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Contaminación en la Oroya – Perú

La Oroya es una ciudad ubicada a 175 Km. de Lima, en el departamento de


Junín (Perú).

En 1922 se convirtió en un centro metalúrgico cuando la empresa Cerro de


Pasco Copper Corporation inició sus operaciones. Desde entonces, la
vida y la economía de esta población de aproximadamente 30,000 habitantes,
gira en torno a las necesidades de esta gran fundición. La misma que es
responsable de la contaminación por plomo, arsénico, dióxido de azufre y otros
metales pesados que emite diariamente al medio ambiente, a través de una
enorme chimenea que parece dominar la ciudad.

La Oroya es el único lugar en América del Sur, de acuerdo a un informe del


Blacksmith Institute (2006), que presenta los peores niveles de contaminación y
afecta seriamente la salud de las personas, por ello ha sido incluida en una
escalofriante lista de los 10 lugares más contaminados del mundo, junto a
Chernobyl donde ocurrió el mayor accidente industrial del mundo, Dzerzhinsk
una ciudad rusa donde se fabricaban armas químicas, Linfen donde se
desarrolla la industria de carbón en China y Rapinet donde más de 3 millones de
personas están afectadas por desechos de curtiduría en La India.

Cronología de hechos

En 1974 la fundición pasó a manos del Estado Peruano: CENTROMIN


Perú, quien presentó en 1996 su Plan de Adecuación y Manejo Ambiental
(PAMA). Plan de 10 años, al cabo de los cuales la empresa se adecuaría a las
normas ambientales vigentes en el Perú.

En 1997 el Complejo Metalúrgico de La Oroya (CMLO) es vendido a la


empresa norteamericana Doe Run Company y se crea Doe Run Perú
(DRP), quien desde el comienzo modifica 3 veces el PAMA y pide una
ampliación de su plazo (que vencía en enero del 2007) por cinco años
más. Después de muchos escándalos y denuncias en medios de
comunicación, nacionales e internacionales, el Ministerio de Energía y Minas
(MEM), en controversial desición, resuelve en junio del 2006, darles la
ampliación del PAMA hasta el 2009.

Lamentablemente, esta desición es tomada, aún sabiendo que desde


1999 se vienen realizando estudios de salud y a partir del 2001 se
evidenciaron los altos niveles de plomo en sangre en mujeres
gestantes y niños. Según el propio Ministerio de Salud (MINSA), el 99.1% de
los niños oroínos tienen promedios altos de plomo en sangre, 33.6 ug/dl
(microgramos por decilitro), sobrepasando los límites máximos permisibles de
la Organización Mundial de la salud (OMS), que son 10 ug/dl.

¿QUIÉN ESTÁ DETRÁS DE DOE RUN?

Ira Rennert (en español) es un multimillonario industrial americano con un


largo y documentado historial de severos abusos ambientales en los Estados
Unidos. Las agencias del Estado Norteamericano lo consideran " el peor
contaminador privado" de su país. No contento con contaminar su patria, Ira
contamina de igual manera el Perú.

En 1997 Ira creó la compañía Doe Run Perú, luego de comprar la fundición
minera en La Oroya a un precio escandalosamente bajo que se le brindó con la
condición de que redujera drásticamente las emisiones tóxicas que emanaba
hasta esa fecha tal fundición. Lamentablemente, ni Ira ni Doe Run han
cumplido con esto. Contrariamente, la situación del ambiente de La Oroya ha
empeorado cada vez más, tanto así que por segundo año consecutivo, esta
ciudad ha sido incluida dentro de la lista de los diez lugares más contaminados
del mundo.

Los miles de kilos de plomo, cadmio y arsénico que son emitidos diariamente
por la fundición, quedan atrapados en los estrechos cañones que caracterizan La
Oroya creando una especie de cámara de gas constante, que es absorbida por la
población de La Oroya, y que viene causando la aparición de daño cerebral
irreversible en los niños, cáncer, e incluso la muerte. La contaminación es tan
desenfrenada que más del 99% de los 12.000 niños que viven en La Oroya,
tienen la sangre envenenada con plomo.

Diez años han pasado y Ira Rennert aún no cumple sus promesas
ambientales.

Durante todo este tiempo, nadie ha llegado a comprender por qué el gobierno
peruano no ha ejecutado medidas más radicales que puedan frenar esta
situación. Quizás tengan temor de impugnar a Ira Rennert y a Doe Run Perú, y
pensar que con esto se puedan asustar las inversiones extranjeras. Sin embargo,
esta inacción refuerza la impunidad y da luz verde a que las corporaciones
internacionales, piensen que en el Perú el respeto al medio ambiente y a la salud
de sus pobladores, es parte de una broma. Una de las principales
responsabilidades de cualquier gobierno es proteger la salud de sus ciudadanos.

IRA RENNERT: HISTORIA DE UN CONTAMINADOR

Ira Rennert es un multimillonario industrial Norteamericano. Cuando sabes que


alguien es mutimillonario, una de las primeras preguntas que te haces es "¿De
donde obtuvo tanto dinero?" ¿Fue excepcionalmente talentoso, creativo,
inteligente, o simplemente conocían a la gente indicada? En el caso de Ira
Rennert, la cosa parece ser un poco más complicada.

Públicamente se sabe muy poco de la infancia de Rennert. Se conoce que nació


en 1934, fruto de la unión de una pareja de inmigrantes, y que creció en
Brooklyn, Nueva York. Después de graduarse en el Brooklyn College y de
realizar un Master en Administración de Empresas en la Universidad de Nueva
York en 1956, empezó una Sociedad de Valores en 1960. Sin embargo, pocos
años después, en 1964, el NASD (National Association of Securities Dealers)
revocó su licencia, después de que su firma de corretaje fue descubierta
operando con fondos insuficientes por segunda vez.
Este revés lo ayudó a pasar al mundo de las acciones privadas, que no son
reguladas, permitiéndole operar con más libertad e imprudencia el dinero de
otras personas. Su nuevo modus operandi surtió efecto al poco tiempo. Ira
encontró una empresa al borde de la bancarrota, WCI Steel, y vio la
oportunidad, comprándola sólo por el valor de sus acciones y haciendo que un
banco pague por el grueso de las acciones. Por supuesto, Ira invirtió un
porcentaje ínfimo. Después, publicaría bonos basura contra esta empresa a los
ingenuos inversionistas, pagándose un enorme "dividendo" de una sola vez. De
este modo, recolectó cerca de $350 millones con su compra de WCI Steel.

Sin embargo, esto no sucedió de la noche a la mañana. Hubo momentos en que


los tenedores de bonos no podían ser pagados. Al mismo tiempo, el EPA puso
una demanda por $900 millones, acusando a la compañía de magnesio de
Rennert de ser negligente con los desperdicios tóxicos desechados cerca al Lago
Great Salt en Utah. Ira también tuvo problemas ligados a las pensiones impagas
de los trabajadores de WCI Steel cuando se declaró en bancarrota. En ese caso,
tuvo que arreglar con la Federal Pension Benefit Guaranty Corporation, a
quienes no les pareció nada gracioso el cubrir los millones en pensiones
impagas de los trabajadores de Rennert, quien mientras sucedía eso, estaba
construyendo una de las residencias más grandes de los Estados Unidos.

Típicamente cuando un inversionista está en crisis financiera, vende. Sin


embargo, Rennert, quien vendió los bonos basura originales a inversionistas
cuando sus compañías estaban bien, compró de nuevo los mismos bonos a una
fracción de su valor cuando las compañías estaban mal y casi en bancarrota.
Algunos dicen que fue a propósito que hundió estas compañías hasta el suelo
para tomar ventaja de los aterrados tenedores de bono. Por lo tanto, una y otra
vez, él incrementó su riqueza y poder, jugando al filo de la ley, y ganándose el
apodo del "Houdini financiero".

Uno de sus más resonados triunfos económicos fue la compra de AM General, el


fabricante del transporte de tropas Humvee y el Hummer, por $133 millones.
¿Qué podría ser mejor que ser dueño de esta compañía, mientras las tensiones
en medio oriente aumentaban? Al poco tiempo, Ira vendió el 70% de esta
compañía a $930 millones, otro golpe financiero. (Hombre con Muchos
Enemigos, Revista Forbes, 7/22/02 & NYT 2/3/06) Ahora, a los 73 años, él es el
único dueño del "Grupo Renco", una potencia financiera por la cual recibe
honorarios multimillonarios anualmente, sin mencionar las utilidades.

Recientemente, algunos de los "pequeños" problemas de Rennert han sido la


compañía Doe Run de San Louis, Missouri y su compañía hermana en Perú, Doe
Run Perú. Ambas empresas son fundiciones multimetálicas, en donde procesan
materias primas esenciales como plomo, zinc, cobre, oro y plata. Juntas son la
más grandes productoras de plomo de Norte América y la tercera productora de
plomo en el mundo. Rennert y Doe Run gritan a los cuatro vientos, que están
dedicados a la producción ambientalmente responsable de minerales y metales.
Pero ¿Es esto realmente cierto?

En los Estados Unidos, diversos grupos ambientales han venido emprendiendo


una guerra contra las prácticas mineras negligentes que contaminan el suelo, el
aire y el agua, siendo los más afectados aquellas familias y trabajadores que
viven cerca de las plantas de fundición. En Herculaneum, Missouri, Doe Run
literalmente tuvo que comprar y demoler más de cien hogares que estaban
demasiado contaminados para poder limpiarlos y que sean seguros para vivir
ahí nuevamente. Todavía hay docenas de demandas pendientes, y un potencial
de considerables multas a pagar por daños y perjuicios. Lamentablemente,
ningún dinero le devolverá la salud a sus pobladores, quienes llevan el plomo en
su sangre y quienes han tenido que ver como algunos de sus seres más queridos,
murieron prematuramente debido a la exposición de emisiones tóxicas.

En el Perú, la historia es más triste aún. Rennert ha subcontratado


exitosamente en sus negocios contaminadores, a empresas locales que tienen
menores regulaciones, bajos estándares de salud, que se apoyan en un sistema
legal débil y en la pobreza de gente sumida en la pobreza, desesperados por
tener un puesto de trabajo. La fundición Doe Run en La Oroya, Perú, genera casi
cuatro veces más ingresos que su casa madre de los Estados Unidos. Al mismo
tiempo, emite 31 veces más plomo al aire que su filial norteamericana. ¿El
resultado de esto? Más de 99% de los 12,000 niños de la ciudad de La Oroya se
encuentran envenenados por plomo.

La fallida subasta de los activos de Doe Run, a inicios de agosto, habría


precipitado que el administrador concursal, Profit, decidiera cerrar las
operaciones de la mina Cobriza (Huancavelica) este 17 de agosto. La producción
de esta mina financia el salario de 2.400 trabajadores de la refinería de La
Oroya. Ellos temen perder su trabajo.

2. ¿Cuáles son los antecedentes de este conflicto socio ambiental?

En 1997, Doe Run gana la buena pro del Complejo Minero La Oroya y se le
encarga implementar un programa de adecuación ambiental, que no ejecutó.
Además, la crisis de la empresa hizo que se la declare en quiebra, y se paralice
en parte su operación. Todo terminó en un conflicto laboral que hasta hoy
continúa irresuelto.

3. ¿Por qué los trabajadores de Doe Run exigen flexibilizar la


legislación ambiental?

Según trabajadores de Doe Run, el complejo hasta ahora no es subastado


porque la legislación ambiental nacional es estricta. Eso impediría que nuevos
postores se animen a invertir. En el Perú, los estándares de calidad del aire
exigen emisiones de dióxido de azufre por debajo de 20 microgramos por metro
cúbico. En Chile, este valor es de 250.

4. ¿Cuáles son las otras exigencias hechas por los trabajadores?

El pliego de reclamos también incluye la salida de Profit como administrador


concursal y el rechazo de una multa de S/.7,1 millones interpuesta por el OEFA
contra Doe Run. Además, exigen que se declare en emergencia La Oroya y que
el Gobierno se interese en la reactivación del complejo metalúrgico paralizado
hace 6 años.
5. ¿Por qué La Oroya es una de las ciudades más contaminadas del
mundo?

En el 2013, este distrito de Junín se consideró la quinta ciudad más


contaminada del planeta, según el ránking del Instituto Blacksmith. Un estudio
reveló que las emisiones de plomo, cadmio y arsénico afectaron 2.300
kilómetros cuadrados de suelos durante los 87 años de operaciones
metalúrgicas en la zona.

LOS PROBLEMAS DE LA OROYA

Son conocidos los efectos nocivos del plomo en la salud de la población de La


Oroya, sobre todo de los niños y niñas de esta ciudad que han alcanzado un
promedio de 33.6 microgramos por decilitro (ug/dl) de sangre (Estudio de
Plomo en Sangre en una Población Seleccionada de La Oroya – DIGESA –
1999), más de tres veces el límite máximo permisible establecido por la
Organización Mundial de la Salud. Otras sustancias o elementos presentes en el
ambiente y en las personas de La Oroya son el dióxido de azufre, el arsénico y el
cadmio. La presencia de estos dos últimos elementos, a pesar de ser igualmente
peligrosa, ha sido poco estudiada, por lo que actualmente se desconoce el nivel
de su impacto en la salud de la población.

Si bien la problemática ambiental de La Oroya está referida principalmente a las


operaciones metalúrgicas, los pasivos ambientales (aquellos generados por las
emisiones pasadas) también son un grave problema. A los que se suman la
carencia de servicios básicos y la ubicación geográfica de la ciudad. Todo ello,
exige soluciones integrales y consensuadas, que partan de la necesidad de hacer
vigente los derechos de las poblaciones afectadas.

UBICANDONOS
La ciudad de La Oroya tiene una superfic de 388,420 Km 2, se encuentra a 125
Km. d Huancayo y a una altura de 3,745 m.s.n.m.
La población total de La Oroya es de 33,04 habitantes, de los cuales son
trabajador del Complejo Metalúrgico un promediod 3,500
DE QUE HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE CONTAMINACIÓN
La Oroya es el centro metalúrgico de fundición y refinación más grande y
antiguo del Perú. La población de esta ciudad ha estado y está expuesta a las
partículas emitidas durante el proceso de fundición y refinación.
En La Oroya, la principal fuente de contaminación atmosférica es la Planta
Metalúrgica, que pertenece a la empresa Doe Run. Según la evaluación de aire
realizada por DIGESA en 1999 los niveles de plomo, que proviene
principalmente de las emisiones del mencionado complejo metalúrgico
sobrepasan 17.5 veces el límite permisible de la Agencia para la Protección
Ambiental de los Estados Unidos de Norteamérica.
Pero al hablar de contaminación, no sólo nos estamos refiriendo al tema del
aire, otros recursos de igual importancia como el agua se ven también afectados.
En el río Yauli, se ha encontrado presencia de plomo hasta 70 veces el límite
máximo permisible (DIGESA – 1999).
El suelo es un recurso también afectado por la contaminación. En él se
depositan los elementos tóxicos que están presentes en el agua y en el aire
dando inicio a una cadena contaminante de la que forman parte las plantas, al
absorber éstas los minerales presentes en el suelo.
Expertos internacionales han propuesto controlar de inmediato las emisiones
fugitivas que se producen en el centro metalúrgico y reducir las emisiones
actuales de su chimenea central, como un plan concreto para disminuir la
contaminación de la atmósfera.
Los pasivos ambientales y las emisiones actuales de plomo, cadmio, arsénico,
dióxido de azufre y materiales particulados deben ser tomadas en cuenta en los
planes de reducción de la contaminación que se propongan.

HISTORIA DEL COMPLEJO METALURGICO


1ª Etapa: Cerro de Pasco Copper Corporation (1922-1974)
La Oroya es una ciudad metalúrgica desde el año 1922. El Complejo Metalúrgico
generó puestos de trabajo, actividad comercial y desarrollo económico en la
región. Sin embargo, con él se inició también una situación grave de
contaminación ambiental.
2ª Etapa: CENTROMIN PERU (1974-1997)
En 1974 el Estado Peruano nacionalizó la Cerro de Pasco Copper Corporation y
creó la Empresa Minera del Centro del Perú S.A. (CENTROMIN PERU) que
administró el Complejo Metalúrgico hasta el año 1997.
Respondiendo a las exigencia de la nueva normatividad ambiental
CENTROMIN PERU elaboró el Programa de Adecuación y Manejo Ambiental
(PAMA) para el Complejo Metalúrgico, el cual fue aprobado en agosto de 1996.
3ª Etapa: Doe Run del Perú (desde el año 1997)
En 1997 la Empresa Doe Run adquirió el Complejo Metalúrgico de la Oroya en
subasta pública y con ello asumió el compromiso de ejecutar el PAMA, teniendo
como plazo límite para hacerlo enero del 2007. El cumplimiento del PAMA
debía tener implicancias favorables en el medio ambiente y en la salud de los
pobladores de la Oroya y de la región central.
La empresa Doe Run, cuya casa matriz se encuentra en el Estado de Missouri en
los Estados Unidos, es una antigua empresa minero metalúrgica que opera
desde 1864. Representa una de las principales productoras de plomo en
Norteamérica -su producción en mina equivale al 85% del plomo que se produce
en los Estados Unidos- con seis minas, concentradoras, fundiciones y
recicladoras. Como algunos de sus antecedentes en materia ambiental, podemos
señalar que en los Estados Unidos, y muy especialmente en la zona del viejo
cinturón del plomo (Old Lead Belt), donde esta empresa tiene una antigua
presencia, su actividad al parecer no ha estado exenta de cuestionamientos,
como lo señalan organizaciones ambientales norteamericanas como la Missouri
Heartwood.
En el Perú, luego de la compra del Complejo Metalúrgico de La Oroya, la Doe
Run adquirió el yacimiento de Cobriza en junio de 1998, y mantiene el derecho
preferencial para la compra de la mina de Cerro de Pasco. De esta manera esta
empresa estaría recomponiendo pa rte de la integración minero metalúrgica que
tenían sus antecesoras, y sus acciones futuras revestirán de un gran interés para
la región central, entre otros aspectos, en el tema ambiental.
Boletín Actualidad Minera del Perú - 1999 emcbc. miningwatch. org

EL PAMA
El PROGRAMA DE ADECUACIÓN Y MANEJO AMBIENTAL (PAMA)
se encuentra contemplado en el Decreto Supremo 016-93-EM.
El mencionado Decreto Supremo señala que los PAMAs son un paquete de
proyectos de mejora de instalaciones que las empresas mineras se comprometen
a ejecutar, con el fin de que sus efluentes líquidos y emisiones al ambiente
cumplan con determinados valores máximos de concentración de
contaminantes, llamados límites máximos permisibles (LMP).
Los PAMAs tienen que cumplir con dos requisitos para ser aprobados: el plazo
de ejecución no puede ser mayor de 10 años, si es que la operación incluye
procesos de fundición o sinterización (como es el caso de La Oroya), ni mayor de
5 años cuando la operación no incluya los mencionados procesos. El otro
requisito es que las inversiones anuales en la ejecución del PAMA no sean
menores al 1% de las ventas anuales de la empresa.

LA POSIBLE EXTENSION DE LOS PLAZOS DEL PAMA PARA DOE RUN


En febrero del 2004 la empresa Doe Run, mediante la presentación de un plan
operativo ante el MEM planteó la necesidad de la ampliación del plazo para la
ejecución de su PAMA por 5 años más (del 2007 al 2011), aduciendo tener
dificultades financieras para el cumplimiento de sus responsabilidades
ambientales.
Luego de una fuerte presión social incentivada por la empresa minera, en
diciembre de 2004 mediante decreto supremo, se establecen condiciones para la
prórroga de plazos para el cumplimiento de proyectos contemplados en los
PAMAs .
Anteriormente, DOE RUN ha obtenido tres modificaciones de su PAMA. La
primera realizada en octubre de 1999, siendo lo más resaltante el que se
redujera su compromiso de construir dos plantas de ácido sulfúrico a sólo una.
Las otras dos modificaciones se realizaron en abril de 2001 y en enero de 2002,
y se referían a cambios en plazos para la ejecución de los proyectos.
Sobre la posibilidad de modificación de los plazos para el cumplimiento de los
proyectos contemplados en los PAMAs, Juan Aste, Coordinador de la Mesa
Técnica de Apoyo al Movimiento por la Salud de La Oroya – MOSAO, considera
que tal decisión constituye una violación al Estado de Derecho e incentiva el
incumplimiento de los PAMAs.
COMPROMISOS DEL PAMA DE DOE RUN EN LA OROYA
Los compromisos que debe cumplir la empresa Doe Run a enero de 2007 son
los siguientes.
1. Una planta de ácido sulfúrico de un solo contacto. Su construcción fue
postergada a los dos últimos años de ejecución del PAMA.
2. Una planta de tratamiento de agua madre de refinería de cobre
3. Una planta de tratamiento de aguas industriales.
4. Manipuleo de escorias de Cu y Pb.
5. Remediación del depósito de escorias de Huanchán.
6. Remediación del depósito de ferritas de Huanchán.
7. Manipuleo de trióxido de arsénico.
8. Sistema de desagüe y depósito de basura.
9. Estaciones de monitoreo

Los 9 proyectos requieren de una inversión de US$173.95 millones, habiéndose


invertido a diciembre de 2003 la suma de U$40.46 millones

PLANTA DE ACIDO SULFURICO


Complejo Metalúrgico de La Oroya procesa concentrados sulfurosos de plomo,
zinc y cobre. durante el procesamiento metalúrgico el azufre es eliminado como
SO2. proyecto se refiere a la instalación de una Planta de Ácido Sulfúrico para la
fijación del azufre.

LOS PRODUCTOS TÓXICOS Y SUS EFECTOS.

Ejemplo: el plomo y el ácido sulfúrico


EL PLOMO
Los compuestos del plomo son tóxicos y han producido envenenamiento de
trabajadores por su uso inadecuado y por una exposición excesiva a los mismos.
Sin embargo, en la actualidad el envenenamiento por plomo es poco común en
virtud de la aplicación industrial de controles modernos, tanto de higiene como
relacionados con la ingeniería. El mayor peligro proviene de la inhalación de
vapor o de polvo. En el caso de los compuestos orgánicos plúmbicos, la
absorción a través de la piel puede llegar a ser significativa. Algunos de los
síntomas de envenenamiento por plomo son dolores de cabeza, vértigo e
insomnio. En los casos agudos, por lo común se presenta estupor, el cual
progresa hasta el coma y termina en la muerte. El control médico de los
empleados que se encuentren relacionados con el uso de plomo comprende
pruebas clínicas de los niveles de este elemento en la sangre y en la orina. Con
un control de este tipo y la aplicación apropiada de control de ingeniería, el
envenenamiento industrial causado por el plomo puede evitarse por completo.

El Plomo puede causar:


· Perturbación de la biosíntesis de hemoglobina y anemia
· Incremento de la presión sanguínea
· Daño a los riñones
· Abortos
· Perturbación del sistema nervioso
· Daño al cerebro
· Disminución de la fertilidad del hombre a través del daño en el esperma
· Disminución de las habilidades de aprendizaje de los niños
· Perturbación en el comportamiento de los niños, como agresividad,
comportamiento impulsivo e hipersensibilidad.

El Plomo puede entrar en el feto a través de la placenta de la madre, pudiendo


causar serios daños al sistema nervioso y al cerebro de los niños que están por
nacer.

EL ÁCIDO SULFÚRICO
Mucho del ácido sulfúrico presente en el aire se forma del dióxido de sulfuro
lanzado cuando se quema el carbón, el aceite, y los gases para combustión. El
SO3 se forma cuando el dióxido de sulfuro (SO2) reacciona con agua en el aire.
El ácido sulfúrico se disuelve en el agua, aunque puede seguir suspendido en el
aire durante largos períodos de tiempo.. Cuando esta sustancia cae lo hace en
forma de lluvia y puede contribuir a la formación de lluvia ácida. El ácido
sulfúrico al contacto puede quemar la piel, su inhalación puede dar lugar a la
erosión de los dientes y a la irritación de las vías respiratorias. Beber ácido
sulfúrico puede quemar la boca, la garganta, y el estómago y puede originar la
muerte. Si el ácido sulfúrico alcanza los ojos, puede causar quemaduras. La
gente que ha respirado cantidades grandes de ácido sulfúrico en el trabajo ha
demostrado un aumento en los cánceres de la laringe. La Agencia Internacional
para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) ha determinado que la exposición
ocupacional a las nieblas ácidas inorgánicas fuertes que contienen ácido
sulfúrico es cancerígena para los seres humanos.

LA SITUACIÓN ACTUAL. ¿QUÉ DICE LA POBLACION?


A pesar que ya se conoce algunas de las consecuencias en la salud ambiental de
las operaciones metalúrgicas en la Oroya, poco se ha avanzado para remediar
los efectos de la contaminación.
No obstante que los residentes de la Oroya han tomado conciencia sobre los
daños del envenenamiento por plomo, pocos se han organizado para hacer
frente al problema. Esto se ha debido principalmente a que la empresa Doe Run
es el principal empleador de La Oroya, y a que los trabajadores temen perder
sus empleos si se cuestiona el manejo ambiental de la empresa minera.
En este contexto el Movimiento por la Salud de la Oroya viene denunciado
desde hace varios años la grave situación de la salud ambiental en esta zona del
país y propone:
· La reducción de las emisiones atmosféricas, efluentes y residuos
· La implementación de un programa de salud integral
· La restauración ambiental, que incluye el tratamiento de los pasivos
ambientales

NIÑOS CON PLOMO


En 1999 DIGESA realizó un estudio de plomo en sangre en una muestra
representativa de la población de La Oroya. Este estudio determinó que el 67%
de los niños menores de 10 años tenían entre 20.1 y 44 ug/de plomo en la
sangre, siendo 10 ug/dl lo máximo permisible para la OMS. Esta situación era
más grave en un 18% de los niños, quienes presentaban más de 44 ug/dl de
plomo en la sangre.
Otros estudios realizados posteriormente sobre plomo en la sangre, incluido
uno realizado por la propia empresa en el 2001, arrojan promedios en los niños
muy superiores a los límites máximos permisibles establecidos por la OMS.
En el mes de Marzo del 2005, el Director Regional de Salud de Junín dio a
conocer un nuevo estudio sobre la presencia de plomo en sangre, realizado el
2004, a 788 niños de La Oroya. El estudio reveló que la situación de la salud
ambiental no ha mejorado; el 99.9% de los niños presenta niveles de plomo en
sangre mayores a los limites permisibles establecidos por la OMS.
Nivel de plomo en sangre en niños de La Oroya según estudios realizados por
DIGESA

No sólo aquí
La emisiones tóxicas de la fundición de plomo que Doe Run tiene en
Herculaneum (USA), hizo que esta empresa apareciera como la peor
contaminadora del estado de Missouri. Las emisiones han causado
envenenamiento de plomo en el 30% de los niños del lugar.
En 2000, la Agencia de Protección Medioambiental de los Estados Unidos
(EPA) ordenó a la compañía que limpiara la contaminación de plomo y pagara
por la relocalización de las familias que vivían en las zonas más polucionadas.

Los ejemplos paralelos de las operaciones de Doe Run en Herculaneum y La


Oroya muestran cómo las compañías no siempre respetan la salud y la
seguridad de las comunidades. La diferencia entre ambas ciudades radica en
que la autoridad ambiental es más exigente y en que los residentes de
Herculaneum manejan mayor información. Siendo el problema de
contaminación mucho más grave en La Oroya, mínimamente se deberían
adoptar medidas similares, la población de La Oroya no se merece menos.

Ellos también lo son, viven en La Oroya, en Perú, la quinta ciudad más contaminada

del planeta. Allí se vive con elevados niveles de metales tóxicos en el cuerpo 60, 70

microgramos por decilitro de sangre, seis a siete veces más del límite permisible. Por

encima de esa línea roja, un sin fin de enfermedades.


“El plomo lo que se hace, se absorbe y al no cumplir ninguna función se deposita

dentro del organismo, en especialmente los órganos blandos y en los huesos”, explicó

Pablo Marín, médico del área de metales pesados del Centro de Salud de La Oroya.

Y entonces, sin mayor aviso, el plomo ataca el corazón, el cerebro, los riñones y se

manifiesta con alteraciones en el sistema nervioso central, anemia, cáncer, leucemia.

Los niños, son los más perjudicados.

José de Echave, investigador de Cooper Acción, señaló: “Todos los estudios

realizados muestran que el 90 por ciento de los niños que participaron en el estudio,

una muestra representativa de la población de La Oroya, tenían niveles de plomo en

sangre por encima de lo que recomienda el organismo mundial de salud”.

Debido a este envenenamiento masivo, organizaciones no gubernamentales

enjuiciaron en tribunales internacionales al estado peruano y a la empresa Doe Run,

propietaria hasta el año 2009 del complejo metalúrgico de La Oroya.

“Actualmente habrá unos 3 mil casos, tres mil demandas, tres mil niños que están, que

han demandado ya”, subrayó Richard Romero, gestor ambiental.

La Oroya, epicentro de este desastre irreversible, se ubica en la vertiente oriental de la

Cordillera de los Andes, un territorio rico en minerales, 176 kilómetros al noroeste de

Lima. Es conocida como la capital metalúrgica de Sudamérica, pero también como la

ciudad de plomo.

Al respecto, Tania Chancasanbampa, directora del Centro de Salud de La Oroya,

refirió: “Bueno, sí es cierto, a nivel internacional se ha catalogado a la ciudad de La

Oroya como la primera ciudad más contaminada del mundo, sin embargo, la empresa

ya no funciona aproximadamente hace 8 años”.


La magnitud del escándalo ambiental obligó, en efecto, a cerrar el complejo

metalúrgico. Y es que aquí la contaminación se elevó a niveles insospechables al

punto que hasta los recién nacidos llegaban al mundo con preocupantes niveles de

plomo en la sangre.

Por eso Elizabeth Casas, una madre de familia de La Oroya, que espera su segundo

hijo acude a los controles médicos.

“Mi primer hijo también ha tenido su plomo en su sangre, pero ya más bien con los

controles, con la alimentación ha bajado, más bien ya el nivel del plomo”, dijo

Elizabeth.

Hecho que confirma Pablo Marín, médico del área de metales pesados del Centro de

Salud de La Oroya: “La incidencia actualmente que se vive en La Oroya

considerablemente ha disminuido la exposición de nuestros niños, también en

nuestras gestantes”.

Una nueva estrategia de salud ambiental ha contribuido también a disminuir la

peligrosa contaminación.

Con relación a esto, Tania Chancasanampa, directora del Centro de Salud de La

Oroya, explicó que “lo que se busca es que la familia continúe con este trabajo

preventivo, sobre todo, medidas, hábitos de vida saludable, lavados de manos,

mejorar su alimentación”.

Es una cruzada de salud que ha tenido una respuesta positiva en cierto sector de la

población.
Para otros, la contaminación es, simplemente, parte de su vida.

Para Olga Ávila, pobladora de La Oroya: “Todos estamos bien, mentiras a veces

hablan, que hay niños enfermos, pero ahorita no veo”.

“Es una mentira porque las madres son descuidadas, porque a sus hijos no le

atienden, por esa razón esa contaminación. Por ejemplo, mi nieta, todos mis hijos son

sanos”, dijo por su parte Goya Cóndor, comerciante de La Oroya.

Por razones legales, los padres de los niños de plomo de La Oroya protegen la

identidad de sus hijos, pero en zonas vecinas a este complejo metalúrgico, donde la

minería irresponsable sigue contaminando, hay más y recientes casos de niños de

plomo. El anexo rural de Mahr Túnel es uno de ellos.

Repetidas veces también, pobladores de otras ciudades mineras de las regiones Junín

y Cerro de Pasco han llegado incluso a la capital para denunciar la contaminación de

las aguas de sus ríos, lagos y medio ambiente. Ellos que literalmente respiran plomo

se han encadenado frente a la sede del ministerio de salud para que el gobierno los

escuche.

“Lo que queremos es que el gobierno nos diga cómo va a ser el tratamiento de

nuestros niños intoxicados”, denunció Joel Nieto, poblador de Cerro de Pasco.

Es un clamor que aún hoy no es escuchado.

Por su parte, Gladys Mandujano, pobladora de Cerro de Pasco, subrayó: “En la ciudad

de Cerro de Pasco los habitantes se están muriendo debido a la contaminación. Y qué

provoca la contaminación. Es el estado que ha dado permiso a las empresas mineras”.


Los médicos y expertos han comprobado en el caso de La Oroya que aunque la

industria metalúrgica está inactiva, los niveles de plomo en la sangre de la población,

especialmente en los niños, siguen siendo elevados.

La chimenea principal de este complejo metalúrgico ya no escupe gases ni humos

negros, pero la contaminación ambiental es un mal que permanece muchas veces

invisible. A mi espalda, los testigos, cerros pelados y quemados por la contaminación

en unas de las ciudades considerada como la quinta más contaminada del mundo.

Históricamente, la ciudad de La Oroya, ubicada a 3,750 msnm, en la


región Junín, se ha caracterizado por la actividad industrial. Los
trabajos de refinación en la misma se iniciaron en la segunda década
del siglo XX con estándares de calidad ambiental poco exigentes que
llevaron a constituir al complejo de refinerías en un problema de salud
pública.

Han pasado 9 años desde que la empresa Renco, entonces propietaria


de Complejo Metalúrgico de La Oroya (CMLO), se declarara en
insolvencia, tras incumplir con el Programa de Adecuación al Medio
Ambiente (PAMA). Desde el año 2011, se administra a través de una
Junta General de Acreedores con el objetivo de vender los activos de
Doe Run Perú.

Esta coyuntura nos lleva a reflexionar, ¿qué futuro queremos para La


Oroya?

Una primera vía es la venta del complejo metalúrgico y su posterior


reinicio de operaciones; no obstante, ello depende hoy en día de
varios factores, muchos de ellos externos. Actualmente, el complejo
de refinerías no se halla integrado a proyectos productivos, lo que
dificultaría obtener financiamiento de largo plazo para la adecuación
tecnológica – ambiental pendiente. Además, la inversión requerida
para alcanzar los estándares establecidos para dióxido de azufre, no
cuenta con estudios técnicos a nivel de ingeniería de detalle; por
tanto, el potencial postor asumiría un alto riesgo técnico – financiero.

Sin embargo, existen otros factores propicios para el desarrollo


industrial de La Oroya que constituirían una segunda vía o vía alterna.
Uno de ellos es su ubicación geográfica, pues constituye un nodo que
se integra con la ciudad de Lima, así como con ciudades de la sierra
central como Huancayo, Tarma, Chanchamayo, Cerro de Pasco y
Huánuco. El otro factor a destacar es su infraestructura dado que
cuenta con fuentes de energía eléctrica, agua industrial, terrenos
superficiales, almacenes, talleres, campamentos, hoteles, oficinas y
líneas férreas.

Con estas dos características, La Oroya tiene capacidad para


convertirse en un puerto seco, con sectores de almacenamiento
temporal y aduana, constituyendo un complejo logístico que permita
transportar el 100% de la carga minera (logística de entrada:
insumos, repuestos, componentes y equipos; y logística de salida:
concentrados) a través del sistema ferroviario ya existente,
descongestionando la Carretera Central.

Está claro, tanto para los especialistas como para sus habitantes, que
esta es una ciudad industrial, dada su amplia historia y potencial; sin
embargo, toca preguntarnos de qué tipo. Quizás ya no con
actividades metalúrgicas, pero sí con actividades logísticas; que
constituyan una opción sostenible y de alto impacto social que
generaría valor y desarrollo en nuestra Sierra Central.

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