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ARGUMENTACION JURIDICA

Conjunto de razonamientos de índole jurídico que sirven para demostrar, justificar, persuadir o
refutar alguna proposición que va encaminada a la obtención de un resultado favorable a favor
del litigante y su cliente o para la resolución de un caso controvertido por parte del juzgador o
tribunal de determinada causa.

Tipos de argumentación Jurídica

Argumentación por parte del Juzgador:

Esta argumentación es llevada a cabo por el juez o tribunal (según sea el caso y la instancia)
que conoce de la causa en determinada materia, su trascendencia se traduce en la resolución que
tome dicho tribunal o juez.

Argumentación por parte de abogado litigante:

Este tipo de argumentación es aquella que desarrollará el abogado de la causa ante juez o
tribunal que este conociendo de la misma, para esto el abogado habrá de valerse de sus
habilidades como buen orador, así como de sus herramientas de tipo lingüístico para poder
obtener una resolución o sentencia favorable.

HABERMAS, JÜRGEN.

La base de la teoría de Habermas es una pragmática universal que trata de reconstruir los
presupuestos racionales implícitos en el uso del lenguaje. Según Habermas, en todo acto de habla
(afirmaciones, promesas, mandatos, etc.) dirigido a la comprensión mutua, el hablante erige una
pretensión de validez, es decir, pretende que lo dicho por él es válido o verdadero en un sentido
amplio. Pero esa pretensión de validez significa cosas distintas según el tipo de acto de habla de
que se trate.

En los actos de habla constatativos (como afirmar, referir, narrar, explicar, predecir, negar,
impugnar) el hablante pretende que su enunciado es verdadero. En los actos de habla regulativos
(como los mandatos, las exigencias, las amonestaciones, las excusas, las recomendaciones, los
consejos), lo que se pretende es que lo mandado, exigido, etc. Es correcto. En los actos de habla
representativos (como revelar, descubrir, admitir, Por otro lado, con cualquier acto de habla se
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plantea una pretensión de inteligibilidad. En definitiva, en los actos de habla consensuales (los
que tienen como meta la obtención de un consenso o acuerdo) se presupone el reconocimiento
recíproco de cuatro pretensiones de validez: ocultar, despistar, engañar, expresar) se pretende que
lo que se expresa es sincero o veraz.

Habermas no considera la argumentación el discurso como una serie de proposiciones, sino como
una serie de actos de habla; la argumentación no es —o no es sólo— un encadenamiento de
proposiciones, sino un tipo de interacción, de comunicación. Habermas traslada este concepto
desde el nivel semántico (la verdad en cuanto referida al sentido de las proposiciones o de las
normas) al nivel pragmático (la verdad en cuanto referida a los actos que se realizan al decir algo:
afirmaciones, promesas, mandatos, etc.); o, dicho de otra manera, su teoría supone un paso desde
el nivel locucionario al nivel ilocucionario del lenguaje.

Habermas parte, de un concepto amplio de razón, lo cual le permite sostener la tesis de que las
cuestiones prácticas pueden decidirse racionalmente:

Su posición es que las innegables diferencias entre la lógica de la argumentación teórica y la de la


argumentación práctica no son tales como para desterrar a esta última del ámbito de la
racionalidad; que las cuestiones práctico- morales pueden ser decididas “mediante razón”,
mediante la fuerza del mejor argumento; que el resultado del discurso práctico puede ser un
resultado “racionalmente motivado”, la expresión de una “voluntad racional”,

ROBERT ALEXY

Su teoría de la argumentación jurídica muestra la necesidad de plantear los enunciados


doctrinales de manera lógica, de acuerdo con las normas vigentes y con los enunciados
empíricos, para lograr una argumentación práctica, de tipo general, para que la argumentación
dogmática tenga sentido en la práctica general. Para lograrlo hay que examinar, de forma
sistemática las funciones de la dogmática jurídica, en los campos de:

1- La estabilización
2- El progreso
3-La descarga
4-La técnica
5-El control.
6-La heurística
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La tesis central de su concepción, consiste en considerar el discurso jurídico, a la argumentación


jurídica, como un caso especial del discurso práctico general, esto es, del discurso moral, se trata
de una teoría más articulada y sistemática. En cualquier caso, Alexy no pretende elaborar
simplemente una teoría normativa de la argumentación jurídica (que permita distinguir los
buenos de los malos argumentos), sino una teoría que sea también analítica (que penetre en la
estructura de los argumentos) y descriptiva (que incorpore elementos de tipo empírico).

A fin de elaborar un bosquejo de una teoría del discurso práctico racional general como paso
previo para la construcción de una teoría de la argumentación jurídica, Alexy utiliza fuentes muy
variadas:

 Diversas teorías de la ética analítica (especialmente, las de Hare, Toulmin y Baier),


 La teoría del discurso de Habermas,
 La teoría de la deliberación práctica de la escuela de Earlange y
 La teoría de la argumentación de Perelman.

Pero, de todas ellas, la influencia fundamental es, sin duda, la de Habermas. La teoría de Alexy
viene a significar, por un lado, una sistematización y reinterpretación de la teoría del discurso
habermasiana y, por otro lado, una extensión de esa tesis al campo específico del derecho. Esta
teoría, se puede caracterizar como procedimental. Referido al discurso práctico, ello quiere decir
que un enunciado normativo es correcto “si y sólo si puede ser el resultado de un procedimiento
P”.
Caben diversas interpretaciones del procedimiento a que hacen referencia:
1) a los individuos que participan en el mismo;

Con respecto a los individuos, por un lado, puede tratarse de un solo, de varios individuos o de
todos los individuos de una clase y, por otro lado, puede tratarse de individuos realmente
existentes o de individuos construidos o ideales. La teoría del discurso se caracteriza porque en el
procedimiento puede participar un número ilimitado de individuos en la situación en que
realmente existen.

2) A las exigencias que se imponen al procedimiento;


Con respecto a las exigencias, estas pueden formularse como condiciones o como reglas.
La teoría del discurso puede formularse íntegramente a través de reglas, porque no se establece
ninguna prescripción sobre cómo deben ser los individuos.

3) A la peculiaridad del proceso de decisión.


Finalmente, el proceso de decisión puede incluir o no la posibilidad de la modificación de las
convicciones normativas de los individuos, existentes al comienza del procedimiento. Las reglas
del discurso racional no se refieren sólo a las proposiciones, sino también al comportamiento del
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hablante, lo que significa que no son sólo reglas semánticas, sino también reglas pragmáticas.
Según Alexy, para fundamentar las reglas del discurso pueden seguirse cuatro vías.

 La primera consiste en considerarlas como reglas técnicas, esto es, como reglas que
prescriben medios para lograr ciertos fines; esta es la vía que sigue.
 La segunda vía es la de la fundamentación empírica, y consiste en mostrar que ciertas
reglas rigen de hecho, o bien que los resultados obtenidos de acuerdo con determinadas
reglas se corresponden con nuestras convicciones normativas realmente existentes.
 La tercera vía es la de la fundamentación definitoria y consiste en analizar las reglas que
definen un juego de lenguaje y aceptarlas como criterio.
 Finalmente, la cuarta vía, a la que cabe llamar pragmático trascendental pragmático-
universal, consiste en mostrar que la validez de determinadas reglas es condición de
posibilidad de la comunicación lingüística.

En este orden, Robert Alexy ha sostenido que el discurso Jurídico es un tipo de discurso práctico.
De acuerdo con este autor, el discurso jurídico se refiere a cuestiones sobre lo que se debe hacer u
omitir, o sobre lo que puede ser hecho u omitido y, además, dado que las cuestiones jurídicas se
discuten tomando como punto de vista la pretensión de corrección, es decir, que en el discurso
jurídico se aportan razones que avalan que la decisión adoptada es la correcta o, cuando menos,
una de las correctas, en consecuencia, el discurso jurídico es un tipo específico del discurso
práctico. Asimismo, considera este autor que el discurso jurídico tiene lugar bajo condiciones
limitadoras como la ley, la doctrina y el precedente. En consecuencia, son éstas las que le
conceden la tipicidad al discurso jurídico.

La teoría del discurso se caracteriza como una teoría procedimental, es decir, un argumento es
correcto “si y sólo si puede ser el resultado del procedimiento P”, empero, R. Alexy manifiesta
que el discurso racional no sólo se refiere al procedimiento de ese discurso, sino también al
comportamiento de los (1) individuos que participan en el mismo, a las (2) exigencias que
imponen al procedimiento o a la (3) peculiaridad del proceso de decisión.

Por otro lado, Robert Alexy ha considerado la distinción entre justificación interna y justificación
externa para destacar la importancia de la argumentación jurídica en el proceso de justificación
de una decisión judicial: “la argumentación jurídica puede ser de una importancia decisiva no
sólo en la interpretación de una norma válida, sino también en el establecimiento de la validez
de esa norma”.

Para este autor, el objeto de la justificación externa será, en efecto, la fundamentación de las
premisas usadas en la justificación interna.
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Cabe dividir en consecuencia, las premisas utilizadas en la justificación interna en tres grandes
grupos. Estos grupos serían, a criterio de Alexy, en primer lugar, las reglas de Derecho positivo,
como que cada fundamentación se lleva a cabo a través de distintos métodos:
 A las reglas de Derecho positivo se aplica un método que consiste en demostrar su
validez, de acuerdo con las normas de validez del ordenamiento jurídico de que se trate.
 Un segundo grupo de premisas utilizadas en la justificación interna serían las empíricas.
La justificación de éstas radica, como es lógico, en acudir a los métodos de las ciencias
empíricas.
 El último grupo serían aquellas que no pertenecen a ninguno de los anteriores y para ellas
sirve “lo que puede designarse como «argumentación jurídica»”.

A renglón seguido, este autor, se centra en la fundamentación de las premisas que pertenecen a
ese último grupo, es decir, a las premisas que no son ni reglas de Derecho positivo ni empíricas.
Estas premisas sólo son justificables mediante la argumentación jurídica. Por tanto, se pasa al
terreno de la justificación externa. Robert Alexy formula una serie de reglas que justifican estas
premisas.
Estas reglas se dividen en seis grupos, que son:
1) las reglas de interpretación,
2) las reglas de argumentación doctrinaria (él emplea el término dogmática),
3) las reglas del uso de los precedentes,
4) reglas de la argumentación práctica general,
5) las reglas de la argumentación empírica, y,
6) formas especiales de argumentos jurídicos. (Lorenzo, 2010)

PABLO RAÚL BONORINO

Los argumentos deductivos son aquellos cuya validez se puede demostrar empleando las técnicas
de la llamada lógica formal. Un argumento deductivo o válido es aquel que permite afirmar que,
en caso de que sus premisas sean verdaderas, su conclusión es necesariamente verdadera. No es
posible concebir un argumento deductivo o válido que teniendo premisas verdaderas tenga una
conclusión falsa.

Sin embargo, los silogismos constituyen sólo una pequeña parte del conjunto de los argumentos
deductivos. Por eso, en algunas teorías recientes, se considera que todo razonamiento constituye,
en última instancia, una deducción.
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Un argumento deductivo -o válido- es aquel en el que, si sus premisas son verdaderas, su


conclusión es necesariamente verdadera. No es posible concebir un argumento deductivo que,
teniendo premisas verdaderas, tenga una conclusión falsa.

La característica definitoria de los argumentos deductivos es que, si sus premisas son verdaderas
no pueden tener, en ningún caso, una conclusión falsa. La prueba informal consiste en reemplazar
las premisas del argumento que queremos evaluar por otras que sean verdaderas – cuya verdad
sea tan evidente que nadie se anime a discutirlas sin ser tomado por loco; no importa que traten
sobre un tema totalmente distinto de aquel al que se alude en el argumento que queremos
clasificar. Lo importante es que esas premisas verdaderas lleven, manteniendo el orden que tenían
en el argumento original, a una conclusión que resulte tan evidentemente falsa como verdaderas
se consideraban las premisas. Si logramos construir un argumento con la misma forma que tenía
el argumento inicial, pero que tenga premisas verdaderas y conclusión falsa, entonces podremos
afirmar que el argumento en cuestión no puede considerarse un argumento válido.

Un argumento cuya estructura permite pasar de premisas verdaderas a una conclusión falsa, es
un argumento inválido. En los argumentos deductivos, la lógica es la que garantiza el carácter
necesario de la verdad de la conclusión en presencia de premisas verdaderas. Lo que determina la
validez o corrección lógica no es el contenido de las premisas, sino la forma o estructura del
argumento. La prueba informa de validez resulta muy difícil de aplicar y sus resultados son
sumamente imprecisos. los lógicos para determinar si la estructura de un argumento es válida o
no, lo que nos permite determinar con mayor precisión y rapidez si estamos en presencia de una
deducción.

Algunos casos paradigmáticos de argumentos deductivos. EL MODUS PONEN, que significa


“afirmando afirmo”. En donde n enunciado condicional tiene la siguiente estructura lógica: “SI ...
ENTONCES…”, donde los puntos suspensivos pueden ser cubiertos por cualquier enunciado.
En este caso, la estructura lógica de un enunciado condicional como Argumentos deductivos. la
noción de validez “SI-ENTONCES” será: “SI P, ENTONCES Q”, donde “P” y “Q” están en
lugar de cualquier enunciado.

EL MODUS TOLLENS, que significa negando, niego. la premisa es un enunciado condicional


o de la forma “SI - ENTONCES”. Los enunciados condicionales tienen la siguiente estructura
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“Si P, entonces Q”, donde “P” y “Q” pueden ser reemplazados por cualquier enunciado que se
nos ocurra. la forma lógica del Modus Tollens es la siguiente:

(1) SI P, ENTONCES Q
(2) NO Q
(C) NO P
EL ARGUMENTO HIPOTÉTICO, Si todos los enunciados que lo componen tienen la forma
“SI-ENTONCES”; Todos los enunciados que componen estos argumentos, tanto en la función
de premisas como de conclusión, son enunciados condicionales. Pero no todo argumento
compuesto por tres enunciados de la forma “SI-ENTONCES” es, por esa sola razón, un
argumento válido. Resumiendo, la forma lógica del Argumento hipotético es la siguiente:
(1) SI P, ENTONCES Q
(2) SI Q, ENTONCES R
(C) SI P, ENTONCES R
EL ARGUMENTO DISYUNTIVO; En ellos no afirmamos ninguno de los dos enunciados que
lo componen, sólo decimos que uno de los dos resulta verdadero. La forma en la que solemos
expresar esta relación, en el lenguaje natural, es a través de la partícula “o”. La forma del
argumento disyuntivo es cualquiera de las siguientes:

(1) P-o-Q (1) P-o-Q


(2) No-P (2) No-Q
(C) Q (C) P

EL DILEMA. La estructura de esta forma de dilema se compone de una primera premisa “P-o-
Q”, una segunda y tercera premisas “SI P ENTONCES R” y “SI Q ENTONCES R”, en las que
se relacionan cada uno de los enunciados que forman la premisa (1) con el mismo enunciado,
mediante una estructura condicional. La conclusión es una afirmación, identificada con el
consecuente común de las premisas (2) y (3), en este caso, “R”.

VALIDEZ Y FORMA LÓGICA. A la corrección de los argumentos deductivos se le ha dado


un nombre técnico: validez. Un argumento es válido cuando, si sus premisas son verdaderas, su
conclusión es necesariamente verdadera. La validez de un argumento no depende del contenido
específico de sus premisas, sino de su forma lógica.

Los argumentos deductivos que se pueden construir, combinando las formas simples que hemos
identificado y generando otras diferentes, son infinitos. Por eso, debemos desarrollar un método
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que nos permita identificar las formas válidas ante cualquiera de las infinitas formas que puede
presentar una argumentación formulada en lenguaje natural. (PUENTES, 2008)-

STEPHEN TOULMIN

Es uno de los autores más determinantes en la consolidación del nuevo paradigma teórico
conceptual sobre la argumentación y el razonamiento en el Siglo XX. Toulmin considera que el
análisis lógico formal es incapaz de descubrir cómo funciona la argumentación y la discusión
crítica en el marco de las interacciones comunicativas cotidianas. Para Toulmin la función
argumentativa del lenguaje y la acción de argumentar colocan de presente la racionalidad
humana. Participar de una interacción comunicativa en donde se plantean y critican argumentos
con un propósito definido es un rasgo característico de los seres humanos y lo razonable se
evidencia en la capacidad para atender los argumentos de la parte contraria y evaluar con criterio
la fuerza de una argumentación.

Si afirmamos algo nos comprometemos con ello; como puede ponerse en duda, debemos
apoyarla: probar y demostrar que está justificada.

Normalmente la podemos apoyar con hechos, con los elementos justificatorios que son la base de
la afirmación: los Datos (D).

Si las objeciones se mantienen, no será necesario agregar más Datos sino Garantías (G), es decir:
reglas, principios, enunciados de carácter general que permitan mostrar cómo de los Datos
pasamos a la Conclusión; pueden ser muy breves, pero también pueden ser más explícitos y
expansivos. Estas Garantías se corresponden con los Criterios o estándares prácticos de los
campos de argumentación
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La teoría de Toulmin resulta ser crucial [...], tanto para la evaluación crítica de la existencia de
formalismos de cambio doxástico, como para inspirar nuevos modelos en tanto marco de referencia." La
propuesta de Toulmin, debería observarse como impulso seminal de la modelización del razonamiento
práctico y no-monotónico que conoce en los avances contemporáneos un eco claro y revelador. El
procedimiento elegido por el autor consiste en tomar un término modal, como, por ejemplo, posible o
probable, y ver qué permanece idéntico y qué cambia cuando consideramos el modo característico en que
se emplea, primero en un campo de argumentación determinado y luego en otros.

El diseño de Toulmin distingue y analiza seis características de un argumento: los datos, la pretensión, la
garantía, el apoyo, el cualificador y la refutación. Los datos son los hechos (por ejemplo, "John amaba a su
mujer"), que apoyan la pretensión del argumentador (por ejemplo, "Juan no la asesinó"), mientras que la
garantía asegura la conexión entre los datos y la pretensión (por ejemplo, "la gente no asesina a los seres
queridos"), sobre la base de algún apoyo (por ejemplo, evidencias estadísticas de que la gente no mata a
aquellos que ama), el cualificador especifica hasta qué punto la garantía es aplicable (por ejemplo, "por lo
general"), y la refutación describe las excepciones a la garantía (por ejemplo, "A menos que Juan haya
buscada o beneficiarse del seguro de vida de su mujer").

A las proposiciones definidas en la cita precedente, Toulmin las llamó garantías, y constituye el concepto
central del modelo de representación de un argumento.

Esquema:

 Premisa mayor: La fuente N es un experto en el tema del dominio D que contiene proposición A.
 Premisa menor: N sostiene que la proposición A (en el dominio D) es verdad (falsa)
 Conclusión: A puede plausiblemente ser tomada como verdad (falso)
El esquema argumentativo original de Toulmin es un análisis más refinado, lo ha hecho dentro
del espíritu del desafío de Toulmin, que fue desarrollar una explicación de la validez del
razonamiento aplicado a la argumentación cotidiana. Un hecho trascendente es que la inteligencia
artificial y el derecho han demostrado que dicha explicación representacional todavía puede ser
formal y computacional. Además, Toulmin, no quiso abolir ni erradicar la lógica clásica, sólo
debilitó su predominio en la evaluación de los procesos argumentativos y con ello la situó, con el
tiempo, en su justo lugar.
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Bibliografía

Lorenzo, C. I. (01 de Febrero de 2010). Robert Alexy: La Argumentación Jurídica. Obtenido de


https://ar.ijeditores.com/articulos.php?idarticulo=47307&print=2

PUENTES, G. V. (2008). ARGUMENTACIÓN JUDICIAL:CONSTRUCCIÓN,


RECONSTRUCCIÓNY EVALUACIÓN DE ARGUMENTACIONES. En J. A.
CASTAñO. Bogota: Imprenta Nacional de Colombi.

Rojas Romero Tomás. (2015, octubre 30). Concepto e importancia de la argumentación


jurídica en la práctica. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/concepto-e-
importancia-de-la-argumentacion-juridica-en-la-practica/.

Fuentes Bravo, Claudio, & Santibáñez Yãnez, Cristián. (2014). Toulmin: razonamiento,
sentido común y derrotabilidad. Kriterion: Revista de Filosofia, 55(130), 531-548.
https://dx.doi.org/10.1590/S0100-512X2014000200005

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