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RECURSOS.

Concepto de impugnación.
Es la acción y efecto de atacar o refutar un acto judicial, documento, deposición, testimonial, informe de peritos,
etc., con el fin de obtener su revocación o invalidación.
En este sentido, la impugnación aparece como el género, pues corresponde a toda acción destinada a obtener
el saneamiento de la incorrección o defecto del cual puede adolecer un acto procesal.

Algunos medios de impugnacion:

a. El incidente de alzamiento de medidas precautorias


b. La oposición respecto de la actuación decretada con citación
c. El incidente de nulidad procesal del rebelde (art. 80 CPC)
d. La oposición de tercero (art. 234 inc. Penúltimo CPC)
e. El juicio ordinario posterior a la sentencia en las querellas posesorias (art. 581 CPC)
f. La renovación de la acción ejecutiva (art. 477 CPC)
g. El recurso de revisión, o más bien la acción impugnativa autónoma de una determinada resolución
judicial por concurrir las causas legales
h. Los recursos

LOS RECURSOS.

Concepto de recurso:

Es el acto jurídico procesal de parte o de quién tenga legitimación para actuar, mediante el cual impugna una
resolución judicial dentro del mismo proceso que se pronunció, solicitando su revisión a fin de eliminar el
agravio que sostiene se le ha causado con su dictación.

Dentro del ordenamiento jurídico del Estado de Derecho, los recursos se dividen en dos grandes grupos:
i. El primero está representado por todos aquellos arbitrios que proceden en contra de las resoluciones de
los tribunales de justicia, y por eso se denominan recursos jurisdiccionales.
ii. El segundo, lo constituyen las reclamaciones que la ley otorga a los particulares contra los actos y
resoluciones administrativas, destinadas a dirimir los conflictos entre los administrados y las autoridades
administrativas. Tales arbitrios se denominan, en general, recursos o reclamaciones administrativos y
contencioso- administrativos.

Sin embargo, el principio que informa la división precedente no es absoluto, ya que existe, por ejemplo, un
recurso judicial de excepción cuyo objeto no es impugnar resoluciones judiciales, sino que, directamente
preceptos legales, a fin de obtener que se declaren inaplicables para un caso especial y determinado. Tal ocurre
en nuestro derecho, con el recurso de inaplicabilidad por inconstitucionalidad.

Igualmente, ciertos actos y resoluciones administrativas son impugnables mediante reclamaciones de


competencia de los tribunales ordinarios de justicia, lo cual demuestra la íntima relación que existe entre lo
contencioso administrativo y lo judicial. Ej..: Reclamo de ilegalidad establecido en art. 141 de la ley de
Municipalidades, pues si bien es un recurso administrativo, conocerá la Corte de Apelaciones, breve y
sumariamente, cuando la Municipalidad o el alcalde desestimaren los reclamos presentados ante dicho
organismo.

Elementos del recurso.

1. Debe ser contemplada por el legislador la existencia del recurso, determinando el tribunal que debe
conocer de él y el procedimiento que debe seguirse para su resolución. (art.77 y 19 Nº3– inciso 5º CPR)

2. Acto jurídico procesal de parte o de quien tenga legitimación para actuar, por lo tanto no constituyen
recursos determinados actos que llevan a cabo de oficio los órganos jurisdiccionales

3. El agravio, como sinónimo de perjuicio, se entiende que concurre cuando no se obtiene todo lo que se
ha pedido en juicio, el cual puede existir no sólo respecto de una parte sino que respecto de todas las
partes en el proceso. El art. 751 CPC, señala los casos en que existe agravio dentro del juicio de
hacienda:
- La sentencia no acoge totalmente la demanda
- La sentencia no acoge totalmente la reconvención
- La sentencia no desecha en todas sus partes la demanda
- La sentencia no desecha en todas sus partes la reconvención
En el antiguo sistema procesal penal, art. 54 bis Código Procedimiento penal señala la existencia del gravamen
irreparable, o sea no basta que la resolución judicial cause un agravio o gravamen al recurrente, sino que
requiere como requisito adicional que no exista otro medio distinto al recurso con el fin de obtener la
eliminación del perjuicio dentro del proceso. En el Código Procesal Penal, solo se contempla el agravio como
fundamento para deducir el recurso de apelación, pero en otros recursos se requiere que la causal en que se
basa la petición de declaración de nulidad debe afectar al recurrente. Excepcionalmente, se rompe esa regla
cuando se interpone recurso de nulidad por las causales del art. 374 del Código Procesal Penal.

4. Impugnación de una resolución judicial dentro del mismo proceso en que se dictó. La doctrina
mayoritariamente entiende que la interposición de un recurso no genera un nuevo proceso, sino que en
él se desarrolla el derecho de accionar.

5. Revisión de la sentencia impugnada: el objeto perseguido es la eliminación del agravio generado en la


resolución, lo que se puede lograr mediante:
- La reforma de una resolución judicial: cuando la resolución se ha dictado cumpliendo los requisitos
previstos por la ley, pero se estima que ésta no ha resuelto en forma justa el conflicto. Ej.: recurso
de reposición o recurso de apelación.
- La nulidad de una resolución judicial: cuando ésta se ha dictado sin dar cumplimiento a los requisitos
previstos por la ley, por lo que se requiere su invalidación por causales específicas. Ej.: recurso de
casación en la forma y en el fondo, recurso de nulidad.

Fuentes de los recursos.

1) Constitución Política del Estado


2) Código Orgánico de Tribunales
3) Código de Procedimiento Civil
4) Código de Procedimiento Penal
5) Código Procesal Penal
6) Recursos de carácter especial, regulados fuera de los códigos procedimentales de aplicación general

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7) Sistema de recursos respecto de Tribunales Arbitrales

1) Constitución Política del Estado

a. La CPR es fuente directa, cuando crea recursos, cuya reglamentación está entregada a la dictación de
una ley posterior. Ej.:
- Recurso de protección (art. 20 CPR);
- Recurso de amparo (art. 21 CPR);
- Recurso de inaplicabilidad por inconstitucionalidad (art. 93 Nº CPR)
- Recurso de reclamación por privación de la nacionalidad (art. 12 CPR)

b. La CPR es fuente indirecta, al referirse a las normas que se vinculan a instituciones generales del
Derecho Procesal y en las cuales deben considerarse los recursos:
- Bases de la institucionalidad: art. 7 CPR, de este artículo se deduce que el sistema de recursos forma parte de
la limitación de la órbita de las funciones de los organismos del Estado.

Derechos y deberes constitucionales:


- Art. 19 Nº3– CPR, envuelve esta norma el debido proceso, para lo cual es indispensable un sistema
adecuado de recursos.
- Art. 19 Nº CPR, da origen a la acción de amparo y protección.
- Art. 76 y ss. CPR, al dar un concepto de jurisdicción, se establece la facultad de conocer, en la que se
entiende incorporado el sistema de recursos.
- Art. 77 CPR, regula indirectamente el sistema de recursos, al señalar que una ley orgánica constitucional
regulará la organización y atribuciones de los tribunales.

2) Código Orgánico de Tribunales:

A. Es una fuente indirecta de los recursos, ya que señala los tribunales que van a conocer de cada uno de
ellos. Por regla general se aplica el principio jerárquico de los tribunales, porque según la naturaleza del
recurso y de la instancia en que se conoce se va elevando la jerarquía del tribunal que debe conocer de
él.
B. Es una fuente directa de los recursos, en los siguientes casos:
- Art. 278 COT, establece el recurso de reposición en carácter administrativo, que procede solo respecto
de las resoluciones que versan sobre la calificación de los jueces, asimismo establece el recurso de
apelación por esta misma causa.
- Reglamenta el recurso de queja.

3) Código de Procedimiento Civil:

Reglamenta inorgánicamente los recursos procesales propiamente tales, al referirse a ellos tanto en el Libro I
(disposiciones comunes a todo procedimiento), como en el Libro III (procedimientos especiales).

4) Código de Procedimiento Penal:

- Libro I: establece disposiciones generales para el juicio criminal, y no reglamenta en forma orgánica los
recursos. Reglamenta el recurso de apelación de forma casuística.
- Libro II: reglamenta el recurso de casación en la forma y en el fondo, en los art. 535 y ss.

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- Libro III: reglamenta en su título VII la revisión de las sentencias condenatorias firmes por crímenes y
simples delitos.

5) Código Procesal Penal:

Realiza una regulación orgánica de los recursos en su Libro III:


- Título I: Disposiciones generales
- Título II: Regula el recurso de reposición
- Título III: regula el recurso de apelación
- Título IV: regula el recurso de nulidad
En el párrafo III del título VIII del libro IV se regula la acción de revisión de las sentencias firmes condenatorias.

6) Regulación de los recursos en diversos procedimientos especiales:

A. Derecho del Trabajo: Mantiene la idea de los recursos civiles, pero altera la oportunidad para hacerlos
valer, pues la apelación procede solo contra sentencias definitivas de primera instancia, las resoluciones
que pongan termino al juicio o hagan imposible su continuación y las que se pronuncien sobre medidas
precautorias.
B. Juzgados de Policía Local: Solo procede el recurso de apelación en contra de sentencias definitivas de
primera instancia y las resoluciones que pongan termino al juicio o hagan imposible su continuación.
Por otra parte, las sentencias definitivas dictadas en procesos por simples infracciones a la Ley de Tránsito que
sólo impongan multas serán inapelables. A su vez, no procede el recurso de casación.
C. Derecho Tributario:
- Corresponde a las Cortes de Apelaciones conocer en segunda instancia de las apelaciones de ciertas
resoluciones dictadas por el Director Regional del Servicio de Impuestos Internos.
- La Corte Suprema conoce del recurso de casación en el fondo y en la forma deducido contra
resoluciones de segunda instancia pronunciadas por las Cortes de Apelaciones, cuando ello sea
procedente.
- De las reclamaciones falladas por el Director Regional del Servicio de Impuestos Internos, lo declare
improcedente o haga imposible su prosecución, es procedente el recurso de reposición y de
apelación.
D. Decreto ley 211: Art. 9 establece el recurso de reclamación, que se interpone contra resoluciones de las
comisiones preventivas para ser conocidas por la Comisión Resolutiva. En contra de las resoluciones de
ésta última, se contempla sólo el recurso de reclamación ante la Corte Suprema, sólo en contra de
ciertas y determinadas resoluciones.
E. Código de Aguas: establece el recurso de amparo judicial.
F. Código Sanitario: por regla general los recursos que existen se presentan ante la Corte de Apelaciones
de Santiago.
G. Ley de Municipalidades: existe el reclamo de ilegalidad, que conoce la Corte de Apelaciones respectiva.

7) Sistema de recursos respecto de los tribunales arbitrales:


A. Árbitros de derecho: Proceden los mismos recursos que procederían si el asunto estuviera sometido a
un tribunal ordinario en primera instancia. Juega ampliamente la renuncia del recurso, lo que se puede
pactar en el compromiso o en la cláusula compromisoria.
B. Árbitros arbitradores: caben los siguientes recursos:
- Recurso de apelación: por regla general este recurso no procede, excepcionalmente procede
cuando en el acto de compromiso las partes hubieren efectuado dos declaraciones de voluntad:
- Se reservan el derecho a apelar

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-Hayan designado los integrantes del tribunal de segunda instancia.
-Recurso de Casación en la forma: está más restringido, con respecto de las causas en las que
procede por omisión de un trámite esencial. (art. 795 CPC)
 Renuncia de los recursos ante los árbitros: Las partes pueden renunciar a todos los recursos legales, sin
embargo, la jurisprudencia ha señalado que hay dos recursos que no pueden renunciar las partes:
- Recurso de casación en la forma: por las causales de incompetencia del tribunal y ultrapetita.
- Recurso de queja

Clasificación de los recursos.

1. De acuerdo a la finalidad perseguida:

a) Recursos de nulidad
b) Recursos de enmienda
c) Recursos o más bien acciones de protección de garantías constitucionales
d) Recursos o más bien acciones en las que se persigue la declaración de determinadas circunstancias
e) Recursos de finalidades disciplinarias

a. Recursos de nulidad:
- Recursos de casación, en la forma y en el fondo
- Recurso de revisión (acción de revisión)
- Recurso de nulidad

b. Recursos de enmienda:
- Recursos de reposición
- Recurso de apelación

c. Recursos o acciones de protección de garantías constitucionales:


- Acción o recurso de amparo
- Acción o recurso de protección

d. Recursos o acciones en los que se persigue la declaración de determinadas circunstancias:


- Recurso de inaplicabilidad por inconstitucionalidad de un precepto legal

e. Recursos de finalidades disciplinarias:


- Recurso de queja

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RECURSO DE APELACION.
Art 186-230 cpc.

Apelación y segunda instancia

“La competencia de que se halla revestido un tribunal puede ser o para fallar un asunto en una sola instancia, de
modo que la sentencia sea inapelable; o para fallarlo en primera instancia, de manera que la sentencia quede
sujeta al recurso de apelación”. (art. 188 COT)

Instancia: Es la denominación que se da a cada una de las etapas o grados del proceso, que va desde la
promoción del juicio hasta la primera sentencia definitiva o desde la interposición del recurso de apelación hasta
la sentencia que sobre él se dicte. (Couture). La instancia, considerada como cada grado jurisdiccional en que un
asunto es conocido por el tribunal, presenta como nota distintiva el habilitar al órgano jurisdiccional para
extender su conocimiento y decisión tanto a cuestiones de hecho como jurídicas.

El recurso de apelación es aquél que permite la apertura de una nueva fase de conocimiento que abarca tanto
las cuestiones jurídicas como fácticas envueltas en la controversia.
La conexión entre instancia y apelación consiste en que el recurso de apelación permite acceder a la segunda
instancia, tal como la demanda permite abrir la primera instancia. En efecto, el recurso de apelación es por
excelencia el medio de impugnación que permite materializar el derecho a acceder una segunda instancia, es
decir, una nueva fase del proceso del proceso de declaración que se realiza ante un órgano jurisdiccional de
grado superior y que se abre precisamente mediante dicho recurso.

Cuando se habla de doble grado o de doble instancia se hace referencia a un sistema de organizar el proceso en
virtud del cual se establecen dos sucesivos exámenes y decisiones sobre el tema de fondo planteado, por obra
de dos órganos jurisdiccionales distintos, de modo que el segundo debe prevalecer sobre el primero. El doble
grado o instancia permite dos pronunciamientos sobre el objeto del proceso y sobre el objeto del debate.
(Montero).

No siempre el recurso de apelación tiene la virtud de abrir una segunda instancia, pues el legislador permite
apelar no sólo de la sentencia definitiva sino también de otra clase de resoluciones que no resuelven el fondo
del asunto sino sólo cuestiones de índole procesal, en cuyo caso no resulta exacto afirmar que el recurso ha
abierto una nueva fase del proceso con la amplitud de conocimiento que envuelve el concepto de instancia. En
este segundo caso, la apelación no abre una segunda instancia sino que simplemente permite la revisión de la
resolución apelada. (Ortells).

Apelación plena y apelación limitada


Respecto de la apelación que hace factible la apertura de una segunda instancia, es decir, aquella que se dirige
en contra de la sentencia definitiva, la formulación legal de la misma puede asumir dos orientaciones:
a. Una apelación plena, que permite a las partes formular nuevas alegaciones, proponer nuevas pruebas o
incluso esgrimir nuevas pretensiones en sede de apelación, lo que hace que tenga lugar una nueva primera
instancia o novum iudicium.
b. Una apelación limitada, la cual no permite a las partes formular nuevas alegaciones o proponer nuevas
pruebas, sino la revisión de la legalidad de la resolución que puso término a la instancia. (Garberí).

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Concepto, fundamento y caracteres del recurso de apelación
Concepto

El recurso de apelación es un medio de impugnación de carácter ordinario cuya finalidad es obtener del tribunal
superior de aquél que pronunció la resolución su enmienda o revocación.

Características del recurso de apelación

1. Se trata de un recurso ordinario desde que su admisión no depende de que se aleguen motivos de
impugnación determinados.
2. Su finalidad específica es la enmienda de la resolución apelada (art. 186 CPC), expresión equivalente a
corregir o modificar, pero debe considerarse que el tribunal superior no se limita a revisar la resolución del
inferior, sino que dicta una nueva sentencia en el proceso que puede incluso reemplazar enteramente la
decisión del a quo, siempre que no se vuelva en contra del apelante. (C. Suprema, 25 de abril de 2011, Rol
Nº 8.200-2009).
3. Cuando la apelación se entabla en contra de la sentencia definitiva, da origen a una instancia, es decir, a una
nueva fase del proceso que permite el enjuiciamiento de las pretensiones y defensas de las partes con la
amplitud suficiente para examinar tanto las cuestiones de hecho y como de derecho promovidas en el
primer grado jurisdiccional, siempre y cuando ellas hayan sido objeto del recurso.
En otros casos, cuando la apelación se concede respecto de resoluciones contenido procesal, si bien no tiene la
aptitud parta abrir una verdadera segunda instancia, permite un nuevo control de la regularidad formal del
proceso.
4. Es un recurso devolutivo o por vía de reforma, es decir, su conocimiento y fallo corresponde a un tribunal
diferente del que dictó la resolución apelada o recurrida, específicamente al tribunal superior jerárquico. El
tribunal que dictó la resolución apelada se denomina tribunal a quo, en tanto que aquel llamado a conocer
del mismo recibe la denominación de tribunal ad quem.
5. El recurso de apelación está estructurado como un medio de impugnación subordinado al interés e impulso
de las partes y sujeto a las consecuencias del principio dispositivo, admitiéndose, tanto la renuncia como el
desistimiento del recurso.

Regulación del recurso de apelación


Las reglas fundamentales sobre el recurso de apelación en el proceso civil son las contenidas en los arts. 186 a
230 CPC, correctamente ubicadas en el libro I que trata sobre las disposiciones comunes a todo procedimiento y
por lo mismo son de aplicación general incluso para los procedimientos especiales que carezcan de norma en
contrario.

Presupuestos del recurso de apelación


Los presupuestos del recurso de apelación se refieren a la impugnabilidad de la resolución, a la legitimación y al
gravamen y al tribunal competente.

1. Resoluciones impugnables
Son apelables todas las sentencias definitivas de primera instancia y también las sentencias interlocutorias de
primera instancia, salvo en los casos en que la ley deniegue expresamente este recurso. (art. 187 CPC).

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a) Supuestos de improcedencia del recurso de apelación
i. En consideración a su naturaleza jurídica. De acuerdo con lo previsto en el art. 188 CPC, los autos y
decretos no son apelables cuando ordenen trámites necesarios para la substanciación regular del
juicio.
A contrario sensu, la regla general en materia recursiva, respecto de resoluciones cuya naturaleza jurídica sea
auto o decreto, será la improcedencia del recurso de apelación, cuando ordenan trámites necesarios para
substanciación del proceso, o bien recaen en trámites expresamente ordenados por la ley, o cuando ésta
expresamente disponga que son inapelables. (C. Suprema, 25 de abril de 2011, Rol Nº 8.200-2009)
Por otro lado, no toda resolución que resuelva un incidente es susceptible de apelación pues ello dependerá si la
decisión puede calificarse de auto o de sentencia interlocutoria, lo que supone en forma previa determinar si la
resolución establece o no derechos permanentes a favor de las partes. (art 158 CPC).

ii. Eventual apelabilidad de autos y decretos. De modo excepcional, los autos y decretos son susceptibles
de apelación en dos hipótesis previstas en el art. 188 CPC:
- Cuando alteran la substanciación regular del juicio o
- Cuando recaen sobre trámites que no están expresamente ordenados por la ley.
En todo caso, cuando se trata de apelar de un auto o decreto, el recurso necesariamente debe ser interpuesto
de modo subsidiario a la reposición y para el caso que ésta no sea acogida.
Altera la substanciación regular del juicio aquella resolución que implica un trastorno en la forma de tramitación
predispuesta por el legislador, ya sea por la omisión de un trámite propio de su secuencia normal o cuando se
decretan trámites no previstos por el legislador.
Trámites que no están expresamente ordenados por la ley, son aquellas que recaen sobre trámites que si bien
no están predispuestos por el legislador no importan un trastorno en la secuencia regular prevista por la ley.

iii. La cuantía como factor de inapelabilidad. Son inapelables las resoluciones que se dicten en procesos
civiles cuya cuantía sea inferior a 10 Unidades Tributarias Mensuales. (art. 45 N° 1 COT y art. 723 CPC).

iv. Otros supuestos de inapelabilidad. Hay casos en que el propio legislador suprime la posibilidad de que
el superior jerárquico revea la decisión del tribunal a quo respecto de sentencia definitivas e
interlocutorias para no retardar la sustanciación del proceso, para cuyo caso en forma expresa se ha
establecido la inapelabilidad de las resoluciones, no obstante que en atención a su naturaleza de
sentencia definitiva o interlocutoria, en principio, de aplicarse las reglas generales sería procedente el
recurso en cuestión. (C. Suprema, 25 de abril de 2011, Rol Nº 8.200-2009).
Tales son, por ejemplo, los supuestos previstos en los arts. 90 inc. final CPC, 126 CPC, 326 CPC y 715 CPC, entre
numerosas otras disposiciones.

v. Síntesis del régimen de procedencia del recurso de apelación


Son apelables, por regla general, en los negocios contenciosos y no contenciosos en materia civil y dentro del
procedimiento ordinario, la sentencia definitiva de primera instancia; la interlocutoria de primera instancia.
De manera excepcional procede también el recurso de apelación en contra de autos y decretos, siempre que
alteren la sustanciación regular del juicio o recaigan en trámites que no se encuentran ordenados expresamente
por la ley, en cuyo caso el recurso de apelación sólo puede interponerse subsidiariamente al de reposición”.
A contrario sensu, la regla general en materia recursiva, respecto de resoluciones cuya naturaleza jurídica sea
auto o decreto, será la improcedencia del recurso de apelación, cuando ordenan trámites necesarios para
substanciación del proceso, o bien recaen en trámites expresamente ordenados por la ley, o cuando ésta
expresamente disponga que son inapelables.

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Por último, y como excepción a la regla general de la procedencia de la apelación, existen casos excepcionales
que el propio legislador suprime la posibilidad de que el superior jerárquico revea la decisión del a quo respecto
de sentencia definitivas e interlocutorias, en atención a la cuantía del juicio o para no retardar la sustanciación
del proceso, para cuyo caso en forma expresa se ha establecido la inapelabilidad de las resoluciones, no
obstante que en atención a su naturaleza de sentencia definitiva o interlocutoria, en principio, de aplicarse las
reglas generales sería procedente el recurso en cuestión. (C. Suprema, Cita online: CL/JUR/8938/2011;
57084526-2011).

2. Legitimación y gravamen

La ley atribuye la facultad de impugnar, de manera general, a las partes, pero no basta con tener esta calidad
para poder recurrir. Esta habilitación legal y abstracta para recurrir que otorga la calidad de parte procesal no es
suficiente por sí sola, sino que debe concretarse o materializarse. Esta materialización se produce con la
concurrencia del gravamen. La existencia de gravamen o agravio viene determinada por la circunstancia de que
la resolución que se pretende impugnar le afecte y tenga un contenido desfavorable para quien recurre. Por
consiguiente, titular del derecho a recurrir de apelación será quien tenga la calidad de parte y que haya sufrido
un gravamen derivado de la sentencia impugnada.

Como se puede apreciar, se trata de presupuestos vinculados pero distintos. La legitimación está determinada
por la ley mientras que el gravamen o perjuicio viene determinado por el contenido de la resolución que se
pretende impugnar. La legitimación es general y abstracta –como la ley–; en tanto que el gravamen es específico
y real –como la sentencia–.

Sólo el que haya sufrido el perjuicio está habilitado para denunciar la afectación al debido proceso: esta es la
regla básica de legitimación para que el efecto de la contravención sea la sanción de nulidad. Como lógica
secuela, únicamente están legitimados para deducir los recursos para tratar de corregir el agravio producido las
partes afectadas o los terceros que integran la relación procesal. (C. Suprema, 25 de abril de 2011, Rol Nº 7.230-
2009).

El gravamen puede ser de índole económica como jurídica y tiene naturaleza objetiva, es decir, la
disconformidad entre la posición adoptada por la parte y el contenido de la resolución, debe ser apreciada
desde el punto de vista del ordenamiento jurídico y no según el criterio subjetivo del recurrente. El agravio está
representado por el contenido desfavorable de la resolución que emita de oficio o a petición de parte el órgano
jurisdiccional, en cuanto sea gravosa para los derechos del recurrente o deniegue en forma injusta el petitorio o
la presentación formulada ante el tribunal por alguno de los intervinientes.

3. Tribunal competente.

El recurso de apelación debe ser interpuesto ante el órgano jurisdiccional que hubiere dictado la resolución
recurrida (tribunal a quo), a quien le corresponde el primer examen de admisibilidad, pero la competencia
funcional para conocer del mismo se le atribuye al órgano jurisdiccional de grado superior a que dictó la
resolución recurrida (tribunal ad quem).
Por consiguiente, pueden conocer un recurso de apelación las Cortes de Apelaciones respecto de los recursos
que incidan en causas civiles, de familia y del trabajo y de los actos no contenciosos de que hayan conocido en
primera los jueces de letras de su territorio jurisdiccional o uno de sus ministros (art. 63 Nº 3º a) COT) y también
la Corte Suprema, respecto de las apelaciones deducidas contra las sentencias dictadas por las Cortes de
apelaciones cuando éstas hayan conocido de asuntos en primera instancia, como ocurre en los recursos de
amparo y de protección. (art. 98 Nº 4º COT).

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En todo caso, se tiene resuelto que “La Corte Suprema sólo es tribunal de alzada en los casos en que la ley
excepcional y expresamente le ha conferido dicha calidad, esto es, cuando ha creado determinadas acciones o
recursos especiales y le ha encomendado el conocimiento de los recursos de apelación que las partes
interpongan en contra de las sentencias que se dictan en dichos recursos o acciones”. (C. Suprema, 14 de
octubre de 2014, Cita online: CL/JUR/7368/2014; 77271).

Se trata de una regla de competencia absoluta y, por ende, debe ser controlada de oficio por el tribunal. No es
preciso al momento de interponer el recurso indicar concretamente el tribunal que deberá conocer del recurso y
aunque así se hiciera, ello no vincula al tribunal pues la competencia para conocer del asunto en segunda
instancia está prefijada por la ley (art. 110 COT).

Por consiguiente, aun cuando en el recurso se señale erróneamente el tribunal de apelación, ello no es
vinculante para el tribunal ni altera la competencia fijada legalmente. (C. Suprema, 25 de junio de 2012, Rol
Nº 2415-2012).

Se desprende de lo anterior, las siguientes consecuencias:


a. Las partes no pueden someter la decisión de un asunto directamente a un tribunal de segunda instancia,
renunciando a la primera.
b. No se puede tampoco entregar a un tribunal de primera instancia el conocimiento y decisión de un
recurso de apelación.
c. Tampoco pueden las partes someter a una revisión los asuntos que han sido ya fallados en segunda
instancia.
d. No pueden las partes llevar a un tribunal de apelación una resolución judicial que según la ley no admite
este recurso. (C. Suprema, 25 de abril de 2011, Rol Nº 8.200-2009).

Requisitos del recurso de apelación


I. Plazo para recurrir de apelación

La regla general es que el recurso de apelación debe interponerse en el plazo fatal de cinco días contados desde
la notificación de la resolución a la parte que entabla el recurso (art. 189 inc. 1º CPC). Tratándose de una
sentencia definitiva, el plazo para apelar se aumenta a diez días. (art. 189 inc. 1º CPC).

La resolución que recibe la causa a prueba, como se sabe, es susceptible de reposición especial y apelación
subsidiaria. En este caso, la apelación no tiene plazo propio sino que está sujeto al mismo plazo para reponer,
que es de tres días. (art. 319 CPC).

Respecto de aquellos procedimientos en que las partes, sin tener la calidad de letrados, litiguen personalmente
y la ley faculte la interposición verbal del recurso de apelación, el plazo para apelar será de cinco días fatales,
salvo disposición especial en contrario (art. 189 inc. final CPC).

Si se trata de un procedimiento regido por una ley especial, si ésta contiene disposiciones propias sobre la forma
de apelar, prevalecen por sobre las del CPC, que tiene únicamente vigencia supletoria.
Respecto del laudo o sentencia final dictada en el juicio particional, las partes pueden deducir los recursos a que
haya lugar dentro del plazo de quince días. (arts. 664 y 666 CPC).

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II. Características del plazo para apelar

a. Es un plazo de días completos y se suspende durante los feriados. (arts. 48 CC y 66 CPC).


b. Se trata de un plazo individual. (arts. 65 y 189 CPC).
c. Es un plazo fatal. (art. 64 CPC).
d. No se suspende por la solicitud de reposición ni por la de aclaración o rectificación. (art. 190 CPC).
e. Es improrrogable. (arts. 67 y 68 CPC).

III. Requisitos de forma

El acto de interposición del recurso de apelación debe ser escrito, cumpliendo con los requisitos generales de
forma y presentarse ante el tribunal que pronunció la resolución que se está impugnando. En los
procedimientos o actuaciones para las cuales la ley establezca la oralidad, es posible apelar en forma verbal,
debiendo levantarse al efecto el acta respectiva. (art. 189 inc. 3º CPC).

IV. La fundamentación como requisito del recurso de apelación

En orden a su contenido, además de manifestar su voluntad de recurrir, el apelante debe especificar la


resolución respecto de la que se apela, con expresión de los pronunciamientos cuya revocación o enmienda se
pretende.

De acuerdo a lo previsto en el art. 189 CPC, la apelación debe contener, además, los fundamentos de hecho y de
derecho en que se apoya, exigencia que debe entenderse complementada con la disposición del art. 201 CPC.

La fundamentación del recurso se relaciona directamente con la existencia del gravamen y con los motivos que
se invocan para justificarlo. La fundamentación resulta esencial para que el tribunal ad quem pueda conocer los
motivos por los cuales se impugna la resolución apelada y a la vez permite que el apelado pueda contra
argumentar frente a las alegaciones de su contraparte, respetándose de ese modo el adecuado ejercicio del
derecho de defensa en la segunda instancia.

Fundar un recurso consiste en efectuar una crítica concreta y razonada del fallo impugnado, con indicación de
los errores u omisiones atribuidos a la sentencia, tanto en su aspecto jurídico como fáctico.

Esta actividad supone indicar expresamente los errores, omisiones y demás deficiencias atribuidas a la sentencia
y la explicación de los motivos para considerarla errónea, para lo cual deberá analizarse la ponderación de la
prueba y la aplicación del derecho efectuados en la sentencia. (Vescovi).

V. La formulación de peticiones concretas como requisito del recurso de


apelación.

Una de las reformas más relevantes que introdujo la Ley Nº 18.705 al Código de Procedimiento Civil fue la
eliminación del trámite consistente en la carga de “expresar agravios”. Se estableció una apelación fundada, que
debe contener peticiones concretas, fundamento y peticiones que se contienen dentro del mismo escrito
mediante el cual se impugna la resolución por la vía de apelación, eliminándose de este modo la necesidad de
tener que expresar los agravios con posterioridad. De manera correlativa con esta reforma, también se modificó
el artículo 201 CPC, para permitir la declaración de inadmisibilidad del recurso cuando la apelación no fuera
fundada o no contuviera peticiones concretas.

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Concepto. El concepto está tomado del antiguo art. 214 CPC, en cuanto exigía al apelante que expresara durante
la segunda instancia cuáles eran sus agravios respecto de la sentencia apelada y agregaba que la expresión de
agravios debía contener las peticiones concretas que se formulaban respecto de la sentencia apelada.

Importancia.

La formulación de peticiones concretas no es sólo un requisito formal de admisibilidad del escrito por el que se
interpone un recurso de apelación, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 189 CPC, sino que, además, sirve
para delimitar las potestades decisorias del tribunal de segunda instancia. (C. de Concepción, de 26 de mayo de
2011, Rol N° 91-2011).
La expresión -peticiones concretas que se formulan-, contenida en el art. 189 CPC, tiene por objeto fijar y
determinar la competencia del tribunal de segunda instancia, competencia que sólo puede extenderse a las
cuestiones ventiladas en primera instancia.

La importancia de las peticiones concretas de la apelación ha sido asimilada, incluso, a la trascendencia que
tienen los requisitos de la demanda en la primera instancia.

Forma de cumplir la carga procesal.

El momento preclusivo para el cumplimiento de la carga procesal de la indicación de las peticiones concretas en
la apelación es el acto procesal de interposición del recurso, sin que sea posible salvar su omisión con
posterioridad. (C. de Concepción, 19 de octubre de 2005, Rol Nº 1.227-2005).

En cuanto al modo de cumplir esta carga está referida a las modificaciones que se solicitan respecto de la
sentencia impugnada y se dirige a pedir la revocación o modificación de lo resuelto en la parte decisoria del fallo
apelado.
La posible existencia de peticiones contradictorias ha sido asimilada por la jurisprudencia a la carencia de
peticiones concretas. (C. de Concepción, 25 de mayo de 2004, Rol Nº 204-2004).
“Resultará, en consecuencia, insuficiente limitarse a pedir que se revoque la sentencia apelada sin indicarse,
además, concretamente en qué sentido debe modificarse el fallo y cuál es la resolución que se solicita se dicte
en su reemplazo. Revocar, como es sabido, es sólo dejar sin efecto y para que la petición sea concreta, además
de pedir que una decisión del fallo se deje sin efecto, hay que indicar la forma en que se desea sustituir aquello
que se elimina”. (Libedinsky).

Las peticiones revestirán el carácter de concretas en la medida que reúnan copulativamente dos menciones
esenciales:
a. La solicitud de revocación, modificación o enmienda de la sentencia apelada o de una parte de ella; y
b. La indicación de cuál es la o las declaraciones que se pretende que reemplacen a las contenidas en la
resolución impugnada y cuya revocación o enmienda se pide. (Salas)

La sanción que se contempla para la apelación que no dé cumplimiento al requisito de no contener las
peticiones concretas es la declaración de oficio de inadmisibilidad, tanto por el Tribunal de primera o segunda
instancia, en conformidad a lo establecido en el art. 201 CPC. (C. Suprema, 4 de mayo de 2011, Rol Nº 4.871-
2009).

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VI. Especialidades del recurso de apelación cuando se interpone respecto de
autos o decretos

1. Forma de interposición. La regla general es que los autos y decretos no son apelables. Sin embargo,
excepcionalmente son susceptibles de apelación en los supuestos previstos en el art. 188 CPC en cuyo
caso la apelación debe interponerse con el carácter de subsidiaria de la solicitud de reposición y para el
caso que ésta no sea acogida.
2. Dispensa de expresar los fundamentos y peticiones concretas. Cuando la apelación se interpone con el
carácter de subsidiaria, no es necesario que contenga fundamentos de hecho y de derecho ni formular
en ella peticiones concretas, en la medida que el recurso de reposición cumpla con ambas exigencias.
(art. 189 inc. 3º CPC).

VII. Los requisitos de fundamentación y peticiones concretas respecto de las


apelaciones verbales.

El art. 189 inc. 3º CPC establece que en los procedimientos o actuaciones para las cuales la ley establezca la
oralidad, es posible apelar en forma verbal, pero no por ello queda el apelante liberado de las cargas de
expresar los fundamentos y las peticiones concretas de su recurso, pero la intensidad de dichas cargas se
atenúa: es suficiente con expresar en forma somera los fundamentos de hecho y de derecho del recurso y se
formulen peticiones concretas, de todo lo cual deberá dejarse constancia en el acta.

VIII. Apelación directa y apelación subsidiaria

La forma de interposición del recurso de apelación está directamente vinculada con la naturaleza jurídica de la
resolución cuya reforma se pretende.

Como la distinción del art. 158 CPC no siempre es nítida y con frecuencia se suscitan problemas para encasillar
determinadas resoluciones judiciales en la clasificación legal, no siempre resulta sencillo separar los autos de las
sentencias interlocutorias, lo que tiene implicancia no sólo para determinar la procedencia del recurso de
apelación sino también para precisar la forma en que debe ser interpuesto. Un error en la forma de interponer
el recurso puede perjudicar la pretensión impugnativa.

En este sentido, la Corte Suprema ha resuelto que atento al carácter de sentencia interlocutoria de la resolución
recurrida, la apelación debió deducirse no de manera subsidiaria al recurso de reposición, sino que
directamente, y al no haberse interpuesto en la forma que procesalmente correspondía, era imposible que
superara el control de admisibilidad. (C. Suprema, 25 de abril de 2011, Rol Nº 8.200-2009).

“La circunstancia que el recurso de reposición promovido por vía principal no sea procedente respecto de una
sentencia interlocutoria, no es obstáculo para la procedencia y admisibilidad del recurso de apelación contra la
misma resolución, en la medida que éste haya sido deducido en tiempo y contenga fundamentos de hecho y de
derecho y peticiones concretas. En la especie, la apelación deducida por la parte demandada satisface tales
exigencias y se ha interpuesto además contra una resolución judicial que atendida su naturaleza es susceptible
de este recurso”. (C. de Santiago, 30 de abril de 2015, Rol Nº 10.156-2015).

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Procedimiento del recurso de apelación
Fase de Interposición

Los recursos están configurados como una facultad de las partes que, como tal, para ser jurídicamente relevante
debe manifestarse en términos explícitos a través del acto procesal de interposición, el que debe verificarse a
través de la presentación del recurso de apelación ante el mismo tribunal que pronunció la resolución que se
impugna. Es importante consignar que, aunque el recurso debe ser interpuesto ante el tribunal a quo, las
peticiones concretas que en él se contienen deben ir dirigidas al tribunal ad quem, que es el que, en definitiva,
deberá pronunciarse sobre ellas.

El recurso de apelación debe entablarse por escrito en las oportunidades previstas por la ley, con la concurrencia
de los presupuestos y cumpliendo los requisitos antes examinados, sin perjuicio de las excepcionales
posibilidades de apelación verbal ya vistas.

El acto procesal de interposición del recurso de apelación tiene el importante efecto de producir efecto
preclusivo por consumación.

Efectos de la interposición del recurso de apelación

1. Constituye un obstáculo a la firmeza de la resolución.


2. Crea una expectativa de reforma.
3. Eventual suspensión de los efectos de la resolución recurrida. Por efectos de los recursos se entiende la
suerte que corre la resolución recurrida, de cara a sus posibilidades de ejecución, cuando en su contra se ha
enderezado un recurso. (Tavolari)
Desde este punto de vista, los efectos de los recursos se refieren a la posibilidad o no de ejecución inmediata de
la resolución impugnada pendiente el recurso deducido en su contra. En otras palabras, la opción entre el efecto
suspensivo o no del recurso

La regla básica del Código es el efecto no suspensivo de los recursos. Esta regla se deduce de lo dispuesto en el
art. 194 Nº 2 CPC que establece que concederá apelación sólo en el efecto devolutivo, es decir, no suspensivo,
cuando se apela de autos, decretos y sentencias interlocutorias. Esto no obstante la subsistencia de las
disposiciones de los arts. 193 y 195 CPC, que podrían dar a entender lo contrario.

El efecto suspensivo está reservado únicamente para la apelación de ciertas sentencias definitivas. Las
disposiciones de los arts. 193 y 195 CPC representan un resabio del sistema anterior a la reforma de la ley
18.705 en que el principio era justamente el inverso, esto es, el efecto suspensivo del recurso.

 Apelación no suspensiva

Cuando la apelación es concedida en el efecto no suspensivo o, en palabras del CPC, en el sólo efecto
devolutivo, significa que el tribunal inferior conserva competencia para seguir conociendo del asunto, no
obstante, la interposición del recurso. El efecto no suspensivo aparece tratado por el art. 192 inc. 1 CPC, en los
siguientes términos: “Cuando la apelación proceda solo en el efecto devolutivo, seguirá el tribunal inferior
conociendo de la causa hasta su terminación, inclusa la ejecución de la sentencia”.

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La jurisprudencia enseña que la posibilidad concedida por la ley para que las partes puedan seguir actuando
ante el tribunal inferior cuando una apelación se concede únicamente en lo devolutivo presenta dos
características: es facultativa y es condicional.

El carácter condicional deriva de la circunstancia de que todo lo obrado ante el juez inferior queda entregado a
lo que, en definitiva, resuelva el superior.

Así, se ha resuelto que en este caso, la competencia que conserva el tribunal inferior es condicional y depende
de lo que se resuelva en alzada. Si en ella se confirma la resolución apelada, lo actuado después de la concesión
del recurso queda firme o ejecutoriado; pero si, a la inversa, se revoca o modifica la resolución recurrida lo
obrado con posterioridad deberá retrotraerse total o parcialmente al estado que tenía antes de la dictación de
la resolución revocada. (C. de Valparaíso, 26 de agosto de 1997. Nº LexisNexis: 14728).

La ley 18.705 de 1988 junto con ampliar los supuestos de procedencia de la apelación no suspensiva, añadió
explícitamente una potestad judicial para decretar la suspensión del cumplimiento de una resolución sometida a
tal régimen recursivo mediante una “orden de no innovar” consagrada en el art. 192 inc. 2º CPC.

 Apelación suspensiva

Cuando la apelación es concedida en el efecto suspensivo o, en palabras del CPC, en ambos efectos (léase
devolutivo y suspensivo a la vez), implica, por un lado, un impedimento para que la sentencia apelada pueda ser
ejecutada y, por otro, que la competencia del tribunal inferior queda paralizada mientras se tramita el recurso.
(art. 191 inc. 1º CPC).

1. Competencia del tribunal inferior concedida una apelación suspensiva. (art. 191 inc. 2º CPC).
2. Extensión del efecto suspensivo. El efecto suspensivo, es decir, la paralización de la competencia del
tribunal inferior para seguir conociendo de la causa, ha planteado algunas dificultades interpretativas en
lo tocante a su extensión, particularmente cuando durante la tramitación del proceso se ha ordenado la
formación de cuadernos separados. El problema consiste en determinar cuál es la eficacia de una
apelación concedida en el efecto suspensivo contra una resolución recaída en el proceso principal
respecto de tramitación de los cuadernos porque parece poco discutible que la apelación suspensiva
contra una resolución dictada en un incidente tramitado en pieza separada, no debiera constituir un
impedimento seguir conociendo del proceso principal.

Podría sostenerse que al disponer el legislador en el art. 191 inc. 1º CPC, que concedida una apelación en ambos
efectos “se suspenderá la jurisdicción del tribunal inferior para seguir conociendo de la causa”, se ha empleado
la expresión “causa” para designar un conjunto de trámites y actuaciones que constituyen un proceso, que
incluye tanto su aspecto principal como el incidental o accesorio. Según esta comprensión, que se apoya
también en la regla de lo accesorio, concedida una apelación en el efecto suspensivo la paralización de la
competencia comprende no sólo el cuaderno principal sino también los incidentes que eventualmente se hayan
podido formar.

Sin embargo, hay fundadas razones para concluir que la suspensión de la competencia únicamente afecta al
cuaderno en que incide el recurso, ya que la regla del art. 191 inc. 1º CPC debe aplicarse, sin perjuicio de la regla
especial del art. 87 CPC, que enseña que si se trata de un incidente de previo y especial pronunciamiento, se
suspende el curso de la causa principal y el incidente se tramitará en la misma pieza de autos. En cambio, fuera
de este caso, no se suspende el curso de la causa principal y el incidente debe substanciarse en ramo separado.

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Por consiguiente, según este entendimiento, la expresión “causa” está tomada en sentido restringido, para
designar únicamente al expediente en que se ha concedido la apelación en ambos efectos.

El resultado práctico de la formación de cuadernos separados es la no suspensión de la jurisdicción del tribunal


de cuya resolución se apela para seguir conociendo de la cuestión principal y no obstante que se haya concedido
un recurso de apelación en ambos efectos.

Fase de admisibilidad ante el tribunal a quo, concesión y remisión de antecedentes

1. Examen de admisibilidad. Se establece un doble trámite de admisibilidad que tiene por objeto el examen
previo y el control de oficio por parte del tribunal a quo de los presupuestos, requisitos y demás condiciones
establecidas en la ley para su admisibilidad.
El primer examen, a cargo del tribunal a quo, apunta al control del cumplimiento de los siguientes requisitos:
a. La impugnabilidad de la resolución, es decir, que la sentencia sea susceptible de ser impugnada por esta
vía.
b. La oportunidad de la impugnación, esto es, que el recurso haya sido interpuesto dentro de plazo.
c. Si el recurso aparece fundado y contiene peticiones concretas. Si el recurso no satisface estos requisitos,
el tribunal deberá declararla inadmisible de oficio. (art. 201 CPC)
d.
2. Concesión y determinación de sus efectos. Cumplidos los requisitos de admisibilidad, el tribunal a quo debe
conceder el recurso y determinar si la concesión se hace en el sólo efecto devolutivo o en ambos efectos,
incluyendo el suspensivo, todo ello conforme a las reglas que ya han sido explicadas

3. Impugnación de la resolución que se pronuncia sobre la concesión del recurso de apelación

La resolución que se pronuncia sobre la concesión de un recurso de apelación tiene la naturaleza jurídica de un
decreto y por consiguiente es susceptible de ser impugnada por la vía de un recurso de reposición y,
eventualmente, si altera la substanciación regular del juicio, podría ser impugnada por la vía del recurso de
apelación, entablado en forma subsidiaria de la solicitud de reposición y para el caso que ésta no sea acogida.
Sin perjuicio de lo anterior, los arts. 196 y 203 a 206 CPC establecen un recurso instrumental al de apelación,
conocido como recurso de hecho.

4. Remisión de antecedentes. Eventual facción de fotocopias o compulsas. Con arreglo al art. 198 CPC la
remisión del proceso se hará por el tribunal inferior en el día siguiente al de la última notificación.

La segunda instancia
Ámbito de la segunda instancia

No siempre el recurso de apelación tiene la virtud de abrir una segunda instancia, pues el legislador permite
apelar no sólo de la sentencia definitiva sino también de otra clase de resoluciones que no resuelven el fondo
del asunto sino sólo cuestiones de índole procesal.

Respecto de la apelación que hace factible la apertura de una segunda instancia, la formulación legal de la
misma puede asumir una mayor o menor amplitud, según permita la posibilidad de efectuar nuevas alegaciones
y aportar nuevas pruebas (apelación plena) o bien se limite a una nueva revisión del asunto sobre la base de las
misma alegaciones y pruebas aportadas en la primera instancia (apelación limitada).

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La configuración normativa de nuestra segunda instancia se sitúa una posición intermedia entre una y otra clase
de apelación, aunque las disposiciones de los arts. 186 y 207 CPC, revelan una marcada tendencia hacia la
consagración de una apelación limitada. El principio general es que nuestro recurso de apelación está
configurado como un nuevo examen de lo resuelto y no como un nuevo juicio.
Sin embargo, hay importantes supuestos que permiten tanto la admisión de nuevas alegaciones así como de
nuevas pruebas.

Limitaciones de la segunda instancia.

1. La regla del tantum apellatum quantum devolutum. Sólo aquellos pronunciamientos de la sentencia que
hayan sido materia de impugnación pueden ser objeto del recurso. La formulación negativa del principio
enseña que no son objeto de la apelación aquellos extremos de la sentencia que hayan sido consentidos o
admitidos por las partes, los que quedan amparados por la fuerza de la cosa juzgada parcial, pues las
decisiones no impugnadas devienen en firmes.

2. Posibilidad de pronunciamiento en segunda instancia de cuestiones no alegadas en el recurso.


a. Cuestiones no resueltas en primera instancia. Pueden ser resueltos por el tribunal de apelación aquellas
cuestiones que hayan resultado imprejuzgadas, es decir, sobre las cuales no hubo pronunciamiento del
tribunal. (art. 208 CPC y art. 170 Nº 6 CPC).
La disposición es facultativa, razón por la cual es perfectamente posible que la Corte no haga uso de este
mecanismo que, por otro lado, puede significar resolver el fondo del asunto en única instancia. (C. de San
Miguel, 30 de marzo de 2010, Rol Nº 253-2009).
La misma regla, pero con algún importante matiz de diferencia, es la que sienta el art. 692 CPC.
b. Declaraciones que por la ley son obligatorias a los jueces. Se trata de una situación excepcional prevista
de modo principal para la declaración de nulidad absoluta, cuando el vicio aparece de manifiesto en el
acto o contrato (art. 1683 CC), la incompetencia absoluta del tribunal y la declaración de implicancia del
juez. (art. 200 COT).
Para proceder de este modo, se debe oír previamente a la fiscalía judicial y si en virtud de estas declaraciones se
establece la incompetencia del tribunal para entender en la cuestión sometida a su conocimiento, podrá
apelarse de la resolución para ante el tribunal superior que corresponda, salvo que la declaración sea hecha por
la Corte Suprema. (art. 209 CPC).
c. Casación de oficio. Art. 776 CPC.
d. Nulidad procesal de oficio. El art. 84 inc. final CPC autoriza al tribunal tanto para corregir de oficio los
errores que se observen durante la tramitación del procedimiento como para tomar las medidas que
tiendan a evitar la nulidad de los actos del mismo, pero si ésta se produce, puede el juez declarar
también de oficio la nulidad procesal de aquellas actuaciones que irroguen un perjuicio sólo reparable
con tal declaración. (art. 83 CPC).

3. Límites impuestos a las partes para la formulación de la apelación. El recurrente no puede formular
peticiones distintas de las que hizo en la primera instancia, ni alterar la causa de pedir de la pretensión, ni de
las excepciones opuestas como fundamento de su defensa. Es decir, la causa de pedir de la pretensión y de
la resistencia no pueden ser modificadas en el recurso.

4. Prohibición de la reformatio in peius. Habiéndose configurado los recursos como mecanismos colocados a
disposición de las partes agraviadas con el preciso objeto de obtener la reparación del agravio causado por
la resolución, el legislador impide el empeoramiento de la situación jurídica del recurrente, como
consecuencia exclusiva de su recurso.

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La también denominada reforma peyorativa está referida a la situación que se produce cuando la condición
jurídica de un recurrente resulta empeorada a consecuencia exclusiva de su recurso. Esta posibilidad está
vedada por la generalidad de los ordenamientos y si bien no está dispuesta en términos explícitos, más allá de
su consagración normativa, lo cierto es que constituye un principio general del sistema de impugnaciones de
nuestro proceso civil, que no precisa de norma especial. Si la competencia del tribunal ad quem está delimitada
por la impugnación de la parte agraviada, es lógico que el tribunal superior no puede reformar la resolución
recurrida en perjuicio del recurrente, sin sobrepasar esos límites.

5. Nuevas alegaciones en sede de apelación. Aunque la apelación no está configurada como un nuevo juicio ni
el tribunal de apelación está autorizado a resolver cuestiones distintas de las planteadas en la instancia, es lo
cierto que la regla admite excepciones:
a. No obstante que el principio es que en la segunda instancia las partes no pueden introducir nuevas
alegaciones ni mucho menos nuevas pretensiones, el art. 310 CPC permite alegar, hasta antes de la vista
de la causa las excepciones perentorias de prescripción, cosa juzgada, transacción y pago efectivo de la
deuda, cuando ésta se funde en un antecedente escrito.
En tal caso, se sujetarán a tramitación incidental y el tribunal de alzada se pronunciará sobre ellas en única
instancia.

Regla general sobre la prueba en segunda instancia y sus excepciones

En forma coherente con los objetivos de la reforma de la ley 18.705, esto es, la agilización de la tramitación de
los procesos y con la concepción de una segunda instancia de carácter limitada, es decir, que se restringe a la
revisión de la sentencia apelada, sobre la base de los mismos antecedentes tenidos a la vista por el tribunal a
quo, el art. 207 CPC establece que la regla general es que en segunda instancia no es admisible prueba alguna.

Trámites previos a la vista de la causa que la corte puede decretar

También es posible que se decreten trámites previos a la vista de la causa, tras la cuenta del relator de la causa,
que pueden consistir en traer a la vista documentos, cuadernos separados y expedientes no acompañados o
realizar trámites procesales previos a la vista de la causa. (art. 372 Nº 3 COT). Fuera de los casos mencionados,
rige la regla general antes enunciada de inadmisibilidad probatoria en segunda instancia.

Actuaciones previas al conocimiento del recurso de apelación

Una vez que los antecedentes del recurso de apelación han sido recepcionados por la Corte, se debe certificar
en el expediente el día de su ingreso, abriéndose desde este momento un periodo destinado al cumplimiento de
una triple finalidad: permitir la comparecencia de las partes ante el tribunal ad quem; posibilitar la adhesión al
recurso de apelación y permitir la articulación de un recurso de hecho.

1. Comparecencia de las partes.

Las partes deben comparecer ante el tribunal ad quem en el plazo de cinco días, contado este plazo desde que
se reciban los autos en la secretaría del tribunal de segunda instancia, ampliable en la misma forma que el de
emplazamiento para contestar demandas, según lo dispuesto en los artículos 258 y 259 CPC.
a. Consecuencias de la incomparecencia. Las consecuencias de la incomparecencia varían según se trate
del apelante o del apelado.

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Tratándose del apelante, si éste no comparece dentro de plazo se produce la deserción del recurso de apelación,
que es una forma anormal de poner término al recurso. En tal caso, el secretario deberá certificar de oficio dicha
circunstancia, sin perjuicio de la solicitud que en tal sentido pueda hacer la parte apelada. (art. 201 CPC).
Si el apelado no comparece dentro de plazo, el recurso se sigue en su rebeldía por el solo ministerio de la ley y
no es necesario notificarle las resoluciones que se dicten, las cuales producirán efectos a su respecto desde que
se pronuncien. Sin perjuicio de lo anterior, podrá comparecer en cualquier estado del recurso, representado por
el procurador del número. Sin embargo, de acuerdo con lo previsto en el art. 398 COT, en estos casos, el
litigante rebelde puede comparecer representado por abogado habilitado o por procurador del número, es
decir, la norma amplía las posibilidades concedidas en el art. 202 CPC, que sólo permite la comparecencia a
través de procurador del número.
b. Emplazamiento en segunda instancia Admitida la apelación se abre el trámite del emplazamiento de las
partes ante el órgano jurisdiccional superior. En efecto, la escisión del procedimiento de la apelación en
dos fases ante el tribunal a quo y el ad quem obliga a establecer un enlace entre ambos periodos en
virtud del cual las partes, que figuraban como tal en la primera instancia, asumen la carga de
comparecer en la segunda. (GUASP).
Así como en primera instancia existe un término de emplazamiento, en segunda igualmente hay un término de
emplazamiento y se compone de la notificación de la resolución del tribunal de primera instancia que concede el
recurso de apelación y del transcurso del plazo que tienen las partes para comparecer ante el tribunal de alzada.
El emplazamiento en segunda instancia comprende los elementos propios de todo emplazamiento, como son la
notificación y el transcurso del plazo. La particularidad se presenta porque el primero de ellos se debe cumplir
ante el tribunal de primer grado y el segundo ante el tribunal superior. Constituyen los elementos del
emplazamiento para la segunda instancia los siguientes: a) notificación por el estado diario de la resolución que
concede el recurso de apelación; y b) transcurso del plazo que tiene el apelante para comparecer ante el
tribunal de segunda instancia. Al respecto, debe recordarse que en la segunda instancia no se efectúa
notificación alguna para que comience a correr el término para comparecer, sino que este se cuenta desde el
acaecimiento de un hecho material como es el certificado de ingreso del expediente que efectúa el secretario de
la Corte. En suma, desde el momento en que las partes son notificadas de la resolución que concede un recurso
de apelación, quedan sujetas a la carga de comparecer ante el tribunal a proseguir la tramitación de dicho
recurso. (C. Suprema, 27 de diciembre de 2011, Rol Nº 8.357-2010).
El emplazamiento es un trámite esencial en la segunda instancia y su omisión o imperfecta formación comporta
un vicio de casación formal. (768 Nº 9 en relación con el art. 800 Nº 1 CPC).

La Corte Suprema ha entendido que si un menor demandado estaba representado por el curador ad litem
nombrado al efecto, a quien no le fue notificada la sentencia definitiva pronunciada en el juicio, sin que haya
realizado, posteriormente a ella, gestión alguna en la causa que suponga conocimiento de lo decidido por el
tribunal y aún así el tribunal a quo concedió el recurso de apelación interpuesto por el demandante, se configura
a su respecto la causal de casación en la forma prevista en el artículo 768 Nº 9 en relación con el artículo 800 Nº
1 del Código de Procedimiento Civil. (C. Suprema, 3 de julio de 2003, Rol Nº 2.037-2002).

2. La adhesión al recurso de apelación

a. Concepto y fundamento de la adhesión. El Código regula esta especialidad del recurso de apelación en los
arts. 216 y 217 CPC. De acuerdo a la primera de las disposiciones mencionadas, adherirse a la apelación es
pedir la reforma de la sentencia apelada en la parte que la estime gravosa el apelado.
La especialidad de la adhesión deriva de que ésta se verifica dentro del procedimiento del recurso de apelación
ya iniciado a instancia de otra parte.
Suele suceder que una parte obtenga una resolución parcialmente favorable a sus pretensiones. Esta parte
puede estar dispuesta a asumir el gravamen que le causa la sentencia, con el objeto de no dejar más tiempo

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indecisa la situación jurídica. Sin embargo, si la contraria recurre, estas previsiones se ven frustradas y, esta
impugnación de la parte contraria hace revivir su interés en impugnar. En tal caso, de no mediar adhesión, la
parte que no ha recurrido de nulidad no puede pedir sino sólo la confirmación del fallo impugnado. Aquí radica
el fundamento que hace procedente esta impugnación, formalmente extemporánea, que formula el adherente.
En efecto, el fundamento de la adhesión es precisamente permitir a quien no recurrió originariamente,
interponer un recurso de apelación, mientras se está tramitando el recurso de la otra parte. Con la adhesión se
otorga a la parte que no recurrió, impulsada por el ánimo de no prolongar el proceso y por la expectativa de que
la otra recurriera, la posibilidad de recurrir al momento de advertir que la otra lo ha hecho, frustrando sus
previsiones. Con la adhesión se produce una equiparación de las condiciones de las partes, quienes quedan en la
misma situación que si hubieran recurrido desde un comienzo.

Todo agraviado por la sentencia está legitimado para adherirse al recurso, con tal que haya resultado vencido, a
lo menos, parcialmente. Con el recurso de apelación se crea la expectativa de enmienda o revocación de la
sentencia en beneficio del recurrente y en perjuicio de la contraria. Con esta impugnación el recurrente no
arriesga perjuicio alguno para él, dada la prohibición de la reformatio in peius; su posición no podría verse
desmejorada sino, en el peor de los casos, mantenida con la ratificación del fallo recurrido. Por las mismas
razones, el apelado no podrá aspirar sino a la desestimación del recurso, pero sin que sea posible que obtenga
algún provecho del recurso deducido por al contraria. La adhesión al recurso es el instrumento que permite al
recurrido impugnar la sentencia, aún vencido el plazo regular de impugnación.
También hay aquí la finalidad de reunir en un proceso único, las diversas impugnaciones que se entablen en
contra de una misma sentencia. Desde luego, la denominación es inapropiada porque la expresión adhesión da a
entender que quien se adhiere apoya el recurso interpuesto inicialmente, cuando en realidad ocurre todo lo
contrario. Parece más aceptable distinguir entre impugnación incidental o posterior, que se propone por quien
tiene interés en contraste con el impugnante principal e impugnación por adhesión que es propuesta por quien
tiene un interés común. (Liebman).
Se tiene resuelto que debe señalarse que los fines de la adhesión son los mismos que los de todo recurso de
apelación, vale decir, obtener del tribunal superior -como está dicho- la enmienda, en conformidad a derecho,
del fallo pronunciado por el tribunal inferior. (C. de Concepción, 14 de mayo de 2012, Rol Nº 1.615-2011).

b. Tiempo y forma de la adhesión. La adhesión a la apelación es posible tanto ante el tribunal a quo como
ante el ad quem (art. 217 CPC), consideración que es importante porque la oportunidad para adherirse
depende del tribunal ante el cual se formula. Así, si la adhesión a la apelación se verifica ante el tribunal de
primera instancia, debe efectuarse “antes de elevarse los autos al superior”; en tanto que, si se formula
ante el tribunal de segundo grado, lo debe hacer dentro del plazo de comparecencia previsto en el art. 200
CPC. La adhesión formulada ante el tribunal de primer grado, conlleva la carga de comparecer ante el
tribunal superior, en los mismos términos, oportunidades y sanciones que rigen para el apelante inicial.
(art. 217 inc. 1º CPC, en relación al art. 200 CPC).
No está demás precisar que la oportunidad para promover la adhesión en primera instancia lo es con
independencia de la fecha en que fue notificada la sentencia definitiva. Así, ha debido enmendarse la decisión
de un juez que no dio lugar a la adhesión a la apelación deducida por estimarla extemporánea al haber sido
interpuesta al undécimo día de deducida la apelación principal, pues se le aplican los mismos requisitos que para
el recurso principal. (C. de Chillán, 20 de enero de 2012, Rol Nº 134-2011).

La eventual inadmisibilidad del recurso principal ante el tribunal superior no afecta a la adhesión, en la medida
que ésta cumpla con los presupuestos y requisitos que la hacen procedente. Incluso, un posible error en esta
primera fase, como una extemporaneidad no detectada oportunamente, permite la adhesión la que subsistirá
aunque se declare la inadmisibilidad del recurso principal en segunda fase. Desde luego, una inadmisibilidad
fundada en que la resolución no es susceptible de ser impugnada por esta vía, aún cuando sea declarada por el

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tribunal ad quem, debiera conducir a que la adhesión también se inadmita, no porque ésta sea accesoria, sino
porque tampoco cumplirá con los requisitos que hacen procedente el recurso, que también son exigibles a la
adhesión.

De acuerdo al art. 217 CPC, el escrito de adhesión a la apelación deberá cumplir con los requisitos que establece
el art. 189 CPC, esto es, debe contener los fundamentos de hecho y de derecho en que se apoya y las peticiones
concretas que se formulan.
Sobre la materia se ha fallado que “conforme a lo establecido en el artículo 216 del Código de Procedimiento
Civil, adherirse a la apelación es pedir la reforma de la sentencia apelada en la parte que la estime gravosa el
apelado, por lo que debe al tenor del artículo 217 de ese cuerpo legal, cumplir con los requisitos que establece
el artículo 189 del mismo, esto es, los fundamentos de hecho y de derecho en que se apoya y las peticiones
concretas que se fundan”. (C. de Santiago, 17 de enero de 2007, Rol Nº 2.925-2006).

De este modo, se ha decidido que efectivamente por mandato de lo preceptuado en el artículo 217 del Código
de Procedimiento Civil, el escrito de adhesión a la apelación deberá cumplir con los requisitos que establece el
artículo 189 del mismo Código, esto es, deberá contener los fundamentos de hecho y de derecho en que se
apoya y las peticiones concretas que se formulan. 5º Que de la lectura del escrito de adhesión a la apelación
aparece que si bien tiene peticiones concretas de revocar la sentencia en la parte que liberaba al demandante
reconvencional y al demandado, del pago de las costas, solicitándose su revocación y condena en ellas, carece
absolutamente de fundamentos tanto de hecho como de derecho que apoyen su petición, razón por la cual se
acogerá el recurso de reposición, declarándose inadmisible la adhesión al recurso de apelación. (C. de
Concepción, 6 de abril de 2009, Rol Nº 599-2007).

c. Naturaleza y eficacia. La adhesión a la apelación goza de autonomía respecto del recurso de apelación
entablado. Es esta autonomía la que justifica que la adhesión deba cumplir con todos los requisitos del
recurso de apelación.
En efecto, pese a su tramitación conjunta con la impugnación principal, la impugnación adhesiva conserva su
autonomía una vez que ha sido admitida. La pérdida de eficacia de la impugnación principal producida con
posterioridad a la admisión de la adhesión, no hace que esta última decaiga. Así, los efectos del desistimiento
del recurso principal no se extienden a los adherentes, lo que constituye una manifestación de la autonomía de
la adhesión. Naturalmente que la adhesión es dependiente de la impugnación principal sólo en cuanto a su
origen, pero una vez admitida, adquiere autonomía. Por este motivo, la adhesión no es posible si el apelante se
ha desistido de su recurso (art. 217 inc. 2º CPC). En cambio, el desistimiento posterior a la adhesión no perjudica
la eficacia esta última, lo que se demuestra por la obligación impuesta al secretario del tribunal de anotar, en los
escritos de adhesión y de desistimiento, la hora en que se entreguen.

La autonomía de la adhesión a la apelación también se evidencia, además, por la circunstancia de que puede se
declarada prescrita, con independencia de la apelación principal. (art. 217 inc. 1º CPC).

También se ha resuelto que no puede denegarse la apelación deducida por vía de adhesión, por no haber
cumplido el apelante principal con la obligación del artículo 197 CPC. (C. de Santiago, 21 de agosto de 1999. Nº
LegalPublishing: 20754).
El efecto inmediato de la adhesión es el de ampliar el objeto del recurso de apelación, que pasará a estar
integrado por los fundamentos y peticiones propuestos por ambos recurrentes, el inicial y el adhesivo.
La eficacia del recurso de apelación adhesivo es idéntica a la del recurso principal. La adhesión abre la
expectativa de obtener la enmienda de la sentencia. Esta eficacia no está condicionada a que se mantenga el
recurso principal. Si éste se extingue por desistimiento o, incluso, por declararse inadmisible en sede del tribunal
ad quem, el procedimiento continuará para seguir substanciando la adhesión. Todo ello en el entendido que el

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desistimiento o la inadmisibilidad operen con posterioridad a la admisión de la adhesión, pues en caso contrario
no ha existido posibilidad procesal de adhesión alguna.

3. Orden de no innovar.

a. Nociones generales.No obstante que es posible solicitarla en cualquier estado de tramitación del
recurso de apelación ante la Corte de apelaciones respectiva, la comparecencia en segunda instancia es
la oportunidad habitual para solicitar del tribunal superior la concesión de una orden de no innovar.

Como señaló, cuando la apelación es concedida en el solo efecto devolutivo, el tribunal inferior mantiene su
competencia para seguir conociendo de la causa hasta su terminación, inclusa la ejecución de la sentencia (art.
192 CPC). Se comprende que la ejecución de una sentencia, pendiente un recurso, puede generar importantes
perjuicios, especialmente cuando el cumplimiento de la sentencia provoca una situación difícil o imposible de
revertir, en caso de obtener el recurrente una sentencia favorable en sede de apelación.
Precisamente por esta razón es que la ley Nº 18.705 junto con generalizar los casos de apelaciones no
suspensivas incorporó la figura de la "orden de no innovar" en el recurso de apelación.

La finalidad de la modificación legal fue poner fin al uso indebido de un recurso de carácter disciplinario, como lo
era el recurso de queja, para obtener tal orden. En efecto, dado que la orden de no innovar únicamente estaba
prevista en los recursos de hecho y de queja, los abogados no tenían otra alternativa, frente a una apelación
concedida en el solo efectivo devolutivo, que recurrir de queja para lograr una orden de no innovar. Asimismo,
el efecto de una orden de no innovar no estaba reglamentado y existían opiniones contradictorias en cuanto a
sus alcances, por lo cual era conveniente normarlo y facultar a la propia Corte para limitar sus efectos. (Otero).

Por otro lado, uno de los propósitos primordiales perseguidos por la reforma de la ley 18.705 fue establecer
como principio general que la concesión del recurso de apelación no comprendiera el efecto suspensivo, para
evitar de este modo la promoción de apelaciones que, aprovechándose del efecto suspensivo comprendido en
ellas, no tenía más objetivo que retardar maliciosamente el curso del proceso, paralizándolo durante todo el
tiempo que la Corte de Apelaciones demora en resolver la cuestión. Sin embargo, el legislador no podía de dejar
de considerar que había también apelaciones revestidas de fundamentos serios y plenamente justificadas, caso
en el cual el apelante podía verse perjudicado de continuarse con la tramitación del proceso en primera
instancia. (Ortiz y Pecchi).

El objeto de la orden de no innovar es evitar que una resolución que se encuentra pendiente de un recurso de
apelación vaya a tener que cumplirse en circunstancias que su futuro es incierto por la interposición del recurso.
Se trata de evitar que cumplida una resolución deba dejarse sin efecto con posterioridad por resolución de la
apelación. (Chaigneau).

La orden de no innovar carece en nuestro ordenamiento de una regulación sistemática. Aparece asociada al
derecho de los recursos, como el de queja, hecho y ciertamente en la apelación. Pero también está presente en
la acción constitucional de protección que, como es sabido, no es propiamente un recurso. Consiste en un
mandato de no hacer o en una prohibición de hacer que impone un tribunal en el proceso, de modo que las
cosas queden como estaban en el momento en que se concede. “No innovar es abstenerse de hacer algo
nuevo…significa dejar las cosas como estaban en un momento determinado”. (Tavolari).

b. Tramitación. La orden de no innovar no puede concederse de oficio, sino que siempre procede a
petición de parte, específicamente del apelante, quien tiene el interés legítimo en que la resolución
apelada no pueda cumplirse mientras pende el recurso de apelación. Como se señaló, la ley no fija una

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oportunidad específica para solicitarla ni un plazo preclusivo para hacerlo, razón por la cual puede
solicitarse desde el momento que ingresan los autos en la secretaría del tribunal ad quem y hasta que
recaiga sentencia en el recurso. Lo usual es que se requiera con la mayor prontitud en consideración a
los nocivos efectos que puede generar la ejecución del fallo apelado. En este sentido, para la mayor
efectividad de la orden podría proponerse que su solicitud se pueda formular desde que el recurso es
concedido pues desde ese momento nace el riesgo derivado de la ejecución del fallo apelado. Sin
embargo, en términos prácticos es bastante difícil pues el tribunal de alzada carecería de los
antecedentes necesarios para resolver respecto de la orden de no innovar.
Formulada la solicitud de orden de no innovar, si la Corte funciona dividida en más de una sala, su presidente la
distribuirá, mediante sorteo, entre las salas en que esté dividida y deberá resolverse en cuenta. En todo caso, la
Corte puede o no concederla, pues es una atribución facultativa (“podrá dictar”), de la cual éste puede hacer uso
discrecionalmente, de acuerdo al mérito de autos (C. Suprema, 29 de agosto de 1991, Cita
online: CL/JUR/1303/1991; 11448).

c. Efectos. Conforme lo establece el art. 192 CPC, la resolución que concede una orden de no innovar debe
ser fundada y en su virtud se suspenden los efectos de una resolución recurrida o se paraliza su
cumplimiento. Esto significa que la orden de no innovar no conlleva necesariamente la paralización de
todo el proceso, pudiendo el tribunal restringir sus consecuencias.
Como se tiene resuelto “la orden de no innovar dada en general significa la paralización completa del
expediente, de manera que el juez no puede realizar ninguna actuación, ni las partes hacer gestión alguna, y
tiene, asimismo, la consecuencia de hacer suspender los plazos que se encuentren pendientes en los autos”. (C.
de Pedro Aguirre Cerda, 20 de julio de 2000, Rol Nº 33-2000).
La orden de no innovar genera tres efectos principales respecto de la resolución recurrida:
- Suspende sus efectos;
- Paraliza su cumplimiento y
- Paraliza completamente el expediente
De manera que el juez no puede realizar ninguna actuación ni las partes hacer gestión alguna (Mosquera y
Maturana). Sin perjuicio de lo anterior, el tribunal de alzada puede especificar determinadamente el alcance que
se le quiere otorgar a una orden de no innovar, restringiendo sus efectos, lo que debe hacer mediante
resolución fundada.

En suma, mediante la orden de no innovar puede generarse una situación análoga a la concesión de un recurso
de apelación en el efecto suspensivo, con la importante diferencia de que se obtiene por la vía de una decisión
del tribunal y no por mandato legal. En este sentido, podría afirmarse que por vía de la orden de no innovar se
produce una desnaturalización del efecto no suspensivo que atribuye la ley a la apelación. Por esta razón,
cuando el legislador ha optado por eliminar de manera radical el efecto suspensivo de la apelación y reforzar la
ejecutabilidad inmediata de la sentencia, se ha dispuesto la improcedencia absoluta de la orden de no innovar,
como ocurre en al procedimiento regulado en la ley sobre arrendamiento de inmuebles urbanos (art. 8 Nº 9 de
la Ley 18.101 sobre arrendamiento de predios urbanos). Su constitucionalidad ha sido discutida. (Véase al
respecto la Sentencia del Tribunal Constitucional de 20 de diciembre de 2011, Rol N° 1907-2011).

Del mismo modo, como se discutido sobre la eficacia de una apelación concedida en el efecto suspensivo
respecto de una resolución recaída en el proceso principal en la tramitación de los cuadernos separados y
viceversa, en este punto se ha controvertido cuál es el alcance de una orden de no innovar otorgada en una
apelación concedida en un cuaderno.
En este sentido, se tiene resuelto que habiéndose decretado orden de no innovar con motivo del conocimiento
del recurso de apelación que se dedujera contra la resolución que dispuso el alzamiento de una medida
prejudicial precautoria, sin que se limitaran o restringieran sus efectos, se suspendió la competencia del tribunal

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de primer grado para seguir conociendo de la causa, efecto que se extendió hasta el momento en que el tribunal
de alzada se pronunció respecto del recurso aludido, pues no pueden ignorarse los efectos de la orden de no
innovar en la tramitación del proceso cuando ésta se realiza en un cuaderno o expediente. (C. Suprema, 11 de
julio de 2007, Rol Nº 475-2006).
Como para la concesión de una orden de no innovar debe considerarse, entre otros aspectos, la verosimilitud
del derecho invocado, es probable que el tribunal se forme un juicio provisorio sobre la posición jurídica del
solicitante, que puede constituir un prejuzgamiento. Como se señaló durante la tramitación legislativa, dado que
la orden de no innovar implica un pronunciamiento, sino de fondo, al menos prima facie, era muy posible que se
dedujera alguna inhabilidad en contra de los ministros que se pronunciaron favorablemente sobre la orden de
no innovar. (Otero).

Previendo esta situación, el art. 192 CPC señala que los fundamentos de las resoluciones que se dicten de
conformidad a este inciso no constituyen causal de inhabilidad, esto es, las opiniones o argumentos
manifestados por los ministros para conceder o denegar una orden de no innovar no constituyen causal de
implicancia o recusación. En la práctica, sin embargo, precisamente por el temor de incurrir en prejuzgamiento y
pese al claro tenor de la norma, las órdenes de no innovar no suelen fundamentarse.

La concesión de una orden de no innovar tiene una importante incidencia en la tramitación del recurso de
apelación. Por una parte, radica el conocimiento y decisión del asunto en la sala que concedió la orden, aunque
ésta varíe su composición y, por otra, con el fin de evitar dilaciones indebidas, el recurso gozará de preferencia
para figurar en tabla y en su vista y fallo, en la medida que la apelación deba ser conocida previa vista de la
causa. (art. 192 inc. 3º CPC).

4. Reexamen de admisibilidad ante el tribunal ad quem. Impugnación.

Vencido el plazo de comparecencia, la Corte de Apelaciones debe efectuar un segundo estudio de admisibilidad
del recurso. Hay dos normas que se refieren a este examen de admisibilidad. De una parte, el art. 201 CPC
impone un examen de admisibilidad que es común tanto para el tribunal a quo como el ad quem, que supone la
revisión de los mismos extremos que examinó antes el tribunal a quo, es decir, la impugnabilidad de la
resolución, la oportunidad de la impugnación y si el recurso aparece fundado y contiene peticiones concretas.

Si como consecuencia de este examen se constata la falta de alguno de estos requisitos, se debe declarar
inadmisible o extemporáneo el recurso, según sea el caso, resolución respecto de la cual es posible pedir
reposición dentro de tercero día.
Por otro lado, el art. 213 CPC establece un examen de admisibilidad doblemente específico respecto del trámite
referido anteriormente, pues sólo está dispuesto para ser cumplido por el tribunal superior y comprende el
análisis de sólo dos de los aspectos referidos en el art. 201 CPC. la impugnabilidad de la resolución y la
oportunidad de la impugnación.
Este examen debe efectuarse en cuenta y si encuentra mérito el tribunal para considerar inadmisible o
extemporáneo el recurso, lo declarará sin lugar desde luego o bien podrá ordenar traer los autos en relación
sobre los específicos puntos que son objeto de examen. (art. 213 CPC).

Se ha entendido que la resolución a que se refieren los artículos 213 y 214 CPC, por medio de la cual la Corte de
Apelaciones declara admisible un recurso de apelación y ordena traer los autos en relación, reviste a la luz de lo
prescrito en el art. 158 CPC la naturaleza jurídica de una sentencia interlocutoria, ello porque resuelve acerca de
un trámite que sirve de base para el pronunciamiento de una sentencia definitiva posterior (la que decide la
controversia planteada en el recurso, previo desarrollo de los trámites relativos a la vista de la causa). También
participaría de la misma naturaleza la que declara la inadmisibilidad del recurso, por establecer derechos

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permanentes y poner término al juicio o hacer imposible su continuación. (C. Suprema, 16 de septiembre de
2008, Rol Nº 4.048-2008).
Excepcionalmente, considerando su naturaleza jurídica, es procedente en contra de esta sentencia
interlocutoria recurso de reposición, cuyo plazo de interposición es de tres días (art. 201 inc. 2º CPC).

Sorteado con éxito el reexamen de admisibilidad, corresponde que la sala tramitadora, que es la primera en
aquellas Cortes de Apelaciones que funcionen divididas en más una sala, se pronuncie sobre la forma en que el
recurso será conocido, que puede ser en cuenta o previa vista de la causa.

5. La cuenta y la previa vista de la causa.

No existe en materia de apelación una declaración formal de admisibilidad del recurso, salvo cuando ésta es
declarada en sede recurso de hecho, pero la admisibilidad del recurso se encuentra implícita en la resolución
que ordena dar cuenta o traer los autos en relación, que son las dos formas como un recurso puede ser
conocido y resuelto por un tribunal colegiado superior. (art. 68 COT). Es una situación análoga a la admisibilidad
de la demanda en primera instancia, que está sobrentendida en la resolución que confiere traslado de la
demanda, lo que no significa que el tribunal se encuentre impedido para formular una declaración formal de
admisibilidad del recurso.

La cuenta y la previa vista de la causa corresponden a dos sistemas que determinan la forma como un tribunal
superior colegiado superior puede tomar conocimiento de los antecedentes necesarios para dictar resolución.

El primero de ellos, la cuenta, consiste en la información que, sin mayores formalidades, publicidad ni
intervención de las partes se proporciona a la sala respectiva por el relator. También los Secretarios pueden dar
cuenta (art. 380 Nº 1º COT), pero en la práctica esta función está radicada en los relatores, debiendo las Cortes
establecer horas de funcionamiento adicional para el conocimiento y fallo de las apelaciones que se vean de
este modo. (art. 199 inc. 3º CPC).

Si la causa debe verse en cuenta, una vez vencido el plazo de comparecencia, el Presidente de la Corte la
ordenará y procederá a distribuir, mediante sorteo, la causa entre las distintas salas en que funcione el tribunal.
(art. 199 inc. 2º CPC).

Una vez dada la cuenta, la Corte podrá fallar inmediatamente el asunto o dejarlo en estado de acuerdo, es decir,
en condiciones para dictarse sentencia.

La vista de la causa es un trámite que se define como complejo, en oposición a la cuenta, en el sentido de que
está compuesto por un conjunto de formalidades tendientes a que la Corte o una de sus salas quede
debidamente enterada de la cuestión sometida a su conocimiento. La Corte Suprema la ha definido como un
trámite complejo por medio del cual un tribunal colegiado toma conocimiento del asunto sometido a su
decisión. (C. Suprema, 17 de agosto de 2012, Rol Nº 6870-2010).

También se ha dicho que la vista de la causa es una de las formas como los tribunales colegiados conocen de
aquellas causas o procesos que figuran en la tabla y se ven durante la audiencia de ese día, lo cual es un acto
complejo compuesto principalmente por la relación que hace el relator en relación al recurso de que se trata y
los antecedentes existentes en el expediente y posteriormente cuando procede, los alegatos de los abogados de
las partes, de aquellas causas o procesos que figuran en la tabla y se ven ese día. (C. de Concepción, 1 de
septiembre de 2014, Rol Nº 196-2014).

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Está compuesta por varios trámites, comenzando por la resolución que dispone traer los autos en relación, la
inclusión de la causa en tabla y la vista de la causa propiamente dicha que, a su vez, se integra por tres
actuaciones: anuncio, relación y alegatos.

a- Resolución que ordena traer los autos en relación. Una vez que el tribunal superior determina que el recurso
debe ser examinado prevista vista de la causa, dicta una resolución por medio de la cual dispondrá que
pasen los antecedentes al relator a fin de que éste revise el expediente y certifique, en su caso, si la causa se
encuentra en estado de ser relatada. En caso contrario, el relator deberá informar sobre cualquier situación
que pueda impedir la vista de la causa. Así, en caso que sea necesario traer a la vista documentos,
cuadernos separados y expedientes no acompañados o realizar trámites procesales previos a la vista de la
causa, deberá informar de ello al Presidente de la Corte, el cual dictará las providencias que correspondan
(art. 372 Nº 3 COT). Tales providencias son aquellas necesarias para cumplir con aquellos trámites que, de
acuerdo al informe del relator, resultan necesarios para que la causa quede en estado de relación. La
posibilidad de que el Presidente de la Corte ordene trámites no propuestos por el relator se ha estimado
improcedente. (Tavolari).
Una vez certificado por el relator que la causa se encuentra en estado de relación, la Corte ordenará traer los
autos en relación y que sintéticamente se reduce a una resolución que dispone “en relación” o “autos en
relación”.

b- Inclusión de la causa en la tabla. Notificada esta resolución, corresponde la inclusión de la causa en la tabla.
La tabla es una lista de asuntos de que los que deberá conocer la Corte respectiva dentro de una semana. La
tabla es formada por el Presidente de la Corte el último día hábil de cada semana y en ella deben ser
incluidos los asuntos que verá el tribunal durante la semana siguiente, en la medida que se encuentren en
estado de ser relatados, es decir, que hayan sido previamente revisados y certificados al efecto por el
relator. Se deben formar tantas tablas cuantas sea el número de salas y se distribuirán entre ellas mediante
sorteo, en audiencia pública. (art. 69 COT).
En la tabla, que debe fijarse en un lugar visible, deberá hacerse mención del nombre de las partes, en la forma
en que aparezca en la carátula del respectivo expediente, del día en que el asunto deba tratarse y del número de
orden que le corresponda.

Las causas se deben incluir en la tabla tan pronto como estuvieren en estado y por el orden de su conclusión
(art. 319 inciso 2º COT), sin perjuicio de la preferencia que la ley o el tribunal puedan disponer (art. 69 inc. 3º).

Con arreglo a lo previsto en el art. 800 Nº 4 CPC, constituye trámite o diligencia esencial en la segunda instancia
de los juicios de mayor o de menor cuantía y en los juicios especiales, entre otros, la fijación de la causa en tabla
para su vista en los tribunales colegiados, en la forma establecida en el art. 163 CPC.

c- La vista de la causa propiamente dicha. La expresión vista de la causa tiene dos acepciones: una amplia, que
se emplea como sinónima de la forma de conocimiento previa vista de la causa y otra restringida, que
involucra tres específicos trámites: anuncio, relación y alegatos. La primera comenzaría con la resolución
que ordena traer autos en relación, en tanto que la segunda, comienza con el anuncio.
La distinción puede revestir importancia porque hay actuaciones que, conforme a la ley, pueden verificarse sólo
hasta la vista de la causa, como la alegación de las excepciones previstas en el art. 310 CPC, la agregación de
documentos, que sólo puede efectuarse hasta la vista de la causa en segunda instancia (art. 348 CPC) o la
diligencia probatoria de confesión judicial, que puede solicitarse hasta antes de la vista de la causa en segunda
instancia (art. 385 CPC).

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La Corte Suprema tiene resuelto que “sabido es que la vista de la causa es un trámite complejo por medio del
cual un tribunal colegiado toma conocimiento del asunto sometido a su decisión y que doctrinariamente se han
incorporado a este trámite un conjunto de actos relacionados con la vista, como son la notificación del decreto
autos en relación, la colocación de la causa en tabla, el anuncio de la misma, y después de la relación y los
alegatos de los abogados, el acuerdo que se adopta por el tribunal. En todo caso, cualquiera sea la posición al
respecto, no existe duda de que el inicio de este trámite se produce con el decreto "autos en relación"” (C.
Suprema, 17 de agosto de 2012, Rol Nº 6.870-2010).

 El anuncio. Pese a que el art. 223 CPC indica que la vista de la causa se iniciará con la relación, lo cierto
es el art. 163 inc. final del mismo código dispone que antes que la Corte comience a tratar cada negocio,
lo debe anunciar, lo que hace colocando en lugar conveniente el respectivo número de orden que le
corresponde en la tabla, el cual se mantendrá fijo hasta que se pase a otro asunto.

 La relación. Es la narración metódica y razonada que hace el relator de todos los antecedentes de la
causa, mediante el cual el tribunal colegiado debe quedar debidamente informado del asunto sometido
a su decisión. El art. 374 COT ordena a los relatores hacer las relaciones de manera que la Corte quede
enteramente instruida del asunto actualmente sometido a su conocimiento, dando fielmente razón de
todos los documentos y circunstancias que puedan contribuir a aquel objeto. Además, este mismo
funcionario, en forma previa a efectuar la relación, debe dar cuenta a la Corte de todo vicio u omisión
substancial que notaren en los procesos; de los abusos que pudiere dar mérito a que la Corte ejerza
atribuciones disciplinarias y de todas aquellas faltas o abusos que las leyes castigan (art. 373 COT).
La relación debe efectuarse en presencia de los abogados de las partes que hayan asistido y se hubieren
anunciado para alegar, pues no se permite el ingreso a la sala de los abogados una vez comenzada la relación.
Durante la relación, los Ministros pueden formular preguntas o hacer observaciones al relator, las que no
podrán ser consideradas como causales de inhabilidad. (art. 223 inc. 1º CPC).

 Los alegatos. Concluida la relación, se procederá a escuchar, en audiencia pública, los alegatos de los
abogados que se hubieren anunciado para este efecto. Los alegatos son las exposiciones orales que hacen
los abogados de las partes durante la vista de la causa, acerca de las cuestiones de hecho y derecho
sometidas a la decisión del tribunal. (Espinosa)

Hay que considerar que los abogados que quisieren hacer uso de su derecho a alegar, deben anunciarse ante el
respectivo Relator antes del inicio de la audiencia en la que debe verse la causa, ya sea en forma personal o por
intermedio del Procurador del Número a quien se haya conferido poder en el proceso respectivo. Es posible
también anunciarse mediante escrito que debe ser presentado en secretaría y entregado al relator antes de la
oportunidad recién señalada, debiendo consignarse en el escrito el tiempo aproximado que durará el alegato, lo
que el relator debe hacer constar en el expediente (Auto Acordado de la Corte Suprema sobre la Vista de la
Causa, de 2 de septiembre de 1994). En la práctica, también se indica al relator en sentido en que se efectuarán
las alegaciones, es decir, si se alega pretendiendo la confirmación, revocación o modificación de la resolución
apelada.
Con arreglo a lo previsto en el art. 527 COT, las defensas orales ante cualquier tribunal de la República sólo
podrán hacerse por un abogado habilitado para el ejercicio de la profesión, es decir, un abogado que no esté
sujeto a alguna suspensión o prohibición para ejercer su profesión, sin perjuicio de las defensas que pueden
hacer los postulantes que estén realizando su práctica profesional para obtener el título de abogado en las
Corporaciones de Asistencia Judicial.

Se establece un orden para las alegaciones, ya que primero alega el abogado del apelante y en seguida el del
apelado y si son varios los apelantes, lo harán en el orden en que se hayan interpuesto las apelaciones, en tanto

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que, si son varios los apelados, sus abogados intervendrán por el orden alfabético de aquéllos. Sin perjuicio de lo
dicho, si la apelación comprende dos o más puntos independientes entre sí y susceptibles de resolución aislada,
el tribunal puede alterar la señalada regla haciendo que los abogados aleguen separada y sucesivamente sobre
cada punto. (art. 224 CPC).

Durante los alegatos, el Presidente de la sala podrá invitar a los abogados a que extiendan sus consideraciones a
cualquier punto de hecho o de derecho comprendido en el proceso, pero esta invitación no obstará a la libertad
del defensor para el desarrollo de su exposición.

Al término del respectivo alegato, los abogados tienen derecho a rectificar los errores de hecho que observaren
en el alegato de la contraria, sin que les sea permitido replicar en lo concerniente a puntos de derecho.

La duración de los alegatos se limita a media hora, sin perjuicio de que el tribunal, a petición del interesado,
prorrogue el plazo por el tiempo que estime conveniente.
Finalizados los alegatos y antes de levantar la audiencia, el Presidente de la sala podrá pedirles a los abogados
que precisen determinados puntos de hecho o de derecho que considere importantes.

Pese a que en la vista de la causa está prohibido presentar defensas escritas o siquiera leer tales defensas (art.
226 CPC), al término de la audiencia, los abogados podrán dejar a disposición del tribunal una minuta de sus
alegatos.

Es importante considerar que el abogado que hubiese anunciado para alegar y no concurriere a la audiencia
respectiva para oír la relación ni hacer el alegato, puede ser sancionado con multa por el presidente de la sala,
previa audiencia del interesado. La multa puede duplicarse en caso de reiteración de la falta dentro de un
mismo año calendario y mientras no certifique el secretario que se ha pagado la multa impuesta, el sancionado
no podrá alegar ante esa misma Corte. (art. 223 inc. final CPC).

d- La necesidad del cumplimiento íntegro de los trámites de vista de la causa bajo sanción de nulidad.
Con arreglo a lo previsto en el art. 800 Nº 3 CPC en general, son trámites o diligencias esenciales en la segunda
instancia de los juicios de mayor o de menor cuantía y en los juicios especiales, en particular, Nº 3: “la citación
para oír sentencia definitiva”. Sin embargo, a diferencia de lo que sucede en primera instancia, este trámite no
se verifica lisa y llanamente con una interlocutoria de trámite, sino que presenta un carácter complejo y está
constituido la notificación legal del decreto que ordena traer los autos en relación; la fijación de la causa en
tabla; y la vista de la causa propiamente tal compuesta a su vez por el anuncio de la vista de la causa, la relación
y los alegatos. (C. Suprema, 4 de noviembre de 2014, Rol N° 2.719-2014).

Por consiguiente, al haberse procedido a conocer la apelación formulada por la demandada contra la sentencia
de primer grado en cuenta y no en relación, como lo manda la ley, se omite en la segunda instancia a un trámite
declarado esencial por la ley, como lo es la fijación de la causa en tabla para su vista previa relación, diligencia
que, como se dijo, integra la citación para oír sentencia en segunda instancia. (C. Suprema, 28 de julio de 2015,
Rol N° 32.015-2014).

Una vez terminada la vista de la causa, el debate queda cerrado y el juicio en estado de dictarse resolución. (art.
227 CPC).

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e- Control de admisibilidad en la vista de la causa.

Antes de la ley 18.705 no existía norma específica sobre la inadmisibilidad del recurso de apelación, pero la
jurisprudencia aceptaba que el recurso de apelación podía ser declarado inadmisible tanto en la primera como
en la segunda instancia. Más aún, hasta hace poco tiempo, la jurisprudencia aceptaba que la circunstancia de
haber salvado las dos fases previas de admisibilidad ante el tribunal a quo y ante el tribunal ad quem no era
obstáculo para que en la sentencia se le declarare inadmisible, pues se entendía que la doble declaración de
admisibilidad no impedía que en definitiva, en la vista de la causa, se le declarare inadmisible, es decir, se
aceptaba que las causales de inadmisión no advertidas oportunamente se convirtieran en causales de
desestimación en el fallo del recurso.

Sobre el particular, es preciso advertir que a partir de la regulación del trámite de admisibilidad establecido por
las reformas de las leyes 18.705 y 18.882, queda de manifiesto que el examen de admisibilidad del recurso debe
efectuarse necesariamente en un momento anterior al inicio de las alegaciones de fondo, al tratarse de un
trámite previo a la vista. Por consiguiente, no parece oportuno debatir ni decidir sobre la admisibilidad del
recurso una vez iniciado el conocimiento del fondo del mismo, puesto que este conocimiento presupone que se
ha superado esa etapa precedente. En todo caso, debe reconocerse que la posibilidad de que las causas de
inadmisibilidad puedan operar como causas de rechazo del recurso, hace en buena medida inútiles las dos fases
de admisibilidad previas.

Por estas y otras razones la Corte Suprema ha modificado el criterio referido al comienzo, resolviendo que, una
vez que la Corte de Apelaciones ha dictado la resolución autos en relación, queda desprovista de la facultad de
inadmitir un recurso de apelación. Para concluir de este modo, el máximo tribunal parte de la base de que las
resoluciones que se pronuncian sobre la admisibilidad de un recurso de apelación ordenando traer los autos en
relación revisten el carácter de sentencias interlocutorias, por resolver acerca de un trámite que sirve de base
para el pronunciamiento de una sentencia definitiva posterior, como lo es la que decide la controversia
planteada en el recurso, previo el desarrollo de los trámites relativos a la vista de la causa y que una vez firme
produce el efecto de cosa juzgada, lo que impide que el mismo tribunal declare inadmisible un recurso, pasando
por sobre lo resuelto con anterioridad por la misma Corte, estimando admisible el recurso y ordenando traer los
autos en relación (Así, entre otras, C. Suprema, 28 de abril de 2011, Rol N° 2.121-2009).

Prescindiendo de la genuina naturaleza de dicha resolución, que en ocasiones ha sido calificada por la propia
Corte Suprema, como un simple decreto (C. Suprema, 17 de agosto de 2012, Rol Nº 6870-2010; C. Suprema, 3 de
octubre de 2011, Rol Nº 6870-2010) y aún cuando pueda compartirse la idea de la intangibilidad de ciertos
pronunciamientos judiciales que no han sido impugnados por las partes, no resulta correcto afirmar que estas
resoluciones generan efecto de cosa juzgada ya que la cosa juzgada es un atributo de la sentencias emanadas de
los órganos jurisdiccionales que han entrado a resolver sobre el fondo del objeto del proceso, es decir, se
requiere que la sentencia haya declarado en el juicio anterior un derecho de orden sustancial y no meramente
procesal. Por consiguiente, los pronunciamientos de tipo procesal al no contener una decisión sobre el fondo del
asunto no producen cosa juzgada. (Romero). La cuestión debiera vincularse más bien al desasimiento,
consagrado en el art. 182 CPC y con la preclusión, entendida como la pérdida, extinción o consumación de una
facultad procesal, instituciones ambas que apuntan a la estabilidad de los actos procesales incluidas las
resoluciones del juez, verificados durante el desarrollo de la relación procesal y que si bien se relacionan con la
cosa juzgada, difieren de la misma, presentando distinta naturaleza, desde que esta última está destinada a
producir efectos fuera del proceso. (C. Suprema, 30 de junio de 2015, Rol Nº 981-2015).

29
f- Regla general sobre la forma en que las Cortes de Apelaciones conocen del recurso de apelación.
 Excepción

Conforme al art. 68 COT las Cortes de Apelaciones resolverán los asuntos en cuenta o previa vista de ellos, según
corresponda. Sin embargo, esta norma no indica los criterios que permiten determinar si un asunto concreto se
verá en cuenta o previa vista de la causa. Es el art. 199 CPC, el que conduce a afirmar que una u otra forma de
conocimiento está en directa relación con la naturaleza de la resolución que se impugna. En efecto, establece el
precepto que la regla general es que la apelación de toda resolución que no sea sentencia definitiva se vea en
cuenta. Esto significa que, en principio, la apelación de decretos, autos y sentencias interlocutorias se verá en
cuenta, en tanto que la de las sentencias definitivas previa vista de la causa.

Sin embargo, el conocimiento en cuenta prescinde de los alegatos de las partes, lo que podría considerarse
atentatorio del derecho de defensa y, en último caso, del derecho de ser oído como integrante de la garantía del
debido proceso. No obstante lo anterior, tratándose de una causa que, en principio, debe verse en cuenta,
cualquiera de las partes, dentro del plazo para comparecer en segunda instancia, puede solicitar alegatos, en
cuyo caso, la Corte está en la obligación de ordenar traer los autos en relación. (art. 199 inc. 2º CPC).

De este modo, se armonizan las garantías procesales de las partes con la necesidad de una justicia pronta, al
tiempo que impone a los litigantes la responsabilidad de atender, efectivamente, a las tramitaciones. (Tavolari)

Es importante considerar que el abogado que hubiere solicitado alegatos y no concurriere a la audiencia
respectiva para oír la relación ni hacer el alegato, puede ser sancionado con multa por el Presidente de la sala,
oyéndolo previamente. La sanción puede duplicarse en caso de reiteración de la falta dentro de un mismo año
calendario y mientras no se certifique el pago, el sancionado no puede alegar ante la misma Corte. (art. 223 inc.
final CPC).

Se ha resuelto que, establecido que una determinada apelación debe ser conocida y fallada por el tribunal de
segunda instancia previa vista de la causa, si el tribunal procede a su conocimiento "en cuenta", se falta a un
trámite esencial previsto en el art. 800 Nº 4 CPC, configurándose un vicio de casación formal, conforme lo
dispuesto en el art. 768 Nº 9 del mismo Código. (C. Suprema, 20 de enero de 2009, Rol N° 549-2008).

La situación inversa, esto es, que una apelación que debía ser conocida en cuenta, erróneamente se conozca y
resuelva previa vista de la causa, no debiera llevar a la misma conclusión, toda vez que esta segunda forma de
conocimiento, si bien, resulta más embarazosa, es claramente más respetuosa de las garantías de defensa en
juicio y, en todo caso, no se observaría en una hipótesis como la descrita, la concurrencia del prejuicio,
consideración primordial básica, cuando se discurre sobre la ineficacia de los actos del proceso.

Una vez notificado el decreto que dicta el tribunal considerando la naturaleza de la resolución apelada que
puede ser autos en relación o decreto que ordena dar cuenta, queda el asunto en estado de ser conocido y
fallado por el tribunal de alzada.

g- Las denominadas “apelaciones incidentales” y su tramitación

Es posible encontrar en el CPC algunas disposiciones que prescriben que el recurso de apelación debe tramitarse
en la forma establecida para los incidentes. Así, por ejemplo, las reglas contenidas en los arts. 550, 606, 614,
691, 699 CPC entre otras. Estas normas han inducido a sostener que dado que la apelación de la sentencia
dictada en estos juicios debe tramitarse como en los incidentes y como en estos casos la apelación se conoce en

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cuenta, con la remisión se quiere decir que la apelación en estos supuestos, aún tratándose de una sentencia
definitiva, debiera conocerse en cuenta y no mediante la vista de la causa.

La explicación histórica es que el mandato del legislador en cuanto dispone que la tramitación de señaladas
apelaciones ‘se ajustará a las reglas establecidas para los incidentes’, estaba dado en un contexto legislativo en
que la tramitación de la apelación de las sentencias definitivas estaba sometido a más trámites y con el
propósito de no retardar la resolución de las apelaciones en aquellos juicios especiales en que se requería
prontitud, por ejemplo, en los interdictos posesorios o en los juicios ejecutivos, buscó una fórmula en que,
manteniendo la adecuada defensa de las partes y reflejadas en las formalidades de la vista de la causa, suprimió
el largo periodo de renovación de la discusión representado por la denominada expresión de agravios y su
contestación.

Habiéndose eliminado por la Ley 18.705 el trámite de expresión de agravios, en la actualidad todas aquellas
normas que prescriben en ciertos juicios la apelación de la sentencia definitiva se tramitará como en los
incidentes no tiene justificación práctica, pues, como se dijo, su único objetivo era establecer que en estos
procedimientos, a diferencia del juicio ordinario de mayor cuantía, la apelación de la sentencia definitiva no
debía cumplir con el referido trámite.

En consecuencia, debe concluirse que actualmente la apelación de la sentencia definitiva en todos estos juicios
se rige por las normas generales del recurso de apelación, previstas en los artículos 186 y siguientes CPC y en
consecuencia corresponde que se vean conforme las reglas dadas para la vita de la causa. Así lo sostuvo la
doctrina (Tapia Witting) y recientemente lo ha resuelto en el mismo sentido la Corte Suprema (C. Suprema, 28
de julio de 2015, Rol N° 32.015-2014).

h- Notificaciones en segunda instancia

Regla general: estado diario.

Excepciones :
i. La primera notificación que se practique en la instancia debe efectuarse en forma personal.
ii. La resolución que declare la deserción por la no comparecencia del apelante producirá sus efectos desde
que se dicte y sin necesidad de notificación. (art. 201 inc. 3º CPC).
iii. Frente a la incomparecencia del apelado, el recurso se sigue en su rebeldía por el solo ministerio de la ley y
no es necesario notificarle las resoluciones que se dicten, las cuales producen sus efectos a su respecto
desde que se pronuncien. (art. 202 inc. 1º CPC).
iv. Las resoluciones que dispongan la comparecencia de las partes, como la que cita a absolver posiciones,
deben ser notificadas por cédula, por aplicación de la norma del art. 48 CPC.
v. El tribunal puede ordenar que se haga por otro de los medios establecidos en la ley, cuando lo estime
conveniente. Esta última parece ser la práctica general en las Cortes de Apelaciones.

i- Tramitación de los incidentes que pueden suscitarse en la segunda instancia

En segunda instancia es perfectamente posible que se susciten cuestiones accesorias que requieran especial
pronunciamiento del tribunal. La ley altera la regulación general de estos incidentes, de la siguiente forma:
a. El tribunal puede resolver estas cuestiones de plano o someterlas a tramitación incidental, sin que la ley
entregue criterios para adoptar una u otra resolución, razón por la cual, en principio, no puede haber
infracción normativa en la decisión del tribunal sobre la forma en que resolverá el incidente (art. 220
CPC).

31
b. Si el tribunal opta por darle tramitación incidental, puede disponer que su conocimiento y decisión se
adopte en o bien previa vista de la causa (art. 220 CPC).

c. Las resoluciones que recaigan en los incidentes no son susceptibles de recurso de apelación (art. 210
CPC). Por este motivo, se ajusta estrictamente a las normas procedimentales pertinentes la decisión de
la Corte de Apelaciones que deniega un recurso de apelación intentado contra una resolución que se
pronuncia sobre un incidente planteado ante el tribunal de segundo grado, decisión que no es
susceptible de apelación. (C. Suprema, 9 de julio de 2010, Rol Nº 2.468-2010).
Sin embargo, la resolución que declare la incompetencia del tribunal es apelable, salvo que la declaración sea
hecha por la Corte Suprema. (art. 209 inc. 2º CPC).

j- Los Informes en Derecho

El informe en derecho es un documento en el que se consigna el estudio y la opinión de un experto en el área


jurídica, sobre las cuestiones que se ventilan en el juicio. Su valor está directamente influenciado por el prestigio
de su autor y la calidad de la opinión vertida. No son admisibles ni como prueba documental ni su autor puede
ser considerado un perito, a menos que se trata de la prueba del derecho extranjero o la legislación histórica,
que para el juez nacional son hechos necesitados de prueba. Tampoco es procedente que se requieran por el
tribunal como medida para mejor resolver.

En principio, como no son un medio de prueba, no están sujetos a las restricciones probatorias de la segunda
instancia y para la eficacia del mismo no se precisa la comparecencia de quien lo ha elaborado. En la práctica
tampoco se exige al procedimiento previsto en el CPC para su agregación. Sin embargo, en alguna ocasión y, en
mi concepto, con un exceso de formalismo, los tribunales han negado el carácter de informe en derecho a un
informe presentado, en razón de no haberse dado cumplimiento a lo dispuesto en los artículos 228 y 229 CPC,
considerándolo simplemente como un documento privado emanado de un tercero, que no lo ratificó en juicio,
rehusando su ponderación. (C. de Valparaíso, 11 de noviembre de 2011, 1612-2010 Cita
online: CL/JUR/10139/2011; 55262).

El tribunal puede disponer, a petición de parte, informar en derecho, fijando un plazo al efecto, que no puede
exceder de sesenta días, salvo acuerdo de las partes. (arts. 228 y 229 CPC).

Un ejemplar de cada informe en derecho, debidamente firmado, se entregará a cada uno de los ministros, junto
con el certificado del relator en el que conste la conformidad o disconformidad que notaren entre el mérito del
informe y los hechos de la causa. Otra copia se debe agregar al proceso. (art. 230 CPC, en relación con el art. 372
Nº 6 COT). Dado que no se trata de un medio de prueba, su falta de ponderación no importa una infracción de
los requisitos propios de la sentencia de segunda instancia.

Término del recurso de apelación


El recurso de apelación puede extinguirse de diversas maneras, varias de las cuales implican dejar imprejuzgada
la pretensión impugnativa. Estas últimas corresponden a lo que una tradicional doctrina ha venido calificando
como mecanismos anormales o anómalos de terminación de los recursos, por oposición a lo que se conoce
como forma normal de conclusión del recurso, cual es, el fallo del mismo.

Deben quedar a un lado, aquellos mecanismos de terminación del proceso principal que producen, como lógica
consecuencia, la extinción de los recursos pendientes, tales como el abandono del procedimiento, el
desistimiento de la demanda o la celebración de un contrato de transacción. En todos estos supuestos,

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conocidos como formas anómalas indirectas de terminación de la apelación, el o los recursos pendientes
decaen. En tales casos se suele argumentar que el recurso “ha perdido oportunidad”, omitiéndose todo
pronunciamiento en torno al fondo del mismo.

Decisión del recurso de apelación

Terminada la vista del recurso, la Corte deberá resolver sobre las cuestiones propuestas por las partes como
objeto del recurso y podrá hacerlo en forma inmediata o dejar la causa en acuerdo.

La expresión acuerdo tiene un doble sentido. En ocasiones se la utiliza para designar las discusiones y
deliberaciones que tienen los miembros del tribunal colegiado necesarias y conducentes a la adopción de una
decisión (En este sentido se emplea en los arts. 81, 83, 85 y 86 COT). En otros casos, suele utilizarse para hacer
referencia a la decisión misma que se adopta por el tribunal (como lo hacen los arts. 77 y 78 COT). La distinción
entre acuerdo y decisión se puede advertir en la sentencia de la Corte Suprema, de 6 de octubre de 2009, Rol Nº
4.390-2009 (Cons. 5º).

La jurisprudencia ha reconocido la diferencia entre la vista de la causa y el estado de acuerdo, pero destacando
al mismo tiempo su estrecha vinculación. Ha dicho que la vista de la causa es la representación viva y
documentada de todo el pleito, se produce ante los jueces con la intervención directa de las partes litigantes, las
que tienen el derecho de concurrir a dicha vista y hacerse oír en ella, trámite con el que se da por cerrado el
debate. En cambio, el estado de acuerdo sólo tiene lugar entre los jueces que como tales presenciaron aquél
trámite y que por la ley son llamados a decidir el asunto controvertido. Si bien constituyen dos momentos
judiciales diversos, hay entre la vista y el acuerdo una conexión tan íntima y estrecha, que la primera es el
antecedente esencial e indispensable del segundo, ya que solo mediante la vista los jueces del proceso que
concurrieron a ella se imponen en común y detalladamente de la cuestión debatida y quedan así habilitados
para dictar sentencia con conocimiento pleno del asunto.

Así las cosas, no siempre que una causa se encuentra en acuerdo es posible afirmar que se haya tomado una
decisión a su respecto, sino que puede significar que se convino en hacer un estudio más acucioso de la misma.
Por otro lado, es posible que uno o varios miembros del tribunal requieran estudiar con más detenimiento el
asunto, en cuyo caso se suspende el debate y se señalará, para volver a la discusión y al acuerdo, un plazo que
no exceda de treinta días, si varios ministros hicieren la petición, y de quince días cuando la hiciere uno solo (art.
82 COT). En tal caso, se suele afirmar que la causa se encuentra “en estudio”.

Los acuerdos antes los tribunales colegiados superiores se rigen por las disposiciones de los arts. 72 y siguientes
COT y se entiende terminado el acuerdo cuando se obtenga mayoría legal sobre la parte resolutiva del fallo y
sobre un fundamento, a lo menos, en apoyo de cada uno de los puntos que dicho fallo comprenda.

Adoptado el acuerdo, debe designarse mediante decreto debidamente notificado, el ministro a cargo de la
redacción, quien debe ceñirse estrictamente a lo aceptado por la mayoría y cuyo nombre se expresará al final
del fallo.

Redactada la sentencia, se firma por todos los miembros del tribunal que hayan concurrido al acuerdo. (art. 85
COT). La naturaleza de la sentencia pronunciada en segunda instancia está directamente vinculada a la de la
resolución objeto de la apelación y debe ser notificada por el estado diario. (art. 221 CPC).

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Congruencia de la sentencia de segunda instancia

Del mismo modo que la sentencia de primera instancia, la de segunda ha de ser motivada, exhaustiva y
congruente. Lo singular de la sentencia de segundo grado es que ésta debe pronunciarse dentro de los límites
del efecto devolutivo y estar referida únicamente a las cuestiones planteadas en el recurso de apelación y su
eventual adhesión.

Como se verá a continuación, la exigencia de motivación viene impuesta únicamente a las sentencias
revocatorias o modificatorias, no así a las que se limitan a confirmar la sentencia de primera instancia. La
ausencia de motivación, para los casos en que ella es requerida legalmente, configura un vicio de casación
formal (art. 768 Nº 5 en relación con el art. 170 Nº 4 CPC).

Por otro lado, el deber de exhaustividad reclama del tribunal de segundo grado un pronunciamiento sobre todos
los aspectos que han sido objeto de debate o, como lo expresa el art. 170 Nº 6 CPC, “Esta decisión deberá
comprender todas las acciones y excepciones que se hayan hecho valer en el juicio”. En el caso de la sentencia
de segunda instancia, el requisito hay que entenderlo referido a aquello que fue explícitamente planteado en el
recurso de apelación.

La congruencia de la sentencia de segunda instancia supone la existencia de una correlación entre lo pedido en
el recurso y lo resuelto por el tribunal. Una sentencia es incongruente cuando concede más de lo pedido, se
pronuncia sobre determinadas cuestiones al margen de lo solicitado en el recurso de apelación o su adhesión o
prescinde en absoluto de la causa de pedir o la altera en términos tales que su proceder no queda amparado por
el principio de iura novit curia.

Tiene resuelto el máximo tribunal que “la competencia del tribunal de alzada quedó limitada a las pretensiones
que se hicieron valer en la respectiva apelación, de suerte que si extiende su pronunciamiento a un punto que
no ha sido objeto de dicho recurso, incurre en el vicio de ultra petita pues, apartándose de los términos en que
las partes situaron la controversia en segunda instancia por medio de las peticiones concretas vertidas en la
apelación o, como sucede en la especie, en sus respectivos escritos de apelación, altera el contenido de éstas
cambiando su objeto o alterando su causa de pedir”. (C. Suprema, 22 de septiembre de 2003, Rol Nº 4.117-
2002).

Tiene resuelto el máximo tribunal que “la competencia del tribunal de alzada quedó limitada a las pretensiones
que se hicieron valer en la respectiva apelación, de suerte que si extiende su pronunciamiento a un punto que no
ha sido objeto de dicho recurso, incurre en el vicio de ultra petita pues, apartándose de los términos en que las
partes situaron la controversia en segunda instancia por medio de las peticiones concretas vertidas en la
apelación o, como sucede en la especie, en sus respectivos escritos de apelación, altera el contenido de éstas
cambiando su objeto o alterando su causa de pedir”. (C. Suprema, 22 de septiembre de 2003, Rol Nº 4.117-
2002).

1) Clases de sentencias de segunda instancia y sus requisitos

Las sentencias pronunciadas por un tribunal de segunda instancia pueden ser confirmatorias, modificatorias o
revocatorias. (art. 170 CPC).

a. Sentencia confirmatoria y sus requisitos


Tratándose de una sentencia confirmatoria, esto es, que ratifica o refrenda la decisión del tribunal a quo, no
debe cumplir ningún requisito especial, bastando con explicitar la voluntad del tribunal en ordena confirmar la

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decisión apelada, expresar en letras la fecha y lugar en que se expida y la forma de los jueces que intervengan en
el acuerdo y cuando después de acordada la decisión algún ministro se imposibilite para firmarla, deberá
expresarse esta circunstancia. (art. 169 CPC).

Como se puede apreciar, la exigencia impuesta a las partes de fundamentar el recurso de apelación no tiene su
correlato en el deber de los jueces de fundamentar sus decisiones de segunda grado, cuando éstas son
confirmatorias. En efecto, como se ha sostenido, si los litigantes deben manifestar su disconformidad con el fallo
expresando agravios y fundamentándolos, parece razonable exigir que la sentencia de segunda instancia se haga
cargo, por separado, de cada uno de dichos agravios, es decir, de las diversas cuestiones que han sido objeto del
recurso. Si la apelación es instancia, existe una auténtica obligación en el fallo del tribunal de alzada de
pronunciarse expresa y fundadamente sobre el tema debatido, introducido por el apelante al fijar el gravamen
del recurso. (Hunter).

Si la decisión de la Corte es confirmar la sentencia de primer grado, pero ésta no reúne todos o algunos de los
requisitos previstos en el art. 170 CPC, el tribunal de alzada deberá completarla. (art. 170 inc. 2º CPC).

b. Sentencias revocatorias y modificatorias y sus requisitos

En principio, las sentencias de segunda instancia que modifican o revocan en su parte dispositiva las de primera
instancia deben reunir los requisitos del art. 170 CPC, esto es, contener una parte expositiva, otra considerativa
y resolutiva.

Sin embargo, si la sentencia de primera instancia cumple con todos los requisitos del art. 170 CPC, la de segunda
instancia que modifica o revoca no necesita de parte expositiva y basta con que se refiera a esa parte de la
sentencia de primera instancia (art. 170 inc. final CPC).

Es muy importante en una sentencia modificatoria o revocatoria el cumplimiento de la parte considerativa, es


decir, aquella que consigna los motivos por los cuales el tribunal de alzada ha decidido de un modo diferente a
lo que resolvió el tribunal a quo. Es admisible que, algunas de las motivaciones dadas por el tribunal de primera
instancia subsistan en la medida que no entren en contradicción con los fundamentos explicitados por la Corte
de Apelaciones.

Sin embargo, como la sentencia de primera instancia no desaparece jurídicamente, aún cuando sea revocada,
ésta forma un solo todo con la sentencia de segunda instancia, de modo que si la Corte mantiene o conserva
fundamentos del fallo de primer grado que entran en contraposición con los expresados por la Corte, el fallo de
segunda instancia adolece de un vicio de casación formal ya que la existencia de considerandos contradictorios
implica que éstos se anulan entre sí, privando de consideraciones de hecho y derecho al fallo. (art. 768 Nº 5 y
art. 170 Nº 4 CPC).

En este sentido, reiteradamente se ha resuelto que la contradicción que se advierte entre dos considerandos,
por el antagonismo de estos, determina que se anulen entre sí y dejan al fallo recurrido sin los fundamentos de
hecho y de derecho que requiere la ley, lo que conduce a afirmar que en el pronunciamiento del fallo de que se
trata, no se ha cumplido la exigencia del número 4º del artículo 170 del Código de Procedimiento Civil, la que,
como se ha dicho por este tribunal, tiende a asegurar la justicia y legalidad de los fallos y a proporcionar a los
litigantes los antecedentes que les permitan conocer los motivos de la decisión del litigio. (C. Suprema, 24 de
julio de 2006, Rol Nº 2.081-2004).

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c. Las llamadas sentencias “confirmatorias con declaración”

Con frecuencia, el tribunal de apelación, compartiendo los fundamentos y la decisión del juez a quo, introduce
alguna alteración o complementación en la parte resolutiva del fallo apelado. Es muy usual cuando se trata de
sentencias condenatorias a pagar una suma de dinero, que el tribunal de alzada compartiendo el fundamento y
la decisión de condena, estime conveniente aumentar o disminuir el monto de la condena. Así, en un juicio
indemnizatorio en que se hizo lugar a la demanda, condenado a la parte demandada al pago de una
indemnización X, el tribunal ad quem, compartiendo la decisión, podría estar por aumentar el quantum
indemnizatorio. En tal caso, la práctica ha impuesto que en el fallo del recurso se exprese que “se confirma la
sentencia apelada, con declaración de que la indemnización se aumenta a 2X”. La explicación de este proceder
probablemente obedece a que el tribunal superior comparte la decisión del a quo (por eso la confirma), pero
difiere en torno a aspectos secundarios, que justifican que haga una declaración asociada a la decisión de
confirmar.

En mi opinión, se trata de una práctica errónea e inconveniente. Es errónea porque el art. 170 CPC es
suficientemente comprensivo para abarcar adecuadamente todos los supuestos de actuación del tribunal
superior, conociendo de un recurso de apelación. En efecto, la primera parte de la disposición habla de las
sentencias de segunda instancia que modifiquen o revoquen en su parte dispositiva las de otros tribunales, en
tanto que la parte final del mismo precepto se refiere a las confirmatorias. De modo que la hipótesis que se
plantea calza sin problemas en la definición de sentencia modificatoria, por lo que no se observa la necesidad de
crear una categoría distinta de las mencionadas. En síntesis, la denominada sentencia “confirmatoria con
declaración” no es una cuarta categoría sino que es una sentencia modificatoria.

Mayor gravedad reviste la circunstancia de que la antedicha denominación induce a errores sobre los requisitos
que debe reunir pues la expresión “confirmar” induce a entender que basta que cumpla con los requisitos
propios de una sentencia confirmatoria, en circunstancias que, por tratarse de una sentencia modificatoria –
como se ha visto– debe reunir los requisitos del art. 170 CPC. La problemática planteada no es sólo teórica –que
de por sí justificaría su tratamiento– sino que tiene implicancias prácticas importantes. En efecto, no es
infrecuente que las Cortes de Apelaciones “confirmen con declaración”, es decir, modifiquen sentencias de
primera instancia, asumiendo equivocadamente que como se tratan de sentencias confirmatorias, no precisan
de fundamentación. En estos casos, en más de una ocasión, la Corte Suprema ha debido poner las cosas en su
debido lugar. (C. Suprema, 27 de mayo de 2004, Rol Nº 1987-2003 y C. Suprema, 27 de abril de 2004, Rol Nº
2730-2003).

Formas anómalas de terminación del recurso de apelación

Fuera del caso recién examinado, hay otros medios para la terminación del recurso de apelación que, a
diferencia de la sentencia, implican dejar imprejuzgada la pretensión impugnatoria. Son la inadmisibilidad, la
deserción, el desistimiento del recurso y la prescripción

Que el tribunal ad quem puede poner término a la apelación a través de las siguientes formas anómalas
directas: Por la inadmisibilidad del recurso, que declara en cuenta la Sala tramitadora de acuerdo con el artículo
213 del Código de Procedimiento Civil; por la deserción del recurso, que el tribunal debe pronunciar, de oficio o
a petición de parte, cuando el apelante no comparece dentro del plazo legal; por el desistimiento propiamente
tal, que tiene lugar por la dejación que el apelante hace de su recurso y, finalmente, por la prescripción,
reglamentada en los artículos 211 y 212 del mismo Código. (C. Suprema, 3 de julio de 2002, Rol Nº 4518-2001).

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1. Declaración de inadmisibilidad del recurso. Referencia

Como se señaló, el recurso de apelación está sujeto a una doble fase de admisibilidad a cargo del tribunal a quo
y del tribunal ad quem. El incumplimiento de los requisitos y presupuestos del recurso de apelación, conduce a
la declaración de inadmisibilidad del mismo. Los requisitos y presupuestos fueron objeto de estudio en los
correspondientes apartados, de modo que ahora corresponde simplemente efectuar la referencia a los casos
que autorizan la declaración de inadmisibilidad.

La declaración de inadmisibilidad puede estar fundada:


a. En haber sido deducido el recurso en forma extemporánea.
b. En haber sido interpuesto el recurso respecto de resolución inapelable.
c. Por carecer el escrito en que interpone el recurso de fundamentos.
d. Por no contener peticiones concretas dicho escrito.

2. Deserción del recurso de apelación

Es el modo de poner término a este medio de impugnación, concebida como una sanción legal que opera por el
incumplimiento oportuno de una carga procesal dispuesta por la ley. Las cargas que pesan sobre el apelante ya
han sido explicadas, bastando ahora la simple referencia a los casos en que procede la sanción de deserción.

Casos de procedencia (referencia)


a. Ante el tribunal de primera instancia, cuando el recurso es concedido en el sólo efecto devolutivo y el
apelante no deposita el dinero necesario para cubrir el valor de las fotocopias o de las compulsas
respectivas. (art. 197 CPC).
La resolución que declara la deserción es una sentencia interlocutoria y por consiguiente susceptible de ser
impugnada por la vía del recurso de apelación. Si la resolución apelada era la sentencia definitiva, la
interlocutoria que declara la deserción hace imposible la prosecución del juicio, razón por cual a su respecto es
procedente, además, el de casación de forma. Si la solicitud de deserción es desestimada, sólo es susceptible de
apelación.

b. Ante el tribunal de segunda instancia, cuando el apelante no comparece en segunda instancia dentro
del plazo previsto en el art. 200 CPC, contados desde el ingreso de la apelación ante el tribunal de
alzada.
La resolución del tribunal de alzada que se pronuncia sobre la deserción del recurso, sea para acoger o denegar
la solicitud, puede ser impugnada mediante reposición dentro de tercero día. (art. 201 inc. 2º CPC).
Si la resolución apelada es la sentencia definitiva, la interlocutoria que declara la deserción del recurso es
impugnable, además, por medio del recurso casación de forma.

Efectos:
Produce el término del recurso de apelación, y por tanto la sentencia impugnada por el recurso quedará firme.
La deserción tiene efectos particulares, de modo que sólo incide en el recurso específico y respecto del
recurrente afectado por el incumplimiento de la carga procesal.
Por consiguiente, no afecta las otras impugnaciones que el propio recurrente haya podido articular respecto de
la misma sentencia.
En este mismo orden de ideas, hay que considerar que para el caso de existir varias apelaciones pendientes
respecto de una misma resolución, la deserción sólo afecta a aquél apelante que incumplió la carga respectiva,
sin entorpecer la tramitación de los otros recursos.

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En los casos apuntados la resolución apelada deviene en firme sólo si se produce la deserción de todos los
recursos.

La deserción implica la extinción del recurso, lo que impide que pueda llegar a pronunciarse sentencia a su
respecto. El legislador ha previsto esta posibilidad instituyendo como causal de casación formal la circunstancia
de dictarse el fallo en circunstancias que el recurso de apelación deducido contra la sentencia sobre la que ese
fallo se pronuncia, ha sido previamente declarado desierto por resolución firme.
La causal se concibe para los casos en que el pleito ha sido fallado por una sentencia de primera instancia que es
objeto de un recurso de apelación por la parte agraviada y, no obstante haberse declarado desierta esa
apelación en virtud de una resolución no susceptible de recursos, la Corte de Apelaciones se pronuncia
igualmente sobre ella. Ese es el sentido del adverbio legalmente de que se sirve el precepto transcrito en el
párrafo precedente, esto es, que la providencia que declaró la deserción no puede ser impugnada y ha puesto
definitivamente término a la apelación. (C. Suprema, 6 de abril de 2009, Rol Nº 1.558-2008).

c. Desistimiento del recurso de apelación

La vigencia del principio dispositivo en el proceso civil, conduce a la configuración de los recursos procesales
como instrumentos cuya articulación es una facultad atribuida a las partes. Esta autonomía de la voluntad se
traduce en la posibilidad de renunciar a la interposición de recursos y en la facultad de impugnar en forma
parcial una resolución, aceptando sus puntos no cuestionados. En concreto, relacionado con este motivo
específico de extinción del recurso, una vez entablado el recurso, esta concepción permite concluir que el
interesado puede manifestar su voluntad de no perseverar en el ejercicio del recurso a través del desistimiento.
El desistimiento de un recurso es un acto procesal del recurrente (sea éste el demandante o no) por el que
manifiesta su voluntad de no perseverar en el recurso por él interpuesto y pide que se ponga fin al mismo, con
lo que se produce el efecto de que queda firme la resolución impugnada, y, por tanto, si se desiste de un recurso
contra sentencia, no podrá iniciarse un proceso posterior entre las mismas partes y con el mismo objeto
(Montero).

El desistimiento no está sujeto a ninguna formalidad especial, pero debe ser formulado en términos explícitos e
inequívocos de modo que no quepa duda sobre la voluntad de no perseverar en la impugnación. El mandatario
judicial no requiere facultad especial para desistirse de un recurso.

En cuanto a la materia sobre que versa el desistimiento, si la decisión de interponer el recurso obedece
exclusivamente a la voluntad del recurrente, nada puede oponerse a que la parte pueda desistir del recurso
interpuesto, aún cuando se trate de procesos no dispositivos, esto es, aquellos que versan sobre materias no
sujetas a la autonomía de la voluntad de las partes.
Tampoco se observa impedimento para que, si la decisión contiene varios pronunciamientos, el recurrente
desista en forma parcial su impugnación respecto de alguno o algunos de esos pronunciamientos.

No existe una oportunidad preclusiva para formular desistimiento del recurso, entendiéndose que puede
efectuarla tanto ante el tribunal de primera como de segunda instancia, según el estado de tramitación del
recurso y siempre que no hay recaído sentencia en la apelación.

Tramitación:
Si bien en el Código hay algunas referencias al desistimiento del recurso (arts. 217 inc. 2º y 3º y 768 Nº 8 CPC),
no se contempla un régimen específico para su tramitación. En todo caso, debe quedar excluida la aplicación de
las reglas sobre el desistimiento de la demanda que enseñan que el desistimiento debe resolverse
incidentalmente, confiriéndose traslado de la solicitud a la contraparte, ya que el apelado ningún interés puede

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invocar para proseguir la tramitación del recurso, desde que el tribunal superior se encuentra impedido de
empeorar la situación del apelante a consecuencia exclusiva de su recurso (prohibición de la reformatio in
Peius).
Por consiguiente, el escrito de desistimiento debe ser resuelto de plano por el tribunal respectivo.

Efectos:
El desistimiento equivale a expresar conformidad con el contenido de la resolución impugnada, lo que provoca
el término del recurso de apelación, y por tanto la sentencia impugnada por el recurso devendrá en firme. El
desistimiento es una actuación autónoma e independiente de la postura que adopten otros eventuales
recurrentes, de modo que sólo incide en el recurso específico y respecto del recurrente que ha manifestado su
voluntad.
Por consiguiente, no afecta las otras impugnaciones que el propio recurrente haya podido articular respecto de
la misma sentencia y, para el evento de existir varias apelaciones pendientes respecto de una misma resolución,
la deserción sólo afecta a aquél apelante que abandonó su pretensión impugnatoria.
De ahí entonces que los efectos del desistimiento no se extienden a los demás recurrentes o adherentes al
recurso y la sentencia recurrida deviene en firme sólo si se produce el desistimiento total de los recurrentes.

El desistimiento, al igual que la deserción, implica la extinción del recurso, lo que impide que pueda llegar a
pronunciarse sentencia a su respecto. El legislador ha previsto esta posibilidad instituyendo como causal de
casación formal la circunstancia de dictarse el fallo en circunstancias que el recurso de apelación deducido
contra la sentencia sobre la que ese fallo se pronuncia, ha sido previamente declarado desistido por resolución
firme. (art. 768 Nº 8 CPC).
La causal se concibe para los casos en que el pleito ha sido fallado por una sentencia de primera instancia que es
objeto de un recurso de apelación por la parte agraviada y, no obstante haberse tenido esa apelación por
desistida en virtud de una resolución no susceptible de recursos, la Corte de Apelaciones se pronuncia
igualmente sobre ella. Ese es el sentido del adverbio legalmente de que se sirve el precepto transcrito en el
párrafo precedente, esto es, que la providencia que declaró el desistimiento no puede ser impugnada y ha
puesto definitivamente término a la apelación. (C. Suprema, 6 de abril de 2009, Rol Nº 1.558-2008).

d. Prescripción del recurso de apelación

Concepto, naturaleza y fundamentos. La prescripción es un modo anormal de terminar el recurso de apelación,


que opera cuando las partes han dejado transcurrir cierto lapso sin hacer gestión alguna tendiente a que el
recurso se lleve a efecto y quede en estado de ser resuelto por el tribunal superior (art. 211 CPC).

Su régimen jurídico se establece en los artículos 211 y 212 del Código de Procedimiento Civil y, del análisis de
ambas disposiciones, puede decirse que su fundamento reside en la necesidad de que las partes manifiesten su
interés en la solución del conflicto, desplegando las actuaciones procesales necesarias para que el titular de la
actividad jurisdiccional quede en situación de resolverlo.
Por este motivo, la paralización injustificada del proceso lleva aparejada una sanción para el litigante no
diligente, ya que, se sostiene que su falta de diligencia es reveladora de su deseo de no perseverar en el ejercicio
del recurso.

El carácter sancionador de esta figura ha sido reconocido por la jurisprudencia. Así, la Corte de Concepción ha
resuelto que se trata de “una verdadera sanción para el litigante negligente y, debe entenderse por negligente el
recurrente que deja de practicar una diligencia útil, obligatoria, necesaria para que el tribunal de segunda
instancia quede en condiciones de fallar el asunto y por tanto que dependa exclusivamente de ellos y no del

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órgano jurisdiccional”. (C. de Concepción, 6 de mayo de 1970, en Rev. Der. y Jur., t. 67, s. 2ª, p. 75. En el mismo
sentido, C. Suprema, de 9 de abril de 1985, en Rev. Der. y Jur., t. 82, s. 1ª. p. 14).

El transcurso del tiempo y la inactividad procesal de las partes constituyen elementos comunes entre esta figura
y la del abandono del procedimiento, regulado en los arts. 152 y ss. CPC, pero hay entre ellas importantes
diferencias, no sólo formales, como lo son los plazos previstos para su operación y la legitimación para ser
alegadas, sino también sustanciales, porque sus efectos son distintos, ya que en el abandono, cuando se hace
valer en primera instancia, la pretensión queda imprejuzgada y puede interponerse en un posterior proceso (art.
156 CPC), mientras que la prescripción hace firme la sentencia impugnada, produciendo cosa juzgada que
impide un nuevo planteamiento de la pretensión.

Por otro lado, la existencia de la prescripción de la apelación no es sino consecuencia del reconocimiento de la
vigencia del principio de impulso de parte que predomina en el proceso civil. En efecto, como lo ha resuelto la
Corte Suprema “las reformas de nuestro procedimiento civil, si bien han tendido a dar una mayor injerencia al
juez en la prosecución del juicio, ello no ha impedido desconocer que el interés preponderante sigue siendo el
particular de los litigantes, de manera que continúa recayendo sobre ellos la carga de adelantar los autos hacia
el estado de fallarse”. (C. Suprema, 9 de julio de 2001, Rol Nº 1847-2000, en Semana Jurídica, Nº 38, p. 13).

Presupuestos para que opere la prescripción del recurso de apelación. Para que la prescripción de la apelación
proceda es necesario, conforme lo previsto en el art. 211 CPC, el cumplimiento copulativo de los siguientes
requisitos: a) inactividad procesal imputable a las partes; b) que esta inactividad haya durado cierto período y c)
que la prescripción sea alegada.

 Inactividad procesal imputable a las partes. Se precisa que cualquiera de las partes no de cumplimiento a
algún trámite de aquellos que habilitan al tribunal para conocer del recurso y quedar en condiciones de
fallarlo. Esto supone, por una parte, que el recurso se encuentre en actual tramitación y, por otra, que exista
alguna gestión o diligencia pendiente que sea menester realizar para que el recurso se lleve a efecto.
(Naveillán).
Cuando se afirma que esta inactividad debe ser imputable a las partes, se pretende significar que ella debe estar
referida a la omisión de algún trámite que corresponda a los litigantes cumplir, de modo que si éstos han
realizado las gestiones necesarias para que el recurso pueda verse y ello no ha sucedido por causas no
atribuibles a los interesados, no es procedente la prescripción.
Así, se ha resuelto que “es preciso que la inactividad que sirve de base a la prescripción de la apelación provenga
de las partes, y en el caso de que se trata, la ejecutante realizó las gestiones necesarias para que el recurso se
apelación que se le concedió pudiera verse por el tribunal de alzada, lo que, si bien no ha sucedido, no es por
causas imputables al apelante sino que a dicho tribunal”. (C. Suprema, 27 de agosto de 1991, en Fallos del Mes,
Nº 393, p. 365).
Por esta razón, es doctrina jurisprudencial firme que, habiéndose dictado el decreto en relación incumbe al
tribunal y no a las partes, la agregación de la causa en tabla y la vista del recurso, de tal forma que, si no existe
carga procesal alguna que deba satisfacer la parte, no es procedente la sanción de la prescripción. (C. Suprema,
27 de agosto de 1987, en Fallos del Mes, Nº 345, p. 534).
De manera que la paralización del proceso ha de ser atribuible a la conducta procesal de las partes. Si éstas han
dado cumplimiento a todo lo ordenado por la ley o el tribunal y la paralización se debe al órgano jurisdiccional,
que no ejercita la potestad de impulso, las partes pueden esperar el ejercicio de ésta, sin que se inicie plazo de
prescripción alguno. (C. Suprema, 23 de enero de 1997, en Fallos del Mes, Nº 458, p. 2836).
A la inversa, suspendido o dejado sin efecto el decreto en relación, corresponde al apelante revertir esa
situación. (C. Suprema, 21 de agosto de 1994, en Fallos del Mes, Nº 430, p. 533.).Se cita el supuesto de no
haberse notificado el decreto en relación o cuando el tribunal superior ha ordenado un trámite previo al

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conocimiento del recurso y simplemente no se solicita que se practique la respectiva notificación o no se hace
gestión alguna para que el trámite ordenado se lleve a efecto. (Otero).

 Que la inactividad haya durado cierto período. La prescripción de la apelación se produce por el transcurso
de los plazos legales sin que las partes realicen el acto de impulso necesario para reanudar el procedimiento
paralizado. Los plazos son diferentes, según la naturaleza de la resolución impugnada. Más de tres meses, si
se trata de la apelación de una sentencia definitiva y un mes cuando la apelación verse sobre otra clase de
resoluciones. (art. 211 inc. 1º CPC).
De acuerdo con lo previsto en el art. 211 inc. 2º CPC, el plazo de prescripción se interrumpe por cualquiera
gestión que se haga en el juicio antes de alegarla.
La interrupción supone el cese o término de la inactividad procesal de las partes y produce el importante efecto
de hacer perder todo el tiempo transcurrido de la prescripción. Como interrumpir es seccionar o cortar la
continuidad del curso del tiempo, es evidente que el acto interruptivo, para que tenga eficacia jurídica, debe
producirse entre el inicio y el vencimiento del plazo. Si ocurriese fuera de estos extremos temporales no es
exacto hablar de interrupción de la prescripción.
Por consiguiente, si el plazo de prescripción ha sido cumplido, no puede operar la interrupción (Anabalón). En tal
caso, el acto procesal realizado por la parte interesada, una vez consumado el plazo para alegar la prescripción,
podría comportar una renuncia a su ejercicio, es decir, el acto procesal revelador de la voluntad de abandonar el
derecho a alegarla, en la medida que ese acto sea manifestación inequívoca de su disposición de abdicar de su
facultad de pedir se declare la prescripción.
De modo que no es posible confundir la interrupción de la prescripción con el acto procesal de renunciar a su
alegación.
Adicionalmente, debe examinarse la naturaleza del acto procesal para determinar si éste puede calificarse como
acto interruptivo. En efecto, como se ha resuelto, “si bien es cierto que la locución ‘cualquiera gestión’
empleada en el recordado inciso 2º es muy amplia y comprensiva..., no lo es menos que, para fijar
acertadamente el sentido y alcance de esa expresión, no es posible ni admisible considerar aisladamente el
inciso en referencia, sino que es indispensable relacionarlo y armonizarlo con el inciso 1º del mismo artículo 211
del Código de Procedimiento Civil, que constituye su inmediato antecedente y del cual el inciso 2º es un simple
complemento”. (C. Suprema, de 14 de julio de 1958, en Rev. Der. y Jur., t. 55, s. 1ª, p. 183).
De manera que la gestión que las partes deben realizar, para interrumpir la prescripción, ha de ser necesaria
para que el recurso se lleve a efecto o para que el mismo quede en estado de ser fallado por el tribunal, no
siendo suficiente cualquier gestión, sino aquella que sea útil y conducente para los fines indicados.

 Que la prescripción sea alegada. La necesidad de que la prescripción sea alegada es consecuencia del
principio dispositivo que informa el proceso civil chileno. No es posible la declaraciy culaci800 la segunda
instancia. Asñi, se ha resuelto que MENTE cha oposiciente un interesado.ón oficiosa de la prescripción del
recurso de apelación.
El legislador no establece normas concernientes al momento hasta el cual puede ser alegada la prescripción,
pero, atendido el carácter de las diligencias cuya omisión autoriza la declaración de prescripción, debe
concluirse que ésta puede alegarse en cualquier momento de la instancia respectiva, mientras el recurso no
haya quedado en estado de fallarse, lo que ocurrirá concluida que sea la vista de la causa, puesto que, con
arreglo a lo previsto en el art. 227 CPC: “Vista la causa, queda cerrado el debate y el juicio en estado de dictarse
resolución”.
Por este motivo, no procede alegar la prescripción de la apelación después de terminada la vista de la causa. (C.
Suprema, 30 de noviembre de 1932, en Rev. Der. y Jur., t. 31, s. 1ª, p. 67).

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Tramitación: En cuanto a la tramitación de la solicitud de prescripción, la ley no indica una tramitación
determinada, de ahí que tratándose de una cuestión accesoria, debe dársele una tramitación incidental. Y si el
incidente se produce en segunda instancia se le aplicará la tramitación incidental propia de la segunda instancia.

Efectos. Queda ejecutoriado el fallo impugnado desde que se notifica y no se recurre en contra del fallo que
declaró la prescripción.

Régimen de impugnación de la resolución que se pronuncia sobre la prescripción del recurso de apelación.

1. Contra la resolución que admita la prescripción, es procedente el recurso de reposición, en la medida


que aparezca fundado en un error de hecho. Debe ser interpuesto dentro de tercero día (art. 212 CPC).
2. Cuando la resolución se pronuncia por el tribunal de primera instancia, ya sea para denegar o acoger la
prescripción, procede recurso de apelación, de acuerdo a las reglas generales (art. 194 Nº 2 CPC).
3. Como la resolución que admite la prescripción es una sentencia interlocutoria que pone término al juicio
o hace imposible su prosecución, es procedente el recurso de casación en la forma (art. 776 CPC).
4. Si la resolución que admite la prescripción es dictada por una Corte de Apelaciones, es procedente un
recurso de casación en el fondo (art. 767 CPC).

Especialidades del recurso de apelación en el procedimiento sumario y en


el de menor cuantía

1. Apelación en el procedimiento sumario.

La ordenación normativa del procedimiento previsto para el recurso de apelación de las resoluciones dictadas
en el procedimiento sumario aparece regulada, con carácter específico para dicho juicio, en los arts. 691 y 692
CPC, sin perjuicio de resultar aplicables las disposiciones generales reguladoras aplicables al recurso de
apelación, en la medida que no aparezcan modificadas por estas dos disposiciones.

Efectos del recurso de apelación.

El art. 691 CPC establece dos reglas sobre la concesión del recurso de apelación: Una regla específica, aplicable a
la sentencia definitiva y la resolución que dispone que un proceso iniciado como ordinario deba continuar con
arreglo al procedimiento sumario, que enseña que estas decisiones son apelables en ambos efectos, salvo que,
concedida la apelación en esta forma, hayan de eludirse sus resultados.

Una regla general, aplicable a todas las otras resoluciones dictadas en esta clase de procedimiento, incluida la
que acceda provisionalmente a la demanda, caso en el cual serán apelables en el sólo efecto devolutivo.

La regla específica plantea una posible antinomia con lo dispuesto en el art. 194 CPC, que establece, entre otros
supuestos, que la apelación interpuesta en contra de las resoluciones dictadas contra el demandado en los
juicios sumarios debe concederse en el sólo efecto devolutivo. Una jurisprudencia bastante uniforme ha
entendido que esta última regla presenta el carácter de general y tiene excepciones en diferentes disposiciones
legales entre las cuales se encuentra el art. 691 CPC, que reglamenta el recurso de apelación en el juicio
sumario, donde se señala que serán apelables en ambos efectos la sentencia definitiva y la resolución que de
lugar al procedimiento sumario. Tratándose de la apelación de la sentencia definitiva recaída en un
procedimiento sumario, pese a haberse dictado en contra del demandado, debe ser concedida en ambos

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efectos, precisamente por el carácter excepcional de la norma del art. 691 CPC que prima por sobre la del art.
194 Nº 1 CPC. (C. de Antofagasta, 9 de agosto de 1993, en Rev. Der. y Jur., t. 90, s. 2ª, p. 117). (C. de Temuco, 24
de julio de 2015, Rol Nº 651-2015).

El tema se presenta como discutible y hay buenas razones para concluir que no existiendo una radical
contraposición entre los art. 194 Nº 1 y el 691 CPC, es posible encontrar una interpretación armónica de ambos
preceptos. En efecto, el art. 691 CPC se refiere, en general, a la sentencia definitiva recaída en el juicio sumario,
en tanto que el art. 194 Nº 1 CPC habla de las resoluciones dictadas contra el demandado en esta clase de
procesos. Luego, debe ensayarse una interpretación que evite la inaplicación absoluta del art. 194 Nº 1 CPC
frente al art. 691 CPC. Podría argumentarse que la regla general es que la apelación en contra de la sentencia
definitiva recaída en el procedimiento sumario ha de concederse en ambos efectos (art. 691 CPC), sin embargo,
cuando esa sentencia se dicta “contra el demandado” ha de concederse en el solo efecto devolutivo por tratarse
de una situación específica prevista en el art. 194 Nº 1 CPC. Luego, el art. 691 CPC, recibe aplicación cuando se
apela en contra de la sentencia definitiva favorable al demandado y contra la resolución que dispone que un
proceso iniciado como ordinario deba continuar con arreglo al procedimiento sumario. En cambio, prevalece el
art. 194 Nº 1 CPC cuando se trata de resoluciones dictadas “contra el demandado”. Por consiguiente,
habiéndose interpuesto apelación en contra de la sentencia definitiva por el demandado en un juicio sumario, el
recurso debe ser concedido sólo en el efecto devolutivo. (C. de Santiago, 15 de julio de 2009, Cita Online:
CL/JUR/8614/2009).

En suma, puede concluirse que en el procedimiento sumario, la apelación de decretos, autos y sentencias
interlocutorias así como de la sentencia definitiva desfavorable al demandado, debe ser concedida en el sólo
efecto devolutivo. La apelación se concederá en ambos efectos cuando se impugna una sentencia definitiva
desfavorable al demandante y cuando se apela de la resolución que dispone que un proceso iniciado como
ordinario deba continuar con arreglo al procedimiento sumario. La ventaja de esta forma de comprensión de
ambos preceptos es que evita la radical inaplicación del art. 194 Nº 1 CPC, sometido por la vigencia del art. 691
CPC.
Hay que considerar que si concedida la apelación en ambos efectos hayan de eludirse sus resultados, cuestión
que deberá acreditarse en el proceso, la apelación deberá concederse sólo en el efecto devolutivo.

Tramitación del recurso de apelación.

De conformidad a lo previsto en el art. 691 inc. 3º CPC, la tramitación del recurso se ajustará en todo caso a las
reglas establecidas para los incidentes. Ya hemos tratado lo relativo a las denominadas “apelaciones
incidentales” y se ha explicado que se trata de un resabio de la antigua regulación y que hoy debe entenderse
que la apelación será conocida de conformidad a las reglas generales.

Facultades del tribunal de alzada.

Haciendo excepción a la regla de que no son objeto de la apelación aquellos extremos de la sentencia que hayan
sido consentidos o admitidos por las partes, la disposición del art. 692 CPC permite al tribunal de alzada resolver
cuestiones que hayan resultado imprejuzgadas en la primera instancia, es decir, sobre las cuales no hubo
pronunciamiento del tribunal.

Así, el art. 692 CPC señala que el tribunal de alzada podrá el tribunal de alzada, a solicitud de parte,
pronunciarse por vía de apelación sobre todas las cuestiones que se hayan debatido en primera para ser falladas
en definitiva, aun cuando no hayan sido resueltas, en el fallo apelado. Se trata de una norma similar a la prevista
en el art. 208 CPC, pero que presenta dos importantes notas diferenciadoras.

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En primer lugar, se precisa petición de parte, lo que supone que los jueces no pueden proceder de oficio, como
si lo pueden hacer aplicando la norma del art. 208 CPC y, además, la disposición no limita a la sola
incompatibilidad los motivos que tuvo el tribunal de primer grado para omitir su decisión.

Debe recordarse a este respecto que el art. 170 Nº 6 CPC, autoriza al tribunal de primer grado a omitir en la
sentencia su decisión respecto de acciones y excepciones que se hayan hecho valer en el juicio, siempre que
sean incompatibles con las aceptadas. Fuera de este específico supuesto, la omisión de una cuestión
oportunamente debatida en juicio es constitutiva del vicio de casación formal previsto en el art. 768 Nº 5 en
relación con el art. 170 Nº 6 CPC.

En todo caso, la disposición es facultativa, razón por la cual es perfectamente posible que la Corte no haga uso
de este mecanismo que, por otro lado, importa resolver el fondo del asunto en única instancia. (C. de San
Miguel, 30 de marzo de 2010, Rol Nº 253-2009).

La ley, en todo caso, exige que respecto de la cuestión sobre la que se pronuncia la Corte se haya debatido,
razón por la cual si una excepción opuesta oportunamente por el demandado no fue admitida a tramitación por
el tribunal a quo, la Corte de Apelaciones carece de competencia para pronunciarse sobre ella, pues no puede
estimarse como una cuestión que haya sido debatida en primera instancia. (C. Suprema, 10 de mayo de 2004,
Rol Nº 2.529-2003).

2. Apelación en los juicios de menor cuantía.

Regla general de la apelación diferida.

Probablemente con el propósito de que la interposición de recurso no entorpezca la marcha del proceso, el art.
698 Nº 7ª CPC establece como regla general la concesión diferida del recurso de apelación, es decir, que
deducido el recurso, el tribunal no lo concede de inmediato sino que se limita a tenerlo por interpuesto para
después de la sentencia que ponga término al juicio.

En tal caso, el apelante deberá reproducirlo, esto es, reiterarlo dentro de los dentro de los cinco días
subsiguientes al de la notificación de la sentencia y sólo en virtud de esta reiteración, recién lo concederá el
tribunal. Por consiguiente, al no haberse efectuado dicha reiteración, el recurso de apelación interpuesto no
puede estimarse concedido. (C. de Concepción, 12 de diciembre de 2008, Cita online: CL/JUR/4312/2008).

Tramitación del recurso de apelación.

De conformidad a lo previsto en el art. 699 CPC, la apelación de la sentencia definitiva se tramitará como en los
incidentes, locución que como ha sido explicado carece actualmente de significado concreto y debe entenderse
que la apelación será conocida de conformidad a las reglas generales.

La vista de la causa deberá hacerse conjuntamente con aquellas apelaciones concedidas en el carácter de
diferidas, debiendo las Cortes de Apelaciones destinar, por lo menos, un día de cada semana para su vista
preferente (art. 701 CPC), limitándose la duración de los alegatos, que no podrán exceder de 15 minutos, salvo
que el tribunal acuerde prorrogar este tiempo hasta el doble.

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La ley Nº 20.886 sobre tramitación digital de los procedimientos judiciales y
los medios de impugnación
Modificaciones relativas al recurso de apelación:

1. Supresión de los motivos de deserción del recurso de apelación.

La ley suprime las cargas de costear las fotocopias como la de comparecer ante el tribunal de segundo grado y
las consiguientes las sanciones para el cumplimiento de ellas.

2. El plazo previsto en el art. 200 CPC también desempeña otros roles, distintos de fijar la
oportunidad para la comparecencia:

a. El plazo para interponer el denominado verdadero o legítimo recurso de hecho, que en la legislación
actual es el mismo que tienen las partes para comparecer en la segunda instancia. Con la reforma, este
plazo sería de cinco días contado desde la notificación de la negativa, para que declare admisible dicho
recurso.
b. Plazo para adherirse a la apelación. En la legislación vigente, la adhesión a la apelación puede efectuarse
en tanto en primera como en segunda instancia. En el primer caso, antes de elevarse los autos al
superior; y en segunda instancia, dentro del plazo para comparecer.
Con la reforma, se elimina la posibilidad de adherirse a la apelación en la primera instancia.
Respecto de la adhesión ante el tribunal de segunda instancia, el plazo es de cinco días contado desde que el
tribunal de alzada certifica en la carpeta electrónica la recepción de la copia fiel de la resolución apelada, del
recurso y de todos los antecedentes que fueren pertinentes para un acabado pronunciamiento sobre éste.
c. Plazo para pedir alegatos.

3. Derogación de la prescripción del recurso de apelación. La reforma suprime esta forma


anormal de poner término al recurso de apelación conocida como prescripción del recurso de apelación,
a través de la derogación de los arts. 211 y 212 CPC.

Modificaciones relativas a los recursos de casación:

1. La supresión de las causales de deserción del recurso de apelación es aplicable a los recursos de
casación. (arts. 776 y 779 CPC).
2. También las normas relativas a la prescripción del recurso (art. 779 CPC).
3. La casación tiene una causal de deserción propia: incumplimiento de la carga del franqueo del
expediente. (art. 779 CPC). También es eliminada.
4. Se modifica la causal 8ª del recurso de casación en la forma, en cuanto hace referencia a la apelación
legalmente desierta o prescrita.
5. Subsiste el art. 780 CPC que permite a cualquiera de las partes pedir que el recurso de casación en el
fondo sea conocido por el pleno del tribunal. Esta petición debe formularse dentro del plazo para
hacerse parte ante el tribunal ad quem.?

Sobre la vigencia de la ley. Prolongada ultractividad del CPC.

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RECURSO DE HECHO.

Art 196 y 203 cpc.

Los arts. 196 y 203 a 206 CPC establecen un recurso instrumental al de apelación, conocido como recurso de
hecho, cuya previsión se justifica precisamente porque la ley encomienda al juez a quo un primer examen de
admisibilidad y un error en esta fase podría coartar definitivamente la vía de la apelación si no existiera el acceso
al recurso de hecho, que permite acudir directamente ante el tribunal superior cuando el juez a quo deniegue
un recurso de apelación que ha debido conceder o, por el contrario, concede una apelación improcedente o
bien, lo concede en un efecto que no corresponde.

Características.
1. Es un recurso extraordinario pues procede por los motivos expresamente previstos por el legislador.
2. Haciendo excepción a la regla general, debe ser interpuesto directamente ante el superior jerárquico de
aquél que dictó la resolución impugnada. (arts. 196 y 203 CPC).
3. Se concede legitimación para su interposición tanto al apelante como al apelado, dependiendo del motivo
invocado.

Motivos o causales del recurso.


Los arts. 196 y 203 CPC, establecen los motivos en los que puede fundarse para ser admitido y, en su caso,
acogido. Se trata entonces de un recurso extraordinario que sólo se puede interponer por motivos tasados y en
el que la actividad de las partes y la actuación del tribunal están limitadas al planteamiento y a la decisión,
respectivamente, de aquellas específicas cuestiones relativas a la concesión del recurso de apelación.

a. Denegación indebida de un recurso de apelación. (art. 203 CPC).


b. Concesión indebida de un recurso de apelación. (art. 196 inc. 2º CPC).
c. Concesión de un recurso de apelación en el sólo efecto devolutivo en circunstancias que debió haberse
concedido también en el efecto suspensivo. (art. 196 inc. 1º CPC).
d. Concesión de un recurso de apelación en ambos efectos, en circunstancias que debió haberse concedido
en el sólo efecto devolutivo. (art. 196 inc. 2º CPC).

Clasificaciones.
1. Recurso de hecho propiamente tal o legítimo recurso de hecho : Es aquél que procede en la
situación prevista en el art. 203 CPC, es decir, cuando el tribunal de primera instancia debiendo
conceder un recurso de apelación lo deniega indebidamente.

2. Falso recurso de hecho: Todas las hipótesis del falso recurso de hecho tienen en común que el recurso
fue concedido por el tribunal a quo, pero incurriendo en errores en esta fase. (art. 196 CPC).
La distinción tiene relevancia por la distinta tramitación a que se sujeta uno y otro recurso, como se verá a
continuación.

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Recurso de hecho legítimo.

El recurso de hecho verdadero, procede cuando existe una denegación indebida de un recurso de apelación (art.
203 CPC).
El agraviado en un recurso de hecho verdadero será siempre el apelante.

Tribunal competente.

El tribunal competente para conocer de un recurso de hecho es el superior jerárquico de aquél que denegó el
recurso de apelación en el primer trámite de control de admisibilidad radicado ante el tribunal a quo.

Procedimiento.

Debe ser interpuesto por el agraviado directamente ante el superior jerárquico de aquél que dictó la resolución
impugnada. (art. 203 CPC).

El plazo de interposición es el mismo que tienen las partes para comparecer ante el tribunal de segunda
instancia previsto en el art. 200 CPC, con la notable y justificada diferencia de que su cómputo se hace desde la
notificación al apelante de la resolución denegatoria del recurso de apelación.

Interpuesto el recurso, el tribunal superior debe pedir informe sobre el asunto al tribunal de primera instancia, a
fin de que explique las razones por las cuales denegó el recurso de apelación, enviándole al efecto un oficio.
Como la ley no indica un plazo al tribunal inferior para informar, en la práctica el tribunal superior le fija un
plazo para que responda el oficio.

No obstante que no hay una norma particular que así lo exija, el recurso de hecho es conocido y resuelto por el
tribunal superior conforme los trámites de la previa vista de la causa. Esto se traduce en que, una vez evacuado
el informe, pasan los antecedentes al relator para que certifique que la causa se encuentra en estado de
relación, continuado con los trámites propios de la vista de la causa.

Eventualmente, el tribunal superior ordenarle al inferior que le remita el expediente en que incide el recurso
para poder examinarlo y emitir una acertada decisión.

Efectos de la interposición del recurso. Orden de no innovar

La interposición del recurso no tiene efecto suspensivo, de modo que el proceso seguido ante el tribunal inferior
continúa su tramitación ordinaria hasta su conclusión. Esto significa que todo lo obrado por el juez inferior
pendiente el recurso de hecho está subordinado en su validez y consecuencia a lo que resuelva el tribunal de
alzada respecto del recurso. Por esta razón, el art. 206 CPC, señala que si se acoge el recurso de hecho,
quedarán sin efecto las gestiones posteriores a la negativa del recurso y que sean una consecuencia inmediata y
directa del fallo apelado.

Sin embargo, el recurrente de hecho puede solicitar al tribunal superior que una orden de no innovar, la que
decretará en la medida que existan antecedentes que lo justifiquen. (art. 204 inc. 3º CPC).

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Esta regla no recibe aplicación cuando el superior acogiendo el recurso de hecho, admite la apelación en el sólo
efecto devolutivo, dado que no existe inconveniente en que el proceso en primera instancia haya continuado su
tramitación mientras se tramita el recurso de hecho.

Decisión del recurso.

El tribunal superior puede denegar el recurso o bien acogerlo.

En el primer caso, lo comunicará al inferior devolviéndole el proceso si se ha elevado. Si ha decretado orden de


no innovar, ésta quedará sin efecto.

Si decide acogerlo, el tribunal superior ordenará al inferior en la misma resolución la remisión del expediente o
lo retendrá si ya está en su poder y le dar tramitación correspondiente, es decir, ordenará dar cuenta o traer los
autos en relación.

El recurso de hecho es conocido y resuelto en única instancia. No admite apelación para ante la Corte Suprema
(Piedrabuena). Tampoco es admisible el recurso de hecho deducido en contra de la resolución de la Corte de
Apelaciones que, acogiendo un recurso de hecho ha declarado inadmisible un recurso de apelación. (C.
Suprema, 20 de mayo de 2015, Rol Nº 5.705-2015).

Falso recurso de hecho.


El falso recurso de hecho tiene lugar cuando el tribunal inferior concede un recurso de apelación, pero lo hace
en forma errónea, ya sea, concediendo un recurso que no debió conceder o concediéndolo en un efecto distinto
del previsto legalmente.

Procedimiento.

El falso recurso de hecho debe ser interpuesto por la parte agraviada (apelante o apelado) ante el ante el
superior jerárquico de aquél que dictó la resolución impugnada (art. 196 CPC).

El plazo de interposición es el mismo que tienen las partes para comparecer ante el tribunal de segunda
instancia previsto en el art. 200 CPC.

Tramitación.

Atendido que se trata de una cuestión accesoria que se suscita durante el curso de un recurso de apelación,
corresponde que su tramitación se ajuste a la dada para los incidentes promovidos en segunda instancia, lo que
significa que el tribunal podrá fallarlo en cuenta u ordenando traer los autos en relación (art. 220 CPC).

No hay necesidad de requerir informe al tribunal inferior, toda vez que los antecedentes están en poder de la
Corte pues todas las hipótesis de procedencia del recurso presuponen la previa concesión del recurso de
apelación.

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Decisión del recurso.

Si conociendo del recurso de hecho el tribunal superior declara improcedente la apelación que había concedido
el inferior o si declara que el recurso de apelación ha debido concederse en el sólo efecto devolutivo y no en
ambos, su resolución debe comunicarse al inferior para que se abstenga de seguir conociendo de la causa o siga
conociendo del negocio según corresponda. (art. 196 inc. 3º CPC).

RECURSO DE CASACION.

Reglamentación:
Título XIX del Libro III CPC, artículos 764 a 809 inclusive.
Párrafos 1° y 4° del Título XIX son normas comunes tanto respecto del recurso de casación en la forma como en
el fondo, refiriéndose los párrafos 2° y 3° de ese Título sólo al primero de ellos.

En el Código Procesal Penal no se contempla la procedencia del recurso de casación en la forma y en el fondo en
contra de las resoluciones que allí se pronuncian.

Semejanzas entre el recurso de casación en la forma y en el fondo.


1. Ambos recursos son medios de hacer valer la nulidad procesal. (Art 764 CPC)

No obstante lo anterior, al acogerse dichos recursos por ciertas causales procede que el tribunal no solo anule la
sentencia, sino que además debe fallar el fondo del asunto, siendo en este caso también recurso de enmienda.
(art 786 inc. 3° y 4° CPC).

2. Ambos recursos son de derecho estricto.

Consecuencias:
a. Sólo pueden ser interpuestos en los casos expresamente señalados en la ley de conformidad al art. 764
CPC.
b. Exigencias que formula la ley respecto del escrito en que se interpone el recurso de casación son
inusuales en el sistema impugnatorio nacional.
c. Existe un caso de preclusión: interpuesto el recurso, no puede hacer en él variación de ningún género.
(art. 744 CPC)
d. El recurso de casación en la forma, es menester haberlo preparado para poder intentarlo.
e. Al ser recursos de derecho estricto, se traduce, además, en una sanción de tipo procesal denominada
“inadmisibilidad”.

3. Ninguno de los dos recursos constituye instancia:


Esto es, un grado de conocimiento y fallo tanto de los hechos y del derecho involucrado en el asunto.
Por esto, generalmente no se rinde prueba , ya que los hechos se han establecido en la instancia anterior a su
conocimiento. Excepciones:

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a. La prueba de la causal invocada en el recurso de casación en la forma. Aquí no se están probando los
hechos que se refieren al fondo del asunto, por lo que no transgrede el principio de que la casación no
constituye instancia.
b. En el recurso de casación pueden modificarse los hechos que miran al fondo del asunto cuando la
infracción de la ley que motivó el recurso se refiere a las que regulan la prueba. Aquí tampoco se rompe
el principio, pues habrá que analizar si existe o no infracción a las leyes reguladoras de la prueba, y solo
después el Tribunal puede pasar a ocuparse de los hechos.

4. En ambos recursos existe la denominada “casación de oficio” (Art.775 CPC)

Estas facultades atenúan el carácter de recurso de derecho estricto que tiene la casación.

5. En ambos recursos se mantiene el principio de la jerarquía:

a. Recurso de Casación en la forma se interpone ante el Tribunal que pronunció la resolución que motiva el
recurso para que conozca de él su superior jerárquico.
b. Recurso de Casación en el fondo, se presenta ante la respectiva Corte de Apelaciones o tribunal arbitral de
derecho de segunda instancia que conoce asuntos de competencia de una Corte de Apelaciones, para que lo
conozca la Corte Suprema.

Diferencias entre el recurso de casación en la forma y en el fondo.


1. En cuanto al fin u objetivo que se persigue con su interposición:

a. Recurso de Casación en el fondo persigue la uniforme y correcta aplicación de las leyes, unificando la
interpretación judicial. Atendida esto, el recurso tiene un origen constitucional indirecto en una de las
garantías constitucionales: la igualdad ante la ley.
b. Recurso de Casación en la forma persigue la observancia de las garantías procesales de las partes en el
proceso o el debido proceso.

2. En cuanto al tribunal llamado a conocer y fallar del recurso.

a. Recurso de Casación en la forma puede ser conocido y fallado por el tribunal superior jerárquico de los
jueces letrados y las Cortes de Apelaciones. Además, procede contra las resoluciones pronunciadas por
cualquiera clase de árbitros, aunque de manera más restrictiva en caso de los arbitradores, sin que su
renuncia afecte las causales de incompetencia y ultrapetita.
b. Recurso de Casación en el fondo, es de competencia exclusiva de la Corte Suprema.

3. En cuanto a las resoluciones que hacen procedente el recurso.

a. Recurso de Casación en el Fondo:


- Sentencias definitivas o interlocutorias, siempre que éstas últimas pongan término al juicio o hagan
imposible su continuación, y
- Pronunciadas por una Corte de Apelaciones o por un tribunal arbitral de segunda instancia constituido
por árbitros de derecho que hayan conocido de asuntos de competencia de las Cortes de Apelaciones.

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b. Recurso de Casación en la Forma:
- Sentencias definitivas y las interlocutorias, cuando éstas últimas ponen término al juicio o hacen
imposible su continuación, y
- Por excepción, procede contra sentencias interlocutorias de segunda instancia que sin poner término al
juicio ni hacer imposible su continuación, hayan sido pronunciadas sin previo emplazamiento de la parte
agraviada o sin señalar día para la vista de la causa.

4. Causales susceptibles de atacarse por la vía del recurso de casación.

a. Recurso de Casación en el Fondo tiene una causal única y genérica, consistente en haberse pronunciado
la resolución casable con infracción de ley, siempre que ésta haya influido substancialmente en lo
dispositivo del fallo.
b. Recurso de Casación en la Forma, tiene un conjunto de causales, con carácter taxativo, pero no
genéricas. (art. 768 CPC).

RECURSO CASACIÓN EN LA FORMA.


Concepto.
Es el acto jurídico procesal de la parte agraviada, destinado a obtener del tribunal superior jerárquico la
invalidación de una sentencia, por haber sido pronunciada por el tribunal inferior con prescindencia de los
requisitos legales o emanar de un procedimiento viciado al haberse omitido las formalidades esenciales que la
ley establece.

Características.
1) Es Extraordinario: procede contra ciertas resoluciones y por las causales que expresamente establece.

2) Se interpone directamente ante el tribunal que dictó la resolución impugnada, para que sea conocido y
resuelto por el tribunal superior jerárquico.

3) Es de derecho estricto, debe cumplir con ciertas formalidades en interposición y tramitación.

4) Es conocido en virtud de Facultades Jurisdiccionales.

5) Tiene por objeto invalidar una sentencia. No obstante, por ciertas causales puede lograrse también la
modificación de la sentencia: causales de ultrapetita, infracción a art. 170 CPC, cosa juzgada y
decisiones contradictorias, debiendo el tribunal no sólo anular el fallo sino también dictar acto continuo
la sentencia que corresponda.

6) Recorre toda la jerarquía de los tribunales chilenos.

7) Procede su interposición en forma conjunta con la apelación, respecto de las sentencias de primera
instancia; y del recurso de casación en el fondo respecto de las sentencias de segunda instancia.

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8) Sólo puede ser deducido por la parte agraviada, configurándose el agravio no sólo con el perjuicio que
provoca el fallo al recurrente, sino que además por el que le genera la causal que lo hace procedente.

9) No constituye instancia, puesto que el tribunal no revisa todas las cuestiones de hecho y de derecho
comprendidas en el juicio, sino que su competencia se limita a la causal que se hubiere invocado en la
interposición.

10) No admite por regla general su renuncia anticipada, puesto que esto nos llevaría a procedimientos
convencionales, contrariando las normas de orden público que los establecen. Excepción: árbitros
arbitradores, salvo causales de incompetencia y ultrapetita.

11) Su fundamento es el resguardo de las formas del procedimiento establecidas por el legislador y la
igualdad de las partes dentro del proceso.

Tribunales que intervienen.


- Interposición: directamente ante el tribunal que dictó la resolución que se trata de invalidar (tribunal a
quo).
- Conocimiento: tribunal superior jerárquico (tribunal ad quem).

Titular del recurso.

1. Debe ser parte en el proceso en que se dictó la resolución.

2. Debe haber sufrido un agravio con la dictación de la resolución pronunciada en el proceso;

3. El recurrente debe haber experimentado un perjuicio, consistente en la privación de algún beneficio o


facultad. (art. 768 inc. Penúltimo CPC, que consagra la máxima de “la nulidad sin perjuicio no opera”).

4. Recurrente debe haber reclamado del vicio ejerciendo oportunamente y en todos sus grados los
recursos que establece la ley. Esto es debe haber preparado el recurso de casación en la forma, a menos
que la ley lo exima, atendida la naturaleza del vicio o la oportunidad en que éste fue conocido.

Resoluciones en contra de las cuales procede (art. 766 CPC)


En primera, única o segunda instancia en contra de:

1. Sentencias definitivas;

2. Sentencias interlocutorias que pongan termino al juicio o hagan imposible su continuación.

3. Excepcionalmente, procede contra sentencias interlocutorias que no pongan termino al juicio o hagan
imposible su continuación, siempre que:
- Se hubieren dictado en segunda instancia; y
- Se hubieren dictado sin previo emplazamiento de la parte agraviada o sin señalar día para la vista de la
causa.

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4. Sentencias que se dicten en juicios o reclamaciones regidos por leyes especiales, excepto aquellos que se
refieran a la constitución de juntas electorales y a las reclamaciones de avalúos conforme a Ley sobre
Impuesto Territorial.

Causales del recurso de casación en la forma. (768 cpc).


Generalidades.

Al ser un recurso de derecho estricto y extraordinario, sólo procede ser interpuesto sólo por las causales que la
ley establece.
Causales se pueden clasificar:
a. Causales referidas a vicios cometidos en la dictación de la sentencia y causales referidas a vicios
cometidos durante la tramitación del procedimiento; y
b. Causales que afectan al tribunal (art. 768 N°1,2 y 3 CPC), aquellas que se refieran a la sentencia
impugnada (art. 768 N°4,5,6,7 y 8 CPC) y aquellas que se refieren a la forma del procedimiento (art. 768
N°9 en relación a art. 795 y 800 CPC).

Causales:

1. En haber sido la sentencia pronunciada por un tribunal incompetente o integrado en contravención a lo


dispuesto por la ley.
a. La incompetencia puede ser absoluta o relativa
b. La causal de incompetencia relativa es sin perjuicio de la prórroga de competencia

2. En haber sido pronunciada por un juez, o con la concurrencia de un juez legalmente implicado, o cuya
recusación esté pendiente o haya sido declarada por el tribunal competente. Las implicancias al ser de
orden público, basta con que se presenten “legalmente” en un juez para que el efecto de casación se
produzca sin necesidad de declaración. En cambio, las recusaciones deben ser declaradas o estar pendiente
su declaración, por ser de orden privado.

3. En haber sido acordada en los tribunales colegiados por menor número de votos o pronunciada por menor
número de jueces que el requerido por la ley o con la concurrencia de jueces que no asistieron a la vista de
la causa, y viceversa;
Esta causal se desglosa en 4 situaciones, aplicándose sólo a los tribunales colegiados:
a. En haber sido acordada por menor número de votos;
b. En haber sido pronunciada por menor número de jueces que el requerido por la ley.
c. En haber sido pronunciada con la concurrencia de jueces que no asistieron a la vista de la causa.
d. En haber sido pronunciada sin la concurrencia de jueces que asistieron a la vista de la causa.

4. En haber sido dada ultrapetita, esto es, otorgando más de lo pedido por las partes, o extendiéndola a
puntos no sometidos a la decisión del tribunal, sin perjuicio de la facultad que éste tenga para fallar de
oficio en los casos determinados por la ley;
- La ultrapetita se refiere a que el juez en la sentencia otorga más de lo pedido por las partes en el
proceso
- También se contempla lo que se denomina extrapetita, esto es, extender la resolución a puntos no
sometidos a la decisión del tribunal.

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5. En haber sido pronunciada con omisión de cualquiera de los requisitos enumerados en el art. 170 CPC. Esta
causal no es aplicable a las sentencias interlocutorias.
6. En haber sido dada contra otra pasada en autoridad de cosa juzgada, siempre que ésta se haya alegado
oportunamente en juicio. En el juicio ordinario de mayor cuantía, la cosa juzgada se puede alegar como
excepción dilatoria, como excepción perentoria y como excepción mixta o anómala.

7. En contener decisiones contradictorias. Existirán decisiones contradictorias cuando las que contienen en
una misma sentencia se anulan.

8. En haber sido dada en apelación legalmente declarada desierta, prescrita o desistida;

9. En haber faltado a algún trámite o diligencia declarados esenciales por la ley o a cualquier otro requisito por
cuyo defecto las leyes prevengan expresamente que hay nulidad. Este numeral da el carácter de genérica a
la enumeración taxativa del art. 768 CPC
- Se puede aludir a la apertura de la taxatividad desde un doble punto de vista:
a. Por haber faltado algún trámite o diligencia declarados esenciales por la ley
b. Haber faltado cualquier otro requisito por cuyo defecto las leyes prevengan expresamente que hay
nulidad. Esta situación no existe casi en Chile vinculada al recurso de casación, salvo lo señalado en art.
61 inc. 3° CPC, que configura la nulidad de una actuación judicial y no de una resolución.

Tramites esenciales en la primera o única instancia (art 795 cpc)

1. El emplazamiento de las partes en la forma prescrita por la ley;


2. El llamado a las partes a conciliación, en los casos en que corresponda conforme a la ley;
3. El recibimiento de la causa a prueba cuando procede con arreglo a la ley;
4. La práctica de diligencias probatorias cuya omisión podría producir indefensión;
5. La agregación de los instrumentos presentados oportunamente por las partes con citación o bajo
apercibimiento legal que corresponda respecto de aquella contra quien se presenten.
6. La citación (notificación) para alguna diligencia de prueba; y
7. La citación para oír sentencia definitiva, salvo que la ley no establezca este trámite

Trámites esenciales en la segunda instancia (art. 800 cpc).

1. El emplazamiento de las partes, hecho antes de que el superior conozca del recurso;
2. La agregación de los instrumentos presentados oportunamente por las partes con la citación o bajo el
apercibimiento legal que corresponda respecto de aquella contra la cual se presentan;
3. La citación para oír sentencia definitiva (vista de la causa);
4. La fijación de la causa en tabla para su vista en los tribunales colegiados, en la forma establecida en el
art. 163 CPC; y
5. Los indicados en los números 3°,4° y 5° del artículo 795, cuando en la segunda instancia proceda el
trámite de recibir la causa a prueba por haberse aplicado lo dispuesto en el art. 207 CPC.

Plazo recurso de casación en la forma.


i. En contra de una sentencia pronunciada en la primera instancia: Debe interponerse
dentro del plazo concedido para deducir el recurso de apelación, y si también se deduce este último

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recurso conjuntamente con él (art. 770 inc. 2° CPC). O sea, en contra de sentencia definitiva de primera
instancia será de 10 días y 5 días en contra de sentencias interlocutorias que pongan termino al juicio o
hagan imposible su continuación de conformidad a art. 189 CPC.

ii. En contra de una sentencia que no sea de primera instancia: Debe interponerse,
dentro de los 15 días siguientes a la fecha de notificación de la sentencia contra la cual se recurre.
En caso que se deduzca recurso de casación en la forma y en el fondo en contra de una misma
resolución, ambos recursos se interpondrán simultáneamente y en un mismo escrito.

iii. En contra de una sentencia dictada en juicio de mínima cuantía: Debe interponerse en el plazo
fatal de 5 días (art. 791 CPC)

Preparación del recurso de casación en la forma.


Concepto:

La preparación del recurso consiste en la reclamación que debe haber efectuado el que lo entabla, respecto del
vicio que invoca al interponerlo, ejerciendo oportunamente y en todos sus grados los recursos establecidos por
la ley. (art. 769 inc. 1°CPC).

Forma de preparar el recurso:

1. Que se haya reclamado previamente del vicio que constituye la causal


2. Que el reclamo del vicio se haya verificado ejerciendo, oportunamente y en todos sus grados, los recursos
establecidos por la ley. (cualquier arbitrio, medio o facultad para reclamar del vicio).
El recurso de queja no se comprende como un medio para preparar el recurso de casación en la forma, dado su
carácter extraordinario y por emanar de facultades disciplinarias.
3. La reclamación del vicio debe ser efectuada por la parte que interpone el recurso de casación en la forma.

Casos en que no es necesario preparar el recurso.

1. Cuando la ley no admite recurso alguno en contra de la resolución en que se haya cometido la falta;
2. Cuando la falta haya tenido lugar en el pronunciamiento mismo de la sentencia que se trata de casar.
3. Cuando la falta haya llegado al conocimiento de la parte después de pronunciada la sentencia.
4. Cuando el recurso de casación se interpusiere contra la sentencia de segunda instancia por las causales
de ultrapetita, cosa juzgada y decisiones contradictorias, aún cuando ella haga suyo esos vicios que se
encontraren contenidos en el fallo de primera instancia.

Sanción a la falta de preparación del recurso: (art. 769 cpc)

Si no se ha preparado el recurso, no podría declararse su improcedencia en el control de admisibilidad del


tribunal a quo y del tribunal ad quem, pero si podrá con posterioridad ser rechazado por improcedente por el
tribunal ad quem, luego de la vista de la causa.

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Forma de interponer recurso de casación en la forma.
Requisitos:
1. Requisitos comunes a todo escrito;
2. Debe mencionar expresamente el vicio o defecto en que se funda;
3. La ley que concede el recurso por la causal que se invoca (art. 772 inc.2°CPC);
4. Debe ser patrocinado por un abogado habilitado, que no sea procurador del número (art. 772 inc. Final
CPC).
5. Debe señalarse la forma en que se ha preparado el recurso de casación en la forma o las razones por las
cuales su preparación no es necesaria (art. 769 CPC)

Efectos de la concesión del recurso en el cumplimiento del fallo.

Regla general: (art. 773 cpc): No suspende la ejecución de la sentencia.

Excepciones:

1. El recurso de casación suspende la ejecución de la sentencia, cuando su cumplimiento haga imposible


llevar a efecto la que se dicte si se acoge el recurso, por ejemplo: en caso de tratarse de una sentencia
que declare la nulidad de un matrimonio o permita el de un menor.

2. La parte vencida puede solicitar la suspensión del cumplimiento de la sentencia impugnada por
casación, mientras no se rinda fianza de resultas por la parte vencida. Este derecho debe ejercerlo el
recurrente conjuntamente con la interposición del recurso de casación, pero en solicitud separada.
El tribunal a quo conocerá en única instancia todo lo relativo al otorgamiento y subsistencia de la caución,
pronunciándose de plano y fijará el monto de la caución antes de remitir el expediente.
Excepcionalmente, no tiene derecho a solicitar la suspensión de la ejecución de la sentencia el recurrente de
casación, mientras no se rinda la fianza de resultas, siempre que concurran los siguientes requisitos copulativos:
a. Que se trate de un demandado;
b. Que interponga el recurso de casación en contra de una sentencia definitiva; y
c. Que dicha sentencia se hubiere pronunciado en un juicio ejecutivo, en juicios posesorios, en los de
desahucio y en los de alimentos.

Tramitación del recurso de casación en la forma.


 Tramitación ante el tribunal a quo:

1. Examen acerca de la admisibilidad o inadmisibilidad del recurso de casación en la forma;


2. Compulsas;
3. Remisión del expediente al tribunal ad quem.

 Tramitación ante el tribunal ad quem:

1. Certificado de ingreso del expediente;


2. Declaración de admisibilidad o inadmisibilidad;
3. Comparecencia de las partes;
4. Designación de abogado patrocinante;

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5. Prueba ante el tribunal ad quem;
6. Vista de la causa.

Tramitación ante tribunal a quo.

1. Examen acerca de la admisibilidad o inadmisibilidad del recurso de casación en la forma:


(art. 776 inc.1°cpc).
a. Si se ha interpuesto en tiempo; y
b. Si ha sido patrocinado por abogado habilitado.

Este examen, en caso de interponerse el recurso de casación en la forma ante un tribunal colegiado, se deberá
efectuar en cuenta.
Del análisis de estos dos requisitos puede que el recurso no cumpla con uno o más de ellos, en cuyo caso el
tribunal a quo lo declarara inadmisible sin más trámite.
En contra del fallo que se dicte, sólo podrá interponerse recurso de reposición, el que deberá fundarse en error
de hecho y deducirse en el plazo de tercero día. La resolución que resuelva la reposición, será inapelable.

2. Compulsas: (art. 197 CPC)

Si el recurso cumple con los requisitos, se deberá declarar admisible el recurso, ordenando que se proceda a
sacar las compulsas o fotocopias y dispondrá de la remisión de los autos originales al tribunal ad quem y de las
compulsas al tribunal que deba conocer de la ejecución de la sentencia si hubiere lugar a ello.

Sanción en caso de incumplimiento a obligación de sacar compulsas: (art. 197 inc.2° CPC). Se le tendrá por
desistido del recurso sin más trámite

Excepcionalmente, no procede el cumplimiento de esta obligación cuando contra la misma sentencia se hubiere
interpuesto y concedido apelación en ambos efectos (art. 776 inc. Final CPC)

3. Remisión del proceso:

En caso de declararse admisible el recurso de casación en la forma, el tribunal a quo deberá disponer que se
remitan los autos originales al tribunal superior (art. 776 inc. 2° CPC)

Al recurrente le corresponde franquear la remisión del proceso al tribunal superior. En caso que no lo haga, se
podrá pedir por la parte vencedora que se le aperciba para ello, bajo apercibimiento de declararse no
interpuesto el recurso (art. 777 CPC)

Tramitación ante tribunal ad quem.

1. Certificado de ingreso del expediente: Se aplica todo lo señalado para recurso de apelación, por la
remisión que hace el art. 779 CPC a los art. 200, 202 y al art. 201 CPC, en cuanto a la no comparecencia
del recurrente dentro del plazo.

2. Declaración de admisibilidad o inadmisibilidad: el tribunal debe revisar en cuenta los requisitos


de admisibilidad del recurso:
a) Si la sentencia objeto del recurso, es de aquellas contra las cuales lo concede la ley;
b) Si ha sido interpuesto dentro del plazo,

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c) Si fue patrocinado por abogado habilitado;
d) Si se menciona expresamente el vicio o defecto en que se funda y la ley que concede el recurso por la
causal que se invoca (art. 781 inc. 1° CPC)
No se comprende el requisito de preparación del recurso, para su declaración de admisibilidad, no obstante, ello
no es obstáculo para que sea declarado improcedente al fallarse el fondo de éste.

De acuerdo al examen del tribunal ad quem puede resultar:


- Que el recurso cumpla con todos los requisitos
- Que el recurso no cumpla con uno o más de los requisitos de admisibilidad
- Que el recurso no cumpla con uno o más de los requisitos de admisibilidad, pero estime posible una
casación de oficio.
Que el recurso cumpla con todos los requisitos: tribunal dictará la resolución “autos en relación”.

Que el recurso no cumpla con uno o más de los requisitos de admisibilidad: el tribunal lo declarará sin lugar por
resolución fundada. En contra de esta resolución, la parte recurrente podrá deducir recurso de reposición, el
que deberá ser fundado, e interpuesto dentro de tercero día de notificada la resolución (art. 781 inc. Final CPC)

Que el recurso no cumpla con uno o más de los requisitos de admisibilidad, pero estime posible una casación de
oficio: El tribunal declarará la inadmisibilidad del recurso, y podrá decretar autos en relación, si estima posible
una casación de oficio (art. 781 inc. 3°CPC)

3. Comparecencia de las partes: (art. 779 CPC). Recibe plena aplicación lo señalado respecto de la
comparecencia y deserción en recurso de apelación por remisión a esas normas.

4. Designación de abogado patrocinante: En los recursos de casación contra sentencias


pronunciadas en segunda instancia en juicios de mayor cuantía o de menor cuantía y en juicios
especiales, es facultativo ahora designar abogado patrocinante ante el tribunal ad quem hasta antes de
la vista del recurso.

Las partes pueden hasta el momento de verse el recurso, consignar en escrito firmado por un abogado que no
sea procurador del número, las observaciones que estime convenientes para el fallo del recurso (art. 783 inc.
Final CPC).

5. La prueba en el recurso de casación en la forma: Si la causal alegada en el recurso de casación


requiere de prueba, el tribunal abrirá para rendirla un término que no exceda de 30 días. (art. 799 y 807
inc. 2º CPC).

6. La vista de la causa: En esta materia, se aplican las reglas establecidas para las apelaciones (art. 783
CPC).
Cabe señalar, que duración de alegaciones de cada abogado se limitará a una hora, en el recurso de casación en
la forma, pudiendo el tribunal por unanimidad prorrogar, por igual tiempo la duración de las alegaciones.

Modo de terminar el recurso de casación en la forma.


1. Termino normal: pronunciamiento de una sentencia o resolución que versa sobre el fondo del recurso.

2. Termino anormal:
a. Deserción del recurso por no comparecer ante el tribunal superior dentro del plazo. (art. 779 CPC).

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b. Deserción del recurso por no sacar las compulsas en el caso del art. 776 CPC;
c. La deserción del recurso por no franquear el envío del expediente al tribunal ad quem una vez que
hubiere sido apercibido por el tribunal a quo. (art. 777 CPC);
d. La prescripción del recurso de casación en virtud de remisión expresa al art. 211 CPC por el actual art.
779 CPC;
e. El desistimiento del recurso; y
f. Por modos indirectos de extinguir el proceso (desistimiento de la demanda, abandono del
procedimiento, etc.)

Fallo del recurso.


Actitudes que puede asumir el tribunal:

1. Existe una situación propia del recurso de casación en la forma, que es una facultad concedida por la ley al
tribunal antes de entrar a conocer del recurso: “El tribunal podrá limitarse , asimismo, a ordenar al de la
causa que complete la sentencia cuando el vicio en que se funde el recurso sea la falta de pronunciamiento
sobre alguna acción o excepción que se haya hecho valer oportunamente en el juicio” (art. 768 inc. Final
CPC).

2. La otra situación dice relación con el fallo del recurso. En caso de rechazo del recurso, se mantiene la
resolución recurrida.

3. En el momento en que el tribunal está por fallar el recurso puede hacer una de las siguientes cosas:
a. Enviar el asunto al tribunal a quo para que éste complete el fallo, si no se ha pronunciado sobre todas
las acciones y excepciones hechas valer. 8art. 768 inc. Final CPC).
b. Casar de oficio la sentencia y fallar sobre el fondo del asunto (art. 768 inc. 3º CPC);
c. Pronunciarse derechamente sobre el recurso, para ello el tribunal ad quem, debe seguir los siguientes
pasos:
- Analizar si la causal invocada es de aquellas que establece la ley.
- Si los hechos invocados constituyen verdaderamente la causal.
- Si el vicio ha causado al recurrente un perjuicio reparable solo por medio de la invalidación del fallo.
- Si el vicio ha influido en lo dispositivo del fallo.

Existen situaciones especiales, que se producen cuando se ha interpuesto otro recurso conjuntamente con el de
casación en la forma:
A. Casación en la forma interpuesto conjuntamente con apelación: art. 798 CPC. Si se acoge el recurso de
casación, se tiene por no interpuesto el recurso de apelación.
B. Casación en la forma interpuesto conjuntamente con casación en el fondo: art. 808 CPC. Si se acoge
recurso de casación en la forma se tendrá como no interpuesto el de fondo.

Efectos del fallo del recurso de casación en la forma.


Si el recurso es acogido se produce lo que se denomina el “reenvío” del expediente, o sea, la remisión del
expediente al tribunal que legalmente tiene que conocer el asunto y pronunciar una nueva sentencia.

De acuerdo al art. 786 CPC, la misma sentencia que declare la casación determinará el estado en que queda el
proceso.

59
El tribunal que deberá conocer del negocio es aquel a quien le tocaría conocer de éste en caso de recusación del
juez o jueces que pronunciaron la sentencia casada.
Excepcionalmente, es posible que sea el mismo tribunal ad quem quien dicte el fallo resolviendo el asunto, sin
que exista remisión del expediente al tribunal inferior (art. 768 inc 3º CPC), por acogerse el recurso debido a las
causales de ultrapetita (4º), omisión de requisitos de art. 170 CPC (5º), haber sido dada contra otra pasada en
autoridad de cosa juzgada (6º) y contener decisiones contradictorias (7º). Lo mismo ocurrirá si el tribunal
invalida de oficio por alguna de las causales señaladas.

Casación en la forma de oficio.


Concepto:

Es la facultad otorgada fundadamente a los Tribunales Superiores de Justicia para declarar la invalidez de una
sentencia por las causales establecidas por la ley para el recurso de casación en la forma, sin que sea necesario
haber interpuesto ese acto jurídico procesal por una de las partes.

Características:

1. Aplicación del principio inquisitivo o de la oficialidad


2. Constituye una mera facultad del Tribunal Superior Jerárquico.
3. Como no es un acto de parte, no necesita ser preparado.
4. Puede casar de oficio en virtud de cualquiera de las causales del art. 768 CPC, aunque recurso no se haya
interpuesto o lo haya sido por otra causal.
5. Cuando tribunal ejerce esta facultad, el acto jurídico procesal de parte de igual carácter que pudo
hacerse valer se tiene por no interpuesto.

Requisitos para que tribunal pueda casar de oficio:

1. Tribunal debe estar conociendo del asunto por alguno de los siguientes medios:
a. Apelación;
b. Consulta;
c. Casación (de forma o de fondo); o
d. En alguna incidencia (el tribunal puede llegar a conocer de una cuestión accesoria a cualquiera de los
otros dos medios, apelación o casación, sin que ello signifique fallar sobre el fondo del asunto). También
la jurisprudencia ha entendido que la expresión “alguna incidencia” comprende además el recurso de
queja.
2. Existencia de un vicio que autorice la casación en la forma, que puede ser cualquiera de las causales del
art. 768 CPC. Excepción: causal 5º de art. 768 CPC (art. 776 inc 2º CPC).

3. Antecedentes del recurso manifiesten la existencia del vicio.

Procedimiento para que el tribunal case una sentencia de oficio:

Debe oírse primero a los abogados que concurren a alegar y el Presidente del Tribunal o de la sala debe
indicarles los vicios sobre los cuales deben hacerlos.

60
El fallo que dicta el Tribunal en la casación de oficio produce los mismos efectos que acoge el recurso de
casación, como acto jurídico procesal de parte:
a. Invalidez del fallo;
b. Reenvío del expediente o de los antecedentes;
c. Designación del tribunal competente y determinación del estado en que queda el asunto.
No obstante, también procede el art. 786 CPC, o sea debe fallar sobre el fondo del asunto en caso de casar de
oficio por la concurrencia de las causales 4ª, 5ª, 6ª y 7ª del art 768 CPC.

RECURSO DE QUEJA
Es aquel medio de impugnación que concede a la ley a la parte agraviada con una falta o abuso grave cometido
en la dictación de una resolución de carácter jurisdiccional.

Este recurso sufrió una transformación notable a partir de la reforma de la Ley Nº 19.374

El Mensaje señala la necesidad de limitar el recurso de queja porque:

“… ha distorsionado en la práctica el sistema procesal y la función jurisdiccional de los Tribunales Superiores de


Justicia, recargando el trabajo de las Cortes, dándose el caso que por esa vía la Corte Suprema puede llegar a
conocer de cualquier causa que se tramita en primera instancia. Estos recursos son fallados sin consignarse los
fundamentos de las resoluciones y sin que sea escuchada la contraparte en el pleito, rompiéndose así el principio
de la bilateralidad de la audiencia…”

Procedencia

Cuando la falta o abuso grave se haya cometido en la dictación de :

a. Sentencia definitivas
b. Sentencias interlocutorias que pongan termino al juicio o hagan imposible su continuación

Estas resoluciones no deben ser susceptibles de recurso alguno sea ordinario o extraordinario, sin perjuicio de la
atribución de la Corte Suprema para actuar de oficio en ejercicio de sus facultades disciplinarias.

Art. 545 COT. El recurso de queja tiene por exclusiva finalidad corregir las faltas o abusos graves cometidos en
la dictación de resoluciones de carácter jurisdiccional.

Excepción

Las sentencias definitivas de primera o de única instancia dictadas por árbitros arbitradores, en cuyo caso
procederá el recurso de queja además del recurso de casación en la forma.

61
(Art. 545 C.O.T.).

Plazo

El agraviado debe interponer el recuso en el plazo fatal de 5 días contado desde la fecha en que se le notifique
la resolución que motiva el recurso, plazo que se aumenta según la tabla de emplazamiento del art. 259 CPC,
cuando el tribunal que haya pronunciado la resolución tenga su asiento en una comuna o agrupación de
comunas diversa de aquella en que lo tenga el tribunal que deba conocer del recurso. El plazo total no puede
exceder de 15 días hábiles, contado desde igual fecha. (Art. 548 C.O.T.)

Forma de interponerlo

1. Se debe interponer ante el mismo tribunal que conocerá de él y que corresponde al superior jerárquico
del que dictó la resolución;
2. Lo puede interponer la parte personalmente; su mandatario judicial; su abogado patrocinante o un
procurador del número, pero siempre, debe ser expresamente patrocinado por abogado habilitado para
el ejercicio de la profesión;
3. El escrito debe contener las siguientes menciones

a. Se debe indicar nominativamente los jueces o funcionarios recurridos


b. Se debe individualizar el proceso en el cual se dictó la resolución que motiva el recurso
c. Se debe transcribir la resolución o acompañar copia de ella si se trata de sentencia definitiva o
interlocutoria
d. Se debe consignar el día de su dictación, la foja en que rola en el expediente y la fecha de su notificación
al recurrente
e. Se debe señalar clara y específicamente las faltas o abusos que se imputan a los jueces o funcionarios
recurridos. ( Art. 548)

4. Junto con el escrito se debe acompañar un certificado, emitido por el secretario del tribunal, en el que
conste: el número de rol del expediente y su carátula; el nombre de los jueces que dictaron la resolución
que motiva el recurso; la fecha de su dictación y la de su notificación al recurrente y el nombre del
mandatario judicial y del abogado patrocinante de cada parte.

El secretario del tribunal debe extender este certificado sin necesidad de decreto judicial y a sola petición, verbal
o escrita, del interesado

5. El recurrente puede solicitar orden de no innovar en cualquier estado del recurso, ante lo cual, el
Presidente del Tribunal, designará la Sala que deba decidir sobre este punto y a esa misma Sala le
corresponderá dictar el fallo sobre el fondo del recurso.

Fallo del recurso

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1. El que rechaza el recurso se comunica al o a los recurridos y se le devuelven los antecedentes si se han
ordenado traer a la vista
2. El que acoge el recurso, debe contener las consideraciones precisas que demuestren la falta o abuso, así
como los errores
3. En ningún caso se puede modificar, enmendar o invalidar resoluciones judiciales respecto de las cuales
la ley contempla recursos jurisdiccionales ordinarios o extraordinarios, salvo que se trate de un recurso
de queja interpuesto en contra de sentencia definitiva de primera o única instancia dictada por árbitros
arbitradores.
4. En caso que un tribunal superior de justicia, haciendo uso de sus facultades disciplinarias, invalide una
resolución jurisdiccional, debe aplicar la o las medidas disciplinarias que estime pertinentes. En este
caso, la sala dispondrá que se dé cuenta al tribunal pleno de los antecedentes para los efectos de
aplicar las medidas disciplinarias que procedan, atendida la naturaleza de las faltas o abusos, la que no
podrá ser inferior a amonestación privada. (Art. 545 C.O.T.).

Recursos en contra del fallo de recursos de queja

- Artículo 63 Nº 1 COT: las C.A conocen en única instancia

- Artículo 551 COT: no procede el recurso de reposición

Adicionalmente, el articulo 97 del COT, dispone que las sentencias de dicte la Corte Suprema al fallar, recursos
de casación de fondo, de forma, de queja, de protección, de amparo y de revisión no son susceptibles de recurso
algo, salvo el de aclaración, rectificación o enmienda que establece el artículo 182 del Código de Procedimiento
Civil.

QUEJA DISCIPLINARIA

La queja disciplinaria, o queja propiamente tal, no es un recurso, sino que es aquella que se refiere a la conducta
ministerial o a las actuaciones de los jueces y demás funcionarios que están sujetos a la jurisdicción disciplinaria
de las Cortes y que no se fundan en faltas o abusos graves que se hayan cometido en el pronunciamiento de una
resolución o en otra actuación determinada.
Son de conocimiento del Tribunal Pleno respectivo (Nº 14)

Las Cortes de Apelaciones tendrán diariamente una audiencia pública para oír las quejas verbales que alguien
quiera interponer contra los subalternos dependientes de ellas” (547 COT)

En conformidad al Auto Acordado, no se dará curso a las quejas después de 60 días de ocurridos los hechos que
las motiva, sin perjuicio de las facultades de los tribunales para proceder
de oficio (nº 15).

63
JUICIOS DERIVADOS DEL CONTRATO DE ARRENDAMIENTO DE
INMUEBLES URBANOS
Fuentes normativas.
Ley Nº18.101 que regula el arrendamiento de predios urbanos. Última modificación: Ley Nº 19.866 (2003)

Campo de aplicación de la ley Art 1

Se aplica al contrato de arrendamiento de los siguientes inmuebles:


1. Predios urbanos,
2. Viviendas situadas fuera del radio urbano, aunque incluyan terreno, siempre que su superficie no exceda de
una hectárea.
Excepciones:
a. Predios de cabida superior a una hectárea y que tengan aptitud agrícola, ganadera o forestal,
o estén destinados a ese tipo de explotación;
b. Inmuebles fiscales;
c. Viviendas que se arrienden por temporadas no superiores a tres meses, por períodos continuos
o discontinuos, siempre que lo sean amobladas y para fines de descanso o turismo;
d. Hoteles, residenciales y establecimientos similares, en las relaciones derivadas del hospedaje, y
e. Estacionamiento de automóviles y vehículos.
f. Las viviendas regidas por la ley Nº19.281.
Los juicios que se originen en relación con los contratos referidos en los números 3 y 5 del artículo 2 se
substanciarán con arreglo al procedimiento de esta ley.

Clases de pretensiones a las cuales se aplica la ley.

1. Desahucio;
2. Terminación del arrendamiento;
3. Restitución de la propiedad por expiración del tiempo estipulado para la duración del arriendo;
4. Restitución de la propiedad por extinción del derecho del arrendador;
5. De indemnización de perjuicios que intente el arrendador o el arrendatario, y
6. Otros que versen sobre las demás cuestiones derivadas de estos contratos.

Competencia y procedimiento que establece la ley.

Competencia.

Estos juicios, atendiendo a la materia son de competencia de los Juzgados de Letras (art. 17), conforme a las
reglas generales, sin perjuicio de las atribuciones que competen a los Juzgados de Policía Local servidos por
abogados.
Ley Nº LEY 15.231, sobre organización y atribuciones de los juzgados de policía local articulo 14°: En las ciudades
compuestas de una o más comunas en que no tenga el asiento de sus funciones un Juez de Letras de Mayor
Cuantía, los jueces de Policía Local que sean abogados, conocerán, además de
los siguiente:

64
1. En única instancia:
a. De las causas civiles y de los juicios relativos al contrato de arrendamiento cuya cuantía no exceda de
tres mil pesos.
b. Dependiendo de la “cuantía” el asunto se conocerá en única o en primera instancia, de acuerdo al
artículo 45 del COT.
c. En lo relativo al factor “fuero personal” la ley no contiene ninguna regla. Artículo 133 cot, no se
considerará el fuero de que gocen las partes “en los juicios que se tramiten breve y sumariamente”.

Juicios de Desahucio y restitución.


Desahucio: Es el aviso anticipado que da el arrendador o arrendatario de su deseo de poner término al
arrendamiento
En los contratos de arrendamiento de duración indefinida y en aquellos en que el plazo se haya pactado mes a
mes, el desahucio del arrendador se puede efectuar de dos formas:
- Judicialmente, para cuyo efecto debe deducirse la demanda correspondiente ante el tribunal
competente, o
- Extrajudicialmente, mediante notificación personal efectuada por un notario público.

Estructura del juicio.


1. Presentación de la demanda.
2. Providencia del tribunal recaída en la demanda y su notificación a las partes.
3. Celebración de la audiencia de contestación, conciliación y prueba (Eventual existencia de audiencia
complementaria).
4. Citación para oír sentencia
5. Sentencia definitiva.

La demanda.

El juicio de arrendamiento debe comenzar por la demanda del actor, sin perjuicio de la procedencia de medidas
prejudiciales.

Requisitos: Además de las exigencias generales de todo escrito y las especiales del artículo 254 del CPC:
- Indicar u ofrecer en este escrito los medios de prueba de que pretende valerse el demandante. Art. 8 Nº 3.
- La lista o nómina de testigos de la parte demandante debe presentarse en el mismo escrito de demanda,
debiendo tenerse presente que pueden declarar un máximo de 4 testigos por cada parte, pero para la
confección de la lista no hay limitación en cuanto a cantidad. Art. 8 Nº 3.
- Comparecencia y defensa personal, en primera instancia, en los juicios cuya renta vigente al tiempo de
interponerse la demanda no sea superior a 4 UTM. Art. 8 n° 10.

Resolución recaída en la demanda y su notificación a las partes.


El tribunal cita a las partes a una audiencia para el quinto día hábil después de la última notificación. Art. 8 nº 1
parte final.

Notificación de la demanda

La notificación se efectuará conforme a la norma del inciso 1º del artículo 553 cpc y para los efectos de lo
dispuesto en el artículo 44 cpc del mismo Código, se presumirá de pleno derecho como domicilio del
demandado el que corresponda al inmueble arrendado; Art. 8 Nº 2

65
La audiencia del quinto día hábil.

Desarrollo y Objeto

a. Se inicia la audiencia con la “relación verbal” de la demanda nº 4 del art.8.


b. Continúa la audiencia con la contestación verbal de la demanda por parte del demandado nº 4 del art. 8.
La contestación puede presentarse por escrito art. 8 nº 1.
c. En la contestación debe el demandado “ofrecer” las pruebas de que se va a valer en el juicio nº 6 del art.
8, sin perjuicio que su lista de testigos debe presentarse antes de las 12.00 horas del día que preceda al
de la audiencia nº 3 del art. 8
En la contestación el demandado puede deducir reconvención, haciendo valer otra pretensión, debiendo en el
mismo acto dar cuenta de los medios de prueba que la sustentan nº 5 del art. 8.

- Si no ha existido reconvención Acto seguido el tribunal debe proceder obligatoriamente a efectuar el


llamado a conciliación nº 4 del art.8.

En caso de no producirse avenimiento total, el tribunal debe proceder a recibir la causa a prueba dictando la
resolución correspondiente en la que se establecerán los puntos substanciales, pertinentes y controvertidos que
deban ser acreditados.
d. Si se hicieron valer incidentes en la audiencia y se produce, asimismo, controversia a su respecto,
también deberá el tribunal recibirlos a prueba en esa misma resolución. Estas cuestiones accesorias se
tramitan conjuntamente con la cuestión principal y sin paralizar el curso de ésta nº 8 del art. 8.
e. A continuación, se procede de inmediato a la recepción de la prueba ofrecida por las partes en la
demanda y en la contestación.
f. La recepción de esta prueba puede referirse tanto a la cuestión principal como a las cuestiones
accesorias o incidencias promovidas en la audiencia, por la razón ya señalada en cuanto a que los
incidentes deben tramitarse en esa misma audiencia conjuntamente con la cuestión principal nº 8 del
art. 8.

Citación para oír sentencia.

Este trámite o diligencia esencial se debe cumplir una vez concluida la recepción de la prueba nº 7 del Art. 8

Dictación de la sentencia definitiva.

La ley no establece plazo alguno para pronunciar el fallo.

Requisitos generales

- Deberá pronunciarse sobre la acción principal deducida; sobre la acción reconvencional, de haberse hecho
valer ésta; y sobre los incidentes; o bien sólo respecto de los incidentes cuando éstos sean de previo y
especial pronunciamiento e incompatibles con la acción nºs. 5 y 8 del art. 8.
- La prueba deberá ser apreciada por el juez en la sentencia conforme a las reglas de la sana crítica nº 7 del
art. 8.

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Tramitación del juicio si existió reconvención del demandado junto a la contestación de
la demanda.

1. Junto con deducir su demanda reconvencional, en el mismo acto, el reconviniente debe dar cuenta de los
medios de prueba que sustenten su pretensión (N° 5 del art. 8).
2. El tribunal debe conferir traslado en la misma audiencia para que el demandado reconvencional conteste.
La contestación puede realizarse de inmediato, verbalmente, o, en resguardo de su adecuado derecho de
defensa, el demandado reconvencional puede pedir al tribunal que se cite a nueva audiencia, a realizarse
dentro de los cinco días siguientes, a objeto de proceder a evacuar la contestación y a la recepción de la
prueba que se ofrezca. Las partes se entenderán citadas de pleno derecho a este nuevo comparendo.
En cualquier caso, la ley dispone que la reconvención se tramita y resuelve conjuntamente con la cuestión
principal.

Celebración de la nueva audiencia.

Esta nueva audiencia tiene, a su vez, varias finalidades:


a. Recibir la contestación de la demanda reconvencional;
b. Recibir la prueba que se ofrezca por las partes relacionada con la controversia reconvencional;
c. Recibir la prueba acerca de la cuestión principal que cualquiera de las partes haya solicitado se les reserve
para esta segunda audiencia, y que no haya podido ser rendida en el primer comparendo.
d. Efectuar el llamado obligatorio a conciliación después de evacuado el trámite de contestación de la
demanda reconvencional.
e. Citar a las partes a oír sentencia, ya que este trámite no habría podido cumplirse en el primer comparendo,
si ha de verificarse esta segunda audiencia, ya que en esa primera oportunidad la causa no estaría en estado
de cumplirse con esta diligencia.

Particularidades de la prueba testimonial.

1. Las partes que pretendan valerse de testigos deben cumplir con la formalidad de presentar lista o nómina,
con la particularidad que en el juicio pueden solamente declarar hasta 4 testigos por cada parte.
Las listas se acompañan en la oportunidad legal: el actor en el mismo escrito de demanda y el demandado antes
de las 12.00 horas del día que preceda al de la audiencia inicial.
2. Si hay demanda reconvencional, nada dice la ley respecto a la lista de testigos. El demandante
reconvencional debe presentar su lista de testigos en el mismo acto de deducir tal demanda, ya que en el
art 8 n5 se establece que si hay reconvención el actor reconvencional “debe en el mismo acto dar cuenta
de los medios de prueba que sustentan su pretensión”. Esto de “dar cuenta” de los medios de prueba
habría que entenderlo como sinónimo de ofrecer la prueba y presentar la lista de testigos.
Respecto del demandado reconvencional, como tiene derecho a solicitar nueva audiencia para contestar la
reconvención, será precisamente en esa nueva audiencia que se fije por el tribunal la oportunidad para que
presente su lista ya que en este comparendo debe recibirse la prueba que ofrezca art 8 n6 inc. final, lo que
supone que junto con contestar la demanda reconvencional deberá presentar su lista para que posteriormente
declaren en esa misma audiencia los testigos.
3. No proceden los exhortos para rendir prueba testimonial en otros territorios jurisdiccionales, distintos al
del juez que conoce de la causa, ya que la ley no lo permite, en el ánimo legislativo de dar la máxima
agilidad al procedimiento art 8 n7.

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Situación del arrendatario que abandona el inmueble sin restituirlo.

La Ley se refiere a la situación que suele ocurrir cuando el arrendatario que abandona el inmueble sin restituirlo
art 6.

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