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La economía basada en el trabajo manual fue reemplazada por otra dominada por
la industria y la manufactura. La Revolución comenzó con la mecanización de las
industrias textiles y el desarrollo de los procesos del hierro. La expansión
del comercio fue favorecida por la mejora de las rutas de transportes y
posteriormente por el nacimiento del ferrocarril. Las innovaciones tecnológicas
más importantes fueron la máquina de vapor y la denominada Spinning Jenny, una
potente máquina relacionada con la industria textil. Estas nuevas máquinas
favorecieron enormes incrementos en la capacidad de producción. La producción
y desarrollo de nuevos modelos de maquinaria en las dos primeras décadas del
siglo XIX facilitó la manufactura en otras industrias e incrementó también su
producción.
EUROPA
El nacimiento de una nueva clase social, los avances tecnológicos, las crisis
religiosas, los avances científicos, es el siglo en el que no hace falta recurrir a la
religión para explicar lo que nos rodea, el pensamiento con base científica.
Las nuevas ideas basadas en el conocimiento frente a la ignorancia y la
superstición dio como resultado un periodo de revoluciones culminando con la
Revolución Francesa, La Guerra de la Independencia Americana y la Revolución
Hispanoamericana. Este artículo al que hemos llamado Las Nuevas ideas en la
Europa del siglo XVIII, pretende explicar cuales fueron las nuevas ideas del siglo
XVIII, por que este cambio de pensamiento y que consecuencias tuvo.
La situación cultural en el siglo XVIII era la de una población con mas de un 70%
de europeos que no sabe ni leer ni escribir, es decir analfabetos. En este
ambiente tanto los intelectuales como los grupos sociales más representativos, se
dieron cuenta de la importancia de la razón si se explica a través de las leyes
de la naturaleza, leyes sencillas que podían mejorar todos los aspectos de la vida
del hombre.
La burguesía cada vez mas alejada de la religión con planteamientos mucho mas
materialista con valores laicos traspasó las fronteras sociales, las nuevas clases
obreras se unieron al descontento ante un sistema totalmente establecido por las
clases nobiliarias y clericales, un sistema económico, político y social desigual que
terminó con la Revolución Francesa.
Las nuevas ideas que se desarrollan a lo largo del Siglo de las Luces en
Europa serán las siguientes: Antropocentrismo
Racionalismo
Hipercriticismo y Reformismo
Pragmatismo
Imitación
Idealismo
Universalismo
Antropocentrismo
Aparece una cultura laica y Dios por primera vez comienza a perder poder.
Aparecen sociedades como el Deismo, la Masonería, Nihilismo, Agnosticismo y el
Libertinismo como las novelas escandalosas del marqués de Sade.
Hipercriticismo y Reformismo
PRIMERA INTERNACIONAL
Para ello era necesario poner los avances de la ciencia y de la técnica moderna al
servicio de las necesidades sociales y no de la ganancia capitalista. De esta forma
sería posible ir disminuyendo el tiempo que cada individuo dedica al trabajo hasta
que represente una porción insignificante y que las personas puedan dedicar sus
energías al ocio creativo de la ciencia, el arte, y la cultura, y desplegar así todas
las capacidades humanas.
El “socialismo utópico” como tal había quedado superado por el propio desarrollo
de la lucha de clases. Durante las revoluciones de 1848 (ver recuadro “La
primavera de los pueblos”) la clase obrera ya había demostrado que la lucha por
una nueva sociedad se jugaba en las calles y que era capaz de conmover los
cimientos de la dominación de los capitalistas.
Sin embargo, estas conclusiones eran patrimonio del sector más avanzado de los
trabajadores, mientras que muchos de los que salían a la lucha al momento de
fundarse la Primera Internacional lo hacían con expectativas en que una sociedad
más justa se podía lograr sin un enfrentamiento abierto contra el Estado y la
burguesía.
En este marco es que la AIT avanza en la elaboración de un programa y una
estrategia de la clase obrera a partir de la intervención en la lucha de clases y del
debate político e ideológico entre las diferentes tendencias que la componían.
Entre las principales, una estará representada por Marx, Engels y su grupo; otra
por los anarquistas que se basaban en las teorías de Proudhon; otra la
constituirán los dirigentes de las trade-unions inglesas; y finalmente la corriente
anarquista dirigida por Mijaíl Bakunin que se incorporará a la AIT en 1868.
SEGUNDA INTERNACIONAL
A finales de la década de los años ochenta del siglo XIX comenzó a resurgir el
interés por recuperar la Internacional porque, a pesar de las distintas vías
nacionales que había emprendido el socialismo europeo, los problemas de los
proletarios eran idénticos en todas partes. Además, cundió la tesis de que los
partidos obreros debían coordinarse y relacionarse.
En 1889, en plenas celebraciones por el centenario de la Revolución Francesa y de
la Exposición Universal, se fundó la II Internacional en París. La nueva Internacional
se constituyó como una organización flexible, para evitar la rigidez de la Primera. La
organización internacional respetaría la autonomía de los distintos partidos. La
cohesión se mantendría a través de los Congresos que, periódicamente, se
organizarían. En 1896 se acordó que solamente podrían formar parte de la
Internacional las organizaciones que aprobasen la participación en la legislación y
actividad parlamentaria. Así pues, la nueva Internacional sería una confederación
de partidos socialistas que aceptaban el sistema democrático. Los anarquistas
quedaban excluidos.
El congreso fundacional de la II Internacional acordó que el primero de mayo de
1890 se convocara a los trabajadores para reivindicar la jornada laboral de ocho
horas. Esta fecha se convirtió en una muestra de la fuerza y la solidaridad
internacional de los obreros. Su celebración se ha convertido en un símbolo
adoptado en casi todos los países.
En los congresos de la Segunda Internacional se produjeron intensos debates
teóricos en torno al marxismo, generalmente, entre dos visiones, una ortodoxa y
otra revisionista. Pero, además, se discutió mucho sobre cuestiones de estrategia
política. Se planteó la cuestión de la participación de los partidos socialistas en
posibles gobiernos de coalición con partidos republicanos de izquierda. Otro de los
temas más debatidos tuvo que ver con la posición que debían adoptar los socialistas
ante la huelga general. En 1904 se llegó a una postura de compromiso que, en el
fondo, supuso la renuncia a este instrumento para terminar con el capitalismo. Pero,
al año siguiente, se reabrió el debate cuando estalló la Revolución rusa de 1905,
iniciada con una huelga general. Por fin, en 1906, fueron derrotadas las tesis
revolucionarias en el seno de la Internacional y se desechó definitivamente el
empleo de la huelga general.
En la Internacional se plantearon dos cuestioes que generaron intensos debates.
En primer lugar, estaría el colonialismo, en pleno auge en los últimos decenios del
siglo XIX. Los sectores más a la izquierda eran radicalmente contrarios a cualquier
posibilidad de que los socialistas apoyasen la expansión imperialista en sus
respectivos estados, pero los más moderados plantearon matices al rechazo del
colonialismo, ya que consideraban que podía ser beneficioso para otros pueblos y
podía genera beneficios económicos generales para el conjunto de las sociedades
occidentales.
Pero el gran debate fue el de la guerra, porque afectó a la propia esencia del
internacionalismo. En el Congreso de Stuttgart de 1907 se acordó que había que
oponerse rotundamente a la guerra porque solamente beneficiaba a los intereses
del capitalismo. Se aprobó, además, que había que tomar medidas para organizar
o articular esta oposición pero no se detallaron y eso provocó que se reabriera el
tema de la conveniencia o no de la huelga general como uno de esos medios. La
guerra siguió generando debates en los siguientes congresos. En el de Basilea de
1912 hubo unanimidad al defender la paz. Pero cuando la guerra estalló en el
verano de 1914, los socialdemócratas alemanes votaron los créditos de guerra en
su parlamento y el resto de partidos socialistas terminaron por alinearse con sus
gobiernos respectivos en detrimento del internacionalismo. La Primera Guerra
Mundial supuso una grave crisis para la Segunda Internacional. En 1921 nacería la
III Internacional pero con un sentido muy distinto a las anteriores. A diferencia de la
defensa de la autonomía de los partidos socialistas nacionales, la nueva
Internacional postulaba una disciplina rígida y la subordinación al partido
bolchevique.
En la II Internacional tuvieron un destacado papel las mujeres y su lucha por la
emancipación femenina, a través del Secretariado Internacional de Mujeres
Socialistas que, desde 1907, estuvo dirigido por la alemana Clara Zetkin. Desde
1911, el Secretariado promovió la celebración del Día Internacional de la Mujer
Trabajadora el día 8 de marzo.
La Tercera Internacional bajo Stalin
RESUMEN