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SESIÓN 4
La comunicación paraverbal
INTRODUCCIÓN
No podemos olvidar que un buen comunicador debe ser como un actor que interpreta un
determinado papel, sin llegar a perder, por otra parte, la naturalidad.
Los contenidos que trataremos a lo largo de esta sesión son los siguientes:
LA COMUNICACIÓN PARAVERBAL
Guión de contenidos
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Programa de entrenamiento de habilidades de comunicación
Sesión 4: La comunicación paraverbal
Debemos tener presente que en la exposición de un tema no es tan importante el “qué” sino
el “cómo” se dice, ya que decir todo lo que uno sabe, puede provocar un gran aburrimiento
en el oyente. A veces se dicen cosas muy importantes, pero si no se saben expresar
adecuadamente, el resultado de la comunicación es pobre.
Esto significa que si no expresas adecuadamente con el cuerpo, difícilmente lo harás con la
voz. Es decir, es conveniente acompañar la palabra de ciertos gestos, movimientos y
expresiones ya que esto contribuirá a potenciar la voz, y nos ayudará a transmitir y
comunicar con mayor eficacia.
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Sesión 4: La comunicación paraverbal
1. Volumen de la voz:
En general, el volumen se debe adecuar al tamaño o dimensión del lugar donde estemos
hablando, y al número de personas con las que interactuamos.
La función más básica del volumen de la voz es hacer que el mensaje sea oído, pero
además, el volumen puede transmitir información básica acerca de nuestra personalidad o
nuestro estado de ánimo. Así, un volumen bajo puede señalar sumisión o tristeza, mientras
que uno alto puede indicar seguridad, dominio o extraversión. En término medio, un volumen
moderado expresa agrado, actividad y alegría.
Ten siempre presente que puedes utilizar los cambios de volumen para enfatizar puntos
importantes. De hecho, un discurso en el que el volumen no varía suele ser aburrido para el
que escucha.
2. Tono o entonación:
La entonación puede definirse como la curva melódica que la voz describe al pronunciar las
palabras, frases y oraciones. Cada persona tiene su tono de voz característico, es decir, la
nota que dentro de su registro individual se produce con más naturalidad y menos esfuerzo.
Alrededor de esta nota (denominada frecuencia fundamental), se suceden los movimientos
ascendentes y descendentes del habla de cada individuo.
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Sesión 4: La comunicación paraverbal
Para mejorar nuestra entonación, deberemos tomarnos el tiempo que sea necesario para
conseguir dominarla. ¿Cómo hacerlo? En primer lugar, aprendiendo que la regla de oro de
una buena entonación es la variedad. Todos hemos conocido a profesores/as que –pese a
su gran sabiduría- resultaban soporíferos, sencillamente porque entonaban con poca
variedad: eran “mono-tonos”.
En segundo lugar, la voz puede utilizarse para captar el interés de nuestros interlocutores
distorsionando las curvas de entonación hasta conseguir que tengan altos y bajos más
acusados y abundantes, como si se tratara de entonar interpretando un papel (sin perder la
naturalidad, por supuesto).
“¿Y cómo sabré el modo de distorsionar las dichosas curvas, en qué momentos debo subir y
en cuáles debo bajar?”. No te preocupes por eso, limítate a comprender lo que dices y habla
dotándolo de sentido. Convéncete de que lo que tienes que decir es verdaderamente
importante y “obsesiónate” con captar la atención del público.
Por otra parte, el empleo del tono y la inflexión de la voz sirven para comunicar sentimientos
y emociones. Piensa que puedes expresar una misma frase varias veces y transmitir a tus
oyentes mensajes completamente distintos en función de la entonación que utilices.
Por ejemplo, la frase “espero que me llames” puede adquirir matices distintos en función de
dónde pongas el énfasis al hablar (entonación):
- “Espero que me llames”: Transmite al otro: “Dudo que lo hagas, pero me gustaría”, o
también, “tengo confianza en que me llames”.
- “Espero que me llames”: Implica “no llames a nadie más, llámame a mí”.
- “Espero que me llames”. “No me envíes un e-mail, telefonéame”.
Por último, el tono de conversación contribuye mucho más que el contenido a moderar las
impresiones de las actitudes personales.
3. Timbre:
Como ya sabéis, el timbre es una de las cualidades básicas de la voz (junto con la
intensidad, el tono y la duración). Es el modo propio y característico de sonar la voz de las
personas, y por lo tanto, no está en nuestras manos modelarlo.
Sin embargo, ante un timbre desagradable, que suele corresponder al especialmente agudo
(“voz de pito”), disminuir la velocidad del habla puede hacer que se mitigue el sonido que
resulta incómodo a los oídos de los demás.
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Programa de entrenamiento de habilidades de comunicación
Sesión 4: La comunicación paraverbal
4. Fluidez verbal:
Como vimos en el dossier nº2, la fluidez verbal es la forma como vamos pronunciando y
emitiendo las palabras una tras otra, siendo lo correcto hacerlo sin repeticiones,
vacilaciones, balbuceo ni amonotamiento. Excesivas perturbaciones en el habla pueden
causar impresión de inseguridad, incompetencia, poco interés o ansiedad. Asimismo,
deberemos evitar el empleo excesivo de “palabras relleno” o muletillas, ya que trasmiten
nerviosismo e inseguridad.
Se considera que el orador presenta una carencia de fluidez verbal cuando abusa de las
repeticiones, tartamudeos, omisiones, palabras sin sentido, pronunciaciones erróneas, etc.
5. Velocidad:
Es necesario hablar con una velocidad adecuada a la receptividad del interlocutor,
comprobando en todo momento que nos está escuchando con interés y que nos está
entendiendo (mediante la retroalimentación o feed-back comunicativo).
Recuerda que si hablas muy lentamente los que escuchan pueden impacientarse, aburrirse
y dejar de atenderte. También, si hablas muy deprisa es posible que el público tenga
dificultades para entenderte.
Por otro lado, con el objetivo de aumentar la variedad, deberán pronunciarse unas frases de
forma más rápida y otras más lentamente. La velocidad de elocución mantiene una estrecha
relación con los estados anímicos del hablante y con el sentimiento que este quiere
despertar en los oyentes.
6. Claridad:
La claridad del habla está relacionada con la velocidad, pero también con la pronunciación,
articulación y vocalización de los sonidos. Cuando hablemos ante un público numeroso,
hemos de esforzarnos por pronunciar y, sobre todo, vocalizar con absoluta perfección, y
esto se consigue moviendo adecuadamente los labios, la boca y la lengua.
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Sesión 4: La comunicación paraverbal
7. Tiempo de habla:
Con respecto al tiempo de habla, sólo diremos que es necesaria una adecuada preparación
e incluso un cierto ensayo para adecuar el tiempo de habla al tiempo establecido para la
intervención.
Es un error común, acelerar el discurso cuando vemos que estamos agotando el tiempo
previsto y aún nos queda mucho por decir. A la carrera es muy difícil transmitir eficazmente
un mensaje. Por tanto, en estos casos, lo mejor es prescindir de las partes menos
relevantes del discurso o presentación, y centrarnos en aquellas de mayor importancia
empleando el ritmo adecuado. O sea, es preferible decir menos cosas y elegirlas bien,
buscando el énfasis y la rotundidad.
8. Pausas / silencios:
Las pausas son intervalos temporales de silencio dentro de una misma oración, o bien entre
el fin de una y el comienzo de otra. Se pueden identificar dos tipos:
- Pausas vacías: Son las producidas voluntariamente por el orador en aquellos puntos
exigidos por la estructura gramatical (puntos, comas, etc.). Es necesario realizar estas
pausas para que el discurso sea correcto y fácilmente entendible.
El uso bien planeado de las pausas facilita el ritmo, quita monotonía, da tiempo para
consultar de reojo el guión y estimula la curiosidad de los oyentes.
Solemos tener miedo al silencio y no comprender el inmenso valor comunicativo que tiene.
Cuando somos novatos en lo que se refiere a hablar en público, la inseguridad y el
nerviosismo nos lleva a desear acabar lo antes posible. Así que no es extraño que
fácilmente nos precipitemos, olvidemos que el silencio es un arma tan valiosa como las
propias palabras y acabemos por comunicar con menor eficacia.
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Sesión 4: La comunicación paraverbal
El empleo adecuado del silencio no consiste en no hablar, sino en decir las cosas a su
tiempo y en callar cuando sea necesario. Por eso, los instantes en los que deben hacerse
pausas no están determinados por reglas fijas e inmutables, sino que dependen del
temperamento, del carácter, del sentimiento, del contexto, del público y del sentido con que
se quiera dotar la frase.
Para concluir este apartado, enumeramos una serie de consejos generales para mejorar
nuestra comunicación paraverbal:
El hablar es siempre un arte. A pesar de que algunas personas posean esta habilidad de
forma natural, para la mayoría requiere el aprendizaje de una técnica básica. Aprender es
complejo, pero siempre posible, y requiere método y práctica constante. Por ello, animamos
a considerar el arte de hablar como una tarea inconclusa, cuyas mejores herramientas son
la observación y la práctica.
A continuación, exponemos algunas ideas necesarias para tener una buena técnica vocal
cuando se habla en público:
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Sesión 4: La comunicación paraverbal
1- Tener una voz limpia y emitir las palabras claras para que el oyente pueda entender lo
que se dice y no le cueste ningún esfuerzo prestar atención. La claridad (inteligibilidad) de la
palabra se consigue:
Moviendo la lengua como si bailase, evitando los movimientos exagerados de los labios
(muecas), que no sólo perjudican a la emisión vocal sino que provocan cansancio en la
persona que los realiza y risa en la que está enfrente. Cuando la lengua se mueve
correctamente, la sensación que se obtiene en la garganta es de un gran hueco. El
movimiento amplio dará no solo claridad a la palabra, sino además proyección a la voz y
elasticidad al tracto vocal.
Utilizando una fluidez adecuada a la personalidad de cada uno y al público que nos
escucha. No es recomendable hablar demasiado despacio, porque aburre al que
escucha y es más difícil mantener la máxima elasticidad.
Usando pausas claras para poder tomar aire, descansar y dejar procesar al que
escucha.
No haciendo ruidos (de la respiración, voz ronca, carraspeos, toses, vocales repetidas –
“eeeeeh”, “ummmmh”- o frases hechas –“¿de acuerdo?, ¿vale?”–) mientras se habla.
2- Hablar sin ningún tipo de esfuerzo para que las palabras se comprendan mejor y se
favorezca el juego vocal, lo que permite una comunicación distendida y aumenta el interés
del otro por lo que se dice. Para hablar sin esfuerzo del cuello, ni de la zona abdominal,
procurando tener siempre una distensión muscular general y laríngea, será necesario:
Dar al cuerpo el máximo de elasticidad: cuando hay una distensión general la voz se
transforma en un producto plástico que se puede modelar sin ningún esfuerzo y las
figuras que se van creando son muy atrayentes.
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Sesión 4: La comunicación paraverbal
Adoptar una postura de mayor equilibrio corporal para obtener una lengua más suelta,
sin peso, más elástica, menos rígida... Esta postura puede ser dejar caer el cuerpo
hacia adelante como si fuésemos la Torre de Pisa, colocar la columna estirada como si
se alargara, lo que hará que el cuerpo y la voz pierdan peso, descender la laringe para
buscar una cavidad mayor o más hueca donde se pueda mover más la lengua... Cada
uno debe encontrar una postura que favorezca la soltura de la lengua. A veces, uno
puede convivir con grandes tensiones corporales sin darse cuenta.
Sujetar desde la zona costal el aire que está saliendo. Hay que evitar empujar desde el
cuello, porque frena la voz y puede producir lesiones en las cuerdas vocales: todo el
apoyo de la voz debe ser realizado desde la musculatura costal. Comprender este
mecanismo es difícil porque los empujes no son directos sino a distancia, como ocurre
al utilizar una polea para mover una gran piedra. Cuando el empuje se realiza desde
abajo, la voz sale disparada hacia delante con una gran proyección y sin rozamientos.
3- Jugar continuamente con la voz. Este juego no puede ser repetitivo y debe adecuarse
al público que escucha. La melodía, el juego vocal, produce una gran sensación de libertad
al hablar. Este juego se alimenta de la expresión con el cuerpo (las manos, el tronco, pero
especialmente la cara y los ojos) y de las intenciones que genera nuestro cerebro.
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5-Mirar al público, no contarse algo a sí mismo. Cuando se mira al otro se descubre cómo
está recibiendo el mensaje.
6- Hablar rápido pero marcando las pausas, lo que hará más fácil llevar la voz adelante,
a la zona dental, y así obtener una buena proyección que permita oír la voz a distancia
nítidamente sin hacer ningún esfuerzo.
9- Mantener el tracto vocal con el adecuado grado de hidratación. Estar bien hidratado es
fundamental para evitar el cansancio de la voz. Es necesario procurar una buena lubricación
del sistema respiratorio mediante una correcta hidratación corporal o humidificación
ambiental.
10. Buscar la belleza de la voz, sin copiar la voz de otro, porque nuestra voz, que es única,
tiene que adaptarse al estilo personal y a las condiciones anátomo-funcionales de cada uno.
No hay que olvidar que la belleza está en relación directa con la personalidad de cada uno.
Hablar con naturalidad, siendo uno mismo y no queriendo aparentar ni obtener cosas
ilegítimas con el discurso. Ser sincero, diciendo lo que sientes y no los sentimientos de
otros. Sé prudente y di menos de lo que tienes dentro, para que el otro tenga que imaginar.
Y, sobre todo, di lo que el otro quiere saber.
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Respirar de forma inadecuada (lo cual es muy común), hace que la voz no sea tan
agradable como podría y que puedan llegar a originarse disfonías al someter las cuerdas
vocales a una sobrecarga de trabajo.
Supongo que sueles respirar tomando el aire por la nariz y llevándolo hasta los pulmones.
Esto es lo que técnicamente se denomina “respiración costal superior”. Este modo de
respirar sirve para sobrevivir, pero no es muy recomendable para las personas que viven de
la voz.
Lo ideal es inspirar el aire e introducirlo hasta el estómago (en realidad hasta el diafragma,
que es el músculo que separa la zona torácica de la abdominal). De esta manera, se evitan
los tres principales inconvenientes de la respiración costal superior:
- Forzar la garganta.
- Quedarse sin aire o fatigarse excesivamente.
- Mostrar una voz poco atractiva.
Al respirar con el diafragma, la laringe sufre menos ya que actúa únicamente como
instrumento vibrador del aire. En cambio, cuando hacemos respiración costal superior, la
laringe se ve obligada no sólo a vibrar, sino también a regular la salida del aire. Ese esfuerzo
extraordinario suele originar con el paso de los años afonías, disfonías y otras patologías.
Por otro lado, el diferente modo de respirar afecta a la cantidad de aire que utilizamos.
Cuando respiramos correctamente -con el diafragma- disponemos de casi el doble de aire
en cada inspiración, lo que permite inspirar menos veces, y por tanto, reducir la fatiga.
Además, al disponer de más cantidad de aire en el interior es más difícil quedarse sin él a la
hora de leer frases muy largas.
Finalmente, el aire que se introduce hasta el diafragma ha de salir a través del esófago.
Durante el proceso de espiración, el aire encuentra así una excelente caja de resonancia
que mejora la calidad de la voz, haciéndola más grave, más aterciopelada, en definitiva, una
voz con cuerpo y presencia. Es decir, con la respiración diafragmática, la caja torácica actúa
como una especie de bafle que, sin embargo, se desaprovecha cuando todo el esfuerzo
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foniátrico recae sobre la garganta. Esto es precisamente lo que ocurre con la respiración
costal superior: la voz (al margen de su timbre) se muestra plana, carente de volumen y un
poco más aguda.
Por otra parte, cuando somos bebé, todos utilizamos la respiración diafragmática. Observa
como los niños menores de un año respiran hinchando y deshinchando el estómago. Sin
embargo, este sano hábito suele perderse en cuanto consiguen ponerse de pie.
A la hora de realizar los ejercicios, procura conseguir la mayor relajación posible de todo el
cuerpo. La postura adecuada es con los pies ligeramente separados y el peso del cuerpo
distribuido por igual entre ellos. La columna vertebral deberá estar alargada de cintura para
arriba, pero con los hombros relajados. La cabeza elevada pero elevando la nuca, nunca la
barbilla.
Túmbate en el suelo o en una cama y coloca una almohada bajo la cabeza. Al inspirar intenta que el
estómago se hinche; y al espirar que se deshinche. Ésa es justamente la respiración todos hacemos
de niños y cuando adoptamos la posición tumbada.
Posición básica:
Tumbado/a con una almohada bajo la cabeza. La mandíbula siempre relajada con la boca abierta
naturalmente. Coloca una mano sobre el pecho y otra a la altura del diafragma (parte superior del
estómago). Presiona ligeramente esta última para tener referencia con más claridad hasta donde
debes introducir el aire cuando inspiras.
Inspira profunda y lentamente y espira de igual forma. El ejercicio estará bien hecho si notas que la
mano que has colocado sobre el diafragma sube al inspirar. Si la que asciende es la colocada sobre
el pecho, entonces estarás realizando una respiración incorrecta (costal superior en lugar de
diafragmática), es decir, estarás utilizando sólo los pulmones.
Realiza esta serie durante un tiempo no superior a los cinco minutos, nunca después de las
comidas.
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1) Inspira por la nariz lentamente. Respira con suavidad, sin ruido ni tensión. Haz una inspiración
normal, no demasiado profunda: como si estuvieras apreciando un aromático guiso. Percibe en tu
mano como la zona diafragmática se infla lenta y suavemente. Mantén el aire cuatro o cinco
segundos.
Expúlsalo por la boca lentamente. No contraigas los labios. Suelta el aire lo más uniformemente que
puedas como si estuvieras pronunciando una larga S. Percibe en tu mano como la zona
diafragmática se desinfla lenta y suavemente.
2) Inspira por la nariz lentamente. Respira con suavidad, sin ruido ni tensión. Haz una inspiración
normal, no demasiado profunda: como si estuvieras apreciando un aromático guiso. Percibe en tu
mano como la zona diafragmática se infla lenta y suavemente. Mantén el aire cuatro o cinco
segundos.
Expúlsalo por la boca lentamente. No contraigas los labios. Suelta el aire lo más uniformemente que
puedas como si estuvieras pronunciando una larga A, sin sonido pero con la boca bien abierta. La
zona diafragmática se desinflará lenta y suavemente. Notarás con más facilidad que la musculatura
que acabas de tensar se expande y relaja.
Expulsa el aire por la boca lentamente. Cuando tengas la impresión de haber realizado una
espiración normal, esfuérzate por seguir soltando todo el aire. Ése será precisamente el aire residual.
Si te miras en un espejo podrás observar que la yugular del cuello se tensa. Este ejercicio ayuda a
entender el concepto de aire residual, pero no olvides que jamás debes intentar hablar con aire
residual, ya que dañarás los órganos de fonación. Ten en cuenta que todos tendemos a cometer
este error cuando leemos frases muy largas.
4) Inspira por la nariz rápidamente. La mano situada en la boca del estómago debe ascender
rápidamente pero no de forma violenta pues en este caso estaría haciendo un movimiento muscular
y no una actividad respiratoria. Mantén el aire cuatro o cinco segundos.
Expúlsalo por la boca rápida pero no violentamente. Procura que el aire no suene al salir de la boca:
suéltalo con naturalidad, sin soplar (si lo oyes salir es porque tu mandíbula no está relajada).
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Esta serie se compone de los mismos ejercicios que la serie A, pero se realizan en otra posición
básica: sentado/a sobre una silla.
Después de unos días realizando la serie A, habrás conseguido hacer sin dificultad la respiración
diafragmática en posición tumbada. Ahora es cuestión de acostumbrarse a respirar también
diafragmáticamente pero en posición sentada.
Sitúa los pies ligeramente separados en posición cómoda. Una mano sobre el pecho y otra sobre el
diafragma. La mandíbula relajada y paralela al suelo.
Intenta a partir de ahora los ejercicios de la serie A procurando además que las inspiraciones y las
espiraciones tengan aproximadamente la misma duración.
No realices la serie después de las comidas ni durante más de cinco minutos. Descansa siempre que
sea necesario.
Esta serie se compone de los mismos ejercicios que la serie A, pero se realizan en otra posición
básica: de pie.
Estira la columna vertebral. Ponte derecho/a pero sin exagerar. Estira la nuca y deja que la cabeza
se apoye naturalmente sobre la columna vertebral. Relaja los hombros y la mandíbula, y sitúala
paralela al suelo. Los pies han de colocarse igualmente separados y soportando por igual el peso del
cuerpo. Imagina que todo tu cuerpo está colgado de una percha por la nuca.
Al realizar esta serie notarás que la mano que se sitúa sobre el diafragma sube menos. Es lo normal.
Ahora, repite los ejercicios de la serie A. Recuerda que no debes prolongarlos durante más de cinco
minutos.
Practica las tres series durante un par de semanas y poco a poco introdúcelas en las tareas
cotidianas del día: mientras ves la TV, cuando lees, en el autobús, etc.
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Sesión 4: La comunicación paraverbal
Esta serie tiene como finalidad que aprendas a calcular la cantidad de aire que utilizas
habitualmente. Puedes realizar los ejercicios en cualquiera de las tres posiciones anteriores:
tumbada, sentada o de pie. En este orden es el procedimiento más lógico.
1) Inspira profundamente, procurando, como siempre, enviar el aire hasta el diafragma. Hazlo en dos
tiempos, intentando que en cada uno se introduzca una cantidad similar de aire. Te ayudará hacer
una breve pausa con la que marcarás la diferencia de los dos tiempos. Espira también en dos
tiempos, procurando que sean de igual duración.
2) Haz lo mismo que en el ejercicio anterior pero en este caso fracciona la inspiración y la espiración
en tres tiempos lo más iguales que puedas. Una vez que lo consigas, inténtalo también con cinco
tiempos. De esta manera te acostumbrarás a controlar el volumen de aire que aspiras y a regular las
espiraciones.
3) Inspira diafragmáticamente por la nariz, con la boca cerrada. Cuenta mentalmente y despacio
hasta 5. Interrumpe la inspiración y mantén el aire mientras vuelves a contar hasta 5. Suelta el aire
de golpe por la boca.
4) Inspira diafragmáticamente por la nariz, con la boca cerrada. Cuenta mentalmente y despacio
hasta 5. Interrumpe la inspiración. Expulsa el aire por la boca intentando que la espiración dure lo
mismo que la inspiración y pronunciando “pu-pu-pu”.
7) Repite toda la serie D pero en lugar de espirar contando hasta 5, hazlo contando hasta el mayor
número que puedas y detente antes de recurrir al aire residual.
1) En posición tumbada, coloca las manos en el pecho, ligeramente situadas hacia las axilas. Haz
inspiraciones profundas hasta ensanchar las costillas laterales. Procede de la misma forma que en la
respiración diafragmática, contando hasta 10 y soltando el aire según los modos anteriormente
indicados.
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Sesión 4: La comunicación paraverbal
2) Espira apoyando el dedo en el lateral izquierdo y dejando salir el aire por el derecho.
3) Repite varias veces esta operación y también su inversa aumentando paulatinamente los números
que cuentas mentalmente.
RESPIRACIÓN COMPLETA
1) Inspira de modo que el aire baje hasta el diafragma y lo llene completamente. Continúa la
inspiración hasta que el aire se extienda por el tórax y finalmente por las zonas laterales. Es decir,
inspira tan profundamente que no puedas introducir más aire. A continuación, realiza la inspiración
unas veces contando hasta 10, otras pronunciando “pu-pu-pu-pu”, caminando, etc.
2) Inspira profunda y rápidamente, contando verbalmente hasta 5, y suelta el aire muy lentamente
contando hasta 20.
4) Todos los días, lee durante unos minutos a media voz con respiración diafragmática y controlada.
Hazlo lentamente, sin precipitarte, tomándote en las pausas todo el tiempo que necesites para
inspirar y conducir el aire siempre hasta el diafragma.
- “El libro de las habilidades de comunicación”. Carlos J. van-der Hofstadt (2003). Madrid:
Editorial Díaz de Santos.
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Anexo al Dossier 4: Ejercicios de dicción y locución
ANEXO AL DOSSIER 4
Ejercicios de dicción y locución
Ejercicios de velocidad
1. Prueba a decir rápidamente cinco mil millones de árboles, adoptando una actitud trivial,
como si te pareciera una cifra pequeña o poco importante.
2. Prueba a leer el siguiente texto en voz alta, en primer lugar manteniendo una velocidad
constante. Y a continuación, modificando la velocidad para comprobar que el resultado
obtenido es muy diferente.
Se han señalado en negrita, los versos que han de pronunciarse con mayor rapidez,
justamente para proporcionar una sensación de precipitación. El aumento de velocidad ha
de ser progresivo, comenzando a partir de los versos en cursiva y culminando en los versos
escritos en negrita. Asimismo, se deberán respetar las pausas (/) para conseguir transmitir
en el momento oportuno sensación de suspense y temor. Para ello, también es preciso
hacer una elocución más lenta durante el último verso.
La hermosa caperucita
con mejillas de manzana
sube por el monte arriba
corriendo como una cabra.
Sube cuestas, cruza arroyos,
atraviesa la enramada
y al llegar a la pedriza /
el lobo / sale a encontrarla.
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Programa de entrenamiento de habilidades de comunicación
Anexo al Dossier 4: Ejercicios de dicción y locución
Ejercicio de tonalidad
Ya sabéis que el tono es una característica única del lenguaje hablado, ya que mientras la
intensidad puede representarse con signos de admiración. El tono carece de signos
gráficos. Además, incorpora una fuerte carga de expresividad: basta pensar en los muy
diferentes significados que puede tener la palabra no en virtud de la entonación con la que
se pronuncie en cada contexto. Aunque es imposible marcar los tonos por escrito, intenta
imaginar los del siguiente diálogo:
Ejercicio de vocalización
1. Abre la boca y coloca los labios como si fueras a pronunciar una vocal determinada pero
sin emitir sonido alguno. Si lo haces bien (y para eso deberás abrir bastante la boca),
cualquiera que te observe podrá adivinar sin ninguna duda la vocal que deseabas
representar.
2. Abre la boca como si fuera a quedarse a la mitad de un bostezo e inspira. Sin emitir
sonido alguno, coloca la boca como si fueras a pronunciar cada una de las cinco vocales.
Repítelo varias veces.
3. En la misma posición anterior del bostezo reprimido, inspira y suelta el aire intenta imitar
el zumbido de un moscardón. Para ello intenta que el aire golpee interiormente en las
cuencas de los ojos.
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Programa de entrenamiento de habilidades de comunicación
Anexo al Dossier 4: Ejercicios de dicción y locución
Ejercicios de trabalenguas
Lee los siguientes trabalenguas, primero muy despacio y después con más velocidad. Te
ayudarán a mejorar tu dicción.
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Programa de entrenamiento de habilidades de comunicación
Anexo al Dossier 4: Ejercicios de dicción y locución
8) El arzobispo de Constantinopla,
se quiere desarzobispoconstantinopolitanizar,
el desarzobispadorconstantinapolitanizador
que lo desarzobispoconstantinopolitanice,
buen desarzobispadorconstantinapolitanizador será.
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Programa de entrenamiento de habilidades de comunicación
Anexo al Dossier 4: Ejercicios de dicción y locución
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Programa de entrenamiento de habilidades de comunicación
Anexo al Dossier 4: Ejercicios de dicción y locución
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Programa de entrenamiento de habilidades de comunicación
Anexo al Dossier 4: Ejercicios de dicción y locución
Viendo la televisión los niños pueden llegara a suponer que las relaciones sexuales no
son más que una especie de maratón donde sólo importa que cada cual obtenga lo suyo
del modo más copioso y fácil posible, sin miramientos ni responsabilidad hacia el otro; es
importante tarea educativa explicar que el sexo nada tiene que ver con los récords
olímpicos, que es más rico cuando involucra sentimientos y no sólo sensaciones, y que
lo importante no es practicarlo cuanto antes y cuanto más mejor, sino saber llegar a
través de él a la más dulce y fiera de las vinculaciones humanas.
1. Prueba a leer el siguiente texto en voz alta tal y como lo harías normalmente,
prescindiendo de lo que has aprendido en esta sesión:
Una calurosa mañana de verano, cuando las golondrinas se caen del cielo, decidimos
ponernos en marcha. El viaje hasta Portugal se nos prometía no sólo cansado sino
agotador. Cuál no sería nuestra sorpresa cuando apenas media hora después de salir
comenzó la aventura: una aventura que jamás hubiéramos imaginado. El coche se
averió. Bajo un sol de justicia intentamos descubrir el origen de la avería, pero nada,
¡que si quieres arroz, Catalina!: aquel cacharro de quince años parecía haberse muerto.
Y lo peor es que nos estaba matando a nosotros. Un coche se detuvo a pocos metros
del nuestro. De una de sus ventanillas se descolgó la cabeza de una muchacha
despierta y vivaracha, rubia con una sonrisa radiante que, a voz en grito, nos dijo:
¿Necesitáis una mano, chatos? Lo que faltaba – pensé –: ¡Sí, necesitamos dos manos al
cuello, algo que nos saque de aquí, que nos trague la tierra! Pero lo que no necesitamos
es que tres mocosillas nos vengan a incordiar con ganas de pasar sus vacaciones a
nuestra costa. Pero, para mi sorpresa, me escuché gritándole: ¡Sí, por favor!
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Anexo al Dossier 4: Ejercicios de dicción y locución
- Una calurosa mañana de verano (con la misma entonación con la que iniciarías in cuento al decir
“érase una vez”).
- cuando las golondrinas se caen del cielo (tono más bajo de lo normal).
- decidimos ponernos en marcha. (normal).
- El viaje hasta Portugal: (con la misma entonación con la que iniciarías in cuento al decir “érase
una vez”).
- se nos prometía no sólo cansado sino agotador. (Pronuncia “agotador” como si verdaderamente
estuvieras agotado).
- Cuál no sería nuestra sorpresa cuando (normal).
- apenas media hora después de salir (tono más bajo de lo normal)
- comenzó la aventura: (pausa)
- una aventura que jamás hubiéramos imaginado. (muy lentamente; sácale partido a aventura –
que suene a aventura – y a jamás – que suene a nunca, nunca, nunca –).
- El coche se averió. (irónico, casi divertido, riéndose de su peripecia).
- Bajo un sol de justicia intentamos descubrir el origen de la avería, (Di “bajo un sol de justicia” con
la misma entonación con la que iniciarías in cuento al decir “érase una vez”).
- pero nada, (tono más bajo, pausa).
- ¡que si quieres arroz, Catalina!: (un poco enfadado).
- aquel cacharro de quince años parecía haberse muerto. (más enfadado y más rápido).
- Y lo peor (pausa)
- es que nos estaba matando a nosotros. (tono más bajo).
- Un coche se detuvo a pocos metros del nuestro. (Di “un coche” con la misma entonación con la
que iniciarías in cuento al decir “érase una vez”).
- De una de sus ventanillas se descolgó la cabeza de una muchacha (normal)
- despierta y vivaracha, (tono animado, despierto; pausa)
- rubia (que de la sensación que era atractiva; pausa).
- con una sonrisa radiante (Di “radiaaaante”).
- que, (pausa).
- a voz en grito, (baja el tono; pausa)
- nos dijo: (pausa)
- ¿Necesitáis una mano, chatos? (Un poco irónico; gritando)
- Lo que faltaba – pensé – (En tono muy bajo, pues se trata de un pensamiento).
- ¡Sí, necesitamos dos manos al cuello, algo que nos saque de aquí, que nos trague la tierra! Pero
lo que no necesitamos es que tres mocosillas nos vengan a incordiar con ganas de pasar sus
vacaciones a nuestra costa. (En tono bajo porque sigues pensando, pero visiblemente molesto;
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Anexo al Dossier 4: Ejercicios de dicción y locución
por tanto, rápido y progresivamente más acelerado; sácale partido a “trague la tierra”,
“mocosillas”, “incordiar”…)
- Pero, (pausa).
- para mi sorpresa, (tono más bajo).
- me escuché gritándole: (tono normal).
- ¡Sí, por favor! (Gritando; como quien se alegra).
Leer un poema implica transmitir los sentimientos que acompañan al significado de las
palabras. Por tanto, adecúa la velocidad y el volumen al sentimiento que deseas transmitir;
utiliza las pausas y el silencio para captar la atención y provocar expectación en el oyente;
emplea una adecuada entonación; vocaliza con claridad para que se entienda
perfectamente, etc.
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Anexo al Dossier 4: Ejercicios de dicción y locución
CIUDAD ENCANTADA
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Anexo al Dossier 4: Ejercicios de dicción y locución
RAFAEL ALBERTI
ALGUIEN
Alguien barre
y canta
y barre
(zuecos en la madrugada).
Alguien
dispara las puertas.
¡Qué miedo,
madre!
(¡Ay, los que en andas del viento,
en un velero a estas horas
vayan arando los mares!)
Alguien barre
y canta
y barre.
Algún caballo, alejándose,
imprime su pie en el eco
de la calle.
¡Qué miedo,
madre!
¡Si alguien llamara a la puerta!
¡Si se apareciera padre
con su túnica talar
chorreando!...
¡Qué horror,
madre!
Alguien barre
y canta
y barre.
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Anexo al Dossier 4: Ejercicios de dicción y locución
NOCTURNO
Balas. Balas.
Manifiestos, artículos, comentarios, discursos,
humaredas perdidas, neblinas estampadas.
¡qué dolor de papeles que ha de barrer el viento,
qué tristeza de tinta que ha de borrar el agua!
Balas. Balas.
Ahora sufro lo pobre, lo mezquino, lo triste,
lo desgraciado y muerto que tiene una garganta
cuando desde el abismo de su idioma quisiera
gritar lo que no puede por imposible, y calla.
Balas. Balas.
Siento esta noche heridas de muerte las palabras.
PIRATA
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Anexo al Dossier 4: Ejercicios de dicción y locución
RIMA XXXVIII
RIMA IV
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Anexo al Dossier 4: Ejercicios de dicción y locución
Los primeros indicios apuntan a un error humano como causa de la colisión de dos trenes en
Polonia, y se espera al análisis de las cajas negras y a la declaración de los
maquinistas para determinar la razón por la que los trenes ocuparon la misma vía hasta
chocar de frente, provocando 16 muertos.
El propio presidente de Polonia, Bronislaw Komorowski, indica que todo apunta a un error
humano, ya que la línea donde ocurrió la colisión estaba parcialmente cerrada debido a
obras de ingeniería, y uno de los trenes debería de haberse movido en un tramo a una
tercera línea para permitir pasar al tren que viajaba en la dirección opuesta, aunque esto no
sucedió.
Además los maquinistas tienen que pedir permiso a la sala de control para acceder en un
tramo de vía en dirección contraria, y los sistemas de seguridad y alarma deben saltar si se
produce esta circunstancia sin la aprobación de los controladores ferroviarios.
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Anexo al Dossier 4: Ejercicios de dicción y locución
Según informa Efe, los hechos ocurrieron sobre la una y media de la pasada madrugada. Los
guardias civiles que estaban en el domicilio de la presidenta de la Comunidad de Madrid
escucharon un fuerte golpe en el portal y en las cámaras de seguridad observaron cómo un
joven huía del lugar.
A los pocos metros lo detuvieron y, tras comprobar los daños que presentaba la cerradura,
solicitaron la presencia en el lugar de agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) de la
comisaría de Centro.
Observa las diferencias entre un texto escrito para ser leído y otro para ser escuchado:
Este texto que estás leyendo ahora mismo se escribe para ser impreso. No sería
exactamente igual si estuviera escrito para ser oído. Aunque incluso en los textos
destinados a la lectura silenciosa individual es bueno no alejarse mucho de la lengua
hablada, en aquellos que se preparan para los medios audiovisuales deben extremarse
las precauciones. Desde las redundancias calculadas hasta la búsqueda del léxico más
usual pasando por la simplificación sintáctica, todo discurso debe organizarse en función
de su destinatario -el oyente- y de su transmisor -la persona que lo lee en voz alta-. Dado
que, deseablemente, el locutor leerá, en la medida de lo posible, como si hablara, será
bueno que el redactor (también hasta donde ello sea posible) escriba como quien habla.
En el siguiente texto se ha señalado con una barra (/) las pausas más breves y con dos (//)
las de mayor duración. Por supuesto, son sólo una opción, quizás tú preferirías situarlas en
otros lugares.
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Anexo al Dossier 4: Ejercicios de dicción y locución
Esto / que le estoy diciendo ahora, // ahora mismo, // lo he escrito antes. // Lo he escrito
antes, // pero sabiendo que después / iba a leerlo. // A leerlo yo, // no tú. // Tú / ibas / a
oírlo. // Que es lo que estás haciendo. // Supongo. // Incluso si lo hubiera escrito / para
que usted lo leyera, // incluso en ese caso, / hubiera procurado / escribir / como se habla.
// Pero lo he escrito / para decirlo por radio, // y por eso / he tomado / más precauciones.
// ¿Qué precauciones? // Pues… // repetir cosas / por ejemplo… // Buscar las palabras
más corrientes. // Poner muchos puntos… // Todo, / lo he organizado / pensando en ti, //
que eres el oyente. // Y pensando también en lo que iba a leer, / a leer en voz alta. // O
sea: // pensando, // en este caso, // en mí mismo. // Porque yo, // ahora, // estoy leyendo.
// estoy leyendo, / pero / procuro lee como si hablara. // Más o menos. // Y como estoy
leyendo / como si hablara, // a la hora de escribir / he intentado escribir / como quien
habla. //
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