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Según Piaget nos dice que “efectivamente, la educación tradicional ha tratado siempre al
niño como adulto pequeño, ser que razona y siente como nosotros, pero desprovisto,
simplemente, de conocimientos y experiencia” (pág. 184) . Podemos darnos cuenta de que la
educación tradicional tiene la creencia que de la misma forma en que puede aprender un adulto
lo hará también un niño, el hecho generador de las ideas para un adulto también lo será en igual
forma la de un niño, sin tomar en cuenta las percepciones que se desarrollan a medida que va
creciendo la persona desde la niñez hasta la adultez. Apreciamos que la educación tradicional
no da mucha cabida a las reflexiones de los aprendices, debido al extremismo del conductismo
que se maneja en esta área del aprendizaje. En base a aquello podemos preguntarnos ¿Cómo
entonces el estudiante genera su pensamiento crítico? ¿De qué forma puede reflexionar sobre
algo que ya le han explicado? ¿De qué manera puede desarrollar significativamente sus ideas
en el proceso del conocimiento?
En este sistema (Tradicional) se pretende dejar de lado los proceso cognitivos que se
desarrollan a medida que va creciendo el niño hasta llegar a la adultez, muchos de ellos son
cambiantes y no permiten percibir la información de la misma forma como lo haría una persona
adulta, ya que el niño a medida que crece recién va adquiriendo experiencias con las cuales
forman los pensamientos de acuerdo a la información que se le presenta, por el contrario el
adulto ya ha pasado por muchos procesos de experiencia que le permiten tener una perspectiva
muy diferente a la del niño.
El aprendizaje viene dado por circunstancias que se tienen que ajustar de tal forma que aquel
conocimiento pueda ser utilizado en la vida diaria, los constructivistas invitan a que el alumno
no reciba mucha ayuda al construir su conocimiento, y que tomar en cuentas las edades es clave
a la hora de impartir una clase, poder conocer las experiencias que pueden tener las personas
en ciertas edades seria un punto a favor del instructor, agregado a todas estas características,
Woolfolk hace referencia a que “las personas se desarrollan a un ritmo diferente: en su propio
grupo encontrará una gama completa de ejemplos sobre los distintos ritmos de desarrollo.
Algunos estudiantes son más altos, tienen mejor coordinación o son más maduros en su
pensamiento y en sus relaciones sociales. Otros, en cambio, muestran una maduración más
lenta en esas áreas” (pág. 28) , es decir cada persona tiene un pensamiento diferente y no todos
se desarrollan de igual forma en todas las áreas, este conocimiento alumbra el proceso de
enseñanza, donde el docente tiene gran empatía hacia los aprendices para establecer las mejores
estrategias en la transmisión del conocimiento.
El proceso de enseñanza debe tomar en cuenta primero las necesidades de los aprendices,
para sobre ello poder establecer los temas de las asignaturas y hacer las comparaciones de
acuerdo con los intereses del estudiante para insertar el hábito por la búsqueda del
conocimiento, desapareciendo lo rutinario o tradicional e impulsando lo dinámico y atractivo
para las personas en la educación.
Bibliografía