Sunteți pe pagina 1din 5

¿DE QUÉ MODO LOS MAESTRO Y LAS MAESTRAS DIGNIFICAMOS LA

PROFESION DOCENTE?

El papel del maestro es uno de los más difíciles dentro de las diferentes labores que
desempeña la población, ya que se ocupa de la vida de los niños y niñas. Imprime,
de cierta forma, la estructuración de su personalidad, sus futuros hábitos de trabajo
y sus habilidades académicas y sociales. El profesor es el individuo más importante
dentro del proceso educativo y en algunas épocas considerado fundamental para la
sociedad, ya que es quien guía este camino y es también el responsable del éxito
del puente entre el aprendizaje y el niño, a quien guiamos y orientamos por la
dirección correcta hacia la adquisición de nuevos conocimientos. Así pues, aparte
de nuestra preocupación dentro del aula por aspectos como el manejo de grupo, el
incentivo y motivación por el aprendizaje, esta algo tan fundamental en la vida de
los futuros y actuales educadores: la dignificación de la profesión docente; entonces
de que formas y con cuales acciones cuidamos esta profesión.

Para abordar este tema, definir y saber lo que es un profesional docente es


fundamental. Entonces, según este párrafo “La docencia… a) presta un servicio
específico a la sociedad; b) es una actividad social encomendada y llevada a cabo
por un conjunto de personas que se dedican a ella de forma estable y obtienen de
ella su medio de vida; c) los docentes acceden a la profesión tras un largo proceso
de capacitación, requisito indispensable para estar acreditados y poder ejercerla; y
d) forman un colectivo organizado (colegios profesionales y sindicatos) que tiene o
pretende tener el control monopolístico sobre el ejercicio de la profesión”2.

Además, se puede decir que es aquella persona que a través de una serie de
estudios ha obtenido determinadas competencias y habilidades, las cuales son
usadas para aportar un bien o un servicio a los demás individuos y a la sociedad; y
así mismo con este ejercicio el profesional lo que busca es ganarse
económicamente la vida, así como la importancia y reconocimiento ante la
sociedad.

Así pues, un programa de formación debe cumplir con una serie de requisitos,
condiciones de orden social, familiar, político, pedagógico y ético, además de
responder a las diferentes necesidades.
Ahora bien, una de las formas más cotidianas y fáciles con las que podemos
contribuir al cuidado de esta profesión en la parte personal, es tan solo con el hecho
de estar dispuestos a recibir críticas favorables, pero también quizás negativas con
el propósito de mejorar en lo que sea necesario. Así mismo, una capacitación y
formación de manera constante a las maestras y los maestros sobre temas actuales,
relativos a la educación. De tal forma que estas personas se sientan apoyadas y
seguras sobre su labor diaria, y así enriquecerán sus conocimientos.

Por otro lado, al interior de las instituciones, estas pueden aportar realizando
reuniones periódicas con todo el grupo de trabajo y con cada persona por separado
con el propósito de abordar cada una de las observaciones, ya que al indagar sobre
todo el ambiente de trabajo, y saber cómo se sienten los docentes con su labor, qué
esperan lograr con los niños y niñas a su cargo, cómo transcurren sus relaciones
con los demás compañeros de trabajo, qué sugerencias tienen con respecto al
funcionamiento de la institución, entre otras cosas. Contribuyen a una motivación y
satisfacción con la labor docente y por ende una realización de su trabajo
correctamente y responsablemente, y como resultado un deseos por velar y cuidar
de esta ocupación.

De igual manera, felicitar cuando sea meritorio es preciso; hacerles saber a los
docentes que están haciendo bien su trabajo y que su actividad está siendo
productiva dentro proceso educativo de los estudiantes. Tal como se afirma en las
siguientes líneas “la Profesión Docente demanda del Sistema Educativo
Colombiano el apoyo a un status profesional, el reconocimiento social y el estímulo
positivo para que tanto en el proceso de formación como en el ejercicio de la
actividad docente, se disponga de condiciones sociales, económicas, laborales
equitativas y dignas y solidaridad para con la vida académica y profesoral” 1. El
reconocimiento de esta profesión empieza por todos los implicados en este proceso,
las instituciones educativas, la familia, los estudiantes, los directivos, el estado y
las diferentes organizaciones a cargo de la educación.

Así mismo, es responsabilidad de las instituciones indagar acerca del nivel de


formación, para exigir, sugerir y evaluar distintos aspectos, como se certifica dentro
de la Ley General de Educación en el Artículo 109, de este Capítulo, la cual fija
como fines “formar un Educador de la más alta calidad científica y ética, b)
desarrollar la teoría y práctica pedagógica como parte fundamental del saber del
educador, c)fortalecer la investigación en el campo pedagógico y el saber específico
y d) preparar Educadores a nivel de pregrado y de postgrado para los diferentes
niveles y formas de prestación del servicio educativo”1. Esto, con el fin de buscar
profesionales que compitan y que ofrezcan lo mejor de su carrera y como persona,
que busquen siempre la excelencia.

Pues bien, es evidente que un buen ejercicio docente, puede generar y crear
confianza en los diferentes entornos; en la sociedad, en sus colegas, y en los
distintos entes implicados, y así, satisfacen y cumplen con las perspectivas sociales
acerca del significado de la carrera y la fiabilidad de la misma, para contribuir a una
transformación e innovación que aporten a una mejor sociedad y desarrollo humano.
Así mismo, otro aspecto importante es lo que se expresa en el siguiente aparte “Los
docentes, reafirma la Unesco, son ahora objeto de grandes expectativas y
exigencias debido al surgimiento de las sociedades del conocimiento y la integración
cada vez mayor en la enseñanza de las tecnologías de la información y la
comunicación”3. Así la constante actualización por parte de los maestros en el
ámbito educativo es esencial, un estudio en los diferentes campos: ciudadano,
artístico, ético y lo correspondiente a su área, pero clave los conocimientos
científico-tecnológicos, ya que están marcado la educación presente.

Por lo tanto, es claro que los docentes no son los únicos de cuidar y dignificar esta
carrera, ya que como se mencionó en todo el texto existen varios sujetos participes
en este proceso educativo, entre ellos y uno de los más importantes el Estado,
porque es él quien proporciona la forma y los medios para que la educación
prospere en todos los sentidos, lo cual se confirma en propuestas como la del “El
Plan Decenal, aborda el asunto de la financiación fijando la responsabilidad principal
en el Estado para cumplir objetivos y acciones que nos lleven en 2016 a una meta
de una inversión mínima del 7% y de 1,5% del PIB en educación y en ciencia y
tecnología”3. Lo anterior, no solo para contribuir a una educación de calidad, sino al
cuidado y dignificación de la profesión docente.

Para finalizar, la educación es el fundamento del progreso de un país, es la base de


la sociedad, es el futuro… Y ese futuro está en manos de los presentes y de los
futuros maestros en formación; por eso, debemos entregar y hacer todo lo que esté
a nuestro alcance para formar seres humanos de bien. Porque cuando hacemos
una labor con amor, responsabilidad, y con una conciencia de mejoramiento en
todos los aspectos; personal y profesional, tarde o temprano los demás lo
reconocerán y de esta forma nosotros (los maestros y futuros maestros) estaremos
satisfechos de hacer nuestro trabajo y así estaremos dignificando nuestra profesión.

Bibliografía

1 http://www.pedagogica.edu.co/storage/ps/articulos/pedysab12_04arti.pdf
2 http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S1607-40412010000300001&script=sci_arttext&tlng=en
3 REFLEXIÓN E INVESTIGACIÓN, revista del congreso por una educación de
calidad; numero 3, mayo 201. Director: Ubaldo Enrique Meza Ricardo

S-ar putea să vă placă și