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Violencia en la Biblia

Abordaje Metodológico

Hay muchas maneras de matar.

Pueden meterte un cuchillo en el vientre.

Quitarte el pan.

No curarte de una enfermedad.

Meterte en una mala vivienda.

Empujarte hasta el suicidio.

Torturarte hasta la muerte por medio del trabajo.

Llevarte a la guerra, etc…

Sólo pocas de estas cosas están prohibidas en nuestro Estado.

(Bertold Bretch)
Para realizar un análisis en torno a la violencia en la Biblia, es importante hacernos
algunas preguntas fundamentales:

¿De qué hablamos cuando hablamos de violencia?


¿En dónde encontramos la relación entre Biblia y violencia y porqué es necesario abordar
esta relación?
¿Qué es la Biblia y cómo se produjo su discurso teológico?
¿Cómo hacemos para hacer una interpretación Bíblica que critique la violencia? ¿Queremos
hacerla?

1. Hacia una comprensión de la violencia:


Brevemente, es importante ubicar nuestra comprensión del término violencia, ya que, como sugiere el
poema, la comprensión y evaluación de las formas de violencia es selectiva.

Podríamos considerar que cualquier sistema, cultura,


discurso y acción que disminuya y atente contra la
dignidad física y emocional de una persona es una
práctica de violencia. Desde la imposición de una
religión, la construcción de un sistema económico que
multiplica la pobreza y la desigualdad, hasta la agresión
física y simbólica por la orientación e identidad sexual que
no es heterosexual.

En sus inicios, la Teología de la Liberación propuso la


categoría “pobre” para denunciar, criticar y transformar un
tipo de violencia específica en América Latina, la socio-económica. El problema social se volvió, o
reconoció mejor dicho, como problema teológico. Desde la fe se promovía, así que desde la fe se
podía transformar.

Poco a poco, las Teologías de la Liberación incorporaron


la experiencia de todas las personas que sufren opresión,
marginación, silenciamiento, explotación y
deshumanización en su discurso y práctica. Las
personas empobrecidas, políticamente perseguidas,
racial y étnicamente excluidas, o las deshumanizadas
simbólica y concretamente por causa de identidad y
preferencia sexual, o por su lucha contra los abusos
ambientales, o por su edad, cosmovisión o perspectiva
religiosa, adquirieron el rol de centros y sujetos en la
construcción de teologías que promueven la transformación y la humanización.
Así como la Teología de la Liberación ha establecido claramente (Ha tomado Postura!) que es
violencia y qué no lo es en su discurso y práctica, debemos igualmente, para hacer un discurso sobre
Biblia y Violencia, hacer este paso previo.

2. ?Como nos ayudan la Ciencia Bíblica y la Ciencia Teológica?


Leamos 1 Re 18.20-40:

?Dónde existe violencia en este texto? ?Qué problemas representa este texto para nuestra fe y
proyecto? ?Qué estrategias y herramientas tenemos para interpretar este texto de forma
liberadora?

Aclarando de antemano nuestra fe y proyecto, que se convierten


en CRITERIOS para declarar o no el discurso de determinado texto
como violento, vienen las herramientas de análisis de la Exégesis y
la Teología.

a) La Biblia, en su largo proceso de recopilación y


composición, se convirtió en un abanico de discursos teológicos. Sus
discursos teológicos emergen a partir de experiencias, reflexiones,
tradiciones y proyectos de personas y grupos diversos dentro del
pueblo de Israel. Como discurso teológico debe ser considerada
entre y como muchas otras formas de expresar lo divino.

b) La Teología, o el discurso teológico, es interpretación o


reflexión humana sobre lo divino. Implica o se materializa por las
imágenes, ritos, prácticas, ética, meditaciones y símbolos de
quienes la realizan. La Teología no es Dios, sino discurso humano
sobre Dios. El intento de expresar y explicar lo que consideramos
divino.

Thomas Romer, biblista germano-


frances, nos ayuda con dicha idea a
través del siguiente párrafo:

“Para hablar de Dios


no tenemos más que imagenes,
metáforas, que provienen de la
experiencia
humana y que son, por lo tanto,
inadecuadas. Lo que corresponde es
tomar conciencia de
este carácter limitado de todas estas
imágenes...”
(Monoteísmo y Poder 161)

3. El Quehacer de la Exégesis Crítica:


La exégesis crítica nos ofrece la idea de que el texto no cayó del cielo, por lo que los discursos
que allí encontramos, incluyendo todos los que suscitan violencia, son al final discursos humanos
sobre dios. Con herramientas de la crítica histórica, como la pregunta por quién escribió el texto,
cuándo, porqué razones y con qué intereses, en qué contexto, bajo qué formas de ver el mundo y
practicas culturales, podemos acercarnos a comprender las propuestas de los autores originales al
texto.
En esta búsqueda encontraremos una diversidad amplia de proyectos,
muchas veces antagonistas. Así Deut 23.3 indica:

Ningún amonita ni moabita entrará en la asamblea del


SEÑOR; ninguno de sus descendientes, aun hasta la
décima generación, entrará jamás en la asamblea del
SEÑOR.

Pero el libro de Ruth nos narra de forma anovelada la incorporación de


una Moabita al pueblo, que se convierte en antepasada de David, y quien
es calificada como “mejor que 10 hijos”.

Hay textos que son menos claros y que requieren mayor uso de las
herramientas de análisis. Conocer por ejemplo que en sus raíces Génesis
2-3 pudo críticar a la monarquía, en la figura de reyes que quieren ser
como dioses y dominar todo, o que los relatos de Josué son un proyecto
colonial de conquista de tierra, sin importar genocidios y robos, nos ayuda
a valorar qué tan cerca o qué tan lejos estamos del texto.

El ejercicio de exégesis nos invita a preguntar al texto sobre su proyecto


teológico y asi la tarea hermenéutica es ver si éstas encuentran eco en
nuestros proyectos de vida y fe.

4. El Quehacer de la Hermenéutica:
La Hermenéutica implica el ejercicio
consciente o inconsciente de apropiación del
texto. Lo que vemos o no del texto implica, en
mucho sentido, nuestros proyectos, valores y fe.
Desde la teoría, el ejercicio hermenéutico implica
recibir, discernir y proponer. El primer paso
implicaría la recepción del texto tal cual, y el
segundo es el diálogo entre las ideas del texto y las nuestras, y finalmente llega el momento de
producir teología a partir de una interpretación. La Filosofía Hermenéutica nos ayudó a comprender
que nunca ha habido interpretaciones objetivas, universales e inmutables de la vida y de Dios, sino
que cada lectura que hacemos, cada discurso que proponemos, es situado, y por ende, refleja,
consciente o inconscientemente, nuestras ideas, proyectos y valores. El libro surgido en los años 80s
sobre el Éxodo, del autor Nicaraguense Jorge Pixley, donde el Faraón se convierte en Somoza, es un
ejemplo de esta flexibilidad en la actualización. Al final, el ejercicio hermenéutico demanda tomar
postura contundente ante los hechos presentados en el texto.

5. Biblia y Violencia:

Crítica a la Violencia: Génesis 11.1-9 , Génesis 19 o Isaías 14.4-8


Legitimación de la Violencia: Num 5.11-31 (Ley de los celos), Sal 137.8-9 o el libro de Josué.

6. ¿Qué hacemos?
Definir nuestros presupuestos de fe
Legitimar o deslegitimar desde la exégesis históricamente
Legitimar o deslegitimar desde la Hermenéuticas

Buen ejemplo: Juan 8.1-11

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