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• Para todo sistema termodinámico existe una magnitud E, llamada energía interna, que es
función sólo del estado del sistema y no de los procesos mediante los cuales se obtuvo ese
estado.
• La diferencia de energía interna entre dos estados se mide por el trabajo adiabático necesario
para llevar al sistema de uno de los estados al otro.
∆E=−Wa Y ∆E=Q-W; La notación ∆E=E2-E1 implica afirmar que E es una función de estado.
Usaremos esta notación únicamente para funciones de estado y no para magnitudes como Q y
W que dependen del proceso mediante el cual se obtuvo el estado.
CALOR Y TRABAJO
Relación entre calor y trabajo: Si calor y trabajo son ambas formas de energía en tránsito de
unos cuerpos o sistemas a otros, deben estar relacionadas entre sí. La comprobación de este
tipo de relación fue uno de los objetivos experimentales perseguidos con insistencia por el
físico inglés James Prescott Joule (1818-1889). Aun cuando efectuó diferentes experimentos
en busca de dicha relación, el más conocido consistió en determinar el calor producido dentro
de un calorímetro a consecuencia del rozamiento con el agua del calorímetro de un sistema de
paletas giratorias y compararlo posteriormente con el trabajo necesario para moverlas. La
energía mecánica puesta en juego era controlada en el experimento de Joule haciendo caer unas
pesas cuya energía potencial inicial podía calcularse fácilmente de modo que el trabajo W,
como variación de la energía mecánica, vendría dado por:
W (joules) = 4,18 · Q(calorías). La consolidación de la noción de calor como una forma más
de energía, hizo del equivalente mecánico un simple factor de conversión entre unidades
diferentes de una misma magnitud fisica, la energía; algo parecido al número que permite
convertir una longitud expresada en pulgadas en la misma longitud expresada en centímetros.
Energía interna de un gas ideal: Para el caso de un gas ideal puede demostrarse que la energía
interna depende exclusivamente de la temperatura, ya en un gas ideal se desprecia toda
interacción entre las moléculas o átomos que lo constituyen, por lo que la energía interna es
sólo energía cinética, que depende sólo de la temperatura. Este hecho se conoce como la ley
de Joule. La variación de energía interna de un gas ideal (monoatómico o diatómico) entre dos
estados A y B se calcula mediante la expresión:
donde n es el número de moles y Cv la capacidad
calorífica molar a volumen constante. Las temperaturas
deben ir expresadas en Kelvin. Para demostrar esta expresión imaginemos dos isotermas
caracterizadas por sus temperaturas TA y TB como se muestra en la figura.
Elijamos una transformación isócora (dibujada en verde) para llevar el gas de la isoterma TA a
otro estado de temperatura TB. El trabajo realizado por el gas es nulo, ya que no hay variación
de volumen. Luego aplicando el Primer Principio de la Termodinámica:
Proceso Adiabático: Es uno en el que no entra ni sale calor del sistema; Q=0. Podemos
evitar el flujo de calor ya sea rodeando el sistema con material térmicamente aislante o
realizando el proceso con tal rapidez que no haya tiempo para un flujo de calor apreciable.
Por la primera ley, para todo proceso adiabático, Cuando un sistema se expande
adiabáticamente, W es positivo (el sistema efectúa trabajo sobre su entorno), así que es
negativo y la energía interna disminuye, y cuando se comprime adiabáticamente es todo lo
contrario.
Proceso Isotérmico: Se efectúa a temperatura constante. Para ello, todo intercambio de calor
con el entorno debe efectuarse con tal lentitud para que se mantenga en equilibrio térmico.
Enunciación de la Segunda Ley. Hay varias maneras equivalentes de enunciar la Segunda Ley.
Damos a continuación el enunciado propuesto por William Thomson (Lord Kelvin) en 1851:
Enunciado de Kelvin de la Segunda Ley: es imposible efectuar una transformación cuyos
únicos resultados finales son el intercambio de una cantidad no nula de calor con menos de dos
fuentes térmicas y la aparición de una cantidad positiva de trabajo en el ambiente. Este
enunciado expresa la imposibilidad del móvil perpetuo de segunda especie. Thomson basó su
enunciación en los trabajos de Sadi Carnot en 1824, quien observó que una máquina térmica
no podía funcionar a menos que absorbiera calor de una fuente a temperatura alta y devolviera
calor a otra fuente a una temperatura más baja. Esta no es la manera más elegante de enunciar
la Segunda Ley, pero tiene la virtud de que se entiende fácilmente. Es necesario aclarar varias
frases del enunciado de Lord Kelvin. Ante todo, se llama fuente térmica (o fuente, a secas) a
un sistema que puede intercambiar calor con otros sistemas sin cambiar él mismo su
temperatura. Una fuente térmica se puede imaginar como un cuerpo de capacidad calorífica
muy grande, que está todo a la misma temperatura. Esta idealización no lleva a ninguna pérdida
de generalidad y su única finalidad es simplificar las discusiones, que se complicarían si
tuviésemos que tomar en cuenta las variaciones de temperatura de las fuentes. En el enunciado
de la Segunda Ley se debe entender que las dos fuentes térmicas tienen distintas temperaturas.
Dos fuentes que tienen la misma temperatura se consideran como una única fuente. En segundo
lugar, la frase “únicos resultados finales” asegura que el sistema que lleva a cabo la
transformación procede a lo largo de un ciclo completo. Un ciclo es un proceso en el cual el
sistema evoluciona apartándose de su estado original, pero vuelve a ese mismo estado al final
del proceso. Todas las variables termodinámicas del sistema deben recuperar al final de la
transformación los mismos valores que tenían al comienzo. De esta forma el sistema puede
funcionar como una máquina térmica, efectuando una sucesión indefinida de ciclos.
Necesitamos también el concepto de proceso reversible, introducido por Carnot. Un proceso
reversible se realiza de forma tal que se puede invertir exactamente, produciendo solamente
variaciones infinitesimales en el ambiente. Un tal proceso es, obviamente, una idealización, y
en la práctica a lo sumo se lo podrá aproximar. En este Capítulo vamos a usar este concepto
solamente para aprovechar que cuando se invierte un ciclo reversible, todas las magnitudes
como calor, trabajo, etc. correspondientes al ciclo cambian de signo. Para que el flujo de calor
sea reversible debe ocurrir en condiciones que no haya gradiente de temperatura (en la práctica
esta idealización se puede aproximar tanto como se desee admitiendo que el proceso ocurra
con suficiente lentitud). Más adelante usaremos extensamente en nuestros razonamientos a los
procesos reversibles. Un proceso en el cual todos los estados intermedios del sistema son
estados de equilibrio (en otras palabras, están termodinámicamente bien definidos) se
denomina cuasiestático. Todo proceso cuasiestático es reversible. Muchas veces se toma esta
propiedad para definir la reversibilidad, aunque tal definición es demasiado restrictiva.
Llamaremos motor o máquina a un sistema que realiza un ciclo, sea por razones históricas, sea
por comodidad de lenguaje. En el presente contexto, el “motor” es arbitrario y no se debe pensar
como una colección de piezas, con vapor saliendo por los costados, etc.. En el pasado los
razonamientos basados en tales motores hipotéticos se usaban frecuentemente para resolver
problemas de Termodinámica, y a veces todavía los usamos hoy pese a ser engorrosos. Pronto
definiremos una nueva función de estado llamada entropía, que permite resolver analíticamente
esos problemas sin necesidad de razonar en base a máquinas. Pero para introducir el concepto
de entropía a partir de nuestro enunciado de la Segunda Ley es necesario considerar algunos
ciclos. A partir de allí todos nuestros razonamientos se harán con métodos analíticos. Diagrama
simbólico de un ciclo Para representar un motor usaremos diagramas como el de la Fig. 5.1.
Las fuentes, que tienen temperaturas θ1 y θ2, se indican por medio de los rectángulos angostos.
El sistema (o motor) S intercambia calor con las fuentes, y aparece (o desaparece) trabajo en
el ambiente. La dirección del flujo de calor se indica con el sentido de la flecha y el signo entre
paréntesis. Así en la Fig. 5.1, S absorbe calor de la fuente 1 a θ1, cede calor a la fuente 2 a θ2
y aparece en el ambiente el trabajo W. Veremos que ésta es la única combinación de sentidos
de flujos de calor que permite que aparezca trabajo en el ambiente. La aparición de trabajo se
puede manifestar por el ascenso de pesas o de otras formas no especificadas y está indicada por
el sentido de la flecha y el signo de W. En un ciclo el motor produce el trabajo W y absorbe
una cantidad de calor Q Q 1 2 + . Notar que las Q se deben tomar con su signo. En realidad,
como veremos, sólo interesan las razones QQ W 1 2 : : ; por lo tanto vamos a suponer que se
puede siempre “ajustar” el motor de modo tal que una cualquiera de esas cantidades tome el
valor que se desea. En lo que sigue usaremos la misma convención del Capítulo 3, esto es, si
dos sistemas están en contacto por medio de una pared diatérmica pasará calor desde la
temperatura alta a la temperatura baja. En los diagramas simbólicos es usual colocar arriba a la
fuente caliente. A veces se llama “fuente” a secas a la fuente caliente y “refrigerador” a la
fuente fría.
Foco Térmico
Un foco térmico es un sistema que puede entregar
y/o recibir calor, pero sin cambiar su temperatura.
Sumidero
Deposito o foco que absorbe la energía en forma
de calor
Ciclos de Potencia
Los ciclos termodinámicos son la base de la utilización
energética En los ciclos de potencia:
• Se obtiene trabajo útil, W • Se cede calor residual QFF, a un foco a baja temperatura, TFF (aire
ambiente, o agua de mar, de un río, etc.) Se cumple la condición de equilibrio de la energía:
Por el contrario, en una máquina hidráulica, que es otro tipo de máquina de fluido, la variación
de densidad es suficientemente pequeña como para poder desacoplar el análisis de los efectos
mecánicos y el análisis de los efectos térmicos, llegando a despreciar los efectos térmicos en
gran parte de los casos. Tal es el caso de una bomba hidráulica, a través de la cual pasa líquido.
Alejándose de lo que indica la etimología de la palabra «hidráulica», también puede
considerarse como máquina hidráulica un ventilador, pues, aunque el aire es un fluido
compresible, la variación de volumen específico no es muy significativa con el propósito de
que no se desprenda la capa límite. En una máquina térmica, la compresibilidad del fluido no
es despreciable y es necesario considerar su influencia en la transformación de energía.
Enunciado de Clausius
Eficiencia (ε)
1. Si coges un montón de lápices y los lanzas al aire, cuando caigan es poco probable que
caigan alineados. Lo más probable es que caigan en completo desorden
2. Si echas azúcar al agua, las partículas se distribuyen al azar por toda la disolución de
un modo espontáneo, y no en una sola dirección
3. En un gas que se expande libremente, la presión en las paredes del recinto en el que se
encuentra es la misma en cualquier punto. La razón es que las partículas del gas se han
expandido en todas direcciones por igual y no en una en concreto
Vemos pues, que aumento del desorden es la dirección natural en que evolucionan los procesos
naturales.
ΔUuniverso=0; ΔSuniverso=0
BIBLIOGRAFIAS:
Charles Singer, A Shor History of Science to the Nineteenth Century, Oxford at the
Clarendon Press, London, 1941 (Version Digital); Disponible en:
http://www.lfp.uba.ar/es/notas%20de%20cursos/notastermodinamica/Termodinamica.pdf