
las ciudades. En 1900 había 200 ciudades con más de 1 millón de habitantes (París, Berlín, Londres,
etc.). La industria petrolera está en expansión, nace el motor de explosión que facilita la produc-
ción de productos para abastecer el gran volumen de población que habita en las ciudades.
el periodismo, es el llamado New Journalism. Los medios informativos quieren dar respuesta a las
masas. El capital entra en los medios de comunicación, ya que éstos dan beneficios, los costes
disminuyen y las tiradas aumentan por lo que el producto es rentable y un nicho de mercado
para nuevos empresarios e inversores. Por otro lado, las técnicas de comunicación dirigidas a la
gente de la calle, coloristas y de lenguaje claro aumentan las tiradas, todo ello influido por la
necesidad de supervivencia en las urbes donde la instrucción es la única forma de escalada en
la pirámide social. Acompañado esto de una mejora en los procesos de distribución del produc-
to a través de las redes ferroviarias y de la posibilidad de intercambio de información a través
de las redes telefónicas y telegráficas. Además, existe “la voluntad de los Estados liberales con-
solidados y del pensamiento y movimiento burgués triunfante de utilizar los periódicos como
medios de educación de las masas para la democracia” (Timoteo: 1992,51). Empieza la guerra
de los medios. Nacen los nuevos modelos informativos de carácter populista enfrentados a los
de “calidad” o de “élite”.
La segunda generación de prensa de masas (1883 - ...) supone un salto superior en los mode-
los de prensa escrita. El máximo representante de este modelo es Joseph Pulitzer (1847-1911).
Este inmigrante húngaro, rechazado por el ejército austriaco y la legión francesa, llega a Estados
Unidos con el fin de trabajar como mercenario en la Guerra de Secesión. Pero tampoco tuvo
éxito, así que tras realizar múltiples trabajos, es en St. Louis donde inicia su actividad como
periodista en un boletín de la colonia alemana. Impulsa sus nuevas teorías y, tras no poco esfuerzo
y habiendo sorteado múltiples obstáculos, compra el Post-Dispatch. Posteriormente, en 1883 res-
cata de la ruina el diario de Nueva York, The World, multiplicando su tirada y convirtiendo a
Pulitzer en un mito y modelo dentro del periodismo.
Pulitzer fue uno de los máximos representantes del sensacionalismo de final de siglo: noticias
de interés humano e identificación con los lectores a través de los sentimientos; lucha conjunta
de lectores y periódico contra las injusticias sociales y los delitos, atención a casos desesperados,
identificación del público lector con el periódico, etc.
El emblema de la prensa de la generación de masas, basa su éxito en lo siguiente:
1. Precio popular. Precio de salida del periódico a dos centavos de dólar. Pulitzer piensa en los
inmigrantes como él que llegan a Estados Unidos procedentes de Europa, 12 millones
entre 1870 y 1900, de los cuales la mayoría de ellos entran por el puerto de Nueva York.
Posteriormente y debido a la presión de su competidor Hearst disminuirá el precio a un
centavo.
2. Lenguaje sencillo, claro, breve y directo, con enunciaciones accesibles, capaz de ser com-
prendido por la gente con dificultades con un idioma que no es el propio, los inmigran-
tes. Tenía la ilusión de que a través de la lectura del periódico estas personas aprendieran
el inglés. Por ello, recogía el idioma de la calle, las expresiones informales repetidas una y
otra vez.
3. La representación formal de sus diarios, sobre todo en la primera plana, rompe con la monotonía. Utiliza para
atraer a sus lectores un “cuidado sensacionalismo formal o externo” (Timoteo: 1992,53).
Planteó grandes titulares y otros elementos que rompían con la monotonía reinante.
Introdujo una tira cómica en la que el protagonista era un chico amarillo llamada Yellow
Kid que tuvo mucho éxito.
4. Impulsa la autopromoción constante intentando convencer a sus lectores que lo que leían
tenía valor, con frases junto a la cabecera y además, mantiene al periódico en la acción
social comprometida.
5. Identificación del lector con el periódico siendo éste último el defensor de los intereses del lec-
tor. Se erige portavoz de las necesidades. Consigue este objetivo con contenidos de interés
humano capaces de atraer a un público amplio y un programa de defensa de los intereses de
la mayoría de sus lectores.
6. Provocación de la noticia (I make news): impulsada por los reporteros y corresponsales. La
prensa toma la iniciativa para denunciar aquellas cuestiones que considera tienen que ser
modificadas. Pero, Pulitzer nunca traspasó la línea de lo aceptable y no inventó noticias,
cosa que sí hicieron sus seguidores y competidores.
7. Inversión en innovación tecnológica y mejora del cuerpo de periodistas que se tradujo
en la fundación que sufragó la primera escuela de periodismo en Norteamérica, la School
of Journalism de la Universidad de Columbia. Por deseo póstumo del empresario se con-
vocaron los premios Pulitzer de periodismo en 1917 que siguen vigentes en la actualidad.
Pulitzer intentó atraer a nuevos lectores con una fórmula llamativa y pretendía luego mantenerlos
dándoles un contenido más sólido. Por eso en su periódico tenían también una gran importancia el
editorial y la información de calidad. Las noticias llamativas eran un reclamo para introducirse en el
periódico, que ofrecía algo más que lo meramente sensacionalista (Barrera, 2004:113).
En Estados Unidos el cambio se ha iniciado pero, ¿qué sucede en Europa? En Gran Bretaña
la suspensión de tasas a los diarios por parte de los estados que se dio entre los años treinta y
ochenta del siglo XIX, propició la actividad comercial en la prensa escrita. Paralelamente, se
sucedía un aumento de las cifras de lectores gracias a las políticas de educación obligatoria y a
la consecuente aparición de un público nuevo de clase media baja; proletarios con ganas de
dejar atrás la vida de sus padres y prosperar socialmente a través de la instrucción y la lectura.
Pese a la mejora de las máquinas, la composición de los periódicos tradicionales en Europa
era la misma. Sábanas llenas de letras sin división alguna, excesivamente densas que no conven-
cían a los lectores.
Un nuevo periodismo entra de la mano de George Newnes –dueño de un restaurante vege-
tariano– con el semanario Tit Bits from all the Most Interesting Books, Periodicals and Newspapers of the
World (Tit Bits debe traducirse como “pequeñas joyas” o “perlas” y en argot como “bocadillos”).
Párrafos breves de redacción sencilla y fácil comprensión, de carácter popular con un lenguaje
sensacionalista similar al de Estados Unidos. El semanario gozó de gran éxito potenciado, tam-
bién, por la introducción de campañas publicitarias curiosas como regalar suscripciones a los lec-
tores de seguros de accidentes ferroviarios o enterrar en los parques de Londres tubos de plomo
con 500 libras para ser encontradas por los lectores informando de la posibilidad de hacerse
rico a través del periódico, etc. El Tit-Bits creció rápidamente, así como sus beneficios, y a las
seis semanas su propietario recibió una oferta de 16.000 libras por el periódico.
Pero el creador del periodismo moderno para los ingleses fue A. Harmsworth. Nacido en
Dublín y primer hijo de una familia de 14 hermanos, termina sus estudios secundarios e inicia
su trabajo como periodista enviando notas breves al Tit-Bits. A los 23 años (1888) funda un
semanario, imitación del Tit-Bits, que se llamará Answers to Correspondents. Doce páginas, que supe-
raron al semanario de Newnes, llenas de ecos y variedades donde una parte importante de sus
contenidos eran las respuestas a las preguntas que le hacían llegar sus lectores. Las promocio-
nes ingeniosas, como ofrecer una pensión vitalicia al lector que se aproximase más al montan-
te de oro y plata de los fondos del Banco de Inglaterra, hicieron aumentar la tirada y, por ende,
los beneficios. El futuro Lord Northcliffe compró en 1884 el Evening News que estaba en banca
rota y el 4 de mayo de 1886 fundó el Daily Mail fecha que los ingleses consideran el nacimien-
to del periodismo contemporáneo. Este diario, de características similares a los de Pulitzer, se
caracterizó por el precio barato y la apariencia sensacionalista. Estaba dirigido a las clases popu-
lares, obreros, industriales y a las mujeres. Introduce contenidos variados y nuevas secciones que
atraen a público diverso como los deportes, un suplemento femenino, las noticias referidas a la
nobleza, etc.
Lord Northcliffe, hasta su muerte en 1922, construyó un imperio que incluía no sólo diarios
sensacionalistas como el Daily Illustrated Mirror (diario representativo del amarillismo), sino que
fue propietario de diarios tradicionales como The Times. “Durante años, además, se mantuvo al
lado del primer ministro, muy probablemente “gobernando” Inglaterra (Timoteo: 1992, 60)”.
Crucemos el canal de Suez y veamos que sucede en Europa. En Francia, a diferencia que en
Estados Unidos e Inglaterra, fueron los periódicos ya existentes los que fueron evolucionando
e incorporando las nuevas estrategias periodísticas. Los diarios más representativos de esta
transformación fueron Le Petit Journal, Le Petit Parisien y Le Matin rivales, éstos, entre sí. La pro-
moción, la búsqueda de un periodismo capaz de entusiasmar a los lectores y la provocación de
la noticia (organización de las primeras carreras de bicicletas como el Tour de Francia) fueron
su seña de identidad.
Como hemos visto se produce una evolución desde la primera generación de prensa de
masas o New journalism hacia el sensacionalismo cuidado de la segunda generación. Un paso más
en los modelos de prensa escrita se produce en la tercera generación de prensa de masas
(1895 - ...) donde el amarillismo hace su aparición y uno de sus máximos representantes es William
Randolph Hearst, exponente de la generación amarilla.
Hearst era un californiano nacido en 1863 muy rico que fue expulsado de Harvard. Era un
gran admirador de la ascensión de Pulitzer y decidió desde joven superarle. Hearst empezó a
producir noticiarios en 1911. Al poco tiempo llegó a controlar una gran empresa de noticiarios
y una compañía cinematográfica. Entre sus otros negocios destacan las inversiones industriales
en América del Sur, África y el negocio azucarero en Cuba. También fue coleccionista de obras
de arte que reunió en su gran hacienda de San Simeón, California, donde tenía un zoo, un aero-
puerto, un teatro privado y casas de huéspedes que imitaban castillos franceses.
El amarillismo de Hearst es definido como “un periodismo sin alma, sin ética, donde el prin-
cipio de provocación de la noticia se llevaba hasta el extremo de inventarla si convenía a los inte-
resas del periódico” (Barrera: 2004, 112). Un periodismo “que convierte al periódico en algo
gritón, de colorines, sin fines fuera de sí mismo, y al lector en un mero engullidor de sensacio-
nes impresas. (...) Se trabaja con el rumor, se provocan escándalos y campañas reales o ficticias,
moviéndose en los imprecisos márgenes del libelo, el chantaje o la simple invención” (Timoteo:
1992, 64).
Competidor ferviente de Pulitzer, llegó a hacerse, entre otros, con los servicios de los crea-
dores de su famosa tira cómica Yelow Kid, de ahí el nombre de yellow press (prensa amarilla) que
se dio a este tipo de publicaciones. Su publicación el New York Journal es el ejemplo de periodis-
mo amarillista que buscó la competencia con el World de Pulitzer.
Pese a las críticas que pueden realizarse a Hearst y sus colaboradores, los descubrimientos
en el campo de la tipografía y de la confección del periódico, con novedades en la confección
de titulares, los pies de foto, etc. son notables. El resultado es un periódico ágil, fácil de leer y
atractivo por su esmerada y llamativa confección.
Hearst nos sirve de ejemplo para poder estudiar como los medios de comunicación pueden
influir en la seguridad y en la política de los países.
En primer lugar, deben quedar claros dos conceptos que en muchas ocasiones se utilizan
indistintamente pero que tienen significados diferentes: la publicidad y la propaganda. La
Real Academia Española de la lengua define la publicidad como la divulgación de noticias o
anuncios de carácter comercial para atraer a posibles compradores, espectadores, usuarios, etc.
La publicidad es, pues, una técnica de comunicación masiva cuyo fin es informar al público
sobre un bien o servicio a través de los canales de comunicación con el objetivo de motivarlo
hacia una acción (comprar algo, ir a un parque temático, elegir un destino de vacaciones, etc.).
La propaganda o publicidad política consiste en el lanzamiento de una serie de mensajes que
busca influir en el sistema de valores del ciudadano y en su conducta. Para ello, se emplea el dis-
curso persuasivo, los anuncios y la difusión masiva de información, muchas veces incompleta,
no contrastada y partidista de modo que potencie un estado de opinión. Generalmente la propa-
ganda está patrocinada por los gobiernos o grupos de poder afines a una determinada ideología
(propaganda en contra o a favor del aborto, a favor o en contra de una guerra etc.).
Es en este momento de la historia, principios del siglo XX, cuando la propaganda es empleada
por diferentes actores sociales a fin de potenciar sus intereses.
En la Primera Guerra Mundial (1914-1918) el trabajo periodístico evolucionó de la informa-
ción de masas a la propaganda planificada por los estados. Fue el conflicto armado, a escala
mundial, más sangriento hasta la Segunda Guerra Mundial.
En una segunda fase (mediados de 1915 hasta mediados de 1917) la información se identifica
con la propaganda. Los ánimos populares están de capa caída. La guerra, que en un principio iba
a ser corta, duraba más de lo deseado. El número de muertos seguía creciendo y existían desercio-
nes masivas. Había que fomentar el odio hacia el enemigo y motivar a los soldados. Kitchener
y Churchill, aconsejados por Rossevelt, permitieron el paso a los corresponsales de guerra (para
aumentar la información de la guerra con el objetivo de ganarse a la opinión pública america-
na) que enviaron crónicas llenas de heroísmo. Explicaban siempre lo positivo y ocultaban lo
negativo, no decían nada sobre los errores de mando, por ejemplo. Contaban lo que deseaban
que sucediese no lo que sucedía.
Atrás había quedado “la edad de oro del periodismo escrito” en cuanto a beneficios econó-
micos y como líder y representante de los ciudadanos e impulsora de denuncias de casos injus-
tos. La utilización de la propaganda en la Gran Guerra generó en los lectores la desconfianza,
una desconfianza que llega hasta nuestros días, la sociedad pierde la fe en los medios de comu-
nicación. Se inicia, en este momento, el periodo de la cuarta generación de masas.
Políticamente los pensamientos estaban divididos en el totalitarismo (la Alemania nazi de Hitler,
la Italia fascista de Mussolini, y la Rusia soviética de Lenin) y el modelo liberal (Inglaterra,
Francia...).
Los modelos totalitaristas utilizaron los medios de comunicación como instrumentos de
propaganda política de manera mecanicista, es decir la aplicación de un plan previamente esta-
blecido por el poder político. “Propaganda totalitaria significa control del pensamiento, a través
de la orientación y censura de los medios de comunicación, sometidos a la línea del partido
único, a través de la creación de un lenguaje ideológico propio capaz de conseguir una imagen
atractiva y agresiva, a través de campañas científicamente programadas, y con la utilización per-
manente y planificada de todas las posibles manifestaciones de la inteligencia y la imaginación
que incluyen como elemento eficaz cuanto promueva sentimientos colectivos (temor, odio,
pasión, entusiasmo, piedad)” (Griffit, 1980).
Al mismo tiempo, los Estados democráticos (Inglaterra, Francia...) se enfrentan tras la gue-
rra al paro, a las reivindicaciones de los soldados que tanto habían luchado por la patria, a las
mujeres sufragistas, a modelos nuevos de familia, en definitiva, a una masa que demanda servi-
cios y acciones estatales. Votantes que se convierten en soberanos y demandan soluciones. Los
Estados presionados por la población desmantelan los organismos oficiales de propaganda
pero despliegan organismos que fomentaran el desarrollo teórico de la propaganda científica
con el objetivo de conocer a la opinión pública para actuar en consecuencia.
La diferencia de la propaganda de los países liberales en referencia a los totalitarios es que
esta se desarrolla dentro de un sistema informativo libre, donde los medios no están monopo-
lizados por el Estado y por lo tanto éste no puede desarrollar un plan mecanicista.
Nacen los sondeos de opinión, la expansión cultural en el exterior, etc. que culmina en la
creación de Ministerios para organizar y promover información y propaganda sobre todo a las
puertas de la segunda Guerra Mundial, momento en el que los Estados liberales deciden con-
trarrestar la propaganda totalitarista del exterior. Es en este momento cuando se inicia la inves-
tigación científica sobre comunicación potenciada por los estados.
Los estudios sobre comunicación de masas –aunque intereses conservadores lo pretendan disimular–
se han visto siempre condicionados por la realidad comunicativa y social del contexto en el que se
desarrollaban (Moragas: 1981, 12).
contenido; en la esfera moral y cultural se estudia el análisis de los efectos y en la esfera comer-
cial los estudios se centran en el análisis de la audiencia. Director de la Princenton Office of Radio
Research, su trabajo se centra especialmente en la sistematización científica de los estudios de las
audiencias.
Se deduce, pues, que la propaganda política debe estudiarse desde dos perspectivas: la pro-
paganda electoral, referente a las campañas presidenciales, y los estudios sobre propaganda y
opinión pública en general.
Hitler define:
“La propaganda debe ser sencilla, elemental y masiva. Dirigida a los sentimientos, no a rea-
lizar complicados análisis científicos, y ajustada para las entendederas de los miembros de la
sociedad menos brillantes. Es para las masas, no para los intelectuales. Los intelectuales siem-
pre han percibido y siempre percibirán a la propaganda como trivial, anticuada e incluso ofen-
siva, se haga como se haga. Y debe ceñirse a unas pocas ideas, presentadas una y otra vez desde
distintos ángulos pero siempre confluyendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. Es
propaganda, no arte ni ciencia. Y debe ser razonablemente realista, pues de lo contrario la expe-
riencia cotidiana del público le hará perder credibilidad”.
“La inteligencia de las masas es pequeña, y su capacidad de olvido, grande. Por eso hay que
repetirles las cosas mil veces”.
La actividad comunicativa nazi se centró en convencer al pueblo de sus ideales. Para ello, a
través de decretos, se abolió el derecho constitucional de la libertad de prensa, se autorizó la
confiscación de editoriales socialdemócratas y comunistas. Una de las medidas iniciadas de inme-
diato fue el absoluto control de todos los periodistas, escritores, artistas y medios de comunica-
ción para que se registrasen como subordinados y apenas publicasen información que no estu-
viera debidamente autorizada con el fin de neutralizar la libre expresión de ideas y pensamien-
tos en Alemania, todo ello vigilado por Joseph Goebbels desde el Ministerio de Ilustración
Popular y Propaganda. La información neutral dejó de existir. Entre 1933 y 1941 cerraron más
de 900 publicaciones. De tal manera, el pensamiento de Hitler disponía del monopolio de la
comunicación, no existían voces disidentes.
En Alemania la propaganda fue capaz de construir un mundo imaginario para los alemanes,
la supremacía aria capaz de gobernar el mundo. El esquema de proliferación de información
falsa en el régimen nazi pasó a la Historia como “la gran mentira”. La propaganda hitleriana se
centraba en un tipo de mensaje emocional que se dirigía, sobre todo, a un público poco educa-
do políticamente, susceptible de interiorizar la emoción y no la racionalidad. Utilizaba todas las
herramientas comunicativas existentes: los grandes desfiles al aire libre, largos mítines políticos
en locales cubiertos, las canciones, los saludos, las antorchas, la profusión de banderas y estan-
dartes o el desfile de las fuerzas paramilitares, entre otros.
Pero, en los países ocupados esta estrategia mecanicista no tuvo éxito. Las zonas ocupadas
no consideraban a los alemanes “amigos” sino invasores y las actitudes del ejército alemán, bru-
tales en Polonia, Yugoslavia o la URSS; provocaban la resistencia de la población que no podía
ver al Tercer Reich como los portaestandartes de una Europa libre y más justa tal y como pro-
clamaba la radio. Además, la contrapropaganda de la BBC inglesa o Sottens en Suiza o las emi-
soras francesas, también contrarrestaba la acción totalitarista.
En la prensa, la cuarta generación de masas se caracteriza por la irrupción de la radio y los
tabloides, dentro de una furiosa competitividad que da lugar a la agresividad de los medios, el
uso de nuevos lenguajes.
El precio del papel iba en aumento desde 1909, los tabloides (el nombre hace referencia al
tamaño, más pequeños y manejables) reducen el tamaño del periódico e introducen un nuevo
lenguaje mas callejero y militante con contenidos escabrosos, crímenes, violaciones, e incorpo-
ran temas como el deporte, cuestiones de salud y enfermedad y el sexo. Irrumpe la fotografía
como elemento del lenguaje. El fotoperiodismo da respuesta a las necesidades de un público
heredero del antiguo amarillismo, al que le es más sencillo observar una foto que leer dos
columnas de un diario. La fotografía se convierte en una forma de expresión a la que acompa-
ña un texto. El periódico insulta, engaña, provoca, nunca se disculpa, se convierte en un lucha-
dor terrible capaz de utilizar todas las armas a su alcance.
La radio fue el elemento más empleado por los Estados totalitaristas. Para oír a Hitler se
paraban las máquinas en las fábricas y se obligaba a la gente a agruparse en la calle. La red de
radiodifusión del Reich emitía ininterrumpidamente programación pro-Partido.
La propaganda también fue empleada por los Estados liberales bajo el paraguas de la obje-
tividad, es la llamada por algunos autores propaganda blanca que puede definirse como la propa-
ganda que se emplea identificando la fuente u origen de la misma. De esta manera, el mensaje
puede ser emitido de un modo oficial o puede quedar claramente identificado con unos intere-
ses específicos.
Los estados liberales no desean caer en los errores de la Primera Guerra Mundial y denomi-
nan propaganda a lo que hacen los alemanes; información, basada en los hechos, es lo que
hacen ellos. Una imagen no propagandística mantenida oficialmente. Pero conscientes, todos,
de que la eficacia de la propaganda blanca en los países enemigos era nula, montaron organismos
y emplearon nuevas fórmulas propagandísticas con el fin de confundir al contrario, contrarres-
tar los argumentos nazis y enfrentar a la sociedad alemana con el Partido. Si bien hubo peque-
ñas incursiones desde Francia o Checolslovaquia, el impulso y mayor desarrollo lo realiza el
M.I.6 inglés. Pone en marcha un conjunto de emisoras con el objetivo de, sin ser obvios, emi-
tir informaciones al pueblo alemán que contrarrestasen “dulcemente” la propaganda nazi.
Emisoras que actúan a modo de sabotaje sobre la psicología alemana, pero con las que los
radioescuchas tienen la sensación de que han captado una emisora clandestina de alguna orga-
nización militar secreta que transmite en clave para sus miembros destinados en Europa y que
además, da noticias incuestionables tomadas del noticiario oficial pero que incluyen informa-
ciones que perturban el funcionamiento de la sociedad, generan preocupación y son de primera
actualidad. Con estas emisiones se intenta contrarrestar los argumentos alemanes en su propio
territorio pero sin enfrentamientos directos. Cabe decir que los alemanes también utilizaros este
tipo de propaganda aunque con menor intensidad.
Así pues, la propaganda, fuera del color que fuera, es el elemento más empleado por todos
los bandos para controlar la opinión pública y atraer a la masa hacia los intereses políticos.
Y, una vez más, tanto los propagandistas alemanes como los ingleses intentaron llegar a la
opinión pública americana. Alemania se hizo pasar por defensora de los asuntos mundiales, jus-
tificando que la guerra era también una lucha contra el “terror rojo”: el comunismo. Pero todo
esfuerzo alemán de aislar a los americanos fue inútil especialmente después del ataque japonés
en Pearl Harbor. Los Estados Unidos entraron en la guerra e hicieron de los ingleses sus alia-
dos. Los americanos crearon entonces dos agencias oficiales de propaganda: la OWI (Office of
War Information) y la OSS (Office of Strategic Service). La OWI se encargaba de distribuir infor-
mación en territorio americano y extranjero. La OSS, por su parte, estaba encargada de condu-
cir la “guerra psicológica” contra el enemigo.
El levantamiento militar del General Franco en julio de 1936 contra el gobierno legítimo de
la república marcó un nuevo orden comunicativo en España. El régimen del Caudillo inspirado
en los sistemas totalitarista de Hitler y Mussolini configuró una serie de organismos de control
informativo y dictó leyes a favor de sus intereses. La Ley de prensa de 1938(dictada en plena
guerra civil 1936-1939) ordena un registro de Periodistas (en el que Franco tenía el carné núme-
ro uno), el nombramiento gubernativo de los directores de los periódicos y, entre otras cosas,
la censura previa. De tal manera, que el control, basado en métodos preventivos, de los medios
de comunicación está en manos del General Franco. No existió la libertad de prensa hasta 1977.
De este modo, los medios de comunicación transmitían las órdenes del Estado, ya fuesen éstos
públicos o privados.
En 1941 se creó la Escuela Oficial de Periodismo, que exigía a los alumnos ser militantes de
Falange Española Tradicionalista (FET) y de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS)1 y en
1942 nació el Servicio Español de Auscultación de la Opinión Pública.
En 1942 empezaron las emisiones del Noticiario Documental (NODO). Documentales de 10
minutos de duración que exaltaban la figura del Caudillo y los valores del régimen. Este noti-
ciario era obligado proyectarlo antes de todas las películas en todos los cines de España hasta
1975. Los contenidos estaban centrados en las “excelencias” de la política del régimen (inaugu-
ración de pantanos, los toros, exaltación de la familia cristiana, etc.).
La aplicación de la censura previa “es condición ineludible para el control directo de la infor-
mación y tiene como finalidad evitar la llegada a la opinión de cualquier matiz distorsionador
del sistema ideológico y político” (Timoteo: 1989,223). De tal manera, cualquier acto comuni-
cativo, cine, prensa, cómics, novelas, etc. era filtrado por los censores.
El Estado fue el propietario de los medios de comunicación en España hasta 1975. En total
poseía 49 emisoras de radio, las agencias EFE y Pyresa, la Editorial Nacional y Televisión Española.
La Ley de prensa de 1966, más aperturista, iniciativa del Ministro de Información y Turismo
Manuel Fraga, terminó con la censura previa pero continuaron los secuestros de publicaciones.
Este aperturismo es debido, según diferentes autores, a la aparición de una oposición modera-
da frente al régimen. Gracias a esta Ley aparecen nuevas publicaciones (Cuadernos para el Diálogo,
Atlántida...) del obrerismo católico potenciadas por la literatura universitaria más o memos agre-
siva, panfletos, folletos y la circulación clandestina de la literatura marxista.
De los grupos privados autorizados más importantes destacan la Editorial Católica, que publi-
caba el Diario Ya; Prensa española, con ABC; el Grupo Godó, con La Vanguardia; y Bilbao Editorial,
con El Correo español-El Pueblo Vasco. En radio las empresas privadas fueron las más numerosas,
y las más destacadas fueron la Sociedad Española de Radiodifusión (SER) y la Cadena de Ondas
Populares (COPE).
De especial importancia en el panorama comunicativo español de la dictadura fueron las
revistas satíricas y de humor que, no sin grandes dificultades, conseguían burlar inteligentemen-
te la censura y mantener cierta independencia. La Codorniz, fundada en 1941 por Miguel Mihura,
de tirada semanal, autodenominada: «La revista más audaz para el lector más inteligente», contó con
colaboradores como Mingote, Chumy Chúmez, Serafín, Tono, Jardiel Poncela, Ramón Gómez de la Serna,
Gila, José Luis Coll, Carlos Luis Álvarez, Cándido y Máximo entre otros muchos. Desapareció en 1978.
Hubo otras revistas satíricas como Hermano Lobo, El Papus y Por Favor. Tales revistas sufrieron
numerosas multas, apercibimientos y, de modo irremediable, suspensiones.
1 Fueron un movimiento político español de ideología fascista. De carácter totalitario y contrario a los partidos
políticos, propugnaban la supremacía del estado, pretendiendo articular este Estado en torno a un sindicato
vertical. De carácter extremadamente nacionalista de corte imperialista concretó esta ideología en el denomi-
nado Nacional-sindicalismo.
Finalizada la Segunda Guerra Mundial los estudios se centran en la publicidad y las relaciones
públicas, dos campos relacionados con la industria, y se inician los estudios sobre la televisión. Los
avances en la psicología social dan lugar a un cambio de actitud frente a la opinión pública. Se
pasa de adecuar la actitud a los estados de opinión, a adecuar la opinión, por medio de la per-
suasión, a los intereses políticos y económicos.
Los medios de comunicación de masas (prensa, radio y televisión) son un fenómeno social
digno de estudio y se plantea el abordaje desde un punto de vista científico. “A mediados del
siglo XX, de acuerdo con los principios de modernidad, para que una disciplina fuera conside-
rada científica debía aproximarse a las ciencias naturales, aunque también se aceptaba la exis-
tencia de otro campo, el de las humanidades, aunque los requisitos eran distintos. Dentro de la
comunicación se dan ambas tradiciones: la científica y la humanística. Según esta última la
comunicación sería una forma de conocimiento y de expresión, como la filosofía o el arte. Pero
para los que consideraban que la ciencia de la comunicación era una de las ciencias sociales,
como la sociología o la economía, se hacia imprescindible la legitimación científica que le podría
aportar un modelo matemático de la comunicación” (Rodrigo: 2008). De ahí la importancia del
modelo de Shannon y Weaver (1949) que partiendo de la teoría matemática de la comunicación
consolidaría la teoría de la comunicación dentro de las ciencias sociales. Y sería el punto de par-
tida para la investigación y el desarrollo de la comunicación humana.
“Para Weaver (1981:20) en la comunicación hay que distinguir tres problemas distintos y
sucesivos. En primer lugar, en la comunicación, se plantea un problema técnico: ¿Con qué pre-
cisión se pueden transmitir las señales de la comunicación? El segundo problema es semántico:
¿Con qué precisión los mensajes son recibidos con el significado deseado? Por último estaría
un problema de efectividad: ¿Con qué efectividad el significado recibido afecta a la conducta
del destino en el sentido deseado por la fuente de la información? Para la teoría matemática de
la comunicación el problema técnico es el problema fundamental, porque si la transmisión no
se produce eficazmente, de hecho, los otros problemas ni se plantean” (Rodrigo: 2008).
Gráfico 1
“Como puede apreciarse el proceso de la comunicación se inicia en la fuente del mensaje que
es la que genera el mensaje o mensajes a comunicar. La fuente de información selecciona a partir
de un conjunto de posibles mensajes el mensaje escogido. A continuación, el transmisor opera
sobre el mensaje y lo codificará transformándolo en señal capaz de ser transmitida a través de
un canal. El canal es simplemente el medio utilizado para la transmisión de la señal desde el
transmisor hasta el receptor. Es el medio que permite el paso de la señal, y es precisamente en
el canal donde puede incidir la fuente del ruido. Es posible que en el proceso de transmisión de
la señal, a través del canal, se agreguen a ésta una serie de elementos que no son proporciona-
dos intencionalmente por la fuente de la información, esto es el ruido. Cuando la señal es reci-
bida por el receptor se lleva a cabo la operación inversa a la del transmisor reconstruyendo el
mensaje a partir de la señal. El receptor recibe la señal y la transforma de nuevo a su naturale-
za original de mensaje, al que se habrá podido añadir eventualmente los ruidos anteriormente
señalados. El destino es el punto final del proceso de la comunicación. El destino es el ente al
que va dirigido el mensaje” (Rodrigo: 2008).
El modelo de Shannon y Weaver tuvo gran éxito fuera de su ámbito disciplinar y ello llevó
a que en muchas ocasiones no cumpliera las expectativas depositadas en explicar el complica-
do fenómeno de la comunicación.
“En 1945, la implantación del nuevo orden bipolar conlleva el diseño de un sistema infor-
mativo que abandona el mecanicismo competitivo que caracterizó a los medios de entreguerras
hacia un mayor pluralismo y pacto social, como garantía frente al doble peligro de invasión ide-
ológica y de concentración estatal (Guerra: 1962, 275). Al periodo entre el fin de la guerra mun-
dial hasta nuestros días se le conoce como neocapitalismo. El neocapitalismo informativo pre-
senta unas características que definen el modelo:
a) Modelo informativo liberal: asentado sobre las bases de libertad legal y teórica de expre-
sión, regido por el autocontrol del mercado con la vigilancia indirecta del Estado.
b) Participación del Estado en la reorganización de los sistemas informativos poniendo en
marcha nuevas formas de control (creación de comisiones especializadas) y de apoyos
económicos (subvenciones, etc.).
c) Propiedad de los medios. En Europa el Estado es el propietario de los medios de comuni-
cación, el cual otorga las licencias. En EE.UU el modelo es liberal y el Estado compite en
desventaja.
d) El neocapitalismo y el avance de las nuevas tecnologías permite a las empresas convertirse
en grandes conglomerados internacionales que tienen poder operativo propio y rompen
con los monopolios Estatales.
e) Doctrina de la libre circulación de información (free flow). En este sentido es importan-
te reseñar la posición norteamericana a favor del free flow “esta doctrina suponía en el
plano internacional, la supresión de todos los obstáculos político-jurídicos que la división
entre Estados podría oponer al poder de las empresas de información para constituirse y
funcionar según sus propios criterios, y para investigar y distribuir por doquier y sin tra-
bas elementos de información (noticias y opiniones)” (Terrou: 1951,163).
La quinta generación de masas, de 1945 hasta nuestros días, se caracteriza por el protagonismo
de la imagen. Se impone y afecta a las demás formas de expresión. Ahora las imágenes sustitu-
yen a las palabras y adquieren el protagonismo en el sensacionalismo que se perpetúa hasta
nuestros días. Es una generación ligada a la expresión audiovisual y al entretenimiento.
Los estudios sobre comunicación continúan y se consolidan nuevos modelos que explican
el proceso comunicativo. Wilbur Schramm (1949) es el representante y experto de la época en
comunicación de masas. Introduce la sociología en el estudio comunicativo. Desde una filoso-
fía liberal, el autor interrelaciona las estructuras sociales, el desarrollo tecnológico industrial, los
regímenes políticos etc. y las funciones de la comunicación de masas así como su circulación.
Schramm reconoce los abusos del sistema pero busca una respuesta coyuntural que no colisione
con el sistema liberal. Es decir la respuesta al abuso no está en los medios sino en el contexto en
lo que rodea a los medios: “el medio de comunicación de masas es un sujeto comunicador que,
al igual que la persona, es un descodificador, intérprete y codificador. Es decir, un mass media es
un receptor de acontecimientos que codifica e interpreta, de acuerdo las lógicas productivas del
periodismo. Los inputs que recibe la organización productiva son acontecimientos provenien-
tes de distintas fuentes, e incluso el feed-back de la propia audiencia. A continuación, se da
forma al acontecimiento convirtiéndolo en noticia. Así, el comunicador codifica el mensaje que
va a transmitir” (Rodrigo, 2005). De esta manera, el medio no puede generar un cambio de acti-
tud o de opinión en la audiencia por sí solo sino que existen multitud de variables que intervie-
nen en el proceso comunicativo y que el que comunica solamente controla el mensaje y su dis-
tribución, no como se recibe, ni la interpretación. El modelo de Sharmm descontextualiza y
extrae de su marco social el proceso comunicativo.
La implantación de la cultura de masas plantea nuevas aportaciones a la teoría de la comuni-
cación. La interrelación entre cultura y medios de comunicación adquiere el carácter de consumo
masivo. Ya no sólo se informa sino que se traslada el bien cultural. La cultura se transmite homo-
genizada, especialmente la de los países con mayor capacidad comunicativa. Pero ¿que significa
para la cultura la aparición de los medios de masas? El estudio de esta cuestión constituye un
juicio sobre la sociedad capitalista y genera visiones contrapuestas, una a favor, los “integrados”
y otra en contra los “apocalípticos”. Los “apocalípticos” se oponen, a la nueva cultura de masas
ya que entienden que esta nueva cultura masificada constituye un germen de descomposición
del hecho cultural. Por contra los “integrados” entienden que esta nueva cultura es el signo de
un progreso y de una nueva distribución de los bienes culturales. Cabe destacar, dentro de estos
parámetros filosóficos, las aportaciones de los sociólogos críticos de la escuela de Frankfurt
(Adorno 1975, Benjamin, Fromm, Horkheimer 1947, Marcuse) para los que la “desconfianza
hacia la cultura de masas es la desconfianza hacia una forma de poder intelectual capaz de condu-
cir a los ciudadanos hacia un estado de sumisión gregaria, terreno fértil para cualquier aventura
autoritaria” (Eco, 1968). Para Eco el error de los integrados “es el de pensar que la multiplicación
de los productos industriales es de por sí buena, según una ideal homeostasis del libre mercado, y
sin que sea necesario someterla a una crítica y a unas nuevas orientaciones” (Eco, 1968).
...La información es hoy ya un recurso económico básico y de carácter específico (y no una simple
mercancía), que desempeña una función social esencial, pero que está hoy distribuido de un modo
desigual y mal utilizado. En otro sentido, el nuevo orden de la comunicación es requisito previo para
el nuevo orden económico, del mismo modo que la comunicación es la condición sine qua non de
todos los intercambios económicos entre grupos, pueblos y naciones (Portas: 2002, 210).
Tras el informe Mac Bride Estados Unidos, que estaba en desacuerdo con las nuevas políti-
cas de la UNESCO, se retiró de este organismo (1984) y un año después lo hicieron Gran
Bretaña y Singapur. Consideraban que la UNESCO se había politizado y que había impuesto la
política de la URSS contraria al libre mercado y de prensa. Estados Unidos no supo ver el obje-
tivo de intentar lograr un nuevo orden más equitativo y justo. Pero, la irrupción de las nuevas
tecnologías (de importancia los satélites de comunicación) volvió a poner en la palestra dos ten-
dencias básicas: “Estados Unidos y sus aliados, reclamaban una mayor intervención de las com-
pañías privadas en el desarrollo y gestión de las comunicaciones por satélite. La otra, sostenida
por los países del Tercer Mundo, exigía un plan que garantizara un acceso equitativo para todos
los países aunque no dispusieran de capacidad de satélites propios” (Portas: 2002, 214).
La irrupción de Internet ha puesto de manifiesto la inoperancia de las fronteras físicas y polí-
ticas en la red. El mundo se ha globalizado, lo que precisa un nuevo reordemaniento político
en el que quepan las sociedades informatizadas y las tradicionales no informatizadas. Este
orden lo estamos construyendo actualmente.
ACTIVIDADES
1. La actividad correspondiente a este módulo consiste en que haga un esquema de las teorías
de la comunicación expuestas.
BIBLIOGRAFÍA
RECURSOS ELECTRÓNICOS
http://www.rae.es/rae.html
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
5. La técnica de comunicación masiva cuyo fin es informar al público sobre un bien o ser-
vicio a través de los canales de comunicación masiva con el objetivo de motivar hacia una
acción es:
a) La publicidad.
b) La propaganda.
c) La publicidad política.
d) La radio.
1. a.
2. c.
3. a.
4. b.
5. a.
6. a.
7. a.
8. c.
9. a.
10. a.
GLOSARIO DE TÉRMINOS
Publicidad: técnica de comunicación masiva cuyo fin es informar al público sobre un bien o ser-
vicio a través de los canales de comunicación con el objetivo de motivar al público hacia una
acción (comprar algo, ir a un parque temático, elegir un destino de vacaciones, etc.).
Propaganda: consiste en el lanzamiento de una serie de mensajes que busca influir en el sistema
de valores del ciudadano y en su conducta. Para ello, se emplea el discurso persuasivo, los
anuncios y la difusión masiva de información, muchas veces incompleta, no contrastada y
partidista de modo que potencie un estado de opinión.
Seguridad y
Emergencias
Módulo 2
La comunicación en la seguridad y las emergencias
PRESENTACIÓN
OBJETIVOS
COMUNICACIÓN COMUNICACIÓN
INTERNA EXTERNA
COMUNICACIÓN
EN CRISIS
EL PORTAVOZ
LOS MEDIOS DE
COMUNICACIÓN
La comunicación en la seguridad y las emergencias debe ser contemplada por un lado desde
el mantenimiento de la seguridad y por otro desde el planteamiento de hacer frente a las situa-
ciones de emergencia o crisis.
Si bien la seguridad forma parte de las situaciones de emergencia, en cuanto a que es necesario
preservar la seguridad de los intervinientes, de las víctimas, de los espacios, tanto naturales como
urbanos e industriales, de los bienes materiales, etc., en un momento de crisis o emergencia; tam-
bién, y principalmente, se preserva la seguridad en momentos de normalidad. La responsabilidad,
como veremos más adelante, del fomento de la seguridad recae tanto en las instituciones públicas
como en las empresas privadas, en la población y en los medios de comunicación.
En situaciones de emergencia las instituciones y empresas han de estar preparados para ges-
tionar los actos comunicativos. Concretamente en situaciones de catástrofe el acto comunicativo
puede ayudar a salvar vidas.
Fomentar la seguridad es uno de los objetivos más importantes de las instituciones tanto
públicas como privadas. Bajo el epígrafe de seguridad se engloban múltiples seguridades como
la alimentaria, la nuclear, la laboral, la vial, la marítima, la seguridad aeroportuaria, la nuclear, la
La comunicación interna persigue que los trabajadores hagan suyos los valores, la filosofía y
los objetivos corporativos. Los objetivos del programa de comunicación interna son descritos
por Marín Calahorro, 2005:
• Conseguir la identificación e implicación de los empleados con las actividades de la entidad.
• Lograr su apoyo a las actividades para proyectar una imagen positiva en los públicos con
los que se relaciona la organización.
Para ello, es necesario realizar un documento en el que se especifiquen las estructuras del
plan de comunicación interna, que contendrá:
• Los objetivos: Ya explicados en el párrafo anterior.
• Los canales de comunicación y la tipología de informaciones y mensajes: Es importante
tener informados a los empleados de las noticias, puntualmente y, a ser posible, antes de
que estas sean emitidas por los medios de difusión. Los canales pueden ser escritos, audio-
visuales o en relación directa. Serán descritos posteriormente.
• Actividades a desarrollar: descripción de todas aquellas actividades necesarias para llevar
a cabo el plan de comunicación.
• El público a los que se dirige el plan: describir el público o públicos objetivos a los que se
dirige la comunicación.
• Los emisores: qué personas trasladarán la información de la empresa o institución a los
ciudadanos.
• Los instrumentos y soportes: a través de qué medios, radio, televisión, prensa escrita, web.
• El calendario: el cronograma marcará los tiempos de las actividades formativas, de simu-
lacros, etc.
• La formación para hacer frente a las situaciones de crisis: de los empleados del Gabinete
de Prensa o Comunicación, de los portavoces...
Todas las herramientas descritas permiten mantener una comunicación fluida con los emplea-
dos (y otras entidades relacionadas) a fin de garantizar la adquisición de los objetivos de la corpo-
ración. De esta manera los trabajadores pueden expresarse, conocen las novedades que tienen que
ver con la empresa, saben que hacen otros departamentos, en definitiva, viven el día a día de la
empresa o institución. En un momento de crisis la adquisición de un valor común y la identifi-
cación por parte de los empleados de una identidad corporativa, asumida por todos ellos, será
de gran utilidad.
La comunicación externa son las relaciones comunicativas que la empresa o institución tiene
con los medios de comunicación, con los ciudadanos, otras empresas o instituciones. En relación
con la seguridad, la comunicación se centrará en la comunicación de los riesgos y en emergencia
hará frente a una crisis de diferentes consecuencias y con diferentes protagonistas en función de
cuál sea el agente causal de la emergencia (medioambiental, industrial, terrorismo, etc.).
Teniendo en cuenta que las situaciones de crisis o catástrofes suelen desembocar en situa-
ciones a las que deben hacer frente diferentes Administraciones públicas, el Consejo de
Ministros aprobó el Real Decreto 2639/86 de 30 de diciembre, por el que se crea la Comisión
delegada del Gobierno para situaciones de crisis, el cual expone: “La inexistencia en España de
un sistema que permita al Gobierno la prevención, así como el control y conducción de una
eventual situación de crisis de carácter nacional o internacional que pueda atentar a la vida,
seguridad o bienestar de los españoles, la ausencia de la necesaria normativa y de los planes de
actuación posibles para afrontar con éxito un problema de esta naturaleza, consiguiendo una
utilización coordinada, rápida y eficaz de todos los recursos públicos y privados disponibles
viene siendo una preocupación permanente del Gobierno. Países de nuestro entorno político
han venido desarrollando en las últimas décadas una intensa labor en la creación de un sistema
de prevención y control de posibles crisis al que resulta aconsejable que nos homologuemos en la
búsqueda de garantizar en todo momento la paz y seguridad de los ciudadanos (RD 2639/86)”.Así
se crea la Comisión Delegada del Gobierno para situaciones de crisis, que estará integrada, como
miembros permanentes, por el Presidente del Gobierno, el Vicepresidente del Gobierno y por los
Ministros de Asuntos Exteriores, Defensa, Economía y Hacienda e Interior. De lo que se despren-
de que en situación de emergencia severa o catástrofe nacional o internacional el gestor de la crisis
es el Gobierno central y de él partirá la comunicación dirigida a la población.
La relación de la institución, empresa u organización con los medios precisa del empleo de
unas técnicas de comunicación. Esta relación de intereses convergentes, a la empresa o institu-
ción le interesa que sus mensajes se difundan y a los medios les interesa recibir información de
primera mano, ha de basarse en la comprensión mutua y alejarse de la amenaza, el soborno o
la presión política que acabarán dañando la política informativa de la institución.
Las técnicas informativas que se emplean para el desarrollo de la comunicación entre enti-
dades y medios de comunicación son las siguientes:
a) La nota de prensa
Se emplea la nota de prensa cuando se quiere difundir una información que es de interés
pero que no el suficiente como para convocar una rueda de prensa. El objetivo es que la
información se publique, de ahí que una buena nota de prensa es aquella que se publica sin
apenas modificaciones y es definida por Wilcox como “un documento sencillo cuyo fin es
la divulgación de la información en forma lista para publicar” (Wilcox y otros, 2001: 507).
Las notas de prensa han de captar la atención y ser de interés de los medios de comunica-
ción. Su estructura es la propia de una noticia: titular, antetítulo, lead o entradilla y cuerpo
del texto.
La nota de prensa ha de tener un lenguaje claro, conciso, sin ambigüedades ni tecnicis-
mos. Debe ofrecer y recoger todos los datos necesarios. Los datos falsos restan credibilidad
tanto al gabinete de prensa como a la institución. La infografía (información en gráficos)
facilita la comprensión y es probable que el periodista reproduzca el infográfico tal y como
se elaboró. La nota de prensa puede ir acompañada de algún documento de sonido e ima-
gen de utilidad para los medios audiovisuales. Y, siempre va en papel corporativo, en el que,
además del logo de la institución, empresa, etc., se incluya los datos de contacto. El envío de
la nota es nominal, es decir se envía al periodista que cubre el tema, y a todos los medios y
por correo electrónico. Es recomendable revisar bien las notas de prensa ya que los errores
llevarán a futuras aclaraciones que serán una pérdida de tiempo. Es preciso realizar un segui-
miento de la nota de prensa con las oportunas llamadas telefónicas (aunque no siempre son
convenientes) ya que los medios pueden interesarse enseguida por ella o bien hacer caso omiso.
b) El videocomunicado
Viene a ser como una nota de prensa pero en formato vídeo. Los periodistas pueden emitir
directamente la nota o bien extraer las imágenes que son de su interés. El video comunicado
permite un control del mensaje que se quiere emitir. El problema es que requiere inversión
de tiempo y dinero.
c) La rueda de prensa
La rueda de prensa es una convocatoria de la institución o empresa a los medios de comu-
nicación con el fin de tratar a fondo una información que merece la presencia de los medios.
Se otorga protagonismo a los medios ya que éstos podrán realizar preguntas que no siem-
pre serán del tema central por el que se ha convocado la rueda de prensa. En el tema debe
haber una cierta novedad, evitando las ruedas de prensa innecesarias para repetir argumentos.
Se debe convocar con, al menos, un día de antelación. La convocatoria incluirá los datos
básicos del tema pero sin contar el objeto de la convocatoria. El periodista ha de pensar que
allí habrá noticia.
El lugar donde se convoque la rueda de prensa ha de constar con las condiciones técni-
cas necesarias par que los periodistas puedan desarrollar su trabajo: espacio suficiente para
los medios gráficos, tomas de luz, tomas de audio, espacios de trabajo, asientos confortables,
que haya agua... Cuando la sala es propia se garantiza la presencia de bandera(s) que proce-
dan y logotipos. Si es ajena puede disponerse un logotipo en algún fondo liso.
La rueda de prensa se inicia con una primera intervención de la institución o empresa que
durará no más de veinte minutos. El mensaje debe condensarse en una idea de fuerza, una
frase breve que pueda ser el titular. Seguidamente, la rueda de preguntas debe dar oportuni-
dad a que todos los periodistas, y de forma equitativa, pregunten. El Jefe de Prensa es quien
ha de estar pendiente de cortar y elevar el ritmo a fin de evitar que quien comparezca parez-
ca tenso o se niegue a contestar preguntas o esté nervioso porque ha de acudir a otro acto.
d) Las declaraciones
“Las declaraciones son intervenciones a los medios que se producen de manera “espontá-
nea”, es decir, a iniciativa de los medios; aunque entrecomillado, pues con frecuencia, los
políticos buscan los micrófonos para hacer declaraciones. Suelen hacerse a la entrada o sali-
da de un acto público” (Canel: 2007,257).
Las declaraciones son de formato ágil, con pocas preguntas y normalmente referidas a algo
puntual sucedido en las últimas horas.
e) El comunicado de prensa
Es un formato solemne y serio empleado para oficializar una información, para desmentirla o
para aclarar una cuestión. El comunicado se emplea en situaciones graves cuando la situación
puede desembocar en la especulación y la desfiguración de la realidad. Debe recoger de mane-
ra muy precisa la información que se quiere aclarar y de forma concisa y contundente.
f) El dossier de prensa
El dossier de prensa es “una colección de documentos sobre un tema monográfico que se
envía a los medios de comunicación para facilitar la elaboración de las redacciones de una
información que se amplía sobre dicho tema” (Villafañe, 1999).
Suelen estar muy elaborados, se entregan en carpetas o correo electrónico e incluyen infor-
mación completa en diferentes formatos. Incluye notas de prensa, informes sobre el tema,
relación de páginas web donde ampliar la información, etc.
e) Las filtraciones
Es “la cesión de información parcial, prematura y desautorizada” (Hess, 1984). “Es parcial
porque probablemente sobre aquello que se filtra sigan produciéndose informaciones; es
prematura, porque la información sale a relucir antes de que el asunto esté maduro y la ins-
titución tenga ganas de hablar de ello; y es desautorizada, porque una información filtrada
no goza de respaldo oficial” (Canel, 2007).
Centrándonos, ahora, en las actividades necesarias de la comunicación para el fomento de la
seguridad y la gestión de las emergencias, van a describirse, seguidamente, los principales
objetivos y actividades de la Comunicación del riesgo y más concretamente aspectos esen-
ciales de la comunicación en situaciones de emergencia y catástrofe.
Los riesgos evitables son aquellos sobre los cuales se puede establecer un proyecto de pre-
vención y gestionar los procesos que puedan provocar las crisis. Se trata pues de encontrar solu-
ciones que controlen las causas que generan el riesgo. Adelantarse a los acontecimientos y crear
herramientas que permitan evitar o disminuir los efectos. Es una gestión proactiva.
Pero el concepto de riesgo tiene una naturaleza dual. Por un lado tiene un componente físi-
co, objetivo y medible empíricamente. Forma parte del conocimiento experto. Por otro lado,
tiene una dimensión sociocultural, conformada por elementos específicos de la cultura en la
cual esta situado el riesgo y que refleja los valores de aquella organización social (Williamson,
citado por Farré, 2007). Es decir, la comunicación del riesgo no puede tener en cuenta sólo los
argumentos sobre la posibilidad del riesgo y sus efectos potenciales y la competencia institucio-
nal para gestionarlo, sino que ha de englobar los valores socioculturales que rodean y confor-
man la sensación de riesgo. Para ello es necesario involucrar en la gestión del riesgo a la comu-
nidad haciéndola partícipe, ya que ésta influye en la construcción de la percepción del riesgo.
El esquema general necesario en el manejo de la comunicación para la gestión de riesgos, es
decir la organización antes de la crisis, es el siguiente:
• Formación de un comité de crisis en el que aparezcan las funciones de recopilar, clasificar
y distribuir información por separado.
• Seleccionar un gestor del grupo de crisis.
• Identificar las zonas de crisis, las crisis potenciales y las estrategias de respuestas comuni-
cacionales.
• Mantener constantes las relaciones de credibilidad y confianza con los periodistas y con
la prensa.
• Establecer relaciones con la comunidad para fomentar la participación en la gestión del
riesgo.
• Designar y entrenar portavoces.
• Determinar una estrategia de comunicación ante las posibles crisis: definición de mensajes,
medios y audiencias.
• Contar con una lista de contactos seguros, fiables y profesionalmente serios entre los
periodistas.
• Definir el centro de operaciones del grupo de gestión de crisis.
De tal manera, la institución o empresa cuenta con un proyecto de comunicación que hace
frente, desde el punto de vista comunicativo, a las posibles crisis que puedan acontecer.
3. COMUNICACIÓN EN CRISIS
Ante la eclosión de la crisis, sea por la causa que fuere, las empresas o instituciones actúan
de diferentes maneras.
• Algunos responsables optan por guardar silencio. Esto suele agravar la situación. El silencio
levanta sospechas y no satisface la demanda de información de los periodistas que bus-
carán otras fuentes que darán lugar a especulaciones.
• Negar que existe un problema es aceptable si realmente no existe pero si se demuestra que es
verdad lo difundido por los medios de comunicación el deterioro de la credibilidad y de
la imagen pública será muy importante.
• Asumir la responsabilidad de lo ocurrido debe ir acompañado de información pública de las
medidas que se van a adoptar para solucionar el problema y de la compensación que se
dará a los afectados.
• Trasladar la información de manera gradual a la opinión pública. Suele emplearse cuando la
gravedad de los hechos no es totalmente conocida o cuando las consecuencias no son del
todo previsibles o cuando la crisis en sus inicios es de mediana importancia pero no se
conocen las posibles consecuencias.
De cualquier manera, la información debe hacerse efectiva desde los primeros momentos
anunciando el inicio de investigaciones, de las medidas que se van a emprender, de los medios
a de los que se dispone para hacer frente a la crisis, etc.
La comunicación interna asegurará que las diferentes fuentes informativas de interés para los
medios (asociaciones, grupos ecologistas...), que tienen relación con la institución, conozcan la
evolución de los acontecimientos y la estrategia de gestión, así como sus trabajadores.
La comunicación externa pondrá en marcha:
• Centro de prensa o gabinete de comunicación de manera permanente para atender a los
medios y dar respuesta a sus necesidades.
• Un número de teléfono a través del cual los afectados puedan ser atendidos.
• La inserción en la página web de la entidad de las informaciones pertinentes.
• El seguimiento continuado de la información vertida por los medios a fin de poder contra-
rrestar rumores o hacer frente a posibles especulaciones y poder comprobar la reacción de
los medios ante los hechos.
Con la puesta en marcha del Plan de Comunicación de una institución se crean las herra-
mientas necesarias para hacer frente a las posibles crisis y se está preparado para atender las
necesidades de los medios de comunicación y de los ciudadanos.
Diferentes autores coinciden en una serie de parámetros organizativos necesarios para una
buena comunicación en crisis sea tanto empresarial, institucional como corporativa. Las situacio-
nes de emergencia precisan de la elaboración de un plan de gestión de crisis que permita una
actuación ordenada, eficaz, eficiente y coordinada. Los aspectos que vamos a tratar seguida-
mente son los referidos a la comunicación en situaciones de emergencia o catástrofe.
Las emergencias accidentales o los desastres naturales son situaciones que tienen lugar en lo
que se consideran situaciones inevitables, ya que su inicio escapa del control humano. Pero el
hecho de ser inevitables no implica que no puedan ser controlables.
Los Planes de Contingencia incorporan, en sus diferentes fases, la estrategia comunicativa.
Las fases del Plan de Comunicación para situaciones de emergencias y catástrofes son:
• Elaboración de un mapa de riesgos.
• Elaboración de un plan de prevención y alerta.
• Información y formación de los ciudadanos en la fase de prevención.
• Información durante la alerta.
• Evaluación del Plan de Comunicación.
La fase de evaluación permitirá reelaborar los procedimientos que no han sido del todo efec-
tivos o bien consolidar las actuaciones adecuadas.
El cuadro F1 pueden verse, a modo de ejemplo, las recomendaciones de la Dirección General
de Protección Civil para los mensajes de alerta frente a una situación de emergencia por riesgo
químico. Es una recomendación de alerta que cada Comunidad Autónoma deberá adaptar a su
realidad.
Por lo tanto:
Quédese en casa
3. Conecte la radio para conocer los consejos de las autoridades (emisora/s y frecuencia)
Si siente picor en las partes del cuerpo descubiertas, lávelas con agua abundante
Final de la alerta:
De especial noticiabilidad para la prensa y los ciudadanos son los desastres naturales. Por su
magnitud y por las víctimas y daños materiales que pueden ocasionar despiertan un especial
interés a los medios de comunicación. Estos acontecimientos suelen ser portada en los medios
durante días e incluso semanas. Los periodistas se mueven con total libertad por todo el terri-
torio y reciben de primera mano información de las víctimas, en muchos casos incompleta. Las
fuentes empleadas en la elaboración del discurso son los supervivientes, las fuentes sanitarias,
protección civil, policía, bomberos, las agencias informativas, otros medios de comunicación
testigos, estimaciones extraoficiales y rumores. El Centro Coordinador de la Comunicación ha
de canalizar toda la información y ofrecer en el menor tiempo posible informaciones perfecta-
mente contrastadas. Por otro lado, ha de trabajar con absoluta claridad y transparencia, fomen-
tando la credibilidad para poder contrarrestar los rumores y falsas informaciones.
En general, la conducción de la información en las situaciones de emergencias y catástrofes es
de vital importancia. Con la información adecuada se puede reducir el número de víctimas y evi-
tar situaciones de pánico colectivo. Por ello, se debe impulsar desde la diferentes Administraciones
públicas técnicas de información a la población en situaciones de emergencia y catástrofe.
cuerpos de actuación tengan designados y entrenados a los portavoces que les van a representar
y que van a informar a los ciudadanos de sus actuaciones y, por ende, de las responsabilidades
que han adquirido.
La portavocía para cumplir el papel que le es encomendado ha de considerar los siguientes
aspectos:
• Un único portavoz: las informaciones han de canalizarse a través de un único portavoz. De
esta manera se centralizan los mensajes y se evitan informaciones contradictorias así se
consigue una información clara y coherente.
• Actuación coordinada de los portavoces: “en el caso de contar con varios portavoces, estos
deberán actuar de forma coordinada en base a un argumentario común para evitar con-
tradicciones entre ellos, lo que desembocaría en una imagen de desorganización y de des-
concierto ante la opinión pública” (Costa, 2007).
Cuando los portavoces de los equipos de emergencia comparecen junto al responsable polí-
tico, será éste el portavoz principal pero estará apoyado por los portavoces necesarios. El que
aglutina la información y los actos comunicativos es el responsable político.
timenta puede ser informal, ofreciendo así la imagen de que está trabajando, que se conoce
de primera mano la situación y que se preocupa por lo sucedido.
En los casos en los que haya víctimas mortales es necesario mostrar empatía versus los fami-
liares.
“La actitud ha de ser positiva y se hablará para satisfacer el interés general y no sólo el
propio de la organización convocante. No se divagará, se cuidará tanto la comunicación ver-
bal como la no verbal. Se enfacitarán los mensajes clave. Se intentará mantener un diálogo
fluido con el mayor número posible de preguntas” (Marín Calahorro, 2005).
Los gestos deben ser moderados. Las manos estarán encima de la mesa, una sobre otra,
y se gesticulará para acompañar alguna aclaración.
En general la imagen del portavoz debe transmitir coherencia, seriedad, empatía, deseo
de solución del problema y el buen hacer de la entidad a la que representa.
b) Mensaje
Diríjanse al norte. Los responsables de la ciudad estamos vivos y estamos haciendo frente a la situa-
ción (Rudolph, 2002, 37).
Estas fueron las palabras que el alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, dio los momen-
tos inmediatamente posteriores a los atentados del 11 de Septiembre de 2001. El mensaje
era claro, conciso, directo; palabras cargadas de entereza que ayudaron a los habitantes de
Nueva York a sentirse seguros y hacer frente al atentado. Se comunicó a los habitantes qué
hacer y se aseguraba que los responsables estaban al mando. También ordenó que se graba-
ran todas sus comparecencias y que fueran “de uso común” es decir, que fueran compartidas
por todos los periodistas de todos los medios. De esta manera el mensaje llegó a millones de
personas.
El mensaje es la esencia de la comunicación. El tiempo de que dispone un portavoz para
trasmitir sus mensajes a los medios de comunicación es cada vez más escaso. La actualidad
informativa reduce el tiempo y la cantidad de mensajes emitidos. Por este motivo un porta-
voz de una institución pública, una empresa o un partido político ha de estar preparado para
difundir el mensaje de la mejor manera posible en el menor tiempo. Ningún portavoz, aun
cuando sea el mejor orador ha de dejar a la improvisación la elaboración del mensaje. Esto
se consigue con la preparación de documentos de base y la práctica, que son la mejor baza
a la hora de enfrentarse al escrutinio de los periodistas.
En situaciones de crisis, emergencia o catástrofe el mensaje debe contemplar una serie de
características:
• No mentir. En situación de crisis la mentira es contraproducente, tarde o temprano se vol-
verá en contra.
• Difundir información veraz y totalmente contrastada. De esta manera se evitarán contra-
dicciones frente a los medios y la falta de credibilidad que puede dar difundir informa-
ciones incorrectas.
• No minimizar los efectos, “Tampoco es para tanto” es la socorrida frase a la que acuden
muchas organizaciones cuando no tienen una explicación lógica que ofrecer.
• Administrar información en el menor tiempo posible y de manera continuada. Informar
en tiempo real es una necesidad. “Las ediciones electrónicas se actualizan prácticamente
en el instante de producirse la noticia. En estas circunstancias pretender retener la infor-
mación es, además de una tarea estéril, un error comunicativo. La mejor manera de con-
trolar la información es suministrarla” (Ramírez, 2007).
• Enfatizar los mensajes clave.
• El mensaje debe contestar a las cinco preguntas básicas de la teoría periodística: ¿Qué?
¿Quién? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Por qué? Por ello, el portavoz, de manera proactiva, debe
adelantarse a contestar estas cuestiones.
• Acordarse de Internet: la red ha acabado con las fronteras y el secreto informativo. No
se puede controlar el flujo de información pero, si se suministra información de manera
constante y se atienden a los rumores y las informaciones erróneas difundidas por la red,
se les puede hacer frente.
Los medios de comunicación a través se las imágenes, el sonido o la palabra impresa infor-
man de lo sucedido pero su labor puede y debe ser mayor. “Pueden explicar el significado de los
hechos; pueden servir de guías en un terreno incierto y como formadores en un mundo donde
el conocimiento crece en forma exponencial y la ignorancia cobra un elevado precio (Margarita:
1998)”. Así los medios de comunicación adquieren una responsabilidad social importantísima.
Son los canales a través de los cuales la información llega a la población en mayor medida. En
caso de emergencias y catástrofes son la fuente de información a la que se dirige la población,
sea por la televisión, la radio, la prensa o Internet. Por ello, la cultura de emergencias debe afian-
zarse en los periodistas ya que éstos pueden actuar de amplificadores para que los mensajes de
autoprotección lleguen al público y se puedan mitigar o prevenir las consecuencias.
Unidades móviles
La diversidad de las causas que pueden generar una emergencia o catástrofe son tan diversas
que exige la especialización de los profesionales de la comunicación en este tipo de materias.
Cuando sucede una emergencia importante o una catástrofe la información aumenta de volu-
men y se diversifica. “La necesidad de inmediatez por recabar la información motiva consecuen-
cias directas en el producto final, que puede aparecer con frecuencia sesgado o incompleto, sin
contrastar, o con un tratamiento superficial a modo de información de sucesos con los datos
básicos (...)” (Molina & Sánchez, 2007). Los mass media pueden informar sobre lo acontecido y
a dónde dirigirse para solicitar ayuda. Algunos autores son muy críticos con los medios de
comunicación como Stewart & Hodgkinson que afirman que “los mas media tienden a triviali-
zar y simplificar complejos problemas emocionales (por ejemplo mostrando personas muy
fuera de control). En un segundo término, tienden a personalizar los problemas, creando por
tanto problemas de confidencialidad sobre las personas implicadas. Además, actúan frecuente-
mente de forma invasiva y obstaculizando la actividad de los equipos de rescate o a los super-
vivientes a los que están ayudando. En muchas ocasiones los medios de comunicación tienden
a crear mitos con respecto a las personas implicadas en el desastre o rescate, haciendo que la
persona elegida sea un “estrella” y se destaque del resto de las víctimas, generando envidias o
críticas y, a menudo se le vea “congelada” en su imagen de héroe o víctima ejemplar. Finalmente
los mass media cambian rápidamente de interés abandonando a las víctimas y a los equipos de
trabajo, que después de haber permanecido unos minutos bajo los focos se van a sentir, nueva-
mente aislados e ignorados”. Si bien no es incierto que estas actitudes se den en los medios de
comunicación, lo cierto es que la prensa se mide por su responsabilidad. Demonizar a los
medios como los únicos responsables del hacer informativo inadecuado es una visión poco
espectral. La inmediatez demandada por la sociedad en la recepción de información hace que
la prensa trabaje a contra reloj en muchas situaciones. Un mal endémico en muchas redaccio-
nes es la escasez de personal y su deficiencia laboral. Lo que conlleva, por ende, una falta de
especialización. Por otro lado, los responsables de los servicios de emergencia, históricamente,
han dado poca importancia a la atención a la comunicación en sus diferentes facetas y esto
repercute en los medios. Han de informar sea como fuere, la noticia ha de cubrirse y en los
tiempos que marcan las redacciones (el telediario de las tres, los avances informativos, los espe-
ciales...). Si bien, no se pueden excusar las informaciones sensacionalistas, poco contrastadas,
apoyadas en rumores o testimonios de poca entidad, imágenes inadecuadas... sí es cierto que un
buen manejo de la comunicación por parte de los responsables de las emergencias y catástro-
fes ofrece a los profesionales de la comunicación fuentes fiables en las que apoyarse y construir
los mensajes. Además, el trabajo previo con los periodistas en las fases de información y pre-
vención conlleva una mejor colaboración en los casos de emergencia y catástrofe.
La Dirección General de Protección Civil de España a través del Centro Europeo de Investiga-
ción Social de Situaciones de Emergencia (CEISE) en la Conferencia virtual: Teoría y práctica de
las ciencias sociales en situaciones de riesgos catastróficos llegó a la conclusión siguiente:
• Se carece de profesionales adecuados en los Organismos Oficiales para orientar sobre las
relaciones con los Medios de Comunicación.
• Se aspira en ocasiones a una sintonía utópica entre Gobierno y Prensa, que solo sería sín-
toma de que estamos en un sistema totalitarista.
• No existe una planificación de la estructura del discurso y contenidos de los mensajes a
facilitar en una situación de emergencia, recurriendo a la improvisación.
• Se desaprovecha la capacidad de conformación socializadora de los Medios de Comunica-
ción, durante los periodos Inter-catastróficos, para el desarrollo de una cultura sobre la pre-
vención y comportamiento en potenciales situaciones de catástrofe.
De lo que se deduce que los la comunicación ha estado desdeñada en los diferentes organis-
mos públicos de gestión de las emergencias.
Pero no es sólo una responsabilidad de las instituciones, los medios de comunicación son
entidades de servicio público. Por ello, y con más énfasis en situaciones de emergencia o catás-
trofe, deben evitar el sensacionalismo, colaborar con las instituciones que gestionan el riesgo a
la hora de difundir los mensajes y salvaguardar los derechos fundamentales de las victimas y de
la población en general. El Código Deontológico del sindicato de periodistas define, entre otros,
los dos derechos fundamentales que adquieren especial importancia en el acto comunicativo:
Derecho a la intimidad
El/la periodista respetará en su trabajo informativo la intimidad y la dignidad de las perso-
nas, al tiempo que eludirá proporcionar datos que identifiquen a los/las protagonistas de la
información cuando puedan ocasionarles daños morales, tanto en su esfera personal como en
su entorno familiar y social.
Es particularmente importante citar las fuentes desde el primer momento al cubrir emergencias
nacionales e internacionales, así como desastres y accidentes de gran relevancia. Las primeras esti-
maciones de víctimas son con frecuencia inexactas. Si varias fuentes dan cifras distintas deberíamos
informar sobre las oscilaciones o bien acudir a la fuente más cualificada y ofrecer su estimación.
Cuando haya muertos, heridos o desaparecidos es importante evitar, siempre que se pueda, que los
familiares se enteren de lo ocurrido a través de nuestros servicios. Somos conscientes de que cuan-
do no facilitamos nombres de los implicados en nuestras informaciones podemos causar preocupa-
ciones innecesarias a los allegados de personas que pudieran haberse visto afectadas. Pero creemos
que esto no es tan grave como la angustia que se causa cuando las identidades se conocen directa-
mente a través de la radio, la televisión o en Internet.
Tenemos que atenuar la preocupación lo antes posible sin llegar a identificar a las víctimas; por
ejemplo, en el caso de un accidente aéreo daremos detalles sobre la compañía aérea, el número de
vuelo, el lugar de salida y de destino para no alarmar a más personas todavía.
Los medios adquieren y definen su responsabilidad. El carácter de servicio público que les
es encomendado obliga a actuar de manera responsable. Por otro lado, los ciudadanos también
gestionan el consumo responsable de información. Cada individuo decide que ve, escucha o lee,
adquieren una parte de responsabilidad que se mide en las audiencias y en los periódicos vendidos.
ACTIVIDADES
BIBLIOGRAFÍA
RECURSOS ELECTRÓNICOS:
http://www.oecd.org
http://www.proteccioncivil.es/es/index.html
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
3. Uno de los puntos que debe contener el plan de comunicación interna es:
a) El portavoz.
b) El calendario.
c) Estudio de los recursos corporativos.
d) b y c son falsas.
1. a.
2. a.
3. b.
4. d.
5. a.
6. c.
7. a.
8. b.
9. b.
10. b.
GLOSARIO DE TÉRMINOS
Comunicación interna: la comunicación interna persigue que los trabajadores hagan suyos los valo-
res, la filosofía y los objetivos corporativos.
Comunicación externa: la comunicación externa son las relaciones comunicativas que la empresa o
institución tiene con los medios de comunicación, con los ciudadanos, otras empresas o ins-
tituciones.
Portavoz: el portavoz es la persona que representa a la institución hacia fuera y oficialmente está
designada para ello. Coordina la manera en que una institución se comunica y aglutina los
procesos comunicativos.
Seguridad y
Emergencias
Módulo 3
Aptitudes de los medios de comunicación en la seguridad
y las emergencias. El periodismo participativo
PRESENTACIÓN
OBJETIVOS
PERIODISMO PARTICIPATIVO
DOLOR VIOLENCIA Y
TERRORISMO
INTRODUCCIÓN
2. El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa.
4. Estas libertades tienen su límite en el respeto a los derechos reconocidos en este Título, en
los preceptos de las leyes que lo desarrollen y, especialmente, en el derecho al honor, a la inti-
midad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y la infancia.
El tribunal Constitucional ha definido el honor como “el derecho que toda persona tiene a
la propia estimación, el buen nombre y a su reputación (...)”1.
La finalidad de dicho derecho es proteger la consideración personal y la consideración por
parte de quienes configuran el entorno de una persona.
1 Auto 13/1981 de 21 de enero, sobre el recurso de amparo 210/1980, en Boletín de Jurisprudencia Constitucional.
Parlamento británico
En septiembre de 1985, el Fiscal General del Reino Unido, en nombre del gobierno británico,
inició un procedimiento en el Tribunal Supremo de New South Wales (Australia) para prohibir la
publicación del libro ya que consideraba que constituía una violación del secreto de confidencia-
lidad como antiguo empleado del Servicio de Seguridad Británico. La editorial no publicó nada a
expensas de la resolución de la demanda.
El Secretario del Consejo de Ministro británico, Sir Robert Armstrong, señaló que la publi-
cación causaba un enorme daño tanto al Servicio de Seguridad como a sus oficiales y a otras
personas que quedaban al descubierto y además, minaba la confianza de los países amigos, de
organizaciones y daba pié a que otras personas del Servicio buscaran publicar informaciones
similares.
Mientras esto sucedía en Australia, en junio de 1986, el “Observer” y el “Guardian” publica-
ron artículos recogiendo lo que sucedía en Australia así como información de aspectos más
concretos que aparecían en el manuscrito como:
a) el M15 había puesto micrófonos ocultos en reuniones diplomáticas en Lancaster House,
en Londres, en los años cincuenta y sesenta; así como en las negociaciones de Zimbabwe
en 1979;
b) el M15 había puesto micrófonos ocultos en el domicilio habitual de diplomáticos en
Francia, Alemania, Grecia e Indonesia, así como en la suite donde se alojó Kruchev en
su visita a Gran Bretaña en los cincuenta;
Pese a que las informaciones ya habían sido difundidas y publicadas en la prensa internacio-
nal los periodistas afirmaron haber contrastado la información. El estado resolvió que la fuen-
te tenía que haber sido alguien de la editorial con acceso al manuscrito. De tal manera, el fiscal
General inició un procedimiento contra los periódicos por violar la confidencialidad de los
Servicios de Seguridad, fundamentando la demanda en que “la información que contenían las
memorias de Wright era confidencial, y que si un tercero se hacía con ella gracias al incumpli-
miento del deber de confidencialidad de un funcionario, entonces quien lo revelaba asumía la
misma obligación de confidencialidad que la fuente original” (Arzurmendi, 2001).
Finalmente el Tribunal de apelación decidió que se prohibiera con carácter temporal la publi-
cación de artículos con información procedente del autor hasta que se celebrara el juicio. Puesto
que eran hechos ocurridos tiempo atrás no existía urgencia en su publicación.
En estos momentos la información ya había sido publicada por periódicos ingleses, ameri-
canos y australianos y las memorias habían sido publicadas en Estados Unidos.
En 1990 el “Observer” y el “Guardian” acudieron a la Comisión Europea de Derechos Huma-
nos, que admitió la demanda. “El tribunal se cuestionó hasta qué punto la prohibición de difu-
sión que se les había impuesto era necesaria en una sociedad democrática, considerando que,
independientemente de dónde hubiera sido publicada la información, el interés de la prensa y
del público en difundir y recibir información sobrepasa los intereses particulares de un gobier-
no. La Seguridad Nacional y la garantía de autoridad del poder judicial, motivos a los que el
Reino Unido había aludido para justificar la prohibición de la difusión de las memorias, son
límites válidos para el ejercicio del derecho a la información pero con una excepción: que exis-
ta un interés público informativo superior” (Arzurmendi, 2001). Es decir, la ilegalidad de las
acciones del gobierno.
Las aptitudes de los profesionales de la comunicación ante las informaciones sobre el dolor
han de versarse en el respeto a la persona que sufre; minimizando el daño de la información
que se ofrece y teniendo muy en cuenta cuáles son las partes que pueden verse afectadas por
su difusión. El profesional no debe aprovecharse de las circunstancias de superioridad en las
que se encuentra, ya que el doliente se encuentra afectado por la situación, y debe respetar la
voluntad de éste de participar o no en la información.
Nada más difícil que informar al público sobre las diversas formas de violencia social y el terroris-
mo moderno en particular. Por una parte los informadores se juegan la vida. Pero, por otra, está la
tentación de convertir esas informaciones en mero espectáculo sensacional y lucrativo (Niceto
Blázquez en: Ángel & Serrano, 2002).
La violencia es “toda fuerza introducida contra el curso normal de la naturaleza. Así mentir
es una forma de violencia contra el deseo natural de verdad que brota de la esencia misma de
la inteligencia humana. El odio es violencia porque anula brutalmente el deseo de amor de la
voluntad. Matar a una persona es violencia porque se anula mediante la fuerza bruta el deseo
natural de vivir. La tortura, tanto física como moral, es violencia porque sofoca en sus bases la
posibilidad misma de la felicidad introduciendo arbitrariamente un sufrimiento atroz” (Ángel &
Serrano, 2002, 193).
El terrorismo es una forma de violencia extrema que tiene por objetivo la destrucción de
vidas humanas, como medio normal para conseguir objetivos de dudosa categoría ética o sim-
plemente perversos. Ante esta definición cabe plantearse qué se considera terrorismo actualmen-
te y sobre qué terrorismo informan los medios de comunicación de masas. Noam Chomsky,
importante pensador contemporáneo muy crítico con la política de Estados Unidos, expone
que existe un doble rasero y una manifiesta hipocresía en los medios de comunicación y los
intelectuales occidentales a la hora de condenar los actos terroristas. No se aplican las mismas
reglas ni se impone el mismo rasero a EE.UU. que a otros países. Según Chomsky, también es
terrorismo acciones realizadas por países occidentales y que no han sido condenadas como tal.
Pongamos unos ejemplos:
¿debemos bombardear las represas o los camiones en Vietnam? A esta pregunta argumentaba:
bueno bombardear las represas es mucho más gratificante porque se ve su tremendo efecto y el
desastre, la cantidad de personas muriéndose de hambre..., etc. Pero pensar las ventajas desde un
punto de vista táctico sigue siendo más sensato bombardear camiones porque los camiones quizá
llevan equipos militares que podrían perjudicar a los soldados estadounidenses.
Había que superar el placer de bombardear represas para bombardear camiones. No hubo
ningún comentario posterior a este artículo, nadie lo tachó con ningún adjetivo ni hubo ningu-
na reacción. Pero no es sólo la cuestión del artículo la que debe tenerse en consideración, sino
el hecho de que se bombardearan las represas con la consecuente muerte de la población civil.
De la guerra de Vietnam no se tiene ni idea del costo de vidas vietnamitas y cuántos siguieron
muriendo a consecuencia de las armas empleadas, porque esas víctimas no cuentan.
Tras la Primera Guerra Mundial, se realizaron los Juicios de Tokio que juzgaban a los crimi-
nales de guerra, por supuesto los vencidos, Japón y Alemania, los cuales sin duda habían reali-
zado toda clase de crímenes pero nadie juzgó a los criminales de Estado Unidos, que también
los cometieron.
Acabada la Segunda Guerra Mundial, en el tribunal de Núremberg tuvieron que decidir qué
era un crimen de guerra. Había una definición muy explícita. Un crimen era un crimen de gue-
rra si lo cometían los alemanes y no los aliados. Por ejemplo, el bombardeo de poblaciones
urbanas no era un crimen porque estadounidenses y británicos lanzaban más bombas sobre ciu-
dades que los alemanes, por lo tanto no era un crimen de guerra. Abrir los diques de Holanda se
consideró un crimen de guerra, y con razón, se producía la posterior inundación de las ciudades
y la muerte de población civil. Pero, cuando Estados Unidos invadió Corea del Norte y, ya no
quedaba nada por bombardear, bombardeó las represas, con la inundación de las poblaciones
y la consecuente muerte de población civil y esto se contó con orgullo y no como el atroz cri-
men de guerra que era.
Los ejemplos se suceden hasta nuestros días. El terrorismo político o de estado que genera
conflictos, guerras, muertes, dolor, hambre, etc. no puede observarse desde una perspectiva glo-
bal si no se profundiza en las actividades políticas y sus consecuencias. De igual manera, no
puede encuadrarse sólo en estados totalitarios ya que, como hemos visto, los países democráti-
cos ponen en práctica el doble rasero expuesto por Chomsky. A la comprensión de los conflic-
tos no ayudan mucho los medios de comunicación occidentales que mantienen un silencio
selectivo frente a ciertos temas y sobre otros simplemente no realizan una exposición comple-
ta de los hechos. De ahí, que el tratamiento periodístico del terrorismo sea más que enumerar
un código de aptitudes. Si bien, frente al terrorismo, sea del país que sea, pueden adoptarse una
serie de parámetros periodísticos:
• Condena y desprestigio a los actos terroristas poniendo de manifiesto lo inhumano e irra-
cional de sus métodos.
3. EL PERIODISMO PARTICIPATIVO
ha emergido en solo cuatro años, como un desafío directo a los medios establecidos ya que a
diferencia de sus competidores, ha abrazado como normas la velocidad la responsabilidad y la
naturaleza orientada a la comunidad de la Web” (Mezo, 2005). “Con OhMyNews, deseamos decir
adiós al periodismo del siglo XX, donde la gente sólo veía las cosas a través de los medios tra-
dicionales y conservadores. El concepto principal es que cada ciudadano puede ser reportero.
Un reportero es el único que tiene las noticias y que está tratando de informar a otros”, dijo
Oh. Pero la edición del periódico no es anárquica. Los periodistas de la redacción revisan editan
y comprueban los datos de las colaboraciones. Esto no impide la publicación de informaciones
inexactas, una de las principales críticas que se realizan al medio, aunque cabe decir que los
medios tradicionales también publican informaciones inexactas. Para Oh la edición periodísti-
ca es lo que lo configura como medio de comunicación. Si no se filtrara, editara y jerarquizara
la información Oh no sería un medio de comunicación. Pero esta labor, realizada por los periodis-
tas profesionales, es evaluada por los ciudadanos mediante un consejo de reporteros ciudadanos
que se reúne una vez al mes para analizar la labor de la redacción profesional del periódico.
Actualmente, los medios de comunicación digitales tradicionales han puesto en marcha espa-
cios participativos mediante blogs, faceboock, secciones para el periodismo participativo, como
por ejemplo la sección de “Yo, periodista” de El País.com, chats, foros, etc., un abanico de posi-
bilidades de interacción con y para los lectores. El público dispone de herramientas para publi-
car, fáciles de usar y muy poderosas.
Pero el hecho de que las audiencias puedan participar en la construcción de noticias, lleva al
llamamiento a la responsabilidad. “Es decir, si las audiencias van a entrar a ser un socio activo
a la hora de comunicar e interpretar el acontecer social, es muy importante, también, que sean
conscientes de que ese “privilegio” de informar y publicar no es neutro, avalorativo o gratuito, sino
que lleva aparejado una serie de deberes: el rigor, la precisión, la veracidad, la imparcialidad, la ética,
el respeto democrático o la transparencia, por citar algunos de los más mencionados. En caso con-
trario, el periodismo participativo mal entendido como un eufemismo del “todo vale” no nos
llevaría sino a la multiplicación de la anarquía informativa” (Requejo, 2007).
En ese sentido, Dan Gillmor, una de las figuras más destacadas de esta corriente y, en la
actualidad, creador y fundador del Center for Citizen Media, dedicado a fomentarla y estimu-
larla, afirma que “los principios del periodismo participativo deben ser la precisión, profundi-
dad, imparcialidad, transparencia, independencia y el suministro de recursos” (Gillmor, 2004).
Rebeca Blood en su libro: “Universo del Weblog. Consejos prácticos para crear y mantener su blog”,
plantea una serie de reglas básicas que se deben cumplir para evitar que el periodismo participati-
vo se convierta en una yuxtaposición caótica de conversaciones que se va anulando mutuamente y
un espacio de malas prácticas. Estas normas son:
1. No publique cuando esté enojado.
2. Discuta siempre los hechos, no las personalidades.
3. Una vez que haya expuesto sus argumentos tan clara y convincentemente como pueda,
relájese y lea lo que otros tengan que decir, puede que aprenda algo.
4. Responda a los ataques personales ignorándolos.
5. No se apropie de las conversaciones.
6. No malinterprete las posiciones de los demás (Blood, 2005).
En definitiva, se trata de recordar una vez más que la libertad de expresión no es absoluta sino
que hay que respetar unos límites mínimos.
4. INFORMACIÓN EN INTERNET
Como hemos visto, la Red es una herramienta importantísima para desarrollar la democracia
participativa. Pero la Red no es un paisaje idílico y bucólico. A través de Internet se desarrollan
actos ilegales. El ciberterrorismo ha supuesto una nueva amenaza para la seguridad de las naciones
y de los individuos. A través de la Red se vulneran de los derechos fundamentales y las libertades.
Los cibercrímenes o la vulneración de los sistemas legislativos son un problema de calado interna-
cional. No vamos a abordar en este capítulo los aspectos propios del ciberterrorismo como los
mecanismos de control de Internet, los programas (Troyanos), aplicaciones (Sniffer, KeyLoggers)
o los Virus que afectan a los usuarios de la Red. Así como tampoco vamos a tratar el empleo
de la criptología o de herramientas menos visibles (Esteganografía, Hacking) de carácter más
técnico empleadas por los delincuentes. Pero sí vamos a hacer mención a la información sensi-
ble que circula por la Red.
La facilidad de acceso y el anonimato de multitud de contenidos preocupan a los gobiernos,
empresas e individuos debido a que existe una serie de información que en manos de grupos o
personas antisociales o bandas terroristas puede ser una poderosa arma. Nos referimos a la
información sobre explosivos, estupefacientes, armas biológicas, atentados contra la propiedad,
etc. Comentemos estos ejemplos:
• Explosivos: tras el atentado de las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de septiembre
el gobierno de los Estados Unidos inició una revisión de la información sensible que esta-
ba expuesta en la Red. El resultado obtenido afectaba a diversas agencias y departamentos
gubernamentales. Entre otras informaciones estaban publicados mapas de oleoductos y
depósitos de agua e información sobre plantas químicas.
Las instrucciones para fabricar artefactos explosivos a través de procesos fáciles y muy
baratos capaces de engendrar bombas biológicas o agentes químicos han sido difundidas
por grupos terroristas a sus adeptos. Si bien, es posible acceder a los fundamentos teóri-
cos para fabricar explosivos o armamento en cualquier biblioteca, la Red se constituye
como una plataforma de adoctrinamiento y aprendizaje peligrosa.
• Armas biológicas: la información científica puede ser reorientada hacia actividades cri-
minales o terroristas transformando un avance científico en un arma. En general, los
avances en genética y otras especialidades biomédicas y biológicas se publican a través de
Internet. Esta información en manos inadecuadas puede ser reorientada hacia actividades
terroristas. Este hecho ha sido objeto de atención por parte de gobiernos e instituciones
académicas y ha supuesto la revisión de estos contenidos evitando así que cierta informa-
ción sea expuesta libremente en Internet.
• Estupefacientes: debido a las diferentes legislaciones en los países, siendo unos más
permisivos que otros en lo referente a los estupefacientes, no existe una política unitaria
en cuanto a qué contenidos pueden ser públicos o no. De tal manera, pueden encontrar-
se portales temáticos sobre drogas con información muy diversa (La Mariguana.com) o
manuales de química y farmacología de drogas sintéticas.
Como hemos visto la Red acumula información de todo tipo, pero también es cierto que,
pese a los excesos, hay información que no recibe la atención que quizá se merezca como son los
conflictos bélicos olvidados, las actividades ilícitas o ilegales de algunas empresas que son silen-
ciadas por los medios debido al potencial publicitario de estas, determinadas acciones guberna-
mentales, etc. Pero en la red existen otros espacios de difusión que, pese a que no gozan de una
máxima audiencia y suelen ser descalificados como marginales o antisistema, generan informa-
ción de denuncia. La destrucción de las selvas, los conflictos armados olvidados, los abusos de
las empresas y de los gobiernos, la indefensión del Tercer Mundo, las emergencias humanita-
rias, la inseguridad medioambiental, etc.
El individuo que desee estar informado deberá bucear en las entrañas informativas y valo-
rar los hechos desde los diferentes prismas. Un ejemplo de estos portales independientes es
http://observatori.barcelona2004.org. El Observatorio de Crisis es un servicio elaborado por
la Fundación Cidob para el Forum de las Culturas Barcelona 2004 y se encuentra publicado
exclusivamente en internet.
ACTIVIDADES
2. Realizar una reseña crítica sobre el derecho a la intimidad en la seguridad y las emergencias.
BIBLIOGRAFÍA
Ángel Acejas, J. y Serrano Oceja, Fco. J. (2002). Ética de la información y la comunicación. Barcelona:
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Azurmendi, A. (2001). Derecho de la información. Guía jurídica para profesionales de la comunicación.
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dia/weblog.php [fecha de consulta: 05 de febrero de 2009].
Blood, R. (2005). Universo del Weblog. Consejos prácticos para crear y mantener su blog. Barcelona: Ediciones
Gestión 2000.
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Disponible en: http://www.oreilly.com/catalog/wemedia [fecha de consulta: 13 de abril de
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TUMBER, Howard (2001). Democracy in the information age: The role of the Fourth State in cyberspace. En:
Webster, Frank (ed.). Culture and politics in the information age: A new politics? Londres: Routledge, p.
17-31.
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
3. ¿Cómo se llama el derecho definido como: el derecho que toda persona tiene a la propia
estimación, el buen nombre y a su reputación?
a) Derecho a la propia imagen.
b) Derecho al honor.
c) Derecho al cariño.
d) b y c son ciertas.
4. ¿Es ético que los profesionales con el objeto de recibir información, invadan espacios
íntimos de los dolientes?
a) Sí, siempre.
b) No.
c) Los dolientes situados en espacios públicos no tienen derecho a la intimidad.
d) En un ámbito público estará justificado cuando el tema que lo enmarca es de interés
informativo (por ejemplo; las imágenes que se toman después de un terremoto) y siem-
pre que el tratamiento que se le de respete los derechos del doliente.
6. Una forma de violencia extrema que tiene por objetivo la destrucción de vidas humanas,
como medio normal para conseguir objetivos de dudosa categoría ética o simplemente
perversos, es denominada:
a) Terrorismo.
b) Guerrilla.
c) Fuerzas aliadas.
d) Cascos azules.
7. El acto por el que un ciudadano o grupo de ciudadanos, informa, analiza y difunde noticias
e información, desempeñando un rol activo en todo este proceso recibe el nombre de:
a) Chismorreo.
b) Global News.
c) Cibercomunicación.
d) Periodismo participativo.
1. c.
2. a.
3. b.
4. d.
5. b.
6. a.
7. d.
8. d.
9. a.
10. c.
GLOSARIO DE TÉRMINOS
Derecho al honor: el tribunal Constitucional ha definido el honor como “el derecho que toda per-
sona tiene a la propia estimación, el buen nombre y a su reputación (...)”2.
La finalidad de dicho derecho es proteger la consideración personal y la consideración por
parte de quienes configuran el entorno de una persona.
Derecho a la propia imagen: es el derecho de la persona a decidir sobre la comunicación de su imagen
física.
Derecho a la intimidad: la sentencia 115/2000, de 5 de mayo delimita el derecho a la intimidad: (...)
La CE en su artículo 18.1 reconoce el derecho fundamental a la intimidad que tiene por obje-
to garantizar al individuo un ámbito reservado de su vida, vinculado con el respeto de su dig-
nidad como persona, frente a la acción y el conocimiento de los demás, sean estos poderes
públicos o simples particulares. De suerte que el derecho a la intimidad atribuye a su titular
el poder de resguardar es ámbito reservado, no sólo personal sino también familiar, frente a
la divulgación del mismo por terceros ya una publicidad no requerida. No garantiza una
inmunidad determinada, sino el derecho a poseerla, disponiendo a este fin de un poder jurídi-
co sobre la publicidad de la información relativa al círculo reservado de su persona y familia,
con independencia del contenido de aquello que se desea mantener al abrigo del conoci-
miento público (...).
2 Auto 13/1981 de 21 de enero, sobre el recurso de amparo 210/1980, en Boletín de Jurisprudencia Constitucional.
Seguridad y
Emergencias
Módulo 4
Casos prácticos
PRESENTACIÓN
Este módulo, a través del estudio de dos casos, permite ver, por un lado, la influencia de los
medios de comunicación social en el acontecer histórico llegando a generar conflictos y situa-
ciones de emergencia. Por otro lado, el caso del Atentado de Hipercor permite valorar la nece-
sidad de la comunicación correcta interinstitucional, interna y con otros actores.
Es un módulo en el que se aplican los conocimientos obtenidos en los anteriores capítulos
y que permite la reflexión crítica del alumno.
OBJETIVOS
ESTUDIO DE CASOS
CASO I
Contexto histórico
La Guerra Hispano-Estadounidense se desató entre España y los Estados Unidos de América
en 1898, siendo presidente del gobierno español Práxedes Mateo Sagasta y presidente de Estados
Unidos, William McKinley.
Los resultados de esta contienda fueron la “independencia” de Cuba y la pérdida de España
de las colonias en América y Asia (Puerto Rico, Filipinas y Guam), cedidas a Estados Unidos,
que se convertiría en potencia colonial.
Estados Unidos, que no había participado en el reparto de las colonias de Asia y África, nece-
sita expandirse al exterior por razones de economía. En aquella época, un país era más poderoso
en tanto su influencia y moneda se hacían sentir en más territorios y colonias. Además, necesita-
ban nuevas rutas comerciales y nuevos territorios que absorbiesen la producción nacional y
aportasen materias primas a la nueva industria. De tal manera, Estados Unidos fijó su expan-
sión en el área del Caribe y, en menor medida, en el Pacífico, donde su influencia ya se había
dejado sentir en Hawai y Japón. En ambas zonas se encontraban valiosas colonias españolas
(Cuba y Puerto Rico en el Caribe, Filipinas, las Carolinas y las Marianas en el Pacífico) que resulta-
rían una presa fácil debido a las fuertes crisis políticas. En el caso de Cuba, su fuerte valor eco-
nómico, agrícola y estratégico ya había provocado numerosas ofertas de compra de la isla por
parte de varios presidentes estadounidenses (John Quincy Adams, James Polk, James Buchanan y Ulysses
Grant), que el gobierno español siempre rechazó. Cuba no sólo era una cuestión de prestigio
para España, sino que se trataba de uno de sus territorios más ricos y el tráfico comercial de su
capital, La Habana, era comparable al que registraba en la misma época Barcelona.
Paralelamente, las influencias de la revolución francesa y estadounidense gestan el nacimien-
to del sentimiento nacional en Cuba apoyado por el desarrollo de una nueva burguesía local y
forzado por las limitaciones políticas y comerciales impuestas por España que no permitía el
libre comercio con Estados Unidos y otras potencias de productos, especialmente el azúcar de
caña. La radicalización de estos sentimientos desató entre 1868 y 1878 la Guerra de los Diez Años
que culminó con la firma de la paz de Zanjón que no sería más que una tregua.
En febrero de 1896 es nombrado Valeriano Weyler y Nicolau capitán general de Cuba por
Cánovas del Castillo, con órdenes de zanjar los intentos independentistas por la fuerza de las
armas. La llegada del General es tomada con interés por la prensa norteamericana. El famoso
dibujante Remington fue enviado por aquellos días por el Journal para que dibujase y explicase
las barbaridades que realizaban los españoles en la isla. Pero la situación estaba normalizada y
Remington solicitó volver a casa, escribió: “Todo está en calma. No habrá guerra. Quiero volver”.
Hearst le contestó su ya mítica frase: “Usted facilite las ilustraciones que yo pondré la guerra.”
La confrontación entre España y Estados Unidos iba en aumento. La prensa de ambos paí-
ses articulaba campañas de desprestigio contra el adversario. La prensa estadounidense alababa
la valentía de los cubanos mostrándolos como libertadores en lucha contra el yugo de un país
descrito como tiránico, corrupto, analfabeto y caótico. Por su parte, los españoles, que no tenían
ninguna duda de la intención de EE.UU por anexionarse la isla, dibujaban a unos hacendados
avariciosos y arrogantes, sostenidos por una nación de ladrones indisciplinados, sin historia ni
tradición militar, a los que España debería darles una lección. La prensa tuvo una participación
destacada en los acontecimientos. Al frente de los combates periodísticos estaban los diarios
neoyorquinos The New York World, de Joseph Pulitzer y The New York Journal, de William Randol
Hearst. La prensa amarilla de Hearst y Pulitzer incitó al pueblo americano a intervenir en la gue-
rra publicando falsedades y exageraciones. Cabe destacar que periódicos como The Times en
Inglaterra o el Evening Post en Estados Unidos, entre otros, denunciaron las intervenciones de la
prensa sensacionalista.
La situación militar española en Cuba, pero, era un poco complicada. Los revolucionarios
controlaban el campo mientras que las zonas fortificadas y las principales ciudades estaban bajo
control español. El Capitán General español Weyler decidió realizar una política de Reconcentra-
ción que consistía en concentrar a los campesinos en reservas vigiladas para aislar a los rebeldes y
dejarlos sin suministros. Esta reconcentración disminuyó drásticamente la producción agrícola del
país. 200.00 cubanos murieron a causa de la falta de alimentos. Estos acontecimientos exacer-
baron el odio colonial y por ende el sentimiento independentista; las manifestaciones se suce-
dían. Estados Unidos que veía como el movimiento cubano podía derrocar a España, ya que se
retrasaba la independencia de Cuba por parte de España, decidió intervenir con el fin de con-
trolar la isla. Con la excusa de salvaguardar de posibles ataques y los intereses de la población
estadounidense en Cuba, el gobierno envió a La Habana el acorazado de segunda clase Maine.
Procedente de la isla Tortuga, al mando del Comandante Charles D. Sigsbee. Con una tripula-
ción de 350 hombres el Maine entró en La Habana a las 11 de la mañana del 25 de enero de
1898 sin avisar de su llegada, lo que es contrario a las prácticas diplomáticas tanto de la época
como actuales.
A pesar de ello, la tripulación fue tratada con toda amabilidad por las autoridades españolas.
En correspondencia a este hecho España envió al crucero Vizcaya al puerto de Nueva York,
hecho que posteriormente fue instrumentalizado por la prensa declarando esta entrada en puer-
to como una amenaza de España a los americanos.
A finales de 1897 Hearst intercepta una carta (enviada al magnate americano por un revolucio-
nario cubano) que el embajador español en Washington, Dupuy de Lôme, enviaba a un amigo a
España la cual calificaba al presidente americano McKinley como “débil instrumento de la canalla
y, además, político de baja estofa”. Esta carta publicada el 9 de febrero de 1898 por Hearst
indignó a la opinión pública americana. La prensa había gestado un caldo de cultivo en la opi-
nión pública oportuno para que prosperara la guerra.
El 15 de febrero a las 21,40 horas el Maine explota misteriosamente. De los 355 tripulantes falle-
cen 254 hombres y dos oficiales. El resto de los oficiales estaban disfrutando de un baile en su
honor celebrado por las autoridades españolas. Cuatro días antes de la voladura el yate de Hearst
estuvo anclado en lugar próximo al Maine, a donde había llegado de forma extraña e imprevista.
El día siguiente la prensa norteamericana, sin esperar los resultados de la investigación sobre
las causas de la explosión, acusó a los españoles de haber volado el Maine colocando una mina
bajo el casco de la nave, un torpedo o tal y como fue definido por la prensa de Hearst “El Maine
partido en dos en La Habana por un infernal artefacto del enemigo”.
Las rotativas de los periódicos empezaron a echar humo. Hearst publicó “La destrucción del
Maine fue obra de un enemigo”, acusando al gobierno español de haber minado el puerto, cosa
imposible ya que continuamente entraban y salían barcos españoles de la bahía. En dos recua-
dros en primera página anunciaba un concurso para la caza y captura del causante del ultraje
ofreciendo un premio de 50,000 dólares. Fabricó un tipo de letra con el cual las palabras cubrían
de un lado a otro de la primera plana y publicó: “Guerra segura”. Edwin Lawrence Gogki, direc-
tor y propietario del Evening Post, días después del siniestro escribió “nada tan desgraciado como
el comportamiento de estos diarios (se refería a los de Hearst y al Word) se ha conocido jamás en
la historia del periodismo de este país, con reproducción indebida de hechos, invención delibe-
rada de cuentos calculados para excitar al público, a lo que añade la temeridad desenfrenada en
la composición de titulares. Es una vergüenza pública que los hombres puedan hacer tanto
daño con el objeto de vender más periódicos”.
Así fue como la influencia de los medios de comunicación, especialmente el New York
Yournal, incitó la guerra de Estados Unidos contra España, tergiversando las noticias sobre la
insurrección y haciendo uso de las técnicas de moldeamiento de la opinión pública al alcance
del periodismo amarillo, atacando la sensibilidad y el sentimiento norteamericano y creando una
psicosis de guerra, lo que llevó al presidente McKinley a la adopción de medidas extremas.
Solicitó del Congreso el permiso para declarar la guerra a España. Comenzaba así la Guerra his-
pano-estadounidense.
La guerra duró cuatro meses y Hearst sólo obtuvo pérdidas. Llego a sacar 40 ediciones en un
solo día, con el gran esfuerzo que suponía hacerlas parecer diferentes.
Los resultados de las diferentes investigaciones realizadas al suceso no han aclarado las causas
del mismo. Pero los diferentes historiadores concluyen que no es plausible relacionar categóri-
camente el hundimiento con las autoridades españolas por diferentes motivos:
1. En caso de que el suceso fuera un sabotaje, se podría haber adjudicado la responsabilidad
tanto al los españoles como a insurgentes cubanos como a las propias autoridades ame-
ricanas, entre otros. Todos tenían motivos.
2. Que de haber sido una explosión por causas externas los barcos colindantes habrían
sufrido desperfectos, cosa que no sucedió, por lo que la conjetura más plausible es que
fuera una explosión interior (de la carbonera interna o dinamita almacenada). Diferentes
expertos así lo exponían pero las autoridades americanas, que no aceptaron una comisión
de investigación conjunta, no dieron voz ni siquiera a sus propios expertos que así lo ase-
veraban como el Ingeniero Jefe de la Armada, Melville, para el que era probable que la
causa de la explosión fuera el estallido fortuito de los pañoles de munición, o el experto
en municiones de la Armada, Philip Alger, para el que la causa probable era el incendio
de los pañoles de carbón, combustión que habría provocado la explosión de la munición.
3. Que de haber sido una explosión externa hubieran aparecido numerosos peces muertos
en la bahía a causa de la onda expansiva ya a que éstos entraban para comer los deshe-
chos de los buques y de la ciudad. Y también se hubiera visto una columna de agua, cosa
que no sucedió y además no tendrían que haber explotado los pañoles.
Art. 2°. España cede a los Estados Unidos la isla de Puerto Rico y las demás que están ahora
bajo su soberanía en las Indias Occidentales, y la isla de Guam en el archipiélago de
las Marianas o Ladrones.
Art. 3°. España cede a los Estados Unidos el archipiélago conocido por las islas Filipinas (...).
Art. 5°. Los Estados Unidos, (...) transportarán a España, a su costa, a los soldados españoles
que hicieron prisioneros de guerra las fuerzas estadounidenses al ser capturada Manila.
Tratado de París del 10-12-1898
CASO II
¿Por qué resuelve la sentencia que hubo un funcionamiento defectuoso, calificado de negli-
gente? Estudiemos los hechos.
Es domingo, Troitiño, miembro del comando de ETA, desde una cabina telefónica realiza
las llamadas.
La Guardia Urbana envía un coche patrulla a Hipercor y llama al 091.
Troitiño llama seguidamente a Hipercor, son aproximadamente las 15:15. La telefonista Reyes
Palomo, una joven de 24 años que también hace funciones de secretaria, llama al director, Joan Lladó, por la
megafonía interior pero Joan Lladó había salido a comer y en su lugar se presenta en el despacho de dirección el
jefe de ventas, Antonio Luque, que oye el mensaje: han llamado y han dicho que ETA ha puesto una bomba.
Cuando se entera de la amenaza, hace llamar a Reyes Palomo a Lladó a la cafetería, situada en el edificio
de enfrente y que, por lo tanto, no ha oído que le llamaban por el chivato, y se dirige al vestuario de los segura-
tas, muy rápidamente explica al jefe de grupo, Luis Magdalena, que ha habido una llamada avisando de que
hay una amenaza de bomba. Magdalena convoca a sus hombres a través del walki-talki, Roberto Merchán y
Antonio Ballarín, y los pone a inspeccionar las zonas que tienen asignadas y las tres plantas del parking. Lista
esta mini reunión Luque va en busca de Joan Lladó, al cual aún se encuentra en la cafetería, en el edificio de
enfrente. Todo esto sucede en cinco minutos, entre las 15:15 y las 15:20, hora en que llega a Hipercor el coche
de la Guardia Urbana N-43, que llevan José Díaz y Valentín Magán.
El turno de tarde de los trabajadores de Hipercor empieza a las tres y cuarto, que es la hora a la que llega
la cajera Milagros Rodríguez, a la que le llaman la atención dos cosas: en la entrada no están los seguratas pero
sí dos municipales. Se dirige a la caja y habla con la compañera que ha de sustituir.
“–¿Qué pasa que hay tanto movimiento?
–Que hay una amenaza de bomba, pero no te lo creas, que no han encontrado nada.”
El carnicero Robert Manrique también se incorpora al mostrador en ese momento. Se ha acabado de duchar
y empieza a ordenar las piezas de carne en el mostrador.
Los municipales ya están en el almacén cuando Domingo Troitiño todavía está haciendo llamadas. Cuando
faltan cinco minutos para las cuatro y media, el miembro de ETA marca el 246 60 00, número del diario
“Avui”. Coge la llamada la telefonista Georgina González del Valle, que, muy nerviosa por lo que ha oído y por-
que sólo tiene 21 años, le explica a la secretaria de dirección Pilar Miquela, que llama a los “Mossos d’Esquadra”
y les transmite el mensaje de ETA: Lo recibe el “mosso” Francesc-Josep López: han puesto una bomba en Hipercor
que explotará entre 3:30 y las 3.34. Pilar Miquela ha entendido mal los últimos dígitos. Georgina González
del Valle le ha dicho “entre tres i tres trenta-quatre(entre tres y tres treinta y cuatro)” y Pilar Miquela ha enten-
dido “entre tres trenta i tres trenta-quatre(entre tres treinta i tres treinta y cuatro)” confusión fonéticamente bien
fácil en catalán.
El primer coche patrulla de la policía que llega a Hipercor es el Z-130, y sólo con un minuto de diferencia
llega el segundo, el Z-136, que recibe la orden de dirigirse a Hipercor cuando estaba en el paseo del doctor Pi i
Molist; son, respectivamente, las 15:27 y las 15:28. Cuando la policía autonómica ha recogido la llamada del
“Avui”, la traslada al 091; su jefe de sala puede decir a los “Mossos” que ya ha recibido otro aviso de la
Guardia Urbana y han enviado a dos Z. Es el telefonema núm. 1680, registrado a las 15:31. Faltan 37 minu-
tos para la explosión.
“–Policía.
–Hola. Mire, le llamo de aquí de los Mossos d’Esquadra.
–Sí, ¿qué hay?
–Me acaban de llamar ahora mismo, la secretaria del director del diario, del diario “Avui”.
–¡Toma del frasco, Carrasco!
–Del diario “Hoy”, del diario “Avui”.
–Sí.
–Y entonces ha dicho que ETA les ha llamado y les ha dicho que explotaría una bomba allí en HIpercor,
donde es el supermercado que hay en la Meridiana.
–Sí, espérate un momento.
–Vale.
–Bueno, entonces del diario “Avui”, ¿no?
–Sí.
–Sí, o sea, ha llamado.
–Espera un momento.
–Sí.
–¡Oye!
–Sí.
–Que han dicho que explotaría a las 3:30 ó 3:34.
–Oye, oye, que ya hay un coche allí.
–Vale, vale.
–Nos ha llamado también la Guardia Urbana.
–De acuerdo.
–¡Espérate, espérate! A ver, ¿Qué es lo que han dicho al diario”Avui”?
–Bueno nos han dicho que ETA ha reivindicado que han puesto una bomba.
–¿En castellano?
–Sí... Bueno, no me lo han especificado porque lo he apuntado rápido y he pasado la llamada.
–Entiendo, sí.
–Que explotaría una bomba.
–¿Sí? ¡Que explotaría una bomba!
–En Hipercor.
–Una bomba... ¿En Hipercor, no?
–Sí, que es un supermercado que hay en la Meridiana.
–El super que hay en la Meridiana. ¿Nada más?
–Sí que explotaría alas 3:30 ó 3:34.
–¿3:13?
–¡3:30 ó 3:34!
–Y han dicho también que de todas maneras que han dicho que allí en el supermercado han avisado; que
les han avisado.
–Sí.
–Pues nada más.
–Bueno.
–Vale, adiós.
–Adiós.”
Cuando ha terminado la llamada de los Mossos d’Esquadra, la sala del 091 llama al “Avui” y habla direc-
tamente con Georgina González del Valle para preguntarle qué le ha dicho ETA. A Georgina le tiembla todo.
Llegando a Hipercor los policías de los dos coches Z, llegan también Lladó y Luque de la cafetería; se encuen-
tran todos en la puerta, donde también están los urbanos. En ese momento los agentes son informados de que
hay una maleta sospechosa en la consigna, que lo es en tanto que la persona que la ha dejado ha dicho que no
la moviesen mucho, que es frágil. Se dirigen a la consigna Lladó, Luque y un policía. Joan Lladó abre la cre-
mallera de la maleta: está llena de botellas de colonia y cosméticos, ya que es propiedad de un viajante de pro-
ductos de perfumería. El policía riñe a Lladó por su temeridad al abrir el paquete que les ha hecho sospechar.
Los policías piden llamar a jefatura para dar las novedades, al mismo tiempo que la sala les da orden de
hacer una inspección ocular. Llaman desde el teléfono de Hipercor situado en la primera planta del aparcamien-
to, la misma donde han estacionado el coche bomba, y les acompaña Lladó. Mientras están en la centralita,
Reyes Palomo informa a los policías directamente de la amenaza que ha recibido. Les dice que ha llamado un
hombre con acento vasco diciendo que ETA había puesto una bomba en los almacenes y que explotaría entre
las 15:30 y las 15:40. Son las tres y media.
Mientras los policías están hablando con la sala del 091 y con Reyes Palomo, Lladó se ha ausentado. Sube
hacia arriba y encuentra que allí el movimiento continúa y los agentes de seguridad están en pleno registro. Robert
Manrique los ve pasar por delante de la carnicería.
“–¿Qué hacéis?
–Nada, ya sabes, aquellas tías que roban lencería y tiran las cosas a la papelera.
–Ah, vale.”
El topógrafo y espeleólogo Pau Pérez de Pedro detecta justamente en ese momento los movimientos nerviosos
de los seguratas por la planta de alimentación, donde está comprando. Pérez de Pedro es hombre de sangre fría
y calma, con muchas cimas conquistadas en campeonatos difíciles y experiencia en situaciones de tensión. El olfa-
to de la experiencia le avisa de alguna cosa.
Diez minutos después, sobre las 15:40, cuando los policías han terminado las conversaciones, piden a la tele-
fonista que llame a Lloan Lladó por megafonía. Oye los altavoces cuando está delante de las vidrieras y vuelve
a bajar al parking en compañía de Luque. Los policías, que han recibido instrucciones, señalan a Lladó la con-
veniencia del desalojo mientras hacen la inspección ocular, “en previsión de que pudiera explosionar el posible
artefacto”, pero el director del centro responde que ya tiene su propio servicio de seguridad registrando. Son apro-
ximadamente las cinco menos cuarto y los de Hipercor comentan que ya ha pasado la hora que les han anun-
ciado en qué la bomba explotaría, las 15:30, y que por lo tanto se trata de una amenaza falsa como tantas
otras. Los policías asienten.
Suben todos arriba. Los policías y los municipales están en la puerta, por la cual los coches están entrando
al parking, alguno de los cuales pregunta si pasa alguna cosa al ver tantos “monos”. Rosa María Peláez entra
en aquel momento. Su marido conduce y su hijo de tres años va detrás. Rosa María baja la ventanilla y pregun-
ta a los policías.
–“¿Que pasa algo?
–Nada, nada pueden entrar tranquilamente”.
Como aquel coche, y en aquel lapsus de tiempo, entran otros. Nadie les avisa de que están entrando en un
local que acaba de recibir una amenaza de bomba. Los que le siguen conservan los tickets de entrada al par-
king; muchos otros entran igualmente pero los pierden. El parquímetro marca las 15:47 en el tíquet de Juan
Luis Martín, que entra con un R-11. Cuatro minutos después la máquina impresiona el tíquet de Milagros
Ugell y el de José Moreno, que va a reponer las mercancías de la empresa Gillette en los expositores. Maria
Àngels Planas y Cristóbal Martín entran en sus viejos modelos, un 4-L y un 600, a la misma hora, las 15:53.
Josep Soler, que es carpintero, también entra a las 15:53 con su furgoneta: esta haciendo un trabajo en la pla-
cita que separa los dos edificios del super. El taxista José Luis Ramos llega con la mujer y la hija a las 15:58,
como José Manuel Rodríguez. El coche N-43 de la Guardia Urbana y el Z-30 de la policía se van.
A las cuatro entraba Antonio Aparicio con otro 600 y Nuria Verde con un Opel Corsa, que aparca y va
hacia el ascensor. Un minuto después el parquímetro escupía el tíquet del Ford Escort de Tomàs Cortés, que iba
con su mujer. Se despiden los policías del Z-136 que estaba en la puerta de guardia y, terminadas la últimas
gestiones, Joan Lladó iba hacia la cafetería a cerrar el paréntesis de una comida que una llamada inoportuna
había interferido. Tomàs Cortés y su mujer buscan sitio, hacen la maniobra, aparcan, cogen las bolsas y van
hacia el ascensor; mientras tanto, a unos metros acaba de coger el tíquet Josep Valero desde su Peugeot-205; ha
de entrar a trabajar en unas oficinas del mismo edificio. Estaciona el vehículo en el mismo momento que otro
vehículo, un Ford Sierra azul, que está muy cerca, explota violentamente. Son las 16:08.
Una onda supersónica de 2.834 metros por segundo, una presión de 96.948.351 toneladas/metro, una tem-
peratura de 2.300 grados y la ocupación de la atmósfera por el gas letal monóxido de carbono es lo que atravie-
sa en ese momento el espacio y el tiempo y los perfora. Josep Valero muere instantáneamente. El ascensor en el
que están subiendo Tomás Cortés y su mujer tiembla, se queda a oscuras y se para, pero les hace de carro blin-
dado y les salva la vida. A Milagros Rodríguez le cae el techo encima y le llueve una tempestad de agua que sale
a presión de las tuberías que revientan y se mezcla con vidrios hechos añicos; un ataque histérico le arranca los
chillidos. Rosa María Peláez ve que el “Bollicao” que se estaba comiendo su hijo explota. Ve como personas y
placas del techo vuelan mientras silban como vientos finísimos pero potentes y gritos de angustia que se mezclan
como la banda sonora de una película que es real. Robert Manrique se encuentra delante de su mostrador cuan-
do una broca de fuego que trepana el suelo ignorando la ley de la gravedad y se emparra hasta convertirse en una
columna incandescente que deslumbra.
El evangelista Juan no había tenido una visión del fin del mundo antes de escribir el Apocalipsis. En su
lúcida vejez había visto en realidad Guernika y Londres, Hiroshima y Nagashaki, Dachau y Auswitch, Hanoi
y Haiphong. De todos estos sitios describió episodios. También dedicó unas líneas a Hipercor: “Abrí el pozo del
abismo y salió una humareda como la que hace una gran fragua: el sol y el aire oscurecieron de la humareda del
pozo”.
Todo el mundo corre buscando a los familiares en el horror del espacio, del tiempo y del propio cuerpo que-
mado. Pau Pérez de Pedro mantiene la calma para ayudar al que puede; si hubiese llevado encima el casco de
espeleología, la el doble traje aislante, las botas que se están quemando en el portaequipajes del coche... Mierda.
Cuando trabajaba de soldado en los boinas verdes le habían enseñado la técnica de las trampas bomba que había
patentado la guerrilla del Viet-Cong, pero nunca había visto las consecuencias reales. Robert Manrique apenas
ve pero arrastra hacia fuera a una chica que deambula como una alma en pena. Sortean obstáculos, algunos de
los cuales son cadáveres, otros heridos graves: metralla en diferentes partes de los cuerpos, los tímpanos reventa-
dos, la sangre que espesa la saliva, las costillas que se clavan en los pulmones, la sangre que los atraganta, el
ahogo. Esto explicarán los forenses.
Antonio Aparicio acaba de llegar a la planta de alimentación y Nuria Aparicio acaba de bajar del ascen-
sor en la planta superior, donde está la ropa. Siente la explosión y el ruido del viento de las láminas metálicas
del techo. Sale a toda pastilla por la puerta principal. Tomás Cortés y su mujer ya no pueden salir del ascensor
por la planta de alimentación, debajo de la textil, de manera que vuelven a bajar y salen por donde han entra-
do: por el parking, que se ha convertido en un escenario donde el terror ha salido de las películas y se ha hecho
en tres dimensiones. Entre el humo, ven gente gritando con la ropa quemada. Huyen hacia la calle y se encuen-
tran con otra gente que huye. Todo el mundo huye, sólo entran 37 Mossos d’Esquadra que están en esos momen-
tos circulando por la Meridiana, al lado de Hipercor, en expedición hacia la Costa Brava para incorporarse ala
operación Verano-87.
Los agentes del coche patrulla Z-136 están en la comisaría de Sant Andreu. Mientras uno de ellos da el
comunicado al inspector jefe del servicio de guardia, el otro, que se ha quedado en el volante del coche, escucha
por la emisora el mensaje a todas las unidades de volver a dirigirse a Hipercor porque ha explotado una bomba:
“A las 16:10 horas ha hecho explosión un artefacto en la planta de alimentación del establecimiento
Hipercor sito en la Avenida Meridiana con calle Dublín. Diríjanse allí todas las unidades disponibles”.
Al llegar, se topa de bruces con dos personas prácticamente quemadas que huyen. Las recogen y las trasla-
dan al dispensario municipal de la calle Concepció Arenal. Los bomberos también acaban de llegar: todas las
dotaciones del parque de Sant Andreu Provença.
Manuel Carracedo, jefe de bomberos, se preocupa inicialmente de tratar de sacar del Hipercor todos los heri-
dos: todo el mundo afuera, no quiere nadie dentro. Ordena dos “ataques” en esta línea: un piquete entra por el
parking y otro por la escalera de emergencia. Paralelamente, un tercer grupo busca los puntos de fuego y los apaga,
y un cuarto desaloja los tres bloques de viviendas situados enzima del almacén. Mientras lo bomberos trabajan
incansablemente, llega el policía experto en explosivos, que intenta bajar al parking, pero no puede porque no
ha traído la máscara. Los bomberos le dejan una de aquellas que son muy parecidas a las que llevan los sub-
marinistas, con bala de oxígeno en la espalda.
El subinspector titular con carnet profesional número 16.743.129 inspecciona que no haya otro explosivo
en el parking, ya que tanto ETA como el IRA ponen a veces una segunda bomba retardada justamente para
cazar a los desactivadores. Una vez descartada la existencia de cualquier otro artefacto, mira el coche bomba,
escondido en un cráter que hace dos por tres metros, y que en el primer informe hace constar que cree que es un
Ford Orion de motor diesel y que el explosivo es el que ellos llaman “Napalm” por su carácter incendiario. En
la misma planta hay unos sesenta coches destrozados.
Milagros Rodríguez consigue llegar a la placita que hay entre los dos edificios. Rosa María Peláez se encuen-
tra en la calle agarrada a una chica que, toda quemada, pregunta por su madre; se le adhieren las escamas negras
en que se ha convertido la ropa. Su marido lleva al niño, empastifado de chocolate y del humo que se le ha engan-
chado, y se caga en todo. A Rosa maría Peláez le extraña no ver ni una lágrima, pero es que aunque el terror
de las películas haya dejado el plano para alanzar las tres dimensiones, la gente llora más en el cine que en la
realidad.
Robert Manrique se encuentra en la calle agarrado a una chica encendida. La tira al suelo para apagar las
brasas y la recogen los equipos de ambulancias que acaban de llegar. Al ruido de la hecatombe le sucede el soni-
do de las sirenas de diferentes timbres que intercambian disonancias: policía, bomberos, municipales Mossos,
ambulancias. Robert Manrique sube a un taxi en el que ya hay una chica dentro. También está quemada.
–A la Vall de Hebron.
Cuando Manrique llega a la Residencia, los otros afectados ya están y van llegando más; la unidad de que-
mados casi llega al colapso. Los auxiliares de clínica empujan las camillas con una mano y sujetan las botellas
de suero glucosado con la otra, “¡Dejad paso leche!”, mientras ordenan un caos circulatorio de ambulancias.
Atienden a 37 afectados. Dos llegan cadáver y la mayoría tiene quemaduras superiores al 70%. Robert
Manrique ha perdido el conocimiento, pero se entera de lo que está pasando porque oye como dos médicos a los
que no ve comentan que ha estallado una bomba de los “hijos de puta de ETA”. Tiene los brazos y las manos
quemados y le han de hacer injertos con piel de las piernas. El Hospital Sant Pau, La alianza, el Clínic y la
Creu Roja también trabajan a destajo. 21 muertos y 46 heridos es el balance final de la masacre.
Pasadas las cinco y media consiguen entrar en el aparcamiento que ha sido el epicentro del terremoto induci-
do un grupo de salvamento; en aquel infierno sólo hay un hombre rana que lo observa todo. El Juez Modesto
Aríñez y el periodista Domingo Marchena entran en aquel momento y hacen dos relatos destinados a diferentes
lecturas pero cuyo denominador común es un dramatismo por encima de géneros de sobra. El humo sigue hacien-
do irrespirable lo que queda del aire y han de entrar con cuidado de donde ponen los pies porque no hay nada
firme y el techo está en el suelo. La imagen más terrible es la de un sanitario que trata de reanimar lo que ya
es un cadáver. (...)
Álvaro Cabrerizo, que en atentado perdió a su mujer y sus dos hijas, a través de lo abogados
Geli, de Miquel, Montaner i Roca, reclama al Estado una indemnización por la corresponsabi-
lidad de éste en los hechos debido a una actuación deficitaria o nula de las fuerzas de Seguridad.
Tras diez años de litigio, dignos de estudio, la sala del contencioso administrativo del Tribunal
supremo decide contra el Estado a favor de Álvaro Cobrerizo, sentencia que da lugar a que los
demás afectados puedan presentar recurso. La sala del Tribunal Supremo de 31 de enero de
1996 resolvió:
“TERCERO.- Partiendo, pues, de los presupuestos o antecedentes fácticos consignados en la sentencia
impugnada de casación, de los cuales por lo demás resultan de las acusaciones obrantes en los autos, y ponderán-
dolos en su conjunto, se obtiene la conclusión de que se produjo una cierta pasividad o por mejor decir conducta
omisiva de las Fuerzas de Seguridad –a buen seguro determinada por la subjetiva impresión de que se trataría
de una simple alarma, como tantas otras veces, pues nunca se había atentado con anterioridad, en actuación
indiscriminada contra establecimientos mercantiles–, en cuanto la Policía no consideró conveniente o factible la
evacuación del edificio ni se impidió la entrada de vehículos al aparcamiento ni en fin acudió el Servicio de detec-
ción de explosivos, a pesar que según los Bomberos era suficiente para el desalojo del recinto diez minutos, lo cual
puede interpretarse, al modo que lo hace la Sala de instancia, que no se adoptaron las debidas precauciones,
máxime cuando la explosión se demoró desde las 15:40, límite superior señalado por los terroristas y en cuyo
momento se reintegró al servicio normal una de las dotaciones policiales, hasta las 16:08.”
“CUARTO.- Las afirmaciones que dejamos consignadas en el fundamento anterior son demostrativas cierta-
mente de la inexistencia del nexo causal directo entre la actividad administrativa y los daños y perjuicios produci-
dos, pues éstos fueron, como apunta el consejo de Estado, “obra directa de los terroristas”, pero tal circunstancia no
empecé para que haya de reconocerse, al modo que señalábamos en la sentencia de esta Sala y Sección de 27 de
Noviembre de 1993, que hubo una “cierta relación de causalidad entre la conducta omisiva, por no adoptarse
las debidas precauciones (que pudieron, en su caso, aminorar los efectos nocivos), y el dramático desenlace” que jus-
tifica la imputación de los daños producidos a la Administración, en razón de la “concurrencia entre ese nexo
causal el daño cuya reparación se pretende y el funcionamiento defectuoso del servicio público”, demandante de la
omisión de aquellas actuaciones que antes relatábamos, y como, de otra parte, en modo alguno resulta aplicable
la jurisprudencia invocada por el recurrente, a cuyo tenor la Administración queda exonerada de la responsabi-
lidad patrimonial en los supuestos de acontecimientos imprevisibles e inevitables, en razón de no concurrir en el
supuesto enjuiciado de fuerza mayor, que la indemnización pretendida en el proceso resulta distinta y compati-
ble con la derivada de la legislación reguladora de los resarcimientos por daños a víctimas de bandas armadas y
elementos terroristas, como muestra de solidaridad con aquellas, según ya declaró esta Sala en la sentencia 27 de
Diciembre de 1988, que la determinación del Quantum indemnizatorio, según afirma el recurrente no constitu-
ye normalmente materia casacional y, en fin, que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad tiene como misión propia
y específica garantizar la seguridad ciudadana, según determina el artículo 104-1 de nuestra Constitución, es
por ello por lo que no puede estimarse procedente el motivo aducido para casamentar la casación, habida cuenta
de que la sentencia impugnada no incide en las infracciones acusadas por parte del recurrente”.
“FALLAMOS que en el recurso de casación número 6953/1994, interpuesto por el Abogado del Estado
contra la sentencia de la sección Primera de la sala de lo Contencioso Administrativo de la Audiencia Nacional,
de fecha 5 de abril de 1994, por la cual fue parcialmente estimado, sin costas, el recurso 678/91, entablado
contra la resolución del Ministerio del Interior de 10 de julio de 1990, que había denegado al demandante la
indemnización solicitada por el fallecimiento de su esposa y dos hijas en el atentado terrorista que tuvo lugar en
el establecimiento Hipercor de Barcelona el 19 de Junio de 1987, reconociendo el derecho del actor a percibir cua-
renta y cinco millones de pesetas de la Administración del Estado, más lo intereses legales desde la notificación
de la sentencia, declaramos no haber lugar a recuso de casación formalizado, imponiendo las costas causadas a
la parte recurrente”.
Cuando Álvaro Cobrerizo fue a cobrar el talón éste no tenía fondos.
ACTIVIDADES
BIBLIOGRAFÍA
Las heridas, todavía abiertas, del atentado de Hipercor, extraído en 2008 de: http://www.elpais.com/
articulo/espana/heridas/todavia/abiertas/atentado/Hipercor/elpepuesp/20070822elpepinac_
8/Tes.
Batista Viladrich, A (1997): Terror i negligència. Hipercor y la construcción periodística d’ETA. Barcelona.
Edicions La Magrana.
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
6. ¿Se condenó al estado por una deficiente actuación de las fuerzas de seguridad en el caso
del atentado de ETA al Hipercor de la Meridiana en Barcelona?
a) Sí.
b) No.
c) Se desestimó el caso.
d) Aún está en litigio.
1. a.
2. c.
3. a.
4. b.
5. b.
6. a.
7. b.
8. a.
9. a.
10. b.
GLOSARIO DE TÉRMINOS