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del Barco, Benito León; Castaño, Elena Felipe; Gozalo Delgado, Margarita; Muñoz González, Beatriz
ANÁLISIS DEL CONOCIMIENTO Y LAS ACTITUDES HACIA LAS DROGAS EN ADOLESCENTES.
International Journal of Developmental and Educational Psychology, vol. 1, núm. 1, 2005, pp. 305-317
Asociación Nacional de Psicología Evolutiva y Educativa de la Infancia, Adolescencia y Mayores
Badajoz, España

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=349832486022

International Journal of Developmental and

Educational Psychology,
ISSN (Versión impresa): 0214-9877
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Asociación Nacional de Psicología Evolutiva y
Educativa de la Infancia, Adolescencia y Mayores
España

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Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
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APORTACIONES PSICOLÓGICAS Y MUNDO ACTUAL

ANÁLISIS DEL CONOCIMIENTO Y LAS ACTITUDES

HACIA LAS DROGAS EN ADOLESCENTES.

Benito León del Barco

Elena Felipe Castaño

Margarita Gozalo Delgado

Beatriz Muñoz González.

Facultad de Formación del Profesorado. UEX

RESUMEN:

La adolescencia es considerada como un factor de riesgo en el inicio y consumo

de sustancias adictivas (Compas, Hinden y Gerhardt, 1995). En estos momentos el con-

sumo de drogas, legales e ilegales, entre los adolescentes está alcanzando cotas preocu-

pantes. Como afirman Santacreu y Forjan (1994) se hace necesario la investigación pre-

via como único camino para el desarrollo y aplicación de programas de prevención ver-

daderamente efectivos. En este artículo estudiamos las pautas de consumo de una mues-

tra de adolescentes, estudiantes de los últimos cursos de secundaria. Asimismo, analiza-

mos las actitudes y la información que poseen sobre el alcohol, el tabaco y las drogas

ilegales. Pretendemos averiguar la existencia en nuestra muestra de relaciones entre la

información, las actitudes y el consumo de sustancias. Por último, queremos demostrar

si la edad, la falta de información y unas actitudes positivas pueden ser variables pre-

dictoras, y por tanto de riesgo, de un mayor consumo.

INTRODUCCIÓN

La adolescencia es un periodo de reestructuración vital, en el que la búsqueda de

una identidad personal, el establecimiento de una autonomía y la toma de decisiones

vitales, caracterizan este momento del desarrollo humano. La adolescencia es también

considerada como un factor de riesgo en el inicio y consumo de sustancias adictivas

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(Compas, Hinden y Gerhardt, 1995). Actualmente el consumo de drogas, legales e ile-

gales, entre los adolescentes está alcanzando cotas preocupantes. Esta situación se agra-

va además por una serie de hechos como que la edad de inicio se reduce constantemen-

te, aparecen nuevas drogas y formas de consumo, la disponibilidad de un mayor núme-

ro diferente de sustancias de consumo y la existencia de una cultura favorecedora del

consumo del alcohol y tabaco.

En los últimos años, las autoridades han puesto en marcha medidas para regular

y prevenir el consumo de sustancias: campañas de información sobre los efectos noci-

vos del consumo de alcohol y otras drogas - sobre todo en edades tempranas - en los

aspectos físico, psicológico y social. Con el paso del tiempo estas medidas generales se

han traducido en proyectos y programas que en la mayor parte de los casos van dirigi-

dos a generar una conciencia en los jóvenes sobre el peligro del abuso de sustancias, ya

que según Comas (1990), estas medidas preventivas respecto al consumo de drogas de

los jóvenes serán más eficaces si se establecen antes de que el mismo pase a formar parte

de su ocio. La política de prevención presentada por el Plan Nacional de Drogas para el

periodo 2000-2008 se ha propuesto como meta que el 100% de los docentes y de los

alumnos traten dentro de la Educación para la Salud la prevención en drogodependen-

cias (Salvador-Lliviana, 2000)

Conocer a qué edades suele iniciarse el consumo, cuáles son las pautas de ese

consumo y cuáles son los conocimientos que tiene el adolescente sobre las característi-

cas y consecuencias del consumo de drogas y su actitud hacia ellas, debe ser el punto de

partida para cualquier intervención (G.I.D., 1995). Como afirman Santacreu y Forjan

(1994) es necesario conocer e investigar todos estos aspectos como paso previo necesa-

rio para el desarrollo y aplicación de programas de prevención verdaderamente efecti-

vos.

En este artículo estudiamos las pautas de consumo de una muestra de adolescen-

tes, estudiantes de los últimos cursos de secundaria y analizamos las actitudes y la infor-

mación que poseen sobre el alcohol, el tabaco y las drogas ilegales. Pretendemos averi-

guar la existencia en nuestros participantes de relaciones entre la información, las acti-

tudes y el consumo de drogas. Además, queremos demostrar si la edad, la falta de infor-

mación y unas actitudes positivas pueden ser variables predictoras, y por tanto de ries-

go, de un mayor consumo.

Este trabajo se enmarca en una línea de investigación, subvencionada por la

Consejería de Bienestar Social de la Junta de Extremadura, del Departamento de

Psicología y Sociología de la Educación de la Universidad de Extremadura que se diri-

ge a conocer datos relativos a la información y actitudes sobre distintas substancias

(alcohol, tabaco y drogas ilegales) en grupos de adolescentes de distintas edades y nive-

les educativos.

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MÉTODO

Participantes

Los sujetos participantes pertenecen a dos Institutos de Enseñanza Secundaria en

los que se seleccionaron 350 jóvenes de ambos sexos, estudiantes de 3º y 4º de E.S.O.

El 95% de los sujetos son de procedencia y residencia urbana. El rango de edad va de

los 13 a los 18 años y la mayoría de los participantes tenían entre 14 y 15 años, coinci-

diendo con las edades propias de los cursos objeto de estudio. En la tabla 1 aparece la

distribución de los participantes respecto de estos datos.

En cuanto al nivel educativo de los padres de los participantes hemos encontrado

porcentajes diferentes en todas las categorías establecidas, en concreto en las categorías

de menos que primarios (13,46%), primarios (37,3%), bachillerato (17,95%), estudios

universitarios (31,26%). En lo referente a la profesión de los padres nos encontramos

sobre todo con clases medias y trabajadora: un 36,3% está compuesto por trabajadores

manuales; un 22,9% por trabajadores rutinarios no manuales, oficinistas en general,

empleados del comercio, pequeños propietarios y trabajadores por cuenta propia distin-

tos de los profesionales liberales; y 34,7% profesores de los distintos niveles educativos,

profesionales liberales, propietarios medios. Es de destacar que un 45,4% de las madres

no realiza ninguna actividad remunerada. Entre las que sí trabajan fuera de casa, la

mayoría son empleadas administrativas y del comercio o se dedican a otro tipo de acti-

vidad enmarcada dentro del sector servicios para la cual no se requiere titulación uni-

versitaria de grado medio o superior.

Instrumentos

En este trabajo se ha empleado un Cuestionario general sobre drogas, elaborado

para la investigación y basado en el cuestionario de Maciá (1986, 1996). Este cuestio-

nario se divide en varias partes que evalúan aspectos específicos, que pasamos a descri-

bir.

Información sociodemográfica general: Edad, sexo, curso, miembros de la fami-

lia, relaciones con la familia, estudios y profesión de los padres.

Pautas de consumo. Con este apartado se ha pretendido obtener de la manera más

objetiva y precisa, información sobre la pauta de consumo de las siguientes sustancias:

alcohol, tabaco, hachís, cocaína, anfetaminas, LSD y heroína. En lo que se refiere a las

bebidas alcohólicas, por ejemplo, se ha medido la frecuencia (en unidades) diaria y

durante el fin de semana de cuatro bebidas: Cerveza, vino, combinados y chupitos. Para

la cerveza se ha considerado una unidad como una botella de 1/5. Una unidad de com-

binados equivale a una copa de “cubata”.

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ANÁLISIS DEL CONOCIMIENTO Y LAS ACTITUDES HACIA LAS DROGAS EN ADOLESCENTES

Conocimiento sobre sustancias. En esta parte hemos evaluado el conocimiento

que los participantes tienen sobre alcohol, tabaco y drogas ilegales. Para ello hemos dise-

ñado tres pruebas objetivas de diez ítems cada una con respuesta dicotómica de verda-

dero/falso.

Actitudes hacia el consumo, mediante diez ítems referidos a actitudes hacia cada

sustancia, puntuadas según una escala tipo Likert de 4 intervalos de respuesta que va de

“muy de acuerdo” a “muy en desacuerdo”.

Procedimiento

En primer lugar se seleccionaron los institutos en los que se pretendía recoger los

datos. Se pidió permiso a los directores de los centros y se contactó con los orientadores

de cada centro quienes se encargaron de organizar las sesiones de obtención de los datos.

Mantuvimos una reunión previa con la AMPA y con los tutores para informar de los

objetivos de la investigación.

La administración de los cuestionarios se realizó de forma colectiva y en una

única sesión para cada uno de los grupos, con un total de 18 grupos. Se realizaron seis

sesiones de recogida de datos, tres en cada instituto. Los sujetos participantes fueron

informados someramente del objeto de la investigación y para garantizar la sinceridad

de las respuestas se insistió en el carácter voluntario de la cumplimentación del cuestio-

nario y anónimo de los resultados obtenidos.

Procesamos y analizamos los datos utilizando el paquete estadístico SPSS-PC

10.0. Realizamos análisis descriptivos así como pruebas de contraste entre puntuaciones,

empleando pruebas paramétricas (t de Student, ANOVA de un factor, Chi cuadrado y

Análisis de Regresión Lineal) que nos permitiesen valorar las diferencias asociadas a las

variables edad, sexo.

RESULTADOS

1. La información sobre el alcohol, tabaco y drogas ilegales

Una de las cuestiones que más nos interesaban en la investigación era conocer

qué saben y qué no los adolescentes sobre las sustancias psicoactivas, cuáles son las

ideas erróneas y los tópicos que mantienen, y qué puede propiciar el consumo y sobre

qué aspectos poseen un mayor nivel de conocimiento. Este punto entendemos que es

fundamental a la hora de estudiar el consumo - en qué medida un mayor o menor cono-

cimiento sobre el alcohol o cualquier otra sustancia influye en él– y, desde luego, es un

dato de suma importancia a la hora de diseñar cualquier intervención destinada a la pre-

vención. Analizaremos los resultados según cada sustancia.

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APORTACIONES PSICOLÓGICAS Y MUNDO ACTUAL

Alcohol

Parece existir un amplio consenso en reconocer los daños físicos y mentales que

puede producir el consumo de alcohol, así lo afirma un 94,8% de los encuestados. De las

misma manera una amplia mayoría parece estar de acuerdo con que a largo plazo su

abuso produce infelicidad (87,5%). Incluso el hecho de que su consumo sea una prácti-

ca extendida y cotidiana en nuestra sociedad no supone que por ello no sea considerada

como perjudicial. Sin embargo existe mayor confusión en lo relativo a los efectos eufo-

rizantes o depresores de esta sustancia. Un 55,9% de los participantes considera que es

un estimulante, idea errónea que puede explicar el porqué de su ingestión entre los jóve-

nes, en la búsqueda de un estímulo dentro de su tiempo de ocio. Además un 44,1% de

los adolescentes señalan que no existe ninguna relación entre tomar alcohol y consumir

tabaco u otro tipo de drogas ilegales.

En la misma línea situamos el elevado número de errores con respecto a consi-

derar que uno puede dejar de beber cuando lo desee - un 34,5% considera que así puede

ser - resultado que entra en coherencia con la información señalada en el punto anterior.

Por ultimo, nos ha sorprendido que un elevado número de participantes (78,9%) coinci-

da en considerar errónea la adscripción a las clases sociales más bajas el problema del

alcoholismo.

Tabaco

Los participantes conocen los efectos negativos del tabaco sobre la salud, el

hecho de que se trata de una sustancia perjudicial (92,8%), que produce trastornos cir-

culatorios y del corazón (88,8%) y que sus efectos pueden llegar a ser mortales (92,8%).

La gran mayoría sabe que el humo del tabaco perjudica a los no fumadores (89,3%), que

en el tabaco hay más sustancias dañinas además de la nicotina (81,9%) y que el abuso se

considera a partir de fumar una cajetilla de tabaco diaria (80,5%). En relación a los

aspectos sociales del consumo, un 87,9% de los participantes tiene claro que el inicio del

consumo puede tener que ver con aceptar una invitación, aunque la postura hacia el con-

sumo no sea favorable (72,5%) y ello puede ser el primer paso para comenzar a consu-

mir tabaco (89,6%). Hay una cuestión sobre la que hay poca información en nuestros

participantes, y es respecto a la relación entre el consumo de tabaco y el consumo de

otras sustancias, únicamente un 57,9% está informado sobre esta posible relación.

Psicofármacos y drogas ilegales

Conocen que ciertas medicinas son drogas y crean hábito (92,1%) y que pueden

ser peligrosas para la salud si las consumen sin prescripción médica (94,2%), que cual-

quier persona puede llegar a ser drogodependiente (87,2%), aunque no está tan claro el

hecho de que estas personas tienen una personalidad normal, aspecto que sólo mantie-

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nen el 62,3%. Respecto al inicio del consumo el 78% tiene claro que es más fácil para

aquellas personas que ya consumen otras sustancias como alcohol, y que son los amigos

y compañeros los primeros en ofrecerlas (80,9%) mientras que el hecho de que los adul-

tos no son los principales incitadores lo saben sólo algo más de la mitad (57,2%). No dan

importancia a la presión del grupo hacia el consumo, es un factor que conocen el 64,4%.

Algo más de la mitad de los participantes desconocen la relación entre el consumo de

tabaco y “porros” (58,1%) y tienen poca información respecto a la relación entre la pos-

tura que se mantiene respecto al consumo y el consumo en sí, de manera que más de la

mitad (56,8%) piensa que la postura contraria al consumo hace que nunca consumas.

Diferencias de género

En lo referente a diferencias de información sobre alcohol, tabaco y drogas ile-

gales entre hombres y mujeres, encontramos que sobre las consecuencias del alcohol,

como observamos en la Tabla 1, son las chicas las mejor informadas. En cuanto a las

diferencias en información entre chicos y chicas respecto al tabaco y drogas ilegales, no

encontramos diferencias significativas en la puntuación total de los cuestionarios.

Tabla 1. Diferencias de género en los cuestionarios de información.

Prueba t para muestras independientes.

Información Sexo n Media D. Típica t Sig.

Varón 154 6.29 1.63

Alcohol Mujer 160 6.73 1.43 -2.57 0.01**

Varón 163 8.26 1.45

Tabaco Mujer 167 8.41 1.27 -.995 .321

Drogas Varón 151 7 1.7

Ilegales Mujer 158 7.34 1.46 -1.89 .059

**p ≤0,01

Diferencias en cuanto a la edad

Encontramos diferencias significativas respecto a la edad únicamente en el cues-

tionario de información sobre el alcohol, en concreto el grupo de alumnos de 14 años

tiene más información sobre el alcohol que los de 17 años (F: 2,42; p 0,05).

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Relación entre información y consumo de sustancias

En la Tabla 2 podemos ver los resultados obtenidos. En general, encontramos una

correlación significativa entre la información sobre determinadas sustancias y su consu-

mo, en el sentido de aquellos sujetos que tienen una menor información son los que con-

sumen más. En concreto, más información sobre el alcohol y el tabaco se relaciona con

un mayor consumo de alcohol y drogas ilegales, pero no de tabaco y “porros”, con los

que no encontramos ninguna relación significativa. Tampoco hemos encontrado una

relación significativa entre la información sobre drogas ilegales y sobre el consumo de

sustancias.

En cuanto a las relaciones entre las puntuaciones en los cuestionarios de infor-

mación encontramos correlaciones significativas y positivas entre las puntuaciones de

los tres cuestionarios de información, lo que indicaría que los participantes que tienen

información, la tienen sobre todas las sustancias psicoactivas.

Tabla 2. Relación entre las puntuaciones de los cuestionarios de información sobre

sustancias y consumo de sustancias. Coeficiente de correlación de Pearson.

Puntuación total Cuestionario de

Información

Alcohol Tabaco Drogas

ilegales

Alcohol -,243** -.198** -.018

Tabaco -.044 -.100 .048

Consumo total “Porros” -.104 -.001 -.009

Otras drogas ilegales -.133* -.129* -.051

Puntuación total Alcohol .298** .228**

Cuestionario Tabaco - .296**

Información Drogas ilegales - -

*p ≤0,05 **p≤0,01

2. Actitudes hacia el alcohol, tabaco y drogas ilegales.

Por nuestros resultados podemos observar, y es un hecho que, sin duda, nos sor-

prende, como las actitudes más positivas hacia el consumo se dan frente a las drogas ile-

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gales. Nos sorprende porque inicialmente partimos de la creencia de que las actitudes

más positivas hacia el consumo de sustancias se darían frente al alcohol y tabaco, dro-

gas aceptadas socialmente y con un consumo, en nuestros participantes, más notable que

el consumo, apenas inapreciable, de drogas ilegales. En la Tabla 3 podemos ver los esta-

dísticos descriptivos de las puntuaciones obtenidas en los Cuestionarios de Actitudes

hacia el alcohol, el tabaco y las drogas ilegales. Para tratar de explicar este resultado rea-

lizamos un análisis más exhaustivo de los datos.

Tabla 3. Resultados T de Student. Variable Género. Cuestionario de Actitudes:

Alcohol, Tabaco y Drogas ilegales.

a
Cuestionario Sexo n Media D. T. t Sig.

Actitudes (Bilateral)

Varón 137 20,62 5,94

Alcohol Mujer 157 19,32 5,13 2,016 0,045*

TOTAL 294 20,62 5,94

Varón 141 18,37 5,94

Tabaco Mujer 151 18,30 5,78 0,094 0,926

TOTAL 292 18,38 5,85

Varón 137 21,43 4,09

Drogas ilegales Mujer 148 22,25 4,05 -1,698 0,091

TOTAL 285 21,87 4,08

*p ≤0,05
a
Se han asumido varianzas iguales.

Diferencias de género

Para verificar si existen diferencias en las actitudes entre varones y mujeres,

sometimos los datos a la prueba t de Student. En la Tabla 3 podemos ver los resultados

de dicha prueba. Hemos encontrado diferencias significativas entre varones y mujeres en

las actitudes frente al consumo de alcohol. Los varones presentan unas actitudes más

positivas hacia su consumo.

Diferencias respecto a la edad

Para comprobar si existen diferencias asociadas a la variable edad, sometimos los

datos a un análisis de varianza de un factor (ANOVA). En la tabla 4 podemos ver los

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resultados obtenidos. Hallamos diferencias significativas en las puntuaciones del cues-

tionario de actitudes hacia el consumo de tabaco y alcohol en los diferentes grupos de

edad, en concreto, en relación a las actitudes hacia el consumo de tabaco, las diferencias

se han establecido entre el grupo de edad de 14 años y los grupos de 16 (Sig.: 0,046) y

17 años (Sig.: 0,001). Con respecto a las actitudes hacia el consumo de alcohol, las dife-

rencias ocurren entre los mismos grupos, 14 años frente a 16 años (Sig.:0,000) y 14 años

frente a 17 años (Sig.:0,000). Las actitudes hacia el consumo son más positivas en los

adolescentes de mayor edad, que por otro lado, son los que más cantidad de alcohol y

tabaco consumen.

Tabla 4. Resultados ANOVA. Variable Edad. Cuestionario de Actitudes.

Cuestionario Sig.

Actitudes Edad n Media D. T. F (Bilateral)

14 años 106 18,19 5,31

15 años 100 19,93 5,51

Alcohol 16 años 38 22,84 5,40 7,110 0,000***

17 años 38 22,45 4,83

18 años 10 19,90 4,07

14 años 105 16,94 5,52

15 años 101 18,18 5,66

Tabaco 16 años 35 20,26 5,97 4,454 0,001**

17 años 36 21,39 6,00

18 años 11 19,54 5,18

14 años 98 21,90 3,75

15 años 100 21,88 4,14

16 años 37 22,57 4,19 0,756 0,582

Drogas ilegales 17 años 37 21,00 4,67

18 años 10 21,00 4,52

**p ≤0,01 ***p≤0,001

Relación entre las actitudes y la cantidad consumida

¿Existirá relación entre la cantidad consumida de sustancias y las actitudes que

se mantienen frente a ellas? Como podemos observar en la Tabla 5, los participantes que

mantienen más actitudes positivas hacia las sustancias tienden hacia su consumo, espe-

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cialmente alcohol y tabaco, de forma que consumen más y no sólo un tipo de sustancia

sino varias. Por otro lado, no hemos encontrado relación entre las actitudes hacia las dro-

gas ilegales y el consumo de sustancias. Según estos resultados parece que las actitudes

positivas hacia una determinada sustancia se pueden generalizar, extender y contagiar al

consumo de otras sustancias diferentes.

Tabla 5. Relación entre Actitudes hacia el consumo y cantidad consumida.

Análisis de Correlación

Actitudes

Tabaco Alcohol Drogas

Consumo ilegales

C. Pearson 0,406 0,270 0,024

Tabaco Sig. (Bilateral 0,000 0,000 0,686

C. Pearson 0,371 0,379 0,077

Alcohol Sig. (Bilateral 0,000 0,000 0,198

C. Pearson 0,232 0,160 0,081

Porros Sig. (Bilateral 0,000 0,006 0,172

Tripis, coca, C. Pearson 0,150 0,091 0,057

Anfetamina Sig. (Bilateral 0,010 0,118 0,338

3. Un modelo predictivo del consumo de alcohol.

Revisando los resultados obtenidos hasta este momento podemos resumirlos

diciendo que el consumo de alcohol está asociado con las variables edad, la información

y la actitudes hacia la sustancia, por lo que podemos considerarlas como variables de

riesgo en su consumo. Para confirmar esta observación sometimos los datos a un

Análisis de Regresión Lineal utilizando como variables predictoras la edad, la informa-

ción y las actitudes. Estas variables correlacionan con el consumo de alcohol, pero no

están o están poco relacionadas entre ellas. En la Tabla 6 podemos observar los resulta-

dos, de forma que el modelo predice el 22,2% de la varianza de la variable consumo de

alcohol. La relación global entre el modelo y la variable dependiente es significativa al

0,000. La ecuación de regresión presenta una capacidad altamente predictiva y los coe-

ficientes de regresión estandarizados evidencian que a medida que los sujetos incre-

mentan la edad, mantienen actitudes más positivas hacia el alcohol y si poseen poca

información, incrementan el consumo.

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APORTACIONES PSICOLÓGICAS Y MUNDO ACTUAL

Tabla 6. Análisis de regresión. Variables predictoras: Edad, información y actitudes.

Variable dependiente: Consumo de alcohol.

Resumen del modelo

R R cuadrado Error tip.

MODELO R cuadrado corregida estimación

0,471 0,222 0,213 6,06

ANOVA

gl F Sig.

Regresión 3 25,26 0,000

Residual 266

Coeficientes estandarizados

Beta t Sig

(Constante) -4,33 0,000

Edad 0,262 4,64 0,000

Actitudes alcohol 0,271 4,57 0,000

Información alcohol -0,124 -2,18 0,030

Podemos afirmar que la edad, las actitudes positivas y la escasa información

sobre el alcohol y sus consecuencias son variables predictoras y de riesgo altamente sig-

nificativas del consumo de alcohol.

CONCLUSIONES

Con este trabajo hemos pretendido establecer, en un grupo de adolescentes, las

relaciones entre el consumo de sustancias y la información y actitudes que mantienen

hacia ellas.

En cuanto a la información, con los datos obtenidos podemos afirmar que las chi-

cas son las que mejor informadas están y al tiempo las que menos alcohol consumen.

Circunstancia que nos llama la atención, ya que todos los participantes de nuestro estu-

dio estaban escolarizados en centros educativos mixtos, de lo que se deduce que las chi-

cas se muestran más receptivas a este tipo de información. No nos atrevemos a afirmar

que la razón por la que esto es así sea por su mayor grado de conocimiento sobre los

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ANÁLISIS DEL CONOCIMIENTO Y LAS ACTITUDES HACIA LAS DROGAS EN ADOLESCENTES

efectos negativos, si analizamos el tipo de respuestas en las que obtienen mayores pun-

tuaciones, podemos ver que se caracterizan por un componente actitudinal. Cuando

hablamos de actitudes no sólo debemos prestar atención a su componente cognitivo sino

también a factores de tipo conductual y afectivo, es probable que sean estas actitudes

junto con aspectos culturales y educativos asociados al género los que justifiquen las

diferencias en el consumo de alcohol entre chicos y chicas. Otro hallazgo de gran impor-

tancia es la relación inversa, que hemos encontrado, entre el nivel de información de

nuestros participantes y las pautas de consumo. Aquellos adolescentes que manifestaron

tener mayores conocimientos sobre las consecuencias negativas del alcohol, fueron los

que informaron de un menor consumo.

En relación a las actitudes, nos sorprende que las actitudes más positivas se ten-

gan hacia las drogas ilegales y no hacia el alcohol y el tabaco, drogas socialmente acep-

tadas y con un porcentaje de consumo más elevado en nuestros participantes. Una posi-

ble explicación podría residir en la idea de que nuestro grupo de adolescentes disponga

de menos información sobre las drogas ilegales, lo que llevaría a tener actitudes más

positivas hacia su consumo. Sin embargo los resultados no apoyan en absoluto nuestra

idea. Si parece que se cumple con el alcohol y el tabaco, en los que encontramos que

menos información está relacionado con actitudes más positivas hacia esas sustancias.

Con respecto a la relación entre los resultados y las variables edad y sexo, encon-

tramos diferencias significativas asociadas al género y a la edad. Los varones tienen unas

actitudes más positivas, especialmente sobre el alcohol. Asimismo, los adolescentes de

mayor edad, 17 años, presentan actitudes más positivas no sólo hacia el alcohol, sino

también hacia el tabaco. Las actitudes sin duda, como reflejan nuestros datos, pueden

favorecer el consumo. Aquellos adolescentes que tienen puntuaciones altas en el cues-

tionario de actitudes hacia el tabaco, no sólo consumen más tabaco y porros, sino tam-

bién alcohol. Lo mismo ocurre con los que tienen puntuaciones altas en el cuestionario

de actitudes hacia el alcohol, no sólo consumen más alcohol, también consumen más

tabaco y porros. La familia, sin duda, pensamos que juega un papel muy importante en

el aprendizaje de actitudes, existen numerosas investigaciones que dan cuenta de la rela-

ción entre variables familiares y consumo de drogas en adolescentes. Varios estudios

encuentran una relación entre el consumo de alcohol por parte de los padres y la proba-

bilidad de que los hijos consuman y adquieran actitudes positivas hacia el alcohol

(Engels, Knibbe, De Vries, Drop y Van Breukelen, 1999, Musitu, Buelga, Lila y Cava,

2001).

La ecuación establecida entre las variables edad, poca información y actitudes

positivas ha demostrado ser un modelo altamente predictivo y significativo del consumo

de alcohol en nuestros jóvenes. Estos resultados sugieren la necesidad de mantener un

trabajo continuado a la hora de informar a los adolescentes de las consecuencias negati-

vas a corto, medio y largo plazo del abuso de sustancias. Las materias transversales

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APORTACIONES PSICOLÓGICAS Y MUNDO ACTUAL

como la educación para la salud, pueden ser el ámbito idóneo para tratar este tipo de con-

tenidos cuyo objetivo se relaciona con la adquisición de conocimientos y el fortaleci-

miento de actitudes claras y consecuentes hacia el consumo de sustancias. El trabajo de

intervención no debe limitarse al ámbito de la educación primaria, sino que se debe

reforzar en las edades en las que se detecta un mayor nivel de riesgo, en concreto en los

últimos cursos de secundaria. Introducir estos objetivos en la enseñanza secundaria obli-

gatoria constituye una buena política dirigida a la prevención primaria de conductas

desadaptadas en poblaciones de riesgo, ya que se garantiza que esta información llegue

a todos los sectores de la sociedad.

De nuestro estudio se ha derivado la necesidad de dar una continuidad a esta

línea de investigación incluyendo entre los grupos evaluados a adolescentes y jóvenes

adultos de edades superiores (16-21 años), que constituyen nuestro actual objeto de estu-

dio, ya que nuestros resultados nos conducen a pensar que es en estas edades cuando se

generaliza el establecimiento de hábitos de consumo.

Es en este sentido en el que esperamos continuar profundizando en nuestra línea

de investigación.

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